Villa Cruce

Tema en 'Región de Gérie' iniciado por MrJake, 14 Junio 2020.

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    Gigavehl

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    Givan Velren

    Una vez de vuelta a Cruce, solté un pesado suspiro mientras alzaba la mirada al cielo, sin dejar de caminar después de verificar que no habrían obstáculos con el cual me tropezara o chocara con alguien. Seguí hundido en mis pensamientos mientras intentaba entender las cosas. ¿Genuinamente era un egoísta? No podía negar que no sabía quedarme callado, pero... Ser egoísta no me parecía, digo, aplasté el gimnasio de Arthur con justa razón, Sherlock y Génesis hacían lo suyo, tenía todas las de ganar y tampoco hice relucir algo, con Shea más de lo mismo, fue un desafío y conseguí superarlo. Que tampoco había sido algo nefasto, había perdido y genuinamente aprendí del error.

    Bueno... Igual y daba lo mismo, ¿No? Había iniciado este viaje solo y seguiría así, en parte me era lo mejor, ya estaba mentalizado en ello.

    Llegué al Centro Pokémon donde guardé a Génesis y entregué los esféricos para que mi equipo se recuperara y con ello agradecí el servicio para dirigirme a una de las habitaciones y volví a sacar a Génesis ya una vez dentro.

    Miré al Lucario Gérie y decidí hablarle:
    —... Gen, sé que no hice lo correcto allá abajo, pero también me preocupa ya que no me dirijas la palabra de nada... Quiero decir, no hice bien, pero sabes que si quieres te puedo liberar, no tengo ningún problema, de verdad—. Dije, pero Génesis solo se me quedaba viendo... En frío silencio.
    >>Vamos, podemos hablar, sabes que sí. ¿Que ocurre? Tal vez y no soy claro y estoy malinterpretando las cosas, ¿Debería hacer algo más?

    Pero nuevamente... Nada...

    Aunque si podía destacar algo, era el hecho que esta vez el Lucario inclinó un poco la cabeza, como si estuviese confundido.
    ¿Confundido? ¿De qué?

    Esperé unos momentos así, en silencio... Pero seguía sin haber ni una sola palabra.

    Eso evidentemente incomodó a Génesis y yo solo pude suspirar de forma amplia y pesada, no pudiendo evitar deprimirme.
    —No quieres ser liberado, tampoco me dices nada... Hey, entiendo que te sientas fatal pero... También quiero arreglar las cosas, no es el modo. De verdad siento tanto lo que hice. ¡No sé qué me pasó! ¡En serio! Es... Es solo que... Arceus... Es tan complicado y repudio nunca saber cómo decirlo—. Dije para llevarme una mano al rostro, visiblemente presionado y tenso, incluso soltando una lágrima.

    ¿Porqué siempre me bloqueaba? Era tan estúpido esto...

    —Bueno, si, entiendo—. Dije después de otro silencio.
    >>Tal vez, aún no es el momento, aunque cierto es que me gustaría que se solventara cuanto antes. Sabes, las cosas ya no serán sencillas a partir de ahora. Y necesito centrarme más en esto, tan solo... Espero que todo sea un poco mejor ya—. Concluí para mirar algo desganado al Lucario quien seguía mirándome, aunque podía sentir un aura de incomodidad y preocupación, o tal vez era yo, ya no sabía.

    —Dormire un poco... ¿De acuerdo? Necesito descansar de tanta intensidad moral, a veces, tan solo quisiera olvidar estos malos tragos—. Dije visiblemente estresado, para acto seguido acostarme y más temprano que tarde, soltar un suspiro y dormir.

    Génesis solo se quedaba ahí, mirando, preocupado y hasta... Triste, pero parecía más por otra cosa que por mi estado, tal vez.

    Pronto, fue ahora él quien suspiró y... Como si estuviese resignado de alguna manera, acabó por sentarse cerca mío, sin dejar de clavarme la mirada encima, mientras dormía...
     
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    Reual Nathan Onyrian

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    Nikolah Cruz

    Decir que estaba perdido era tomarlo a la liviana. De verdad que no tenía ni idea a donde dirigirme, ni por donde empezar. Tampoco recordaba muy bien en donde me había quedado con todo el camino a la Liga y demás. ¿Cuántas medallas había recolectado ya? ¿Dos, tres? ¿Y a qué ciudad tenía que ir ahora? Por Arceus, solo habían pasado algunas semanas, ni que fueran meses o incluso años que no pisaba Gérie. ¿Tan perdido estaba? Me rasqué la cabeza, mientras me frenaba frente a un tablón de direcciones y anuncios, en el cual se podía encontrar también un mapa grandote de Gérie.

    Ya hacía varios minutos que estaba frente al mismo, intentando rastrear y dibujar rutas con el dedo, con mi frustración creciendo, cuando sentí como alguien saltaba sobre mi espalda y me abrazaba con fuerza. Aquella voz me tomó completamente por sorpresa, y pude sentir como una pequeña pero insistente sensación de agradable calor comenzaba a subirme desde el pecho hasta el rostro, en especial cuando su cabello me hizo cosquillas en la nuca. Se separó de mí y me sonrió, y mi corazón se saltó un latido cuando la volví a ver.

    Vaya, cuanto había extrañado aquella sonrisa. Se sentía como si hubieran sido años desde la última vez que la había visto.

    Abrí y cerré la boca durante unos segundos, tomado totalmente por sorpresa. Todas las sensaciones que el ver a Liza me causaban volvieron de golpe a mi cabeza, por lo que me encontraba algo mareado. Carraspeé, y logré sonreírle de vuelta, con un claro rubor en el rostro.

    — ¡Liza! —dije, mientras me abalanzaba sobre ella para yo darle un abrazo, y la levantaba del suelo y la estrujaba.— ¡Te extrañ...o verte aquí! Yo pensé lo mismo, que seguías en la Isla.

    La solté después de unos momentos, de manera algo reticente, mientras seguía sonriendo. Miré por encima del hombro y apunté hacia el tablón con la barbilla.

    — Intentaba orientarme de vuelta dentro de Gérie. No recuerdo donde tenía que retomar el camino de los gimnasios, ¡ni recuerdo cual fue el último que logré vencer! —me encogí de hombros.— Quería retomar el desafío. Nunca me enfrenté a uno, ni en Kalos, ni en Unova, ni en Galeia, así que pensé que sería un buen lugar para empezar. O al menos, para terminar. Además, extrañaba a mi equipo, la verdad. No congenié muy bien con el de la isla. Y la verdad, es que...

    Me rasqué la nuca, mirando incómodo a un costado. Me costaba un poco decir lo siguiente, en especial en frente de Liza. Me mordí un poco el labio, y luego chasquee con la lengua. Bueno, era Liza. No podía ocultarle mucho, ¿no?

    >> La verdad es que tampoco me siento como muy super cómodo con el resto. O sea, no son malos chicos, ni nada, pero de verdad tampoco estoy como... como super cómodo, como decía. Tal vez porque no me relacioné tanto con ellos en su momento, o porque de verdad no los conozco. Es decir, creo que no me sé el nombre de casi nadie. Converso poco y nada con ellos. Supongo que es el hecho de haber llegado tarde al grupo, ¿sabes? Y tampoco compartir mucho con ellos. Seamos sinceros, casi ni me crucé anteriormente con ninguno.

    Me callé y simplemente agité la cabeza. No tenía sentido seguir diciendo exactamente lo mismo. Inspiré, y de improviso, se me iluminó el rostro. Miré a Liza y sonreí.

    — Oye, hablando de eso. ¿Te... te... te importaría acompañarme? Sé que ya me acompañaste mucho, y que tal vez tengas tus cosas que hacer, y estés ocupada, y demás, pero... no sé, de verdad me vendría bien tener a alguien más. Estoy acostumbrado a viajar solo, obviamente, pero... supongo que comencé a disfrutar tener compañía —"tu compañía", quise agregar, pero salió como un susurro ininteligible. Le dediqué una sonrisa lastimera.— Además, bueno... necesito un aventón. Y una ayuda. Tú ya habías terminado todo el desafío, ¿no? ¿Quieres ayudarme a saber a donde nos tenemos que dirigir?

    La alegría que me invadió al ver que Liza aceptaba fue indescriptible. No mucho después nos encontrábamos remotando vuelo, a lomos de su Staraptor, rumbo a Villa Cruce, donde ella decía que sería el mejor lugar para retomar, debido a que estaba, bueno, en el cruce de varias rutas. Luego del viaje, me apeé del pokémon, y contemplé alrededor. Inspiré, llenándome los pulmones de ese olor a aventura que venía captando desde que surcamos el cielo de Gérie y dejamos atrás Nueva Puntera, y comencé a caminar...

    En el sentido totalmente contrario, de vuelta hacia Nueva Puntera.

    Ahí ta, tremendamente resumido el viaje para que lo rellenes de la forma que quieras (? Y también le indiques a Niko hacia donde diablos tiene que ir en realidad.
     
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    Hygge

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    Liza White

    A esas alturas era un crimen negar lo débil que era por este chico. Ya sonreía cuando se dio la vuelta para recibirme, pero ver cómo se le iluminaba la carita al reconocerme me la ensanchó en los labios. Solté un "¡Ah!" cuando sus brazos me interceptaron y dejé de sentir el suelo bajo mis pies, pero pronto me acostumbré a la inesperada muestra de afecto y le rodeé el cuello, con una risa de circunstancias vibrándome en el pecho.

    Me sentía super chiquita a su lado. Como una niña.

    Después del efusivo encuentro Niko me puso al día. Al parecer había regresado también de la isla con la intención de continuar el desafío de las marcas, pero estaba un... pelín perdido. "Es comprensible", pensé, mientras le escuchaba con atención. Yo había contado con la ventaja de tener a varios entrenadores conocidos realizando el desafío a la par que yo, y aunque no fuese expresamente viajando con ellos, no había forma en que no me los topase a lo largo del camino y me ayudasen a orientarme. Niko no tenía tantos contactos, pero al menos estaba el trío de Gérie y tenía también a Sonia para guiarle, ¿cierto?

    Separé los labios para decirle lo que pensaba, pero noté que había algo más que quería decirme, y decidí guardar silencio. Le tomó unos segundos, reculó y finalmente dejó salir todo lo que pensaba. Oh. Eso explicaba... bastantes cosas en realidad. Mi mirada se suavizó cuando sonrió con cierta vergüenza, y con ojillos de Lillipup degollado me hizo aquella propuesta.

    La emoción me embargó de súbito pero supe contenerme a tiempo. O algo así.

    —¡Claro que sí! —exclamé. El calor me subió al rostro al ser consciente de mi propia voz y modulé el tono rápidamente—. Quiero decir... me haría mucha ilusión. Siempre es nostálgico volver a recorrer antiguas rutas, y qué mejor que en buena compañía —Le guiñé uno de mis ojos, resuelta. Con un gesto de mi mano volví a liberar al pobre Zazú, que me dirigió una mirada de circunstancias que no se esforzó en contener. Uní mis palmas frente a mi rostro y cerré los ojos, suplicante—. Sé que dije que te dejaría descansar pero te pido solo un viaje más, lo prometo. Luego podrás hacer huelga todo lo que quieras. Te daré chuches.

    El ave soltó algo similar a un suspiro, y Niko y yo emprendimos así el inesperado vuelo hacia Villa Cruce, un poco a regañadientes.

    Una nueva aventura con Nikolah no era algo que hubiese esperado al regresar de aquellas mini-vacaciones con mi hermano. Era como buscar cobre y encontrar oro en su lugar. La idea me rozó la mente mientras el sol del medio día iluminaba su cabello dorado, pensando que era bastante precisa la metáfora.

    Hasta que noté que se alejaba en la dirección contraria y ahora la que suspiraba con resignación era yo.

    —Ven aquí —Sin dejarle margen a que se negase tomé su mano y tironeé de él, esta vez hacia la dirección correcta. En cierta medida nos habíamos acostumbrado a ir de la mano como si nada, y no era algo de lo que fuese a quejarme. Enarqué una ceja, divertida, mirándolo de reojo—. Lo primordial es que revises tu estuche con las medallas que tienes hasta ahora. Solo con ese dato sabremos hacia dónde dirigirnos. No me mires así. No lo habrás perdido, ¿verdad?

    Nikolah tardó un rato en rebuscar por todo su equipaje, hasta que encontró lo que buscaba. Asomé la cabeza, intrigada: llevaba 3 medallas en su poder. Eso significaba que su siguiente adversario sería...

    >>Perfecto, eso facilita nuestras cosas. Espero que tengas propina con la que pagar a tu guía, porque nuestro destino está algo lejos —Esperé a que terminase de alistar sus cosas y volví a tironearle, esta vez en dirección hacia la ruta 13—. Próxima parada... ¡La gran carretera!

    Reual Nathan Onyrian Ya volví a la rutina, así que no tardaré tanto, una disculpa igual bby <3
     
    Última edición: 10 Julio 2023
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