Intercambio navideño; regalos por doquier.

Tema en 'Noticias viejas' iniciado por K i m c h i, 23 Noviembre 2012.

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  1.  
    K i m c h i

    K i m c h i Gatita mágica Comentarista empedernido

    Acuario
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    Todos esperemos a que Amelia. entregue para poder crear una cadena'C:
     
  2.  
    Ryuunosuke Akasaka

    Ryuunosuke Akasaka Entusiasta

    Tauro
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  3.  
    Kirino Sora

    Kirino Sora Entusiasta

    Aries
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    Parece que ya se puede entregar; quería esperar ya que no estaba segura n.nU
    Bueno, mi regalo es para Nowaki (GisLen Kagamine); todavía no me acostumbro a tu cambio de nombre. Pero tengo que decirte que te estoy eternamente agradecida; por estar siempre a mi lado, y lamento si yo no he podido estar en el tuyo en muchos momentos. ¡Espero que disfrutes de mi regalo, Cinderella ~Another Story~
    ¡Feliz Año Nuevo 2013 a todo el mundo!
     
  4.  
    Mary Shirou

    Mary Shirou Star Witch

    Géminis
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    Ahm... Creo que mi regalo era para @Kei xD. Feliz año a todos, un gran abrazo en general n,n

    Pensamientos sobre una fiesta de fin de año
    Por Mary Shirou

    Advertencia: No soy experta en Naruto, con suerte conozco a sus personajes, pero haré mi mayor esfuerzo

    Hay muchas cosas que han dejado de importar en esta vida.

    Ya no importan las continuas batallas, pues el camino del ninja, como el de cualquier guerrero, es estar siempre listo para el combate

    No importa el ser perseguido constantemente por tener en sí el zorro de nueve colas, pues sabe que si no se queda en Konoha, ella estará más segura.

    No importan aquellos sentimientos infantiles que sentía por Sakura Haruno. Como el primer amor, ese sentimiento siempre estará, pero ya no tiene la misma intensidad que antes, ni está destinado a tener un buen final, pues ella siempre estará pensando en Sasuke, su amigo, su rival, su enemigo aunque él nunca quiso que fuese así.

    Al iniciar un nuevo año, lo único que le importa en aquel momento es tener la oportunidad de verla otra vez, de apreciar su sonrisa, de enternecerse con su timidez y, por sobre todas las cosas, de decirle aunque sea una vez, que la amaba… No como aquel sentimiento que sintió como un niño, sino como el guerrero ninja que se ha convertido…

    — Naruto-kun — escucha, y no puede evitar pegar un pequeño salto de la sorpresa.

    Era, obviamente, su amada.

    — Ho…Hola Hinata — saludó él, con algo de timidez.

    Ella se acerca a él y se pone a su lado.

    — En… ¿En qué piensas? Es… Es muy extraño que te vea así de pensativo — pregunta ella, tratando de evitar mirarlo directamente a los ojos.
    — En muchas cosas — responde él, honestamente.

    Ambos se quedan ahí en silencio, mirando el horizonte mientras va anocheciendo.

    — Oye… Hinata…
    — ¿Sí?
    — Sólo… Yo quería darte las gracias.

    Ella agranda sus ojos de la sorpresa y dirige su mirada hacia él, quien le devuelve la mirada y sonríe cálidamente mientras en sus ojos se ve sinceridad y dulzura.

    — Y… Por… ¿Por qué lo dices? — pregunta ella, más nerviosa.
    — Porque siempre estás conmigo, incluso cuando creo que sería mejor que estuviera solo — y surge un brillo triste en aquella mirada
    — No lo creo — dice ella, más decidida:— Tú también me has enseñado muchas cosas y… y gracias a ti puedo ser una mejor persona… una mejor ninja…

    Él vuelve a sonreír, pues se da cuenta que aunque ella siga siendo la muchacha tímida que conoció hace ya tiempo atrás, está más decidida. Esa es una de las cosas que más le gusta de ella. Se acerca a ella y le da un abrazo gentil, intentando transmitir con ello aquellos sentimientos que tanto le embriagan.

    A la distancia se escuchan las explosiones de los fuegos artificiales y el cielo, ya cubierto de noche, se llena de las luces de celebración del nuevo año. Ninguno de ellos desea separarse, pues es más fuerte el deseo de la compañía del otro. No hay más palabras para expresar aquel momento de felicidad de ambos.

    Todo está bien, al menos por esta noche, todo es perfecto.
     
  5.  
    Fernandha

    Fernandha Maestre Usuario VIP Comentarista destacado

    Acuario
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    Sí ya se puede pues vamos. Sophie Haruno, me tocaste tú y en verdad que lamento mi escasa edición pero espero sea de tu agrado

    :hereavatar: and :herefirma:

    Felices fiestas, usuarios amigos~
     
  6.  
    Nao Kon

    Nao Kon Iniciado

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    A mí me toco Fenix S Holmes (Fenix Holmes) y no son muy bonitos pero espero le gusten... :3

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  7.  
    Kokoa Barakat

    Kokoa Barakat All Time Low Lover

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    Hola espero que te guste sangoasakura, nunca había escrito una historia de Vocaloid así que no se si te gustará

    Drabble - KaiMei

    [Narra Kaito]
    Allí estaba yo sentado en un banco frío suelo mientras nevaba, si puede que parezca que estoy triste pero no es así, ni mucho menos tengo que estar triste en un momento como este. Lo que pasa es que estoy esperando a que mí querida… bueno si no lo puedo negar la quiero; ella es mi amiga Meiko.

    —Perdón Kaito, es que se me ha pasado el tiempo demasiado rápido y cuando he mirado el reloj ya… no llegaba —explicó una chica con la respiración entrecortada por la prisa que se tuvo que dar; ella tiene el pelo corto marrón claro y con los ojos entre un rojo intenso y marrón profundo.

    —No pasa nada, ¿Ha donde quieres ir? —pregunté con una cálida sonrisa que pareció que la hizo sonrojar bastante.

    —¿Podemos ir a comer algo es que…? —me preguntó pero no pudo terminar la frase porque su estomago se adelantó, por lo que se puso roja y no se atrevía a mirarme mientras que a mí me entró la risa.

    Cuando pasaron unos pocos minutos, y ella no quería mirarme la cogí de la mano arrastrándola a otra calle para buscar una cafetería o puesto de comida rápida, si no la llevo a ningún restaurante ni nada por el estilo es porque ella es tan testadura por lo que no me deja gastarme mucho dinero en ella aunque a sus amigas tampoco. Me paré en una cafetería cercana y la mire, estaba sorprendida y todavía roja.


    [Narra Meiko]
    Entramos allí y nos sentamos en una mesa para dos personas, la camarera nos miraba con una sonrisa pícara ¿Pero ha esta que la pasa? ¿Nunca ha visto a dos amigos ir a tomar algo? Aunque me gusta mucho, pero yo creo que esta por Miku y yo no le correspondo.

    —¿Te ocurre algo, Meiko? —me preguntó como si estuviera preocupado pero supongo que es solo porque es un buen amigo que siempre me ha cuidado como si fuera su hermana y yo negué con la cabeza mientras sonreía dulcemente.

    Al poco rato vino esa camarera que cuando me dio el plato me guiño el ojo, yo no soporto a esta tía ¿Está mal o es así?; Kaito no lo vio y se me quedo mirando algo extrañado pero yo suspire desesperada por esa chica pero me alegré al ver mi comida, que buena pinta tiene esa hamburguesa.

    Cuando terminé, salimos de allí y yo no sé si me estoy volviendo loca o qué, pero esa chica seguía mirándonos como si fuésemos algo más, mira me gustaría un montón pero ella hacía que se me pusiesen los pelos de punta y no pensase más en eso. Kaito me preguntó si quería ir a algún otro sitio pero le dije no pues esa hamburguesa aunque tuviese buena pinta me sentó fatal.


    —Pues te acompaño a casa —se ofreció Kaito mirándome contento y yo negué de nuevo, no soy tan pequeña para que me tengan que acompañar; pero el hizo caso omiso y me cogió de nuevo de la mano mientras me dirigía a mí casa.


    Por el camino solo nos mirábamos y yo creo que me había puesto roja como un tomate, me daba tanta cosa… que me mirase con esos ojos azules tan brillantes y tiernos. Por un momento me perdí en su mirada y cuando me di cuenta de que no le dejaba de mirar me gire hacia el otro lado, pensando otra vez la pareja que harían él y Miku y yo que no pintaba nada.

    Estaba tan absorta en mis pensamientos que no me di cuenta de que habíamos llegado si no hubiese sido por la cara de Kaito a pocos centímetros de la mía, mientras me miraba preocupado de nuevo, sé que no es muy normal en mí pero se me empezaron a salir lágrimas de mis ojos sin parar y sin ninguna razón. Kaito me secaba las lágrimas con su suave y confortable mano, por un momento le volví a mirar y ya no lloraba más.


    [Narra Kaito]
    No sé porque se ha puesto a llorar así de repente, hace mucho tiempo que no la veía de esta manera, supongo que se seguía encontrando mal con la comida. Cuando se tranquilizó aunque no lo pareciese a mí también me tranquilizó no me gusta ver a nadie llorar pero menos a ella.

    —Tranquilízate, Meiko —comenté cariñosamente mientras me iba acercando a ella actuando mi cuerpo por sí solo pero no lo quería parar. Ella también se acercaba lentamente mientras empezaba a cerrar los ojos; al cabo de unos pocos segundos nuestros labios se rozaron y no se separaron hasta que necesitamos respirar, la mire estaba muy roja como suponía que yo también estaba y la dije —Te quiero, Meiko.

    —Yo también —dijo muy contenta y bastante ruborizada y se acercó de nuevo para volver a besarnos

     
  8.  
    Misuzu

    Misuzu Usuario VIP

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    Regalo para @KagaminHe Len disculpa la tardanza, espero que te guste :3

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    Feliz año nuevo
     
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  9.  
    Temarii Juuzou

    Temarii Juuzou Maestre

    Piscis
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  10.  
    Sakuno kun

    Sakuno kun Usuario común

    Piscis
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    Bueno aquí está mi regalo @Amyala
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  11.  
    Chaos Lady

    Chaos Lady Usuario VIP

    Libra
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    Ahmm .///. debo confesar que estuve acosándote por cz y aquí para saber que regalarte. Que bueno que te gusto :D
     
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  12.  
    Sango Asakura

    Sango Asakura Entusiasta

    Leo
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    A mi me tocó Neko Nyan, espero y te guste, no es precisamente lo que pediste, pero a mi seca mente no se le ocurrió algo mejor.
    P.D: Agradesco Sophie Haruno por mi regalo, si me gusto :), espero y no haya sido muy dificil escribir una historia sin conocer del tema jiji.

    [ONE-SHOT] Lendrillon

    En un antiguo pueblo, cuyo nombre no diré y, no es porque no lo recuerde, sino lo es porque tenía un nombre demasiado extraño, pero que vendía tan buena comida en aquella fonda de doña Lupita… bueno, creo que me estoy desviando… el chiste es que ahí vivía una pequeña y adorable criatura de ojos azules y cabellos dorados, tan hermosa, pero desafortunada, ya que estaba a cargo de su madrastra y hermanastras después de algunos eventos y peripecias que otro día contaré.

    Todo podría sonar algo normal, mas su infortunio se hallaba en trabajar día y noche en las labores del hogar como cualquier sirviente. Su rutina diaria consistía en mantener aquella casa limpia y todo lo que sus —raras— familiares en ley le ordenaran: que si recoger las botellas de vino de su hermana Haku, comprar más —¡¿Más?!— puerros para Miku y ese pan alargado para su madrastra… Tan acostumbrada esa persona al tipo de vida que llevaba que su mente terminó por olvidar sus ideas de un cambio y de superación.

    Y así pasaba el tiempo, hasta que un día de invierno, mientras limpiaba el piso en el que permanecían dormidas sus hermanastras tras una noche de excesos, donde los puerros y el alcohol no podían faltar, alguien tocó la puerta.

    —¡Ya voy! —gritó, al momento en que corría hasta su objetivo. Pudo haber llegado más pronto pero terminó por tropezarse con una coleta de cabello verde.

    Cuando abrió la puerta y, antes de que preguntará qué era lo que se les ofrecía tan temprano, fue derribado por un hombre que tocaba una corneta y tenía pinta de, digamos, despistado para no ofender y porque el susodicho me puso mala cara. Al darse cuenta de lo que había hecho se dirigió hasta su víctima y le tendió la mano para ayudarla a ponerse de píe.

    —Joven dama, perdone mi imprudencia, ¿se encuentra bien? —los ojos azules se toparon con otros del mismo color, pero más grandes y brillosos. Un pequeño sonrojo se formó en el rostro del hombre.

    —Sí, estoy bien… aunque, un momento, ¿Joven dama? Creo que me está confundiendo.

    —¿Qué acaso está ya casada? ¡Mi corazón sufre ante tal noticia! Sin embargo y aunque podría soportar viviendo con un amor prohibido, lamento decepcionarla y romper sus ilusiones en pedazos, pero ya tengo una persona que ocupa todos mis pensamientos…—a pesar de que medio comprendió lo que ese sujeto estaba diciendo, se percató de algunos errores de sustitución de “o” por “a”, así que lo interrumpió.

    —¡Alto Don Juan Tenorio! Está teniendo una gran equivocación. Soy hombre ¡Mire! —le incitó a observarlo con más detenimiento, pero ese hombrecillo de cabello púrpura no le hizo caso y optó por recitar uno más de sus versos que, como el más pequeño se había percatado, lo hacía para subirse el autoestima.

    —¿Acaso está usted enferma? Si lo que veo a simple vista es una bella joven, mal arreglada, pero bella al fin. Si lo que quiere es hacerse pasar por un hombre para ignorar su pena por no poder tenerme, le diré que no tiene por qué llegar a tal extremo, ya que siempre estará en mi corazón y mis memorias… bueno, si es que los cazuelazos de mi amada me lo permiten.

    —¡Pero ya le dije que soy hombre! ¡H-O-M-B-R-E! ¡Hombre! ¿Qué esa palabra no está en su vocabulario? ¡Búsquela si quiere en mi diccionario! —obviamente él se esta desesperando ante la ceguera del otro.

    —Sí, sí, es muy buena deletreando, pero eso no cambiará mi decisión. Aunque, si quiere y eso le hace sentir mejor, la pondré en mi lista de espera —de Dios-sabrá-dónde sacó una agenda y una pluma —. Veamos, tengo un lugar libre después de la querida señorita Sakine y arriba de la adorable Lily. —ante tal ejemplo de estupidez se decidió a contar hasta “las diez bananas” e ir al grano antes de que sus ideas de arrastrarlo de su largo cabello de color extravagante se realizaran.

    —Bien, ¿y para qué está aquí? —mencionó sobándose las sienes.

    —Ah, casi lo olvidaba —de un saco que colgaba de su hombro sacó cuatro sobres y se los entregó al otro, quien los examinó sin comprender —. Mi nombre es Gakupo Kamui y en nombre príncipe heredero legítimo de todas estas tierras, cotizado, soltero y, sobre todo, buen chico, Kaito, le hago entrega de estas invitaciones para el famoso baile de Año Nuevo. Esperamos su asistencia.

    Y antes que de el rubio pudiera decir algo, el mensajero se retiró, sin antes besar su mano, con un gran estruendo al cerrar la puerta de un golpe, lo que despertó a las desparramadas, y anteriormente inconcientes, hermanastras ¿Cómo es que habían permanecido en ese estado aún con el escándalo de esos dos? Extrañas. Esa era su simple conclusión.

    —Dios, a ese hombre de seguro lo hicieron de noche y al “ahí se va” —mencionó al limpiarse con asco su mano, recién mancillada, con su delantal.

    —¿Qué ocurre, Len? —dijo con voz adormilada la verde.

    —¡Un temblor! ¡Dios, por qué me odias tanto! ¿Qué acaso no he sufrido lo suficiente? —la hermana deprimente hacía su aparición.

    —Ningún temblor ni nada por el estilo, es sólo que un tonto llegó y las invitó al baile de Año Nuevo en el castillo — su voz era indiferente, ya que su atención se centraba en recoger los restos de esas cebollas alargadas y limpiar las migas de pan que, al mezclarse con el licor, habían creado una gran mancha en la alfombra.

    —¡El baile real! —gritaron emocionadas ambas muchachas, olvidando que al levantarse tan rápido se marearon y cayeron de nuevo al frío mosaico.

    —¡Podré conocer al príncipe! —confesó Miku.

    —¡Me tomaron en cuenta! —se alegró Haku.

    —¿Qué hay de emocionante en ello? Hay uno cada que la realeza se aburre y, teniendo en cuenta que aún no se inventa la televisión ni el internet, son muy frecuentes.

    —Es cierto, pero escuché un rumor de que el príncipe está buscando una novia —mencionó la de cabello verde.

    —Y habrá alcohol —casi susurró la albina, por lo cual pasó desapercibida en la conversación.

    —¿Y? ¿Quieres ser su novia o qué? —dijo luchando con la mancha que no salía ni con Vanish.

    —No sé ¡Pero no me pierdo la escena! Debe de ser muy romántico cuando bailen y se miren a los ojos ¡Y se besen! —el instinto romántico de la amante de los puerros se hacía presente como estrellitas en sus ojos. Era cierto, a ella le enloquecía todo ese tema sobre el “amor”, si no ¿cómo es que se había parado tras las rejas una vez por andar acosando a las parejas de enamorados en el parque?

    —Y habrá alcohol —volvió a susurrar, pero con la excepción de que esta vez acompañaba a su hermana hasta donde Len para tomar las invitaciones.

    Haku quería comprobar si había sido tomada en cuenta por fin y es que se había deprimido por no ser invitada las otras ocasiones. Lo que no recordó fue que no le llegaba la invitación porque todavía no cumplía la edad oficial para que pudiera ir, aunque, por el número mayor de cartas que enviaron mostraba que en este se haría una excepción.

    —Una, dos, tres, ¿cuatro? Pero si sólo somos tres mujeres en la casa —dijo confundida Miku tras contar. Un gesto de burla se reflejó en su rostro —¿No me digan que aún creen que Len es niña? Jajaja

    —¿Qué? ¡Ya supérenlo!

    —Un momento —intervino directamente a la conversación Haku —, ¿Len es niño? — las risas no se hicieron esperar en Miku y un grito de desesperación en el que siempre, por su estatura y tierna apariencia, le era otorgado otro género. Y sólo por eso es que esperaba con ansias a la pubertad.

    En otro lugar, muy alejado de esa extraña casa, se encontraba el gran castillo y, en él, los preparativos para la noche no cesaban. Los sirvientes se movían de un lado al otro acatando las órdenes del príncipe quien se encontraba ilusionado ante la idea de tener —por fin y después de tantos intentos fallidos por que hay que recordar que es algo tontito y tímido el muchacho— una novia.

    Todo era bullicioso, sí, pero aumentó el alboroto cuando el mensajero real y amigo inseparable del futuro gobernante —que Dios nos libre— llegó al salón y se tropezó con uno de los tantos adornos. Así fue como fue a llegar a la cosina y tirar a una pobre sirvienta con todo y comida, falta decir que estaba más que furiosa al ser bañada con el guisado.

    —Ho-hola Luka ¿Cómo estás? —peor no podía ser. Sería golpeado, otra vez, por la joven que le gustaba.

    —Muy bien ¿No ves que amo es estofado de salmón y mejor si su esencia está sobre mí? —su ironía era incluso táctil, sin embargo, hay que recordar por el suceso anterior, que el hombre no se caracterizaba por su inteligencia.

    —Es verdad, te gusta mucho el pescado —ante el comentario, la de pelo rosa le puso de casco la olla con el sobrante del estofado y le golpeó con un cucharón en el estómago. La muchacha se retiró molesta y el joven sólo se le ocurrió decir: —Bueno, al menos sabe bien.

    Una hora y un baño después, el morado se dirigió ante el príncipe para anunciarle que su misión de entregar las invitaciones había finalizado.

    —Qué bien Gakupo, ahora sólo falta que sea de noche ¡Y que venga la pachanga! ¡Helado para todos! —gritó emocionado el príncipe, tanto, que asustó a una sirvienta. Lo sabemos porque se escuchó el romper de los platos que traía en las manos. —Lo bueno es que los helados no necesitan platos.

    —Alteza Kaito, ¿no piensa que es… no sé, arriesgado, invitar sólo a las mujeres del lugar?

    —¿Por qué lo dices?

    —Porque podrían venir hombres a quejarse.

    —¡Pero yo no soy de esos Gakupo! —mencionó alarmado e indignado el joven príncipe tras malinterpretar el anterior diálogo de Gakupo —Sé que no soy el más varonil del mundo, pero no por eso…

    —¡No digo eso! Sino que no se preocupó por indagar cuáles ya estaban casadas —dijo, por fin, acertadamente Kamui.

    —No se me ocurrió eso —demasiado tarde.

    —Y también podrían pensar que está realizando un harem.

    —No se me ocurrió tampoco eso. Además, yo no soy el Duque de Venomania.

    —¡Uno comete un error y se lo recuerdan toda la vida! Juro que cuando vuelvan a solicitar gente para un videoclip, preguntaré antes de qué trata o, simplemente, no volveré a salir.

    —Sí, pero bien que lo disfrutaste ¿verdad? —le indagó, aunque, sinceramente, siempre le tuvo envidia en cuanto a la repartición de papeles.

    —Sí, de la misma forma en que tú disfrutaste utilizar vestido ¿verdad? —de eso era de lo que estaba hablando.

    —Umm… ¿Gakupo? No te escucho, la llamada se está cortando, creo que me tengo que ir ¡Adiós!

    Y, antes de que Gakupo le mencionara que en esa época aún no existían los teléfonos, él ya se había retirado. Y, después de que me preguntara cómo demonios habían realizado el video si todo eso aún no se había creado, nos situamos de nuevo en la casa de la pequeña, ejem, el pequeño Lendrillon (para aquellos que no sean bilingües, es Leniciento).

    En ese lugar le habían “solicitado amablemente” —sí, no es como si le hubieran amenazado con no darle dinero para sus bananas, no, claro que no, cómo creen— que le ayudaran a preparar sus vestidos y demás para el baile. Él no se negó porque, simplemente, era demasiado amable para decirles que no y era su falta de lenguaje asertivo lo que causaba que se aprovecharan de él.

    —Vamos Len, ven con nosotras, te divertirás—le repetía, otra vez, Miku. Se le había ocurrido la “fantástica” idea de vestirlo de mujer y, así, divertirse en el proceso. —. Incluso puedo jurarte que habrán mucha comida y, quizá, bananas. —pero esta vez ni la promesa de su adorado alimento podría más que la vergüenza.

    —No gracias, cuidaré la poca dignidad que me queda —sentenció al momento en que le ataba un lazo del vestido a Haku —. Sé que aún tengo, en serio.

    —Perooo… —hacía pucheros la de ojos verde acuosos, mas se detuvo cuando escuchó que alguien bajaba de las escaleras. —¡Madre, dile que venga!

    —Pedohn, pedoh noh pehdeh —respondió la “madre” con cosas intendibles, puesto que hablaba al mismo tiempo en que se comía una baguette. Al llegar hasta sus “hijas” fue curioso observar cómo ellas, e incluso el niño, le sacaban varios centímetros de estatura.

    —¿Eh? —repitieron los tres al unísono. Al notar que no habían entendido, la mujer, niña o lo que sea, pero que respondía al nombre de Teto, se sacó el pan de la boca y repitió el comentario.

    —Dije que no podrá ir porque tiene cosas que hacer —Len casi le hace un altar al escuchar esa oración porque imaginarse en medio del salón con vestido no correspondía a uno de sus mayores sueños.

    —Pero por qué, puede dejarlas para después —tal parecía que Miku quería, por cualquier motivo, verlo en encaje ¿O es que quería venganza por aquella vez en que se olvidó de sus puerros y tuvo que abstenerse de ellos por un día?

    —No creo. El pan no crece del suelo ¿sabes?

    —No, pero sí del trigo que crece del suelo.

    —¡No me contradigas! Yo no sé de química cuántica como ustedes. Pero es hora de irnos porque se nos pasa la micro ¿O quieren caminar? —ante el movimiento de negación de las cabezas de las demás jóvenes, se decidieron a irse. —Bueno, adiós Len. No nos esperes despierto y que no se te queme el pan ¿Eh? —le dijo la de cabello rojizo.

    —Será para la otra —mencionó Miku mientras se despedía con un movimiento de mano.

    —No te sientas solito. Te traeré chupe, Len —Haku fue la última en despedirse, eso sí, no hubo momento en que su mala suerte no hiciera aparición y, al tiempo en que cerró la puerta, una parte de su vestido se atoró. No tuvo otra opción que volver a abrirla —Ahora sí, adiós.

    —Sí, sí —y todo se quedó en silencio. Tanto, que le ayudó a reflexionar y pensar sobre varias cosas como, por ejemplo, el poder que pronto adquiriría el príncipe Kaito al convertirse en rey. Si él estuviera en su lugar… tendría el suficiente como para hacer que todos le trataran como el hombre que era.

    La vela se le encendió cuando recordó que el príncipe se caracterizaba, además de su torpeza, como una persona gentil y solidaria. Si sólo pudiera comunicarse con él y pedirle que le ayudara en su problema, le diría adiós a su vida de Shouta.

    —¡Tonto! ¡¿Por qué desaprovechaste el poder ir a hablar con el príncipe?! —se regañó y, pudo seguir toda la noche sino es porque escuchó un ruido desde la caja de música que le había regalado su “má Esther” (¿Entienden el chiste? ¿No? Pues ya qué).

    —Niña mía, ¿por qué lloras? —la voz se escuchó dentro de la caja, lo cual alarmó al rubio, pero no tanto como para no abrirla y ver cómo una extraña luz amarilla salía de ella.

    —¿Quién o qué cosa eres? —dijo, retrocediendo algunos pasos hasta toparse con la pared. Al finalizar su pregunta, la luz se agrandó y convirtió en una niña de su edad y, extrañamente, muy parecida a él con la gran excepción de que él no tenía alas ni volaba.

    —Pues soy, digamos…

    —¿Mi hada madrina?

    —Olvidemos ese termino, suena muy pasado de moda. Mejor dime guardiana mágica, se escucha mejor ¿no? —se limitó a mover su cabeza para contestar —Olvidado el asunto y regresando a mis líneas ¿Qué es lo que te ocurre, pequeña?

    —Y, por enésima vez, no soy niña. Soy un hombre —le regañó. En verdad estaba cansado de ser confundido.

    —¿En serio? Bueno, si tú lo dices.

    —No es que yo lo diga, sino que es cierto.

    —Okay, ya entendí, sólo dime lo que te ocurre, quieres o lo que sea que pasa en tu mente.

    —Bueno, lo que pasa es que quiero hablar con el príncipe Kaito y poder pedirle un favor.

    —Entonces no eres niña, pero sí te gustan los niños. Lo que trajo ese Renacimiento loco.

    —¡No, claro que no! ¡Ese tipo de favor no! Sólo quiero que escriba una ley o algo así para que todas las personas de aquí me dejen de tratar como mujer.

    —Lo sé, sólo jugaba. Bueno —comenzó a menear su varita que extrañamente tenía en la punta una pequeña naranja —, trabajando un deseo de metamorfosis —antes de que pudiera preguntarle a la hada qué era lo que tenía qué ver una metamorfosis con su deseo, sus harapos, se transformaron en un vestido muy elegante y, de cierta forma, bello. Él era bello, pero no de forma masculina.

    —¡Pero qué me hiciste, te dije que soy un hombre! —el shockeado niño-niña se admiraba, gritaba y se perturbaba.

    —Te dije que ya lo sé, pero ¿de qué forma quieres entrar al castillo si no eres mujer? Recuerda que es una fiesta exclusiva para doncellas —le ilustró, y tras ese comentario ya no pudo decirle que no —Primero piensa antes de gritar, jovencito ¡Ahora muévete o llegaremos tarde!

    —¿Y en qué nos vamos a ir? La combi ya se fue y hoy el metro no circula tarde.

    —Es verdad, bien, pues tráeme esa berenjena que está tirada en el piso.

    —¿Esa? ¿De dónde habrá salido? —y, como usted querido lector lo habrá adivinado, se le debió caer a Gakupo mientras chocaba con Len.

    —¿Qué importa de dónde salió? Ve el lado positivo, nos ayudará a transportarnos.

    —Y a mí me dicen loco.

    —¡Cállate y tráemela!

    —Creo que esto es una mala idea ¿Por qué no simplemente lo traes con tus poderes mágicos hasta aquí?

    —Los humanos y su tendencia de buscar métodos más simples. Si fuera por mí, nunca los dejaría crear la computadora… creo que no, debo de entrar a Facebook y Fanficslandia.

    Después de un “bibidibabidibú” y la sorpresa de viajar en una berenjena-caballo. Nos transportamos mágicamente hasta el castillo, donde todo estaba listo para recibir a las invitadas.

    —Príncipe Kaito, las doncellas han comenzado a llegar —le comunicó su lugarteniente Meiko.

    —Muchas gracias Mei-chan, has que las reciban como es debido.

    —Sí, patrón. Pero recuerde soy Meiko, no Mei-chan —se retiró hasta que se detuvo al escuchar otro escándalo en la cocina provocado por ya-saben-quién.

    —¡Lo lamento, Luka! ¡Te juro que ya no me vuelvo a tropezar! —se escuchó desde la cocina.

    —¡Sólo vete! —le gritó la muy enojada pelirrosa.

    —¿Qué hiciste ahora Gakupo? —le preguntó de modo cansado Meiko, mejor conocida por Kaito como Mei-chan.

    —Sólo estaba buscando mi berenjena de bolsillo y accidentalmente tiré el ponche que hizo Luka. Por cierto, ¿no la han visto?

    Un Gakupo deprimido, doncellas bailando y un Kaito alegre de verse rodeado de tantas féminas era lo que se podía ver en esa amena noche. La única cosa negativa era que cada mujer tenía que esperar su turno para bailar una pieza con el príncipe, puesto que no había ningún otro hombre, sin contar a Gakupo y pronto al pequeño Len que se llegaba con mucho alboroto, tanto, que la orquesta paró por un instante.

    —¡No me vuelvo a subir a una cosa como esa! —gritó el amante de las bananas.

    —Ni reclames que ya llegamos, sólo entra —y lo hizo gracias a que lo empujó, hay que mencionar que rodó desde las escaleras y cayó a los píes del príncipe.

    Ante la mirada de expectación de las personas presentes, Kaito lo/la tomó de las manos. Gakupo se acercó al reconocerla.

    —Sabía que era mujer.

    —¿La conoces, Gakupo? —le interrogó el príncipe. El pobre era tan ingenuo que caía en las patrañas y falsas historias de conquistas de su amigo.

    —Claro, mira —sacó su ya conocido pergamino —La tengo en mi lista de espera.

    —Oh, debajo de Mei-chan y arriba de Lily-san —mencionó al admirar el papel, donde la que encabezaba la lista siempre era Luka —Espera ¿Cómo es que tienes a Mei-chan en la lista?

    —Esa es una larga historia.

    —Ejem —exigió atención el niño, quien ya se estaba aburriendo de tanta charla tonta. El púrpura se retiró y los dejó solos.

    —Joven dama, ¿desea bailar conmigo? —cuando por fin reaccionó no supo qué decir, dirigió su vista hasta su “guardiana” quien le dijo con el dedo que sí, puesto que así tendría tiempo de charlar con él.

    —E-está bien— y comenzaron a bailar. Len no perdió el tiempo y comenzó con la segunda fase de la operación “vuélvame macho” (nombre dado por Rin). —Príncipe Kaito, sólo vine aquí para pedirle un favor.

    —¡Hijos no hago!

    —¡No! Lo único que quiero es que haga que todos me traten como un hombre.

    —¿Un hombre? Pero si eres una mujer, muy linda, por cierto.

    —¡Otra vez no! —su grito provocó que todos les prestaran atención al par —¡¿Cuántas veces tengo que explicar que soy HOMBRE?! Y no me venga con un “Pero” porque tengo una forma de demostrarlo —Len, ante las miradas de sus hermanastras, invitadas, el hada comiendo naranjas, sirvientes y Gakupo y Kaito sonrojados, se metió la mano dentro del peto, amenazando, posiblemente, con bajarlo.

    —¡No! —pero, al abrir los ojos se topó con el acta de nacimiento del ahora sí comprobado muchacho. —Ah, pues sí, tienes toda la razón ¿Pero por qué te vestiste de mujer? ¿Por qué llegar a los extremos? Pudiste haber llegado mañana.

    —¡Díselo, Len! —le motivó a expresarse Rin. —Ese es mi amigo. —le presumió a la de coletas verdes, quien estaba a su lado.

    —Y ese es mi hermano —le respondió.

    —Pues porque ya estoy arto de que me confundan o me traten como una niña, que me hagan burla porque no soy lo suficientemente varonil como la mayoría —un “Ah” general se escuchó del público, de la misma forma que los ojos llorosos del hombre azul.

    —Te comprendo, es como si me viera en un espejo, sólo que en rubio y más pequeño. No te preocupes Len, será un placer ayudarte.

    —¡Gracias! —este podría ser un final feliz y perfecto, sin embargo, a esta autora no le agradaría terminarlo así sin un poco más de sazón: De repente, la lugarteniente roja se presentó con gran alboroto, infartando a los presentes.

    —¡Príncipe, están aquí! —corrió hasta él, respirando de forma agitada.

    —¿Qué ocurre Mei-chan? Te ves muy cansada ¿Quiénes están aquí?

    —¡Los hombres! —pareciera que todo estaba sincronizado porque al terminar la línea cientos de hombres aparecieron con antorchas, palas y demás cosas que hacen ser lo que es a una turba furiosa.

    —¡Miren, ahí está! —alguien del grupo se hizo escuchar entre el ruido de los demás demandantes —. ¡Devuélvanos a nuestras mujeres!

    —Incluso hay una niña pequeña entre ellas ¡Pedófilo! —se señaló a la niñita de coletas y vestido rojo que comía inocentemente una manzana.

    —Hola, Kiyoteru Onii-san —fue lo único que contesto la pequeña despreocupada. Al menos Kaito aprendió que la próxima vez revisaría la edad y el estado civil de los invitados dependiendo de la ocasión. Lástima que ya no estaba tan seguro de que hubiera una próxima vez.

    —¡Atrápenlo! —el príncipe y Len se cubrieron detrás de Meiko, quien desenfundó la espada. Sin embargo, se sorprendieron al ver que la turba se pasaba de largo y se dirigía a otra dirección, esa donde estaba Gakupo, a quien rodearon sin darle una salida. —¡Por fin te tenemos Serjeris Venomania! ¿Creíste que te podrías escapar?

    —¿Qué? Pero si sólo era una actuación ¡Un personaje! —se defendía, mas ellos no escuchaba sólo se acercaban más y más —¡Ayuda! —sorprendentemente, Luka se hizo camino golpeando a cualquier caballero que se le acercara con un atún sobrealimentado. Le tomó de la mano y salió corriendo, puesto que ya los estaba persiguiendo —¡Gracias, Luka-dono!

    —Ni qué gracias ni qué nada, lo que quiero es ser la primera y única quien te dé tu merecido —le mostró sus planes de venganza, mientras levantaba de forma amenazante su pescado.

    —¡No, por favor, suelta esa cosa! —pero quien fue noqueado fue un hombre que se encontraba detrás de Gakupo, planeando atraparlo.

    Con este impacto se realizó una revolución donde todos se dedicaron a arrojar cuanto tenían a su alcance. Inclusive las mujeres se apuntaron, puesto que la llegada de los varones provocaron que finalizara su diversión y única fiesta dónde por fin podían descansar por primera vez de la actitud de los hombres. Otra sorpresa incluso más grande fue el hecho de que Haku fuera, por el momento, quien no había recibido algún proyectil.

    —¡Por fin! —su alegría se esfumó cuando una naranja la derribo desde arriba de una mesa, que era donde se encontraba —¿Quién fue? —demandó cuando logró ponerse de píe.

    —Ah, Umm… —el hada con instintos diabólicos escondía su mano al tiempo en que buscaba una víctima a quién culpar —¡Fue Len, sí, Len!

    —¿Qué no habías dicho que era tú amigo? —le recriminó mientras bajaba la charola que le estaba sirviendo de escudo.

    —¡Sí, y no sabes cómo te voy a extrañar! —se inclinó para no ser alcanzada por la botella lanzada por la albina, esa que fue a parar en la cara del rubio.

    Cuando por fin salió de su desmayo, Len se encontró dentro de una apretada celda. Aparentemente, el rey y la reina aparecieron de sus vacaciones en Acapulco para detener el alboroto y su forma de castigar a todos los presentes fue llevarlos a prisión donde no había suficientes celdas como para poder respetar el espacio personal de cada individuo.

    Suspiró ante la lamentable perspectiva de un Gakupo tocando la armónica mientras era golpeado constantemente con un atún de un tamaño normal en la cabeza, una Miku chocando una taza entre los barrotes y al príncipe tomando éstos desesperado y gritando.

    —¡Mei-chan, ven a pagar mi fianza!

    —¿Y cómo se supone que lo haga si estoy también aquí adentro? —Kaito se deprimió más ante la noticia.

    —Entonces tú Gakupo —recordó que él era el de la ambientación. Su vista azul se posó en el hada.

    —A mí ni me miren, yo cumplo deseo por noche —más depresión.

    —Creo que fue una mala idea ir al baile —por fin soltó Len, arrepentido de pasar todo lo que había pasado esta desafortunada noche.

    —También fue una mala idea invitar sólo doncellas —¿Y hasta ahora se daba cuenta de que él era uno de los principales culpables?

    —Y también salir en ese tonto video ¡Mothy, espero que estés feliz!—Gakupo dejaba el instrumento musical para unirse a los lamentados. —Ah, creo que ya es media noche. Linda forma de pasar Año Nuevo.

    —Pero estamos todos juntos —la positiva Miku se expresó.

    —Es verdad, hay que ver el lado positivo de la situación —la alegría se volvió a posar en la cara aniñada del príncipe —. Ahora todos estamos muy unidos, de ambas formas, pero lo estamos ¿Verdad Mei-chan? —pero su comentario fue recibido por una bofetada —¿Y eso por qué? Yo sólo toque tu hombro de forma amistosa.

    —Créame príncipe — la voz enojada de la roja inundó el lugar —, ese NO era mi hombro.

    —Oh —un Kaito sonrojado y las múltiples risas no se hicieron esperar. Quizá para Len este no era tan mal día como lo había pensado, ya que ahora tenía varios amigos.

    —Uh modentoh — se escuchó la voz ahogada por un pan desde la esquina donde sólo se apreciaba a alguien de cabeza —¿Y Hatuh?

    En un lugar del destrozado salón de baile del castillo, una plácida Haku se encontraba dormida y ebria, ignorando que por vez primera había sido más afortunada que los demás. Feliz año nuevo a todos.

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  13.  
    Logan

    Logan Usuario común

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    Un poco tarde para traer el regalo, pero espero que no te enojes kohome. Primero porque no es lo que has pedido, y me disculpo por eso. Y segundo; lo que pasó es que, en la Universidad me chuparon el cerebro, y con este la inspiración [aparte de que aun no he visto ese anime xD]
    Así que intenté hacer lo que querias, en una edición (si, como ahora soy editor, pues, puedo hacer cosas más pasables xD
    Btw... Espero que te guste, me esforce en aprender un nuevo estilo, y perfeccionarlo sólo para tu regalo, espero llene las espectativas. :)
    Feliz Navidad, y año nuevo :)

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  14.  
    rhapsodic

    rhapsodic кучко. Comentarista empedernido

    Géminis
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  15.  
    Catalina no

    Catalina no Iniciado

    Sagitario
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  16.  
    Ale-Kun

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    Virgo
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  17.  
    pinkgirl

    pinkgirl Entusiasta

    Leo
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    Me has dejado con la intriga ToT.....Bien eso es lo que esperaba xD! Gracias *.*
    ¿Firma? Tu firma o el banner para la portada de la historia?

    De paso vengo a dejar mi regalo para Yume Kiryuu son algunas ediciones que pediste, espero que aunque sea una te guste, traje varias para que elijas ^.^

    Yume ex.jpg
    Yume.jpg Yume kiryuu.jpg

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  18.  
    Larel Bisu

    Larel Bisu Usuario común

    Aries
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    Misa Amane (ooooooooh tres horas para que me salga el put* tag :@) Bueno espero que te guste :'3 Te hice las dos parecidas porque... bue, me gustaban las flores y también la frase x'D En fin, ojala te guste :B

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  19.  
    Kohome

    Kohome Fanático Comentarista destacado

    Libra
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    Logan
    ¡Me encantó! Ni te angusties por la tardanza, me dejó muda.
    En serio muchas gracias, feliz año para ti también. *-*
     
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  20.  
    Catalina no

    Catalina no Iniciado

    Sagitario
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    Pues una firma estaría bien *-*
     
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