Tactics [Naraku&Kagome] [Song-fic]

Hola, es raro que yo publique un song-fic xD Pero esta canción que es un ending de un anime, me traumó bastante y debo decir que me imaginé lo que escribía cada que la escuchaba, no sé porqué, pero se me vino a la mente cómo un flash (?)

Es la primera vez que escribo algo de esta pareja, sé que a sessxrin le gusta, así que se lo dedico :3 Espero que todos lo que lo lean, les agrade.

Título: Tactics
Serie: InuYasha
Pareja: Naraku&Kagome
Summary: No es necesario conocer toda una vida a una persona para enamorar, el amor llega cuando menos lo piensas, y más te niegas. De la manera menos comprensible de imaginar.
Advertencias: Si me rayé con OoC me dicen, traté de hacerlo respetando sus personalidades.
Disclaimer: Inuyasha no es mío, pero disfruto escribiendo de él, todo lo hago sin fines de lucro, sólo satisfacción. Al igual que el ending, no me pertenece.


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En realidad no se podía saber si el cielo lucía lúgubre el día de hoy, a causa de la contaminación, o de la reciente e incómoda situación que se estaba dando.

Aquél ser lleno de pensamientos tenebrosos caminaba cerca de una casa en especial, su largo cabello negro cómo la más recóndita de las penumbras. Su caminar elegante y cauteloso hacía juego con el panorama. Nadie hubiera podido percatar su presencia.

Entonces, fue cuando él mismo se dio cuenta de que alguien le miraba. Alguien que esperaba ver, que presentía iba a encontrar, que sería algo lleno de emoción…

… pero él nunca pondría a flote un sentimiento bueno. No iba con él, su prestigio, orgullo y personalidad se lo impedían. Sin embargo, no contaba con que su propio cuerpo lo traicionaba a pesar de la inapelable orden de parecer siempre frío.

​

Cuando te vi, mirándome así.​

El brillo de tus ojos, lo opaco de tu cabello.​

Todo mi cuerpo se cayó, como si fuera mi prueba de amor hacia ti.​

La chica bajó delicadamente de su habitación, salir a la calle a esa hora parecía un acto de suicidio, pero había una persona… que parecía estar buscando algo. La mirada de él hacia ella había sido lo más interesante de la semana… una mirada, que no había pensado jamás poder encontrar. Había sido un imán que la tenía atrapada, en su misterio…

— ¿No sabe que estar a estas horas de la noche resulta peligroso?—pronunció la chica con voz baja.
No era posible saber quién se encontraba al asecho de dos personas indefensas. Al menos eso
pensaba.

—No le interesa—espetó sin ninguna clase de formalidad. Le estaba molestando que esa mujer le
mirara tan despreocupada. Lo estaba tratando cómo a un igual cuando él, creía en una
superioridad.

—No parece que eso sea lo que quiera decir. ¿Cree que no me di cuenta que miraba directo a mi
ventana? Si quiere algo sólo dígalo.

Asombrosa valentía poseía ella, cosa que un día le iba a costar muy caro. Naraku no se iba a
rebajar a matarla, no se ensuciaría las manos con su sangre… mucho menos lo deseaba.

¿Qué quería? Buena pregunta, él mismo se negaba a aceptar la clara respuesta.

La atmósfera y los sentimientos incómodos.​

Casi logran acabar con nuestra relación.​

Pero esa noche incómoda se transformó con el hechizo de tu amor.​

Ya la había visto antes, leyendo un libro en voz alta en el parque, no había nadie quién la escuchara y pensó que estaba totalmente loca. ¿Qué sentido tenía si nadie escuchaba? Pero ella seguía, y fue entonces que él se detuvo a una distancia considerable a escuchar… Naraku disfrutaba de la buena lectura, y esta chica, leía con una fluidez que le había hecho permanecer ahí, además que su voz, resultaba tan clara y linda que le dejó curioso.

Sí… curioso, nada más. Pensó él en ese preciso momento.

—No quiero nada de ti—mintió él como si nada. Naraku no admitiría una vez más sentimientos cálidos cómo era el amor. Era algo ridículo.

—Al menos no sea tan grosero—exclamó enfadada la chica. Sentía una enorme molestia con aquél individuo, no podía creer que le dijera cosas de indiferencia cuando no podía quitarse su penetrante
mirada desde que le vio. Comenzó a llorar de verdadera frustración.

Naraku miraba desconcertado. No se esperaba ese cambia tan esperado en ella.

Las lágrimas de ella en vez de estar golpeando en el frío suelo, parecía que lo estaban haciendo en
el frío corazón de Naraku.

¿No es el momento para besar tus labios,​

Más dulces que el mejor de los vinos?​

Muchos sentimientos estaban presentes esa noche, incomprensibles a su gusto… ¿Pero el amor se podía comprender? Muchas personas estaban completamente desquiciadas al intentarlo. No era algo razonable. Curioso, ya que Naraku era un hombre que usaba mucho la razón.

No supo qué hacer, no tenía en la mente ninguna tonta palabra de consuelo que la gente decía sólo por quedar bien. Ni si quiera sabía porque estaba llorando. Ignoraba su nombre, ignoraba su vida… pero podía ver, que era una buena persona.

La luz del satélite de la tierra se hizo presente, y la mujer lucía realmente hermosa con todo y esas lágrimas.

—No solucionas nada llorando, ni sé porqué lo haces, no seas tonta—respondió en un intento inconsciente de hacerla sentir mejor.

Levantó la mirada, la voz de Naraku había cambiado. Se había tornado más suave, no sonaba tan cortante como las últimas palabras que había pronunciado. Se podría decir, que sonaba demasiado
seductora para sus oídos.

Tú y yo estaremos juntos bajo la luz de la luna.​

Apasionada damisela, yo quiero tu amor.​

Misteriosa damisela, necesito tu amor.​

—No… es verdad. Se sólo sincero conmigo, si no fuera nada, no seguirías aquí. Si te ayuda, mi nombre es Kagome, no soy más una desconocida.

De verdad quería sentir eso. No más una desconocida, no más la chica que estaba leyendo sin razón en voz alta en un parque… era Kagome, y su mirada era embelesarte. Naraku sintió que aquella mirada estaba dedicada sólo para él.

¿Sería capaz Naraku de confesar algo que considera estúpido e irrazonable? Pensó que nunca debió investigar dónde vivía Kagome. Aunque su corazón, en el fondo de su oscuro ser, estaba opinando todo lo contrario.

​

Tus oscuros ojos hacen preguntarme…​

¿Este amor es una mentira o una realidad?​

Sus miradas se cruzaron, pero ahora de un modo totalmente distinto. Era como si el corazón de
Naraku hubiera pateado a la llamada “razón” y usurpado su lugar para poder mirar a Kagome de esa manera.

Pasión, ternura, duda, ansía de descubrir todo de ella. Eso estaba transmitiendo con su mirada
Naraku, mientras que Kagome estaba sorprendida. Sin duda, reafirmaba que esa mirada nunca la
había visto. Su corazón palpitó, el sentimiento incómodo que flotaba en el aire se disipó al igual
que el humo de una habitación cuando se abre la ventana.

Ilustre damisela, yo quiero tu amor.​

Hermosa damisela, necesito tu amor.​

¿En qué momento ocurrió aquello? En una tarde ¿por qué? Era un enigma, lo único cierto era que él sentía amor por ella. Amor a su manera, no le diría un “te amo” u otra palabra que identificara su sentir directamente, pero lo estaba demostrando. Sus labios se posaron sobres los de ella sin dudarlo, tomándola entre sus brazos con seguridad. Un apasionado beso que ella no se resistió a tomar. Había visto en su mirada fría y penetrante, el cálido sentimiento del amor escondido en él. Esa mirada la habían conquistado, al igual que a él, su incompresible atracción.

Más que atracción, no pensó que el amor le naciera de esa manera, o peor aún, que si quiera algún día lo sintiera con esa mística intensidad.

Porque todo lo que haces, me hace dudar.​

Pero este amor es realidad… hace palpitar mi corazón.​