[Capitulo Seis]: Día Libre

Después de intentar dormir y al fin darme por vencida me di cuenta que no había comido nada y la verdad estaba lo suficientemente segura de que por hoy no regresaría a la cafetería así que decidí tomar mis cosas he ir al supermercado y comprar esas deliciosas uvas que ya hace días llevaba sin probar aparte de otras cosas que se me pegaran realmente no sentí ganas de salir pero era necesario ya que si no iba me quedaría sin comer.


Una vez lista con mapa en mano, mi celular y el suficiente efectivo Salí del dormitorio y después de algunos minutos me encontré fuera de la academia y no mucho tiempo después me encontré en la entrada del supermercado – no fue tan difícil llegar- dije para mí en voz baja.

Después salí de regreso ya con las suficientes uvas para la semana y una ves en la academia y en el camino me topé con un chico aproximadamente de mi estatura con el cabello amarillo que se encontraba solo como si lo hubieran dejado sus amigos - hola - dije en voz baja y apenada pero note que no me escucho - hola - dije un poco más segura y en tono mas fuerte

 

[Perdón Sheik, demasiadas cosas que hacer]

— ¿Enserio? ¿Te gustó salir conmigo?— por alguna razón me sentía útil, era normal que no recibiera elogios por mi forma de ser y sinceramente ya me había acostumbrado a eso, pero al escucharla decir eso, me hacía sentir...raro. — En ocasiones necesitamos ratos libres y yo necesitaba uno muy largo— estiré mis brazos y aspiré fuertemente— Además mi aspecto ha mejorado gracias a tu fascinante sentido de la moda— dije en broma mientras quitaba un poco de chocolate de mi mejillas y la metía a mi boca para probarlo.

 

[Si soy yo el de la descripción, estoy en la academia, no estoy en el mercado :P aclaro que el manejo de personajes se limita al tuyo y por eso debes estar atenta a lo que los demás escriben]

— ¿Megurine-san? —me sorprendí al llegar ver a Megurine-san casi en llanto abrazando a Mikuo, por un momento me quede estupefacto viendo la escena, hasta que vi que estaba atorada en las maderas— ¿¡Demonios!? —dije casi llorando— ¿¡Estás bien Megurine-san!? —corrí a su auxilio para sentir que su piel ardía— definitivamente hay que llevarla a enfermería —mis ojos se pusieron en blanco, ¿¡Qué estaba pasando!?

 

Por un momento toda mi mente se borro, Luka-san me estaba abrazando, pero sin dar razón trate de mantener calma, al ver que su pie se atoro y Len se preocupaba— Lo mejor será desatorar la madera —dije mientras que de mi bolsillo sacaba una navaja multiusos, acomodando el destornillador, para desatornillar la madera— Luka-san, avíseme si la lastimo —dije eso para seguir callado en mi labor.

 

— Entonces... —dije mientras veía a Mikuo concentrado, parecía que estaba teniendo sumo cuidado de no lastimar a Megurine-san, ahora que recordaba... ¿Él no estaba enamorado de ella?— dime Megurine-san ¿Por qué estas en uno de los edificios abandonados de la academia? —en realidad este edificio estaba fuera del mapa debido a la falta de uso y el peligro que representaba a los alumnos, no había luz ni nadie, se me hacía desagradable venir solo, claro que en compañía podría resultar incluso interesante.

 

-Claro, me encanto salir, podríamos hacerlo otro día - Lo último lo murmure para mi - ¡Hey! ¿Que haces? - Le recrimine cuando lo vi comerse parte del pastel que tenía en la mejilla - ¡No puedes hacer eso! Debes dejarlo como esta o si no no se vera tan bien - Y di una pausa para ver con cautela su mejilla - Aún se ve fabuloso, tranquilo.

 

Me quedé mirándola sorprendido, ¿eso había sido un ligero regaño? Comencé a reírme de la nada, escuchar su voz en una octava mayor para recriminarme era gracioso, era como un gato enfurruñado, aunque sabía que tal vez era broma...Con ella todo parecía juego.
—Siento arruinar su obra maestra Señorita Sheik— dije con tono caballeroso, de manera que ella sonrió— pero es inevitable comer algo que en sí es delicioso. ¿Cuál es tu sabor favorito?—le pregunté mientras me inclinaba en la mesa, mirándola y esperando su respuesta.

 

Cuando me caí ví a Len qué fué asía mí preocupado, le revolvi él pelo y le dije qué no sé preocupara después ví qué Mikuo saco una navaa multi-usos para quitarme él tablon del pie antes destornillar me pregunto qué le avisara sí me lastima.— E-está bien Mikuo-san. — Sonreí y ví atentá cómo destornillaba él tablon, escuché qué Len me pregunto algo y volte a verlo.— Me creirías sí té dígo qué yo tampoco sé qué hago aquí. — Sonreí.

 

— Eso es muy descuidado Megurine-san —dije mientras seguía pensando en que hacer con su temperatura— aparte que si no pasábamos por aquí quien sabe que le hubiera pasado —sonreí un poco tímido mientras seguía observando la escena— creo debemos hablar con Akaito sobre eso —dije recordando que lo habíamos dejado esperando, aunque probablemente estaría con Lenka Onee-san.

 

— Bueno... —dije una vez desatornillada la tabla— ahora a romperla —empecé lentamente a pasar la navaja en la grieta para partir la tabla en dos, dejando el pie de Luka-san libre— ¡Listo! —luego mire a Len— no te preocupes por Akaito, ahora debe estar con la linda de Lenka, aunque bien podría ir a avisarle en lo que acompañas a Luka-san a la enfermería —dije tratando de sonreír normalmente— igual no he tenido el placer de hablar y conocer a Lenka —fue todo lo que dije mientras le ofrecía mi mano a Luka-san— ¿Crees poder pararte? Len puede llevarte a la enfermería —luego le miré— aunque si no puedes, dudo el no se ofrezca a cargarte o bien yo podría hacerlo.

 

Mikuo y Len se fueron, yo estaba nervioso, solo asentí con la cabeza aún cuando ellos ya no estaban a la vista; mi mente estaba en otro lado, como esos dichos que dicen que te si distraes más de lo normal es que alguien te tiene en mente o cuando alguien te sueña, no puedes dormir. No sabía que decir con claridad si iba a ver a la pequeña rubia, solo me quedé sentado en el pasto con margaritas de amarillo intenso. ¿En realidad... lo que estoy haciendo esta bien? ¿Ella está interesada en mi, o es que solo es mi imaginación?- Pensé. Pensaba en quedarme allí hasta que Len y Mikuo volvieran, no quería ir yo solo, por alguna razón pensaba que me quedaría en shock al verle o escucharle hablar. —Ah... que día tan extraño. —

 

— Losiento es qué estába pensando en las pareja y qué hacer hoy y... me desvie del camino. — Musite un poco apenada, Mikuo terminó de quitar la madera sentía un poco de dolor gracías a la madera.— Gracias Mikuo-san. — Mikuo sé levanto y me dijo qué sí no podría levantarme él me cargaría, para después estirarme su mano, me sonroje total menté y me levante, intente quedar de pie pero me tambaleaba un poco, cuando porfin me quéde de pie . suspire, le sonreí a Mikuo.— S-si puedo no té preocupes.— dije con una sonrisa falsa, sin quérer me movi y caí otra vez al piso.— Auch. — Me queje y me sente en él piso. ¿Por qué mundo me haces esto?.

 

— ¡Megurine-san! —grité, Mikuo se veía angustiado, así que tome en mis brazos, con algo de esfuerzo ya que ella era más alta que yo, el esbelto cuerpo de Megurine-san, a pesar de mi condición aún era un chico— ¿Esta bien? Creo que puedo cargarla —dándole a Mikuo la luz verde para avisar a Akaito que quizás nos retrasaríamos en ir al restauran, aparte por el momento era más importante la salud de nuestra compañera— ¡Tu ve Mikuo!

 

Antes de poder hacer algo, Len había tomado perfectamente cartas en el asunto, así que sin más salí corriendo del lugar a toda prisa— ¡No tardaré! Cuida de Luka-san —y así empecé a correr por el lugar buscando a un retoño rojo, es en estos momento cuando pensé que nunca le había pedido su número telefónico a ninguno de mis compañeros, ni si quiera a Len, Luki o Gakupo, tal vez esto podría ser la forma de hacerlo, entonces ahí vi sentado a cierto chico— ¡Akaito! —grité sudado por la velocidad que tome— ¡Hubo una emergencia! —dije ignorando el hecho de que no había buscado a Lenka y parecía más un perrito recién nacido— Luka-san... ¡La encontramos en el edificio abandonado! Len la esta acompañando a la enfermería —dije casi jadeando sin dar mucho tiempo de nada, mi corazón latina rápidamente de la preocupación, la chica que amaba estaba en una mala situación y hubiera querido quedarme, pero en momentos como estos no soy útil.

 

Ví a len por un momento.— Haaa... Len-kun sí quíeres bajame. — dije al ver qué sé estába esforzando mucho al cargarme, además yo soy más alta y pesada qué él no quísiera lastimarlo o algo.

 

— No me ofendas —fruncí el ceño mientras caminaba con ella en brazos hacía la enfermería— aún sigo siendo un hombre ¿Sabías? ¿O acaso preferías te cargara Mikuo? —después de eso seguí avanzando hasta llegar al lugar, subí por las escaleras rápidamente y lo mejor que pude entre brincos para después llegar a las camas y depositar a Luka-san en una de ellas— listo, no creo los chicos tarden en venir.

 

— ¡Vamonos! —dije sin dar tiempo a Akaito de responder, solo lo tome del brazo y eche a correr, me sentía realmente nervioso, confiaba en que Len cuidaría de ella pero en el fondo quería asegurarme por mi mismo que estaría bien, sentía tristeza por Akaito y en otras condiciones lo hubiera dejado solo, pero parecía no tenía la intención de ir solo a por Lenka y la verdad no tendría la paciencia de dejarlo solo, creo que en el fondo el chico también me agradaba y en un futuro trataría de ayudarlo— ya Len debió llevarla a la enfermería —dije mientras subía y me sentía cada vez más desesperado hasta que vi la puerta y entre, ahí estaba ella en una de las camas y Len sentado a su lado— ¿Qué tal? ¿Ya la atendieron? —era irónico, esta mañana estuve un buen rato en la enfermería y ahora regresaba a la escena del crimen, pero algo era claro... hoy no iría al banco.

 

Un Mikuo totalmente acelerado y sin casi temple entro por la puerta sosteniendo la mano de un desconcertado Shion-san, por un momento me quede perplejo ante la situación, como debería reaccionar, aún así trate de sonreír mientras me movía nerviosamente.

— ¡Ah! No te preocupes Mikuo, por ahora no ha venido la enfermera, pero parece que Megurine-san no tiene nada grave —dije tratando de calmarle, a pesar de como solía comportarse, él era en realidad una persona muy atenta y amable con los demás, por algo era una persona tan valiosa para mi.

 

— No té ofendo es solo qué tú eres más chico qué yo.— sonreí.— Obvió ni qué fueras una chica tontito.— rei un poco pero al escuchar lo segundo me sonroje completamenté. Llegamos y Len me puso en la cama de la henfermería.— Gra-gracias Len-kun. — sonreí.

 

Me derrumbe en el piso para ponerme a reír, no era porque la situación fuera agradable o graciosa, pero me sentía relajado de saber que realmente estaba bien— ¡Fantástico! Entonces creo todo estará mejor, lástima que no podemos llamar a ninguna de las chicas para que cheque mejor a Luka-san —me levanté y acerque lentamente para tocar el tobillo que había estado atorado en las tablas, lo toque suavemente y lo mejor que pude— ¿Duele? —sonreí amable— ahora que lo pienso no tengo el número ni de Akaito ni Len —dije mirando a los chicos— hubiera sido útil esta vez tener forma de comunicarnos.