[Capitulo Nueve]: Manos a la Obra

—jajaja valla que impuntuales— dije mientras miraba a ver a Defoko —bueno no me considero que cante excelente pero, trato de dar mi mejor esfuerzo— dije sonriendo —¿y tu cantas bien?—

 

Mire a Lily-- señorita impuntual a sus ordenes-- rei-- Pues si consideras a un tigre cantando, cantar bien-- suspire-- entonces si canto bien-- sonrei mirandola, no era tan mala cantando... pero el ser invisible por tanto tiempo y no socializar habia afectado a mi voz

 

—valla debes ser un muy buen tigre cantor— dije riendo —¿y, las clases son muy complicadas? — pregunte mientras sonreía mirando a Defoko —sabes, nunca antes había estado en un colegio de música—

 

Mire a Lily riendo-- si lo soy-- dije con sarcasmo-- todo depende de ti, si las quieres faciles seran faciles, si las quieres dificiles seran ... el infierno-- dije con tono tetrico -- yo tampoco nunca habia estado en una escuela de musica pero es divertido--

 

El día anterior había sido bastante aburrido, (al menos para mi) todo el día estuve en el aula esperando a la pequeña rubia, lamentablemente ella nunca apareció, y mi presencia era casi in notoria, nadie me despertó por lo que pase la noche allí, en la mañana los rayos de luz que entraron por la ventana me despertaron bastante temprano, al notar mi tremendo error tomé mi bolso y caminé de mal humor a mi habitación por ropa y las cosas de baño para ducharme, entré a la regadera y a los 15 minutos salí del lugar que había quedado húmedo por el agua que hacía vapor gracias a el calor que emanaba de mi cuerpo ligeramente marcado, estaba bastante malhumorado pues mi abdomen estaba acalambrado de tanto dormir en ese lugar tan incómodo. Fui a la cafetería comí algo ligero y regresé a el aula tratando de estudiar un poco de un libro de literatura española que había mandado mi padre por su gira a Madrid. Para variar, saber de el en este momento no me ayudaba en lo absoluto con mi humor de perro.
Un par de chicas llegaron al aula una hora después de los primeros 3 capitulos de mi libro.


Siento mi desaparición, los proyectos finales me están matando.

 

—oh,ya veo, y cierto esta escuela es bastante divertida — dije mientras observaba hacia toda el aula cuando al fondo del salón mire a un chico me acerque a Defoko y en tono de susurro le pregunte —¿quién es él—

 

Había estado un poco distraída durante los momentos en que había estado en el aula, estuve viendo la ventana todo el rato y no le puse atención a nada más. ¿El aula estaba vacía cuando entramos? ¿Será que habíamos llegado demasiado temprano? Estaba haciéndome preguntas que no tenían demasiado sentido. Decidí volver a poner atención a mi alrededor y pude ver que Akaito estaba no tan lejos de mi — Oh, hola Akaito — Le salude amable — No te había visto — Reí avergonzada — ¿Cómo dormiste? — Decidí preguntar para hacer un poco de charla.

 

Levanté ligeramente la mirada, retiré mis lentes (solo los usa para leer, le hacen parecer intelectual o disimulan muy poco sus actuales ojeras) la chica llamada Kaiko me habló, de esto no sabía si era bueno o no, desde ayer que no hablaba con nadie... — Hola, pequeña — Dije con una sonrisa extraña bajando mis anteojos y cerrando el libro con toda la delicadeza que mis manos podían. —Me temo que no, pasé la noche en esta aula, ya van un par de noches que no duermo en mi habitación. Mi cuerpo esta cansado... — Aclaré mi garganta buscando un tono de voz mejor y más claro. —¿Has pasado una mejor noche que yo? —

 

Casi nunca hablaba con Akaito y me pareció gracioso que me llamara pequeña, deje que respondiera a mi pregunta — Dormiste aquí? — Pregunté preocupada y según lo que contaba tampoco durmió bien los días anteriores — Usted se siente bien, Akaito? Puede ser malo dormir tan poco — Puse mi mano en su frente para ver si todo estaba bien.

(Lo siento, el celular no tiene algunos signos u.u)

 

—Lamentablemente si, pareciera que fui invisible a todos ayer, y aquí me quedé, obviamente sin querer.— Me recargué en el pupitre apoyándome en mis codos, Kaiko-chan tocó mi frente con una de sus pequeñas manos, la sentí bastante fría, no tenía idea si mi temperatura estaba mal, o, si ella era demasiado fría. —Mi humor esta en picada, no me siento de la mejor manera, pero creo que esta bajando...— Cerré los ojos desde que ella posó su mano en mi frente.

 

—Quizá... No sé, puede que sintamos algo cuando veamos a nuestra "Kaiko" o "Luka" —me rasqué la cabeza, esa era la única manera en la que podía expresar ese pensamiento.

 

Recordé como ayer vi a Akaito dormido y no lo desperte porque parecía bastante cómodo allí dormido y me sentí culpable — Lo siento por no despertarte ayer — Decidí disculparme — Realmente te sientes mal? — Pregunté, parecía que no era fisicamente sino emocionalmente que se encontraba cansado — Que tal si comemos un helado más tarde? A mi eso siempre me anima — Le ofrecí, no estaba segura si a Akaito le gustaran los helados pero a mi me encantaban y siempre me hacían feliz.

 

— Pues yo las he visto, pero no siento nada —sonreí mientras me sentaba dentro del salón— pero sabe Tenchou-san, creo que estamos mejor solteros por ahora, sino estaríamos explotando nuestras cabezas como Luki y Mikuo —dije a modo de broma.

 

—¿Tú crees? —me senté a su lado. —Quizá encontrar a esa persona especial no sea tan malo, solo imagina algo no tan... "Explota cabezas" como dijiste. —saqué tela, aguja y demás cosas de mi bolsa para hacer un bloomer debajo de la mesa.

 

Pareciera que Kaiko-kikichan se sentía culpable, esa no era mi intención al mencionarlo, todo lo contrario, me parecía gracioso, más aún porque me confirmaba que todos vivían dentro de sus problemas y situaciones... Negué con la cabeza con una pequeña sonrisa un poco más natural. —No te sientas mal, esas cosas suceden porque no estoy siendo ordenado con mis cosas, y mi vida personal esta afectando mi rendimiento en absolutamente todo. Por otro lado, el helado suena bien, con que no me hagan comer nada dulce todo estará perfecto. — El rubio entraba al salón, por alguna razón me agradaba escuchar sus bromas (Que ya eran constantes) —Espero que esta clase no sea aburrida—

 

—Pero los helados son dulces... — Respondí ante el comentario de Akaito de no querer comer nada dulce — Aunque podemos comer algo que a Akaito le guste, a usted que le gusta comer? — Le pregunté curiosa.

 

— Se dice que para el amor no hay sexo, ni edad —dije como broma— ¿Qué pasaría si Tenchou-san se enamora de alguien que fuera un hombre de 60 años? —eso sería posible, ya que el amor cuando llega, llega— entonces... ¿Eso te gustaría? Y más si ese hombre te viera con el traje que usarás esta tarde.

 

—Créeme que lo último que haría sería enamorarme de un hombre que podría ser básicamente mi abuelo. —reproché— Y no me gustaría para nada, menos sí me ve con el traje. —Baje el tono de voz— De seguro pensaría que soy una chica "sucia" —bajé la mirada, volví a hablar normalmente— Preferiría una chica, ya sabes... Como cuando eres heterosexual. —Aclaré

 

Reí un poco —Lo dije con sarcasmo, pequeña. — Levanté una de mis manos y revolví su cabello. —Cuando era pequeño no me dejaban comer nada de dulces, me decían que afectaba mi atención en las prácticas con los instrumentos, así que les tomé un poco de odio, hasta la fecha no me agrada comer cosas dulces. Mi comida favorita es la picante— concluí.

 

— Se dice que el amor no conoce fronteras, por lo tanto para ellos no existe la heterosexualidad y homosexualidad —pensé en esos poemas de los diversos libros de la biblioteca— así que aunque digas que "no", incluso para mi, es probable nos enamoremos de las personas incorrectas.