Descendí nuevamente en Ciudad Témpera y me detuve en el centro pokémon para que Joy curara las heridas de mis dos nuevos compañeros. Luego de que ella terminara con su trabajo y tras una breve charla casual, me retiré a la habitación del centro donde vivía desde que podía recordar, pues necesitaba descansar un rato.
Sonreí y tras recoger a Sigiliph y agradecer su esfuerzo, le tendí mi mano a Yair. —Créeme que habéis mejorado mucho, seguid así.
Blastoise murmuró una risita y se echó —Pues... Vale —me sonrojé, y lo disimulé con una sonrisa— ¿Salimos?
Tomé a Mizuki y salí con ella del centro Pokémon y caminamos en busca de un restaurante, hasta que divisé uno —Mira, ahí —dije—