Pasillo (Tercera planta)

Tema en 'Tercera planta' iniciado por Yugen, 9 Abril 2020.

  1.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

    Piscis
    Miembro desde:
    1 Abril 2019
    Mensajes:
    7,862
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Kou 3.png

    No diría que el paisaje me había calmado, pero al menos me había permitido encauzar mis pensamientos. Había mitigado el ruido excesivo con sutileza y precisión, la suficiente para ahorrarme la consciencia del proceso. Convertido en una frecuencia neutra, quizá, se hundió bajo el piso y guardó silencio. Era aquello que algunos consideraban una cualidad noble y otros, un defecto. ¿En verdad era tan malo escindirse de lo que nos hacía daño? Nos permitía funcionar con normalidad.

    Tal vez demasiada.

    Perdí pista del pasillo, de la gente que discurría y todo aquello que me rodeaba, lo hice hasta que alguien se detuvo a mi lado. Por mi posición lo que noté primero fue su uniforme femenino; y, al girar el rostro, vinieron las puntas celestes y rosadas acariciándole los hombros. Sonreí incluso antes de escucharla, el gesto cargó una mezcla indefinida de emociones y regresé la vista a la ventana sin alcanzar sus ojos en ningún momento.

    —Según recuerdo, mi clase está justo ahí —contesté, en un tono de voz sereno e inmutable, y exhalé—. El aire sienta bien, está más agradable que ayer.


    bebita ;;
     
    • Fangirl Fangirl x 1
  2.  
    Bruno TDF

    Bruno TDF Usuario VIP

    Libra
    Miembro desde:
    9 Octubre 2012
    Mensajes:
    5,865
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    [​IMG]

    La broma del bombillo de LED me sacó una risita que sonó algo adormecida. Lo más justo sería decir que Jez era como una estrella: pequeña, blanca y brillante, además de que ella se esforzaba por ser una suerte de guía para quien lo necesitase. Mira que me habría encantado retrucarle con esta apreciación, pero debí concentrarme en retener un bostezo detrás de mis labios cerrados, tras lo cual vino mi pedido de que me ayudara a levantarme de la silla.

    No es que necesitara ayuda realmente, pues tenía una pequeña reserva de energía en mis músculos a pesar del sueño; la necesaria para sobrellevar el resto del día… Creo. El punto es que, simplemente, quise sentir la suavidad de las manos de Jez, y que me diera el abrazote y el besito de rutina que tan bien me hacían al corazón. Mi lucecita accedió, me colocó de pie y pronto estábamos pegaditas, envolviéndonos entre nuestros brazos. En lo que duró esto, descansé el mentón en uno de sus hombros y cerré los ojos, mientras le acariciaba la espalda con cariño.

    Luego vino mi parte favorita: el besito que depositó en mi mejilla mientras me tomaba el rostro.

    Me dio una dosis de energía extra.

    No llegué siquiera a hacer el amague de devolverle el besito, pues Jez se separó para transmitirme un mensaje que provenía, nada y nada menos, que del mismísimo Cay. Que se refiriera a mi leoncito estiró mi sonrisa sin que me diera cuenta. Jez pellizcó suavemente el cuello de la chaqueta, diciéndome que el chico me permitía quedarme con la prenda todo el tiempo que quisiera, lo cual hizo que mis ojitos se iluminaran por un instante.

    —Ah, es una buena ocasión para que te cuente una pequeña historia —respondí a su pregunta, entre divertida y enternecida—. Resulta que…

    Pero me distraje con un sonidito cercano, el de nudillos dando contra los pupitres cercanos. Al girarme, con los movimientos y sentidos aún adormecidos, me encontré casi de frente con el chico tatuado de mi salón, el que tenía pelito rubio. Ah, ¿cómo era que se llamaba? Había prestado atención al pase de lista en su momento. A… Anata… No… ¿Jimmy? No, Shimi. ¡Shimizu! Tenía la memoria algo embotada por la resaca. Cuestión que el dichoso Shimi dedicó a Jez una sonrisa que me recordó mucho a las que esbozaba Ryuu-kun: burlona, pero no necesariamente desagradable. Yo también le sonreí, dormida y curiosa, al notar que me repasaba con la vista.

    Lo que me dijo no lo entendí muy bien. Aunque, de haber estado más despierta... seguro tampoco hubiese sospechado las implicancias ocultas de sus palabras.

    No dije nada, pues porque el muchachote no nos dio tiempo, así que simplemente le dediqué un pequeño saludo con la mano antes de verlo desaparecer por el pasillo. Aunque eso de “conejitas”… Era el segundo que me llamaba así, el primero fue Ryuu-kun. Honestamente, estos dos serían perfectos amigos… si es que no lo eran ya.

    Jez tomó mis manos, recuperando mi atención. Afiancé el agarre mientras me decía que quería almorzar conmigo, lo que me hizo sonreír aún más y asentir con visible entusiasmo. Antes de responderle, liberé una de mis manos para acomodarle un mechón de cabello detrás de su oreja, lo hice suavemente, y con el pulgar le hice una leve caricia en la mejilla.

    —¿Vamos al dojo de nuevo? —sugerí— Allí estaremos tranquilitas y será un lugar más o menos privado para explicarte lo de la chaqueta —me reí bajito—. Ah, y espera, que me faltó darte mi besito.

    Afiancé ligeramente la mano en su mejilla y planté mis labios en la contraria. Me separé al cabo de uno o dos segunditos y, tras dedicarle una sonrisa amorosa, busqué entre mis cosas el bento que me había preparado mi hermana, e invité a Jez a salir al pasillo.

    Una vez que estuvimos allí, no pude evitar las ganas de preguntarle algo. Me detuve, giré sobre mis talones y la miré.

    —¿Qué opinas? —le pregunté; tomé la tela de chaqueta que caía a la altura de mis piernas y la estiré, como si estuviese luciendo un vestido— ¿Qué tal me queda? ¿Me veo linda?
     
    • Adorable Adorable x 1
  3.  
    Amane

    Amane Equipo administrativo Comentarista destacado bed chem stan

    Piscis
    Miembro desde:
    10 Julio 2013
    Mensajes:
    16,470
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora

    Riamu 5.png

    Parecía que había pillado a Kou bastante pensativo, aunque su atención no tardó ni dos segundos en centrarse en mí una vez me sintió a su lado. No llegó a mirarme a los ojos a pesar de haber girado la cabeza en mi dirección, pero sí que fui capaz de ver su sonrisa y mis labios, casi de manera instintiva, se curvaron al imitar su gesto. Aproveché que volvió a centrar su mirada en el exterior de la ventana para repasar su perfil con la vista, sin poder evitar que todo el semblante se me suavizara al hacerlo. ¿No era un poco tonto que le hubiera pillado tanto cariño de la nada...?

    —¡No me digas! Mi clase también está justo ahí. ¿Será que el destino quiso hacernos vecinos...? —divagué, echando una vistazo rápido al techo antes de volver a mirarlo con una sonrisa animada.

    Me giré por completo en un gesto bastante amplio, pues en el movimiento me coloqué a su lado frente a la ventana. Como todo en el Sakura, los ventanales no eran precisamente pequeños y ambos teníamos espacio de sobra para mirar; aun así, no tuve ningún reparo a la hora de invadir su espacio, apretándome un par de segundos contra él para fingir que estaba intentando hacerme espacio en un lugar apretujado. Mantuve la mirada en el exterior durante un segundo de nada, antes de levantar la mano que se me había quedado libre para colocarla sobre su frente, frunciendo el ceño con evidente confusión en su dirección.

    >>¿Acaso tienes fiebre, Kouchii? —cuestioné, acercándome a su rostro para poder inspeccionarlo a consciencia—. Si te encuentras mal, deberías descansar en la enfermería...
     
    • Adorable Adorable x 1
  4.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

    Piscis
    Miembro desde:
    1 Abril 2019
    Mensajes:
    7,862
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Kou 3.png

    Su comentario me vino un poco en gracia y debatí conmigo mismo si debía amoldarme a su liviandad como siempre hacía o podía concederme el capricho de no ceder. Por lo general me resultaba sencillo adaptarme, no se traducía a un notorio gasto de energía, pero ahora... Suspiré, no fue muy pesado, y lo clasifiqué en la línea del capricho.

    —Si creyera en el destino y lo dejara a cargo, tal vez me metería en menos líos —reflexioné al aire—. Pero siempre quiero... ganar. Siempre quiero anticiparme a los demás. Una cosa así es bastante arrogante, ¿no crees, Ri-chan?

    Busqué sus ojos al pedir su opinión directamente, lo hice por primera vez y con una sonrisa muy ligera en los labios. Al girar el rostro noté que detrás de Riamu pasaban las nuevas amigas de Kakeru y me doblé un poco más, echándole un vistazo a las escalinatas que daban a la azotea. Había permanecido aquí como un necio o un perro guardián, ni yo lo sabía, el caso era que el pobre infeliz seguía ahí arriba, solo y probablemente quemándose las ideas con el sol. La ironía del asunto era bastante amarga y me quiso dar algo de gracia. El niño sí parecía tener mucha mala suerte.

    Igual se las veía tan a gusto, ¿para qué arruinarles el receso?

    Me forcé a salir de ahí y, cuando Riamu arrimó su cuerpo al mío, regresé la atención a ella. La estaba mirando en el momento que alzó la mano y la deslizó bajo el cabello que me caía sobre la frente, como si... ¿comprobara mi temperatura? Me quedé quieto, a la expectativa de qué tontería se le ocurriría ahora, y efectivamente se inventó que andaba enfermo. Sonreí.

    —¿Sabes una cosa? No recuerdo la última vez que me enfermé —le conté, sin alzar la voz—. Mi cuerpo es como... super resistente. No sé el último resfrío, ni hablar la última fiebre que tuve.

    Y me detuve ahí, pues los vómitos los recordaba con claridad.

    —¿Tú, Ri-chan? ¿Cuándo fue la última vez que te enfermaste?
     
    • Fangirl Fangirl x 1
  5.  
    Amane

    Amane Equipo administrativo Comentarista destacado bed chem stan

    Piscis
    Miembro desde:
    10 Julio 2013
    Mensajes:
    16,470
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Riamu 5.png

    No pude evitar fruncir un poco el ceño al recibir la respuesta de Ko a mi intento de ligoteo desvergonzado, no porque me molestaba de alguna manera que no me siguiera el rollo, si no porque más bien me preocupaba; recordaba perfectamente su opinión sobre el destino o la reacción que había tenido cuando le empecé a hablar de astrología. La confusión abandonó rápidamente mi rostro, de todos modos, y recibí su mirada con la atención que merecía; incluso si, a decir verdad, gran parte de la preocupación seguía presente en mi cuerpo.

    —¿Te acuerdas lo que me dijiste la primera vez que fuimos al club? —pregunté en voz algo baja, dirigiendo la vista hacia el exterior tras haberle aguantado la mirada en silencio durante unos segundos—. Que no creías en el destino y por eso te esforzabas todos los días, porque autocompadecerse sería una pesadilla. Ser ambicioso y querer adelantarte a los demás para ganar siempre es lo que te hace ser el Kou que tanto me gusta. ¿Te hace eso arrogante? Bueno... supongo que bastante, sí —contesté junto a una sonrisilla divertida, mirándole de reojo solo al decir aquello último—. Pero también te hace un persona que sabe lo que quiere y que está dispuesta a asumir ciertas consecuencias con tal de conseguir su objetivo. A mí eso también me parece bastante valiente —giré la cabeza para dedicarle una nueva sonrisa, sincera, y me incliné apenas para dejarle un beso sobre la mejilla—. Y, ¿sabes? De vez en cuando podrías aprovechar que tienes una amiga tan maravillosa como yo y pedirle consejo, que igual también puedo evitar que te metas en líos...

    No me había enterado de nada de lo que había pasado a mi espalda, aunque la realidad era que no me importaba en lo más mínimo. Lo que sí me importaba era asegurarme de que Kou estuviera bien, y por ello hubo una cuota de genuina preocupación cuando busqué tomarle la fiebre, incluso si mayormente lo pinté como una broma más. Él me dejó hacer, claro, aunque justo después me dijo que ni siquiera recordaba la última vez que se había puesto enfermo; me reí un poco y dejé caer la cabeza sobre su hombro.

    >>¡Qué envidia, Kouchii! Yo estas últimas navidades. Fuimos a esquiar y pillé un resfriado nada más salir a la nieve... —confesé, dejando salir otra risilla de nada—. Thi y yo íbamos a almorzar en el patio, ¿quieres venir?
     
    • Ganador Ganador x 1
  6.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

    Piscis
    Miembro desde:
    1 Abril 2019
    Mensajes:
    7,862
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Kou 3.png

    La atención que Riamu me correspondió, pese a su silencio, no se sintió incómoda o pesada, tampoco me devané los sesos intentando comprender su significado. Fue un instante claro y sereno donde la luz bañaba sus facciones y pensé, como una irrupción involuntaria en medio del desastre, que de hecho me parecía muy bonita. Que sus ojos ya me habían mirado así incontables veces y tal vez existiera de antes, sólo que hasta ahora lo notaba. No, sentía era la palabra. Un instante claro y sereno.

    Un momento de... conexión.

    Cuando desvió la vista al paisaje parpadeé y permanecí en su perfil. Honestamente ni yo recordaba con claridad haberle hablado del destino antes, pero sus memorias parcharon las mías y esbocé una sonrisa resignada. Me pregunté, quizá por primera vez, qué clase de Kou existía a sus ojos. Me había empeñado en ser este muchacho soberbio y estirado que disfrutaba consintiéndola, de gustos refinados y límites estrictos. Le preparaba regalos ostentosos, la llevaba en citas que la sorprendieran. La desvestía y besaba de pies a cabeza. Pero ¿ese era yo? ¿O sólo el fragmento que había seleccionado para ella?

    ¿Le hablaría algún día de cuando asfixié a un niño de trece años? ¿De cuando acosé a la novia de mi mejor amigo, o cuando envié al hospital a uno de sus amigos? ¿Le hablaría del miedo que sentí la primera vez que vomité y ardió de verdad? ¿Cuando alguien murió frente a mis ojos y no sentí nada en absoluto? O cuando estuve a un pelo de perder a mi mejor amigo, a mi hermano.

    Y de repente nada tuvo sentido.

    Le presté una atención estúpida y se me ocurrió pensar que no era un consuelo vacío, que no pretendía hacer oídos sordos y disimular mis defectos. Quizá no le hubiese dicho toda la verdad pero tampoco le había mentido nunca. Valiente. La idea me hizo sonreír con cierta incredulidad, no me atreví a restarle crédito y la miré, detallé su propia sonrisa. Recibí el beso en la mejilla con calma, parpadeé y regresé a sus ojos apenas se me permitió. La última tontería que soltó me relajó el semblante, ligeramente divertido.

    —¿Dices que la gran Ri-chan me prestará su inmensa sabiduría? —bromeé, sin intenciones de burlarme de ella.

    Luego me tomó la fiebre, se acomodó en mi hombro y me contó de su viaje a la nieve. El peso de su cabeza fue en cierta forma reconfortante, exhalé lentamente y el paisaje, si se quiere, se dibujó un poco más luminoso a mis ojos. Giré el rostro, presioné los labios entre su cabello y me quedé allí un par de segundos.

    —¿Estabas desabrigada? —arriesgué, y al recibir su invitación asentí con la cabeza—. No tengo mucha hambre, pero puedo hacerles compañía.

    No tenía sentido que me quedara clavado aquí, no resolvería ni prevendría nada. Como tantas otras veces en la vida, ya había hecho mi jugada y ahora sólo podía esperar.
     
    • Ganador Ganador x 1
Cargando...
Similar Threads - Pasillo (Tercera planta)
  1. Yugen
    Respuestas:
    138
    Vistas:
    4,615
  2. Yugen
    Respuestas:
    38
    Vistas:
    1,494
  3. Yugen
    Respuestas:
    17
    Vistas:
    1,464

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso