Indómita

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por IamTroya, 3 Diciembre 2012.

  1.  
    IamTroya

    IamTroya Iniciado

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    Hola a todos! <3 Bueno, he estado dudando en si subir el relato porque quizás fuera demasiado pronto ya que apenas me registré en este estupendo foro hace relativamente poquito. Pero bueno, soy así, que le voy a hacer haha
    La historia está registrada en "Safe Creative" cuya autoria está aquí *levanta la mano xD* ya que una vez pillé a alguien copiandome relatos D: que se le va a hacer, el mundo está lleno de todo tipo de gente.
    -Ésta, engloba temática de fantasía,romance, misterio y podría añadir también suspense.
    -En algunos capis se muestra con más exactitud temas para mayores de edad aunque con el debido cuidado para sus lectores.
    Sin más ahí va la portada, sinopsisy primer capítulo que espero os guste :D.

    [​IMG]

    Sinopsis: En Wisconsin, una de las ciudades situadas al norte de América, nada anormal suele pasar. Hasta hace poco.
    En un soleado día de otoño, acompañada de dos amigas en lo que prometía ser una estupenda excursión escolar, Troya Aisnworth se verá envuelta en una monstruosa contienda entre un grupo de animales de distintas razas. Ella y su compañera Maggie acabarán gravemente heridas casi al borde de la muerte en un hospital. La televisión no tarda en difundir la noticia por todo el país mientras un joven de tez morena aparece súbitamente en casa de Troya con intenciones aparentemente gentiles. Al parecer, hay algo que corre por las de la chica que debe ser extraído de su cuerpo antes de que ocurra lo peor...
    CAPÍTULO 1: EXCURSIÓN

    Hace un día estupendo para apetecerme salir de las cuatro paredes del aula de mi instituto de Wisconsin. Gracias a dios, nuestro tutor y profesor de matemáticas el profesor Holmes organizó una salida a la montaña. Sin embargo, no todo es tan bonito como se presenta, tratándose de algo “escolar” era de prever que tuviésemos que traer un bolígrafo y libreta para tomar nota. Aquel hombre usaba cualquier excusa para convertirlo en tema de estudio. De todos modos, cualquier cosa es mejor que quedarse sentada en un pupitre y ver cómo pasan las horas en el más absoluto aburrimiento.

    ─¿Tú qué crees que es? ¿Un acebo o un rusco?─pregunta a mi derecha Maggie, una de mis mejores amigas.

    Quito mi mirada azulada del papel que tengo entre manos para observar más al detalle las hojas del arbusto. Me inclino como ella. Cojo una hoja entre dos dedos y hago memoria del tema que me leí anoche de mi libro “Las plantas más curiosas y donde encontrarlas”.

    ─Yo diría que es un acebo-contesto tocando con la yema de un dedo el borde de la hoja. ─Aquí dice que el arbusto de acebo se le distingue con el rusco por la forma puntiaguda de las hojas. A más, mira las bolas rojas que le cuelgan, como si se apresurase a la Navidad.

    ─Troya tiene razón─interviene Kayla, la más alta del grupo detrás de nosotros. ─Mirad esta foto. ¿Ves la forma de las hojas? La del rusco son lisas acabando en punta. ─añade enseñándonos a las dos la fotografía en blanco y negro de su libro. Maggie se gira de nuevo hacia el arbusto sacudiendo en su gesto su larga melena negra. Es la que más disfruta con esto.

    ─Vaya, es verdad─medio sonríe. ─Ale, ya tenemos otra planta para añadir al trabajo.

    ─Sí, una menos.-digo enderezándome. ─¿Cuántas llevamos ya?

    ─Con esta cuatro-responde Kayla mirando su libreta. ─Una más y habremos acabado.

    Llevamos un par de horas cepillando parte del bosque donde nos dejó el autocar tras un trayecto de una media hora desde el instituto. El boscaje y la espesura que proporcionan los altos árboles me dan la sensación de estar más lejos de lo que en realidad nos encontramos del otro grupo que está más allá. Sus voces delatan que están a pasos contados y me indican que no estamos tan solas. Los tríos de alumnos van de un lado a otro zigzagueando la zona, con lápices en mano y libretas en la otra, en busca de averiguar la identidad de casi toda la flora que hay aquí. Es parte del trabajo y la mayor razón que le llevó a Holmes a concedernos lalibertad en un día de octubre como otro cualquiera. Corre un aire claramente otoñal que hace que me estremezca y esconde mi barbilla aun más en mi camisa de cuello alto.El hombre de gafas culo de botella y abrigo gordo pasa por nuestro lado con una expresión alegre, su indumentaria le convierte en una bola obesa que realmente no lo sería si se quitara esas capas de ropa.

    ─¡Hola chicas! ─nos saluda. Detrás de él le siguen dos grupos, un total de seis chicos─¿Cómo va la cosa?

    ─Ya sólo nos queda─comienza Kayla─la agave. No hemos visto ninguna en todo lo que llevamos de camino.

    ─Es que estáis en la zona equivocada─alarga un brazo en dirección donde pasa un afluente-Pasado el puente de allí seguro veréis algunos ejemplares.

    ─Gracias señor Holmes─agradezco en nombres de las tres.

    Él se va y nosotras nos dirigimos hacia donde su mano nos indicó. Descendemos unos minutos por el bosque hasta llegar al río mucho más caudaloso de lo que estaría en verano. Miro a derecha e izquierda en busca del susodicho puente. Lo encuentro a pocos metros. Presenta una imagen poco estable con esa madera algo rota y desgastada de un roble cortado hace mucho tiempo. La primera en avanzar sin dilación es Maggie, cuyas botas para la ocasión casi la conducen sola.

    ─Eh, espera─digo alcanzándola─No me parece muy seguro. ─digo observando el estado y acercándome al puente.

    ─Bah, tonterías─dice poniendo una mano sobre el borde. ─Para que os quedéis más tranquilas lo cruzo yo primera ¿vale?

    Kayla y yo asentimos al unísono porque cuando decide algo no hay más que hablar. Me quedo quieta mirando como la morena camina tranquila sobre la madera y termina el recorrido en un saltito. Se gira y levanta la mano desde el otro lado.

    ─¿Veis? Es totalmente resistente. ─suelta una carcajada.

    Frunzo los labios y escojo ser la segunda. Cuando estoy al otro lado esa sensación de inquietud desaparece de mi cara.

    ─¿Qué? Sois una caguetas... ─sigue con su mofa.

    ─¿Te tengo que recordar cuando dejaste de dormir sin la lucecita de aquél peluche de oso? ─formulo con una sonrisa pilla.

    ─Eran otros tiempos. ─sacude una mano y nos ponemos en marcha al ver como Kayla se nos adelanta.

    Una vez pasamos el río, el panorama cambia bastante. El paisaje deja de ser tan espeso y los árboles tan gruesos. Apenas hay arbustos cuando avanzamos en busca de la última planta del trabajo. Abundan más los hierbajos y nuestra voz se oye en suaves ecos. Crujen nuestros pasos al pisar la arena y las piedrecitas del suelo. De pronto una bandada de pájaros alza su vuelo y Kayla da un respingo. Alzo la cabeza un momento para ver al grupo sobrevolar por encima de nuestras cabezas.

    ─¡Ahhhh! ─grita la morena señalando en dirección norte.

    Kayla y yo la miramos.

    ─¿Qué? ¿Qué has visto? ¿Qué pasa? ─suelta la rubia, aferrando su libreta contra su pecho.

    Al echar una vistazo a mi alrededor, diría que nos hemos desviado bastante y hemos hecho un buen trecho sin darme cuenta. Teóricamente hemos tirado todo recto desde el puente....Mejor no debería estar pensando en si nos hemos perdido o no cuando tengo a dos chicas espantadas haciendo gestos de estupefacción. Me levanto del suelo para ver qué pasa después de coger un puñado de arena con la mano y frotármela entre ellas, solía hacerlo mi padre y no he podido no adoptar su costumbre. A espaldas de mis dos amigas, oteo por encima de sus hombros colocándome un poco de puntillas.

    ─No veo nada.

    ─Te juro que acabo de ver algo, grande y…peludo. ─dice Maggie.

    ─Quizás hayan sido imaginaciones tuyas. ─intento calmarla con una mano en el hombro.

    ─No. ─dice cortante─Esa cosa ha dado un salto y se ha escondido en esa zona de allí. ¿Verdad Kayla?

    Ella parece tragarse las palabras porque no parece muy dispuesta a darle la razón.

    ─Vamos si quieres─propongo─Así verificas que es y te quedas más tranquila.

    Sé que ella suele ser una chica osada, dudo que no le entre curiosidad y se niegue. Los ojos marrones de mi amiga se me quedan mirando atónitos y ya no tengo tan claro eso.

    ─¿Y si es un animal salvaje? Nos atacará. ¡Ni de coña!

    ─Creo que estamos a tiempo de dar media vuelta, chicas. Por prevención. ─interviene Kayla, como siempre tan precavida.

    ─¿Vais a regresar por una momentánea visión?. Holmes dijo que los ciervos, lobos y otros animales suelen merodear por una zona más alta. No por aquí.

    ─Yo no recuerdo que comentara eso en clase. ─murmura Maggie.

    ─Pues yo sí─digo juntando mis cejas.

    ─No sé en qué parte del bosque estamos exactamente, cada vez que miro mi mapa no logro ubicarnos─comienza Kayla con su atención puesta en sus papeles─Además no he oído los gritos de otros grupos desde hace un buen rato.

    ─¡Es verdad! ─cae en la cuenta a mi lado una nerviosa Maggie, mirándose después el reloj de pulsera─Va a ser la hora de comer, creo que lo mejor será eso, volver.

    Sin tomar parte en el asunto, dirijo mi vista (otra vez) más allá del territorio distraídamente, cuando los pasos de mis dos compañeras se encaminan ya en sentido contrario a donde estoy con la atención puesta. El rostro de una fiera observándonos entre dos árboles medio agazapada, hace que coja aire y lo contenga unos segundos. Las palabras no me salen hasta que el animal se mueve un poco y no hay cuestión alguno de que tenía razón.

    ─¡Chicas! ─señalo con un dedo─¡Mirad allí! Dios, es enorme…

    ─¡Corred antes de que sea demasiado tarde! ─grita Kayla tras toparse con la mirada del animal.

    ─¡No te apresures! Ni siquiera ha hecho intentos de atacarnos─digo colocando una mano en su brazo rápidamente para que no eche a correr. ─Si nos vamos, notará aun más nuestra presencia. ─añado.

    ─¡Pero no tardará en hacerlo! ─tira de mí, presa del miedo.

    Maggie, parece aturdida por lo que sucede (o más bien está concentrada en el animal), apenas abre la boca. Giro mi rostro hacia el ejemplar de iris amarillos e increíblemente brillantes a la luz del sol mañanero. Nos mira con ojo avizor. Eso es ¿bueno o malo? Parece haber pasado de nosotros cuando arranca con la boca una planta del suelo pero nuestros gritos no tardarán en alertarle y entonces quizás sea demasiado tarde. No sabría identificar de qué felino se trata pero su pelaje tostado chillón con abundantes manchas redondas y negras me hace dudar entre un leopardo o guepardo. Entonces cuando logro que nos alejemos lentamente y sin hacer mucho ruido, aparecen cuatro ejemplares más: dos de color totalmente negro, un segundo gris nublado con rayas oscuras y por último, el más pequeño e inquietante de todos, una hiena. O eso acababa de decir Kayla que nunca falla en sus deducciones.

    ─Lo que…nos faltaba─pronuncia Maggie a duras penas sin parpadear.

    Kayla da un tirón del brazo con el que la he estado sujetando y se larga a toda prisa dejándonos ahí plantadas en medio del bosque con la amenaza de cinco animales a pocos metros. Si no fuera porque el miedo y la expectación retenían a mi otra amiga, juraría que habrían sido capaces de dejarme sola.


    Fin primer capítulo.
     
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    Kohome

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    Vaya, que buena trama *-*
    Tu narración es bastante llamativa a mi concepto, retratas bien los eventos y sentimientos de los personajes, pero intenta usar el guión largo, ya que el corto se usa para separar palabras en sílabas.

    Fuera de eso, la imagen también te quedó espectacular. No puedo creer que de repente aparecieran tantas bestias, que posiblemente las devoren. Que horror, pusieron su vida en riesgo, y todo, por una planta -_-'

    En fin, avísame cuando esté la conti.

    Sayito!
     
  3.  
    IamTroya

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    Hola Kohome *o* gracias por el consejo, es que nunca supe como poner el guión largo pero al fin lo hice en el word así que todo lo que publique próximo será con el guión grande para facilitar los diálogos.
    Muchas gracias, no me costó mucho hacerla con el photoshop hehe Me alegro que te guste :d
    Un besoteee!

    Aquí os dejo el segundo capítulo ^^ espero os guste y que comentéis al respecto :3. Besos!


    CAPÍTULO 2: LA PELEA

    Calma. Lo que hay que tener es calma. Me repito una y otra vez. Respiro despacio en un intento de autocontrol ante la tensa situación en la que me encuentro. Un paso lento hacia tras, luego otro. Y así sucesivamente, en silencio. No es tan difícil. Diez pares de ojos nos escrutan como si no hubieran visto jamás a ninguna persona más yo me mantengo relajada. Es algo que aprendí de mi padre también, no alterarme demasiado pronto. Maggie retrocede conmigo al mismo nivel sin el suficiente valor para desviar su mirada ni tan siquiera al hablarme pues ¿en qué momento no se lanzarán hacia nosotras? No podemos perderles de vista.
    El que parece un leopardo, definitivamente se ancla en el suelo a metros de nosotros, quedándose agazapado y como una planta más de la vegetación. En cambio, los dos felinos negros cuyas expresiones se muestran totalmente enfurecidas, no pueden ser otra cosa que panteras, estoy segurísima. Se mueven andando en zigzag sin dejar de avanzar hacia nosotras, acortando las distancias que ganamos y que perdemos nuevamente con su adelanto. Lo que yo llamo “sin prisa pero sin pausa”.

    Troya…verbaliza a mi lado Maggie. Gira sus orbes hacia mí por primera vez desde la inesperada aparición de los cinco animalesEspero que tengas algún plan porque yo estoy demasiado colapsada para ponerme a pensar en algo que nos libre de esta.

    Maggie sólo se me ocurre una cosa.me paro en seco y la miro directamente con las manos a cada lado de sus brazos.-Correr.

    Tan rápido como la palabra escapa de mis labios, mis piernas ya se han precipitado en un galope. Detrás de nosotras los rugidos ya han comenzado y el sonido de patas pisoteando raudas nos pone la piel de gallina. No mires atrás, no mires atrás. Siento el peso de mi mochila golpearme con más fuerza contra los omóplatos y eso provoca que ralentice mi corrida. Me canso pronto. El corazón parece tener intenciones de salir por mi boca en cualquier momento. Mientras me impulso con los brazos para correr hasta el límite del río, no puedo evitar ladear mi cabeza para ver a nuestros persecutores. Entonces no veo la rama sobresaliente de un árbol en mi camino y me tropiezo con ella cayendo al suelo estrepitosamente. Me golpeo en una oreja, hombro derecho y cadera en un intento por evitar estamparme de frente.

    ¡Maggie!chillo rodando desde el suelo apoyando las palmas de mis manos para volver a levantarme sin dejar pasar un segundo. Siento un crac interior de uno de mis tantos huesos y caigo. ¡¡No puedo continuar!!

    Mi voz se disipa, absorbida por el aire en parte por los bramidos de los animales salvajes que nos pisan los talones. ¿Me habrá escuchado? La morena frena en seco.

    ¡Troya!manifiesta mi nombre en señal de advertencia ¡Detrás de ti!

    La morena se encuentra entre medias de dos árboles con la respiración acelerada y encogiendo sus manos en un puño. En ese mismo instante, una de las panteras da un tremendo salto pasando sobre mi cabeza aterrizando delante de mí con sus cuatro patas. Me inclino hacia atrás sin tener nada con lo que protegerme. Nada, nada no. Me pongo la mochila delante de mi pecho, lo único de lo que puedo valerme. Aprieto los ojos. Pasa demasiado tiempo y abro un párpado presenciando su repentina e inesperada elección.

    ¿Cómo? No me ha atacado. Pestañeo un par de veces. El ejemplar ha preferido a mi amiga pero pronto descubro que no va a por ella sino hacia un lobo de grandes dimensiones que ha aparecido detrás de la morena. La pantera arremete contra él tirando al suelo al feroz de ojos grises y luego se le suman otra igual, y la hiena, por si fuera poco. Se enzarzan en una brutal pelea donde son lanzados contra las bases de los árboles en más de una ocasión y la sangre de cada uno de ellos salpica hasta llegar a pocos centímetros de donde estoy. Maggie está horrorizada esquivando a la hiena que acabó en el suelo no muy lejos de ella. Ahogo un grito y me arrastro por el suelo, alejándome del peligro. Maggie bordea la pelea a grandes zancadas y se arrodilla mi lado cuando llega hasta mí.

    Por un momento pensé que…

    ¡Rápido! Ayúdame, tenemos que aprovechar esta distracción.

    Tengo intenciones de abandonar la mochila cuando la tiro al suelo. Maggie me ofrece sus hombros donde apoyar mi brazo pero su fuerza no es capaz de soportar mi peso para arrastrarme sana y salva hasta territorio seguro por mucho tiempo. Tras caminar un poco ella se tambalea y caigo casi de culo sino llega a ser porque pongo una mano en el suelo.

    L-lo siento, no puedo. ¿Estás bien?

    No le contesto porque lo que ocurre a continuación sobrepasa mi realidad. Aquello empezaba a ser insólito. Dos lobos más toman parte en el combate hincando dientes y dando zarpazos a diestro y siniestro. ¿¡Pero de dónde diablos salen!? Cuando quiero darme cuenta están todos metidos en el asunto, sin excepción, saltando descontrolados y feroces derribando a sus contrincantes con todas las armas físicas que poseen. No sé si es algo planeado o no pero distingo claramente dos bandos.

    El leopardo, las dos panteras, el perro gris y la hiena por uno y los otros enormes lobos por el otro. Rugen, chillan y remueven la tierra cada vez que uno cae en combate. Pero luego sacuden la cabeza y vuelven a precipitarse de lleno en la pelea. Uno de los lobos que es proyectado fuera del núcleo de la pela, gira el hocico hacia nosotras. Gruñe y muestra sus afilados dientes.

    ¡Vete Maggie! Yo le barro el pasoanuncio rápidamente y llamando la atención del lobo para que mi amiga pueda marchar.

    No voy a dejarte sola.gimotea.

    ¡Ve a buscar ayuda!la empujo para que corra.¡Por favor!

    Siento como si me clavasen un cuchillo en el tobillo izquierdo, logro sostenerme en pie apretando mi mandíbula para soportar el daño de mi anterior caída. Mi amiga al fin me hace caso y me encaro a la bestia. Clava sus garras en el suelo preparándose para abalanzarse. Me tumba bocarriba chocando mi espalda directamente contra el frío suelo. Protesto mientras me apresuro a presionar con mis manos contra su barriga para impedir que me dé un bocado. Está totalmente enfebrecido. No logro apartarlo ni un milímetro si quiera porque su furia es descomunal. Sólo consigo apenas retrasar lo que inevitablemente me hace. Sus dientes atraviesan mi chaqueta por la zona de la clavícula produciéndome un dolor antes si quiera que terminase de profundizar su mordedura en mi carne. Me atraganto cuando quiero gritar de dolor y es por eso no me sale nada de la garganta.

    Si tan siquiera esperarlo como última opción, éste repentinamente aparta su boca llena de mi sangre y aúlla levantando su cabeza. Brotan pequeñas fuentes de otro líquido rojo de inmediato, por donde otro animal acababa de hundirle la dentadura en un costado. El lobo se ahoga en un lamento rodando por el suelo y dejando una hilera de sangre reciente. Las pezuñas del leopardo se apoyan en mis piernas sin dejar de amenazar a mi agresor. ¿Cuándo se ha acercado? ¿Realmente me ha salvado? Me dirige una fugaz mirada ambarina previa al nuevo ataque que lleva a cabo contra el lobo vulnerable, ahora gimoteando y sangrando. Presencio como mata a mi agresor aplastándole el cuello con dos de sus patas.

    Ah…suelto llevándome una mano al hombro de donde siento un dolor increíblemente paralizante.

    Mis ojos empiezan a llenarse de lágrimas. No resistiré mucho si no recibo asistencia médica. Estoy rebozada de tierra por todo el cuerpo. El combate prosigue aunque no al mismo nivel que al inicio. Ahora hay dos escenarios. Las dos panteras tienen acorralado al lobo más grande mientras que el otro aprovecha y huye perseguido por la hiena. No recuerdo por donde se fue Maggie hasta que su grito, retumbando por todo el bosque confirma mis sospechas. Empiezo a perder el conocimiento, recostando mi cabeza en la hierba, viendo pasar ante mis ojos al animal presuntamente fugitivo portando un trozo de la camiseta verde de mi amiga. Finalmente me desmayo.




    Al despertar es como si hubiera permanecido en un largo letargo. Mis parpados pesan pero al final consigo abrir mis ojos azules como el mar. Me encuentro un techo blanco con una lámpara cuadrada colgando de él, la única luz que me obliga entrecerrar mis orbes. Al descender mi mirada me doy cuenta de donde he ido a parar. Suspiro. Mi “cuidador” repara en mí.

    Al fin despertarsedice la voz de mi hermano.

    Apoyo la mejilla en su dirección donde le veo sentado en un sofá de una sola plaza, el típico que hay en cada habitación de los hospitales. Su pelo desordenado igual de bermejo que el mío y sus ojeras bajo los ojos manifiestan que ha pasado la noche aquí…

    ¿Cómotrago salivacómo he llegado hasta aquí?mi voz pierde fuerza.

    Los pitidos intermitentes de una máquina en la habitación advierten que sigo viva. Tengo tantas cosas puestas en el cuerpo que pierdo la cuenta de ellas. No analizo cada una porque ver una aguja incrustada en mi brazo me produce ya fastidio. Quiero incorporarme pero me es imposible, me abandona la fortaleza y decido quedarme como estoy, estirada bocarriba.

    No te muevasdice mi hermano colocando una mano sobre la mía, en un gesto tierno.

    Es que directamente no puedo.

    Se ríe sutilmente. Me siento mareada y me preocupo por acomodarme en aquella cama y no esforzarme por levantar un brazo.

    Mejor. Porque tienes tres costillas rotas, una lesión en el tobillo izquierdo y moratones por el cuerpo.

    ¿En serio?me permito bromear como si fuese poca cosa.

    Mueve afirmativamente su cabeza colocándose bien sus gafas con un dedo.

    Y para rematar, una mordedura del tamaño de mi palma en la zona de la clavícula.termina con una expresión preocupada.Hermana ¿Qué ocurrió en ese bosque exactamente para terminar casi muerta?

    Se levanta y corre a facilitarme un vaso de agua debajo de mi labio inferior. Bebo ávidamente, me refresca tanto como si no hubiera bebido nunca. Lo deja a un lado y se sienta en una silla que acerca a mi cama, colocándola al revés para apoyar sus brazos en el respaldo.

    No lo sé, de pronto vi a esos animales salvajes y…respondo hurgando en mis recuerdos almacenados¿Cuánto he estado dormida?pregunto.

    En come querrás decir. Tres días contados.me enseña sus dedos para más aclaración.¿Cómo te encuentras?

    Hago una mueca evaluando mi estado actual. Estoy entumecida y los músculos de la mayoría de mis extremidades no parecen activarse mucho dado mi debilidad y tremendo cansancio. Apenas tengo memoria de lo que pasó con pelos y señales pero tengo una cosa clara, un lobo me mordió, aun puedo sentir sus dientes en mi interior, el momento en que aquél escalofrío eléctrico me recorrió por torda la columna vertebral. Voy a contestar a John cuando la puerta de la habitación se abre y entran mis padres. Mi madre es la primera que se lanza a abrazarme y suelto un quejido. Se aparta como si de repente ardiese.

    Cuidadodice apresuradamente mi padre desde la punta de mi camaRecuerda lo que dijo el médico Steph.

    Nada de abrazos por un tiempo hasta que sus huesos se recuperen.recita mi hermano con una ladeada sonrisa.

    Troya nos tuviste muy preocupados. Parece que Dios al fin nos ha escuchado….susurra mi madre en mi oreja, melancólica.

    Me coge la cara entre sus manos y con la yema de sus pulgares me acaricia mis mejillas salpicadas por pecas de color marrones, como las de ella y mi hermano. Siento la calidez de sus palmas y el sentimiento de amor que me transmite con ellas. Aun no me creo que hubiese salido de esta. Volteo hacia mi padre.

    Papá ¿quién nos salvó?

    Al formular la pregunta una tremenda ansiedad por saber de Maggie transforma el semblante de mi cara.


    Fin segundo capítulo.
     
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    Kohome

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    Vaya, me encantó, en serio que sí.

    Antes que nada, te recomiendo que narres en pasado, por cuestiones de presentación y todo eso.

    Ahora sí, ¡Dios, estuvo impresionante! ¿Qué fue lo que le sucedió a Maggie? Y, ohg, ese felino... y el lobo, asdf, no sé, me dejaste con unas ansias de seguir leyendo. Mala.
    Jejeje, por otro lado, llegó a darme "impresión" o "cosita" x'D, como describías los dolores de Troya, guh, eso debe ser muy doloroso. Eres buena.
    Oh, avísame -por lo que más quieras-, cuando esté la conti, en verdad no sabes lo que me gustan estos fics *-*.

    Sayito!
     
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    IamTroya

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    Holaaa wapi! La razón precisamente por la que escogí para narrar esta historia en presente y no en otro tiempo (normalmente me decanto por la tercera persona) fue porque lo vi la manera más sencilla para mí de poder plasmar los sentimientos y pensamientos de la prota de mejor forma. De todos modos hay saltos de tiempo de por medio... Entiendo que lo encuentres raro o extraño ya que no es muy común >o< y pueda resultar hasta una escritura poco correcta (aunque a mí especialmente me encanta) pero una vez iniciada así como que sería raro :/ aun así tomaré en cuenta eso e intentaré usar mas el pasado ;). La forma escrita es muy al estilo Suzzanne Collins o Libba Bray...

    Muchas gracias por el coment, de verdad *-* me alegra un montón. Saludos!
     
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  6.  
    Tarsis

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    No he leído la historia, por ello no te comento sobre ella. Pero, vi algo interesante:
    Sí, está prohibido. Puedes leerlo acá: http://fanficslandia.com/index.php?pages/rules/

    Gracias. =)
     
  7.  
    IamTroya

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    Mira que me pasé por normas pero pensaba que anunciándolo en el primer post bastaría. Ya está editado y capítulo que contenga dicho contenido lo modificaré antes. ¡Muchas gracias por el aviso! :)
     
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  8.  
    IamTroya

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    Holaaa! Bueno como voy a estar una semana o así sin subir otro capítulo, aquí les dejo el tercero que es algo más largo que los demás. Espero os guste! ^^ Podéis criticar y comentar todo lo que queráis, los fallos, que es lo que is guste y lo que no, como se va desarrollando la trama... Un saludo y muchas gracias a los que se tomaron la molestia de leerme.



    CAPÍTULO 3: EL CHICO

    Unos leñadores que andaban de caza no muy lejos. Según contaron, dispararon a diestro y siniestro ahuyentando a esas fieras. Dicen que en toda su vida en las montañas no habían visto nada igual.Si no llega a ser por ellos…explica apoyando sus manos en el borde de la cama.

    Sigue siendo una historia aterradora. Me imagino a mi hermana caminando tranquilamente y de repente pillada de sorpresa por un grupo de animales salvajes y sarnosos.dibuja una mueca, muy típico en mi hermano enfatizar algo que de por sí ya se ve horrible.

    ¿Cómo está Maggie?pregunto haciendo poco caso al comentario de John mirando a mi madre que se ha sentado en otra silla al otro lado de mi cama.

    Por sus reacciones, no debe de estar bien.

    Decidme.pongo los ojos en los demás.

    Está en cuidados intensivos.responde Steph casi suspirandoPadece una amnesia temporal por un fuerte golpe que al parecer recibió en la cabeza.baja la vista hacia las sábanas que me cubren hasta poco más de mi pecho.
    Durante las próximas semanas a mi trágico suceso, las noticias diarias de la televisión no pararon de ofrecer más datos sobre el asunto del bosque. El profesor Holmes ya había aparecido tres veces en televisión (al menos ese fue el número de apariciones que presencié desde mi sofá de casa) pero la gente admitía que la culpa no era suya. Y de hecho, no lo era. Nadie se imaginaría que tres chicas de diecisiete años se encontrarían con tremendos animales expuestos en libertad en zona donde siempre había montañeros haciendo caminatas y muchos institutos escogían ese territorio para sus salidas. Asombrados y desconcertados quedaron los campesinos que habitaban en esos parajes cuando escuché el relato de uno hace unas horas. Ahora el territorio disponía de unas vallas y unos carteles de aviso.

    Nadie puede especular sobre si volverán a aparecer más de esos y por ello la policía experta, ha lanzado sus perros en busca de más bestias. Cabe decir que todo aquello había formado un escándalo y mucho revuelo en Wisconsin. Por mi parte, sigo alucinando de cómo animales mayoritariamente africanos se encontrasen en un país como América. Rechacé hasta la saciedad a infinidades de reporteros que me ofrecían entrevistas por doquier pero en cambio mi hermano y mi padre se entregaban a ello sin casi pedirles ocupar mi lugar.

    Casi me había olvidado de cómo era mi instituto cuando me bajé del coche de mi padre. Mi esguince está ya completamente curado pero no puedo ignorar el cabestrillo en mi brazo derecho donde recibí la caído y…la mordedura. Tardaría días todavía en curarme y en recuperar la habitual movilidad. Doy un pequeño vistazo al panorama de la entrada del edificio antes de dirigirme a ella. Si antes era una sombra más entre cientos de estudiantes ahora era como el fluorescente. Daba igual que mi ropa fuese abundantemente oscura hoy, llamaba la atención a cada paso que daba. Me despido de mi padre y Maggie se encuentra conmigo en la entrada del instituto con un grupo de jóvenes rodeándola.

    ¡Aquí está mi chica ardiente! ¿Veis chicos? Os dije que hoy vendríame da dos besos y me abraza eufóricamente pero eso no es todo, luego le precede una Kayla emocionada, un Brandon contrito y unas seis o siete personas más; pierdo la cuenta.

    Maggie, a diferencia de mí, presenta al mundo acerca de nuestro imborrable episodio unos cuantos rasguños en su cara y manos. Me alegro que esté bien.¿Pero habrá recobrado todos sus recuerdos?.Al final la alegría de regresar al instituto se convierte en agobio. Creo que nos llevará a Maggie y a mí una buena temporada rebajar el torbellino por lo sucedido en la excursión.

    Hola chicos, me alegro un montón de veros.

    Te hemos echado mucho de menos, pelirroja.dice sincera Kayla.

    Brandon asiente con la cabeza. Antes de que una muchedumbre se abalanzase sobre nosotras, Maggie me coge del brazo bueno. Sacude la otra libre para que la gente nos abriese paso, con un ademán gracioso, como sólo ella sabe hacerlo.

    Caballeros, señoritasva diciendo por el camino con mi mano bien sujeta entre sus dedosya sé qué queréis hacernos infinitas preguntas pero ahora tenemos el letrero de volvemos en un par de horas, dejen paso a las lisiadas por favor, gracias. Bonito pendiente. Sólo nos faltaría denunciar a alguien por hacernos tropezar…. Ah, para más información preguntadle a nuestra querida manager Kayla Kripton ¿vale? Ella os facilitará toda la información que necesitéis con un dedo la señala, ella se ruboriza al lado de Brandon y con prácticamente todos los presentes del pasillo poniendo sus ojos en ella Ahora nos despedimos para adentrarnos en nuestra estupenda clase de lengua, bye byese despide con la mano y cierra la puerta de clase cuando entramos.

    Aun así, eso no impide que cientos de rostros curiosos se queden con las manos pegadas a los cristales del aula. Supongo que permanecerán allí hasta que toque el timbre. Nunca me había enorgullecido tanto como ahora de tener a una amiga extrovertida capaz de sacarte de estos apuros .Eso incluye discotecas, eventos, tiendas…

    ¿Manager?pregunta Kayla colocando su mochila en su pupitre.

    ¿Te ha gustado, eh?responde la morena con una sesgada sonrisa de autosuficiencia.A partir de ahora te encargarás de nuestros seguidores.

    ¿Y qué se supone que debo hacer?eleva una ceja, no muy convencida.

    ¿Desde cuándo tienes tú seguidores?intervengo burlonamente.

    Tenemosme corrige girando su cabeza hacia los cristales de la clase que dan al pasillo.No tienes más que mirar hacia allí. Ahora somos populares, no de la forma en la que lo son “las facilones con tetas de silicona” pero populares al fin y al cabo y de manera mucho más digna. Hemos sobrevivido a un ataque.

    Suena la campana. Frunzo los labios sacando el material con un brazo de mi mochila para la asignatura. No sé si podré concentrarme de ahora en adelante con tanta expectación. La forma en la que alardea de fama mi amiga no me convence. Yo no quiero eso, sólo seguir con mis estudios como antes, sin tener que valerme de guardaespaldas o manager (según la unilateral adjudicación que le hizo Maggie a la rubia sin opción a negarse) para llegar si quiera al final del pasillo. Además no me complace ser reconocida por algo que pudo costarme la vida.
    Alex me ha pedido de salir un día de estosdice Maggie caminando a mi lado.

    Hemos decidido salir del instituto pasada una hora después del final de clases. Kayla finalmente ha aceptado el puesto de manager con la ayuda de Brandon, ambos se encargarían de la gente pesada que sólo quiere autógrafos y nada en particular que tomar un poco de nuestra fama. Que la tele hable de nosotras todavía no ayuda a que la expectación hacia nosotros se reduzca ni que sea un poquitín. No sólo en el instituto sino por toda la ciudad en general.

    Hoy ha sido un día agotadorrespondo en un suspiro sin prestar de inmediato atención a su comentario.¿Te refieres al mismísimo Alexander Smith?

    El mismocurva sus labios vanidosa.¿Puedes creerlo?

    Lo que creo es que lo haya hecho porque ahora eres unos de los centros de atención mediática.

    Tal vezse humedece los labiosPero me da igual, me conformo con una tarde con él.

    Sonrío sacudiendo la cabeza. Un autobús rojo de dos plantas aparece al final de la calle acercándose en dirección contraria. Arriba bien marcado se lee el número 320. El nuestro. Maggie se apresura hacia la parada y tengo que correr un poco sino quiero perder mi transporte. Apenas hemos hablado nada de los animales salvajes y de lo que realmente le ocurrió a ella después de salir del hospital. Y tengo muchas ganas de preguntarle sin gente a nuestro alrededor. Sólo tengo que encontrar el momento y lugar adecuado.
    Entrar en casa fue lo mejor en todo el día. No lo había visto como un refugio nunca pero ahora admito que lo es. Estoy segura entre las paredes de mi hogar frente a los periodistas pesados que aún persisten en entrevistarme y saber de mi recuperación. Anuncio mi llegada pero no recibo respuesta. Imagino que John estará en sus clases de guitarra y es demasiado pronto para que mis padres hayan vuelto del trabajo. Subo a mi habitación y dejo caer la mochila en el suelo. De espaldas a mi espejo me quito la bufanda con una mano cuando otra desconocida me rodea la cara y distorsiona totalmente el grito que emito por el enorme sobresalto. Una palma presiona contra mi boca y me retuerzo para desasirme.

    Shhhoigo detrás de mí.

    Percibo un suave aroma masculino. Vuelvo a forcejear pero algo me presiona en la clavícula y me contraigo de dolor. Mi corazón se desboca en latidos acelerados. Rápidamente el sujeto me suelta y me siento dando un bote en la cama. Aprieto los dientes porque aun sufro por esa maldita mordedura después de casi más de tres semanas.

    No era mi intencióndice el chico que me saca una cabeza, o quizás más.

    ¿¡Quién eres!?¿Cómo has entrado aquí?acuso examinando unas facciones que no había visto mucho en otras personas.

    Muestra una tez bronceada, como si hubiese tomado bastante el sol a pesar de la oscuridad de la habitación. A mi lado, resalta mucho más mi piel blanquecina y nívea. Nos miramos y sus ojos verdosos hacen que me turben momentáneamente. Dejo de mirarle haciendo mano de mi móvil que tengo en mi bolsillo.

    Voy a llamar a la policía.

    No lo hagas.

    ¿No esperarás que me crea el cuento de que no eres un ladrón?

    Siéntete afortunada de que quién ha entrado por esa ventana he sido yo y no otromenea su cabeza hacia las cortinasNo vengo a robar nada.

    Aprovecha mientras suelto una carcajada sin tragarme sus palabras para arrebatarme mi teléfono de un manotazo. ¿Cuándo lo ha hecho? Apenas me he dado cuenta de su mano.

    Bonito Samsungdice examinando mi aparato entre sus manos, luego levanta su mirada hacia mí con una sonrisaLástima que sea ya una antigualla en mi mundo.

    ¡Devuélvemelo!grito levantándome y alcanzando su mano.

    Con uno de sus asombrosamente musculados brazos (me fijo en ellos cuando levanta uno) me agarra por la muñeca de mi brazo bueno impidiendo que haga nada más. El otro está descansando en mi cabestrillo así que….Le fulmino con la mirada. ¿De qué va este chico?

    Sólo si me prometes que no avisarás a nadie.

    ¿Estás de broma? Dame una razón de peso para que no tenga a dos coches patrulla en mi casa en cinco minutos.

    Traza medio círculo en el aire con mi muñeca y se aproxima a mí dando un paso. Evito su mirada penetrantemente bonita. No sé si lo hace con intención, pero me pone nerviosa.

    ¿No te basta con decirte que no vengo con intención de llevarme nada de esta casa?

    Entonces, dime qué haces aquí. Por si no lo sabías hay un timbre bien hermoso en mí…

    Para quienes me conocen, saben que no suelo usar la puerta para acceder a casas ajenas y menos en la de humanos.esboza una sesgada sonrisa con los labios cerrados.

    ¿Se está quedando conmigo? ¿Acaso él no es una persona como yo? Quizás tendría que ir al oculista aunque poseo una vista más que diestra según el médico la última vez que acudí.
     
  9.  
    IamTroya

    IamTroya Iniciado

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    Holaaaaaa! Aquí os dejo el cuarto capítulo *o* Michas gracias a los que me leeis, de verdad ^^Espero os guste y que comentéis qué os pareció.


    CAPÍTULO 4: Andhross

    Gracias por la información porque yo no te conozco.

    Ni yo espero que termines haciéndolo.hace una pausaMe han encargado de comunicarte algo y eso voy a hacer.

    ¿El qué?sigo sin fiarme de él.

    Me devuelve el móvil colocándolo en la palma de mi mano y no sé porque pero me intriga saber cuál será su respuesta. Que posiblemente se trate de un zumbado, no me sorprendería. Al menos, no tiene intenciones de hacerme daño. De momento.

    Hace tres semanas y cinco días que fuiste mordida.

    ¿Cómo lo sabes?

    Camina por mi habitación tranquilamente hasta quedarse próximo a mi escritorio. Hace un gesto con la mano pidiendo permiso, supongo, y dejo que se apoye en el borde. Mientras no rompa nada… Son esos segundos en los que me doy cuenta de lo absurdo de la pregunta.

    La televisión hace bien su funciónresponde con obviedadA tu hermano le encantan los focos, se desenvuelve bien pero los nervios a veces le juegan una mala pasada de vez en cuandocomenta algo burlón aunque no muy marcado.

    Deja en paz a mi hermanosalto a la defensiva.

    Él por su parte no parece afectado por lo que acabo de advertirle. Está casi repanchingado y acomodado sobre la madera de pino con la que confeccionaron mi mesa de estudio alargada. Su actitud cada vez más irritantemente petulante me crispa.

    En finvuelve a hablar con un tono de voz bastante masculinoEl caso es que tu vida corre peligro si no vienes conmigo hoy mismo.

    Que pasa si me niego a irme con un desconocido.

    Que morirásresponde encogiéndose de hombros como si fuese lo más normal del mundo.

    ¿Tienes alguna prueba de que eso sucederá?inquiero colocando mi brazo bueno en jarra en mi cintura.

    Dudo que me creas si te lo explico, los humanos soléis hacerlo siempre.se irgue colocándose de pie.

    ¿Y qué esperas?

    No todos los días una se encuentra en su habitación a un intruso.

    No soy un intrusose apresura a decir.Encima que me preocupo por tise pasa una mano por su cabello oscuro con matices castaños en algunos mechones.

    Acto seguido vuelve a acotar distancias conmigo y se coloca enfrente haciendo alarde de su buena anatomía corpulenta.

    Si eres una chica lista y accedes a venir conmigo por las buenas, llevarte a Andhross te resultará hasta fascinante, te lo aseguro.

    No me digas…ruedo los ojos mirando un segundo a una de mis figuras que tengo en la estantería anclada a la pared.De mi casa no me muevo.

    No he dicho en ningún momento que tuvieses elección. A no ser que te guste saludarle a la muerte, claro. me sonríe encantadoramente, como un niño que no ha roto un plato.

    Frunzo el ceño, mirándole con total enojo.

    Creo recordar que dijiste que no te llevarías nada de esta casa.

    Y es exactamente lo que hagodice enseñando sus blancos y perfectos dientes.¿Por qué no eres una cosa verdad?

    ¡Claro que no, imbécil!

    Bien, ya he perdido mucho tiempo aquídice sacando una llave de sus vaqueros azules¿Aprecias tanto tu vida?

    No pienso irme a ningún ladorepito contundente.Me giro dirección a la ventana que abro de par en par.Y ahora lárgate por favor, ya he seguido un buen rato tu jueguecito.

    Pues este jueguecito puede acabar contigo.recalca la palabra “jueguecito”, dándole importancia a priori, porque su expresión tan socarrona termina por hacer de esto, de todo menos algo serio.

    No abro la boca mientras no dejo de clavar mis ojos llenos de cabreo en los suyos. Parece que nos entendemos cuando le veo encaminarse hacia mi ventana. Se coloca en el borde y por un momento predigo que va a dar un salto pero sólo clava sus manos y se gira hacia mí, rompiendo con mi presentimiento.

    ¿Estás segura de lo que haces?

    No creo que te importe mi vida lo más mínimocontesto hosca.

    Suelta una sonora carcajada. ¿Ahora de qué se ríe? Se me acerca más y retrocedo pero mi espalda se encuentra con una de las paredes de mi armario de la esquina. Mierda. Trago saliva disimuladamente.

    ¿Qué?digo tras unos segundos.

    Unos ojos muy bonitos, he de admitirme adula con voz arrastrante y grave.

    No pongas otra vez tus manos sobre mi cuerpo. Y por más que quisiera evitarlo, noto un leve calor en mis mejillas. Aprieto mis labios sintiendo cada vez más cerca su aliento y justo cuando voy a levantar mi mano para apartarle, otra me pone un trapo húmedo en la cara. Empiezo a ver borroso, su rostro se difumina y lo veo nítido otra vez antes de desvanecerme.
    Mis oídos parecen no querer dejar entrar sonido alguno en mi persona. Se asemeja a la misma sensación cuando me coloco tapones para poder dormir. Mi cuerpo no reacciona a los estímulos que le doy mediante órdenes procedentes de mi cerebro. Claramente aun no están del todo despiertos. ¿Qué me ocurre? Al fin percibo ecos lejanos de voces cuyas palabras no asimilo aun con total claridad. Son más de una que no logro aclararme con ninguna, ni ninguna me es familiar. Mis párpados cerrados impiden que vea. Un nuevo intento por moverme en vano hace que preste más atención a las voces.

    Ya queda menos, no tardará en desaparecerle el efecto.dice una voz masculina.

    Por cierto…¿se puede saber desde cuándo llevas tú cloroformo encima?

    Uno siempre tiene que ir bien equipado, ya sabes.ésta es de otro chico.

    Sabes que está totalmente prohibido usarlo y menos en humanos, Nate.

    Mirad, se ha movido.

    La primera impresión que recibo tras subir los párpados es sorpresa. Estoy tumbada sobre algo sumamente mullido, suave y gustoso. Mi espalda y pantorrilla lo agradecen mucho. Si hace semanas volví en sí en la habitación de un hospital ahora no reconozco la estancia. Está decorada al más puro estilo rococó. No he profundizado mucho en arte pero lo suficiente para reconocer lo básico. La parte alta de las paredes que conectan con el inicio del techo están repletas de dibujos de distintos animales en una composición magnífica que empieza al lado derecho de la puerta y termina dando la vuelta por el otro lado, derrochando exuberancia no sólo en los colores de la composición sino en los demás detalles del lugar. Dispongo de una mesita marrón con bordes terminado en medio arco a mi lado. Me incorporo ayudándome por el brazo bueno sintiéndome desnuda al darme cuenta que no había sábana alguna tapándome. Tengo de pronto a tres personas extrañas rodeándome por el borde de la cama.

    ¿Cómo estás linda?me pregunta la chica de larga melena plateada, la única que está sentada en una esquina de la cama.

    Cuando la observo para contestarle me doy cuenta de lo increíblemente guapa que es, de unos ojos grandes y violáceos, un rostro fino de color rosado cuya nariz respingona le dotan de una natural expresión angelical. Si no fuera porque sus pómulos son de un tono salmón notorio pensaría que se trata de una muñeca de porcelana, sino, más o menos parecida.

    He estado mejor.me obligo a sonreír sin exagerar.

    Bueno…se muerde suave el labioYo me llamo Adele ¿y tú?

    ¿No crees que deberías dejar las presentaciones para otro momento?se entromete el chico de mi izquierda.

    ¡Si es el de mi habitación! No hago nada por ocultar mi asombro y agrando mis ojos azules en su dirección. Se gira y me dedica una pequeña sonrisa a la que no respondo ni por asomo de la misma manera.

    Quizás a ti no te interese lo más mínimo pero a mí me gusta saber con quién voy a tratar el resto de la semana.

    No se va a quedar toda la semanatercia él.

    ¿Otras vez chicos?dice un tercero elevando una ceja.Lo que hay que hacer ese llevarla ante Viktor de inmediato y él decidirá qué hacer con la humana.

    Por sus rasgos físicos parece ser el más mayor de los tres.

    Lo habríamos hecho ya si este idiota no la hubiera medio drogadoseñala Adele con un dedo a quién me doy cuenta de inmediato es el responsable de que esté allí.
     

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