[Gladiadores] Rehenes de un imperio

Sebastian

Reí tras ese comentario deteniéndome el estomago pues me dolía al demostrar mi felicidad —Mi nombre es Sebastian— le dije para después escuchar aquella pregunta que me descarto mucho — yo supongo que ellos sintieron que no se esforzaron debido a que algunos mecenas les exigen demasiado, en realidad a mi también me gustaría saber con certeza lo que les pasa, pero concuerdo contigo, al estar aquí ya es ganancia— le dije con voz algo débil pues el dolor me impedía hablar bien.

 

Iulian

—Esta mentalidad no los hará ganar una pelea, ¿Por qué no simplemente olvidan sus errores y se ponen a entrenar? Es por ello que no creo que mandar esclavos al Coliseo sea buena idea, el Coliseo debería estar rodeado de personas dispuestas a pelear y dar todo—

 

Sebastian

Me sorprendio la manera de pansar de ese chico — Al fin alguien que pienza como yo— dje riendo con mas cautela— y dime ¿Qué es lo que te trajo hasta aqui?— Le pregunte curioso pues su aspecto no me parecía mal.

 

Brazhan

— ¿Y crees que la mayoría de los que estamos aquí, en verdad queremos esto? — Le dije a aquel tipo, con el ceño levemente fruncido. Pues, a mi parecer el estaba equivocado. — Los esclavos no podemos elegir, seré gladiador ahora, pero no es mi deseo combatir en una asquerosa arena. — Continué, acercándome un poco más para que el pudiera escucharme mejor, puesto que me sentía debilitado para hablar.

 

Iulian

Miró al joven que había interrumpido su amena plática —Pues si tu no deseas estar aquí debiste quedarte como esclavo— desvió su mirada de nuevo a Sebastian —Vengo de Ludus Dacicus, un lugar donde entrenamos para convertirnos en Gladiadores, he venido bajo mis propios pies...—volvió la vista de nuevo hacia Brazhan—...como un hombre libre— le dedicó una gran sonrisa.

 

Opelius

Salía de su habitación y aún en su cuerpo se notaban los parches con sangre seca. Se frotó las muñecas, estaba cansado pero la noticia de dos muertes más de sus hermanos lo tenían derrumbado. Pensó en Scato… y no pudo dormir más.

Por eso ahora mismo se encontraba caminando, viendo con el entrecejo fruncido al hombre que hablaba sin saber. Él nunca hubiera querido ser un maldito esclavo y menos pelear para la diversión de hombres ajenos a él y a todos los que se encontraban allí. Extrañaba el aroma salado del mar, las mañanas enteras pescando y viendo su piel dorada por la mezcla de la sal y el sol en su cuerpo.

No pudo evitarlo más y se acercó a Iulian pisando fuerte. Lo giró por el hombro y sin mediarlo más, llevó su puño hacia su rostro a una velocidad atroz.

 

Iulian

Sintió la presión en su hombro, lo giraron y recibió un golpe en la cara el cual no pudo esquivar
-Entonces esto es un golpe de un Gladiador, deprimente...-

 

Tertius

Abrí la puerta de una patada. El de negro no me inspiraba demasiada confianza, por lo que convenía demostrarle quién mandaba... O tal vez podríamos ser amigos, para ya es demasiado tarde.

Me acerqué con pasos cortos hasta el sujeto que se hacía llamar Iulian, ubicándome entre él y Opelius (@rapuma). Mi mirada inquisidora se encontró con la suya. Empecé a caminar en círculos alrededor de él, examinando cada detalle de su persona. Me tomaba el mentón con la mano, como uno de esos hombres que se dedica a pensar durante horas. De vez en cuando me detenía, me agachaba un poco para buscar cicatrices, y continuar dando vueltas alrededor.

—Hum... —murmuraba, rascando mi principio de barba.

Realicé la misma ceremonia con el hombre que vestía ropajes oscuros. Su cara podría haberme servido para encender una fogata: era piedra pura. Por otro lado, sus músculos parecían ser muy sólidos.

Le palmeé un pectoral con el dorso de la mano para comprobarlo.

@Amelie

 

Aquel hombre levantó la mirada, sus ojos tenían agua a punto de derramarse; pero el agua no corría, se contenía tras un rostro bastante severo.
—Si vienes a preguntarme como llegué aquí, evítalo; mis heridas aún están muy frescas—

 

Laberius

El día había sido agotador, demasiado, y aún sentía los efectos del alcohol que ingerí antes de los combates, con la gracia de Marte había logrado obtener la victoria, ahora solo necesitaba dormir, aunque claro, primero deseaba darme un buen baño. Al ingresar al subterráneo, divisé a Brazhan y Sebastian intercambiar palabras con unos nuevos..., no sabía que eran. "Esclavos, quizás..."
Dado mi actual estado de ánimo, opté por cruzar de largo e ir a las bañeras.

 

Sebastian
—Hey tranquilos— dije tratando de detener a aquel tipo que agredia a Iulian

 

—¿Por qué terminaron en este lugar? —la pregunta iba dirigida a ambos hombres.

 

Iulian

—No te molestes Sebastian, su golpe sólo ruborizó mi pómulo. Eso es algo que podría hacer una bella señorita— Después clavó la mirada en el hombre que lo había rodeado con mirada inquisitiva — Yo provengo de Ludus Dacicus, he venido a demostrar mi valía como Gladiador. Jamás he sido esclavo—


El otro hombre se quedó callado volviendo a bajar la mirada, recargándose en una pared y cruzando los brazos.

 

Sebastian

sonreí al saber que estaba bien —¿Dijiste Ludus Dacius?— le dije sorprendido pues había escuchado sobre aquel lugar e incluso estado ahi en secreto —Wow me sorprendes— Le hice saber —Brazhan comportate— Dije pues sus palabras no fueron tan amigables y al mismo tiempo recordando cuando abrio la boca con Cornelia, seguro habria pleito si no controlaba su forma depensar.

 

Tertius

Agarré a Iulian por lo hombros y lo zamarreé fervorosamente, abriendo los ojos como un búho.

—¡¿Viniste voluntariamente?! ¡¿Estás loco?! —lo solté y le di la espalda, para tomar un poco de aire... Entonces lo miré por sobre mi hombro, con una mirada que expresaba lástima—. Los Gladiadores somos esclavos del Imperio... —su actitud me molestaba ligeramente, por lo que se me escapó un:— Esto no es un juego, niño...

 

Sebastian
Al parecer Tertius tenia razon, el estar aqui era como un suicidio, pero que mas daba el queria estar aqui, asi que no podiamos sacarlo al contrario podria ganarse mi respeto.

 

Brazhan

—Me comportaré cuando se me de la maldita gana.— Le respondí a Sebastian. Este sujeto nunca se cansaba de hacerme saber que tengo que hacer o como comportarme, que se valla al demonio.
Sin más, le mandé una última mirada rencorosa a ese sujeto y como pude, con mis dolores, me fui derecho a mi cuarto dispuesto a descansar un poco.

 

Iulian

Le dio una gran palmada de aprecio a Sebastian, después se dirigió a Tertius —Esto no es un juego para mi. Se que venir puede implicar mi muerte; pero la pelea está en mis venas y de este modo demuestro honor y satisfacción a todo mi Imperio, yo no vengo en condición de eslavo, yo vengo libremente a ganarles. Yo doy mi vida por un combate porque de esa manera me siento más vivo que nunca. —Miró ferozmente a Tertius y lo encaró—Yo no le temo a la muerte—

 

Tertius

Me tomé el mentón durante un momento, asimilando sus palabras con los ojos cerrados.

—Me agradaba tu espíritu de combate, pero una cosa he de aclararte: tu honor y satisfacción no valen nada para el Imperio. Sólo la diversión que les puedas otorgar. Sólo eres un juguete que desecharán apenas quede inservible... ¿Y tú podrías decirnos tu nombre, por lo menos? —agregué, mirando al de ropa negra.

@Amelie

 

Iulian

—No me importa que los demás se diviertan, me importará poco que mi cuerpo termine en una fosa. Yo estoy aquí para satisfacer mis deseos de lucha, vengo a escuchar mi nombre siendo aclamado por la gente, vengo a convertirme en una leyenda; podrás decirme todo lo malo que hay en el Coliseo, con el Emperador o con el Imperio, pero eso no me detendrá—

El otro hombre levantó su quebradiza mirada —Zain, y yo destruiré todo lo que ese hombre venera. Haré que su maldito Imperio quede sepultado en cenizas...—

Iulian sólo comenzó a reirse ante el comentario de Zain—Mejor no hubieras hablado—