Tokorozawa Lago Sayama [Lago]

[Bosque 5]

Mi pequeña broma consiguió la reacción que había podido esperar de la pelirroja, pues a pesar de ser mayor que yo y verse como una persona bastante madura, también había podido comprobar que era una chica muy animada si la situación lo requería. Hice un pequeño puchero con los labios en cuanto me picó la mejilla, encogiéndome de hombros con una ligera sonrisa en los labios por toda respuesta a su reclamo posterior, pues se notaba que no estaba realmente enfadada y no tenía mucho sentido alargar el asunto más de lo necesario.

Los chicos contestaron que el agua estaba tibia, detalle que honestamente me sorprendió un poco, y deslicé nuevamente mi mirada hacia la figura de Sasha en cuanto se irguió, pestañeando un par de veces con algo de confusión al notar que su mirada se centraba en mí al proponer meternos todos en el agua. Volví a sonreír con ligereza tras haber concluido mentalmente que desde luego me lo merecía, pero antes de realmente poder dar una respuesta, el amigo de Kakeru empezó a hablarle a la mayor y acabó por retarla a una especie de carrera de natación.

—Yo creo que prefiero quedarme fuera... —admití después de un rato, cuando el muchacho ya había terminado de hablar—. No llevo el bañador puesto, de todas formas, y... —me corté a medio camino de esa frase, notando como las mejillas se me enrojecían levemente, y acabé por medio esconder las mismas entre las rodillas antes de seguir hablando—. Pero te estaré animando en la carrera, Pierce-senpai.

Probablemente hubiese podido presentarme en bañador delante de la muchacha, pues habría sido un tipo de vergüenza que posiblemente podría haber controlado sin demasiado problema, pero ni de coña hubiese sido capaz de sobrevivir a la absoluta vergüenza que me daría estar en bañador delante de un muchacho mayor que no conocía de absolutamente nada; de hecho, la presencia de Kakeru tampoco hubiese ayudado mucho con eso, así que, en definitiva, prefería evitar tener que pasar por ello.

 

[Bosque 5]

Me había quedado esperando a la respuesta de Emily, pero entonces Fujioka habló y deslicé la mirada a él. Se había dirigido prácticamente sólo a mí, cosa que me sorprendió un poco; no lo demostré, en cualquier caso. Giró el torso en mi dirección, alzó el mentón y percibí la chispa competitiva, retadora, con la cual soltó lo último. ¿De dónde le surgía el impulso, exactamente? Hombre, no creía que hubiera mucho que analizar.

Pestañeé, esbozando una sonrisa más suave, y repasé su contextura física por encima. Tenía pinta de ser resistente y yo estaba bastante oxidada, con el tiempo que hacía desde la última vez que me había metido al mar. Volteé la mirada al lago, escaneé la distancia y me encogí de hombros, deslizando la sudadera abierta por mis brazos. ¿Lo hice un poco más lento de lo necesario? Perhaps.

—Sure. Me vendrá bien algo de ejercicio.

Volví a acuclillarme junto a Emily, quien había dicho que se quedaría, y le sonreí con ternura. Había dicho que me animaría en la carrera y honestamente, me daban ganas de estrujarle las mejillas como a una cría.

—Thanks, baby —murmuré, extendiéndole mi sudadera—. ¿Me la cuidarías, por favor? I'll try my best, I swear!

—Yo también prefiero quedarme —dijo el amigo de Emily, sentándose junto a la chica. Cuando me incorporé, alternó la mirada entre Fujioka y yo—. Y ya que a Kenta le falta hinchada, yo voto por él.

Sonreí, divertida, y no me quité también el short de jean porque igual mi contrincante siquiera tenía el bañador puesto. Noté el detalle a medio camino, de hecho, y crucé los brazos bajo el pecho con gesto relajado. Subí a sus ojos con una ceja levemente alzada.

—Bueno, aquí te espero, entonces~

Contenido oculto

podemos montarnos un mini juego bien sencillito para la carrera, if u wanna, para medir quién llega primero y en qué estado lo hacen JAJAJA

[Zona de acampada]

Supuse que al niño le daría un patatús si le soltaba eso tan fresca, pero no alcanzó para detenerme. Se sonrojó, titubeó y me quedé allí, esperando a su respuesta con sonrisa de angelito, como si no fuera perfectamente consciente de lo que le había causado. Al final me regresó la pregunta, sin embargo. Fruncí el ceño, confundida, y estuve a punto de replicar cuando noté que se fijaba en mis manos. Me sentí un poquito expuesta y contraje los puños, cosa de esconder mis uñas. Había estado tan ansiosa con lo de Kakeru que me las había comido y estaban horribles; algunas, de hecho, me dolían un poco.

Paz se inclinó hacia mí después, volví a buscar sus ojos y la curiosidad se me notó en el semblante apenas alegó tener una idea mejor. De sus bolsillos extrajo dos esmaltes y alcé las cejas, aunque no tardé en soltar una risa breve. ¿Qué hacía con esmaltes encima? Mira si tropezaba o cualquier cosa y se le rompían, qué desastre.

—¿Me estás ofreciendo un servicio de manicura a domicilio? —La carpa técnicamente era mi casa hasta mañana, así que colaba—. No puedo decir que no a eso~

Balanceé mi peso hacia atrás y en el proceso lo pesqué de la camiseta para arrastrarlo conmigo. La tontería fue un poco torpe y me arrancó otra risa, y una vez estuvimos ambos dentro, me senté frente a él. Reparé en sus manos. No lo había notado antes, las tenía muy bonitas y cuidadas.

—Te dejo libertad creativa, ¿qué dices? Me las puedes pintar como tú quieras, ¡yo ni abriré la boca!

 

Zona de acampada

Igual entre menos vueltas le diera a la situación, suponía que era mejor para mí, porque a veces me podía quedar atascada en bucles de pensamiento de lo más raros. Terminaba entonces sintiéndome insegura, demasiado triste o, peor todavía, enojada. Si lograba salir del bucle a tiempo me libraba de eso, porque de por sí no acababa de conectar con las emociones negativas y cuando me alcanzaban hacían un destrozo, Al lo había visto y lo sabía.

Prefería vivir en un pequeño mundo donde estaba bien siempre, incluso si era mentira.

Adara anotó su teléfono en mi móvil, así que me tomé un momento para guardar su contacto contacto con emoji de flor y le envié un sticker cualquiera de corazones para que le quedara registrado el mío. Mientras hacía eso asentí con la cabeza a lo que me decía, apenas supiese que tenía la tarde libre le escribiría y cuando llegara a casa luego del campamento le mandaría la ubicación, para que la tuviese de antemano.

La respuesta a lo de mis primos me tranquilizó, porque sabía que había gente que no era demasiado buena con los niños y tampoco quería incomodarla. Dijo que los niños eran de las pocas personas que podía tener alrededor sin ser una molestia, además de su amiga Fiorella y ahora a mí; la tontería hizo que la sangre me subiera un poco al rostro y el sonrojo solo se acentuó cuando soltó que si tenían mi carácter se llevaría bien con ellos.

—En casa todos somos muy parecidos, creo, en menor o mayor medida —dije a la vez que flexionaba las rodillas para abrazarme a ellas y giré apenas el rostro para mira a Adara con una sonrisa—. Fiorella, tu amiga, puedes presentarnos cuando quieras. Ya que tenemos el honor de poder estar cerca de ti sin fastidiarte creo que el código lo amerita.

 

[Bosque 5]

Si tenía que ser completamente honesta, sí que me había dado un poco de reparo la idea de rechazar la propuesta de Sasha de bañarnos todos juntos, pues a pesar de sentir que no lo había dicho completamente en serio y que posiblemente solo quería devolverme la jugada por haberla molestada antes, seguíamos hablando de mí y mis inseguridades; lo último que quería era ofenderla por decirle que no, vaya. No pareció enfadarse por ello, cosa que me alivió enormemente, y para más alegría personal, Kakeru también decidió quedarse atrás conmigo.

Acepté la chaqueta de Sasha en cuanto se agachó para dejármela, asintiendo un par de veces con la cabeza con convicción para hacerle saber que me encargaría de cuidar la prenda sin ningún problema, y le sonreí una vez más antes de ver como se volvía a poner en pie. Giré el rostro para dedicarle una expresión parecida a Kakeru, pues quería hacerle saber que realmente me alegraba tenerlo a mi lado, y después me quedé esperando a que el otro chico mayor apareciese de nuevo con el bañador puesto para poder despedirme de ambos con un gesto ligero de la mano.

Solté el aire que parecía haber estado acumulando lentamente, en un suspiro algo pesado, y extendí las piernas hacia delante para poder colocarme la chaqueta de la mayor sobre las mismas, a modo de manta algo improvisada y siempre teniendo cuidado de que la prenda no se ensuciase de alguna manera, claro. Inmediatamente después me incliné ligeramente hacia el lado, aprovechando que Kakeru se había sentado a mi lado para apoyar la cabeza sobre su hombro con suavidad; no lo pensé demasiado, la verdad, simplemente se sintió adecuado y me dejé llevar.

—Fujiwara-senpai, somos amigos, ¿verdad? Sé que en realidad nos conocemos desde hace poco, pero... ¿podría llamarte por tu nombre? —hablé en voz baja, pues no pensé que hiciese falta elevar la voz teniendo en cuenta nuestra cercanía, y mantuve la mirada sobre el paisaje en todo momento, lo que me permitió darme cuenta de que... vaya, me sentía algo más calmada en ese momento—. Yo sí que te considero un buen amigo, ¿sabes? Y... puedes confiar en mí si alguna vez necesitas hablar con alguien. Se me da bien escuchar...

 

[Bosque 5]

Las cosas habían tomado un giro bastante repentino, la verdad. Cuando quise acordar, Kenta y la chica pelirroja se habían ido y me quedé junto a Emily, sentado a su lado, con los codos apoyados en las rodillas y las manos entrelazadas al centro, flojas. El clima era agradable y el paisaje, muy bonito. Nos quedamos ambos en silencio, por mi parte siguiendo los movimientos de los otros dos a la distancia, cuando sentí un peso sobre mi hombro. Me sorprendió y al mismo tiempo no.

E incluso antes de que abriera la boca, lo supuse.

—Claro —murmuré, junto a una sonrisa liviana, y medio giré el rostro para verla de reojo—. No soy nada rígido con esas cosas, así que no te preocupes.

La oferta que dejó abierta sobre el final terminó de confirmar mis sospechas. No sentí nada demasiado intenso, si acaso una vergüenza ligera. Regresé la mirada al lago y pillé una ramita del suelo, para ponerme a juguetear con ella entre mis dedos.

—Supongo que estás al tanto. —Inhalé y solté el aire con cierta fuerza, aunque mi voz se mantuviera suave—. Estoy bien, no te preocupes. Quiero decir, siempre creí que sería mucho peor de lo que fue, aunque eso viniendo de mí no suena raro.

Era un pesimista de cuidado. Siempre lo había sido.

—¿Ella está bien? —agregué poco después, algo dubitativo. Bajé la vista a mis manos—. Lloró más que yo, así que me preocupa un poco. Estaba... muy emocionada por este campamento.

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Zona de acampada

Cuando mi mensaje le llegó a la chica la vi tomarse un momento para registrar mi número, fue sin intención pero me di cuenta que me había guardado con el emoji de un conejo y me permití una sonrisa bastante resignada. Estaba acostumbrada a la asociación, a veces traía cosas buenas, a veces malas, pero no me importaba demasiado tampoco, no viniendo de Adara por lo menos. Quizás fuese estúpido, pero tenía asumido que esta muchacha no hacía nada con la intención de hacer sentir mal.

Puede, de nuevo, que solo fuese el hecho de que superponía su figura con la de Altan.

Estaba diciendo que me presentaría a su amiga y añadiendo un pero cuando una sombra cubrió los rayos de sol que se colaban por las hojas del árbol, interrumpiendo lo que fuese a decir. Cuando alcé la vista para buscar el origen de la silueta di con una muchacha que debía ser de la misma estatura de Adara, aunque la posición me dificultaba un poco la adivinanza. Tenía una mata de cabello pelirrojo preciosa, muy similar en tonalidad a la de Cayden y por consecuencia pensé que se parecía al fuego o a la sangre, quizás a ambas dependiendo de cómo le diera la luz.

El comentario de Adara me sorprendió un poco, incluso aunque lo dejara sin terminar porque lo completé en la cabeza, pero lo dejé correr pues porque cada amistad era un mundo. Fiorella le contestó a la altura, supuse, y cuando los ojos oscuros de la chica se posaron en mí pegué la espalda al tronco del árbol con algo más de insistencia.

¿Qué ella era así? Bueno, un poco, pero se le pasaba en cuanto no le dabas cuerda.

—Supongo, a mí no me da esa sensación —resolví a lo de que simplemente Adara era así, lo dije con calma, sin más, como un añadido al pie de página—. Me habló un poco de su amiga, si. Jezebel Vólkov, Adara y yo somos compañeras de clase y de proyectos.

Estiré la mano para aceptar la suya, aunque el gesto me pareció demasiado formal, y le dediqué una sonrisa de las que le brindaba a todo el mundo.

—Puedes decirme Jez —añadí como hacía siempre—. Bueno, aguantarla es un poco exagerado. Me gusta pasar tiempo con ella, así que me alegra conocer a una de sus amigas.

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me puse suavecita por el emoji de conejito y tenía que contestar ups

 

[Bosque 5]

Kakeru no pareció tensarse en lo mínimo por mi repentina cercanía, si acaso imaginé que se sorprendió un poco por la parte de que fue sin avisar más que otra cosa, y de la misma manera aceptó mi propuesta de llamarlo por su nombre. Si tenía que ser honesta, conocía al chico desde hacía relativamente muy poco, y aun así, en ningún momento sopesé la posibilidad de que la situación no se desarrollase de la manera en la que lo hizo; Kakeru parecía incluso más tranquilo que Kohaku.

No había pretendido apartar la mirada del frente en ningún momento, pero cuando sentí el movimiento de su cabeza no pude evitar imitarlo, buscando corresponderle el gesto acompañándolo con una sonrisa ligera también. Aproveché el momento para deslizar la vista hacia sus manos, viendo que había cogido una rama para juguetear con ella entre los dedos, y dejé escapar un suspiro de nada mientras volvía a centrar mi visión en el lago. No quería ponerlo en evidencia, realmente solo quería que supiera que podía contar conmigo para cualquier cosa, pero no pensaba obligarlo a hablar de nada de lo que no quisiese.

Al final me respondió, de todos modos, y asentí con la cabeza cuando me aseguró que estaba bien, genuinamente aliviada de saber que ese era el caso. En ningún momento pensé en la posibilidad de que me estuviese mintiendo, pues realmente no veía motivos para que el chico no fuese sincero conmigo, y lo cierto era que también sentí cierto alivio al pensar que ese era el caso; que Kakeru podía confiar en mí, incluso con un tema tan delicado.

—Creo que lo ha estado intentando hasta ahora... —contesté, después de haber estado un rato en silencio sopesando qué decir, y no pude evitar fruncir ligeramente el ceño antes de seguir hablando, molesta conmigo misma al recordar cómo me había sentido después de la conversación con la chica—. Había una cosa que quería contarle desde hace tiempo, y suponía que no era algo que le fuese a hacer mucha gracia, pero no podía estar más tiempo sin decírselo así que... Bueno, sea como sea, creo que he sido yo la que ha acabado rematándole el campamento.

Suspiré, en aquella ocasión bastante más pesado que antes, y finalmente volví a erguirme para poder girar la cabeza y mirarlo, habiendo suavizado el gesto de mis cejas pero igualmente con la mirada ligeramente caída por la sensación de culpa que seguía acumulándose en mi pecho.

>>Pero es Anna, ¿verdad? Quiero decir... ella nos quiere, y nosotros también la queremos, y al final todo va a estar bien... ¿no?

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[Bosque 5]

En mi interior había dos voces ridículamente fuertes y tozudas contradiciéndose a cada rato. Siempre había sido así, quizá. Los conflictos las despertaban, las incentivaban, y yo quedaba en medio de la interferencia, anulado. Respondía a órdenes directas y no mucho más. Cada vez que mis padres discutieron en la sala hasta que Hayato tuvo que separarlos, cuando Kou encerró a sus hostigadores en el karaoke y se ocupó de ellos. El jodido Krait de Shinjuku frente a mí, con la mirada de jade oscurecida y su eterna, avasallante confianza, informándome que había decidido dejar el club en mis manos. Jamás moví un músculo, no abrí la boca.

¿Qué iba a hacer frente a Anna, sino adecuarme al molde?

Las voces llevaban discutiendo desde el sábado e intenté encontrar en la respuesta de Emily aquello que las silenciara. Quizá lo logré, pero lo que las reemplazó no se sintió mucho mejor. ¿Que había terminado de rematarla, decía? ¿Qué le habría contado? Me daba curiosidad, claro, pero no me correspondía preguntar. La sentí separarse de mí, la oí suspirar y giré el rostro en su dirección, aún con la ramita entre mis manos. ¿Que todo iba a estar bien? Solté el aire por la nariz y esbocé una sonrisa bastante amarga, encogiéndome de hombros.

Ya lo había dicho, era un pesimista de cuidado.

—No soy el más indicado para responder a eso —reconocí, volteando hacia el lago. Noté que la pelirroja estaba volviendo por la costa—. Mi relación con Anna ha sido demasiado... turbulenta.

E incluso si ahora la notaba más animada y centrada, seguía siendo una chica impulsiva. La creía capaz de conseguir lo que quisiera, pero también de perder mucho en el camino. Descuido tras descuido.

—Pero si hablamos de ti, no tienes de qué preocuparte —agregué, en voz baja, mirándola de soslayo—. Anna te adora. Incluso si ahora se enfadó contigo, se le pasará rápido. No vas a perderla, Emily.

Además, dudaba que esta niña fuera capaz de hacer nada tan imperdonable.

Sobre mis últimas palabras oí a Pierce acercándose, así que le dediqué una última sonrisa a Emily y erguí el cuello hacia el frente. La chica estaba algo agitada y lucía... energizada, bueno, acababa de nadar como loca. Supuse que la adrenalina no le permitió percibir nuestro mood, porque nos sonrió de oreja a oreja. Estaba chorreando agua.

—Man, that was so good! —exclamó, acuclillándose frente a ambos, y estiró las manos hacia Emily—. ¿Segura, segura, segura no quieres venir al lago? ¡El agua está super tibia! I swear! Pinky promise!

 

Kanade estaba bastante entretenido viendo a Sachi y Koko corretear de acá para allá con el mayor disimulo posible, aunque francamente no les salía muy bien. ¿No que la albina había sido una espía rusa infiltrada en las guerrillas? Al menos eso decían de ella los alumnos. Su cargo, curiosamente, no le había facilitado información extra, aunque le gustara fingir que sí para despertar el interés de las señoritas. Deslizó la mirada por la zona de acampada, muy cómodo en su silla reclinable, y fue recorriendo a los diferentes grupos de estudiantes debajo de sus gafas de sol. Hiroshi, el tutor nervioso de la 2-1, le hizo sombra cuando se había detenido en unas muchachas de segundo.

Una, en verdad.

—¿Hmm? ¿Necesitas algo, Hiro-chii?

Aquel apodo lo tensaba, pero se esforzaba por disimularlo y Kanade se resguardaba tras el pretexto de no advertir la incomodidad ajena. Ah, era tan fácil divertirse con personas de corazoncito débil.

—Hay que revisar unos detalles —explicó, desviando rápidamente la mirada para señalar a sus espaldas; Kanade se inclinó hacia adelante—. Allá. Nakano-sensei está durmiendo y Skit... desapareció. —Suspiró, algo agobiado—. Lo haría solo, pero necesito alguien que...

—Pero si acabo de ver a Reiko paseando por allí —lo interrumpió, fingiendo inocencia.

Mentira. Lo último que había visto de Akuma-sensei era junto al lago y llevaba una bikini... vamos a decir 'despampanante'. Su mención tuvo el efecto deseado, Hiroshi lanzó los ojos en varias direcciones y apretujó el sombrero que llevaba entre manos. Casi pudo ver las volteretas mentales que la pobre criatura hizo. Nunca se sentía cómodo en torno a sus compañeras mujeres, en especial Reiko.

—A-ah, no la vi, q-quizá...

Kanade soltó una risilla entre dientes y se incorporó, apiadándose por fin. Dejó caer una mano en su hombro, le sonrió y empezó a caminar hacia el bosque, tranquilo. También le echó un vistazo a su reloj de muñeca. Ya las cinco, ¿eh?

—Vamos, vamos~ Yo te ayudo.

Les quedaba poco tiempo~

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Wenas, wenas. Vamos a ir avanzando un poco con esto para que no se haga eterno el campamento, que además no hay mucha actividad de por sí. In any case, el martes que viene probablemente reinicie el reloj de los días escolares así no nos seguimos estancando y esto queda abierto el tiempo que haga falta. Ya les diré los detallecitos

De momento, arrancan los preparativos para la prueba de valor. Acá les dejo linkeada la tabla con las cualidades de los personajes, para que me confirmen con quiénes quieren participar. Pueden agregar personajes que no estén en la tabla o dejar fuera personajes que sí estén. En el caso de personajes nuevos, me pasan sus stats y sha.

En esta semana (hasta el jueves-viernes que viene) me gustaría tener una idea de cuántos personajes serán, ya que de eso depende tener que reestructurar la actividad o no. Porfis, no me ignoren :(

Insane quem Gigi Blanche Amane Ikoma-kun Yáahl Etihw Yugen Reual Nathan Onyrian

 

[Bosque 5]

Una vez más, sabía que era bastante egoísta de mi parte intentar buscar consuelo propio de parte de Kakeru cuando era obvio que él mismo estaba pasando por su propia cuota de preocupaciones con respecto a Anna. No sabría decir con exactitud por qué parecía haberme vuelto tan dependiente de que alguien más me dijese que todo iba a estar bien, especialmente porque siempre había sido yo la que tendía a intentar animar a los demás con ese mismo mensaje, pero lo que no podía negar era la necesidad que sentía de que alguien me lo asegurase para así poder creerlo también; poco importaba si era verdad o no.

Dejé escapar un suspiro leve al escuchar la respuesta de Kakeru, no del todo decepcionada con la misma, pero sí aún bastante desanimada por todo el asunto. No quería pecar de dramática, realmente no era como si pensase que Anna me iba a odiar por todo aquello, pero tampoco me sentía del todo capaz de disimular que sí me había afectado cómo se había acabado desarrollando la conversación: ambas alejándonos y yo, Dios, habiendo pensado una cosa tan fea de ella.

Acabé recreado la escena en mi cabeza al recordarlo, frunciendo apenas los labios por ello, y por lo tanto, me costó un poquito más de lo esperado procesar las nuevas palabras que Kakeru me estaba dedicando. Pestañeé un par de veces cuando finalmente lo hice, más o menos a mitad de la frase, y fue realmente difícil negar que incluso aquellas palabras tan simples lograron quitarme un peso de encima; era una historia completamente diferente escuchar algo así salir de los labios de otro.

—A ti también, Kakeru, en serio. Estaba realmente preocupada por no...

Había empezado a murmurar de manera apresurada, prácticamente viniéndome encima de sus palabras, para intentar hacerle saber que Anna también le quería de esa manera, pero la repentina presencia de Sasha me hizo cortar la frase a medio camino de terminar. Volví a fruncir los labios y busqué la mirada del chico con la mía, esperando que entendiese lo que le quería decir a través de la misma.

Que creía fervientemente que Anna tampoco quería perderlo a él.

La aparición de la pelirroja se sintió bastante anticlimática, a decir verdad, pero realmente tampoco podía culparla por no ser consciente del ambiente en el que Kakeru y yo habíamos acabado metidos mientras hablábamos. Me esforcé por mostrarle una sonrisa como la de antes en cuanto llegó, pues, e incluso acabé ladeando ligeramente la cabeza al prestarle atención a su retahíla de palabras. Seguía sin estar con mucho ánimo de meterme en el agua, pero algo incluso más fuerte dentro de mí me impidió rechazar su oferta una segunda vez, por lo que acabé cediendo tras sopesarlo un par de segundos.

Le devolví la chaqueta a la mayor al ponerme de pie, pues necesitaba ir a mi tienda de campaña para cambiarme al bañador, y después de un buen rato volví con el mismo puesto y una toalla colgada del brazo. Al volver a reunirme con Sasha y Kakeru, no pude evitar deslizar la mirada hacia la costa y, al hacerlo, di de lleno con la figura de Alisha saliendo del lago para dirigirse de vuelta a su toalla; se dio cuenta de mi mirada, claro, y pude ver la sonrisa de suficiencia que se le plantó en los labios al levantar la mano para saludarme.

>>¿V-vamos? —murmuré al volver la vista hacia Sasha, levantando por instinto un poco más el brazo con la toalla que tenía delante del cuerpo, en un intento de tapar lo máximo posible la visión hacia el mismo.

De repente me había vuelto especialmente consciente de mi propio cuerpo gracias a la presencia de las dos mayores y era honestamente vergonzoso.

Contenido oculto

prometo que en algún momento haré un post decente en el tema off-rol con todos los bañadores, pero for now me sigue dando mucha pereza so aquí está el de emi y ya vamos viendo qué más nos depara la vida (?)

 

[Bosque 5]

Me consideraba una persona inteligente, pero también llegaba a ser muy tonta. La carrera en el lago me había echado tremendo boost de energía y, cuando regresé junto a Emily y su amigo, lo hice prácticamente como un torbellino. Y sin darme cuenta. A los pobres desgraciados les interrumpí la fiesta y jamás fui ni remotamente consciente del hecho. Lo único que me importaba era convencer a Emily de que me acompañara al lago, ya si su amigo nos acompañaba o no me daba bastante igual. Tenía pinta de ser... kinda boring? Tranquilo, como mínimo.

Emily por fin aceptó y sonreí de oreja a oreja. Acepté mi chaqueta de regreso y la despedí cuando fue a cambiarse. Regresé la mirada a mi mano, a la prenda de ropa, y la dejé caer junto al árbol tras encogerme de hombros. Igual estaba toda mojada, no tenía sentido llevarla encima. Deslicé la mirada al muchacho, quien había permanecido sentado y estaba... mirando al lago. ¿Era cosa mía o lucía terriblemente gloomy? Igual le estaba dando con un caño desde hoy, pobre criatura.

—¿Cómo te llamas?

Alzó a verme, ampliando la mirada, y se convenció de que le había hablado a él tras notar mi atención volcada encima suyo.

—Ah, ¿no lo dije? —Sonrió, entre divertido y avergonzado, y soltó una risa breve—. Es verdad, creo que no. Kakeru Fujiwara.

—Eres nuevo, ¿no? —inquirí, buscando hacer conversación entre tanto. Esa clase de silencios me incomodaban un poco.

—Sip, voy a la 3-2. ¿Tú eres...?

—De la 3-1, soy compañera de Fujioka —le recordé, señalando hacia donde había visto al castaño por última vez, y por su expresión asumí que esa información tampoco la tenía muy en claro—. Oh, ¿no son amigos?

Meneó la cabeza lentamente.

—No, lo conocí hoy, de hecho. Almorzamos juntos y eso.

Joder, a este chico había que sacarle las respuestas a tirabuzón. Le sonreí, cortés, y distraje la vista en el lago un par de segundos. La conversación había caído en saco roto con una facilidad absurda y, bueno, supuse que él estaba bien así. Si lo pensaba con detenimiento, Emily también era una niña tranquila. Tenía sentido que se llevaran bien; al menos en mi mente, claro. No quise preguntarle de dónde la conocía a ella, la charla se convertiría en un interrogatorio y tampoco quería incomodarlo. Ni me interesaba, siendo francos.

Por suerte, Emily regresó relativamente rápido. Acorté la distancia yendo a su encuentro, ella se distrajo viendo a Alisha y yo hice de cuenta que del lago sólo venía el viento. Pobrecilla, se había acobardado. Asentí ante su pregunta, a punto de empezar a caminar, cuando noté por el rabillo que Fujiwara se unía al pequeño círculo.

—Iré a buscar algo a mi tienda —aclaró, y se dirigió más que nada a Emily—. ¿Hablamos luego?

Fue medio pregunta, medio saludo. No sé, algo extraño. Tras despedirlo, cacé la muñeca de Emily y la jalé hacia el lago con la energía que había estado conteniendo. Mis pies volvieron a acariciar el agua y la solté, avanzando hasta taparme casi la cintura. No quería forzarla a entrar de golpe.

—Mira, te daré diez segundos para venir conmigo —advertí en voz alta, divertida, moviendo suavemente las manos a mi alrededor. La sonrisa me iba de oreja a oreja—. Diez... nueve... ocho... siete...

¿Y si no venía?

—Seis... cinco...

¡Pues era sorpresa!

 

Zona de acampada

No era la persona más indicada para preguntarme qué clase de amistad mantenían estas chicas, con la personalidad de Adara solo se podían hacer dos cosas actuar de forma muy parecida a ella o lanzarse al extremo contrario. Puede que Fiorella tomara la primera opción y yo, como siempre, tomara la segunda. Tendía a funcionar, pero aunque no lo entendiera así de forma demasiado consciente que sirviera tenía que ver con que fuesen buenas personas y ya.

Hice un mapeo bastante rápido del espacio, vi a Altan sentado en una mesa más allá con Cayden y el rubio tatuado, parecían estar discutiendo algo pero lo dejé correr y regresé la atención a Fiorella de inmediato. El Altan que había conocido, el pequeño buscapleitos de diez años, no se diferenciaba demasiado de Adara y hasta ahora me había demostrado que era bueno.

Sus matices se paseaban demasiado por el gris, rozaban el negro y regresaban, pero era bueno.

Sonreí cuando la pelirroja aceptó a llamarme Jez, regresé la mano a mi espacio y me moví un poco para dejarle espacio por si quería sentarse, cosa que hizo no mucho después.

—Para nada —respondí a lo de los dolores de cabeza y miré a Adara cuando le pidió que no hablara de ella como si no estuviese, le sonreí de nuevo—. Has sido muy paciente conmigo también, Adara, gracias.

En cualquier caso Fiorella volvió a hablarme por lo que regresé la atención a ella, me preguntó de dónde era y señaló que era italiana, lo que me iluminó la neurona. Di un respingo al caer en cuenta de que era por eso que algo me sonaba parecido en su voz y de repente recordé los ojos avellana de Janet Fiore, la madre de Altan.

—La madre de mi mejor amigo es italiana también —añadí un poco sin venir a cuento, pero atendí a la pregunta después—. Nací en Países Bajos, me mudé con mi familia hace como ocho o nueve años.

Contenido oculto: Para la cñorita GM

Gigi Blanche la más pelotuda te iba a etiquetar como Belu, como otras chorrocientas veces antes

Aprovecho para lo de los puntos! Cay y Maze se quedan para las actividades, pero como somos menos sumo a Jez y a Al
Jezzie:
-Agudeza sensorial: 2
-Resistencia física: 2
-Destreza y agilidad: 6

Altan:
-Agudeza sensorial: 6
-Resistencia física: 3
-Destreza y agilidad: 1

Perdón por la demora, recién ayer me empecé a poner al día asjbhde

 

[Zona de acampada]

Al final todo había acabado siendo muy tranquilo y divertido, con Paz nos pintamos las uñas mutuamente y nos quedamos conversando un rato más, mientras agitábamos las manos y las soplábamos para que se secaran rápido. Las horas del día seguían transcurriendo y, al revisar el móvil, comprobé que ya eran las cinco. Hoy había... una prueba de valor o algo así, ¿verdad? Sonaba bastante divertido.

Y probablemente terrorífico.

Tras salir de la tienda inspeccioné el panorama, entre aburrida e inquieta. Di con Kakeru, acercándose a la orilla del lago y poniéndose a leer, y me las apañé para que la imagen no se me enterrara en el pecho. No podía ser tan apocalíptica, él siempre había sido un muchacho solitario. En multitud de ocasiones lo había pillado en la escuela o en la sala del club, con un libro o con su móvil. Esa clase de actividades las disfrutaba.

Comencé a caminar, acercándome a la zona de las mesas, y cuando reparé en la silueta de espaldas, ligeramente encorvada, de Altan, decidí que era un buen momento para empezar a molestarlo. Estaba con Cayden y el rubio de los tatuajes, claro, pero ¿algo así me había detenido alguna vez? Me aproximé despacito, en modo ninja, lista para pedirles complicidad en silencio si alguno de los otros dos imbéciles me veían. A ciencia cierta no sabía si sería capaz de burlar los sentidos de Altan, pero probando no perdía nada, ¿cierto?

Estando a la debida distancia, me estiré de golpe para pellizcarle la cintura con fuerza y soltarle un "¡bu!" prácticamente en la nuca. Era mi mejor intento por asustar a un ropero de metro ochenta, pero al menos era trabajo honesto. Prácticamente al instante empecé a reírme y subí las manos a sus hombros, apoyándolas allí para mirarlo desde arriba.

—Hola~ —saludé, como si nada.

Contenido oculto

Yáahl i saw the opportunity and i took it

 

Zona de acampada

Era bastante evidente que se nos había quedado el culo pegado a la banca y ni siquiera le estábamos dando muchas vueltas, aunque en algún momento Cayden dejó la mesa algunos minutos para luego reapareció con una bolsa de frituras tamaño familiar que solo Dios sabría cómo había metido entre sus cosas sin que quedara aplastada. La puso sobre la mesa, Arata le cayó encima y yo fui metiendo mano de forma bastante intermitente.

Quise sacarle más información a Arata sobre el asunto de Pierce, pero el hijo de puta había cerrado todo bajo combinación y al final me rendí. En algún punto Shimizu se pasó a la banca del lado del cara de bebé y se puso a enseñarle tonterías en el móvil, parecían ser los de siempre, pero el cuerpo del pelirrojo se tensaba cada vez que el otro estúpido se movía.

Lo había aceptado solo porque Sasha le había pedido un favor, ¿no?

Era esa clase de imbécil.​

—Arata —advertí de repente, atrayendo a medias su atención—. No te pongas muy pesado con el cara de bebé.

—¿Y a ti qué coño te importa? —respondió sin filtrar sus palabras ni medio segundo.

—Si ser un dolor en el culo es su característica de personaje, ¿qué esperabas? —apañó Dunn tratando de patear su propia molestia, vete a saber por qué—. Hey, ¿Anna no estaba con otra gente?

—Se supone, ¿por?

—Creo que ya no la veo, es eso.

La dejó picando en el aire, pero es que a ciencia cierta dudaba que entre el ir y venir de cosas con Kohaku, Sugawara y el visto y no visto de Pierce hubiésemos podido notar que había pasado hacia alguna dirección, la que fuese. Me angustié bastante de la nada, para qué decir lo contrario, porque la niña tenía el lío mental del asunto de Fujiwara y todo lo demás y cuando menos te lo esperabas se iba en espiral hasta el fondo. Arata chifló, llamando mi atención como si fuese un perro, y negó con la cabeza.

—Respira —ordenó con firmeza—. La gente no va a morirse si se sale de tu campo de visión, cuervo.

Con el historial era un poco complicado meterse eso en la cabeza, pero me forcé a mí mismo a no caer en lo mismo que Anna y me saqué de la espiral de una patada. La cosa siguió dando vueltas fuera del carril, como un puto Beyblade o algo, pero al menos pude regresar la atención a los imbéciles que pronto se encargaron de empezar una conversación que se bailaba entre videojuegos y películas, todo para que Arata dijera que se quedaba dormido mirando la tele más de la mitad de las veces.

En algún punto creí percibir movimiento a mi espalda, pero en el pequeño charco de paranoia en el que había caído preferí ignorarlo, sobre todo porque el par de idiotas no reaccionó a nada así que seguí con la vida. Acababa de tomar un puñado de frituras cuando sentí el pellizco, casi se me va todo a la mierda y aunque reconocí el tono de voz de Anna busqué sus ojos con cierta ansiedad.

—Bienvenida. Acabas de desbloquear el logro "Infartar a Sonnen" —dijo Cayden con la boca medio llena y aguantándose la risa.

—Cada vez un paso más cerca de conocer al creador —añadí sin molestia real, estirando la mano libre para alcanzar el rostro de Anna y picarle la mejilla—. ¿Quieres sentarte con nosotros?

—Es la mesa de los chicos populares, claro —soltó Arata—. La señorita está más que invitada.

Contenido oculto

no sé por qué me quedó en cualidad de tocho, but im here for my beloved annita *c tira de cabeza*

 

[Zona de acampada]

Sasha vino a reunirse conmigo a medio camino, lo que me hizo parar un poco en seco mis pasos al recibirla a mi lado, y noté como pretendía encaminarse hacia el lago al instante, intención que se vio interrumpida cuando Kakeru también acabó por unirse a nuestra pequeña reunión. Lo hizo para despedirse, de todos modos, y yo asentí con la cabeza al recibir su pregunta, con toda la convección que me fue posible imprimirle a mi rostro. Lo seguí con la mirada un par de segundos más mientras se alejaba, sin poder evitar entornar los párpados al hacerlo, y antes de poder ser plenamente consciente de ello, repentinamente noté como alguien se hacía con mi muñeca y me arrastraba hacia el lago.

Le dediqué una sonrisa pequeña a la mayor en cuanto alcanzamos la orilla, más bien de pura cortesía, y no me hice mucho de rogar ante su petición. Entré en el agua poco a poco, dándole tiempo y espacio a mi cuerpo a acostumbrarse a la temperatura de la misma, hasta que finalmente alcancé el mismo nivel que la pelirroja. Estuvo bastante bien el momento, a decir verdad, pues hablamos un poco mientras jugueteábamos con el agua y hubo un par de momentos en los que genuinamente me sentí contenta; aun así, no podía negar que mi humor no estaba ayudando para nada a la causa, y más veces que no me estaba forzando a intentar sonar más alegre de lo que realmente estaba.

No creía que aquello fuese justo para Sasha, así que después de un tiempo que consideré prudencial, me disculpé al decirle que me encontraba algo cansada y que prefería volver a mi tienda de campaña. No era del todo mentira, tampoco, y salí del lago tras dedicarle una mueca de culpa que no pude controlar. Me despedí de Alisha a la pasada, también, y me encerré en mi tienda de campaña para volver a colocarme de nuevo el conjunto deportivo y... quedarme ahí dentro, sin más.

 

[Zona de acampada]

Vaya, había logrado mi objetivo. Honestamente había llegado sin ninguna clase de expectativa, así que verlo casi soltar las papitas a la mierda me divirtió y dio pena a partes iguales. Buscó mis ojos a velocidad, como si pudiera ser Satanás o algo, y el comentario de Cayden me ensanchó la sonrisa. Eso o verlo con la boca llena de papitas, claro. Llevaba toda una vida rodeada de hombres sin los mejores modales para comer y yo tampoco calificaba de duquesa, así que el gesto no me molestó en ningún momento.

—Pero bueno, vine buscando cobre y encontré oro —bromeé, por el infarto exitoso y la invitación a la mesa.

O sea, a las papitas.

Me incliné y le dejé un beso en la mejilla a Al antes de alzar las piernas y sentarme en el banco, a su lado. Lo primero que hice fue hundir la mano en la bolsa y sacar un buen puñado de frituras, aunque las solté sobre la mesa y las fui comiendo de a una. Los chicos siempre comían a una velocidad aterradora (y creía recordar que Cayden era de esos), así que más valía prevenir que curar.

—¿Llevan aquí desde el mediodía? ¿No les duele el culo? —inquirí sin mucho filtro, y giré el rostro hacia Al. Le regresé la picada de mejilla, aunque ya que estaba también se la estiré casi con maña—. ¿Y tú, grandulón? ¿Lo llevas bien o ya estás cuestionando las decisiones hasta de tus ancestros?