Título: Cielo amarilloTipo: Cuento corto/ oneshotResúmen: La historia de una estrella que quiere volver a su hogar y de un niño que desea vivir una gran aventura. Porque los sueños a veces caen del cielo directo en tus manos.Advertencias: ningunaGénero: fantasía, aventuras.No. palabras: 1418Cielo amarilloEra ya casi de noche y un niño llamado Rómulo Kenaz estaba acostado en su cama. Vivía en una casa cerca del mar con su hermana y abuelo. Todos los días eran lo mismo para él y a veces tenía ganas de que sucediera algo interesante. Recordaba aún cuando su madre vivía; como siempre les contaba cuentos sobre estrellas que cumplían deseos y él tenía uno, vivir una interesante aventura para llegar a contársela algún día a sus hijos. No era mucho pedir ¿o sí? Una estrella sentada a la orilla de la playa miraba al sol que bajaba con el atardecer. Sus ojos se posaron sobre el mar y observaron el reflejo del cielo amarillo sobre el agua. Lágrimas cayeron de sus ojos dorados y un extraño sentimiento de nostalgia la invadió. Retrocedió unos pasos y vio como las olas borraban sus huellas. Una mañana como todas, pensó Rómulo con desinterés. Ese día se había levantado más temprano de lo habitual y pensó en dar una vuelta por la playa antes del desayuno y la rutina de siempre. Caminó hasta llegar a la playa y vio algo que lo dejó sin palabras. Una cosa extraña que parecía tener cinco extremidades lo miraba con temor y de pronto, intentó huir pero resultó en un completo fracaso porque cayó estrepitosamente sobre la arena. - Ey tú – dijo el niño acercándose a la estrella y la levantó - ¿porqué huyes? No te lastimaré – añadió con ternura al ver el rostro de la cosa llena de lágrimas y arena - ¿Cuál es tu nombre?¿Qué eres? ¿De dónde vienes y a dónde vas? ¿Qué haces aquí? - Me llamo Stafi y soy una estrella, vengo de allá arriba – señaló el cielo – y quiero volver a casa pero no sé como llegué aquí.– terminó para volver a llorar. - Vamos, no te preocupes. Yo te ayudaré a llegar a tu hogar – dijo Rómulo con una sonrisa en un intento de consolarla. Y así construyeron una balsa y prepararon provisiones con ayuda del abuelo y Sarah. Se despidieron de los viajeros deseándoles suerte y antes de que embarcaran el abuelo les advirtió: “Cuidado que en las aguas se esconden muchos misterios y para no perderse deben seguir al astro que más brilla en el cielo”. - Polaris – susurró Stafi – guía de los navegantes durante la noche. Luego de estas palabras ambos, niño y estrella, embarcaron en su búsqueda para encontrar el camino que llevaría a Stafi de vuelta a su hogar. Pasaron varios días desde que salieron de la isla, las provisiones empezaban a acabarse y el mal humor comenzó a hacerse dueño de Rómulo. La estrellita, seguía en la misma posición, sentada al borde de la balsa con las puntas chapoteando en el agua. - Sabes, he perdido la esperanza de que alguna vez pueda regresar a casa. Me conformo con pensar que podría ser como mis hermanas, las estrellas de mar, y vivir en el fondo del océano. - Tonterías – respondió el chico – te dije que te ayudaría y… - no terminó de decirlo cuando vio como una gaviota se abalanzaba sobre la estrella e intentaba raptarla. Rómulo se levantó con rapidez y agarró a la gaviota por una de sus patas y salvó a la estrellita – Tú gaviota ¿por qué haces eso? – el niño se dio cuenta de la estupidez que había cometido al hablarle a un animal que ni siquiera podía responderle. - Tengo que llevarle una estrella de mar al tiburón para que pueda cazar en su territorio, es que la comida escasea, disculpa en serio – respondió como si nada el ave mirando a los dos con una cara que de verdad emitía que estaba apenada – mientras el niño la observada espantado. - Estás sorprendido porque hablo, es que así es el mundo, a veces está un poco loco pero todos tenemos algo que decir y esperamos que nos comprendan. Soy una gaviota que ha perdido su territorio por la culpa de un tiburón que se adueñó de él sin permiso y ahora nos manda a todas. - ¿Y por qué no se unen y luchan contra el tiburón? – preguntó Stafi – en mi pueblo cuando todas nos juntábamos y teníamos una meta en común siempre lográbamos lo que queríamos, bueno, mis hermanas mayores eran las que lo hacían y por lo visto siguen haciéndolo allá arriba, formando las constelaciones – relató Stafi con seguridad a lo que Rómulo apoyó asintiendo – La unión hace la fuerza, si todas se lo proponen lo lograrán. - Entonces así será, gracias forasteros y… si buscan la manera de regresar a esta estrella del cielo a su hogar, sólo deben seguir por el mismo camino. Adiós y gracias por todo – se despidió la gaviota y remontó el vuelo hasta perderse en el infinito. El tiempo pasó más rápido de lo que ambos creyeron y el niño aún no sabía cómo cumplir la promesa que le había hecho a la estrella. Ayudarla a encontrar el camino de vuelta a su hogar, ¿pero cómo? De pronto, sintió que alguien le tocaba el hombro y volteó, era nada más que su compañera de viaje. - ¿Qué es eso? – la estrella señaló un barco rodeado de niebla que se acercaba a gran velocidad. El niño alzó la vista y divisó las banderas, eran negras con el dibujo de una calavera en el medio. Se asustó y entró en pánico cuando sintió que una red los levantaba a ambos. Minutos más tarde se encontraban a bordo del barco, atados y amordazados; rodeados de hombres con barba larga, pelo desaliñado y algunas patas de madera y garfios de mano. Uno de ellos, que tenía un loro parlanchín sobre su hombro se acercó a ellos y comenzó a reír. Rómulo vio con terror como el capitán pirata se aproximaba a Stafi y le tocaba una de sus puntas. Intentó zafarse de las cuerdas pero todo fue en vano. - Vaya, pero si es real – comentó el pirata – hace siglos que no veo una cosa como tú – dijo dirigiéndose hacia la estrella y quitándole la mordaza le preguntó su nombre - Stafi – respondió ella temerosa. - Entonces es cierto, y me imagino que estás buscando el camino para regresar al cielo – dijo el hombre mientras que estrella y niño quedaron sorprendidos – No tengan miedo, es que en altamar los piratas siempre somos muy cuidadosos pero enseguida serán liberados – chascó los dedos para que sus subordinados soltaran a los dos y así lo hicieron – si buscan el camino al cielo nosotros los llevaremos. Me presento, soy Barba Azul capitán de este barco, pariente de Barba Negra y además fantasma de los siete mares – se dirigió entonces a su tripulación – Camino al arcoíris de los ocho colores a toda velocidad. Surcaron los mares a una velocidad irreal, cosa que nunca pasó por la mente del niño. Sabía que pronto llegarían a su destino y aunque compartió bastante poco con la estrella ya sentía un gran cariño hacia ella. Ella miraba el mar y en sus ojos dorados divisaba una luz de esperanza y de repente, unos colores se reflejaron en las pupilas de la estrella. Habían llegado al arcoíris de los ocho colores y era hora de la despedida. La pequeña estrella saltó hacia el comienzo del arcoíris y fijó su vista en el camino que aún faltaba por recorrer, era el trayecto más fácil. Respiró para tomar fuerzas y fue hasta donde Rómulo; con sus puntas tomó las manos del chico y lo miró a los ojos con profunda gratitud. - Espero que seas muy feliz y al fin hayas podido cumplir ese sueño que tanto añorabas. - ¿Viniste hasta aquí sólo para cumplir mi sueño? – preguntó él, más sorprendido que nunca. - Se podría decir que toda estrella que cae lo hace para cumplir sueños de alguien en la tierra. Y estoy feliz de que ese alguien hayas sido tú. - Adiós Stafi y gracias por todo, muchas gracias. Espero que algún día nos podamos volver a ver – dijo el chico con una sonrisa nostálgica. - Eso ni lo dudes Rómulo – aseguró la estrella para luego voltearse y subir el camino del arcoíris, mientras que él la observó hasta que se perdió de vista. El destino es incierto, los caminos son varios, hasta el mundo puede parecer irreal. Pero de una cosa estoy segura, más allá de la guerra cotidiana de la vida, mucho más allá. Si miras hacia el horizonte y levantas tus ojos al cielo… encontrarás una salida.Fin
Vaya, me dejo bastante impresionada esta historia. Me encanta el mensaje, siempre hay algo mas allá de lo que nosotros vemos. Y es que no estamos solos, siempre hay algo detrás de todo.
Muchas gracias, esta historia continua en una novela que escribo con mi novio pero todavía no llegamos al capítulo 5. Me pregunto si se puede dejar un video dentro del resumen :D