Miré a Quilava sonreir, era algo extraño pero a la vez bonito —Así me gusta —acaricié la cabeza de Quilava—
— Quien sabe.. tal vez tengas razón — dije mirando mi vestimenta antes de volver a mirarla — Para mi vacaciones es desaparecer toda una temporada, como lo que acabo de hacer, solo que ahora... creo que me encontraste, así que doy terminado mis vacaciones...
Mientras acariciaba a Quilava, recordé donde podría conseguir la Piedra Alba, pero necesitaría más puntos para no acabar endeudado de nuevo, Kirlia miró a Mizuki
—Bien, me parece bien… has estado desaparecido mucho tiempo, así que es hora de sacarte del retiro —le sonreí mientras caminábamos a través de la nieve. A lo lejos, distinguí a Rojo y Mizuki junto a un Kirlia y un Quilava que les pertenecía respectivamente si la memoria no me fallaba—. Ven, Rojo y Mizuki están allí, es de mala educación si pasamos sin saludarles, ¿verdad?
Me enternecí, ya que Quilava se había quedado dormido, así que le dejé tranquilo en un cojín para que durmiera cómodo, Kirlia negó con la cabeza, y sonrió levemente
— Que va.. me gustaría que el retiro fuera permanente — dije como si fuera lo mas normal del mundo hasta que me di cuenta que la había empezado a seguir hacia donde estaban los demás — Yo pensaba seguir el camino donde no había nadie...— me detuve mirando el camino que tenía intenciones de tomar y luego el de ella, no es que no quisiera ir, pero peligro y me encontraba personas a las que tuviera que explicar mi segunda desaparición
Me senté en el suelo y miré a Quilava el cual estaba dormido y sonreí--Que tierno eres mientras duermes--Dije sonriendo mientras lo miraba dormir
Me habia quedado pensando asi que sali de mi mundo de pensamientos y veo a los chicos de nuevo --Perdon pero me quede pensando--Les dije sonriendo--
—¿Nos encontramos antisociales hoy, eh? —reí, deteniéndome en seco—. No tienes que decir nada… yo soy así las veinticuatro horas. Pero si quieres, hay otro lugar al que podemos ir, un lugar que hoy en día nadie visita… claro, si eso es lo que quieres al fin y al cabo.
Suspiré, si quería ir a la casa del Montañero Subastas a comprar la Piedra Alba, necesitaría más puntos, y el hecho de que me sería difícil conseguirlos me desanimó, pero no tanto como para darme por vencido
— Cosas que pasan...— dije en un suspiro — Vale.. entonces te seguiré — miré el camino, solo eran dos personas ¿cierto?, nada malo debía pasar
Miré a Mizuki —¿Te apetece un combate? —le sonreí desafiante— Así entrenamos a Kirlia y Poliwag, un 3vs3, ¿Qué me dices?