Una decisión importante (SasuHina)

Este es mi primer fic aqui! Es uno de los primeros fics que escribí hace bastante tiempo y ahora lo estoy reescribiendo y mejorando xD Se preguntaran POR QUE SASUHINA? Jaja bueno esta pareja es muy inusual! y personalmente me encanta Hinata y me encanta Sasuke por que lo que es normal que los quiera juntos xD me gusta el SasuSaku y NaruHina pero por ahora les traigo este y ojala lo disfruten ;3 Ah y también tiene un poco de NaruSaku y posible NaruHina al final xD

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CAPITULO I​

La joven Hyuga se encontraba como de costumbre buscando plantas medicinales en el bosque. Se había alejado bastante de la Aldea de la Hoja y prefirió internarse en el inmenso bosque, para pensar un poco sobre su filosofía de vida.
Hace poco tiempo Sakura Haruno, su compañera de entrenamiento con la Godaime Tsunade, había accedido al fin a las aspiraciones de Naruto Uzumaki y se había convertido en su novia.
Casi todos se habían dado cuenta de lo que sentía por Naruto pero increíblemente el chico rubio no se había percatado de sus sentimientos.
- Es un tonto cabeza hueca - se dijo Hinata para sí misma.
Debía dejar de lado al chico con ojos de cielo, él ahora estaba feliz con la chica de cabello rosa y eso estaba bien ¿Verdad? Cuando uno ama debe pensar en la felicidad de la otra persona, aunque no sea con uno mismo.
Corrió entre los árboles y trato de mantener su mente en blanco, cosa que era un poco imposible, escaló el árbol más alto y se quedo mirando el horizonte y el bello paisaje que se perdía frente a ella, mientras escondía una lágrima de sus ojos.
Entonces cayó en cuenta de una inusual diferencia en el paisaje. Humo.
Mas adelante podía verse un fino hilo de humo que provenía de más adelante, mas adentro del bosque.
Intrigada, la Hyuga agradeció tener un dojutsu como el byakugan, por lo que luego de unas posiciones de manos pudo mirar a través de todo aquel verdor del bosque y saber quien o quienes estaban provocando ese fuego en un lugar tan deshabitado como ese.
Enfoco la mirada en un chico de pelo celeste, jamás lo había visto en su vida. Luego vio a un chico mucho más alto y amenazador, con el pelo naranja y recostado por un árbol que daba sombra con los ojos cerrados. Una joven, con el cabello largo y de un castaño oscuro junto con unos lentes negros y gruesos, estaba cocinando algo en aquel fuego que despedía bastante humo. Finalmente apareció de entre los árboles, con muchos pescados en una mano, un joven de cabello azulado. Su camisa tipo kimono se encontraba manchada en rojo por todas partes, Hinata supuso que debió tener una batalla y que se había desangrado.
Miró con detenimiento al joven y cayó en cuenta de quién era en realidad.
Ella lo conocía, hace bastante tiempo había cursado el instituto de ninjas junto a él. Pertenecía al Team 7 de Hatake Kakashi y, por supuesto, sabía que aquel joven había huido de Konoha hace unos años atrás, convirtiéndose en aliado de Orochimaru, renegado de la aldea y el mas buscado entre los ninjas ANBU.
- Uchiha Sasuke - dijo para sí misma.
No supo como reaccionar ante aquella situación. ¿Debía correr? ¿Debía ir a Konoha y advertirlo antes de que escapen?
No. No podía arriesgarse ante eso, debía acercarse y ver que estaban tramando el joven Uchiha. Hasta donde ella sabía, Sasuke se había convertido en un desertor de la Aldea de la Hoja y estaba buscando audazmente a su hermano mayor Uchiha Itachi para asesinarlo y cumplir con su meta personal de venganza.
Ella misma formó varias veces parte de un montón de grupos de investigación contra los hermanos Uchiha. La lógica era obvia, si encontraban a Itachi, Sasuke iría por ellos, por lo que en vez de buscar solo al pequeño Uchiha también se habían dedicado a buscar al hermano mayor.
Pero hace ya bastante tiempo que no sabían nada acerca de ninguno de los dos, por lo que el destino le había puesto a la joven Hyuga al más buscado en sus manos.
Definitivamente, debía acercarse a ver que tramaban.
Se movió despacio entre los árboles, aproximándose a los 4 ninjas del grupo HEBI.
Cuando estuvo a una distancia peligrosa, se movió muy sigilosamente, entre las sombras, saltando sobre la copa de los árboles.
Finalmente llego a la distancia más cercana que se le permitía, todos ellos estaban frente a ella.
Hinata observo cuidadosamente que hacía estos chicos. Karin se encontraba cocinando algo, al parecer sopa – pensó Hinata, en aquel fuego que había captado su atención. Juugo estaba recostado por un árbol, con los ojos cerrados, todo parecía indicar que estaba durmiendo. Suigetsu estaba practicando ataques con su espada y derribando unos pocos arbustos. Cuando derribo un árbol bastante grande, Karin le grito al chico de pelo celeste.
- ¿Estas loco idiota? ¿O quieres que nos pillen? No pareces entender que estamos demasiado cerca de Konoha – le grito la chica de gafas gruesas a Suigetsu.
- Hmp – fue la respuesta de este – como si tu dichoso humo no pudiera atraer a alguien también.
Karin lo miró con los ojos semiabiertos y se llegaban a ver las chispas que cruzaban entre ellos.
Hinata sintió un impulso de decirle al chico de cabello celeste que tenía razón. Era por ese fuego que ella se encontraba ahí, pero permaneció en silencio mientras miraba. Había algo extraño ahí. Algo faltaba, aunque no podía descubrir qué.
La joven Hyuga miro en rededor de aquel pequeño circulo entre los árboles,
Juugo seguía recostado, Suigetsu y la de cabello castaño oscuro seguían gritándose, pero… Entonces, cayó en cuenta del verdadero motivo por el que fue hasta allí.
Sasuke Uchiha no estaba entre ellos. Tal vez había sido una alucinación suya y nunca vio al Uchiha. Tal vez se estaba arriesgando allí sin razón aparente y estaba perdiendo su tiempo. Pero cuando fijo la mirada en la pila de pescados que se encontraban cerca de la fogata, se dio cuenta que era imposible que haya alucinado a esa cuarta persona. Aunque no sea Sasuke, alguien más debía estar allí.
Por instinto, la joven Hyuga sintió el peligro cerca de ella, y silenciosamente dio media vuelta para volver sigilosamente por donde había llegado.
Un kunai se posó en el cuello de Hinata, cuando ésta se dio la media vuelta para volver, y quedó petrificada en el acto.
- Dime con exactitud – susurró Sasuke a su oído – ¿Qué estabas haciendo? ¿Por qué estas espiando a mi equipo?
Hinata no respondió. Busco una posible salida de esa situación pero Sasuke presionó el kunai en su garganta y la sujeto con el brazo que le quedaba libre antes de que ella pueda maniobrar cualquier clase de posible escape.
- No soy de los que tienen mucha paciencia – volvió a decir el Uchiha – respóndeme lo que te he preguntado.
- Y-Yo – titubeó Hinata – n-no tenía intención de atacarlos ni nada. Vi el fuego y solo me acerqué a ver qué estaba pasando. D-De todos modos ya me estaba yendo.
- Hmp – soltó Sasuke – ¿Qué te hace pensar que te dejare ir tan fácilmente?
Hinata se quedo helada. Ya era muy tarde para optar por el plan de ir a Konoha a avisar a los demás y conseguir ayuda.
- Date vuelta – le ordenó Sasuke.
Hinata se dio media vuelta, sin que Sasuke la soltara o bajara el kunai que se encontraba peligrosamente presionado en su cuello.
Sasuke la miró con detenimiento, Hinata tenía los ojos cerrados por el pánico.
Entonces cuando estuvo frente a frente con el Uchiha, la joven Hyuga no tuvo más opción que abrirlos para ver a su opresor.
“Pero… - pensó Sasuke - …esos ojos son los ojos de Neji Hyuga. Ella debe ser una Hyuga, es decir que es parte de la Aldea de la Hoja y, por lo tanto, mi enemiga…”

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Hasta aqui llegue! mañana subo la continuación por que estoy buscando el cuaderno donde lo anoté xD es que este fic lo hice hace años atrás y cuando no tenía computadora normalmente escribía los fics en mis cuadernos xDD​

Ojala les haya gustado ;3​

Sayooo~!​

 

Bueh! acá les traigo la 2da parte ^^ sorry si esta un poco aburrida pero es que no me alcanza el tiempo para escribir todo lo que mi cabeza alocada quiere!! xDD por faaa comenten ^^ háganme creer que no estoy escribiendo en vano D: jejejeje ;3

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CAPITULO II​

Hinata analizó a Sasuke con la mirada y se volvió a percatar de aquellas manchas rojas en su camisa. Desde aquella distancia fue capaz de ver la herida bien marcada en el pecho del Uchiha.

Sasuke siguió su mirada y sonrió con frialdad.
- No creas que por que estoy herido podrás ganarme – dijo Sasuke con arrogancia.
- N-No pensaba en eso. Me sorprende que puedas ehm moverte aun. T-Tu herida parece muy profunda.

Y eso era verdad. Él podía disimular el verdadero ardor que sentía, enmascarado con un rostro inescrutable y con una frialdad sin comparación. Cuando intentó acercarse a la joven de ojos blancos hizo un gesto de dolor, rompiendo aquella mascarada.

- ¿Vienes a acabarme? ¿La Hokage te envió? Necesito respuestas y las necesito rápido – Volvió a replicar Sasuke, instalándose en su posición de opresor nuevamente y presionando el kunai por el delicado cuello de Hinata.
- Yo n-no pensaba hacer nada. Vi el fuego y me acerqué. Eso fue todo.
- No me engañas niña. Si posees el byakugan debes ser parte del Clan Hyuga, por lo tanto eres una kunoichi de Konoha y sabes mi situación sin duda alguna.

Sasuke comenzó a mirar en su pasado. Recordaba a la chica frente a él, fueron a la Academia juntos y se graduaron el mismo día. Ella era una de las pocas chicas que no se encontraba sobre él todo el día como mosquito. Siempre estaba sola o escondida entre los arbustos. Normalmente, siempre se encontraba vigilando a Naruto.

- Yo no vengo a atacar – dijo Hinata, interrumpiendo a pelinegro de sus pensamientos – De verdad. So-solo quería saber que pasaba.

Sasuke la penetró con la mirada. La joven Hyuga era capaz de sentir toda aquella oleada de frialdad que emanaba del cuerpo de su opresor, y extrañamente, comenzó a preocuparse por la herida que éste tenía en su pecho.

- Ehm esto… - dijo Hinata tímidamente - ¿No te duele? Digo si la herida… yo-yo puedo…
- No es tu problema – le interrumpió Sasuke bruscamente.
- Yo solo… Yo solo decía…

En ese instante Sasuke escuchó que alguien lo llamaba. Era Karin, por supuesto. Al parecer ya se habían percatado de su falta de presencia en aquel pequeño círculo.
Ambos quedaron en silencio. Hinata estaba preparada para lo peor, para que Sasuke le lleve a rastras juntos los otros o que acabara con su vida de un momento a otro.

- ¡Sasuke-sama! ¿Dónde estas? – repitió en un tono mas alto. Juugo abrió los ojos ante la escandalosa voz de la chica castaña.

- No confío en ti. Pero no tienes pinta alguna de amenaza – le dijo Sasuke a Hinata, susurrándole al oído – Si quieres regresa a tu preciada Aldea. Diles que estoy aquí, yo y mi equipo los estaremos esperando.
- N-No – dijo Hinata. ¿Qué estaba diciendo? ¡Claro que debía decirle a los demás que Sasuke Uchiha se encontraba allí! Pero por una extraña razón, sintió que no debía hacerlo.
- Lárgate – soltó el Uchiha – Agradece que estoy de buen humor y solo vete.

Dicho esto Sasuke desapareció.
Al poco tiempo, la joven Hyuga escucho como éste le respondía a Karin y aparecía de entre las sombras y se acercaba a su grupo.
Hinata no supo si lo que ocurrió fue suerte, fue una alucinación o si simplemente el Uchiha había perdido la razón.
Dio media vuelta y corrió entre los árboles, dirigiéndose a la Aldea.
Un montón de sentimientos recorrieron su ser. Miedo, a que el Uchiha le haya mentido y la siga para darle fin; Enojo, por que éste no la considero una amenaza y, una vez más se sintió una completa inútil; Intriga, al no comprender como Sasuke le había perdonado la vida tan fácilmente y había un sentimiento más, que no descubría.

Tal vez el joven Uchiha no quiso pelear con ella por que se encontraba malherido, pero esa no era excusa alguna considerando a los chicos que él tenía consigo. Sin embargo, él no le dijo a ninguno de los presentes que ella se encontraba allí, ni siquiera se preocupo en mencionarlo, simplemente la dejó ir. Tal vez no quería meter a su equipo en apuros o no quería preocuparlos, había alguna razón escondida tras ello.
Sus heridas. Eran profundas. Tal vez se infecten si no les pone el cuidado necesario – pensó la inocente Hyuga.
Eso era, el sentimiento que no quería admitir. Estaba preocupada por las heridas de Sasuke. Incluso cuando estuvo frente a él iba a ofrecerle curarle las heridas, pero no lo hizo. El jamás la hubiera dejado.

Se quedo parada en el sendero y miró hacia atrás, por donde había venido. Un impulso desconocido en su ser se apodero de ella. Un toque suicida y masoquista, pero sincero. Buscó en el bolsillo izquierdo de su pantalón y encontró aquel ungüento que hace tanto tiempo llevaba con ella. Tenía un afecto cicatrizante rápido, y el chico Uchiha no necesitaría ayuda para usarlo. Eso era, quería ayudarlo.

Volvió hacia donde se encontraban Sasuke y su equipo, era consiente de que tal vez no cuente con la misma suerte que había tenido antes. Esa vez iba a presentarse frente a todos y podrían atacarla o el Uchiha la termine matando antes de que ella explique la razón de su regreso. Decidió arriesgarse, él le había perdonado la vida antes y ella quería hacer algo a cambio.

Sasuke se encontraba recostado en el pasto verde, bajo la sombra de un árbol. Los demás se encontraban comiendo el ramen que había hecho Karin. Ella le ofreció un plato de ramen, con la misma coquetería y tono sensual con el que solía ofrecerle cosas a menudo, siempre en doble sentido, pero Sasuke lo había rechazado. No tenía ganas de comer en ese momento.
Mientras miraba el cielo desolado de nubes y de un celeste infinito, se pregunto si Hinata les diría a los demás que él se encontraba ahí. Eso dificultaría las cosas. Solo estaban en busca de pistas sobre las debilidades y fortalezas de los grandes muros que protegían Konoha, por si un ataque imprevisto fuera necesario. Todo podía ser posible ante la situación en la que él se encontraba. Y solo estaban de pasada, no era su intención estar rondando por allí, más bien era una obligación al seguir el sendero de su búsqueda. El sendero de Itachi siempre se encontraría cerca de la aquella aldea.
Decidió que ya era tarde para enmendar un posible error, Hinata debía estar en su casa en ese momento o tal vez junto a la Godaime, diciéndole todo. De todas maneras él no se movería ni un centímetro del lugar donde estaba.
La herida en su pecho volvió a arder bajo su camisa y un hizo una mueca cuando giraba sobre si mismo hacia la derecha.
Cerró los ojos y trató de relajarse, ignorando el dolor proveniente del tórax y la manera rápida en que sucumbía el resto de su cuerpo ante él.

- ¿Quién eres tú? – escuchó Sasuke, mientras mantenía sus ojos cerrados. Era Suigetsu dirigiéndose a algún individuo.
- Ehm Yo-yo soy Hinata Hyuga. Disculpen. Solo vengo a traer algo para Sasuke-kun.

Sorprendido, Sasuke no pudo evitar abrir lo ojos y aguzar el oído. Esa chiquilla estaba tentando a su suerte ¿Qué creía? ¿Qué podía volver y sentarse a tomar el té con ellos? El sarcasmo resultaba algo obvio en los pensamientos del joven Uchiha.

- ¿Quién te crees para dirigirte a Sasuke-sama de esa manera? – inquirió Karin.
- ¡Eres de Konoha! – le acusó Juugo, era la primera palabra que mencionaba en el día.
- Por favor… - pidió Hinata tímidamente, casi en un susurro – No quiero problema alguno ni nada por el estilo. Yo… yo solo… ehm quiero darle esto a Sasuke.
Hinata extendió la mano y dejo a relucir el ungüento que llevaba.

- ¿A qué se debe la amabilidad? – inquirió Sasuke, apareciendo frente al joven Hyuga, ésta se exaltó ante la sorpresa y dejo caer al suelo el ungüento que sostenía.
Hinata se quedó helada ante los cuatro pares de ojos que se encontraban observándole con frialdad en ese preciso momento.
- Tú… - susurro la Hyuga – Tú me perdonaste la vida hace un momento. So-solo quiero hacer algo a cambio.

La cara de sorpresa de Karin, Suigetsu y Juugo era más que obvia, pero Sasuke no movió un solo músculo de la cara, a pesar de haber quedado bastante sorprendido también.
- Y… - dijo Sasuke, aproximándose más ante Hinata y levantando el ungüento del piso mientras hablaba - ¿Cómo me ayuda esto? – inquirió con un tono frío, entrecerro los ojos y espero su respuesta.
- Te-te ayudara a cicatrizar tus heridas.
- Hmp – soltó Sasuke. Se acerco a Hinata y le tomó la mano, extendiéndola frente a él y colocando el ungüento de vuelta en la palma de la joven Hyuga – No necesito tu ayuda. Vete antes de que me arrepienta, dos oportunidades en un día es suerte, no tientes a tu destino buscando que te perdone una tercera vez.

Dicho esto, Sasuke le dio la espalda. Hinata miro el ungüento.
- Sasuke. Tómalo, por favor – intentó acercarse a él, pero tropezó y cayó sobre su espalda.
Enseguida se separó, dejo el ungüento en el suelo y gritó “Gomen-nasai”. Luego salió disparada en dirección al bosque.

Suigetsu y Karin se levantaron dispuestos a seguir a la chica de pelo azulado, pero Sasuke hizo una señal con la mano, indicándoles que se detengan.
- ¡Pero Sasuke-sama! – inquirió Karin, molesta.
- ¿Qué pasa si la chica dice que estamos aquí? – preguntó Suigetsu.
- No me importa – dijo Sasuke con un tono cortante – Ya la había dejado ir antes, por lo que ya he pensado en las consecuencias.

Luego Sasuke se agachó y recogió el ungüento del suelo, lo olió y lo guardo entre sus ropas mientras caminaba de vuelta al árbol. Volvió a recostarse a su sombra y hizo un esquema mental de que harían si algún Ninja de la Hoja se aproximaba.
Cuando volvió a sentir el ardor, decidió sacar el ungüento de entre sus ropas y lo esparció por la herida.

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Mañana subo el tercer capitulo!! lo seguía escribiendo ahora pero estoy viendo Hakushaku to Yousei y se ve super interesante! (el rubio alemán mató xDDD) comenten pleaseeee! :D y para el proximo capitulo.... bueno solo puedo adelantar que Hinata va a descubrir que aunque no diga nada acerca de Sasuke alguien mas va a descubrir que ella estuvo con él :B ​

Kusses. Sayooo~!​

 

Tan ta ta taaaaaaaaaaaan! xDD ya vine con el 3er capitulo! no lo subi antes por que parece que aca nadie quiere Sasuhina D: pero mi deleite como autora es mas fuerte que mi frustracion ante el publico!! ^^ disfrutenlo!! Especialmente Pollux que sigue mi fic xP siempre comenta! :)

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CAPITULO III​

Cuando llego a las grandes puertas de la Aldea de la Hoja, Hinata se dio media vuelta y vio el camino por el que había venido. Nadie la siguió y, al parecer, nadie iba a matarla después de todo. Ya había llegado a Konoha y no serían capaces de intentar matarla dentro de la Aldea.

Suspiro. Nunca había tentado tanto a su suerte en toda su vida.

Por lo pronto solo le quedaba ir junto a la Hokage Tsunade, mientras se decidía si debía contarle a alguien lo vivido o si debería guardárselo para si misma. Eso era extraño. ¿Por qué ella debería guardar un secreto como ese? ¿Qué sentido tenía si lo hacía? Era bastante obvio era su deber contarle a la Godaime el hecho de que un fugitivo y posible criminal como Sasuke Uchiha se encontraba cerca de la aldea. Casi a su alcance. Eran tan pocos kilómetros.

Pero en su interior algo le decía que no debía decirlo. Él le había perdonado la vida más de una vez, y a pesar de haberle dejado el ungüento, Hinata aún se sentía en deuda con él. Era bastante estúpido pero ella lo sentía en realidad, aunque quisiera negarlo. Por que… ¿A caso su vida solo valía un ungüento? Es decir, ¿era justo pagarle a él, el hecho de haberle perdonado su patética pero necesaria existencia sólo con un ungüento que le cicatrizaría esa gran herida en su pecho? Claro que no. En ese momento, la joven Hyuga sintió que su vida no podía ser intercambiada por algo tan precario.

Se detuvo frente a la puerta de la oficina del Hokage. No supo exactamente cómo hizo para llegar tan rápido en ese lugar, pero sabía que no había vuelta atrás. Era su silencio o su traición, por que así lo sentiría, como una traición hacia Sasuke. Se sorprendió de sus propios pensamientos.

- ¡Hinata-chan! – Escuchó – Te haz tardado un montón. ¿Dónde estabas?

Era Shizune, que venía hacia ella con un montón de libros sobre sus brazos. Hinata le abrió la puerta de la oficina de la Hokage para que pudiera entrar y Shizune dejo caer los libros en el escritorio de Tsunade mientras suspiraba por el cansancio. La oficina estaba vacía.

- Arigato Hinata-chan ¿Qué tal te fue en el encuentro?
- ¿Encuentro? – Repitió Hinata con incredulidad.
- Ajá.

Hinata no entendía a qué exactamente se refería Shizune con eso. ¿O será que ella sabía su “encuentro” con el Uchiha? No, era imposible. La hubieran encarado directamente o había ido a la búsqueda de Sasuke. O tal vez fue eso lo que hicieron. Si la Godaime no estaba en su oficina, ¿se habría ido ésta en busca de Sasuke y su equipo?

- Shizune-san ¿Dónde esta Tsunade-sama?
- ¡Pero debería preguntarte lo mismo! – Exclamó Shizune, mientras evaluaba a Hinata con la mirada. Entonces puso una cara de sorprendida mientras se llevaba la mano en la boca de la sorpresa - ¡Hinata! ¿No me digas que no fuiste a tu encuentro con Sakura-chan?

¡Eso era! ¿Cómo no lo había notado antes? Ayer después de su entrenamiento con la Hokage, ella le había dicho que arreglaría un encuentro con Sakura para probar sus habilidades.
Sakura. No era la persona que quería ver exactamente, especialmente si Naruto andaba cerca. Aun no podía entender como ella había aceptado ser la novia del rubio de su compañero, siendo que ni siquiera lo quería lo suficiente. Sakura no quería a Naruto de la misma forma en que ella lo amaba.

- ¡Lo olvide! – Exclamó Hinata – Ahora mismo iré. Espero encontrarlas. Arigato Shizune-san.

Dicho esto salió corriendo de allí para ir al domo donde se suponía se llevaría a cabo la batalla entre Sakura y ella.
Tsunade y la chica de pelo rosa la estaban esperando en la puerta del domo, con expresiones bastante irritadas en el rostro.

- ¡Hinata! – Exclamó Tsunade en cuanto la vio - ¿Dónde rayos te haz metido? ¡Hace una hora exactamente que estamos esperándote!
- Ya había pensado que tenías miedo – dijo Sakura.
- Go-gomen nasai. Es que estuve dando un paseo y se me paso por completo.
- Ah – Tsunade suspiró – Que más da. Ven, entra que debemos empezar.

Mientras seguía su disputa interna de “contar o no contar”, la joven de ojos blancos miro de reojo a su contrincante. Sakura tenía una expresión triunfadora, bastante confiada. Hinata se estremeció ante la idea de ser derrotada. No podía permitirse a sí misma tanta humillación, no después de que aquella chica de cabello rosa le sacó al joven que ella tanto amaba. Si Sakura le ganaba iba a ser tan doloroso como aceptar que merecía estar con Naruto, que lo merecía más que ella. Y, definitivamente, Hinata estaba convencida de que Naruto y Sakura no eran buena pareja.

Se colocó frenta a Sakura, una gran distancia las separaba. La Hokage Tsunade llevaba entrenándolas hace bastante tiempo, pero nunca se había enfretado cara a cara. Todo lo que Hinata conocía en taijutsu, Sakura también lo sabía. Así como compartían el mismo conocimiento de Ninja médico.

- Creo que conocen las reglas bastante bien – Dijo Tsunade con diplomacia – Por lo pronto solo es un calentamiento. No se emocionen demasiado o será peor en la segunda ronda. ¡Comiencen!
- HAI – dijieron Sakura y Hinata al mismo tiempo.

Sakura enseguida se lanzó contra la joven Hyuga, lanzándole una patada que Hinata apenas esquivó. El calentamiento se basó en simple taijutsu y era de esperar que amabas adivinen el movimiento de la otra, puesto que las dos tenían la misma sensei y conocían los mismos trucos. La rudeza y fuerza sobre humana que poseía la joven Haruno, metió a Hinata en bastantes contra vueltas. Pero no iba a darse por vencida, no podía perder de nuevo ante Sakura.

- Estás muy confiada – dijo Sakura, mientras lanzaba un puñetazo que Hinata atajó.
- No me rendiré fácil – respondió ésta, mientras le lanzaba un puñetazo a cambio.

Sakura atajó la mano de Hinata de la misma manera que ésta estaba haciendo con la suya, y una guerra de empujones empezó. Empujaban fuerte, esperando que alguien caiga primero, pero ninguna de las dos estaba dispuesta a someterse ante la otra.
La pelirrosa sintió esa chispa de competitividad emanar de su ser, y por supuesto, la joven Hyuga no se quedaba atrás.
Cada vez enviaban más chakra a sus manos, para tener mayor fuerza en las embestidas y que finalmente una de las dos caiga. Pero ninguna cedía, las embestidas acaban con el piso del lugar pero no quebrantaban la posición de cada una.

- No seas tonta Hinata. ¿Por qué estás tan molesta? ¿Es por lo de Naruto, verdad? – dijo Sakura, provocando a la pelinegra, Hinata no respondió, solo siguió empujando con una fuerza desconocida para ella misma hasta ese momento.

Finalmente Tsunade paró el encuentro.
- ¡Les he dicho que era un calentamiento! ¿Qué les pasa? – Gritó Tsunade.

Sakura solo respondió con una mirada indiferente mientras Hinata se echaba al piso, exhausta.

Entonces un joven rubio con bigotes de gato y ojos semiabiertos entró por la puerta del domo. Era de esperarse, piensas en ello y aparece a molestar.

- ¡Abuela Tsunade! – mufó Naruto - ¿Cómo van las chicas, eh?
- ¡Naturo! ¿Qué haces aquí? ¡Vete!

Naruto corrió hasta Sakura y le besó la mejilla, mientras saludaba con una sonrisa a Hinata. Ésta se puso roja como tomate al instante.

- Solo quería ver a Sakura-chan y a Hinata-chan peleando – dijo Naruto con energía - ¿Y quien va ganando?
- Es un empate – Dijo Tsunade.
- ¡Oh de veras! Entonces Hinata-chan es bastante fuerte – la sonrisa de Naruto hizo que a Hinata se le desboque el corazón.

Entonces Naruto le tomó la mano y le sonrió de la misma manera en que acaba de sonreír para Hinata. La joven Hyuga sintió un hueco en su pecho.
Sin pensarlo, salió corriendo de aquel lugar, dejándose llevar por sus propios sentimientos. No quería presenciar esa escena por más tiempo. Escucho voces a su espalda pero no volteó, ni se preocupo en saber que decían.

La luz solar le golpeó la cara, cegándole la vista. Y choco bruscamente contra algo, cayendo al suelo. Miro frente a ella y se encontró con su compañero Kiba, estaba con Shino y Akamaru. Se irguió enseguida y se sacudió rápidamente el polvo en su ropa.

- Gomen nasai Kiba-kun – soltó automáticamente mientras se inclinaba y su dispuso a correr de nuevo.
La mano de Kiba la atrapó y éste olisqueó profundamente la ropa que llevaba puesta.
- ¡Donde esta Sasuke Uchiha! – gritó Kiba, al mismo tiempo que Akamaru ladraba.

La cara de Hinata se volvió pálida enseguida, tan blanca como el papel. Pensó en una coartada pero no entendía como Kiba lo había descubierto, por lo que decidió mentir.

- No-no se de q-que estas hablando Kiba-kun – respondió ella, nerviosa. La voz por poco se le quebró.
- Entonces ¿Me puedes explicar por qué tienes su aroma en tu ropa? – replicó Kiba, incrédulo ante la posibilidad de que su compañera esté encubriendo a alguien como Sasuke.
- ¡Es verdad eso! – rugió una voz. Era Naruto, que había seguido a Hinata para saber el motivo de que haya salido corriendo del lugar donde estaban entrenando. Corrió y se colocó frente a Hinata, sacudiéndola por los hombros - ¡Hinata si lo sabes dímelo! ¿¡Donde esta Sasuke!?

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Bueno espero que les guste! me encanto este final xP me esmere mucho ^^ no digo cuando voy a subir el próximo por que siempre digo mañana y nunca lo hago xDDD Besitos y por faaa comenten!! D: jejeje​

 

Aqui esta el nuevo capitulo!! ojala les guste por que a mi me encanto *---* jajajaja opinen please!!

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CAPITULO IV​

Hinata puso los ojos en blanco, literalmente. El rostro de Naruto estaba muy cerca del suyo, lo que provoco que sus mejillas se enrojecieran. Debía tomar una decisión rápida en ese mismo momento, contarle la verdad al chico que había amado por tantos años o encubrir al chico que le había perdonado la vida esa tarde. Pero, ¿Naruto merecía su sinceridad? ¿Merecía algo de ella después de todo lo que había pasado? Aquel rubio cabeza hueca nunca se preocupo por entenderla, ¿Por qué ella debía darle su sinceridad?​

Entonce estaba el otro, ¿Por qué ella debía meterse en problemas a causa de Sasuke? ¿Valía la pena todo lo que iba a pasarle si descubrían su mentira? Ella nunca tuvo una relación estrechamente amistosa con el Uchiha, era entregarle demasiado a alguien que nunca la había tratado cordialmente.​

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Pero, en ese momento su subconsciente le decía que era mejor encubrir a Sasuke que decirle la verdad a Naruto. Toda una locura, es cierto, pero en el fondo de su corazón, la joven Hyuga aun sentía una chispa de rabia contra Naruto Uzumaki. Él no merecía su sinceridad, Sasuke no merecía su lealtad, pero su caprichoso corazón ya había tomado una decisión.​

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- Na-Naruto – dijo Hinata, casi susurrando –. No sé donde esta Sasuke.​

- ¿Por qué tienes ese olor entonces? – se entrometió Kiba, aun dubitativo de que su compañera esté encubriendo a un criminal.​

- No… No lo sé Kiba-kun – mintió ella.​

- ¡Hinata! – soltó Naruto, casi en una súplica –. ¡Si lo sabes no me mientas! ¡Onegai!​

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Ahí la cosa estaba difícil. Buscando una solución rápida, a ella solo le quedaba una opción.​

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- ¡Gomen-nasai Naruto-kun! – chilló, y le golpeó el estomago al chico rubio con su técnica de puño suave.​

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Tan pronto Naruto cayó, Hinata salió disparada del lugar. Se tapó los oídos con fuerza para no escuchar los gritos de sus amigos y presiono sus ojos para aguantar las lágrimas que cubrieron sus ojos. Eso era todo, con su huída solo confirmó su vínculo con el Uchiha y su deslealtad a Konoha. Ya no tenía más opciones.​

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***​

- ¡Suigetsu! ¿Has visto a Sasuke-sama?​

La chirriante voz de la morena despertó de golpe a Suigetsu, y su preciado sueño se fue al diablo. Hizo como si no la oyera y giro sobre sí mismo, hacia su costado izquierdo.​

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- ¡Te estoy hablando, bakka! – le volvió a gritar ella mientras que le daba una patada.​

- ¿Quién piensas que soy? ¿Un niñero?​

- ¡Pero si serás! Hace más de una hora que no lo he visto, ¿y si lo agarraron?​

- ¡EH! – Sugetsu le levantó de su cómoda posición y se encontró de frente con la cara de preocupación de Karin. Se quedaron mirándose uno al otro mientras pensaban en la posibilidad de que eso fuera a pasar.​

- Sasuke-sama se ha ido tras la chica de Konoha – soltó Juugo, quien se encontraba bajo la sombra de un árbol.​

- ¿¡Que hizo qué!? – dijeron Sugetsu y Karin al mismo tiempo.​

- Quería asegurarse de que en Konoha nadie sepa nuestra presciencia aquí. De todas maneras volverá pronto y nos iremos – respondió Juugo, sin preocupación alguna.​

- ¿Y si lo agarran? – Karin no parecía bastante convencida.​

- ¿Por qué no pidió que lo acompañemos? – mostró Suigetsu su desacuerdo.​

- ¡No sean tontos! ¿A caso subestiman tanto a Sasuke-sama? Si ibamos entre todos solo ibamos a lograr todo lo contrario. Sasuke conoce su aldea mejor que nosotros 3 juntos y va a saber arreglárselas solo.​

- ¡Si no vuelve para el atardecer iremos a buscarlo! – sugirió Karin, casi en un grito.​

- Por primera vez estoy de acuerdo contigo – mencionó Suigetsu.​

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Juugo solo se quedo en silencio mientras los otros dos se le quedaron viendo, expectantes.​

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- Lo que sea – Soltó al final.​

​

***​

Cuando cerró la puerta con fuerza, Hinata agradeció que nadie se encontrara en su casa. Ni su padre, ni su hermana y principalmente su primo. Encararse con Neji en ese momento solo iba a empeorar todo, él la llevaría a rastras para que confiese la verdad. Pero ya no había necesidad de ello, su huída había confesado por ella. Aun no entendía por que huyó, pero ya era muy tarde para arrepentirse.​

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Se desplomó sobre el fino suelo de madera y soltó todas las lágrimas que había estado reteniendo. Para su sorpresa, solo fueron unas cuantas. Pero su nariz rojiza reflejada en el espejo le demostró que fueron las suficientes.​

Se dirigió escaleras arriba, rumbo a su habitación.​

​

Cuando abrió la puerta de su habitación, todo estaba totalmente oscuro. Era extraño, por que siempre dejaba la ventana abierta para que su habitación esté aireada, pero sus cortinas estaban cubriendo la ventana en ese momento. Cerró la puerta tras de sí y se dirigió directamente a la ventana para abrir las cortinas.​

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- Preferiría que lo dejarás así.​

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Aquella voz venía de hacia su espalda. Un escalofrío recorrió el cuerpo de Hinata cuando sintió el frío metal del kunai presionando su cuello.​

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- ¿Sasuke? – Preguntó Hinata. Sabía la respuesta, pero lo preguntó como un reflejo.​

- A ti también te conviene que la ventana esté cerrada – continuó el Uchiha, sin responder la pregunta –. Según lo que he visto, te está buscando.​

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Hinata solo se quedo en silencio y bajo sus manos, dejando la cortina como estaba.​

Al ver su reacción, Sasuke bajó el kunai y lo metió entre sus ropas. Luego se recostó por la pared de la habitación mientras que Hinata se sentaba en su cama, con la mente aturdida.​

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- Debo decir que hiciste más de lo que te hubiera pedido. Más de lo que creí que harías. Encubriste a mi equipo y a mi persona hasta el punto de golpear a una persona muy importante para ti. Estoy impresionado – El tono de voz de Sasuke era frío, calculador y controlado. Pero verdaderamente, se sentía impresionado.​

Hinata solo se quedo en silencio, con la mirada gacha y los ojos perdidos en la oscura habitación.​

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- ¿Quieres algo de mí, Hinata? – Mencionó Sasuke.​

- ¡N-No! – soltó Hinata.​

- Ya veo. Entonces, ¿Por qué lo hiciste? Te has arriesgado tanto que cualquiera se daría cuenta de que me encubriste. ¿No sabes que pueden castigarte por eso?​

- Lo… Lo sé… - susurró ella - ¿Querías que te delatara?​

- No he dicho eso.​

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El tono de Sasuke fue mas calido esta vez. Su mente intentaba adivinar las intenciones de aquella joven, pero por donde la veía y por cada palabra que escuchaba de ella, solo sentía sinceridad en su persona. Era algo frustrante para él imaginar que alguien podía perder tanto por nada. Que alguien pueda serle leal a alguien que ni siquiera era un amigo suyo.​

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- Eres una chica muy ingenua – dijo Sasuke, pensando en voz alta.​

- Lo sé.​

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Sasuke se dirigió a la ventana y miró entre las cortinas. No veía a nadie, pero podía sentir que si se quedaba ahí por más tiempo solo iba a lograr que lo descubran.​

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- Es mejor que te vayas – Le sugirió Hinata, al ver su rostro preocupado reflejado por la luz que se filtraba de entre las cortinas.​

- ¿Y tú, que piensas hacer? Podrían desterrarte de la aldea por guardar información a cerca de un fugitivo.​

- Yo me las arreglo. Fue mi decisión y asumiré mi responsabilidad.​

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La fría mirada que se había asomado por el rostro del Uchiha sufrió un cambió. Una mueca, o más bien, una sonrisa de satisfacción ante la determinación de aquella chica a la que había llamado ingenua hace menos de un minuto.​

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- Ya no tienes oportunidad. Si te quedas aquí solo serás llamada traidora y todo por una decisión estúpida y precipitada acerca de alguien que ni siquiera conoces bien. Alguien como yo.​

- Tal vez lo mereces. De igual forma, es mejor que te vayas.​

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Una risa fría se escapó de entre los labios de Sasuke y Hinata se quedo perpleja ante su reacción. Sasuke abrió la ventana y se asomó para asegurarse de que no había nadie alrededor. Tenía los minutos contados antes de que alguien viniera hasta él.​

Luego giro sobre sí mismo y le pasó una mano a Hinata. Esta se quedo con una mirada ingenua y contrariada, mirándolo fijamente.​

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- No vale la pena que te quedes en esta aldea de mala muerte. O vienes conmigo o enfrentas un destino cruel – Sasuke sonrió ante la última palabra –. O tal vez acabe con tu vida aquí mismo para evitar que digas que tuviste contacto alguno conmigo o mi equipo.​

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Esa invitación daba mucho que desear. O se iba con él o moría. Era bastante simple la temática propuesta.​

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- No tengo todo el día – Menciono Sasuke, impaciente.​

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Y entonces, luego de analizar todo lo que se venía encima y todo lo que pasaría si se quedaba ahí, luego de analizar la propuesta de aquel chico frente a ella y aquella alternativa de muerte que tenía como segunda opción, se levantó de la cama y tomó la mano de Sasuke, saliendo de salto en salto de su casa.​

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Bueno hasta aquí llegue jaja ;) ojala les haya gustado y comenten!! ^^ Creo que el próximo es el final así que presten atención!! ;3 Un beso y gracias a los que leen y siguen mi fic~!! Domo Arigato y besitos!! :D <3​

 

Perdon por hacerles esperar tanto tiempo!! D: Aqui va el PENÚLTIMO CAPITULO! XDDDDDD

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CAPITULO V​

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Entonces Karin se levantó, tan pronto Sasuke había descubierto su forma de entre la sombra de los árboles, pero la sonrisa de satisfacción que se formó en su rostro desapareció en el instante que posó sus ojos en la joven que se encontraba detrás del Uchiha. Se quedó quieta con los labios apretados y sin bajar la guardia, erguida, como esperando la oportunidad para atacarla. Sasuke se mufó.​

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– No hace falta que te molestes de esa manera –. Dijo él con seriedad pero con aquel tono de sorna en su voz – Ella viene conmigo.​

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Trato de disimular su sorpresa, sin éxito. Suigetsu y Juugo se levantaron e inspeccionaron a la nueva compañera que tenían frente a ellos.​

Hinata no sabía como reaccionar ante aquella situación. Se sentía bastante incomoda pero la decisión que había tomado era muy difícil de disolver.​

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– ¿A que se debe el honor? –. Dijo Suigetsu, con una sonrisa en el rostro.​

– Esta chica tiene más agallas de lo que aparenta y además es una Ninja médico muy buena, creo que no está demás tenerla en el equipo.​

– Es algo muy extraño viniendo de usted –. La respuesta de Juugo parecía más bien una meditación para sí mismo que una referencia directa hacia Sasuke.​

– De cualquier forma –. Continuo Sasuke – En Konoha ya no es bienvenida y a nuestro equipo le hace falta un ninja médico.​

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Karin hizo un gesto de desaprobación al oír eso.​

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– No podemos depender siempre de ti –. Sasuke se dirigió a Karin con seriedad. Era imposible no notar aquel gesto de negación rotunda proveniente de la chica de pelo castaño – Tu poder es de gran ayuda, pero al mismo tiempo es bastante peligroso para ti misma.​

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Todos se quedaron en silencio. Hinata se topó con tres pares de ojos mirándola fijamente. Un leve rubor se asomo a sus mejillas, avergonzada de encontrarse en esa situación.​

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– Ahora debemos irnos –. La orden del Uchiha rompió el silencio.​

– ¿Tan pronto? –. Pregunto Hinata en un descuido, con un tono de preocupación innecesario.​

– ¿Estás esperando algo? –. Le acusó Sasuke, con un tono un poco irritado.​

– Etoo… No. Es que se está haciendo de noche.​

– Así es como viajamos nosotros –. Intervino Suigetsu – Ágiles durante la noche, alertas durante el día.​

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Aquella atmosfera no era algo de lo que Hinata estaba muy acostumbrada, pero sabía que desde ese momento en adelante las cosas iban a ser diferentes. Desde que tomó la mano de Sasuke y salió de la mansión Hyuga, todo cambio. Desde que dejó la aldea las cosas marcharían hacia otro rumbo. Y ella lo aceptó, no había vuelta atrás.​

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– Ahora bien, si no hay otra objeción, creo que debemos partir.​

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Dicho esto, las cinco sombras se perdieron en el bosque, dirigiéndose en dirección al sol que solo era un hilo naranja en el horizonte.​

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***​

– ¡Abuela Tsunade! ¡No podemos quedarnos aquí como si nada mientras que haya posibilidades de Sasuke este cerca!

– Naruto sabes que odio cuando gritas.​

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Tsunade se recostó sobre las patas traseras de la silla mientras miraba hacia la ventana, el sol tiñendo el firmamento de un naranja liliáceo.​

El rubio hizo una mueca de impaciencia y entrecerró los ojos. Pronto lanzo un gemido de disgusto y volvió a golpear el escritorio de la Hokage con sus dos manos.​

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– ¡Que acaso no me escuchas Abuela Tsunade! ¡Sasuke esta cerca! ¡Déjame ir a buscarlo!​

– No vas a abandonar la aldea por tu cuenta Naruto…​

– ¡No te estoy pidiendo un equipo! ¡Te estoy pidiendo que me dejes ir por mí mismo para buscarlo!​

– Creo que no entiendes la situación Naruto. Espera que me traigan a Hinata para interrogarla y luego se tomará la decisión al respecto.​

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Naruto, harto de aquella espera sin fin, salió de la oficina del Kage y camino de un lado para otro en el pasillo.​

El hecho de tener a Sasuke tan cerca era algo que él no podía ignorar, no luego de buscarlo hasta debajo de la última piedra y no obtener nada, ni siquiera una pista de su paradero. ¿Qué acaso nadie entendía lo que significaba eso para él?​

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– ¡RAYOS! –. El golpe a puño cerrado que lanzó el joven zorro resonó en las paredes.​

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Neji se acercó a toda velocidad hacia donde estaba él y sin decirle ninguna palabra entró a la oficina de Tsunade. Naruto fue directo tras él.​

Entro sin golpear a la oficina al mismo tiempo que Tsunade se levantó de golpe del escritorio para dar un manotazo contra la pared.​

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– ¿Cómo que escapo? –. Volvió a preguntar ella, irritada.​

– La he buscado por toda la aldea junto con Ten Ten y Lee y no hemos tenido rastro de su paradero, solo nos queda pensar que se fue.​

​

El rostro de Neji mostraba pura confusión, jamás se hubiera imaginado que su pequeña prima Hinata sería capaz de hacer algo como eso.​

Naruto abrió los ojos como platos y se quedó casi mudo. Luego dio media vuelta y salió de aquel lugar enseguida.​

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– ¡Naruto! –. Le gritó la Hokage, pero no recibió respuesta alguna. Luego se dirigió a Neji – ¡Ve con él! Y trata de calmarlo.​

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Al instante, el Hyuga abandonó la oficina.​

​

***​

– Nos quedaremos aquí –. Dijo Sasuke, mientras entraba a una cabaña abandonada.​

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La luna estaba bastante alta y alumbraba la oscuridad que cubría la noche. Suigetsu pateó la puerta de la cabaña con fuerza y el polvo saltó a su rostro. Un fuerte estornudo resonó en la quietud de la noche.​

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– ¿Estás seguro? –. Pregunto a Sasuke, luego de sacudirse el polvo de la cara – Aun estamos muy cerca de Konoha.​

– Exacto –. Respondió el peliazúl – De seguro ellos piensan que estamos bastante alejados en este momento.​

– ¿Tú tienes un dojutsu muy poderoso, verdad? –. Karin se dirigió a Hinata.​

– Ehh Si-sii… –. Respondió ésta con vacilación.​

– Supongo que si eres de este equipo sabrás que tendrás que usarlo para ver si no hay nadie cerca, lo sabes ¿verdad?​

– Si.​

– Déjala en paz Karin, no creo que sea necesario que use su byakugan.​

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La intromisión de Sasuke disgusto bastante a la morena, eso era algo poco común en él. Todos allí eran piezas importantes dentro de su venganza y siempre decía que era necesario explotar las habilidades al máximo, ¿Por qué no explotar el dojutsu de aquella niña?​

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– En fin –. Dijo Juugo – Entremos, acomodémonos y descansemos. Luego podremos seguir.​

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Dicho esto los cinco ninjas entraron en la deshabitada casa. Hinata salió luego de un momento.​

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Camino por un momento pero, rendida, se tiró al pasto para contemplar el firmamento nocturno y estrellado. Aun estaba muy insegura de su decisión, muy precipitada y temeraria, pero aquel lugar, acompañada de 4 ninjas fugitivos, le indicaba que no había mucho que hacer al respecto.​

​

– Aun puedes volver.​

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La voz de Sasuke asusto a la joven Hyuga, que se levanto de un salto del suelo, quedando frente a frente con el pelinegro.​

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– No… no voy a volver.​

– Yo creo que deberías hacerlo.​

– ¿Te molesta mi presencia?​

– Para nada –. Una sonrisa maléfica se asomo en los pálidos labios del Uchiha – Es más, creo que me agrada que hayas decidido venir conmigo.​

​

La sorpresa se hizo notar en el rostro de la joven y un leve sonrojo se posó en sus mejillas.​

​

– Pero… –. El rostro severo volvió a hacerse presente – La vida que llevamos no es para ti. Eres una kunoichi hecha y derecha, criada en una buena familia y en una buena aldea. Yo era como tú, pero por mis motivos personales me aleje de todo ello y por eso sé que no es fácil. No será fácil para ti tampoco.​

– ¿Por qué…? –. La frase en los labios de Hinata expiró a último momento. Sasuke se mufó.​

– ¿Por qué te digo esto? Bueno creo que ni yo mismo lo sé. Al parecer me preocupas, querida Hinata.​

​

Aquella palabra no era algo que Hinata se esperaba Además de abrir los ojos como platos, su rostro se volvió rojo como manzana. Se desplomó en el suelo y se quedo sentada, inmóvil.​

Sasuke, ligeramente alarmado por su reacción, le tocó la frente.​

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– Al parecer tienes fiebre –. Sasuke se sentó a su lado y le miro los ojos fijamente – ¿Te sientes mal?​

– No-no​

– Deberías entrar y descansar.​

– Cre-creo que sí.​

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El contemplar tan de cerca el rostro de Hinata, hizo que Sasuke se fijara en las perfectas facciones que ésta tenía. Sus ojos blancos, inocentes y temerarios, su pequeña nariz grácil, sus mejillas rojizas y sus labios de porcelana.​

Confundido de sí mismo, sacudió la cabeza para alejar esos pensamientos no propios de sí y se levantó para extender una mano a la chica. Ésta se sujeto de ella y se paro frente a él.​

​

La atmosfera que al comienzo asustaba a la pequeña Hyuga, ahora había cambiado. En los fríos ojos de Sasuke, ahora encontraba calidez. No fuego, solo una tibia sensación de alivio. Su grácil rostro se incrustó en la mente de Hinata.​

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– Sasuke.​

– ¿Si?​

– Gracias.​

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Dicho esto, Hinata hizo algo que él chico frente a ella no se esperaba, ni se hubiera imaginado. Lo abrazó.​

Inmóvil, no supo si corresponder el abrazo o no. Sus manos temblaron ante la tentativa, tan cerca de tocar su piel…​

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– ¡Suéltalo Hinata!​

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Aquella voz resonó en el bosque, al mismo tiempo que Sasuke subió la mirada hacia el punto de donde provenía la voz. Sus ojos se volvieron fríos al instante.​

Antes de que Hinata pudiera darse vuelta, Sasuke ya se había puesto frente a ella, actuando como escudo. ​

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Bueh! PERDÓN POR LA TARDANZA!!!! ojala les guste ;D y el próximo SI es el final :B Ya lo tengo escrito y todo xDDD pero lo subiré la próxima semana ;3 Gracias por leer y comenten POR FIS!!! <3