Cerré la puerta tras de mi, y a continuación, me acerqué a la mesilla de noche, no sin antes dejar mi mochila en el suelo, y sacar mi pijama corto. --Creéme, haces bien... Dicho esto, dejé mis gafas, chaqueta y guantes sobre la mesa de noche.
— Vaaale— respondi algo inseguro dejando mi bolso y cinturon con pokeballs en el suelo junto a la puerta
Miré el suelo pensativa y mordiéndome el labio inferior. —Creo que debo empezar a haceros caso...y aunque me cueste mucho, tratar de seguir adelante. —dije esto apretando mis puños con un leve deje de angustia pero suspiré para desahogarme. Seguir adelante era también el dejar atrás lo demás, pero yo nunca me olvidaré de Bruno. Jamás.
— Se que lo harás, te tomará algo de tiempo pero...seamos sinceros, eres tú, si te lo propones lo lograrás... — le sonreí, solo quedaría esperar que a mitad de camino no se arrepintiera — Se mejor que tu servidor ¿te parece?
Al escuchar sus palabras, por primera vez después de la muerte de Bruno volví a sonreir, para darle un rápido abrazo y asentir ante lo dicho por Dante. Al separarme negué con la cabeza ante lo último. —Yo no podría llegar a ser mejor que tú, Dante.
Iba a empezar a deslizar la cremallera de mi "camisa", pero caí en Alpha. --No mires-- le pedí dándole la espalda.
"Mil y un maneras de sacarla de allí", creo...creo que voy bien, tal vez no tenga necesidad de usar mil cosas para animarle...— Llegarás a ser mejor que yo... con esa actitud perseverante y tu terquedad para no rendirte, que me demuestras en estos momentos... se que lo lograrás
No estaba segura, pero decidí confiar por ahora. Me quité la prenda morada que tapaba mi parte superior del torso, y rápidamente, me puse la camisa del pijama. Era de manga corta, con lo que calor no pasaría. Ahora llegaba lo peor... Me senté en el borde de la cama, y decidí quitarme las... --Dichosas botas... --dije forzando a liberar mis piernas del calzado.
Me levante del suelo y decidi caminar un poco, debia llegar a Ciudad Tempera para inscribirme al torneo y mejorar mi equipo.
—Si tú lo dices...—le respondí encogiéndome de hombros. —Aunque sigo pensando lo contrario. Tras decir eso solté un bostezó y miré a mi alrededor. Ya era de noche. Me fijé en que esta noche estaba especialmente estrellada y una idea se me vino a la cabeza. —Bueno, se hace tarde, me debo de ir yendo ya Dante. Hasta mañana. —me despedí con la mano y volví a sacar a Samurott para llevarme al centro pokémon por mis cosas.
--Me faltan los pantalones y quitarme esta bota... Dicho esto, me deshice de mi otra bota. A continuación, me quité mi pantalón vaquero corto junto a mi cinturón de balls. Seguidamente, me puse los pantalones del pijama, que más que pantalón, era un culot por lo corto que era. --Ya está.
Ordene una Lassagna en el C.P. y comence a comerla, mientras mis pokemon comian diferentes bayas que tenia en la mochila junto con su comida especial para cada uno de ellos.
— Hasta mañana...— abrí la puerta de mi casa y Staraptor se adentró como pudo, tenía que continuar con los arreglos, si ya no iba a volver a esa casa por mucho tiempo por lo menos la dejaría arreglada, después de ese desastre tiempo atrás era lo mínimo que podía hacer. El maldito sillón me hacia desesperar poco a poco, sabía hilar las costuras para que el sillón quedara como nuevo pero realmente se me hacía eterno — ¿Qué pasa Quilava...dudas que lo logre? — le pregunté a mi inicial que seguía mirando como seguía cruzando hilos, se limitó a asentir cuando noto mi pregunta — Que bien que eres sincera... (Pudiste haber entrado al baño y cambiarte xD así gold no hubiera estado contra la puerta (?
(Está castigado (?)) -Póntelas tú, y luego me dices que tal... Me estiré hacia arriba, y lo miré. --¿Dormirás así?
Despues de comer sali junto con mi equipo a la entrada del centro, regrese a todos a sus Balls menos a Flygon y me dispuse a volar.
Unas látigos entraron por la ventana y le hicieron cosquilas a Quilava. —Parece que alguien quiere ver a su viejo amigooooo—dije, abriendo la puerta de la casa de Dante. Atrás de mí se encontraba Venasaur.
Di una sonrisa divertida, alcé una ceja, y llevé mis dos manos a la cintura. --¿En serio?--le pregunté, aunque para mis adentros ronroneaba.