Capítulo XVI: El Cumpleaños "Este capítulo es narrado por Cloe" Con tantas cosas que habían pasado en la compañía, se me había ido de la mente un plan especial para el día siguiente, como lo era el cumpleaños de Megan: eso era algo que a ella quizás no le importaría en este momento, pero yo no podía dejar que un día tan especial como ese pasara por debajo de la mesa. Además, Megan era mi amiga y no podía tomarme el asunto a la ligera. ¡Eso era algo inconcebible para mí! Lo primero que hice fue acercarme al comedor de la compañía, para pedirle a las cocineras que prepararan un pastel- no podía haber cumpleaños sin uno- y luego me encontré con Stuart, con la intención de saber si haría algo especial para Megan ese día- era su mejor amiga, creo que eso sería lo indicado-, pero al verme me preguntó: —¿Qué haces aquí, “Hidden”? —Antes que nada, debo aclararte que mi nombre es Cloe, no “Hidden” — le dije, un poco irritada por lo del apodo—. ¿Me di a entender, Langley? —De acuerdo, Cloe. ¿Pero qué haces aquí? —Hoy es el cumpleaños de Megan, ¿sabes?— pregunté, haciéndome la desentendida—. ¿No tienes nada listo para hoy? —No, no creo que a Megan le gusten esas nimiedades de los cumpleaños. —Pues yo no estoy de acuerdo— le dije, sorprendida por su respuesta—. ¿Pero qué puedo esperar de una persona como tú? —Explícate. —Frio, seco, grosero y además, no te importa la fecha más importante de la vida de tu mejor amiga— respondí, molesta—. Se supone que ella es tu mejor amiga, ¿no crees que debas corresponder a su amistad? —Lo hago, a mi manera. —Haciendo lo que ella te dice…— dije, seria—. Eso no es suficiente, te lo digo yo. —¿Y por qué dices que no es así? —Adiós, troglodita— fue lo que le dije, para después ir a mi oficina a ver los videos que Garrett había enviado por correo al grupo, a través de mi tableta. Antes de eso, me volteé a ver a Stuart, noté que estaba apenado o algo así, porque miraba al suelo, pensativo quizá. Pero yo no sabía si eso era verdad, pues apenas y lo conocía, por eso hice lo que dije que haría y nada más, no quería ver a ese chico el resto del día. Primero descargué los videos a la tableta, así podría verlos mejor y sin tener que esperar tanto- soy una persona impaciente, odio esperar-, al hacerlo, los busqué entre mis archivos, para que no hubiese confusiones de mi parte al tener que explicar su contenido a Megan y a los otros. Después, los moví a una carpeta específica para ese contenido, lo cual tenía el mismo fin y al final, comencé a revisarlos. El primero era más de lo mismo: Fitzpatrick maltratando a una chica, esta vez era de unos catorce o quince años, rubia o eso creo que vi- la calidad del video no era nada buena- y pensé: “cuando se sepan todos los crímenes y las violaciones contra los derechos humanos que el Jefe de la Policía Central ha cometido, deseará no haber nacido”. Con el segundo, la cosa cambió un poco, porque esta vez era la vieja decrepita de Jhonson la que estaba maltratando a esos pobres chicos- eran varios los que salían en el video-, pero no a los golpes como su socio, sino insultándolos de la peor forma posible, lo que era maltrato psicológico y, para mí eso era mucho peor que lo primero, ya que de los golpes cualquiera se cura, pero una mente y un alma herida son imposibles de sanar. “Te irás derechito al infierno por esto, Jhonson, con los sentimientos de la gente no se juega”. En ese momento, recordé algunas cosas de mi vida, la vida que cualquiera pudo haber deseado, excepto yo. Fui hija única del matrimonio Hathaway-O’ Connell, quizá el más acaudalado de la zona de Detroit, Michigan- cuando aún existía- y con una ascendencia de personajes que dejarían a cualquiera con la boca abierta. Pero yo odiaba esa vida. Mi infancia fue espantosa, tenía miles de alergias y eso, unido a las ansias de sobreprotección de mi madre- que eran muchas-, me hizo tener miedo de cosas tan simples como tener una mascota o animales de felpa, además de que no podía jugar, salir a la calle, ni tener amigos, tenía un maestro particular y bueno… fue horrible. A los diez años, mis padres se divorciaron- a mi vida se asociaba otro evento desafortunado- y él se fue a vivir con otra, se olvidó de nosotras y me condenó a una vida miserable. En la adolescencia, era la mejor de la clase- lo fui cada año que duró la secundaria- pero nadie se me acercaba, ni yo lo intentaba, era una “asocial” más que probada. Mi madre ni siquiera me miraba, era como una sombra en mi casa y todo se puso peor cuando, en el último año de secundaria, conocí a una chica llamada Corinna, ella fue la única que me invitó a su casa y, para mi desgracia, cuando vi a su familia, específicamente a su padrastro, me sentí tan perdida, que en cuanto llegué a casa y me engullí un frasco de calmantes que me había recetado el psicólogo. No pude soportar que el padrastro de Corinna fuera… mi padre y que ni siquiera se diera cuenta de que yo era su hija… solo quería acabar con todo, nada más. Unos días después, desperté en un hospital y mi madre estaba al lado de mi cama, angustiada. Ella me miró y me preguntó: —¿Qué estabas pensando, Cloe? ¡Casi muero cuando te encontré en tu cuarto así! —Genial, a alguien le importo— dije, aunque estaba bajo el efecto de la anestesia. —Ah, vino una compañera… Corinna. Trajo unas flores, pero las tuve que tirar, por tus alergias. —Me voy a Los Ángeles a estudiar — dije, decidida, aunque mi madre creyó que me había vuelto loca. Y allí comenzó esta etapa de mi vida, creo que la más productiva, no lo sé. Por eso y otras cosas, sabía lo que era ser rechazada o ignorada, por eso, no quería meter la pata con Megan, ella era mi amiga. Vi la tableta y me di cuenta de que no tenía batería y que tendría que recargarla para ver los videos restantes, eso me dejaba tiempo para el cumpleaños, pasé por el comedor a buscar el pastel y no la vi por ningún lado, lo cual era genial para mis planes. Me fui a su oficina directamente, no quería esperar más para eso y no vi a nadie en la puerta- creí que el espía estaría ahí-, por lo que entré sin más, cantando el corito del “Cumpleaños Feliz” y ella me preguntó: —¿A qué se debe esto? —Es tu cumpleaños, ¿o no? — le dije, extrañada. —Sí, pero no estamos para festejar, Cloe. —¿Acaso comer pastel es malo? — le pregunté. —No, pero… —¡No hay pero que valga! — exclamé, animada —. ¡Vamos a comer el pastel! En ese momento, Stuart llegó a la oficina y se sentó al lado de Megan, para luego felicitarla y darle un paquete… ¡oh, olvidé el regalo! Pero ella lo abrió y simplemente dijo: —Créanme, sus regalos son geniales. Pero tengo hambre, ¿me acompañan a comer pastel? Después de lo que dijo, quedé totalmente sorprendida… ¡cambia de decisión como cambia de zapatos! Pero nos comimos el pastel entre los tres, estaba muy rico… bueno, lo dice alguien que nunca había comido uno, cosa que estaba más que decidida a cambiar. Continuará...
Capítulo XVII: Cosas de Villanos "Este capítulo lo narra el 'guardaespaldas' de Megan" Iba caminando por los pasillos de la compañía en la que había comenzado a trabajar- por orden de una persona a la que no puedo odiar más-, para cuidar que la señorita Knox no se entrometa en los planes de mis "jefes". No veo necesario el procedimiento, yo no creo que ella sea peligrosa; aunque a ellos no les importa lo que yo piense, para ellos soy una cosa, un peón en un tablero de ajedrez que ellos han organizado y no ahora, sino hace mucho tiempo. Llevo puestos unos jeans de color azul oscuro, botas altas, una franela blanca y una chaqueta de cuero, negra. No sé si sea moda, pero me siento cómodo así- prefiero usar esta ropa que el traje-, así que el consejo del Doctor Sanders es válido. Pasé por una de las oficinas de este lugar, completamente absorto en el aburrimiento crónico que sentía en ese momento. Pensé en pasar de largo, pero antes de poder dar un paso más, escuché la voz de la mujer a quien más odio en el mundo: Karen Jhonson. —¿Qué hay de nuevo en nuestros asuntos, Fitzpatrick? Después de que me trajeras a nuestra "oveja negra" aquí, quiero que me des detalles de lo demás. Un segundo después, se volvió a escuchar la voz de esa mujer: —¡Cómo me tranquiliza eso!, no tener que escuchar cosas que me alienten a tomar decisiones como la de ponerle un espía a la loca de la Doctora Knox, ella es una, ¿cierto? ¡Porque no lo parece en absoluto! Vale decir que cuando hizo mención a la señorita Knox, comenzó a carcajearse de una manera tan despectiva que ni me hizo falta verla, con el tono de su voz- esa maldición que tenía que llevar a cuestas porque era mi jefa- era más que suficiente, al menos para mí. Ella y el imbécil de Fitzpatrick siempre quisieron que yo fuera un asesino sin voluntad, pues así me veían y me vieron siempre; pero nunca les he obedecido, por esa razón me he ganado tantas palizas de parte de Fitzpatrick que ya perdí la cuenta y siempre los he odiado, aunque nunca se los he dicho. Eso es innecesario, pues ellos saben que lo hago y que no dejaré de hacerlo. Según me dijo mi "jefe", yo tengo quince años de edad y que mi estatura es de un metro setenta y dos, aparte dice que soy muy alto para mi edad. —Oh, pues dale mis felicitaciones a los chicos— dijo ella, con tono de satisfacción—. ¡Cuanto me ha costado conseguir gente eficiente! Pero ellos son los mejores que han pasado por el "criadero" en años. Y claro eso- como cada vez que lo escucho- me hace recordar lo desdichada que es mi vida... ¿pero para qué pensar en eso ahora? Entonces me viene algo a la mente: "Debo volver a la oficina de la señorita Knox". También me lo digo a mi mismo, este lugar es aburrido y si me quedo, me aburriré mucho más. Además debía cumplir con la orden de mis jefes, para que no sospecharan nada. Cuando llegaba a la oficina, escuché voces y risas, pero no tengo idea de a que se deben, por lo que prefiero esperar a ver que pasa. Luego escucho que celebran algo y, como yo nunca celebré algo en mi vida, me recuesto en la pared, al lado de la puerta de la oficina, a ver si se le ofrecía algo a la señorita Knox después de todo aquello. Continuará...
¿No comente en el anterior capítulo? Eso es imperdonable!!! Como puede ser. Ah!!! Capítulo XVI: Cloe, me parece una persona muy agradable por el hecho de que quería sorprender a su amiga Megan, (quien, me imagino ni está al tanto de su propio día de nacimiento, por estar pensando en lo que sucede en la empresa) Hidden, no le gusta su apodo. *Las palabras, los insultos dejan una cicatriz más profunda en las personas, que los mismos golpes* Yo no quiero que mueran Jhonson, ni el jefe de la policía. Yo lo que quiero es que ambos sufran diez veces más de lo que sufrieron esa pobre jovencitas. Uch! Como me irritan esos dos… Capítulo XVII: Fue corto el capitulo. Bueno, no sé por qué, pero me alegro tanto saber que el espía odie a Jhonson, que casi se me salió un Yes! De mi boca :D ¿Oveja negra? mmm, ¿acaso él es la oveja negra? ¿La que se menciono en anteriores capítulos? (rectifícame si estoy equivocada). Buena continuacion, espero las proxima. Nos llemos Nianimatal.
Capítulo XVI: Eso mismo quería, mostrar ese lado de Cloe, la chica amable y dulce que nunca tuvo amigos y ahora que los tiene, no los quiere perder por nada del mundo. Ah, yo tambien quiero que ese par sufra un monton. Ya vas a ver con el avance de la historia lo que les tengo preparado. Capitulos XVII: ¿Para qué corregirte si es cierto? Jhonson y Fitzpatrick lo consideran así, es "La Oveja Negra". Lo deje corto, lo que pasa es que no quiero soltar todo de una vez, ¡no me gusta soltar todo de una! Me gusta un tanto el suspenso... ¡Nos leemos luego!
Capítulo XVIII: Provocando al Espía Cloe, Stuart y yo estábamos en mi oficina, comiendo el pastel que mi amiga me había traído sin avisar, pues era mi cumpleaños- de lo que no me acordaba hasta que lo hizo, tenía muchas cosas en las que pensar- y Stuart me dijo, en voz baja: —Si Cloe no me hubiese regañado como si yo fuese un niño chiquito, no tendrías regalo, Meg. —Entonces debo agradecerle— le respondí, riendo—. Así te acuerdas de mí más seguido. Al escuchar lo que dije, la cara de mi mejor amigo cambió de tener una sonrisa, leve, pero así sonreía, a una de pesar, quizá por el hecho de que él no solía regalarme nada en mis cumpleaños; pero yo sabía sus motivos- como buena mejor amiga- y nunca le cuestioné nada por no hacerlo. Stuart es mi amigo desde que tengo memoria, su madre trabajaba en mi casa como ama de llaves y su padre era el chofer de la familia, aunque eso me importó un comino al momento de comenzar nuestra amistad y siempre lo traté como mi amigo. Pero, a pesar de todo, hicimos todo juntos: fuimos a la misma escuela, pasábamos casi todos los días en mi casa, compartiendo y estudiando, además de muchas otras cosas que hicieron que mi infancia fuese genial. Lo único malo- según él- fue que nunca me pudo regalar algo en mis cumpleaños, por no tener dinero para comprarme un regalo decente. —¡Era broma!— le dije, estallando en risas, para distraerlo. Creo que Cloe no se dio cuenta de nada, pues estaba tan concentrada en comerse su trozo de pastel, que no nos vio; lo que hizo fue decirme: —Ya llegó tu "guardaespaldas", Megan. —¡Ay, no!— exclamé, algo desanimada—. ¿Qué no tiene algo mejor que hacer que molestarme? —Voy a llevarle una rebanada de pastel. ¿Acaso se había vuelto loca?, ¿cómo iba a hacer algo así? Se supone que es un espía enviado por la Doctora Jhonson y que buscaría cualquier excusa para poder enterarse de todos nuestros planes e irle con el chisme a su jefa, ¿en qué estará pensando? —¿Por qué?— fue lo que le pregunté finalmente. —Se supone que es tu "guardaespaldas", ¿no? Además, creo que no debe quedarse sin probar esta delicia. —Voy contigo... —Vamos contigo— dijo Stuart, decidido. Salimos de la oficina tranquilamente, aunque yo estaba muy nerviosa por lo que creía que iba a ocurrir. Allí lo encontramos, recostado al lado de la puerta, muy tranquilo y, al vernos, soltó su pregunta: —¿Qué se le ofrece, señorita Knox? —A mi nada— dije, con tono cortante—. Pero a mi amiga Cloe sí. —¿Y qué será? Ella le dio el plato con su rebanada de pastel y después, él le preguntó: —¿Qué se supone que haga con esto? —Comerlo— dijo ella, un poco aburrida, creo que porque no esperaba su respuesta. —¿Acaso no sabes lo que es un pastel?— preguntó Stuart—. Se supone que debes comerlo, o eres un pobre bruto que no lo sabe y por... Mientras mi amigo hablaba, mi "guardaespaldas" le entregó el trozo de pastel a Cloe y, cuando escuchó que él lo llamó "bruto", lo tomó por el cuello, enroscándolo con su brazo derecho- cual Boa Constrictor en su presa-, por lo que a Stuart comenzó a faltarle el aire en pocos segundos. —¡Suéltalo!— le ordené al espía, pues estaba muy angustiada por lo que estaba haciendo. El espía acató la orden que le di, soltando a mi amigo casi de inmediato y, después de eso, él y yo volvimos a entrar a mi oficina rápidamente. Por su parte, Cloe le devolvió el trozo de pastel y se fue de allí, no sin antes decirme: —Tengo cosas que hacer, nos vemos después, Megan. Creo que fue a ver lo de los videos que Garrett le envió -dijo que los vería-, aunque no estoy muy segura de ello, seguramente tiene otras cosas que hacer aparte de eso. Al entrar a mi oficina, le ofrecí asiento a mi amigo, pues lo necesitaba, uno no se recupera de algo así en solo segundos. Pero luego me dijo: —Megan, esto esta tomando un rumbo muy extraño y no sé si salgamos bien de esta. —No te preocupes tanto por eso— le dije, para calmarlo un poco—. Todo esta ocurriendo como debe ocurrir, no me voy a dejar vencer por eso. —¿Y si ese salvaje te hace algo? —Yo sé cuidarme— le dije—. No te preocupes tanto por mí. —Bueno, me voy. Es mejor que descanses un poco de todo este asunto. Acto seguido, mi amigo salió de mi oficina rápidamente quizás para no encontrarse de nuevo con el espía y no tener un nuevo roce con él. Yo también salí, porque iba a mi habitación a descansar un poco, tal vez dormir, con tantas cosas en la cabeza era difícil hacerlo. Pero vi al "guardaespaldas" en el mismo sitio que antes, me acerqué y le reclamé, muy enojada: —¡Si vuelve a ocurrir algo así, te arrepentirás! No sabes de lo que soy capaz, imbécil. —No volverá a ocurrir, señorita Knox— dijo el chico—. Haré todo lo posible por no molestarla. Y me fui a mi habitación, no quería saber nada más de esto por la noche de hoy. Continuará...
Capítulo XIX: Los XR "Este capítulo es narrado por Stuart" A la mañana siguiente, los que trabajaban en el "Proyecto Irión" fueron citados en el Departamento de Genética de la compañía pues la Doctora Jhonson había concertado el hecho de llevar a cabo una reunión allí para observar a los sujetos de prueba creados durante el mismo. El objetivo de eso era observar la evolución de cada uno de ellos, pero ella nos dijo- yo asistí, no tenía de otra- a todos: —Los he citado aquí para que vean como avanza la segunda fase del proyecto. —¿De qué trata esa fase?— preguntó uno de los asistentes. —Simplemente de la adaptación de los sujetos creados durante el proyecto al nuevo ambiente, al nuevo mundo. Eso implica que sean educados para saber comportarse en el mundo, como humanos normales. —¿Los llaman de alguna manera en especial?— le preguntó una chica, enérgicamente. —Son los "XR", así comenzaron a llamarlos los que dejé a cargo para estar al pendiente de ellos. ¿Otra pregunta? —Sé que son nueve sujetos los creados durante el proyecto— volvió a preguntar la chica—. Pero, ¿cuántos son chicos o chicas? —Son cinco chicos y cuatro chicas, espero que haya quedado claro. En ese momento, la puerta que nos conduciría a todas las áreas en las cuales los “XR” convivían y se preparaban para ser “seres humanos normales”, lo cual me parecía algo raro, pero nada de lo que ocurría en IEPCOM desde la llegada de la Doctora Jhonson era normal. Lo primero que vimos al entrar fueron las nueve puertas de las habitaciones en las que ellos se encontraban. —Aquí tienen al “XR-1”, es un chico de quince años, aunque todos tienen esa edad. Su estatura es de un metro setenta y ocho, tiene el cabello negro, ojos verdes, tez blanca y complexión atlética, aunque es delgado… Continuamos con la segunda habitación. La Doctora Jhonson seguía hablando, pero yo me concentré en ver a esos chicos por mi cuenta. En ese cuarto estaba una chica, la “XR-2”, su estatura era de un metro setenta y cinco, tenía tez blanca, cabello rubio claro, ojos azules claros y un cuerpo muy bien formado, capaz de enamorar a cualquiera, menos a mi, yo ya tenía a la chica de mis sueños, aunque ella no lo sabía. El “XR-3” era un chico de metro sesenta de estatura, que tenía rasgos asiáticos muy claros, ojos negros y era muy delgado, de cabello castaño oscuro. “Ese seguro le dará una paliza memorable al resto, así son los asiáticos”, pensé, porque así los veía en las películas. Con respecto a la “XR-4”, no había muchas diferencias entre ella y la “XR-2”. Su estatura era de metro setenta, tenía el cabello rojo, ojos azules, tez blanca y sus atributos no eran tan notorios, era más natural, pero cada quien crece de manera distinta. El “XR-5” era un “hermano”- usando la jerga de mi amigo Garrett-, es decir, un afrodescendiente, de metro setenta y nueve de estatura, ojos negros, calvo y yo lo vi muy robusto. La “XR-6” era una chica japonesa, de metro sesenta de estatura, ojos cafés, cabello negro y un cuerpo plano- ellas son así-, pero volví a pensar en que sería buena en las Artes Marciales, como el “XR-3”. El “XR-7” era un chico de rasgos latinos, moreno, de cabello castaño oscuro, ojos cafés, como los de Garrett, de contextura mediana, pero de buena condición física y su estatura era de un metro sesenta y siete. Se me hizo familiar la “XR-8”, pues Garrett tenía una prima muy parecida a ella. Tenía cabello negro y crespo, era morena, de ojos negros y tenía buen cuerpo, pero yo prefería otro tipo de chica. El último, “XR-9”, era de tez blanca, cabello castaño, ojos rasgados, de contextura normal, atlético, su estatura era de un metro ochenta, era el más alto de todos. Después de observar a todos los chicos que estaban allí, me fijé en la Doctora Jhonson y noté que ella estaba tomando notas de todo en un cuaderno o libreta- si que era detallista-, pero realmente no le presté mucha atención al asunto y en cuanto pude, me fui a la cafetería, pues tenía hambre. Continuará…
No es tan malo leer dos capítulos corridos xD Es cierto eso de que soltar todo a la vez no es tan agradable, a veces suele pasar con los finales, que todo se resuelve en el último capítulo :D Aunque yo quiero ver acción, sangre (¿? Olvida lo último) Bien, ahora me paso con los comentarios: Capítulo XVIII: El tipo me agrada,así que me molesto algo que Megan lo haya regañado tan feo. Estoy de acuerdo que ella no sabe lo que él piensa y que la manera en que Stuartlo provoco pues hizo que él se defendiera. Ahora me voy con el capítulo que me pareció interesante, jijiji. Capítulo XIX: La chica que menciono Stuart es Megan ¿cierto?No sé por qué, pero tal vez lo sea, ya que es su mejor amiga y ambos se conocen muy bien. “XR” ¿Qué significan las siglas? ¿Por qué comenzaron a llamarlo los encargados por ese nombre? Sé que no es irrelevante, pero me gustaría saber su significado. Mmm, es interesante como son aquellos proyectos. Se me hacen muy altos para su edad, digo, se muy bien que son experimentos, pero su altura me sobre pasa :confused: Mi hermano se dio su estiron a entre los 16. Eso sería todo por mí, nos leemos compañera. Espero para el próximo ser puntual :D P.D. Tal vez la que vio era ella :cool: o la prima de Garrett fue la modelo
Capítulo XX: Entre Videos y el Hacker "Este capítulo es narrado por Cloe" Llegué a mi oficina rápidamente, estaba un poco molesta por lo que acababa de pasar con Stuart y el “guardaespaldas” de Megan. Si bien es cierto que ese chico es un espía, que fue infiltrado por Jhonson y Fitzpatrick en IEPCOM y que su principal objetivo es impedir que la Doctora Jhonson sea descubierta en sus “malos pasos” y, por ende, que el Doctor Sanders la eche como un perro; a mí el chico no me pareció una mala persona y pienso que Stuart es un tonto por provocarlo de esa manera, menos sin esperar una reacción así de parte del espía. Busqué la tableta y revisé la carga: estaba casi completa, por lo que me senté a ver los videos que había dejado pendientes. El primero era más de lo mismo- para variar-, Fitzpatrick maltratando e insultando a un grupo de chicas, que estaban casi en paños menores “Trajes de prostitutas”, pensé al ver esa “ropa”, por lo que supuse que se encontraban en el burdel, en donde esas chicas tenían que hacer “trabajos especiales”, obligadas por él. Iba a ver el siguiente video- que era el último de todos-, pero recibí un correo en ese momento y me dispuse a abrirlo, pues podía ser algo importante y no me equivoqué: era de Garrett: “Hola, Solamente les envío este correo para preguntar si ya vieron los videos que envié la otra vez. Hay uno que me llamó ligeramente la atención, no por lo que ocurre, sino por la fecha. Según creo, eso ocurrió en los días en que Stuart descubrió que la Doctora Jhonson y Fitzpatrick eran socios. Me gustaría que lo verificaran, porque no sé si se pueda sacar algo bueno de eso. Se despide: Garrett.” Después de eso, volví a colocar el video en mi tableta, ya no tenía impedimentos para verlo y, al ver el día en que ocurrió, corroboré la sospecha del hacker con respecto al mismo “menos mal que supe de esto cuando se dijo, porque si no, estaría en las mismas”. En el video, aparecía Fitzpatrick, golpeando salvajemente a un chico – más maltrato, para variar-, ¿qué no pueden hacer otra cosa sino maltratarlos? Ya me había cansado de ver tantas cosas de ese estilo, pero cuando estaba a punto de quitarlo, vi algo que me hizo abrir el entendimiento, algo no muy común en mí y dije, sorprendida: —Es el… Internalicé lo que sabía de la sociedad entre la loca de la Doctora Jhonson y Fitzpatrick: son socios de un burdel, además de tener un sitio desconocido, en el que seguramente entrenaban a chicos- sé que es loco, pero podría ser posible- para que fueran oficiales o algo así y, que cuando no les obedecían, Fitzpatrick se encargaba de “castigarlos”, dándoles golpizas a cada uno. —Es el… guardaespaldas de Megan. ¿Entonces por qué está aquí? Recordé aquella teoría de que en “cada familia hay una oveja negra” y creo que puede ser cierto, pero es una suposición igualmente, así que no debo confiarme. Quizás él sea el “rebelde” y lo trajeron aquí, pero para tenerlo vigilado y que no cometa ninguna locura. Y como son suposiciones, estoy escribiendo todo en mi tableta- parezco policía o algo así- para que no se me olvide ninguna, porque en la próxima reunión pienso corroborarlo con los chicos. Miro la hora en el reloj, son las doce y media de la madrugada y me digo, muy convencida: —Megan tiene que corroborar mis sospechas, sino, los chicos. ¡Y debe enterarse de todo cuanto antes! Pero como ya era muy tarde, me fui a dormir, lo corroboraría todo mañana a más tardar. Continuará...
Cloe T-T Cloe *solloza de alegría* sin duda debes ser mi sosias en ese universo :D ¡Bingo! Ah Nianimetal, este capítulo me ha encantado, ahora entiendo mucho más el por qué habían enviado al chico a la empresa. No para cuidar de Megan, más bien porque querían tenerlo vigilado y que más que allí, donde Jhonson se encontraba. Y fuera de los demás jóvenes, que de seguro él los “corrompía”. Entonces Fitzpatrick tiene un lugar donde “entrenan” (más bien me parece que violan) a chicos. *Suspiro* no puedo creerlo… ya quiero ver que ambos delincuentes (por qué eso es lo que son, unos viles delincuentes sin corazón alguno) sufran. Se me hace eterno eso. Espero que Megan como Stuart la entiendan y cooperen con ella, ya que allí tienen a una gran policía :), hasta hace anotaciones y todo xD Un capítulo revelador. Espero ansiosa la proxima actualización. Nos leemos.
Capítulo XXI: Las Dudas de Cloe Cuando me levanté, lo primero que busque fue un reloj para ver la hora y, al hacerlo, salí a bañarme lo más pronto que pude, ya que era mediodía. A veces duermo poco y otras duermo de más,- es una locura-, lo siguiente fue ir a la cafetería a almorzar, tenía mucha hambre y me ponía de mal humor si no llegaba a probar bocado. Fui a mi oficina y no vi al “guardaespaldas” por ninguna parte, lo que me hizo decir, animada: —Voy a ver si los chicos están libres ahora, ¡hoy hay reunión sea como sea! Saqué mi celular y llamé a Cloe, que contestó casi de inmediato: —¿Qué ha pasado, Megan? —Nada, Cloe— respondí—. Quería saber si no estás ocupada en este momento. —Sabes muy bien que no, ¿qué se te ofrece? —Lo que pasa es que quiero que nos reunamos hoy, amiga— dije—. ¿Qué te parece? —Ya voy a tu oficina. Después de eso, ella colgó la llamada, por lo que yo aproveché para marcarle a Stuart. Él tardó un poco en responderme, pero un momento después me dijo: —Perdón por la tardanza, pero es que Jhonson mandó a hacer una reunión hace un rato. —¿Alguna novedad?— le pregunté. —Voy a tu oficina, no me gusta hablar del tema por teléfono, lo sabes bien, Megan. —¿Tienes el número de Garrett?— le pregunté, algo curiosa. Él me lo dio y colgó la llamada, por lo que me dispuse a llamar a Garrett. Tenía que hacer que se conectara, porque, si no, no sería lo mismo, pues él era el hacker del equipo y el que tenía mayor acceso a la información de la compañía y de la Doctora Jhonson y Fitzpatrick. —¿Quién habla?— me preguntó una mujer, con muy mal carácter. —Buenos días, señora— le dije, muy serena—. ¿Podría hablar con Garrett? —Ya lo llamo— dijo ella y luego comenzó a gritar su nombre, tan fuerte que tuve que quitar la bocina del teléfono de mi oreja, para no aturdirme, pero luego, se escuchó la voz del hacker: —¿Quién habla? —Garrett, soy yo— le dije, aburrida. —¿Megan? ¡Siento mucho lo que pasó con mi madre! Ella es así con todo el mundo. —Sólo llamaba para decirte que te conectes— le dije—. Es que habrá reunión del equipo en un rato. —De acuerdo, ya voy. Colgó la llamada y, un momento después, ya estaba abriendo el videochat. Cuando lo hizo, Cloe y Stuart entraron a la oficina, casi al mismo tiempo, por lo que les dije, muy emocionada: —¡Llegaron justo a tiempo! —Hola chicos— dijo Garrett. —Bueno, vayamos al grano— dijo Stuart—. Apenas y tenemos tiempo para esto. —Amargado— dijo Cloe. —Hoy Jhonson nos presentó a los “XR”—dijo él—. Su plan es educarlos para que se adapten al mundo normal. —¿Algo raro?— preguntó Garrett. —El que todos parezcan “superchicos” y tan “perfectos” me molesta— respondió mi amigo—. Casi todos son más altos que yo, ¡eso es muy raro para mí! —Eso es porque tú eres un enano— dijo Garrett. —Y tú un gigantón largurucho, amigo— respondió Stuart, con tono burlón. —¿Cloe, viste algo raro en los videos que Garrett envió? —No—dijo ella—, pero vi cosas muy familiares en uno de ellos. —Dinos. —No, antes debo aclarar algunas dudas— dijo ella—. ¿Alguien escuchó a Jhonson y a Fitzpatrick en alguna de sus conversaciones? Stuart y Garrett levantaron la mano- el hacker la mostró a la pantalla del chat- y ella prosiguió: —Además de la sociedad y lo del burdel, ¿alguno de ellos oyó hablar de algún rebelde? —Yo escuché a Jhonson hablar de un “chico problema”, al que ella ordenó sedar— dijo Stuart. —Ellos hablaron de una “oveja negra” y luego…— dijo Garrett, a punto de llegar a la respuesta que Cloe ya tenía en mente. —Trajeron al espía a IEPCOM. —¿Con qué objetivo?— preguntó Stuart. En ese momento, el espía entró a la oficina y se paró detrás de Cloe, en total sigilo. Pero ella no se dio cuenta y siguió hablando: —Si él es el rebelde, seguramente Jhonson lo quiere tener vigilado, o como dirían otros: “Al enemigo es mejor tenerlo cerca”. —Ella tiene toda la razón— dijo el espía. —Y dejaste la puerta entreabierta para que entrara a propósito—dijo Garrett—. ¿Verdad, Cloe? —¿Cuál es tu plan?— preguntó Stuart. —Muy sencillo, “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”. Así que… ¿te nos unes, chico? —Mi nombre es Troy— dijo él, serio—. Y sí, me uno. Yo solo espero que esto no nos traiga problemas en el futuro, sin embargo, toda ayuda es bien recibida, sobre todo para mí. Continuará… Contenido oculto Este capítulo es dedicado a @NattyVoi. Tus comentarios, siempre llenos de buen humor y de buena vibra me impulsan a continuar con esta historia, la cual llevo planeando durante mucho tiempo. Gracias por todo. Y para @Elaine Larousse. Espero terminar pronto la historia, porque así tendrás menos excusas para lo del "testamento" que piensas escribir para cuando lo haga. Tus buenos deseos, tu humor y todo lo demás me parece genial. Aunque no comentes aquí, igual te lo dedico también. Esperen el siguiente capítulo...
Capítulo XXII: El Criadero —Está bien, puedes entrar al equipo— dije, seriamente—. Pero antes debes colaborar con nuestra causa. —¿De qué manera, señorita Knox?— me preguntó, algo nervioso. —Necesitamos información sobre la Doctora Jhonson y Fitzpatrick— dijo Stuart, con tono cortante. —Bien, ¿por dónde comienzo?... — se preguntó, pensativo y dudoso—. Me imagino que ya saben que son dueños de un burdel, ¿no? —Eso no es nada nuevo— dijo Garrett. —Entonces creo que voy a tener que hablarles sobre el “criadero” — dijo Troy, resignado. —¿Qué es el “criadero”? — preguntó Stuart. —Cuando la Guerra Civil Global se inició, hace ya algunos años, mucha gente fue asesinada y las ciudades fueron pobladas por bandas criminales y asesinos de todas partes del mundo— dijo él, serio—. Después se creó la Policía Central, cuyo jefe es Fitzpatrick. —Esa parte la conocemos— dijo Garrett—. No nos des tantas explicaciones y habla. —Fue en ese entonces que se organizaron ataques a esas ciudades, para asesinar a esos criminales— continuó él—. Lo que no saben es que no todos lo eran, también habían mujeres, niños y ancianos. —¿También asesinaron a gente inocente?— pregunté, sorprendida por lo que acababa de decir. —Y después de que los ataques finalizaban, Fitzpatrick iba a esos lugares y rescataba a las mujeres y a los niños que sobrevivían— siguió hablando—. A las mujeres las hacía trabajar en su burdel y si no lo hacían, las golpeaba o mataba, pero solo si eran violentas. —¿Qué pasaba con los niños? — le preguntó Cloe, que estaba muy angustiada y a la vez, ansiosa por saber el resto de la historia. —Los niños eran llevados al “criadero” — dijo Troy, con un tono muy deprimente—. Ese lugar es como una cárcel, cada niño tiene su celda y le dan apenas pan y agua para comer. —Eso se oye espantoso— dijo Cloe—. ¿Tú estuviste allí? Troy solo se limitó a asentir, seguramente hablar de ese tema no era nada sencillo para él. Haberse criado en un lugar como ese debió ser una pesadilla, pero, aún así, decidió proseguir con la historia: —También nos entrenaban en diversas disciplinas de Artes Marciales, además del manejo de diferentes tipos de armas. —¿Para qué lo hacían?— preguntó Stuart. —Para que en el futuro fuésemos sus “sicarios” y nos deshiciéramos de la gente que llegara a ser un estorbo para ellos. —¿Tú has matado alguna vez?— le preguntó, muy nerviosa. —No, ese es el motivo de mi “rebeldía”. Yo no voy a matar a nadie, mucho menos si es por órdenes de personas como Jhonson o Fitzpatrick. ¿Cómo podían existir personas como esas en este mundo? ¿Qué hicimos para merecer algo así? ¡Son apenas unos niños! Seguramente el infierno les quedará pequeño cuando les toque ajustar cuentas en el Más Allá. Ahora más que nunca pienso que lo mejor que podemos hacer es sacar a la Doctora Jhonson de la compañía, antes de que ocurra algo peor y que tenga que ver con ella. —¿Y en qué sitio vivías antes de los ataques de la Policía Central?— preguntó Cloe. —En Santa Esperanza. —Por si acaso, Santa Esperanza es una isla, en la que se encontraba el pueblo de Santa Esperanza, que sucumbió cuando la atacaron— dijo Garrett, con el propósito de aclarar nuestras dudas. En ese momento, me prometí a mi misma que iba a hacer todo lo que estuviese en mis manos, con tal de evitar que las lacras de la Doctora Jhonson y del Jefe de la Policía Central llegaran a cumplir su cometido, aunque pareciera imposible. Pero, de un momento a otro, mi celular comenzó a sonar y lo revisé para ver qué pasaba: era una llamada del Doctor Sanders: —Buenas tardes, Megan. Me gustaría que te pasaras por mi oficina en cuanto te desocupes. —De acuerdo, ya voy para allá— dije, para luego colgar y decirle a Troy—. Vamos, tenemos que ir a la oficina de Sanders. —¿Y por qué?— preguntó él, confundido. —Porque eres mi guardaespaldas— dije—. A Sanders no le gustará que no me acompañes y te echará de aquí. —Está bien, vamos— dijo él, algo nervioso. Continuará… Contenido oculto Aclaración: La Isla de Santa Esperanza y el Pueblo de Santa Esperanza son lugares de mi invención (o sea que salieron de mi loca cabecita), se los aclaro para que cuando cuente el resto de la historia de Troy, no se pierdan. Espero que les guste la historia.
Tarde como siempre u_u pero como dicen, más vale tarde que nunca :D Me pareció genial la manera en que Cloe les hizo saber a sus compañeros que el espía era la nombrada oveja negra. Y cuando Troy entro. (Por fin se su nombre.) Y opino lo mismo que Megan, por ahora cualquiera que esté en contra de Jhonson que se una a la fiesta :) “El criadero” El titulo no es nada bueno… no… ¿niños, mujeres, ancianos? ¿Por qué hacen eso? De verdad que ese par no tienen conciencia y creo que más que morir, deberían sufrir. Entonces Troy viene del criadero, ahora se entiende mejor y el porque es “rebelde”.
Capítulo XXIII: El Regalo del Doctor Sanders Caminaba rápidamente, pues quería saber la razón por la cual el Doctor Sanders me había llamado, fuera lo que fuese, no estaba dispuesta a hacerle ningún desaire, él era una persona muy importante en mi vida y no lo haría sentir mal nunca. Troy iba a mi lado, a paso ligero, podía verse a leguas que estaba tranquilo, aún teniendo que fingir ante todo el mundo que solo era un guardaespaldas del montón. Lo miraba de reojo algunas veces, con curiosidad, porque yo quería ver sus ojos, pues llegaba a parecerme raro que siempre usara lentes oscuros. Al llegar a la oficina de Sanders, le dije: —Espérame aquí, las platicas con el Doctor Sanders suelen ser largas, pero haré lo que pueda para no tardar tanto. ¿Entendido? —No se preocupe, señorita Knox— dijo, muy sereno. Entré a la oficina y me encontré al loco del tío Jhon con un pastel de chocolate, toda clase de adornos y guilindajos, lo que me dio a entender que él también pensaba celebrar mi cumpleaños y le dije: —Jhonathan, mi cumpleaños fue ayer. —Ya lo sé, Megan— me dijo, despreocupado—. ¿Qué no podemos celebrarlo ahora? —Entonces será la segunda celebración. —¿Quién se me adelantó?— me preguntó, con un gesto claro de desilusión en su rostro. —La Doctora Hatthaway, me sorprendió con un pastel anoche y lo celebramos con Stuart. —¿El Doctor Langley en esas?— preguntó, extrañado por lo de Stuart, porque sabía bien que mi amigo no era amante de las fiestas—. Bueno, entonces te daré un pequeño obsequio por tu cumpleaños. Yo sabía muy bien como eran los "pequeños obsequios" del tío Jhon: pulseras, anillos y relojes de oro o plata, que casi siempre tenían piedras preciosas. Solía regalármelos porque no tuvo hijas hembras y yo, al ser su ahijada, tenía que recibir lo mejor de lo mejor, además de que él me consideraba como su hija. De una de las gavetas de su escritorio sacó un pequeño estuche rectangular, de color negro, el cual me dio en las manos, mientras decía: —Espero que te guste, es un regalo especial, porque ya eres mayor de edad y no quería quedarme sin hacer algo especial para ti. —Gracias, tío Jhon— casi nunca lo llamaba así, pero la emoción me ganó en ese momento. —¡Pero ábrelo! Levanté la tapa del estuche y me encontré con un collar de plata, nada estrafalario: una cadena fina, con un dije en forma de corazón y con una piedra de zafiro, la que más me gustaba. —No te hubieses molestado— dije, porque no me esperaba un regalo como ese. —Póntelo, quiero que lo uses, no como todos los demás, que no los usas para no alardear, Megan. Es más, yo mismo te lo pondré. ¿Podría decirle que no? Por supuesto que no, entonces me recogí el cabello con las manos, para que él me lo pusiera y cuando terminó, lo dejé caer sobre mis hombros nuevamente. Lo que me dijo después fue para animarme un poco: —Se te ve hermoso, ¿ves que tengo buen gusto? —No digas eso— dije, muy apenada. —Es lo menos que te mereces, Megan. ¿Pruebas el pastel o hace mal para la dieta? —Sabes muy bien que yo no hago dietas— le dije, en tono de broma—. Pero debes darme tres trozos más. —¿Para quienes? —Para Stuart, la Doctora Hatthaway y para mi guardaespaldas— le dije, en voz baja—. Lo tengo allá afuera esperándome. —Por cierto, ¿cómo te va con tu nuevo guardaespaldas? —Me cae bien, aunque a Stuart no— le dije, con una sonrisa pícara. —¡Por fin! Y que el Doctor Langley se aguante la tirria que le tenga. Después de eso, comimos un poco del pastel que él me había preparado, que estaba delicioso, además de que tomé los trozos que había apartado para los chicos y los puse en un plato. Me despedí de Sanders y me fui a mi oficina, pero antes le dije a Troy: —Perdón por la tardanza, es que Sanders me tenía una sorpresa por lo de mi cumpleaños. —No se preocupe, señorita Knox— me dijo, sereno. Entonces aproveché para decirle algo que se me había pasado antes: —Ya no me digas señorita Knox. Mi nombre es Megan, solo dime Megan. Continuará… Contenido oculto Esta historia también la publico en Fanfic.es y en Wattpad.com, bajo el nick de NIANIMETAL1994. En Wattpad esta una foto mía como avatar, así que no creo que se pierdan si pasan por allá.
Bien, es buena señal que Megan le haya dicho a Troy que la nombre por su nombre, eso significa confianza. Y ahora que lo mencionas, a mí también me gustaría saber la razón por la que Troy no deja ver sus ojos, ¿acaso está totalmente moreteado por los golpes, que recibió? por cierto: Me recordó en cierta manera a mí. En mis cumpleaños, mi querida abuela me regala joyas, collares y demás, y nunca los lucí, fue un desperdicio, guardados en una cajita. ¿Por qué solemos hacer eso? Retomado a la historia, fue bonito detalle que Sanders le regalara ese hermoso collar. Pero, ¿no tiene algo este? ¿Algún micrófono? n///n lo siento, es que soy algo desconfiada, y más en esta clase de historia. Entiendo que Snders es como un padre para Megan, por eso no me preocupare. Me parece que es redundante la palabra “hembras” por qué en si la palabra “hija” se refiere a mujeres. O quitar "hijas" y con solo poner que no tuvo hembras. Eso sería todo por mi parte. Nos leemos.
Ese fue un error de redundancia, a veces suelo hacerlo. Lo de que Troy no muestre sus ojos no tiene que ver con eso que crees, es algo mas. Y para que lo entiendas mejor, tocara leer el siguiente capitulo (aunque no diré lo que seguramente te interesa), es mas, te dejaras mas dudas. Nos leemos...
Capítulo XXIV: La Isla de Santa Esperanza "Este capítulo es narrado por Garrett" Yo estaba un poco extrañado por todo lo que acababa de ocurrir en la reunión del equipo, en la que el guardaespaldas de Megan- al que creíamos un espía- resultó ser del bando contrario, eso era muy raro. No es que no estuviese de acuerdo con su entrada al equipo, pero aún así, me parecía extraño. Pero lo que más me extrañaba fue que ese chico dijera que proviene de la Isla de Santa Esperanza, un lugar del que apenas tengo conocimiento y del que, seguramente, nadie tiene la más mínima idea, por lo que he decidido buscar información de ese sitio. Realmente se sabe muy poco- sino es que nada- de ese lugar, pero creo que podría encontrar algo si me esfuerzo un poco. Primero abro el buscador oficial de internet e introduzco el nombre de la isla, luego me encuentro con un gran número de artículos, en los cuales se relata con lujo de detalles el ataque de la Policía Central, en el que según ellos murió un gran numero de criminales peligrosos y pienso: "además de los inocentes que vivían allí también", lo que hace que me enfurezca y apriete los puños con fuerza, diciéndome a mí mismo: —El día en que te tenga frente a mí, te voy a enseñar a ser un hombre de verdad, así te mueras en el proceso, Fitzpatrick. Pero respiro hondo y luego busco en la red alterna- aquella que se prohibió después del año 2025, con la finalidad de mantenernos ajenos a lo que ocurría realmente en el mundo- e ingresé de nuevo el nombre de ese lugar, esperando tener suerte con esa red. Un segundo después, aparecen algunas cosas sobre la isla y me digo, desganado: —Ahora a buscar con sumo cuidado en cada uno de esos sitios de la red. Si llego a descuidarme y no lo hago, tendré problemas. En los primeros sitios encontré lo básico población tasas de natalidad y mortalidad, economía y algunas fotografías pero nada que me interesara realmente, hasta que me encontré con el blog de una chica llamada Meredith Timblank, que hablaba justamente de lo que yo buscaba: la verdad: "El Lado Oscuro de San ÁngeloSan Ángelo es un país independiente, fundado en el año 2020. Esta conformado por cuatro islas: la Isla de Santa Leah, la Isla de Santa Catalina, la Isla de Santa Natalia y la Isla de Santa Lorena, conocidas como las 'Islas Mayores' por sus habitantes.Además de estas islas, existen las llamadas 'Islas Menores'. Son tres islas de menor tamaño: la Isla de Santa Lucrecia, la Isla de Santa Irina y la Isla de Santa Giovanna, que también forman parte del país. Por último, está la Isla de Santa Esperanza, que es parte del país pero no es reconocida por sus habitantes como tal. ¿El motivo? Nada más y nada menos que esa Isla es una cárcel." Tuve que dejar de leer por un momento. Así pude analizar mejor el contenido, para luego proseguir con la lectura: "Fue determinado por el Consejo de Gobierno de las Islas que la Isla de Santa Esperanza se convirtiera en una prisión para todas las personas que mostraban 'la maldición . Unos meses después, fue integrado un nuevo artículo a la Ley de División. Dicha ley fue divulgada en el año 2022, en la que se determinaba el lugar de domicilio de los habitantes del país, por su color de ojos. La Ley de División contiene aproximadamente veinte artículos, en los que se explica con lujo de detalles el sistema de división, los permisos, prohibiciones y sanciones impuestas al hacer caso omiso del cumplimiento de esa ley." Y yo que pensaba que la sociedad en que vivía era un asco. Sí, hay cosas malas, pero lo que dice aquí es... demasiado. "El Consejo de Gobierno está conformado por los gobernantes de las islas, las cuales se reúnen una vez al año, para discutir convenios de cooperación entre las islas y las leyes que se aplicarían en su territorio, entre ellas los 'casos especiales'. En el país se entendía por 'caso especial' en el que se descubría que algún habitante de las islas tuviese los ojos de un color extraño o como ellos decían: que tuviese 'la maldición'." ¿Qué otra locura debo leer para saber lo que esta gente consideraba "extraño"? Bueno, al menos solamente quedaba un párrafo el cual me dispongo a leer: "Las personas que tenían 'la maldición', al ser encontrados, eran llevados a la Isla de Santa Esperanza, para evitar que llegara a propagarse en las otras islas, alejados de todo el mundo." Después de leer ese artículo, lo pasé a un documento y le agregué algunas fotos de ese lugar, para luego enviarlo al correo de Cloe, con la intención de que los chicos lo leyeran. Continuará…
Capítulo XXV: La Enfermedad "Este capítulo es narrado por Stuart" Yo realmente no entendía nada de lo que estaba pasando en el equipo, la unión del guardaespaldas de Megan al mismo, el que nos diese detalles tan precisos sobre la crianza de sus matones, pero aún no me quedaba algo claro: ¿Cómo rayos vamos a evitar que el proyecto de la Doctora Jhonson se lleve a cabo? Esa era la única pregunta que rondaba mi cabeza y que no parecía tener solución, pero faltaban algunas cosas por descubrirse. De repente, me doy cuenta de que Cloe no esta en la oficina de Megan y que Garrett se había desconectado de la web... en serio, estoy más concentrado en este asunto de lo que parece, aunque no me mueva en ese aspecto. Salgo de la oficina de Megan rápidamente, no porque yo quisiera, sino porque ocurrió algo que yo no esperaba: —Necesitamos apoyo de todos los involucrados en el Proyecto Irión. Es urgente su presencia en los cuartos de los sujetos de prueba del proyecto. Se suponía que yo era el agente doble y que debía estar al pendiente de todo lo que hiciera la Doctora Jhonson o del Proyecto Irión, por lo que me apresuré en llegar al lugar, en el que me encontré con todos aquellos compañeros de los tres departamentos en los que estaba dividida la compañía IEPCOM. Ellos se encontraban muy apresurados, tratando de ayudar en lo posible a la Doctora Jhonson, pero como estaban muy aglomerados, no podía ver lo que pasaba en ese lugar con claridad. Un momento después, me di cuenta de lo que ocurría los sujetos de prueba estaban presentando síntomas de enfermedad y era obvio que los demás compañeros del proyecto que se encontraban bajo las órdenes de Jhonson buscaban ayudarla por todos los medios posibles, para evitar que alguno de ellos llegara a morir, aunque no era seguro que lo lograran, eso nunca era seguro. Y para acabar de echar a perder las cosas para la Doctora Jhonson, en el lugar se apareció el mismo Doctor Sanders. Me parecía raro, pero luego vi que Cloe le acompañaba y pensé: "Seguramente fue ella la que le contó todo, eso es ser eficiente". En ese momento me dio rabia, se supone que yo podía hacer eso también, pero soy un distraído y no me di cuenta de lo que haría. —Debo hablar con la Doctora Jhonson en mi oficina— fue lo que dijo al ver lo que estaba ocurriendo en ese lugar—. Es necesario que lo hagamos. Después de escuchar la orden del jefe, la Doctora Jhonson salió de una de las habitaciones de ese lugar, con un semblante nada agradable, es más, podría asegurar que tenía un aire sombrío, en el gesto y en sus ojos, de color negro, profundos y expresivos. Solo con verlos por un instante, supe -o intuí realmente- que las cosas no iban bien en su proyecto; yo pienso que los ojos son algo primordial para conocer a las personas y en este caso, no creía equivocarme para nada, pero no podía estar seguro de nada, con personas como ella nunca se sabe. Ambos se fueron, seguramente a la oficina del Doctor Sanders, entonces aproveché para buscar a Megan en su oficina lo más pronto que pude. Parecía un niño corriendo a toda velocidad para llegar hasta el lugar donde quería y al llegar, me encontré a Megan sola- lo que me pareció muy raro- y le dije, casi sin aire por lo mucho que había corrido: —Pon la cámara de vigilancia del Doctor Sanders, ahora. —¿Qué es lo que pasa, Stuart?— me preguntó ella, un poco asombrada por la forma en que había llegado a su oficina. —Sanders está hablando con la Doctora Jhonson en este momento, pon la vista de la cámara que está en su oficina. —¿Qué fue lo que pasó?— volvió a preguntarme Megan. —Que algo salió mal en el proyecto de la Doctora Jhonson y el Doctor Sanders esta hablando con ella sobre eso. —Ya voy, estoy en eso— dijo ella, mientras conectaba la cámara a su computadora—. Yo no soy como Garrett, que lo hace todo en apenas segundos. Un momento después, en la pantalla de la computadora apareció la oficina del Doctor Sanders, en la que él y la Doctora Jhonson estaban entrando apenas y pensé: "¡Qué alivio, así podremos escuchar toda la conversación!". También me di cuenta de que Megan estaba algo desorientada, lo cual era muy raro y le pregunté: —¿Acaso el guardaespaldas te hizo algo malo? —Troy no me hizo nada, Stuart— fue lo que ella me dijo—. Deja de pensar en que él es malo y fíjate en el video. Cierto, debía prestarle atención a lo que ocurría, pero igual no dejaba de pensar en lo que pasaba entre ella y el salvaje ese, me parecía muy raro: —¿Qué fue lo que vi en el lugar en donde los sujetos de prueba de su proyecto estaban?— le preguntó el Doctor Sanders a la Doctora Jhonson, enojado. —Puedo explicarlo, Doctor Sanders, lo que pasa es... — dijo ella, tratando de explicar su situación. —No puede, ¡debe explicarme lo que ocurre, Doctora Jhonson!— exclamó el Doctor Sanders, en un tono de voz que yo nunca había notado en su persona, aunque lo conozco hace tiempo. —Se enojó el tío Jhon— celebró Megan—. Vamos a ver qué hace ahora la bruja de Jhonson. —Eso puede ser normal, es parte del proceso de adaptación de los sujetos de prueba— dijo ella, a modo de excusa—. No tiene nada de peligroso realmente, Doctor Sanders. —Eso espero— dijo el Doctor Sanders, con tono cortante—. Porque si vuelvo a escuchar sobre alguna falla, por pequeña que sea, no me tocaré el corazón al momento de echarla. La compañía ha invertido demasiado capital en su proyecto como para que ahora vaya a fallar y, por "compañía", me refiero a mi persona... ¿Entendió? —No habrá otro error como ese, Doctor Sanders— dijo ella, muy apenada, para después retirarse de la oficina del director de IEPCOM. Entonces Megan restableció la conexión de la cámara a la oficina de la Doctora Jhonson, para luego comenzar a celebrar como niña chiquita y le pregunté algo intrigado: —¿Qué celebras, Megan? —¿Te parece poco el parado que le acaba de dar el Doctor Sanders a la Doctora Jhonson?— preguntó ella a su vez—. Si ella llega a tener un error más en su proyecto, ni siquiera tendremos que destapar la olla y se irá por su propio pie de IEPCOM. ¡Eso es genial! Eso era muy bueno, pero no podemos confiarnos del todo, con gente como ella y como Fitzpatrick no se sabe nada. Continuará…
Ya que el sol salió y mi depresión se esfumo, te dejo mi humilde comentario, señorita. Primeramente la isla de Santa Esperanza, me impresione al leer que era una cárcel, me recordó a la Roca aquella isla prisión. Aun no me queda del todo claro lo de los ojos de diferente color que los habitantes poseen, (la razón por la que Troy usa los oscuros lentes) lo que me lleva a la sospecha de que “la maldición” se extendió a los XR por lo que leí en el capítulo xxv, eso me imagino. Y creo que el hecho de que “enfermaran” no sea algo bueno. Lo único positivo sería que despedirían a la Doctora Jhonson :p por lo menos ya la regañaron jijiji :cool: ¿Cuándo es que va a aceptar Stuart a Troy? Juro que a veces su indiferencia y su manera de ser me…:mad: (claro, ahora que se que el guardaespaldas es bueno :)) Me ha gustado la oración del final. Y es que hay que tener mucho cuidado con esa clase de personas, ellos tienen siempre una carta bajo las mangas. Por cierto: +1 por él. xD creo que mi personaje favorito es el tío Jhon Espero la proxima continuación. Nos estamos leyendo.
Capítulo XXVI: Una Revelación Inesperada Iba caminando por el pasillo, de vuelta a mi oficina, con los trozos de pastel en la mano y el collar que el Doctor Sanders me había regalado, me había gustado mucho ese obsequio y ya podía imaginar la reacción de los chicos en cuanto es dieran cuenta de que lo llevaba. Pero eso no me importaba realmente, lo que a mí me interesaba era saber más sobre el lugar de origen de Troy, pues lo poco que nos había dicho Garrett no me parecía suficiente. Troy- aunque no creyera que lo notaba - me miraba de reojo varias veces, algo temeroso, lo que me parecía aún más extraño; no sé, pero yo lo creí un poco más indiferente o frío de carácter, como lo había visto antes. En ese momento, yo vi que eso solamente era una fachada y que solamente era un chico tímido y que, por circunstancias del destino, había terminado en el lugar equivocado y en el bando contrario, aunque tenía convicciones firmes, eso me agradaba un poco. —¿Qué pasa?— le pregunté, algo intrigada. —¿De qué hablas,... M... Megan?— me preguntó él, sorprendido. Pero no tuve tiempo de responder a su pregunta, porque nos encontramos a Cloe en el camino, que me dijo, muy emocionada: —¡Hola, amiga! ¿Cómo te fue con Sanders? —Quería celebrar conmigo por mi cumpleaños, Cloe— le dije, con voz tenue, tratando de hacer que se calmara—. Pero nada más, era algo entre él y yo. —De acuerdo, no hablaré en voz alta, Megan. Pero... ¿Y qué tenemos aquí? ¡El Doctor Sanders te dio un regalo! Ese collar es precioso. —Ya, no quiero hablar de eso— le dije—. Es cosa del Doctor Sanders. Entonces ella se me acercó y me dijo, en voz baja: —Garrett me envió un correo, pero no se lo muestres al chico, es algo... complicado de explicar. Ella me entregó su tablet por un momento y yo leí lo que decía lo más pronto que pude, llevándome más de una sorpresa: Ese lugar era una prisión para personas que tenían ojos de algún color extraño- lo que hace la ignorancia y el racismo-, lo cual me pareció una locura desde ese mismo instante. Pensé en soltar una carcajada por lo que leía, porque tanta porquería junta no podía hacer otra cosa sino matarme de risa, pero al ver a Troy, recordé que se trataba de algo serio, muy serio y recobré la compostura. —Vaya, sí que es raro— le dije a Cloe en voz baja. —¿Raro? Es una locura total, un desastre. —Bueno, sí tú lo dices— le dije, mientras me encogía de hombros, pues no tenía idea de que otra cosa hacer. Después de eso, ella se fue corriendo de allí, parecía que fuera a hacer algo importante, pero no sabía que podía ser- ella no tenía empleo y yo tampoco-, así que no me desesperaré en saber que haría ahora. Ella es rara algunas veces, pero esa "rareza" la hace diferente y autentica o es que yo seré la rara y no lo veo. —¿Qué te pasa, Troy?— volví a preguntarle a mi guardaespaldas. —Nada— respondió, nervioso, tratando de evitar la pregunta—, estoy bien. —¿Seguro de que no pasa nada?— pregunté, curiosa. —Así es— fue su respuesta, pero estaba dudoso—. Mejor vamos a tu oficina, Megan. —Mejor respondes a lo que te pregunté, Troy— dije, muy insistente—. ¿Qué tendría de malo que me lo dijeras? —Es que no me gusta hablar de eso— me dijo, con timidez. —Entonces vamos poco a poco— eso significaba que si tendría que sacarle todo con una cucharilla, lo haría, soy buena en eso—. ¿Cómo te encontró Fitzpatrick en la isla? —Yo tenía cinco años cuando todo eso ocurrió— comenzó a relatar—. Estaba en mi casa, con mi... En ese momento, la voz se enturbia un poco y algunas lágrimas son reprimidas por él, para después proseguir: —Estaba con mi madre, veníamos de mi escuela, la única de la isla y, bueno, al menos los gobernadores sabían que debíamos ser educados, por eso existía ese lugar... Volviendo al tema, ella y yo fuimos a la cocina, porque ella iba a preparar el almuerzo. —¿Qué ocurrió después de que llegaron a casa?— yo era insistente, no dejaría que se callara, menos cuando apenas comenzaba todo. —Mientras estábamos en la cocina, el ataque inició. Se oyeron muchos disparos, por lo que nos acostamos en el piso y ella me cubrió. —¿Qué hicieron cuando la balacera acabó?— le pregunté, pues tenía curiosidad. —Fuimos al sótano de la casa, mi madre me dijo que para escondernos allá. Pero después de un rato, Fitzpatrick llegó allí con un grupo de policías. —¿Y qué hicieron Fitzpatrick y los más policías cuando llegaron al sótano?— fue lo que se me hizo más acertado para preguntar, no quería que se alterara, seguramente era difícil para él contármelo. —Nos sometieron y Fitzpatrick trató de hacerle cosas inmorales a mi madre, pero ella no quiso y se defendió como pudo. Ese Fitzpatrick no tiene vergüenza, es un maldito calenturiento... ¿Tratar de obligar a una mujer a tener relaciones sexuales frente a su hijo de apenas cinco años? Es un imbécil realmente. —Los policías la sujetaban y forcejeaban con ella, mientras eso pasaba, una pistola se dispar y la bala le dio a ella. Unos minutos después... ella murió. Me arrepiento de esto... no sabía que su historia era tan fuerte, pero ya no puedo echar el tiempo hacia atrás o cambiar esto... ahora todo seguía su curso. Pero le dije, para tratar de cambiar el tema: —Deja de pensar en eso, la vida sigue y no podemos hacer nada para cambiarlo. —¿No quieres saber por qué sobreviví?— me preguntó, algo sorprendido. —¿Qué? ¿Por qué te... —Porque vio mis ojos y creyó que eso le iba a gustar a su socia— dijo él—. Y tenía razón. —¿Qué hay de raro en ellos? —Para que lo veas... te mostraré— dijo él, inseguro. Entonces se quitó los lentes, algo que yo había esperado desde hace tiempo, pero yo no sabía lo que pasaría, así que esperaba a ver qué pasaba, luego me miró... al hacerlo, abrí los ojos como platos, de la impresión que sentí en el momento. Troy me dijo, algo deprimido: —Adelante, ya puedes decir que soy un fenómeno. —¿Por qué?— le pregunté—. A mí me gustan. Sus ojos eran de color púrpura... sí, era un color muy raro, pero a mí me importaba un comino si lo eran, porque yo vi que era sincero. Y lo estreché contra mi pecho, para después oírle llorar, algo que no me gustaba en lo más mínimo, soy sentimental y me pondría a llorar también, por lo que le dije: —Ve a descansar, así se te va a pasar un poco. Troy se fue, no tenía idea de a dónde, porque no sabía en donde dormía, con la intención de descansar un rato o, al menos a tratar de hacerlo- eso no es sencillo- y yo seguí caminando hacia mi oficina, a ver si me distraía un poco allí. Continuará... Contenido oculto Me gustaría saber cual es su personaje favorito de la historia y por qué se sienten identificados o les gusta ese personaje.
Bien, he terminado de leer esta historia bueno hasta el capítulo donde va y me ha parecido muy buena. No entiendo como no la pude leer antes, ah si ya sé... el tiempo. Me gusta mucho el género de fantasía y ciencia ficción, me gusta leer de todo pero prefiero leer algo de estos géneros. No sé, me gustan mucho. Y en esta ocasion debo de decir que me ha gustado, si, llegué a sacar conclusiones muy apresuradas mientras leía, pero cada capítulo era diferente y hacía que esas conclusiones que había sacado se fueran e hiciera nuevas. No sé como decirlo pero IEPCOM me ha sorprendido, no sabes con que te enfrentarás. También debo agradecerte que los capítulos sean cortos, ya que me he acostumbrado a la manera en que escribes y me atrevería a decir que han sido o más bien me ha permitido leer más ágilmente y no estar en un mismo capítulo leyendo una y otra vez. Gracias por tus palabras sencillas, pero a la vez tan llenas de significado. ¿Qué personaje me ha gustado hasta ahora y me he sentido identificada? Bueno, diría que Megan me ha gustado mucho, y me siento identificada con ella por la manera de comer que tiene esta chica. No lo sé, pero siento que hay mucho de ti en Megan, no te conozco bien pero de las pocas veces que hemos hablado algunas cosas tuyas las has plasmado en ella. Bien, no sería molestia alguna de que me avisaras del siguiente capítulo. Uno nunca sabe que encontrarse en este foro. Tendré que leer más cosas que hay aquí. Nos vemos.