Las barreras que nos unen. [ InuxKag]

Capitulo # 7 ¿Me encontraras de nuevo?​

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Aunque sus miradas chocaron por un breve momento ese mágico momento fue interrumpido bruscamente, los sirvientes comenzaron a moverse para llevarse el equipaje de las señoritas azabaches mientras que Kagome continuaba un poco impactada por la imagen de ese joven que la miró de forma intensa ya que si se tratase de Inuyasha él no la vería de esa forma ella imaginaba una reacción diferente de su parte.

―Kagome hija mía tu habitación y la de tu prima está lista, te hemos preparado una fiesta de bienvenida así que ambas suban y arréglense un poco―exclamó la señora Higurashi de forma casual, ambas asintieron con la cabeza.

―Izayoi-sama por favor ayúdeles a vestirse y prepararse para fiesta―ordenó el señor de cabellera azabache y así las chicas fueron a la habitación que ya estaba lista para ser habitada por ellas.

―Pensé que lo de compartir habitación había sido una broma―replicó Kikyo mientras miraba la enorme habitación de Kagome, ese mismo lugar en que ella solía jugar sola o con Inuyasha era tan grande que era perfecto para dos chicas.

―Señorita su habitación aún se esta preparando mañana si gusta puedo ayudarles con sus
vestimentas.―Explicó la amable señora de cabellera negra mientras sacaba algunos vestidos del closet que ya estaban listos para las señoritas, Kagome ayudaba a Kikyo a arreglarse mientras que ella recibía ayudad de Izayoi.

―Kagome debo hablar con mis tíos un momento, no bajes a la fiesta sin mi―Pidió de forma seria Kikyo y salió de la
habitación dejando a solas a Kagome con Izayoi.

―Mi niña realmente has crecido mucho, sabes antes eras mas parlanchina acaso ¿no sientes confianza de hablar conmigo?―Preguntó la señora Taisho con una conmovedora sonrisa esas sonrisas cálidas que Kagome tanto extraño.

―Izayoi-sama muchas cosas han cambiado en mi pero mi amor y respeto por usted e Inu-sensei sigue igual, así que no importa cuál sea mi actitud de ahora en adelante yo siempre seré yo misma aunque no lo parezca―Advertía la dulce joven de cabello azabache mientras cepillaba su cabello, a pesar de que Izayoi no comprendió las palabras de Kagome ella le sonrío haciéndole saber que tendría muy en cuenta esas palabras.


―Izayoi-sama el joven de cabello corto y negro ¿es Inuyasha ? ―Preguntó de sorpresa la joven tanto que Izayoi se sorprendió ya que ellos eran tan unidos pero por alguna razón Inuyasha había sido el único que no le dio la bienvenida a Kagome.

―Bueno es de subir el equipaje a la habitación, ¡Miroku ven aquí! ayúdame ―Gritó InuTaisho y así de esa forma el joven chico de cabellera negra se acercó.​

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―Es un placer señoritas mi nombre es Miroku y estoy para servirles―Se presentó el joven mientras tomaba las cosas de las jóvenes pelinegras.​

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―Es un placer en conocerlo joven Miroku ―respondió muy cortésmente Kagome mientras que Kikyo solo asintió con la cabeza.​

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―¡Oye Sango ven un momento!―Gritó Izayoi para que la joven llegara y se presentara con las nuevas habitantes de la casa.​

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―Hola mi nombre es Sango y estaré a sus ordenes―expresó con educación la chica.​

De pronto la mirada de Kagome se desvió con sus ojos ella buscada a ese joven que había visto hace un momento, aunque lo buscó con la mirada no lo encontró eran tantos los sirvientes que debió haberse ido entre todos los demás.​

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―Sango ¿Dónde está mi hijo?―preguntó la señora Taisho con mucha curiosidad ya que era extraño él pareció haber desaparecido sin siquiera saludar a las recién llegadas.​

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―El estaba aquí hace un momento, creo que deberíamos ir a buscarlo acompáñame Miroku―dijo la joven mientras toma a Miroku del brazo ambos se despiden con una reverencia y van en busca de Inuyasha​

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―Kagome al que irán a buscar era tu amigo de la infancia ¿cierto?―preguntó la pelinegra de mirada fría.​

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―Creo que sí aunque no importa es mejor que subamos a la habitación―contestó la joven de ojos marrones con cierta tristeza en su voz, esas palabras fueron escuchadas por la señora Taisho quien comprendió la situación de inmediato.​

―Sí, era él―Contestó la señora secamente.

Mientras la señora Taisho estaba preparando a Kagome para la fiesta en la parte más remota del jardín se encontraba un joven sentado en las ramas de un árbol, de pronto dos personas se acercaron a ese árbol sorprendiendo a aquel joven.

―Tan predecible Inuyasha , sabía que te encontraríamos aquí―dijo Miroku con mucha convicción y cruzando sus brazos sólo dio un suspiro.

―Inuyasha ¡idiota! después de tantos años porque no saludaste a Kagome, estoy segura que ella lo esperaba, aunque no pueda asegurarlo ella parecía mirar a todos lados esperando ver a alguien―comentó muy segura Sango pero a pesar
de esas palabras Inuyasha no parecía decir nada al respecto.

―Escúchanos amigo sabemos que debe ser difícil mirarla, ella se ve tan hermosa y elegante pero ella sigue siendo la persona que recuerdas, si no deseas hablarle por lo del pasado estarías en un error al menos espera a escuchar cual fue la razón por la que no se comunico contigo―exclamó Miroku con mucho enfado la actitud del joven de cabellos negros era demasiado infantil, después de ese regaño el bajo del árbol para encarar a sus amigos.

―Ella ni siquiera me ha reconocido―exclamó Inuyasha con mucha tristeza, esas palabras fueron suficientes para que sus amigos se quedaran en silencio, Sango al ver esa triste mirara da quiso animar a su amigo.

―Es posible que ella no lo hiciera has cambiado mucho, cuando tengas la oportunidad habla con ella incluso puedes ir ahora ella está con tu madre pero mejor vámonos tenemos trabajo que hacer―musitó Sango y del brazo se llevó rápidamente a esos dos jóvenes que siempre holgazaneaban, Miroku, Inuyasha y Sango debían servir de camareros en la fiesta.

Mientras los tres servían a los invitados Inuyasha buscaba con su mirada a esa bella joven de linda piel bronceada y de ojos achocolatados que la hacían tan hermosa, a pesar de sus esfuerzos no lograba verla por ningún lado.

Pov´s Inuyasha .

Después de tantos años al fin pude verla y no fui capaz de saludarla ni nada enserio que me da rabia, pero esa mirada en sus ojos una mirada tan vacía la verme creo que me dejo paralizado puede que Sango tenga razón y no mi haya reconocido pero aún así deseo tanto hablar con ella, no puedo debo saber cuál es mi lugar ella es la señorita de la casa y yo un simple sirviente aunque me duela debo mantener la distancia ya no somos unos niños.

―Inuyasha ve a la cocina y trae más cubiertos.―Que me cabrea tener que ser un sirviente, aunque es un trabajo digno y al menos puedo solventarme económicamente y ayudar con mis padres al menos con una parte de los gastos de mis estudios.

Mientras estaba en la cocina escuché decir a los otros lo hermosa que era la señorita Kagome y un montón de cosas más; salí de la cocina mientras llevaba esos cubiertos de plata que Sango me pidió llevar cuando llegue a cierta parte del vestíbulo vi a lo que me parecía ser un hermoso ángel, una hermosa chica que se acercaba lentamente hacia mí y cómo un idiota no podía moverme a decir algo, cuando ella estaba muy cerca de mí en su rostro pude notar que al verme lucia sorprendida y en ese momento sólo pude recordar lo que Sango había dicho era posible que ella no me reconociera por mi aspecto nuevo, sería idiota de mi parte enojarme es decir qué derecho tengo igual si ella no me recordara no es razón para odiarla ya crecimos y es algo que debo superar.


―Hijo me alegro ver de que estas por aquí creo que sería buena idea que pudieses saludar a la señorita Kagome con más calma así que los dejaré solos un momento se que tendrán mucho que contarse.―Cuando escuché esas palabras de mi madre sentí que mi corazón se saldría de mi pecho, por un demonio ¿Qué puedo hablar con esa chica? ella ya no es la niña que recuerdo y ambos hemos tenido una educación diferente a decir verdad pienso que no tenemos mucho de qué hablar.

―Madre estoy ocupado, tal vez en otro momento.―Quise escaparme con esa estúpida excusa pero fue en vano mi madre es muy lista.

―Oh no te preocupes hijo yo llevaré esos cubiertos, ahora hablen jovencitos.―No entendí porque mi madre se empeño en que habláramos se supone que no debo tener mucho contacto con ella pero ni modo, no soy un cobarde, no escapare de esta chica.

―Hola Inuyasha ha pasado mucho tiempo, y has cambiado mucho.―Cuando escuché la dulce voz de Kagome mi corazón palpitó con rapidez, sin embargo noté que estaba hablándome de manera extraña.

―Hola pues sí ha pasado mucho tiempo realmente no pensé que regresarías de Francia, y a decir verdad tú también has cambiado mucho Kagome ahora ya pareces una dama.―No comprendo porque estoy tan nervioso al hablar con ella y sólo puedo decir idioteces es decir ella me está mirando de la misma manera en la que se ve a una persona idiota, apenas ha llegado a casa y he hecho que me odie.



―Eres tan divertido Inuyasha , tienes razón ya parezco una dama aunque admito que ha sido difícil a decir verdad las clases en Francia eran muy aburridas y extrañe mucho los bellos jardines de esta casa, me alegro de estar de regreso. ―Después de que Kagome dijera esas palabras me sentí con deseos de expresarle lo mucho que me alegraba verla pero mi corazón se oscureció al recordar el
hecho de que ella cortara todo contacto conmigo todos estos años y luego me enfureció mas el verla hablándome de manera tan natural y sabiendo que nunca se tomo la molestia de escribirme una tan sola vez.


Cuando todos esos oscuros sentimientos se juntaron no supe que más hablar con ella, no tenía el coraje en ese momento de preguntarle el porqué no respondió a mis cartas o llamó para informar como se encontraba, no puedo preguntarle cuando me siento tan molesto al respecto.

―Creo que debo regresar a mi trabajo no sé si ya lo sabes pero trabajo ahora aquí además si tus padres me ven perdiendo el tiempo me lo descontaran de la paga, ha sido bueno que charláramos pero usted señorita debe ir a la fiesta y no debe tener distracciones, creo que nos veremos después señorita Kagome.―Esas palabras tan frías realmente me fueron difícil de decirlas pero era la mejor forma de evitar más contacto con ella, no sé realmente que es lo que mi corazón siente por ella pero de lo que estoy seguro es que no puedo perdonarla por olvidarme todo este tiempo.

Pov´s Kagome.

Después que Inuyasha se despidiera con una excusa de irse a trabajar en la fiesta me sentí realmente molesta que no le conteste a nada de lo que dijo al marcharse, es un tonto me esforcé demasiado por hablar con el civilizadamente cuando en realidad quería reclamarle por no responder mis cartas todos estos años.

―No quiero ir a la fiesta, será mejor que me esconda hasta que terminé todo.―Eso es lo que realmente deseo hacer tanto que hasta lo dije en voz alta pero mis padres organizaron todo esto no puedo fallarles, en especial porque mi prima Kikyo fue obligada a venir a Japón conmigo para asegurarse de que ya soy “una dama de sociedad” gran tontería pero esa es la vida.

―Señorita ¿necesita algo?―me preguntó una dulce joven de cabello negro, jamás la había visto en la mansión y es muy joven apuesto a que tenemos la misma edad.

―No, en lo absoluto estoy bien es sólo que aún no deseo aparecer en la fiesta ―respondí con mucha sinceridad, la chica me sonrió y se acercó a mi susurrándome algo en el oído.

―Señorita Kagome no se sienta nerviosa todos están esperándola con ansias y en especial sus padres.―Luego de decir tan agradables palabras la joven hiso una reverencia y se dio media vuelta para retirarse.

―¡Espera! ¿Cómo te llamas?―Pregunté para no olvidarme de esa persona tan amable.

―Rin Osora es un placer, bueno la dejo debo seguir ayudando en la fiesta.― Después de presentarse la dulce joven se fue.

Mi incomodo encuentro con Inuyasha fue tan malo que todavía me siento mal, él actuó su papel de sirviente llamándome “señorita Kagome” eso me hiso sentir rara, ahora que lo pienso será bueno que le siga él juego si el va comportarse como un sirviente lo trataré de cómo tal vez así recapacite y podamos hablar normalmente, además si Kikyo me ve hablando con él tan íntimamente se lo dirá a la abuela y regresaré a París.

Me siento triste y no sé porque quizás esperaba mi regreso a casa diferente, bueno ahora sólo esperare a Kikyo espero que se dé prisa porque me está aburriendo estar sola esperándola.

Pov’s Narrador

Mientras tanto en el otro lado de la mansión estaba la joven de piel blanca y cabellera negra hablando con los padres de Kagome muy seriamente, sin duda el asunto del que hablaban era tan secreto que alejaron a todos los sirvientes de ese lugar para tener privacidad.

―Kikyo mi esposa y yo queremos asegurarnos de que Kagome no sepa nada aún así que espero que no se lo digas queremos ser nosotros quien le explique la situación, es difícil para mi pedirte eso pues sé que mi madre te ha educado tan severamente pero necesitamos tiempo para pensar en cómo explicar todo lo ocurrido.―Musitó el señor Higurashi mientras observaba a la azabache a los ojos.

―No se preocupen si algo he aprendido es a ser discreta con los asuntos de la familia Higurashi, mi estadía aquí no es sólo por el hecho que nos relaciona sino porque la gran señora Higurashi está preocupada por cierta relación entre Kagome y un joven sirviente, me envió a vigilarla y a recordarle su posición en la sociedad no teman que yo no revelare nada.―Expresó fríamente la joven de ojos marrón, su dura educación y el ser controlada toda la vida hiso que la joven mostrara frialdad al mundo.

―Bien, ahora ve a la fiesta con Kagome y divierte.―Exclamó el señor de cabellera negra dejando así marchar a la joven.

―¿Cuándo le diremos a Kagome querido?―Cuestionó la madre de Kagome con un poco de temor.

―Esperemos hasta que Kagome conozca a nuestros socios y como se vallan desarrollando las cosas le diremos, perdóname mi amada esposa todo es mi culpa.―Se disculpo el señor con su esposa quedando los dos abrazados terminaron la discusión de su secreto mejor guardado.

Kikyo llegó hasta donde se encontraba Kagome y juntas aparecieron en la fiesta, eran el centro de miradas de todos los jóvenes herederos que habían sido invitados, las personas miraban con asombro lo mucho que había crecido la dulce azabache y de igual manera Kikyo no paso desapercibida ambas irradiaban glamur y belleza tanta que era imposible que no causaran una buena impresión en la alta sociedad Japonesa.

―Inuyasha buen amigo dime ¿ya hablaste con tu dulce princesa?―Preguntó Miroku quien estaba un poco ebrio debido al vino que había tomado a escondidas.

―No digas esas cosas Miroku y sí ya hablé con ella pero fue incomodo no tenía nada de qué hablar con ella, se supone que en mis cartas yo le contaba lo que me pasaba así que no tenía caso hablar de esas cosas con ella, realmente sentí una gran distancia entre ella y yo.―Contestó el joven mientras observaba de lejos a su adorada chica.

La fiesta siguió su curso algunas personas causaban líos cómo romper copas o tirar comida al piso y Sango, Miroku e Inuyasha tenían que encargarse de esas cosas, para ellos era molesto pues eran jóvenes con mucho orgullo pero el trabajo honesto era algo que no les avergonzaba cumplir.

La fiesta termino y los invitados comenzaron a marcharse, los empleados se quedaron limpiando los restos de aquella enorme fiesta, Inuyasha estaba limpiando unas mesas cuando una elegante y hermosa mujer de larga cabellera plateada y hermosas facciones apareció justo frente a él.

―Joven ¿eres el hijo de los Taisho?―Preguntó la dama con seriedad.

Inuyasha extrañado miró fijamente a la señora y como era el protocolo de un sirviente contestó la pregunta.

―Sí lo soy, ¿Por qué?―El joven a pesar de todo no pudo evitar sonar un poco grosero al contestar.

―Reconocería el rostro de un Taisho, enserio eres hijo de tu padre.―Luego de eso la dama no dijo más y se dirigió hasta donde se encontraban los padres de Kagome, seguidamente todos ellos entraron a la mansión.
Desde lejos Izayoi e InuTaisho habían observado a esa mujer acercarse a su hijo.

―¿Por qué habló con Inuyasha? ¿hasta cuando nos dejara vivir en paz?―dijo con mucho dolor la madre del joven.

―Izayoi no te preocupes estoy seguro que no le dijo nada a nuestro hijo, y de ser así ya estamos listos para contarle nuestro pasado a Inuyasha.―Exclamó el hombre de ojos ámbar abrazando fuertemente a su esposa para tranquilizarla.

Así termino una larga noche en donde dos familias con grandes secretos enfrentaban el hecho de que los dos pequeños
niños ya habían crecido y que un día sabrían secretos que afectaría la realidad que siempre han conocido.

Continuara…………………………………………………..


Hola queridas lectoras, lo sé es probable que hasta ya se hayan olvidado de la historia pero pido una gran disculpa enserio pero a veces pasan cosas que nos impiden seguir escribiendo espero tener su apoyo con esta historia que ya no dejare más espero les haya gustado y cualquier sugerencia, corrección o duda la posteen, cuídense y nos veremos pronto.