S.S. Destino

Tema en 'Lost Future: The Last Chance' iniciado por MrJake, 2 Mayo 2025.

  1.  
    MrJake

    MrJake Game Master

    Capricornio
    Miembro desde:
    12 Julio 2012
    Mensajes:
    22,048
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    S.S. Destino

    SS Destino.jpg


    "Cuando Chance llegó al poder, empezó construyendo lo que ya sabía hacer, a lo que se dedicaba con su empresa, Corporativas Chance: transportes, armas y edificios, todo lo relativo a construcciones. Y las hacía intentando implementar sus conocimientos pasados con las nuevas tecnologías que iba logrando. No sería hasta bastante después cuando empezase a hundirse por completo en avances que hace solo un par de décadas se nos harían extremadamente futuristas.

    El S.S. Destino fue uno de los barcos más famosos de Chance, que él mismo usó como transporte personal. Se dice que le albergaba un especial cariño, y de ahí que haya remodelado todo el casco y el interior, más acorde a su nueva visión, pero aún use propulsión tradicional. Las largas hileras de humo negro pueden ser para otros un símbolo de esos primeros años del gobierno del Emperador, cuando aún tenía una visión relativamente moderada de los avances tecnológicos. Cuando aún no era el titán despiadado y poderoso que es hoy.

    Yo, sin embargo, las veo como otro tipo de símbolo. Símbolo de una contaminación que pudre el mundo... como lo ha hecho Valthyria".


    Se dará pie en un post posterior a que comiencen a postear.
     
    Última edición: 2 Mayo 2025
    • Fangirl Fangirl x 8
    • Ganador Ganador x 1
  2.  
    MrJake

    MrJake Game Master

    Capricornio
    Miembro desde:
    12 Julio 2012
    Mensajes:
    22,048
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Ruta Destino
    "Unidos por puras casualidades, cada uno de vosotros. Atados por el destino, en... el S.S. Destino. Qué forma más irónica de acabar envueltos en todo esto, ¿verdad?"
    Gigi Blanche

    Te encuentras en una sala enorme. Llevas ahí unas cuantas horas, rodeada de alguna cara que te es familiar, todos con el uniforme de pacificadores. Tu Tinkaton permanece a tu lado, como el resto de tus compañeros, que también van acompañados de sus pokémon... o sus "herramientas", como quieran llamarlo. Estás dentro del barco, eso lo tienes claro, pero has perdido la noción exacta del tiempo y no tienes idea de hacia dónde se dirige dicho barco.

    Esos extraños pokémon que portan "espadas" están en cada esquina y en cada salida, patrullándolas. La confusión ha hecho que no te hayas inmutado de la sala, pero empiezas a pensar que el viaje que resta será muy largo, y la paciencia empieza a agotarse. En la propia sala hay todo un cáterin con bebidas y comidas de todo tipo, y muchos de los pacificadores han empezado a conversar alegremente entre ellos entre comidas, risas y anécdotas, despreocupados por su situación. Otros tantos permanecían desconfiados, en una esquina, sin intervenir demasiado. Podías contar casi cien personas allí dentro, aproximadamente. Unos baños también son accesibles, ante la atenta mirada de esos "pokémon", eso sí. Todo se sentía muy raro, y te sentías aislada y desconcertada.

    En el transcurso del viaje, sin embargo, a veces se abría una puerta y aparecían más de esos pokémon con "espadas". Acudían sin mediar palabra junto a uno de los pacificadores y su pokémon y lo llevaban al exterior del lugar. Ese pacificador y su pokémon... no regresaban más. Y no tenías idea de qué pasaba.

    Sí que tienes conciencia de algo durante el viaje: el barco hizo una parada muy poco después de montarte en él, por lo que debió parar en alguna parte de Galar, seguramente, para recoger a alguien más, quizá a más pacificadores. Y también sabías que, tras muchas horas más, se detuvo nuevamente por un periodo de aproximadamente media hora, o quizá más o menos (era difícil determinarlo con exactitud). Esa última parada sucedió hacía muy poco. Pero estaba claro que no pudo ser en Galar, ¿quizá llegó a Galeia, o a Paldea? Era difícil determinarlo sin poder ver hacia el exterior, sin ventanas, sin... noticias de nada.

    Allí estabas, sin saber muy bien qué hacer. Sin recibir mayores instrucciones. ... sola, únicamente acompañada de tu Tinkaton.

    Por el momento, tu compañero pokémon es este:

    [​IMG]
    TINKATON: Hada/Acero
    Lvl. 8
    Rasgo:

    >> En batalla: su martillo gigante le otorga ventaja al atacar con movimientos destructores y asesinos (+5 de ataque), pero se rompe si lo usa demasiado (6 usos). Puede decidir atacar con o sin martillo, salvo para usar "Martillo Colosal", que requiere del martillo.
    >> Fuera de batalla: puede buscar y encontrar metales y materiales similares. Si encuentra suficientes, ella misma los puede usar para reparar su martillo o crear uno nuevo. También puede acertar a objetivos con gran precisión bateando objetos pequeños con su martillo.
    Estadísticas:
    >> Vida: 40/40
    >> Ataque: 11 (+5)
    >> Defensa: 15
    >> Velocidad: 17
    Martillo: 6/6
    Movimientos:
    >> Golpe metálico [Destrucción] (10+2 Potencia, Acero) (5/5)
    >> Viento feérico [Control] (5+2 Potencia, Hada, golpea a todos los enemigos) (4/4)
    >> Martillo Hielo [Destrucción] (10 Potencia, Hielo) (5/5)
    >> Atizar [Destrucción] (10 Potencia, Normal) (5/5)
    >> Martillo Colosal [Asesino] (20+2 Potencia, Acero; requiere usar el martillo) (2/2)

    ***

    Kcalbdelaperdicion

    Ya llevabas mucho tiempo en el barco.

    Estás rodeado de pacificadores por todas partes. El pequeño Wooper que te había seguido seguía detrás de ti, pegado como una lapa, y con una sonrisa constante que parecía mostrar completa y absoluta falta de preocupación por todo cuanto sucedía a su alrededor. No era tan fácil permanecer igual de tranquilo como él, pero por el momento lo estabas logrando.

    En todo el tiempo que habías estado en aquella sala, rodeado de pokémon que bloqueaban las puertas de entrada y salida a la misma, no habías interactuado con nadie. Muchos de los pacificadores parecían demasiado distraídos como para prestarte atención. Otros, demasiado asustados. Tenías, en todo caso, comida y acceso a un baño, por lo que por el momento podías tener tus necesidades cubiertas, pero era angustioso saber que en cualquier momento alguien podía fijarse en ti y desvelarlo todo. Aunque el hecho de que hubiese pasado tanto tiempo sin que nadie te dijese nada te tranquilizaba un poco.

    Eso sí, poco a poco iban llamando a distintos pacificadores y los sacaban de la sala. Esa gente ya no volvía, no sabías si porque los mandaban a otra sala o porque sucedía cualquier otra cosa, pero no sería agradable que te interrogue aquel otro pokémon que podía hablar de forma robótica, el mismo que dirigió al escuadrón de los otros cuando te obligaron a montarte allí.

    Veías el tiempo pasar sin saber cuánto tiempo pasaba. El barco solo se detuvo una vez desde que te montaste, eso lo tenías claro: pero fue mucho, mucho después de montarte. A esas alturas, probablemente estabas a kilómetros y kilómetros de tu casa. Sin saber a qué rumbo te encaminabas.

    Sin saber nada. Nada de nada.

    Estás desde ya acompañado de Wooper.


    ***


    Naiki

    Estás dentro de una celda en la que te han metido conforme te "escoltaron" al interior de aquel barco. No te habían vuelto a decir nada, y en tu trayecto hacia la prisión, que te daba la impresión de que estaba en las bodegas (puesto que descendiste algunas escaleras para llegar) no te cruzaste con un solo humano. Tu improvisada "celda", sin embargo, es una sala cerrada rodeada de paredes que parecían metálicas, con una puerta igualmente metálica que tenía una única rendija pequeña por la que poder mirar. También había una rendija abajo, por la que, poco después de entrar, te metieron comida: un poco de puré de patatas con un aspecto lamentable y unas zanahorias hervidas. De momento, no habías probado bocado, aunque tu barriga empezaba a sonar.

    Calculas que ha debido pasar poco más de media hora desde que entraste allí. No tienes idea de a dónde se dirige el barco, ni sabes qué quieren hacer contigo. Tampoco sabes cuánto tiempo más aguantarás haciendo creer a esos "robots" que eres otra persona, ni si de verdad te han podido confundir con él ni por qué. Temes que en cuanto aparezca un humano, lo revele todo, pero por el momento no hay... nadie. Ninguna persona, al menos, no dentro de esa celda.

    Todo cuanto tienes son un puñado de joyas que llevabas en el bolsillo, tus cuatro paredes, tu cama con sábanas blancas y aquella puerta. Nada más.


    No dispones de ningún compañero pokémon ahora mismo.


    ***


    Lucas Diamond

    Habías logrado alcanzar el barco, puesto que al principio se movía bastante lento. Imaginabas que este tardaría un poco en tomar velocidad, y, de hecho, cuando estabas ya cerca, montado en Empoleon, fue cuando más aceleró; por eso te demoraste bastante en poder subir. Gracias a tu pokémon, sin embargo, fuiste capaz de subir a la cubierta.

    Aunque esperabas encontrar resistencia o vigilancia, lo cierto es que, al menos en la cubierta, no hubo nadie para recibir a un polizón. Te viste así en la parte de encima del barco, con las dos grandes chimeneas delante de ti. Tienes delante múltiples puertas metálicas, tanto por estribor como por babor, y más pegado a la proa hay unas escaleras que parecen llevar a algún lugar. No tienes ni idea, eso sí, de dónde está la persona que buscas: cuando llegaste ya era tarde y habías perdido de vista a todos los "pokémon" que viste de lejos cuando decidiste lanzarte a por el barco.

    Por ello, ahora estás allí, solo junto a Empoleon. Al menos estás protegido mientras lo tengas a él, pero no quieres agotarlo más de la cuenta: ha tenido que viajar por un trecho bastante grande para traerte aquí: combatir solo lograría cansarlo más. Pero, si te vieses en la necesitad, tendrías esa ayuda, al menos. Porque lo único que tienes entre tus bolsillos ahora mismo... son tus cebos y unas cuantas joyas. No hay mucho con lo que defenderse personalmente, desde luego.

    Y ya era tarde para ir atrás, pues el barco se estaba alejando, y divisabas la isla perdiéndose cada vez más en el horizonte.

    Por el momento, tu compañero pokémon es este:

    [​IMG]
    EMPOLEON: Agua/Hielo
    Lvl. 9
    Rasgo:

    >> En batalla: si usa "Tridente de hielo" en combate, creará un tridente de hielo con el que se podrá cubrir del siguiente golpe que reciba, aumentando su defensa en +5. El golpe que reciba rompe el tridente, pero puede generar otro para protegerse de nuevo si vuelve a usar "Tridente de hielo"
    >> Fuera de batalla: como todo pokémon de agua, puede producir agua semipotable para el consumo pokémon y humano. No es lo ideal, pero puede servir...
    Estadísticas:
    >> Vida: 43/43
    >> Ataque: 18
    >> Defensa: 16
    >> Velocidad: 14
    Movimientos:
    >> Pistola agua [Control] (5+2 Potencia, Agua, golpea hasta a dos rivales) (5/5)
    >> Coletazo helado [Destrucción] (10+2 Potencia, Hielo) (5/5)
    >> Pájaro Osado [Asesino] (18 Potencia, Volador, perderás 1/4 de la vida que quites con este movimiento) (3/3)
    >> Termoadaptación [Tanque] (cura tu propia vida en 1d12) (2/2)
    >> Tridente de hielo [Asesino] (16 Potencia, Hielo) (2/2)

    ***

    ¡Listo! Comienza oficialmente, para la ruta Destino, el roleo. Desde este punto estáis totalmente libres y ya sabéis, podéis interactuar con vuestro entorno como queráis y cuanto queráis... y solo depende de qué decidáis hacer os podré pedir un check o no, o iré roleando qué va sucediendo. Eso sí, si queréis hacer algo específicamente para lo que buscáis mi respuesta (ejemplo, probáis a interactuar con algún npc, o a abrir alguna puerta; son cosas para lo que sí o sí tengo que intervenir, sea con check o sin ellos), estaría bien que me lo marquéis en negrita para que pueda visualizarlo más rápidamente

    Disclaimer: los acompañantes de Anna y Lucas no están ni escalados necesariamente a cómo serían pokémon a este nivel en el futuro del rol, ni Tinkaton representa ni en movimientos ni en estadísticas ni en rasgos a cómo funcionará necesariamente Tinkatink al evolucionar; son solo fichas provisionales únicamente escaladas a este momento puntual.
     
    Última edición: 2 Mayo 2025
    • Fangirl Fangirl x 6
    • Ganador Ganador x 2
    • Adorable Adorable x 1
  3.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master the lovers

    Piscis
    Miembro desde:
    1 Abril 2019
    Mensajes:
    8,158
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Anna.png

    Resoplé por enésima vez, golpeteando el talón contra el suelo metálico. De primera mano había intentado exigir respuestas de aquellos extraños autómatas casi con tanta vehemencia como la que había usado para resistirme en tierra; eso, claro, hasta que había sentido el filo de la espada entre mis omóplatos y entendí que, una vez más, quedaba a merced del Imperio. Por encima de eso, Zuki estaba conmigo y no quería que sufriera las consecuencias de ninguna de mis imprudencias, ni ella ni ningún vecino de Villa Helada. La comitiva que muy generosamente había pasado a buscarme era enorme, era ominosa y me sembró un millón de dudas. ¿Valía la pena ir hasta el punto más austral de Galar para reclutar a la única pacificadora en kilómetros a la redonda? Vamos, desde luego que no. Entonces, ¿qué era? ¿Necesitaban exprimir hasta el último soldado posible de Valthyria o esto sólo era parte de lo mismo?

    Del jodido castigo.

    Me vacié los pulmones y relajé la espalda contra la silla, recargando ambos codos en los apoyabrazos. Estaba ubicada en una esquina de la estancia y desde allí observaba al resto, pensando y pensando las mismas cosas mil y un veces. Me masajeé la barbilla, sin atender al movimiento, y una risa que vibró en mi pecho captó la atención de Zuki. Le había arrastrado una silla para que se sentara a mi lado y movía las patitas a un ritmo constante. Su martillo, así como mi mandolina, descansaban contra los costados opuestos de los muebles.

    —Mira si seremos famosas —le dije, en voz baja, y giré el rostro hacia ella—. Vinieron con esta monstruosidad a buscarnos al culo del mundo, tremendo servicio, ¿eh? Nuestro Emperador Supremo siempre tan atento.

    Estaba hasta los ovarios de todo, pero no tenía sentido oír a mis emociones. No tenía sentido pensar en los niños llamándome cuando empecé a caminar hacia el barco, ni en el futuro incierto, ni en el pequeño detalle de saberme en medio del océano. Montada en una absurda obra de ingeniería, sí, pero en medio del océano en fin. Zuki me miró atentamente y ladeó apenas la cabeza como toda respuesta. Sonreí, le palmeé cerca del moño y recargué el rostro sobre mi mano enguantada, volviendo la vista al frente.

    El tiempo se diluyó con pasmosa lentitud. Cuando finalmente admití que no sería capaz de estarme quieta y tranquila, tomé aire y me incorporé.

    —Espérame aquí, Zuki —le pedí a la Tinkaton con una pequeña sonrisa, colgándome la mandolina a la espalda.

    En teoría había todo un código de conducta que nos indicaba cómo hablar y comportarnos portando el uniforme. En teoría teníamos terminantemente prohibido blasfemar contra Valthyria y su Emperador, o ponerle nombre a nuestras llamadas herramientas. En teoría.

    Mi historial de amistades dentro del Cuerpo nunca había sido ejemplar, pero me las había apañado para no llevarme terriblemente mal con un par de pacificadores. Los más sensatos, en mi opinión, o quienes servían por motivos que se alejaban al fanatismo que varios de nosotros le profesaban a Chance. Eran ellos sobre quienes había mantenido un ojo atento y a quienes me acerqué.

    —Si tuviera un poké por cada vez que me movieron de lugar sin aviso previo... —solté al aire, buscando captar su atención, y me senté junto a ellos como si alguien me hubiera dado el permiso de hacerlo—. ¿Alguno de nosotros fue ligeramente más privilegiado que el resto o nadie de aquí sabe un carajo?


    Temía que los meses incomunicada me hubieran jugado una mala pasada y que, de hecho, hubiese circulado algo de información en el resto de Galar y de Valthyria. Uy, perdón, en el Subgobierno Galariense, quería decir.

    Fotito del uniforme:

    [​IMG]
     
    Gigi Blanche ha tirado dados de 20 caras para Carisma a Total: 9 $dice
    • Fangirl Fangirl x 6
    • De acuerdo De acuerdo x 1
    • Ganador Ganador x 1
    • Adorable Adorable x 1
  4.  
    MrJake

    MrJake Game Master

    Capricornio
    Miembro desde:
    12 Julio 2012
    Mensajes:
    22,048
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Te acercaste a aquellos tipos; era un grupo de tres, cuyas caras te sonaban vagamente. Uno de ellos era un tipo musculado, rubio y con unos ojos negros grandes y saltones que iban a juego con sus cejas negras (no sabrías decir si lo artificial era el pelo o las cejas, dado el intenso color negro de las segundas). De ese te acordabas mejor: Vince, se llamaba, estabas segura. Su cara no se olvidaba fácilmente.

    Vince fue el que primero se volvió a mirar a Anna, analizándola de arriba abajo. Parece que su comentario caló en él, porque esbozó una sonrisa divertida que acompañaba al gesto que ya traía todo el grupo. Parecían haber estado de risas.

    Eran de los pacificadores que estaban despreocupados, no de los otros.

    ¡Hombre, tú me suenas! Eres la Hiradaira, ¿no? Coincidimos en Puntera, me parece.

    Los otros dos te miraron también. Uno tenía cara de dormido; en cualquier momento podía quedarse totalmente sobado allí, o eso parecía. El otro tenía ese tipo de facciones que despiertan intranquilidad, que generan la sensación de que estaba siempre enfadado, con fosas de la nariz más expuestas de lo común y unas cejas naturalmente inclinadas hacia dentro.

    Por eso quizá sorprendió que hablase con una voz tan dulce. Eso, y que lo acompañase un Boltund que dormía entre sus pies con tranquilidad. No parecía, tampoco, tratar muy mal a su "herramienta"...

    —Ah, ¿tampoco sabes nada? Estamos todos igual, entonces. Lo único que sabemos es que están llevándose a peña ahí dentro, a saber para qué. A Marcoh ya se lo han llevado, a él y a su Indeedee.

    —Eso le pasa por conspiranoico —comentó el que aún no había hablado—. Tanta historia de que en la zona de Paldea hay pokémon robotizados por todas partes... lo que le ha faltado es que nos recojan en este barco para terminar de rematarlo. Se va a creer de verdad eso de que allí tienen un gobierno plagado de esas cosas.

    —Hombre, parte de razón parece tener, Charlie —siguió Vince—. Mira todos esos Marowak, o lo que coño sean. ¿De dónde han salido? Parecen artificiales. En el Subgobierno no se ve nada de eso.

    —Porque a nadie le importa la zona de Galar, por eso —murmuró el otro—. Somos la última mierda.

    —Además, que haya algunos pokémon robóticos no significa que en Paldea esté el rollo ese que decía Marcoh. Lo pintaba como si allí uno no pudiese salir a la calle sin encontrarse a cuatro bichos de esos. Se lo han llevado porque estaba histérico nada más entrar, por eso ha sido.

    Vince se encogió de hombros y te miró.

    —Marcoh era colega nuestro, de la división de Artejo, donde nos destinaron. El tío venía de Paldea, su familia era de allí o algo así, y hace poco empezó a ponerse paranoico, creo que le llegó de milagro alguna carta o algo de su familia. Ha sido uno de los primeros a los que metieron adentro con su Indeedee. Por lo demás... no sabemos nada. Estamos tan en la sombra como tú. ¡Pero bueno, será por alguna misión o algo! Quizá nos están escogiendo poco a poco para dividirnos en categorías, algo así. Yo qué sé.

    —Por lo menos hay comida —murmuró el más dulce de los tres, el que parecía tener cara de malas pulgas.

    Bueno, parece que nadie sabía nada, después de todo. Aunque ese Marcoh había oído cosas... ¿en Paldea era así todo? ¿Pokémon como esos, si es que eran siquiera pokémon, por todas partes? ¿Sería verdad?

     
    Última edición: 2 Mayo 2025
    • Fangirl Fangirl x 6
  5.  
    Naiki

    Naiki Main solo desde la beta

    Escorpión
    Miembro desde:
    7 Febrero 2013
    Mensajes:
    4,685
    Pluma de
    Escritor
    Alpha.png

    Desde el centro de Kikabila a la playa no hubo ni una sola palabra más. Las piernas biónicas de los pseudo-Pokémon rompían con la armonía del silencio cada que sus articulaciones se enterraban contra la arena y terminaban levantando granos que deslizaban por el acero hasta volver a mezclarse con el resto de la playa. Ni siquiera al subir al barco reaparecieron las voces, ni tampoco quise buscar alguna de ellas. Solo ver el nombre del buque bastaron para que no quisiera saber más del mismo, sus tripulantes u objetivos. Había hecho mi parte, me dije. Con eso ya valía, continué. Si ahora terminaba arrojado por la borda con un peso a mis pies eso... Eso es lo que hay. Pero no ocurrió así. Seguiría vivo. Es lo que hay, volví a convencerme.

    Los pasos que reverberaban contra las paredes y suelo de metal acabaron poco después de bajar escalones. Despegué mis ojos del piso y pude ver entre mis desgreñados cabellos lo que asumí como una especie de almacén. Mas no hubo tiempo para segundas miradas. Acabé prontamente encerrado tras unos barrotes en un cubículo oscuro. La luz que se filtraba a través de la puerta apenas iluminaba un poco para ver el final de la habitación donde las paredes laterales se unían en dos ángulos rectos con un tercer muro en cuya base descansaba un colchón con sábanas.

    Es lo que hay.

    Reposé sobre la dura colcha y me perdí en el vacío del techo hasta que la abulia acabó venciendo y mi cuerpo decidió que era mejor dormir. En ese entonces no soñaba. Nunca más ocurrió desde que salí de Kalos y por eso fue tan extraño sentir como mi cuerpo vagaba por un largo túnel que no conocía.

    Avanzaba apegado a la pared rozando una de mis palmas como guía en un camino que no veía. Mis piernas eran invisibles, pero sentía como el asfalto me regresaba el impacto de cada uno de mis pasos, mis brazos eran solo carpo y falanges estimulados por el tacto constante contra una áspera pared de ladrillos que junto a la guía a lo lejos de un destellante resplandor me decía que progresaba en el camino correcto. Parecieron minutos eternos en un largo silencio mientras más y más largo se volvía el corredor. ¿Cuál era la idea? ¿A dónde iba todo esto? Quizás mi mente quiso responderme, pero pude jurar que entre los flashes de la entrada pude ver el balanceo de una melena dorada siendo agitada por un viento que venía de ningún lugar.

    ¡Rubia!

    Rugí para mí mismo intentando que fuera lo que yo quería ver, buscando en las cenizas humedecidas de una hoguera una última ascua que pudiera reavivar el calor. Por eso corrí. Corrí con todas las fuerzas que podía, como nunca lo había a vuelto a hacer desde que Udán se volvió mi refugio. Quería alcanzarle, necesitaba saber que era esa persona. Solo una vez más... Solo una vez más, por favor.

    Pero lo que debió ser una luz cegadora de repente se transformó en apenas una caricia de un sol en el ocaso, la fuerza que el suelo me regresaba en cada paso se transformó en un pisar suave que ya conocía y los cabellos rubios que me llenaban de ilusión dejaron de revolotear de golpe. Cayeron a mis pies junto al cuerpo de su dueña y la gravedad hizo lo suyo para que poco a poco el rojo que emanaba de su pecho se fuera extendiendo por el piso, tiñéndolo de un carmesí brillante que rápidamente transfiguró hacia un rojo oscuro que levantó un aroma herrumbroso y nauseabundo que hizo a mi nariz fruncirse en un gesto de completo rechazó. Apretó mi garganta como un nudo y paradójicamente sentí como el reflujo ácido subía por mi esófago para querer salir, no obstante, todavía no acababa. El seguir observándole, pese a que mi mente me pedía no hacerlo, me dejó ver como la piel antinaturalmente comenzaba a desprenderse en parches. Como si fueran hojas otoñales que volaban con a la seguidilla del viento hasta descubrir el rojo vivo de una dermis inflamada, cubierta en vesículas y pústulas que tan pronto comenzaron a reventarse acumularon el pus y los fluidos serosos para potenciar el repulsivo festival de aromas que me tenían al borde del colapso.

    Ahí acababa, o eso ocurría en mis recuerdos. Por eso me sorprendí cuando desde un ángulo ciego apareció esa hoja roja hecha de laser a extender el corte central. Dejó en evidencia el color ocre de la grasa parietal que poco a poco empezó a teñirse de negro mientras el esternón era separado en dos piezas y las hojas finas del pericardio dejaban salir todo el líquido que le quedaba para acabar la magnífica obra mostrando el músculo cardíaco latir por última vez hasta desbordar la última carga del ventrículo izquierdo. Un último bombeo que inundó todo de rojo hasta llevarme a la desesperación.

    —¡¡Yo soy Lucas!!—Grité, a diferencia de en la realidad donde me mantuve estoico, con desesperación. Como si fueran unas palabras mágicas que terminasen con todo lo que estaba viendo. Y para mi sorpresa, funcionó.

    Desperté alzándome de la cama aun dentro de las cuatro paredes. El corazón me latía hasta sentir el pulso en mis temporales machacándome la cabeza como un bombo. Me caían las gotas de sudor desde la frente a la nariz y tuve que hacer la pausa para poder recuperar el aire que parecía no querer volver a llenar mis pulmones.

    ¿Cuánto había pasado? Asumía que no mucho, más porque el platillo que estaba pegado bajo la rendija de la puerta parecía seguir tibio cuando lo tomé. No tenía ganas de comer, nunca las tenía, y juraba que mi estómago seguiría ahogado en los reflejos nauseosos, pero sorprendentemente oí su gruñido. Era mi única alerta y razón para comer. Cuando la panza hablaba, yo comía. Y comí.

    Sin sabor como siempre, un puré que más bien parecía un engrudo que se pegaba a los dientes tras cada cucharada y que era difícil de digerir, pero que acababa llenando. Sin embargo, era el respiro que necesitaba mi mente para recitar esas palabras de nuevo.

    Yo soy Lucas.

    No, no lo era. Y no entendía como las máquinas no lo habían pillado, pero tan pronto lo hicieran volvería a lo del sueño. Casi podía escuchar la voz mecanizada haciendo la cuenta atrás. Y me aterré. Me puse a temblar por la idea de ver más muertos, por la sola idea de que nadie pudiera parar eso y convirtiera la plaza comercial de Kikabila en un recuerdo de la frontera entre Kalos y Gérie.

    Busqué valor en mis dedos, en el anular concretamente, y como el un as de luz todavía podía hacer relucir la gema incluso dentro de las cuevas.

    ¿Has perdido completamente la cabeza?

    Esas palabras resonaron en mi cabeza al ver los restos de la vieja megaalianza. Ahora era una mezcla de lo que dejé ir y lo que perdí. Pero también un recuerdo del día que decidí luchar de nuevo, de volver a prender un fuego que ahora era menos que brasas. Volver a vivir en mi anodinia quizás era lo mejor, pero algo me pellizcaba detrás de la oreja. Unas palabras que no tomaban fuerza hace mucho.

    Si yo no lo hago... Nadie lo hará... Es lo que hay.

    Me refugié en esa idea suicida antes de levantarme, pero mis manos siguieron temblando aun al apoyarse en la puerta. Sentía como mis dientes castañeaban mientras me asomaba por la rendija. No podía romperla, claro que no, pero al menos podría intentar ver que hay fuera de mi celda.
     
    • Sad Sad x 5
    • Fangirl Fangirl x 2
    • Ganador Ganador x 1
    • Adorable Adorable x 1
  6.  
    MrJake

    MrJake Game Master

    Capricornio
    Miembro desde:
    12 Julio 2012
    Mensajes:
    22,048
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    La comida quizá tenía un sabor cuestionable, pero no pareció sentarte especialmente mal. Era comida, después de todo, y el hambre que ya arrastrabas del resto del día empezaría a notarse pronto. No tenía que estar bueno, tenía que cumplir su función, después de todo.

    Caminaste entonces hasta asomarte por la rendija. No había mucho que pudieses ver, sin embargo: poco más que un montón de cajas apiladas en una esquina, que rebelaban que, en efecto, aquello era algo parecido a la bodega del barco. Además, había varias puertas más, todas con rendijas y de grueso metal. Aquello parecía estar siendo utilizado como prisión o calabozo en aquel momento, sin duda. De hecho, no, era más bien al revés.

    Aquello no era una bodega que estuviera siendo usada como prisión; más bien era una prisión que también servía como bodega. Pero esas celdas eran numerosas. La idea era, desde el principio, albergaba prisioneros allí.

    Tú resultabas ser uno de ellos.

    Poco después de asomarte, sin embargo, escuchaste un leve llanto. No ubicabas muy bien la procedencia del mismo, pero te parecía que murmuraba algo. ¿Estaba en alguna celda conexa...?


    Dame un check de percepción si quieres tratar de ubicar el sonido.
     
    • Fangirl Fangirl x 7
  7.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master the lovers

    Piscis
    Miembro desde:
    1 Abril 2019
    Mensajes:
    8,158
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Anna.png

    La reacción de aquellos tipos fue bastante liviana, y con ello conseguí relajarme un poco. Vince me recibió casi como si nos topáramos de copas en el bar y yo me pregunté cómo eran capaces de conservar tanto la calma. ¿Sería yo la paranoica? No podía serlo, ¿cierto? Que me reconociera por mi apellido no me hacía demasiada gracia, pero también entendía que fuese lógico. Barrí los pensamientos bajo la alfombra, sonreí amplio y asentí, repiqueteando los dedos en la mesa. El sonido se replicó amortiguado por los guantes.

    —En carne y hueso —respondí, algo teatral, y crucé los brazos al borde de la superficie—. Vince, ¿cierto? Compartimos unas clases en la Academia, ¿no nos graduamos en la misma colación?

    No estaba ni remotamente segura, pero si decía que sí, colaba. Mucha gente de todas las zonas de Valthyria se había enrolado en esos años. Dejando a un lado el emotivo reencuentro, atendí a los otros dos y fui armando una imagen de lo que me contaban. Un tal Marcoh, a quien se habían llevado, originario de Paldea y con teorías locas en la cabeza. Bueno, "locas". Miré hacia la puerta por donde se habían estado yendo los pacificadores y me pregunté si debía preocuparme al respecto... o intentar que me llevaran también. ¿O tal vez debiera dejar el culo quieto y esperar?

    Pero ¿esperar a qué?

    Al notar el Boltund a pies del muchacho, el único del cual aún no sabía su nombre, sonreí y me agaché ligeramente, estirando la mano por si le apetecía olisquearla. Al volver a enderezarme, intenté darle sentido a la situación. Pokémon robóticos en Paldea... ¿vendría de allí este barco? ¿Y ahora estaría volviendo a casa con un montón de pacificadores?

    —Sea la misión que sea, creo que estaba mejor antes —bromeé, en un tono distendido que se acoplara al ambiente.

    La comida la valoraría si no llevara el estómago doblado en dos, pero prefería ahorrarme esa clase de comentarios. No fuera que le arruinara la diversión a los muchachos. Me quedé unos minutos más para disimular mis intenciones de interrogatorio y, como quien no quiere la cosa, anuncié que debía ir al baño.

    En mi camino le eché un vistazo a Zuki, y justo antes de pasar por la puerta decidí seguir intentando. Me planté frente al robot, Pokémon, o lo que fuera, el que custodiaba los baños, y lo miré. Dudaba que dijera nada, pero por intentar nada perdía, ¿cierto?

    —Señor robot, qué tal, ¿nos tendrán aquí sin una gota de información cuánto tiempo más? ¿Adónde nos dirigimos? ¿Puedo pasar al baño o eso también es clasificado?


    en el supuesto caso de que el bicho no diga nada, cosa que veo probable, si es posible asume que entro al baño, porfi
     
    • Fangirl Fangirl x 4
    • Me gusta Me gusta x 1
    • Gracioso Gracioso x 1
  8.  
    Naiki

    Naiki Main solo desde la beta

    Escorpión
    Miembro desde:
    7 Febrero 2013
    Mensajes:
    4,685
    Pluma de
    Escritor
    [​IMG]

    No me supo a nada. Hace años que la comida ya no lo hacía. Incluso morder las sandías que cultivaba, esas que aparentemente valoraban tan bien en Mkuu, eran solo mascar agua y quedar completamente pegajoso. Eventualmente dejé de preocuparme de lo que llevaba a mi boca. Ahora solo era un peso para mi estómago, una excusa para callar esos ruidos que se hacían imposibles de ignorar tras más de medio día de ayuno bajo el sol. Esta comida no era distinta.

    Pero ahora mi foco no estaba en mi lengua, sino en mi vista. Apenas me había fijado en lo que tenía alrededor antes de ser enjaulado. Las cajas montadas una sobre otra en una esquina, las distintas puertas y su igualdad aparente con la mía. Mínimo todas tienen las mismas entradas de luz que las mías, así que podía imaginarme que solo dan paso a otros cubículos.

    Y de ahí nada más. Eso era todo, supongo. No puedo hacer nada con esto, ni de ninguna otra forma.

    Hasta que oí algo extraño.

    En primer lugar me alarmó. Rompió el silencio sepulcral de la habitación y me puso en alerta, de nuevo con el corazón en la garganta. Apartarse de la puerta fue lo obvio para evitar el conflicto, hasta que las repeticiones se dejaron oír, muy apenas. Eso no era uno de los robots. ¿Qué diablos era?
     
    Naiki ha tirado dados de 20 caras para Check percepción Total: 3 $dice
    Última edición: 2 Mayo 2025
    • Fangirl Fangirl x 7
    • Impaktado Impaktado x 1
  9.  
    MrJake

    MrJake Game Master

    Capricornio
    Miembro desde:
    12 Julio 2012
    Mensajes:
    22,048
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Pese a que te aproximaste con toda la buena educación del mundo, el robot casi no reaccionó. Solo fueron pasados unos segundos que alzó lentamente la cabeza, la miró, y simplemente señaló con su "espada", o lo que fuese... en dirección al baño. No, desde luego no parecían muy cooperativos ni charlatanes, eso estaba claro. Casi parecía que todo cuanto hacía ese pokémon concreto era custodiar el baño. Y oye, al menos te había dado aparente autorización para usarlo.

    Así las cosas, entraste allí y viste el típico baño grande, o más bien alargado, donde solo había cabinas con un váter cada una y varios lavabos fuera. En total podrían haber unas veinte cabinas... eran muchísimas, pero se hacía hasta poco considerando que no había distinción de géneros y allí había decenas y decenas de los vuestros. En todo caso, una vez entraste al baño, viste la mayoría de cabinas abiertas, salvo tres o cuatro que estaban cerradas. Al mirar debajo de una de ellas, viste unos pies por debajo... pero quien estaba dentro no parecía estar haciendo sus necesidades, desde luego.

    Por lo demás, muchos espejos, muchos váteres, muchos lavabos... y poco más. Era un baño. Al menos tenía agua corriente y una podría enjuagarse la cara, como poco.


    ***



    Alcanzaste a percibir que el llanto venía justo de una de las celdas contiguas, pero... era difícil escuchar qué murmuraba. No alcanzaste a oír las palabras que decía, porque sin duda estaba repitiendo algo. Solo pudiste escuchar que era una persona, desde luego: eso lo tenías claro.

    Al menos había alguien allí, además de ti. Aunque a juzgar por su llanto apagado, no estaba especialmente animado, tampoco. Era difícil estarlo en aquella situación, después de todo. Seguramente él no hubiese reparado en tu existencia aún... o, si lo hizo, no te prestó mucha atención. Una de las dos.
     
    • Fangirl Fangirl x 4
    • Reflexivo Reflexivo x 2
    • Impaktado Impaktado x 2
  10.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master the lovers

    Piscis
    Miembro desde:
    1 Abril 2019
    Mensajes:
    8,158
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Anna.png

    Conforme transcurría el tiempo aquí dentro me convencía más y más de que estos bichos no eran vida orgánica en absoluto. ¿Habrían diseñado robots basándose en la estructura y capacidades de los pokémon? Viniendo de Chance, cualquier cosa era probable. Su espada señaló hacia la puerta del baño y suspiré, cediendo. Que no se inmutaran era tan bueno como malo: no me darían pistas, pero al menos podía desahogar parte de la acidez que me picaba en la garganta sobre ellos.

    Entré a ritmo tranquilo y husmeé alrededor de la forma más disimulada posible. Se me ocurrió silbar, como en las pelis, pero habría sido demasiado. Me aproximé a los cubículos cerrados, ingresé al contiguo más inmediato que hubiese libre y, desde allí, me agaché hasta que mi cabello acarició el suelo. No muy higiénico, cierto, pero una debía hacer sacrificios por el bien de la... ¿la verdad? Si iba a hacer esto, lo haría bien. Me senté, procedí con lo que uno suele hacer en un retrete y jalé de la cadena. Mientras salía, empecé a cantar y a lavarme las manos bien, bien despacio. Me miré al espejo, acomodé un poco mi pelo y me volví a girar. Aquel cubículo de los pies sospechosos seguía sin abrirse.

    Otra vez, ¿qué podía perder? A lo sumo me ganaba un ladrido. Me acerqué a la puerta y la toqué suavemente con un nudillo, dos veces.

    —Disculpa, es que llevas un rato ahí... ¿Te encuentras bien? —indagué, intentando modular cierto grado de preocupación en mi voz.
     
    Gigi Blanche ha tirado dados de 20 caras para Empatía alamadre Total: 15 $dice
    • Fangirl Fangirl x 4
    • De acuerdo De acuerdo x 1
    • Adorable Adorable x 1
    • Gracioso Gracioso x 1
  11.  
    MrJake

    MrJake Game Master

    Capricornio
    Miembro desde:
    12 Julio 2012
    Mensajes:
    22,048
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    De repente, cuando golpeaste la puerta, oíste un golpe. Pero... no viste que los zapatos se inmutasen. Parecía que tu llamada sobresaltó a quien estuviese dentro, y del susto se golpeó con algo. Curioso, sin embargo, que los pies no se moviesen nada.

    Sin embargo, tu segundo intento por comunicarte fue algo mejor recibido. Hubo silencio, eso sí, pero al menos no hubo golpes. Eso sí, ninguna palabra.

    Hasta que... pasados unos segundos, escuchaste pequeños golpecitos del otro lado. Como si quien estaba dentro estuviese golpeando también la puerta, en una especie de comunicación... ¿no verbal? ¿Por qué no hablaba, pero le devolvía los golpecitos?

    Todo aquello era muy raro. Pero oye, al menos parecía que habías hecho que quien estuviese dentro estuviese un poco más... receptivo contigo.
     
    Última edición: 2 Mayo 2025
    • Fangirl Fangirl x 4
    • Adorable Adorable x 2
  12.  
    Kcalbdelaperdicion

    Kcalbdelaperdicion MFL Refugee XIII Ultimate lucky student

    Acuario
    Miembro desde:
    10 Diciembre 2019
    Mensajes:
    2,148
    Kris.png

    El barco se mecía suavemente de un lado para el otro, a nadie parecía costarle mantener el balance, excepto a mí. La adrenalina me tenía alerta, mientras la ansiedad de ser descubierto amenazaba con derrumbarme. Después de entrar a la habitación me paré en una esquina alternando mi vista entre mis alrededores y el piso, el resto de personas no parecían percatarse de mí. Por dentro rezaba que los Pokémon metálicos que servían de guardias no hiciesen otro reconocimiento facial.

    Calma, recuerda lo que sabes, establece la situación y traza un plan.


    No dejaba de revisitar los eventos de la últimas horas. Las órdenes, el pánico, el olor que había dejado el somnífero en la habitación después de socorrer a la señora. Mi reacción fue instintiva, pero desacertada y ahora me encontraba en este bote desconocido con una identidad falsa. Sentía como el piso se hundía bajo mis pies, no podía dejar que el pánico me controle, pero intentar trazar un plan sin éxito no estaba ayudando a mi moral.

    Además ahora un Wopper café me seguía, con su sonrisa bobalicona y andar patoso. No sé por qué estaba acá, tal vez fuese lo suficientemente idiota como para no darse cuenta que no era su dueño. No lo quería cerca de mí, la criatura me despertaba cierto pánico que no ayudaba a que mi cerebro resuelva la situación.

    Estudié la habitación y caminé hacia el baño, intentando guardar la compostura y asintiendo la cabeza cada que cruzaba mirada con algún otro oficial. No quería reconocerlo pero estaba aterrorizado, no podía dejar que mis emociones interfieran en mi camuflaje, no ahora.

    Decidí entrar al baño, necesitaba salir de este entorno, mientras menos contacto tuviese con el resto, menos probabilidades había de que fuese descubierto.


    Creo que me toca un check, hola buenas uwu
     
    Última edición: 2 Mayo 2025
    • Fangirl Fangirl x 8
  13.  
    Naiki

    Naiki Main solo desde la beta

    Escorpión
    Miembro desde:
    7 Febrero 2013
    Mensajes:
    4,685
    Pluma de
    Escritor
    [​IMG]

    Otro prisionero.

    Me quedé viendo hacia el frente en silencio. Volví a ritmo normal, a la pausa de ver como el sol corona por el este y terminaba ahogándose en el poniente. Solo ser un espectador me permite estar más alerta a los detalles, ver cosas y oque antes no veía en mi juventud en Galeia, pero ni así podía entender los llantos que rebotaban en las paredes.

    No podía hacer nada más.

    Ese fue el pensamiento que me llevó a sentarme en la cama para hundir mi opaco ámbar contra el metal de la puerta. ¿Qué más iba a hacer ahora? Dos reos, uno que no paraba de sollozar y otro que solo servía para trabajar la tierra. Si acaso tuve una mínima esperanza de poder salir de aquí, en ese mismo instante se había apagado.

    Me tumbé de nuevo. Que sea lo que tenga que ser, pensé. Pasó un minuto y mis ojos acabaron por cerrarse, pero la imagen de Kikabili volvió a atormentarme, a repetirme detrás de la oreja con palabras y bajo mi tráquea con un nudo que la inercia ahora no era una opción. Y aun así costaba.

    No soy bueno con los planes. Ir dos pasos por delante no era lo mío, nunca lo ha sido. Así que solo tocaba... Ni siquiera sé si puedo improvisar a día de hoy.

    —Oye—Hablé en voz alta, monótono; sin emoción.—, ¿me oyes? ¿Quién eres? ¿Cómo te llamas?

    Lo primero siempre era saludar y presentarse, decían las señoras de los mercados. Tuve que volver a aprenderlo con los años. Estaba oxidado para conversar, pero no tengo nada más ahora.
     
    • Fangirl Fangirl x 3
    • Sad Sad x 3
    • Adorable Adorable x 1
  14.  
    MrJake

    MrJake Game Master

    Capricornio
    Miembro desde:
    12 Julio 2012
    Mensajes:
    22,048
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Al entrar al baño, viste aquella hilera de cabinas, y... una mujer frente a una, preguntando en alto.

    "¿Te encuentras bien?".

    Era una mujer pacificadora más, claro, nada especial. No tenía por qué reconocer que estabas manteniendo una fachada, no tenía por qué pensar nada raro. Habiendo casi cien personas allí, era lógico encontrarte con alguien y coincidir en el baño. Y, contando a la persona que estaba dentro de la cabina, ya eran tres.

    Nada tenía por qué salir mal. Podías usar el baño con normalidad. Probablemente. Siempre que aquella mujer no te tomase por un pervertido o algo así, claro.


    ***

    En cuanto alzaste la voz, el llanto cesó. Escuchaste cómo sorbía con la nariz, y luego oíste pasos. Alguien se acercó a la pared al otro lado y se pegó a ella. Ahora lo escuchabas mejor.

    —¿Cuándo te han metido aquí? No... he oído nada. Estaría dormido. Ya... ya da igual todo.

    >> Mi nombre es Marcoh. Soy... pacificador, del Subgobierno Galariense. ¿Y tú? ¿También... te han sacado de la sala, como a mí? ¿También has protestado? ¿Cómo has acabado aquí?

    El llanto regresó, esta vez más como sollozos que otra cosa. Parecía extremadamente nervioso. Y también parecía asumir que eras otra persona. Quizá otro de esos "pacificadores". ¿Dijo que era de Galar? Eso era Valthyria, ¿no?

    ¿Por qué meterían a un valthyriano en una celda los de su propio imperio?

    Lo avisé, lo avisé, lo avisé. Avisé de que esto pasaría, ¡avisé, y nadie me creía! Pero es verdad. Mis padres me lo dijeron... que esos... monstruos... estaban por todas partes. Y que algún día llegarían a Galar. Y han llegado, han llegado... vamos a morir...

    Desde luego, él tampoco estaba en su mejor momento...
     
    Última edición: 2 Mayo 2025
    • Impaktado Impaktado x 4
    • Fangirl Fangirl x 2
    • Sad Sad x 2
  15.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master the lovers

    Piscis
    Miembro desde:
    1 Abril 2019
    Mensajes:
    8,158
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Anna.png

    El golpe que sonó de repente me hizo dar un leve respingo y fruncir el ceño, extrañada. Mi pregunta osciló entre el convencimiento y la preocupación genuina, no sabiendo bien qué rayos debía imaginarme encerrado ahí dentro. Tras hablar, mi mirada se desvió un instante al pacificador albino que acababa de entrar al baño, mas no le presté mucha atención. Éramos un circo entero de pacificadores apiñados en una sala, después de todo.

    Me quedé quieta, frente a la puerta del cubículo y con la oreja parada, dubitativa de cómo proceder. ¿Debía dejarlo (o dejarla) en paz y regresar con Zuki? ¿Pedirme un trago en la barra e intentar pasar las penas con alcohol? ¿Autoconvencerme de que estaba pensando todo demasiado? Mis divagaciones se interrumpieron abruptamente al oír golpes suaves al otro lado de la hoja y volví a arrugar el ceño. Mi voz se tintó de cierta jocosidad.

    —¿Los pacificadores se supone que sepamos morse? Probablemente, pero nunca fui muy buena estudiando —comenté, a ver si la broma ayudaba, y apoyé la palma de la mano sobre la puerta con suavidad—. Oye, ¿puedo abrir? Un golpecito para sí, dos para no.

    ¿Qué mierda estaba haciendo? Quién sabe. Distraerme de mi propia mente, al menos.
     
    • Gracioso Gracioso x 4
    • Adorable Adorable x 2
    • Fangirl Fangirl x 1
  16.  
    Kcalbdelaperdicion

    Kcalbdelaperdicion MFL Refugee XIII Ultimate lucky student

    Acuario
    Miembro desde:
    10 Diciembre 2019
    Mensajes:
    2,148
    Kris.png


    Antes de entrar, noté que uno de los robots estaba cuidando la puerta. Todos mis instintos me decían que corriera en la dirección contraria, sin embargo me armé de valor y continúe, sería raro que volviese sobre mis pasos. El bicho metálico no se inmutó, mi respiración se aceleró cuando agarré el pomo de la puerta. Necesitaba un lugar donde refugiarme aunque fuesen dos segundos, tenía que aclarar mis pensamientos y esperaba que la vigilancia omnipresente del imperio no me persiguiese hasta el baño.

    Abrí la puerta y me encontré una mujer parada frente a uno de los cubículos del baño. El poco alivio que me dió entrar se esfumó al ver que todavía tenía que mantener la fachada. Respiré profundo y evitándole la mirada para que no se percatara del pánico en mis ojos. Mi paso era firme pero ligero, listo para salir corriendo si es que este intercambio saliese mal. Entré a uno de los cubículos, cerré la puerta con cuidado, una vez asegurado, me derrumbé sobre el retrete. Fue entonces que el agotamiento que llevaba acumulado me inundó el cuerpo. Apoye mis codos en las rodillas y baje la cabeza. Primero tenía que controlar mi respiración.

    Inhala. Exhala. Inhala...

    Mi pulso fue estabilizandose poco a poco, el vaivén del barco se sentía un poco menos brusco, el piso dejo de sacudirse. Con la adrenalina bajando mi cuerpo se sintió más pesado, el cansancio de las últimas horas era inimaginable, pero no podía fallar ahora.

    ¿Dónde estás?

    Fue la siguiente pregunta. En el baño de un barco supongo. La cantidad de pacificadores me indica que pertenece al imperio pero por las expresiones de inquietud en el resto de oficiales, me daba la impresión que nadie sabía a dónde nos estabamos dirigiendo. Además ¿Por qué podrían a esos Pokémon metálicos a supervisar nuestros movimientos? ¿No se supone que ese sería el trabajo de los pacificadores?

    Estaba en medio del mar, sin idea del destino y lo única solución parecía...

    Esperar

    Saltar por la borda era una misión suicida y hasta que no lleguemos a tierra firme no había ningún lugar al que correr. Inhalé profundo, preparándome para continuar con esta farsa, no sería fácil, pero no era la primera vez. Quería mantenerme optimista, pero nunca había estado tan comprometido, estaba a merced del imperio y de ser descubierto, mi castigo no iba a ser piadoso. Las manos empezaron a temblarme de vuelta.

    Fue entonces cuando lo noté, ese Wooper estaba fuera del cubículo pero podia notar la punta de su cola pasar por el espacio que había entre la puerta y el piso. Casi se me había olvidado, supongo que de cierta forma este bicho era una bendición. Sería incomodo explicar por qué no tenía a mi Pokémon.

    No sé cuanto tiempo habia pasado en el baño, pero iba a despertar sospechas si es que me quedaba dentro mucho rato. Solté la cadena y abrí la puerta con cuidado de no empujar al Pokémon que me esperaba al otro lado. Aunque este ya se había movido en cuanto detectó el sonido. Caminé hasta el lavadero para limpiarme las manos y salpique un poco de agua en mi rostro para despabilarme. Quería quedarme en este lugar lo máximo posible, era mejor que lidiar con las decenas de pacificadores afuera. Dirigí la mirada a la mujer que ahora tenía una oreja pegada a la puerta cerrada.

    Qué curioso.


    Me acerqué fingiendo interés. Solo quería ganar tiempo.

    — ¿Estás ayudándolo a salir?

     
    • Fangirl Fangirl x 8
  17.  
    Naiki

    Naiki Main solo desde la beta

    Escorpión
    Miembro desde:
    7 Febrero 2013
    Mensajes:
    4,685
    Pluma de
    Escritor
    [​IMG]

    No esperé que realmente funcionara, pero las palabras sustituyeron a las lágrimas y así comencé a enterarme de Marcoh, de Galar, un pacificador. Exaltado, su voz y las preguntas iban más rápido de lo que mi desacostumbrada mente podía ir siguiendo. Y peor porque hizo una pregunta importante: Mi nombre.

    Ellos no atraparon a Alpha, o eso es lo que mis captores habían pensado. Lo que sus escáneres les dijeron con la suficiente certeza para no empezar una masacre.

    —Yo soy—Hice la pausa. Mi tono apagado quizás ayudó, pero para atravesar las paredes subí un poco el volumen de mi voz.—... Soy Lucas—Mentí, o al menos esa era la verdad que me trajo aquí.—. Esos robots invadieron una ciudad para buscarme... Bajaron del barco, atacaron a la gente. No sé qué quieren de mí. Me encerraron hace un rato sin decirme nada.

    Pero él siguió y siguió, cada vez más rápido. No entiendo de qué habla, mucho menos sabía quiénes eran esos monstruos.

    ¿Qué monstruos?—Le interrumpí, tosco.—¿Qué protestas? No te estoy entendiendo para nada.

    Si era un pacificador se supone debía estar al otro lado de la puerta, con el arma en mano, o eso era lo común. Mi cuello ardió recordando el último encuentro que tuve con ellos antes de salir de Galeia; No entendía porque encerraban a sus aliados.
     
    • Fangirl Fangirl x 6
    • Espeluznante Espeluznante x 1
  18.  
    MrJake

    MrJake Game Master

    Capricornio
    Miembro desde:
    12 Julio 2012
    Mensajes:
    22,048
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Entonces hubo, de nuevo, algo de silencio.

    Knock. Un golpecito. Eso era señal de que...

    Knock. Dos golpecitos. Vaya, entonces quería decir que no...

    Knock. Knock. ¿Cuatro... golpecitos?

    Claramente, quien estuviese dentro no estaba comprendiéndote muy bien, no quería comprenderte o, directamente, te tomaba el pelo de forma descarada. Una de las tres.


    Cuando te acercaste a la otra mujer, tu voz resonó dentro de la cabina en la que estaba encerrado aquel otro tipo (o tipa, aún no se sabía bien). Y de nuevo se escuchó otro golpe que claramente fue motivado por el sobresalto al escuchar otro sonido más. Una de las zapatillas, de repente, salió disparada por debajo de la puerta, como si quien estaba dentro hubiese tropezado y esta se hubiese deslizado de su pie.

    Sonó entonces un... ruidito, como un pequeño gritito, pero muy extraño, de dentro de la cabina. Luego volvió a haber silencio.

    ¿Q-Qué se suponía que pasaba ahí dentro?



    —Lucas, ¿eh? ¿P-Pero entonces no eres... un pacificador? Ay, joder. No sé qué está pasando. No entiendo nada.

    El pobre tipo pareció incluso golpear su cabeza ligeramente contra la pared, porque retumbó un poco dentro de tu celda. Luego siguió hablando.

    —S-Si los robots que dices invadieron una ciudad, es tal y como me temía. Esos monstruos están por todas partes... quieren... quieren matarnos a todos, ¡lo sé!

    Fue entonces cuando preguntaste por las protestas y los monstruos, y su volumen se alzó, su tono de voz volviéndose más agitado. Sus palabras entrecortándose más.

    —¡¡Los robots, esos mismos!! S-Son monstruos, ¡monstruos, ¿me oyes?! Hay... hay uno que es p-plateado, que dirige todo esto. Parece que p-pueda pensar por sí mismo, parece que sea inteligente, pero a la vez, es como una máquina. Programada p-para hacer vete a saber qué. ¡Vienen de P-Paldea, seguro, mis padres me trataron de avisar! Oh, papá, mamá, decidme que estáis vivos... por favor.

    Paldea. Al menos acababas de sacar algo en claro. Esas criaturas, esos robots, supuestamente vienen de Paldea. No sería de extrañar, entonces, que el barco regresase allí.

    Fue en ese momento cuando se oyó un ruido. El sonido... de metal moviéndose, crujiendo. Escuchaste un hilillo de voz de Marcoh.

    —¡N-No! ¡Están aquí!

    El sonido metálico siguió sonando. Cuando pasó frente a tu celda, pudiste verlo por la rendija. Era ese robot de antes. El que parecía una mezcla de Gallade y Gardevoir. ¿Era ese el que Marcoh decía que "dirige todo esto"?

    Se detuvo allí, mirando en tu dirección a través de los pequeños barrotes. Sus ojos rojizos, como puntos de luz parpadeante sobre una pantalla de ordenador, te escrutaban. No salió el escáner, sin embargo. No dijo ni hizo nada. Solo te miraba.
     
    • Espeluznante Espeluznante x 5
    • Fangirl Fangirl x 2
  19.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master the lovers

    Piscis
    Miembro desde:
    1 Abril 2019
    Mensajes:
    8,158
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Anna.png

    Estaba intentando dedicarle toda mi atención a lo-que-sea que hubiera detrás de la puerta cuando el pacificador albino se me acercó. Mi primer reflejo fue mirarlo de soslayo y, al instante, me recordé a mí misma que se suponía fuera más amable con los desconocidos. Había como un... setenta por ciento de probabilidades de que fuese un capullo y treinta de que se tratara de un hombre decente, pero hey, la esperanza es lo último que se pierde, ¿no? Además, su oportuna intervención parecía haberle sentado peor a lo-que-sea de ahí dentro, a juzgar por el nuevo ruido. Al menos alguien me ganaba en estrés.

    Bajé la vista a su compañero, el Wooper, y me di cuenta que él, luego de entrar, había cerrado la puerta. No me gustaba la idea de perder a Zuki de vista en medio de esta situación, la verdad. Exhalé por la nariz, pensé que la sonrisa del Wooper se veía adorable y volví a los ojos verdes del muchacho. No quería demostrar un exceso de preocupación por mi Tinkaton, no frente a un desconocido. Nunca sabías de qué agujero podían salir las ratas.

    Y estaba lleno de ellas.

    —En sí, sólo le pregunté si todo va bien —respondí, en voz baja—. No tiene pinta de querer salir de ahí.

    Los golpecitos de respuesta se sucedieron, entonces, y alcanzaron a ser cuatro. Enarqué una ceja, igual de confundida que antes. Si nos poníamos intensos, cuatro era múltiplo de dos, pero ¿por qué estaría yo jugando a los acertijos con un lo-que-sea? Me tragué el impulso de bufar y miré al chico junto a mí, demandante, cuando... un calzado salió volando. ¿Pero qué...?

    Enfoqué mi atención en la zapatilla, intentando discernir si pertenecía a alguna variante de nuestro uniforme o no, y descarté la idea de recogerlo. Ya había tenido suficiente de movidas anti higiénicas.
     
    • Fangirl Fangirl x 3
    • Adorable Adorable x 2
  20.  
    MrJake

    MrJake Game Master

    Capricornio
    Miembro desde:
    12 Julio 2012
    Mensajes:
    22,048
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Vaya, no había ningún tipo de duda. Era una zapatilla de los pacificadores. No había muchas opciones, puesto que allí todos llevaban el uniforme, pero al menos eso descartaba que fuese alguna especie de polizón asustado y escondido ahí dentro. La duda ahora era-

    En ese momento, un tipo con cara de pocos amigos, un pacificador, entró, se asomó y miró a ambos lados, con gesto enrojecido. Al veros a ambos allí, delante de una puerta, resopló con cierta resignación, probablemente sin fijarse en el zapato ni en que había alguien detrás de la puerta, y quizá pensando que estabais ahí teniendo un momento a solas. Frustrado, se dirigió luego a los "guardias" de la puerta, esos robots extraños, y protestó diciendo algo. Hablaba bastante rápido, alterado.

    Eso sí. Tanto tú como el otro tipo os fijasteis rápidamente en el detalle: el tipo no llevaba zapatos, estaba descalzo.

    ¿Casualidad?
     
    Última edición: 3 Mayo 2025
    • Gracioso Gracioso x 4
    • Reflexivo Reflexivo x 3

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso