Miré los látigos, y a quilava riendo — Para que entre Venusaur tendrá que pasar por la parte de atrás... si no será imposible — le advertí a ukita cambiando el tamaño de la agujael maldito sillón daba pelea
Estaba sentado en una banca con Blaziken, comiendo un bocadillo... Esa batalla fue una de las más extrañas de nuestro viaje, ¡todo pasó super rápido! En fin... no me iba a dejar caer por esa derrota, no señor, tarde o temprano pediré la revancha. Miré a mi fiel compañero con confianza, y el me devolvió el gesto. —¡Lo haremos bien, amigo! —exclamé levantando la mano para chocar las palmas. —¡Blazikeeen! —vociferó el pokémon correspondiendo el gesto.
(Fiel compañero de confianza o... ¿Arma super asesina de confianza? xD) —¡No necesariamente!— guardé a Venasaur en su pokeball y entré a la casa, cerré la puerta después. Ya adentro, liberé al enorme pokémon de tipo planta, su gran cuerpo desordenó algunas cosas, pero el espacio fue exactamente suficiente como para que pueda saludar a Quilava.
Entré al centro pokémon tras guardar a Samurott y fui a recoger mis cosas mientras Grovyle se escabulló y me trajo una bandeja con un poco de comida a mi cuarto. Suspiré y decidí tomar un poco al menos. No querría desmayarme por el camino. —Esta vez ganas tú. —le respondí mientras comía y al acabar el pokémon se lo llevó velozmente a fuera, donde Joy había estado esperándolo con una sonrisa. Al parecer los dos intentaban que me fuera con el estómago lleno. Salí cerrando la puerta con un poco más de fuerza ya en mi cuerpo y agradecí toda la ayuda a la enfermera para salir con mi pokémon planta a la calle. —Me apetece acampar hoy...¿qué me dices? Me harías compañía. —Grovyle exclamó su nombre con alegria al oir eso y asintió mientras esbozaba una leve sonrisa y los dos nos íbamos de allí.
— Deberíamos mover unas cuantas cosas para que tenga mas espacio....— murmuré, había terminado el penúltimo cojín del maldito sillón, solo restaba uno....
Contenido oculto (¡Las dos cosas!) Ahora que terminamos nuestro bocadillo, nos levantamos de la banca y buscamos un lugar para entrenar, pero recordé algo en el camino... —Espera —dije revisando mi mochila, sacando unas pastillas—. Debo tomarme esta medicina por los siguientes dos días para recuperar la estabilidad correctamente.
—Claro, claro...—Venasaur le preguntaba a Quilava como estaba... esperaba que muy pronto evolucione para que la diferencia de sus tamaños no sea un problema.
Asentí, y luego sonreí. -- Por eso vamos a acostarnos pronto...-- le dije colocando mi mano en su pecho y dándole un empujón. Luego, me acosté boca abajo, pero apoyé mi peso en los antebrazos, elevando la parte superior de mi torso.
— Por cierto Ukita... revisa mi cinturón de pokebolas... hay unos pokemon que capturé y tú querías ver...— me giré por unos momentos y le arroje mi cinturón, quería terminar ese dichoso trabajo... pero ahora era algo doloroso me había encajado una de las agujas, ¿que problemas más pudiera tener arreglar esto?
Atrapé el cinturón de Dante, habían como 3 pokeballs nuevas. —¡Salgan, chicos nuevos!—lancé las 3 pokeballs sin importarme el poco espacio que teníamos. Un Floatzel, un Starmie y un Hercross. —¡Genial, tipo agua, ya te hacian faltas!— el tipo bicho al sentirse un poco desvalorado miró la gran flor de Venasaur... y saltó sobre él para intentar tomar su nectar.—¡Heeey, alto ahí!
—Oh.. no..— me levanté rápido del suelo y corrí hacia el pokemon — ¡Heracross, para, para! — tome al pokemon e intentaba jalarlo para alejarlo del pokemon planta, ¿donde habia quedado su pokebola?
—¡Regresa, regresa!—regresé a Heracross a su pokeball, iba a ser un problema cuando esos dos estén en batalla, si llegaban a estarlo claro. Floatzel y Starmie eran un poco más tranquilos, pero sus fuerzas se notaban a simple vista.
— Lamento eso Venusaur...— acaricié al pokemon planta riendo un poco luego miré a Ukita — Por cierto.. llegó algo a casa cuando te fuiste...