Personas Destinadas [Hakuouki Shinsengumi Kitan]

Hola a todos los usuarios de FFL. Gracias a una hermosa idea de la linda usuaria Helene, les traigo aquí un fanfic hecho por las dos. Amamos tanto a los personajes del anime Hakuouki y por eso comenzamos con este proyecto. Cada capítulo tratará de un personaje en particular y su relación de amistad/cariño/paternal/etc con Chizuru Yukimura. Espero que lo disfruten tanto como nosotras disfrutamos el hacerlo :3

Autoras: Helene & Miburo
Título: Personas Destinadas
Fandom: Hakuouki Shinsengumi Kitan
Personajes del primer capítulo: Chizuru Yukimura & Kondo Isami

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Cap. 1 “Kondo Isami, El Líder”.​

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Chizuru abrió la puerta del salón de reuniones.

—He traído el té.

—Muchas gracias, Yukimura-kun —agradeció Kondo sonriendo aliviado.

La chica había llegado en el momento oportuno, ya que estaban pasando por una situación muy tensa.

Pero, al instante que ella cruzó la puerta el ambiente cambió, Heisuke le sonrió y Harada le guiñó el ojo haciéndola sonrojar.


La reunión culminó después de tomar el té, todos abandonaron la habitación excepto Kondo, y Chizuru que estaba recogiendo las tazas.

El comandante del Shinsengumi mantenía un semblante pensativo, algo le preocupaba. Miró a Chizuru y su mirada no se apartó de ella por unos minutos.

Ella sonreía mientras recogía las últimas tazas, se veía tranquila y sin perturbaciones. ¿Cómo era posible que en una situación tan triste para ella, aún pudiera sonreír? Su padre estaba desaparecido, no tenía familia y seguramente había pasado por circunstancias terribles para luego encontrarse con los miembros del Shinsengumi.

No lo decía muy a menudo, pero, dentro de él se alegraba de que Hijitaka la hubiera traído aquí. Después de todo, ella representaba una luz en ese oscuro cuartel dónde sólo se respiraba un aire de mortandad.

No podía culpar a nadie, estaban en una época de guerra. Pero, se sentía aliviado de saber que al menos aún había gente que podía sonreír. Que había gente por la cual luchar.

Tal vez Hijitaka había pensado lo mismo, tal vez no. No estaba seguro, lo importante es que ella estaba aquí, entre ellos.

Era una gran chica, de haber formado una familia hubiera querido una hija como ella, llena de vitalidad y dulzura. Una hija que cada mañana le saludara con una sonrisa.

Pero, tristemente esa no era su realidad y no se arrepentía. Su camino estaba allí, frente a sus hombres.

Sacudió la cabeza de un lado a otro, tenía que sacarse esos pensamientos de la mente. El Shinsengumi estaba atravesando por unos momentos críticos y necesitaba meterse de lleno en esos asuntos para poder salir adelante.
Dirigió su vista nuevamente a Chizuru, quien ya estaba a punto de salir de la habitación y, en un impulso, se puso de pie y la detuvo.

—Yukimura-kun. —La llamó. Ella paró su andar y se volteó para ver al hombre, como siempre, con una sonrisa.

De alguna forma, ese simple gesto lo atrapó desprevenido. Paró en seco, lo que le tenía que decir se esfumó de su mente y no sabía qué decirle.

—Dígame, Kondo-san.

—No... No es nada. —Balbuceó al final.

Ella salió de la habitación. Kondo caminó hasta la puerta y la abrió, todos estaban entrenando en el patio.

El tintinar de sus carcajadas llegó a sus oídos como una música amena. Incluso Saito blandiendo sus espadas sonreía.

¿Cómo quitar esos pensamientos de mi mente cuando al verlos no veo un grupo de asesinos, veo a unos guerreros honrados y aplicados?

Pero, más que eso, veo a mi familia. A cada uno de ellos, que de un momento a otro entraron en mi vida, y allí se quedaron.

Y en un momento como este, reír no le hace mal a nadie.

Gracias, Chizuru, pues, con tu presencia has logrado lo que yo tardaría en lograr horas hablando. Has logrado hacerlos feliz por unos minutos.

Fin​

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Espero que les haya gustado. Muy pronto, el siguiente ;).

 

Autoras: Helene & Miburo
Título: Personas Destinadas
Fandom: Hakuouki Shinsengumi Kitan
Personajes del segundo capítulo:Chizuru Yukimura & Sannan-san (Keisuke Yamanami)

Cap. 2 "Sannan-san, el estratega".​

Esa habitación oscura daba un extraño aire friolento, algo que inspiraba miedo. Allí en medio de muchos papeles y pergaminos, sus manos se deslizaban veloces haciendo anotaciones y comparando información con los libros.

Su ceño estaba fruncido, y sus ojos mostraban una determinación envidiable. Sería él el salvador del Shinsengumi, pero, para poder hacerlo necesitaba crear el antídoto, y pronto el ejército de los rasetsu estaría bajo su mando. Si tan sólo pudiera tener una gota de su sangre...

Y como llamada por sus pensamientos ella apareció tras la puerta deslizable.

—Sannan-san, le traigo su té —habló antes de abrir lentamente la puerta.

—Yukimura-kun… —dejó escapar en un susurro y, sorprendido al verla entrar, siguió todos sus movimientos con la mirada.

Sin embargo, continuó inmediatamente con su papeleo. No podía creer que otra vez se le presentara la oportunidad de poder avanzar en la investigación del Ochimizu estando ella presente. Pero lo que más le asombraba era que, luego del incidente de la vez pasada, ella todavía era capaz de volver a su lado y tratarlo bien.

—Espero que disfrute su té, Sannan-san —habló Chizuru interrumpiendo los pensamientos de aquel hombre.

—¿Por qué haces esto? —Preguntó con seriedad y mirando fijamente los ojos marrones de la chica—. Después de que intenté…

—Está bien, no se preocupe por eso. Usted solo intentaba hacer lo mejor para el Shinsengumi, perdóneme a mí por no poder serle de utilidad. Con permiso —finalizó poniéndose de pie— No se exija demasiado, todos estamos muy preocupados por usted —agregó caminando a la salida.

Parpadeó sorprendido, esas eran palabras que no esperaba escuchar. ¿Podría haber de verdad tanta nobleza en una persona? Si le hubieran hecho esa pregunta unos minutos antes hubiera respondido un rotundo no con seguridad, pero ahora, comenzaba a dudar, en sus ojos no veía mentira mucho menos temor, ¡él la había atacado! ¿Por qué rayos no le temía entonces?

Ella para él representaba un misterio, más allá de su sangre, su mente también lo era. No pensaba como los demás... no sabía si eso era bueno o malo, sólo no podía comprenderla y eso sólo aumentaba su interés en ella.

Todos están preocupados por usted... un golpe bajo, preocupándose por él para que no desconfiara. Ese fue el primer pensamiento racional que vino a su mente. Aunque algo le decía, que por una vez, su lógica le había fallado.

—¡Auch! —La escuchó gemir al abrir la puerta, una astilla había cortado su delgada piel—. Duele —susurró alejándose.

Mirándola de reojo Sannan la dejó ir. Aún no estaba totalmente convencido de su actitud tan amable. ¿Acaso fingía para crear un lugar entre ellos? No lo entendía.

De un momento a otro, Sannan recordó que ella le había traído el té, así que decidió beberlo antes de que se enfriara.

En ese instante solo había algo que podía afirmar con exactitud. Yukimura preparaba un muy delicioso té.

Pero, si había algo que le gustara mucho más que esa bebida, era el olor a sangre fresca.

—Lo tengo —susurró llevando la taza a sus labios—, una muestra de su sangre. Ahora puedo proseguir con mi investigación.​

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Fin​

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Muchas gracias a todos por sus lindos mensajes. Muy pronto el siguiente cap :33​

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Autoras: Helene & Miburo
Título: Personas Destinadas
Fandom: Hakuouki Shinsengumi Kitan
Personajes del tercer capítulo:Chizuru Yukimura & Kaoru Nagumo

Cap. 3 Kaoru "La otra cara del espejo"​

—Kaoru-niichan, ¿qué sucede? —preguntó la pequeña Chizuru, viendo a su hermano sentado en la suave hierba y cubriendo su rodilla con su mano.

Él, algo avergonzado, desvió la mirada hacia el suelo, no quería que ella supiera lo que le pasó.

—Nada —fue la única respuesta que dio.

Aún así, Chizuru comprendía bastante bien que esa contestación no era más que una mentira. Entonces, se acercó más y se inclinó para quedar a la altura de su hermano. Él la miró sorprendido. El rostro de aquella niña le transmitía confianza y seguridad, añadiendo su dulce sonrisa.

—Déjame ayudarte.

—¡Pero, no, espera…!

Demasiado tarde. Con suma delicadeza, ella tomó las manos de él que cubrían su rodilla y descubrió lo que, con anterioridad, sospechaba.

Se había lastimado la rodilla, todo por buscar aquella pelota que ella había dejado escapar. Eso la hacía sentir culpable, su hermano había sido herido por su culpa. Con dulzura e ingenuidad infantil, posó sus labios en la herida.

—Y con un beso sanará mañana, sana, sana... —tatareó la canción concentrada—. ¿Ya no te duele?

Su hermano mayor, enternecido sólo se limitó a asentir. Sin duda, ella era lo único puro que él poseía.

Lo único puro y apreciado que tenía se le fue arrebatado de sus brazos. Ese era uno de los pocos recuerdos que Kaoru mantenía en su mente de haber estado, alguna vez, con su adorada hermana.

Sin embargo, no perdía las esperanzas de volver a encontrarla. Haría hasta lo imposible para lograrlo, sin importar los obstáculos que se le presentaran en el camino, él sería capaz de cualquier cosa. No dudaría en recurrir a la fuerza para que estuviera a su lado otra vez.

El muchacho desenvainó su espada hasta la mitad y observó su reflejo en la misma; ella apareció allí también.

—Chizuru, espérame, ¿sí? Pronto estaremos juntos otra vez, te lo prometo.

Fin​

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Muchas gracias por leer, muy pronto el próximo :3​