La enfermera Joy comenzo a tirar de la camilla que por suerte tenía ruedas y sería fácil llevarme a la sala de cirugía. --Pues... --suspiró mientras le miraba y como estaba muy preocupada decidió dejar el tema de que aquel chico se colara aquí y centrarse en lo importante. --...debemos coserle la herida antes de que pueda morir desangrada. Habrá que intervenir rápido. --dijo con pesar la enfermera y cruzó la puerta para decirle una última cosa antes de la operación. --¿Podrías hacerme un favor? Los pokémon de esta chica estan en la recepción, ¿podrías guardárselos hasta que se recupere por favor?
--Vaya.....esta muy mal --- comenté adelantando a la enfermera para ir a por las balls-- a la mochila-- cuando tome las balls las metí en mi mochila. Al pasar eso volvi con la peli rosado y le pregunte "¿puedo acompañarla?"
Spark me había trincado con su cola mi pierna, e intentaba sacarme de la habitación a rastras, aún teniendo mi pijama puesto, y me agarraba de la pata de la cama. --¡Spark! ¡Suéltame! ¡No tengo ganas de salir con este aspecto!-- Espark se resistía, y viendo que no le hacía caso, pasó a hacer otra cosa. Envolvió su cuerpo con electricidad, y empezó a tirar más fuerte de mí, hasta que me sacó de la habitación a rastras con su ataque placaje eléctrico, y siguió así, hasta que me llevó hasta abajo par ir a por Liza. Yo estaba mareada no, lo siguiente, y con calambres en la pierna que me tenía agarrada el Raichu. --Está bien...-- Suspiré bajo la mirada de todas las personas ahí presente. --Yo te mato...--
--Gracias por coger las balls, pero la operación es un poco complicada y no pueden entrar los menores, lo siento. --se disculpó la enfermera y fue a abrir la puerta de la sala de cirugía dejándo la camilla en la que me encontraba a unos metros de Joy.
Me levanté del suelo, y miré a mi pokémon intrigada. --¿Y ahora qué?-- Le pregunté molesta. Me señaló unas puertas grandes, y negué rotundamente. --Neanche per sogno! No pienso entrar ahí.-- El Raichu volvió a agarrarme la pierna con la cola, dispuesto a llevarme dentro, yo intenté librarme, pero nada. --¡Que me sueltes!--
Facilmnte la pude haber hipnotisado, pero por un capricho mio puede que no salga bien la operacion por lo cual no hicé nada-- Gracias, Joy-- Agradecí y me senté sobre el mesón del centro pokémon.
me agarré al mango de la puerta, resistiendome hasta el último momento. --¡Spark! ¡Que me sueltas ya mismo!-- Este negó y siguió tirando como si nada. Volvió a soltar chispas por todo sus cuerpo, con lo que no me queda otra que seguir agarrándome. --¡No! ¡Otra vez no!-- El ratón volvió a cargar su cuerpo con electricidad, hasta envolverse en ella, ahora si estaba dispuesto a tirar.
Finalmente, Joy volvió a por mi camilla y sonrió al muchacho para entrar al quirófano y cerrar bien las puertas, para comenzar la operación. La luz de encima de la puerta se puso en roja, dando a lugar de que la operación habia comenzado.
"Ojala se recuperé" era mi pensamiento de ese momento; la verdad me preocupaba, pero no lo demostraba ni con la mirada.
--Spark... ¡Me haces daño!-- Le grité a mi pokémon, que igualmente no me hacía caso. El siguió tirando envuelto en electricidad. No sé como lo hice, pero me libré de su agarre y salí del lugar dispuesta a subir. Mi pokémon vino, e insistió en entrar. --¡He dicho que no!--
Me desperté en el suelo del parque, sucio y desorientado. --"Eso te ganas por hacerte el valiente" --pensé. Me levanté del duro suelo y, después de comprobar que no había perdido nada y de que mi cuerpo estaba entero, me monté en mi Skarmory para viajar a una antigua ruta ya visitada.
Volví de nuevo montado en mi Skarmory, el cual me dejó frente al centro pokémon. --Creo que lo mejor será que vaya a ver como está Liza. --abrí la puerta y entré al hospital.
Habian pasado 5 minutos desde que la enfermera entro con liza a la sala de operaciones, pero ya estaba relajado, tenía confianza en la enfermera Joy.
Al entrar vi a Alpha sentado en la sala de espera. --¿Esperas tu turno para el baño, chaval? --le pregunté mientras me recargaba en uno de los muros.
Intenté librarme de Spark, pero para mí era imposible quitarmelo de encima. No paraba de enredarme con la maldita cola. --Spark... Deja de montar el número y suéltame...-- Le susurré. Yo pasaba de estar entrando en ese sitio, y menos en pijama. Spark se rindió, y me soltó, yo solo fuí arriba, mientras él, se quedó en la sala sentado al lado de la puerta. --Por fin... Suspiré entrando a mi cuarto. --Que pesadito s epone a veces...--
Solté un suspiro y luego me dejé caer en la silla de al lado. --¿Así que ya te enteraste? --le pregunté, aunque realmente no necesitaba respuesta-- Esperemos que se mejore. Tenía planeado ir al Bosque del lago para probar la flauta que le "compré" a un anciano, pero supongo que debo esperar a que Liza se mejore; si la leyenda es cierta, yo solo no podría contra el mounstro que habita allí.
Saque una flauta de mi bolzillo-- ¿Una como esta?-- pregunte. -- Y por lo de liza...la estan operando ahora mismo...--
--Si, parece que no fui el único que escuchó la leyenda. --me quedé pensando un momento y luego continué-- Por cierto, el caballero no es un Moltres amigo.
El sol iluminaba con fuerza. Los vientos recorrían todos los exteriores de aquella urbe. Puse un pie en este nuevo lugar, acompañado de mi Torchic. Respiré hondo y lancé una mirada de confianza. --Al fin llegué... ¡Prepárense mundo!, ¡Steve ha empezado su viaje! --¡Torchic, Tor! --exclamó alegre el polluelo.