En prueba Zona Delta [Zero Escape: Proteus Project]

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La zona Delta la constituye una amplia sala, circular conectada a un túnel submarino, con seis puertas repartidas a su alrededor. Estas poseen un lector electrónico, que parece reaccionar a algún tipo de tarjeta identificativa. El lugar se encuentra techado, iluminado por luces artificiales distribuidas en distintos puntos del espacio. Todo tiene un aspecto prolijo y cuidado, visiblemente futurista, de tonos blancos y grises. Algunos bancos se distribuyen a lo largo de la amplia sala, disponibles para tomar asiento de necesitarlo. Las seis puertas tenían una señal de Ocupado, por lo que quizás era necesario usarlas por el momento, si la espera se hacía muy larga.

Lo curioso allí es la presencia de una pantalla colgada en la pared, cerca de la puerta que parecía conectar con otra área (cerrada de momento), que estaba retransmitiendo algo...

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Contenido oculto

—Probando, probando... Pero bueno, si aún no tengo público. ¡Mi tiempo vale oro para que se desperdicie de esta manera!

Casi como si lo hubiese invocado, una de las puertas cambió su Ocupado, un letrero de color rojo, a Libre. La puerta se abrió, y alguien salió de ella, con visibles rastros de haberse dado un buen baño sin buscarlo.

>>¡Conny boy! Yo siempre aposté por ti, muchachote. Y definitivamente eso no se lo diría a cualquiera.

¿Eso era... un conejo virtual hablando? ¿Y por qué sabía su nombre en primer lugar?

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Santygrass

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Connor

Contenido oculto: Musiquita

El sonido del mecanismo confirmo que mi lógica había fallado, pero mientras el agua era succionada de allí, mi cerebro dejó de pensar solo en el peligro inminente. Mi intuición , y el reloj en mi brazo indicaban que pese a que saldría de la sala esto estaba lejos de acabar.... Si es así ¿Qué es lo que me encontraría al otro lado de esta puerta? No había forma de qué haya aceptado estar en un lugar así de forma voluntaria... ¿O tal vez sí? La pérdida de recuerdos es cuánto menos desafortunada en mi situación actual, pero también demasiado conveniente cómo para que sea solo una simple coincidencia..
El agua pareció haber dejado por completo la sala, y el seguro de la puerta dejó de funcionar, permitiéndome salir. Inhale y me preparé para lo que sea que pueda estar del otro lado.

<Confía en el proceso>

No importaba qué clase de prueba o situación me aguarde, tengo los medios para superarlas. Es hora de obtener respuestas.
Recuperé la compostura y abrí la puerta de forma decidida, por suerte fuera me esperaba una sala y ya no más agua, por lo que no necesitará el traje de buzo. La sala tenía colores similares de donde venía, mayormente artificial con los tonos claros... y nadie a la vista. Sin embargó una de las pantallas estaba encendida, en vez de algún acertijo parecía tener una especie de criatura que se dirigió directamente a mí.

Esta especie de... ¿Conejo? me había hablado directamente. ¿Era una grabación, o una especie de transmisión? Si era una grabación, debió haber sido activada con el mecanismo de la puerta, y dificilmente tendría la capacidad de seguir una conversación; por otro lado si era una transmisión, debería haber cámaras en la sala.
Me tomé unos segundos para acomodar mi corbata y eché un vistazo a las otras puertas. Había otras 5 que eran exactamente iguales a donde vine, solo que con un letrero que decía [Ocupado] en lugar de [Libre] . Eso no parecía ser una buena señal.

— Uhm, disculpa mis modales, no pretendía ignorarte. He despertado hace poco y estoy algo perdido, apreciaría si puedes ayudarme. ¿Sabes dónde estamos? — Me dirigí a la pantalla con un tono suave algo reconciliador, sin mostrar ningún signo de desconfianza. No era que apreciase de sobremanera a esa criatura ya que evidentemente era bastante sospechosa, pero si parecía reconocerme evidentemente tendría más información que la que tenía actualmente, y estaba justo sobre la puerta que era distinta al resto.

 

Contenido oculto: Música 1

El conejo estaba a punto de dar una respuesta a Connor. De pronto, otro de los habitáculos cambió su letrero de "Ocupado" a "Libre".

.......

De repente, una bola roja salió disparada desde dentro del habitáculo hacia el interior del gran salón circular. La bola salió rodando y haciendo un gran sonido por toda la sala al golpear el suelo y rebotar tenuemente mientras terminaba de rodar por el suelo. Entonces se oye una voz que habla en voz alta para sí mismo

"Bien, teniendo en cuenta la reverberación producida del sonido, así como el material del suelo y de la propia bola, puedo calcular las dimensiones de la sala y cuán ocupada está por personas o muebles. La conclusión es... ¡que eso no es la salida exterior ni tampoco mi casa! ¡Que yo recuerde!"

Tras acabar de soltar sus chorradas, un hombre sale del habitáculo que acaba de ponerse como Libre. El hombre entra a la sala circular con las manos en los bolsillos, como si no supiera qué hacer con ellas. Se observan marcas de humedad hasta los muslos de sus piernas.

Contenido oculto: Música 2

¿Uhm? ¿Ya hay alguien más aquí?

Observa a su alrededor inspeccionando la sala, se da cuenta de que otra sala está marcada como Libre además de la suya, y el resto Ocupado. Ve la enorme pantalla con un conejo pero lo ignora. Se fija entonces en el otro muchacho humano.



Ya entiendo, seguramente te encontrabas en la misma situación que yo. Eso me da la subpole. Bueno, es que yo no trabajo bien bajo presión contrarreloj, por eso he ido tan lento. ¿Hemos ganado algún premio?

No sé si me habré dado algún golpe al echarme a dormir, pero no recuerdo nada. Asumo que esto es alguna clase de yincana a la que me apunté voluntariamente. ¿Qué puedes contarme, chaval?

Ah, mi nombre es Blick, si la memoria no me falla.
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Contenido oculto

—Al fin, alguien que sabe dirigirse a sus superiores con la formalidad que se merecen —La criatura se llevó sus patitas teatralmente a las mejillas, inclinando la cabeza a un lado y al otro. Los adornos en su sombrero repiquetearon con el movimiento—. Veo que eres un buen connocedor de las normas sociales. ¡Ganas puntos por momentos!

¿Eso... había sido un intento de chiste? No tuvo tiempo de continuar con su apabullante verborrea; la segunda puerta se abrió, liberando a otro de los jóvenes cautivos. Una bola salió rodando en su lugar, y el conejo se asomó en la pantalla, ceja arqueada con incredulidad. La bola rodó durante unos instantes, dejando a todos en silencio en la sala, expectantes. Al poco tiempo, Blick se dejó ver, soltando uno de sus comentarios rutinarios.

Contenido oculto

—...La humanidad me sorprende por momentos. Con razón acabaron en este antro —Al notar que el nuevo le ignoraba deliberadamente alzó aquella vocecita estruendosa en respuesta—. Veo que ha habido un ligerísimo malentendido. Conny Cash, Tetra Blick, esto no es un patio de recreo. Sois mis invitados, y como tal, el anfitrión es el que tiene la relevancia acá —Una sonrisa tétrica le cruzó el semblante, acompañado de una risita infantiloide—. Aunque, si no estáis de acuerdo con las normas de mi hogar, siempre podéis hacerle compañía a los peces. ¡Justo se me olvidó darles de comer hoy! Qué cosas.

Con el pasar de los minutos, otra puerta más cambió su estado. Fueron dos chicas las que salieron de la habitación esa vez; una de ellas llevaba los calcetines y los zapatos en las manos, y tras echarle un vistazo prudencial al lugar, fue directa a uno de los asientos, dispuesta a secarse los pies como podía antes de colocárselos de nuevo.

—Definitivamente he cumplido con mi baño de la semana —bromeó, a pesar de notársele cierta agitación remanente aún en la voz. Mientras terminaba su tarea observó con curiosidad a los dos chicos presentes y al conejo en la pantalla, y parpadeó, confusa. Se dirigió entonces a su compañera de habitación—. Dime que tú también estás viendo eso, o empezaré a creer de verdad que el viaje a Disneyland era realmente un viaje al manicomio.

Contenido oculto

Kcalbdelaperdicion Voy poco a poco soltando info para que el pobre conejo no la repita seis veces uwu

 

Connor

Contenido oculto: Musiquita

El conejo dentro de la pantalla respondió de forma algo orgullosa, si se pensaba a si mismo como un superior probablemente esté directamente con el responsable de la situación actual. Sonreí de forma algo complaciente, pero antes que pudiese responder nada el sonido de la puerta, seguido por la esfera rodando por el medio de la sala me cortó en seco.

— Esa sin duda ha sido una entrada. señor Blick. Aunque por la esfera que has arrojado y el estado de tu ropa creo que efectivamente hemos estado encerrados en situaciones similares. Me alegra que se haya podido sobreponer a la situación adversa, aunque me temo que nuestra situación es quizás muy similar para ser una coincidencia.
Me llamo Connor , y quitando eso no es que pueda recordar mucho más... —​

Por la primera impresión aquel hombre parecía ser algo excéntrico, pero si había logrado salir de la sala había probado sus habilidades, y si estábamos en la misma situación trabajando juntos podríamos resolver la situación en la que nos encontrábamos más fácilmente. Aunque parecía que el conejo de la pantalla no había tomado de buena manera, que de una manera un tanto casual nos amenazó a ambos.


— No creo que sea necesario recurrir a medidas drásticas. Blick parece estar desorientado de una forma similar. Si eres nuestro anfitrión , ¿Sabes para que estamos aquí? — Intenté de-escalar la agresión con tal de conseguir de alguna forma que lo que sea que esté detrás de aquella pantalla pudiera dar alguna especie de respuesta, pero otra de las puertas terminó abriéndose, cambiando mi foco de atención.


No salió una persona, sino más bien dos chicas de allí. Evidentemente con la mitad inferior mojados, aunque una había logrado evitar que se mojen sus zapatos. La segunda cama que se encontraba en la cabina que estuve anteriormente cobraba más sentido. Me acerque un poco adonde se encontraban para proveer apoyo si es que lo necesitaban, se veían algo confundidas luego de salir (ciertamente una reacción más normal)


— ¿Se encuentran bien? Nosotros 2 acabamos de salir de otras 2 de las puertas, asumo que estábamos en salas de un estilo similar. — Dije señalando la parte que había quedado húmeda de mis pantalones para indicar que tipo de prueba tuve por mi cuenta a ambas.
— Por cierto, puede ser una pregunta algo extraña, ¿pero alguna tiene problemas con su memoria? Peculiarmente ninguno de los dos parece poder recordar como es que llegamos hasta aquí... Aunque eso no lo incluye a él — Al decir lo último mi mirada se dirigió a la pantalla, cambiando un poco mi tono de voz con algo más de recelo.

 

Momo

Contenido oculto: Ost

Yo también quería ser cool

Los segundos que pasaron entre las luces negras del mecanismo hasta ver la puerta abierta se hicieron eternos. Lo había logrado, había salido de esa horrible sala, estaba lista para correr, pelear y mandar al diablo a quién sea que se encontrara... ahí? Empecé a asimilar mi situación, no sabía donde estaba ni mucho menos a donde salía. Intenté buscar información en mi memoria pero el dolor de cabeza regresó como si nunca se hubiese ido. Regresé la vista y un escalofrío me recorrió la espalda, si sabía algo con certeza es que no volvería nunca a ese agujero.

La habitación era blanca y me costó unos segundos adecuarme a la iluminación. Mi compañera se dirigió a uno de los asientos para colocarse los zapatos

— Un poco inútil si ya estás completamente empapada — dije mirándola.

Su afirmación me hizo contemplar mis alrededores con más atención, habían dos chicos: igual de confundidos y empapados que nosotras. No sabía si sentirme reconfortada al saber que no eramos las únicas, o entrar pánico al saber que no eramos las únicas. Antes que pudiese decidirme, uno de los chicos se nos acercó.

Fue demasiado frontal, tenia una vibra tranquila y servicial pero mi instinto me decía que no tenía que confiar en él ni en nadie. Nunca.

— Estamos más que bien ¿Y tú eres? — no pude camuflar la agresividad en mi voz, le sostuve la mirada y mi cuerpo empezó a tensarse en caso de que tuviese que correr o pelear — ¿Y de quién es ese conejo?

Me rehuse a darle mas información que la necesaria, hasta donde sabia, cualquiera podría estar atrás de esto.

 

La peligris decidió prescindir de los calcetines, y los usó como tela para secarse los pies y colocarse posteriormente los zapatos. Tenía los pantalones mojados, pero ya no goteaban tanto como para empapar su calzado de igual forma.

Movió su dedo en señal de negación varias veces, soltando un "tch tch tch" hacia el comentario de su acompañante, cerrando los ojos con un tono solemne.

—Creo que no hay peor sensación en el mundo que tener los calcetines o los zapatos mojados. Parece que vas pisando charcos con cada paso —Un escalofrío le recorrió la espalda ante la idea—. Al menos estoy mejor así.

Dejando a un lado las preocupaciones del primer mundo de la peligris, Connor se acercó a ambas, comprobando su estado al salir de las habitaciones. Momo se mostró reticente, como era lógico, pero su compañera era un espíritu mucho más relajado. A pesar de escoger con cautela su respuesta, soltó más prenda que la castaña, desde luego.

—Skylar —Alzó la mano como toda presentación, dirigiéndole una mirada significativa a Momo. Sus facciones se relajaron un poco. "Te prometí que me presentaría al salir de ahí", parecía estarle diciendo. Volvió su mirada al chico—. ¿Amnesia colectiva? Yo tampoco puedo recordar mucho. Soñé con un tipo enmascarado, creo. No sé si era un sueño o mi secuestrador, si es que eso tiene sentido.

El conejo tras la pantalla parecía estar conteniendo su irritación como bien podía, mirándose las uñas de sus patitas con fingido desinterés.

—Oh, qué causalidad. Yo sí puedo recordarlo tooooodo. Dios le da pan al que no tiene hambre —Agachó sus orejas con fingida tristeza, los mismos aires teatrales del principio—. Anyway, Skywalker, si has terminado con tu pobre aportación, es momento de dejar hablar a los mayores.

El conejo dio un saltito dentro de la pantalla, haciendo que tuviese un plano mucho más cercano de este.

—Tal y como vuestras graaandes y privilegiadas mentes deberían estar hilando a estas alturas, no sois los únicos que habéis sido traídos aquí. ¿Veis esas puertas de allí? —Señaló el resto de cabinas, aún ocupadas por a saber quiénes—. Ahí os esperan el resto de vuestros compañeros. Sois nueeeve en total. ¡Un buen número, mi favorito! Y respondiendo al motivo por el que estáis aquí, Lil Conny... —Su rostro se ensombreció, enigmático—. Eso es algo que iréis descubriendo con el tiempo. Pero déjame decirte que compartís el motivo por el que estáis aquí. ¡Esto suena a libro de Agatha Christie, qué emoción!

El conejo se tumbó en una hamaca que surgió de la nada, y comenzó a mecerse con un coco partido y una pajita como cóctel, ojos cerrados.

>>Una lástima, porque hay que seguir esperando al resto para empezar con el juego. Me abuuuurro señores, ¡ya deberían ir dándose prisa!

 

Contenido oculto: Music

Vaya, este conejo es un poco borde. Quizás tengamos que comérnoslo al ajillo. Suponiendo que tenga algo de real. ¿Qué es esa cosa? ¿Un VTuber? ¿En algún rincón de este garito hay un viejo gordo hablando a través de él?


En cualquier caso, Connor, es un gusto connocerle. Presiento que nos llevaremos muy bien.


En ese momento, otra puerta se abrió y salieron de ella dos chicas.



¿Uhm? This is getting out of hand, now there are two of them!
Al menos son chicas, ya pensaba que esto iba a ser una fiesta de salchichas. Y no están nada mal. Ya sólo nos faltan dos personas más para poder montar una orgía. De eso va todo esto, ¿no? De reproducirnos como conejos

Al decir eso último, lanza una mirada furtiva al conejo de la pantalla, le estaba empezando a coger el gusto a picarle, estaba claro que sus amenazas eran un farol

Acto seguido, Skylar se presentó y el conejo empezó a soltar verborrea a la que presté poca atención, dando la espalda a la pantalla a propósito mientras observaba detenidamente todos los rincones de la sala.

Sin embargo, algo le hizo interesarse:

Contenido oculto

¿Tu número favorito es el 9? Qué extraño, juraría por los puzzles de la sala que sería el 8. ¿Has sido tú quien ha elaborado esos enigmas o fue otra persona que trabaja contigo? En cualquier caso, el 8 y el 9 son buenos números, sí. ¿Sabíais que si las cifras de un número suman 9 ese número es múltiplo de 9? Es como con el 3. Y hablando de sumar cifras, el resultado de realizar tal operación repetidamente hasta acabar con una sola cifra se conoce como raíz digital, ¿sabíais que el 9 tiene la propiedad de que sumado a cualquier otro número mantiene su raíz digital? Es un buen número, sin duda. En la próxima clase atenderemos a propiedades curiosas del número 8, no os la perdáis.​

 

Momo

Vi como mi compañera se presentó ante un completo desconocido. Ah, pero cuando yo le pregunté su nombre en medio rescate no me lo quiso dar. Detecté su mirada intencionada, y le puse los ojos en blanco.

— Dónde está el té que me habías ofrecido — le tiré — Pero claro, a este señor no le diste excusas.

Di un par de pasos para interponerme entre ella y el chico cuando el conejo habló otra vez.

La última afirmación me puso en alerta otra vez, la amnesia era intencional y no tenía idea de como lo habían conseguido, pero este juego estaba organizado con por un enfermo y su mascota borde no dejaba de parlotear.

Escuché cómo el otro chico de la habitación empezó a hablar sobre números y me perdí a la mitad, se veía inteligente, pero también estsba en su propia realidad alternativa. Me dirigí al conejo esta vez.

— Para ser una mascota, tienes un tono demasiado altanero. ¿Qué estás intentando compensar? — Dije claramente molesta. La sangre me hervía, ¿Este bicho estaba atrás de todo? ¿por qué estabamos encerrados? y ¿porqué teníamos que escuchar sus insportables monólogos?

No iba a dejarme amedrentar por un estúpido conejo.

 

Connor


Ambas mujeres parecían tener perspectivas un tanto diferentes a la hora de como proceder. De todas formas no me acerqué mucho más para poder dejarle espacio a la que se veía algo más tensa, pero me dirigí tanto a ella como a Skylar, dejándome llevar un poco por la energía un poco más relajada de esta última, formándose una sonrisa en mi rostro.



— Me alegra que no hayáis sufrido ningún contratiempo mayor, aunque si vosotras tampoco podéis acceder a vuestros recuerdos es difícil que sea una mera coincidencia...
Mi nombre es Connor , y fuera de eso no es que pueda recordar mucho más... Skylar, si dices que tienes la sensación de haber visto a alguien enmascarado puede que nos sirva de pista para intentar recordar luego. Puede que haya sido un simple sueño, pero si a todos nos tuvieron que hacer algún proceso para quitar nuestros recuerdos, que esa imagen haya perdurado en tu conciencia de alguna creo que le da cierta importancia —​

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El conejo detrás de la pantalla se jactó de la diferencia en nuestras situaciones actuales, parecía llevar consigo una personalidad cuánto menos retorcida... Desde su perspectiva todo esto era un juego que todavía no había empezado. Era probable que el peligro que estuve en la anterior sala hubiese sido solo una pequeña muestra, lo cuál era cuanto menos desalentador...
<<Confía en el proceso>>
Me lo repetí a mi mismo por dentro, si esto era una prueba podría superarla. No dejaría que nadie aquí se convierta en una víctima, caer en la paranoia o el pánico solo sería caer en la trampa de quien este detrás de todo esto. Crucé mis brazos y observe al resto de las puertas que tenían un letrero de [Ocupado] , sabía que las salas eran insonorizadas, así que más que esperar y confiar en las personas que estuvieran detrás no había nada que podríamos hacer...​

— Si está dispuesto a esperar a que todos *estemos presentes* antes que el tiempo de la sala se acabe diría que tienes bastantes expectativas sobre nuestras habilidades, o esa sala de prueba no sea tan letal...
Si somos 9 personas en total, significa que faltamos 5 personas. Viendo que quedan solo 3 puertas con cartel [Ocupado] , diría que en las salas probablemente haya otras 2 parejas de 2 personas, y una persona por su cuenta. Eso haría que el número de salas con parejas y personas que hayan estado solas sea equivalente también, y explicaría porque mi brazalete dice [SOLO]. Skylar, Blyke ¿Qué dice el vuestro? —

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Skylar cerró los ojos, con una sonrisa entre apenada y resignada.

—Eres un hueso duro de roer, ¿eh...? —Soltó una risilla ante el comentario de la castaña. Cuando terminó de atarse el último zapato se irguió como un resorte, volviéndose al conejo tras la pantalla con naturalidad—. Oye, ¿tenemos tecitos por aquí para amenizar la espera?

El conejo enarcó una ceja, sin dejar de mecerse en su hamaca.

—¿Te crees que estás en unas vacaciones con pensión completa?

—Pues ahora que lo dices... —Se llevó una mano al mentón, reflexiva. Era evidente que se había sumado al carro de enojar a su anfitrión—. Diría que sí. ¿Sabes dónde está mi equipaje?

Mientras el supuesto anfitrión lidiaba con Blick y Skylar, tratando de conservar la calma como medianamente podía (pista: no era muy bueno con eso), Connor trató de ser la voz de la razón una vez más. Su voz se alzó en mitad de la verborrea del conejo, analizando su situación y la de las puertas restantes.

Skylar se miró el reloj cuando este le preguntó por lo que ponía en él.

—El mío dice Blue pair... Y desperté en una habitación con alguien más —Se rascó las raíces del cabello, con su cabeza echando humo—. Encaja con tu teoría, ¿no?

En ese momento, mientras debatían sobre los relojes, los involucrados y el conmovedor seminario acerca del número nueve que había dado Blick, otra habitación cambió su estado a Libre. Instantes después, lo hizo otra más, dejando solo una más bloqueada. De la primera salieron una mujer y un joven; de la última, un hombre y un niño, todos con reacciones muy distintas entre sí.

La mujer, de rubio cabello y porte elegante, repasó la amplia sala y a sus presentes con ojo crítico. Parecía igual de desorientada que todos, pero sabía guardarse bien sus emociones tras aquel aspecto firme. Quizás, para no mostrar indicio alguno de vulnerabilidad. Su mirada se posó finalmente en la pantalla donde se encontraba aquel extraño conejo.

—Disculpad. ¿Alguno podría decirnos dónde estamos? —La parte inferior de su cuerpo también se encontraba empapada, al igual que la de su acompañante, así que podían suponer que todos habían sufrido el mismo destino—. ¿También os habéis visto involucrados en una extraña prueba en la sala?

—Por el charco que estamos dejando todos en el suelo, todo parece indicar que sí —Aquel hombre, de aspecto cansado y mirada desinteresada caminó hacia el resto de los presentes. Se detuvo a medio camino, volviéndose a ver al tímido niño que había salido de la habitación detrás de él—. Este chavalín dio con la combinación correcta de unas bolas de colores y nos sacó de ahí. Eres bastante listo para ser tan enano, ¿huh?

Para sorpresa de los cuatro nuevos integrantes, una voz más provino desde la pantalla del fondo de la sala. Ese conejo de decoración... ¿Les estaba hablando?

—¡Ahí estáis! Empezaba a pensar que estaríais ya flotando en la sala y tendría que buscarme nuevos integrantes. Que, teniendo en cuenta cómo está el mundo hoy día... Iba a ser difícil —Dio un sorbito a su coco, recuperando la tranquilidad antes de que el dúo dinámico se la arrebatase con sus ocurrencias. ¿El mundo ahí fuera? ¿Qué quería decir con un mensaje tan... críptico?—. Ya solo falta una tardona restante y podremos empezar. Ahhhh, me muero de ganas de ver vuestras caritas cuando todo comience. Va a ser A-LU-CI-NAN-TE~.

Su voz cantarina y sus risas estruendosas llenaron la sala. La puerta restante seguía teniendo un cartel de Ocupado... La persona que estaba dentro, ¿estaría bien?

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Rider Gigi Blanche

 

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Yeah, si es tan importante que estemos todos, apuesto a que en ningún momento estuvimos en peligro real. Probablemente el conducto por el que salía el agua estaba conectado a un vaso comunicante que al igualar sus niveles dejaría de expulsar agua, impidiendo que el nivel del agua en la habitación subiera más allá de lo planeado por el diseñador; en otras palabras, el agua nunca iba a pasarnos del cuello o así.

Algunos de nuestros compañeros se están tardando, por lo que quizás podamos comprobar esta teoría con sus testimonios. O quizás están muertos. Ambos resultados me valen.



Mi reloj, aquí lo podéis ver, dice Blue Solo. Imagino que si Skylar tienes el Blue Pair, tu amiga también tiene lo mismo.



Parece que tenemos que hacer un trío, señoritas. No lo digo yo, son las reglas del juego. Ya estáis mojadas, así que iremos más rápido.



En ese momento 4 nuevos participantes entraron en la sala



A ver, vosotros, que soy racista, mostradme vuestros colores.
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Momo

Me quedé cerca de Skylar mientras ella contestaba todas las preguntas de Connor sin reparo alguno. Su calma me hacía cuestionar si tenía algo más que aire en el cerebro o es que había algo de lo que no me daba cuenta. De cualquier forma, el pelinegro no pareció molestarse con mi hostilidad. Como adivino, predijo las dos parejas que segundos después salieron de sus respectivos cúbiculos.

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Mi cuerpo se movió mas rápido que mi mente y su cara quedó a milímetros de ser desfigurada. Quién era este degenerado y cómo podia hacer un comentario así en la situación en la que estábamos. Ganas de partirle la nariz no me faltaron, pero desvíe mi patada a último segundo porque no estaba segura a que tipo de enemigo me estaba enfrentando. Alcé la guardia, lista para un enfrentamiento si es que hacía falta.

— Deberías cerrar esa boca antes de que acierte — lo amenacé

Me sentía extrañamente protectora de Skylar y de alguna forma, sentía que era en la única que podía confiar.

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anyways quería usar un gif de momo uwuwuw. Gracias vader por bendecirnos con tus posts.

 

"Stan" Marsh

Tras solo tres intentos había conseguido dar con la combinación correcta, si antes de todo esto no tenía colores favoritos ahora definitivamente los tenía, habíamos tenido muchísima suerte. La puerta se abrió lentamente y yo solo me limité a mirar al señor de reojo, realmente lo habíamos conseguido, esto...¿se había terminado? ¿Podíamos irnos?

No, por supuesto que no.

Aquel hombre salió primero de la sala y yo le seguí de cerca, no era la salida, simplemente era la entrada a una sala mucho más grande. Poco a poco lo asimilé y decidí soltar un poco de aire para tranquilizarme, fue en ese momento cuando la humedad que había en mis piernas producto del agua comenzó a sentirse, ¿era yo o ahí hacía bastante frío? De cualquier mono no había mucho que pudiera hacer, simplemente esperar a que se secara.

Mi momento de tranquilidad fue efímero, pues tras salir pudo observar un problema aun peor que estar encerrado con un desconocido: Estar encerrado con múltiples desconocidos. Por puro instinto me pegué un poco más al sujeto castaño con el que había estado, más vale malo conocido que bueno por conocer, supongo. Una de las mujeres ahí presentes hizo la pregunta del millón, donde se suponía que estábamos, pero para mi desgracia, parecía que nadie lo sabía a ciencia cierta, el señor contestó, afirmando que nosotros también había tenido que lidiar con los pruebas de la habitación antes de que el agua nos engullera vivos. Antes de siquiera poder hacer más preguntas una voz salió de uno de los monitores en sala, era un...¿conejo? ¿el estado actual del mundo? ¿¡RACISMO?! ¡¿ESA CHICA ACABA DE TRATAR DE PATEARLE LA CARA AL RACISTA?!

Eso debía ser, esto es una pesadilla, no había otra explicación.

Me alejé un poco de la vista de todos, aun si era un sueño, no agradaba la idea de tanto adulto mirándome. Arremangué mi abrigo, revelando alguno de los moretones y cicatriz que, para variar, no recordaba cuando o como me los había hecho, pero eso no importaba, todo terminaría al despertar. Me pellizque con toda la fuerza que pude, hasta el punto de que un lagrima se escapó de mi ojo derecho. Nada, no importaba cuanto apretase; no estaba soñando. En ese momento realmente me entraron ganas de llorar. ¿Quien haría algo como esto? ¿Que es lo que querían de nosotros? Rogaba porque me dejaran irme a casa pero ni siquiera era capaz de recordar si tenía casa.

Me incorporé desanimado al notar que los demás estaban hablando en voz alta, yo me acerqué nuevamente al señor castaño, secándome las lagrimas de la manera más disimulada que me fue posible. Las otras personas que habían salido comenzaron a intercambiar la única información con la que contábamos, que era lo que indicaban aquellos aparatos unidos a nuestras muñecas.

Yo no me atrevía a expresar palabra alguna, simplemente me limité a alzar mi muñeca y mostrarles: Red Pair...

 

Connor


Blyke por momentos demostraba unos dotes de deducción lógica sólidos, era sin dudas una persona bastante inteligente. Y aún así su falta de escrúpulos era cuanto menos chocante. Pensé en llamarle la atención, pero la chica de cabellos castaños reaccionó al instante para marcarle un límite. Por mi parte coloqué mi mano sobre su hombro de Blyke para desviar su atención y evitar que el ambiente se ponga más hostil.

— Blyke, le ruego que tenga algo más de consideración en lo que dice, no deberíamos molestarnos entre nosotros o dar lugar a confusiones. Por el momento si queremos saber más de nuestra situación actual, no nos queda de otra que seguir esta clase de <Prueba> que han preparado para nosotros, cooperando podremos superar lo que se avecine —

Dirigí mi mirada a las dos parejas de personas que habían ingresado recientemente. En primer lugar, una mujer algo inquisitiva que trató de asesorar la situación, acompañado de un chico que aparentaba estar bastante tranquilo, que optó por confrontar directamente al conejo.
Por otro lado, un hombre mayor junto a un... niño. Mi interior se estremeció al saber que quien sea responsable de esto era capaz de traer a un niño a participar en contra de su voluntad en algo de este estilo. Por su expresión estaba intentando hacerse el fuerte, pero el rastro de lágrimas en su cara delataba el terror que estaba padeciendo ahora mismo... no dejaría que esta clase de juego le lastime aún más. El señor aparentemente había dejado que el niño resuelva parte de la sala, y por como se aferraba a él parecía haberse ganado algo de su confianza... ¿Quizás habría dejado que el niño participe para salir de allí como una forma de ocupar su mente? Por como lo había dicho su intención parecía ser animarle, por lo que todo parecía indicar que podía ser una buena persona.


— Disculpadnos por esta primera impresión. Es como decís, todos nosotros acabamos de salir hace poco tiempo de salas similares de las que tuvimos que encontrar una combinación para salir. Ninguno puede recordar nada previo a despertar, parece que quien sea que esté detrás de la pantalla ha preparado algo para nosotros. Le ha llamado un "juego" — Como pude traté de controlar un poco el ambiente que había en la sala poniendo en contexto a los recién llegados, no era que tuviese bastante información, pero confirmarles que nuestra situación era la misma ya era un primer paso. Luego, procedí a levantar una de las mangas de mi traje, revelando al resto lo que decía mi brazalete.

— Mi nombre es Connor , y la inscripción de mi brazalete es [Green Solo] . Al inicio pensé que tendría alguna relevancia en la sala anterior para poder salir, pero dado que todos tenemos uno puede que sea un indicador de otro tipo. Si confiamos en lo que nos han dicho, solo faltaría una persona más que se encuentra detrás de la sala con cartel de [Ocupado]. Dado los colores que tiene el resto de presentes, es probable que sea [Red Solo] ya que sería color que falta para complementar el Red Pair.
Aunque nos haya secuestrado y actúe algo amenazante, el hecho de que esté esperando a todos indica que nos tiene en estima para poder empezar. Si busca que estemos todos reunidos, trabajar en conjunto puede ser una de las claves para superar lo que sea que nos espere —​

 

Momo

La adrenalina me recorría el cuerpo, tal vez mis emociones eran intensificadas dada la situación, pero no podía importarme menos. Estaba lista para pelear y salir de aquí cueste lo que cueste.

Connor apareció detrás de Blick antes de que pudiese escalar el conflicto. Ganas no me faltaban de hacerle tragar sus propias palabras, un movimiento erróneo y mi puño se estamparia en su cara sin dudarlo.

Baje la guardia pero no mi atención, el chico tenía razón, no tenía que desviarme del asunto. Desconociamos la identidad del responsable de este retorcido juego y nuestra única pista era ese insoportable conejo.

Vi detenidamente a los nuevos llegados y noté al pequeño niño que se escondía detrás del hombre que acababa de llegar. No debía tener más de 10 años y ¿Estaba llorando?...

La impresión hizo que se me olvide el enfrentamiento, el alma se me fue al piso. Todo esto era real, la gente de aquí era de carne y hueso, no era un sueño, ni un juego. Había un psicópata secuestrándonos y no pensaba tener tregua con nadie, ni siquiera con los niños.

Caminé lentamente hacia donde se encontraba el pequeño, deteniéndome a un par de metros y bajando hasta su altura. Intenté verlo a los ojos, tarea difícil porque había encontrado escondite detrás de ese hombre enorme que lo acompañaba.

— Ey — Moví mi mano en forma de saludo — ¿Cómo te llamas?

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WE MUST PROTECC THE CHILD

 

"Stan" Marsh

No se me daba bien guardar la compostura, después de todo, había demasiadas preguntas e inquietudes en mi cabeza: ¿Qué era este sitio? ¿Por que estábamos aquí? ¿Quiénes eran estas personas? Lo único que podía pensar era en tomar la mano del señor castaño para aliviar el miedo que me carcomía, pero no podía, no tenía el valor para hacerlo; fue entonces cuando caí en cuenta que ni siquiera sabía su nombre, a duras penas recordaba el mío.

Luego del incidente de la casi ejecución del hombre de los ojos particulares por parte de la chica de suéter rosa, otro señor de cabello negro salió detrás de él, mucho más sereno y amable, casi hasta refinado, lo cual era confuso por decir lo menos, no parecían haber salido de la misma cámara, ¿estaba abogando por él? Quizás lo único que intentaba hacer era evitar era que las cosas escalaran a algo peor, si sus suposiciones eran correctas y estábamos en una especie de juego mórbido la colaboración sería vital para saber que esta pasando y como salir de ahí. Pero ¿Cómo podría colaborar entre nosotros? ¿Cómo podríamos confiar? No sabíamos si alguno de nosotros tendría intenciones ocultas, unos no las ocultaban de plano, como el señor de los ojos particulares. No teníamos mucha información los unos de los otros, más allá de un par de nombres y nuestros brazaletes. Pares y solos. Azul, verde y rojo.

Otro señor con acento exótico trataba de llamar la atención de...¿Lupin? ¿Ese era el nombre del conejo? Lo dudaba. Quizás solo era una manera de referirse a él en otro idioma.

Por fin todos se calmaron y yo poco a poco fui capaz de controlar mi respiración, cuando pude ver de reojo que la chica del suéter rosa caminaba hacia nuestra dirección, por instinto di un par de pasitos hacía atrás, algo asustado e inquieta, al notar esto la chica se detuvo a unos cuantos metros de distancia. Pase mis manos por mi cara tratando de limpiar cual residuo lagrimal que hubiese quedado en mis ojos, pero fue en vano, parecía ser que ella se había dado cuenta de que lloré un poco. Con pasos algo apresurados me coloqué detrás del señor castaño, no sabía cuales eran sus intenciones, pero ella se limitó a ponerse en cuclillas y tratar de hablar conmigo con un gesto amigable, aun me sentía un poco asustado, era más que obvio que era muchísimo más fuerte de lo que aparentaba, aunque eso daba igual, no es como si tuviera alguna oportunidad de defender contra cualquiera de los que se encontraban en aquel lugar.

—S-S-Stanley —contesté desviando la mirada al piso mientras mi voz se quebraba—. M-Mi nombre es Stanley, o al menos eso es lo poco que recuerdo...

 

Momo

Noté el pánico del niño en cuanto me acerqué, una espinita se clavó aún mas profundo en mi corazón. Tanta desesperación, tanta desconfianza, no solo parecía desorientado, era como un cachorro intentando con todas sus fuerzas sobrevivir a un mundo para el cuál todavía no estaba preparado. Nunca debería haber terminado en esta situación, ¿Quién falló en protegerlo? ¿Tuvo alguna vez alguien que lo quiso?

Qué era querer de todas formas. Sé que tuve una madre, no puede ser de otra forma, pero mi memoria no me deja ni siquiera ver su rostro. No tengo idea de donde vengo, a penas y se quién soy.

— Ey, ey, está bien — le dije intentando tranquilizarlo. Quise estirar la mano, pero después de mi exhibición de artes marciales que hice seguro no quería estar ni a 10 metros de mí. — Perdóname, no quería asustarte... Me puedes llamar Momo. Es un gusto conocerte.

Incliné un poco la cabeza y le sonreí. No tenía las mejores habilidades sociales, pero si lo ayudaba a calmarse, aunque sea un poco, habrá valido la pena.

 

Skylar parpadeó, tomada por sorpresa por cómo habían escalado las cosas en un simple segundo. Su intención era ignorar el comentario de Blick y seguir con sus cosas, pero lo que no pudo ignorar fue el despliegue de habilidad de la castaña. Soltó un silbido de admiración desde atrás, aguantándose las ganas de ir y pedirle que le enseñase a hacer eso. Hasta ella sabía que no era el momento adecuado. Definitivamente su compañera era una caja de sorpresas.

La otra mujer, cuya primera pregunta no fue respondida por desconocimiento general, se aproximó al grupo tras la pequeña revuelta. Su aspecto serio y su actitud desapegada la volvían alguien indescifrable en apariencia, y aún así pareció sentirse en la necesidad de colaborar para evitar más incidentes. Le dirigió una mirada significativa a Momo, colocándose entre ambos, y negó suavemente la cabeza hacia ella. "No merece la pena". Connor posó en ese mismo momento una mano en el hombro de Blick, ayudando con sus palabras a calmar el ambiente. Olivia agradeció su don con las palabras, pues a ella se le dificultaba en esas situaciones encontrar las adecuadas.

—Si vas a convivir con nosotros, el tiempo que estemos obligados a hacerlo —Se dirigió entonces hacia el rubio, endureciendo su expresión—, espero que al menos sepas tratar con mujeres. No te lo repetiré dos veces.

Se volvió hacia la pantalla, de brazos cruzados, y aguardó a que la pregunta de su compañero de habitación fuera respondida por... aquel extraño conejo. Momo se dirigió hacia Stan, quien había encontrado refugio en la espalda del hombre con el que había despertado en la sala. Hunter, que no era muy ducho con los niños y se le notaba, no se había apartado de su lado en cualquier caso. A pesar de su aparente desidia, estaba teniendo consideración con las emociones del pequeñajo, con el simple hecho de dejarle ser.

Cuando Momo se presentó, miró de soslayo al niño hacer lo propio, intrigado en cierta medida. Stanley, ¿eh? Suponía que guardaría esa información en algún lugar de su mente. Por lo que se veía, espacio tenía de sobra ahora.

—¿Eres de esos a los que les gusta que le llamen con algún mote? —cuestionó, por decir algo. Colocó una mano sobre su cabeza, palmeándola con evidentes signos de no saber lo que estaba haciendo. A los niños les gustaba esas movidas, o algo así—. Puedes llamarme Hunter, por cierto. Es posible que ambos seamos la Red pair —Mostró su reloj con desgano hacia los demás. Suspiró, escuchando la voz del conejo de fondo—. Si esto es un juego más, no tiene ni puta gracia.

En ese momento, finalmente, la última sala cambió su estado a Libre. Todos se volvieron hacia la mujer que salía de la sala, desorientada como muchos, y se unía al resto del grupo sin saber muy bien dónde estaba. El conejo, quien había estado replicando aquí y allá, dio un salto en su hamaca y se volvió felizmente hacia los demás.

—¡Ya estamos todos! Es hora. ES HORA.

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—Después de este despliegue de estupidez humana, quizás vaya siendo hora de ir entrando en materia. Franky hizo una pregunta muy oportuna que estaré encantado de responder. Porque, por si no lo habéis notado, ADORO hablar sobre mí —El conejo se llevó las patitas a la cintura, inflando el pecho con orgullo—. Postraos y alabad a vuestro anfitrión, pues son pocos los que tienen el privilegio de estar ante el grandioso, el magnánimo...

>>¡Zerooooo THE THIRD!

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La sala se quedó en silencio por un instante. Zero entendió que les había dejado sin palabras, lo cual le infló aún más el ego si era siquiera posible.

—Lo sé, lo sé. Suelo provocar ese efecto en la gente. Pero no estamos aquí para hablar enteramente de mí (una desgracia), si no que tenemos algo más importante entre manos. O más bien, en las muñecas —Zero alzó su patita, fingiendo que tenía un reloj también colgado de su muñeca—. Tal y como muchos estáis sospechando, esos relojes son parte de un juego mucho más grande que la aburrida sala de la que habéis salido. Eso no era más que una prueba, un tutorial, como quien dice. No es NADA comparado con lo que tengo preparado para vosotros, HAHAHA.

—¿Podrías dejar de dar rodeos y explicar nuestras condiciones? —Olivia alzó su voz, llamando indudablemente la atención de Zero III. Se mantuvo impasible en todo momento, yendo directa al grano—. Es evidente que estamos secuestrados. ¿Qué es lo que deseas de nosotros?

—Si nos vas a pedir un rescate, seguro que yo estoy más pelado que la mierda —Hunter soltó una risa nasal, irónica. No recordaba nada, pero algo le decía que eso podría ser cierto—. Así que buena suerte con eso.

—El dinero no es lo que me interesa. Eso sería taaaaan aburrido —Se acercó mucho más a la cámara, en un ángulo casi imposible, y bajó su tono unas octavas—. Lo que yo quiero es algo mucho más grande. Mucho más relevante.

>>¡Quiero que paguéis por vuestros pecados! ¡TOOODOS vosotros, uno por uno!

¿Pe... Pecados? El ambiente se tornó enrarecido con tan solo esas palabras. La duda, la incertidumbre y la sospecha les atravesó como dagas, dejando a muchos clavados en el lugar. En mitad de la consternación generalizada, Zero señaló al niño, cambiando su registro de voz una vez más a una más aburrida.

—Oye, tú, Stanby. Si has dejado de mojar los pantalones, ¿serías tan amable de repetirnos lo que dice tu reloj?

Hunter frunció el ceño, e instintivamente apartó aún más al niño de su vista.

—Red Pair. Creo que lo sabes de sobra.

—Creí que no te gustaban los niños, Hunt Solo —se mofó la criatura, entretenida con la escena—. Mejor así. Será todo mucho más divertido más tarde.

>>Pero no es el color lo que me interesa. ¿Qué número aparece en la pantalla?

Ahora que se fijaban... Había un 3 del mismo color que su reloj. Fue Olivia quien apuntó esto, haciendo que Zero continuase hablando.

>>¡Eeeeexacto! Si queréis salir de aquí con vida, ¡podéis hacerlo! ¡TODOS toditos! Aquí nadie quiere que salgáis heridos, naaaah —Zero dio un salto, enfatizando sus palabras—. Tan solo tenéis que conseguir nueve puntos en total, y podréis abrir la puerta que os llevará a casa. ¡Tan sencillo como eso!

—¿Te refieres a esa puerta? —Skylar apuntó a la única puerta que les quedaba por abrir.

El conejo parpadeó. Ah, cierto. Su mundo aún era muy pequeño para poder visualizar la verdadera puerta. Con una risotada, pulsó un botón, y la puerta que les separaba de su supuesta libertad... se abrió. Mostrando una realidad que les dejó clavados en el lugar.

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Allá donde posasen la vista... solo había agua. Peces, corales; la única luz que reflejaba el exterior era artificial, y provenía de aquel extraño lugar en el que se encontraban. Desconocían la profundidad en la que estaban, pero a juzgar por las vistas... parecía ser bastante amplia.

Al final del túnel, una valla cerraba el paso hacia unas escaleras, y otra puerta, con un número nueve pintado en rojo en ella, era todo lo que les recibió. Otro monitor más se encontraba allí, y fue en él donde Zero III les esperaba.

Su odiosa risa vibró a medida que cruzaban el lugar, para ir a su encuentro.

—Bienvenidos al proyecto Proteus... Un resort ubicado en las profundidades, solo para vosotros.