Reino de Fayar Ayra, el lucero de Fayar

Kalef negó con la cabeza, con suma calma y serenidad.

—... no pasará. Me he asegurado. Puede tener todos los poderes morfománticos que quiera, no logrará salir de la jaula en la que la llevaremos. Pero, de todas formas, me subestimas si piensas que no he previsto qué hacer en caso de que algo terrible pase. En el hipotético e improbable caso de que algo salga mal, tranquila, porque lo tengo todo perfectamente pensado. Pero es mejor que no sepas nada. Porque mi plan B es una apuesta muy arriesgada, y cuanta menos gente lo sepa, mejor; así tendré más posibilidades de que funcione.

¿Qué demonios tramaba ahora el príncipe? Desde luego, le encantaba ser enigmático. Pero eso generaba también una incertidumbre terrible en los demás. Porque si no compartía sus "planes maestros", todo quedaba en sus manos, única y exclusivamente. Y sin duda, sus hombres confiaban plenamente en él; no era como si fuese una persona en la que no se podía confiar en ese sentido, pero, aun así...

—Bien. ¿Algo más? ¿O podemos partir ya...?

>> Marcharse
>> Preguntar: ¿Viene Mark con nosotros?
Ambas opciones van a dar exactamente el mismo resultado, así que coge la que quieras. Es solo para hacer la transición y que no se me acumule mucho texto.

 

Kalef suspiró ante la pregunta de Roxy.

—... bueno, Mark tuvo una pequeña incidencia, y en teoría debería estar recuperándose aún. No sé si recuerdas lo que pasó con él, pero...

Alzó los ojos entonces, mirando detrás de ella.

—Bueno, que te lo diga él.

Al girarse, allí lo vio. Sonriente, orgulloso como siempre. Extendió los brazos a ambos lados, o más bien... más bien...

Un momento. ¿Eso que tenía era...?

Contenido oculto

—¿Qué pasa, nena? ¿Me echabas de menos, guapa?

Ah, Mark siempre igual, ¿eh? Bueno, igual salvo por... un detalle que era imposible no ver. Ahora, Mark no tenía brazo izquierdo. En su lugar, tenía un brazo de madera falso, muy realista, sí, pero rígido y claramente falso. El brazo falso le llegaba desde el codo, por lo que tenía aún movilidad casi completa, pero los dedos de esa mano... no iban a moverse mucho.

Mark, sin embargo, con su clásica sonrisa socarrona, miró a Roxy y luego a su brazo nuevo. Y el muy idiota hizo un gesto para sacar músculo.

—Qué, ¿eh? ¿Te mola? Ahora tengo mis músculos mucho más duros, ¡como si fuesen madera maciza! —y guiñó un ojo—. Voy a ser vuestro escolta, príncipe y princesa míos. ¡No temáis!

Sí que estaba subidito, ¿no?

—... no sé si es buena idea, después de lo de tu brazo, Mark —confesó Kalef—. Que te haya encontrado esa prótesis no quiere decir que estés recuperado. Aún no te manejas bien...

Pero él le interrumpió, frunciendo el ceño.

—¡Que no me importa lo que digas, Kalef! ¡Voy a ir, estoy harto de tumbarme en la cama ya, joder! —sus ojos... irradiaban entusiasmo, ganas y, en cierto modo, rabia—. He podido perder medio brazo, ¡pero he ganado fuerza! ¡A ver quién me tose ahora!

—Bueno —Kalef se encogió de hombros—. Lo que tú digas, entonces. Confío en que serás de ayuda, o, al menos, no serás demasiado estorbo.

>> Bien, equipo: partiremos de inmediato. Saldremos fuerza, nos prepararemos debidamente, y... nos marcharemos. No tardéis mucho, eso sí, ¿queréis?

Kalef, así, caminó, saliendo de la sala. Y Mark, sonriente, asintió mirando a Roxy.

—Bueno, muñeca, ¿vamos?

>> Hazle caso a Kalef en el campo de combate, ¿eh? Él no pelea, pero aunque no lo parezca, sabe un huevo de estrategias militares. ¡No te arrepentirás! Ah, claro, y... espero que me hayas echado de menos. ¿Contenta de volver a verme~?

Desde luego, habría perdido el brazo, pero no el descaro. Eso le sobraba, ¿eh? Casi parecía... con más energía que antes. El tipo no lo mostraría, pero el evento con Thorna y la pérdida de su brazo debió haber sido algo duro para él. Con todo, acabó aceptándolo, y ahí estaba: dispuesto a seguir adelante. Seguramente tragándose todo el dolor y la angustia que sintiese para poner una buena cara, y...

... y de paso ligar un poco, claro.

¡Kalef se une al grupo como Navi!
¡Mark regresa al grupo! ¡Mark tiene nuevas habilidades!


Puedes comprar lo que desees; habrá nuevos productos en las tiendas. Sin embargo, no dispondrás de encargos nuevos aún y tampoco podrás hacer otros que faltasen, de haberlos. Además, una vez salgas de la ciudad no podrás volver a ninguna ciudad en un tiempo, ¡piensa bien cómo aprovisionarte!

 

Obtienes: Pastelito de nata con nueces


Tras las pertinentes compras, Kalef puso brazos en jarra.

—Bien. Entonces, ¿nos marchamos? Ya creo que hemos comprado demasiado. Ir a la pastelería sobrab-

—¡Oh, esho shi que no te lo pedmito, Kadef! —con su única mano operativa, Mark engullía algunos pastelitos que estaba comiendo, porque por supuesto, se gastó parte del poco dinero que tenía en comprar varios en la pastelería. Tragó y luego miró a Kalef—. ¡De hecho, deberías haber probado los pastelitos de Pequeño Bribón! ¡Mejor que cualquier pastelería pija de la zona alta!

—... prefiero lo amargo, gracias.

Con la boca llena de nata y chocolate, Mark lo miró incrédulo.

—Así estás.

Y, en fin, los tres se encaminaron al exterior de la ciudad. Su destino era el Port-

—¡Eh! ¡Eh, eh, eh, EH! ¡Kupopóooo!

Contenido oculto

Ah. No podía ser verdad. Kalef le miró desde arriba cuando llegó correteando a lo lejos, y Mark lo observó anonadado. Fue el segundo el que lo reconoció.

—Ah, ¡p-pero... este es el moguri de...!

—¡Ah, kupó! ¡¡Marido uno!! ¡Pero bueno, bueno, kupó! Cuanto tiempo sin ver a Tilkin, ¡seguro que lo echabas de menos! Y, ¿quién es este, Roxybonito? ¿¡Otro kupomarido!? ¡N-No ganas para bodas, kupó! ¡Marido tres!

—Eh, ¿cómo que tres...? —preguntó Mark, algo molesto al descubrir que había un "dos".

—¿Cómo que "Roxybonito"...? —se preguntó Kalef, sin entender nada. Sus ojos amarillentos, sin embargo, escrutaban al moguri, analíticos, observando cada detalle. Al final, le habló—. Hmm, Tilkin, ¿no? Yo soy Kalef, encantado. ¿Conoces a estos dos, por lo que deduzco?

Tilkin asintió, acercándose a Roxy y alzando su tubería.

—¡Kupopó! Así es, Kalefencantado. ¡Roxy y yo hemos vivido grandes aventuras, kupó! ¡Es una gran esbirra! No conozco mucho a Marido uno, sin embargo, ¡pero el dos era muy gracioso, aunque casi no hablaba! Kupopó...

—... ah, ahora entiendo lo de Roxybonito —miró Kalef a Roxy, en silencio. Luego miró a Tilkin. Y, finalmente, habló—. Oye, pequeño. Si te interesa, puedes venir con nosotros. Te ves como un buen luchador... seguro que eres de ayuda. Siempre y cuando tengas algo de tiempo. ¿Eres mercader? Veo mercancía ahí... te la compro toda si nos ayudas, ¿qué dices?

—¿¡Kupoquédequé!? —Tilkin saltó en el sitio, emocionado. Miró a Roxy—. ¡R-Roxybonito, este marido me gusta para ti, kupó! ¡Quédate con él! ¡Mucho mejor que los otros dos!

Kalef se retiró el pelo del rostro, con cierto gesto de soberbia, mirando a Mark. Y salió a andar, con Tilkin caminando alegre a su lado. Mark, desde lejos, apretó los dientes.

—¡¡Eh!! ¿¡A qué viene esa miradita, "Kalefencantado"!?


Tilkin vuelve al grupo.
Debes avanzar por el mapamundi, hacia el portón del sur.

 

Jazz tenía algo pendiente en Ayra, y por eso se paseó por las calles en busca de un "viejo conocido". Con todo, por el camino, escuchó alguna cosa interesante: a su paso por el barrio alto, un tipo adinerado parecía estar contando rumores que Jazz cazó al vuelo: ¿un herrero prodigioso, residiendo en pleno volcán al oeste? Bah, seguro que eran fantasías de un señor rico... ¿verdad?

Nuevo secreto añadido al primer post.

Jazz se reencontró con el traficante después de mucho tiempo, trayéndole esta vez lo que pidió: su dinero y las tres esencias de Ochú. En el mundo por el que se movía Jazz, uno aprendía a no hacer demasiadas preguntas y saber cuándo y con quién hacer negocios... y aquel tipo no necesitaba que le hiciesen demasiadas preguntas, desde luego. Lo del negocio ya era cuestión de ver el producto final.

—Ah, fantástico, ¡al final me has traído lo que pedí! Ha pasado mucho tiempo, muchacho. Reconozco que pensaba que jamás regresarías. Pero aquí estás —el tipo tomó el dinero y, sobre todo, las esencias, con mucho mimo. Y miró a ambos lados antes de tomar de entre las mantas frente a las que se sentaba una en particular. Aunque estaba envuelto en mantas, al comprobarlo, Jazz pudo ver lo que el tipo le prometió: un fusil alargado, con tres miras a distintas altitudes. No demasiado potente en sí mismo, pero posiblemente con un gran potencial si se aprendía a usarlo, pues esa preciosidad podría disparar a una velocidad vertiginosa con tres cañones, sin duda—. Je, espero que aproveches esa preciosidad, muchacho. No se fabrican más como ese. No en vano es ilegal.

>> En fin, gracias por el trato. Aquí termina nuestra relación de negocios, me temo. ¿... o no? —el hombre rio con cierta sorna, y se frotó el mentón—. Sabes, tenemos un... prototipo de otra arma que te interesará. Un rifle con una mira que permite disparar desde bien lejos, otra arma de fuego ilegal por su potencia: Galahad, lo llaman, y créeme, si lo que quieres es disparar sin que te vean a cientos de metros, con esta arma podrás hacerlo. El problema es que, como digo, solo tenemos un prototipo. Si pudiésemos llegar a replicarlo, podría darte un modelo... pero para eso me temo que necesitamos materiales muy especiales. Y ahí entras tú. ¿Qué me dices? ¿Colaboras conmigo, o no?

>> Necesitaré cenizas y carcasas de bom, pero no solo eso; sería muy fácil si así fuese, ¿verdad? Hay una pólvora llamada "Pólvora letal", que se dice que se encuentra en las entrañas de un bom gigante que vive en algún lugar árido de Garladia. Por supuesto, yo jamás entraría en ese sitio infestado, pero quién sabe. Quizá tú sí te atrevas. O te las apañes para conseguir la pólvora... el cómo lo hagas, a mí, no me importa. Pero si quieres el Galahad, te interesa ayudarme. Je, je, je...


Misión completada. Obtienes el fusil único "Lancelot".
Nueva misión activada (disponible en los encargos)


***

Resultados de engatusar:
—Samir, rica revolucionaria: 300 guiles
—Jared, simpatizante de la resistencia: 100 guiles + Cuerno de alraune x2
—Norbert, oficial de Elérea: 300 guiles
—Temán, niño pobre: Éter x3 + Poción x3
—Vagabundo sin nombre: Piel de Mu + Piel de sapo + Piel de serpiente

 

Void

Nuestra siguiente parada fue al parecer la capital de Fayar, Ayra, y no sabía en qué estado podría estar después de todo el lío político que había sucedido con tantas muertes y robos de tronos. Sacudí mi cabeza un par de veces, tratando de no pensar en lo ocurrido en Sahgwa, y me di un paseo por la ciudad. No tenía ningún motivo para estar aquí, ni tampoco sabía que podía hablar con estas personas; al fin y al cabo, venir a Fayar nunca fue mi objetivo, era un paso previo que estaba durando demasiado. Justo como Claire decía, debíamos darnos prisa.

Aunque... en su caso, ¿cuál era la motivación para su prisa? Se había estado comportando más extraño de lo habitual últimamente, y siempre que pensaba en las implicaciones de los poderes de Claire y su objetivo me quedaba mal el cuerpo. ¿Ella tendría su propio objetivo para ir a Garladia?

Esperaba que no.

Contenido oculto

Comprar:
Uso de posada (80)
Leche de garula x1 (30)
Nueces x1 (40)
Café de Ayra x1 (50)
Cacao intenso x1 (65)
=265
Síntesis:
Bizcocho + Leche de garula + Café de Ayra + Manzana
Bizcocho + Leche de garula + Cacao intenso + nueces

-Amira, vieja vidente
>> Preguntar: 90%
- Samir, rica revolucionaria
>> Preguntar: 60%

 

Obtienes información sobre debilidades y resistencias de flanes y entes de fuego y de rayo. Los no registrados se dejan en el primer post de este tema.

Cocina:
- Tiramisú de manzana (Calidad: 2/3) (Bizcocho + Leche de garula + Café de Ayra + Manzana) (+2 Defensa, +2 Defensa mágica y +3 Velocidad para todo el grupo por dos batallas. Dos usos)
- Bizcocho de cacao y nueces (Calidad: 3/3) (Bizcocho + Leche de garula + Chocolate intenso + Nueces) (+15 PM máximos para tres batallas. Tres usos)

 

Evan

Habiendo pedido indicaciones en el portón frontera, conseguí llegar esta vez a Ayra, la ciudad que era la capital real de Fayar antes de que fuese conquistada, y que ahora probablemente había recobrado algo antes de eso. No sabía si iba a toparme por aquí a Jazz y compañía, o si debía haber ido a Sahgwa, pero aquella ciudad no me traía buenos recuerdos, por lo que prefería evitarla en la medida de lo posible.

Tampoco quería destacar mucho, en todo caso. Aunque no usase mi máscara, seguía siendo un niño con ojos de diferente color, y aún podían haber soldados que me reconociesen por ello. Tenía que mantener un perfil bajo.

 

El nuevo Rey de Fayar

Después de la emotiva reunión familiar, el grupo no pudo sino darse cuenta de que pasear por las calles de Ayra se sentía... distinto. Fauna era la única que no había estado por allí nunca, y miraba a su alrededor impresionada; pero los demás también tenían razones para sorprenderse, sin duda. La áurea, así, comentó:

Contenido oculto

—V-Vaya. Es increíble. Se respira una... energía muy buena aquí. Hay mucho movimiento, mucha vida.

Y era cierto. Ayra nunca fue una ciudad precisamente callada, desde luego, pero no tenía la explosión de vida que había en aquel entonces. Gente caminaba por todas partes, conversaba entre ellos con tranquilidad, caminaban de un lado a otro, había muchos más puestos y mercados, y... de alguna forma, se sentía una menor segregación. Si por algo se recordaban las grandes ciudades de Fayar era por ser más humildes y, pese a la grandeza innegable de su arquitectura, unas calles menos pulidas y que transmitían una sensación de mayor modestia. Y, con todo, precisamente por esa sensación general era mucho más brusco el enorme salto que unas minorías daban en calidad y forma de vida. La nobleza fayense destacaba por encima de las clases bajas mucho más de lo que lo hacían otras comunidades, sin duda.

Y cuando Fauna dijo aquella frase... era porque algo, desde luego, cambió en Ayra:

—Me recuerda un poco... a Theia. La sensación es similar.

Theia, la ciudad más igualitaria de toda Ilumbra. Y ahora, ¿la capital fayense recordaba a esta? Pero, ¿qué había pasado?

—¡Historipó, historipó, kupopó!

El pequeño moguri, como tantos otros mercantes, trataba de llamar la atención de los transeúntes. Y, en este caso, logró captar la de la áurea. Al ver que ella se acercaba, no dudó en empezar a hablar, contento.


—¡Kupopó! ¡La gran Ayra rebosa de energía y resplandece con luz propia, kupó! Después de la tensión con los eleanos, ¡los fayenses lograron recomponerse y se autoproclamó el nuevo Reino Democrático de Fayar, kupó! —¿reino "democrático"? Eso sonaba un poco... incongruente—. Kupó, ¡se pasó mal por estos lares, kupó! Pero las tensiones políticas acabaron, y con ellas, ¡se habla de que una nueva era ha llegado, kupó! El nuevo Rey Marcus ha comenzado la remodelación de la ciudad, no de sus calles, ¡sino de sus gentes, kupó! Con el poco tiempo al poder, la unión entre los fayenses se nota cada vez más fuerte, y los barrios bajos empiezan a crecer, poco a poco. ¡La prosperidad económica es sin igual en estos tiempos de bonanza, kupó! Ahora, la ciudad es conocida como "el lucero de Fayar", kupó. Sí, sí, kupó... ¡brillante como pocas! Y ya sabéis, amigos, kupó. ¡Cualquier cosa que queráis averiguar, con vuestro amigo historipó habréis de hablar~!

Caray. Así que... el "Rey Marcus" era el principal promotor de todo eso, ¿eh? Quién lo diría. Las cosas... parecían irle bien.

—... Marcus... ¿ese no es el tal Mark, el amigo vuestro? —preguntó Fauna, curiosa—. Así que es cierto que... es el nuevo Rey de Fayar.

Vaya, vaya... qué tiempo hacía que no veía Roxy a su viejo amigo Mark, y cuánto ha cambiado todo, ¿eh? ¿Cómo estaría él, personalmente? La ciudad, desde luego, estaba divinamente (y algo le decía que el Pequeño Bribón ahora sería una pastelería de renombre, probablemente); pero faltaba verlo en persona. Se sabía el camino a palacio, después de todo; tanto por la puerta grande como por alcantarillas, que esa no se la olvidaba.

Quizá debería hacerle una visita~.

El tema de Ayra y el nombre de la ciudad ha cambiado
Para progresar y comenzar de forma efectiva el evento, debéis rolear que acudís a audiencia con el Rey en Palacio.

Nivel recomendado: 57
Duración: Larga

 

Los guardias ante la puerta del Palacio se miraron entre sí. Rápidamente, uno de ellos analizó a Roxy de arriba abajo, y luego miró a Evan, Jazz y Fauna. Con pulso firme, sin inmutarse, el guardia alzó la lanza y la cruzó ante su pecho, y el compañero hizo lo mismo, de forma que las puntas de las mismas se cruzaron entre ambos.

—... no aceptamos audiencias así, sin más. El Rey está muy ocupado. Cuando tengamos tiempo, dirigiremos un mensaje al Consejo para que valoren su visita, y ya se les acordará una visita en debido momento, cuando sea posible... si es posible.

Ugh. Qué pretencioso sonaba todo aquello. Y frustrante. ¿Acaso ahora tenían que esperar una semana a que a su alteza siquiera le llegase el mensaje? Menuda mierda de burocracia, de repente.

Sin embargo, pronto se oyeron unas voces, y los guardias se apartaron al escuchar los pasos aproximarse, desde el interior del edificio hasta fuera. Dos hombres pasaron por allí entonces, con ropajes formales, caminando con cierta parsimonia. Uno de ellos era viejo, de rostro arrugado, y caminaba con un bastón. El otro, manos en los bolsillos de su chaqueta, caminaba con absoluta tranquilidad a su lado, su mirada oscura y sibilina mirando a todos lados menos al hombre mayor con el que hablaba.

—... es quizá la única solución —decía el más joven—. Las medidas del Rey son todo lo buenas que quieras, pero elevar la calidad de vida de los ciudadanos implica necesidad de alimento, y eso implica que necesitamos tierras fértiles. Es un hecho.

—Sigo oponiéndome, Hashim —dijo el anciano—. Yo y todos... no es eso lo que queremos; debe haber más soluciones, ¿no crees? Explotar debidamente la jungla puede-

—Bah —dijo el otro, interrumpiendo por completo a su compañero, y acelerando el ritmo, dejándolo atrás. Pasó junto a los guardias, y solo se detuvo al encontrarse de frente con Roxy y los demás. Los miró bien, por unos segundos. Era un tipo alto, bastante... y se sentía que les miraba desde arriba en más de un sentido.

Contenido oculto

No dijo nada más. No les dirigió palabra. Simplemente, pasó de largo, y poco después le siguió el anciano, suspirando, caminando en una dirección opuesta. Los guardias, pronto, cruzaron las lanzas de nuevo.

... parecía que no iban a tener suerte para poder ver a Mark. Y también parecía que había alguna que otra tormenta en el paraíso, ¿eh? Sin tener mucho más remedio, Fauna suspiró, y dijo:

—Bueno. Tendremos que esperar para verlo, parece no haber más remedio. Podemos detenernos en la posada un par de días, si queréis, o...

Pero como si aquello fuese una señal, escucharon una voz, un grito de desahogo, provenir del interior del Palacio, algo que alarmó brevemente incluso a los impasibles guardias. Una voz imposible de olvidar, especialmente cuando decía cosas como... como las que estaba diciendo, claro.

—¡¡Aaaaaagh!! La madre que lo parió, joder. Menudo puto dolor de muelas. Tché.

Los pasos se acercaron, y, de nuevo, los guardias se echaron a los lados. El que había gritado pasó en ese momento junto a ambos, y los miró, saludando con un movimiento de cabeza a cada uno. Luego, de pronto, se topó de bruces con el grupo, y... este sí que no pasó de largo. Aunque de forma similar, quedó helado al verles. Particularmente, al ver a Roxy.

Estaba algo cambiado; un peinado y unas ropas un poquito más decentes, elegantes, casi. Pero ni con esas se quitaba la pinta de macarra.

Ahí estaba, sí. El oh, gran Rey Marcus, en persona.

Contenido oculto

—... ¿huh? ¿R-R-Roxy? —acto seguido, se giró a mirar a uno de los guardias, y le habló en susurros, pero no lo suficientemente bajo como para que no pudiesen oírle—. Me cago en la puta, Connor, ¿qué hace la señorita y sus compañeros en la puerta? ¿Qué hacen que no están dentro?

—N-No sé, señor, el protocolo...

—El protocolo está para casos generales, joder, ¿te parece que esta mujer es un caso general?

Fingiendo normalidad, se giró sobre sí mismo, y miró a Roxy de nuevo, frotándose los ojos de forma algo cómica. Su sonrisa de coqueteo constante regresó a sus labios, y dijo, de forma algo irónica:

—¡Pero bueno, Rox! Menuda sorpresa. Ya me hacía a la idea de que no te volvería a ver... veo que vienes acompañada... —miró a Evan, a Fauna, y a Jazz. Deteniéndose en este último—. Eeh —fue todo lo que dijo por saludo al hombre, agitando la cabeza. Pero luego sonrió—. Allá donde la veo, no andas lejos, ¿eh? No te culpo, amigo.

>> Acompañadme, por favor. Vamos a tener nuestra "audiencia" donde se merece.

—¿Preparamos la sala de reuniones, seño-? —dijo uno de los guardias, siendo interrumpido por Mark, que alzó la mano.

—Nah. Me sé de un sitio mil veces mejor, ni te preocupes, Conny.

***

Momentos después, estaban sentados en una mesita normal en una pastelería normal del barrio marginal, que, pese a no ser ahora tan marginal, no dejaba de ser un lugar que quizá sonaba muy humilde para un "Rey". Pero sin embargo, sonaba como el sitio ideal para "Mark".

Hablábamos, claro, de El Pequeño Bribón. La mejor pastelería de toda Ayra... según Mark, claro. Mientras se apretaba un buen bollo de nata, el Rey intentó poner al día al grupo de todo lo que había pasado en su ausencia de Fayar.

Había constituido un "Reino Democrático", que por absurdo que parezca, parecía tener incluso su sentido. Mark fue nombrado líder por la mayoría de los fayenses con autoridad, después del evento en el que salvó a Fayar de la tiranía que amenazaba con establecer Kalef. Así, el linaje de la familia real se vio interrumpido después de muchísimos años, y con ello, se abrió la oportunidad de reformular todo. La invasión eleana había concluido, y con ello, se pudo volver a la independencia.

Mark decidió entonces que no era justo que se estableciese otro linaje real en el que la sangre decidiese quién era el líder, por lo que estableció unas elecciones entre gente representativa de cada estrato de cada ciudad, escogiendo cada uno a un Consejero. Las decisiones, así, se tomaban por votación entre el Rey y los Consejeros, en el Palacio de Ayra. Y así, Mark intentó, con la ayuda de su consejo, reconstruir Fayar para que poco a poco lograse la gloria que una vez tuvo, antes de ser invadida por los fayenses. Y parecía, al menos en Ayra que... lo iba consiguiendo.

—Aún quedan muchas cosas por hacer —dijo Mark, mientras daba un bocado más su bollito de nata—, y quiero intentar establecer un proceso algo más decente de elecciones y todo eso. No quiero ser el rey hasta que me muera, ¿sabes? No quiero estar ahí bien viejo sentando el culo en el trono. Prefiero sentarlo aquí, la verdad.

Suspiró, echándose hacia atrás.

—... justo antes de que vinieseis habíamos tenido una reunión en el Consejo. Las cosas son un poco más complicadas de lo que parece... aunque se vea todo muy bonito en Ayra y en Fayar, temo que lo bonito sea solo temporal. Tenemos problemas de suministro de alimentos. Al intentar redistribuir los recursos para que las zonas marginales recuperen algo de estabilidad y puedan crecer en condiciones, nos encontramos con que tenemos más gente que alimentar, y Fayar no es precisamente el paraíso de la abundancia. Cultivar es difícil, muchos de los monstruos que podemos cazar no son comestibles o son demasiado peligrosos como para plantearnos rutas serias de caza, en fin. Problemas problemas, problemas.

Dio un leve golpe en la mesa, y chasqueó la lengua.

—Y ese cabrón de Hashim no para con su estúpida idea. Menos mal que nadie le da bola. Pero siento que si no encontramos otra solución pronto, empezarán a simpatizar más otros miembros del consejo... en fin —zarandeó la cabeza, tratando de despejar esas ideas, y sonrió mirando a los cuatro—. Bueno, y, ¿qué os contáis vosotros? ¿Qué pasó después de que os fueseis de Sahgwa? Contadme un poco, hombre.

 

—Joder —exclamó Mark cuando Roxy empezó a hacer el resumen de sus andanzas, mirándola fijamente mientras hablaba, con rostro incrédulo y las comisuras de los labios manchadas de nata—, sí que habéis tenido unas aventuras moviditas, la hostia. Así que de todo eso del pájaro y el barco conocisteis a esta chica, ¿no?

—Fauna —comentó ella, sujetando su capucha.

—Eso, eso. Barcos que vuelan, niñas que resultan ser ángeles y se convierten en pájaros... ¡parece que os estéis quedando conmigo! Y sospecho que estéis metiendo alguna que otra trola —musitó, señalando a Roxy con un dedo, en gesto algo bromista—, porque eso de que visteis a Galio no me lo creo, ¡el tipo está bien muerto!

Sí, quizá le era difícil a su amigo de la infancia aceptar lo que Galio parecía haber terminado siendo... una especie de no-muerto controlado por quién sabe qué. No se creyó las palabras de Roxy, o quizás simplemente no quiso creerlas, quién sabe. La cuestión era que se detuvo, tras la explicación de la chica, con un largo suspiro en un comentario que esta hizo al inicio. Y dijo, algo exasperado:

—... sobre lo de los recursos y lo de Hashim, bueno. Él está empeñado en que deberíamos lanzar un ataque a Elérea ahora que parece debilitada, y conquistar parte de su terreno sur para Fayar. Allí las tierras son mucho más fértiles, con el Leviatán pasando por todo el continente, así que cree que es la única manera de reabastecernos. Y dice que después de tanto tiempo sometidos a Elérea, es un "trato justo" que hagamos lo mismo solo con una pequeña parte.

Negó con la cabeza, cruzando los brazos sobre la mesa.

—Y yo no he matado a Kalef para que ahora me quieran meter a otra guerra, ¿sabes? Se acabó, joder, tenemos independencia, ¡pues mostremos independencia! ... pero es lo que digo. El problema de los recursos es real, y no tenemos grandes soluciones a la vista, solo propuestas que pueden salir bien o no. Y lo veo ahora mismo un poco... negativo, todo. La gente está muy quemada.

Mark parecía estar teniendo su primera crisis de monarca, ¿eh? Y mira por dónde, en qué buen momento llegaban ellos.

>> ¿Cuáles son las alternativas?

Contenido oculto

No es que haya muchas opciones, lo pongo solo como guía para la respuesta (?)