Grutas de Alforno

Grutas de Alforno

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"Bajo Pueblo Alforno siempre hubo cuevas, cavernas y grutas... no en vano aquella villa se ubicaba encima de una gran montaña. Sin embargo, nadie las reconocería hoy en día: han sido explotadas, ampliadas, llenas de andamios y de otras construcciones. En cuestión de un par de años, el gobierno de Valthyria las ha expandido hasta crear unas grutas completamente distintas. Hasta alterar todo el ecosistema completo.

¿Qué buscaba Chance aquí, con tanto ahínco? ¿Lo habrá encontrado ya? No lo sé. Pero ojalá pudiese decir que este ha sido el único sitio que ha experimentado las consecuencias de su búsqueda."

Se dará pie a que empiecen a rolear posteriormente en un post posterior. ​

 

Ruta Rebelde (2)
"Unos piensan que rebelarse es fútil contra alguien tan poderoso como Chance. Y, mientras esas personas se resignan, hay otros tantos que arriesgan sus vidas por ellas".
​

Etihw

El submarino hizo un viaje quizá más largo de lo que esperabas. Navegar bajo el agua no era tan rápido como podía preverse, y era un lugar quizá demasiado estrecho y claustrofóbico. Por suerte, estaba bien iluminado, y estuviste acompañada todo el tiempo: tanto de tu querido compañero Pawmi, como del resto de miembros de la operación, incluido Steve y su Scizor.

Justo antes de llegar, cuando ibais a comenzar la emersión, Steve te dijo varias cosas. Se le veía tan cambiado y tan adulto que era un poco chocante, a decir verdad.

—El resto del grupo se desviará cuando lleguemos. Nosotros tenemos como objetivo llegar hasta Nueva Alforno... vamos a entrar por unas grutas, dado que hay un lago subterráneo allí que conecta con el mar. Es la única entrada que hemos detectado que podría llegar a burlar la seguridad... pero ni siquiera así es seguro. Tendremos que estar preparados por si viene alguien a atacarnos. Pero tranquila, Talía, Scizor nos protegerá, ¿vale?

Acabáis de emerger, pues, y tal y como Steve te ha contado, solo estáis tú, Pawmi, él y Scizor. El resto de tripulantes se han marchado en otra dirección, decía Steve que porque cubrirían otras zonas por su cuenta. Tú, como fotógrafa y dectective... estabas mejor en la gran ciudad, según decían. Allí es donde más información podrías obtener, sobre todo porque aquellos a los que venías a ayudar y cuyo paradero se desconocía habían tenido, decían los jefes, actividad reciente en Alforno.

Así pues, al bajar del submarino y ver cómo este se marchaba para ocultarse, Steve y tú estáis en mitad de las grutas. Estas suben y suben, con solo algún que otro pokémon salvaje extrañado por vuestra presencia pululando por la zona, muchos menos de los que uno pensaría que habitan en un sitio así. Tu destino, en principio, está en lo más alto. Cómo entrar en Alforno sería el segundo de los problemas: de momento, lo que podías hacer era tratar de salir de allí.


Estás desde ya acompañada de tu Pawmi.
Ante posibles batallas, Steve y Scizor te ayudarán a pelear como aliados NPC.


***


Yugen Nekita


Después de haber realizado los preparativos, ambos os embarcasteis sin dudarlo junto con Effy en aquel pequeño barco. El barco tenía la bandera de Valthyria y, decía Effy, era uno que los de la Resistencia habían podido conseguir de las garras de Chance en un esfuerzo que hicieron. Se habían sacrificado muchos de sus miembros para que alguien, que resultó ser ella, pudiese salir de la región en busca de ayuda. Pudiese salir del sitio del que nadie entra ni sale, en aquel pequeño yate.

Quizá por ser el yate un barco del gobierno de Chance, no tuvieron problema en entrar en la región. Lo hicieron, eso sí, de forma relativamente discreta, atracando no en un puerto, sino en la base de unas montañas que opacaban todo tipo de vista de la región. Cuando pudisteis bajar allí, Effy, acompañada de su pokémon que descubristeis que era un "Lokix", os ayudó uno a uno a bajar también.

—El objetivo debería ser alcanzar Nueva Alforno —os dijo la chica, sacudiéndose su cabello rubio y recolocándoselo, para luego subir la capucha que la mantenía con cierta discreción—. Si no entendí mal, Mimi... piensas que Drake ha venido aquí, ¿no? Si lo ha hecho y ha llegado antes que nosotros, hay una alta probabilidad de que esté en Alforno. Es uno de los puntos más accesibles de la región. El problema es que solo lo es por aire. Viniendo por mar... nos tocará cruzar las grutas. Habrá algún que otro pokémon salvaje, y estos están bastante alterados normalmente, desde que Chance empezó, bueno. A jugar con sus hábitats naturales. En todo caso, creo que es mejor si tenéis algún pokémon acompañándoos, solo por si acaso. Nunca sabes cuándo uno de los guardias pueda patrullar cualquier zona de Valthyria.

Sacó entonces dos pokéball de sus bolsillos, luego una segunda. Y suspiró.

—Esto es todo cuanto puedo ofreceros. No tengo más pokémon. Estos... no son míos, siquiera. Son los pokémon de dos niños, hijos un compañero de la resistencia. Ellos ya no... bueno, ya no los van a necesitar. Solo les hacían compañía, no están muy habituados a pelear; pero en Valthyria, tener un pokémon ya es de por sí un privilegio.

>> Si estamos en apuros, tranquilos. Lokix y yo os ayudaremos. Os recomendaría, eso sí, que acostumbréis a vuestros pokémon a estar fuera de las balls. Hay sensores por todas partes que las detectan. Aunque con suerte no los encontraremos por la mayor parte de la gruta...

Y así, entraron los tres en las grutas, siguiendo a Effy. Por delante tenéis un largo camino. No sabéis bien cómo haría la chica para ayudaros a entrar en la ciudad, cómo os infiltraríais; pero ese era el segundo problema. El primero era cruzar todas las grutas, de inicio a fin. Algo que de por sí, prometía Effy, podía ser complicado.

Tenéis desde ya tanto a Shroodle como a Smoliv.
Ante posiblees batallas, Effy y Lokix os ayudarán a pelear como aliados NPC.

 

—Ugh, grutas. Genial para mi cabello.

La última vez que había sabido de Effy estaba conectada a una máquina en la fría sala de un hospital. Recordaba su rostro pálido envuelto en una paz tan suma como aterradora. Hubert nunca me lo dijo, tuve que descubrirlo por mí misma.

"¿Huh?"

Que mi rival estaba en coma y que nadie más que él lo sabía.

Había ido a verla a menudo, mucho antes de que nuestro mundo cambiase. Me sentaba junto a la camilla y le hablaba de todo y de nada, y me enorgullecía de todas mis proezas imaginando que ella me escuchaba en mitad de su sueño. Le hablaba de mis medallas y de como ahora podría vencerla sin pestañear. A veces la voz se me quebraba sin que pudiera hacer nada por evitarlo y maldecía mi estampa, porque en otras circunstancias odiaría derramar lágrimas delante de Effy.

Verla de nuevo en aquella cafetería de Ciudad Corazón fue como un viaje al pasado. Fue tan sorprendente como... onírico. Y no podía evitar mirarla y reflexionar sobre todo el tiempo transcurrido. Especialmente sobre la fugacidad de la vida y la esperanza.

Un concepto bastante poético si me apremian.

Dante también se veía cambiado. Ahora su cabello había crecido y lo sostenía con una coleta a su espalda. Pero recordaba esos ojos pacientes y tranquilos. Siempre me habían transmitido... calma. Incluso cuando no estaba dispuesta a reconocerlo ni ante mí misma.

El aroma de la sal y el frescor del mar se sentirían reconfortantes y como una suerte de vacaciones si no fuesémos a entrar en el homónimo del mundo Distorsión en la realidad.

Valthyria.

Sonaba tan dramático.

Podría ser el mundo ficticio de una de mis películas. Lamentablemente era la realidad. Y una lo suficientemente horrible como para desear que fuera solo el invento de algún guionista loco y de un director al que le gustaba explotar no solo a sus actores, si no a la producción en general.

¿Qué había ido Drake a hacer allí? ¿La empresa de mi padre tenía siquiera negocios con Chance? No quería pensar en eso. Ya odiaba a Moura Honda lo suficientemente.

Me había mantenido lejos de los planes de Chance y de toda la mierda que había estado haciendo, pero nunca vi con buenos ojos su forma de accionar. Ese maldito hijo de puta jugaba a ser dios y si estuviese en mi mano, si tan solo tuviera la oportunidad, haría todo lo posible por derrumbar su castillo de naipes particular. Que huyese entre los restos de su ‘imperio’ como un Ratatta entre la basura, agonizando entre sus últimos estertores mientras todo se derrumbaba a su alrededor.

Como había obligado a hacer a todos aquellos que osaron desafiar su hegemonía.

Me adecenté el cabello como había hecho Effy tras bajar del yate antes de recibir una pokéball de sus manos.

¿Vengativa? Ah, la peor. Jamás le perdonaría la forma en que me arrebató a mí familia. La forma en la que su Guardia los acribilló a balazos frente a mí. Como Raiden corrió conmigo sobre su lomo intentando ponerme a salvo hasta que ya no pudo más.

Como me arrebató el último atisbo de felicidad al que pude aspirar nunca.

Qué ilusa fui al creer en finales felices.

Liberé al pokémon de su interior. Era pequeño y de forma casi circular y definitivamente no hubiera estado en la lista de los estándares de la Mimi de antaño sobre lo que era bonito o lo que no.

Me agaché y lo recogí.

—Me prometí a mí misma que no volvería a nombrar a un Pokémon jamás—lo sostuve entre mis manos frente a mí. Shroodle me miró con sus enormes ojos. No había más que un profundo vacío en ellos—. Bienvenido a la familia, Yuu.

Tú también has sufrido, ¿verdad?

 

Dante Miles

—Es mejor de lo que imaginé...

Toda la situación era mejor lo que había imaginado. El mundo le había dado la oportunidad de comprobar con sus propios ojos que Mimi estaba allí presente y relativamente bien cuando entró a su cafetería y luego le arrebató un peso de encima cuando Effy también decidió acompañarlos en esa reunión extraña. A fin de cuentas, la última vez que la había visto fue durante el secuestro de Emily, de allí fue incapaz de averiguar donde se encontraba y solo podía rogar porque también hubiera logrado escapar.

Que pudieran ingresar a Valthyria en barco a su lado lo tomaba también como un buen pequeño indicio, había temido que Effy sugiriera volarlos de vuelta y eso hubiera sido algo que quizás lo hubiera descolocado demasiado, por suerte en agua... no tenía malos recuerdos porque había estado inconsciente en todo su escape en barco hacia Sinnoh.

Espero que no te moleste que esté de vuelta, Staraptor.

Trataré de cuidarme.

—Gracias por todo Effy, te seguiremos el paso hacia nuestro destino.

Aceptar la pokebola fue difícil, en especial dado el contexto que Effy acababa de darles. Lo enojaba y entristecía en partes iguales la situación, dos nuevos pokémon teniéndose que adaptar a un par de extraños y lo único que los conectaba era que todos habían perdido algo.

Respiró hondo y liberó al pokémon de su interior, era pequeño y circular con un muy claro parecido a una oliva traída a la vida.

Se parece a ti Rose, cuando eras una pequeña Budew.

Se puso en cuclillas y le sonrió a su nueva compañera para tratar de que tampoco estuviera muy asustada y aquella expresión de incertidumbre con la que lo veía disminuyera un poco —Bienvenida a tu nueva familia Livy... —Con cuidado la colocó entre sus brazos para cargarla y junto con las demás se adentró a las grutas.

Si era complicado como Effy les decía, se aseguraría de mantener sus ojos abiertos atento mientras seguían la ruta que Effy indicara.

 

Analizaste el camino frente a ti brevemente. El camino era mayormente ascendente, y estaba lleno de elevaciones, pequeñas rocas y salientes. En alguna parte podían verse rescoldos de agua, y cuando agudizaste el oído, sentiste que el rumor del mar venir de un poco más adelante. Yendo en esa dirección encontraríais una salida al mar, seguro.

Pero parecía ser que vuestro objetivo era subir y subir, ¿no? Effy se había adelantado un poco, caminando junto a su Lokix. Cuando decidiste seguirla, antes de pasar por una pequeña pared, te paraste de repente, sin embargo. Había algo... incrustado en la pared. Lo viste a tiempo, y no te chocaste con ello. ¿Qué era...? Parecía una flor.

—¡Cuidado, no lo toques! Es el cuerpo de un Glimmora. Si lo molestas es probable que te ataque. Además... es venenoso.

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Con que un Glimmora, ¿eh?

—Se incrustan en las paredes y absorben los nutrientes de ellas... pero cuando sienten peligro, pueden liberar un haz de energía para defenderse. No queremos eso, de momento.

El Lokix, tras ella, miró brevemente hacia Dante y Mimi e hizo algo parecido a... ¿un suspiro? Luego, Effy lo excusó.

—Perdonad a mi compañero. No le gusta tener que lidiar con este tipo de misiones. Por cierto, no os presenté: se llama Shura.

Shura, desinteresado, siguió caminando sin siquiera mirarles.

—Calculo que tendremos que caminar unas tres horas por aquí, quizá cuatro... siempre que no nos interrumpan, claro. Será un camino largo, y la cueva tiene varios peligros. Así que seguid atentos, por favor. Me encantaría poder charlar con tranquilidad con vosotros, pero... creo que no es el momento.

>> Ya... ya tendremos tiempo.

 

Shroodle trepó por mi brazo hasta mi cabeza con una agilidad que no le correspondía a su cuerpo.

Alzó su nariz al aire y olfateó.

Era pequeño y manejable, apenas lograba notar que estaba ahí. Y tampoco es como si realmente importase que hubiera decidido hacer de mi cabeza su mirador particular. En ese momento, rondaban demasiadas cosas por mi mente.

Dante se adelantó y cuando pasaba junto a una pared de roca, Effy le increpó detenerse. Su estado de alerta me tensó ligeramente y traté de estar lo más atenta posible a mi alrededor.

—¿Qué?—exclamé a susurros.

¿Glimmora?

Era... una especie de flor azul anclada a la pared. Sus pétalos permanecían inmóviles y nada en él daba a entender que podía ser una amenaza. Al menos no si no lo molestábamos, como Dante había estado a punto de hacer al chocar con él.

Estaba segura de que Dex hubiera podido identificarlo. Pero, por supuesto, Dex no estaba allí. Se había roto hace años y nunca le había pedido otro a mi padre, ni siquiera un modelo reciente. Ese cacharro era ya cosa del pasado.

Igual que la gran inmensa mayoría de cosas desde que Chance se hizo con el poder.

—Esta región tiene Pokémon de los que nunca he oído hablar—comenté—. Es como de otro mundo. Pesadillesco... pero otro mundo.

Era una suerte que hubiera superado mi entomofobia hacía años. No podía imaginar cómo la Mimi del pasado toleraría un viaje de casi cinco horas al lado de un insecto gigante que parecía odiarnos.

—Más vale que tengamos tiempo, señorita stalker—le dije a Effy—. Nos debes muchas explicaciones. Y creo que a Shura no le caemos particularmente bien.

 

Pudiste caminar por el lugar sin demasiados problemas, pues el trecho que recorríais ahora era algo más abierto y liso que en la entrada de las cuevas. Además, alertados ya de los Glimmora, podíais evitarlos cada vez que veíais una flor similar.

En esas, el comentario de Mimi hizo que Effy sonriese ligeramente. No obstante, su gesto, desde que la vieron por primera vez, permanecía algo sombrío siempre. Sí, su aire de ganadora, de alguien fuerte, en todos los sentidos, persistía. Pero no podíais evitar percibir un aire de pesadumbre en ella. Por supuesto, no conocíais qué había vivido en todo este tiempo, ni cuál era su historia.

Por fortuna, parecíais estar a punto de extraer un pequeño pedacito.

—Bueno, te acostumbras a ellos, como en todas las regiones. En Galeia teníamos la ventaja de tener una variedad de pokémon anormalmente alta, pero también la desventaja de ser muy ajenos a muchísimas otras especies. Cuando pasas aquí años, sin embargo, y te dedicas a tratar a pokémon heridos y a protegerlos y cuidar sus hábitats... te empieza a dar la sensación de que llevas toda la vida rodeada de ellos.

De repente, Shura se detuvo, extendiendo sus patas y bloqueándole el paso a Effy. Se fijaron entonces en que había un pokémon que... brillaba de forma extraña frente a ellos. Era un Rockruff, más grande de lo normal, que rugía y aullaba mientras pululaba por la zona. Y lo rodeaba un pequeño brillo.

—... genial. Un pokémon influido por la energía teracristal —Effy trató de mirar alrededor, tratando de buscar una alternativa—. No sé si tenemos mucha más opción que enfrentarlo, sin embargo... no parece demasiado fuerte, pero nunca se sabe con estos pokémon. Se vuelven algo más agresivos, sobre todo desde que iniciaron las extracciones masivas de la energía...

 

Dante Miles

Trataba de seguir el paso de Effy con la mayor eficiencia, buscando donde pisar de manera segura, tratando de ver que no hubiera algún peligro cerca, que Mimi no se quedara muy atrás o estar pendiente por si necesitaba alguna ayuda en cruzar algún camino por lo resbaladizo o complicado que pudiera ser, cualquier cosa.

Hasta que se topó con esa flor que nunca antes había visto y...

"¡Cuidado, no lo toques! Es el cuerpo de un Glimmora. Si lo molestas es probable que te ataque. Además... es venenoso."

No tuvo que decirle más para evitar acercarse demás a aquella flor, asintiendo a la explicación de Effy y señalándole de paso a Mimi aquella flor para que también la evitara para no retrasar más nuestro paso. Aunque también para evitar decepcionar al pobre de Shura que tampoco parecía tener demasiada fe en ellos.

Y vaya, ¿por qué lo tendría?

...Nosotros nos habíamos marchado y no podíamos siquiera imaginar todo lo que había pasado en la ahora Valthyria.

—Confío en que de a poco nos iremos ganando a Shura, nos tengo algo de fe. —Comentó más bien como un deseo al aire, sonriendo sin querer por escuchar lo que había estado haciendo Effy, sonaba algo que haría ella sin pensarlo dos veces mientras también lidiaba con todas las responsabilidades que solo podía imaginar que tenía al estar en el grupo de los rebeldes.

Que Shura de repente impidiera que Effy avanzara lo hizo tratar de localizar el peligro cercano y cuando vio aquel extraño Rockruff no pudo evitar sentirse un poco extrañado, recordaba haber visto a Mimi acompañada por uno en Udan y no creía que estuviera cerca del tamaño o que poseyera esa capacidad de producir brillo.

¿Así era cómo la explotación de Chance a prácticamente las regiones bajo su poder los estaba afectando?

—¿Energía teracristal? —Preguntó en voz baja para evitar ser detectados, miró a Livy un momento considerando las palabras de Effy, podrían pelear claro pero... todavía no nos conocían del todo y quizás lanzarlos a un combate tan pronto no era la mejor forma de crear un vínculo un poco más seguro, ¿no?

—¿Y si tratamos de escabullirnos entre algunas piedras? —Preguntó señalando un posible camino —Nos mantendremos atentos, si vemos que nos detecta podremos pelear.

 

Decidiste probar suerte, después de que Effy diese el visto bueno a la idea. Ella, Shura y tú (con Livy contigo, claro) pasasteis con sigilo aprovechando las rocas del lugar como escondite cuando el pokémon no miraba.

Luego le tocó el turno a Mimi; Yuu no tuvo problemas en casi deslizarse rápidamente por el suelo y llegar al otro lado, pero cuando Mimi intentó pasar...

Golpeó una roca sin querer.

Y el Rockruff no solo empezó a rugir y a ladrar, mirando en su dirección al alertarse por el sonido, sino que se empezó a escuchar un sonido. El sonido de cristales.

—Mierda, ¡Mimi, corre!

Corrió todo lo que pudo y se puso a salvo con Effy y contigo, pero ya era tarde. El Rockruff estaba rugiéndoos, corriendo hasta alcanzaros, y solo Shura logró intimidarlo brevemente para que no se lanzase sobre vosotros. Con todo, seguía furibundo... y brillaba con un tono negro, su cuerpo cubierto de una especie de... ¿cristal transparente?

—Eso es la energía terastal —explicó Effy entonces, atenta a los movimientos del pokémon—. En Paldea abunda, y a veces algunos pokémon la asimilan. Permite... potenciar habilidades de estos y alterar cómo funcionan, básicamente. Ese Rockruff ahora tiene habilidades propias de un pokémon tipo siniestro. Esto era un fenómeno natural en Paldea antes, pero... bueno, hace tiempo que se volvió algo más problemático, como podéis ver.

>> Shura, encárgate, por favor, tenemos que noquearlo sí o sí: Patada hacha.

>> Dante, Mimi, ¿podéis ayudar?

En lo que ambos os preparabais, Shura ya estaba dando un salto en el aire, extendiendo su extraña pierna y golpeando con violencia con ella al Rockruff, dañándolo.


Patada hacha hace 14 PS de daño.

ROCKRUFF: Siniestro (TERA)
Lvl. 2
Rasgo:
>> Sin rasgos especiales.
Estadísticas:
>> Vida: 10/24
>> Ataque: 8
>> Defensa: 6
>> Velocidad: 7
Movimientos:
>> Teraexplosión [Destrucción] (8+2 Potencia, Siniestro) (1/1)
+20 experiencia.


Orden de turnos:
- Lokix
- Shroodle
- Rockruff
- Smoliv

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SHURA (LOKIX): Bicho/Siniestro
Lvl. 4
Rasgo:
>> Los ataques de estilo asesino de Lokix siempre harán un mínimo de 3 de daño, independientemente de la defensa del rival e independientemente de lo que diga el movimiento.
Estadísticas:
>> Vida: 25/25
>> Ataque: 11
>> Defensa: 7
>> Velocidad: 13
Movimientos:
>> Golpe sorpresivo [Control] (6+2 Potencia, Siniestro, lanza 1d5, si sale 1, el rival no ataca en su próximo turno) (2/2)
>> Plancha [Asesino] (16+2 Potencia, Bicho) (2/2)
>> Patada hacha [Destrucción] (10 Potencia, Lucha) (4/5)

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Cuando enfrentéis a pokémon salvajes o de otros entrenadores o de otras partes, sabréis su tipo y su rasgo si el pokémon es conocido popularmente; en caso contrario, no sabréis tampoco esos datos. Tampoco conoceréis los movimientos hasta que los usen. Sí que sabréis todas sus estadísticas desde el inicio.

Los pokémon terastalizados ganan stab (+2 en el dado) en movimientos del tipo al que terastalicen y cambian a dicho tipo en cuanto a defensas, como si fuesen originalmente de ese tipo. Además, todos ganan 1 uso del movimiento "teraexplosión", que siempre tiene la misma estructura y es del tipo al que se terastalice. Dado que siempre tienen este movimiento, sabréis que existe entre sus movs aunque estos sean desconocidos a priori (por eso podéis verlo).
Si terastalizase al mismo tipo de uno de los que ya tiene, el stab que gane será adicional (un total de +4 a movimientos de ese tipo).

Recordad, por cierto, que no tenéis por qué gastar usos de movimientos si no queréis, y que estos no se regeneran fácilmente. Podéis atacar, si lo deseáis, solo con vuestro stat de ataque (lanzando dado de tantas caras como valor tenga este). Si usáis movimientos ofensivos, se le suma al dado la potencia, más todas las especificaciones que podéis leer en el post de inscripciones (matizar que hubo cambios que aparecen en el último post). Para esta batalla, Effy probablemente haga gran parte del trabajo, pero si lo necesitáis, yo os puedo tirar vuestros dados de ataque y defensa del rival y editaros las fichas si recibieseis daño y así si os perdéis, no os preocupéis.

 

Mil cosas pasaron tan rápido que ni me di cuenta de cómo había llegado al submarino. Y antes de que pudiera procesarlo, ya estábamos subiendo por las grutas, yo caminando codo a codo con Steve, como dos exploradores en una misión… bueno, técnicamente lo estábamos, ¿no? Igual, no me molestaba estar sola con él. En grupos grandes siempre hay alguien que pisa ramas, se pierde o grita cuando ve un Zubat. En cambio, así podíamos movernos más calladitos, más ágiles. Como ninjas. O bueno, como mini-ninjas con cámara y peluchito eléctrico. Y un Scizor, que hacía que todo pareciera veinte veces más intimidante... y fotogénico. Oh, sí.

Claro que Steve había prometido que me cuidaría si algo pasaba, y aunque parecía tan confiado con su Scizor a su lado, yo también tenía a mi Pawmi, Ruby. Y Ruby, bueno, era pequeña, pero brillante. El tipo de compañera que nunca te deja sola, ¡ni siquiera bajo el agua! Y bien que lo sabía, que jamás me dejó bañarme sola.

Que hablando de Ruby, ahí iba ella, caminando unos pasitos por delante, con las orejitas en alto como si trataran de captar secretos o algún misterio en la zona. Su andar tenía ese ritmo entre curioso y alerta, como diciendo “esto es serio” pero también con ese toque suyo de “igual voy a lucirme un poquito”. A su manera, parecía estar en un desfile, aunque el público no fuera precisamente entusiasta. Desde las sombras, algunos pokémon salvajes nos observaban en silencio: un par de ojos redondos aquí, unas antenitas asomando allá. Más que curiosos, parecían extrañados por nuestra presencia. Se asomaban apenas entre las sombras, como si no supieran muy bien qué hacer con nosotros. Pero Ruby no se dejaba intimidar. Seguía avanzando con su pasito firme, como si con suficiente ternura pudiera convencer al mundo de que todo estaba bajo control. Porque así era ella: la más valiente, incluso cuando nadie aplaude.

Y si Ruby iba a enfrentarse al mundo con estilo, alguien tenía que capturarlo.

—Oh, sí, Ruby... vas a ser la portada de Ternura y Rayos esta semana. ¡Lo presiento!

Reí bajito mientras enfocaba la escena con mi cámara, esperando el pequeño movimiento de su naricita. Tontear con cosas así me hacían sonreír como una boba, como si pudiera olvidarme por un instante de todo lo demás y disfrutar solo del momento. Por un instante dejé de pensar en el motivo tan duro por el que estaba caminando por esas rutas, y la gran preocupación que pesaba en mi corazón... Bajé la cámara por un momento, dejándome llevar por una de esas ideas que tengo cuando todo se siente tan tenso, y decidí, porque sí, que necesitábamos una foto adorable antes de que el mundo se nos caiga encima una vez más.

Llamé a Ruby con una palmadita suave en la pierna. Se giró y vino corriendo como si le hubieran prometido bayas. Al igual alguna que otra baya le doy. Toqué el brazo de Steve y me acurruqué a su lado sin esperar respuesta alguna, y abracé a Ruby contra mi pecho, levantando la cámara frente a nosotros como quien invoca un hechizo. Así bien mágico, como me gustaban a mí las cosas. Porque una chispa de dulzura nunca venía mal. Como cuando me ponía a hacer bollitos sin venir a cuento, solo porque se me antojaban y ya.

—¡Sonríe, Steve! ¡Patataaaaaa! —grité con todo el dramatismo posible. Tras todos esos años, se me daba de maravilla, la verdad.

Click.

La foto no salió perfecta. Había un ala de Scizor apareciendo por un costado, una orejita de Pawmi un poco borrosa, y, siendo tan bajita como soy, parecía que había capturado a Steve justo por debajo del cuello. Pero, a pesar de todo, era un recuerdo bonito. Y estaba bien que fuera un poco caótica. Porque al fin y al cabo, era real.

Y sin decir ni pío, porque bueno ni falta hacía, seguí subiendo por las grutas como si nada hubiera pasado, tarareando una canción por lo bajito mientras seguía abrazando a Ruby entre mis brazos, no queriendo molestar a cualquier Pokémon que tuviese su hogar en ese gran lugar.

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Leyendo cómo la están pasando los demás tbh me siento rara con esta bubbly explosion con pawmi (? No sé si me tomé muchas libertades o si debería haberte puesto en negrita algo más sowwy lov u

 

Al principio, Steve reaccionó sorprendido cuando le agarraste y le hiciste posar. Claro que Ruby estaba encantada, pero a él le pilló bastante desprevenido. Con todo, esbozó una sonrisa dulce y terminó sonriendo, sonrojado, para "posar" en la sorpresiva foto.

—Vaya... supongo que no en vano eres fotógrafa, ¿no?

Scizor, que no salió en la foto, se cruzó de brazos pegado a una pared rocosa, al ver que el resto se había detenido, siempre serio y silente. Su ojo cerrado, atravesado por aquella cicatriz que perforaba el propio metal, contaba alguna historia pasada no demasiado agradable, eso seguro. Y quizá por eso su actitud era aún más hosca de lo que fue quince años atrás. Claro contraste con su entrenador.

Bueno, quizá su mal humor era por la edad, eso podía ser también.

—Si quieres hacer fotos, aprovecha ahora —terminó diciendo Steve, dándote una breve palmadita en la espalda—. Me temo que después, en Alforno, va a ser más complicado. Por lo que he oído, es... difícil utilizar según qué aparatos por allí sin autorización. No sé si te dejarán usar tu cámara.

Comenzó a caminar, y tú lo hacías junto a él. El acceso por mar estaba más o menos a mitad de camino de las grutas, por lo que os habían contado, así que no sería un viaje tan largo como podría. Y pese a que había pokémon salvajes, tal y como observaste, la mayoría parecían más... extrañados que otra cosa. Era evidente que no pasaban tantos humanos por allí como era costumbre.

—Y, bueno, dime, Talía —intervino de repente Steve, caminando junto a Scizor, mirada atenta mientras tanto—. ¿Has... sabido algo de los demás holders?

>> Yo les perdí la pista hace mucho, desde que me fui a Hoenn. Por suerte estaba allí cuando, bueno, Chance llegó al poder. Y cuando la máquina explotó. Ser hijo de un antiguo Campeón tiene ciertas ventajas, no puedo negarlo. Estuve bastante seguro y protegido. Pero también esa protección conlleva un poco de aislamiento. Sobre todo después de lo que pasó...

Steve suspiró con cierta resignación y melancolía. Aun así, cuando te miró, sonrió ampliamente, agitando esos pensamientos de su mente.

—¡No tienes idea de lo que tuve que insistir para que me dejasen venir! Si llega a ser por mi padre, no habría sido posible, desde luego. Pese a que dije que te conocía y que podía ser de más ayuda para ti que un completo desconocido, no hubo manera. Pero las decisiones no las toma solo él, ¡y Cintia lo autorizó!

>> Sé que es peligroso estar aquí, pero... ya hacía tiempo que quería hacer algo. Me sentía mal estando en Hoenn, a salvo de todo tipo de problemas. Sin hacer nada. Estoy seguro de que el resto de holders estará haciendo algo por este mundo, algo por parar a Chance. Sea de la manera que sea. ¡Y yo no quería ser menos!

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*gasp* Acabo de razonar que Steve es un nepo baby *gasp*

 

Había algo que jamás cambiaría, ni siquiera a pesar de los años. Ojalá hubiera estado la primera en la lista de las cosas que lo hicieron.

Estuve de acuerdo con el plan. No podíamos arriesgarnos en nuestra situación y los Pokémon con lo que contábamos no nos conocían lo suficientemente como para exponerlos a un enfrentamiento directo. Si lográbamos escabullirnos a través de las rocas ganaríamos tiempo y evitaríamos combatir.

Effy y Dante lograron cruzar y también Yuu, que usó su pequeño tamaño para pasar rápidamente. Pero cuando yo lo intenté, el tacón de mi bota resbaló en una piedra y no logré cruzar por completo. Solté un bufido. ¿Por qué coño había traído botas de tacón?

El sonido no fue alto pero lo suficiente audible para que Rockruff descubriese nuestra posición. Oí crujidos, como el que haría un cristal resquebrajándose y en el momento en el que Shura se interpuso para ayudarnos, pude ver mejor qué estaba sucediendo.

Era un Rockruff, de hecho, fuera de sí. Estaba cubierto de un resplandor negro y de algo que parecía ser... cristal.

—No quería dejarnos ir sin saludar. Quizás quiera un autógrafo—comenté con jocosidad por debajo de mi aliento—¿Desde cuándo hay Rockruff de tipo siniestro? ¿Esto también tiene que ver con Chance?

Effy nos explicó que eso era la energía terastral, un fenómeno natural en la región, pero que se había salido de control desde las extracciones de energía de Chance. Quise reír. Envenenaba todo lo que tocaba ese maldito bastardo.

Habría que luchar.

Ser la entrenadora de un Pokémon de nuevo se sentía nostálgico. Podía sentir el corazón apretado en un puño y las espinas que se clavaban dolorosamente al recordar a mis compañeros caídos en batalla. Desde lo sucedido con mi equipo no había vuelto a entrenar. Era Alpha quien hacía eso como As. Y, honestamente, a veces escucharlo era un dolor en el pecho para mí. Porque aún rememoraba esos momentos, cuando como entrenadora y pokémon, no había quien nos hiciera frente.

Joder.

Cerré los ojos y conté mentalmente los segundos. Los recuerdos no iban a ayudarme. Nunca lo hacían en realidad. Si no ponía mi mente en calma, no podría hacerlo.

—Yuu, sé que casi no nos conocemos, pero necesitamos tu ayuda—le pedí a Shroodle. El tipo veneno me miró, eso fue lo único que hizo, con aquellos grandes ojos vacíos—. Haz lo mejor que puedas. Yo confío en ti.

>>Ácido.

SHROODLE: Veneno/Normal
Lvl. 1 (100 exp. sig. lvl.)
Rasgo:
>> En batalla: movimientos de disrupción o de apoyo gozan de usos adicionales (+1 uso).
>> Fuera de batalla: puede pintar en cualquier superficie, dejando marcas y otros grabados.
Estadísticas:
>> Vida: 22/22
>> Ataque: 6
>> Defensa: 4
>> Velocidad: 8
Movimientos:
>> Ácido [Destrucción] (10+2 Potencia, Veneno) (4/5)
>> Malicioso [Disrupción] (reduce la defensa de todos los rivales en 1d4. No puede usarse dos veces) (3/3)
Siguiente movimiento (lvl. 2): Control/Disrupción/Apoyo.

Contenido oculto

Aún no entiendo muy bien cómo funciona el tema de los dados *deditos*

 

Tanto Yuu como Shura habían atacado con fuerza al Rockruff, pero este no se amedrentaba lo más mínimo. Antes bien, parecía aún más enfadado.

Effy suspiró, algo abatida.

—... antes no se enloquecían así. Es una verdadera pena. La energía terastal era... indefensa.

El Rockruff, en ese momento, embistió contra Livy con un fuerte Placaje. Effy se alarmó al inicio, pretendiendo que su Lokix fuese quien hiciese la mayor parte del trabajo para poner a salvo a Dante y Mimi, pero el pequeñín pareció resistirlo mejor de lo que podía parecer.

—¿E-Estáis bien? Smoliv será pequeño, pero es fuerte, ¿a que sí? —luego, Effy miró al Rockruff agresivo, rodeado por los tres pokémon—. Pequeñín, tienes que calmarte. Con suerte cuando te debilites, la energía terastal se habrá esfumado y despertarás como si hubiese sido un mal sueño...


ROCKRUFF: Siniestro (TERA)
Lvl. 2
Rasgo:
>> Sin rasgos especiales.
Estadísticas:
>> Vida: 5/24
>> Ataque: 8
>> Defensa: 6
>> Velocidad: 7
Movimientos:
>> Placaje [Destrucción] (6 Potencia, Normal) (5/6)
>> Teraexplosión [Destrucción] (8+2 Potencia, Siniestro) (1/1)
+20 experiencia.


Orden de turnos:
- Lokix
- Shroodle
- Rockruff
- Smoliv

Contenido oculto

Vale, las bases del combate son muy muy sencillas:
- Escoges un ataque, o no, y simplemente dices que haces un "ataque normal", o si quieres rolearlo pones "¡ataca!" o así, y se entiende. Debes tirar un dado de tantas caras como sume tu ofensiva. Y tu ofensiva es tu ataque + potencia del movimiento que uses (si usas). Ejemplo, cuando he atacado ahora con Rockruff, he usado Placaje (6), y tengo mi Ataque de estadística (8). Por tanto tiro dado de 14 caras.
- A veces pone un "+2" junto a la potencia; eso es porque es STAB, es decir, porque el movimiento es del mismo tipo que el poké y entonces gana un bonus. Simplemente si hay stab pues súmale eso al dado (por ejemplo, si hiciese Teraexplosión con Rockruff sería 8 (ataque) + 8 (potencia) +2 (lo que pone ahí de stab) = 18 caras.
- En el caso de que sea muy eficaz (ninguno de vuestros ataques hace daño muy eficaz a Rockruff anyway, lo puse así por eso mismo (?)) o poco eficaz, le añades caras al dado. En el caso de Effy sí era muy eficaz, por eso le añadí otras 3 caras más (es +3 cuando es muy eficaz, +6 si es doblemente muy eficaz, -2 si es poco eficaz y -4 si es doblemente poco eficaz).
- Después de tu dado de ofensiva debes ver cuánto de la defensa del rival aplica. Tira para eso un dado de tantas caras como defensa tenga el rival. En este caso tiro un dado de la defensa de Smoliv, que es de 6 puntos, así que de 6 caras.
- El daño final es equivalente a Resultado del dado de ofensiva - Resultado del dado de defensa. Y esos PS pierde el poké. Antes por ejemplo, Rockruff perdió 14 PS porque salieron del ataque de Shura un 18 (de un máximo de 24) y del de defensa de Rockruff un 4 (de un máximo de 6); 18 - 4 = 14.

He tirado en mi post anterior el dado de tu ataque, Jen: en tu caso pues era dado de 18 caras (6+10+2) y luego el de 6 caras de Rockruff. Salió 10 y 5, so, 5 de daño.

Also Nekita, puedes elegir un movimiento más para Smoliv! Solo tienes que decirme de qué categoría lo quieres, están las tres posibles bajo su fichita. Así tendrás otra opción para usar, en este combate o más adelante obv. Como el ataque de Rockruff va dirigido a ti, te pongo por aquí el resultado, aunque creo que ya más o menos estaría claro:

Edit lmao pues se lleva 0 de daño porque salió 1 - 4 (?) Lucky aceituna.

 

Dante Miles

Quizás fue la memoria muscular de haber estado escabulléndose en silencio de los agentes de Chance que hizo que esa tarea de pasar inadvertido fuera más fácil de lo que creyó, pero aun así no se confiaba de que todo fuera a estar bien por el riesgo de que fallara, aunque el riesgo no era el mismo seguía siendo una situación desconocida para ellos y se debía mantener toda la atención que se le pudiera otorgar.

Se mantuvo cerca de la roca que los escondía, atento a Mimi y conteniendo el aliento cuando fue su turno de cruzar. Dejó a Livy en el suelo un momento para poder extender su mano hacia la rubia sin que saliera del límite de su escondite cuando iba acercándose más y más a donde se encontraban hasta que notó como pateaba accidentalmente esa roca.

—¡Rápido, Mimi! —Se fue a posicionar a su lado para tampoco estar muy separados y le sorprendió el hecho de que una risa terminara saliendo de sus labios por su comentario.

—Si detenemos a Chance estoy seguro que podremos encontrar después una forma a que esa energía vuelva a ser la de antes, regresarles a todos algo de normalidad... —Livy que se había mantenido detrás suyo al ver que su amigo también se acercaba a nuestro furioso rival dio unos cuantos pasos al frente para no alejarse mucho de él en un muy mal timing que terminó llamando la atención del Rockruff e hizo que recibiera aquel ataque.

Dante entrecerró sus ojos un momento por temer las consecuencias de aquel ataque ante su nueva compañera pero, al ver que parecía estar sin inmutarse lo hizo relajarse de nuevo, asintiendo al comentario de Effy sobre la fuerza de su nueva acompañante.

—Gracias por aguantar eso Livy, realmente eres muy fuerte —Dijo con voz tranquila para asegurarla un poco sobre el combate, aunque por dentro solo sintiera su corazón latir con incertidumbre, luchado por detener memorias del pasado —. Ayúdanos a calmar a Rockruff, ¿si? Usa brote alérgico.

SMOLIV: Planta/Normal
Lvl. 1 (100 exp. sig. lvl.)
Rasgo:
>> En batalla: dispone de un movimiento especial que puede usar en su turno, pero sus usos solo se regeneran con el tiempo y no pueden sanarse con objetos u otros medios.
>> Fuera de batalla: puede recolectarse el aceite que genera para su uso. Es comestible, pero no es lo más delicioso del mundo... mientras Smoliv tenga aceite acumulado, aguantará mucho sin comer ni beber. Si se le gasta, lo regenera con el tiempo mientras reciba luz del sol.
Estadísticas:
>> Vida: 22/22
>> Ataque: 7
>> Defensa: 6
>> Velocidad: 3
Movimientos:
>> Brote alérgico [Control] (5+2 Potencia, Planta, daña a todos los rivales) (3/4)
>> Aroma agradable [Apoyo] (sana en 1d7 a todo el grupo) (3/3)
>> Extra: Cañón de aceite [Disrupción] (inmoviliza a un enemigo, saltándose su próximo turno. Consume el aceite que le quede a Smoliv) (1/1)
Siguiente movimiento (lvl. 3): Apoyo/Control/Tanque

 

Con el golpe de Livy, el Rockruff quedó debilitado. De nuevo se oyeron sonidos de cristales rotos, y las partículas de esa cubierta de "cristal" que recubría al pokémon se fue deshaciendo, cayendo al suelo y desintegrándose como si fuese aire, con una muy tenue humareda negra. El Rockruff cayó de lado, inconsciente, debilitado por el combate.

Shura se acercó a él, agachándose para examinarlo, ante la atenta mirada de Effy, cruzada de brazos. Se alzó luego, y trajo en sus manos un par de roquitas pequeñas, de color negruzco, que le ofreció a su entrenadora. Trozos del cristal solidificados, que no se habían desintegrado del todo. Effy los guardó presta entre sus cosas.

—Gracias, Shura. Está bien... podemos continuar entonces. Por fortuna no ha sido nada demasiado peligroso, el Rockruff no era muy fuerte. Pero, por si acaso, recomiendo mantenernos alerta, ¿sí?

Y miró entonces al frente, observando cómo la cueva se extendía en dos direcciones distintas: una, a la derecha, era un camino angosto lleno de subidas y bajadas, de rocas puntiagudas que sobresalían del suelo y otras tantas del techo, y con múltiples flores de Glimmora sobresaliendo de las paredes. Parecía algo peligrosa, pero no demasiado compleja; al contrario de la izquierda. No se podían apreciar grandes peligros allí, pero sí que había un problema: para siquiera ir por esa ruta había que escalar por una pared rocosa, porque no había otra manera sencilla de comenzar el camino.

Effy suspiró.

—Creo que ambos caminos deben llevarnos al mismo sitio. Depende de vosotros, chicos. ¿Por dónde avanzamos, qué hacemos?

 

"Pequeñín, tienes que calmarte. Con suerte cuando te debilites, la energía terastal se habrá esfumado y despertarás como si hubiese sido un mal sueño..."

Solté una risa irónica por la nariz. Una suerte de risa apagada y carente de gracia que no nacía de ninguna alegría interna. Hacía tiempo que no sabía lo que era eso.

Reír de verdad.

—Todo esto es un mal sueño—me agaché y extendí mis manos para recoger a Shroodle del suelo. Yuu repitió el movimiento anterior y trepó por mi brazo, esta vez buscando resguardo en mi hombro—. Y te aseguro que Rockruff no es el único que quiere despertar.

Tras el ataque de Livy, Rockruff se dibilitó y estaba libre de aquel resplandor oscuro y del cristal que lo cubría. Effy tenía razón. Se le veía en paz. Como si su locura hubiera estado propiciada por un profundo dolor interno, como si la energía lo controlase en contra de su voluntad.

Según Effy la energía terastral había sido inofensiva en un inicio. Yo no era quien para desmentirlo, pero sonaba igual que la dinamax.

Resultaba irónico que fuera lo que había iniciado todo esto.

Mi corazón se encogía y la sangre me ardía en las venas cuando pensaba en el sufrimiento al que la tiranía de Chance imponía a todo aquel bajo su yugo. No respondería de mí misma de tenerlo delante. Incluso si moría en el intento, me daba igual. Ya me había mantenido al margen por demasiado tiempo, resguardada en Sinnoh mientras el tiempo pasaba y el mundo se derrumbaba a mi alrededor.

Mi equipo sobre un charco de sangre primero. Y el desgraciado de Alpha después, al que no había vuelto a ver desde que una noche decidió que luchar en una guerra que no podía ganar y abandonarme era el mejor curso de acción.

Pero él al menos había hecho algo.

Él al menos lo intentó.

Por el rabillo del ojo vi a Shura extraer algo del cuerpo de Rockruff, una especie de rocas oscuras y entregárselas a Effy. Enarqué una ceja, interesada, pero decidí no preguntar, al menos por el momento. Especialmente, porque tenía cosas más importantes en las que pensar.

Entre ellas, nuestro propio curso de acción.

Observé el entorno y reflexioné la situación en silencio. Uno de los caminos era considerablemente más corto pero estaba llano de peligros. Estalagmitas, estalagtitas y Glimmora. Un paso en falso y no lo contaríamos. El otro camino me hizo agradecer no ser acrofóbica.

Era una broma, ¿verdad?

Me pasé una mano por el cabello, apartándome el flequillo de la frente y solté el aire contenido en un suspiro.

—¿Entre decidir si morir acribillada por rocas y fulminada por flores venenosas mutantes a morir por una caída?

>>No, gracias. Debe haber una tercera opción.

 

Trataste de buscar alguna alternativa, pero no parecía haber nada a simple vista. Por más que miraste, no encontraste gran cosa; ni las paredes parecían tener recovecos u ocultar alguna cueva algo más segura entre sus esquinas, ni parecía que hubiese otra forma de avanzar. Y no recordabas otro desvío posible desde que entrasteis.

Effy suspiró, brazos en jarra. A su lado, Shura sí que parecía estar completamente harto, poniendo los ojos en blanco. Parecía tener bastante poca paciencia para ellos; a la mínima ya se mostraba exhausto con sus preocupaciones y problemas, como si solo quisiera llegar de una vez, cuanto antes. "No le gusta tener que lidiar con este tipo de misiones", dijo Effy.

—En fin, no creo que haya muchas más alternativas, Mimi. Si quieres, Shura y yo podemos adelantarnos y tratar de ahuyentar a algún Glimmora, si vamos por la ruta más larga.

Shura esbozó entonces un gesto sorprendido, y Effy lo miró con clara reprimenda en sus ojos. Resignado, Shura se cruzó de "brazos".

— ... sí, ayudará, no os preocupéis. Aunque sea algo cabezota. Es lo que puedo ofrecer, pero... vamos a tener que afrontar peligros sí o sí. No tendremos más remedio que pasar por alguno de los dos caminos.

 

Dante Miles

Suspiró aliviado cuando su alborotado y pequeño rival finalmente quedó inconsciente, siendo liberado por fin de esos cristales y su energía que lo mantenían alterado de esa forma. Se acercó a Livy, la volvió a colocar entre sus brazos con una sonrisa de felicitación acompañada de una caricia a su cabeza por el buen trabajo que había hecho e hizo una pequeña nota mental de que tenía que preguntar sobre esos cristales que había guardado, ¿servirían para brindar alguna clase de energía para potenciar alguna máquina de la resistencia o sería más bien parte de alguna investigación?

No iba a perder tiempo en preguntar cosas técnicas cuando tenían que seguir avanzando.

Volvió a tomar posición con sus acompañantes, enfrentando el nuevo problema a seguir y fue entonces que entendió que había un problema mucho más grande que el saber que camino escoger, había un problema con él.

El tiempo se sintió lento mientras sus ojos se perdían en la inmensidad de la pared, podía parecer un poco más sencilla si sabías cómo sujetarte a las rocas pero la altura.

Si caías ya no habría nadie que tomara el golpe por ti.

Si caías ya no había ningún compañero para salvarte.

Apretó un poco más a Livy a su pecho, tomó aire y apuntó el camino que tenía Glimmoras con una sonrisa, como si no sintiera el nerviosismo en su pecho de que rechazaran esa idea y decidieran escalar para fines prácticos —Creo que el calzado de Mimi no nos dejaría trepar por la pared, la idea de que Shura nos ayude a espantar alguna que otra Glimmora es buena. Podemos ir con cuidado y atentos a las flores, también puedo ir por delante de ti Mimi si ocupas apoyarte de mi o yo siguiéndote en caso de que necesite asegurarte.

>> ¿Te parece esa idea?

 

Menuda puta mierda.

No había cuevas, ni salientes ni nada más que dos caminos a cada cual más peligroso, como si el destino se estuviese burlando de nosotros. Quizás lo hacía. Podía imaginar una siniestra mente adyecta riéndose de nosotros en las sombras. Un director que observaba y movía los hilos detrás de bastidores, tras escena.

Dante decidió y miré mi zapatos. Esas botas que había comprado en alguna de esas tiendas caras que la mayoría de la gente no podía aspirar. Desde que era adolescente, comprar había sido una de mis formas de lidiar con el dolor y llenar mis vacíos. Eso no había cambiado. Y ser actriz había sido el aliciente perfecto para ello.

Tenían un pequeño tacón, pero no eran un impedimento para escalar. De hecho, podían servir de apoyo extra. La reacción de Dante me resultó extraña e intuí, muy probablemente sin equivocarme, que había algo más detrás de su apresurada decisión.

¿Prefería tomar un camino lleno de rocas afiladas y flores asesinas antes que trepar por una pared?

Ni siquiera era tan alta.

Lo observé en silencio durante unos segundos como si tratase de ver a través de él. Solía ser buena para leer a la gente y mi profesión, a pesar de haberse convertido en un infierno con el tiempo, me había dado la habilidad extra para saber cuando querían escurrir el bulto.

Dante estaba haciendo justo eso.

¿Pero quién era yo para meterme en su vida? Después de tanto tiempo, éramos prácticamente extraños. Ni siquiera sabía que tenía una cafetería en Sinnoh en primer lugar.

Desde que nos ayudó a mí y a Alpha a escapar de Galeia su rastro se borró como el humo. Supuse que siguió haciendo lo mismo en los años posteriores. Salvar vidas.

Jamás le agradecería lo suficiente.

—No tenemos otra opcion, ¿verdad?—convine con naturalidad al pasar por su lado, como si no acabara de darme cuenta de ese detalle crucial—. Puedes ir delante si quieres, pero con cuidado. Tropezar por aquí sería un error fatal.

Contenido oculto

Me encanta como Mimi rompe la cuarta pared like whoosp

 

Al final, ambos os decidisteis por seguir el camino quizá más peligroso, pero tan bien más sencillo, al menos en cuanto a la exigencia física que presentaba. Effy, asintiendo al escuchar la decisión, se apresuró a dirigir la marcha, y en un momento dado, ante una subida estrecha con una pared llena de Glimmoras, le dijo a Shura, con un tono que, quizá, sonaba hasta algo suplicante:

—¿Podrías, entonces, ahuyentar algunas, Shura?

Casi os pareció escuchar un bufido de parte del pokémon. Pero lo hizo.

Con agilidad, el pokémon se adelantó y saltó sobre la pared, impulsándose y golpeándola con fuerza. Al hacerlo, fue como si el pequeño temblor que provocó en la pared con su patada despertase a todos los Glimmora. Estos se mostraron, no sin antes lanzar, casi al unísono, un potente rayo de energía hacia delante. Shura logró esquivar todos, contoneándose en el aire.

Cuando dispararon todos a la vez, el sonido se entremezcló, creando un pequeño estruendo que fue solo momentáneo, pero... fue bastante estridente y repentino. Lo suficiente para que sintieses, Mimi, un escalofrío y la piel de gallina por un instante. Suerte que duró poquísimo, y no fue tan intenso, pero... el susto te recorrió la piel igual.

Mimi pierde 2 de Mente debido a su fonofobia.

En fin, los Glimmora se desplazaron, saliendo de la pared y entrecerrando los "pétalos", y se lanzaron como si fuesen dardos contra Shura. Los logró desviar, pero alguno le golpeó un poco en el trayecto. Sin embargo, y aunque embistieron contra él, su objetivo no parecía ser ese, sino... ir a otra pared. Una vez pasaron de largo, se desperdigaron, adhiriéndose prestos a otros puntos distintos en la pared contraria y en otros lugares.

Shura regresó, sacudiéndose polvo de encima. Lucía más molesto que de costumbre, quizá porque se había llevado un golpe por aquel plan con el que no terminaba de estar convencido.

Shura ha perdido 5 de Vida.

—¿Estás bien? —El Lokix no respondió a su entrenadora. Se limitó a girar la cabeza y enfocar al frente, caminando delante de ella. Effy se giró a miraros—. Eso es un sí, en su idioma. Es fuerte, no os preocupéis.

>> Sigamos, entonces.

Al fin, pudieron caminar por allí, y subieron pegados a la pared despejada de Glimmoras, caminando juntos. En un momento dado, Effy, aunque pareció algo dubitativa, terminó preguntando:

—... no llegamos a hablar con mucho detalle sobre el tema, creo. Solo supe que Ian estaba en Sinnoh y Drake, naturalmente, también. Pero, ¿sabéis algo del resto de holders? De Emily, Steve, Liza...

>> Al fin y al cabo, yo os perdí la vista a todos antes de lo previsto. No estaba... precisamente "operativa", que digamos.