Las pulgas y las fiestas no se llevan

El peor oso de mi vida

Kagome`s POV

Valla forma de comenzar el día, primero Inuyasha logra en tiempo récord derramar toda la bilis que posee mi bendito cuerpo, luego tiene pulgas y en un segundo, llega Sesshomaru a armar un escándalo como los que acostumbran y si por eso no era lo mejor, encima Inuyasha le contagia las pulgas a Sesshomaru y el nos lanza una encantadora amenaza de muerte, ¿es que acaso alguien allá arriba le parece divertido sacarme canas a la tierna edad de quince años?, porque si es así, a mi no me parece nada gracioso, pero…oh cierto, que tonta soy ya en tres días ya no tendré quince años, tendré 16, valla me haré más vieja que desgracia…seguramente si yo viviera en el sengoku mi familia ya se hubiera mega infartado porque a esta edad ya debería estar al menos comprometida, mmm aunque no se si se puede considerar compromiso a mi relación con Inuyasha, awww sería tan lindo tener unos bebés tan lindos con el pelo plateado y sus hermosas orejitas tan suaves ayyy ojalá que igualitos a su papá.

Inmediatamente mi cara fue invadida por un rojo más brillante que el de un tomate en su esplendor, “que diablos estoy pensando”, yo con Inuyasha, casados, con hijos, jajajaja que buena broma, seguramente él ni siquiera sabe que se debe hacer para concebir un hijo, “diablos, de nuevo esos pensamientos”,— disimuladamente volteé a ver a Inuyasha que permanecía recostado en el suelo con una clara expresión de “dios ya no puedo con esto” porque continuaba rascándose como maniático, y me reí en mis adentros de mis poco castos pensamientos, “ja, Inuyasha debe seguir pensando que los bebés los trae la cigüeña o no sé qué cuento se les diga en la época feudal a los niños preguntones,—continué escrutándolo con la mirada hasta que sus hermosos soles que tiene por ojos se posaran en mi persona y su voz enfada me sacara de mis pensamientos.

—¡Maldición Kagome!, ¿Qué diablos estás haciendo?, ¿estás pidiéndole permiso a un pie para mover el otro o qué?, ¡esto es para hoy!¡con mil diablos ya no soporto la comezón!—reclamó con su acostumbrado tonito de marido machista, ashhh a veces me pregunto cómo es que lo soporto casi las 24 horas del día.
—Ashh ¡ya voy Inuyasha!, ¡la farmacia no se va a ir!, simplemente estoy viendo que los productos que dijo mi madre ya están caducos, además de que eran para piojos y no para pulgas, mmm ahora que lo pienso lo tuyo tendremos que ir a comprarlos a una veterinaria—respondí con voz cansada y con cierto tono de enfado viéndolo con una mirada de “¡ya podrías dejar de quejarte!, ¡pareces una nena de 10 años!”.

—¿Se puede saber qué mierda es eso de “farmacia” y eso también de “veterana” o no se qué?, no recuerdo las veces en las que te he dicho que dejes de usar ese extraño dialecto de aquí de tu época, porque no se te entiende nada—bufó bastante molesto, con lo que me limité a rolar los ojos en señal de cansancio, y mover mi mano para demostrarle lo poco que me interesaba su regaño.

—Sí, si, si, como digas Inuyasha, no es mi culpa que tengas un retraso de quinientos años en cuanto a lenguaje médico, pero aquí estas bastante necesitado de los productos de esta época y gracias a tus arranques de estupidez, ahora tenemos que comprar medicinas para ti y también para Sesshomaru, ashh como si tu hermano no te tuviera suficiente odio por existir, ahora también será por haber sido el primero en contagiarle pulgas—respondí despreocupadamente tirando los frascos que tenía en mis manos a la basura para después tomar mi bolso y dirigirme rápidamente a la puerta de mi recámara, dándome la vuelta para mirarlo de nuevo, el parecía que estaba a punto de seguir quejándose cuando me apresuré a interrumpirlo.

—¿Piensas quedarte ahí todo el día?, ¿o me vas a acompañar a comprar la milagrosa cura para tu problema?—pregunté con algo de burla en mi voz, observando cómo instantáneamente se pone de pie para seguirme, —no te olvides de la gorra, vas que parece que no la necesitas a y ni se te ocurra rascarte como maniaco en público o van a pensar que vienes de un país tercermundista—exclamé con el ceño fruncido observando como el toma rápidamente la gorra se la pone y me manda una mirada confundida, la cual simplemente paso a ignorar comenzando a bajar rápidamente las escaleras seguida de cerca por él.

Al llegar a la cocina mi madre deja de hablar por el teléfono para lanzarme una mirada nerviosa y colocar el aparato en su hombro y comenzar a fregar los platos afanosamente, lo cual se me hace muy sospechoso, “¿mi madre nerviosa?, esta señora anda muy misteriosa”, ella parece leer mis pensamientos porque rápidamente se voltea para preguntarme qué sucede, por lo que prefiero olvidar esa actitud del principio, “ya me estoy volviendo paranoica, no le pasa nada”.
—¿Qué sucede hija?, ¿no te sirvieron los productos cariño?, o necesitas más—preguntó mi progenitora con una voz tranquila y dulce, justo como ella acostumbraba, tomando el teléfono entre sus manos de nuevo, murmurando un “¿podría esperar un momento?” y luego apretar el botón del mudo.

—Si mamá, es que al parecer estaban caducos además que eran para piojos, y él—señalando a Inuyasha—tiene pulgas, no piojos, lo cual también me hace preguntarme quién de aquí a tenido piojos, además que no se ha cual veterinaria ir a comprar lo que necesito para desparasitarlo a él y a su querido hermano mayor, que casi se infarta cuando él le pasó las pulgas y amenazó con matarnos sin piedad si no le traía yo remedios para quitarle cuanto antes las pulgas—respondí bastante apesumbrada soltando de vez en cuando unos suspiros y lanzándole a Inuyasha miradas asesinas cada vez que podía.

—Jiji hija que cosas dices, así que tienes un hermano mayor cariño, seguramente se debió de molestar mucho porque lo contagiaste, pero no hay problema querido, Kagome irá a comprarte esa medicina para ti y tu hermanito, ah y como respuesta a tu pregunta querida, es que a Souta de pequeño e el colegio le pegaron los piojos y por eso los compré, debí suponer que ya estaban caducos, toma hija, la tarjeta de crédito para pagar las medicinas, no te preocupes por el costo, tu padre acaba de depositarnos y te dejó en esta tarjeta dinero para tus gastos, ah y el veterinario con el que puedes ir es el médico de buyo, aquí está la tarjeta, ¿de acuerdo querida?, vamos dense prisa, porque no creo que Inuyasha soporte estar mucho tiempo con esa plaga, a por cierto querida, ¿por qué no te compras algo bonito?, tu padre también te dejo dinero por tu cumpleaños, no creas que lo hemos olvidado, y también deberías regalarle algo a Inuyasha por su cumpleaños eh hija, bueno dense prisa tienen toda la tarde, adiós—comentaba mi madre al momento de empujarnos suavemente hacia la puerta mientras continuaba con su interminable parloteo y antes de que nos diéramos cuenta, ya estábamos fuera de la casa, Inuyasha con una confusión impresionante y yo con una tarjeta de crédito…un momento, ¡una tarjeta de crédito!, ¡yo una estudiante de quince años, tres días antes de cumplir dieciséis, con una tarjeta de crédito con grandes fondos!, sonreí maléficamente, ¡una tarjeta de crédito!, definitivamente esta tarde sería muy larga.

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¡Wow!, ¡esta tarde a sido la mejor de mi vida!, compré tantas cosas que ni siquiera logro distinguir a Inuyasha debajo de esa montaña de bolsas, ja fue una suerte tenerlo bajo mi merced por su “problemita”, jajajaja aun me causa tanta risa el ver como berreaba de esa manera cuando lo obligué a cargar todo y más cuando le probé la ropa obviamente por encima, no puedo dejar que su ropa nueva también se contamine de pulgas, ashhh pero ahora que recuerdo “¡que vergüenza!, ¡toda la gente nos miraba como si fuéramos unos extraterrestres!, seguramente era porque el berreaba como niño pequeño acerca de la ropa y yo que a cada momento me impacientaba más.

Mmm ahora que lo pienso creo que fue un poco exagerado todo lo que compre para la desparasitación, 7 botellas de champú pulguicida y su respectivo enjuague, un par de collares pulguicidas, dos kilos de polvo pulguicida, y el aerosol anti-pulgas, ah y o puedo olvidar todos los ingredientes naturales que compré en el mercado para después lograr quitarle de encima el espantoso olor de toda esta basura, creo que es lavanda y manzanilla…si así e llaman, después deberé hacer una infusión para volver a bañarlo con eso, mmm ahora la odisea será aplicárselo a mi pequeño “can”, el pobre hombre de la veterinaria casi se desmalla cuando pensó que toda esa cantidad de productos era para “limpiar” al pobre de buyo.

Pero cuando le dije que era para un par de samoyedos de proporciones estratosféricas, hasta me aconsejó que llevara el collar, mmm tal vez con Sesshomaru después de explicarle las cosas acceda, pero…el más difícil será Inuyasha, ashhh a veces de verdad se comporta como un perro, lo observé con cansancio, de nuevo estaba rascándose como maniático, aun me pregunto ¿Cómo diablos es que tiene comezón en el trasero si ahí no tiene pelo? Oh, bueno seguramente estos pensamientos no son favorables para mi mente de adolecente, vamos Kagome, mantén tu mente alejada de imágenes del trasero de Inuyasha, aunque parezca uno salido de una revista de espectáculos, no pude evitar mirarlo anonada, imaginando como se vería en traje de baño, mmm “nota mental: una vez limpio llevarlo a la playa, seguramente todas las tipas de la playa se morirán de la envidia” comencé a morder levemente mi labio inferior al imaginar eso, y sin darme cuenta solté un sonoro suspiro, que logró que él se distrajera de su afanosa tarea y me mirara confundido, lo cual me hizo darme cuenta del rumbo de mis pensamientos, “¡que demonios estoy pensando!, ¡yo nunca he sido una pervertida!” y alejé mi mirada de él, “debo mantener la calma, sobre todo por lo que voy a hacer”.

Salí apresuradamente de mi habitación con las prendas de ropa que había elegido para la titánica tarea de limpiar a Inuyasha, será un momento que recordaré por el resto de mi vida, y tal vez les cuente a mis hijos, claro si es que llego a tener.

Después de cambiarme entro de nuevo a la habitación, que raro no e visto a mi madre en toda la tarde, naa seguramente solo salió de compras al supermercado o con alguna de sus amigas, bien creo que este vestuario es perfecto para esta tarea, unos shorts por encima de la mitad del muslo, algo viejos y un poco ajustados, un “paliacate” en mi cabeza para mantener mi cabello en su lugar, una blusa también algo vieja, ¡rayos!¡olvidé ponerme el sostén de nuevo, ah ni modo, de todas formas esta ropa quedará con un espantoso olor después de esto, además ni que fuera a un desfile de modas para ponerme mi mejor ropa, así que entre menos cosas deje inservibles mejor.

—Inuyasha, ya vamos a comenzar tu tratamiento, mientras más pronto comencemos más pronto terminaremos—expliqué intentando darle ánimos, seguramente los necesitará, valla manera de pasar su cumpleaños, el se levanta instantáneamente del suelo y se dirige a mí, pero…parece que detrás de mí ay algo lo suficientemente espantoso para que su cara fastidiada se convirtiera en una de terror, por lo que no pude evitar virar hacia atrás para ver qué había detrás, pero nada, vuelvo a verlo bastante confundida, y lo encuentro en el suelo señalándome con el dedo índice y luciendo completamente espantado.

—¿Se puede saber qué diablos te pasa Inuyasha?, primero actúas como si no hubiera nada más importante que quitarte esa plaga de encima y de un segundo a otro tu cara parece que estuviera el mismo Naraku detrás de mí y no hay nada, ¿quieres decirme que te pasa?—exclamé con el ceño fruncido y con una voz completamente fastidiada y con algunas venas de enojo en mi sien.

—¡Keh!, ¿Cómo no quieres que actúe de esta manera cuando apareces de esta manera frente a mí?, ¡casi vienes desnuda!, ese extraño kimono que usas te tapa mucho más que ese retazo de hakama que traes puesto y ese extraño gi o “blusa” como tú la llamas, ¡se te transparenta toda!, como si no fuera lo sufrientemente obvio lo que hay debajo de ella—respondió el muy estúpido, ese comentario es el más grosero que había escuchado salir de la boca de él, yo que vengo a ayudarlo y él me sale con eso, me habla como si yo fuera una mujerzuela, traté de parecer furiosa, pero lo que logré demostrar es lo mucho que me dolió ese comentario “claro, si hubiera sido Kikyo su reacción hubiera sido diferente…muy diferente.

—Inuyasha, eres un estúpido, me he vestido así porque tengo que ayudarte con esto y no puedo usar otra ropa porque se echaría a perder, además quiero decirte que esta ropa no es inmoral en mi época,¡ y si tanto te molesta porque no te haces todo esto tu solo!, no sé porque me tomo tantas molestias si tú no eres ni un poco considerado conmigo, obviamente a Kikyo jamás le hubieras dicho algo parecido, ¡así que porque no vas con ella para que ella te las quite?!—sollocé dejando escapar de mis ojos una interminable cascada de lágrimas y me di la vuelta para dejar la habitación con ese estúpido que la ocupaba, pero mi huída se vio rápidamente frenada por sus fuertes brazos que me sostuvieron hábilmente por mi cintura y me llevaron al encuentro con su dueño y fui encerrada por ellos y su musculoso pecho, donde inevitablemente comencé a sollozar.

—Tonta, yo no quise decir eso, pe…perdóname, es que no estoy acostumbrado a verte vestida así, yo jamás te compararía con Kikyo, seguramente ella se hubiera infartado de estar en tu situación, sé que solo puedo contar contigo y me alegra saber que tu eres mi…amiga—susurró algo nervioso en mi oído, solo yo se lo mucho que debieron costarle esas palabras.

—Jiji de acuerdo te perdono, ahora vamos te ayudaré, ah pero antes ¡dame esto!—exigí jalando suavemente su haori con el intención de quitárselo.

—¿Qué…que…que?, ¿para que quieres que me quite la ropa?, ¿Qué…que mierda estás pensando ni…niñita?—tartamudeó bastante sonrojado y algo asustado, fruncí el ceño ligeramente y me preparé para gritarle.

—¿Se puede saber que está pensando tu mente cochambrosa?, ¿Qué se supone que iba a querer hacer?,¡ necesito que te quites esto para que te metas a bañar y yo pueda ponerte la medicina en tu cabezota que tienes!, además, ¡parece que no has lavado eso en años!, ¡ya dale un descanso!, voy a meterla a la lavadora con agua hirviendo para que mate a las pulgas que pueda traer en ella, ¡así que quítate ahora mismo eso!, ¡ni que te fuera a hacer que!—exclamé completamente iracunda y acercándome peligrosamente a él.

—¡No pienso hacerlo delante de ti!, ¡que es lo que quieres ver!, ¡ja!, ¡ganas tienes niñita!—bramó retrocediendo disimuladamente con una voz despreocupada pero con su rostro como un volcán a punto de explotar.

—¡Me canso que no te lo quitas!, ¡y ahora mismo te lo demuestro!—exclamé mi grito de guerra lanzándome inesperadamente sobre él tirándolo al suelo y sentándome rápidamente sobre su abdomen y comenzar a tironear salvajemente se sus ropas logrando quitarle el haori rápidamente y comenzando a quitarle con éxito el gi, pero inesperadamente la puerta se abre dando paso a Souta.

—Hermana, ¿Qué es lo que pasa?, parece que estuviera dándose una guerra en tu…recá…mara—tartamudeó completamente shockeado por la escena que se daba lugar frente a sus infantiles ojos, diablos espero que no malinterprete.

—¡Souta!, ¡te juro que no es lo que piensas!, es que…es que necesitaba quitarle la ropa para meterla a lavar pero es más terco que una mula—intenté explicarme al mirar sus ojos abiertos como platos, situación que al parecer un muy sonrojado Inuyasha intentó aprovechar para escabullirse por debajo de mis piernas, pero afortunadamente lo descubrí—¡y tu ni creas que te escapas!, ¡ni quien quiera ver tus miserias!, por eso está esta toalla para que te cubras!—exclamé bastante exasperada comenzando de nuevo a tironear, no más bien a arrancar su ropa.

—¡Souta!¡ayúdame por favor!¡tu hermana está loca!¡quiere violarme!—gritaba completamente desesperado, un momento…¿violarlo?—¡ja!¡ni que tuvieras tanta suerte pulgoso!—chillé bastante enfadada.

—¡Hermana!, ¡ya soy lo suficiente mayor para saber lo que están haciendo!, ¡jamás volveré a entrar así a tu recámara!, ¡pe…perdón!—gritó completamente espantado seguramente pensando no sé cuantas cochinadas—¡Souta no es lo que piensas!—aullé levantándome de encima de Inuyasha y correr a la puerta con ánimos de seguirlo—¡olvídalo onee-chan!, ¡sigan haciendo sobrinos!, ¡que tenga nueve años no significa que no conozca el tema!, ¡continúen no pienso salir en lo que resta del día!—exclamó hasta podría jurar con un tonito algo pícaro—pásalo bien con el orejas de perro—masculló con un tono que jamás imaginé venir de él…pervertido—¡Souta Higurashi que manera es esa de hablar!—regañé bastante impresionada por su actitud—ehhh creo que ya estabas algo…ocupada, ¡creo que deberías cuidar que el amigo con orejas de perro no intente huir!—finalizó logrando que yo volteara a ver hacia mi habitación donde Inuyasha intentaba escapar de la habitación y me miraba con pánico para volver a entrar a la recámara para intentar salir por la ventana, reuní aire, alguien debía pagar la vergüenza que acababa de pasar.

—¡SIENTATE!—bramé embravecida escuchando satisfecha el tan esperado sonido de Inuyasha estampándose contra el suelo de mi habitación y luego dirigirme a él y tomarlo del desarreglado haori que se había vuelto poner por encimita y se la volví a quitar, el de nuevo se levantó del suelo e intentaba llegar desesperadamente a la ventana, por lo que me vi obligada de nuevo a sentarme sobre él, pero esta vez también utilicé el conjuro, dejándolo K.O después de un par de sus palabras favoritas, con gran esfuerzo logré quitarle el gi y luego me vi en un dilema, ¿Cómo diablos iba a quitarle la hakama sin ver…las joyas de la familia, porque puede ser que le haya dicho que era una miseria, pero una cosa es decir y otra muy diferente es que sea verdad.

—¡Qué haré que haré!, ¡me lleva!¡a buena hora se me ocurrió dejarlo inconsciente!, mmm ¡piensa Kagome piensa!, ¡ya se!, ¡dónde está esa toalla!—después de un momento de reflexión recordé que la dejé tirada detrás de la puerta, rápidamente la tomé y me arrodillé frente a un inconsciente Inuyasha, “bueno…al mal paso darle prisa”, dejé caer la toalla como si me quemara, sobre la cadera de Inuyasha, después sin intentar mirar, suavemente comencé a deshacer el nudo que mantiene atada la hakama a su cintura, suspiré al menos está a su cintura y no es como los pantalones modernos.

Al deshacer el nudo por completo me decidí y mirando hacia otro lado con una mano mantuve en su lugar la toalla y con la otra jalaba lentamente la hakama, ¡Kami!, ¡como me costó trabajo sacárselo!, ¿Cómo si él está tan delgado puede pesar tanto?, por fin gracias a Kami se lo saqué por completo y me apresuré a recoger toda su ropa, sip mis sospechas eran ciertas, no lleva nada debajo, al menos se me ocurrió lo de la toalla, hice bola toda la ropa y casi corriendo la lancé a la lavadora y la puse en agua caliente, le puse suficiente detergente y algo de suavizante, no había terminado de hacer eso cuando un grito ensordecedor se escuchó en la planta alta, rayos ya se a despertado.

—¡Que mierda!, ¿en dónde está mi ropa?, ¿Por qué demonios solo tengo puesta esta tela encima?¡Kagome!¿qué diablos te pasa?—vociferaba sin control Inuyasha, masajeé cansadamente mis sienes, seguramente sus gritos los escuchaban hasta los vecinos, como puede ser tan desesperante.

—¡Quieres cerrar la boca de una vez!, la respuesta es que se está lavando tu ropa, para evitar la propagación de pulgas de nuevo en esa mata que tienes por cabeza y la respuesta a tu otra pregunta es que no sabía cómo evitar mirar “eso” al quitarte el pantalón así que te puse eso—respondí tranquilamente, mirando divertida como su cara de furia cambiaba a una poblada de un fuerte sonrojo.

—¡Keh!, ¿y seguramente también la pasaste muy bien no es así?, ¿o me lo vas a negar?—discutió mirándome de reojo para ocultar su sonrojo.

—¡TE QUIERES CALLAR DE UNA BUENA VEZ!, ¡no has dejado de quejarte!, ¡ya me tienes harta!, ahora vas a venir, te guste o no, ¡y te voy a tallar esa cabezota que tienes hasta que no te quede ni un maldito bicho!, ¡y si te vuelves a quejar de nuevo!, te sentaré hasta dejarte fuera de combate y deberás atenerte a que yo te bañe—añadí con una maliciosa sonrisa.

—¡Keh!, pero que conste que no lo hice por gusto—refunfuñó, abusando de la poca paciencia que me quedaba esperé a que se levantara y al no hacerlo, lo agarré de una oreja y lo llevé a rastras al cuarto de baño.

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Si alguna vez había pensado que bañar a un niño o a un perro es complicado, seguramente nadie a estado en mi lugar, ¡Inuyasha es un idiota de proporciones estratosféricas!, al intentar meterlo a la bañera se negaba porque según él eso apestaba más que la sangre pasada de un youkai, y no se metía y no se metía, tuve que tomar medidas desesperadas y le arrebaté la toalla haciendo que instantáneamente él se lanzara al agua, apestosa o no, ¡bien!, debo admitir que huele a rayos esto, pero…¿Qué se le va a hacer?, después de eso se negaba a que yo le tallara la cabeza, y cada vez que me acercaba me mojaba, así que en un arranque de furia, me lancé a la bañera con él y comencé a enjabonarlo y cepillarlo en contra de su voluntad, aunque tuve que empericarme sobre su espalda y al último sobre su torso.

Era tanta la pelea que hasta olvidamos los términos en los que nos encontrábamos, y empezamos a pelear como niños pequeños a remojones de agua y en cada oportunidad yo le enjabonaba aun más la cabeza, hasta que se veía como caía inmóviles unos puntitos cafés, que seguramente eran las pulgas.

—¡Deja de moverte Inuyasha!, ¡ya casi voy a terminar!, mmm que bien que solo tienes pelo en la cabeza, sería un problema que tuvieras vello corporal, porque…¿no tienes allá abajo no?, ¡si es así desde ahora mismo te digo que ahí si no te ayudo!—murmuré bastante sonrojada forcejeando con él para alcanzar su cabeza, disfrutando del grato sonrojo del hanyou.

—Por…¡por supuesto que no!, yo…yo…¡yo no tengo!, además ¡eso que te importa!, son cosas mías—respondió sumamente avergonzado.

—¡Pues porque ahí también se te pueden hacer tonto!, ¡ni que me fuera importar por otra cosa!, bien…ya solo te falta el enjuague—mencioné bastante entusiasmada, hacia un rato que ya no tenía que estar encima de él y eso me alegraba en cierto modo, apenas abrí el envase y me vinieron unas tremendas arcadas, ¡Kami-sama!, ¡esto huele a rayos!, miré a Inuyasha y el no se encontraba en mejores condiciones que yo, si el champú y todo el mugrero y medio que puse para preparar el agua olía mal, Kami, esto no olía mal…si no lo que le seguía.

—Bien Inuyasha, aguántate como los machos—comenté, conteniendo las terribles náuseas y por cierto, debo dejar de ver tantas telenovelas mexicanas cuando venga a casa, se me han pegado bastantes frases.

—¡ESTAS LOCA MUJER!, ¡eso huele espantoso!, si antes toleré el molesto olor de las pócimas de antes, fue por necesidad, ¡pero esto es demasiado!, ¡no pienso dejar que me pongas eso!—exclamó alejándose de mí intentando buscar algo que lograra tapar su desnudez para lograr escapar.

—¡Pues lástima margarito!, ¡no voy a echar todos mis esfuerzos por la ventana solo por lo nena que eres!, ¡te aguantas!—sip definitivamente debo dejar de ver las telenovelas con el abuelo, lo siento pero ya no podré ver más a “gaviota”, después de ese breve pensamiento me lanzo de nuevo enardecida sobre él, derramando el enjuague en su cabeza, durante el forcejeo yo me siento sobre su abdomen y el intenta por todos los medios zafarse de mí, en una de esa coloca sus dos manos en mi pecho, para intentar levantarme, pero como comienza a lograrlo, sujeto mis piernas fuertemente alrededor de su cintura, comenzando a gritar como posesos, y en eso de la nada la puerta se abre de improviso…de nuevo, diablos…Souta de nuevo, y se escucha un aturdidor grito de una gran multitud, me lleva…definitivamente no es Souta.

—¡FELIZ CUMPLEañooooosssss—exclamaron los desconocidos bajando notablemente el timbre del grito hasta callarlo y mirarnos con la boca abierta,—KYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA—gritaron las mujeres presentes ¿diablos quiénes son?, al caer en cuenta de quienes eran casi me muero de un ataque al miocardio.

—Ka…ka…¿Kagome?, ¿Qué haces?—preguntó una incrédula Eri, que se encontraba al lado de mis otras 2 amigas que poco les faltaba para que se les salieran los ojos y eran seguidas de por lo menos 20 personas en igual o peores condiciones, —Jamás hubiera imaginado encontrarte en esta situación Kagome—acotó una muy confundida Yuka, —¿A eso te referías con vivir el amor?—interrogó una muy sonrojada Ayumi, al escuchar eso último reaccione, y miré a Inuyasha que estaba igual de petrificado que yo, y me di cuenta de la posición en la que estábamos, yo sobre él, con la ropa mojada y completamente entallada al cuerpo, sentada en su torso abrazándolo con las piernas y con las manos enredadas en el cabello de él, y el sosteniéndome algo levantada por encima de su pecho con sus manos que estaban en el mío, un momento…¿en donde tiene las manos?, bajé la mirada dándome cuenta que el me sostenía separada de él gracias a sus manos que estaban casualmente encima de mis pechos, levantando mi peso a partir de ahí.

—KYYYYYYYYYYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA, ¡INUYASHA!¡QUE DEMONIOS CREES QUE ESTÁS HACIENDO!—exclamé completamente histérica soltándome del agarre de él que lucía completamente sonrojado y aterrado.

—¡Perdóname Kagome!, ¡no sabía que tenía las manos ahí!, ¡yo no soy un pervertido!—gritó intentando justificarse y por un momento pensó en salir hasta que escuché de nuevo los gritos de ellos.

—¡O POR DIOS—gritaron todos los varones presentes, yo los miré bastante confundida, y lo siguiente aclaró todas mis dudas—¡KAGOME!¡SE TE TRANSPARENTA TODO!—aullaron horrorizadas mis amigas, me di cuenta de la verdad, ¡jamás me había sentido tan avergonzada en mi vida!.

—¡AHHHHHHHHHHHHHHHH!¡INUYASHAA!¡SIRVE DE ALGO!—bramé tirándome de nuevo en la tina, pero jalando a Inuyasha de los hombros y colocándolo al frente de mí, para ocultarme detrás de él, lo cual me había parecido una buena idea, hasta que…

—¡WOW!¡KAGOME!¡QUE BUENOS GUSTOS TIENES!, ¿DE DONDE SACASTE A ESTE MODELO?—chillaron algunas de las que reconocí como compañeras de la secundaria, grité de nuevo y lo puse detrás de mí, pero las acciones de los varones se repitieron, repetí la escena por lo menos 3 veces hasta que no pude más con la vergüenza.

—¡LARGOOOOOOOO DE AQUÍ!—aullé completamente histérica lanzando todo lo que encontraba a mi alcance, a lo que el tropel de metiches reaccionó huyendo completamente aterrorizados.

En ese momento se desató el caos en el baño, me salí de la bañera echa completamente una furia, asesinando a Inuyasha con la mirada, y tomando una de las toallas del toallero para envolverme en ella.

—¡Todo esto es culpa tuya!, ¡grandísimo animal!, ¿sabes lo que deben estar imaginándose mis compañeros?—rugí completamente iracunda, tomando otra de las toallas para lanzársela furiosamente al hanyou—¡cúbrete!, ¡por tu culpa no podré ver a la cara a mis amigos en por lo menos 6 meses!, ¡nos largamos!—ordené recogiendo todo y tirarlo rápidamente a la basura, dándole la espalda para que se “vistiera”.

—¡Porque me culpas a mí!, ¡fuiste tú la de esta estúpida idea!—reclamó bastante enojado, a lo que simplemente lo silencié con una escalofriante mirada.

—¡Muévete!, ¡vamos a mi recámara por la ropa que compré!, ¡después venimos por la tuya!—exigí jalándolo salvajemente del brazo para después abrir de golpe la puerta, dejando caer a todos los jóvenes que se escondían detrás de ella, para ver que lograban escuchar.

—¡Bola de metiches!, ¿Quién los manda a andar fisgoneando?, son unos…—vociferaba como maniático Inuyasha hasta que Kagome lo jaló fuertemente del brazo y rápidamente lo llevó prácticamente arrastrando hasta su recámara y lo lanzó dentro de ella, para luego entrar y cerrar con seguro y en donde de nuevo comenzaron los gritos.

—¡Vístete!, ¡qué horror!, ¡es el peor OSO de mi vida!—sollocé bastante agitada, furiosa, y compungida, ¡un momento!, ¿dije oso?, definitivamente debo dejar de ver tantas telenovelas mexicanas.

—¿Qué tiene que ver un maldito oso en todo esto?, ¡debería ser yo el molesto en todo esto!, ¡yo era el que estaba desnudo!, tú…—reclamaba hasta que yo de un portazo cerré la puerta del armario para cambiarme dentro de él, unos minutos después, salí e Inuyasha gracias al cielo se puso la ropa que le di.

—¡Bien ya nos largamos ahora mismo!—expliqué abriendo suavemente la puerta, —ehh Kagome espera…—me llamó, pero lo ignoré, —ya date prisa antes de que mi mamá se entereeeee—susurré para terminar de abrir la puerta y me lleve el susto de mi vida al ver a mi madre mirándome escrutadoramente, y me quedé completamente helada.

—Ho…hola mamá…jiji¿ lindo día no?, ehhh creo que ya va siendo hora que pase a retirarme—comenté de forma nerviosa, rogando a Kami que ella no supiera del incidente del baño—lo siento Kagome…pero no irás a ningún lado, debemos platicar de algo—respondió sombríamente mi progenitora y luego agregó al ver como Inuyasha se preparaba para poner pies en polvorosa—los tres, tú, Inuyasha y yo—agregó observándonos seriamente, “diablos, este no ha sido mi día”, cuando mi madre estaba a punto de comenzar, gracias a Kami apareció de la nada Ayumi salvando la situación.

—Disculpe señora, pero…¿continuará la fiesta?, nosotros comprenderemos si no desea…—expresó tímidamente mi amiga, “dios no recuerdo la última vez que me alegré tanto que llegara de la nada”, —no te preocupes hija, ¿después de todo ya están todos aquí no?, no dejaré que se vallan así, claro que continua la fiesta—contestó tranquilamente, ¡diablos lo que menos quería, mis compañeras se la pasarán murmurando de mi vida sexual, que ni siquiera existe!, será un muy largo día.

Bien ahora si podía declarar oficialmente que este había sido el peor día de mi vida, podía sentir las miradas clavadas en mi espalda, unas lascivas, otras curiosas, indiferentes, envidiosas y todo lo que puedan imaginar, al menos Inuyasha no se alejó de mí en todo el rato, eso me quita un peso de encima, además que aunque no lo quiero admitir me encanta saber que la mayoría de las miradas de las mujeres ahí presentes me miraban con una envidia que apenas podían con ella, creo que ya no irá tan mal, tenía que abrir mi bocota diviso al chico que se la pasa persiguiéndome, no puedo evitar sentirme un poco mal por él, pobre, en mi corazón solo hay lugar para alguien y ese está a mi lado ahora mismo…¡rayos!, ¡está al lado mío!, esto se pondrá feo.

—¡Higurashi!, es un placer verte, lamento mucho el incidente de hace unos momentos debió ser horrible—saludó amablemente Houjo, sentí como Inuyasha me acercaba posesivamente a su lado con uno de sus brazos, diablos, esto no ayuda en nada.

—Lo sé Houjo, es lo peor que me pudo haber pasado, definitivamente hoy no fue mi día, pero…¿Por qué no vas con los demás chicos?, seguro que platican algo bueno—respondí cortésmente rogando para que se fuera antes que Inuyasha tuviera un ataque de celos, que acabaría de mejorar el día.

—Ehh no lo creo Higurashi, no me agradan los temas de conversación en este momento—comentó con el ceño levemente fruncido, sip definitivamente el tema de conversación en este momento debe ser “¿vieron como se le transparentaba todo a Higurashi?, ese chica no tenía pinta de ser tan apasionada”, mis mejillas enrojecieron inevitablemente—ayyy ya se de lo que están hablando—susurré más para mí misma que para él, pero me logró escuchar—no te preocupes Higurashi estoy seguro que tú no tienes la culpa, si no alguien más que no diré su nombre pero estoy viendo aquí—contestó Houjo mirando feo a Inuyasha, el cual correspondió completamente su mirada, esto no me gusta, ¿acaso estará buscando pelea?, ¡qué demonios está pensando Houjo!, ¿a que le tira?, ni siquiera lograría rozar a Inuyasha antes de que este de un solo golpe lo deje K.O.

—¿Que estás intentando decir idiota?, ¿insinúas que soy un pervertido?—contestó amenazante Inuyasha gruñendo levemente.

—Oh, yo no insinuó nada, yo lo afirmo, y estoy seguro que tu eres el causante de que Kagome falte tanto a clases—afirmó bastante enojado, la gente empezó a reunirse a nuestro alrededor para enterarse, ¿Por qué yo debo ser el espectáculo?.

—¿Y si así fuera a ti que te importa?, si no está contigo por algo será, ella quiere estar solo a mi lado, y yo me aseguraré de protegerla de cada maldita cosa que pueda hacerle daño y tú estás en esa lista—gruñó amenazantemente colocándome detrás de él y tronando los dedos.

—No sé como una chica tan dulce como Kagome puede estar con un hombre tan violento como tú, pero conmigo no te darás abasto, ahora mismo lo arreglamos, ¡te alejaré de Kagome a como dé lugar!, ahora vamos ¡pelea!—contestó igual de amenazante, quitándose la chamarra que traía y lanzándola hacia atrás, ¡lo que me faltaba una pelea!, ¿Dónde quedó el pacífico Houjo?, sepultado bajo los celos de haberte visto en una posición no muy santa que digamos.
—¡NO!, esperen ni crean que van a pelear—grité interponiéndome entre ambos, gracias a dios a Inuyasha no se le había caído la gorra de la cabeza, pero si peleaba eso sería más que obvio, además de una prolongada estadía en el hospital para Houjo—ehhh, no peleen, aquí todos somos amigos—acoté tontamente, cayendo en la cuenta lo estúpido que sonó eso.

—¿Yo?¿amigo de este cavernícola?, como si eso pudiera pasar—respondió Houjo con cara de fastidio—¡lo mismo digo yo!, ¡amigo de este mentecato!, ¡ni en quinientos años!—contestó aún más idiota Inuyasha por decir eso, lo cual me sacó una risa, él comprendió y se apresuró a replicar—¡ya sabes a lo que me refiero!, ¡ni en este caso se lograría!—refunfuñó fastidiado, bueno al menos dejaron de pelear—¡eres una mala influencia para Kagome!, ¿de dónde vienes?¡de la edad media!—exclamó irónicamente Houjo, diablos hablé demasiado pronto.

—¿Y si así fuera?¡a ti que te importa!, ¡no puedes compararte conmigo!, ¡yo soy un poderoso lord dueño de…ahhhhh—empezaba a presumir cuando yo, al darme cuenta de por dónde iba la gritería le di el pisotón más fuerte de su vida—¡cuál es tu problema Kagome!, ¡eso me dolió!—replicó Inuyasha sobándose adolorido el pie que fue la víctima de mi furia.

—¡Eso te sacas por presumido!, ¡nadie necesita saber tu condición social, ni que tu hermano es el príncipe heredero a las tierras de tu padre!, ¡ni que tu madre era una princesa!, ¡que tu hermano tiene un castillo al que te puedes mudar cuando quieras!, ¡ni que tu eres el hijo pequeño del hombre más poderoso de…—interrumpí mi asombroso vómito verbal, tapando mi boca inmediatamente, al darme cuenta de la mueca socarrona en el rostro de Inuyasha y de la mirada atónita de cada uno de los presentes, ¡diablos tenía que abrir mi bocota!.

—Yo no soy el que lo acaba de decir Kagome, y dices que yo soy el presumido, ¿Qué dices a eso?, estúpido humano—expresó burlescamente, mirando despectivamente al pobre de Houjo que miraba la escena atónito.

—Ehhh, puedo explicarlo…—articulé atropelladamente sintiendo la pesada mirada de cada una de las mujeres en la sala—bueno…pensándolo bien…¿ya se nos hace tarde no Inuyasha?—pregunté acercándome disimuladamente a su brazo y al notar el primer movimiento de mis compañeros—¡KYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!, ¡MAMÁ NO VOLVEREMOS EN UN MES O DOS!, ¡YA NO SOPORTO ESTO!—chillé histéricamente tomando la mano de Inuyasha en intentar correr hacia la puerta principal pero al verla obstaculizada por tres tipas a las que poco les faltaba babear—¡por la ventana de mi cuarto Inuyasha!—exclamé subiéndome a su espalda sujetándome fuertemente a sus hombros cuando el saltó impresionantemente y llegamos en tres saltos a mi recámara, donde para mi desgracia estaba mi madre con sus manos posadas en sus caderas mirándonos seriamente.

—¿A dónde creen que van jovencitos?, les hace falta la plática sobre…las abejas y las flores, aunque seguramente con la edad que tienen ¿no requiero de eso no?, porque al parecer Inuyasha jamás la ha escuchado—explicó seriamente mirándonos atentamente y a la turba de gente encabezada por Houjo y mis amigas que se atoraba en la escalera—¡por dios mamá!, ¡te juro que no estábamos haciendo nada de eso!, ¡diablos!—exclamé intentando convencer a mi progenitora y dándome cuenta que Houjo estaba justo detrás de nosotros.

—¡Eso no significa nada niñito mimado!, ¡que tu papi sea el rey de lo que sea no te hace mejor que yo!, y con eso no has logrado comprarle salud a Kagome, que se enferma constantemente—aulló completamente encolerizado, mirando a Inuyasha con claras ganas de asesinarlo, cuando fue interrumpido por unas muy emocionas amigas—¡wow Kagome!¡tienes un príncipe!, con razón no te interesaba nadie más!—chilló una muy emocionada Yuka—¡que romántico Kagome!, ¡tienes un príncipe azul!, ¡y nosotros que pensábamos que era un pandillero!—agregó una Ayumi con los ojos vidriosos y con sonrisa del tamaño de la mitad de su cara—lo lamento Houjo, pero…¡no dejes a ese hombre por nada del mundo!, ¡nosotras tus mejores amigas te apoyamos Kagome!—complementó una eufórica Eri.
— ¡Tu eres el estúpido más grande que he conocido!, ¡para tu conocimiento Kagome jamás ha estado enferma de todas esas estupideces que dices!, ¡y la triste vez que se enfermó de un miserable resfriado yo mismo me encargué de cuidar de ella, logrando que se curara ese mismo día!, si por mi fuera Kagome no volvía a esa pérdida de tiempo de escuela, ¡para que!, ¡si conmigo no necesita de eso!, ¿Qué responderás a eso idiota?—gritó a los cuatro vientos enterando a toda la clase que todas mis enfermedades eran tan verdaderas como decir que Sesshomaru es el hombre más piadoso del mundo.

—¿Cómo?, ¿Qué Kagome nunca ha estado enferma?, ¡mientes!, porque está mintiendo, ¿no es así Kagome?—interrogó bastante desconcertado, diablos ya se me cayó el teatrito, —ehhh pues verás Houjo, yo…—intenté explicar rogando a dios no delatarme cuando mi madre llegó a salvarme—¡por supuesto que si jovencito!, ¿acaso creen que yo le serviría de tapadera a mi hija para no quedar mal en la escuela?, solo yo se lo caro que han sido los tratamientos—respondió mi madre fingiéndose ofendida, yo no conocía ese talento de mi madre, hasta yo misma me lo creería.

—Lo siento señora, pero es que no entiendo cómo puede permitir que ese rufián, este al lado de su hermosa hija, el no la merece—explicó algo avergonzado por lo último que dijo.

—Houjo lo siento pero no tienes de que enfadarte, nosotros solo somos amigos, no debería importarte lo que haga o deje de hacer, siento ser grosera, pero es la verdad, odio que la gente pelee—respondí algo enfadada, no permitiré una pelea en mi casa.

—¡Ya me tienes harto!, ¡si buscas pelea solo dilo!, ¡solo debo decir que debes prepararte para no caminar en al menos un mes!, ¡—vociferó Inuyasha bastante enfadado.

—¿Por qué te importa?, ¡a pesar de tu posición económica eres una mala influencia para ella!, ¡la hiciste quedar como una fácil frente a los demás!—atacó verazmente Houjo, un momento…¿quede como una fácil?, ¡genial!, solo eso faltaba para que fuera el peor día de mi vida.

—¡Puede el mundo pensar lo que quiera de ella!, ¡solo importa lo que yo piense de ella!, para mí es la mujer más correcta que conozco, y lo más importante…¡es mi mujer!, ¡la futura madre de mis hijos, la compañera de mi vida, y lo que quieras agregar!, ¡eso es ella para mí!, ¡y ni tú, ni Kouga, ni el mentecato de Akitoki, podrá hacer nada para cambiarlo!—aulló para que todos lo escucharan, pero luego cayó en la cuenta de lo que dijo, rayos, ahora se va a arrepentir, pero para mi sorpresa se acercó a mí y me dijo con las mejillas echas tomates—bueno…algún día debías enterarte Kagome—murmuró alejándose un poco de mí, para esperar mi reacción, yo estaba en shock, bueno…ahora estoy segura que no fue el peor día de mi vida.

Glosario de palabras en mexicano xD

paliacate: una garra que se acostumbra poner en la cabeza para detener el pelo o secarse el sudor, es como un pañuelo gigante d un color con algunos estampados

oso: un hecho vergonzoso, algun acto estupido del q te averguences, dicho mas que nada por las fresas mexicanas
nota: siento ser fresa a veces xD

HOLA!!!!!!!!!!!!!!lo se lo se chicas, las hice esperar demasiado, pero son 13 hojas!!!!!debía inspirarme!!!creo que e matado a algunas de risa, de una vez aviso, no acepto demandas!!!soy pobre asi que no serviria de nada!!!!al escribir esto llego a dolerme la barriga de tanta risa, suficiente ejercicio por esta semana xD
bien espero muuuuuuuuuuuuuuchos comentarios y de una vez les aviso!!!ni mikura ni yo nos responsabilizamos por daños materiales (lease perdidas materiales por laptops caidas o algo parecido)bien espero no haberlas decepcionado, me despido, y sugiero que esperen pronto la venganza de mikura 700!!!estara genial se los aseguro!!!nos vemos mi preciosas lectoras!!
XOXO
bye!!