[LF] Pokémon Ultimate: El comienzo de una nueva aventura [AdvancedShipping]

Hola chicos! Quisiera traerles este fic que escribí de Pokemon hace algún tiempo. Espero que les guste, les cuento (para que se ubiquen un poco) que cronológicamente estaría ubicado después de la Liga Sinnoh. Lo escribí cuando aún no sabía que iba a salir una nueva región de Pokémon, así que lo más novedoso será que se desarrolla en una nueva región y... ¡Nuevos Pokemon! Si, con ayuda de mis primos inventamos mas o menos 120 pokémons nuevos ¡No se rían! Conforme transcurra la historia, les iré poniendo las imágenes correspondientes. Saludos!
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Cap 1: “Recordando”

Seis meses habían pasado desde que Ash empató en la liga Sinnoh. Se había llevado una gran sorpresa cuando el ataque de Anillo Ígneo de su Infernape, colisionó con el Rayo Solar del Torterra de Paul, causando una enorme explosión que acabó con los dos pokemon simultáneamente.

Recostado en su cama, mirando al techo, recordaba todas las aventuras que había vivido, y a todos los amigos que había conocido.
Cuando se ponía a pensar, la lista era casi interminable… Repasaba en su mente los nombres y rostros de todos esos “hermanos” que conoció en sus diversas aventuras…

Aunque… Al recordar el nombre de una de esas personas, pensó que en realidad no la podía considerar como hermana.

-¿Por qué…? –Pensaba frecuentemente cuando la imagen de esa niña surcaba su mente como un rayo.-

¿Quién es esa persona? Probablemente se preguntarán ustedes. Pues bien, para averiguarlo tendrán que seguir leyendo.

Una extraña, pero común sensación aceleraba los latidos de nuestro protagonista, cuando su mejor amigo amarillo se escurrió por la puerta entreabierta del cuarto, saltando a la cama de su entrenador, y rozando su naricita con la de él.

-Pi… Pika. –Expresó casi en un susurro.-

-Pikachu…No te das una idea de como desearía viajar otra vez. Es lo que más anhelo en estos momentos… Estar medio año en casa no es tan bueno la verdad… ¿Qué opinas?

La criatura meneó su cabeza, asintiendo, pero en realidad para él estos meses habían sido adoradas vacaciones. -¡Claro que no! ¡El que hace el trabajo duro soy yo!- Pensaba, esbozando una pequeña sonrisita nerviosa, mientras se rascaba la nuca.

-¡¡¡ASH!!!! –Un chillido maternal proveniente de la cocina interrumpió los delirios de nuestro héroe.- ¡El almuerzo está listo, hijo! ¡Baja enseguida!

Pikachu fue el primero en obedecer y en menos de lo que dura un parpadeo ya se lo veía bajando las escaleras.

Ash se incorporó de un salto, ya que un estómago vacío era un verdadero obstáculo para un entrenador empedernido como nuestro querido protagonista.

-Hijito, invité a almorzar al Profesor. Me dijo que tenía unas cosas para contarnos, que te alegrarán especialmente a ti. –Comentó Delia, mientras se agachaba para abrir el horno.- Por favor, ayuda a Mr. Mime a acomodar la mesa. –Ordenó dulcemente, sin dejar de sonreír.-

Unos minutos mas tarde, todos, incluso Mr. Mime y Pikachu, estaban acomodados en la mesa, disfrutando la deliciosa comida que había preparado la Sra.Ketchum.

-Mmm, mamá, esto está delicioso. –Ash hablaba con la boca llena.-

-Así es Delia, esta vez se paso… Esto es un manjar digno de Dioses. –Exclamó Oak.-

-No es para tanto… Jeje… –Delia se sonrojó, mientras se reía nerviosa.-

-Ah profesor… ¿Qué era lo que…? –Bebiendo un poco de agua- ¿…Tenía para contarnos? –Preguntó Ash, fingiendo algo de desinterés.-

-¡Oh, si! Esto verdaderamente te alegrará Ash. Resulta ser que anoche hablé con Gary por teléfono y… como supongo ya saben, el está ahora trabajando en otro sitio.

-¿Trabajando? ¿En dónde? Pensé que aún se encontraba en Sinnoh

-Pues no precisamente… La verdad es que mi nieto se encuentra ahora estudiando a los pokemon de… una nueva región.

-¡¿QUÉ!? –Exclamó Ash, pero luego empezó a toser por una migaja de pan que se le había atravesado en el esófago.-

-Hijo…Ten cuidado. –Su madre le golpeaba la espalda, tratando de ayudarlo.-

Unos segundos pasaron, hasta que Ash se recompuso; y entonces Oak tomó la palabra de nuevo.

-Así es… no quiso contarme más nada sobre ese tema, con respecto sólo me dijo que quería verte personalmente.

-¡¡No puedo creerlo!! ¡Al fin tendré una aventura! –Ash pegó un salto de la silla, provocando la alteración de Pikachu, que se alegró, aunque no de la misma manera que su entrenador.-

-Cálmate Ash, ni siquieras sabes de lo que el profesor te habla. –Delia comenzó a impacientarse un poco, debido a la conducta impulsiva de su hijo.-

-¡Si, si! –Ash ignoraba la recomendación de su madre.- ¿Cuándo podré ver a Gary? ¿Regresará pronto? –Sus ojos brillaban increíblemente.-

-Tu madre tiene razón Ash, y si no te tranquilizas no seguiré hablando.

-Está bien, está bien. –Tratando de mantener la calma, aunque después de esta noticia, le resultaría muy difícil.-

-Gary regresará esta tarde, y como iré a buscarlo, tú te quedarás en el laboratorio ayudando a Tracey. ¿De acuerdo?

Ash asintió con un leve balbuceo, y con la mirada perdida, pidió permiso para retirarse de la mesa. Su madre y Pikachu resoplaron, resignados, ante la risa burlona del profesor. Y una vez regresada la calma, se sentaron a comer en paz.

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Esa tarde, Ash estaba sentado en el jardín del laboratorio, rodeado de todos sus pokemons, que correteaban y jugaban entre ellos, ignorando incluso la leve falta de atención de su entrenador. Él sólo pensaba en cómo calmarse, pero cada segundo que pasaba sentía aún más ganas de salir corriendo fuera de Pueblo Paleta. Lo que más deseaba, aparte de conocer esa nueva región, era reencontrarse con esa persona que tanto le quitaba el sueño y los pensamientos… Y la idea de un viaje era una clara esperanza de reencuentro. Y no tan sólo con ella, sino tal vez con todas esas personas que tanto quería y hacía tanto tiempo no frecuentaba.

-Una nueva región… No puedo creerlo, después de todo lo que he esperado, ¡Al fin podré salir de casa y mostrarle a todo el mundo que soy el mejor entrenador de todos! -Imaginándose como campeón de una nueva liga, no escuchó que el Profesor lo llamaba.-

-¡Ash!... ¡¡Ash!!... ¡¡¡AAAASH!!! –Gritó Oak desde adentro-.

-¿Qué…? –Ash se quitó la gorra y sacudió la cabeza,confundido-

-Ash, por favor, presta un poco más de atención y ven aquí…Gary acaba de llamarme diciendo que su viaje tuvo que adelantarse por unos problemas. Me pidió que vaya a buscarlo del aeropuerto. Por favor, como te pedí hoy, necesito que te quedes aquí a ayudar a Tracey con los pokemons. ¿Podrías hacerlo?

-Cla… claro, no hay problema. –Respondió, sin prestar demasiada atención.-

-Bien, entonces ponte serio y atiende a Tracey. Regreso enseguida… ¡Oh! Por cierto… Tu mamá me acompañará.

-Está bien. –Contestó mirando el suelo, distraído.-

Oak lo pensó dos veces antes de decidir dejar a Ash como responsable, ya que esa desinteresada actitud no sería de mucha ayuda. Pero simplemente suspiró resignado, y como estaba atrasado, tomó un abrigo (aunque en realidad la temperatura era bastante alta) y salió en busca de la mamá de Ash.

Nuestro protagonista se quedó sentado en una de las galerías, con la mirada perdida en sus pokemons. No podía creerlo, Gary llegaría antes de lo que se esperaba, eso significaba ¡que podía partir antes a la nueva región! ¡Eso era fantástico!

Tal era su emoción, que ni siquiera prestó atención a los llamados de Tracey, que clamaba por ayuda, ya que la manada salvaje de Tauros estaba a punto de aplastarlo.

Unas horas más tarde, luego de que Ash “despertara” debido a una violenta zamarreada por parte de Bayleef que no toleraba la indiferencia, se dio cuenta del gran desastre que estaban ocasionando algunos pokemon, y ni el pobre Tracey, ni Bulbasaur lograban calmarlos. Cuando por fin se hubo limpiado todo rastro de “irresponsabilidad” llegaron el Profesor con su nieto y la Sra Ketchum.

Obvio… el primero en recibirlos fue nada menos que Ash… y ni siquiera le permitió desempacar a Gary, pues desde que llegó, no hizo más que acosarlo con preguntas casi inentendibles, hasta que su madre lo obligó a volver a casa.

-Hablarán durante la cena, hijo… Gary debe estar muy cansado. Vamos a casa. –Su madre al parecer estaba tratando con un niño de 4 años.-

-Pero… ¡Al menos dime su nombre!! ¡Por favoooor! –Gritaba, mientras su madre lo jalaba.-

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Mas tarde, durante la ansiada cena, Ash ya estaba un poco más tranquilo. Una poderosa descarga proveniente de Pikachu lo obligó a mantener la calma; al menos por un rato.

-Bien, ahora que estás más calmado, podemos hablar Ash; como gente civilizada. -Comentó Gary, con un marcado gesto de ironía.-

-Por favor, ya dejen de torturarme y cuéntame todo lo que sabes. –Suplicaba, con los ojos llorosos.-

-Muy bien… -Gary suspira y come un bocado más antes, de hablar.- El mes pasado unos amigos científicos me llamaron para viajar con ellos a una nueva región…

-Si… -Los ojos de Ash brillaban.- Y la región se llama…

-Tigeem, la región de Tigeem. (NOTA: se pronuncia Tiguem)

-¡Guau!

-Esta región, ubicada a 850 KM al oeste de Kanto, es famosa por una antigua leyenda, la leyenda del Rey Plateado, que dice que allí vivía el rey más rico del mundo, rodeado de riquezas y bienestar. El origen de estas riquezas se le atribuye a un Pokemon en especial…

-¡Un legendario, de seguro!

-Tal vez… Pero la verdad es que no me hablaron mucho de este tema…

El caso es que allí encontré muchas especies nuevas de pokemons, e inluso nuevos tipos.

-¿¡Nuevos Pokemon!? ¡No puedo creerlo! –El corazón de Ash se aceleraba con cada palabra.-

-Su sistema es igual al de las demás regiones: ocho gimnasios y una liga Pokemon. También hay concursos y festivales.

-¡Después de oír todo esto, no puedo esperar más! ¡Me dan ganas de irme enseguida!

-Todo esto es realmente interesante Gary, en poco tiempo descubriste muchas cosas geniales. –Comentó Delia, orgullosa del muchacho que era como otro hijo para ella.-

-Es mi trabajo, Delia… -Respondió avergonzado el castaño.-

-Jajaja… bueno Gary, cuéntanos más. –Pidió el Profesor, orgulloso de su nieto-

-Puedes llegar hasta Villa Tuquillo, el primer pueblo de esta región, en Ferry.

-¡Demonios! ¡Estoy desesperado! –Exclamó el azabache, golpeando la mesa.-

-Y bueno… El resto lo averiguarás tú cuando llegues a Tigeem –Finalizó Gary, con una gran sonrisa.-

-Ya no puedo esperar… Por favor mamá, déjame partir mañana mismo… Te lo suplico, por lo que más quieras… Es más, ¡Iré yo mismo a preparar mis cosas!

-Es que… Es algo tan repentino… Al menos ¿No podrías esperar un día más? –Su madre estaba afligida.-

-Mamá… Si espero un día más voy a morir… Te lo ruego –Ash se arrodilló y suplicaba a su madre, desesperado.-

Después de meditarlo unos instantes, los ojos de Delia buscaron una respuesta en los de Oak; como es de esperarse, éste le asintió con una sonrisa. Delia se sintió mucho más confiada despúes de esto, y después de un sinfín de recomendaciones, dio el “SI”.

Esa noche, Ash no pudo dormir de la ansiedad. Tigeem era todo lo que había estado esperando hace seis meses…Abrazaba a Pikachu hasta casi ahorcarlo, y a cada instante se levantaba a revolver su ropa-

-Pikachu, Tigeem nos espera… -Le dijo en un susurro, arrojando una playera que cayó encima de él.-

-¡PIKA PII!! –Chilló el roedor, levantando un puño.-

Fin Cap. 1

 

Bueno, aunque no ha recibido muchos comentarios, subo el siguiente capi:
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Cap. 2: “Un reencuentro y el comienzo del viaje”

Después de una noche, que se les antojó interminable a nuestros protagonistas, Ash despertó increíblemente temprano, como pocas veces lo hubiera hecho. La emoción de una nueva aventura provocaba en él una enorme predisposición y buen humor…

- Aaahmmm… Pikachu… Al fin la espera acabó, ya es hora del viaje. –Dijo, mientras se estiraba, y bostezaba.-

- Pika, pika chu. -(Me sorprende que no te hayas quedado dormido).Respondió su roedor compañero, sin abrir los ojos y cubriéndose con la sábana.-

- ¡Oye! ¿Qué estás haciendo? ¡Vamos a desayunar! –Reclamó Ash, luchando con sus pantalones y camiseta a la vez.-

-Pika…

-¡Date prisa! –Le ordenó, jalando la sábana con fuerza, provocando que el pobre Pikachu diera un tumbo y cayera al suelo.-

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Luego de un pequeño pleito entre compañeros, humano y pokémon se decidieron por fin a bajar, impulsados por la propia hambre. Lentamente descendieron los peldaños, Pikachu alzó sus orejas, en señal de que no todo estaba en orden.

-¿Sucede algo, Pikachu? –Preguntó su entrenador, tratando de no hacer demasiado ruido.-

Por toda respuesta, Pikachu sonrió y salió corriendo hacia la cocina. Ash, extrañado, lo siguió, pero vaciló un momento antes de entrar allí.

- Mr… ¿Mr. Mime, eres tú? –Preguntó, para salir de la duda.-

- ¡Ash! ¡Al fin bajaste! ¡Se hace tarde para nuestro viaje! –Exclamó una voz muy familiar.-

El rostro de Ash no pudo disimular su enorme asombro al descubrir quién era el misterioso personaje… Nada más y nada menos que…

- ¡BROCK! QUE… ¿QUÉ ESTÁS HACIENDO AQUÍ? En Pueblo Paleta ¡EN MI CASA!

- Bueno pues… No puedo decirte quién, pero… Alguien me llamó anoche, y me contó que harías un nuevo viaje, y creí que sería bueno acompañarte, como siempre… Así que tomé el último tren de la jornada, directo a la Estación de Pueblo Paleta, y llegué muy temprano esta mañana. ¿No te parece una buena idea? –Brock preparaba unas tortillas en la sartén, y mostraba una sonrisa radiante.-

- ¿Buena? Brock, ¡es demasiado genial! ¡No puedo creer que hayas venido desde Pewter hasta aquí! –Alegaba Ash, rebosante de felicidad y pegando leves brincos.-

- Haría lo que sea por mis amigos. –Respondió el moreno, muy feliz y dando vuelta la tortilla.-

- Crooo… -Emitió una criatura, desde el suelo.-

Ash volteó y descubrió a un anfibio pokémon, muy familiar para él, que lo saludaba, aunque mostraba la misma expresión facial de siempre.

- ¡Croagunk! ¡También viniste! –El rostro de Ash brillaba de felicidad.-

- Crooo. -(Claro, sino ¿quien cuidará de Brock?). Contestó la criatura, haciendo un leve gesto de burla.-

- Bueno, será mejor que te sientes a desayunar, tú también Pikachu, preparé alimento especial para ti. –Dijo Brock, en un tono muy amable.-

- ¡Pika pi! –Chilló muy feliz.-

- Claro pero… ¿Dónde está mi madre?

- Tuvo que hacer unas compras de último momento, dijo que quizás no regrese para cuando te vayas, y te dejó esta nota –Le comentó Brock, un poco consternado.-

- Vaya… -Ash desdobla el papel y lee:-

Querido Ash:​

Lamento mucho no poder estar para cuando te vayas, así que te escribí esta nota para desearte la mejor de las suertes.​

Quiero que sepas que tu madre estará allí para todo lo que necesites, y no dudes en llamarme si tienes algún problema.​

​

Te ama​

Tu Madre.​

P.D: antes de irte, pasa por el laboratorio del Profesor Oak, ¡y no olvides tus calzoncillos limpios! Están colgados en la soga. ​

- Mamá… -Susurró Ash, al mismo tiempo que sus ojos se ponían vidriosos.-

Ash se avergonzó un poco debido a la última aclaración, pero se emocionó muchísimo con las simples palabras de su madre. Y éstas fueron el último aliento que hubiera deseado antes de partir.

- Anda Ash, toma tu desayuno rápido, se nos hace tarde y el ferry parte en una hora. –Ordenó Brock.-

-¡Bien!

Un rato más tarde, todos se encaminaron al puerto de Pueblo Paleta, pero antes de ir hacia allá, se detuvieron en la puerta del laboratorio del Profesor. Querían saber qué era lo importante de lo que hablaba Delia en el papel; pero para su sorpresa, fue Gary quién los recibió.

- ¿Qué tal Ash? ¡Brock! ¡Tanto tiempo! –Exclamó muy sonriente el investigador- Déjenme adivinar, se dirigen a Tigeem ¿Verdad?

- Sip, pero primero debo hablar con tu abuelo. Mamá me dijo que tenía algo para mí.

- ¡Oh! Lo siento, el abuelo está dormido aún. Pero en realidad el que quería verte soy yo. Tengo algo para ti y para Brock. –Comentó Gary, tranquilamente y perder la sonrisa.-

- ¿Qué cosa? –Preguntó el azabache, sorprendido.-

- Primero, pasen.

Al entrar, Gary los dirigió hasta el estudio del profesor. En una mesa había un extraño huevo Pokemón y un aparato, que parecía ser una PokéDex.

-Esto –tomando el aparato- es una versión mejorada de la PokéDex. Además de indicar todos los datos sobre los pokemons, tiene incluido un mapa de todas las regiones, y la ubicación y descripción de todas ellas. Es algo así como una PokéDex, combinada con el PokéGear, y con muchas cosas geniales.

- ¡Fabulosol! Pero… ¿De donde lo sacaste?

- Me lo enviaron directamente desde Tigeem, como regalo por haber contribuido con los estudios científicos; pero como yo no lo necesito, te lo doy a ti.

- ¡Súper! ¡Muchísimas gracias, Gary!

- No hay de qué. Y Brock, esto es para ti –Entregándole el huevo-

- Guau… muchísimas gracias. Me gustaría saber qué clase de pokemon es…

- Pues, tendras que esperar. Lo único que me dijeron, es que es un pokemon de fuego.

- Pika, pika ¡Pika chu!

- Si… creo que ya deberíamos irnos –Propuso Ash-

- Así es… -Asintió su compañero-

En la puerta:

-Bueno chicos, fue un placer verlos. Espero que triunfen en su nuevo viaje

- ¡Seguro lo haremos! – Exclamó Ash-

- Bueno, vámonos Ashito

- Adios… -Se despidió Gary, muy emocionado-

- ¡Oye, espera un minuto! ¿Acaso sabías que Brock estaba aquí? -Preguntó el azabache, muy extrañado-

-Jaja… ¿Por qué piensas eso? –Sorprendido-

-Pues… Tenías ese huevo para entregárselo y…

- Muy bien Ashito –Interrumpiéndolo, mientras lo empujaba- Parece que no eres tan tonto como pensaba ¡Jajaja! ¡Ahora vete! ¡Se les hace tarde! –Cerrando la puerta en sus narices-

- Que extraño… -Ash se quedó pensando-

- ¡Aaaaash! ¡Date prisa!

- ¡Pika pikaaaaaaa! –Gritaron Brock y Pikachu, que ya estaban bastante lejos.-

- ¡Oigan! ¡Espérenme!

Luego de una mini-carrera, Ash, Brock y Pikachu llegaron –por fin- al Puerto, donde el Ferry estaba a punto de zarpar. Por poco y lo pierden, pero lograron subir justo a tiempo.

Al entrar, notaron que era de Primera Clase. Eso era extraño, ya que ellos no habían pagado esta categoría. Pero como era algo muy bueno, no le tomaron demasiada atención a este detalle.

- ¡Pero qué barco! –Exclamó Ash mirando a todas partes, extasiado.-

- Ni que lo digas, creo que disfrutaremos este… paseo –Asintió su compañero, con cara de pervertido a unas chicas que pasaban en frente suyo, hasta que Croagunk lo golpeó.-

- Croo –Arrastrándolo por la pierna-

- ¿Por qué siempre me arruinas la diversión? –Se quejó Brock, con cascadas en los ojos.-

- Jajaja ^^. Hay cosas que nunca cambiarán…

Los muchachos anduvieron un buen tiempo por varias partes del “ferry”, observándolo y sorprendiéndose con todo a su paso. El lugar por donde entraron, era una especie de lobby, cubierto por una mullida alfombra y con elegantes y cómodos sofás, donde una gran cantidad de gente se encontraba descansando apaciblemente o platicando. Lo último de lo que se sorprendieron, fue de que ninguno traía consigo pokémons.

La zona de los camarotes se hallaba en el segundo piso de la embarcación, pero como su viaje duraba sólo unas horas, no hubo necesidad de que las solicitaran. (Aunque a juzgar por el lujoso ambiente, les hubiera encantado).

Por fin se decidieron entrar al buffet. La enorme cantidad de platillos era incontable… Ash se babeaba con cada aroma que sentía, y Brock también se babeaba, pero no precisamente por la comida, sino por las encantadoras señoritas que bebían una copa en la barra.

Pikachu caminaba tranquilamente junto a su amigo, pero de pronto, una peculiar presencia lo distrajo. Alzó sus orejas y olfateó el ambiente, dirigiendo su mirada hacia el otro lado del salón, en la parte de los postres.

Sin pensarlo, emitió un sonido y echó a correr, por entre medio de las piernas de las personas, que al parecer no se percataron de su presencia.

Cuando encontró lo que estaba buscando, saltó a los brazos de una muchacha, que se alegró muchísimo al verlo, y lo abrazó fuertemente.

Ash se preocupó por esta reacción, y por supuesto, lo siguió, soltando el plato donde había amontonado varios sándwiches y bocadillos. Se abrió paso entre la gente, que lo miraba de soslayo, hasta que llegó donde su amigo.

-¡Pikachu, allí estás! ¿Qué estabas…?

Pero al ver a la persona que cargaba a su pokémon, el azabache enmudeció de golpe, soltando un grito de sorpresa y emoción.

-¡Dawn! ¡Eres tú, no puedo creerlo!

-¿Ash…? –Preguntó la niña, abriendo mucho los ojos.- ¡ASH! ¡Qué alegría volver a verte! ¡No puedo creer que los encuentre aquí!

-¿Así que por eso saliste corriendo, amigo? Pikachu te sintió desde el otro lado del salón y se apresuró a buscarte…

-¡Qué lindo eres Pikachu…! Pero cuéntame Ash, ¿Qué los trae al crucero? ¿También van a Pump Beach? –Preguntó extrañada la peliazul, pero sin dejar de sonreír y abrazar a Pikachu.-

-¿Pump Beach? Pues no… De hecho, vamos camino a Tigeem, por una nueva aventura –Respondió, levantando un puño y sonriendo.- Oye, acompáñame al otro lado Dawn, tengo una sorpresa que te alegrará más…

Los tres se dirigieron rápidamente a dónde se encontraba Brock, luchando con su Croagunk, quien ni siquiera le permitía mirar a las mujeres. Cuando se acercaron, su expresión de fastidio se transformó instantáneamente en alegría y sorpresa, al ver a su vieja amiga acercándose muy sonriente.

-¡NO PUEDO CREERLO! –Chilló Dawn, eufórica.- ¿Brock también está aquí? ¡Qué alegría, chicos!

-¡Dawn, qué bueno volver a verte! –Exclamó Brock, estrechándola en un abrazo.- ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Tambíen vas a Tigeem?

-Pues no, de hecho acabo de enterarme de la existencia de esa región, gracias a Ash.

-Creo que deberíamos ir a sentarnos a platicar mejor.-Propuso el moreno, sonriente y sirviéndose un refresco.- Veo que tenemos mucho de qué hablar…

Todos estuvieron de acuerdo, y luego de que Ash recogiera el plato que había dejado con comida, se ubicaron en una de las mesas que tenía vista al mar. El azabache devoraba su ración, provocando las risas de sus compañeros y un suspiro por parte de Pikachu. Hasta que por fin, habló la joven presente:

-Y bueno ¡Cuéntenme más sobre Tigeem! –Pidió, agitando los brazos.-

-Hasta antes de ayer tampoco teníamos idea sobre ese lugar; pero Gary le contó a Ash lo genial que era ¡Y bueno! Decidimos ir a aventurarnos, tal como en los viejos tiempos. ¿Y tú, Dawn?

-Pues yo me dirijo a Pump Beach, en Sun Island, a pasar unas vacaciones con mamá y los pokémons.

-¡Guau! ¡Me dijeron que no hay otro mejor lugar en el mundo para vacacionar! –Exclamó Brock.-

-Así es, y luego de ver unos folletos, quedamos encantadas, así que no lo dudamos, pues mamá necesitaba unas vacaciones desde hace tiempo… Y hablando de ella… ¿Dónde se habrá metido…? –Se preguntó la niña, poniendo un dedo en el mentón y mirando hacia arriba, en señal de duda.-

-¡Se oyé genial! –Alegó Ash, luego de beber un sorbo de limonada.- Yo concursaré en Tigeem, como siempre lo hago… Incluso hay concursos y festivales… ¡Oh! Y escucha la mejor parte… ¡Hay nuevos pokémons!

La mirada de Dawn brillaba radiantemente, luego de lo comentado por Ash. Se notaba a metros que deseaba con toda su alma, viajar con ellos nuevamente.

-Cielos chicos… ¡Ojalá pudiera ir…! –Expresó, con un dejo de tristeza.-

-¿Y quién dijo que no puedes? –Preguntó Brock, animándola.-

- No hay dudas de que me encantaría, pero… Le prometí a mamá que pasaríamos juntas este mes en la isla, nosotras y su… -Traga saliva, consternada- novio…

- ¿NOVIO? –Exclamaron Ash y Brock al unísono, abriendo los ojos de par en par.-

- Si… -Dawn bajó la mirada, mostrando algo de resentimiento.- Es una larga historia…

- ¡Oh, vamos!, Sabes que puedes contarnos -Dijo Brock, cariñosamente-

- Bueno, verán… Hace unos meses, luego de que volviera de mi viaje, mi madre me recibió contenta, y además estuvo una semana tratándome como si fuera una reina... Al pasar esa semana, ella empezó a actuar raro… salía muy a menudo y lo más extraño es que se arreglaba demasiado. Incluso Glamew lo notó. Yo no quise preguntarle nada, pero una tarde…

--------------- Flash Back---------------

- ¡Daaaaawn! ¡Ven aquí un minuto hija! –Gritó la madre de Dawn, desde la puerta que daba al jardín.-

- ¡Ya voy! –Contestó la niña peliazul, que se encontraba jugando con sus Pokemons-

- Hija, tengo que decirte algo…

-¿Qué sucede, ma? –Le preguntó, luego de acercarse velozmente.-

- Bueno… de seguro notaste que últimamente estoy saliendo mucho…

- Si… -Respondía la niña, presintiendo las circunstancias.-

- Y, bueno pues… lo que quería decirte es que… ¡Estoy saliendo con un muchacho! –Exclamó la mujer, sonriendo alegremente.-

- Vaya… Yo… No me lo esperaba… -Contestó Dawn, tratando de simular una sonrisa.-

--------------- Flash Back End---------------

- Oh… Así que así fue todo… -Agregó Brock, al final.-

- Así es… -Dawn se veía triste- y desde ese día, es como si mi madre me prestara menos atención, a mi y a Glamew. Y sobre esto, el tipo no es mala persona. Por el contrario, es amable, gentil, simpático y muy cariñoso. No sólo conmigo, sino con los Pokemons, y además resultó ser un fantástico entrenador.

- ¿De veras? –Exclamó Ash, sorprendido.-

- Sí, y en realidad, la idea de las vacaciones fue suya. Esto no se lo dije a nadie pero… Él me dijo, cuando ya estábamos en el barco, que éstas vacaciones eran para que nos unamos más como familia. Pero la verdad es que… La idea de tener un miembro masculino en la familia no me agrada mucho…

- ¿Por qué no? ¿Qué tenemos de malo los hombres? –Preguntó Brock, un poco ofendido.-

- Nada; no es que tenga que ver con los hombres en sí. Es solo que… tanto tiempo viviendo las dos solas, y que ahora venga un hombre a la familia… Me va costar acostumbrarme.

- No te preocupes, todo saldrá bien. –Brock le puso una mano en el hombro, en señal de apoyo y contención.-

- Guau… Estar con ustedes me hace sentir mucho mejor, amigos…

- Jajaja ¿Lo ves? Y nosotros somos hombres –Dijo Ash, en tono burlón.-

- Bueno, ¿Qué les parece si en vez de estar aquí lamentándonos, vayamos a divertirnos? No muchas veces se tiene la oportunidad de viajar en un barco así –Propuso Brock, levantándose y colgándose una toalla al hombro.-

- ¡Genial! –Contestaron Ash y Dawn al unísono.-

Las miradas de todos se iluminaron por completo, y las cosas malas quedaron atrás. Nuestros protagonistas se dirigieron rápidamente al sector de la piscina, dónde muchas chicas sexys se encontraban tomando sol.

-¡Ey! ¡Creo que es buen momento para que salgan, chicos! –Exclamó Brock, arrojando sus pokébolas.-

El aura blanca que despedía de ellas, tomó la forma de un Sudowoodo y un Happyni, respectivamente. Ambas criaturas saltaban de la emoción, agitándose y sonriendo. Dawn lo imitó, dejando salir a cuatro pokémons, de los cuáles uno resaltaba por ser el de mayor tamaño.

-¡Salgan, Loppuny, Pachirisu, Ambipom y Empoleon!

-¿Em… Poleon? –Se preguntaron Ash y Brock, sorprendidos por la robusta figura del pokémon pingüino, que se encontraba frente a ellos.-

-¿Decidiste evolucionar a Piplup? –Preguntó Brock, admirándolo.-

-De hecho… Él lo decidió sólo… -Respondió la niña, mirando al pokémon con fastidio.- En mi menor descuido, el muy metiche ya se había quitado la Roca Eterna que le coloqué…Es que al parecer sus delirios de grandeza iban más allá que ganar un listón.-Concluyó, mirándolo amenazantemente.-

El Pokémon emitió una carcajada, al igual que todos los demás presentes, provocando el enojo de Dawn. Pikachu se integró muy feliz al grupo, y por supuesto, la que primero lo recibió fue Loppuny, abrazándolo fuertemente.

Fin Cap. 2

 

Bueno chicos, acá les traigo la conti. Les aclaro que a este capítulo lo escribí como si los Pokémon hablara porque es muy tedioso estar poniendo las traducciones a cada momento xD. Este es el capi que más me gusta, se van a reir mucho. Espero les guste y comenten, ¡Por favor!
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-Bueno, ustedes también pueden ir a divertirse, chicos –les dijo Ash a los pokemons-

-Pero recuerden que deben estar aquí a las 5:30, no lo olviden –adivirtió Dawn- ¡Ah! Y tampoco quiero que causen ningún desorden. Eso implica que no pueden usar ningún tipo de ataque. ¿De acuerdo?

Los Pokemons asintieron, apresurados, y salieron corriendo hasta la piscina. Y es aquí donde comienza todo:

- Bueno chicos, ¿Qué les parece si nos zambullimos? –Propuso Pikachu.-

- Por mi está bien- respondió Empoleon, que no perdía su espíritu de Piplup juguetón-

- Yo mejor me voy al Gimnasio, el agua no me gusta –Añadió Sudowoodo-

- Bah… ¡Que aburido eres! –Le dijo Happiny-

- Claro… como tú digas -.-

Pikachu, Empoleon, Loppuny y Happyni fueron los primeros en lanzarse a la piscina, provocando una gran ola de agua que saltó por todos lados, llevandose consigo a casi todas las chicas que estaban allí.

- ¡Oigan! ¡No se permiten pokemons en la piscina! –Gritó un oficial encargado-

- ¡Ups! Mejor vámonos a otro lado. –Dijo Happyni, sin dejar de sonreir-

- ¡Los pokemons deben estar en sus pokebolas! –Volvió a gritar el oficial-

- Ahora si… 1…2…3… ¡corran! –Exclamó Pikachu, riéndose enérgicamente y pegando un brinco hacia afuera de la alberca.-

Los pokemons saltaron fuera de la pileta y corrieron hacia el buffet, Happyni iba adelante, Loppuny era la segunda, pero al pasar por una de las mesas, se detuvo a oler la deliciosa comida, y, como consecuencia, Pikachu chocó con ella, Empoleon tropezó con Pikachu y cayó sobre una gran mesa rectangular, en donde estaban almorzando unas personas importantes.

-Mmm… cubierta de chocolate… -Comentó Empoleon, mientras lamía la cara de una mujer que estaba en la punta de la mesa.-

- ¡AH AH AH AHAHH! – Gritó la mujer, desesperada sin saber qué era lo que ocurría.-

Como el oficial estaba muy cerca, los 2 Pokemons más pequeños se escondieron debajo de una mesa; pero el pobre Empoleon, al ser tan grande, no cabía en ninguna.

- Con permiso madame… ¡Hey! ¡No me dejen aquí! ¿Qué se supone que haga? –Demandó, mirando hacia todos lados, tratando de buscar un escondite apropiado.-

- ¡No seas tonto! ¡Corre! –Contestó Loppuny-

- ¡Happyni! ¡Espérame! –Exclamó el pingüino.-

- ¡Ajá! ¡Ya te vi! ¡Tú no puedes esconderte!

Empoleon se abrió paso empujando a la gente con sus duras aletas.

- ¡Abran paso señores! ¡El Emperador está pasando!

- ¡AHH! –Gritó un hombre que cayó por la borda a causa del empujón.-

- ¡Lo siento! –Se disculpó, mientras fruncía los ojos.-

¡¡HOMBRE AL AGUA, HOMBRE AL AGUA!! –Gritaron las personas, desesperadas.-

- ¡Ven aquí! –Ordenó frenético el oficial-

- ¡Disculpe señora!... ¡Hágase a un lado, abuela!

Mientras tanto, Pikachu y Loppuny abandonaron sus escondites y salieron corriendo en la misma dirección que Empoleon, pero como la multitud era muy grande, se perdieron de vista al instante.

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- ¡Diablos! ¡Fue mala idea tomar un baño! ¡Loppuny! ¿Dónde estas? –Pikachu corría entre las piernas de las personas, arrepentido por haberles hecho tal propuesta.-

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- ¡¿Por qué siempre nos metemos en líos!? –La coneja pokémon se había metido en un camarote, estaba todo oscuro y no podía ver nada. Avanzó con cuidado entre las sombras, pero chocó con algo blando y peludo.-

- Hola, muñeca… -Una voz seductora se oyó detrás de ella, proveniente de las sombras.-

- ¿Qu…Quién eres? – Preguntó Lopunny, comenzando a ponerse nerviosa y sonrojándose.-

- Tranquila muñeca, no te pasará nada.

De repente, las luces subieron, y Loppuny vió un enorme Persian que la miraba con ganas y se relamía al mismo tiempo.

- Oh… lamento haberte asustado, cariño… -La voz del Persian no dejaba de sonar irónica y perversa-

- Eh… disculpa, pero acabo de recordar que… me… olvidé unos Puffins en el horno –Respondió ruborizada, y sin poder ocultar su nerviosismo.-

- Oh vámos… mis dueños no están. Quédate un rato más… sólo un rato más… estoy taaan solo…

Las luces bajaron de nuevo y Persian acorraló a Loppuny, que no tuvo otro remedio que aceptar la imprudente invitación.

- Esta bien… sólo un rato… -Dijo, simulando estar cómoda, y con una falsa sonrisa.-

- Muhahaha –Rió Persian, de forma maléfica-

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- 997…998…999… ¡mil!

Sudowoodo la estaba pasando bien en el gimnasio. Pero tenía la sensación de que había ocurrido algo no muy bueno…

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- Bueno princesa, tú te quedarás en la Guardería mientras papá y yo vamos al casino… digo a pasear por el Barco -Le decía una señora a su hija-

- Pero mamá, no quiero ir a la guardería… -Protestaba la niña, cruzándose de brazos.-

- Bueno, entonces te quedarás con tu hermana –Señalando a una muchacha que estaba toda vestida de negro y tenía una mirada diabólica-

- ¡No! ¡Iré a la guardería! ¡Iré a la guardería! –Chilló la niña-

- Así me gusta. Además, tienes a tus muñecas para jugar con otras niñas.

- Seguro… -Respondió, molesta-

La niña atravesó la puerta de vidrios polarizados, que se abrió de manera automática. Llevaba un cochecito rosa, que estaba lleno de muñecas y bebotes de plástico; pero además de eso, había algo que la niña no sabía que tenía: un adorable muñeco de Pachirisu.

-¡Uf! ¡Estas muñecas me sofocan! –Protestaba Pachirisu- Espero que ya estemos en el buffet… tengo mucha hambre –Dijo para sí, mientras escuchaba el sonido de su barriga-

Al asomar la cabeza entre tantos muñecos, se dio cuenta de que estaba en un lugar pintado con todos los colores habidos y por haber. Había caras felices pintadas por todos lados, y un enorme cartel que decía: “Bienvenidos a la Guardería del Tio Chuky, donde todos son felices”

-Vaya… pero que felices se ven todos.

Opinó sarcásticamente Pachirisu, mientras observaba como algunos trataban, desesperadamente, de escaparse por las ventanas, algunos temblaban, en posición fetal, y otros lloraban desconsoladamente.

-Bueno, no pienso quedarme en este maldito coche, así que saldré a buscar algo para comer.

Al hacerlo, saltó encima de una pelota que rechinó fuertemente, desviando la atención de todas las desafortunadas criaturas, cuyas miradas se iluminaron por completo.

De repente, los niños se levantaron de sus lugares y se dirigieron lentamente hasta Pachirisu. Éste, al ver sus intenciones, comenzó a retroceder disimuladamente, y entonces corrió hasta la puerta, pero cuando estaba por salir, una joven se le atravesó.

Al verla, los niños se echaron para atrás y comenzaron a gritar como locos.

- Vaya vaya… ¿Pero que tenemos aquí? Un lindo Pachirisu, muhahaha

- Oh oh. Presiento que esto no me gustará mucho… -Se dijo para sí el pokemon ardilla-

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Por los pasillos del lujoso crucero, transitaba un inexpresivo pokemon veneno… lento, lento… recorría sin interés las innumerables galerías y los diveros lugares de atracción pública. Siempre solo, siempre con la mirada perdida, vacía.

Nada parecía importarle; sólo reaccionaba cuando veía a su entrenador coqueteando con una chica (o al menos, intentando coquetear). Nada llamaba su atención.

Bueno… nada, hasta ahora.

Estaba a punto de cruzar un pasillo, cuando vió algo que captó su atención por primera vez.

Una hermosa Politoed se encontraba en la orilla de la piscina, junto a su entrenadora.

- ¿Por qué de repente siento un extraño e irresistible deseo de ir hacia allá? –Se preguntó Croagunk-

Sin pensarlo mucho, el sapo pokemon se dirigió hasta el lugar. Y bien que la Politoed se dio cuenta de las intenciones de Croagunk. Ella fingió no verlo, hasta que al fin habló:

- Hola –dijo a secas, sin titubear el Pokemon venenoso-

- Emm, hola -respondió Politoed, fingiendo indiferencia, mientras trataba de disimular su sonrisa-

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- Ahh ahh ahh!!! ¡Al fin! ¡Estamos a salvo, chicos! ¿Chicos? Chicos, ¿están ahí? No me hagan esto…

La pobre Happyni había estado corriendo desde hacía media hora. Pensaba que sus compañeros corrían detrás de ella; pero evidentemente se equivocaba.

- ¿AHORA DONDE DIABLOS ESTOY?

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- Bueno Mesieur LaMergde, ya que su cugrículum pagrece limpio… No tengo otgra altergnativa que dejarglo trabajagr en mi cocina; empezagrá limpiando los pisos. ¡Ah! Pogr ciegrto, no quiegro vegr ninguna alimaña en mi cocina, si llego a vegr alguna, ¡LO ARROJO PORG LA BORGDA! ¿Ha entendido bien?

- S… ¡si señor!

- Así me gusta… ¡Suegrte! ¡Y NADA DE ALIMAÑAS!

El Chef del barco parecía un tipo simpático… O al menos eso era lo que pensaba Ambipom, cuyo estómago no aguantaba mucho tiempo sin sustento.

- Yo no soy ninguna alimaña, así que tengo todo el derecho del mundo a comer allí. –Afirmó decidido-

El travieso pokemon se escurrió por una de las ventanas de la cocina. Aquella no era muy grande, pero si estaba llena de todo tipo de alimentos (obvio). En una mesada de mármol, había una bandeja plateada con una copa de ensalada de frutas –muy apetitosa, de por sí- esperando para ser llevada a su destino. La tentación pudo más para Ambipom, que ya había trepado hasta allí y se disponía a servirse del vistoso manjar.

- ¡Hey! ¿Pero que diablos…? ¡Los pokemons no pueden entrar aquí! ¡Eso es para una gente muy importante! LaMerde ¡esto es responsabilidad tuya! –Exckamó uno de los cocineros, al ver a Ambipom-

- ¿Eh? –El distraído trapeador, dada su escasa materia gris, no había visto al escurridizo Pokemon simio entrar por la ventana- Eh… oye… ¡tu!

- ¿Yo? –Preguntó el pokemon señalándose-

- Ven aquí –El trapeador agarra a Ambipom por las colas y lo lleva afuera de la cocina, es decir, donde estaba toda la gente comiendo; gente que por cierto, había sido víctima del ataque de un Empoleon volador-

- ¡NOO! –Otro empleado se arroja a los pies de LaMerde, que ya estaba afuera- ¿¡Quieres que todo el mundo se entere de que había un pokemon en su comida!?

Esto último lo dijo muy fuerte, y todas las personas se voltearon espantadas, y luego un hombre que estaba en una mesa junto a dos niños, comenzó a vomitar; los niños, al ver esto, hicieron lo mismo, luego les siguió una anciana; y así se extendió la cadena de vómitos por todo el salón. De hecho, el espectáculo era tan asqueroso que hasta los empleados vomitaron y el buffet quedó hecho un desastre total.

Minutos más tarde, el jefe de la cocina llegó acompañado por dos hermosas damas, y al ver las condiciones en las que estaba su buffet, no pudo hacer otra cosa que desmayarse. Y lo peor es que sus acompañantes también vomitaron…

- Ups… Creo que es hora de marcharme. –Dijo Ambipom, muy satisfecho y con una sonrisa más grande de lo normal, llevando un enorme racimo de bananas-

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- Ay Arceus… ¿Por qué siempre se me ocurren ideas que nos meten en problemas? –Pikachu andaba cabizbajo por los pasillos del barco- ¿Dónde está Ash cuando lo necesito? Espero que los demás estén bien. Sobretodo Loppuny… Podría pasarle cualquier cosa estando allí sola, hambrienta, asustada… O lo peor… ¡Lastimada! –Pikachu se agarraba la cabeza, desesperado-

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- Aksdjkajskasj… Y como te decía Persian ¡Hip! Engo muchos amigos ¡Hip! El más curiosho de eshos es ¡Hip! Ese Pikachu ¡hip! Siempre an amariio… ¿Es que acaso está fermo? ¡Hip! –Loppuny estaba recostada en un almohadón-

- Jajajaja… Pues eso nadie lo sabe preciosa. –Respondió Persian, mientras espolvoreaba sal y pimienta sobre la coneja, haciédola estornudar-

- ¡Aa… Atchís! Ejem… -Y continuó balbuceando cosas inentendibles, debido a los chorros de vino blanco que Persian ya le había vertido antes.

-Cariño, ¿serías tan amable de entrar en esta cama para pokémon? –Le preguntó, mientras cortaba vegetales dentro de una cacerola-

- ¡Claro, como no! ¡Hip!

Loppuny dio un salto y se acomodó entre las rodajas de zanahorias y papas.

-¡Qué cómodo es! ¡Hip!

El malvado felino le colocó la tapa, y metió el utensilio dentro del horno. En ese momento agradeció que sus dueños tengan uno que esté a su altura.

-Diviértete, cariño. Muhahahaha

No habían pasado ni 5 minutos cuando la pokémon comenzó a sentirse muy sofocada allí dentro. Tal vez esa cama no era tan buena como pensaba. Luego de esto, percibió un agradable aroma a su alrededor.

-Mmm… ¿A qué…? ¡Hip! ¿Huele?

Segundos...

-¡AAAAUCH, MI COLA, MI COLA, ME QUEMO! –El excesivo calor, y el susto hicieron que se le pasara la borrachera a nuestra amiga en un santiamén-

Por suerte pudo reaccionar a tiempo, abrir el horno y salir corriendo fuera del camarote antes de que Persian la detuviera. Pero claro, él no dejaría que su almuerzo se escapara así como si nada, y la persiguió sin pensarlo, esquivando el paso de muchas personas que miraban, confundidas.

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- Bueno, creo que será mejor que busque a los demás. Espero que no se hayan metido en problemas. Ya casi son las 5: 30

Nuevamente, Sudowoodo nos demuestra quién es el único maduro.

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- ¡Ayudaaaaaaaaaaaaa!

Empoleon era llevado en una enorme bandeja, atado con sogas, con ensaladas a su alrededor y acababa de escupir la manzana que le habían puesto en el pico.

- Seguramente al jefe le encantará el nuevo plato del menú: Empoleon al limón con especias.

-¡Oigan! ¡Yo soy un campeón! ¡No tienen derecho a cocinarme! Además… ¡soy de acero! ¡No tengo buen sabor! Arceus, ¡Ayúdameeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee!

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- Bueno niños ¿Alguno quiere decirme como se llama este pokemon?

- ¡PACHIRISUUU! –Gritaron todos a la vez-

- ¿Y alguno puede decirme de que tipo es Pachirisu?

- ¡ELÉCTRICOOO!

- ¡Muy bien! ¿Y saben qué es lo que más les gusta a los pokemons electricos?

- ¿El agua?

- No. ¡La tierra!

- ¿QUÉEE? –Pachirisu se horrorizó al oír este comentario.-

Un rato después:

-¡Que entierren a Pachirisu! ¡Que entierren a Pachirisu! –Coreaba un grupo de niños-

-¡No! ¿¡Que estas haciendo?! Esto no es divertido… por favor ¡Suéltame!

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-Y ésa es la historia de mi vida…

- Guau Croagunk…Jamás había escuchado una historia tan interesante como esa. Me alegra mucho haberte conocido –Comentó Politoed, sonriendo-

- Seee

- Y dime… ¿eres soltero?

- ¿Croo? Ejem… este… ya casi es hora de que me vaya. Mi entrenador se enojará si no estoy allí a las 5:30

- Oh… se un hombre y quédate aquí conmigo, vamos.

- Ya debo irme; además, por si no lo notaste, no soy hombre, sino Pokémon

- Entonces voy contigo

- ¿Qué?

- Sí. No estoy dispuesta a separarme de ti

- ¡Pero si nos conocimos hace diez minutos!

- Eso no importa… bebé…

- Oh, no… -Resopló, fastidiado-

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- Oh… menos mal. Al fin encontré el camino a la piscina. Espero llegar antes de la hora.

Después de un largo tiempo en el cual Happyni pensó que iba por el camino correcto…

- ¿Por qué siento que ya había visto esa sombrilla multicolor? Y… también a esas personas. Qué extraño…

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- Bueno, creo que ya es hora de volver con los demás. De seguro ya están todos reunidos. Debo ser el último. –Pensó Ambipom, luego de devorar la última banana.-

Al pasar por el sector de juegos para niños, vió que algo se movía en el arenero.

- ¿Qué será eso? –Se preguntó, extrañado-

- ¿Hola? ¿Hay alguien ahí? Por favor… ¡Sáquenme de aquí!

- Esa voz se me hace conocida…

Ambipom comenzó a excavar en la arena, y al llegar al fondo, se llevó la gran sorpresa de ver a su compañero Pachirisu en un estado de Shock.

- Pobre Pachirisu. Te dije que no aspiraras ese polvo blanco en el bolso de Dawn… -Se lo carga al hombro y sigue su camino-

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- ¡Estoy Decidido! ¡Voy a ir a buscarla!

Pikachu se adentró en las profundidades del crucero, y al pasar por la zona del casino, se chocó con un objeto esponjoso y marrón que venía brincando muy rápido por el pasillo. Lo más extraño era que estaba siendo perseguido por un gran y hambriento pokemon felino.

- ¿Loppuny? –Preguntó Pikachu, refregándose los ojos-

- ¡Ven acá Loppuny! –Rugió Persian-

- ¿Qué demo…?

El pokemon gato chocó con Pikachu en medio del pasillo.

- ¿Quién eres y qué quieres con Loppuny? –Pikachu se levanta y enfrenta al Persian-

- Esto es asunto mio y de Loppuny, así que no te metas, ratita –Persian sonaba enfurecido-

- Los asuntos de mis amigos también son mios, y si pretendes hacerle algo malo a Loppuny, te las verás conmigo.

- Jajajaja, por favor. No me hagas reír – Persian muestra unas largas y afiladas garras-

- “Oh, demonios… le prometimos a Dawn que no usaríamos ninguna clase de ataque… y si lo hago, voy a dañar a las personas que están aquí. Eso podría traerle problemas a Ash” –Pikachu miró a Persian por un segundo, y luego echó a correr como diablo que perdió el poncho, ya que esa era la única opción que le quedaba-

- ¡Vuelvan aquí, cobardes! –Persian los sigue-

- ¡Apresúrate Pikachu! ¡Ya casi son las 5:30! –Loppuny y Pikachu echaron más carrera a sus cansados pies (o patas)-

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Cuando Sudowoodo llegó a la piscina, lo único que vió fue a su compañero Croagunk sentado junto a una linda Politoed, charlando animadamente.

- Ah… de tal palo, tal astilla –Pensó, resignado.-

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Un grupo de seis cocineros que transportaban un Empoleon para hornear, estaban a punto de entrar a la cocina del buffet, muy contentos por la sorpresa que le iban a dar al Cheff cuando viera el nuevo plato principal del día.

- Esperen a ver la cara del jefe cuando nos vea con esto –Comentó uno de ellos, muy alegre.-

- ¡Si! De seguro nos dará un ascenso

- ¡O un aumento! –Dijeron otros dos, ilusionados-

- Oigan, la puerta está atascada. -Advirtió uno, tratando de abrirla-

- Qué extraño…

- Bueno, ¡Ya que! Entremos por el buffet

Error.

Al abrir las puertas del salón, el cuerpo inconciente del cheff cayó sobre las piernas de los cocineros, y una corriente de agua, mezclada con partículas verdes, naranjas y amarillas, se escurrió bajo los pies de los confundidos hombres.

- ¿Qué diablos es esto?

Al adentrarse más en el salón, vieron un montón de personas tiradas sobre las mesas o acurrucadas en el piso. Además, algunos sectores del salón estaban muy sucios con una sustancia verde. Lo más desagradable de todo, era el penetrante hedor que se percibía al abrir las puertas. Era un olor extraño, mezclado con el del desinfectante para pisos Lisoform, desodorante de ambiente y Creolina.

- ¿Qué ha sucedido aquí? –Preguntó el cocinero que cargaba al Cheff-

- Puajj… Y a esto le llaman primera clase- Empoleon trataba de taparse los orificios nasales, haciendo gestos de desagrado y desprecio.-

Los cocineros dejaron a Empoleon –atado a la bandeja- en el suelo, y entraron a la cocina, donde encontraron al señor LaMerde, limpiando los pisos que ya cegaban de tan limpios que estaban y escuchando música con los audífonos.

- Gimme gimme more, gimme, gimme more –Simulaba bailar en el caño con el trapeador de pisos-

- ¡LAMERDEEEEEEEEEEEEEE!

- Eh, eh, eh ¡Si señor! –El hombre tropieza y se enreda con los cables del Mp3-

- Querría usted explicarme ¿QUÉ DEMONIOS PASÓ AQUÍ?

- ¿Aquí? Nada, pues

- ¿Acaso ha visto el estado en el cual se encuentra el comedor?

- Claro, llenito de gente comiendo, feliz

- ¿Está tomandome el pelo?

- ¿Tomándole el pelo? Le aclaro que peluquero no soy… -Respondió el hombre, rascándose la cabeza en señal de confusión-

- ¡Cállese y vaya a limpiar el comedor! –Rugió el superior, con los ojos refulgiendo de rabia y las venas asomándole por la frente.-

Cuando LaMerde salió al comedor, vió a Empoleon allí atado, y no dudó en deshacerse de él, pues no le hubiera gustado que el Cheff lo tire por la borda, a causa de esa enorme alimaña.

- ¡Oh cielos! ¿Por donde se metió esta alimaña?

- ¿A quién le llamas alimaña? ¿No ves que yo soy un emperador? –Respondió el pokémon, con gestos de indignación y tratando de batir sus alas.-

- Bueno, será mejor que te desate y te largues de aquí antes de que el jefe despierte.

-¡Uf! ¡Ya era hora de que me saquen de esta pocilga!

El pingüino pokemon salió con aires de importancia por la puerta principal, sacudiéndose el cuerpo, y se dirigió a la piscina.

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- Oh… ¿Dónde… dónde estoy?

Pachirisu abrió sus ojos y se dio cuenta de que ya no estaba en ese infierno multicolor, sino en el hombro de alguien.

- ¡Ah! Al fin despertaste, Pachirisu. ¿Qué estabas haciendo enterrado en esa caja de arena? –Ambipom caminaba sin apuros por el pasillo que los conducía a la piscina-

- Es una larga historia… Menos mal que me encontraste.

- Ajá… bueno, no estás nada liviano, así que mejor bájate y caminemos a la piscina.

- De acuerdo

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- Por favor Politoed… ya suéltame

Croagunk trataba –en vano- de liberarse de Politoed que no lo dejaba caminar hasta donde estaba su amigo Sudowoodo.

- Anda… quédate un rato más conmigo, no seas así

- Pero ya debo irme. Mi entrenador llegará pronto… ¿Lo ves? Ahí están mis amigos, Sudowoodo, Ambipom y Pachirisu. ¡Oh! Y ahí está Happyni.

- Ellos pueden esperar, vamos… sé bueno o…

- ¿O qué?

- Esto…

Politoed infló sus mejillas y entonces comenzó a llorar desconsoladamente.

- Shhh sh sh, no llores por favor, me quedaré

- ¡Oye! ¿Qué le estás haciendo a mi Politoed? –Exclamó una mujer del otro lado-

La dueña de Politoed se levantó de su silla y se dirigió muy seria hasta donde estaban ellos, con una bolsa playera.

- Jajaja, puedo lograr lo que yo quiera, muñeco

- Croo ¬ ¬

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Cuando Ash, Brock y Dawn volvieron a reunirse con sus pokemons, los encontraron a todos sentados en el borde de la piscina, con caras de tragedia. Pero no parecieron percatarse de esto.

- Parece que se divirtieron ¿no? -Opinó Ash, quien estaba bronceado y tenía un vaso de limonada en la mano.-

Los pokemons simularon sonrisas en sus rostros, pero la verdad que todos estaban agotados: Loppuny y Pikachu estaban todos rasguñados y mordidos, Pachirisu estaba en shock, Empoleon olía a comida y a otras cosas, y tenía una venda en la cabeza, Happiny se había mareado de tanto andar en círculos, Ambipom se había empachado por comer en exceso, Croagunk tenía varios chichones en la cabeza, y, en síntesis, el único que la había pasado bien era Sudowoodo, el “aburrido”.

De repente, una chica desconocida apareció por el otro lado de la piscina y se dirigió hasta donde estaba Brock.

- Miren, atraigo chicas desde lejos –Se jactó, mientras acomodaba su cabello-

Pero la chica no se veía muy contenta, y le pegó a Brock con su bolsa.

- ¡Oye! ¡Ni siquiera intenté coquetearte!

- ¡Eso es por tener un pokemon pervertido!

- ¿Eh? –Sobándose la cabeza-

La extraña mujer –que por cierto iba acompañada de un Politoed- se dio la media vuelta y se fue de allí. Brock miró a Croagunk un momento y luego hundió la cabeza en el piso, sin hallar explicación para lo que acababa de suceder.

Fin Cap. 3

 

Buenas noches para todos, les pido mis disculpas por haberlos hecho esperar, pero acá les traigo la continuación. Espero que les guste, y por favor dejen sus comentarios, críticas, consejos y todo lo que deseen. Ah, las imágenes las subiré muy pronto, no se preocupen :3. Saludos!
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Cap. 4: “Llegando a destino”

Las horas pasaron rápidamente durante el transcurso del viaje. Los chicos la habían pasado tan bien en su reencuentro que no se percataron de que pronto llegaría el final del paseo. Una voz femenina anunció por altavoces el futuro arribo a tierra, provocando una mirada de desilusión en el rostro de cierta niña de azules cabellos…

“Atención señores pasajeros, el barco está a punto de arribar a su primer destino: Sun Island. Se les ruega permanecer atentos.”

Dawn miró con aflicción a los muchachos que la acompañaban, y con un tono de voz quebradizo, les dijo:

– Bueno chicos…Me alegré muchísimo al haberlos encontrado… Su compañía realmente me es muy grata. La pasé muy bien con ustedes… Lástima que todo tenga que terminar tan pronto… –Comentó, mirando hacia abajo, muy entristecida.-

– Espero que pases unas vacaciones geniales Dawn, y no te pongas triste… Sabes que podemos vernos en cualquier momento, si tu madre está dispuesta y te lo permite… Sólo contáctanos y nosotros te esperaremos, donde sea que estemos –Le respondió Brock, sonriendo de manera radiante y cálida, con el fin de animar a la niña.-

– Cielos… ¡Muchísimas gracias! Tal vez logre escaparme, al menos un par de días –Alegó la peli azul, devolviéndole la sonrisa.-

– ¡Mucha suerte Dawn! ¡Pásala bomba por mí en Sun Island! –Exclamó Ash, poniendo una mano en su hombro.- Y salúdanos a tu madre… No la vimos en todo el paseo… –Agregó, un poco extrañado.-

– Aish… De seguro se la pasó en el Spa… –Respondió ella con fastidio, y devolviendo a sus pokémon a sus respectivas esferas, luego de que se hubieron despedido de todos, también con algo de tristeza.-

Poco a poco la muchedumbre comenzó a descender de la embarcación. Sorprendentemente, la mayoría de ella terminaba su paseo aquí, dejando al barco con tan sólo una simple veintena de personas.

Los muchachos quedaron pasmados ante tal cosa… ¡Sun Island sí que era un gran lugar para vacaciones! Pensaron ambos.

– Tal vez sería buena idea venir a pasar un fin de semana aquí ¿No te parece, Ash? –Comentó el moreno, sonriendo ilusionado.-

– Ahora que lo mencionas… ¡Pues, sí! No se me había ocurrido… Pero eso no será hasta que haya ganado la Liga Tigeem –Respondió el azabache, haciendo una de sus típicas poses de victoria, provocando la desilusión tanto de Brock, como de su fiel Pikachu, quien ya se había visualizado en una cómoda reposera, bebiendo una refrescante piña.-

– Ah claro… Debí habérmelo imaginado… –Comentó el ex líder de gimnasio, con un gesto de resignación y la típica gota en la frente.-

El repentino silencio que se apoderó del ambiente, tomó por sorpresa a nuestros protagonistas… Ellos también enmudecieron de golpe, mientras miraron a su alrededor, como buscando una señal de vida o algo.

No tardaron mucho en hallar lo que deseaban, pues el sonido de los cubiertos, proveniente del buffet los devolvió a la realidad, y automáticamente incitó a ambos a dirigirse a tal lugar, esperanzados de encontrar alguien o algo interesante.

Y… Claro que así pasó, pues la imagen de una niña con un extrañísimo pokémon de color verde, asaltó su tranquilidad de inmediato…

– ¿Estás viendo lo mismo que yo? –Preguntó Brock al azabache, en un susurro.-

– ¡Claro que sí! ¡De seguro viene de Tigeem! Vamos a averiguar sobre ese pokémon –Le respondió Ash, ya dirigiéndose con prisa hacia donde comía la joven.-

– ¡Hola! ¿Cómo estás? –Saludó enérgicamente Ketchum.- No quisiéramos molestarte, pero es que nos llamó mucho la atención tu pokémon, ¡es muy raro!

La niña lo miró extrañada desde su asiento, pero luego de analizarlo por unos instantes, le devolvió una sonrisa y le respondió, un tanto divertida:

– ¿Nunca vieron un Grairdy? Jajaja, ¡se nota que no conocen Tigeem!

– De hecho no, ahora mismo nos dirigimos hacia allá –Intervino Brock, acercándose al lugar, y acariciando la cabeza del manso pokémon.-

Grairdy era un poco más pequeño que Pikachu. Tenía la apariencia de un dragón bebé, color verde con el vientre y mentón amarillentos. Lo que más captaba la atención era su gran cola, cuya forma se asemejaba a las alas de una mariposa. Tenía una mirada tierna e inocente.

Ash no dudó en analizarlo con la pokédex inmediatamente:

“Grairdy, el pokémon dragón hierba. Cuando son pequeños suelen mostrarse desconfiados y tímidos frente a los humanos, es por ello que deberá dárseles el cariño y paciencia suficientes para que logren convertirse en buenos compañeros de batalla. Cuanto más afecto se les demuestre, más poderosos se volverán sus ataques. La forma particular de su cola les permite mantener un perfecto equilibrio en batalla. Tipo: Hierba”

– Es bonito… –Inquirió Ash, imitando la acción de su compañero criador.-

– También lo es tu Pikachu –Respondió la joven muy sonriente y jugueteando con el pequeño amarillo.- ¡Oh, pero qué descortés soy! Mucho gusto, me llamo Sophie –Expresó sonrojada, pero sin perder la sonrisa.-

– Igualmente, yo soy Brock y él es Ash Ketchum. Venimos de Kanto –Relató el joven moreno.- ¿Tú eres de Tigeem, verdad?

– Así es, sólo que estoy regresando de… Digamos un pequeño mandado que tuve que hacer en Johto.

Los minutos pasaron rápidamente, y la fluidez en la conversación de los tres muchachos se acrecentó con su correr. Al cabo de poco tiempo, ya se encontraban relajados, haciendo descubrir uno cada detalle del otro, así como de sus pokémon. Pikachu y Grairdy, haciendo honor a su inquieto espíritu, no perdieron ni un momento para empezar a correr y perseguirse entre medio de las mesas. Ahora que casi no habían quedado pasajeros, podían hacer esto sin temor a ser delatados o echados de tal lugar.

Brock propuso ir a descansar un rato a la zona de la piscina, donde los tres se dirigieron y continuaron su charla. Los de Kanto se enteraron de que aquella joven era una coordinadora pokémon, y que ahora estaba por realizar su viaje por Tigeem.

– Debido a ciertos asuntos, no pudo ser la región en la que comenzara mi viaje… Por ello lo comencé en Hoenn, y mis primeros pokémon provienen de allí. Este Grairdy nació de un huevo que me regaló una señora en Johto.

– ¿En Johto? ¡Guau, es un poco extraño! –Exclamó Ash.-

– Oye… Hablando de huevos, ¿tienes alguna idea de qué clase de pokémon hay en éste? –Dicho esto, el moreno tomó su mochila de debajo de la reposera, y luego de abrirla, sacó con cuidado el objeto nombrado; era de color rojo-anaranjado, y en la extremidad superior contaba con un tinte de amarillo.-

– Mmm, pues… Por los colores te diría que es un Vulpix, pero realmente no estoy del todo segura… –Respondió la niña, observando curiosa dicho objeto.-

La conversación tomó rumbos diferentes conforme se acercaba el final del paseo. Cuando esto ocurrió, cayeron en cuenta de que tendrían que despedirse de esta nueva amiga; más un pequeño detalle demoraría esta separación, al menos un día más:

– Díganme, chicos, ¿piensan comenzar su viaje hoy mismo?

– Bueno pues… Ahora que lo dices, pronto será el atardecer… Y creo que no es una buena idea comenzar un viaje en la noche, ¿no? –Respondió Brock.- Mejor nos quedaremos en Villa Tuquito por esta noche.

– ¡Tengo una mejor idea! –Alegó la susodicha.- ¿Por qué no se quedan en mi casa esta noche? Es bastante espaciosa, y hay un lugar muy hermoso para los pokémon, ¡les encantará!

– Pues… No lo sé; creo que sería un poco abusivo de parte nuestra –Inquirió Ash, con un gesto de confusión.-

– ¡No hay problema! Les digo que es una casa muy grande, y además, los mayores no están por ahora… ¡Vamos, será divertido!

El crucero terminó con la respuesta de aprobación por parte de nuestros protagonistas. La embarcación disminuyó su velocidad, conforme se acercaba al enorme Puerto Luciérnaga, uno de los más importantes de la región, y la única vía de acceso marítima a la misma.

Un gran bullicio acongojó a los de Kanto, una vez hubieron descendido. El Puerto era de amplias dimensiones, y por todos lados había pequeños negocios, la mayoría de artesanías y recuerdos. Pokémon de toda clase y extraños acompañaban a las personas, pero debido a la prisa que llevaban, Ash no pudo detenerse a analizarlos como hubiera querido.

Después de andar aproximadamente unos treinta minutos, los chicos llegaron a la famosa casa, ubicada fuera del radio céntrico de la Villa. Una ruta de tierra los guió hasta la imponente entrada, donde dos niños entrenaban enérgicamente con un grupo de nuevos pokémon, a excepción de un ya conocido Eevee

Al atravesar el pórtico, ambos muchachitos corrieron al encuentro de Sophie, quien los recibió contenta, con un abrazo.

– ¡Cielos, pero qué cosa más extraña! Apenas me fui por un mes y miren cuánto han crecido… –Alegó la joven con gracia.- Miren, quiero presentarles a unos nuevos amigos: ellos son Ash, Brock y Pikachu. –Anunció, señalándolos a medida que decía sus nombres.-

– ¡Mucho gusto en conocerlos! –Exclamó uno de los chiquillos.- Yo soy Angus, hermano de Sophie, y él es Martin, somos primos. –Relató el susodicho.-

– ¡Guau, Sophie! Tienes un Grairdy, ¡es genial! ¿En dónde lo obtuviste?

– Una amable señora me regaló un huevo por haberle hecho un favor, es lindo, ¿no creen?

– Chicos, ¿éstos son sus pokémon? ¡Son geniales! –Exclamó Ash.- Venga, los analizaré con Dexter:

Ash apuntó al pokémon más próximo: una especie de perro con largas orejas que caían a ambos costados de la cabeza; tenía unas manchas negras alrededor de los ojos; su abdomen y patas eran blancos, mientras que el lomo y parte de la cabeza compartían distintas tonalidades de marrón. Al parecer podía caminar erguido o en cuatro patas.

"Bufanne, el pokémon Perro Sabueso. Posee un sentido del olfato súper desarrollado que le permite detectar enemigos hasta un radio de diez kilómetros de distancia; asimismo cuando éstos se encuentren bajo tierra o agua. Sus músculos son fornidos y potentes, pues los necesita para excavar a grandes profundidades. Tipo: Normal"

Luego dirigió el aparato hacia el siguiente: una criatura parecida a Kakuna o Metapod. Era pseudo-ovalado, con grandes ojos sin ninguna expresión, y dos antenas que sobresalían en su parte superior. Su cuerpo parecía estar dividido en varias capas, además se le formaban una suerte de extraños diseños en toda su extensión. Su color variaba entre el verde, amarillo y marrón.

"Puyo, el pokémon capullo-larva. Es una de las formas evolucionadas de Twerpy. Sus rígidas antenas son sensibles a todo movimiento o mínima corriente de aire; permitiéndole endurecer a tiempo su coraza y evitar daños graves en caso de ser atacado. Tipo: Bicho"

Y por último, un simpático pokémon de forma esférica. Era gordito y sólo tenía un par de grandes pies morados. En la cabeza poseía una especie de antena, que terminaba en un triángulo invertido. Predominaba en él un color rosa pastel.

"Dorkek, el pokémon multi-forma. Siempre nace con una antena sobre la cabeza, cuya terminación determinará su evolución: si es una estrella de cuatro puntas, evolucionará al tipo fuego; de ser redonda lo hará en el tipo roca; y en caso de ser triangular, lo hará al tipo hielo. Todo dependerá en la clase de sitio donde haya nacido. Tipo: Normal"

– Vaya, son muy interesantes… –Agregó Ash, observando a los susodichos con curiosidad y sorpresa.-

– Bueno, supongo que tendrán hambre, chicos. Vamos adentro por un refrigerio; de seguro Mary Lu preparó algo rico. –Propuso Sophie, tomando a ambos de las muñecas y guiándolos hacia una de las entradas de la casa, que pertenecía a la cocina.-

Allí dentro se encontraba una jovencita, aproximadamente de la edad de Brock; era morena y de cabellos crespos; y del otro lado de la mesada estaba un Jynx, acomodando una serie de frascos y latas en las alacenas.

– ¡Mary Lu! ¡Ya volví! –Exclamó la niña, alegremente.-

– ¡Oh, Sophie! ¡Cuánto tiempo! Ya te extrañábamos, ¿cierto, Jynx?

– Mary Lu, quiero presentarte a mis dos nuevos amigos, él es Ash, y él es…

– Permítame presentarme, hermosa y fina damisela… –Interrumpió Brock, tomando las manos de la muchacha.- Mi nombre es Brock, y estoy a su servi… –Lamentablemente, no pudo terminar su frase porque su querido Croagunk ya había salido de la pokébola, golpeándolo fuertemente con su puño veneno.-

Todos observaron la escena con gracia y sorpresa. Salvo Ash, claro, quien ya estaba más que acostumbrado a estas situaciones.

– Vaya, él es muy… Extraño. –Comentó Mary Lu con una sonrisa nerviosa y las mejillas ruborizadas; acompañada claro, de la típica gota en la nuca.-

– Disculpa, pero siempre es así, no te preocupes. –Le avisó Ash un tanto avergonzado, y rascándose la cabeza con una expresión nerviosa.-

Pasó un rato más hasta que todos tomaron una pequeña merienda. Al terminar, Sophie se apresuró a enseñarles la parte más especial de la casa, según ella: el jardín trasero. Recogió con prisa las tazas de todos, y tomó nuevamente a Ash y Brock de las muñecas, arrastrándolos hasta dicho lugar.

Ninguno de los dos podía creer la enorme extensión que se alargaba ante sus ojos… La casa no ocupaba ni un pedacito de ese vastísimo y llano terreno, rodeado de árboles. Más en su centro se erguía uno enorme y frondoso, superior a todos los que estaban alrededor. Y apenas alejada de la casa, una pequeña laguna de cristalinas aguas, refrescaba toda la extensión.

Sophie sonrió radiantemente al pisar el terreno, y luego de suspirar, exclamó fuertemente: – ¡Chicos, ya volví!

Ni un minuto pasó, cuando varias cabezas emergieron lentamente del fondo de las aguas. Blastoise fue una de ellas, quien al percatarse de la presencia de su entrenadora, rugió alegremente y lanzó dos cañonazos al cielo, acompañado de una hermosa y elegante Lapras, que emitió un dulce cántico al verla.

Un orgulloso Blaziken descansaba apaciblemente a la sombra del gran árbol, y a ambos lados suyos también reposaban varios pokémon cuadrúpedos; entre ellos un Absol, Manectric y Jolteon. Al ver a Sophie, salieron corriendo velozmente a su encuentro; Blaziken cambió por un instante su semblante serio, y correspondió con cariño el abrazo que ella le brindó.

– Él fue mi primer pokémon. –Les comentó a Ash y Brock, con algo de nostalgia.-

Unos ruidosos aleteos se oyeron entre las ramas del árbol, y luego comprobaron que se trataban de Altaria, Pidgeot y el pequeño Chatot, que descendieron raudamente para recibir a la joven. Un rato más tarde, aparecieron Nidoqueen y Charmeleon, al parecer estaban entre los árboles más lejanos.

Sophie soltó por primera vez en su casa, a las nuevas capturas que había obtenido durante su viaje en Johto: Feraligatr, Chikorita, Houndoom y una alegre Ampharos.

Sin perder un segundo, Grairdy y Pikachu se escabulleron en la multitud agitada de pokémon, y sin dudarlo empezaron a jugar. Brock también soltó a sus pokémon, y más tarde llegaron Angus y Martin, acrecentando esa bulliciosa y enorme manada.

Los chicos se sintieron tranquilos y satisfechos al ver lo felices que estaban todos juntos, y aprovechando que al parecer no habría problemas, se sentaron ellos a descansar bajo la sombra del árbol.

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Más allá de los límites de la propiedad, se erigían al costado de la ruta, una copiosa zona de matorrales y hierba muy alta, dónde probablemente se escondían toda clase de pokémon salvajes, sobre todo bichos que posiblemente sean ponzoñosos. A pesar de esto, el sitio estaba momentáneamente calmo, sin siquiera los sonidos propios de los pokémon.

La quietud y el silencio del lugar, fueron repentinamente suspendidos, cuando un chillido femenino… Bueno, mejor dicho un rugido, hizo que todos los pokémon ave volaran, espantados.

– ¡MALDITO JAMES! ¡TE HE DICHO QUE TE FIJES POR DÓNDE PISAS! ¡MIRA AHORA CÓMO HAS DEJADO MI PRECIOSO CABELLO! –Protestó una mujer pelirroja, dirigiéndose a su compañero con una terrible mirada diabólica, acompañada de sendas venas en su frente.-

– ¡Pues discúlpame, chava! Nomás es que estoy cansado y aburrido de espiar a los bobos todo el tiempo, ¿¡es que no tienen nada mejor que hacer!? –Se defendió el peliazul, rascándose la cabeza.- Incluso llegaron a ser tan imbéciles como para perseguirlos hasta esta nueva región… ¡Qué diantres! –Agregó, lanzando un bufido que denotaba su gran fastidio.-

– Mejor cierras la bocota; pues sabes que sin nosotros no tendrías siquiera algo para callar la tripa. –Cuestionó la mujer indiferente, observando por unos binoculares, por fuera de la hierba.-

– Ella tiene razón, así que mejor déjale a los lloriqueos y ponte a pensar una estrategia para llevarle esa mina de oro al Jefazo. –Añadió un pokémon felino.-

– ¿¡De veras están pensando que pueden capturar a esa horda de gigantes!? ¡ESTÁN LOS DOS ZAFADOS, EH!

– ¡Muahaha! ¡Pues claro que sí! Sólo piénsalo: cuando el Jefe despierte una mañana, y salga al jardín para respirar fresco aire, se encontrará con ese ejército de pokemonazos listos para pelear, y entonces dirá: “–Ya que Meowth y sus amigos fueron tan amables y valientes para traerme estos pokémon, los recompensaré con lo que valen sus heroicas hazañas: ¡una mina de oro cada uno!” –Ah… Montones y montones de riquezas… Sólo para nosotros… –Fantaseaba el pokémon parlante, mientras sus ojos brillaban con fulgor.-

– Sí… Con todas esas divinidades podríamos retirarnos de por vida… ¡Ah, Miami Beach me espera! –Agregó la mujer, regodeándose en sus fantasías.-

– Pues me parece bien, pero esta vez no cuenten conmigo. –Anunció el joven.- No estoy de ánimos como para salir electrocutado, quemado, enlodado, envenado o cualquier cosa que se le parezca. Mime Jr. tampoco, quiere eso, ¿verdad, Mime?

El pequeño mimo ni siquiera estaba prestando atención a su dueño, pues estaba demasiado ocupado imaginando como sería su vida a partir de ahora: estaría rodeado de hermosas Kirlias y Gardevoirs en bikini, quienes lo apantallarían con grandes hojas.

– ¿Lo ves? Mime Jr. también sabe que estamos en lo cierto, y que triunfaremos, ¿no es verdad?

– ¡Mime, mime! –Exclamó el pequeño, levantando un puño.-

Fin Cap. 4

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Bueno, lo prometido es deuda y aquí les dejo una de las imágenes, este es Grairdy. Lo edité porque no quería hacer doble post :B

Les dejo el link porque no aparece la imagen :@

http://imageshack.us/photo/my-images/43/grairdy.png/

 

Hola chicos! Les pido mil disculpas por haberme tardado tanto en subir la conti, pero es que tenía que hacer reformas gigantescas en el capítulo, prácticamente escribirlo de nuevo... Y estuve tan corta de inspiración que me demoré mucho mas de la cuenta :S. Les prometo que para la próxima no será así; y espero que no dejen de leer y comentar mi historia :3. Saludos!
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Cap. 5: “Nuevos rivales, viejos enemigos.”

Acaecía la noche en Villa Tuquito. Los últimos rayos de sol se escabullían en las líneas del horizonte, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y carmesí, y al mismo tiempo, dándole lugar a las estrellas para que hicieran su aparición. Los muchachos se encontraban disfrutando de un rato tranquilo bajo el árbol, pero el ruido de sus tripas les indicó que ya era hora de regresar a casa.

Brock se incorporó, estirándose, y llamando a su pequeño Happiny para darle de comer. Al mismo tiempo que regresó el huevo a la cápsula que le había prestado Sophie; hacía bastante que estaba al aire libre y tal vez necesitaba algo de calor.

Los pokémon de todos habían jugado el día entero, y sin embargo, sus energías parecían no acabarse más.

– ¡Cielos, qué envidia me dan! –Exclamó Ash, estirando sus brazos, preparándose para levantarse.-

– Es como si tomaran energizantes todo el día… –Agregó Sophie, imitando al entrenador.- Bueno… ya es tarde. Mejor entremos. Quiero tomar un baño, comer e irme a dormir. ¡Mañana nos espera un gran día!

– ¡Ya lo creo! –Contestó Ash, sonriente.-

– Oye Ash, ¡te reto a una carrera! ¡El último en llegar a la cocina comerá las sobras de ayer!

Dicho esto, ambos chicos se levantaron a toda prisa, apresurándose por llegar primero a dicho lugar. Ash tomó la delantera, y pronto estuvo en la entrada, pero cuando estaba por atravesar la puerta corrediza de la cocina, se chocó accidentalmente con un sombrío muchacho de ojos negros.

– ¡Oye, fíjate por dónde vas! Un segundo… ¿¡Quién rayos eres!? –Exclamó el joven, mirándolo con furia mientras se sobaba la cabeza.-

– ¡Hey, tranquilo! No fue para tanto… Soy Ash, un amigo de Sophie… –Se defendió el azabache, aunque no estaba del todo contento.-

– ¡Thomas! ¡No seas grosero, es sólo un amigo! –Intervino Sophie, mientras se acercaba corriendo.-

– La abuela ya te dijo que no traigas niños de la calle a casa… –Respondió el chico con marcada soberbia y frialdad.-

– ¿¡Qué quisiste decir con eso!? –Demandó Ash, ahora sí muy enojado.-

– Eres un idiota, Thomas; nunca cambiarás. Si tú eres un maldito antisocial sin amigos, no te desquites conmigo, ni con las personas que están conmigo. –Añadió Sophie, con suma tranquilidad; aunque se notaba que había rabia en sus palabras.-

– Estoy harto de tus niñadas; mejor me voy a otro sitio. Espero que algún día madures.

– Más respeto en tus palabras, soy mayor que tú, imbécil.

Thomas echó una mirada furiosa a la chica, pero simplemente la ignoró y se marchó hacia el campo, ante las miradas atónitas de Brock y Pikachu, quienes decidieron no interferir en tal cuestión.

Ash emitió una fuerte exclamación de furia, mientras su cara se tornaba visiblemente roja.

– ¡NI SIQUIERA LO CONOZCO Y YA LO DETESTO! –Añadió.-

– Lo siento Ash, es otro de mis primos, Thomas. Siempre es igual… Es demasiado insoportable y altanero… No tienen idea lo que es convivir con él las 24 hs. del día.

– ¡Gracias al Cielo que no! –Rezongó Ketchum.- ¡Más le vale que mañana no se rehúse a una batalla conmigo! Así veremos quién es el inmaduro aquí…

– Dudo mucho que se rehúse… Pero te advierto que sus pokémon son muy duros de pelar…

– ¡Entonces no conoces a Ash! –Intervino Brock.- Cuando se trata de batallas pokémon es prácticamente insuperable.

– ¡Pues más vale que lo aplastes, Ash! ¡No sólo por ti, sino por mí también!

– ¡Pika, pika! –Exclamó el pequeño roedor, haciendo los mismos gestos que su entrenador.-

– ¡Oigan, oigan, oigan! ¿Por qué no se dejan de tanto pleito y vienen a cenar? ¡Esta pizza no se come sola! –Gritó Mary Lu desde la cocina, con el único objetivo de sosegar a los enfadados muchachos.-

– ¡Yo tampoco me como solo, preciosa! –Añadió Brock, mientras corría por detrás de ella.-

– Pensándolo bien… Ya no estoy tan molesta… –Dijo Sophie, mientras escuchaba el ruido de su tripa.-

– Pues… Creo que yo tampoco, jejeje…

Ash y Sophie se rieron y decidieron entrar al comedor, dónde ya estaban acomodados Martin y Angus, y una deliciosa Pizza los esperaba.

Durante la cena conversaron de muchas cosas; Ash y Brock se enteraron de que en aquella casa vivía toda la familia de Sophie: padres, tíos, abuelos y los cuatro primos, además de Mary Lu y todos los pokémon. Los adultos de la casa eran dueños de una cadena hotelera cuyas sucursales se encontraban en las más grandes ciudades de la región, además en Pump Beach, dónde ahora se encontraban trabajando debido a la alta temporada. Los abuelos aprovechaban para viajar constantemente y ahora se encontraban en un hermoso paseo por el Archipiélago Naranja.

La comida transcurrió sin sobresaltos, por lo que luego de un delicioso postre, todos se fueron a dormir.

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La mañana los había sorprendido a todos con una alta temperatura, bastante extraña para estar en primavera. Ash y Pikachu despertaron primero que todos, seguramente muy ansiosos por retar a ese chico, Thomas, lo más pronto posible. Lentamente descendieron los peldaños de la escalera, sin hacer ni el más mínimo ruido, con tal de no despertar a los demás.

Cuando llegaron a la cocina, Jynx ya estaba allí limpiando y ordenando todo, y apenas vio al entrenador con su compañero, les ofreció amablemente y mediante señas, un reconfortante café.

Ambos se apresuraron a tomar su desayuno, pues un poco de entrenamiento y práctica no les vendría mal después de seis meses que no tener ninguna clase de batalla. Al finalizar, colocaron las tazas en la fregadera; Pikachu había bebido en una pequeña taza, seguramente especial para los pokémon. Y prontamente se dirigieron hacia el campo; no sin antes agradecerle cordialmente a Jynx por sus servicios.

Al salir, una suave y fresca brisa matinal los envolvió, limpiando sus pulmones y sus energías. ¡No podía ser el día tan propicio para pelear!

Pokémon y muchacho comenzaron a trotar rítmicamente alrededor del gran árbol, como una especie de calentamiento antes del debut. Luego se detuvieron, y bajo la sombra se pusieron a estirar piernas y brazos; y así pasaron a meditar un momento.

Sus respectivos pensamientos fueron interrumpidos por un llamado proveniente desde el interior de la cocina. Sophie y Brock ya estaban allí, con todos los ánimos de presenciar una buena batalla. Ash los saludó con la mano derecha, y les indicó que aún estaba entrenando. Los dos se acercaron vacilantes hacia el lugar, pues Sophie debía hacerle unas pequeñas recomendaciones al chico de Pueblo Paleta, antes de que cometiera un posible error.

– ¡Ash! –Exclamó.- ¿Ya pensaste qué pokémon usarás contra Thomas?

– ¡Pues, sí! A Pikachu, sin dudarlo…

– Pero… Dudo que Thomas quiera una simple batalla uno contra uno; creo que será mejor que vayas por dos pokémon más, al menos. Tal vez un tipo fuego o agua no te vendría mal… Mi primo tiene también una gran variedad.

– Cielos, tienes razón… La verdad es que no lo había pensado –Comentó Ketchum, rascándose la nuca.- ¿Tienes un teléfono? Creo que tengo que llamar al Profesor Oak… –Comentó, esto último dirigiéndose hacia Brock.-

– ¡Claro que sí! Elige con cuidado, ¡ya quiero ver cuando patees el trasero de ese presumido!

No más de diez minutos pasaron, cuando Ash regresaba desde adentro de la vivienda, con una radiante sonrisa y dos pokébolas en sus manos. A pesar de los ruegos y súplicas de sus amigos, se negó a decirles cuáles eran los pokémon que había seleccionado. El que más se carcomía con la duda era Brock, pues, conociendo la cantidad de criaturas que Ash poseía, sabía que había sido una muy difícil elección.

Los minutos siguieron corriendo, y los relojes ya marcaban las nueve de la mañana. Todos los presentes ya estaban comenzando a impacientarse, frente a la ausencia del otro muchacho.

– Oye, ese idiota ya se está tardando demasiado, ¿no creen? –Comentó el entrenador.-

– Pues sí… Creo que será mejor que vaya a buscarlo…

– Eso no será necesario. –Anunció una sombría voz, desde la cocina.-

– ¡Ah! ¡Hasta que apareciste! –Comentó la niña, sarcásticamente.-

– Pensé que ya te habías acobardado. –Añadió Ash.-

– Acabo de enterarme que piensas desafiarme a una batalla… Espero que hayas pensado bien dicha elección… –Respondió el joven, sin dejar de sonar arrogante.-

– ¿Crees que tengo miedo de ti? ¡Jaja, por favor! Estuve esperando un momento así desde hace seis meses… –Comentó el de Kanto, mientras que su Pikachu se colocaba al frente suyo, sacando pequeñas chispas de sus mejillas.-

– Entonces mejor cierra la bocota, y prepárate para que te dé una paliza… Aunque… La verdad no quisiera dejar malherido a ese Pikachu… Ya vi que es tu único pokémon.

–No te preocupes, acaban de enviarme otros, así que sólo concéntrate en la lección que recibirás… –Finalizó nuestro protagonista, desafiante.-

Mientras tanto, en un lugar un poco más alejado de allí, más precisamente en la copa de un altísimo árbol que se erigía en medio de la hierba alta; un grupo conformado por tres extrañas personas, observaban con binoculares mientras discutían acerca de la escena que se desarrollaba en la casa:

– ¿Ya vieron eso? El bobo número uno está por tener su batalla… Creo que es el momento perfecto para poner en marcha nuestro plan. –Advirtió un gracioso pokémon felino, mientras sonreía con malicia.-

– ¡Juju! ¡Esto va ser emocionante! ¿Ya se han puesto sus disfraces…? –La pelirrosa se frotaba las manos en señal de victoria, pero luego se calló al ver a su compañero.- ¡JAMES! ¿POR QUÉ RAYOS NO TE HAS CAMBIADO?

– ¡Ya les dije que no quiero ser parte de sus planes, desde ahora en adelante! –Anunció, terminante.-

– Pues… Como quieras, pero Mime Jr. irá con nosotros, ¡jajaja!

– ¡Ni lo sueñen! Mime Jr., diles que no quieres ir con ellos…

– ¡Mime, mime! –El pequeño se mostraba tanto o más entusiasmado que los otros dos, entonces James no tuvo más alternativa que aceptarlo.-

– Sabía que Mime te convencería, ¡muhahaha! –Rió la mujer, perversamente.-

– ¡Wooobufet! –Exclamó el individuo color azul, saliendo de su pokébola sin permiso.-

De nuevo en la casa, los chicos estaban en el campo de batalla; pero adentro, un insistente timbre interrumpió los quehaceres de cierta morena de cabellos crespos, cuyo sobresalto repentino causó las carcajadas de Jynx. Acomodándose el cabello, salió a atender, extrañada:

– ¿Qué se les ofrece? –Les preguntó a tres personas vestidas con trajes azules y cascos amarillos.-

– Buenos días señorita. Nosotros somos de la empresa de seguros y estamos ofreciendo una promoción sólo por hoy. –Anunció una de las personas, que al parecer era mujer.-

– ¿Cómo dice? –Preguntó la criada.-

– Vamos a instalar un moderno sistema de alarmas, para proteger su casa de posibles ladrones, como noso… –El hombre peliazul no pudo terminar su frase porque la mujer le dio un fuerte codazo en el estómago.-

– Para proteger su casa de ladrones. –Respondió el más bajo de todos, sonriendo nerviosamente.-

– Oigan, pero yo no estoy autorizada para recibir… – Antes de que pudiera terminar de hablar, las tres personas ya habían entrado a la casa con cajas de herramientas, y se fueron directo al fondo.-

Mientras, en el campo…

– La batalla entre Ash y Thomas va a comenzar… –Anunció Brock, quién hacía de provisorio juez.- Entrenadores, cuando gusten. –Finalizó, levantando ambos brazos.-

– Adelante niño, te cedo el honor… –Dijo Thomas a Ash.-

– Pikachu, ¡yo te elijo! –Exclamó el susodicho, señalando el campo.-

El roedor amarillo saltó del hombro de su compañero con suma confianza, lanzando chispas y poniéndose en posición de pelea.

– Furbolt, yo te elijo. –Anunció el moreno, con tranquilidad y lanzando una pokébola al campo.-

Ash sin dudarlo, sacó su pokédex; éste pokémon parecía muy bueno y quería analizarlo:

“Furbolt, el pokémon canino eléctrico. Debajo de su espeso pelaje almacena decenas de poderosos voltios, que fortalecen desmesuradamente sus ataques en batalla. Su ágil y delgada complexión física le permiten desenvolverse con impresionante destreza. Al igual que todos los canes, sus mandíbulas son muy poderosas. Tipo: eléctrico.”

Éste era un pokémon de color mostaza, con la apariencia de un perro con orejas puntiagudas, cuyos extremos mantenían la curiosa forma de un rayo. Sus patas traseras estaban coronadas por dos espolones anaranjados; y en la parte trasera del lomo, se erguían varios pelos erizados, que daban la apariencia de estar cargado de electricidad estática. De tamaño era similar a un Manectric.

– Furbolt, usa ataque rápido y mordisco. –Ordenó de repente el muchacho, sin vacilar.-

El can desapareció en una transparente cortina de luz, estando Pikachu muy pronto frente a sus fauces. El ataque tomó desprevenido al roedor, quien fue fuertemente lastimado por los colmillos de su rival.

Ash rápidamente le ordenó defenderse y contraatacar con una cola de hierro; sin embargo, ésta no dio en el blanco, debido a la creciente velocidad de Furbolt.

– ¡No desesperes Pikachu, visualiza a tu rival antes de atacar! –Exclamó Ash.- ¡Usa cola de hierro otra vez!

Pikachu corrió rápidamente, esta vez sin darle oportunidad al otro de esquivar, pues su férrea cola le golpeó justo en el hocico. Sin perder más tiempo, Ash ordenó un impac-trueno; pero… Pasó algo que no estaba en sus planes, pues de repente, los pelos erizados de su lomo, comenzaron a absorber los destellos que dejaban las poderosas chispas de Pikachu.

– ¿¡Qué fue eso!? –Preguntó el azabache, consternado.-

– Ignorante… Si hubieras puesto más atención en lo que decía tu juguete, habrías sabido que los pelos de Furbolt absorben cualquier tipo de descarga eléctrica, volviendo sus ataques más potentes… Pero claro… Eres sólo un novato… Creo que esto será más fácil de lo que pensé.

Las arrogantes palabras del despreciable muchacho, terminaron por sacar totalmente de sus casillas a Ash… Había recibido toda clase de insultos durante sus viajes, pero… ¿Qué a esta altura de su vida le llamen NOVATO? Eso era inaceptable… Apretó sus puños con fuerza y desvió su mirada hacia abajo. Brock sabía exactamente lo que pasaba por esa cabeza en ese momento, y Sophie simplemente no podía creer que su primo se haya atrevido a decir tal cosa.

– ¿Con que novato, eh? –Murmuró el chico.- Ahora le demostraré quién es el novato aquí… ¡Pikachu, esto es algo personal ahora! ¡Usa cola de hierro a toda potencia!

Pikachu no perdió ni un segundo y pronto se le vio corriendo a toda velocidad, con su cola encendida y su mirada refulgiendo energía y hasta rabia. Parecía que el ataque iba a ser certero, pero Thomas inmediatamente le ordenó a su pokémon realizar un colmillo eléctrico.

Pikachu golpeó fuertemente a Furbolt con su cola, pero éste incrustó sus colmillos cargados de electricidad justo allí, provocando un fuerte cortocircuito que separó a los pokémon por al menos diez metros.

Ambos estaban agitados y el cansancio poco a poco comenzaba a notarse en sus cuerpos. Pero ninguno estaba dispuesto a defraudar a su entrenador.

– Guau… Los dos están muy parejos. Y ambos son muy persistentes… –Comentó Sophie, prácticamente en un murmullo.-

– Los pokémon de Ash son todos así; hasta que no les quitan el último gramo de energía, no dejan de pelear… Igual que él –Agregó Brock, mirando con cierto orgullo a su compañero.-

La batalla continuaba duramente entre ambos contrincantes. Pikachu en este caso, presentaba algo de desventaja, debido a que no podía realizar ataques eléctricos; de otra forma estaría fortaleciendo aún más al pokémon enemigo. Una idea surcó la mente de Ash: tacleada de voltios era en parte un ataque físico, si lograba acertar, probablemente le restaría mucha salud a Furbolt.

– ¡Tacleada de voltios! –Ordenó el entrenador velozmente; sin embargo, su rival gritó la misma orden al unísono.-

Ambos pokémon se envolvieron en un aura dorada y poderosa, las chispas saltaban alrededor de sus cuerpos, y con una velocidad inimaginable, se dirigieron hacia el otro…

Pero otro suceso sorpresivo, interrumpió nuevamente la batalla: un segundo antes de que las criaturas de trueno logren embestirse, una poderosa explosión se produjo en medio del campo de batalla y de ellos dos.

La nube de polvo y tierra impedía la visibilidad; pero cuando se hubo asentado, los presentes descubrieron a dos extrañas personas ataviadas con uniformes azules, paradas en medio del campo y haciendo unas extrañas poses.

– ¿Acaso es una voz boba la que oigo? –Comenzó relatando la mujer pelirroja, pero fue prontamente interrumpida.-

– E… ¿¡Equipo Rocket!? –Exclamó Ash, con la boca hasta el piso y sin poder disimular su enorme asombro.-

– ¿Nos extrañaron, bobos? –Dijo la mujer, sonriendo irónicamente.-

– ¡Jajaja, parece que aún no se han olvidado de nosotros! ¿Eh? –Añadió Meowth, quien sonreía con malicia.-

– ¡Oigan, pero no nos dejaron recitar nuestro lema! –Exclamó nuevamente la pelirroja.-

– ¿¡Quiénes son esos!? –Preguntaron Thomas y Sophie, al unísono.-

– El Equipo Rocket… Una banda de criminales que siempre tratan de robar nuestros pokémon y los de todo el mundo… –Explicó Ash, con una mezcla de fastidio y resignación.-

– ¿Pero qué maneras de referirse a nosotros son esas?

– ¡Wobbo, wobuffet! –Añadió el individuo color azul, luego de escaparse de su pokébola, lo que provocó el fastidio de su dueña.-

– ¡Esto es suficiente! Demasiado palabrerío y poca acción.¡ Como regalo de bienvenida Tigeem, queremos llevarnos a tu Pikachu! ¡Mamblack, yo te elijo! –Anunció la mujer.-

Mamblack apareció en el campo tras la forma de una gran serpiente color negro, con destellos morados. Era de un largo aproximado de un metro con cincuenta, con un grosor de diez centímetros. Su mirada era fría y siniestra, y el sólo hecho de observarla provocaba escalofríos. Su cabeza estaba coronada por una especie de cuernos, curvados hacia atrás, lo que colaboraba con su pérfida apariencia. Su lomo también estaba rodeado por anillos negros, prácticamente imperceptibles a simple vista.

– Ma… ¿Mamblack? –Tartamudeó Ash, un poco intimidado.- ¿Cómo pudiste obtener un pokémon así tan rápido? –Le preguntó a Jessie, prácticamente en todo de burla, lo que provocó que de la frente de ésta surgieran diversas venas.-

– ¡Pues déjame decirte, pequeño mocoso bobo, que nunca más el Equipo Rocket será mandado a volar por un montón de babosos como ustedes! ¡Y te lo demostraré con este nuevo y poderoso pokémon que capturé! ¡Mamblack, usa colmillo venenoso contra Pikachu! –Ordenó, frenética.-

La serpiente se movía tan velozmente, que pronto Pikachu estuvo a su alcance; era difícil de creer, puesto que los réptidos no solían moverse de esa manera. Pikachu no tuvo tiempo de reaccionar, cuando los colmillos de Mamblack estuvieron a punto de clavarse en su cuello, a no ser por un repentino impac-trueno de Furbolt, que pronto lo puso a salvo y éste aprovechó para colocarse al frente de la mamba; desafiándolo de igual manera.

– ¿¡Qué haces Mamblack, por qué te detuviste!? ¡Usa cola veneno!

– Furbolt, contraataca con cola de hierro –Ordenó Thomas, sin perder la tranquilidad.-

Las colas de ambos chocaron duramente luego de las órdenes dadas. Los dos forcejearon por unos segundos, sin embargo, la superioridad de Furbolt en cuanto a poder, quedó más que demostrada cuando venció a la serpiente, haciéndola retroceder un par de metros.

Jessie ya estaba más que furiosa después de esto. Esos mocosos le estaban haciendo perder su valioso tiempo.

Rápidamente, Thomas le mandó a Furbolt realizar un ataque de colmillo eléctrico; Jessie trató de proteger a Mamblack, ordenándole que excave en la tierra, pero el canino eléctrico supo ser más veloz, asestando una poderosa dentellada cargada de energía al rival, dejándolo algo inmovilizado.

– Lo siento, doña… Tu pokémon es rápido, pero el mío lo es más… –Dijo el muchacho, de manera arrogante.-

– ¡Doña tu abuela! –Contestó la pelirroja, con las venas en su frente aún más grandes y apretando los puños.- ¡Mamblack, piquete venenoso!

– Furbolt, esquívalo y usa tacleada de voltios.

La mamba lanzó una lluvia de piquetes a Furbolt, quien fue golpeado en varias partes del cuerpo. Sin embargo, fue lo suficientemente resistente como para soportar el ataque, y luego de dar un brinco, se cargó de electricidad desde el aire, lanzándose contra Mamblack, quien sucumbió ante tal cosa, quedando con espirales en el lugar de los ojos.

– “Cielos… Ese pokémon es demasiado fuerte…Ahora entiendo por qué se nos está haciendo tan difícil vencerlo.” –Pensaba Ash, mientras observaba incrédulo la escena.-

– Un segundo… –Murmuró Brock.- Aquí falta alguien… ¿Dónde está James?

El moreno se dirigió sin pensarlo hacia las lindes con el exterior de la casa. Los demás habían estado tan pendientes de la batalla, que ni siquiera notaron que el enorme globo de Meowth ya estaba sobrevolando los límites de la casa, siendo piloteado por James, quién además manejaba un gran control remoto con el cual funcionaban las enormes pinzas que pendían de la canasta verde del globo, acompañadas de un enorme saco.

Brock se sorprendió al encontrar allí a Angus y Martin, quien a toda costa trataban de proteger a los pokémon más pequeños de las garras de James, entre los que se encontraba el Happyni de Brock.

– ¡Bufanne, usa golpe roca contra las pinzas, deprisa! –Ordenó Angus, decidido.-

– Eevee, Dorkek, ¡usen bola de sombra y rayo de hielo, ahora!

Las criaturas obedecieron sin vacilar, y de inmediato dirigieron sus ataques a los cables que conectaban las pinzas con la canasta.

Brock observó, desesperado, como su Happyni era capturada por los elementos, junto con el Charmeleon y el Absol de Sophie. Sudowoodo y Croagunk los tomaron de sus patas, para tratar de ayudarlos, pero ni siquiera un Snorlax era capaz de soportar tal fuerza; por lo que inevitablemente, fueron arrastrados junto a los otros.

Bufanne, Eevee y Dorkek continuaban atacando las pinzas, implacablemente. Cuando James trataba de capturarlos, sabían esquivar con maestría y habilidad dichas cosas. Pronto se dieron cuenta que ellos tres no serían lo suficientemente fuertes como para destruir ese aparato, por lo que Angus les ordenó a los pokémon de agua que estaban en el lago, que dirigieran todos un ataque de hidrobomba hacia el globo. Los colosos obedecieron, causando graves daños al objeto en toda su extensión, pero sobretodo, lograron destruir la bolsa donde sus compañeros estaban apresados. James comenzó a entrar en pánico, al igual que su Mime Jr., quien imitaba todos los movimientos.

Pidgeot y Altaria rápidamente volaron del árbol, ayudando a aterrizar sanos y salvos a todos los demás. Afortunadamente, el pequeño Chatot era quien traía a Happyni, colgada de cabeza.

– ¡Happyni, qué bueno que estás bien! ¡Muchas gracias, Chatot!

– ¡Aha-ha! ¡Muchas gracias, Chatot! –Repitió el loro, divertido.-

– Parece que el equipo Rocket no aprende la lección, ¿eh? Croagunk, usa puño venenoso contra James.

El sapo corrió velozmente hasta su objetivo, quien obviamente no fue lo suficientemente rápido como para esquivarlo. Croagunk lo golpeó de tal manera, que el peliazul salió despedido hacia donde estaban sus compañeros, aterrizando sobre ellos y haciéndolos perder el equilibrio… Y la paciencia.

– ¡JAMES, ES QUE NO PUEDES HACER NADA BIEN! –Gritó Jessie, enfurecida.-

– ¡Ya fue suficiente! ¡Pikachu, usa impac-trueno y termina con ellos! –Exclamó el azabache, ya acostumbrado a esta situación.-

– ¡Pikaaaa, chuuuu!

Y… Como habrán de esperarse, nuestro querido Equipo Rocket recibió de lleno la descarga, provocando una explosión y que salieran despedidos hacia el cielo.

– ¡NOS MANDARON A VOLAR OTRA VEZ! –Se escuchó a lo lejos, donde se pudo vislumbrar una pequeña estrella blanca.-

– ¡Pero qué gente más extraña, por Dios! ¡Jamás en mi vida había visto algo tan raro! –Exclamó Sophie, con las manos en la cintura y mirando hacia el cielo, sorprendida.-

– ¡Si supieras! Esto ya es moneda corriente para nosotros… –Comentó Brock, un tanto divertido.-

– Son sólo una banda de idiotas e inútiles. –Masculló Thomas, por lo bajo. Ignoraba si lo habían oído o no.-

– ¡Bueno, ya me estaba impacientando! ¿Podríamos continuar en lo que estábamos? –Propuso Ash, con algo de desesperación, y bajo las miradas con gotas al estilo animé de sus amigos.-

– Casi debilitan a tu Pikachu… ¿Y aun así pretendes seguir peleando? –Le preguntó el chico, con fastidio.-

– ¡Pikachu no se rendirá tan fácilmente! Además, por si no lo recuerdas, Mamblack no lo tocó.

– Bien… Como tú quieras, niño. Furbolt, ¿puedes seguir peleando? –Le preguntó a su fiel pokémon.-

La criatura emitió un gruñido, de manera afirmativa. Se notaba que estaba cansado, incluso más que Pikachu. Sin embargo, también poseía una voluntad inquebrantable; y no se retiraría sin antes terminar esta pelea.

– Muy bien… Entonces, al ataque. –Ordenó el chico, secamente.-

Las criaturas nuevamente se lanzaron a la batalla. Rayos, dentelladas, coletazos y embestidas se daban lugar en todo el campo. Ninguno de los dos quería terminar derrotado. Hasta que ambos entrenadores ordenaron nuevamente utilizar tacleada de voltios.

Los pokémon se vieron rodeados de un aura eléctrica, aunque la misma no tenía la misma intensidad que le vez anterior. Los dos corrieron a toda velocidad, y cuando colisionaron, otra explosión se oyó en el centro del campo. Pero esta vez no era otra interrupción, sino que cuando todos miraron, se dieron cuenta que los dos habían sido derrotados. Todos estaban atónitos.

– Parece que… Ninguno puede continuar. ¡La batalla termina en empate! –Anunció Brock.-

– Hiciste un excelente trabajo, amigo… ¡Estoy orgulloso de ti! –Le dijo Ash a su Pikachu, a quien recogió en sus brazos, y puso a disposición de Sophie.-

– Lo hiciste muy bien, Furbolt… Eres el mejor; ahora será mejor que descanses –Thomas acarició a su pokémon un momento antes de guardarlo en su ball otra vez.- Bien… Supongo que no eres un novato después de todo… Pero no te lo pondré tan fácil de ahora en más… ¡Coatey, yo te elijo! –Exclamó, lanzando su segunda esfera al campo.-

De la misma surgió un pokémon mamífero; de tamaño era un poco más alto y corpulento que Pikachu, pero no tanto como un Raichu. Estaba cubierto por un fino pelaje color marrón-rojizo; a diferencia del abdomen, donde el pelaje se volvía color crema. Tenía un hocico en punta, y pequeñas orejitas redondeadas. Lo más llamativo era su larga y densa cola anillada, cuyos colores alternaban entre el de su pelaje, y otro marrón más oscuro.

Ash sin dudarlo, lo analizó con Dexter:

Coatey, el pokémon coatí. A pesar de que su tamaño no es de lo más grande, la fuerza de sus puños es devastadora, y aún más cuando se ve en peligro o está en una batalla. Al igual que otros pokémon como Gligar o Sentret, utiliza la cola para erguirse o colgarse de los árboles a descansar, su hábitat en general. Muy rara vez se los ve en el suelo, a no ser que no sea para buscar comida o algún humano que se las proporcione. Tipo: Lucha-Normal.

–“Mmm… ¿Con que tipo lucha, eh? Bien, creo que hice una buena elección” –Se dijo Ash para sí.- ¡Swellow, yo te elijo! –Exclamó, lanzando una pokébola al aire.-

–“Así que esa era una de las elecciones de Ash… Pues está muy bien…” –Opinó Brock.-

El pokémon ave apareció volando orgullosamente sobre el campo. Estaba muy feliz de pelear de nuevo junto a su entrenador. Emitió un sonido de victoria, y se posó cara a cara con el pokémon coatí.

– ¡Swellow, usa ala de acero, ahora!

– Coatey, bloquéalo

Las alas de Swellow brillaron fuertemente, y no tardaron en golpear al enemigo, quien se defendió con un bloqueo muy resistente. Swellow era más fuerte, por lo que la defensa del otro no fue lo suficientemente dura como para detenerlo. Coatey estaba vulnerable por un instante, en el cual el de Kanto aprovechó para ordenar a su ave que atacara con un as aéreo.

Coatey fue duramente golpeado, y no tuvo posibilidades de defensa.

– Pronto, amigo. Usa aguante –Ordenó Thomas.-

– ¿Aguante? ¿Para qué se supone que servirá eso? –Se preguntó Ketchum, un poco extrañado.- ¡Swellow, usa ataque rápido, ahora!

– Coatey, esquívalo y usa puño cometa

Nuevamente, Swellow tomó la ventaja en el duelo golpeando a su contrincante fuertemente, pues como todos saben, ataque rápido es imposible de esquivar. Sin embargo, al no ser un ataque de mucha potencia, Coatey pronto se recuperó y logró asestar su puño contra el lomo de Swellow.

– ¡Oh no! ¡Eso debió de ser certero! –Exclamó Sophie, apretando a Pikachu.-

– No del todo… Recuerda que el tipo volador tiene ventaja contra lucha. El ataque reduce bastante su efectividad en estos casos –Explicó Brock tranquilamente, aunque observando con atención cada movimiento.-

Swellow sacudió la cabeza, y voló muy alto, para luego caer a una velocidad inimaginable sobre su rival, utilizando as aéreo. Esta vez pareció ser certero… No había posibilidad de que Coatey haya resistido a ese tipo de ataque.

Sin embargo… Nuevamente los planes de Ash fueron cambiados, gracias al ataque de aguante que Thomas había ordenado casi al principio.

Swellow lo arrastró varios metros, y para sorpresa de todos, el otro se levantó lentamente, y mirándolo sonriente.

Thomas imitó el gesto de su pokémon, e inmediatamente le ordenó un ataque de golpe eléctrico.

El pequeño cargó su puño de chispeante energía, y utilizando la cola, se impulsó fuertemente hacia arriba, dándole de lleno a Swellow, quien sucumbió inmediatamente, debido a la ventaja sobre su tipo.

– ¡Guau! ¡Es impresionante! –Exclamó Brock, incrédulo.- La manera en que supo utilizar el aguante como método de defensa, le permitió dar vuelta la tortilla en un santiamén. ¡Por poco pensé que perdería, Swellow llevaba la ventaja todo el tiempo!

– Sí, tienes razón… –Expresó Sophie, un poco cabizbaja.- “Cielos… Nunca pensé que los pokémon de mi primo se hayan vuelto tan poderosos… Creo que tendré que esforzarme mucho más con los míos a partir de ahora…” –Pensó, observando con asombro a Coatey.-

– ¡Demonios! ¡No me esperaba eso! Swellow, regresa. Lo hiciste muy bien amigo… –Dijo, mientras lo devolvía a la esfera.- Ahora empieza la fiesta… ¡Torterra, yo te elijo! –Gritó, arrojando su última pokébola al campo.- Torterra, usa lluevehojas, ahora!

La gran tortuga obedeció sin vacilar, lanzando una gran oleada de filosas hojas hacia el enemigo. Éste las esquivó a duras penas, y pronto estuvo cerca de Torterra, propinándole diversos golpes de karate. Torterra ni se inmutaba ante éstos, debido a su enorme resistencia, entonces usó energibola, y sumado a la proximidad con Coatey, se produjo una explosión, y éste terminó con dos pequeños espirales.

– Estuviste muy bien, Coatey. Regresa. Ahora… ¡Venasaur, yo te elijo!

– ¡Oh, no! Es… Venasaur… Ash tendrá que cuidarse… –Murmuró Sophie, bastante preocupada.-

– ¿Qué tiene de especial ese Venasaur? –Le preguntó Brock.-

– Él fue el primer pokémon de Thomas… Como él comenzó su viaje en Kanto, es el más poderoso de todos sus equipos…

– Pues especial o no, seguro Torterra va a derrotarlo –Anunció Brock, con suma confianza.-

– ¡Pika, pi! –Coreó el roedor, levantando los puños.-

Fin Cap. 5