Flash back La chica de ojos azules le miraba impasible, sin alma en los ojos. Se sentía grotesco sucio de pies a cabeza. No era la primera vez que unos ojos azules le miraban sin vida, pero esta era diferente, esta podía ser la hermana gemela de musa. Tomo un chicle de su chaqueta y boto el papelillo sin mucho cuidado, de todos modos tenia guantes, y estaba molesto pero se había decidido a dejar de fumar, un papelillo de chicle no mataba a nadie. O por lo menos no tanto como él, Estaba haciendo frio, y dio un paso que trono contra el suelo de blancura manchado de barro. Y sintió otro punzón de ira ¿Por qué demonios todas morían igual? entonces antes de devolverse y golpear brutalmente el sacrificio de esa noche recordó: Estaba en una estación bajando de un vagón, dejando atrás todo lo que significaba el sacrificio, se volteo una última vez a ver el sacrificio tirado en el piso de el tren mirándole directo a los ojos el tren permanecería allí unos cinco minutos más antes de irse de nuevo, entro un momento y le cerró los ojos. Ahora lucia mejor, lucia como una bella durmiente de cabello entorchado y de un rojo intenso. Se volteo justo a tiempo, y se fue por el piso de extrema blancura, miro hacia ambos lados para luego salir a la luz eléctrica y naranja de las luces. Fin del flash back. El se despertó en mitad de la noche rodeado de palabras gigantes, las palabras le rodeaban y giraban en torno a él y lo apuñalaban con su intensidad, la negrura de la noche no lo dejaba ver hacia ninguna parte, no sabía dónde estaba ni quién era. Inspiro profundamente y sintió lagrimas bañar su cara ¿Por que esto le sucedía ahora? Pestañeo un par de veces más y por fin un halo de luz se filtro por su persiana, se sentía mareado pero había vuelto a la realidad, en su cuarto a oscuras, se levanto, sus pies pisaron la alfombra negra y áspera de el suelo, encendió la ampolleta de el baño blanco y pulcro se lavo las manos con medidas casi drásticas y vomito, su dulce dulcísima realidad que lo dejaba impune y que no le dejaba lastres de ningún tipo, el no estaba loco. Para la ninguna clase de persona era loca o enferma, el hombre adquiría la locura y las enfermedades porque lo deseaba. Y él no deseaba ser un loco. __ La ciudad de Madrid era un espectáculo en todas aquellas frías mañanas de octubre justo cuando el roció mañanero bañaba las rosas de Angélica Marín. En lo que respectaba a ella era una chica que nació siendo preciosa y muy mandona, era una oficial de policía nacida criada, y habitante de Madrid. No había cosa más hermosa o preciada por ella que no fueran sus rosas. Esa mañana Angélica Marín se había levantado por el ruido molesto de su maldito teléfono de última generación. La habían llamado con más de dos semanas de retraso, y no había nada que le molestara que la llamaran tarde, se incorporo de su mullida cama y se puso el albornoz blanco, se negaba a pasearse desnuda por su piso de cuatro mil francos, se miro al espejo y se dio cuenta de que sus veintena estaba a punto de acabar justo en una semana y en Halloween, aun estaba sola soltera viviendo en su piso, no tenía hijos ( se le estaba pasando el tiempo) pero ya no quería nada... Excepto el chico guapo que tenía un café, su nombre era Jordán y por alguna razón no se quitaban la mirada de encima mientras podían mirarse el uno al otro, estudiándose, pero sin ninguna clase de cotilleo juvenil. El café se acabo en menos de cinco minutos y Angélica Marín solo se puso ropa no pensaba asearse o estar presentada quería que, todos, en especial su asistente, la vieran convertida en una furia, agarro el móvil y las llaves y salió así sin más, prendió su Audi yllamo al teléfono de Mildred hamingtom, era una pasante de padres ingleses instalados en la ciudad de Madrid, aunque era más española que cualquier español, quisiera o no quisiera, era a los ojos de Angélica, una incompetente completa y solía ser lenta. Pero su ''descuido'' había sucedido gracias a que Angélica Marín aun estaba en sus vacaciones. - Mildred haming ton al habla -respondió la voz dulce de Mildred, una voz que no tenía ninguna clase de carácter, a los ojos de Angélica. - ¡Aleluya! -Le grito demandante Angélica - ¿Por qué nadie me había avisado? - Usted estaba en vacaciones señorita Angélica -Respondió Mildred de una manera sedosa, intentando calmar a su jefa - . Además recibí ordenes de no molestarla. - Al demonio con las molestias -Respondió ahora mucho más calmada Angélica Marín -. Cosas como estas no deberían incomodar a nadie. ¿Escena del crimen? - Estación número seis del subterráneo. - Estaré allí en menos de cinco minutos -Dijo para luego colgar fulminante en signo de que simplemente ahora estaba molesta. El semáforo se poso a rojo. Lo único que pudo hacer la muy molesta agente, fue maldecir entre dientes, giro a la izquierda y estaciono el coche al frente de las escaleras con suciedad al lado de una pared provista con grafitis obscenos, groseros, y de mal gusto. En especial esta estación era asquerosa, en dimensiones inmencionables. Angélica saco de la guantera una caja con letras azules gigantes formando la palabra ''Max protector'' jalo el látex y se lo puso en las manos, salió del auto, bajo las escaleras con particular destreza casi masculina y sintió como su cabello rojo le estaba estorbando demasiado, pero ya era tarde tenia puestos los guantes y no podía recogerse la melena roja, Mildred Hamintom caminaba de un lado a otro en la entrada a la estación esperando a una Angélica Marín totalmente furiosa, pero lo que vio fue que su jefa lucia levemente enfadada, y con un tono de alivio en la mirada esto era el cielo. Porque tal vez de aquella forma no notaria que estaba medio perdida sin ella en la fuerza. -Mildred -Asintió con una sonrisa forzada a modo de saludo Angélica. -Señorita Angélica -Asintió con una sonrisa real Mildred mientras sacaba la carpeta de cartón de su bolso de cuero, Angélica la escruto de arriba a abajo, llevaba botas alas de cuero sin taco un suéter gris y un bolso de estilo universitario negro. Estaba lista para toda tenia ropa para correr, o para hacer lo que sea. Mildred también estudio la ropa de su jefa, el problema con Mildred es que a veces solía ser demasiado femenina como para estar en trabajo de campo así que apuntaba prendas que se le veían bien a su jefa siendo incluso de un carácter meramente masculino, Angélica tenía una camiseta gris que decía ''i don't care'' (No me interesa) Y unos jeans negros con unos tenis, se veía increíble radiante. Mildred sintió un poco de envidia por que su jefa fuera de dimensiones casi perfectas, pero comía como si no hubiera un mañana -Entonces... ¿Qué pastel nos han preparado? -Bueno... Para empezar... -Las siguientes palabras eran demasiado para decirse -. Hay que mirar la escena del crimen. Mildred Haming ton jaló la banda amarilla de plástico con las palabras ''No pase'' imprentas, dando paso así al vagón con suelo de color negro y un charco de sangre seca, la sangre que ya estaba seca, dejaba ver un hilillo que había corrido con la ultima fuerza de una vida casi extinta, Mildred golpeo el vidrio gris y un agente abrió sin más las puertas del vagón. Angélica se paralizo en el instante, sin recordar que ella estaba allí por la razón de investigar quien era el maldito asesino. Era una chica esbelta, de uno setenta o uno ochenta de alto, de cabello rojo como el fuego y ojos azules que miraban hacia la puerta, tenía la melena ensortijada y un gracioso mechón lizo en la frente. Aquella chica muerta podía ser perfectamente su melliza perdida en el tiempo, Angélica respiro hondo y obligo a sus piernas a responder camino sin signo de ninguna emoción al oficial Martínez: -¿Nombre de la victima? El oficial Martínez miro con detenimiento a la agente que acababa de llegar, asegurándose de que la víctima no se había parado de su puesto en la escena y hubiera resucitado -Miriam torres. -¿Edad? -Treinta años. -Bueno... Entonces... ¿Qué han hallado? El oficial Martínez miro de nuevo hacia la escena del crimen y una vez más hacia la agente- En los bolsillos de sus jeans encontramos esplenda. -¿Diabética? -Si... ¿Señorita? -Está bien... ¿Algo más? -Encontramos papel cerillo de una goma de mascar sabor menta y cerca al cuerpo de la victima migajas de pan y cosas como esa. -¿Algo más? -Si -¿Qué? -La sangre de la entrada es de un niño que siempre sube en esta estación todas las mañanas, entonces al ver a la señorita cadáver, se desmayo y se golpeo la nariz, no se la rompió mas sangro bastante. -¿Y el niño? -Una mujer entro justo en ese momento y lo salvo pero hizo detener el tren llamo a la policía y a una ambulancia para que detuvieran la hemorragia de la nariz del pequeño. -¿Ambos testificaron? - Si, solo saben que la vieron aquí inerte. __ Lejos del ajetreo en la calle Angélica Marín estaba segura en su refugio, un cuarto espaciosos, cubierto de blanco en todas partes con varios muebles hechos de acero inoxidable, y un escritorio del mismo material. En la mesa de ''carne fresca'' como ella misma lo llamaba reposaba la chica inerte, Angélica Marín la estudio un poco más, en realidad si se parecía más de lo debido a ella, saco del escritorio una coleta y se amarro la melena pelirroja, camino lentamente la chica en la mesa y saco el bisturí quirúrgico y prosiguió a cortar por el tórax sin ningún miedo. Pero lo que paso la dejo atónita. Siempre que se corta un cadáver tiende a salir sangre, porque hay sangre estancada. Si, el ''cadáver'' sigue vivo la sangre saldrá al ritmo de las palpitaciones, pero en este caso nada, ni una sola gota había salido, Angélica Marín estaba estupefacta y no se sentía bien. La cabeza le estaba dando vueltas, esto era un caso similar que hacía unos años había quedado impune, recogió la melena pelirroja de su ''paciente''. Lo que encontró la había dejado sin duda alguna, dos hoyos del tamaño de un catéter de cuatro milímetros, en el cuello de la víctima. Esta era la prueba suficiente. Por otro lado Mildred Hamingtom estaba aun en la estación del subterráneo mirando como despegaban las cintas amarillo chillón de la escena del crimen, miro el vagón entero con la mirada una vez más, miro por último el vidrio más próximo a la tiza en donde antes se ubicaba el cuerpo de la clon de su jefa, y reparo en que aun quedaban rastros de que allí hubo humedad. Mildred podía tener en sus manos la pista más grande con respecto a su caso -¡Pongan la maldita cinta de nuevo! -Grito, para acto seguido señalar el vidrio -¿Que no lo ven? -No en realidad - Respondió el oficial de policía mirando hacia el vidrio de manera extraña -. O por lo menos yo no. - Pero yo si -Dijo un hombre con una cámara de última generación, su nombre aun era desconocido de manera inimaginable para todos era un tipo moderno de unos treinta años con gafas a la moda y tenis de marca. Con lo que respectaba a Luis Antonio Veracruz él, estaba dentro de los mejores forenses, tomo la cámara y tomo una foto a la ventana que señalaba una muy irritada Mildred hamingtom -¿Y usted qué? -Pregunto Mildred aun asombrada de que un extraño le creyese. -Mi nombre, señorita es Luis. Y Ahora formo parte de su equipo forense -Sonrió cómplice, pero su sonrisa daba más que pensar, para empezar ni siquiera reflejaba un calor humano, aunque estuviera vestido con marca ( una chaqueta café de leves, unos jeans caros, y una camisa de vestir azul con las mangas recogidas) no lucia como una persona de clase realmente, era bastante apuesto de ojos color verde hechizantes, y un cabello negro azabache, pero ni aun así su sonrisa cómplice resultaba confiable, por el contrario se veía como una mueca entre sádica y entre divertida que resultaba de manera inimaginable mas desconfiadle que nada. __ Angélica Marín estudiaba las fotografías de hacía cinco años y las comparaba con las nuevas fotografías, gracias al cielo solo se había atrasado un par de asesinatos, escrutaba detenidamente cada fotografía estudiando cada asesinato. Y solo pudo llegar a uno conclusión, pero, cuando llego a ella se dio cuenta de que ahora entraba en el patrón de peligro. hacía cinco años ''Gestea'' -como le habían llamado al asesino gracias a que les daba dulces de panadería gourmet a sus víctimas- Tenia un gusto diferente, su afinidad era por las chicas de uno setenta de alto, delgadas (casi al punto de ser tablas) , de cabello lizo y de ojos verdes, claro que también acompañadas de una blancura extrema. Ahora ''Gusteau'' Quería a chicas, mas esbeltas, de cabello rizo color rojo como las llamas y de ojos azul celeste. En el pasado había temido por su sobrina, (de cabello negro azabache, lizo y de ojos verdes), Pero ahora estaba temiendo por sí misma, aunque siempre andaba en un intermedio de ''depresión - No me interesa'', aun no quería morir, no había escrito un libro, ni había tenido un hijo, además de eso no había nada más apasionante que ser una trabajadora, para encerrar a personas que ni siquiera eran seguras para sí mismas. Entonces se percato de la hora y miro el perchero de al lado de hierro... Iba a ser seguro una noche larga. (Una semana después, Treinta y uno de octubre, después de otro asesinato) Jordán Solárium era una persona que se comportaba de una manera reservada y casi profesional con todos, miraba con tono sospechoso a todos, y últimamente solo se comportaba abierto a una sola cliente: Angélica Marín. Era casi imposible no saber de ella, aparecía en periódicos y era ''famosa'' Porque gustaba del rock a todo volumen, apenas llegaba a casa -Sin importar que hora fuese- Angélica prendía su iPod con sus parlantes de última generación y los ponía hasta que los vidrios retumbaban gracias al sonido, pero nadie se podía quejar, porque muchos alegaban que ella era la razón de que varios intentos de asesinos en serie estuvieran bajo las rejas... Todos menos el. A las siete de la mañana Angélica Marín se sentó en el mismo lugar de siempre, el mismo lugar que Jordán solárium se empeñaba en limpiar mejor. El café del sol era por excelencia una cafetería llena con piso clásico de madera, y bastantes ventanales, con las paredes pintadas de un color crema casi llegando a ser de un café suave, tenia mesa de porte moderno hechas de madera y era un café realmente concurrido, Angélica Marín en especial tenía una afinidad con ''El café del sol'' por que servían café colombiano. Jordán preparaba con sus propias manos el café de Angélica Marín, por razones desconocidas para su empleada Melanie Caine, además, de poner en más que óptimas condiciones el codiciado puesto cerca a la estrada, en el que Angélica Marín siempre solía sentarse. Angélica Marín tomo asiento en su puntualidad pulcra que sin querer cumplía, miro el menú aun que se lo sabía de memoria, y pidió un panecillo con un café colombiano sin azúcar, Jordán como cosa que no se atrevía a hacer, le trajo el café aquel viernes treinta y uno de octubre, Angélica le sonrió, en lo que respectaba a Angélica había esperado toda una vida a que alguien como Jordán le hablase. O se mostrara amistoso con ella, para ella Jordán era guapísimo y... En realidad si lo era, de un cabello castaño brillante, de ojos azules profundos como el mar y la piel levemente bronceada, sonreía como si fuera salido de un comercial de pasta dental. -Gracias -Sonrió en plan coqueteo (por primera vez en años) Angélica Marín tornándose nerviosa. Jordán le copio el gesto y sonrió coqueto. -Es un placer -Respondió de forma aun muchísimo más coqueta Jordán, lucia seguro, pero se despreciaba por lo que era en realidad no había nadie más inseguro que Jordán - Señorita angélica yo... Yo... -¿Tu? -Pregunto fascinada angélica de la inseguridad de un personaje tan atractivo. -Nada, olvídelo por favor. -No, por favor, insisto -Le agradaría... ¿Cenar? ¿Esta noche? --- Luis, buscaba una fotografía hermosa en una capital que estaba volviéndole loco cada vez más, entonces vio un par de jóvenes hablando cuales Romeo y Julieta, la escena le había conmovido, enfoco bien y luego los vio mas detalladamente, era una cafetería gourmet, su jefa y el mesero hablaban y al parecer ella asentía positivamente. Entonces tuvo una epifanía, espero allí otros diez minutos y camino hasta la cafetería gourmet, tal como se lo esperaba había comida deliciosa, hecha toda con esplenda, y en el mostrador había más goma de mascar de menta que de cualquier otro sabor. Aun no tenía ninguna prueba realmente incriminatoria pero estaba seguro que, el chico coqueto que le coqueteaba a su jefa era el verdadero asesino. ....... Mildred Hamingtom se preparaba para una fiesta que ella misma había preparado para su jefa, se puso el vestido rojo carmesí que tanto le gustaba y se había puesto el cabello con ondas suaves como el agua y un labial rojo como las rosas. Pero fuera de su acicalamiento, había un segundo factor el nuevo sospechoso que habían descubierto gracias al espontaneo coqueteo de su jefa, Angélica Marín no sabía nada aparte de que en ese mismo día, su única misión era ser un lindo cebo de piernas largas y cuerpo torneado, Mildred se volteo pensativa mirando su cama de madera barnizada blanca y miro al rededor su pequeño cuarto, luego se formulo la pregunta de que tal vez necesitaba mudarse. --- Jordán se sentía nervioso, preparo todo para aquella noche porque llevaba bastante esperando por esa noche, se puso un traje elegante, se puso la rosa roja en la solapa, se miro en el espejo del baño blanco, y tomo en un algodón un poco de alcohol etílico, limpio la gruesa aguja del catéter y preparo un contenedor al que le puso ''Ella'' Despego el pedazo de pared, quitando consigo el espejo y una fila de tarros con un sospechoso contenido maloliente y rojo, reposaban suavemente en los estantes, luego puso el nuevo contenedor vacio y sonrió... Esta noche era para sacrificarse....
Debo admitir que cuando vi lo de los dos orificios en el cuello de la muchacha se me vino todo abajo, pensé que sería un escrito policíaco, meter a lo que parece ser la insinuación de un vampiro me lo jodió todo. Pero al seguir leyendo y ver que lo estás tomando un poco más serio y no como un estereotipo actual en el que rebajan completamente a éstos, me he sentido aliviada. De alguna manera te lo agradezco. Tu narración ha mejorado, tu léxico y tu manera de describir, lo cual me parece espléndido. Has mejorado el uso de las palabras y ya no tienes tantas faltas ortográficas. Lo que sí es que la estructura se ve demasiado amontonada, junta, hasta resulta tedioso de leer. Te recomiendo dar 2 espacios por cada párrafo de cuatro líneas. Así será muchísimo más fácil de leer. Repites demasiado algunas palabras, como los nombres. Eso es otro punto a favor de que la historia se vuelva tediosa. Te comes varios puntos y comas, puedes leer el capítulo en voz alta y detectar las pausas donde debería ir un punto o una coma, dependiendo de la duración de esta. Otra cosa es que al final nos dejas con la duda de si habrá segunda parte, en sí la historia fue buena, la trama es excelente, con un toque de suspenso que me resulta bastante bueno (aunque tengo que recalcar que lo del vampiro le ha quitado puntos) . Los personajes no son demasiado comunes, y son, hasta interesantes. Estás mejorando, felicitaciones. Espero seguirte leyendo por aquí, saludos n.n .
¡Hola! Bueno, todo ha valido la pena por solo tu comentario, no estoy segura de si hare una segunda parte, pero de lo que si estoy segura es de que seguire tus consejos ¡Gracias!
No se tratara de vampiros ¿verdad? Abra continuación ¿verdad? La historia la estas desarrollando muy bien, solo cuida un poco algunas palabras que pones de más o que no deberían de ir. Al igual que comento Nightfall, te invito a que separes los renglones, pues a lo personal se me dificulto leerla de esa manera. Luis intuyó muy bien al acordarse de las pistas que hubo cerca del cadáver y al ver la cafetería gourmet, entonces Jordán es el asesino. Lo que me intrigo de él es la razón por lo que lo hace, ¿por una enfermedad? ¿Algún trastorno? ¿Cambio de personalidad? ¿Tiene alguna obsesión por la detective Angélica? (no sé, me dio esa impresión, porque una de sus víctimas se parece mucho a ella y por qué después coqueteo con ella. Cosas mías) Por otro lado, según el final me dio a entender que, él no es un vampiro (quiero creer que no :D) pero a sus víctimas les “chupa” la sangre se las extrae, ¿por qué razón? A quién espera es a Angélica pues la invito a una cena. Bueno, realmente no sé qué más escribir, de verdad que me gustaría leer la continuación y así saber cómo consiguen pruebas sólidas para demostrar que Jordán es el asesino. Hasta la proxima.
Yo vengo a hacer un comentario técnico, más que otra cosa. Yo soy de los que creen que una historia bien escrita y con cantidad mínima de errores, deja mostrar lo que realmente importa de la misma: el contenido. Así que no leí completo, sólo analicé para poder hacerte una serie de comentarios. Usar etiquetas del tipo Flashback es algo horrible, eso influye según estilos y preferencias, pero no deja de ser una mala práctica, me explico: Una narración debe de ir conectada, debe de llevarte de la mano a través de ella. Lo que hace una etiqueta del tipo Flashback es cortar de tajo la narración. El flashback es una escena de tu escrito y como tal debe de ir separado, pero no por una etiqueta de ese tipo, sino por un simple espacio en blanco o en esquemas más clásicos por los tres asteriscos (***) al centro. Si hay un cambio en el tiempo narrativo o en el personaje entre el flashback y el resto del escrito, se notará y el lector deducirá que es un evento de otro tiempo o lugar. Creo que tu haces estos cambios de escena con muchos puntos (.......) o con tres guiones (---), puede ser válido, lo que te recomiendo es centrar estos y aparte dejar un espacio extra antes y después de los mismos, para que se pueda leer mejor desde aquí. Ten mucho cuidad, todas tus líneas deben de acabar con punto y seguido (.); o bien con dos puntos ( : ) o con puntos suspensivos (...) cuando es necesario, pero la idea es que todas tus líneas deben de tener una terminación. Por otro lado, ten cuidado con las tildes, te faltan varias tildes. El caso que más vi en la revisión rápida es el del "sí", recuerda va tildado cuando es afirmación y no lo va cuando es una condición. Finalmente, la estructura de tus diálogos es incorrecta, esto lo he explicado tanto que he hecho un artículo en un blog para eso (aunque hay otros que también te podrían servir), colocaré el enlace y si algún moderador lo considera spam, no tendré problemas conque se borre: Estructura de diálogos Y recuerda, lo que hace la diferencia entre un escrito simple y una obra narrativa, es la revisión y edición del mismo. Pues bueno, suerte con tu historia. Nos estamos leyendo.
Solo daré la afirmación, de que habrá una continuación, y de que estas en varios puntos muy, pero muy cerca. Gracias por leer
La historia exige un continuación, antes que nada, la haz dejado de tal manera que todos lo esperan y el misterio tiene que resolverse. Tu forma de narrar es esplendida, muy descriptiva, sublime, concreta y con cierto enigma que la hace perfecta para este tipo de historias, te sumerge dentro de ellas y te mantiene al borde esperando lo siguiente que va a ocurrir. Existen varias cositas como que te faltó tildes en la mayoría de los verbos en pasado y algunas mayúsculas en algunos nombre propios, sin embargo todo esto se llega a compensar en mi opinión con la narración, se podría escribir de manera esplendida y no transmitir nada, yo creo que lo principal para poder escribir ya lo tienes solo falta pulir algunas cosas hacerlo mejor. Checa este tipo de detalles usa sinónimos. Bueno The Dark Knight Fire
Me parece que la forma en la que has presentado los hechos es simplemente perfecta, pienso que tu narración es aceptable y eso ayuda mucho a que el lector pueda tener un buen ritmo en su lectura, tal vez un poco entorpecido por lo junto que se encuentra el texto, pero bueno al fin. En los otros comentarios ya te han señalado varios de los errores que tienes :3 sólo recalcaré que sería mucho mejor que separes más los párrafos entre si, pues de la manera en que está actualmente la tarea de leerlo se hace cansina, incluso puede hasta estorbar los ojos de aquellas personas sensibles a la luz. En párrafos como este: Lo que haces es concentrar la narración en algo de poco importancia para la trama en general y después soltar mucha información de golpe. Pienso que hubiera quedado mejor si desarrollabas lo que narraste dentro de dos párrafos separados, para así poder profundizar mas en lo que querías transmitirle al lector. Con un poco de práctica tú sola te darás cuenta cuando es mejor sintetizar la información y cuando es necesario detenerse y contar todo con calma. Pienso que si te empeñas en ello, puedes realmente hacer brillar esta historia, esperaré ansiosa la continuación. Creo que dentro de todo has sabido usar bien las pistas que se te han proporcionado, por lo tanto mi calificación para ti es un: Bueno.
A ver, voy a empezar diciendo que me gustó la historia. Tu idea es buena, está bien estructurada y tiene buena forma. Es bastante clara, tus personajes son firmes en cuanto a personalidad dentro de la historia y en general todo el conjunto “está bien”. Ahora sí, tiene varios errores graves de ortografía y puntuación. Éstos hacen que la historia luzca mal y pierda encanto, y en este caso, reste puntos. Otro punto negativo es que todo está tan junto que es cansador. Deja más espacios entre párrafos, incluso entre diálogos y narración, si lo prefieres así. Al lector suele molestarle ver un texto tan amontonado, hace que parezca que hay más texto del que en realidad hay. Tu narración está bien, te falta pulir un poco más algunos aspectos pero tienes una buena base. Cometes errores comunes de repetición, de quizás contar demasiado en algunos lugares, y luego nada de golpe, pero son cosas que se solucionan leyendo y escribiendo más. Nada demasiado grave. A veces me sentía algo perdida, pero en general al terminar me ha cerrado cada duda que me iba planteando. Los elementos están puestos bien, quizás algo forzados, pero no demasiado. ¡Que tengas mucha suerte! Nota: Bueno