Ciudad Lienzo (Rol Base)

Reprimí un suspiro de decepción, no lo había logrado, ella lo había notado pero que mas iba a hacer, solo me quedaba conocerla más aun de lo que ella posiblemente me conociera y asentí ante su comentario

— ¿Quieres que te lleve a alguna ciudad?

 

Ambos nos habíamos dado cuenta de lo que el otro estaba callando, sin embargo lo entendíamos y comprendíamos la situación.
—¡Claro que sí! ¡Vamos! Pero antes tenemos que regresar por Chiko, no se puede quedar solita...—contesté ante su pregunta logrando que la conversación permaneciera en donde debía, en lo pasado.

 

Sonreí ante eso y tomé su mano para dirigirnos con la enfermera Joy que le dio a una alegre chikorita a Nicole, sin duda estaba alegre de ver a su entrenadora — ¿A que ciudad quieres ir? — pregunté una vez que salimos del centro y Staraptor venia hacia nosotros

 

Me quedé pensando un buen rato, conocía las ciudades pero no su ubicación ni por la ruta en la que se llega ni nada semejante, hasta que se me ocurrió un nombre.
—¡Tempera! De seguro es agradable ¿verdad que sí Chiko? —dije mientras sostenía en brazos a Chiko.

 

Témpera... era la ciudad mas cercana que teníamos — Anda... partamos antes de que nos abandone la luz del sol — dije sonriendole mientras nos dirigíamos fuera de lienzo camino a la ruta 301

 

— He... Torchic, ¿enserio crees que es por aquí?..— Le pregunte a mí "muñeco" al ver el lugar tan solitario, Torchic salto de mis brazos y salio corriendo.— ¿¡He!?, ¡Torchic espera, no me dejes aquí!.— grite y sali corriendo tras de torchic.

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creo... és así...

 

Aterricé en la ciudad y me acerque al centro pokémon donde entregué mis 6 compañeros que lucharon fieramente en el Claro Pincel contra la fuerte Leaffy.

 

Skarmory aterrizó suavemente sobre el césped de Ciudad Lienzo, frente al centro pokémon por supuesto. Ingresé por las puertas corredizas de vidrio y me dirigí hacia la Joy de Lienzo y su Chansey, que rápidamente pasaron a curar tanto a Arcanine como a Blastoise.

—No hay señal de Hubert… parece que hemos ganado esa carrera —le sonreí a Skarmory, acariciando su pico metálico, el cual levantó la cabeza con orgullo.

 

—LLegas tarde —dije repentinamente desde un sillón cercano en los interiores del Centro Pokémon, mirando un pequeño reloj de bolsillo que llevaba en la mano. A mí lado, Pidgeotto picoteaba algo de comida. Miré a Effy con una sonrisa— Parece ser que, por esta vez, soy el ganador. Mi sabor favorito es el chocolate amargo.

 

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Tramposo, yo posteé primero ¬¬ (?)

—Hm, sí, seguro… —dije, apartando la mirada—. Si llegaste tanto antes que yo, pruébalo… la enfermera Joy dice que no te notó hasta recién, así que no vale como testigo… ¿cómo se que no entraste cuando yo ya estaba aquí adentro?

Sonreí; me interesaba saber como lo probaría, podía ser un pequeño juego interesante...

 

—No tengo pruebas para demostrar que llegué antes, como así tampoco cuentas con indicios de que arribé en segundo lugar... ¿O sí? —extendí los brazos en actitud desafiante, invitándola a replicar—. Sorpréndeme, Effy.

 

—Claro que sí… ok, no cuento con pruebas, pero valía la pena intentarlo. ¿Tregua? —ofrecí, a la vez que recibía a las dos pokebolas—. Vamos, esas batallas me dejaron con algo de hambre… hay un buen puesto de helados aquí cerca.

 

—Tregua —concedí, incorporándome y devolviendo a Pidgeotto a su pokébola, pues ya había saciado su apetito—. No me vendría mal un helado, ya que estas batallas también dejan a uno un poco acalorado.

Salimos del Centro Pokémon, charlando animadamente.

 

—Yo te sigo, hermanito... —dije acercándome a él y tomándolo del brazo sin soltarlo. —¡Qué emoción! ¿Verdad que sí Chiko?—decía mientras emanaba un aire de alegría viendo a Chiko adelante de nosotros, como si ella quisiera tomar el mando. —¡CHIKO!—contestó igualmente alegre.

 

Caminamos hasta el puesto de helados que yo conocía, donde yo adquirí uno de limón con forma de cara de Psyduck, mientras que Hubert ordenó uno de chocolate con forma de cada de Sneasel. Luego nos sentamos en una banca de una plaza no muy lejos para proceder a tomar los helados… estaban bastante frescos y deliciosos.

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@Rin Megurine si quieres que nuestros personajes se conozcan este es el momento para que aparezcas XD

 

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Nota: Por cuestiones de comodidad, edité mi último mensaje en Pradera Arte e hice que Serperior y Maractus se vinieran con Hubert a Ciudad Lienzo, en vistas de que la actividad de Steve terminó y, parecer ser, no van a volver de momento. Prometo que no volveré a hacer esto XD

Como respondiendo a mis pensamientos, un mensaje de Steve nos llegó a través del Holomisor. Mientras consumía el helado con cuidado de que no goteara sobre mis ropas, abrí el mensaje con cierto temor, pues todavía recordaba al poderoso Mewtwo que dejamos atrás. Afortunadamente, Kappa y sus pokémon también habían sido derrotados: Steve nos estaba dando sus más sinceros agradecimientos en el mensaje, avisando que todo salió bien.
No conocía muy bien a Destiny, apenas la había visto, ¿una? ¿dos veces? Pero debía ser una entrenadora de considerable nivel: ¡se había enfrentado a Mewtwo y salió victoriosa!

Enseñé el mensaje a Effy, a sabiendas de que su Holomisor de seguro lo había recibido a estas alturas.

—¡Nuestro grupo ha vencido! —exclamé sonriente.

 

Saqué mi holomisor para comprobar lo que él decía, y descubrí que tenía dos mensajes nuevos. Leí el primero y sonreí al leer las palabras de Steve.

—Sí, eso parece —le devolví la sonrisa a Hubert—. Pero también tengo otro mensaje más… oh, es del Torneo Acrílica. Al parecer está por comenzar, deberíamos encaminarnos hacia allí, ¿no crees?

 

—Conque ha llegado el momento del gran Torneo —comenté, cerrando los ojos y terminando los restos de mi helado. Encesté el palillo restante en un tacho de basura cercano, al tiempo que me levantaba de la banqueta. Me volteé, dirigiendo una mirada afable a Effy— Partamos enseguida; No sería digno de nosotros el hacer esperar a nuestros compañeros o contrincantes.

Saqué de su pokébola a Pidgeotto, para montar en su lomo con agilidad.

—Y tengamos una batalla cuando lleguemos a Acrílica, para ir calentando. Dos contra dos —entonces extendí mi mano, ofreciendo la infinitud del cielo— ¿Vamos?

 

—Usted sí que sabe lo que una dama quiere —reí, liberando a Skarmory y subiendo sobre él, aún lamiendo el poco helado que me quedaba—. ¡Adelante! ¡Torneo Acrílica, aquí vamos!

Y sin más, los dos despegamos hacia el claro, vasto e infinito cielo azul.

 

Luego de curar a mi equipo decidí ir por mi pelea, en Isla Caballete tendría que recoger al rival..