“El club” Simplemente eres parte de mí. El tiempo pasaba lento, tal vez demasiado, ves las horas correr, los días pasar, la gente ir y venir, el dinero fluir… dinero que ahora tú no necesitas, ya tienes demasiado, las personas para ti ya entraron en la categoría de herramientas, las desechas cuando ya no te sirven, no tienes amigos, no los necesitas, tú tienes socios, son más útiles y no te hacen perder el tiempo. Tú tienes otras necesidades, tú necesitas poder, lo deseas, eres tan adicto a el que la mayoría de tus esfuerzos están dedicados a obtenerlo. Lucian, tú eres el demonio entre los demonios y sólo tú disfrutas tanto de ver dolor como de provocarlo, sólo tú te sientes bien al ver como el mundo se desmorona de a poco en tus manos, te enorgullece haber llegado al punto en el que las personas están determinadas a complacerte hasta en tus más absurdos caprichos, muchos desean lo que tienes, pero esos muchos saben que no podrían obtenerlo, que lo más cerca que pueden estar de ello es estando a tu lado. Sí, Lucían, eres especial, tú ya has perdido tu humanidad y crees que nadie podrá cambiar eso… hasta que la ves, a ella destruyéndose a sí misma, a ella que tiene algo especial que te llama la atención, a ella que logra sacarte de control… ¿Por qué tenía que ser mujer?, ¿por qué tenías que desear que estuviese bien, feliz, estable?, ¿por qué ella te es útil?, pero sobre todo ¿por qué ella tiene algo que tu jamás tendrás?, porque lo has perdido, lo has dejado ir y ahora ella tiene una parte de ti, una de la te creíste haber desecho cuando estuviste con aquella mujer, mujer a la abandonaste como a tantas otras, mujer que tuvo una hija, hija que cuando niña ya había saboreado la sangre humana, niña que te propusiste encontrar al enterarte de su existencia, niña que lograste adquirir como herramienta, igual que una más de tus mercancías, tan malditamente similar a un objeto, las personas siempre tenían un precio y tú habías comprado a esa niña, herramienta que lograste desarrollar su máximo potencial, potencial para matar. Una parte de ti vive en esa herramienta, en esa niña, en esa hija, en tú hija, por qué te habías ido sin saber de ella... pero te tranquilizaba ahora volver a poseerla. Lucian qué le has hecho, mírala, tan sólo mírala, es tu marioneta, está perdida. Te reclamas a ti mismo, e intentas endulzar el amargo sabor que esos pensamientos te dejan en la boca, ella jamás había sido normal, pero ahora era más cercana a ti, similar a un monstruo que a un humano. ¡Mírala!, necesita tanto de sangre como tú necesitas sentir que tienes el control de todo, que tienes poder. Ahora le has dado un nuevo juguete sólo para calmar tu ansiedad, tu culpa, un juguete con el que tú te entretienes y ella se desahoga, calma su mente, la mantiene estable. El juguete es grande, es un lugar, una casa, una hermosa y gran casa, más parecida a una mansión, que no sólo tiene muebles, no, eso es para la gente común, está llena de cosas y objetos peculiares, este lugar en primera instancia fue planeado para ser de uso privado, personal. La diversión no era permanente para ella y por esa misma razón todo el que había llegado allí para retarla había terminado sin vida, pero pronto te das cuenta que hay muchos con su mismo vicio y que ella puede aprender también de ellos, mejorar, adaptarse, crear; así que le impones una nueva regla, pues ella necesita controlar su sed de matar, y le niegas ese placer, aun que le estará permitido derramar sangre, pero no acabar con la vida, regla que no solamente se la pusiste a ella sino también a cualquiera que se atreva a subir al cuadrilátero… la ves pelear hasta llegar a un estado de inconsciencia. Ves lo que necesita, lo que necesitan, y se lo propones a tus socios, bastardos, tan hijos de puta como tú, que disponen de grandes cantidades de dinero, dinero que circulará en las apuestas de cada evento y mantendrá el lujo y las extravagantes comodidades del lugar. Sonríes con satisfacción viendo tu deseo convertirse en realidad, sonríes al ver a dos asesinos subir al cuadrilátero sólo para descargar la tensión de sus puños en la carne del cuerpo de otro, te satisface oír los huesos crujir, la piel romperse por el fuerte impacto del golpe, la sangre manchar sus nudillos, sus cuerpos, sus ropas, el piso. Tu mirada recorre el lujoso lugar que satisface el deseo de cualquiera que esté dispuesto a ingresar, después de recibir la extraña y negra invitación para ser miembro. Los empresarios disfrutan del espectáculo mientras son atendidos por hermosas mujeres u hombres, dependiendo de su orientación sexual. El servicio es el mejor, no se compara ni de cerca con el del mejor hotel del mundo, “El Club” está diseñado para cumplir exóticos gustos, pero el principal es el de relajar y entretener a los asesinos mientras vacacionan de su deber, y brindar un raro espectáculo a los empresarios. Espectáculo que también les ayuda a la hora de decidir el servicio de quien contratar. Escuchas una voz familiar, tan familiar que te detienes, esa voz ha silenciado a toda la sala, pronto el lugar espera paciente tu respuesta. No puedes creer lo que los labios de esa persona han pronunciado, pero ante el mandato retiras tus gafas para mostrar tus rubís ojos y te quitas la chaqueta que cubre tu musculoso cuerpo, te diriges al cuadrilátero. Sus palabras rebotan en tu mente, sonríes… Ella te mira expectante. —Padre yo te reto…
:0 Dante se revela. El perro mordió la mano que le daba de comer... Gosh, el ganador es previsible aquí. Me gustó tu forma de narrar. Mejor dicho, me gustó tu forma de escribir. ¿Cuánto tiempo llevas haciéndolo? No mucha gente escribe así en menos de un mes -que es lo que tú llevas registrado-. Yo misma era un desastre en mis primeros momentos. Ah, segunda persona, mi favorita, si se me pregunta. Creo que es la más expresiva de las tres. No la más subjetiva, como la primera, o la tan omnipresente tercera persona... Esta te cala más hondo. De cierta manera, sensibiliza más. Tal vez sea porque poca gente se atreve con algo así -porque no a muchos les queda bien el emplearla- pero tú eres bastante bueno con eso. El que el personaje se hable a sí mismo es mi punto flaco. Es lo que me hace engancharme a una historia por completo. Si, además de eso, le añades una buena trama, una narración fluida y una bastante buena ortografía... Vaya, pocas cosas me gustan tanto como historias de ese tipo. Como mencioné, tienes una muy buena narración. Todo es muy fluido y la lectura no se hace para nada pesada, en ningún momento. Es como si leyeras y leyeras, pero no te cansases de lo mismo. Tu ortografía es buena, pero te aconsejaría darle una segunda leída. Tienes dedazos bastante visibles. Aquí hay un error de expresión. Además del de ortografía al poner minúscula en vez de mayúscula, esa oración precisa de un antecedente, saltarse esa palabra trastoca la frase entera. Aquí no sería una coma, sino un punto y coma. Ya que la oración que sigue sigue hablando de lo mismo y no salta a otro tema, por así decirlo, deberá llevar un punto y coma, puesto que has usado muchas comas y, estéticamente, no queda bien. *Él, pronombre y no artículo, lleva tilde. Creo recordar que Lucian no lleva acento en ninguna parte. Esto es aplicable a las interrogativas que le siguen, toda pregunta debe llevar sus correspondientes signos de interrogación. En este caso no estamos tratando con oraciones dubitativas, es decir, que expresan duda, sino interrogativas, oraciones que se utilizan para hacer preguntas, no suposiciones. Se deduce de esto, entonces, que llevará los signos de interrogación correspondientes. Hay bastantes errores más. Te recomendaría darle una segunda leída, se ven fácil. Yo no remarcaré más, ya que aquí es muy tarde y estoy muy cansada como para ponerme a buscar dedazos ahora. Sigue escribiendo. :)
Hola Caos un gusto tu comentario, nunca había tenido tantos errores, pero lo escribí mientras iba en el metro en mi ipad y lo subí, ya editaré el capítulo, creo que por el momento ya corregí las faltas más graves. Y respondiendo a tu pregunta, puedo ser nuevo en el foro pero no escribiendo ya tengo casi tres años haciéndolo de corrido. Creo haberte dicho escribiendo es el uúnico momento donde no me faltan las palabras. Gracias Caos por tu comentario y tendré en cuenta tus recomendaciones.
Me gustó muchísimo la idea. Personajes ruines a los que les importa un carajo es algo que ocurre todos los días, además, siempre me han gustado las historias que involucran a gente muy poderosa y sus privilegios morbosos, pues al tener tanto dinero, llega un punto en el que se busca formas cada vez más excitantes en las que gastarlo. Me atrajo sobretodo porque recientemente he tenido imágenes mentales muy vívidas de estos pasatiempos de millonarios. Por último, me hizo mucha ilusión saber sobre la relación entre esos dos (Lucian y su hija), tomando en cuenta que sólo se ha visto superficialmente a ambos, especialmente a ella, que según la historia está perdida, pero a mí me parece que hay algo oculto en la repentina decisión de retar al padre. Continúa, por favor.
