Como un detective

Tema en 'Relatos' iniciado por Selene Nicktá, 17 Agosto 2012.

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    Selene Nicktá

    Selene Nicktá Iniciado

    Aries
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    Escritora
    Título:
    Como un detective
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2262
    Como todas las mañanas, Leonel Strier salía de su casa para ir a la escuela. Siempre iba caminando ya que esta le quedaba a tan solo cinco cuadras desde su hogar. Mientras iba caminando pensaba en una noticia sobre un asalto a un banco que había visto en la televisión. Esto no era para nada raro ya que hace varios meses, Leonel -Leo como le decían sus amigos- estaba completamente obsesionado con las historias de detectives; tanta era su obsesión que cada vez que se le presentaba la oportunidad, salía a la calle para investigar por sus propios medios cualquier crimen que hubiese ocurrido en la zona donde vive, por más pequeño que sea, él los investigaba y anotaba en su libreta todos los datos, pistas y detalles que él pudiera conseguir. Trataba de hablar con la víctimas y los testigos pero la gran mayoría no le decían nada o si lo hacían, solamente lo necesario y no con todos los detalles como el hubiese querido. Y cuando intentaba hablar con los oficiales para preguntarles sobre lo que habían descubierto sobre el caso le decían que eso era información confidencial o se reían y lo mandaban de vuelta a su casa, se frustraba ante la reacción de esos hombres pero jamás le habían desanimado.

    En fin, ese día mientras caminaba, no podía dejar de pensar en el robo en aquel banco. Había sido esa misma mañana, apenas abrieron el lugar cuando cinco hombres vestidos de negro, con pasamontañas que les cubría el rostro y armados entraron en el banco exigiendo quinientos mil pesos y amenazaban con una bomba. Asustados los empleados le entregaron el dinero y los asaltantes se fueron no sin antes herir a los dos guardias para que no hicieran nada. Este suceso se repetía una y otra vez en la cabeza de Leo mientras a la vez pensaba por donde podría empezar su investigación sobre aquel hecho.

    Pero de pronto, sus pensamientos se vieron interrumpidos por un grupo de hombres que pasaron corriendo enfrente de él. Al parecer ni siquiera notaron su presencia ya que se metieron a toda pisa en un callejón cercano a donde él se encontraba. Curioso, Leo entró muy lenta y sigilosamente en mimo callejón pero se escondió detrás de un contenedor de basura donde no pudieran verlo. No podía oír nada de lo que decían desde su posición ni tampoco verlos; así que lentamente asomó la cabeza, entonces fue ahí cuando pudo ver la figura de unos hombres totalmente vestidos de negro, los contó, eran cinco, todos formando un círculo alrededor de lo que parecía ser una bolsa de plástico negra. Su mente no tardó en deducir que aquellos hombres podrían ser los ladrones del banco que aún se estaban ocultando. No estaba seguro, pero las características coincidían exactamente con lo que había visto en la televisión y aquella bolsa negra podría ser el dinero robado. Leo no quiso sacar conclusiones tan pronto, así que siguió observando hasta que escuchó la voz de uno de ellos.
    - A las diez en punto, en el edificio abandonado que está en frente de la biblioteca, ahí nos estará esperando- dijo, lo suficientemente alto para que Leo pudiera oírlo. Y tras eso, los cinco hombres se marcharon por el otro lado del callejón. Miró su reloj, eran las ocho y media, ya era tarde para ir a la escuela así que decidió irse a una plaza que estaba cerca. Se sentó en un banco, empezó a pensar y rememorar todo lo que había leído y visto sobre los detectives, para ponerlo en práctica en ese momento. Decidido, se dispuso a esperar hasta la diez para ir a aquel lugar donde se iban a encontrar los sospechosos.

    Faltaban diez minutos para la diez y Leo ya estaba en el lugar acordado. Solo que él estaba oculto en la calle de en frente pero tenía una buena vista del edificio. Tuvo que aguardar un rato hasta que los mismos cinco hombres del callejón aparecieron y entraron en el edificio. Leo advirtió rápidamente que no necesitaron nada para entrar, nada más empujaron la puerta y fueron entrando uno a uno. También pudo notar que en el interior, que se podía ver a través de la puerta, estaba todo muy oscuro y no había ningún tipo de persona vigilando. Entonces esperó uno minutos, hasta que decidió entrar. Empujó la puerta tal y como lo habían hecho los otros hombres pero antes de entrar observó mejor el interior del lugar. No había nada ni nadie, era solo un largo pasillo muy oscuro. Lentamente empezó a avanzar por el pasillo. Tenía miedo, pero luego recordó que los detectives ignoraban esos sentimientos y siempre se mantenían alertas ante cualquier situación. Leo los imitó y siguió avanzando por el pasillo hasta que se encontró con una habitación cuya iluminación parecía ser una vela o dos. No le prestó mucha atención cuando divisó la silueta de los mismos cinco hombres y notó que había alguien más en aquella habitación; un hombre algo viejo vestido de traje que estaba sentado en una silla.
    -Me alegro mucho de que trajeran el dinero a salvo- dijo aquel hombre.
    - Si, ahora queremos nuestra parte- habló uno de los cinco hombres.
    - Todo a su debido tiempo- volvió a hablar el hombre viejo.
    - ¡Hicimos el trabajo por usted, ahora quiero mi dinero!- grito el mismo hombre de la otra vez.
    Los demás empezaron a calmarlo y en ese instante Leo pudo ver con más claridad desde su escondite al hombre viejo. Ya lo había visto antes, no recordaba si en la televisión o tal vez en alguna parte se lo había encontrado por la calle, pero era el Sr. Brown, uno de los hombres más ricos de todo el lugar, tenia importantes negocios y todos lo describían como a un hombre bueno, sabio y noble. No pudo seguir pensando porque los todos los hombres reunidos en aquella habitación se estaban yendo hacia el pasillo, así que el chico salió rápidamente del lugar intentando no hacer el menor ruido posible. Sabía que iba a ser imposible poder doblar la esquina antes de que los hombres salieran, entonces se alejo lo más que pudo y una vez que salieron les dio la espalda e hiso como si estuviese caminando casualmente por ahí. Los otros hombres le miraron por un rato pero luego lo ignoraron. Una vez que Leo pudo doblar la esquina corrió hacia la comisaria que él solía frecuentar. Una vez allí, ingreso al lugar tan agitado que apenas pudo hablar. Los oficiales que se encontraban en ese momento lo miraron extrañados pero luego se imaginaron que debía de ser otro de sus delirios sobre querer ser un detective. Uno de los oficiales le pregunto qué era lo que quería, con un tono de indiferencia que Leo no paso por alto, pero lo ignoro y una vez que recupero el aliento les conto a los oficiales todo lo que había visto esa misma mañana. Cuando termino su relato aguardo unos segundos para ver la reacción de los hombres, todos estaban callados, hasta que uno de los oficiales rompió el silencio con una carcajada que resonó por todo el lugar, casi al mismo tiempo le siguieron los otros tres policías del lugar.
    -¿Te crees gracioso o que chico? ¿Enserio crees que nos vamos a creer ese cuentito?- le dijo uno de los policías.
    -¡El Sr. Brown, un ladrón! ¡Por favor!- grito otro detrás de un mostrador, seguido de más risas.
    Iba a protestar, pero fue entonces cuando se dio cuenta de lo tonto que había sido por presentarse ante las autoridades sin prueba alguna de los hechos. Ningún detective cometía tal error. Se maldijo por ello y dijo:
    -Lamento haberlos molestado- y sin decir más salió corriendo de la comisaria y volvió al mismo lugar donde se habían encontrado el Sr. Brown y los ladrones del banco. Cuando estuvo allí, pudo entrar al edificio fácilmente ya que como en la otra vez no había nada ni nadie que lo evitara. Pero esta vez entro en el saloncito donde habían estados reunidos los criminales, solo que ahora estaba mucho más oscuro. Leo buscaba cualquier cosa que pusiera servirle como pista, siempre siendo muy sigiloso a cada paso que daba y nunca bajando la guardia. De pronto, sus ojos se detuvieron en un pedazo de papel que se encontraba tirado en el suelo, lo levanto y vio que al parecer había algo escrito en el pero debido a la oscuridad no podía saber qué es lo que decía. Siguió caminando por el saloncito pero se dio cuenta de que en aquel lugar no había nada más, así que salió del edificio y doblo por la misma esquina de la otra vez. Luego se detuvo y observo el papel. Era una tarjeta personal con un teléfono y una dirección, lo dio vuelta y vio que en la parte de atrás había algo escrito a mano que decía: “si quieren ver cada centavo de lo que les pertenece nos veremos mañana, en el mismo lugar y a la misma hora”. Y ahí estaba, la evidencia que necesitaba para probar que su historia era cierta. Debía de ser algún mensaje que el Sr. Brown le dejo a los delincuentes y que tal vez a uno de ellos se le había caído, no sabía si lo habían leído o no, pero era una pista. Pero con esto no bastaba, si quería que aquellos oficiales le creyesen, tenía que hacer que lo vean con sus propios ojos. Así que fue a su casa, espero impacientemente hasta el día siguiente y preparo un plan para atrapar a los delincuentes.

    Tal y como decía la nota, Leo se encontraba a la misma hora y en el mismo lugar que ayer, esperando a que los delincuentes aparecieran de nuevo. El plan era simple pero a la vez algo arriesgado. Iba repasando cada detalle en su mente cuando vio a los cinco hombres junto con el Sr. Brown entrar en el edificio abandonado. Espero unos diez minutos y fue entonces cuando se decidió a actuar. Camino hacia donde se encontraba un teléfono público y marco el número que se encontraba en la tarjeta que había encontrado. Sonó varias veces hasta que escucho una voz que enseguida identifico a la del Sr. Brown.
    -¿Si? ¿Quién habla?- dijo el con voz calmada.
    -Soy alguien que sabe toda la verdad- dijo Leo en un intento de hacer su voz mas gruesa de lo normal.
    -¿Quién habla?- volvió a preguntar el Sr. Brown
    -Eso no importa. Lo que importa ahora es que se que fuiste el responsable del robo del día de ayer, en el banco. Sé que tienes todo el dinero contigo-

    Hubo un momento de silencio pero luego Leo volvió a decir:
    -Dentro de cinco minutos estaré afuera del edificio en el que te encuentras, por si quieres conocerme y así podremos llegar a algún acuerdo si te parece- y con esa última frase corto el teléfono. En ese mismo instante se apresuro para marcar el número de la policía que no tardo en contestar. Esta vez trato de sonar lo más desesperado posible, les dijo que un grupo de delincuentes lo perseguían armados y tras darle la dirección del lugar y suplicarles que se apresuraran corto el teléfono nuevamente. Se oculto rápidamente tras un muro y unos arbustos, cuando en ese momento vio salir al Sr. Brown con su sequito; miraban para todos lados y se les notaba algo preocupados. Leo sabia que tardaría mucho en llegar la policía así que aguardo el momento exacto para descubrirse y seguir con su plan. Y así fue, salió de su escondite y camino lentamente hacia los seis hombres.
    -Aquí estoy- les dijo Leo con la voz calmada. Los seis hombres se giraron hacia él al mismo tiempo.
    -¡Es el chico que estuvo ayer caminando por aquí!- dijo uno de los cinco asaltantes del banco. Pero, milagrosamente y para suerte de Leo, dos patrullas aparecieron a toda velocidad. Todos los delincuentes se quedaron inmóviles, les habían tomado por sorpresa.
    -¡Son ellos! ¡Son ellos!- gritaba Leo a todo pulmón hacia los oficiales.
    -¡Las manos en alto!- les grito uno de los policías mientras les apuntaba con un arma; algunos de los delincuentes sacaban otras pistolas de sus bolsillos y las depositaban en el suelo.

    Y así fue, como Leonel Strier descubrió a uno de los delincuentes más buscados de la zona. Nadie pudo creer que gran cantidad del dinero que poseía el Sr. Brown era robado. Todas las personas que se burlaban de él en el pasado ahora le felicitaban y se disculpaban a la vez. Pero a pesar de todo eso, lo que más le alegraba saber, era que todo por la que había pasado y todo lo que había hecho, había sido la situación más cercana que tubo a la de un verdadero detective, como los que había leído en las historias. Se había vuelto en uno de ellos. Como un detective.
     
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    Selene Nicktá

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    Aries
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    Bueno, este es mi primer fic en originales. Espero que les guste. Saludos a todos! ;)
     
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    Poikachum

    Poikachum Gurú Comentarista empedernido Usuario VIP

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    Hola :) Bien tu fic presenta varios errores, no muy graves tranquila. Lo primero es que sería mejor que utilizases el guión largo. Luego tienes estas palabras mal : comisaria, es comisaría, conto lleva acento, contó.
    Para ser tu primer fic es bastante bueno la verdad, me refiero tu primero aquí en Originales. Avisame cuando tengas la continuación.
    Chao y recuerda...The World is Yours.
     
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    Selene Nicktá

    Selene Nicktá Iniciado

    Aries
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    Muchas gracias!!! Tendré muy en cuenta lo de los guiones y los acentos, la verdad es que no me había dado cuenta.
    Lo siento, se me olvidó poner que es un one-shot por lo que no habrá una continuación. Lamento la confusión y me alegro mucho de que te haya gustado :)
     
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    cuki

    cuki Entusiasta

    Cáncer
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    Buenas, buena historia aunque con algunos fallos.
    Por ejemplo la frase: `` Esto no era para nada raro, ya que hace varios meses ´´ ese hace debería ser hacía, ya que el resto de historia la escribes en pasado. Lo mismo sucede más adelante `` en la zona donde vive ´´ sería vivía. Piensa que da igual que en la actualidad la persona siga haciendo algo igual que en el pasado, si escribes en pasado, debes escribir todo el texto en pasado, de igual manera que si escribieses en presente, deberías escribirlo todo en presente.
    Por último, deberías vigilar la acentuación, aunque lo cierto es que lo llevas bastante bien, nos vemos.
     
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    Cygnus

    Cygnus Maestre Usuario VIP Comentarista destacado

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    No noté muchos errores, y en todo caso, si los hubo, no entorpecieron la lectura, aunque hubiera disfrutado más si el texto tuviera interlineado, ya que todo junto a veces puede llegar a confundir (sobre todo uno que tiene los ojos hinchados por el sueño...).
    Una historia que me pareció un tantito trillada, un héroe salido de la nada que logra detener a una banda de ladrones; el final quizá podía preverse desde mucho antes de llegar a la última parte.
    La estructura está bien hecha, no tuviste prisa en narrar y eso es un buen punto. El asalto al banco, bueno, eso ya no se da mucho, pero le imprime bien el sentido que le quieres dar al fic, simple, una banda de malos, de asaltantes. Un poco torpes al salir al encuentro, por cierto, y no mandar deshacerse del sujeto por otras vías, se suele actuar con más cautela.
    Leo no puede ir a la comisaría acusando sin evidencia :/ eso hasta puede cargar en su contra. Un video o grabación hubiera sido inteligente del que pretende ser detective, por lo menos.

    Pero bueno, por lo demás me ha parecido aceptable tu one-shot, me he entretenido bastante leyéndolo.

    Saludos.
     
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  1. Eldaya
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