One-shot de Pokémon - Copia Barata

Título: Copia Barata
Resumen: Harley recuerda a sus rivales en una batalla pokémon doble de un concurso Local.
Género: Comedia/General
Pareja: HarleyxHarley Epic win.
Desclaimer: Los personajes de pokémon no me pertenecen. Amaría que Paul o Harley fueran míos, pero me conformo con los fics.
Advertencia: Posible lenguaje vulgar.
Nota: Se me va mi peluche, PlushA, Plushy <3, así que este one-shot de Harley es exclusivamente para ella. Espero que te guste mucho =), te adoro, es un escrito sencillo <3, algo alejado de lo que planeaba escribir, pero tengo más siendo pensados en la cabeza y serán para ti. Y a los demás interesados, gracias por leer, se aceptan críticas.

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Copia Barata​

Zahra​

[Fey Everywhere!]​

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Era una jovencita jodidamente molesta.

Eso lo pudo notar desde que observó su exhibición en la ronda de apertura con su ridículo y— sin duda— nada elegante Lapras. El acto se asemejó a una Solidad en su etapa de inexperiencia e imperceptible mal gusto. La acuática criatura había lanzado numerosas burbujas hacía el brillante sol de aquel día soleado para después explotar cada una con un poderoso rayo hielo. Las gotas de agua a las que fue reducido el primer ataque presentaron una vistosa llovizna de verano; nada impresionante para él. Harley había considerado inadecuadas las calificaciones de los jueces, sí, bonita presentación pero nada que maravillara.

Recordar a Solidad por el pokémon de esa chica causó cierto malestar en su estómago, pero no lo hizo presente en ese momento; no obstante, suspiró tranquilamente y acomodó su inexistente arruga en la bermuda amarilla, mientras caminaba sonriendo hacía un ruidoso escenario. Alisó su fedora y acomodó sus lentes marrones. ¡Le encantaba el verano! Consiguió un look divino para él con esa playera gris de manga corta y la pañoleta amarilla en su cuello.

Él, a diferencia de la muchachita usó una táctica diferente a los demás concursantes: eligió a Banette cómo mejor opción. En su muestra le permitió al pokémon usar fuego fauto, creando algunas pequeñas llamas azules alrededor de su cuerpo grisáceo, las cuales terminaron en medio del escenario; con una sonrisa juguetona, su querido amiguito proyectó una bola sombra que se abrió paso entre las llamas, dejando contemplar una figura tétrica que terminó desapareciendo en un haz de luz, el estremecimiento en el público generó una tenue sonrisa en sus labios disfrutando enormemente la situación. Quizás aquello se presumía ser un concurso local para conmemorar la llegada del verano en ciudad Portual; sin embargo, Harley no desperdiciaría la oportunidad de ganar un distinguido listón, ni mucho menos de ridiculizar—incluido desmoralizar—a los participantes estándar. Después de todo, al integrarse sólo los habitantes de la ciudad, la competencia se reducía significativamente. Bien, ¿qué diferenciaba a su chica de los demás concursantes? El comportamiento, por supuesto, esa jodida y maldita actitud. Usando ese poco favorecedor traje de baño de una sola pieza en color azul, miraba al público con unos brillantes ojos azules saturados de emoción, acompañados grácilmente de una sonrisa autosuficiente en conjunto con una silente elocuencia en su caminar. Elegancia, alegría, ambición, esas tres palabras que coexistían formando los tres nombres que lo opacaron en concursos anteriores: Solidad, May, Drew. ¡Era la despreciable copia barata de sus rivales! Ese descubrimiento lo maravillaba y lo asqueaba a la vez. Los jueces le dieron una calificación aceptable a Banette por su trabajo, Harley había abrazado al pokémon gustosamente al instante que el jurado los contemplaba impasibles, casi forzados a hacerlo.

¡Oh sí, claro que le encantaba! Terminó de subir algunos escalones para llegar a la plataforma y verse frente a frente con la chiquilla que pretendía ser una copia de Solidad, o al menos eso escuchó en una entrevista en la que Rose comentó que llegaría a superar a una famosa coordinadora que usaba un Lapras. ¿Quién más si no la presumida de su coordinadora? Lástima que la pequeña aún le faltaba mucho estilo para superar a la mujer que era su amiga. Entonces Rose le sonrió orgullosa, tocando delicadamente un mechón de su cabello e inmediatamente susurrando:

—Te ganaré, feo.

¡Estúpida niña! ¡Cómo si tuviese un trasero del cual alardear! El siguiente minuto Harley se la pasó repitiéndose a sí mismo que no debía tratar de torturarla, lastimarla, gritarle mil y un groserías o, inevitablemente quitarle uno por uno las tiras de melena castaña. Le regaló una sonrisa—a regañadientes—analizando los gestos comprensivos y amorosos que los jueces le enviaban a la chica. ¡Qué tontos! Casi los tenía comprados. Concluyo que eso era lo que más lo enfadaba, que con su dulce y tierna sonrisa hipócrita creyese que iba a ganar; aunque estaba justificado por su posición, Rose había llegado a la final, un gran logro para ella, seguramente.

Sería una lástima si él lo arruinase.


—Lo siento querida —murmuró, ella le leyó perfectamente los labios—; si jugamos a las gatas y a los perros, yo soy más perro que nadie —. Después mandó besos al público durante su meneo de caderas al saludarlos a todos. El gesto malicioso de su rostro pasó desapercibido por los jueces, muy bien, si querían que esa chiquilla ganara con sus tretas de soy lo más bonito del mundo, pues él obtendría la victoria con su más excéntrico acto.

¡Oh dulce y bella venganza! Haría que esa inútil chica llorara junto a sus bobos pokémon y así conseguiría su lindo listón de colores. Obviamente ese descaro de decirle feo y/o de alguna manera insultarlo con su orgullo, no le recordó para nada al todo lo puedo de Drew. No.

Pero lo jodió, y mucho.

La presentadora del concurso local se abrió paso entre la plataforma. Harley examinó el vestido largo y floral que usaba, poseía un escote en la espalda que mostraba el bello cuerpo de Analy, una nadadora que fue campeona ese año. Era de piel morena y ojos verdes, una belleza exótica que él aprobaría si no fuera por el negro cabello corto que no beneficiaba completamente su estilo. Los detalles en dorado y blanco le daban un aspecto adecuado al vestido.

Era una zorra, simple. Si le gustaba criticar, ¿y? Era un pasatiempo. Analy anunció la batalla doble final del concurso, el contador apareció en pantalla al igual que los rostros de Rose y él junto al círculo de puntos.

—¡Presenten!

—¡Lapras, Butterfree, adelante!

Una vista de corazones de colores mostró al escenario a los dos imponentes pokémon. Una cosa que Harley había notado era que a pesar de ser una tortuga acuática joven todavía, los ojos rojizos de Lapras lo hacían ver enigmático, y la más pequeña mariposa, le otorgaba una imagen de poder. Otra cosa que sí lo enfureció fue que la niña usaba también un pokémon que Drew poseía. Eso lo jodía tanto, que haría una hermosa y siniestra escena.

—¡Amores, al escenario!

Sí alguien espero corazones también en su presentación, que pena. Harley multiplicó su sonrisa cuando de los rayos violetas surgió Cacturne en todo su esplendor y a su lado, luego de escabullirse de lo que parecía ser un hoyo negro, Banette sonreía diablillo.

Cacturne aún seguía del mismo tamaño, pero los ojos amarillos del pokémon mostraban más confianza y frialdad, estremeciendo a unos cuantos niños. Quizás, regresando a sus mentes algún suceso de Halloween. Su otro ladino pokémon, usó tormento para adquirir una pose espeluznante, creando escalofríos en los espectadores, y era un escandaloso, pues inmediatamente comenzaba a reír. Harley los amaba.

Tiempo atrás, Rose fue oyente de diversas historias del famoso Harley. Un coordinador pokémon excéntrico y que había logrado ganar gran variedad de concursos, además de que era único tanto en personalidad cómo en actitud. Le molestaba en gran medida, ella sería la mejor coordinadora expedida de ciudad Portual, por eso ella debía ganar esa batalla para demostrarlo. En sí no lo veía cómo un gran concursante, sus actos eran demasiado tenebrosos y las personas definitivamente querían algo divertido, bello. Sonrió, iba a salir victoriosa

—¡Lapras canto , y Butterfree tornado!


El insecto morado alzó el vuelo hasta verse opacado por el sol. Harley se felicitó por traer lentes. Butterfree agitó sus alas formando ráfagas de viento que fueron dirigidas exclusivamente a Cacturne, casi al instante el Lapras inició un canto melancólico y de su trompa emergieron notas de todos los colores del arcoíris que se fundieron con el viento, viajando rápidamente hasta colarse alrededor del cuerpo de Banette. Cacturne había recibido de lleno el ataque, lo cual le costó un quejido. Canto fue inefectivo al ser del tipo normal e ir dirigido a Banette.

¡Comete esa, víbora! Sería un error que sólo May cometería, si se ponía a pensarlo y eso en sus dias de inexperta e incompetente coordinadora. Claro que eso no evitó que su círculo se redujera a la mitad, el de Rose sólo se redujo un octavo.

—Ahora sí niña tonta —susurró suavemente—, ¡Banette trueno, Cacturne tormenta arena! —se relamió los labios rosados en gusto, amaría la escena.

El pokémon de hierba extendió los brazos y en un solo movimiento, un tornado de arena comenzó a formarse a su alrededor, envolviendo también a una risueña criatura fantasmal. Pasados unos minutos, un poderoso rayo dorado surgió desde el medio de la arena impactando furiosamente en un paralizado Butterfree, ocasionando su baja definitiva de la batalla. La constante risa de Banette causó algunos escalofríos en las personas al notar el goce del pokémon por el sufrimiento de su oponente.

La mitad del circulo desapareció para Rose acompañado de dos minutos muertos en el contador.

Tres minutos restantes para ganar. Harley se carcajeó sin importarle al opinión de los demás, hubiese sido un milagro que la mariposa fea quedara de pie. Y por obviedad Lapras no podía meterse si no quería llevar el mismo destino. ¡Oh si, viva la experiencia y el poder pokémon! El tornado de arena se redujo a una simple brisa en el contorno de la batalla, resguardando a los guerreros involucrados y, de vez en cuando cobrara fuerza, golpeando fuertemente a Lapras, hiriéndolo.

—¡No me dejaré vencer! —gritó Rose con los ojos azules ardiendo en furia—,¡Lapras, canto helado!

¡Mierda, mierda, mierda! Eso hubiera dicho si la batalla no la viese asegurada, quizás incluso se preocuparía sí sólo tuviera a Cacturne en el campo. Pero no era así, estaban los dos, fuertes, potentes—jodedores—seguros. Probablemente ha sido la única batalla donde ha acabado con un pokémon de un golpe, eso se debía quizás a una ligera diferencia de niveles entre Banette y Butterfree, también por el tipo. Admitía que la vista era divina, los diamantes de hielo que formó Lapras brillan sobrenaturalmente gracias a los rayos ultravioletas del sol e igualmente se aproximaban rápidamente a Cacturne, similares a las navajas de plata. Su círculo se redujo un poco más, dejándolo en un cuarto; pese a la diferencia de nivel y experiencia, la niña consiguió hacer ataques más vistosos aprovechando el clima. ¡Maldita bruja!

—¡Cacturne, esporagodón. Muñequito hermoso, trueno!

La expresión de Lapras fue de dolor cuando la arena la golpeó nuevamente después de su ataque, se sintió orgullosa de haber herido significativamente a Cacturne; sin embargo, el pokémon de hierba no estaba notablemente afectado. Ladeó ambos brazos esmeraldas y unas esferas blancas que calcaban al algodón se aparecieron frente a sus ojos, dominándolas con los amenazadores ojos amarillos, posicionó las esferas en una fila frente a Lapras, quién aguardaba silente el ataque. Presurosa, Rose ordenó que usara neblina, el pokémon la obedeció. Y, curiosamente, mientras ella formaba una capa brillante de humo blanco que se fundía con el ataque de Cacturne, un energético trueno cayó directamente sobre su cabeza, mandando descargas por todo su cuerpo. Antes de caer desmayada por el ataque, miró hacia arriba, donde el Banette sonreía tenebrosamente. Neblina fue inútil, pues el pokémon fantasma había saltado mucho antes, usando esporagodón cómo eslabón.


Rose adentró a Lapras en la pokéball, suspirando fuertemente. Vaya, había perdido. Cualquiera quisiera consolarla, pues la victoria se veía tan cercana.

Harley no era tan hipócrita. Nunca lo fue.

Su sonora risa fue escuchada perfectamente por todos los presentes, algunos lo observaban un tanto avergonzados por su comportamiento.

—¡Ay si me creo mucho y pierdo, como las peores! —comenzó a decir, regresando a sus pokémon al lugar al que pertenecían—. Con la pena, pero te sugiero nena que te busques una identidad y no andes por ahí copiando a los demás. Te lo juro, te ves feísima imitando. ¿Ok? oh, y olvídate que serás cómo Solidad o alguna otro coordinador, ellos son originales a su modo, tú no. Gracias por el encuentro, te cuidas.

Le mandó un besó, le guiñó un ojo y sonrió. Ya se las cobraría realmente usando a Cacturne y Wigglytuff en otra ocasión. Realmente hubiese preferido hacer la presentación más fúnebre o espeluznante, pero tenía la seguridad de que un callejón oscuro y una estúpida Rose sería un escenario más gratificante.

El sonido del pokenav lo distrajo de su trampa contra chiquillas que creían poder vencerlo. Un mensaje se divisó frente a él:

Harley, querido.​

Te vimos, ¡estuviste fantástico!​

May y Drew se mueren de hambre, apresúrate.​

Besos, Solidad.​

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Había olvidado que hoy quedó con ellos para la inauguración del nuevo restaurante de la ciudad, que ironía era que observará un rasgo de cada uno de ellos en Rose y a su vez, enterrara toda aquella rivalidad insana al vencer a Butterfree y Lapras, que aunque no fuesen los originales, habían sido una copia barata que lo entretuvieron; respondió el mensaje con una sonrisa antes de continuar su camino al restaurante.

Dile a Tent y al cabello de lechuga que iré a la estética primero,​

¡Que pueden pudrirse en el infierno! Te presumiré mi listón.​

Los quiero, Harley.​