Tokorozawa Bosques de Totoro [Bosque]

Tema en 'Ciudad' iniciado por Gigi Blanche, 31 Enero 2023.

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    Reual Nathan Onyrian

    Reual Nathan Onyrian Adicto

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    Logré sonreír ante el comentario de Mason, para luego encogerme de hombros.

    — No creo que sea sabio invitarme a comer a mí. Puede que los deje en bancarrota —bromee, sin poder sacarme el tono nervioso de encima. Solté un suspiro, mientras me acariciaba la nuca.— Creo que lo que necesito es una visita a un spa. Después de esto, voy a quedar tan contracturado que respirar me va a doler.

    Continuamos camino, esta vez sin encontrarse con nada en particular, lo cual era glorioso y una bendición en sí misma. El chico del pelo de nube volvió a acercarse, y comenzó a contarme un poco sobre la cultura de Japón, suponía que para distraerme un poco. Le presté atención, o al menos, toda la que podía teniendo que estar mirando sobre mi hombro cada dos por tres, esperando que alguna otra criatura decidiera que era un buen momento para hacerme crecer un par de canas. Al parecer, aquí tenían la costumbre de contarse historias de terror y demás. O al menos, había sido una costumbre hace un tiempo. Le devolví la sonrisa en cuanto terminó y soltó su comentario sobre el miedo, para luego volver a encogerme de hombros.

    — Eh, tampoco no es como si yo no estuviera acostumbrado a un folclore horrible. Es decir, soy mitad irlandés, mitad austríaco. Nuestras propias criaturas son bastantes tenebrosas, también, y déjame decirte que los cuentos de hadas de allí no son como los de Disney —solté una pequeña risita nerviosa.— Tenemos seres que te roban el alma porque no se les permite viajar ni al cielo ni al infierno, duendes que te matan y tiñen su gorro con tu sangre, otros que son básicamente zombies, y hasta criaturas llamadas Mahr, que son los demonios de parálisis del sueño. Y bueno, como dije, ni hablar de los cuentos de hadas.

    Hice una mueca, mientras volvía mi vista hacia delante. No podía hacer mucho con el miedo que sentía. Era algo completamente involuntario. Sinceramente, no sé de donde lo había sacado, porque que yo recordara, ninguno de mis padres era así de miedoso. Y tampoco era como si hubiera consumido muchísimas películas e historias de terror de niño, como para que ello pudiera afectarme. Simplemente, así me había tocado ser. Lo cual resultaba en cierta manera un incordio, porque la verdad era que esas cosas me interesaban. O sea, las criaturas fantásticas y de leyendas.

    Seguí caminando, en silencio, mientras rumiaba conmigo mismo. Para entretenerme y no pensar en lo que podría aparecer en la oscuridad, me entretuve imaginando como sería un enfrentamiento entre algunas de las criaturas nativas de mi tierra, y las autóctonas de aquí. ¿Pelearían? ¿Se amigarían? ¿Se ignorarían? Los mitos eran tan distintos que era difícil imaginar que pudieran encontrar un terreno en común.

    Frené de improviso. No me confundía. No había sido una ilusión provocada por las sombras de las linternas. Algo se había movido a nuestro lado, oculto en la oscuridad y protegido de nuestras miradas por la espesa arboleda. Ojalá fuera otro de esos mapaches, ojalá fuera otro de esos mapaches, ojalá fuera...

    El grito que desgarró el aire hizo que el color se me fuera de la cara y me congelara en el lugar. Y ahí es cuando los demás se dieron cuenta.

    Anna había desaparecido.

    Escuchamos sonidos de forcejeo, y el grupo se dirigió hacia allí. Yo no pude. Al menos, no de inmediato. Se me habían paralizado las piernas, y había comenzado a sudar, mientras veía como los demás desaparecían raudos en la oscuridad. ¿Qué mierda estaba pasando? ¿Esto seguía siendo obra de los profesores? ¿Secuestrar a una alumna? Y, a menos que Anna fuera una increíble actriz, y esto estuviera preparado de antemano, ese grito había sido demasiado real. No parecía algo que hubiera sido ensayado.

    Sentía como mi boca se empezaba a secar, y peleaba por respirar de manera profunda. Al final, con un esfuerzo descomunal, logré quitarme mi parálisis de encima, y me apuré hacia donde estaba el resto. Allí se encontraba la muchacha, aterrada, con la espalda apoyada contra un árbol, y se encontraba limpiándose el rostro. Por un segundo, temí lo peor, pero no, no parecía lastimada. Me quedé apartado, mientras el resto se ocupaba de ella, con Maze ofreciéndole una servilleta para terminar de limpiarse la cara. Yo me tapé la mía con una mano, mientras intentaba controlar mi respiración. No sabía si los temblores que estaba empezando a sentir eran de terror... o de enojo. Esto sonaba casi irreal. Dudaba que alguien encontrara nada de esto cómico, o gracioso, o incluso educativo. Algo muy malo estaba pasando en este bosque. Y esperaba que los profesores no tuvieran nada que ver.

    Inspiré para calmarme y no volver a explotar. Lo último que necesitaba mi grupo ahora era que me desmoronara, de vuelta. Sin embargo, todo esto me hacía sentir demasiado incómodo. Yo era muy pasional, dejaba bastante seguido que mis emociones llevaran las riendas. Por eso era tan miedoso. El problema era cuando el enojo empezaba a ganarme. Pero nada de esto tenía sentido.

    La voz de Maze me llegó a lo lejos, sugiriendo que continuáramos. Estuvo a punto de objetar, diciendo que lo mejor era contactarse con los profesores de inmediato, e informar sobre lo que estaba pasando. ¿Y si lo que había atacado a Anna era en realidad algo mucho más peligroso que un simple espíritu de la reserva? Había oído historias y escuchado noticias sobre algunos crímenes bastante cruentos hacia las mujeres jóvenes en el país. Oh, por Dios, esperaba que no hubiera ningún demente dando vueltas por el bosque.

    Dejé que el resto se adelantara, evitando mirar a Anna cuando pasó a mi lado. El hecho de que me hubiera quedado congelado cuando obviamente la chica había necesitado ayuda me pesaba demasiado. Lancé un suspiro cuando los demás se alejaron, y los seguí, algunos pasos detrás. Llegamos prontamente a la laguna, y nos dirigimos hacia la estatua que se encontraba al medio, yendo de piedra en piedra. Decidí que lo mejor era ir saltando en un pie. Intentar balancear tres piernas en una piedra no era lo mejor.

    Nos dispusimos a buscar la siguiente pista, y pude divisar que ¿Ko era su nombre?, juntaba las manos al frente de la estatua. Yo seguí con lo mío. No me correspondía entrometerme en eso, sea lo que fuera. El pelirrojo encontró el tercer y último mensaje, y se dispuso a leerlo en voz alta. Fruncí el ceño, mientras seguía leyendo. Esta era más complicada que el resto. La última frase, en especial, me daba mala espina. ¿A qué se refería?

    En ese momento, Ko nos preguntó si habíamos visto al niño. Parpadeé algo perplejo, mientras miraba para todos lados. Pero si estaba con él, cuando se encontraba rezando en el santuario... Anna decidió contactar con los profesores, lo cual parecía una buena idea. De paso, podríamos encontrar un par de explicaciones a todo lo que estaba pasando. Sin embargo, el tono de voz que se escuchaba al otro lado no transmitía ningún tipo de tranquildiad. A la profesora se la notaba bastante preocupada. Oh, por todo lo que era santo...

    Estaba a punto de replicar que en realidad no, no estábamos bien, en especial Anna, que había sido secuestrada momentáneamente y le habían chupado la cara, pero el nombre que mencionó luego la mujer hizo que me frenara. ¿Ono-san? ¿No era ese el nombre del viejo que se le había perdido el muñeco? ¿Él había estado intentando comunicarse con nosotros? Mi respiración comenzó a acelerarse. ¿No deberíamos habernos movido del punto de partida? ¿Pero no fueron los mismos profesores los que nos llevaron? Algo allí no cuadraba.

    Pero no fue hasta que Anna volvió a mencionar al niño, y el silencio subsiguiente, que el chispazo no apareció en mi cerebro. A veces, tenía brotes de inteligencia. En especial cuando estaba cagado hasta las patas.

    — Claro, como no, por qué no me sorprende para nada. A menos que todo esto sea una elaborada broma y los profesores hayan ido a un extremo bastante condenable, el niño que nos acompañaba era ein Geist. Un espíritu —añadí, cuando me di cuenta que había vuelto a hablar en alemán.— Llámenme loco, si quieren, pero todo lo que está pasando aquí es demasiado real como para que sea todo teatro. Me pegaron en la cara con una pala, secuestraron a Anna, y ahora el niño desaparecer. Recordemos que también apareció de la nada, enojado y llorando, diciendo que lo habían estado tratando mal y que se burlaban de él. Son demasiadas coincidencias para que sean, bueno, coincidencias.

    Me pasé una mano por el cabello, intentando poner mis ideas en orden. Las iba soltando a medida que surgían en mi cabeza. En estos momentos, era lo mejor que podía hacer.

    — Ok, siento que tenemos un par de opciones. Podemos intentar adivinar el acertijo, que si todo lo que conozco de historias y folclore no es falso, al menos nos aliviaría un poco la marcha en el bosque. Tal vez incluso algún otro espíritu aparezca y nos ayude a salir de aquí. O lo que me parece más importante, y ahí viene mi segunda opción, podemos buscar al resto. Si somos los primeros en comunicarnos, el resto no debe tener ni idea de que todo esto parece estar fuera del alcance de los profesores y cualquiera que pudiera estar supervisando esto. Incluso de Ono-san...
    >> Un segundo, conozco a Ono-san. Bah, no lo conozco, pero si conozco a alguien que lo conoce. Kiki. Es una niña, que vive con su padre en la reserva. Y la conocí de día, así que no creo que tenga nada que ver con el pequeño que nos estuvo acompañando. O eso espero. Como fuera, vivían en el Bosque 1, en una tienda. Puede que ellos sepan más sobre todo lo que está ocurriendo, e incluso formas de combatir los yokai más agresivos. Son los encargados de cuidar la resrva, después de todo.

    Me crucé de brazos, casi como abrazándome a mí mismo, intentando controlar mi respiración. Estaba muy, pero muy nervioso.

    — Estoy completamente aterrado, y una parte de mí quiere salir huyendo lo más rápido que pueda del bosque. Pero siento que no debemos dejar todo esto inconcluso. Por algo llegamos aquí, supongo. Y además, el resto puede que haya pasado situaciones similares a nosotros. O incluso peor. Deberíamos ver de ayudarlos.

    Pasee mi mirada por el bosque, y respiré hondo. Si los demás grupos no sabían nada, eso quiere decir que podrían estar en peligro. Y también quería decir que Alethea, Joey y Alisha podrían estarlo. No sabía que podía hacer un cobarde como yo para ayudarlos, que seguramente se iba a quedar paralizado apenas viera algo levemente terrorífico, pero se sentía peor aún no hacer nada. Posé mis ojos sobre la laguna, y recordé la última pista. A medida que la rememoraba, el color de mi rostro comenzó a diluirse, y me mordí el labio. Oh, por favor no.

    — Por favor, díganme que entendí la última pista de manera completamente errónea, y el niño que nos seguía no murió ahogado hace tiempo atrás. Por favor...

    Perdón por la micronovela (? Les dejo la opción al resto, para ver que quiere hacer el grupo, pero Tomi cree que lo mejor es intentar adivinar, y luego ahí vemos como se desenvuelve todo. Además, no sé si podemos ir a buscar a los otros grupos así como así (? Aunque buscar a Kiki y a su padre pueda servir. Al menos Kiki nos va a proteger con su gato (?
     
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    Amane

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    No fue especialmente difícil captar la atención de todos los presentes al alzar la voz, con el silencio tan pesado que nos rodeaba en esos momentos, y aunque todos se giraron para mirarme, el que finalmente acabó contestando a mi pregunta fue Joey. El chico también se había acercado hasta el punto de quedarse a mi lado, y su cercanía me permitió dedicarle prácticamente toda mi atención mientras me contaba lo que había estado haciendo durante el campamento. La actitud liviana del muchacho se me acabó pegando, quizás en parte porque yo también estaba dispuesta a intentar relajar un poco el ambiente, y le sonreí ligeramente a medida que lo escuchaba.

    —Oh, no, no lo conozco, pero suena a que fue divertido visitarlo. Quizás tengamos otro hueco mañana y pueda ir también —comenté, asintiendo una vez con la cabeza como para afirmarme a mí misma que era una buena idea, y seguimos avanzando hacia la orilla del lago.

    Sin embargo, la paz nos duró bastante poco, pues apenas avanzamos un par de metros antes de vernos nuevamente interceptados por una figura extraña. En aquella ocasión era una mujer bastante más hermosa que la anterior, pero eso no me inspiró ninguna clase de confianza al respecto y no pude evitar buscar contacto tanto con el niño, que se había quedado enganchado de mi ropa, como del moreno, que había seguido caminando a mi lado. Las luces se fueron de repente, en cuanto la mujer se había acercado lo suficiente, y a pesar de costarnos un poquito reaccionar, finalmente pudimos volver a encender las linternas a tiempo para que nada más grave pudiese pasar. La mujer había desaparecido, y me di cuenta en ese momento que había acabado afianzando demasiado fuerte el agarre que tenía en el brazo de Joey, con el que por supuesto me disculpé apresuradamente antes de soltarlo.

    >>Nos van a matar a este paso... —solté en voz baja, comprobando el estado del niño antes de continuar.

    Para más inri, la siguiente pista no estaba por ningún lado en el bosque cinco, así que íbamos a tener que seguir buscando por la zona. Al menos sabíamos que tenía que ser a lo largo de la orilla (o eso creíamos), así que solo era cuestión de un poquito de suerte... ¿verdad?

    >>Saltar a: F4
    >>Moverse a: F3

    Alisha 2.png
    [Cordura: 17/25 | Grupo #3]

    Of course, fue cuestión de empezar a caminar hacia el muelle para que, otra vez, pasase algo a mitad de camino; no nos daban un respiro, for fuck's sake. Mientras avanzábamos por el bosque, me pareció sentir que algo no iba bien, y sin darle demasiadas vueltas al asunto, me puse a olisquear el aire hasta darme cuenta de lo que había conseguido llamar mi atención: olía a quemado. Joder, más les valía no ponerse a quemar el bosque, que el asunto ya empezaría a írseles de las manos entonces... Pero nope, no fue un incendio con lo que nos habíamos topado, si no con un jodido hombre en llamas. Pasó bastante de largo de nosotros, luckily, pero mierda, aquella iba a ser una imagen difícil de olvidar (¿y qué coño pasaba con los olores en esa prueba?).

    Solté un suspiro de nada cuando creí que estábamos a salvo y le eché un vistazo de reojo al niño en cuanto este empezó a llorar, viendo como el resto del grupo hacía el trabajo de intentar consolarlo; por mi parte, ni siquiera hice el amago de intentarlo, porque honestamente, no se me daba nada bien tratar con críos y capaz era de acabar empeorando la situación. Me quedé esperando, pues, a que todo se calmase un poco y pudiésemos retomar la marcha. Llegamos al muelle y, ahí, encontré la última pista, lo que hizo que todos se reuniesen a mi alrededor para leerla. Aquella decisión no pareció ser muy buena idea, porque el niño acabó siendo... ¿secuestrado por una figura negra? al dejar de estar vigilado, y eso acabó desencadenando una especie de mental breakdown en Jezebel que dios gusto.

    Sis, get ahold of yourself —le solté tras haberme acercado a ella, agarrándola del brazo para zarandearla un poco y mirándola con el ceño fruncido—. Se lo habrán llevado los profesores para asustarnos, seguramente porque hemos encontrado la última pista. God, chill.

    No era quien para andar echándole nada en cara, que yo era la primera que llevaba nerviosa con todo aquel asunto desde el encontronazo con el pervertido, pero eso no significaba que no fuese a recriminárselo aún así, si éramos de mí de quién hablábamos. La solté a los segundos, soltando el aire por la nariz, y me giré para encarar al resto del grupo, con la última pista todavía en mis manos.

    >>Creo que se refieren a un juguete de madera, con una bola y un hilo, ¿os suena? A veces he visto a los críos de mi barrio jugar con algo parecido. Era algo tipo... —chasqueé un par de veces los dedos, intentando recordar el nombre, y una vez la bombilla se me iluminó, encendí el walkie para ponerme en contacto con los profesores y darles la respuesta que se me había ocurrido.

    No era la líder que más se preocupaba por su equipo, pero dudaba que en algún momento alguien hubiese esperado lo contrario.

    >>Adivinar: Kendama
     
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    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

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    [F3] Grupo 1

    Francamente no me consideraba una persona asustadiza o... emocional en general, por mucho aire que pareciera llevar en la cabeza al final tendía a racionalizar todo aquello que ocurriera a mi alrededor. Además, conocía las pruebas del Sakura y siempre eran una cagada. En cierta forma los admiraba por montarse semejantes delirios, y jugaban tan bien con las emociones de los estudiantes que no sabía yo cuán falso sería ese rumor de la directora siendo una jodida sádica a escondidas. Tampoco le daba mucha cabeza. Según lo que yo sabía, estábamos en una reserva natural protegida, teníamos que encontrar un objeto y la cantidad de actores pagos era digna de mención.

    Ethans había soltado una pregunta al grupo, supuse para relajar el ambiente, y decidí sumarme a su campaña sin problema. Además, noté las miraditas que los otros dos imbéciles habían lanzado hacia atrás y pobrecita la niña, ¿la habrían dejado hablando sola sólo porque yo estaba a su lado? Los modales, los modales~

    —Yo creo que sí —concedí, mi sonrisa mutando hacia una ligeramente encantadora casi sin darme cuenta—. Cualquier cosa puedes decirme y te guío~ No tengo problema en volver a visitarlo, además queda de camino hacia el resto de la reserva.

    El momento de Príncipe Azul me duró más bien poco. Sasha se había detenido, la mujer loca número dos apareció y se le fue encima a Shimizu. A ver, si me preguntaban no habría tenido demasiado problema en que se lo comiera, se lo llevara o lo que fuera que quisiera hacerle, pero el truquito de las linternas me pilló desprevenido y el apagón repentino sí me sobresaltó un poco. ¿Cómo mierda...? La orden del niño llegó a mis músculos antes que a mi cerebro. Habíamos vuelto a encender las linternas, la mujer había desaparecido y deslicé la mirada a mi costado tras advertir la presión en mi brazo. Alethea se había aferrado a él y, apenas topó con mis ojos, se soltó y pidió disculpas. Esbocé una sonrisa, fue inevitable, y meneé la cabeza.

    —Nada que disculpar, oye. Aquí estamos todos hechos unas gallinas, ¿no?

    Preferí dejar el asunto estar por el momento, aunque me regodeé en el hecho durante un buen rato. Seguimos nuestro camino, alcanzamos la playa y... no encontramos nada. Decidimos volver sobre nuestros pasos para inspeccionar otra porción de orilla y qué sé yo, no presté mucha atención. Me distraje intentando analizar mi linterna. ¿Estarían intervenidas? Nos las habían dado los profesores, al fin y al cabo. ¿Tendrían forma de controlarlas a distancia?

    —¿Estás mejor? —le pregunté a Alethea un rato después, regalándole una sonrisa, ya que muy convenientemente me había mantenido caminando a su lado.

    >> Movimiento a E3 (clear)


    quería responder con Joey así que le dije a Gabi que era un bot y que me dijera una casilla así movía al grupo uwu7

    [E2] Grupo 3 (Alisha, Jezebel, Kakeru, Kenneth, Verónica)

    El ánimo del grupo definitivamente se había torcido tras la desaparición del niño. Kakeru siguió los movimientos de Jezebel, nerviosos y algo erráticos, con un gesto de preocupación ceñido a su rostro. No se movió, sin embargo. Quizá fuera un defecto suyo eso de paralizarse frente a situaciones de estrés, de hecho así él lo creía, el caso fue que no hizo nada. Alisha acabó siendo quien se acercó a la albina e intentó espabilarla. Kakeru pasó saliva, miró a Verónica y a Kenneth y se acercó un paso hacia Welsh, quien pretendía descifrar el misterio. Sí, eso podía hacerlo. Probablemente se sintiera más útil de esa manera.

    Un juguete acudió a su mente al mismo tiempo que Alisha encendía el walkie talkie y arriesgaba una opción sin consultarle al resto. Se quedó en el molde, otra vez, y con disimulo retrocedió. Al menos, era el mismo que había pensado él.

    —¡Muy bien, chicos! —Sachi, del otro lado, los felicitó con alegría—. Están en lo correcto. Ahora cambien su walkie talkie al segundo canal y esperen un momento. —En medio de sus palabras hubo una pausa prácticamente indistinguible—. No han tenido problemas de ningún tipo, ¿verdad?

    El grupo se miró entre sí. ¿Qué le responderían?

     
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    Ikoma-kun

    Ikoma-kun Rolero, dibujante

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    Clementine Crimson

    [B6]Grupo 4

    Todo parecía tornarse cada vez más extraño y enigmático, cuando avanzamos hasta la laguna el lugar entero daba cierto aire de ocultar algo o alguien, aparte algo de mi cabello para escuchar mejor si alguien además de nosotros no seguía el paso,

    En mi cámara solo estaban las fotos del pequeño pero, ya en su primera aparición mis deseos de encontrar buen material paso a segundo plano desde que ese niño llegó a nosotros.

    Y como podía presentir cerca de allí no tardó en ocurrir algo fuera de lugar; una mujer llevando un ¿bebé? En medio de una reserva eso es...arriesgado ¿Considerarían el riesgo de accidentes para este tipo de eventos? Me extraña de solo imaginar que sea permitido incluir a un recién nacido.


    El chico pelirrojo estuvo cerca de tener contacto con la mujer pero el niño impidió todo...

    —Oh y eso que hace rato lloraba—murmure entre risas—hasta puede regañarnos.

    Seguí al grupo hasta una nueva ubicación un terreno hundido y repleto de vegetación, tuve que pisar con cuidado para no caer, cuando vi a todos reunidos caí en cuenta la ausencia de alguien... ¿Y el niño? Observe si podía estar en otro sitio cercano pero ni un mísero rastro...querían volvernos locos de miedo.

    Cerca note que Adara había encontrado alguna pista, sin hacer mucho ruido me acerque para espiar y ver de qué iban aquellas palabras.

    —Un acertijo...—dije señalando lo obvio, los nervios muy de a poco empezaban a afectarme—Tal vez sean de esas linternas Chōchin...del evento Toro Nagashi, de esas linternas que nadan en el l rio.

    A penas estaba tratando de entender las costumbres de este país y por suerte con Misato todo debería ser más sencillo.



    Guarde silencio esperando algo en extraño en particular, esperaba no tener mayores problemas solo por tener algo de diversión.
     
    Última edición: 16 Junio 2023
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    [Cordura 20/25] - Grupo 2
    H1 > H2 > H3 > G3 > G4 > F4 > E4 > D4

    Suspire mientras seguía caminando, Kohaku, Jack y el niño estaban adelante y para decir verdad con todo lo que había visto ahora no sabia como terminaría. Después de todo solo esperaba no terminar traumada, ver esas cosas en imagen era muy diferentes que verlas en persona. Mire hacia al frente para ver si nos faltaba poco para llegar hacia donde queríamos ir, había escuchado lo que Kohaku estaba hablado pero casi no le preste atención estaba demasiado perdida en mis pensamientos.

    Pero entonces la pausa que hizo Jack me alarmo, y cuando alce la vista hacia todos note que Anna ya no estaba, gire en mi eje con mi linterna alumbrando todo el lugar, la voz de Kohaku se escucho llamando su nombre no supe que hacer.

    Respire hondo.

    Una de nosotros no podía desaparecer así por así.

    Entonces alce una ceja cuando nos pareció escuchar un forcejeo, así que todo decidimos ir hacia el lugar, cuando llegamos vimos a Anna de pie contra el tronco del árbol, no me acerque ni nada pero mi vista observo todo el lugar donde estábamos, para cuando volví a verla ella se estaba secando el rostro con la sudadera ¿acaso la criatura que se la llevo le había tocado, o lamido el rostro?. Tal y como fuese aparte mi vista de Anna para mirar atrás de ella y pude distinguir unos ojos amarillentos, pero en un parpadeo ya no estaba.

    Moví la cabeza, gire mi cuerpo aun costado y avance sin darme cuenta que hacían los demás pues no paso mucho hasta que decidimos avanzar y cruzamos la laguna por una profundidad baja claramente pase por encima de las piedras con cuidado a no resbalarme sin ningún problema. Entonces el niños nos guio hasta la estatua, y empezamos a buscar la pista en eso pude notar por encima del hombro lo que hacia Kohaku, fruncí un poco el ceño hasta que recordé la conversación que tuvimos, baje mi mirada y la posicione en Maze cuando escuche su voz había encontrado la tercera pista.

    Sonreí.

    Avance hasta donde el estaba y cuando ya todos nos íbamos reuniendo el ya había empezado a leer la pista en voz alta, ladee la cabeza escuchando cada palabra de la pista y cuando Kohaku intervino lo que nos pregunto me dejo tiesa en mi lugar. ¿Qué estaba pasando? ¿Dónde estaba el niño?, y ahora que reflexionaba no tenia ni idea de como se llamaba, entonces Anna decidió encender el walkie talkie, una maestra respondió y cuando empezaron hablar, y toda la conversación trascurría cada palabra hacia que mirara todo mi alrededor.

    Pero lo que dijo después me dejo helada. Ella no tenia ni idea de que niño Anna le hablaba, parpadee un par de veces hasta que escuche la voz de Jack, el empezó hablar y escuche todo lo que decía empecé a repasar las pistas una y otra vez. No murmure nada, ahora era yo y mis ideas necesitaba ponerlas en orden.


    Adara (1).png

    [Cordura: 23/25] Grupo 4
    F6 > F5 > E5 > D5 > D4 > C4 > B4 > B5 > B6

    Suspire mientras escuchaba la respuesta de Cayden a mi pregunta, no dije nada solo asentí en modo de respuesta en eso note como Hubert también se unía y le hacia una pregunta, solo detuve mi andar por un instante para poder dejar que ellos hablaran, solo los seguí detrás y entonces llegamos al lugar que para decir verdad me impresiono bastante.

    Mire todo a mi alrededor, se miraba impresionante y ahora que lo recordaba lleve mi mano hacia mi cuello. Mi cámara. Eran enserio hasta recordaba que la tenia andar con Fiorella me estaba afectando bastante y imaginaba que a ella también se le estaban pegando mis cosas, mis sarcasmo y creo que eso era lo mejor para ella, para decir verdad las dos éramos muy diferentes.

    Deje de pensar tanto y le tome una fotografía, no paso mucho hasta que empezamos a investigar el lugar, entonces sonreí para mis adentros cuando encontré la pista pero cuando nos volvimos a reunir me di cuenta que el niño ya no estaba. Fruncí el ceño mire todo a mi alrededor, mire la pista en mis manos y empecé a leer pero mis expresiones no decían nada aunque estuviere preocupada por el niño.

    Escuche la voz de Clementine, y la mire por encima de mi hombro cuando empezó hablar, mi ojos aun seguían mirando todo el lugar y solo hice esa acción cuando ella hablo.

    —Puede ser —asentí en modo de repaso una y otra vez—. Puede ser —inquirí repasando cada pista en mi mente, pero no estaba del todo concentrada ¿Acaso me había encariñado con Kodai?, y como lo pensaba los únicos seres humanos que yo soporta tener cerca aparte de Fiorella y Jez eran los niños.
     
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    Zireael

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    Maze 2.png

    [Cordura 19/25] Grupo 2

    No era mucho lo que se podía hacer en media reserva con una servilleta y buenas intenciones, pero creí que era peor que nada e igual si la rechazaba no iba a ofenderme ni nada. De hecho luego de que hablara con Kohaku y todo el tema, que no aceptara el brazo que le había ofrecido no era algo que no hubiese esperado o que no comprendiera, así que solo le dediqué una sonrisa antes de regresar a mi espacio sin más.

    Al llegar a nuestro destino me di cuenta que Kohaku se había detenido en la estatua de Jizo, fue un instante en que lo determiné antes de ponerme en movimiento y dejarlo ser sin más. Me puse a buscar esperando no ser una interrupción en el momento del chico y de hecho no tardé en encontrar la pista, así que alcé la voz apenas lo suficiente para atraer la atención de los demás.

    Cuando terminé de leer la pregunta de pelito de nube me hizo fruncir el ceño apenas, paseando la vista por todos los alrededores en busca de la silueta del pequeño y suspiré con cierta pesadez al no verlo por ninguna parte, ninguna de las linternas iluminó su cuerpo ni nos dio ninguna pista. Estaba por decir que podíamos buscarlo un poco más allá cuando el walkie se activó.

    La conversación se puso rara, suspiré con cierto hastío y ondeé el papel que tenía la pista como para distraerme en algo. ¿Me sorprendía? No realmente, pero eso no quitaba que la cosa transmitiera una inquietud de lo más rara. La sorpresa fue que Jack se puso en modo racional luego de llevar toda la prueba al borde de un colapso mental.

    —Decir que murió ahogado sería estirar mucho la cuerda, quiero pensar —añadí todavía ondeando el papel e hice memoria de las tres pistas—. En cualquier caso, creo saber de qué habla, los sombreros estos... Hay varios tipos, pero en sí la categoría del sombrero los agrupa todos y tienen una figura similar.

    >>Adivinar: Kasa.


    el peor intento es el que no se hace *c muere*

    Jez 2.png
    [Cordura: 19/25]

    Puede que viniendo de mí sonara a hipocresía absoluta, pero si yo misma me había callado y me había detenido a tomar aire no necesitaba que nadie me tocara ni nada más. Venía sobrando, para qué mentir, así que cuando Alisha me pescó del brazo para zarandearme me costó bastante esfuerzo mental no zafarme de golpe y no supe si quedarme callada fue la opción inteligente o la estúpida, porque huevos había que tener para echarme algo en cara en estas condiciones.

    No me moví de mi lugar, no se me apeteció, y como ella llegó a la conclusión rápidamente no ahorró neuronas a todos por una vez. Golpeteé la linterna contra mi pierna, inquieta, pero no abrí la boca y lancé el haz de luz en la dirección en que el niño había desaparecido. La voz de la profesora nos felicitó, dijo que pasáramos el walkie al segundo canal y luego hizo la pregunta.

    Giré el rostro hacia el grupo, lanzando la luz hacia otro lado para no encandilarlos y no cambié la expresión al encogerme de hombros. Podían decirle lo que quisieran, si la cosa estaba orquestada importaba bien poco, ¿no?


    pero miren ese poderoso relleno

    Arata.png
    [Cordura: 20/25] Grupo 1
    F4 > G4 > G5 > H5 > H4 > H3 > H2 > H1 > F4 > F3 > E3

    Me bastó con que mi respuesta la hiciera reír, como siempre, así nadie se angustiaba de más por mujeres locas que evidentemente estaban fuera de mi control. Sentí el peso de su cabeza en mi hombro un momento, terminé de calmarme y seguimos andando hacia... ¿Hacia dónde específicamente? Ya ni lo sabía, la verdad. No iba a usar neuronas extra tampoco.

    El caso fue que no encontramos nada, así que me desinflé los pulmones con cierto cansancio y seguí a Sasha en nuestra nueva misión: revisar vete a saber cuál orilla del agua en específico. La pista era demasiado general, ¿no? Tenía pinta y mira que yo a veces podía triangular información de forma bastante decente, porque era lo que me daba de comer más de una vez, pero ni idea. Igual ocupábamos tener una epifanía o algo.

    —A parte de haber comenzado colección de tías locas estamos perdidos como la mierda, ¿no? —solté medio al aire, pateando una piedrita entre la tierra—. Al menos habremos recorrido media reserva para el final de la noche.

    Movimiento: D3 i guess


    Altan4.png
    [Cordura 22/25] Grupo 4

    Sonaba a que se me estaba volando la pinza, pero mientras nos dirigíamos al humedal había tenido un presentimiento de mierda venido de ninguna parte y no supe si era que nos iba a salir alguna otra cosa rara o solo era, bueno, que estábamos metidos en una cosa rara global. Me dio cierta ansiedad, sutil, que metí bajo la alfombra para seguir guiando al grupo sin retrasos.

    En teoría todo estaba preparado, ensayado y bien establecido para cagarnos hasta las patas, pero en todo plan había un error estadístico y a esta gente algo se le podía escapar de las manos. Mandar a un montón de adolescentes a jugar a las Pistas de Blue tampoco sonaba como a la mejor línea de acción, pero qué sabía yo, mi entendimiento de asustar a la gente tampoco era el mejor. El caso es que pensé en Anna y aunque se metiera a todo lado con estas vibras de no temerle a nada, bueno, era un poco una bola de ansiedad.

    Pero bueno, parafraseando a Shimizu nadie iba a morirse por salir de mi campo de visión un rato.

    El caso es que llegamos al humedal, nos distrajimos un buen rato y a mí la incertidumbre me siguió dando vueltas, sin encontrar cómo quitármela y no tuve más opción que seguir existiendo así. Por lo menos Adara encontró la pista cuando por fin nos pusimos a buscar, así que nos reunimos para leerla. Apenas lo hicimos Cayden me miró, repentinamente angustiado, y advertí la ausencia de Kodai.

    Estiré la mano con la que no sujetaba la mano y alcancé la nuca del pelirrojo, lo medio zarandeé pero al retirar el contacto le dediqué algo parecido a una caricia en la base del cabello. Se desinfló los pulmones, obligándose a calmarse, y atendió a la palabras de Clementine que parecía haber superado su trance recién.

    —No es raro que las personas escriban o dibujen en las chōchin —añadí mientras tomaba el walkie que me había ajustado a la cintura, aunque sin activarlo todavía—, por lo general son buenos deseos o símbolos de paz. Al soltarlas al agua se agrupan, siguiendo la corriente, así que tendría sentido.

    —¿Crees que el espíritu del niño esté en una lámpara de papel? —Tanteó Cayden en un murmuro.

    —Creo que tienes que dejar de pensar a la velocidad en que lo estás haciendo —advertí, firme, y el otro se enjuagó los ojos con cierto cansancio.

    quem Bruno TDF al final hice una búsqueda exhaustiva en google (??? así que apoyo lo que propuso Ikoma

    Ya se lo había medio comentado a quem, así que idk que Bruno me diga si edito el post para poner que adivinamos la cosa o lo esperamos si quiere postear, cualquiera está bien uwu

    extra: perdón por tremendo tochopost xd dejé pasar muchos días entre respuestas ajbdeh
     
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    Bruno TDF

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    [Cordura 19/25]
    E2 - Grupo 3


    El niño del bosque pareció calmarse un poco tras mis palabras, y principalmente porque Jez también se acercó para consolarlo. La máscara de zorro que llevaba sobre su rostro, en realidad, no me permitía estar completamente segura de que se sintiese mejor, pero al menos había dejado de llorar en el momento que reemprendimos la marcha. Sin embargo, no tomó mis manos y yo, por temor a angustiarlo más, decidí no insistir al respecto. Además, ahora tenía a Jez cerca, con la que mostraba algo más de confianza o abrigo. Por mí parte, regresé a mi sitio junto a Kakeru y Copito. Miraba bastantes veces el mapa y la brújula para asegurarnos de que estábamos en la dirección correcta, pero cada tanto mis ojos se enfocaban en el pequeñín, pues me seguía preocupando.

    Una vez dimos con el muelle mencionado en la segunda pista, no pasaron muchos minutos hasta que Ali dio con la pista final, una carta de alguien que hablaba de sí mismo como la creación de un artesano, un regalo abandonado. Me dio un poco de curiosidad que también se mencionara un niño en ese mensaje… Y justo en el momento en que pensaba en esta aparente casualidad, el niño-zorro pareció sobresaltarse, lo que hizo que yo también diera un pequeño respingo detrás de Kakeru, a quien seguía. Lo escuché caer de bruces sobre el suelo húmedo.

    —¡Ah! —exclamé alarmada y dirigí mi haz de luz hacia él para comprobar que estaba bien.

    Sin embargo… Mi luz jamás lo alcanzó. No del todo. La linterna en mi mano parpadeó, y no sólo la mía, ¡a-a los demás les ocurrió lo mismo! Como… Como en las películas de terror… Y-y-y en el medio de la confusión, llegué a ver una sombra inmensa y delgada que casi me hace tropezar del susto, seguido de un fuerte grito y luego… Silencio. La voz de Fuji me hizo reaccionar y yo… yo tampoco sabía qué había pasado.

    Mi corazón dio un vuelco cuando Jez dijo que el niño-zorro había desaparecido. Al enterarme de esto tuve el impulso de correr a salvarlo, pero sólo pude darme cuenta de que jamás pude ver hacia dónde se lo llevaron, por culpa de la nube que cubrió la luna. Tampoco podía hacer mucho con la limitada luz que teníamos y el sonido de mi respiración me impedía detectar sonidos que me dieran pistas de su paradero, por no mencionar el intercambio entre Jez y Ali. Ella, nuestra flamante líder, a la que notaba incluso más nerviosa que yo, tuvo la suficiente compostura para tranquilizar a nuestra compañera y, además, tomar su wakie-talkie: porque en medio de la confusión, tuvo la capacidad de recordar que esto era una prueba, y que debíamos cumplir el objetivo que teníamos en común, como grupo que éramos.

    Mis músculos se relajaron un poco cuando la voz de la profesora nos felicitó desde el otro lado del aparato, ya que Kendama era la respuesta correcta; esto implicaba que la prueba llegaría a su fin. Acto seguido, nos preguntó si no habíamos tenido problemas. Intercambié miradas con el grupo, incluso Copito nos observó desde la cabeza de Fuji. Luego fruncí al ceño, recordando lo que acababa de pasar.

    —Había un niño con nosotros, pero se lo acaba de llevar de una forma demasiado brusca, quiero saber si está bien. Por un momento vimos una sombra altísima, eso lo alejó de nosotros —dije acercando los labios al walkie-talkie que aún se encontraba en la mano de Ali—. Y hablando de cosas altas, exijo que sancionen a Kendatsuba. Apareció de la nada e invadió nuestro espacio personal, me da escalofríos de sólo recordarlo —finalicé con un tono visiblemente indignado. Evité mencionar qué hizo y a quiénes se lo hizo, porque pensaba que contar aquello correspondía a Ali y Jez, que habían sido víctimas de tan desagradable momento.


    [​IMG]
    [Cordura 25/25]
    B6 - Grupo 4


    Cayden se mostraba realmente apenado por su encontronazo con la mujer del lago, por lo que asentí en silencio cuando me contestó. No quería incomodarlo más, así que opté por recobrar la concentración en la búsqueda de pistas. Así, nuestros pasos nos llevaron hasta un humedal bastante bello a mi ver, plagado de los aromas de las plantas y de la tierra. En este lugar fue Adara la que encontró la tercera pista también escrita en papel. Su contenido resultaba bastante esclarecedor.

    Pero hubo un inconveniente: al reunirnos para ver la pista, lo primero que noté fue la ausencia de Kodai. Los busqué con linterna rápidamente, sin dejar un solo centímetro del sector sin iluminar, pero… Nada. Acaba de desaparecer casi frente a nuestros ojos. Presté atención al entorno: no detecté nada. Si el niño estaba a punto de asustarnos, todavía no había hecho su movimiento.

    Clementine dijo que el objeto de la pista eran los Chochin, linternas que flotaban sobre el agua. Para mí tuvo sentido lo que decía, y los demás estuvieron de acuerdo.

    Los chōchin también simbolizan el regreso de los espíritus a la tierra de los muertos —añadí a lo que dijo Altan, mirándole. Sus amplios conocimientos sobre folcklore no eran coincidentes con su actitud ruda, la verdad es que había captado mi interés. Obviamente, no se lo dije—. Coincide con el tono de esta prueba, ya que nuestros encuentros han estado relacionados con representaciones de espíritus —mencioné con porte calmado, pues por el momento no me había asustado mucho, primaba la lógica en mis palabras. Miré al resto del grupo y sonreí— Estoy de acuerdo, digamos que el objeto al que refieren las pistas es un chōchin.


    >>Adivinar: Chōchin
     
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    Amane

    Amane Equipo administrativo Comentarista destacado bed chem stan

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    [Cordura: 23/25 | Grupo #1]

    Tras haber expresado mi intención de visitar el santuario al día siguiente, Joey se ofreció a hacerme de guía si lo necesitaba, y yo no tuve mucho problema en asentir un par de veces con la cabeza, aceptando su oferta. Se me hacía un chico de lo más simpático y, honestamente, no tenía ningún motivo para rechazar la posibilidad de su compañía; además, tenía el visto bueno de Riri, detalle que nunca estaba de más. Lo que es más, el muchacho fue muy amable al intentar tranquilizarme cuando me disculpé por haberme agarrado de su brazo tan repentinamente, y al final no pude evitar dedicarle una sonrisa de agradecimiento por ello.

    Dado que no descubrimos nada en la zona del bosque cinco, tuvimos que retomar la marcha hacia cualquier otro punto que pudiese corresponderse a la pista, y aproveché el camino para repasar mentalmente las dos pistas que ya habíamos conseguido encontrar en relación al objeto; tenía pinta de ser un instrumento, ¿verdad? En el peor de los casos, quizás podríamos adivinarlo sin la última ayuda... Estaba bastante sumida en ese pensamiento cuando, una vez más, la voz de Joey se alzó a mi lado y logró llamar mi atención, a lo que giré la cabeza para mirarlo y volver a sonreírle suavemente.

    —Sí, estoy mejor, gracias —contesté, manteniendo un tono de voz bajo, y no pude evitar soltar una ligera risilla algo nerviosa—. Sé que es una prueba de valor, y generalmente no soy una persona asustadiza, pero creo que me he sugestionado un poco después de la primera mujer que vimos. Tú te ves muy entero, ¿cómo lo haces? Encima ella vino a por ti...

    post completamente necesario, si me preguntan, CUZ JOEY MY BOY I LOVE YOU AAA <3
     
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    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

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    [D3] Grupo 1 (Alethea, Arata, Ayako, Joey, Sasha)

    El grupo decidió seguir hacia el Este, manteniéndose sobre el camino para... ¿minimizar los riesgos, quizá? Antes de virar, cerca de la orilla les había parecido notar las luces de varias linternas, pero simplemente asumieron que se trataría de otro grupo y no le llevaron demasiado el apunte. Entre tanto, Alethea le respondió a Joey y este alzó las cejas, puede que sorprendido con su propia entereza. Lo pensó un poco antes de responder.

    —No soy una persona muy asustadiza, supongo —resolvió, junto a una risa liviana—, o quizá ya he visto muchos espantos. ¿El precio de los antitranspirantes? Dios, debería ser ilegal.

    La conversación le llegó levemente al resto del grupo, quien se mantuvo más atento al camino y los alrededores. Fueron los pasos de Joey los que se detuvieron. El chico frunció el ceño, se sobó brevemente la nuca y miró en todas direcciones, confundido.

    —Qué extraño —murmuró—, juraría que oí... que sentí algo.

    Aquí íbamos de nuevo, ¿eh? El grupo recortó la distancia que habían mantenido casi sin darse cuenta y Alethea buscó la mano del niño. Todos pararon la oreja. Había... era difícil de discernir, era una especie de murmullo sumamente estable y sutil. Casi una interferencia, capaz de embotar los sentidos. El niño fue el primero en ceder. En un momento giró el rostro hacia la oscura vegetación al Norte y se quedó prendado allí. Alethea reaccionó al notar cómo se deslizaba fuera de su agarre y empezaba a caminar en dicha dirección. Sasha también lo notó y chasqueó la lengua por lo bajo. Podría parecer molesta, pero sólo estaba preocupada.

    —¿Cielo? —lo llamó, y el niño siguió avanzando—. Cielo, vuelve aquí.

    Parecía un sonámbulo. En un momento, las luces de sus linternas parpadearon y el niño desapareció del panorama. Pierce arrugó el ceño y paseó la mirada por el grupo hasta detenerse en Alethea, a quien se acercó con cierto apremio.

    —¿Vamos a buscarlo? —propuso, y se giró hacia los demás—. Ustedes quédense aquí, así sabemos adónde volver.

    No era el mejor plan, tampoco parecía haber uno mejor. Daba igual, ¿cierto? Sólo era una prueba de valor escolar, no les ocurriría nada malo más allá de los sustos. Así, Sasha le dedicó una sonrisa de aliento a Ethans y fueron detrás de los pasos del niño. A medida que se acercaban al bosque, aquella interferencia tan extraña comenzó a recuperar sentido y color. Eran voces, voces espectrales que no sonaban en absoluto agradables. Alethea se sobó el cuello, justo como Joey había hecho antes. No podía explicarlo, sólo... se sentía extraño. Sasha la miró de reojo y, fuera por reflejo o no, sintió el impulso de imitar sus movimientos.

    Comenzaron a llamar al niño, sin demasiado éxito. Las voces seguían llamándolas, murmurando sus nombres, intentando atraerlas. Ambas se esforzaron por ignorarlas y, al buscar en direcciones diferentes, las dos identificaron una silueta que parecía ser la del pequeño. Estaba de pie, frente a un árbol, dándoles la espalda. Tanto Sasha como Alethea se acercaron a su respectivo niño, aliviadas, pero se detuvieron al notar la soga que colgaba del árbol. Las voces, por un segundo, susurraron en sus oídos.

    ¿No quieres hacerlo?

    Hazlo.

    Hazlo de una vez.

    Hazlo.

    ¡Ya hazlo!

    Algo las atrapó desde atrás, inmovilizándolas, y las sujetó fuertemente del cuello. Tuvieron que soltar las linternas para intentar zafarse y comenzaron a llamar al resto del grupo, alteradas. Sasha notó que su voz se solapaba con la de Alethea y se maldijo internamente. ¿Por qué se habían separado? ¿No habían visto ambas al niño? Éste, por su parte, se giró hacia ella y pareció salir de su trance. Pierce no tenía idea lo que había detrás suyo, pero el pequeño se encogió en absoluto terror y salió corriendo. Lo mismo le ocurrió a Alethea.

    —Ya mueran —susurraron aquellas cosas—, hágannos el favor y mueran.

    Las chicas se siguieron revolviendo y resistiendo hasta que el resto del grupo las encontró. Se encontraban a pocos metros de distancia y, apenas los oyeron, lo que sea que las hubieran atrapado las soltaron. Sasha cayó de rodillas al suelo por la inercia y automáticamente se llevó las manos al cuello, esforzándose por regular su respiración. El corazón le latía desbocado y, por un instante, cerró los ojos con fuerza. Dioses, eso... eso había sido horrible.

    Joey, por su parte, decidió acercarse a Alethea luego de mirar alrededor, asegurándose que no hubiera nadie.

    —¿Estás bien? —indagó, colocando una mano en su espalda—. ¿Qué pasó?

    Más temprano que tarde se darían cuenta que el niño, o los niños, ya no estaban.


    ¡Yokaidex actualizada! Pueden seguir moviéndose con normalidad.

    Barra de cordura:
    Alethea Ethans [20/25]
    Arata Shimizu [19/25]
    Ayako Sugawara [22/25]
    Joey Wickham [19/25]
    Sasha Pierce [20/25]

    Amane Zireael Etihw


    Mañana voy a responder con el resto btw, que de todos modos el grupo 1 es el más atrasado y me conviene nivelarlos un poco por el LORE unu
     
    Gigi Blanche ha tirado dados de 3 caras para Anticipación Alethea-Ayako Total: 4 $dice $dice
    Gigi Blanche ha tirado dados de 3 caras para CORD Ale-Arata-Aya-Joey-Sasha Total: 8 $dice $dice $dice $dice $dice
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    Zireael

    Zireael Equipo administrativo Comentarista empedernido seventeen k. gakkouer

    Leo
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    [Cordura 19/25] Grupo 1
    F4 > G4 > G5 > H5 > H4 > H3 > H2 > H1 > F4 > F3 > E3 > D3

    La conversación de Wickham y Alethea me alcanzaba desde atrás mientras seguíamos por el camino, les ponía atención y a la vez no, al menos lo estaba haciendo cuando me pareció escuchar los pasos de uno de los dos detenerse. Dejé de caminar en reflejo, girando apenas el rostro, así que afilé el oído y escuché al chico decir que había sentido algo. La verdad era que si le caía un trueno y lo que estaba sintiendo era la estática antes el impacto me daba igual, pero por desgracia éramos un grupo y si este sentía algo raro era posible que todos termináramos embarrados en el desastre.

    Me jodía cederle razón al idiota, pero cuando todos recortamos la distancia comencé a sentirlo y la interferencia, necia, me erizó la piel. El niño miró al Norte, no me di cuenta pero imité su movimiento apenas unos segundos después y me quedé estático, tratando de darle forma a lo que llegaba desde esa dirección. No noté el movimiento de Alethea, las palabras de Sasha me sonaron algo distantes y para cuando me di cuenta se estaban alejando a buscar al niño, que había salido embobado hacia el origen del murmullo.

    Chasqueé la lengua, di un paso pretendiendo seguirlas, pero entendía que debían tener un punto al que volver y me obligué a no ser demasiado dramático. Quizás debí serlo, qué coño sabía yo, porque pasado un rato las voces de las chicas comenzaron a llamarnos y mi cerebro bloqueó los susurros distantes de golpe, cancelándolos.

    —Sasha —murmuré primero, conectando neuronas, hasta que el miedo me aplastó haciéndome reaccionar de inmediato—. ¡Sasha!

    No pregunté, no miré a la rubia ni al inglés y eché a correr de inmediato en dirección a sus voces, tratando de apuntar la linterna para evitarme irme de boca al suelo. Había sido siempre rápido, no debí tardar demasiado, pero sentí que no iba a llegar nunca y que por muy prueba de valor que fuese esto, pillar a dos chicas así era una jugada de mierda.

    Como si no lo supiera de sobra, como si no lo hubiese visto suceder miles de veces.

    Cuando la luz rebotó contra la silueta de Sasha, contra su cabello rojo, aceleré la carrera incluso más y al pretender frenar para arrodillarme a su lado arrastré la tierra debajo de los zapatos por el impulso. Se había llevado las manos al cuello, la vi, y entendí de inmediato que algo había pretendido estrangularla y que Alethea debía haber sufrido el mismo destino.

    —¿Me oyes? Soy yo —le dije casi en un susurro con la respiración colándose en mi voz, al mismo tiempo busqué con la vista a la amiga de Ri y cuando noté que el inglés estaba con ella regresé toda la atención a Sasha—. Soy yo. Ya estamos aquí.

    Dejé la linterna en el suelo a su lado, me liberé las manos así que una encontró su espalda y la otra las suyas, pretendiendo alejarlas de su propio cuello. Le dediqué una caricia amplia que pretendió instarla a tomar aire a ese ritmo para que dejara de boquear por lo menos y entonces el miedo giró en redondo, enviándome electricidad por todo el cuerpo. La retuve a duras penas, tensando la mandíbula un instante, y alcé la vista para buscar algo en la oscuridad distante, lo que fuese.

    El niño no estaba, pero tampoco había nadie más.

    —Respira despacio, cariño —continué en voz baja—. Joder, ¿qué te hicieron?


    damn girl perdón ahí but my boy talked to me(?

    me chiflan si quieren que edite para poner el movimiento, si no esperamos a gabs aquí con la dosis de drama-
     
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    Amane

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    [Cordura: 20/25 | Grupo #1]

    La respuesta inicial de Joey no me resultó nada salido de lo común, a decir verdad, pero no pude decir lo mismo cuando continuó hablando y soltó el siguiente comentario; me saco completamente de onda y no pude reprimir la risa que se me escapó de los labios al escucharlo. La tontería logró relajarme de manera considerable, y tuve que agradecérselo internamente al chico; incluso si, al final, aquel momento de calma acabó durante demasiado poco como para poder disfrutarlo realmente.

    Avanzamos un par de pasos más antes de que Joey se parase en seco, haciendo que todos acabásemos imitando su acción y mirásemos alrededor con los sentidos alerta; demasiados sustos habíamos pasado ya en lo que llevábamos de prueba como para no tomar en serio cualquier sensación extraña. Los cuatro volvimos a juntarnos y el niño, que había estado caminando de mi mando en todo momento, de repente se me escapó de entre los dedos para comenzar a alejarse hacia el bosque. Fue una cosa super extraña, no reaccionó a nuestros llamados y siguió hacia el norte como si estuviese... poseído.

    Sasha y yo fuimos las que acabamos siguiéndolo hacia la negrura, dejando a los chicos atrás para tener un punto al que volver, y apenas nos adentramos un par de metros, la extraña sensación que había tenido hasta el momento se acentuó de manera exacerbada y las voces que nos rodeaban se volvieron exageradamente claras. Me llevé las manos al cuello casi sin pensarlo, pues mi cerebro estaba haciendo el mayor esfuerzo posible por ignorar las llamadas tan atrayentes de aquellas voces, y a pesar de que el niño no respondió en ningún momento a nuestros gritos, en algún momento fui capaz de distinguir su figura no muy lejos de mi posición, por lo que aceleré el paso para interceptarlo antes de que fuese demasiado tarde.

    Y, de repente, oscuridad.

    Fue todo tan repentino que realmente no sabría definir cómo rayos pasó, pero me paré en seco al ver la soga que había colgada del árbol y lo siguiente que supe es que alguien, o algo, me había agarrado del cuello con tal fuerza que me sentí incapaz de moverme. Dejé caer la linterna e hice lo posible por escaparme del agarre, pero lo que sea que fuese aquello tenía una fuerza sobrenatural y la única esperanza que me quedó fue gritar para que los chicos me escuchasen. ¿Y dónde demonios estaba Sasha? Me parecía estar escuchándola gritar también, y solo la idea de que estuviésemos pasando por lo mismo fue suficiente para que otra ola de terror se apoderase de mi cuerpo.

    Lo siguiente que supe es que me había librado de aquella obstrucción en mi cuello y el aire pudo volver a pasar a mis pulmones, acción que comprobé gracias a la respiración agitada que se me quedó después de todo lo sucedido. Bajé las manos hasta depositarlas sobre mi pecho, haciendo un esfuerzo visible por controlarme tanto la respiración como el evidente temblor que se había apoderado de mi cuerpo, y cuando sentí la mano ajena sobre mi espalda, me giré de manera algo brusca. Reconocí la figura de Joey, incluso en la oscuridad y con los ojos llorosos, y ni siquiera lo pensé cuando me eché hacia delante para abrazarlo, cogiendo aire con fuerza.

    —Gracias —fue todo lo que pude decirle, con la voz aún pastosa.

    En el fondo sabía que seguía siendo una prueba de valor de la escuela, que se suponía que nada realmente malo nos iba a pasar mientras estuviésemos en ella, pero en ese mismo instante no podía procesar esa información como tal; si los chicos no hubiesen llegado, genuinamente creía que no lo hubiésemos contado.

    tampoco chipe-chan está muy en la labor de mover al grupo alsjanljsda si a belu no le importa hacer otra vez de bot y puede hacer que sus personajes reaccionen más decentemente, pues nos moveríamos a la C3
     
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  12.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

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    [D4] Grupo 2 (Anna, David, Fiorella, Kohaku, Jack)

    —¡Me sumo al spa! —soltó Anna con la mano alzada apenas Jack lo propuso, poco después de topar con el gigante y definitivamente antes de que una cosa negra la secuestrara—. Hombre, los profes deberían darnos cupones o pases gratis después de todo esto.

    Kohaku, por su parte, atendió la respuesta de Jack sobre su propio folklore sin distraerse realmente con nada. Pensó que la cultura local de muchas regiones se componía de criaturas malvadas y espeluznantes, desde luego, pero no estaba seguro que todas ellas convivieran de forma tan íntima con dichas entidades como la japonesa, y quizás ahí radicara la diferencia. No le vio sentido a expresarlo, en cualquier caso, considerando los nervios de Jack. Se limitó a sonreírle y seguir caminando, en silencio.

    Con la crisis superada (o algo así), el grupo llegó al santuario, encontró la pista y se comunicó con los profesores. La conversación definitivamente no se había desarrollado como esperaban. Fue tal la sorpresa que Anna decidió ponerle una excusa apresurada a la maestra y cerrar el canal, así podían hablar entre ellos. Jack comenzó a hablar, captando la atención del resto. Kohaku se mantuvo impasible, como siempre, aunque se lo notaba pensativo. La expresión de Anna se fue contrayendo poco a poco, en una mezcla de confusión, tristeza y molestia. No... no entendía nada, por Dios. ¿Sería cierto que los profesores no sabían del niño? ¿Era parte de la prueba? ¿Las cosas se les habían salido de las manos?

    No tenía idea.

    —Deberíamos calmarnos, primero —propuso Kohaku, un segundo antes de que Maze hablara—. Si dejamos que el miedo nos domine y que toda esta situación nos condicione... significa que la prueba de valor está funcionando, ¿verdad? Lo cual significa, a su vez, que estamos a salvo. Si seguimos el plan estoy seguro que las cosas irán bien.

    ¿Estaba tan seguro de lo que decía? No, en absoluto, pero le temía más a la histeria colectiva que a la posibilidad de que aquel niño hubiera sido un yōkai de verdad.

    Tras la intervención de Maze, el grupo decidió ponerse a pensar e intentar adivinar el dichoso objeto. Cuando tuvieron una opción concreta, Anna encendió el walkie y arriesgó: Kasa.

    —Oh, lo siento, niños. Ese no es el objeto correcto —fue todo lo que les dijo Sachi—. ¡Sigan pensando! Les quedan dos intentos más, ¡a no desanimarse!



    [E2] Grupo 3 (Alisha, Jezebel, Kakeru, Kenneth, Verónica)

    Al final, Verónica decidió responderle a la profesora. Tras hablar del niño, la sombra alta y Kendatsuba, recibieron un breve silencio. "¿Otra vez?", se escuchó vagamente detrás de Sachi, algunos alumnos podrían asociar aquella voz con la de Kanade. En cualquier caso, no tenían forma de saber a qué se refería con exactitud.

    —Lamentamos mucho si algún aspecto de la prueba de valor los ha incomodado, niños —respondió la mujer, apesadumbrada—. Pero recuerden que están a salvo, ¿sí? Nada malo va a ocurrirles. Ahora pueden cambiar al segundo canal y aguardar un momento, recibirán el resto de las instrucciones.

    Eso había sido... un poco evasivo, ¿verdad? Al final hicieron lo que Sachi les decía y esperaron. La interferencia flaqueó y oyeron una voz rasposa del otro lado. Kenneth podría reconocerlo: era el anciano que los había acompañado en la zona del santuario.

    —Felicidades, jovencitos, han encontrado las pistas y reconstruido las memorias de la kendama. Ahora queda recuperarla, ¿cierto? Si revisan sus mapas, podrán encontrarla muy cerca del santuario, al Norte. He oído que los tengu la han protegido todos estos años con su magia y les estoy profundamente agradecido, pero ahora... la necesitamos. Él la necesita.

    ¿Él? ¿De qué estaba hablando?

    —Una vez tengan la kendama, vuelvan a contactarme, jóvenes. Les diré cómo proseguir. Muchas gracias por hacer esto.


    Han obtenido la ubicación del objeto. La kendama se encuentra en D5. Yendo a la casilla e indicando que la buscan bastará para encontrarla.

    Amane Zireael Bruno TDF

    [B6] Grupo 4 (Adara, Altan, Cayden, Clementine, Hubert)

    Cuando el grupo finalmente se puso de acuerdo, abrieron comunicación y arriesgaron su primera opción: chōchin.

    —¡Muy bien, niños! ¡Han adivinado a la primera! Se ve que saben mucho de folklore japonés, los felicito —respondió Sachi, emocionada—. Ahora cambien al segundo canal y aguarden un momento, recibirán allí las demás instrucciones.

    Los estudiantes obedecieron y, tal y como Sachi había dicho, transcurrieron pocos minutos cuando oyeron una voz del otro lado. Era de un hombre y sonaba mayor.

    —Ah, las linternas chōchin. Pensar en ellas me trae... muchos recuerdos. Ya falta poco, jóvenes, muy poco. He oído que la linterna se encuentra en el estanque de luciérnagas, al resguardo del viento y la lluvia. ¿Podrían buscarla por mí? Me harían... un gran favor. Una vez la consigan, vuelvan a contactarme. Gracias, jóvenes.


    Han obtenido la ubicación del objeto. La linterna chōchin se encuentra en A3. Yendo a la casilla e indicando que la buscan bastará para encontrarla.

    quem Zireael Ikoma-kun Bruno TDF
     
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    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

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    Me temía que algo pudiera ocurrir, tenía toda la pinta y había creído estar preparada para la mierda que se nos atravesara, pero los cabrones parecían haberse sacado un doctorado en esto de arrancarnos el alma del cuerpo. La realidad y la irracionalidad propia del miedo se mezclaron apenas sentí las manos en mi cuello, anulándome los sentidos y, en especial, la capacidad para pensar. Intenté, intenté con todas mis fuerzas analizar la situación, pero no pude ganarle a la sensación desagradable, invasiva, de tener a alguien o algo inmovilizándome. Pidiéndome que muriera.

    Me estaba puto pidiendo que muriera, joder.

    Por una fracción de segundo realmente lo sentí capaz, capaz de apretar y drenarme el aire de los pulmones. Fue una mierda horrible y frenética que estalló en mi cerebro y se propagó por todo mi cuerpo. Para cuando la criatura desapareció y encontré el suelo, me llevé las manos al cuello y advertí el sudor frío por debajo de la ropa.

    Escuché a los chicos llegar antes de que Arata apareciera a mi lado, barriendo algo de tierra a su paso. Para ese momento ya había recuperado el juicio, más allá de que mi cuerpo aún no se hubiera enterado. La respiración me iba para el culo y el corazón se golpeaba contra mis costillas, desbocado. Sentí una mano en mi espalda, la otra encontró las mías y me las quitó del cuello. Recordé que era una prueba de valor, que esa cosa no iba a... matarme realmente, que la persona a mi lado era Arata y... Conecté con los ojos del muchacho un momento y luego me estiré, buscando a Alethea con cierto apremio. Al verla junto a Joey noté que momentáneamente había dejado de respirar y solté todo el aire de golpe, dejando caer la cabeza en el pecho de Arata. Dios, habían sido cinco minutos, pero me sentía agotada.

    ¿Cómo había descuidado así a la chica? Joder, no podía haber sido tan imprudente.

    —Estaba siguiendo al niño —murmuré desde mi lugar tras pasar saliva, logrando calmarme poco a poco por fin—. Lo encontré, pero me detuve y... algo, lo que sea, me agarró del cuello, por detrás. Me pidió que muriera, vaya.

    Un escalofrío leve serpenteó por mi espalda y solté una risa nasal, sumamente floja e irónica. Jamás creí que diría algo semejante, ni siquiera (aún menos) en una actividad escolar.

    —Pero ya está, ya pasó —agregué poco después, irguiéndome y cambiando, por enésima vez, el aire de mis pulmones—. El problema ahora es el niño. Salió corriendo y no tengo idea dónde puede estar.

    Me estaba forzando a resetear y funcionar, obviamente, pero no veía otra posibilidad y nadie iba a convencerme de lo contrario. El miedo era irracional y no conseguía nada dejándole ganar terreno. Además siempre hacía falta, ¿no? Alguien que mantuviera la cabeza fría en estas situaciones.


    Joey 4.png
    [D3] Grupo 1

    Yo sabía que era una mala idea, ¿eh? Pésima, si me permitían presumir, pero tampoco se me había ocurrido nada mejor. Yo mismo fue el que detuvo a Arata en voz baja cuando lo vi queriendo seguir a los sacrificios del día, así que tocaba apechugar y esperar que las cosas salieran bien. Por supuesto, no fue el caso.

    Los gritos me tensaron el cuerpo, fue inevitable, e imité a Shimizu poco después de que él echara a correr. Extinguimos la distancia hasta el bosque lo más rápido posible, donde tuvimos que desacelerar y buscar con más atención. Apenas di con la silueta de Alethea, troté hasta la chica y fui aminorando el ritmo para no asustarla más de lo que ya parecía estar. Aún así, mi mano en su espalda la sobresaltó y alzó a verme. Le concedí una sonrisa instantánea, pretendiendo tranquilizarla, y estuve por decirle que no se preocupara, que ya estábamos aquí, cuando se lanzó a mis brazos. ¿Lo esperé? No. ¿Me desagradó? Pues tampoco.

    La envolví con firmeza al instante, aprovechando la posibilidad de seguir escaneando el espacio. Con estas mierdas nunca se sabía cuándo acababan, la verdad. Me dediqué a conferirle caricias amplias en la espalda, susurrando un muy leve "sh" que la ayudara a regresar. Su 'gracias' me alcanzó los oídos.

    —Mucha disculpa y mucho agradecimiento, ¿no te parece? —murmuré, suave, en tono liviano—. No te preocupes, linda, ya pasó. Somos un equipo, además. No te preocupes.

    Me mantuve así un rato más, hasta que la chica se relajara o ella misma decidiera interrumpir el abrazo. Ya había ubicado su linterna en el suelo, así que la busqué y se la di. Cuando la crisis fue pasando y todos volvimos a una relativa tranquilidad, le acaricié la coronilla de la cabeza junto a otra sonrisa y luego apoyé una mano en su espalda, instándola a caminar conmigo hacia los demás. Sasha estaba diciendo justo lo del niño.

    —Hombre, no sé yo si debamos seguir persiguiendo al niño —opiné, balanceando la linterna en mi mano—. Quiero decir, me da algo de pena, sí, pero ¿no tiene toda la pinta de que es parte de la prueba? Puede que esta mierda justamente sea para distraernos.

    Posé mi vista en Sasha, quien ya se había incorporado del suelo y parecía... no parecía que acabaran de querer estrangularla, vaya. Estaba seria y con el ceño fruncido, procesando la situación como un puto robot.

    —Es probable que tengas razón, sí —concedió, decidida, y paseó la mirada por el grupo—. Mejor sigamos hacia el lago.

    >> Movimiento a C3 (clear)
     
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    Amane

    Amane Equipo administrativo Comentarista destacado bed chem stan

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    [Cordura: 18/25 | Grupo #3]

    El ánimo general del grupo había fluctuado bastante a lo largo de toda la prueba, y lo cierto era que no podía culpar a nadie por ello, pues nos habíamos visto interceptados por unos cuantos eventos bastante... curiosos. Me consideraba una persona bastante racional y calmada, por lo que estaba sobrellevando bastante bien todos los sustos a pesar de que, bueno, se veía que la escuela le había puesto empeño y presupuesto al asunto. Me di cuenta con bastante facilidad que el otro chico parecía ser de ese estilo también, pues apenas había intervenido desde que habíamos empezado con la prueba, pero si tenía que ser completamente sincero, también era inevitable habernos quedado algo rezagados al tener en cuenta las chicas tan energéticas con las que nos había tocado hacer equipo.

    Finalmente llegamos a los embarcaderos, ahí Alisha encontró la tercera pista y, mientras la leíamos, el niño que nos había estado acompañando... desapareció. Bueno, más bien pareció como si una figura negra lo hubiese secuestrado, con las consecuentes reacciones que algo como aquello podía traer en los demás miembros del equipo. Jez tuvo una especie de meltdown por todo el asunto y Ali, supuse que guiada por el espíritu de ser la líder, tomó riendas en el asunto; más o menos polémica su medida, quizás, pero era cierto que alguien tenía que mantener la cabeza fría para todos. La chica propuso un objeto al walkie talkie, al mismo tiempo me di cuenta que Kakeru había pretendido hablar antes de eso pero se retractó, y mientras esperábamos la confirmación del otro lado, vi como la rubia se encogía de hombros hacia el muchacho, como quitándole importancia al asunto.

    Acertamos, lo que me hizo sonreír con cierta cuota de orgullo (a pesar de no haber aportado gran cosa para ello), y tras haber puesto al día a los profesores con lo sucedido durante la prueba, nos indicaron el siguiente paso a seguir para la misma. Al abrir el asegundo canal, no tardé demasiado en reconocer la voz del anciano de aquella tarde, lo que me hizo alzar ligeramente las cejas por la sorpresa de que estuviese formando parte de todo aquello. Lo siguiente que íbamos a tener que hacer era buscar el objeto en cuestión y, por suerte, no tuvimos mucha complicación en llegar de nuevo junto al santuario para ponernos con ello.

    —Abuelete, ya tenemos el juguete~

    Esa, obviamente, fue Alisha una vez más.

    >>Saltar a: D5
    >>Buscar Kendama

    Alethea 2.png
    [Cordura: 23/25 | Grupo #1]

    No era una persona que se caracterizase por buscar o aceptar fácilmente el contacto físico, y por ese mismo motivo, hubiese podido entender si el chico acababa sintiéndose incómodo por mi cercanía tan repentina. No pensé nada de eso en el momento, de todas formas, y suponía que una parte de mí agradecería en el futuro que el muchacho me hubiese aceptado en su espacio sin demasiado problema. El tacto ajeno me resultó reconfortante y el hecho de saber que los demás estaban ahí de verdad, que podía tocarlos, me ayudó a tranquilizarme y a poner mis ideas en orden.

    Asentí con la cabeza tras procesar las palabras del chico, con la respiración algo más controlada, y después de un rato, finalmente permití que nos separásemos del abrazo. Acepté la linterna en cuanto me la ofreció y, habiendo recuperado ya gran parte de la compostura, pude sonreírle ligeramente en correspondencia a su gesto posterior. Algo más calmados en general, los cuatro pudimos reunirnos de vuelta y, por supuesto, lo primero que hice fue echarle un vistazo consciente a Sasha para comprobar su estado después del susto; se la veía bastante entera, así que me permití tranquilizarme en ese sentido también.

    —Es un poco extraño... —murmuré, después de haber escuchado su comentario—. ¿Dices que has visto salir corriendo al niño, Pierce-san? Yo también, y ambas hemos acabado en puntos contrarios. ¿Había... dos?

    También me preocupaba el posible estado del chiquillo, pero me pareció sensato asumir que todo seguía siendo parte de la prueba de valor y que no merecía mucho la pena perder el tiempo con eso. Teníamos un objetivo, con el que íbamos bastante mal dicho sea de paso, así que concordé en la idea de seguir buscando las pistas que nos habían adjudicado encontrar.

    >>Espero que la encontremos pronto... —murmuré una vez llegamos a una nueva zona potencial para la búsqueda.

    Prefería evitar otra escena como aquella, de ser posible.

    >>Moverse a: B3
    >>Investigar (B3)
     
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    Zireael

    Zireael Equipo administrativo Comentarista empedernido seventeen k. gakkouer

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    Arata 1.png
    [Cordura 19/25] Grupo 1

    F4 > G4 > G5 > H5 > H4 > H3 > H2 > H1 > F4 > F3 > E3 > D3 > B3



    La velocidad de respuesta de la mente por lo general no se emparejaba con la del cuerpo, una iba más rápido que la otra y cuando Sasha encontró mis ojos para después estirarse, imaginé que a buscar a Alethea con la vista, asumí que la chica podía pensar con relativa coherencia pero su cuerpo seguía procesando que había estado por morirse. Vio que no estaba sola, dejó salir el aire contenido y su cabeza encontró mi pecho, momento en que la rodeé con los brazos.

    Seguía respirando un poco para el culo por la carrera, calmarme me costó unos sólidos segundos y mientras ella me respondía seguí buscando sombras en la oscuridad lejana, como si alguna mierda pudiese salir de allí, porque ya lo había hecho de por sí. Lo que sea que las había atacado, lo que le pidió que muriera, había salido de algún punto y había vuelto a perderse en menos de un minuto.

    Ya de por sí que soltara la ida de olla esa de que le habían pedido que muriera me hizo anclarle una mano en la nuca más o menos al mismo tiempo en que la risa le salió del cuerpo, el tinte que tuvo fue más que entendible, al menos desde mi entendimiento. Recordé el murmullo incomprensible, el que el niño parecía haber seguido y pensé en los espíritus aquellos que empujaban a la gente a matarse. Los japoneses éramos buenos para ponerle un espanto hasta a un pedazo de papel, pero eran eso nada más, un invento.

    Aflojé el agarre cuando noté sus intenciones de enderezarse y vi suceder el momento en que presionó el botón de reseteo para seguir adelante. Regresó sobre el tema del niño y entendía su preocupación, de verdad que lo hacía, pero si esta cosa era planeada el niño tenía que estar bien. Que lo siguiéramos era imprudente, cuando era posible que supiéramos de él al final de la dichosa prueba.

    Había que resetearse y funcionar.

    Me levanté cuando Sasha lo hizo, me sacudí las rodillas del pantalón y levanté la linterna escuchando cómo todos, para nuestra suerte, parecíamos ser lo suficientemente racionales para acordar seguir avanzando en vez de que se nos volara la pinza. Con todo al retomar la marcha me mantuve alerta y me negué a separarme demasiado de la pelirroja. Mira que las bromitas estas de estrangulamiento no me estaban gustando ya.

    —Es posible que las obligaran a separarse, sí —añadí cuando Alethea conectó neuronas, porque era una jugada normal en las pelis de terror y, bueno, en la puta calle.

    Altan4.png
    [Cordura 22/25] Grupo 4
    A4

    La mirada de Hubert cuando completó mi información me hizo imaginar que no esperaba que tuviera un archivo en la cabeza, al menos no con mis pintas, y la cosa me hizo cierta gracia aunque ni siquiera lo manifesté. Al final todos acordamos intentar con las lámparas, así que activé el walkie y dije la palabra sin más, sin siquiera detenerme a hacer preguntas.

    Nos felicitaron, no reaccioné otra vez y esperé las siguientes indicaciones que llegaron poco después de cambiar el aparato al segundo canal. Nos habló un hombre que sonaba mayor, nos dijo que la linterna estaba en el estanque de luciérnagas y asentí con la cabeza aunque no pudiese vernos.

    —La buscaremos —concedí antes de que la comunicación terminara.

    Me ajusté el walkie al pantalón de nuevo, volví a sacar el mapa y revisé el camino que habíamos seguido desde el inicio hasta aquí. Podíamos volver sobre los pasos que acabábamos de dar para llegar al humedal y luego tomar un desvío, para llegar a la laguna desde el Norte.

    —Vamos —le dije al grupo cuando volví a doblar el mapa—. Podemos llegar relativamente rápido.

    >>Saltar a B4
    >>Movimiento: A4
     
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    Reual Nathan Onyrian

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    [Cordura: 15/25] Grupo 2

    Se notaba que el resto estaba igual de nervioso que yo. Bueno, no igual, seguramente menos que yo, pero a un nivel similar si se me comparaba con una persona normal. Excepto Ko. Ese chico parecía que era agua de tanque. Suponía que tenía que ver con todo lo que había dicho sobre que estaban curados del espanto y demás, pero igual. Había que tener bastante sangre fría para aguantarse todo esto. O bueno, quizás yo era demasiado miedoso. Lo cual en realidad era la mayor posiblidad allí. Ahora que lo pensaba, ¿cómo hacían para estar tan enteros? O sea, estaban agitados, sí, y también se los veía algo asustados, pero al único que le castañeaban las rodillas allí era a mí. ¿Qué diablos les pasaba? Acabábamos de escuchar que los profesores no tenían ni idea del niño que nos acompañaba. ¿O yo era demasiado transparente con lo que sentía?

    Agité la cabeza. No tenía sentido pensar en todo eso ahora. Teníamos muchas otras cosas de las que ocuparnos. Como el hecho de que ya habíamos fallado un intento para adivinar cual fuera el objeto que ocultaban las pistas. Torcí le gesto. La verdad que yo no tenía ni idea de que podría ser. Era un cero a la izquierda con estas cosas, en especial si todo tenía que ver con la cultura japonesa. Me rasqué la cabeza, mientras pensaba. Lo primero que se me había venido al escuchar lo de la lluvia, y que lo usaban para trabajar, se me vino a la cabeza los muñequitos esos que usaban para evitar que lloviera. A mi madre le encantaba la santería y todas esas cosas, así que se había agenciado de varios de esos, y los tenía por toda la casa. También había aprendido un poco sobre ellos en el festival que había ido con Alethea, durante aquellas pequeñas vacaciones que tuvimos.

    Mi mente se desvió un poco de donde estábamos, y lancé un vistazo al bosque oscuro que nos rodeaba. ¿Cómo se encontraría Alethea? ¿Estaría bien? Esperaba que no le hubiera pasado nada, o al menos, nada grave. Estaba con Joey, también, si mal no recordaba, así que mi preocupación se extendía hacia él también. Suponía que era mucho más calmado que yo, así que esa presencia vendría bien para todas las cosas raras que estaban pasando. ¿Y Ali? Seguro que con su personalidad fuerte todo esto no le molestaba tanto.

    Agité la cabeza. No tenía sentido ponerse a pensar en eso. Tenía que pensar que estaban bien. Si no podía mantener esa leve esperanza, no sabía que hacía aún allí.

    Me crucé de brazos y contemplé la estatua de Jizo, con la mirada perdida. ¿Hacía falta tener que quedarnos allí, en el mismo lugar, para adivinar? ¿No podíamos movernos? Así al menos teníamos la chance de encontrarnos con otro grupo. ¿En dónde estaba? Ah, sí, intentar sacar la jodida adivinanza. ¿Qué diablos podría servir para la lluvia, y para trabajar? ¿Qué tuviera que ver con el arroz? Si los sombreros esos anchos no servían, acaso...

    El rostro se me iluminó. De dos zancadas alcancé a Ko, lo tomé del hombro, y lo miré tal vez con demasiada intensidad.

    — Un rompevientos. Un abrigo —dije, y luego me di cuenta que tal vez necesitaba un poco más de contexto.— El objeto, la adivinanza. Lo usaban solo cuando llovía, y para trabajar. Si no son los sombreros, es un rompeviento. O algo similar. ¿Existe algo así? ¿O existió? ¿Estaba hecho de arroz? Oh, bueno, no de arroz, pero sí de la planta, o de fibras de la planta.

    Paseé mi mirada por el resto, soltando al muchacho, mientras intentaba sacar un nombre que obviamente no sabía, o no recordaba.

    — Lo vi, lo vi con anterioridad. En pinturas, y había gente vestida con sobretodos o abrigos hechos de lo que parecía paja, o fibras vegetales secas, en el festival. Tiene que ser. ¿Qué otra cosa podría ser, si no? —la emoción que tenía se atenuó un poco en cuanto recordé la última parte de la adivinanza.— Aunque no sé que tendría que ver con el hecho de que el niño no hubiera vuelto a su casa. No importa, supongo que no perdemos nada por intentar. Aparte de otro intento, je. Pero como se llamaba, como, como...

    Comencé a caminar en círculos, balancéandome entre las piedras, pensando. Estaba seguro de que alguno de los otros chicos me había dicho el nombre, pero entre la emoción, los nervios, el miedo, la ansiedad, y otras cosas más, no le estaba prestando mucha atención a mi alrededor. En un momento, algunas de sus palabras tuvieron que haber penetrado la densa masa de mi cráneo, porque el nombre de la prenda llegó hasta mí como una inspiración divina.

    — ¡Mino! ¡Se llamaba mino! Anna, pregúntale a la profesora si la respuesta es "mino".

    >> Adivinar: Mino

    Él que no arriesga no gana. Así que ya estoy dispuesto a perder B)
     
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    Bruno TDF

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    [Cordura 19/25]
    Movimiento hacia D5 - Grupo 3


    La voz de la profesora nos pidió disculpas por los hechos que nos tocó vivir en el bosque. Pese a que respondía como si tuviera conocimiento de lo que estaba pasando en la prueba, me quedó la sensación de que en realidad estaba desconcertada, tan confundida como nuestro grupo. Como si intentara contenernos para que no entráramos en pánico. Fruncí el ceño ante esa respuesta y luego lo bajé aún más cuando cambió de tema, pasando por alto el asunto Kendatsuba. Poco me faltó para volver a reclamarle, ya había separado los labios para hablar, pero cambiaron el canal de comunicación dejándome con las ganas.

    Habló la voz de anciano, con la indicación de que debíamos ir en busca del objeto al que se referían las pistas. El destino volvía a ser el santuario, así que tocaba regresar sobre nuestros pasos. Durante el camino de regreso empecé a sentirme inquieta; sobre todo con el pequeño niño-zorro y la sombra delgada que lo había arrastrado. Su silueta no me había parecido humana, mi imaginación no llegaba a concebir un disfraz que tuviera una forma igual.

    —Está siendo una prueba bastante peculiar, ¿no te parece? —dije a Fuji sonriendo, me encontraba a espaldas de él, siguiendo sus pasos— Cuando terminemos con todo esto, voy a comer algo rico —comenté.

    Las sombras parecían flotar entre los árboles. Ahora sentía que eran fantasmas negros que nos amenazaban. Las cosas que le decía a Fuji, las decía para distraer un poco mi cabeza, para recordarme que esto era algo organizado por la escuela; y pese a todo, no dejaba de lanzar una que otra mirada furtiva hacia la oscuridad, un poco temerosa. Volví a mirar la espalda de Fuji, y a Copito sobre su cabeza, que me devolvía la mirada.

    Estiré la mano en dirección al chico. Agarré una pequeñísima porción de su prenda superior, tomando la parte baja de ésta entre mis dedos índice y pulgar. Otro acto de mi rasgo confianzudo con las personas. Aferrada a él, seguí sus pasos hasta el santuario. Porque como a Copito, su cercanía también empezó a darme seguridad ante mis nervios.
     
    Última edición: 21 Junio 2023
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    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

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    [B3] Grupo 1 (Alethea, Arata, Ayako, Joey, Sasha)

    Sasha estuvo por responder a la observación de Alethea, pero Arata se le adelantó y aprovechó el instante para reflexionar al respecto. Asintió con la cabeza un par de veces, en silencio, y supuso que, fuera lo que sea que había ocurrido, intencional o no, ya no importaba demasiado.

    Con aquel momento medianamente zanjado, el grupo regresó al camino y siguió hacia el Este, en dirección al estanque. El sol ya se había ocultado tras el monte Fuji y la noche, nublada, permitía que la luz de luna se filtrase de tanto en tanto, bañando el escenario de un resplandor sobrio, plateado. Pese a la oscuridad aún era temprano, y apenas distinguieron aquellas pequeñas chispitas flotando en el espacio, lo supieron de inmediato.

    Luciérnagas.

    Estanque de luciérnagas [Noche].png

    El estanque era pequeño y quedaba oculto entre la densidad de la vegetación, más valía ir con cuidado. La escena los envolvió y fue, por un instante, realmente sanadora. Los ayudó a olvidar todos los sustos y los malos tragos que habían vivido desde que pusieron pie en el bosque. Las luciérnagas volaban y parpadeaban en todas direcciones, a ritmo perezoso. Joey se detuvo en medio a observarlas un rato, con una sonrisa casi infantil pegada al rostro. Alzó un brazo y soltó una risilla cuando uno de los pequeños insectos chocó suavemente contra la punta de su dedo.

    Sasha, por su parte, sintió un nudo en el pecho. Demasiados recuerdos se le enredaron, palpitaron y la envolvieron. Arata había permanecido cerca suyo, volteó a mirarlo y le sonrió, sin procesarlo demasiado. Sólo sintió el impulso de hacerlo.

    —Aquí veníamos a cazar luciérnagas —le contó en voz baja, rodeados por las lucecitas—. Juntábamos varias y luego las liberábamos a la orilla del lago. —Regresó la vista a la escena y pareció recordar algo—. Es... curioso. Hace algunos años me dijeron, justamente, que estas tierras antaño eran habitadas por yōkai. Lo había olvidado por completo, vaya.

    Eloise también le había hablado del atardecer, ese momento mágico donde las realidades se solapan y los límites se tornan difusos. Estando allí, los cinco estudiantes distinguieron una silueta que se movía con cierta torpeza entre la vegetación. Parecía ir saltando en una sola pata, poseía un tamaño similar al de un humano y, cuando los vio con su enorme y único ojo, la pobre criatura se espantó y huyó a gran velocidad. ¿Era eso lo que ocurría? ¿Acaso estarían oscilando constantemente en el límite entre ambos mundos?

    Era una locura, por supuesto, pero en ese momento se sintió... extremadamente real.

    Con la distracción a un lado, se pusieron a buscar la tercera y última pista... sin éxito. Un buen rato después se reunieron, frustrados, cansados y algo sucios de tanto husmear. Sasha sacó el mapa y Joey releyó la bendita pista.

    —No hay dudas de que la pista se encuentra en la orilla del lago —analizó Sasha, con la cabeza metida en el mapa—. El tema es dónde. El corazón de la reserva...

    —¿Quizá no se refiera a un sitio importante, sino, literalmente, al centro de la reserva? —sopesó Joey, acercándose a la pelirroja para inspeccionar el mapa—. Lo que vemos aquí no es toda la reserva, al fin y al cabo. Si imaginamos que el lago se extiende hacia el Sur, podríamos interpretar que el corazón de la reserva es... aquí.

    Señaló el muelle con el dedo y Sasha frunció el ceño, no del todo convencida.

    —Es muy amplio ese sector, ¿nos tendrían diez años buscando ahí?

    —Hmm... Es probable que no haya dos pistas en un mismo lugar, ¿verdad? Digo, mira si dos grupos van y pillan la pista del otro. Y hace un rato, cuando pasamos cerca del muelle, vimos gente ahí, ¿no? Quizá tengamos suerte si buscamos cerca de ellos.

    Sasha miró a Joey, algo contrariada... pero no por los motivos que uno imaginaría. ¿Lo que ese imbécil estaba diciendo tenía, de hecho, bastante sentido? ¿Y no se le había ocurrido activar la neurona antes? Dios...


    ¡Yokaidex actualizada! Ippondatara desbloqueado. Yyyy no encuentran la pista :( Les queda un intento!

    Barra de cordura:
    Alethea Ethans [20/25]
    Arata Shimizu [18/25]
    Ayako Sugawara [20/25]
    Joey Wickham [18/25]
    Sasha Pierce [19/25]

    Amane Etihw Zireael

    [A4] Grupo 4 (Adara, Altan, Cayden, Clementine, Hubert)

    Tras recibir la ubicación de la linterna, el grupo decidió bordear el costado Este de la reserva en dirección a la orilla, al estanque. Quizá haber completado la prueba los había relajado un poco, o quizás, al menos por un instante, habían creído que ahora, con la misión cumplida, ya no habría sustos esperando en las sombras. De la forma que fuera, no contaron con suerte.

    Apenas tuvieron tiempo a reaccionar. Estaban caminando cuando, de la mismísima nada, un mono saltó y apareció frente a ellos. Era muy grande, de pelaje oscuro, y de inmediato comenzó a reír. Era un sonido chillón y molesto que les perforaba los oídos. Los labios del mono se habían replegado entre las carcajadas, mostrando su amplia hilera de colmillos amarillentos, y arremetió. Se coló entre las filas del grupo, forzándolos a tener que esquivarlo, y rápidamente se agarró de la muñeca de Clementine. La jaló hacia un costado, aún riendo, aún saltando, y lo hizo con una fuerza absoluta. La chica intentó resistirse, pero la criatura la siguió zamarreando sin una pizca de delicadeza.

    En medio del caos, Altan advirtió que, mientras se reía, los labios del mono llegaban a taparle los ojos. ¿Se estaba moviendo a ciegas, entonces? Era... bueno, era arriesgado, pero quizá significaba que si intervenían, el monstruo no los vería venir. Cayden se armó de valor, entonces, y buscó la muñeca libre de Clementine. Con eso, al menos, consiguió que el mono la siguiera arrastrando. Éste chilló, costaba definir si furioso o divertido, ya que las risas no paraban. El resto del grupo se sumó a la misión y, con algo más de esfuerzo, el yōkai finalmente cedió. Soltó a Clementine, mandándolos a todos al suelo prácticamente, y luego de brincar y moverse en formas azarosas, huyó hacia la oscuridad.

    Sobre el silencio, los estudiantes pudieron oír lo agitadas que estaban sus respiraciones.


    ¡Yōkaidex actualizada! Hihi desbloqueado. Pueden seguir moviéndose con normalidad.

    Barra de cordura:
    Adara Makris [20/25]
    Altan Sonnen [22/25]
    Cayden Dunn [18/25]
    Clementine Crimson [17/25]
    Hubert Mattsson [22/25]

    quem Zireael Ikoma-kun Bruno TDF

    [D4] Grupo 2 (Anna, David, Fiorella, Kohaku, Jack)

    Al final, a Jack se le encendió la lamparita. Comenzó a hilvanar ideas y pedir que le arrojaran nombres en base a lo que iba pensando. Kohaku siguió sus movimientos y demás con una pizca de diversión en el semblante. La respuesta se le había ocurrido hacía un rato, pero ver a Jack tan compenetrado en la misión era... bueno, era entretenido, y supuso que llevarse el crédito de adivinar el objeto le proporcionaría un boost de confianza que lo ayudaría a lidiar con los nervios.

    Todo friamente calculado como siempre, ¿no?

    Anna obedeció y arriesgó en el walkie, a lo cual la profesora los felicitó, muy contenta, y les dijo que cambiaran de canal. Allí los recibió una voz diferente, que no pudieron asociar a ningún rostro, pero sonaba como un anciano.

    —Ah, ustedes, jóvenes, se habrían reído tanto de vernos usando esos pilotos de paja tan aparatosos —recordó, junto a una risa débil—. Incluso a mí me hacen gracia sólo de pensar en ellos. Era muy rudimentario, Dioses, pero... funcionaba. Todo funcionaba aquí. Fueron buenos tiempos.

    Un par de segundos después, el anciano agregó:

    —Si mal no recuerdo, el mino quedó perdido entre la vegetación cerca del humedal. Me harían un favor enorme si lo recuperan, jóvenes.


    ¡Adivinaron el objeto! Lo podrán encontrar en A6.

    Zireael quem Reual Nathan Onyrian
     
    Gigi Blanche ha tirado dados de 3 caras para Anticipación Alethea-Ayako Total: 3 $dice $dice
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    Gigi Blanche ha tirado dados de 3 caras para Anticipación Altan-Hubert Total: 3 $dice $dice
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    Gigi Blanche

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    [D5] Grupo 3

    La respuesta que recibimos por parte de la profesora no fue precisamente... esclarecedora o concreta. Acabé frunciendo el ceño y suspirando casi sin darme cuenta, al pensar que, por supuesto, todo iba a seguir siendo parte de la prueba. Suponía que entendía el concepto y no les desestimaba los esfuerzos, pero se estaba convirtiendo en un mind game que podía llegar a sentirse frustrante. Al menos, recibimos otra porción de información y nuestra misión se actualizó: había que encontrar la kendama.

    Nos pusimos en movimiento, entonces. Lo dudé un poco, considerando la forma en que había reaccionado ante el acercamiento de Alisha, pero aún así fui y me agaché ligeramente frente a Jezebel, con una mano apoyada en mi rodilla y la otra extendida hacia ella.

    —¿Vamos? —ofrecí, junto a una sonrisa.

    No creí que hiciera falta agregar más nada. Sentí a Copito removerse encima de mi cabeza y esperé que el detalle acabara de convencer a la chica, al menos, de tranquilizarse y ponerle un poquito más de esfuerzo. Seguro ya quedaba poco.

    El camino lo hice en silencio, en parte atento a los alrededores y, en parte, algo enfrascado en mis pensamientos. De por sí no era muy parlanchín. En un momento, la voz de Verónica me alcanzó desde atrás y medio giré el rostro en su dirección, comprobando que me hablaba a mí. Sonreí, soltando una risa leve, casi resignada.

    —Cuando firmé los papeles para entrar al Sakura nadie me advirtió de esto, deberían ponerlo en la letra chica —bromeé sin alzar demasiado la voz—. ¿Algo rico? ¿Qué clase de rico? Voy a necesitar más detalles para imaginarlo bien.

    Poco después sentí el jalón en mi sudadera. Adiviné que se trataba de ella y que, seguramente, estuviera algo nerviosa o asustada. Aminoré el ritmo hasta caminar a su lado aún sin dirigirle la mirada, como si una cosa no estuviera relacionada con la otra, y le ofrecí mi mano. Siempre me había gustado jugar al héroe, ¿no? Con Kou, con Anna.

    —No me malentiendas, es que se me va a estirar la ropa si no —murmuré junto a una sonrisa, denotando que en absoluto lo decía en serio.


    Dije que no actualizaría al grupo 3, no que no le respondería a Verito uwu
     
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    Zireael

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    [Cordura: 18/25] Grupo 1

    B3

    Si habíamos superado de verdad el hecho de que acabaran de querer estrangular a dos de nuestras compañeras no lo sabía con certeza, pero todos hicimos la vista gorda (más o menos) en cuanto pudimos para seguir avanzando. Igual no tenía mucho caso quedarnos atorados en lo que había pasado, el punto era que ambas chicas estaban bien y el susto se les pasaría o eso esperábamos.

    Estaba en esas divagaciones, todavía casi pegado a Sasha por el chistecito de las voces pidiendo que se muriera, cuando noté la primera chispa de luz y pronto las siguientes fueron más que evidentes. Apenas ver a los bichillos volando, con su brillo entre amarillento y verdoso, pensé en el tatuaje de Sasha y una sonrisa se me formó en los labios en lo que nos acercábamos a la nube de luciérnagas, por llamarla de alguna forma.

    Uno de los insectos revoloteó cerca de mí, así que estiré el brazo y acabó aterrizando allí, al hacerlo el brillo tenue que emitía rebotó contra mi piel, contra la tinta y detalló uno de los ojos del zorro que le había mostrado al niño. Al mismo tiempo noté que Sasha volteaba a mirarme así que alcé la vista, recibí su sonrisa y la mía, ya suave de por sí, siguió reflejando esa suerte de tranquilidad.

    Lo que me contó me hizo regresar los ojos a las luciérnagas, la que se me había posado en el brazo ya se había ido volando eso sí. No le respondí nada como tal, pero la luz de los insectos había rebotado de forma muy sutil en sus ojos y volví a pensar que la tinta que la había puesto Tessa encima, bueno, estaba destinada a ser. La sonrisa se me estiró apenas y aproveché la distracción generalizada del grupo para acercarme a Sasha, dejarle un beso en la mejilla y regresarle su espacio sin más.

    Acababa de hacer eso cuando a todos nos atrajo el mismo movimiento y lo que vimos fue... bastante bizarro. La cosa, porque no me carburó la neurona para recordar lo que era, se asustó apenas saberse observado y salió huyendo, ante lo que me enjuagué los ojos esperando que solo me hubiese comido un hondo sin darme cuenta o algo, era mejor que estar viendo espíritus de verdad.

    El caso es que cuando nos pusimos a buscar no pillamos la pista, para sorpresa de absolutamente nadie, y pronto Sasha y Wickham estuvieron dándole vueltas al asunto. Jodía admitirlo, pero el imbécil estaba diciendo algo con cierto sentido y por eso de repente también lo estaba mirando como si tuviese monos en la cara.

    —Pues andando —resolví aunque todavía estaba viendo las luciérnagas en lo que ocurría el debate—. Deberíamos poder cortar camino por dónde veníamos y luego llegar a dónde estaba el otro grupo.

    >>Saltar a D3
    Movimiento: D2
    Investigar: D2


    Jez 2.png
    [Cordura: 19/25] Grupo 3
    D5

    Al final fue Vero la que le respondió a la profesora, le explicó lo del niño y otras cosas, ante lo que la mujer le respondió que lamentaba si nos había incomodado algo de lo que había sucedido. La respuesta fue evasiva que dio gusto, hasta yo era bastante densa lo noté, pero tampoco teníamos mucho qué hacer al respecto porque nos dieron otras indicaciones y yo las fui memorizando a pesar de la distancia que había mantenido.

    ¿Él la necesitaba? Muy bien, ¿pero quién era él para empezar?

    Había dejado de mirar al grupo, pero me quedé atenta para escuchar cuando comenzaran a moverse para seguirlos, pues porque qué remedio. Cuando escuché el murmuro de algunos pasos tomé aire, lo solté y traté de meterme en la cabeza que no podía haberle pasado nada al niño, que debíamos seguir con el juego como hasta ahora y ya; eso le dio suficiente tiempo a Kakeru para alcanzarme.

    Noté su silueta primero, antes de girar el rostro para mirarlo como correspondía, y repasé sus facciones como si esperara que me zarandeara también o lo que fuese. No pasó nada de eso, parpadeé un par de veces y acepté su ofrecimiento, ni siquiera hizo falta el convencimiento de Copito. Al levantarme tomé un montón de aire por la nariz, sacudí la cabeza y me decidí a caminar a su lado.

    —Gracias —le dije en voz baja, ni más ni menos.

    No quería romper su silencio que de por sí me reconfortó, por extraño que sonara, así que cuando Vero se acercó para hablar con él ya había logrado hacerle reset a mi cacao mental y su comentario logró sacarme una sonrisa, ligera, pero una sonrisa a fin de cuentas. El resto del intercambio lo noté también, como ella se sujetaba de la ropa del chico y él en su lugar le ofrecía su mano.

    —Eres muy dulce —dije casi en voz baja aunque me había quedado un par de pasos adelante de ellos y medio giré el rostro para que al menos supiera que me refería a él—. Al final vas a terminar cuidando a las lucecitas.


    esa wea me puso re soft stop, perdón ahí por jez con sus confianzas (?

    con Mr. El Mono No Me Asusta y Maze contesto en otro momento porque tengo mucho sueñito
     
    Última edición por un moderador: 22 Junio 2023
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