Grutas de Alforno

El plan funcionó... a medias. Shura recibió daño en medio de la estampida de Glimmora y el estruendo que hicieron me sobresaltó momentáneamente. Pero no como se sobresaltaría una persona normal al escuchar un ruido repentino, no. Mi corazón se detuvo una milésima de segundo antes de acelerarse en medio de un profundo y visceral pavor.

No era un sobresalto. No era miedo.

Era genuino terror.

Con el tiempo se había vuelto más manejable, pero cada vez que escuchaba un ruido excesivamente fuerte o repentino el miedo regresaba otra vez. Y me veía a mí misma allí, en mitad de la nada, mientras la Guardia de Chance asesinaba a mi familia a tiros.

Seguir el camino logró despejarme lo suficiente para alejar aquella imagen de mi mente. A parte de las rocas dispersas aquí y allá, no parecía un camino difícil. Tal vez había sido la opción correcta después de todo.

—Honestamente no tengo idea—me abracé apenas a mí misma, sintiendo la piel aún erizada por el estruendo cuando Effy preguntó por los demás—. Solo tengo localizado a Drake porque trabaja con mi padre y es el motivo por el que estoy aquí. Los últimos años han sido un caos.

>>Me encontré con Dante por error, ni siquiera esperaba que regentase una cafetería—lo miré brevemente con su cabello negro recogido en una coleta y aquellos calmos ojos verdes y esbocé una pequeña sonrisa—. Aunque supongo que le queda bien. Siempre ha sido un poco bohemio.

¿Y en cuanto a Alpha, Honda? ¿No vas a hablar de él? Preguntó una vocecita insidiosa en algún lugar. Repentinamente, a mi mente acudieron los recuerdos.

"¿Has perdido completamente la cabeza?"

Joder.

Hablar de Alpha generaba en mí una especie de profundo rencor, tristeza y quizás admiración, aunque esta última muy bien disimulada. Había intentado hacerlo a un lado, fingir que nunca existió, pero aún conservaba su megabrazal roto en mi muñeca, así que negar la realidad sería mentirme a mí misma.

"¡Claro que no! ¡No quiero que a Des también le pase! ¡Ni a nadie más! ¿¡Crees que me voy a quedar de manos atadas mientras todo eso ocurre en Kalos!? ¡¡Más y más personas van a sufrir mientras más dure esa estúpida guerra!!"

Alpha había hecho lo que yo no había podido: lanzarse como un suicida a luchar cuando estalló la guerra en Kalos y dejar nuestro pseudo refugio de paz. Contra todo pronóstico, en contra de todo buen juicio y del simple instinto de supervivencia, porque siempre había sido ese terco idiota.

"¿Y crees que tú vas a detenerla? ¡No hay ganadores en una guerra, Alpha! ¡Ya viste lo que sucedió con Raiden o con Flame! ¡¡Si sales por esa puerta vas a morir!!"

Yo no pude hacerlo. No tuve ese valor. En esos momentos tan duros, cuando todo a nuestro alrededor se resquebrajaba como un insulso cristal, solo podía pensar en lo mucho que necesitaba un mínimo de paz.

"¿Por qué eres tan idiota? Siempre, siempre lanzándote al peligro sin pensar, siempre queriendo ser el héroe de todos... ¿¡Por qué no usas la cabeza que tienes sobre los hombros?!"

—Eso es todo lo que sé—finalicé por toda respuesta.

Después de haber atestiguado tanta muerte durante años, tanta desesperación, solo quería una vida normal mientras el mundo se iba al carajo.

"Mimi... No vas a perderme. Regresaré cuando todo eso termine. Volveré y seremos felices. Pero si no voy ahora... Si no salgo por esa puerta, voy a arrepentirme por siempre."

...

Pero fui una estúpida ilusa.

Contenido oculto

Las citas son transcripciones literales de un rolcito que hicimos Nico y yo sobre ese preciso momento, no me estoy inventando lo que dijo Alpha (?)

Igual lo publique en el blog para más contexto idk

 

Dante Miles

La mirada de Mimi luego de que diera su argumento no lo inmutó demasiado para mantener esa fachada de calma y confianza en lo que había dicho, aunque una parte de él también estaba tratando de descifrar si iba preferir mejor la otra idea, arriesgarse a escalar solo un poco para tratar de acortar camino porque realmente sería lo más eficiente.

Pero eso no pasó y él lo agradeció enormemente en silencio.

El plan funcionó aunque no de la manera más segura para Shura o de la manera más silenciosa posible, pero esos detalles no lo preocuparon tanto como ver la reacción de Mimi, haciendo que casi de inmediato recurriera a colocar una de sus manos sobre su espalda para dar un par de caricias conciliadoras y sintiera que no estaba sola.

¿Habría sido la sorpresa del sonido o realmente algo que le afectaba?

—La última vez que pude hablar con Liza me prometió que trataría de mantenerse a salvo —Comentó en voz baja, recordando ese momento —, como Ranger no puedo saber a que lugares la habrán asignado o que tan cerca del peligro puede estar, así que... creo que solo queda pensar en que genuinamente esté siendo precavida. —Rogaba porque fuera así realmente, que fuera egoísta y no saltara a la línea de fuego para estar con los más necesitados aunque sabía perfectamente que ella no era así.

Necesitaba esa falsa esperanza de que ella estuviera genuinamente a salvo.

—En mi tiempo en Galeia no pude localizar a nadie más, siento que es probable que se encontraran en otras regiones y eso ha decir verdad me trae un poco de esperanza —Caminaba cuidadoso, cuidando de ver el camino donde iba y manteniendo uno de sus brazos extendidos hacia atrás para poder sentir a Mimi todavía detrás suya —, fuera de Liza, a Ian lo mandé a Sinnoh aunque no tuve manera de comunicarme con él después, Mimi sabía que estaba como modelo y... —Dejó la frase a medias cuando su cabeza notó que Mimi no había hablado de Alpha y de pronto sintió un peso en su pecho.

¿Algo habría pasado en Sinnoh que los hubiera hecho separarse?

¿Se habrían llevado a Alpha bajo alguna investigación exitosa como la que estaban intentando realizar con él?

—¿Y Alpha creo que sigue como As? Lo que signifique eso, creo que es importante —Lo había visto en una que otra revista por un tiempo y había creído que su desaparición mediática se debía a que había ido a otra región a seguir su profesión, pero ahora solo podía pensar que algo malo pasó sin que se diera cuenta —. Yo estuve trabajando un tiempo con mi padre hasta que, supongo que lo bohemio que dice Mimi ganó y seguí con lo que me trajo paz en Lienzo.

 

Mi mente era un hervidero de recuerdos mientras Dante hablaba. Escuchaba sus palabras, pero no lograba prestarles la debida atención, como si hablase desde detrás de un vidrio. Aproveché que era la última en la comitiva para acercarme más a Dante y apoyar la mano en su hombro, buscando un calor que se me escapaba.

Recordaba la figura de Alpha recogiendo todas sus cosas, alistándose para marcharse a Kalos, tomando un abrigo que yo misma la había regalado y subiendo la cremallera hasta su cuello. Recordaba la angustia del momento, la absoluta impotencia que sentí. Y aquellas palabras, pronunciadas con una certeza que me resultaba... falsa.

No iba a combatir en un edificio batalla, no era un combate amistoso, se iba a luchar en una puta guerra. ¿Cómo podía prometerme con tanta seguridad que volvería?

"No es algo que puedas prometer"—le dije, casi le advertí—, "así que ni siquiera lo intentes."

Pero lo hizo de todos modos.

"Lo prometo. Volveré y me disculparé hasta que me perdones. Lo haré todo el día, todas las tardes y todas las noches si es necesario. Te lo prometo, Mimi."

Tensé la mandíbula. Repentinamente el calor que creía perdido se instaló en mi pecho y lo sentí burbujear en mis venas en lo que mis dedos se apretaban con más fuerza en torno al hombro de Dante.

Mentiroso.

Entonces Dante tuvo que hacer la pregunta. No podía culparlo, él sabía de nosotros. Había sido quien nos ayudó a escapar de Galeia y quien se aseguró de que Alpha recibiese la atención médica necesaria en un lugar seguro después del disparo que casi perforó su yugular.

Merecían una respuesta, tanto Dante como Effy lo hacían. Pero yo no tenía la respuesta que esperaban.

—Alpha está muerto.

 

—¿Los demás...? —repetí, bajito, como si necesitara escuchar la pregunta otra vez para ordenar mis pensamientos.

Seguí caminando a su lado mientras pensaba qué decir. Tenía la cámara en las manos, pero la había olvidado por completo. Ruby se acomodaba en mi hombro, moviendo la colita como si quisiera hacerme sonreír.

—Bueno, sé que Mimi está bien. Sale en todos lados: carteles, anuncios, hasta en cajas de cereales, creo. Y Drake… bueno, me costó un poco, pero averigüé que trabaja para Moura Honda. No he hablado con él pero... está en el mundo, que ya es mucho —Sonreí con algo de tristeza al murmurar esas últimas palabras—. ¡Ah! Y bueno, vi algo de Cayden hace poco… Y asumo que tú también viste su anuncio, ¿no? Eso de que está armando un plan enorme para plantarle cara a Chance, con tecnología rara, ideas locas y esa actitud de “yo me lanzo y luego veo”. Me dio miedo leerlo… pero también esperanza. Como si todavía hubiera gente dispuesta a hacer algo.

Solté mi cámara, que se quedó colgando en mi cuello, e invité a Ruby a regresar a mis brazos. Sus abrazos siempre me tranquilizaban, y parecía que a ella también le encantaban.

—Pero Niko… —dije al fin—. Niko desapareció.

Me mordí el labio un segundo.

—Era el único con el que me comunicaba a menudo... Dejó de contestar de golpe. Ni mensajes, ni llamadas. Nada. Y él nunca hacía eso. Nunca. Me asusté muchísimo. Pensé en todas las cosas horribles que podrían haber pasado y… no podía quedarme quieta. No después de todo lo que ya ha pasado. Así que me preparé, agarré mi cámara y... bueno, ¡fundé la Compañía de Detectives Talía & Ruby!

Solté una risa suave, con un poco de vergüenza y cariño mezclados.

—Ya sé, suena algo infantil, tampoco estaba pensado para que se tomara en serio. Pero... Niko también fundó una parecida una cuando éramos más jóvenes. Me pareció bonito retomarlo. Como si con eso pudiera decirle: “oye, esta vez me toca a mí encontrarte”. Y bueno... de los demás no sé nada.

Le lancé una mirada a Steve, algo triste, nerviosa incluso. No saber qué pasaba con los demás me dejaba con los nervios a flor de piel, pero tenía una confianza ciega en que todo iba a estar bien. Tenía que creer en ello.

—Puede que no tenga ni idea de por dónde empezar, y a veces el miedo me apriete fuerte. A menudo me siento fuera de lugar, como si debiera estar en casa horneando pastelitos en vez de husmeando por ahí. Pero si fuera al revés… sé que él no dudaría en venir a buscarme. Así que ahora me toca a mí, con Ruby, mi cámara, y la cabezonería de una hermana menor que no piensa rendirse. Y ahora estamos en ello juntos, Steve, tenemos que encontrarlos a todos y hacer lo que podamos, ¿no?

Volví la vista al frente soltando una risita.

—Además… si voy a meterme en líos, al menos que salgan buenas fotos, ¿no? ¡No lo tendrán fácil para detenerme!

Aun así, por si acaso, me quité la cámara del cuello, dejándome una gran sensación de incomodidad al hacerlo, y la guardé con cuidado en la mochila.

—Eso sí… —añadí, alzando una ceja y mirando a Steve—, ¿de verdad esto es solo andar y ya, así de fácil? Bueno, mejor así, pero... ¿cuál es el plan en cuanto lleguemos?

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Sorry creo que no te tengo que marcar nada en negrita, pero me equivoco me dices

 

Effy suspiró, asintiendo con cierta resignación, pero una especie de alivio, también, dibujado en su expresión. ¿Quizá porque no tener noticias de los holders implicaba, también, la posibilidad de que estuviesen vivos?

Ante ese comentario, Effy abrió los ojos, parpadeando y frenando el ritmo de repente. Tenía los brazos cruzados bajo su pecho mientras caminaba. Te miró y dijo:

—Así que Liza se hizo Ranger... entonces quizá venga aquí, si es que regresó a Teselia, su región de origen. Por lo que pude oír, estaban reclutando a rangers y otros cargos de autoridad para una supuesta operación contra Valthyria. Quizá... la reclutaron a ella.

Luego siguió escuchando, y llegó el momento en el que se preguntó por Alpha. Cuando Dante lo hizo, ella alzó una ceja.

—¿As? No tenía ni idea. Claro que no fue hasta hace poco cuando salí de aquí y tuve algo de información, pero...

Entonces, Mimi "confirmó" la noticia.

—A-Ah... lo siento.

El silencio se apoderó del grupo entonces, que siguió avanzando con algo de tensión, o, más que tensión, quizá melancolía o tristeza. Fue entonces cuando os parasteis en seco. No podíais seguir avanzando.

Una enorme roca tapaba el camino.

—Oh, vamos. Justo ahora no. Debíamos estar relativamente cerca —protestó Effy, analizando la roca desde distintos ángulos—. Debe haberse producido un derrumbe, o algo por el estilo. Shura, ¿Crees que puedas buscar otra forma de salir de aquí?

Lokix suspiró, y miró en todas direcciones. Pronto salió corriendo, tratando de encontrar otra ruta alternativa. Mientras, Effy miró la roca.

—Se ve bastante pesada. ¿Pero quizá entre los tres podamos empujarla? Supongo que podríamos intentarlo. ¿O se os ocurre algo más?


Podéis intentar empujar la roca con una tirada conjunta de constitución. A veces os podré pedir tiradas conjuntas, para acciones más difíciles de lo normal. Sumaré los valores de todos los jugadores que tiren el check para verificar si se llega al mínimo o no, y dicho mínimo será más alto de lo normal, claro.

Este check no es obligatorio, podéis optar por hacer otra cosa, a vuestro criterio.



***

Steve fue asintiendo ante tus palabras, siempre sonriente. No había borrado esa sonrisilla que solía tener siempre cuando era adolescente, ¿eh? Pero hubo algo que le sorprendió bastante. La mención a Cayden.

—¿Huh? ¿Acaso conoces a Cayden Dunn? ¿O hablamos de otro Cayden? No me constaba que fuese un holder... en Hoenn no paraba de hablarse de él, se ve que es un ingeniero militar de Ciudad Algaria, y que llevaba algún proyecto de desarrollo de tecnología que nos permitiese tener defensas contra Valthyria. Mi padre hablaba mucho del tema, se echó mucho dinero allí. Y aparentemente consiguieron resultados, ¿no? De ahí ese supuesto "Proyecto Paradoja". Me planteé apuntarme como entrenador, pero cualquiera se lo decía a mi padre... como si fuese un niño aún, joder.

Algo molesto, solo retomó la sonrisilla, esta vez algo melancólica, cuando escuchó hablar de Nikolah y de cómo perdió el contacto. Repentinamente, Steve te dio una ligera palmadita en la cabeza, tratando de mostrarse tranquilizador.

—Ya verás como está bien, seguro. No conocía mucho a Nikolah, pero recuerdo que era un tipo fuerte, en todos los sentidos. La gente así no se deja vencer fácilmente. Qué demonios, los holders no nos dejabamos vencer fácilmente, ¿eh?

Finalmente, ante tu última pregunta, Steve rio ligeramente.

—Bueno, ojalá sea solo andar y ya. Eso significaría que no nos encontraríamos con ningún obstác-

En ese momento, Scizor reaccionó rápidamente y alzó una pinza, empujándoos a los dos hacia atrás y pegándoos a una pared. Había visto algo y os ocultó presto. Steve trató de mirar qué había, y se puso un dedo en la boca, mandando a guardar silencio. Dijo luego, en un tono muy, muy bajo, casi moviendo solo los labios:

—... parecen guardias. Y llevan pokémon.

Oh mierda, ¿qué hacían guardias ahí? ¿No que iba a ser sencillo el camino...? ¿Y ahora qué harían? ¿Cuál era el plan?

 

El silencio se hizo tan pesado que me resultó ensordecedor. Effy reaccionó como esperaba y en mitad de un murmullo casi... hosco, respondí:

—Ya. Yo también.

Sombría, desvié la mirada a ningún lugar. Ni siquiera sabía si estaba muerto realmente. Después de años sin una llamada, un solo mensaje, una maldita carta... ¿qué cojones podía esperar? Si no había muerto cuando Chance detonó el alma definitiva... ¿dónde estaba entonces?

Escuchar hablar de Liza y de que quizás estaba viva me sacó de aquella burbuja incesante de pesar y remordimientos. De Liza White no sabía nada desde que... bueno, todo se había ido básicamente a la mierda. No había buscado respuestas sobre el paradero del resto y me había mantenido a salvo en mi burbuja de glamour y fama plastificada porque temía encontrarlas. La ignorancia era a veces una bendición.

Quizás por eso los tontos se veían tan felices.

En determinado momento nos vimos forzados a detenernos. No podíamos seguir avanzando porque una sorprendentemente conveniente roca estaba justo allí, obstaculizando el avance. Un giro de guión muy oportuno.

Perfecto para desviarnos de nuestro oscuro y catastrofista tren de pensamiento.

Cuando Effy la analizó yo hice lo mismo. Bueno, era una roca, no había demasiado que analizar, ¿verdad? No era una maldita geóloga.

—Es evidente que romperla no es una opción—dije—. Ni Yuu ni Livy tienen suficiente fuerza y has mandado a Shura a buscar otro camino, que es el único que podría hacerlo si tuviese un movimiento lo bastante potente. Una gran estrategia, Effy.

Comenté con sorna, casi poniendo los ojos en blanco. Yuu bajó de mi hombro y trató de empujar, aunque el esfuerzo era excesivo para un cuerpo tan pequeño.

>>Intentemos moverla. Si hacemos la tracción suficiente quizás podamos hacerla a un lado. Dante, ¿me ayudas a empujar por aquí?

 

Sabía que no estaba muy bien simplemente tomar una verdad a medias y esperar a que eso fuera la realidad absoluta, en especial para alguien como Effy que no había tenido siquiera la oportunidad de tener alguna especie de actualizaciones sobre los demás pero, en algo como esto genuinamente deseaba que fuera así.

Que la presencia mediática de Alpha se disminuyera en Sinnoh porque había ido a otra región a hacer cualquier otra cosa, que hubiera seguido con esa racha de suerte que sabía que tenía como para sobrevivir el estado con el que había salido de Galeia. Escogía tener esperanza.

Cuando sintió la mando de Mimi sobre su hombro se limitó a dar una corta caricia sobre su dorso para reconocer o aceptar su gesto de algún modo, con la mano que mantenía todavía extendida hacia ella para asegurarse que seguía cerca mientras seguían con ese recorrido sin pensar demasiado en lo que podía significar.

"Por lo que pude oír, estaban reclutando a rangers y otros cargos de autoridad para una supuesta operación contra Valthyria. Quizá... la reclutaron a ella."

Las palabras de Effy resonaron en su cabeza con un eco aterrador, era lo que temía. Incluso si Liza hubiera intentando mantenerse dentro de las actividades relativamente seguras que se pudieran tomar con toda esta situación, si venían y reclutaban no iba a negarse seguramente, era una oportunidad que no podía desaprovechar si se tratara de ayudar.

—¿Ah en serio? —Dijo con una falsa naturalidad, como con la que solía hablarle a sus clientes cuando tenía que pretender genuino interés en lo que le estaban compartiendo —Seguro hará un excelente trabajo en lo que pudieran asignarle, si es que llegaron a reclutarla.

Sonrió hacia Effy en el mismo tiempo que sintió la presión en su hombro aumentar y casi se sintió descubierto hasta que escuchó la gran revelación.

"Alpha está muerto."

No.

¿Qué?

Ahora fue a él quién tuvo que detenerse y mirar a Mimi con incredulidad, tristeza y bastante culpabilidad.

Si hubiera intentado contactarla antes, si hubiera dejado de lado las complicaciones que pudiera tener acercarse a ella por el estatus que tenía en Sinnoh era probable que pudiera haberse enterado y no tuviera que pasar por otra pérdida sola.

—Lo siento mucho Mimi. —Era lo único que podía decir en realidad, darle algo como un abrazo en esos momentos tampoco parecía muy apropiado así que, cuando ella inició a moverse, la imitó hasta que llegaron a su nuevo gran problema.

—Quizás con un poco de suerte la humedad del lugar hará que la roca pueda deslizarse un poco más fácil si lo hacemos todos juntos... —Fue a donde Mimi le pidió y junto a ella trató de empujar.

 

Effy alzó una ceja y se encogió de hombros.

—Conozco la fuerza de mi pokémon. Sé de lo que sería capaz, y créeme, romper esa roca no es una de las cosas que podría hacer. Pero no admitiré haber dicho eso delante de él, eso sí.

Soltó un suspiro pesado, quizá aún agitada por la repentina noticia de Alpha. Effy nunca fue la persona más expresiva con sus sentimientos, pero el paso de los años, de alguna manera, parecían haberla enfriado aún más. Por eso intentó dejar el tema atrás cuanto antes, casi como si se arrepintiese de haber preguntado en primer lugar.

—Venga, va. Intentemos empujar. Ayudaré también.

Con la espalda contra la pared, los tres empujasteis con todas vuestras fuerzas. Por un momento, la roca pareció moverse, pero... no. No cedió. Solo se arrastró mínimamente cuando vuestras espaldas empezaban a doler y tuvisteis que dejarlo, apartándoos ligeramente.

—No hay manera. Es como si estuviese bloqueada o algo por detrás... cede muy poco, quizá está atascada por algo.

Effy se alejó, jadeando, y observó la roca desde atrás. Fue entonces cuando tuvo una idea. Señaló con una mano a la parte de arriba de la roca, y dijo:

—Mirad. No la habremos apartado, pero parece que al empujarla se ha abierto un huequecito ahí arriba. Fijaos. Antes estaba pegada al techo de la cueva, pero yo creo que por ahí cabría ahora mismo un pokémon pequeño que pueda trepar por la roca y colarse... y quizá desde el otro lado pueda apartar otras rocas pequeñas o lo que sea que bloquea esta roca. Merece la pena intentarlo, ¿o no?

Miró a Mimi, cruzándose de brazos. Con un gesto de la cabeza señaló a Shroodle.

—Creo que Yuu es el único que podría. O eso, o esperamos a ver si Shura vuelve con algún plan mejor. Es lo mejor que se me ocurre ahora mismo.

 

—¡Jo… der!— exclamé con esfuerzo, tratando inútilmente de hacerla a un lado. Empujé todo lo que pude, hasta que mi espalda se resintió por la presión—. ¡Muévete, maldita piedra estúpida! ¡No he llegado hasta aquí cruzando ese camino asesino lleno de Glimmora para esto…!

Pero no cedió. Ni siquiera con el esfuerzo conjunto de los tres. Mi profesión requería cierta forma física, por supuesto, pero era modelo y actriz, no fisicoculturista. Tan solo un Machamp lograría mover una piedra así... y no teníamos un Machamp ni ningún otro Pokémon con una fuerza similar. Como Effy había declarado— aunque me hizo soltar un pequeño bufido—, Shura tampoco podría romperla... pero quizás nos hubiera ayudado a empujar. Eso en caso de que acercarse tanto a Dante y a mí no le diese urticaria.

Tuvimos que apartarnos al poco tiempo, jadeando por el esfuerzo.

—Mierda—bufé.

Esperaba que Shura volviera con noticias porque no teníamos ningún otro plan. Seguir empujando sería inútil. Entonces, Effy señaló un detalle crucial. No habíamos apartado la roca, pero si la habíamos movido lo suficiente para que la parte superior se separase del techo, creando un pequeño hueco. Ninguno de los presentes cabíamos por ahí, excepto...

Al igual que Effy, yo también me crucé de brazos.

—Estoy segura de que Yuu podría, no necesitamos a "Mr. no me gustan este tipo de misiones". ¿Qué dices Yuu? ¿Te apetece ser el héroe del día?—Shroodle no respondió. De hecho se limitó a mirarme... solo eso. Empezaba a comprender que o no era muy despierto o sencillamente estaba traumatizado. No me extrañaría. Suspiré y me agaché, extendiendo mis manos para que pudiera subir por ellas—. Lo tomaré como un sí, ¿vale?

Lo acerqué a mí, contra mi pecho —como si en el fondo una parte de mí no quisiera hacerlo. No sabía lo que había al otro lado ni los peligros que podía correr y un temor conocido me atenazaba el pecho mientras pensaba en que era tan solo un Pokémon asustado que había perdido a su compañero en una guerra que no tenía nada que ver con él—. Me acerqué a la roca y subí los brazos lo máximo que pude para que no tuviese que escalar demasiado. Sin embargo, Yuu era sorprendentemente ágil a pesar de todo y no entendía si era cosa de su especie o no porque nunca había visto un Shroodle. Trepó por la roca y se coló por el hueco superior gracias a su pequeño tamaño.

—Ten cuidado—le pedí a media voz.

Ahora solo quedaba esperar.

Me preocupaba no saber lo que habría al otro lado. No quería que le ocurriese nada. No sabría... como reaccionar.

 

Me había mantenido en silencio mientras Steve me hablaba, riendo con ternura ante sus palabras. Cualquier tipo de información extra siempre sería valiosa, y bueno, también me gustaba poder tener una charla con alguien después de haber pasado un tiempo viajando sola.

Eso sí, ni tiempo tuve de pensar en qué responderle cuando sentí una fuerza empujarme, y aún con la confusión plasmada en mi rostro me pegué a la pared al mismo tiempo que Steve, sintiendo cómo se me encogía el estómago al escuchar la palabra “guardias”. Ruby se había quedado completamente quieta en mi hombro, y podía sentirle el latido acelerado. O tal vez era el mío.

Tragué saliva. Tenía miedo, obvio que sí, pero también sabía que si nos quedábamos ahí para siempre, los guardias acabarían viéndonos igual. Y me prometí que no iba a quedarme paralizada.

"Vale, Talía, piensa... ¿Plan A? Sigilo absoluto. ¿Plan B? Corre y no mires atrás. ¿Plan C? Fingir que soy una roca. ¿Puedo ser una roca convincente? Yo digo que sí."

—Podríamos quedarnos aquí quietitos y esperar que se vayan… O podríamos avanzar despacito, en plan "somos una suave brisa en la gruta".

Miré a Steve de reojo, apenas moviendo los labios.

—Vale, vale. Vamos con cuidado. Paso suave, cero ruidos, cero flash. Si nos pillan, me haré la despistada. En eso soy campeona regional.

Ruby hizo un ruidito mínimo. Le di una palmadita en la cabecita.

—Tranquila, detective adjunta. No hemos venido hasta aquí para que nos pillen en la primera esquina.

Inhalé profundo por la nariz, como si eso me llenase de valentía y no de aire. Y como si eso me fuese a dar un impulso, acaricié el brazo de Steve y lo miré con decisión. Cualquiera con buen ojo vería que seguía muerta de miedo.

—Vale. Yo voy primero —murmuré, más para mí que para él.

Me solté de la pared y avancé un paso. Luego otro.

—Despacito… despacito —susurré—. Nada de ruidos raros. Nada de tropezar.

Antes de dar otro paso me detuve y me di la vuelta con cuidado, acercando mi rostro al de Steve para poder susurrarle lo más bajito que pude.

—Si algo pasa… me cubres, ¿vale? O... haz una distracción. O saca a Scizor a bailar. Algo. Cualquier cosa menos dejarme sola si grito —dije bajito, con una sonrisa de nervios que se escapaba sin querer.

Avancé otro paso. Solo uno más. Me temblaban un poco las piernas, pero al mismo tiempo me sentía más despierta que nunca.

 

Intentaste pasar con todo el sigilo del mundo, pese a que tenías a Steve completamente descompuesto caminando detrás de ti, pensando que aquello no era una buena idea. No obstante, parecía que ibas a conseguirlo, y estuvisteis a punto de cruzar al otro lado.

Pero pasó algo, claro. Y es que pisaste algo. Lo que parecían algunas conchas que aún había por la zona, todavía relativamente cercana al mar, que seguramente algún pokémon habría llevado hasta allí. El "crack" fue lo suficientemente fuerte como para que te paralizases en el sitio, y para que... los guardias se girasen.

—¡Ah! ¡¡Hey!! Ahí están, ¡los hemos encontrado!

—... ups —musitó Steve.

El otro guardia, sin embargo, os miró con una ceja alzada, extrañado, y miró a su compañero. Por fortuna solo eran dos. Intercambiaron un gesto de extrañeza, pero ambos os apuntaron con lo que parecía un arma, en cualquiera de los casos.

—Alto ahí, forasteros. ¿Portando pokémon y por estos lares? No hace falta que sepa de dónde venís para saber que no sois trigo limpio. Nos vais a acompañar, ahora.

Steve, sin siquiera mover la cabeza, miró de reojo al Caballero Rojo. Eso fue suficiente para que este, con una sorprendente agilidad, diese un rapidísimo sprint hacia delante y embistiese a ambos guardias. Lo lograron esquivar a duras penas, pero Scizor no apuntaba a ellos: apuntaba a sus manos. De un manotazo y una patada, tiró las armas de ambos lejos de su alcance.

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—¡A-Ahora sí que la has cagado, amigo! ¡Y la que va contigo también! ¡Braviary, vamos! ¡Acaba con él!

—N-No sé qué decirte, eh, Tommy —murmuró el otro, con su Staravia volando cerca—. E-El tipo del Scizor parece fuerte, ¿has visto a ese pokémon? D-Da miedo...

—Cállate, Timmy, hazme el favor. Además, es fácil. Acaba con la rata peluda de la niña, y luego vamos los dos a por él, ¡sin más!

Steve, al escuchar el comentario, te miró, guiñó un ojo, y mostró el pulgar alzado, en gesto tranquilizador. Acto seguido, su gesto se tornó severo, en cuanto encaró a ambos guardias. Se aseguró de poner el puño frente a su pecho, mostrando un anillo... con una curiosa piedra.

—... por encima de mi cadáver. ¡Y os aviso que matarme no es fácil!

—¿Lleva u-una...? ¿¡Cómo es posible!? —gruñó Tommy.

—¿¡D-De dónde salen estos tíos...!? —se quejó, asustado, Timmy.

Y el Braviary, claramente más poderoso, fue provocado rápidamente por Scizor, quien logró atraer su atención, enzarzándose ambos en una pelea. El Staravia fue el que se lanzó contra Ruby.

—¡Trata de ocuparte de él! —pidió Steve—. Scizor lo distraerá después si es necesario. Y si la cosa se pone fea, no te preocupes. Me guardo ases bajo la manga aún~.

Scizor: Mofa (Braviary)
Braviary: Pájaro osado (Scizor) (-0 PS)
Staravia: Ataque ala (Pawmi) (-11 PS)


STARAVIA: Normal/Volador
Lvl. 2
Rasgo: baja el ataque de todos los rivales en 1 durante toda la batalla.
Estadísticas:
>> Vida: 24/24
>> Ataque: 8
>> Defensa: 5
>> Velocidad: 7
Movimientos:
- Ataque ala [Destrucción] (10+2 Potencia, Volador) (4/5)

BRAVIARY: Normal/Volador
Lvl. 4
Rasgo: recibe la mitad de daño de retroceso por ataques con los que se cause daño a sí mismo.
Estadísticas:
>> Vida: 28/28
>> Ataque: 12
>> Defensa: 8
>> Velocidad: 10
Movimientos:
>> Pájaro osado (18+2 Potencia, Volador, perderás 1/4 de la vida que quites con este movimiento) (2/3)


SCIZOR: Acero/Bicho
Lvl. 10
Rasgo: si sus tiradas ofensivas sacan menos de 10, añade +3 al resultado del dado.
>> Vida: 46/46
>> Ataque: 19 (-1)
>> Defensa: 20
>> Velocidad: 11
Movimientos:
>> Cortefuria [Asesino] (10+2 Potencia, Bicho; si lo usa varias veces en una misma batalla, las caras del dado aumentan en +3 tras cada uso) (4/4)
>> Doble equipo [Tanque] (esquivará el siguiente ataque que reciba) (3/3)
>> Puño bala [Asesino] (2 golpes de 10+2 Potencia, Acero) (2/2)
>> Mofa [Tanque] (el enemigo sobre el que se use le atacará a él) (2/3)
>> Gallardía [Tanque] (se cura a sí mismo en 1d12 y sube su defensa propia en 1d8) (2/2)


***

El pequeño Shroodle trepó por allí y... esperasteis. Effy comenzó primero a golpear levemente su brazo con los dedos de la otra mano, para luego, pasados los minutos, acabar por moverse de un lado a otro, siempre con brazos cruzados.

Pasó un tiempo. Luego más. Yuu no regresaba, sin embargo. Ni Shura tampoco.

Y más tiempo. No podíais medir cuánto tiempo había pasado, pero se estaba haciendo condenadamente eterno.

—Es extraño que no vengan —terminó diciendo Effy, visiblemente preocupada—. Shura lleva ya mucho tiempo fuera, y Yuu... —Te miró de reojo, apartando luego la mirada. Solo pudo balbucear unas palabras que no llegó a decir en alto—. Si le pasó algo, será mi culpa, yo tuve la idea...

Pero en ese momento, oísteis un golpe. Luego otro. Hasta que...

¡RRRUM!

Se oyó un fuerte golpe, y rocas en una pared cercana empezaron a desmoronarse de repente. Se creó un enorme agujero a tan solo un par de palmas del suelo, y, al otro lado...

Apareció Shura.... cargando bajo un brazo a Yuu.

Y Yuu tenía entre sus manos, dándole mordisquitos, lo que parecía una seta bastante grande.

Eso sí. El ruido del derrumbe no te hizo ni puta gracia.

-2 mente.

—¡Shura! ¿Dónde estabas? Me tenías preocupada... —gritó Effy, refunfuñando y con los brazos en jarra—. ¿Cómo has encontrado a Yuu? ¿¡Y cómo has entrado ahí!?

En ese momento, Shura esbozó... ¿una especie de sonrisilla al mirarte? ¿E-Es que le hacía gracia ver tu cara descompuesta por la fonofobia repentinamente activada por unos segundos al escuchar el ruido que provocó, acaso? Con todo, luego volvió a su gesto impasible habitual, señalando con la mano libre al techo. Effy miró hacia arriba, y luego entendió.

—... ah. Lograste encontrar alguna apertura en el techo, y llegaste por un pasadizo ahí arriba. Entiendo.

Effy caminó hasta él, asomándose por el hueco. Tenía que dar una zancada algo larga para subir allí, pero la entrada que logró abrir Shura no estaba a más de treinta centímetros del suelo, por suerte para Dante. Cuando se asomó, rebuscó entre sus bolsillos y sacó una pequeña linterna, con la que iluminó el oscuro pasaje.

—Por aquí se puede avanzar, chicos —os avisó, con un gesto de la mano para invitaros a acercarse—. Si Yuu ha acabado aquí, es porque conecta con el otro lado de la roca. Esperemos que por un hueco lo suficientemente amplio para humanos, eso sí. Además, mira. Hay muchas setas aquí, como esa que se está comiendo.

Seguisteis a Effy hasta asomaros a la cuevecilla, y visteis como la luz de su linterna se proyectaba hacia el frente. Aquello parecía un túnel bastante amplio, excavado hacía mucho tiempo, seguramente por algún pokémon. Era bastante húmedo y tenía setas y musgo por suelo y paredes... el problema era que se dividía en múltiples caminos distintos: solo desde donde Effy apuntaba con su linterna, ya se apreciaban tres posibles caminos.

Y, sin embargo, algo destacaba en uno de ellos.

—¿Oh? —murmuró Effy—. Mirad... el camino de la derecha tiene como... pintadas por todas partes. Alguien ha dejado un rastro de una especie de... pintura.

En ese momento, el pequeño Shroodle pareció celebrar algo, extendiendo sus patitas hacia arriba desde su posición, cómodamente cargado aún por el brazo de Shura. Parecía feliz... y, al hacer ese gesto y estar masticando la seta que ya había devorado, algo de su saliva salpicó el suelo.

Al hacerlo, visteis que el punto en el que salpicó en el suelo quedó pintado. Y Effy sonrió.

—Aaah... ¡cierto, que podías hacer eso, pequeñajo! Mimi... tu amiguito creo que nos ha sido muy, muy útil~.

 

Y el tiempo pasó. Y pasó. Y... oh, sorpresa. Pasó.

No teníamos forma alguna de saber cuanto exactamente pero debían ser unos veinte, quizás treinta minutos. Honestamente me pareció una eternidad. Me quedé allí con la espalda apoyada en la pared y tratando de que mi mente no discurriese por los peores lugares posibles. ¿Más Glimmora? Probable, pero no reaccionarían sin ser molestados y Yuu no estaba por la labor. ¿Más rocas afiladas como obstáculos? Era lo suficientemente pequeño para evitarlas sin demasiado problema. Shroodle era fuerte, lo había demostrado enfrentado al Rockruff cristalizado, pero no lo hizo solo. Y mientras el tiempo se alargaba más y más, más sentía apretarse el nudo en mi garganta.

—Effy, si le ocurre algo, te juro que—

Mis palabras se cortaron bruscamente por un estruendo que hizo derrumbarse media pared. Solté un jadeó ahogado y me encogí sobre mí misma, sobresaltada. Mierda. El sonido del derrumbe se entremezcló con imágenes de mis pokémon destrozados y con el olor herrumbrado de la sangre. No importaba las veces que la hubiera visto en mi vida, simplemente no te acostumbras a eso. Mi corazón dio vuelco, mi estómago se revolvió. Fueron apenas unos segundos pero lo suficiente para jugar con mi cabeza.

—... Joder—mascullé entre dientes, mis manos temblorosas cubriéndome las orejas. Respiré de forma acelerada durante unos segundos mientras luchaba por calmarme.

Cuando pude volver en mí vi que se trataba de Shura y de Yuu. Habían vuelto y estaban sanos y salvos gracias a Arceus y a todos los legendarios de Sinnoh. Por un momento, sin embargo, me pareció que... no, no me pareció. El maldito bastardo se estaba burlando. Ese... saltamontes gigante se estaba riendo de mí. ¡¿H-huh?! Ah, ya entendía. Era la venganza de los bichos por haberlos temido durante la mitad de mi vida. Ahora pretendía que pasara de temerlos a directamente odiarlos. Bueno, pues no estaba por la labor.

Ignorándolo de forma deliberada me acerqué al hueco, recuperando a Yuu de sus brazos. Estaba comiendo una seta con profunda fruición... ¿Eso era lo que había estado haciendo todo este tiempo? ¿Comer? Me sentí tonta por haberme preocupado tanto.

De todos modos el hueco en la pared parecía lo suficientemente amplio para que pudiéramos cruzar por él. Y aunque se dividía en tres posibles caminos, solo uno era el correcto porque cuando Effy apuntó con una linterna, era el único que estaba marcado por... ¿pintura? Era pintura. La saliva de Shroodle podía... pintar. Y la había usado para señalarnos el camino a seguir.

Una sensación profundamente cálida me embargó y sonreí.

—Oh, Yuu—dije con admiración y orgullo, apretando a Shroodle contra mi pecho—. Tú eres la verdadera estrella de esta película.

 

Se apoyó en la pared más cercana un poco lejos de la piedra que intentaron mover sin mucho éxito para recuperar un poco el aliento —Joder... si hubiera sabido que estaría intentando empujar piedras en el futuro habría entrenado un poco más... —Murmuró más para si mismo y Livy que estaba cerca entre jadeos, era un resultado esperado si lo pensaba fríamente pero tan solo imaginaba la dicha que les hubiera dado a todos mover semejante objeto.

Hubiera sido épico.

Effy propuso el plan de que Yuu se colara en la pequeña abertura que logramos hacer y con eso inició un nuevo plan.

Esperaron... y esperaron... sin alguna clase de respuesta o señal —¿Quizás si hay muchas piedras Livy podría ayudar con su aceite? ¿Hacer que las bases sean más resbalosas? —Preguntó a las chicas tan solo para hacer algo de conversación y matar aquel silencio expectante de alguna señal de cualquiera de los dos pokémon —Quizás Shura descubrió un camino muy largo y Yuu tiene muchas rocas que despejar, el tiempo no necesariamente debe ser...

¡RRRUM!

El sonido lo hizo callar casi al instante, seguido de una notoria nube de polvo y múltiples piedritas que se formaron del agujero. Tomó a Livy entre sus brazos una vez más para retroceder hacia Mimi en caso de que se tratara de algo malo ya que no contaba con su pokémon, aguardó una especie de señal de peligro y tan solo pudo soltar un suspiro de alivio cuando se reveló que solo se trataba de Shura y Yuu.

—Al final sí que Shura podía abrirnos un camino...—Dijo bastante satisfecho con su nueva ruta a seguir, quizás todos habían subestimado bastante la fuerza que podía tener el pokémon de Effy para esta clase de situaciones, aunque fuera aparentemente por un pequeño conflicto entre él y Mimi, curiosamente.

Así, aproximándose al nuevo camino a seguir, aprovechó para dar un par de palmaditas en la cabeza a Yuu para felicitarlo por un gran trabajo.

—Aprovechemos que tenemos un camino guía para tratar de recorrerlo lo más silencioso que podamos, no hemos sido precisamente cuidadosos con eso, recuerden también estar atentos a sus alrededores por mucho que quizás sea seguro porque Yuu y Shura pudieron recorrerlo.

 

Me quedé inmóvil. No por miedo, sino porque pisar una concha y oír ese “crack” en medio de una operación sigilosa debería considerarse delito federal. Ruby se tensó sobre mi hombro como si supiera que, efectivamente, acabábamos de fastidiarla.

—Claro. Tenías que ser una concha —susurré, sin apenas mover los labios.—Ay, Arceus… Y yo que pensaba que el sigilo era lo mío…

"Bueno, Talía. Primer caso, primera metida de pata. Vas bien."

Los guardias se giraron y empezó el show: amenazas, armas, frases ridículas... Noté a Ruby inflar la cola como una pequeña diva ofendida. Yo, por mi parte, levanté las manos muy despacio.

—Vale, vale, calma. Estamos armados solo de buenas intenciones y un excelente sentido del humor, ¿sí?

Y entonces el caos empezó. Scizor se lanzó como una bala carmesí y las armas salieron volando. Uno de los tipos gritó algo sobre una “rata peluda” y me encendí por dentro.

—Primero: no es una rata. Es una agente altamente capacitada en monerías tácticas. Segundo: qué insulto tan flojo, ¿tuviste que ensayarlo o algo?

Ruby chilló como si me respaldara.

Entonces miré a Steve, que me guiñó el ojo queriendo tranquilizarme, y me fijé en el anillo que llevaba puesto y, sin darme cuenta, solté un pequeño “wow”. Brillaba como si tuviera luces propias, y durante un segundo, me quedé mirándolo, un poco descolocada por lo grande, lo llamativo… lo épico que era, en realidad. No podía negarlo: me hizo un poco de ilusión pensar que Steve tuviera algo así en el dedo. Como si, de repente, fuera parte de una historia mucho más grande de lo que creía.

—¿Eso… qué es? —pregunté, y mi voz se me escapó más curiosa de lo que pretendía. Seguía con la vista clavada en el anillo, medio fascinada, medio incrédula. —¿Un anillo de bodas? Porque no sé, Steve, no te veo casándote en secreto. ¿O te perdiste en una tienda de antigüedades y saliste con eso?

Por supuesto que sabía que no era un anillo de bodas. O bueno… probablemente no lo era. Aunque si lo era, no iba a juzgarlo. Cada quien lleva sus compromisos como quiere, ¿no? Pero, bromas aparte, viendo cómo reaccionaron esos dos con cara de pocos amigos, estaba claro que el anillo era algo. Y si era lo que yo creía que era, entonces la cosa se iba a poner seria.

Con una mezcla de punzada en el pecho y esa chispa tonta de esperanza que se enciende cuando más la necesitas, me acerqué a Ruby, que acababa de comerse un buen golpe del Staravia. Pobrecita, seguía erizada, lista para repartir. Le acaricié la cabecita con cuidado, y aunque me dolía verla así, me salió una sonrisa de esas que no prometen nada bueno para el que está enfrente.

Miré al tal Timmy, o Tommy, o como se llame el genio del grupo, y hablé alto y claro:

—¿De verdad pensaste que pegarle a mi princesa era una buena estrategia? Vas a flipar. Esto te va a doler más a ti que a nosotros. Y no es una amenaza, es una promesa diplomática.

No hizo falta decirle a Ruby qué hacer. Porque en cuanto mis dedos se apartaron de su cabeza, salió disparada como un rayo, con toda la furia concentrada en un Puño Trueno que dejó claro que esto no iba a ser un paseo para nadie.

Steve sacó un anillo brillante como quien saca un as bajo la manga. Yo saqué a Ruby, que no tiene mangas, pero sí muy mala leche. Equilibrado, diría yo.

Contenido oculto

imagina decir que vas a partirle la madre para proceder con estos dados enfin

PAWMI: Eléctrico
Lvl. 1 (100 exp. sig. lvl.)
Rasgo:
>> En batalla: cuando le quedan menos de 10 PS, sus ataques de tipo eléctrico hacen +2 de daño (después de dados).
>> Fuera de batalla: es capaz de cargar baterías y crear electricidad que active maquinaria y otros artilugios. Usar demasiado su electricidad lo puede dejar sin fuerzas, sin embargo.
Estadísticas:
>> Vida: 10/21
>> Ataque: 6
>> Defensa: 3
>> Velocidad: 7
Movimientos:
>> Puño trueno [Destrucción] (10+2 Potencia, Eléctrico) (4/5)
>> Refuerzo [Apoyo] (incrementa el número de caras del próximo dado de ataque del aliado en 1d10 caras) (3/3)
Siguiente movimiento (lvl. 3): Asesino/Tanque/Apoyo

 

Tu megabrazal está reaccionando un poco...


Así, caminasteis por el camino que había marcado Yuu, recubierto de setas y musgo. Shura se mantuvo a la retaguardia, vosotros ibais delante de él y era Effy la que lideraba la marcha con su linterna, alumbrando el camino por aquellas cuevecillas. Eso sí, se fue haciendo cada vez más estrecha, de forma que tuvisteis que ir con la espalda encorvada durante bastante tiempo.

El camino, en todo caso, se seguía separando en distintas direcciones, pero seguisteis siempre el sendero que Yuu trazó para vosotros. Caminasteis así un buen rato, hasta que... Mimi sintió algo en su brazo. Una sensación de presión. Como si algo la apretase, de repente. ¿Qué era eso? ¿Era... el brazal?

Sea como fuere, al final continuasteis un poco más, hasta llegar a una salida algo más iluminada. La cueva concluía con una única apertura señalada por la pintura del pequeño Shroodle, y al asomarse Effy, murmuró:

—... vale. Cabemos, esa es la parte buena. La parte mala... es que hay que dar un salto de fe.

Y la visteis desaparecer. O, bueno, no tanto. Es que había saltado. Cuando os acercasteis, visteis cómo la pequeña cueva estaba bastante elevada; unos dos metros, aproximadamente, separaban del suelo. Effy había caído sin mayores complicaciones, y nada más llegar al agujero, Shura la siguió. Luego, la chica miró a su alrededor, y sonrió.

—Ah, ahí está la roca que intentamos mover... sí, Mimi, ¡tu pequeñín nos ha traído hasta el otro lado sin problemas! Hizo un gran trabajo. Vamos, ¿saltáis? Está un poquito alto, pero no pasa nada. No os haréis daño, lo prometo.

E-Estaba... alto, sí. Bastante... alto. ¿Y había que saltar? Solo de pensarlo...

- 2 mente para Dante.

Pero no parecía haber otra salida. Tenían que bajar...


Mimi no requiere de dados para bajar; sin embargo, dada la acrofobia de Dante, él deberá hacer un check de constitución si decide saltar, para ver con cuánta soltura logra dar el salto. El check no podrá "fallarse" como tal, caerá igualmente sin daños físicos, pero su mente sufrirá adicionalmente si el dado es bajo.

Alternativamente, no tenéis por qué bajar los dos si no queréis, siempre que se os ocurra otra cosa a intentar, podréis proponerlo y ver si sale. Libertad absoluta, ya sabéis.



***

—No es un anillo de bodas —respondió Steve. Luego, le guiñó un ojo mientras decía—. Es... digamos que una herramienta sorpresa que nos servirá más adelante~.

Mientras tanto, Ruby atacó, lanzándose épicamente con su puño electrificado, y...

Boop.

El ataque dio a Staravia con bastante poca potencia, hasta el punto de que el pájaro parecía no haberlo notado. Parecía que Ruby se había emocionado y había cargado tanto, tanto, tanto su puño de electricidad, que para cuando quiso impactar contra Staravia se había cansado y se había descargado por completo. Timmy, o Tommy, cual fuese de los dos, miró a su compañero y ambos se echaron a reír.

—¡Menudo golpe, eh! ¡Me voy a echar a temblar!

—Le puso ganas, pero parece que no le salió. Pobre ratilla.

Pero Steve pareció cabrearse ante los comentarios.

—¿Qué tal si aprendéis a meteros con gente de vuestro tamaño, idiotas? Scizor... sin piedad. ¡Ataca al Staravia, vamos!

Y se lanzó con gran velocidad, con un poderoso Puño bala. El increíble golpe mandó a volar (y no porque fuese un pájaro) al Staravia, y su "entrenador" quedó con la boca abierta, tremendamente impactado.

—T-Tsk... no creas que h-habéis ganado.

Steve alzó una comisura de sus labios.

—No, no hemos ganado, pero... tiene buena pinta.

—Grrr... Braviary, ¡esta vez tienes que atacar con fuerza! ¡Un pájaro osado contra esa rata, vamos!

Pero Braviary, aún molesto por la mofa de Scizor, se lanzó contra él sin dudarlo, ignorando la orden.

—¡No, pájaro idiota! ¡¡He dicho a la rata, a la rata!!

Scizor: Puño bala (Staravia) (-31 PS, KO)
Braviary: Pájaro osado (Scizor)

BRAVIARY: Normal/Volador
Lvl. 4
Rasgo: recibe la mitad de daño de retroceso por ataques con los que se cause daño a sí mismo.
Estadísticas:
>> Vida: 27/28
>> Ataque: 12
>> Defensa: 8
>> Velocidad: 10
Movimientos:
>> Pájaro osado (18+2 Potencia, Volador, perderás 1/4 de la vida que quites con este movimiento) (1/3)


SCIZOR: Acero/Bicho
Lvl. 10
Rasgo: si sus tiradas ofensivas sacan menos de 10, añade +3 al resultado del dado.
>> Vida: 41/46
>> Ataque: 19 (-1)
>> Defensa: 20
>> Velocidad: 11
Movimientos:
>> Cortefuria [Asesino] (10+2 Potencia, Bicho; si lo usa varias veces en una misma batalla, las caras del dado aumentan en +3 tras cada uso) (4/4)
>> Doble equipo [Tanque] (esquivará el siguiente ataque que reciba) (3/3)
>> Puño bala [Asesino] (2 golpes de 10+2 Potencia, Acero) (1/2)
>> Mofa [Tanque] (el enemigo sobre el que se use le atacará a él) (2/3)
>> Gallardía [Tanque] (se cura a sí mismo en 1d12 y sube su defensa propia en 1d8) (2/2)

 

Me encogí un poco cuando vi a Ruby lanzarse con toda la emoción del mundo… y pegarle al Staravia un suave boop. Literalmente. Ni chispazo, ni impacto, ni nada. Solo… boop. El tipo de golpe que no tumbaría ni a una hoja seca. Apenas un toque al Staravia, como si le hubiera dado un golpecito cariñoso para saludarlo.

Me quedé en silencio un segundo, con la sonrisa congelada. Ruby volvió a mi lado con las orejas gachas, haciendo ese sonidito bajito que siempre usa cuando sabe que algo no le salió bien. Me agaché para acariciarle la cabeza y susurré:

—Te juro que en mi cabeza sonaba a que ibas a volarle las plumas —le murmuré riéndome con cariño, y le sonreí con tranquilidad, pellizcándole las mejillas—. Tranquila. Se llama táctica del despiste, ahora creen que no eres peligrosa. Pobres ilusos.

Pero entonces los guardias se echaron a reír. Y ahí sí… me cambió la cara. Empecé a abrir la boca para decirles cuatro cosas, pero Steve se me adelantó. Bueno, Steve y su Scizor, que de un solo puñetazo mandó al Staravia a hacer turismo aéreo sin billete de regreso. Silbé bajito, impresionada.

—¡Ese sí que fue un golpe! —comenté, mientras el pobre entrenador se quedaba con la boca abierta como si acabara de ver magia negra.

Y cuando el Braviary se lanzó furioso, ignorando por completo a su entrenador, bajé un poco el tono y miré a Ruby, que ya tenía las mejillas hinchadas de rabia otra vez:

—Va, nena. Segunda ronda. Y esta vez sin abrazos, ¿vale?

Al oírme, Ruby soltó un bufido por la nariz, como si con eso pudiera borrar la vergüenza, y volvió a acercarse al Braviary, esta vez sin florituras, simplemente alzando la patita y soltando un puñetazo directo.

Creo que, igual que yo, Ruby sabe que al lado de Steve y su espectáculo brillante, nosotras no impresionamos mucho… pero oye, hacemos lo que podemos.


PAWMI: Eléctrico
Lvl. 1 (100 exp. sig. lvl.)
Rasgo:
>> En batalla: cuando le quedan menos de 10 PS, sus ataques de tipo eléctrico hacen +2 de daño (después de dados).
>> Fuera de batalla: es capaz de cargar baterías y crear electricidad que active maquinaria y otros artilugios. Usar demasiado su electricidad lo puede dejar sin fuerzas, sin embargo.
Estadísticas:
>> Vida: 10/21
>> Ataque: 7 (-1)
>> Defensa: 3
>> Velocidad: 7
Movimientos:
>> Puño trueno [Destrucción] (10+2 Potencia, Eléctrico) (4/5)
>> Refuerzo [Apoyo] (incrementa el número de caras del próximo dado de ataque del aliado en 1d10 caras) (3/3)
Siguiente movimiento (lvl. 3): Asesino/Tanque/Apoyo

 

—Chicos, esperad. El megabrazal está...

Solté un pequeño quejido cuando volvió a presionar mi muñeca. Nunca antes lo había hecho y lo llevaba prácticamente siempre por los recuerdos excepto cuando mi vestuario no me permitía esconderlo en mi muñeca. Era completamente inservible y además roto—incontables veces me había preguntado a mí misma porque guardaba ese cacharro inútil—, pero me traía recuerdos de una época mejor.

Miré alrededor. Debía estar reaccionando por algo. Cuando estaba operativo permitía a cualquier Pokémon superar la evolución a través de su respectiva megapiedra y además, su impulso energético era lo bastante potente para cancelar cualquier megaevolución rival y revertir al Pokémon a su forma base. Entonces... ¿estaba reaccionando a algún tipo de energía cercana? ¿Pero a qué, en un lugar como este? ¿A uno de los puntos de extracción de Chance?

En cualquier caso alcanzamos el final del camino y la luz de fuera se coló por un hueco que nos separaba unos dos metros del suelo. Effy saltó sin pensar—con mi consiguiente exclamación ahogada y un "¿has perdido la puta cabeza?"—, y Shura la siguió inmediatamente. Cayó sin mayores problemas flexionando las rodillas al tocar el suelo para amortiguar el impacto. Era... lo mismo que hacía Shura. Suponía que Effy y él se compenetraban a la perfección, incluso en la parte de tocarme los ovarios. Era algo que parecía disfrutar hacer cuando éramos adolescentes.

Antes de que desapareciese de un momento a otro y me enterase tras meses de que estaba conectada a una máquina en la fría sala de un hospital.

Me aparté el flequillo de la frente con la mano liberando todo el aire de mis pulmones de golpe.

—Ah, mierda. Suelo tener un doble de riesgo para este tipo de escenas.

En ese momento me percaté de que Dante estaba quieto. Extrañamente quieto, de hecho. Effy se había llevado la linterna, pero la luz que entraba a través del saliente era suficiente para descubrir que se había puesto pálido.

Cualquier persona con dos dedos de frente tendría miedo de una caída como esa. Pero si unía los puntos y su actitud anterior, el puzzle se completaba solo.

—Lo supuse cuando preferiste tomar el camino de los Glimmora en lugar de escalar—dije cruzando los brazos. Sin embargo, mi tono no era reproche si no una mezcla de molestia por la situación y serena comprensión—. Te dan miedo las alturas, ¿me equivoco?

Bueno, pues eso en un lugar así era una gran, gran putada. Al sádico de nuestro director le gustaba jugar con nosotros.

Chasqueé la lengua y eché un vistazo fuera y alrededor buscando cualquier cosa que pudiera ayudarnos. Un Pokémon volador sería lo ideal... pero no teníamos de eso. Ni cuerdas, ni lianas con las que hacer rapel, ni nada semejante... solo setas, musgo y una humedad que terminaría por pasarme factura pronto.

Me asomé nuevamente a la salida buscando algún saliente en la pared o un camino de piedras ascendente donde un Pokémon podría usar la MO Treparrocas. Si servía para subir, también lo haría para bajar. No era una caída completamente vertical, ¿cierto?

—De acuerdo. Podemos saltar, pero también descender por la pared. Si apoyamos bien los pies, no deberíamos tener dificultad alguna. ¿O tienes una idea mejor, señor barista?

No podíamos quedarnos allí, teníamos que movernos. Yuu bajó de mis brazos y se acercó a la pierna de Dante como si buscara transmitirle apoyo con ese gesto.

>>Estamos juntos en esto, así que iré contigo tanto si saltas como si no. No voy a dejarte solo.

 

Mente: 28/30

No se sentía demasiado tranquilo con ver como el camino se iba haciendo un poco más estrecho por mucho que una parte de él supiera que era seguro porque Yuu ya lo había recorrido, principalmente por el hecho de que si terminaba existiendo algún peligro humano o de pokémon no iban a tener un espacio muy cómodo para correr o esconderse, por lo tanto trataba de mantener toda su atención en el camino que iluminaba Effy en caso de que cualquier cosa anormal apareciera tuviera tiempo de reaccionar.

"Chicos, esperad. El megabrazal está..."

Detuvo su andar un momento para escuchar lo que tuviera que decir sobre el megabrazal y cuidar que tampoco se separara demasiado de Effy y la iluminación que les brindaba, si se alarmó un poco al escucharla quejarse pero al no ver algo en concreto a su alrededor y tampoco notar que ella fuera agregar algo más tan solo le hizo una pequeña seña para que siguiera caminando y recuperaran el paso.

Llegaron eventualmente a una posible salida que brindaba algo de luz adicional a la que Effy había proporcionado, sintió un alivio momentáneo hasta que ella habló y ni siquiera tuvo tiempo de procesar lo que les había dicho cuando solo se encontró tomando una bocanada de aire para tratar de simplemente no gritar el nombre de Effy con terror.

Ni siquiera había sido él quien se había lanzado y aún así sentía como si algo estuviera presionando su pecho, impidiéndole respirar de manera cómoda o tranquila.

La voz de Effy y la de Mimi con su primera intervención resonaron en su cabeza como si se encontraran en una habitación cerrada y lejana a su posición, estaba demasiado concentrado en lo que sabía que le pidieron que hiciera por el mero contexto de lo que presenció y no quería. Pensó por un momento quizás rodear y buscar otro camino, pero lo descartó en el instante que recordó que Effy tenía la linterna y estaría caminando a ciegas, luego pensó en el megabrazalete de Mimi y si quizás lo pudieran usar como una especie de brújula... pero Effy ya estaba abajo y ella sabía el camino final.

—No se porqué no puede existir un estúpido desnivel en esta cueva... —murmuró más para si mismo que Mimi, respiró hondo como pudo y fue soltando el aire con lentitud buscando un poco más de calma.

—¿Ideas? No, no creo, lo siento no te presté mucha atención en estos momentos —Aclaró su garganta un poco y se asomó tan solo un poco para verificar la estructura de la salida, si bien la instrucción era saltar no quería encontrarse con alguna saliente o peldaño que los pudiera golpear si terminaban muy cerca de la orilla al bajar —. Iré detrás de ti... no quiero que seas la última en bajar, te prometo que apenas vea que caíste iré tras de ti, no creo que sea demasiado seguro ir los dos al mismo tiempo, por mucho que... eso me parezca lo mejor.

Se removió incómodo y su mano derecha fue a dar a su pecho, jugueteando con la moneda que se escondía debajo de su ropa para distraerse un poco.

 

Cuando os fijasteis en la pared, pudisteis ver que, efectivamente, la superficie era irregular y tenía algún que otro saliente. Quizá era posible bajar de espaldas, agarrado a la pared y con cuidado con donde se pisaba. Eso seguramente sería menos impactante. Aunque, claro, descender así podía ser algo más difícil; tendría que tener cuidado con dónde pisar...

Dante puede optar por hacer el check en agilidad. El resultado no afectará a su mente, pero si es muy bajo podrá dañar levemente su cuerpo.


***

Scizor saltó de un lado a otro mientras Ruby golpeaba con toda la fuerza que pudo (poca, pero you go, Ruby), impulsándose con las paredes y agitando sus alas para mantenerse en el aire brevemente. Descendió sobre el pájaro, golpeándolo fuertemente con un puñetazo mientras el Braviary cargaba contra él. Del intercambio, claro, salió victorioso el Caballero.

—M-Me cago en todo —murmuró Tommy, o quizá era Timmy—. Rápido, ¡vámonos de aquí, a por refuerzos!

Steve, sin embargo, con una sonrisilla dibujada en el rostro, negó con la cabeza.

—Oh, ya lo creo que no. Scizor~.

El Caballero saltó otra vez, embistiendo a Tommy (¿o era Timmy?) y haciendo que se chocase con la pared, quedando inconsciente al instante. Luego saltó sobre el otro, tumbándolo en el suelo e inmovilizándolo. Steve se acercó entonces a él, haciéndote un gesto para que le siguieses.

—Hola, hola. ¿Timmy, era?

Nervioso, el tipo asintió, haciendo vagos esfuerzos por zafarse, que eran totalmente inútiles.

—Bien, bien. Asumo que eres un agente del Imperio de Valthyria, ¿no? Talía, ¿qué hacemos con él? Seguramente nos sirva para sacarle algo de información, ¿no te parece? Justo información es lo que buscábamos, ¡qué bien nos han venido estos dos, oye!

>> ¿Algo que preguntarle, Talía? Todo tuyo de momento, haz los honores.

Contenido oculto

Scizor: Puño bala (Braviary) (-24 PS)
Braviary: Pájaro osado (Scizor) (-10 PS, luego cae KO él solo lmao)


SCIZOR: Acero/Bicho
Lvl. 10
Rasgo: si sus tiradas ofensivas sacan menos de 10, añade +3 al resultado del dado.
>> Vida: 31/46
>> Ataque: 20
>> Defensa: 20
>> Velocidad: 11
Movimientos:
>> Cortefuria [Asesino] (10+2 Potencia, Bicho; si lo usa varias veces en una misma batalla, las caras del dado aumentan en +3 tras cada uso) (4/4)
>> Doble equipo [Tanque] (esquivará el siguiente ataque que reciba) (3/3)
>> Puño bala [Asesino] (2 golpes de 10+2 Potencia, Acero) (0/2)
>> Mofa [Tanque] (el enemigo sobre el que se use le atacará a él) (2/3)
>> Gallardía [Tanque] (se cura a sí mismo en 1d12 y sube su defensa propia en 1d8) (2/2)

 

¿Por qué no podía haber un estúpido desnivel? Porque eso sería fácil. Lo fácil no impresionaba a la audiencia. Se requería de drama, conflicto y de una carga argumentativa sólida. Como actriz, sabía eso mejor que nadie. Pero saberlo no hacía que nuestra situación fuese menos una mierda.

No recordaba haber visto a Dante asustado nunca. Era tranquilo y profundamente sosegado. Siempre lo había comparado con un bosque profundo e insondable donde el único sonido que se escucha es el murmullo del viento entre las hojas. Era como si nada ni nadie pudiera socavar esa burbuja de calma, su propio espacio seguro en el mundo. Su excesiva tranquilidad me había molestado en el pasado porque la había confundido con desidia y desinterés.

Desidia y desinterés.

Una sensación amarga me sacudió por dentro y apreté los labios.

Mi antiguo yo hubiera detestado a la Mimi de hacía unos años. Esa inactiva y cobarde, que prefirió refugiarse en su región natal y en los brazos de su novio y escapar del conflicto en lugar de hacerle frente. Solo imaginar lo que me diría amenazaba con arrancarme una risa amarga y sardónica del pecho.

¿Dónde está tu orgullo, Honda? ¿De verdad vas a quedarte aquí encerrada jugando a las casitas mientras la gente muere ahí fuera? ¡Levántate y pelea, me das asco!

¿Qué sabrás tú?

Ya había peleado. Ya había luchado con uñas y dientes a favor de mis propios ideales de justicia. ¿Y qué conseguí? Sangre en las manos, una casa vacía y un corazón hecho pedazos. No necesitaba lecciones de nadie, ni siquiera de mí misma.

Al menos, tal y como pude comprobar, la pared no era completamente lisa y tenía salientes e irregularidades que podíamos usar a nuestro favor para bajar. Solo teníamos que tener cuidado.

—Dante mírame.

Cuando finalmente lo hizo, decidí que era momento de ser honesta. No podía hacer gran cosa por él y tampoco le preguntaría los motivos, aunque podía imaginarlos. Todos habíamos pasado por ese infierno. Todos vivimos la persecución de Chance y sufrimos la pérdida de seres queridos. Todos teníamos un profundo vacío en el pecho.

No podía quitarle el miedo, pero podía tenderle mi mano.

—Quizás no debería contarte esto, no lo sé. Puede que suene ridículo.

>>Pero cuando estoy nerviosa antes de salir a escena o cuando siento que no estoy a la altura de lo que el guión me exige, siempre hay algo que me da fuerza. Imagino a Raiden, a Kichiro y al resto junto a mí, animándome. Pienso en que me apoyan, porque sé que es lo que harían si estuvieran físicamente aquí.

Extendí la mano y le toqué el pecho con el índice, justo sobre el corazón.

—Pero están aquí. Y tu equipo también. Así que haz lo mismo. Saca la fuerza de ellos aunque ya no los veas. Serán tu ancla cuando los necesites.

Le sostuve la mirada por algunos segundos tratando de transmitirle algo de fuerza o mi apoyo en su defecto, cualquier cosa que le hiciera sentir mejor. No era una altura excesiva y no podíamos permitir que el miedo nos paralizase.

>>Iré primero. No soy una experta escalando, pero siempre quise probar a hacer escenas de riesgo por mí misma. Era el sueño de mi vida.

Dije con claro sarcasmo antes de empezar a descender.