El cielo y tú.

El Cielo y Tú es una historia original de ciencia ficción que estaremos escribiendo @Ryuuki y yo.
Incluirá elementos multimedia muy variados con el fin de que los lectores puedan introducirse fácilmente en la lectura y crear poderosos efectos visuales.

Conforme la historia avance más detalles irán apareciendo y todo comenzará a encajar como en un rompecabezas.

Espero que lo disfruten :)

 

El Cielo y Tu - Fracción del diario de Eskimo ​

16 feb 2528​

Hoy encontré un nuevo lugar donde sentarme a escuchar música. Es un lugar hermoso en las alturas, en una colina que queda fuera de la ciudad, parece que se notan hasta las luces del extremo más lejano. Puedo ver las torres más altas, puedo ver los vehículos alejándose y acercándose, dibujando líneas rectas, el anuncio de un cine, de una farmacia y de una tienda miscelánea.

Era muy fácil desde ese punto de vista imaginarme que hacía la gente en aquel lugar, como vivían ellos al otro lado del muro, tenían familias, iban juntos al cine y compraban la cena, justo como nosotros, y todo el mundo. Me inquietaba sin embargo, que las cosas ahí parecieran más pacificas, si bien era tan semejante, parecía un mundo diferente, quizá más luminoso y claro o menos caótico que el mundo al que yo estaba acostumbrado.
Me acosté ahí un rato, con los audífonos, me relajé y me quedé dormido hasta que la lluvia me despertó, y tuve que ir a casa. tomé el metro y vi a una chica que me pidió la hora, tenía el cabello azul y corto, su mirada parecía mirar al infinito y no pude dejar de prestarle atención en todo el viaje, espero poder verla en algún momento de nuevo y preguntarle su nombre, vi también a un señor que se tiró el café en su traje, gritó de forma graciosa "es nuevo!", era un bonito traje gris bien ajustado al cuerpo, se quejó un poco pero regresó entonces a su lectura desplegada en una hoja transparente.

La lluvia hacía que todo fuera romántico, pasar por las casas, ver a la gente sonriendo y las parejas haciéndose cariños me encantó, me hacía sentir alegre y había hecho que aquel largo viaje de exploración valiera la pena.

Cuando llegué a casa estaban todos viendo el televisor, el volumen era fuerte y olía a comida, la hora de la cena se acercaba, tenía ganas de sentarme con todos y platicarles como había sido el día, sin embargo no me prestarían atención. En el televisor sonaba la noticia más nueva, una nueva predicción de lo que ocurría dentro de las ciudades amuralladas, un investigador pensaba que era lo más simple posible, que la gente de dinero las había construido, para vivir apartados del mundo que había estallado en caos hacía unas pocas décadas atrás, mi curiosidad sin embargo, me hacía presentir y querer que algo más grande ocurría.

Subí las escaleras corriendo, podía ver desde mi ventana el paisaje nocturno, la luna y las nubes, la belleza de ser humano y de existir, me sentía vivo, me sentía feliz, me sentía yo mismo, y me sentía todos al mismo tiempo.

Es hora de dormir, mañana es Lunes y se avecina una semana interesante.

 

El cielo y tú.​

Diario de Ellie - Página 23 - Año 2528​

Ayer sufrí de un episodio de frustración, en el que había perdido las horas invertidas de mi trabajo al caer por las escaleras de un edificio.

Pero fue un error, y errar es algo muy característico de nosotros como humanos. Lo primero que se me ocurre es salir y mirar todo, porque mi mente al instante se fuga en un tema completamente a la razón de mi momentánea ira.

Por ejemplo, hay ocasiones en las que miro hacia cualquier lado, y me parece encontrar en todas partes un vacío; a lo lejos en el camino, no puedo distinguir el lugar al que me lleva, el agua del mar es tan inmensa que el miedo a perderme se hace cada vez más grande, a pesar de mi fascinación.

... Y entonces miro el cielo, algo que ni si quiera puedo darme el lujo de tocar, más grande que cualquier cosa terrenal, y más misteriosa que las profundidas del mar.

Me gusta comparar el mar y el cielo, ya que el primero siempre refleja lo que ocurre en el segundo. Los días claros, el sol cambiando de dirección, y en la noche, las estrellas se ven multiplicadas en la tierra, aunque esto sólo es una ilusión. La penumbra del oceano es similar a la del espacio que se encuentra más allá de nuestra mortalidad, ya que en ambos casos, descubrir lo que habita ahí, nos exige un esfuerzo sobrehumano.

Yo era muy pequeña, frágil -al menos de aspecto- y sin embargo cada día soñaba con la inmensidad. A pesar del miedo, y más allá de la incertidumbre, no tiene nada de malo ponerme a soñar con la mirada perdida entre el cielo y la tierra.