—Espera un segundo Mizu, no tienes ni idea de lo que haría por ti —sonreí, mientras me separaba de ella sin dejar de abrazarla y mirarla a los ojos—
—Enfrentarme yo mismo al pokémon mas fiero, ir a la luna, darle la vuelta al mundo en 40 días, y otro montón de cosas consideradas imposibles, ¿Convencida? —sonreí—