[Capitulo Diez]: ¿Quién quiere trabajar?

— Lo siento —susurré, no sabía el porque, pero sentía la necesidad de hacerlo, luego miré fijamente a Gakupo-san, tratando de contener las ganas de llorar— tiene que llevarlo a dirección, donde lo sellarán para aprobarlo y agendar su audición con los del café para después de clases —comenté tranquilamente— me imagino su prueba será atender mesas, aunque no se quienes sean los clientes —sonreí amistosamente.

 

Bajé el papel y me quede mirándolo. No, la situación no estaba bien, estaba seguro que lo que menos quería Len era que lo vieran de esa manera.
—Bien— sonreí—. Debería acompañarme entonces— bebí el último sorbo de café y me puse de pie— con su permiso Kagamine-san, Luki-san— hice una reverencia a ambos y miré a la chica que estaba acompañando a Luki, no me había presentado pero de igual manera ella ya se había enterado de mi nombre por lo que hice una reverencia sencilla. Tomé a Len de la mano y me lo llevé de ahí— No hay tiempo que perder— dije con una sonrisa, dirigiéndome hacia las puertas, una vez fuera le solté y suspiré.

 

— Lo entiendo.... — dije en un suspiro, míentras veia a Len y Gakupo salir, ví a Luki-san y me despedi.— B-Bueno me voy a la biblioteca.... Adiós.— Sali del comedor controlando las ganas de llorar, fui a la dirección a llenar la ficha de intrumentos y después fui a la biblioteca para empezar a estudiar y despejar mí mente.

 

Sentí la mano de Gakupo-san llevándome lejos, quizá se dio cuenta de mi situación, de ser así, me sentiría peor de lo que estaba ahora, seguro sigo siendo un niño llorón que depende de la inmadura de su hermana, sigo siendo infantil y sigo siendo tonto. Al salir, cuando el me soltó, cuando suspiró, no pude evitar llorar.

— L-lo... —empecé a balbucir con mi rostro rojo— ¡Lo siento! —sentía la necesidad de gritarlo, de decirlo, traté de limpiar mis lágrimas, más estas seguían fluyendo, no cabía duda, yo aún era un niño llorón y un estúpido "shota", y admitirlo me dolía, no quería serlo, me sentía tonto, imposible— ¡Ah~! —grité molesto para después calmarme lentamente.

 

[Él solo se llamó shouta .-. Eso es un gran paso]

No dije nada, solo lo deje llorar. En estos momentos lo único que necesitaba era desahogarse, cuando por fin se estaba calmando, hablé:
—¿Te disculpas por llorar?— sonaba burlón pero no me estaba mofando de él, es más lo dije en el tono más serio que pude. Recordé a Mikuo, en cierta manera lo de el rubio y él era una situación similar con pequeñas diferencias. Lancé un pequeño gruñido— Esto de tener hermanos es molesto— esperé a que se calmara más, dándole la oportunidad de que se desahogase.

 

[En su mente lo dijo, aún no lo lleva a los demás... ¿Soy yo el único que extraña a Mikuo? XD]

— Lo es —dije frunciendo el ceño— pero ¿Qué puedo hacer? —comenté mientras caminábamos a la dirección— usted sabe lo insoportable que estuvo estos días y que incluso me ignoraba —inflé las mejillas, aún necesitaba tiempo para entenderlo, para entenderme— quisiera que ella fuera... ¿menos bipolar? Si me va a ignorar que lo haga bien y no se venga con jueguitos —dije molesto para después suspirar.

 

[Yo lo extraño pero Gakupo se siente aliviado ^^.]

—Ya, Len, ¿sabes algo? Te atormentas más que un adulto— Le dije con una sonrisa amable. Cuando miré al frente mi rostro se volvió serio, el único que podía comprenderlo en estos momentos era Mikuo. Yo solo tuve una "hermana" pero era como si no existiera para mi, considerando que la veía casi una vez al año. No podía simpatizar con su sentir—. Esta vez quiero disculparme yo por no ser útil— comenté un poco apenado mientras seguíamos caminando a dirección.

 

Me encontraba leyendo un libro en la biblioteca tranquila mente, cuando escuche la puerta de la biblioteca habrirse, como reflejo volte hacia la puerta y vi a una chica rubia de ojos azules entrar, un momento me recordo a mi hermanita Defoko... porcierto, ¿donde estara?, di un suspiro y segui leyendo el libro.

[ Me a jalado Rin, porcierto perdonen la ortografia el cel qu tengo e chafa. xd ]

 

— Entiendo... —comenté mientras buscaba algunos dulces entre mis bolsillos— quizá necesito un poco de glucosa —reí secamente tratando de aliviarme— por lo menos me consuela no ser la sombra de ella, solo que las relaciones entre gemelos siempre son complicadas —había leído cuando era niño, que los gemelos tendían tendencia a estar siempre juntos o tener los mismos hábitos, aunque en esa época me hacía sonreír ahora pensaba— molesto...

 

—¿Sabes? Morirás joven si sigues comiendo tantos dulces— reí y le di golpes "amistosos" en la espalda, si le tocaba el cabello probablemente se sentiría como un niño—. Lo bueno que no tuve hermanos— sonreí para mí—, no se que habría echo con uno— fingí un escalofrío y lo miré— Pero aún así creo que lo mejor es que hables con ella Len, tarde o temprano lo tienes que hacer— comenté de manera seria.

 

— Si yo hubiera tenido un hermano mayor como Gakupo-san, o como Luki, incluso como Mikuo, me sentiría feliz —comenté por lo bajo para luego mirar a Gakupo-san con una cara de horror— por ahora lo mejor es esperar, tampoco sé que le voy a decir, en realidad no estamos peleados —comenté para comer mis dulces— ¿Quiere alguno?

 

—¿Eh? ¿Dijiste algo?— Creí escuchar un murmullo pero lo ignoré—. Sé que no están peleados, pero deberías poner en orden tus sentimientos respecto a ella y que ella los pueda entender— Me encogí de hombros, un inexperto como yo, ¿cómo iba a opinar de algo importante como eso?— Solo olvídalo...Dame uno— me detuve y estiré mi mano para que depositará un dulce de banana en mi palma. Sonreí, al menos lo anterior ya se le había pasado.

 

— Ahora debe apurarse a depositar "eso" —dije cuando estuvimos frente a la dirección— Gakupo-san... —le sonreí mientras sacaba de mi mochila algunas notas apra ver recetas que podría probar, tenía que sacar lo mejor de mi en esta audición del café, eso me hacía sentir bien y relajado.

 

—De acuerdo, de acuerdo— dije cuando me apuro a depositar el papel. ¿Por qué le hacía caso en todo? Quizás una parte de mí lo veía como un hermano, un hermano que hubiera querido tener. Deposité el papel y cuando mencionó mi nombre volteé a verlo. —¿Qué pasa Le...?— corté la frase para mirar las hojas que estaban en sus manos, enarqué una ceja— Y eso es...

 

— Pues son más hojas de inscripción —dije como broma, esperando unos minutos para verla reacción de Gakupo-san y posteriormente echar a reír— en realidad son recetas para mi prueba de hoy, quiero quedarme con el puesto —comenté tranquilamente mientras recogía algunas hojas que caían al suelo.

 

Respiré profundamente y con toda la calma y serenidad que puede dije: —Digamos que... como a mi me tenían estudiando con maestros particulares con instrumentos complicados mi madre se quedaba sola... después de un tiempo cuando volvió mi padre por un mes ellos obtuvieron el embarazo de Akaiko, pero no fue mucho después de que ella tuviese conciencia y nosotros nos retiramos de la familia comenzaron a amaestrar a mi hermana al igual que a mi, claro que como ella no podía controlar un violín como yo la obligaban a ensayar todo el día... a esto mi madre se quedó sola de nuevo... Un día... mi padre volvió de sorpresa a casa a la mitad de una de sus giras y pues... (silencio incomodo)... encontró a mi madre engañando le...— Me recargué en la mesa —Digamos que mi profesor de Guitarra y mi madre tenían una relación o algo así, misteriosamente después de eso no supe nada más de ambos... Mi padre tiene mucho poder... y no dudo que ahora estén... muertos.— Me sequé la humedad excesiva en los ojos y respiraba para aclarar mi garganta. —Mi padre ya no iba a casa prácticamente para nada... caí en depresión, me hundí hasta lo más bajo... sin saber que lo que tenía que hacer era cuidar de mi hermana menor que a partir de eso estaba sola a no ser por la servidumbre de mi hogar... Una tarde desperté en un hospital cuando me "recuperé" me dieron la noticia de que Akaiko... no estaba por ninguna parte.— Me hundí entre mis brazos que estaban cruzados sobre la mesa. —Hoy en día no hablo con mi padre... prácticamente para nada... tengo una cuenta en el banco que se llena día a día, ni siquiera se molesta con exigirme nada... se puede decir que "soy libre de tomar mis propias decisiones". Claro que en un futuro tengo que ser el sucesor de mi padre en la orquesta... por eso no puedo alejarme de la música, esta tatuada en mi, cada instrumento... cada nota...— Me levanté de la mesa y arrastré a Kaiko fuera de la cafetería, de mi bolsillo saqué una cajetilla de cigarros y opté por usarla, mi mente estaba hecha un nudo del tamaño del mundo.

 

Estaba a punto de desmayarme hasta que comenzó a reírse. No pude evitar reírme con él.
—Solo ruego no tener una indigestión— bromeé, estaba seguro que este día comer no sería un problema para mí. Me acerqué a él y tomé algunas de las hojas para que pudiera recoger las que seguían cayendo al suelo— Son muchas ¿no?— En verdad estaba comenzando a inquietarme.

 

Vi que un par de chicos llegaron a acompañarnos a nuestra mesa, y aparentaban ser amigos de Len. El alto chico de largo cabello morado parecía algo decaído y no se molestó en presentarse. No le tomé mucha importancia, aunque me quedé con la intriga de conocerle. Mientras él y Len conversaban, observé al otro chico que llegó y se sentó frente a mi. —Mucho gusto, Megurine-kun. Yo soy Akita Neru.

(Contesto realmente tarde, lo siento. Buenas tardes)

 

—Si eres nueva en la Academia ¿verdad? No te había visto antes— dijo del modo más amble posible, volviendo a forzar la sonrisa que solía mostrar. Desde que se había topado con los chicos, había tenido un mejor humor, sin duda; se estaba distrayendo totalmente. Pero... si se desviaba de mirar a la persona con la que hablaba y enfocaba la vista más adelante moría un poco. —Eh...— Por un segundo, o eso quería creer él, se quedó en blanco. —Lo siento, no soy muy bueno haciendo conversación.

//Oh, buenas tardes owo No te preocupes~

 

—Si, acabo de llegar esta mañana y...— Mi celular vibró. Era extraño porque aún nadie tenía mi número... excepto mis padres. Revisé y me dí cuenta de que, en efecto; mi padre me habían enviado un mensaje para avisarme que me pondría saldo extra y depositaria más dinero en mi cuenta bancaria. Yo no estaba ni acostumbrada ni necesitada de lujos; me bastaba saber que tendría saldo para ser feliz. Volteé de vuelta con Luki. —Perdona, mi padre me mandó un mensaje que...— Observé que tenía la mirada perdida. Miré a mis espaldas y centré la mirada en una mesa donde estaban un chico pelirojo y una chica pelizaul. —Esto... Yo tampoco soy muy buena conlas conversaciones pero, te importa si te pregunto... ¿a quién miras exactamente?— Sería sumamente extraño que me topase tan rápido con un homosexual en la Academia.