Tokorozawa Bosques de Totoro [Bosque]

Tema en 'Ciudad' iniciado por Gigi Blanche, 31 Enero 2023.

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    Bruno TDF

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    La pregunta de Fuji me hizo pensar un poco, motivo por el que llevé un índice a mis labios para elegir las palabras más adecuadas para contarle lo que tenía en mente. Si él necesitaba imaginárselo era porque, de seguro, también necesitaba distraerse un poco de la prueba, y yo deseaba serle de ayuda.

    —Algo suave —dije lo primero que se me ocurrió, con expresión concentrada—. Suave y dulce. Por ejemplo, un flan cubierto de caramelo o de lo que más te guste —sonreí en su dirección—. También puede ser algo caliente y crujiente, como una buena carne a las brasas. Pero que, como el flan, se deshaga en la boca —suspiré ante la sola visión de la carne humeante—. Te diría que cierres los ojos para que lo imagines, pero estamos en un bosque y no quiero que tropieces —contuve una risita. No me estaba burlando de él, es que de verdad me daría culpa si se lastimaba.

    La conversación me ayudaba un poco. Continuaba aferrada a él, notaba cómo la tela de su ropa se estiraba por la pequeña distancia que había entre ambos. Hasta que Fuji aminoró un poco su marcha. Para cuando me quise dar cuenta, estábamos yendo codo a codo. Parecía estar concentrado en lo que había enfrente pero no tardé en advertir que me ofrecía su mano.

    No me malentiendas, es que se me va a estirar la ropa si no —murmuró con una sonrisa.

    Volví a contener otra risa mientras dejaba escapar un ligero “¡Ups!”. Acto seguido llevé mis dedos hacia él y lo tomé de la mano, con delicadeza, pero también con seguridad. Copito abandonó por fin la cabeza del chico y regresó a mi hombro; ahora que estábamos así de cerca, no necesitaba seguir anidando entre los cabellos de Fuji.

    —Sí, así está mucho mejor —dije animada, mirando a los ojos de Fuji con una gran sonrisa. Su mano era muy cálida.

    Jez iba más adelante y nos miró, mencionando que Fuji al final terminaría cuidando a las lucecitas. Asentí con energía ante su comentario.

    —¿Verdad que es muy lindo? —dije en respuesta a Jez. Al hablar aferré más la mano de Fuji, debido a la ternura— No podemos ser menos, así vamos a cuidarlo nosotras también. Y Copito lo mismo.
     
    Última edición: 22 Junio 2023
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    Para decir verdad y para ser sincera no dije nada en todo lo que hablaron los demás, estaba demasiado pensativa así que solo escuche por encima lo que dijo Anna del spa cuando Jack lo propuso, pero lo que me tenia sumida en mis pensamientos era la conversación que Anna tuvo con los profesores, en eso note que ella apagaba el canal supongo que había sido para que pudiéramos hablar entre nosotros.

    Después de escuchar la voz de Jack, mire entre ellos, a Kohaku se lo miraba pensativo y Anna pues no sabia muy bien como expresar lo que miraba en su rostro, no alcance a mirar en rostro de Maze después de que hablara ya que la voz de Kohaku se escucho. Asenti cuando dijo que primero debíamos de calmarnos, y en parte era verdad por que me sentia aturdida.

    Entonces decidimos ponernos a pensar sobre el objeto después de la intervención de Maze, cosa que cuando tuvimos una opción Anna encendió el walkie y dijo: Kasa, al decir ese nombre la voz de una de las profesoras se escucho y dijo que el objeto no era el correcto, fruncí un poco el ceño antes de suspirar, si no era ese ¿cual podria ser?, no paso mucho hasta que volví a escuchar la voz de Jack.

    El empezó hablar y hasta que me pareció ver que ya tenia la respuesta y le dijo a Anna que le preguntara a la profesora si era Mino, note como obedeció y decidió arriesgarlo, cuando ya lo hubo hecho se volvió a escuchar la voz de la profesora nos había felicitado contenta, después de que hablara ella nos dijo que cambiáramos de canal cosa que hicieron, ya que se escucho la voz otra persona que parecia mas a la de un anciano.

    Nos dijo algunas a las cuales en todas preste atención, ya que cuando termino de hablar sonreí un poco y en eso me acerque a Jack para felicitarlo.

    —Para estar nervioso como puede que lo estemos todos, lo hiciste muy bien —le sonreí.

    En el proceso pose mi vista en los demás.

    —¿Entonces seguimos?.


    Adara (1).png
    [Cordura 20/25] Grupo 4
    A4

    Después de que Clementine digiera chōchin pues todo nos pusimos de acuerdo, y entonces abrieron la comunicación, cuando ya habian dicho la palabra la voz de la profesora se escucho felicitandonos no dije nada, y tampoco lo exprese, ella había dicho que cambiaramos de canal ya que hay recibiríamos las siguientes instrucciones y tal como lo dijo pues no paso mucho y se escucho la voz que sonaba de alguien mayor.

    Nos dijo que las linternas estaban en el estanque de luciérnagas, al escuchar eso me acorde que el lugar no estaba tan lejos donde estábamos, escuche la voz de Altan antes de verlo ajustarse el walkie y sacar el mapa, supongo que estaba viendo el camino ya que después lo doblo y cuando dio la orden para seguir pues solo lo hice detrás.

    Seguimos por el camino suponía que debíamos de estar tranquilo por a ver completado la primera parte, pero lo que si no vi venir fue lo que apareció delante de nuestros ojos era un mono grande y de pelaje oscuro, entonces empezó a reír y eso hizo que alzara una ceja, como fuese la cosa esa se puso entre nosotros, que prácticamente nos obligo a esquivarlo eso hice me moví a un lado y note como cojia la muñeca de Clementine ni por mucho que la chica empezó a forjar no la soltó, en eso note que Cayden buscaba su muñeca libre.

    No paso mucho hasta que nos sumamos a la misión, cosa que al final el mono accedió y la soltó, supongo que fue el impacto con el que lo hizo ya que todos acabamos en el piso. No se escuchaba nada solo logre a distinguir nuestras respiraciones agitadas, a decir verdad me levante apenas pude sacudiendome la ropa y inclinándome levemente, puse mis manos en mis rodillas antes mirarlos.

    —¿Todos se encuentran bien? —mi voz sonó algo seria y preocupada, pero mi rostro estaba neutro

    ¿Si me preocupaba por ellos?.

    Obviamente.

    Joder eran mis compañeros.
     
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    A4 cordura 17/20 (grupo 4)

    Todos habian apoyado mi respuesta y se decidió consultar con la profesora, la docente no hizo sino celebrar el acierto en la adivinanza. Escucharla solo hizo que hiciera una breve pose de orgullo, aunque si de orgullo debía hablar ese sería el que Misato sentiría de mi. Nada como una amiga extranjera que atienda historias sobre tu folclor.

    Luego del acierto los ánimos del grupo parecían dignos de una excursión familiar muy liviana y divertida, caminar, explorar y comer. Solo eso esperaba mientras el grupo continuaba avanzando, todo en paz y sin percance alguno..


    Por Dios que eso fue un error...

    La caminata siguió hasta que de la nada algo de gran tamaño salto frente a todos, era....alguna especie de mono ¡Bastante enorme! Pero algo había muy diferente en esa cosa. Comenzó a reír de tal forma que tuve que tapar mis oídos. Y de verdad hubiese querido mantener la vista al frente. Una fuerza descomunal me tomo y empezó a sacudirme cuál muñeca de trapo. Se suponía que era un evento planeado ¡Pero la fuerza de la criatura era brutal! Grité de horror pidiendo ayuda.

    No quería ni imaginar lo que Clevert o mamá harian si por azares del destino terminaba estrellada contra las rocas o un árbol.

    En medio de la vorágine de miedo alguien tomo mi muñeca y logro detener las sacudidas, podi sentir el sueño pero el mareo no me permitía ver más allá, quien tiraba aplicó más fuerza hasta que mi otra muñeca fue liberada. Podía escuchar al simio o lo que fuera saltar de un lado a otro hasta que alejo a quien sabe dónde. Mi cabeza aún daba vueltas y mi respiración iba al compás con la del grupo.

    —¡Ah! Que locura, crei que iba a dislocar mi brazo—dije luego de sentarme, vi a mi lado que el resto del grupo estaba en el suelo igual de agitados. Fueron tan valientes.

    —Les agradezco el gesto ¡habrá un abrazo y una foto conmigo luego de la prueba!—dije aún temblando por el breve pero chocante momento.



    Sentí que había perdido de golpe una parte de la estabilidad mental que había mantenido hasta entonces ¿Cuántas de estas criaturas habría en la prueba?
     
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    Bruno TDF

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    [Cordura 22/25]
    A4 - Grupo 4

    Levanté el rostro en dirección a Adara y asentí con una expresión avergonzada. En mis mejillas se habían adherido restos de hierba seca y sentía el aroma de la tierra debajo de mi nariz, pero al menos no percibía señales de algún dolor físico a pesar de que ese… ser… nos había arrojado con bastante irracionalidad hacia el suelo, a donde fui a parar de bruces tras intentar ayudar a Clementine. Mientras que el resto apoyó a Cayden aferrándose a nuestra compañera para liberarla, yo me había arrojado sobre el brazo del mono gigante con la esperanza de que eso entorpeciera el incesante agarre. Al final la criatura la liberó y se marchó soltando su risa estridente y ominosa, pero estaba seguro de que no era gracias a mi intervención. Me senté en el suelo y me puse de pie de la forma más digna de la que fui capaz. Pequeñas nubes marrones me envolvieron cuando sacudí la tierra adherida a mis ropas.

    “Y yo que me había ilusionado cuando adivinamos el objeto” pensaba con amargura tras asegurarme de que estaba libre de suciedad.

    Habíamos vuelto sobre nuestros pasos para buscar aquella famosa linterna japonesa, más durante el trayecto tuvimos este encontronazo que adquirió ribetes peligrosos. Y cuando… Cuando había tocado el brazo de aquel ser… Pude sentir su piel… y sus músculos. Estaba convencido por completo... de que no era un disfraz. Y eso hizo que mi calma comenzara a mermar.

    Pero la voz de Clementine me permitió volver a concentrarme en el grupo. Nadie parecía herido, pero ella en particular me preocupaba. Me aproximé con los ojos puestos en su muñeca.

    —¿Te duele? ¿Ha quedado una marca o algo? —quise saber.


    Iba a movernos a A3 para buscar el chochin, pero con esta interacción pos está un cacho difícil. Se lo encargo al siguiente que postee uvu
     
    Última edición: 22 Junio 2023
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    Zireael

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    Maze 2.png

    [Cordura: 19/25] Grupo 2
    D4


    Entre una cosa y otra, al final le había errado al objeto cosa que tampoco me sorprendió demasiado, así que solo dejé que el resto pusiera a funcionar la neurona. Me sorprendió que el que acabó haciéndolo fue Jack, pero no le cortamos el impulso y al arriesgar por segunda vez con el mino, bueno, le atinó. La profesora nos felicitó, nos dijo que cambiáramos de canal y la voz que habló sonaba como la de un hombre mayor.

    —Bien hecho, Jack —le dije al chico, acercándome para darle un golpe liviano en el hombro.

    Después de eso Fiorella preguntó si seguíamos, ante lo que asentí y volví a abrir el mapa para ubicarme hacia dónde teníamos que ir, cuando lo hice apunté la dirección con la linterna y suspiré con cierta pesadez al ver que el trecho que nos esperaba era uno que nos habíamos recorrido.

    —Podemos volver al camino, tomar la bifurcación y así acercarnos al humedal —dije dándole vueltas a una posible ruta.

    Movimiento: D5, C5


    Ahí me chiflan si edito con el siguiente movimiento, que diría yo que fuese C5 y rezamos por no infartar a Jack-

    Altan4.png
    [Cordura 22/25] Grupo 4
    A4 > A3

    Llegar a la orilla del estanque sin un inconveniente de por medio sonaba demasiado bueno para ser verdad y nada tenía que ver con que fuese un pesimista de cuidado, era que por estadística era improbable seguir un trecho que estuviese libre de desgracias por completo. Por eso fue que me sorprendió y a la vez no que apareciera esa cosa frente a nosotros, grande, de pelaje oscuro, carcajeándose como poseso.

    Fue un instante de tensión en el cuerpo ajeno, humano o no, el que anunció que se lanzaría contra nosotros pero la reacción fue jodidamente rápida. El bicho se coló entre las filas, nos obligó a movernos para que no nos arrollara básicamente y escuché a Cayden maldecir en inglés varias veces, entre enojado y asustado. Su voz se mezcló con las carcajadas del bicho y yo fruncí el ceño apenas noté que había pescado a Crimson, zarandeándola como una muñeca de trapo.

    Dunn trastabilló, quiso ayudarla pero se dio cuenta que entre el pseudomono y él era posible que el bicho lo cagara a palos y me miró, casi pidiendo auxilio. En su lugar lo jalé hacia mí, pero cuando regresé la vista al caos pude ver con la luz de la linterna que al condenado, que era feo con ganas por cierto, los labios se le replegaban tanto al reír que no veía una mierda.

    —No ve nada —advertí y Cayden me miró como, bueno, si yo fuese igual de imbécil que el mono o algo—. ¡Qué no ve una mierda, si te acercas da lo mismo!

    El chiquillo reaccionó un poco a regañadientes, pero confío en mi criterio cuando notó lo mismo que yo y tomó un montón de aire, buscando el valor que se había dejado de casa. Apenas percibió la muñeca libre de la chica se lanzó para sujetarla, lo hizo en silencio y fue relativamente rápido, pero el niño era un puto palo de dientes y no hizo demasiado contrapeso así que los demás tuvimos que sumarnos. Uno a uno nos las arreglamos para colarnos, el puto mono seguía riéndose, y en determinado momento básicamente usé a Dunn para jalar a todos los idiotas. Fue una pizca de fuerza extra, apenas la necesaria, que hizo que el mono soltara a la chica de una vez.

    La fuerza centrífuga, el momentum o lo que fuese nos hizo irnos al suelo, pero el mono se largó luego de unos saltos más y se perdió en la oscuridad. Cuando quedamos solos, en silencio, se nos escuchaba respirar y oí a Cayden quejarse a mi lado, adolorido y hastiado.

    —Estamos bien —respondí hacia Adara mientras me levantaba sacudiéndome la ropa y ayudé al mocoso a levantarse después.

    —¿Qué era esa mierda? ¿Un Hihi? Era muy grande —preguntó el pelirrojo en lo que se ponía a recoger las linternas que se nos habían ido a la mierda en el caos, aunque el pobre desgraciado respiraba con dificultad todavía, aprovechando que Hubert estaba revisando el estado de Crimson.

    —Tiene pinta, pero no podía ponerme a atravesarle la frente a nadie con un puto pincho. Era mejor que lo obligáramos a soltarla y ya —completé cuando me alcanzó la mía y pretendí volver a ubicarme para recuperar el punto cardinal, cuando lo hice miré a Clementine de reojo—. Cuando se le haya pasado el susto podemos seguir. El lugar que nos dijeron no está muy lejos.

    Cayden asintió, se zambulló algo en el bolsillo y luego de regresarle la linterna a los demás se apostó a mi lado, enjuagándose los ojos con fuerza. Seguro que no esperaba estar jugando al tira y afloja con un bicho de esos, pero era parte de la experiencia. Eso y que la misión de asustarme se estaba convirtiendo más en un intento por no perder la batalla él mismo.

    Movimiento: A3
    >>Buscar Chōchin
     
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    Ikoma-kun

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    Clementine Crimson

    [Cordura 17/20]Grupo 4

    Aún agitada me había puesto de pie, aún estaba saliendo del shock que aquel mono...crei recordar según palabras de la hermana de Misato, era un Hihi...

    Mi hombro dolía por la violenta zarandeada de aquel simio Yokai, demasiada violencia para lo que debía ser una actividad escolar para apreciar la naturaleza.

    La voz de uno de los chicos pregunto por mi estado, más serena que antes le devolví una sonrisa para no alarmarlo.

    —Solo duele algo, tal vez mañana sienta molestias pero nada que un medicamento arregle... gracias por preguntar.

    Sacudí un poco mi ropa y busque en mi muñeca algún moretón o marca, solo estaba muy roja por la presión.

    —Pues veo que aplicó demasiada fuerza y dejo una pequeña marca—suspire frotando el área afectada— Sea quien sea, entro demasiado en personaje y no me sentí nada bien, juraría que sería azotada contra el suelo—Revise una vez más mi muñeca y pensé en la textura, en la piel de lo que se suponía era un disfraz.

    —Tengo un hermano aficionado al teatro y una vez fui a uno de sus ensayos, allí habían trajes de diversas criaturas de gran calidad, sabía bien d que estaban hechos—medite observando a ningún lado, luego mire al chico con cierta intriga—no se que maestro en utilería tendrán aquí pero esa mano casi podía sentir el calor de un criatura viva, es extraño....¿no crees?
     
    Última edición: 23 Junio 2023
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    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

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    [D2] Grupo 1 (Alethea, Arata, Ayako, Joey, Sasha)

    Con la nueva idea de Joey, el grupo regresó sobre sus pasos y decidieron ir por el Sur hasta alcanzar la zona del muelle. De inmediato notaron que allí ya no había nadie. El lago se veía precioso, con su mecer suave y la luz pálida de la luna pintarrajeando las crestas de las ondas.

    —Bueno, a buscar de nuevo —resolvió Sasha, soltando el aire de golpe.

    Esta vez, el afortunado fue Arata. Estaba inspeccionando los alrededores de una ¿palmera? Bueno, parecía una palmera de tronco gordo, o algo así. Para el caso, encontró el papelito suspendido sobre una de sus ramas. Le quitó algo de tierra y suciedad y llamó al resto del grupo. Al fin, ¿eh?

    “Escuché tantas historias al cabo de mi vida. Ella solía decir que era un legado de la fortuna de los dioses, de la única mujer entre los siete, y que mi sonido atraería incluso a las serpientes blancas. Me sentía en paz cuando hablaba, y su hijo era amable pero… no era ella. La extraño. La extraño tanto.”

    Díganme, jóvenes, pues lo he olvidado. ¿Qué soy?

    Tercer pista encontrada! Ya saben la dinámica, ahora tienen tres intentos para adivinar el objeto <3

    Amane Zireael Etihw

    Kakeru 2.png
    [D5] Grupo 3

    Había notado que Jezebel permanecía a mi lado, pero no era ningún rey de la small talk ni de meter la cuchara donde no me correspondía, así que preferí quedarme en silencio. De lo poco que había compartido con ella en el salón de clase me había parecido siempre una chica muy tranquila y amable, fue un poco sorprendente verla tan alterada tras la desaparición del niño. En cualquier caso, estábamos metidos en un ambiente extraño y especialmente diseñado para jodernos los nervios. No iría a sacar conclusiones de nadie.

    Tampoco me interesaba mucho hacerlo.

    Luego Verónica me habló y nos metimos en el tópico de comidas. Se me dibujó una sonrisa en la cara al imaginarme un buen flan lleno de caramelo, y me quedé ahí incluso con la mención de la carne y todo lo demás. Me gustaban las cosas dulces, ni modo. Su risa fue suave y la reflejé sin darme cuenta.

    —Hablando de flan, creo que necesitamos allanar el camino de una vez y para siempre. —Me la quedé mirando fijamente, incluso si eso me quitaba los ojos del camino y, como ella había temido, corría el riesgo de tropezarme—. ¿Flan sólo con caramelo? ¿O flan con crema y dulce?

    ¡Era una pregunta decisiva, por supuesto! Pasado el asunto, sentí el ligero tirón en mi sudadera y traté el asunto con disimulo y una pizca de diversión ya que, bueno, me parecía un detalle muy adorable de su parte. Me amoldé a su ritmo, le ofrecí mi mano y ella la aceptó, mostrándome una gran sonrisa. Lo había pensado desde el primer momento, era una chica tremendamente transparente y su alegría se me contagió apenas, fue un breve soplo de brisa barriendo parte del polvo que tenía asentado en el pecho.

    Estaba por responderle cuando la voz de Jezebel captó mi atención. No había esperado que nadie nos estuviera llevando el apunte. Que era dulce, que era lindo, las señoritas albinas se marcaron un double kill y sentí un calor indiscutible en mi rostro. Mi sonrisa se redujo con timidez y bajé brevemente la mirada, esperando, al menos, que la oscuridad general disimulara mi sonrojo. No estaba en absoluto acostumbrado a recibir elogios del tipo que fueran. Solía ser, de hecho, todo lo contrario.

    La tontería de que sería yo quien cuidara de las lucecitas me estiró la sonrisa un poco y sentí cómo Verónica afianzó el agarre en mi mano. En un momento de delirio pensé que la luz tendía a reconfortar, pero las sombras también sabían proteger.

    —Bueno, nos largaron a un bosque oscuro lleno de criaturas bizarras —resolví tras recuperarme un poco del bochorno, alternando la mirada entre ambas chicas—. Ya que sólo nos tenemos entre nosotros, mejor cuidarnos, ¿no?
     
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    Amane

    Amane Equipo administrativo Comentarista destacado

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    [Cordura: 20/25 | Grupo #1]

    El nuevo recorrido, desgraciadamente, no nos llevó a la última pista que necesitábamos, pero lo que habíamos descubierto en su lugar hacía que hubiese merecido completamente la pena (sustos incluidos). Llegamos a un estanque lleno de luciérnagas, tantas que la imagen que nos recibió se sintió más bien mágica, y a pesar de que no encontramos ningún papelito tras nuestra búsqueda, me sentí contenta de haber podido pasar unos minutos en aquel ambiente tan tranquilo después del susto por el que habíamos pasado.

    Volvimos a sacar el mapa después de aquel fracaso y, tras debatirlo un buen rato, la idea de Joey fue la que más nos convenció a todos. Ir hacia el muelle no había sido especialmente difícil después de haber recorrido casi toda la reserva ya, y lo que era más importante, finalmente encontramos la dicho pista. Arata la leyó en voz alta y, con todas reunidas, lo siguiente que tocaba era descubrir a qué objeto se refería.

    —Uhm... hay varios instrumentos tradicionales de cuerda —murmuré, llevándome la mano hacia la barbilla en un gesto pensativo—. Pero si tenemos en cuenta lo de las serpientes blancas y lo de la diosa... ¿quizás se refiera a la biwa? He escuchado historias que lo relacionan con ella.

    >>Adivinar: Biwa
     
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    Bruno TDF

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    [Cordura 19/25]
    Movimiento hacia D5 - Grupo 3

    Fuji bajó la mirada como respuesta inicial ante nuestras palabras, frente a las verdades con las que Jez y yo coincidíamos mientras lo mirábamos. Me pareció una reacción nacida de la timidez o de no saber exactamente qué decir, y al mismo tiempo reafirmó mi opinión de que era alguien muy lindo. Me atravesó la tentación de agacharme para encontrar su carita y descubrir lo que mostraba. Porque aparte de confianzuda, también era muy curiosa cuando me lo proponía. Fue exactamente por esta razón que no busqué su rostro, pues cuando Fuji inclinó la cabeza pude ver el tatuaje que parecía condecorar su nuca, que atrapó rápidamente mis ojos

    Lo había visto momentos antes de tomarnos de la mano, cuando iba detrás de él, aferrada a su sudadera como un pajarito buscando refugio. En ese momento los nervios me habían impedido concentrarme en la figura que relucía en su piel. Pero ahora que su mano me daba la tranquilidad que había buscado, dirigí una mirada furtiva, curiosa y analítica a su cuello, sin que él se diese cuenta. A la luz de la luna pude apreciar que el tatuaje mostraba dos serpientes algo enredadas entre sí, pero muy adorables a la vista. Sonreí.

    Cuando él finalmente se recompuso para decir que, como sólo nos teníamos entre nosotros, era mejor cuidarnos, asentí con suavidad.

    —No sabes cuánto me alegra —respondí con sinceridad—. Los voy a invitar a un flan después de la prueba —prometí, mirando a Jez con una sonrisa radiante, para darle a entender que la incluía— Con caramelo y mucha crema y dulce —afirmé, pues lo que decía también respondía a la pregunta que Fuji me había hecho momentos atrás.


    [​IMG]

    [Cordura 22/25]
    Movimiento hacia A3 - Grupo 4


    —Muchas gracias —agradecí a Cayden.

    El pelirrojo había regresado mi linterna a mis manos. Olvidé por completo la existencia del objeto a causa de la conmoción del momento y la preocupación que sobrevino después por la situación de Clementine. Nuestras respiraciones seguían algo aceleradas y me pareció que el chico era quien se mostraba más agitado. Lo observé con sumo detenimiento y finalmente suspiré, tras percatarme de que no mostraba marcas físicas por el impacto de nuestra caída… Sólo estaba muy asustado, como todos. Altan y Adara se mostraban en buena forma, por lo que pude centrarme nuevamente en Clementine.

    Mi gesto se torció cuando la chica mostró el color en la piel de su muñeca, allí donde el espantoso Hihi cerró sus dedos. Saltaba a la vista la enorme fuerza que había aplicado. Crimson también mencionó que le dolía, además de compartir los temores que pasaron por su mente en tan fatídicos segundos. A Decir verdad, yo presentía que habría terminado severamente golpeada si no interveníamos, por lo que se podía afirmar que el grupo en su totalidad había compartido un mismo miedo. Era una reacción lógica ante algo así… ¿Algo desconocido? ¿O algo demasiado convincente?

    Fue entonces que Clementine mencionó a un hermano aficionado al teatro e hizo hincapié en la utilería que había visto. Me llevé una mano al mentón e inspiré profundamente por la nariz, pues había algo ilógico en todo esto que me inquietaba. Por mucho que lo pensaba, no podía hallar una explicación a lo que le dije.

    —Además del calor que manaba de él… Yo lo agarré por el brazo. No sólo logré sentir músculos fibrosos bajo su piel, también podía percibir cómo se movían bajo mis manos, acorde a sus escandalosos movimientos —negué con la cabeza, molesto conmigo mismo—. Si es un disfraz, está demasiado bien logrado, porque quedé con la sensación de haberme aferrado a una criatura viva… No… Debe haber una explicación razonable —insistí, para mí que para allá.

    Tras dejar escapar otro suspiro, finalmente volví a mirar a Clementine. No quería ignorarla por ponerme a pensar enfrente suyo, sería grosero de mi parte. Mis ojos volvieron a posar sobre su mano.

    —Estemos atento a cómo evoluciona tu mano. Si el dolor incrementa o si se inflama, házmelo saber, puedo ayudarte con eso —afirmé, serio—. Tengo conocimientos de primeros auxilios y un botiquín, algo podremos hacer luego.
     
    Última edición: 23 Junio 2023
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    Reual Nathan Onyrian

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    D4 > D5 > C5


    El rostro se me iluminó en cuanto escuché que la profesora daba el visto bueno a mi respuesta. ¡Le había pegado! Si bien no sabía el nombre y mis compañeros lo habían dicho, al menos al que se le había ocurrido era a mí, ¿no? La pelirroja se acercó para felicitarme, y luego Maze hizo lo propio, dándome un golpe ligero en el hombro. Les devolví la sonrisa, algo tímido, y luego miré hacia otro lado, mientras me rascaba la nuca. Había llegado a pensar que en esta prueba no iba a ser más que una carga, y una bastante molesta, pero haber podido contribuir al final se sentía... bastante bien. Suspiré, y miré alrededor, notando como un escalofrío me recorría la columna mientras paseaba mis ojos por la negrura del bosque. Bueno, ya habíamos adivinado el objeto, ahora no quedaba más que encontrar al resto y listo, ¿no?

    Una nueva voz apareció en el walkie talkie, lo que me tomó por sorpresa. Era una voz anciana, y un nombre me vino a la cabeza de repente. ¿No era ese Ono-san? Fruncí el ceño. ¿El mino quedó perdido en dónde? ¿Entonces esto no se terminaba aún? ¿Había más? Como que había más. Esto no estaba dentro de mis planes.

    La revelación me atenazó la garganta, y ni siquiera pude preguntarle a Ono-san como se encontraba Kiki y si había podido recibir su muñeco. Si es que ese viejo era Ono-san, obviamente. Como fuera, solté un resoplido, y bajé la mirada, derrotado. Así que esto todavía no había terminado.

    El resto parecía dispuesto a avanzar, por lo que no me quedó mucho más que seguirlos. No recordaba ningún humedal, la verdad, pero tampoco había prestado tanta atención en el viaje, y tampoco había recorrido tanto por su cuenta. Si el resto sabía como llegar, mejor que mejor.

    Tragué saliva, y me interné en la oscuridad del bosque, sosteniendo mi linterna con fuerza. Que no aparecieran más monstruos, que no aparecieran más monstruos, que no aparecieran más monstruos...

    Movimiento: C5
     
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    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

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    [D2] Grupo 1 (Alethea, Arata, Ayako, Joey, Sasha)

    Al arriesgar la biwa por el walkie, Sachi los felicitó al otro lado y les indicó que, ahora, cambiaran al segundo canal. Allí los recibió una voz grave, que sonaba ligeramente cansada. Parecía tratarse de un anciano. Joey alzó las cejas y se contuvo a medio segundo de hablar encima del hombre. ¡Era Ono-san, el del santuario!

    —Fantástico, jóvenes, todos han hecho un fantástico trabajo. ¿Quiénes dicen que la juventud está perdida? ¡Eso son puras patrañas! —Una risa rasposa sonó al otro lado y lo oyeron liberar el aire en una suerte de suspiro—. Extraño tocar la biwa, ¿saben? Hace ya... dieciséis años que no la toco. Me pregunto si ella también la extraña.

    ¿Eh? ¿A quién? ¿Y de quién estaba hablando? Qué hombre más confuso.

    —¿Podrían recuperarla por mí, jóvenes? Me haría muy feliz, aunque sea, volver a verla. La encontrarán cerca de la zona donde han montado sus tiendas, en la parte Sur del Bosque Tres. Sí se ubican, ¿verdad?


    Podrán encontrar la biwa en F3. Ya saben cómo funciona la wea

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    Zireael

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    Jez 2.png
    [Cordura: 19/25] Grupo 3
    D5


    Noté por el rabillo del ojo que Vero asentía con entusiasmo a mi comentario, sumándose para decir que el chico era muy lindo y la sonrisa sutil de antes se me estiró un poco más; dijo que debíamos cuidarlo nosotras también junto a Copito y la estampa me resultó bastante tierna, porque éramos dos chicas de metro sesenta y un pajarito cuidando el chico que prácticamente nos sacaba una cabeza.

    El asunto fue que también noté a Kakeru bajar la mirada, fue una cosa breve, supuse que le habría entrado algo de vergüenza al pobre así que lo dejé estar. Cuando me pareció que ya había pasado me acoplé al ritmo del par, al otro lado de Kakeru. Fue más o menos a la vez que el chico siguió hablando, diciendo que nos habían lanzado a un bosque lleno de cosas raras y que si solo nos teníamos entre nosotros era mejor cuidarnos.

    —Supongo que tienes razón —respondí dedicándole una sonrisa ahora sí y tomé aire, en un último esfuerzo consciente por volver a ser yo. Luego me alcanzó la voz de la chica diciendo lo del flan—. Oh vaya, ¿una invitación formal a comer flan? No creo que podamos rechazar eso, ¿verdad, Kakeru?

    Arata.png

    [Cordura: 18/25] Grupo 1
    D2 > F3


    Gracias a todos los Dioses, los chorrocientos yokai que nos debíamos haber topado y al hecho de que nadie se había muerto en la escena de estrangulamiento versión remasterizada el momento de lucidez de Wickham nos llevó al lugar de la pista por fin. La encontré yo, así que pronto alcé la voz para llamar al resto y me puse a leer el papel en voz alta luego de sacudirle la suciedad.

    A mí sinceramente no me dio la neurona ni siquiera para pensar en algo, eran demasiados recursos mentales para mi gusto, así que agradecí cuando Alethea llegó a una posible respuesta y resultó se la correcta. Al darla nos transfirieron la conversación con un viejo, al menos sonaba como uno, y le llevé el apunte a lo que dijo aunque no pareció ser el caso.

    —Podemos intentarlo —contesté y apunté la linterna al Noroeste—. Creo que ya pasamos por ahí en nuestro recorrido a la reserva.

    Saltar a F3
    >>Buscar Biwa


    Maze 2.png
    [Cordura: 19/25] Grupo 2
    D4 > D5 > C5 > B5

    Por suerte para los nervios de Jack y todos los demás, incluido yo, el camino que comenzamos a seguir estaba relativamente tranquilo y pudimos tomarnos un descanso de los sustos que nos habían pegado en seguidilla. Igual el big boy aquí presente seguía nervioso, ya con la psique medio trastocada por los incidentes, así que esperaba que pudiéramos seguir así de calmados un rato porque no quería tener que arrastrarlo fuera de aquí.

    Nos habíamos sumido en silencio corto, al menos fui consciente de él cuando comencé a escuchar nuestros pasos y ciertos ruidos con mayor presencia en lo que caminaba con la linterna apuntando el camino. Suspiré, le eché un vistazo al grupo y los animé a seguir caminando en línea más o menos recta, aunque en los intermedios una canción me alcanzó la cabeza.

    There's a fire in my brain and I'm burning up —comencé a cantar sin alzar mucho la voz—, oh my, oh my. Keep running for the skin but the well is dry, oh my, oh my. Every word I say is kindling but the smoke clears when you're around.

    Total que seguí con el show porque sí, de alguna manera me pareció bien para regularle los nervios al grupo si hacía falta, y así tal vez el rato se pasaría un poco más rápido en lo que llegábamos al punto donde tendríamos que buscar la cosa rara esa que cubría a la gente de la lluvia en los tiempos antiguos.

    Movimiento: B5 (clear)
    La canción en cuestión, sorry i had to (?

    also quem Reual Nathan Onyrian podemos avanzar a B6 que está clear (? y de allí cruzar a A6, o mandarnos a A5 de características desconocidas y luego bajar a A6, como prefieran
     
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    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

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    Para cuando los grupos encontraron los objetos que tanto tiempo habían estado buscando, ya la noche se había cernido por completo sobre la escena de la reserva. No hacía nada de frío, sin embargo. Faltaba poco para el verano y aquella, particularmente, era una preciosa velada de primavera.

    Tras algunos errores y varios infortunios, el grupo de Alethea, Arata, Ayako, Joey y Sasha regresó a la zona Norte del Bosque Tres que el anciano les había indicado. Entre algunos arbustos, al pie de un gran árbol, fue Ayako quien encontró la biwa. Estaba depositada gentilmente sobre la hierba y lucía algo antigua, con el desgaste y las marcas en la madera propias del paso de los años.

    Tras el momento de lucidez extrema de Jack, el segundo grupo reanudó la marcha. David rellenó el silencio con una canción que Anna, al menos, no reconoció, pero el ritmo la ayudó a relajarse y comenzó a caminar de forma más liviana, lanzándole vistazos al muchacho y siguiendo la melodía con su cuerpo, así fuera tamborileando las manos en sus piernas o brincando entre las raíces de los árboles. Así, también, cumplieron su objetivo. A un costado del humedal, luego de buscar un rato, Kohaku encontró el mino. Era pequeño y estaba bastante estropeado. Lo pellizcó de los hombros y lo alzó en el aire, a lo cual la prenda chorreó un poco de agua. Su tamaño... era un mino de niño, sí. No cabían dudas de ello.

    Tras la promesa de comer flan que Jezebel, Kakeru y Verónica hicieron, el grupo, junto a Alisha y Kenneth, alcanzaron la zona que el anciano les había dicho. Recorrieron la orilla de la laguna y parte de la vegetación, y fue Jezebel quien advirtió la kendama oculta entre unos arbustos. Era artesanal y bastante rústica, la soga que conectaba la estructura a la bola a duras penas no se había cortado. La alzó con cuidado, inspeccionándola. Estaba llena de pequeñas marcas y hendiduras; era un juguete que, sin lugar a dudas, habían usado hasta el cansancio.

    El grupo de Adara, Altan, Cayden, Clementine y Hubert, por su parte, alcanzó el estanque de luciérnagas. Pronto se encontraron rodeados por una nube inmensa de lucecitas, flotando y navegando el espacio lentamente. Altan se inclinó sobre el cuerpo de agua que, aún pequeño, conectaba con el lago, y allí divisó la linterna chōchin suspendida en la orilla, estancada entre algo de barro. La alzó, evitando la suciedad, y la giró un poco. El papel lucía sucio y bastante desgastado.

    En ese momento, cuando ya cada grupo había encontrado su objeto, los walkie talkies de todos chirriaron con una ligera interferencia. La voz del anciano sonó a través del aparato.

    —Muy bien hecho, jóvenes. Ya falta muy poco. Ahora deberán colaborar entre todos para encontrar el último objeto. Busquen en el hogar de las libélulas, en la cruz alrededor del corazón de los humedales.

    Tras eso, silencio. No parecía que fuera a seguir hablando, aunque la ligera estática de la comunicación seguía allí. Anna presionó el walkie y se lo acercó a la boca.

    —¿Entre todos? —encuestó—. ¿A qué se refiere, señor?

    El hombre no le respondió. Para su sorpresa, fue otra la voz que sonó en el aparato.

    —Ah, ya entiendo. —No todos la reconocerían, pero era Sasha—. Ahora debemos estar los grupos comunicados, ¿no? A eso se refería con "colaborar entre todos".

    Parecía ser el caso, sí. Eran cuatro grupos y debían encontrar las pistas de un mismo objeto. ¿Eso significaría, quizá, que esta vez había... cuatro pistas?


    Tamos entrando en la recta final del evento, hype. Su objetivo actual es encontrar las pistas del quinto y último objeto. Hay cuatro pistas y podrán hablar y ponerse de acuerdo entre los grupos para proceder. ¡Mucha suerte!

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    Reual Nathan Onyrian

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    [Cordura: 15/25] Grupo 2
    A6


    Por suerte, el bosque decidió no arrojarnos en la cara ningún monstruo ni susto extra, lo cual fue un respiro bastante bien recibido. Anduvimos bastante, mientras todo a nuestro alrededor se oscurecía hasta envolvernos completamente, dejando en claro que la noche se había cernido sobre nosotros. No hacía nada de frío, de hecho, era una preciosa noche de primavera. Pero yo estaba temblando como si hicieran cincos grados bajo cero. Hasta ese momento, el mínimo resquicio de luz que entraba por el hueco de los árboles me daba algo de seguridad, pero ahora que era pura oscuridad excepto por lo que alumbraran nuestras linternas, hacía que hasta mis compañeros se vieran siniestros.

    Maze de improviso comenzó a cantar una canción que no conocía absolutamente para nada. De hecho, sonaba bastante lejos de lo que solía escuchar, o tocar, pero ayudaba un poco a distraer la cabeza y bajar los nervios. Anna parecía seguirlo el ritmo, de una manera que me daba a entender o que conocía de música, o bailaba. O lo había hecho en algún momento. Por mi parte, comencé a tararear bien bajito lo que me parecía la melodía de la canción, para al menos tener la mente en otra cosa.

    Al final, llegamos hasta el humedal, y luego de un rato buscando, pudimos encontrar el mino. Se lo notaba bastante viejo, y era muy pequeño. Hice una mueca, para luego tragar saliva y sentir un escalofrío en la nuca. Tenía el tamaño justo para un niño. Esto se estaba poniendo bastante oscuro, y no tenía nada que ver con el día. Una parte de mí, la racional, aquella pequeña y débil parte de mi cerebro que aún seguía pensando, decía que todo esto estaba armado. Había escuchado que los japoneses eran algo intensos con algunas cosas. Siempre estaba el meme de los programas de entretenimiento nipones que estaban hechos para reírse del sufrimiento de los participantes. Pero la otra, la dominante, estaba a punto de internarse en un psiquiátrico. Habíamos seguido al fantasma de un niño, nos habían asaltado criaturas que no deberían existir, y encima los profesores nos dijeron que habían estado intentando comunicarse con nosotros, sin éxito. Luego no habían hecho mucha más mención sobre el tema, que es lo que me llevaba a creer que estaba todo actuado. O tal vez simplemente habían decidido dejarlo para más adelante.

    Además, ¿para qué estabámos buscando estos objetos, después de todo? ¿Qué íbamos a hacer con ellos? La voz del viejo sonó en el walkie-talkie, casi como si me hubiera escuchado. Un segundo, ¿había que colaborar con el resto? ¿A qué se refería? ¿Los demás también habían estado buscando objetos por todo el bosque? Y esa última pista...

    Anna formuló las dudas que yo tenía en mi cabeza a través del walkie-talkie, pero otra voz fue la que respondió. Me sonaba algo conocida. ¿No era una chica de mi clase? Me sonaba haberla escuchado un par de veces. Así que ahora estábamos todos comunicados, ¿eh? Tuve el impulso de arrebatarle el aparato a la chica, y preguntar si los otros habían estado pasando por cosas igual de feas que nosotros. También quería saber como se encontraban Ali, Joey, y Ale. Sin embargo, me contuve. No era el momento para comenzar a atascar el único canal de comunicación que teníamos todos. Más valía dejar que los otros llevaran adelante todo, que al menos no les temblaba la mano simplemente por sostener la linterna.

    Suspiré y decidí pasear mi mirada por los alrededores. El hogar de las libélulas... la cruz en el corazón de los humedales...

    ¿Qué mierda se refería con todo eso?

    — Oigan, ¿qué tal si empezamos buscando por aquí? Estamos en los humedales, o cerca de. No tengo idea de a que se refiere con el centro de la cruz, o la cruz del centro, pero podemos ver si hay algo por esta zona. ¿Qué les parece? —pregunté, más que nada para llenar el silencio, que ya me estaba poniendo incómodo.

    Investigar A6
     
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  15.  
    Amane

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    Alisha 2.png
    [Cordura: 17/25 | Grupo #3]

    El resto del grupo se había quedado algo atrás mientras nos dirigíamos a la zona donde se suponía que encontraríamos el juguete aquel; la conversación que mantuvieron me llegó algo amortiguada, pero lo cierto es que no les presté demasiada atención porque ni me incumbía ni me interesaba. Jez encontró el objeto en cuestión una vez alcanzamos el lugar que nos indicaron para ello y no pude evitar alzar una ceja inquisitiva al ver lo jodidamente desgastada que estaba la madera y el hilo. Joder, ¿habían metido tanto presupuesto en asustarnos y ni siquiera se habían dignado a comprar unos juguetes nuevos?

    En fin, después de anunciar al abuelete que habíamos encontrado el objeto, este nos soltó otra pista por la cara y... holy moly, ahora estábamos los cuatro grupos comunicados. Distinguí la voz de Anna, luego la de Sasha e intercalé un par de miradas entre los demás miembros del grupo antes de acercarme al walkie-talkie para hablar por el mismo:

    Hello, bonitos, espero que nadie haya sufrido algún accidente desagradable por culpa de los sustos~ —comenté con cierto tono de diversión, ignorando que los demás posiblemente habían tenido experiencias hasta peores que la de ser olfateada por un desconocido—. Let's see... nos vemos todo en los humedales, ¿no? Para colaborar y esas cosas~

    >>Saltar a: D5
    >>Moverse a: C5
    >>Investigar (C5)
     
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  16.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

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    [C5] Grupo 3 (Alisha, Jezebel, Kakeru, Kenneth, Verónica)

    El tercer grupo fue el primero en encontrar una pista. Tal y como el anciano les había sugerido, se dedicaron a investigar la orilla Oeste del humedal. Eventualmente, Kakeru fue quien dio con el papelito.

    “Ese niño.. lo está logrando, ¿cierto? Siempre fue muy astuto, quizá demasiado para su propio bien. Sus pies inquietos jamás se cansaban de recorrer, trepar, descubrir y explorar. Me enorgullece haberlo llevado a todos los lugares adonde fue, todas las veces que así lo quiso… excepto una.”

    —Avísales que encontramos una aquí —le sugirió Kakeru a Alisha, junto a una leve sonrisa.

    Muy bien. Ahora tocaba esperar a que los demás grupos cumplieran su parte del trabajo, ¿verdad?


    Amane Zireael Bruno TDF

    Como les mencioné por wha, el Grupo 2 no encontró nada :(
     
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    Zireael

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    Maze 2.png
    [Cordura: 19/25] Grupo 2
    A6 > A5


    Quizás nadie tuviese ni la menor idea de qué estaba cantando, pero al menos había notado que Anna se había relajado en consecuencia y estaba siguiendo el ritmo de vez en cuando y Jack, aunque bajo, había comenzado a tararear también. Como predije el camino se hizo más corto con esa ruptura del silencio, a mí me lo pareció, pero volví a callarme cuando regresamos al humedal para ponernos a buscar el mino.

    Al final lo encontró pelito de nube y era un mino pequeñito, lo que era risible y adorable a partes iguales. Total que luego de encontrarlo el walkie de Anna se activó de nuevo, nos habló el anciano de nuevo y dijo que deberíamos colaborar para encontrar el último objeto que estaba en la cruz y no sé qué. Si no me fallaba demasiado la ubicación espacial teníamos que estar cerca de esa ubicación, seguíamos metidos en el humedal después de todo.

    La voz de Sasha me alcanzó desde el walkie confirmando que ahora estábamos todos en el mismo canal, interconectados. No mucho después se sumó la voz de Alisha, así que me acerqué a Anna para pedirle prestado el aparato y hablé.

    Hello there, los del grupo de Anna ya estábamos aquí. Vamos a recorrer el extremo Este del humedal para ver si conseguimos algo.

    Cuando terminé el regresé el walkie a la chica, le di las gracias y me sumé a la misión de Jack de buscar algo en los alrededores, pero no dimos con nada así que sugerí que avanzáramos hacia el Sur. Si estábamos tomando el centro del humedal como el centro de la cruz, lo que acabábamos de hacer era buscar como en equis, el brazo de la cruz tenía que estar más arriba o algo así.

    Movimiento: A5
    Investigar (A5)


    Altan4.png

    [Cordura: 22/25] Grupo 4
    A3 > B6


    La conversación de Crimson y Mattsson sobre la naturaleza del tipo en disfraz que nos había atacado siguió un rato más, pero como yo tampoco tenía una conclusión lógica para la situación me limité a quedarme callado, retomando la marcha cuando la chica pareció recuperarse del susto lo suficiente para poder seguir. Tenía su gracia que lo pensara yo de toda la gente posible, pero ahora no tenía sentido atorarnos demasiado en responder a qué era lo que nos estaba pasando en realidad, no cuando nos había atacado un supuesto Hihi y a Cayden se lo quiso comer la versión japonesa de las sirenas de The Witcher en las Skellige.

    En cualquier caso cuando llegamos al estanque las luciérnagas nos recibieron, flotaban a nuestro alrededor y aunque me distraje con los bichos unos segundos pronto me puse a buscar la linterna, todo para ir a encontrarla estancada entre el barro. Alcancé a sacarla, lucía maltrecha pero sin dudas era nuestro objeto y la interferencia del walkie llamó mi atención. La voz del viejo, la de Anna, la de Pierce, después Alisha y Mason.

    Cayden se había quedado entre la nube de luciérnagas estirando los brazos para que los bichillos se le posaran encima si querían, pero apenas escuchó el walkie se acercó a mí y le encargué la linterna para poder revisar el mapa de nuevo. Cuando reparé en el camino más sencillo para volver al humedal, apenas un minuto después, guardé el mapa y abrí la comunicación en el walkie.

    —Vayan con cuidado, por el extremo Este nos pasaron cosas... raras —dije para el grupo de Anna.

    —Vamos a volver al Norte del humedal —añadió Cayden que me había visto con el mapa.

    —Arata y compañía, ¿se quedan al Sur? —pregunté para agilizar la cosa, la respuesta tardó un rato pero la voz de Shimizu salió del aparato por fin.

    —¿Cerca del estanque dices? Sí, da igual, un recorrido más a la reserva o uno menos no cambia nada.

    Saltar a B6
    Investigar (B6)


    Arata.png

    [Cordura: 18/25] Grupo 1
    F3 > B3 > B4

    Cosas más y cosas menos, la rubita hermana de Sugawara terminó por encontrar la biwa, se veía vieja y usada pero era lo que buscábamos, así que suponía que el instrumento venía con nosotros y punto. Cuando todo el mundo encontró su objeto correspondiente el viejo volvió a hablarnos por el walkie, luego se escuchó la voz del tanuki y Sasha también habló; lo que resultó en un intercambio de información algo más eficaz de lo que uno hubiese esperado, hasta que Sonnen se refirió a nosotros así que le pedí el aparato a la pelirroja para contestarle al idiota.

    Luego de hacerlo le regresé el walkie a la chica, traté de ubicarme en el espacio y no tardé demasiado para ubicar el trayecto que había recorrido hace rato, así que lo apunté con la linterna. En buena teoría no corríamos el riesgo de ser comidos ni asesinados por nada si seguíamos un camino que ya conocíamos.

    —Podemos cortar camino por aquí, en la intersección ya se podía ver algo del humedal, así que luego solo bajamos y ya, ¿no?

    Saltar a B3
    Movimiento: B4
    Investigar (B4)


    varias neuronas quemadas después ya me puse al día (???
     
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  18.  
    Gigi Blanche

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    De esa forma, con el canal de comunicación habilitado y las correspondientes decisiones tomadas, los cuatro grupos se organizaron para buscar en los puntos cardinales que rodeaban el humedal. Ya el Oeste había sido cubierto, y poco a poco los demás se fueron reportando con las pistas que encontraron. El segundo grupo fue el de Anna, David, Fiorella, Kohaku y Jack, luego se pronunció Altan y, hacia el final, Sasha. Si tenían en cuenta la primera pista, al parecer, el conjunto de las cuatro armaba una pequeña narración.

    Ese niño.. lo está logrando, ¿cierto? Siempre fue muy astuto, quizá demasiado para su propio bien. Sus pies inquietos jamás se cansaban de recorrer, trepar, descubrir y explorar. Me enorgullece haberlo llevado a todos los lugares adonde fue, todas las veces que así lo quiso… excepto una.

    Su madre me hizo, era muy talentosa con las manos. Las de su hermano y yo éramos las más resistentes de la comunidad, o al menos eso decían los demás niños. La creatividad humana siempre me ha fascinado, ¿cómo eran capaces de inventar tantas cosas de tan pocos elementos? Arroz. Siempre arroz.

    Siempre admiró enormemente a su hermano mayor, aunque jugando con la kendama lo peleara y se pusiera celoso de que su madre le enseñara a tocar la biwa. Cuando le dieron una chōchin por primera vez, preguntó si podía darle un nombre y parte de la tinta se cayó encima mío. Tomoki, la llamó.

    Y yo… me fui con él. No pensé que lo haría, pensé que me abandonaría primero, que crecería y sus pies se volverían demasiado grandes. Quería que así fuera. No sé cuánto tiempo ha pasado, pero aún recuerdo… sí. Aún recuerdo el golpeteo de sus talones por la casa. Corría, y en la misma carrera se lanzaba hacia mí. A veces conseguía encastrar los dedos perfectamente; otras, salía volando en cualquier dirección. Y no le importaba, él reía. Quería que siguiera riendo. Quería… yo…

    ¿Eh? ¿De qué estaba hablando? No… no lo recuerdo. ¿Quién es “él”?

    ¿Qué soy yo?

    —Supongo que ahora toca adivinar el objeto, como con los demás —analizó Sasha en el walkie.

    Hubo algo, sin embargo, que le quedó rebotando a Joey y Kenneth en la cabeza. Tomoki... Ese nombre lo conocían.


    Pau se marcó un triple kill así que ya tienen todas las pistas JAJAJA ahora, as usual, tienen tres intentos para adivinar el objeto. Good luck!

    Amane Zireael Etihw quem Bruno TDF Reual Nathan Onyrian Ikoma-kun
     
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  19.  
    Amane

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    [Cordura: 20/25 | Grupo #1]

    Después de lo que se sintió una eternidad, por fin pudimos adivinar el objeto que nos había sido asignado y, con ello, seguramente alcanzar al resto de los grupos; no tenía manera de saberlo con seguridad, claro, pero con la cantidad de vueltas que habíamos acabado dando por toda la reserva, era algo que se podía suponer. No era algo que importase demasiado, de todos modos, porque aquello no era una competición ni nada por el estilo.

    Nos dirigimos luego al punto dónde encontraríamos el objeto en cuestión, dando con el mismo bastante más rápido de lo esperado, y después, el canal del walkie-talkie nos permitió ponernos en contacto con el resto de los grupos. Parecía que ahora íbamos a tener que trabajar entre todos para encontrar las pistas del último objeto y, también, descubrir entre todos ese mismo objeto.

    Una vez que todos los grupos nos pusimos un poco al día, no tardamos en emprender la marcha hacia la zona del humedal, donde claramente íbamos a tener que buscar las pistas en cuestión. El grupo de Alisha fue el primero en avisarnos de que habían encontrado una pista y, a partir de ahí, no fue demasiado difícil organizarnos para encontrar las demás. Aquella parecía ser la recta final de la prueba y, como tal, le dediqué todas mis neuronas a las pistas para poder completar la actividad.

    —Tiene pinta de referirse a calzado, ¿verdad? —murmuré, pidiéndole a Sasha que encendiese el walkie para poder hablar con los demás—. Chicos, ¿qué os parece si intentamos con los Zori? Son una sandalias que se hacía con arroz, si no estoy equivocada...

    >>Adivinar: Zori
     
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  20.  
    Gigi Blanche

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    Hubo un instante de silencio cuando Alethea, bajo el oído atento de los cuatro grupos, intentó adivinar el objeto. Muchos lo interpretaron como un error. Otros, unos pocos, tuvieron un presentimiento... extraño. Escucharon al anciano inhalar, suspirar, y soltar una risa breve, distante.

    —Sí, zōri... Es correcto. —Otra pausa—. Felicidades, jóvenes. Nos han ayudado a recuperar la memoria. Reúnanse en la pequeña isla, en el corazón del humedal. No olviden lo que han encontrado. Ya falta poco... muy poco.

    Con esa promesa lejana, casi susurrada al aire, la comunicación de los walkie se interrumpió. Los cuatro grupos, entonces, se dispusieron a seguir las instrucciones del anciano. Pronto dieron con los puentes que atravesaban el humedal, el cual lucía oscuro y sumamente misterioso a aquellas horas. Estaban hechos en piedra y poseían linternas cálidas distribuidas aquí y allá. Pudieron, por fin, apagar sus linternas, y con eso lo comprendieron: ya se habían alejado del peligro.

    Humedal de libélulas 2.png

    La porción de tierra central era pequeña y estaba rodeada en las orillas por densa vegetación, creando en su interior una suerte de cúpula. Conforme ingresaban pudieron ver, como oleaje sereno, las luces que danzaban y se alejaban, mutando entre sí. Azul, morado, celeste, anaranjado, discurrían y se extinguían a ritmo apacible, lamiendo el césped, los arbustos y las copas de los árboles. Algunas libélulas zumbaban a su alrededor, sobrevolándolos con la velocidad de suspiros. Las luces bañaron también a los estudiantes y descifraron su origen. Similares a las de afuera, pero apoyadas sobre la hierba, había cualquier cantidad de linternas. Eran grandes y poseían formas anárquicas.

    No comprendían muy bien cómo era posible aquello, pero lucía hermoso.

    De repente, distraídos por el espectáculo de luces, los cuatro grupos por fin se reunieron. Y en el centro de la isla, sobre un muy rudimentario pilar de piedra, se encontraba el pequeño par de sandalias zōri. Bueno... Las habían encontrado, ¿verdad? Aunque no parecía haber nada o nadie más que ellos allí. Los walkie tampoco funcionaban.

    Al menos estaban todos allí y, al parecer, libres de peligro. Quizá no lo supieran, pero algo en la energía del ambiente se los decía.


    Dejo un espacio para que interactúen entre los personajes si quieren y luego seguimos con la trama.

    El espectáculo de luces de la isla es así.

    Amane Zireael Etihw quem Bruno TDF Reual Nathan Onyrian Ikoma-kun
     
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