I Un grupo de soldados entró en el castillo de Lord Emil cargando con el malherido Alexis, el hijo de Lord Emil y Lady Giselle. __ ¡Alexis!__ gritó Giselle al ver a su hijo, de 10 años recién cumplidos, cubierto de sangre.__ ¡¿Qué ha ocurrido?! __ Le ha atacado un lobo, señora.__ respondió Rayth, el jefe de la guardia.__ Lord Emil ha salido a cazarlo. __ Llevadlo a su habitación.__ ordenó Giselle.__ Y llamad a Galeno para que se ocupe de sus heridas, Los soldados se llevaron al joven a su habitación mientras un criado iba a avisar al médico. Giselle se acercó al umbral de la puerta del castillo para observar el bosque y esperar el regreso de su marido. Lord Emil cabalgaba todo lo deprisa que podía a través del bosque que rodeaba su castillo persiguiendo al lobo que había atacado a su hijo. Sin embargo, perdió el rastro del animal y se encontró en un claro desierto. __ ¿Dónde se ha metido?__ se preguntó mientras hacía girar al caballo para buscar a su alrededor. De pronto, una sombra apareció en el claro y asustó a la montura del lord, que cayó al suelo cuando el animal salió corriendo. __ Cuanto tiempo sin vernos, Emil.__ dijo la figura que había aparecido en el claro. Al incorporarse, Emil reconoció a Karin, una mujer de ojos azules y cabellos negros que muchos años atrás había jurado venganza contra su familia y que había recurrido a la magia con ese objetivo. __ ¿Qué haces aquí, bruja? __ ¿De verdad tienes que hacerme esa pregunta? He venido aquí para llevar a cabo mi venganza. __ Ahora no es un buen momento.__ replicó Emil mientras le daba la espalda a Karin y empezaba a introducirse en el bosque para buscar su caballo. __ Espero que a tu hijo le haya gustado la visita de mi amigo.__ dijo Karin con una oscura sonrisa. Aquella provocación hizo que el lord se detuviera y se volviera hacia ella. __ ¿Tú enviaste a esa bestia?__ le preguntó mientras desenvainaba su espada. __ Siempre se me han dado bien los animales. __ ¡Sólo tiene 10 años!__ exclamó Emil.__ ¡¿Cómo puedes hacerle eso a un niño?! Karin levantó una mano en señal de paz y dijo: __ Tranquilo, milord. No tengo planeado matarle; mi intención es que Alexis viva una vida maldita semejante al infierno que he tenido que pasar por culpa de tu familia. Emil se abalanzó sobre la mujer para atravesarla con su espada pero la mujer desapareció y apareció unos metros lejos de él. __ La maldición la introduje en los colmillos y las garras del lobo que mordió a tu hijo, que ha sido infectado por mi magia. Nunca podrá tener una vida normal; estará condenado a no tener amigos; ninguna mujer querrá desposarse ni tener hijos con él. Vuestro linaje llegará a su fin. __ ¡¿Qué es lo que le has hecho?!__ gritó Emil, que volvió a atacar a la hechicera. La mujer volvió a desvanecerse y apareció entre los árboles, mostrando una sonrisita de suficiencia. __ Eso lo descubriréis cuando la luna alcance su máximo esplendor. Espero que tu hijo disfrute de mi regalo. Y dicho aquello, Karin se cubrió con una capa y desapareció en la oscuridad mientras el lord dejaba caer su espada y observaba el cielo, donde la luna brillaba en su fase de cuarto creciente.
Que tetrico, pobre muchacho, tener que soportar una maldición a tan corta edad, el capitulo está un poco corto, pero igual es interesante, solo ten cuidado con ciertos detalles, pues al principio pusiste que el chico cumplia 10 años y despues el padre dijo que tenia 16, algunas veces esos detalles confunden, paar que no te vuelva a pasar es mejor que revises antes de publicar. Por lo demás todo esta bien, solo trata de haser los capitulos mas largos, ya quiero saber qué pasará y como sobrellevaran la maldición, de seguro y una tierna doncella se la rompe, seria tan romantico, ejem, buen titulo e historia, siguela, espero con ansias el siguiente capi.
II Sara despertó sobresaltada cuando el carruaje en el que viajaba se detuvo bruscamente. __ Muchacha, ya hemos llegado.__ le informó el cochero tras abrir la puerta. La joven bajó del carruaje y pagó al cochero con el dinero que su madre le había dado antes de abandonar Hender, su pueblo natal; caminó por las calles de Istar y entró en la taberna. __ Disculpe, ¿sabe dónde puedo encontrar a una mujer llamada Hilda? __ ¿De qué conoces a Hilda, muchacha?__ le preguntó un hombre vestido con una armadura ligera y armado que se estaba tomando una jarra de cerveza en la barra. Sara le miró con desconfianza antes de responder: __ Es mi tía. __ ¡Así que tú eres Sara!__ exclamó el soldado con una sonrisa.__ Hilda no ha dejado de hablar de ti y de lo mucho que esperaba que vinieras a vivir con ella. Mi nombre es Rayth. El soldado le tendió una mano a la chica, que la aceptó contenta de que alguien conociera a su tía. __ ¿Sabe dónde está?__ le preguntó. __ Claro.__ respondió Rayth.__ Vive y trabaja en el castillo de Lord Emil; te acompañaré. Rayth recogió el equipaje de Sara y los dos se dirigieron a la puerta. __ Ten mucho cuidado, pequeña.__ le advirtió un anciano cuyo aliento apestaba a alcohol.__ En esos bosques hay una bestia muy peligrosa a la que le gusta despedazar a las personas, especialmente a las hermosas jovencitas como tú. Sara tragó saliva pero Rayth intervino y le dijo al anciano: __ Hellion, no asustes a la chica con tus historias en su primer día en Istar. El hombre chasqueó la lengua y volvió a centrarse en su jarra de licor. __ No le hagas caso.__ le dijo Rayth a Sara mientras salían del pueblo y se adentraban en el camino del bosque hacia el castillo del lord.__ No son más que los desvaríos de un borracho. __ ¿Lo de que hay una bestia que mata a la gente? __ Es cierto que ha habido muertes por los ataques de animales pero son animales salvajes normales y corrientes.__ explicó el soldado.__ Lo que Hellion va contando por ahí es que en el bosque vive una criatura que es bestia y hombre al mismo tiempo y la gente, debido al miedo que los ataques de los lobos han causado, se ha dejado llevar un poco por la histeria. “Ya lo veo.” pensó Sara, que había visto la cautela con la que los habitantes de Istar realizaban sus actividades cotidianas. Mientras tanto, en el castillo, Lady Giselle caminó hasta la habitación de Alexis y llamó a la puerta. Al no recibir respuesta, decidió entrar sin permiso y recibió el olor de una estancia que había permanecido sin ventilar durante días. Pasó por encima de la ropa tirada de Alexis, que dormía profundamente medio desnudo y mostrando las cicatrices que le acompañaban desde que cumpliera los 10 años. “¿Será posible?” pensó la mujer al ver las botellas vacías que había al lado de la cama. Llamó a una criada y le pidió que trajera un cubo de agua mientras abría las cortinas y la ventana para dejar entrar luz y aire fresco en la habitación. Cuando la sirvienta llegó con el cubo, Lady Giselle le dio las gracias y cogió el recipiente para después arrojar su contenido sobre Alexis, que se despertó sobresaltado. __ ¡Madre, ¿está loca?!__ gritó el joven mientras se apartaba los largos y empapados cabellos negros de sus ojos.__ ¡¿Qué haces entrando en mi habitación sin mi permiso?! __ Perdona, hijo, pero pensé que esto era la leonera para arrojar a los prisioneros.__ bromeó su madre. Alexis se levantó y se estiró, llevándose inmediatamente las manos a la cabeza y quejándose del martilleo que sentía en las sienes. __ No me extraña.__ replicó Lady Giselle.__ A saber cuánto alcohol te tomaste anoche. __ Ya no soy un niño, madre.__ gruñó Alexis. __ Desde luego.__ corroboró su madre enarcando las cejas, mirando con malos ojos la barba de varios días y los cabellos desordenados.__ Pero tampoco se puede decir que te estés comportando como un adulto. Jamás había visto a nadie que se abandone tanto como tú. ¿Cómo demonios se van a fijar en ti las mujeres si no cuidas tu aspecto y tu higiene? Al oír aquella pregunta, Alexis se rió. __ Créame, madre.__ replicó con cierto pesar.__ Lo que evitaría que cualquier mujer se interesase por mí no sería precisamente mi abandono de la higiene personal. Giselle suspiró de irritación y salió de la habitación, dando los buenos días a Galeno, el anciano médico del castillo, que se inclinó a modo de saludo. __ Traigo su tónico, Lord Alexis.__ informó mientras depositaba un pequeño frasco de cristal lleno de un líquido incoloro en la mesilla de noche. __ Lo que necesito ahora es ese remedio para las jaquecas.__ gruñó Alexis mientras se cambiaba. Sonriendo, Galeno extrajo un segundo frasco de su ropa y se la entregó al joven, que la tomó con alivio. __ Tú siempre estás en todo.__ comentó antes de tomarse el contenido de un trago. El intenso sabor amargo del remedio le despejó la mente al instante; las arcadas que el sabor del medicamento le provocaba eran un precio muy pequeño al compararse con su efecto milagroso. __ Lo que pasa es que le conozco bien, Lord Alexis.__ explicó Galeno.__ Ahora tomaos el tónico. Alexis iba a replicar que no lo necesitaba todavía cuando sus cicatrices palpitaron dolorosamente, obligándole a tomarse el tónico, de un sabor mucho más dulce que el anterior; el dolor de su antigua herida se desvaneció al instante. __ ¿Te puedes creer que mi madre haya entrado en mi habitación como si aún fuese un niño de 10 años?__ le preguntó al médico mientras le entregaba el frasco.__ Es indignante. __ Lady Giselle sólo se preocupa por usted.__ intentó calmarle Galeno.__ Siendo su madre, ella sólo desea que su vida sea plena y feliz. __ Pues ya puede ir olvidándose.__ replicó Alexis, que terminó de ponerse las botas y se dirigió a la ventana.__ Ya me dirás qué tipo de felicidad puede alcanzar un monstruo como yo. Ocho años, Galeno; ocho años y esta herida me sigue atormentando como el primer día; ocho años temiendo la llegada de la luna llena de cada mes y encadenándome para intentar evitar, a veces sin éxito, que mate a la gente. __ No se preocupe, Lord Alexis. Encontraremos un modo de deshacer su maldición y podrá tener una vida normal como cualquier otro. Alexis mostró una sonrisa sombría y replicó: __ Ya no soy tan ingenuo como antes, anciano. No me puedes engañar diciendo… Se calló al sentir un agradable aroma inundar el aire; era una mezcla de humedad y flores, un aroma que nunca había sentido. __ ¿De quién es este olor?__ preguntó mientras se asomaba por la ventana. Entonces vio a Rayth, que seguramente volvía de tomarse unas copas en la taberna, y vio que no estaba solo. A su lado había una joven pelirroja de ojos castaños y mirada penetrante; parecía observar todo con admiración; o tal vez era algo que el jefe de la guardia le estaba contando. __ ¿Quién es ella?__ le preguntó a Galeno, que se acercó a la ventana. __ Debe de ser la sobrina de Hilda, Sara.__ respondió el anciano al ver a la chica.__ Hilda me contó que iba a venir a pasar un tiempo con ella porque no se han visto desde hace años y para ayudarla. Alexis volvió a clavar la mirada en Sara y a su mente regresó la imagen de una chica muerta, despedazada por sus garras. Se estremeció y se apartó de la ventana. __ ¿Es eso cierto?__ le preguntó Sara a Rayth mientras se acercaban al castillo.__ ¿Al hijo del lord le atacó un lobo? __ Así es. Sucedió cuando tenía 10 años y fue desde ese momento en que comenzaron los ataques de animales salvajes y se extendió la historia de esa sanguinaria bestia. Sara permaneció en silencio, reflexionando sobre aquella historia, cuando sintió que era observada. Sus ojos se dirigieron a una habitación en lo alto del castillo; no podía asegurarlo porque pasó en un instante pero distinguió unos ojos dorados vigilándola.
Kyyyyaaaaa, ya huelo el amor en el hambiente, pobre Alexis, tener que convertirse en lo que no es por una bruja solterona sin remedio, pero ya llegó su salvadora, solo espero que no empiecen con el pie izquierdo o que Alexi no haga alguna locura. Estas comenzando amanejar un poco de comedia y eso me alegra, me gusta reir, puntos a tu favor. ¿Qué pasará con Alexi y su nueva acompañante? ¿Se enamoraran a primera vista o el la destrozara en la luna llena? ¿ella lo aceptará cuando sepa la verdad? Parece la bella y la bestia, siguela, me gustó bastante.
III __ ¡Mi querida sobrina!__ exclamó Hilda cunado salió del castillo y vio a Sara. __ Hola, tía Hilda.__ la saludó Sara mientras corría abrazarla. Se abrazaron durante unos minutos mientras Rayth les decía a los guardias que llevasen el equipaje de la joven a la habitación de Hilda. __ Déjame echarte un vistazo.__ le pidió Hilda a su sobrina haciendo que diese vueltas sobre sí misma.__ Mira lo que has crecido; si ya eres toda una mujer. Seguro que ya tienes algún que otro pretendiente. __ Bueno, he recibido alguna que otra proposición.__ respondió Sara con cierto sonrojo. Su tía rió entre dientes y le preguntó: __ ¿Estás cansada por el viaje? Puedo llevarte a mi cuarto para que descanses. __ No estoy cansada.__ respondió Sara.__ Me preguntaba si podría explorar el castillo. __ Claro pero ten cuidado de no molestar a nadie. Sara asintió y se separó de su tía para pasear. Si el castillo le había parecido grande por fuera, por dentro lo era todavía más. La joven recorrió múltiples pasillos y abrió varias puertas que resultaron ser las habitaciones del servicio; una de ellas era la de Hilda pues su equipaje se hallaba sobre una de las dos camas que allí había. Al seguir explorando, descubrió una inmensa biblioteca repleta de estanterías llenas de libros; aquello la ilusionó ya que le encantaba leer. Pero ya tendría tiempo para eso. Tras otra de las puertas vio un largo pasillo que acababa en otra puerta de acero, diferente a las puertas de madera de roble. Sara llamó a la puerta y vio asombrada cómo la puerta se abría sola. Se encontró en un habitación llena de productos químicos que burbujeaban sobre calentadores que desprendían llamas azules; varios estantes estaban clavados en las paredes, sosteniendo cientos de frascos etiquetados con extraños nombres que Sara nunca había oído; sobre una mesa de trabajo había varios grupos de hierbas clasificadas y varias hojas con complicadas anotaciones escritas pulcramente. A medida que avanzaba a través del laboratorio, Sara descubrió que la estancia era más grande de lo que pensaba pues había un acceso a otra habitación, donde vio una mesa que soportaba algo cubierto con una sabana blanca. Movida por la curiosidad, la joven apartó la sabana y se espantó al ver el cadáver de un ciervo, cuyo cuello había sido desgarrado. Asqueada, Sara tapó el cuerpo con la sabana y examinó los libros y anotaciones que había en la otra mesa. A diferencia de las anotaciones de la sala anterior, aquellas anotaciones no tenían nada que ver con las sustancias y las reacciones químicas que había. __ “Maldiciones; ¿qué son y cuáles son sus efectos?”; “Hechizos de protección”; “Maleficios; ¿cómo combatirlos?”; “Catalizadores de la magia”; “La luna llena, ¿el más poderoso catalizador de la magia?”__ Sara leyó con extrañeza los títulos de aquellos libros.__ ¿Por qué habrá este tipo de libros en un laboratorio? Se sobresaltó al oír un carraspeo a su espalda y se volvió para ver a un anciano de larga barba blanca y vestido con una túnica azul. __ Lo-lo siento.__ se disculpo la joven.__ Yo tenía curiosidad… __ Tranquila, joven.__ la interrumpió el anciano.__ No me molesta que hayas inspeccionado mi trabajo; de hecho, me halaga incluso. Mi nombre se Galeno y soy el médico de este castillo. __ Yo me llamo Sara. Soy la… __ La sobrina de Hilda.__ dedujo el anciano mientras ponía en orden sus anotaciones y sus libros.__ Esa mujer no ha dejado de hablar de ti en ningún momento. Dime, Sara, ¿te ha interesado lo que has visto aquí? __ La verdad es que sí aunque en realidad no sé lo que he visto exactamente.__ respondió la pelirroja. __ Simples experimentos.__ explicó Galeno.__ El conocimiento es mi vocación. __ ¿En serio no está enfadado por haberme metido en sus investigaciones? __ En serio que no lo estoy. La verdad es que ya estaba harto de que Lord Alexis no se interesara por el proceso de investigación; a él sólo le importan los resultados. __ ¿Lord Alexis?__ le preguntó Sara sin comprender. __ Es el hijo de Lord Emil. Y, ahora que lo pienso, ¿me podrías hacer el favor de llevarle este tónico? Es para aliviar el dolor de sus cicatrices.__ le preguntó mientras pipeteaba un líquido incoloro en un pequeño frasco y ponía un tapón de corcho. __ Pero no sé dónde está su habitación. __ Está en la zona más alta del castillo.__ le explicó Galeno.__ Cuando llegues a la planta más alta, sólo tendrás que seguir sus furiosos gritos. Sara cogió el frasco que el médico le tendía y subió las escaleras hasta la planta más alta, donde efectivamente pudo oír los gritos de un joven. Cuando llegó a la habitación de donde provenían, vio a un joven de aspecto desarreglado paseando de un lado a otro y soltando improperios sin cesar mientras se llevaba las manos al pecho con gesto de dolor. __ ¿Dónde estará ese estúpido anciano? Sara tragó saliva y golpeó el marco de la puerta con timidez. __ ¡Ya era hora, viejo…!__ exclamó Alexis, volviéndose hacia la puerta con brusquedad. Su expresión de dolor fue sustituida por la de sorpresa al ver a la chica sosteniendo su tónico.__ ¿Quién eres tú? __ Me llamo Sara, milord.__ respondió la chica, nerviosa por aquellos ojos dorados que la miraban fijamente.__ Soy la… __ Ya, ya, ya.__ la interrumpió Alexis.__ ¿Qué haces con mi tónico? “Será maleducado.” pensó Sara, molesta por la interrupción del noble. __ Su médico me pidió que se lo entregara en su lugar.__ le explicó a Alexis. El joven resopló de rabia. __ ¡Vaya con Galeno! ¿Acaso se ha vuelto tan viejo que ya no puede subir unos cuantos escalones y tiene que enviar a una mocosa para entregarme el medicamento? El tono burlón que el noble usaba y el hecho de que la llamase mocosa hicieron que Sara se mosqueara más. __ No tenéis que ser tan desagradable, milord.__ le reprochó al noble.__ Galeno debe de tener otros asuntos de los que ocuparse además de calmar los dolores de un niño mimado y antipático. Los ojos de Alexis brillaron como los de un animal salvaje y por un momento Sara maldijo su fuerte temperamento y su lengua suelta; esos ojos no podían ser humanos. __ Mocosa, no tientes a la suerte conmigo.__ gruñó Alexis dando un paso hacia ella.__ ¿Tienes la remota idea de con qué estás tratando? __ ¡Creo que ya lo he dicho, con un niño mimado y antipático!__ replicó Sara, que se dio la vuelta para marcharse. Entonces recordó algo y dijo: __ Tome su tónico, milord. Arrojó el frasco por encima del hombro y se marchó mientras Alexis, alarmado al ver el remedio volando por el aire, retrocedía y lo cogía al aire. __ Esa chica está loca.__ despotricó tras asegurarse de que el remedio estaba intacto. Intentó ir tras ella pero el dolor de sus cicatrices le paralizó momentáneamente y se vio obligado a tomarse el remedio. __ Esa chica se va a enterar de lo que pasa cuando se me enfada.__gruñó mientras lanzaba el frasco contra la pared. Sara caminaba por los pasillos con expresión indignada cuando se dio cuenta de algo raro. __ “¿Tienes la remota idea de con qué estás tratando?” Eso era lo que Alexis había dicho. ¿Pero por qué había dicho qué y no quién?
¡Burro tenia que ser! al parecer no es bestia solo en las lunas llenas, no puede negar que es hombre (sin ánimos de ofender cuate) pero lobo al fin, que mas se podía esperar, solo espero que ella le haga entrar en razón, no sabía que podia ser tan ántipatico. Ay, mis ensoñasiones de amor se fuerón por la borda, ya veo el futuro de estos dos. Veo que la chica no es nada tonta, pues se dió cuenta de una vez que el chico no es nada normal, espero y no se asuste cuando sepa la verdad, aunque con el temperamento que tiene, de seguro y hase que el se meta la cola entre las patas. No seas tan terco Alexis, te llega Sara como un angel caido del cielo y tú hases eso, ya veo que te gusta la maldición. Me encanta el viejo, se ve que es buena persona, espero ver como abanza el romance entre esos dos, por lo que veo la historia va a ser muuuuyyyyy larga, si siguen así. Eso sí, me morí de la risa cuando ella le lanzó la botella, jajajajaajajaja, eso le pasa por malcriado y mira quien dice que esta loca, uno que parece sicopata, jajajajaja, ok, ok, alexis, dejare de burlarme de ti (ya deja de mirarme con esos ojos de lobo) Siguela, espero el próximo capi, bey.
IV __ Sara, ¿le has llevado el tónico a Lord Alexis?__ le preguntó Galeno cuando se cruzó con la chica, que iba a la habitación que compartiría con su tía. La pelirroja le miró con furia y replicó: __ Sí, lo he hecho. ¡Y espero que se atragante con él! El anciano la observó marcharse, asombrado por aquel cambio de actitud. __ ¿A qué ha venido eso?__ le preguntó Lord Emil, que acababa de aparecer.__ ¿Y quién es esa joven? __ La sobrina de Hilda.__ respondió el médico. __ ¿Cuántos años tiene?__ le preguntó el lord con interés. __ 18 años, señor; la misma edad que vuestro hijo. ¿Por qué lo preguntáis? __ Tal vez a mi hijo le venga bien estar con alguien de su edad.__ le explicó Emil.__ Y si es una chica, mucho mejor. Galeno, que ya veía a dónde quería ir a parar su señor, dijo: __ No creo que ese plan sea bueno para la salud mental de Sara. Alexis y ella ya han tenido un primer encuentro bastante desagradable. Al oír aquello, el lord suspiró irritado y se dirigió con paso firme a la habitación de su hijo, seguido de cerca por el anciano. __ ¡A ver, muchacho!__ exclamó Emil mientras entraba en la estancia.__ ¡¿Se puede saber qué le has hecho a esa muchacha?! Alexis, que estaba tumbado en la cama leyendo un libro, se incorporó y preguntó: __ ¿De que hablas, padre? __ Se refiere a la chica que tan amablemente le trajo el tónico, Lord Alexis.__ añadió Galeno.__ La pobre estaba muy disgustada así que algo le habéis hecho. Alexis se levantó de la cama de un saltó y se enfrentó a su padre, que le miraba con severidad. __ ¡¿Así que veis a una chica disgustada y lo primero que pensáis es que es por mi culpa?! ¡Pues muchas gracias! __ ¿Y de quién es entonces?__ le preguntó su padre.__ ¿Me quieres decir que es lo que hiciste? __ ¡Yo estaba esperando a Galeno cuando apareció Sara con mi tónico! ¡Yo la llamé mocosa y ella me llamó niño malcriado y antipático; incluso estuvo a punto de romper el frasco! ¡¿Os podéis creer semejante descaro?! Lord Emil y Galeno se miraron perplejos. __ Lo que yo no puedo creer es que mi hijo sea tan zopenco.__ dijo el primero. __ ¡¿Qué dijiste?! __ La llamaste mocosa, por lo que tú eres el que lo empezó todo; no tienes derecho a quejarte. Alexis miró a su padre con los ojos como platos. __ ¿Qué pretendes decirme con eso? __ Pues que ya va siendo hora de que cambies tu actitud y aprendas a tener un poco más de tacto cuando trates con los demás. Quiero que vayas a hablar con esa chica y te disculpes. Los ojos del joven brillaron con fiereza y Alexis se subió a la ventana. __ Nunca pediré perdón a una simple chica, padre. Nada más decir aquello, el joven noble saltó y se precipitó al vacío mientras Lord Emil y Galeno se asomaban para verle caer. Tras dar varias volteretas en el aire, Alexis se posó con suavidad en el suelo y salió corriendo hacia el bosque. __ Debería ponerle una cadena para que no escapase.__ dijo Galeno. El lord le miró furibundo y el médico tragó saliva. __ Era una broma, señor; para reducir la tensión. Lord Emil suspiró con pesar. __ Nada ha ido bien desde que Karen maldijo a Alexis. Seguramente, esa bruja debe de estar riéndose de su desgracia. Horas más tarde, mientras los demás sirvientes preparaban la cena para los habitantes del castillo, Sara se paseó por la biblioteca para tratar de olvidar la desagradable discusión con Alexis; escogió un libro al azar y se sentó en una butaca junto a la chimenea. Estaba tan concentrada en la lectura que no escuchó abrirse la puerta ni los pasos de Lady Giselle acercándose a ella. __ ¿Está interesante ese libro?__ le preguntó la noble a la joven, que se sobresaltó y se levantó rápidamente de la butaca, dejando caerle libro al suelo. __ Lo siento.__ se disculpó Sara con una inclinación.__ No la he oído entrar.. Giselle sonrió y dijo: __ No es necesario que te pongas tan nerviosa. Teniendo en cuenta la pelea que has tenido con mi hijo, casi podríamos considerarnos cercanas. Sara palideció al saber que se encontraba ante la madre de Alexis y trató de explicarse: __ Yo no quería decirle esas cosas a su hijo, milady. Mi madre siempre dice que… __ ¿Qué tienes un carácter y una lengua problemáticamente libres?__ completó Lady Giselle, sonriendo tranquilamente.__ Lo sé porque es un rasgo que mi hijo también posee aunque él sólo lo usa para descargar su furia sobre cualquiera. Tranquila, Sara, no estoy enfadada contigo ya que ya iba siendo hora de que alguien le soltara unas cuantas verdades. __ ¿Y no deberían ser ustedes los que se las digan?__ le preguntó Sara. __ Lo hacemos pero Alexis se niega a escucharnos; se empeña en aislarse todo lo posible de los demás.__ Lady Giselle miró fijamente a Sara y le dijo: __ Eres la primera chica de la edad de Alexis con la que mi hijo ha hablado y parece que no te dejas intimidar fácilmente. Por eso me preguntaba si no podrías intentar hacerte amiga suya. __ ¡¿Cómo?!__ exclamó Sara al oír la petición de la cortesana. __ Tal vez tú puedas ayudarme a encarrilarle un poco; no tiene ni un solo amigo. __ No sé porqué piensa que yo podría hacer algo. La mujer se encogió de hombros y respondió: __ Puedes llamarlo instinto materno. Sara meditó la proposición. Intentar ser amiga de Alexis significaría pasara mucho tiempo con él, lo que sería horrible si el noble seguía con esa actitud; por otra parte, Lady Giselle prácticamente le había suplicado su ayuda y se sentiría mal si no la ayudaba; también debía reconocer que sentía lástima por Alexis. __ Haré lo que pueda.__ le respondió a la noble, que esperaba su respuesta con gran expectación. La mujer suspiró de alivio, le dio las gracias y abandonó la biblioteca. Aquella noche, cuando terminó de cenar con su tía y sus compañeras de trabajo, Sara se dirigió a su habitación para acostarse. En el momento en que se disponía a cerrar la puerta, vio a Alexis deslizándose como una sombra y mirando a su alrededor con cautela. “¿Se habrá escapado?” pensó Sara, que le espiaba a través de la rendija que había dejado abierta. “Que pillo.” Entonces vio un líquido escarlata deslizándose desde la comisura de sus labios hasta el cuello; un líquido demasiado espeso para ser vino. Horrorizada, Sara cerró la puerta con cuidado para no hacer ruido y se sentó en la cama mientras la curiosidad, otra característica que su madre calificaba de problemática, la atacaba. Alexis escondía un oscuro secreto y Sara se moría por descubrirlo.
O.O Qué muchacho, de verdad no tiene remedio, ni siquiera se habia percatado de que la habia insultado, valla, su lado animal esta consumiendo su cerebro, aunque me alivia saber que eso significa que no lo hizo a proposito. Lady Giselle y sus buenos instintos maternos, no cabe duda que madre es madre, espero y Sara pueda haser algo con ese terco malcriado, aunque de verdad le va a costar y mucho. Lo que me fascino fue la broma del viejo, concuerdo con él, deverian tenerlo atado XD. Zopenco tenias que ser, ja, y que mas, con esa actitud, pero es verdad, es hora de que sepas tratar a una dama, si queires te doi clases Alexis (la mira como a su cena) Gulp, ok, no es buena idea, pero aun así estoy segura de que vas a querer aprender, cuando te enteres de una ves por todas que ella es tu salvación. Me da que Alexis en realidad quiere alejarse de ella por no lastimarla, despues de todo, a atacado sin querer a muchas chicas, por cierto, ¿no son parientes? despues de todo ella es sobrina de la madre de él, lo que los hase primos, creo que va a ser un obstaculo hacia el amor, eso y la actitud de los dos. Me gustó el capi, continualo, espero el siguiente, beys.
V Al día siguiente, Sara se levantó temprano y se vistió, con cuidado de no despertar a su tía, y recorrió el camino hasta llegar al laboratorio de Galeno, que estaba añadiendo el contenido de un frasco al de un matraz situado sobre un calentador. __ Buenos días, Galeno.__ le saludó mientras se acercaba a él.´__ ¿Qué estás haciendo? __ Buenos días. Pues estoy haciendo algunos experimentos.__ respondió el médico.__ Tengo curiosidad por saber lo que pasa si mezclo estas dos sustancias. __ ¿Y eso no es peligroso?__ le preguntó Sara, que se apartó con algo de miedo. __ Tranquila, muchacha, que yo sé muy bien lo que ha… ¡A cubierto! El anciano empujó a la joven bajo la mesa antes de que la mezcla estallase y los cristales quedasen esparcidos por el lugar. __ Es lo que tiene la química, Sara.__ trató de disculparse el médico mientras ayudaba a Sara a incorporarse.__ A veces te puedes llevar una gran sorpresa. De pronto, la mesa bajo la que se habían escondido se derrumbó y todos los materiales se estrellaron contra el suelo. __ Algo me hace pensar que tengo mucho trabajo.__ bromeó Galeno aunque se notaba que no le hacía gracia. Sacó una escoba y un recogedor y empezó a limpiar el estropicio.__ Y encima tengo que llevarle el tónico a Lord Alexis. __ Puedo llevárselo yo si quieres.__ le propuso Sara. El médico se quedó inmóvil y la miró alarmado. __ ¿Seguro que quieres hacerlo? No es que empezaseis con buen pie ayer. __ Eso fue un simple roce.__ respondió Sara.__ Seguro que hoy nos llevamos mejor. Galeno se acarició la barba en actitud reflexiva antes de coger el tónico de una estantería y dárselo a Sara. __ Oye, Sara, si Lord Alexis reacciona mal, tú no te preocupes; ese chico tiene muy mal carácter, sobre todo al despertar. Sara asintió y abandonó el laboratorio para dirigirse a la habitación de Alexis. Cuando llegó y abrió la puerta, se ruborizó al ver al joven lord durmiendo completamente desnudo. “Santo cielo.” pensó mientras dejaba el tónico en la mesilla y procuraba mantener la mirada en su rostro. “Con lo guapo que es y lo desagradable que resulta.” Se inclinó sobre él y gritó: __ ¡Despertad! Alexis abrió los ojos y se sobresaltó de tal modo al ver el rostro de Sara que rodó sobre la cama y cayó al otro lado al tiempo que se tapaba con la sabana. __ ¡¿Tú otra vez?!__ exclamó al reconocer a la chica.__ ¡¿Se puede saber qué es lo que os pasa a las mujeres, que nunca me dejáis dormir tranquilo y entráis en mi habitación cuando os apetece?! __ Sólo he venido a traeros el tónico, milord.__ trató de calmarle Sara, que intentaba disimular el rubor de su rostro. __ Mira, mocosa.__ gruñó Alexis.__ En los dos encuentros que hemos tenido, tú me has irritado más de lo que cualquier persona haya logrado en toda mi p… __ ¿Puedo decir algo, milord?__ le interrumpió Sara, que ya no podía aguantar la risa. __ ¿Qué pasa? __ Es que…esa sabana…es algo…transparente.__ respondió la joven con una sonrisa. Alexis gruñó y se cubrió con una manta; aunque no le conocía demasiado, Sara pensó que era extraño que un tipo tan agresivo pudiese sentir timidez. __ Milord, quiero disculparme por mi reacción de ayer.__ dijo mientras el noble iba a otra estancia para cambiarse. __ Ya era hora.__ dijo la voz de Alexis, arrogantemente satisfecho.__ Por fin te has dado cuenta de que alguien de tu nivel debe saber dónde está su lugar y guardar respeto a sus superiores. Aquello enfureció a Sara, que dijo entre dientes: __ Creo que es usted el que no sabe cuál es su lugar. El joven lord, vestido con una armadura, salió de detrás de la cortina que les separaba y se dirigió hacia ella con tanta imponencia que la chica retrocedió hasta quedar atrapada entre Alexis y la pared. __ ¿Qué es lo que has dicho?__ le preguntó Alexis con furia. Sara intentó apartar la mirada pero los extraños ojos dorados del joven parecían ejercer una especie de atracción sobre los suyos. __ Pues que usted no puede considerarse superior a otros sólo por ser un lord; ser noble no le da derecho a tratar a los demás como si estuviesen por debajo de usted. El lord acercó su rostro al de la chica, que percibió el desagradable olor a sangre que provenía del aliento de Alexis. __ No hablarías así si conocieras mi verdadera naturaleza.__ le susurró al oído, estremeciendo a Sara con la gravedad de su voz. Alexis resopló antes de apartarse de Sara y marcharse de la habitación. Resultó que Alexis se había preparado para una sesión de entrenamiento con Rayth y sus hombres. Sara observó asombrada cómo el joven derrotaba a todos los soldados fácilmente, molestándose al verle alardear de su fuerza y velocidad; estaba claro que disfrutaba luchando como un animal. “Alguien debería darle una lección de humildad.” pensó con rabia. La gota que colmó el vaso fue la sonrisa de superioridad que Alexis le mostró cuando descubrió que la chica le observaba. La rabia de la joven parecía bullir en su interior al tiempo que sus ojos le quemaban y palpitaban. De pronto, Alexis dio un respingó y soltó su espada mientras se sujetaba con fuerza la mano con la que la empuñaba, donde había aparecido la marca de una quemadura. Para sorpresa de todos, la empuñadura de la espada estaba al rojo vivo. Sara, aterrorizada, salió corriendo de allí hacia su habitación, sin saber que Galeno, que pasaba por allí de casualidad, lo había visto todo. __ Sara, ¿podemos hablar?__ le preguntó el médico tras llamar a la puerta.__ He visto lo que ha ocurrido. La chica le abrió y volvió a sentarse en la cama mientras el anciano entraba en la habitación y cerraba la puerta tras él. __ ¿Cómo lo has hecho? Has fundido el metal de esa espada sólo con los ojos. Sara rodeó sus piernas con los brazos y empezó a mecerse. __ No sé cómo lo he hecho; yo sólo sentía rabia y la necesidad de liberarla. Ni siquiera pretendía hacer algo así. __ ¿Te había ocurrido antes algo así? El médico se alarmó cuando Sara asintió. __ Sucedió cuando tenía 8 años.__ explicó la pelirroja.__ Estaba paseando con mi padre por el bosque cuando un grupo de bandidos nos atacó. Mi padre intentó defenderme pero eran demasiados y le asesinaron; después…después…intentaron…violarme. Galeno se sentó a su lado y la abrazó para consolarla mientras ella seguía contando la historia. __ Me agarraron y me desnudaron al mismo tiempo que ellos se quitaban la ropa. Sentía un miedo que nunca había sentido y al mismo tiempo un odio que parecía quemarme; en mi cabeza escuchaba un poder que gritaba que les matase, que me vengara. Para cuando quise darme cuenta, todos los bandidos estaban muertos. Al recordar aquel trauma, Sara empezó a llorar mientras el anciano la abrazaba con fuerza. __ Por favor, Galeno, prométeme que no se lo dirás a nadie.__ dijo entre sollozos. __ Nadie lo sabrá por mis labios. Cuando la joven se hubo tranquilizado y dormido, Galeno salió de la habitación silenciosamente. “La verdad es que es un asunto curioso.” pensó mientras se dirigía al laboratorio. “Parece que Sara y Alexis son más parecidos de lo que se ve a simple vista; esa chica es la única que puede comprender al lord.”
O.O y otra vez O.O, me quede pasmada, asi que sara tiene sus truquillos, y al tonto no se le bajan los humos de la cabeza, deverian de ponerle collar ya, jajajaajajajajajaja, así no podra presumir ante ella de su bestial forma otra vez, bien que te lo tienes merecido................ ok, no, pero alguien deve darle una lección de humildad al atolondrado ese, o sino, acabara siendo una bestia completa y no podrá regresar a ser hombre. Pobre lo de Sara, triste pasado, si el terco de alexis supiera eso de seguro y la trataria mejor, ¿o no? con lo antisocial, antipatico, malcriado, insensible y boca suelta que es de seguro y comete una torpeza, pero creo que se sentiria muy identificado con ella, ya que tienen un pasado oscuro y lleno de sufrimiento. Ay, lo que son los cientificos, si no se hubieran ocultado abajo de la mesa estoy segura de que a Sara le hubiera quedado el pelo peor que aun monstruo (se rie mientras se lo imagina) y me gustó como sara desperto al joven, de una forma mucho mas convencional que la madre de este. Me encantó mucho el capi, siguelo pronto, aunque por lo que veo no tendre que esperar mucho, ya que me he dado cuenta de que pones una conti por día, (wiiiiiiiiiiiiiiiiiiii) bye.
VI Por mucho que Sara intentaba entablar una conversación amistosa con Alexis y acercarse más a él, le resultaba imposible. El joven lord siempre lograba irritarla con sus malos modales por lo que pronto acababan enfrentándose; raro era el día en que los habitantes no se atiborraban de los gritos de los dos jóvenes. __ ¡Es imposible!__ exclamó Sara mientras paseaba por el bosque con Hilda y con Galeno, ayudando al médico recoger plantas medicinales.__ ¡Ya sé que Lady Giselle me pidió que intentara ser amiga de su hijo pero es que parece Alexis que hacer todo lo posible para que nos peleemos! __ ¡Esa chica me está molestando de verdad!__ gruñó Alexis cuando el médico fue a hablar con él acerca de Sara.__ ¿Cómo puede ser tan irritante? __ Creo que usted es el único que piensa así.__ replicó Galeno mientras el lord se mojaba la cara para despejarse.__ A mí me parece una chica de lo más encantadora. Ella intenta ser su amiga y lo único que recibe de usted es esa actitud despectiva. Y a pesar de todo, ella sigue queriendo ser su amiga. __ Y no te imaginas lo irritante que resulta.__ dijo Alexis secándose con la toalla. __ Ningún hombre normal se mostraría molesto por tener a una mujer así a su lado. Demasiado tarde, el anciano se dio cuenta de que no debería haber usado la palabra “normal”. Se tapó la boca con las manos y miró con algo de miedo al joven lord, que se había quedado inmóvil. __ Pero yo no soy un hombre normal, ¿recuerdas?__ le preguntó Alexis con una oscura sonrisa.__ Lo que me irrita de Sara no es el hecho de que intente ser mi amiga, sino el hecho de que sólo quiere serlo porque no sabe lo que soy en realidad. Te aseguro que si viera mi verdadera forma, saldría corriendo para nunca volver; y la verdad es que sería perdonable. “Y si usted supiera lo que Sara me contó, no la subestimaría de esa forma.” pensó Galeno. __ ¿Qué bien le puede hacer a Sara ser amiga de un monstruo que puede despedazarla y matarla en cuestión de segundos?__ le preguntó el lord.__ Varias chicas han muerto por haber intentado acercarse a mí. ¿Qué impide que Sara se convierta en otra víctima? Antes de tener mis manos manchadas con su sangre, prefiero mostrarme desagradable con ella para que se aleje de mí. __ Nunca había visto esa faceta protectora en usted, milord.__ dijo el médico con una sonrisa. __ Como se lo cuentes a alguien, te mato. Galeno empezó a reírse pero se detuvo cuando la ira brilló en los ojos de Alexis. __ Si se lo cuentas a alguien, te mataré, te abriré el pecho, te arrancaré el corazón y me lo comeré de desayuno.__ dijo el lord con una sonrisa diabólica. El anciano asintió asustado y dijo: __ El hecho de que usted tenga parte de bestia no significa que tenga que comportarse como una. Antes de que Alexis pudiese replicar, una horrible quemazón surgió en sus cicatrices. __ ¡Señor, ¿se encuentra bien?!__ le preguntó el médico, ayudando al lord a tumbarse en la cama. __ Este dolor…es…mucho más fuerte…que los anteriores.__ susurró Alexis, que se encogió debido a las rachas de dolor. __ Esta noche es la del plenilunio de este mes.__ le recordó Galeno.__ Por eso la herida de la maldición se vuelve más fuerte. Le traeré el tónico. El médico se fue corriendo al laboratorio mientras Alexis se retorcía y gruñía por el dolor. Tal era el dolor que invadía su cuerpo que el joven hizo pedazos su almohada de lo fuerte que la agarraba. Galeno llegó al laboratorio y cogió el tónico; sin embargo, aquel tónico estaba mucho más concentrado de lo que estaba normalmente pues necesitaba un efecto más potente, Cuando hubo cogido el tónico, el anciano se dirigió a la cocina, donde Hilda y otras criadas trabajaban. __ ¡Hilda, Lord Alexis va a necesitar mucha carne! ¡Hoy es el plenilunio! Hilda asintió y entró en la despensa para sacar una gran cantidad de carne cruda y sanguinolenta que empezó a triturar de inmediato. __ Tú llévale el tónico.__ le dijo la mujer al médico.__ Yo iré cuando termine. Galeno asintió y se fue todo lo deprisa que pudo a la habitación de Alexis. __ ¿Pero qué pasa?__ le preguntó Sara, que estaba saliendo de su habitación. __ ¡Nada! ¡Es la vieja cicatriz de Lord Alexis, que está dando guerra!__ le explicó Galeno.__ ¡Te veo luego! Sara observó al médico subiendo las escaleras rápidamente y se encogió de hombros. Antes de meterse de nuevo en su habitación, vio a su tía llevando una jarra llena de un espeso líquido carmesí. ¿Qué estaba pasando allí? Sara decidió que lo averiguaría costase lo que costase. Aquella noche, mientras su tía dormía profundamente, Sara escuchó pasos en el exterior. Se levantó de la cama y abrió la puerta lentamente. Vio a Lord Emil y a Lady Giselle al frente de un grupo de personas, entre las que reconoció a Galeno, a Rayth y a varios soldados del segundo. Y en medio del grupo se encontraba Alexis, que tenía un aspecto demacrado y caminaba con dificultad. Sara se puso sus zapatos y una bata y siguió al grupo a una distancia segura para evitar que la descubrieran. Salieron del castillo y caminaron a través del bosque, iluminado por la luz de la luna, a la que le faltaba poco para llegar al plenilunio. Tras caminar durante un tiempo indefinido, el grupo se detuvo frente a una montaña en cuya falda había una puerta de acero. Escondida tras un árbol, Sara vio a Rayth sacar unas llaves y abrir la puerta para que el grupo entrase. Pasado un rato que Sara percibió como eterno, el grupo volvió a salir. En ese momento, la joven vio que Alexis no iba con ellos y se preguntó porqué. Cuando el grupo se hubo ido, Sara se acercó a la puerta e intentó abrirla pero Rayth la había vuelto a cerrar. Trató de recordar el odio que había sentido el día en que murió su padre a manos de esos bandidos y sonrió satisfecha al oír abrirse la cerradura. Abrió la puerta y bajó unas escaleras hasta llegar a un largo pasillo de celdas vacías. Sin embargo, Sara pudo oír una respiración pesada en la celda más lejana y corrió hacia allí. __ ¡Alexis, ¿por qué estás encadenado?!__ exclamó al ver al joven apoyado contra la pared, encadenado de pies y manos. La preocupación por el lord hizo que sus poderes abriesen la puerta de la celda e hiciesen saltar las cadenas que le inmovilizaban. Alexis se despertó de un sobresalto y exclamó: __ ¡Sara, no puedes estar aquí! ¡Lárgate! __ No pienso dejarte en este lugar.__ replicó la joven. El joven lord se levantó con aquella mirada furiosa que parecía caracterizarle. __ ¡No seas estúpida! ¡En este momento debería importarte más tu seguridad! ¡Vete antes de que te ataq… La última palabra de Alexis fue interrumpida por un gruñido salvaje; el joven lord cayó al suelo al tiempo que sus rasgos se volvían más salvajes; sus manos se retorcieron hasta convertirse en garras y sus dientes se volvieron sumamente afilados; la ropa que cubría su cuerpo se hizo pedazos cuando la masa muscular del joven aumentó al tiempo que la piel se cubría de un espeso pelaje negro. __ Lord Alexis…__ susurró Sara, que empezó a retroceder hasta la pared contraria. Con una serie de crujidos proveniente de todos sus huesos, el licántropo se irguió sobre las patas traseras y lanzó un aullido que estremeció a Sara, paralizada ante un muro de puro músculo. El ser se agazapó, preparándose para abalanzarse sobre la chica; sus ojos dorados habían perdido cualquier rastro de humanidad y sólo reflejaban el instinto depredador. Justo cuando la bestia atacó, Sara logró olvidar el miedo que la atenazaba y se apartó para esquivarla, aunque se llevó un grave arañazo en el brazo derecho. La bestia chocó contra el muro donde Sara había estado apoyada, resquebrajando las rocas como si fuesen trozos de madera.; se lamió la sangre de Sara que cubría sus garras y rugió mientras se preparaba para volver a atacar. Sara corrió a lo largo del pasillo, escapando de los rugidos y el sonido de las garras arañando el suelo. Subió las escaleras y cerró la puerta a tiempo de ver cómo el acero se combaba con el impacto de la bestia. La joven salió corriendo mientras la criatura hacía pedazos la puerta y seguía el olor de su sangre. Mientras tanto, en una cueva desconocida, Karen observaba la situación en la superficie de un pequeño lago subterráneo. __ Alexis, lo único que logras persiguiendo a las chicas de esa forma es espantarlas.__ bromeó al ver al licántropo corriendo tras la chica.__ Aunque ahora me estoy preguntando cómo será en la cama. ¡Será una fiera! Se rió de su propio chiste hasta que recordó que no tenía a nadie con quien compartir su ingenio. El sentimiento de soledad se convirtió en ira al recordar que no tenía a nadie a su lado por culpa de la familia de Alexis. __ Mátala, Alexis.__ murmuró con maldad.__ Mátala y sáciate con su carne; así habrá otro rostro persiguiéndote en tus pesadillas. Acto seguido, la hechicera empezó a reír con tanto poder que hizo temblar la cueva.
D=! estaba para variar vagando de foro en foro buscando algo para leer, cuando me topé con tu historia y la he encontrado magnifica, muy bien redactada, muy buenos los personajes y la trama! que decir! me encantó. Estaré esperando para leer un poco mas de ella, es simplemente muy buena. saludos.
Lo sabía, sabía que Alexis la estaba protegiendo, eso es tan caballeroso, kyaaaaa, bueno, pero ahora la va a atacar, con razon y la curiosidad mató a Sara ¿o era al gato? ¿Que pasara ahora? alexis la matara o ella usara sus podereds con él, espero y ambas cosas no ocurran, si ella usa su poder con él de seguro y lo mata. Me dejaste intrigada, que malo, queiro saber qué pasará, continuala porfa, bye.
VII Sara corría sin cesar por el bosque, tratando de no tropezar con las raíces y las irregularidades del terreno, mientras la bestia la seguía incansablemente. Por mucho que la chica zigzagueaba para darle esquinazo, el olor de su sangre, que Alexis había probado, era como un imán para el licántropo. De pronto, concentrada como estaba en correr, la joven tropezó y cayó al suelo. Antes de que pudiera incorporarse, la bestia dio un poderoso salto y se posó sobre ella, afianzando las patas traseras a ambos lados de la cintura de la chica. Sara, atrapada bajo el cuerpo de la criatura, no pudo hacer nada más que mirar fijamente los dorados ojos del lord. Aquellos ojos brillaban debido al deseo del licántropo por su cuerpo, por su carne; eran los ojos de un verdadero depredador y podía ver en ellos su fin. La chica se esforzaba por escapar de él pero era inútil; corrían por el bosque, el elemento del lobo. Los agudos ojos de la bestia veían sin problemas los colores del calor corporal de la joven; sus oídos percibían sus pisadas sobre la hojarasca y su olfato captaba el olor de su sangre. Su sangre. Sólo de recordar el sabor de las pocas gotas que había lamido se le hacía la boca agua. Aquel aroma a flores y humedad le estaba volviendo loco, haciendo hervir su propia sangre y estimulando sus instintos. Al ver que la chica había caído al suelo, el licántropo saltó y se sentó a horcajadas sobre ella, teniendo un primer plano del rostro de su atemorizada presa. Estando tan cerca de ella, el aroma resultaba aún más atrayente y la bestia no deseaba otra cosa que clavar sus colmillos en su carne. Y todo mejoraba por el miedo que la joven sentía. No era sólo la expresión de terror de su rostro, sino su olor; el dulce aroma que caracterizaba a la chica estaba enriquecido con el fuerte olor de su adrenalina. Eso era lo que más estimulaba el instinto depredador de la bestia: oler el miedo que infundía a sus presas; y aquella chica exudaba esa intensa emoción a través de cada poro de su piel. En contadas ocasiones, el lobo había logrado probar la carne humana, tanto de los machos de esa especie como de las hembras. Sin embargo, había descubierto que las mejores presas eran las hembras, jóvenes y sanas especialmente, pues su olor era más suave y agradable que el de los machos y demostraban el miedo más rápidamente que éstos. Además, como macho que era, podía apreciar el atractivo de sus cuerpos, lo que causaba que, ocasionalmente, el hambre pasara a un segundo plano y un instinto diferente le dominara: la atracción sexual. Sobra decir que, durante esas violentas “relaciones”, sus “parejas” morían a causa de su ferocidad, por lo que el licántropo acababa alimentándose de sus cuerpos; lo que más le gustaba era devorar sus corazones nada más arrancarlos de su interior. Pero aquella hembra despertaba su instinto depredador de una forma más intensa de lo que ninguna otra había hecho; su corazón, cuyos acelerados latidos eran percibidos por los finos oídos de la criatura, resultaba ser un manjar de lo más atractivo. El licántropo mostró sus colmillos y acercó sus fauces a la garganta de la joven, que no dejaba de temblar bajo su peso, dispuesto a devorarla. Sin embargo, algo le detuvo; algo que nunca había sentido antes con ninguna víctima. La bestia alejó sus mandíbulas del cuello de la hembra y clavó sus dorados ojos de lobo en los castaños ojos de la humana, que reflejaban el intenso pánico que sentía a la muerte. A pesar de que su miedo le hacía disfrutar, un extraño sentimiento de culpa y remordimiento le empezaba a corroer en su interior; por alguna razón desconocida, se odiaba a sí mismo por ser la causa del miedo y dolor que reflejaban aquellos hermosos ojos castaños. La criatura no sabía que hacer. Deseaba devorar a la joven hembra humana, poseerla y hacerla suya, pero algo dentro de él le decía que aquella hembra era importante, que no debía hacerle daño, sino protegerla de cualquier peligro; incluso de sí mismo. El lobo aulló con furia debido a la confusión que sentía; algo semejante nunca le había ocurrido. Sin embargo, el instinto animal era mucho más fuerte y clavó sus colmillos en carne de la joven hembra, que gritó por el horrible dolor. Por suerte para la víctima, aquella fuerza que trataba de hacer que el lobo la protegiese hizo que la mordiera en el brazo, justo sobre la herida abierta por sus garras. Los colmillos del licántropo perforaron la carne y su boca recibió el delicioso fluido que recorría el cuerpo de su presa, bebiéndosela insaciablemente mientras su lengua recorría la carne de la herida para saborearla. Los gritos de dolor de la hembra eran música para sus oídos, el perfecto acompañamiento para el festín. La joven hembra se retorcía, pataleaba y lanzaba puñetazos para tratar de liberarse. Aunque sus golpes no le hacían daño al licántropo, éste ejerció más presión y sus colmillos profundizaron aún más en la carne, logrando que la hembra dejara de revolverse contra él para poder comer tranquilamente. Tras soltar un gruñido de satisfacción, el lobo continuó bebiendo su sangre y saboreando su carne, aunque el sentimiento de culpa le impedía arrancar su alimento del cuerpo de la joven. Había decidido que una presa tan deliciosa como aquella debía ser catada y devorada lentamente para disfrutarla. Sara trató de liberarse de la mordedura de Alexis golpeando a la bestia pero resultó inútil; sus golpes no podían hacer nada contra la mole de duros músculos que era el cuerpo del licántropo. A medida que pasaba el tiempo, el dolor y la pérdida de sangre la debilitaban y Sara empezó a resignarse a la idea de que iba a morir devorada por un monstruo. Sin embargo, notó cómo los colmillos de la bestia salían de su carne y al licántropo separándose de ella. La criatura hizo pedazos la flecha que se había clavado en su costado derecho y lanzó un furioso rugido mientras se encaraba a Rayth, que había vuelto a cargar su arco al tiempo que sus hombres armados rodeaban a Alexis. __ ¡Sara, tranquila! ¡Te pondrás bien! La joven reconoció la voz del anciano médico y susurró: __ Lo siento mucho…Yo no sabía… __ No te disculpes, muchacha.__ la interrumpió Galeno mientras examinaba la herida de su brazo.__ La culpa es nuestra; deberíamos haberte contado lo de Lord Alexis. __ Aún estás a tiempo de decirme si tiene la rabia.__ bromeó Sara, que se puso de pie apoyándose en el médico. En ese momento, el licántropo se deshizo del último de los soldados y se abalanzó sobre ellos. Galeno se interpuso entre Sara y la bestia, que le agarró del cuello y le alzó del suelo. __ ¡Lord Alexis, deténgase!__ gritó Sara al ver que el anciano empezaba a ahogarse por la presión que el lobo ejercía sobre su cuello. Como el lobo no la escuchó, Sara sintió la rabia recorrer su cuerpo y sus ojos brillaron de un intenso color rojo. __ ¡He dicho que se detenga!__ gritó mientras apuntaba al lobo con el brazo bueno. Una poderosa descarga eléctrica descendió del cielo y golpeó al licántropo, que, soltando un rugido de ira y dolor, soltó al médico y cayó al suelo. __ ¿Le he matado?__ le preguntó la joven a Galeno, que se acercó a la bestia para examinarla. __ Sólo está inconsciente. Sara suspiró de alivio antes de caer desmayada. __ ¡Que algunos de vosotros me ayude a llevarla al castillo!__ les gritó el anciano a los soldados, recuperados pero magullados. Dos de los soldados cogieron a Sara con cuidado y acompañaron al médico hacia el castillo mientras los demás se ocupaban de encerrar a Alexis en la celda. En la cueva en la que se escondía, Karen gritó de rabia, haciendo estallar las rocas debido a la energía que desató.
Hasta como lobo la cuida, que bueno, eso significa que Sara es la que romperá la maldición (¿y aun lo dudabas?) Guaw, que instintos bestiales, me gustó mucho como narraste lo que sentia el licantropo cuando "cenaba". Suerte para Sara, que llegarón a rescatarla, ser comida lentamente no es una idea de muerte que a alguien le gustaria, pero se ve que ella no le cojera miedo, fijate que bromear en una situación así (¿en serio y el no tiene la rabia? pues su comportamiento dice lo contrario). Jaja, vieja bruja, tus planes fallaron, retuercete en tu cueva y mira como esos dos se enamoran, ahora si va a comenzar el amor ¿verdad? ¿¿¿¿VERDAD??? ejem, sin mas me despido, me gustó mucho el capi, bye.
VIII Sara no comprendía lo que estaba pasando. Al abrir los ojos, se había encontrado en un lugar diferente a la habitación donde dormía con su tía. No sólo eso, sino que el espejo que había en la estancia le había devuelto la imagen de una joven de cabellos rubios y ojos azules; era como si Sara se encontrase en el cuerpo de otra persona y estuviese viviendo otra vida. “Esto tiene que ser un sueño.” pensó Sara mientras ese cuerpo se movía por su cuenta. Su cuerpo, o el de la otra chica, se desplazó por el pueblo, que Sara reconoció como el pueblo de Istar. Sin embargo, había personas a las que no había visto cuando llegó al lugar para ir a ver a Hilda y otras personas a las que había visto pero que eran más jóvenes. De pronto, sintió unas manos tapándole los ojos y escuchó la voz del hombre al que amaba. __ Brian, ¿qué haces?__ le preguntó la joven riendo mientras trataba de destaparse los ojos. __ De eso nada, querida Elisabeth. Tengo una sorpresa para ti en el bosque. Tras oír aquello, Elisabeth, y por extensión Sara, fue guiada por su novio por las calles del pueblo, que pronto cambiaron al irregular terreno del bosque. __ ¿Falta mucho?__ preguntó Elisabeth después de un tiempo indefinido caminando. __ No seas impaciente.__ replicó Brian.__ Vale, ya hemos llegado. Apartó sus manos de los ojos de su amada, que se maravilló al ver el picnic que Brian había preparado al lado de un pequeño lago; era noche cerrada y la luna llena brillaba en lo alto. __ He pensado que podíamos celebrar una velada romántica a la luz de la luna, darnos un baño y cenar y beber champán.__ dijo Brian mientras le daba suaves besos en el cuello a Elisabeth. __ Pero que galán eres.__ rió Elisabeth, que se acercó al agua e introdujo la mano, sacándola rápidamente al tiempo que exclamaba: __ ¡Que fría está! __ ¿Y qué?__ le preguntó Brian, que se había quitado la ropa hasta quedar en paños menores y se había metido en el agua.__ Podemos darnos calor el uno al otro. Al ver la mirada escéptica de Elisabeth, dijo: __ Tranquila, cariño. No te obligaré a hacer nada que tú no quieras. Elisabeth decidió meterse en el agua con su amado pero antes se alejó para colgar su vestido en la rama de un árbol para que no se manchase, pues su padre había pagado mucho dinero por él. La joven se sentía ansiosa; amaba a Brian y deseaba entregarle su virginidad pero en aquella sociedad estaba mal visto que las mujeres tuviesen relaciones sin estar casadas; algo muy injusto ya que sí que se veía con buenos ojos que los hombres solteros intimasen con mujeres, incluso a temprana edad. Habiéndose quitado las ropas y las sortijas más caras, Elisabeth volvió al lago y vio que su amado había desaparecido. __ ¡¿Brian?!__ gritó mientras daba vueltas a su alrededor.__ ¡¿Dónde estás?! Entonces vio unas burbujas saliendo a la superficie del agua y sonrió. Conociendo a su pareja, seguramente estaría escondido y acechándola. Se metió en el agua y, tratando de hacer caso omiso al frío, se acercó nadando a la fuente de burbujas. __ ¡Sal de ahí, mi adorable cazador!__ exclamó la joven con voz provocadora. En ese momento, el agua se torno roja y Elisabeth vio con horror cómo el cuerpo despedazado de su amado emergía del lago. Chillando como nunca había chillado, Elisabeth intentó escapar de la marea sanguinolenta. Sin embargo, un extraño lobo con características humanas salió a la superficie y le mordió en el pie con tanta fuerza que le arrancó una gran porción de carne, haciendo que la joven cayese justo en la orilla. Con su fuerza sobrehumana, el licántropo dio la vuelta a Elisabeth y desgarró su ropa. Obligada a ser espectadora de semejante escena, Sara reconoció en los dorados ojos de Alexis el hambre y la lujuria. Ella nunca había tenido novio y no tenía ninguna experiencia en lo referente a la relación entre un hombre y una mujer pero reconoció el la lujuria en sus ojos porque su padre también la mostraba cuando deseaba que su madre yaciese a su lado. Elisabeth gritó pidiendo auxilio cuando la fuerza de Alexis la atravesó y sintió un intenso dolor en su interior. ¡No podía creérselo! ¡Aquella bestia había matado al hombre que amaba y la estaba violando! Trató de liberarse pero el licántropo le estaba robando su virginidad con tanta fuerza que se veía incapaz de escapar. Sara podía sentir el dolor de la joven y el miedo como si fuese ella la que estuviese siendo violada. Por primera vez en su vida, se alegró de haber matado a aquellos hombres con sus poderes. Entonces vio una figura acercándose al lugar de los hechos; se trataba de una mujer cubierta con una capa plateada, ojos intensamente azules y cabellos blancos; su rostro parecía estar esculpido en mármol. Era tan hermosa que cualquiera que la viera pensaría que era un ángel o incluso una diosa. Sin embargo, Sara pudo ver que aquella hermosa apariencia era engañosa; tras los azulados ojos se veía una maldad y un odio intensos y antiguos. La mujer se agachó junto la cesta del picnic y extrajo algo pequeño y brillante que Brian había guardado: un anillo de compromiso. La hermosa sortija se fundió en manos de la mujer, cuya sonrisa sólo podía ser la de un demonio. Sus fríos ojos se posaron sobre Elisabeth, que la miraba suplicante mientras el licántropo seguía forzándola y lacerando su cuerpo con las garras. __ No me mires así, pequeña.__ dijo la mujer con una voz hueca que no auguraba nada bueno.__ Ya me gustaría a mí tener a alguien, o algo en este caso, tan pasional. Así que disfruta hasta tu último aliento porque te aseguro que ese ser te lo arrebatará Y dicho aquello, desapareció y abandonó a la joven a su suerte. De pronto, un intenso ardor llenó a la chica y la bestia aulló mientras comenzaba a arrastrarla hacia el lago. __ ¡No, no!__ suplicó Elisabeth, que trataba de encontrar algo a lo que aferrarse.__ ¡Por favor, noooooooooo! Un fuerte mordisco en el cuello la mató y Sara se despertó gritando al tiempo que sus poderes hacían estallar en llamas las cortinas de su habitación. __ Parece que no te ha gustado nada la verdad que te he mostrado, Sara.__ se burló Karen desde su escondite mientras observaba como Hilda y Galeno intentaban calmar ala joven.__ Tienes mucho poder y la mejor forma de emplearlo es…¡matando a ese licántropo!
¡YA SABIA YO QUE LA VIEJA ESA NO SE QUEDABA QUIETA! Algo tenia que haser, pero mostrarle eso a Sara, que cruel, si ella no le temía a Alexis, no me cabe duda de que ahora sí, o tal vez ni le haga caso, ella es una muchacha inteligente, de seguro y se da cuenta (y otra vez, tiras mis ensoñaciones de amor por la borda) Lo que me inquieta es saber que le hicieron a la mendiga bruja, me tiene al filo de la curiosidad, ¿qué fue? ya dilo, me gusto el sigueinte capi, aunqeu estubo corto, siguela pronto, bye.
IX Sara estuvo tres días inconsciente debido a la intensa fiebre que había invadido su cuerpo. Galeno y Hilda se mantenían a su lado para cuidarla y tratar de contener la fiebre día sí y noche también. Sin embargo, nada podían hacer contra las horribles pesadillas que atormentaban a la chica, en las que siempre veía el desenfreno de Alexis en su estado salvaje; todos los sueños eran bacanales de sangre, tortura, muerte y destrucción. Después de lo que parecieron años de horribles imágenes, Sara despertó; la fiebre había abandonado su cuerpo, dejándola sudorosa y agotada. Se incorporó con lentitud y vio que estaba sola en la oscura habitación; o eso pensaba antes de ver dos destellos dorados. __ ¿Has tenido un sueño reparador?__ le preguntó Alexis, que estaba sentado en una silla enfrente de la cama de la joven. Aunque no podía ver su rostro, Sara sabía que el lord estaba tenso debido a la rígida postura con la que estaba sentado y al hecho de que aquel brillo dorado no parpadeó ni un instante. Fue entonces cuando se dio cuenta de que estaba desnuda y se tapó con la sábana con un grito ahogado. __ ¿Por qué reaccionas así?__ le preguntó el joven lord con actitud bravucona.__ Me parece justo que yo te vea desnuda cuando tú también me has visto desnudo a mí. __ ¡No es lo mismo!__ exclamó una ruborizada Sara.__ ¡Yo le vi por accidente! ¡Además, estaba desnudo voluntariamente; parecía que se estaba exhibiendo! ¡¿No habrá sido usted el que me ha desnudado!? __ Tranquila, Sara. Galeno y Hilda son los que te han desnudado para que el médico pudiese ocuparse de tu herida.__ respondió Alexis.__ Realmente las mujeres sois unas presuntuosas. No estarás pensando que te encuentro atractiva, ¿verdad? “Machista y desagradable.” pensó Sara con rabia. Entonces recordó algo: __ ¿Herida? ¿Qué heri…? Antes de que pudiera terminar la pregunta, Alexis se levantó de la silla y saltó a la cama para mirarla cara a cara. Aquello puso nerviosa a Sara; lo único que separaba su cuerpo del cuerpo del lord era la fina sábana con la que se cubría y la ropa que llevaba el lord. __ Esta herida.__ respondió Alexis mientras le agarraba el brazo donde la había mordido.__ Te la hice yo después de que te comportases como una estúpida sacándome de la celda. Sara se revolvió hasta que el joven le soltó el brazo y replicó: __ Yo no sabía porqué te habían encerrado; sólo quería ayudarte. __ ¡¿Ayudarme a qué?! ¡¿A despedazar a cualquiera que se interpusiese en mi camino?! Alexis gritó de tal modo que Sara se encogió de miedo bajo el peso de su cuerpo; los dorados ojos del lord estaban inyectados en sangre, dándole un aspecto aterrador. __ No tienes ni idea de las cosas que he hecho por culpa de esta maldición. ¿Crees que lo de tu brazo es lo peor que te puedo hacer? He acabado con la vida de varias personas, algunas mucho más jóvenes que tú; he torturado, mutilado,…Seguro que ya te has dado cuenta de que no soy yo el que necesita ayuda. __ Todo lo contrario, Lord Alexis; usted es… __ Creo que después de lo ocurrido puedes tutearme.__ la interrumpió el joven noble. __ Como digas, Alexis. El caso es que todo lo que has dicho me demuestra que tú eres la persona que más ayuda necesita en todo el mundo. Y yo te voy a ayudar. Alexis gruñó. __ No eres más que una niña tonta. __ Y tú eres un chucho maleducado y descarado.__ replicó Sara.__ Apártate de mí; no vaya a ser que me pases tus pulgas. __ ¡Yo no tengo pulgas!__ gritó Alexis, rojo de ira.__ ¡No desde los 8 años! Los dos jóvenes continuaron su ronda de insultos hasta que la puerta de la habitación se abrió y Hilda y Galeno, acompañados por los padres de Alexis y por Rayth, entraron. Al ver a Alexis apoyado sobre Sara y acorralando a la chica en la cama, los recién llegados se detuvieron y les miraron perplejos. __ Alexis, ¿qué te proponías a hacerle a Sara?__ le preguntó su madre con expresión seria. __ Sí, ¿qué pensabas hacer con mi sobrina?__ añadió Hilda. __ Esto…esto no…es lo que…parece.__ dijo Alexis mientras se apartaba lentamente de Sara. __ No finjas, Alexis.__ dijo Sara, deseosa de hacer pasar al joven noble un mal rato.__ Si ya te estabas abalanzando sobre mí como una fiera. Vamos, diles cómo ibas a dominarme y lo que ibas a hacerme con los dientes y la lengua. Alexis la miró perplejo mientras los demás entrecerraban los ojos. __ ¡Está…está mintiendo!__ trató de convencerles.__ ¡Yo no he intentado hacer nada con ella! ¡No me interesa en ese sentido! __ Que vergüenza.__ dijo Lady Giselle al tiempo que el grupo se daba la vuelta para marcharse.__ Que mi propio hijo intente aprovecharse de una pobre chica herida. En verdad no me lo esperaba. __ Yo también estoy avergonzado.__ añadió Lord Emil.__ ¿Tan inseguro eres con las chicas que sólo te atreves a intentar algo con ellas mientras duermen? ¡Que vergüenza! __ No sabía que Lord Alexis tuviese esos gustos.__ se burló Rayth.__ No te acostarás sin saber una cosa más. __ Que actitud tan poca caballerosa.__ dijeron Hilda y Galeno al mismo tiempo. Los cinco se marcharon sin atender las quejas de Alexis, que de pronto ya veía a la gente llamándole pervertido. __ Bueno, ¿vas a acabar lo que has empezado o no?__ siguió burlándose Sara mientras empleaba un tono de voz más seductor.__ ¿No irás a dejarme a medias? __ Eres perversa.__ gruñó el licántropo, que avanzó con pasos furiosos y salió de la habitación dando un portazo. La risa que le produjo a Sara su broma le ayudó a olvidarse de las horribles imágenes de sus pesadillas. Había comprobado que, aunque como lobo había cometido actos terribles, Alexis en su forma humana era muy inocente. ¡Como iba a disfrutar provocándole! Durante los días siguientes, Alexis procuró mantenerse alejado de Sara, que se lanzaba hacia él cada vez que se encontraban y le hablaba seductoramente para burlarse de él. Aceptaría que se lo dijesen en privado y en serio pero no en broma y delante de las demás personas, que empezaban a cuchichear y a reírse al ver que el lord no sabía cómo salir de una situación así. Lo peor era cuando Sara se acercaba a él durante los entrenamientos con los soldados, que silbaban y vitoreaban al ver a la “pareja”. Alexis se sentía humillado; aquella chica estaba lanzándole fuertes cuchilladas a su orgullo. __ ¿Cómo se atreve a humillarme de esa forma?__ se preguntó mientras se quitaba la ropa para dormir.__ Esa chica me las va a pagar. Antes de meterse en la cama, se aseguró de que la puerta estuviese cerrada y se metió en la cama. Sara era muy capaz de meterse con él y decir que habían dormido juntos. Mientras trataba de dormirse, Alexis se sintió bastante solo al tiempo que el recuerdo del contacto con Sara en la cama aparecía en su mente; como desearía que estuviese con él. “Ni lo pienses.” se reprochó mientras daba puñetazos a su almohada y la mordía de rabia. Pero había otra cosa que recordaba: la sangre y la carne de Sara. Lo único que recordaba de sus transformaciones era el sabor de sus víctimas. Y el de Sara era el mejor. Algo en su interior se removió por el deseo de volver a probarla.