Tsumetai

Tema en 'Novelas Terminadas' iniciado por BlackRose, 10 Enero 2012.

  1.  
    BlackRose

    BlackRose Iniciado

    Géminis
    Miembro desde:
    10 Enero 2012
    Mensajes:
    12
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Tsumetai
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Horror
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    600
    hola a todos n,n e aqui un remake de mi primer fic de horror, espero que sea de su agrado :) y acepto todo tipo de criticas ya que no soy muy bueno en esto :).

    Cap. 1

    Esta historia tiene lugar en un pueblo alejado de la ciudad, ubicado en un estado al sur de los estados unidos. Una patrulla hacia su recorrido habitual por la zona, cuando reciben una llamada de emergencia, no obtienen muchos detalles por el altavoz, solo que estaban a unos kilómetros del lugar, al parecer se trataba de un asesinato en serie. Los uniformados se dirigían al lugar con prisa, al pasar unos minutos lograron llegar. Se encontraron con una vieja casa de madera la cual tenía dos pisos, la pintura de la misma estaba gastada por el tiempo y los árboles que la rodeaban le daban al entorno un aspecto tétrico. Los dos colegas de trabajo se disponían a entrar en la residencia, uno se colocó de espalda a la pared junto a la puerta, el otro se detenía a abrirla con cuidado mientras desenfundaban sus armas…
    ¡mira el suelo!, es… sangre susurraba uno de ellos mientras la puerta se terminaba de abrir, dentro no se podía ver nada con claridad, estaban en la sala y todo se encontraba oscuro. Ambos encendieron unas pequeñas linternas mientras a paso prevenido recorrían el lugar.
    ¡Dios mío! ¿Acaso eso es?... ¡le falta la cabeza! grito apuntando con el arma a un cuerpo decapitado, estaba sentado en un sillón gris y tenía puesto un traje azul con pantalón del mismo color.
    seguramente lleva tiempo aquí… dijo el otro oficial mientras observaba las moscas rondando el cadáver.
    Este olor a quemado me está matando…indico uno Creo que sale de la cocina acoto.
    En ella, se podía apreciar una violenta escena, las paredes estaban salpicadas con sangre, el suelo rasgado como si alguien lo hubiese arañado con las uñas para aferrase a él, pero lo que más les impacto fue un sofocante humo negro que salía del horno.
    Voy a abrirlo…indicaba el menos afectado por tal panorama. Mientras lo hacía lentamente unas pisadas se hicieron escuchar subiendo las escaleras rápidamente, el uniformado que se encontraba mirando fue rápidamente a ver de quien se trataba.
    ¡Ey! ¡A dónde vas! Alerto su colega, quien ahora estaba solo y al segundo de notarlo termino de abrir el horno de un solo tirón. Para su sorpresa, se encontró con el cuerpo de una niña. Totalmente calcinado en posición fetal, el susto y la impresión lo dejaron tendido en el suelo.
    Un grito desgarrador sobresaltó al joven policía, este se puso de pie rápidamente mientras subía al segundo piso en busca de su compañero de trabajo, al llegar, logro ver al mismo tirado en el suelo sobre un gran charco de sangre, frente a él, estaba una mujer de unos cincuenta años, tenía la piel blanca como la nieve y un vestido grisáceo, un largo cabello blanco hasta la cintura con una sonrisa de oreja a oreja.
    ¡Quieta! gritaba asustado mientras apuntaba a la figura anciana…


    3 DIAS ANTES…
     
    • Me gusta Me gusta x 3
  2.  
    Mey Amanda

    Mey Amanda Usuario común

    Sagitario
    Miembro desde:
    18 Marzo 2011
    Mensajes:
    390
    Pluma de
    Escritora
    Hola, de nuevo (?) xDD ya mucho pues
    gracias por la invitación, en fin volviendo al fic, guau que miedo me dio eso la viejita mato a todos, y en especial a la pobre de la niñita =´(. Para que no me lo marquen como Spam, te dejare una recomendación:
    Al escribir los diálogos debes de hacerlo con guiones largos ALT+0151 o copia y pega este — <--- de quedando de esta forma.



    ATT: Mely AMa pd: me invitas a la contiiiiiiii
     
  3.  
    BlackRose

    BlackRose Iniciado

    Géminis
    Miembro desde:
    10 Enero 2012
    Mensajes:
    12
    Pluma de
    Escritor
    gracias por el comentario y la crítica, ya modifique el fic para que quede bien n,n
     
  4.  
    BlackRose

    BlackRose Iniciado

    Géminis
    Miembro desde:
    10 Enero 2012
    Mensajes:
    12
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Tsumetai
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Horror
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    1160
    Cap. 2

    Era un día cálido, simplemente perfecto para iniciar una nueva vida lejos de la ciudad. Yo venía junto con mi familia en busca de un pueblo tranquilo y amistoso como el que me describieron por teléfono, finalmente al caer la tarde habíamos llegado a nuestro nuevo hogar, una gran casona de madera algo deteriorada la cual tenía dos pisos, sin lugar a duda el precio era una ganga para no dejar pasar. Tengo que admitir que acostumbrados a la zona urbana, al llegar, creamos cierto alboroto entre los vecinos quienes no tardaron en llegar a darnos la bienvenida. El primero fue un hombre de unos cincuenta años, cabello castaño corto de tez blanca, traía puesto una camisa color salmón con un pantalón de vestir negro y zapatos.
    — ¡Hola! Caras nuevas por el pueblo… es un gusto conocerlos, mi nombre es Marcus Vinichi, soy el cura de la comunidad, sean bienvenidos y si hay algo que pueda hacer por ustedes… —Se presenta el hombre con una gran sonrisa, un poco falsa si me lo preguntan.
    — Muchas gracias por la bienvenida, soy Adam Seraff, este parece ser un lugar muy tranquilo y agradable… —Comente con un poco de incomodidad, ese día tenia puesto unos zapatos café, un jean y una camisa blanca remangada a los codos.
    — ¡Papá! ¿Puedo ver la casa por dentro? —Pregunto mi hija con entusiasmo, ella tenía ocho años, una hermosa piel blanca que resaltaba con el sol, su pelo negro caía a la cintura y traía puesto un vestido blanco en ese momento.
    — ¡Claro hija! —Asentí con la cabeza. Mi esposa era muy parecida a mi hija, tenía su misma piel, sus hermosos ojos cafés, el cabello negro a la cintura y traía un vestido blanco también.
    — Voy con ella amor —Dijo dulcemente, a lo que el cura Marcus acoto — Mientras ellas ven la casa, es este un hermoso momento para que juntos demos una vuelta y conozca nuestra maravillosa gente —Esté me puso una mano en la espalda y con la otra indicaba los lugares que me mostraría, sinceramente no quería saber nada con el extraño sujeto, pero no podía ser descortés con los vecinos. Luego de caminar un rato charlando sobre mi vida en la ciudad llegamos a una fila de casas muy similares a la mía, en el final de éstas había una precaria iglesia la cual tenía en su punta una extraña cruz con un triángulo en su parte superior , de una de las viviendas Salió un grupo de ancianos.
    — Adam, te voy a presentar, ellos son Pedro y Ann —A primera vista se lo veía muy feliz al cura, la anciana no me llamo la atención, pero el marido… Pedro… su cara me decía que algo no andaba bien, pero suponía que solo se trataba de un mal día, luego de comentarles la razón de mi viaje la charla se tornó más suelta, hasta que nombre a mi hija y esposa, la cara del viejo cambio terriblemente, no entiendo como nadie lo podía notar, su expresión de espanto me ponía nervioso.
    — Debo irme, tengo que terminar… con… la comida… —Indico Pedro titubeando. Él se retira con su esposa y de lo lejos llega otra persona, este tipo media unos dos metros, tenía el pelo enmarañado y largo a los hombros, llevaba puesto un delantal de carnicero manchado con sangre y unas botas blancas, en verdad que tenía un aspecto aterrador.
    — Marcus, tenemos problemas… —Advirtió al cura con seriedad.
    — Adam, este es nuestro cazador y carnicero local, su nombre es Carlos Sojho —Me comento sin darle importancia a lo que le vino a decir este tipo — ¿Que sucede ahora? —Acoto frunciendo la ceja.
    — Es Mirano Annso de nuevo, necesita algo… —Dijo el grandote con cara de asustado, es raro creer que un tipo así podía tener esa expresión en su rostro.
    — ¿El señor Annso necesita algo?... Adam, sabrás disculpar esto, pero me tengo que ir… mañana podremos continuar con la charla y el recorrido. —Comento preocupado, como si algo malo le esperara, ese tal Mirano Annso me tenía intrigado, podía hacer temblequear a un cura e incluso a un rudo cazador. Luego de esa extraña charla, retornaba a mi hogar a paso lento mientras admiraba la rareza del lugar, estaba rodeado por un gran bosque, la vista era muy bella. Parecía que ya podía estar tranquilo junto a mi familia en mi nueva casa, pero en la mitad del camino se aparece Pedro, el anciano con fachas de granjero.
    — ¡Adam!, ¿verdad?, tiene que venir conmigo, tiene que ver algo… es muy importante que sea ahora —Susurro en voz baja intentando hacer el menor ruido posible.
    — ¿Que sucede? ¿Acaso paso algo? —Le respondí con una notable curiosidad y debo admitirlo, algo de miedo también.
    — Tiene que acompañarme a mi casa, debe ver algo… no podemos hablar en este lugar… —Refuto mirando para los lados.
    — Bien, relájese, vamos a su casa y hablamos con tranquilidad —Le conteste aceptando la idea… pero finalmente paso, tranquilamente podía orinarme en el lugar, este viejo salido de algún cuento de terror, caminaba junto a mí con paranoia, y yo había aceptado su idea. Una vez llegados, él cortésmente me invito un vaso de agua mientras me indicaba que lo que tenía que ver estaba en el cuarto de su hija.
    — ¿Usted tiene una hija? El cura no menciono eso… —Le pregunte con interés. Pedro me acompaño al segundo piso de su casa y juntos entramos a la habitación de su hija, ella estaba tapada en su totalidad con una sábana blanca, debajo de esta se movía con desesperación.
    — Lo traje hasta aquí señor Adam, porque sabría que usted no podría creerme si se lo decía solo con palabras, este no es un lugar seguro para su familia, usted tiene que salir de aquí ahora mismo, antes de que sea muy tarde… aún está a tiempo —Me confeso el anciano.
    — No comprendo, ¿cuál es el peligro aquí? —Pregunte con cierto enfado.
    — El problema es que… cometimos un error… es el señor Annso… ¿lo ha visto? Un tipo de tez negra, muy delgado, siempre viste un traje azul con un pantalón del mismo color y unos zapatos negros… —Comento con un notable temor al hablar del tal “Mirano Annso”.
    — En realidad no lo he visto aun… pero, ¿Qué tiene este tipo? —La charla sobre ese hombre me ponía algo nervioso, tenía que saber de quien se trataba y por qué asustaba tanto a la gente del pueblo.
    — ¿Tipo?, se confunde señor Adam, no crea que es un hombre… ¡mire lo que le hizo a mi hija! —El viejo tomo la sabana y de un tirón la hizo volar por el aire descubriendo a su “hija”…
     
    • Me gusta Me gusta x 2
  5.  
    BlackRose

    BlackRose Iniciado

    Géminis
    Miembro desde:
    10 Enero 2012
    Mensajes:
    12
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Tsumetai
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Horror
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    517
    Cap. 3

    …ahí estaba su “hija”, una figura humana femenina desnuda, completamente deformada, tenía las piernas unidas hasta las rodillas, la cara parecía una esfera con tumores y se retorcía a los lados con rapidez, se encontraba sujeta a la cama con unos cinturones de cuero, solo emitía un sonido indescriptible, un lamento entristecedor.

    — ¡Dios mío! —grite mientras caía al suelo producto da la impactante escena.
    — Esto es lo que Mirano Annso quería, nosotros tenemos que complacerlo, es nuestro pecado… Pero usted no debe, tiene que salir de este lugar, ¡ahora! —Dijo Pedro mientras miraba por la ventana — ¡Es tarde!, vienen para acá, ¡escóndase ahora! — acoto dejándome encerrado en el cuarto, no sabía qué hacer, estaba muy asustado, me oculte en el armario esperando que no me encuentren pero alguien se acercaba.
    — ¿Dónde está el tipo? ¡Contesta anciano! De lo contrario voy a matar esta cosa que tienes por hija —reconocí esa voz, se trataba del carnicero Carlos Sojho, sus pasos en particular hacían rechinar el piso.
    — No tengo idea, me imagino que en su casa —dijo el viejo titubeando.
    — ¡Vengo de ahí, no juegues con migo! —repuso el hombre, después de escuchar esto, lo primero que se me vino a la mente fue que tenía que ir por mi familia, estos locos podrían haberlas lastimado.
    — Bien… voy a confiar en usted —confirmo Sojho, luego de eso se escuchó un incómodo silencio. El armario se abrió rápidamente y un golpe me hizo caer al suelo, la vista se me nublaba, estaba perdiendo el conocimiento, pero pude ver como este tipo tenia del cuello a Pedro, con la otra mano sostenía una gran cuchilla, si el realmente lo asesino… no pude verlo, quede inconsciente.

    Cuando logre despertar, estaba en un cuarto muy frio, no tenía ventanas por lo que no podía saber cuánto tiempo pase ahí. Me encontraba atado en una silla de madera que estaba salpicada con sangre al igual que el suelo alrededor de ella, solo había una puerta para entrar o salir y a su lado una mesa llena de herramientas e instrumentos quirúrgicos. Alguien se acercaba caminando desde el otro lado, yo me balanceaba intentando zafarme pero la silla estaba atornillada al piso. La puerta se abrió y entraron dos jóvenes idénticos, rubios de ojos celestes, ambos vestían un jardinero de jean gastado, una camisa blanca por debajo y mocasines. Uno de ellos se quedó hurgando las herramientas, el otro, me miraba fríamente pero ninguno decía nada.
    — ¿Que es todo esto? ¿Qué quieren de mí? —recuerdo haber gritado con desesperación, pero ninguno emitía sonido alguno. El que buscaba entre los instrumentos tomo una pequeña cierra, la probó al aire haciéndola sonar, con su espantoso ruido chillón se acercaba a mí.
    — ¡Alto! ¡Por favor espera! —le grite, pero este no se detenía, movía las manos para los lados queriendo romper las cuerdas que me tenían sujeto, no lo estaba logrando pero aun así insistía. Coloco la hoja oxidada sobre mi muslo derecho comenzando a cortar lentamente, el espantoso sufrimiento me hacía lagrimear, mis gritos resonaban por todo el cuarto mientras el otro joven reía a carcajadas…
     
    • Me gusta Me gusta x 2
  6.  
    BlackRose

    BlackRose Iniciado

    Géminis
    Miembro desde:
    10 Enero 2012
    Mensajes:
    12
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Tsumetai
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Horror
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    734
    Cap. 4

    El sufrimiento que pase fue espantoso, no podía hacer nada en ese momento, el joven que se encontraba detrás ya no estaba mirando solamente, ahora hurgaba entre las herramientas con desesperación, tomo un bisturí con un profundo terror en su mirada comenzó a atacar a quien parecía su hermano.
    — ¡Muere demonio! — grito enfurecido, esto me dejo sorprendido, no lograba comprender nada en ese momento. Corto su garganta con el filo mientras lo sostenía por detrás para que no se moviera, tras asegurarse de que no respirara más lanzo el cadáver al suelo y comenzó a desatarme.
    — ¿Estas bien? —Pregunto en un estado de shock que le provocaba un incesante titubeo, aunque no me podía confiar de ese sujeto, Él había salvado mi vida en ese momento.
    — Eso creo… la herida no está muy profunda… — respondí mirando el corte.
    — Tiene que salir rápido de este lugar, tiene que buscar a su familia y salir… están en su casa— repetía rápidamente una y otra vez lo mismo mirando a la nada, no estaba seguro de nada en aquel momento, rompí una manga de mi camisa para presionar la herida y me dispuse a salir de ese lugar, tenía que encontrar a mi familia. Mis pasos eran lentos producto del daño que me había hecho aquel sujeto, pero logre salir de ese sótano, o al menos eso parecía. Al salir me asombre cuando vi donde me encontraba en realidad, era la iglesia del pueblo, estaba iluminada por unas cuantas velas, completamente desolada, lo que me sorprendió en realidad es que en las bancas se encontraban sentados muchos maniquís, quizá fue la sangre que perdía en ese momento pero podía ver como estos me miraban al pasar. Poco importaba eso, yo solo quería ver a mi familia y salir de ese lugar. Recuerdo que corrí a la casa aun en ese estado, en el camino no me topé con ningún alma… tenía mucho miedo y estaba dispuesto a todo, cuando llegue a la entrada de mi “hogar”, note que la puerta se encontraba abierta, era obvio pensar que “ellos” estarían dentro. Entre cuidadosamente, mirando para los lados, las maderas del piso rechinaban con cada paso… me encontraba en la sala, todo estaba desordenado y logre ver a una persona entre la oscuridad.
    — Hola Adam— dijo este ser con una voz dulce y tranquila, por la descripción que me dio el anciano Pedro pude saberlo en ese entonces, era Mirano Annso.
    — ¿Qué hace en mi casa? ¿Dónde está mi familia? — le grite a ese tipo que tenía una sonrisa en todo momento… pero no me respondió, solo atine a querer atacarlo, pero una mujer salió de la nada y me lanzo contra el suelo antes de poder tocarlo. Ella tenía la ropa de mi esposa, su anillo… incluso sus ojos pero, no podía ser, era una mujer anciana y su cabello blanco…
    — ¿Amor? —le pregunte con mucha tristeza, a lo que ella me miro de igual manera.
    — Ya no… ahora ella y tu hija son mías, no hay nada mejor que consumir el dolor de alguien que sufre por un ser amado — dijo Mirano mientras se acercaba a mí.
    — ¿Quién eres? ¿Por qué me haces esto a mí? — Creo que se lo pregunte unas diez veces, pero solo se dignaba a mirarme.
    — Vengo a ver que todos los pecados se paguen, los humanos son tan ingenuos… creen que puede hacer lo que quieran, que son dueños de este mundo… ¡pero no lo son!, este es mi mundo— dijo algo molesto, todo me confundía mucho.
    — ¿Por qué lastimas a este pueblo? ¿Qué fue lo que te hicieron? — le grite intentando conseguir alguna respuesta.
    — ¿Crees que ellos sufren sin razón? No te confundas, ellos solo tienen lo que se merecen por sus actos, nada más que eso — refuto molesto, mi hija salió de entre las sombras, estaba totalmente calcinada pero aun así pude reconocerla, tenía puesto su vestido… ella solo me miro y regreso de donde salió.
    — Hija mía… — susurre en el momento que se fue, mi vista se nublo producto de la herida que tenía… no podía ver con claridad… termine por desmayarme.
    Cuando desperté me encontraba aun en la casa, estaba en lo que parecía el cuarto de arriba, por alguna razón tenía puesta la ropa de Mirano Annso, y eso fue lo que paso hasta el momento, estoy tan confundido como desconcertado, quizá fue solo un sueño…
     
    • Me gusta Me gusta x 2
  7.  
    BlackRose

    BlackRose Iniciado

    Géminis
    Miembro desde:
    10 Enero 2012
    Mensajes:
    12
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Tsumetai
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Horror
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    879
    Cap.5

    Mi nombre es Marcus Vinichi, siento la necesidad de contar esta historia, para que nadie cometa el mismo error que yo… he pecado, todo ocurrió hace ya tres meses, el pueblo pasaba por un estado de necesidad, no teníamos nada. Le pedí ayuda a dios incontables veces pero él jamás me escuchaba, no me respondía, ya no sabía qué hacer y sentía que el cuidado del pueblo era una responsabilidad mía, aquella noche convoque a todos en la iglesia para una reunión. No estaba seguro de como tomarían los demás mi dura decisión, yo estaba dispuesto a todo para que no dejáramos nuestro hogar ya que si todo seguía así, nos tendríamos que ir. Les comente mí propuesta a los vecinos, sus caras no me reflejaron el espanto que me imaginaba sino todo lo contrario, una esperanza… aquella noche, pactamos con el diablo. Conseguí un viejo libro que decía como invocar a este demonio y con ayuda de los demás cumplimos con el ritual al pie de la letra, terminado el mismo nada ocurría, ya estábamos desesperados. Un anciano de nombre Pedro insinuó que teníamos que hacer un sacrificio para invocar a este ser, él, que tanto había vivido en ese lugar ya no quería dejarlo, a tal punto que propuso entregar a su hija como ofrenda para el demonio. Luego de prepararlo todo recostamos a la joven en el suelo sobre un símbolo triangular que dibujamos, fue espantoso pero… la matamos, no solo eso, sino que la masacramos… todos y cada uno de nosotros empapamos nuestras manos con la sangre de aquella chica, luego de eso nos quedamos mirándonos, ¿Qué habíamos hecho?, matamos a una mujer a sangre fría y ¿para qué?... me arrodille para abrazar el cuerpo destrozado, solo podía llorar, fue cuando escuche unos pasos que hacían resonar la iglesia, caminaba lentamente hacia nosotros, al verlo nos quedamos atónitos, se trataba de un hombre de tez negra muy delgado que llevaba puesto un traje y pantalón azul con unos zapatos negros, Él nos miró durante un largo tiempo, nadie podía emitir sonido alguno, estábamos muy sorprendidos .

    — ¿No que me buscaban? — dijo el tipo con una suave voz.

    — Pero ¿Tú? ¿Tú no puedes ser el diablo? —le respondí tembloroso.

    — Ustedes me buscaron desesperadamente y, aquí estoy — respondió.

    — Bueno, mire usted, nuestro pueblo está en crisis, necesitamos dinero… mucho dinero, de lo contrario tendríamos que irnos de él— dijo Pedro rompiendo su silencio.

    — Yo voy a ayudarlos… pero tendrán que hacer todo lo que les diga, de esta manera jamás dejaran el pueblo que tanto aman— propuso con seguridad, y así fue… le hicimos caso a aquel hombre ese día y jamás no fuimos, él en un principio nos pedía pequeñas cosas, simples para cualquier persona, pero mientras pasaba el tiempo el sacrificio para tener lo que queríamos se hacía mayor. Teníamos que complacer todas sus necesidades de lo contrario lo perderíamos todo. Siempre nos decía cosas, explicaba que no teníamos que permitirle a nadie entrar en nuestro pueblo a menos que quisiéramos perderlo, admito que los primeros meses fue todo grandioso y nuestros problemas desaparecían, pero luego se fue poniendo más exigente y no podíamos controlarlo…
    Un día paso lo que habíamos evitado durante varias semanas, gente nueva, yo estaba en la torre de la iglesia mirando desde arriba junto a este “hombre” quien nos dijo que lo llamemos Mirano Annso.

    — Acaso es lo que yo creo… hay que darles una cordial bienvenida— dijo mirando a estas personas recién llegadas, se trataba de un matrimonio y su hija.

    — Yo me encargare de eso, usted no se preocupe de nada— le conteste admirando su expresión de intriga.

    —Si… quiero que los traigas a todos aquí, yo los voy a recibir — acoto. No estaba seguro de hacerlo, esta gente no tenía la culpa de nada…

    Me presente con ellos e intente hacer lo que Mirano dijo, pero no pude, deje ir a la mujer con la niña y solo tenía distraído al sujeto de nombre Adam, como llevar con ese “ser” a una persona de la cual no sé nada, no quería cometer el mismo error de nuevo pero tampoco quería perder mi hogar. El demonio es astuto y se dio cuenta de que no podía realizar esa tarea, en la mitad de la charla me llamo por medio de un vecino, yo sabía lo que me esperaba. Nos reunimos como siempre en la iglesia, esta vez estábamos adentro, todo se encontraba iluminado por velas y en las bancas se encontraban sentados un grupo de maniquís que parecían mirarme.

    — ¿Por qué no me traes a esta gente? ¡He tenido que mandar a otro en tu lugar!— me grito muy molesto.

    — Disculpe usted, pero no pude hacerlo… yo…— intente explicarle a lo que me interrumpió de forma agresiva.

    — ¡Tenemos un acuerdo, estoy cumpliendo mi parte! ¿Verdad?, ¿Por qué no cumples la tuya? — continuo gritando mientras se acercaba a mi lentamente, en ese momento todos los maniquís se pusieron de pie.

    — Si no quieres perderlo todo, quiero la cabeza de ese sujeto… solo para enmendar tu error— me susurro en el oído. No supe que contestarle, me pedía nuevamente que mate a otra persona, o perdería todo por lo que luche tanto, sabía que estaba mal pero tenía que hacerlo…
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  8.  
    BlackRose

    BlackRose Iniciado

    Géminis
    Miembro desde:
    10 Enero 2012
    Mensajes:
    12
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Tsumetai
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Horror
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    480
    Cap.6

    Me reuní con Carlos Sojho en su casa luego de todo lo sucedido.

    — ¿Dónde está Adam? — le pregunte sin dar muchas vueltas al asunto, tenía que hacer algo y hacerlo rápido.

    — ¿Adam? Lo deje en buenas manos, estaba en el sótano de la iglesia— contesto mientras encendía un cigarro.

    — ¿Qué paso con su familia? — pregunte con desesperación.

    — Familia… ¿Qué es lo que te preocupa?, Mirano Annso fue a su casa para encargarse de eso, estate tranquilo — dijo intentando consolarme inútilmente. Ya todo había llegado muy lejos, no podía permitir que el diablo se lleve a esas personas inocentes, yo había dejado de lado a dios aun cuando jure dar todo por él… Tenía que cambiar las cosas, mientras podía. Tome con rapidez un machete de la cocina y me dirigí a la casa de esas pobres almas. Yo fui el culpable de que este demonio camine entre nosotros, pues yo mismo terminare con él. Corrí desesperadamente pues bien sabía que cada segundo era muy importante tratándose de Mirano, cuando llegue a la casa la puerta estaba abierta, entre empujando la misma con cautela y lo vi… Annso estaba en frente mío y lo mejor de todo, estaba de espalda, no podría tener una mejor oportunidad para terminar con todo. Mis manos sudaban, me abalance sobre él ferozmente y durante ese instante pude ver en mi mente todo lo que habíamos pasado, todo lo que vivimos por culpa de nuestros pecados, por nuestro amor a lo material, quizá dios quería que saliéramos de este pueblo… pero yo no lo pude ver de esa forma en aquel tiempo. Tenía sujeta su cabeza con una de mis manos, estampado contra un viejo sillón comencé a cortarle la garganta con el machete, su cuerpo se retorcía como una serpiente, no me detuve hasta arrancarle la cabeza. Ya estaba hecho, había matado al monstruo que nos atormento durante tanto tiempo. Unos pasos se hicieron sentir detrás de mí…

    —Veo que cumpliste con lo que te pedí— dijo una voz que salía detrás de mí, no podía creerlo en ese momento, la cabeza que sostenía mi mano era la del joven Adam, ¿Qué hacía con la ropa de Annso?, mi cuerpo temblaba pues yo no sabía lo que me esperaba.

    — Es una lástima que lo hicieras pensando que se trataba de mí— dijo mientras caminaba alrededor mío, me caí de rodillas vencido por el dolor comencé a llorar, no tenía consuelo… estaba atrapado en un infierno.

    — Déjame en paz… por favor —le suplique.

    — ¿Sabes que es lo que quiero ahora?, quiero que te largues de este lugar y que no regreses jamás, los tormentos causados por tus pecados jamás te dejaran solo, ahora… ¡vete!, no te preocupes porque yo te buscare cuando te necesite— me contesto mientras se alejaba de mí.

    Ahora estoy aquí, confesándome ante usted y ante dios padre, porque… he pecado.

    FIN (?)
     
    • Me gusta Me gusta x 1

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso