Tokorozawa Lago Sayama [Lago]

Tema en 'Ciudad' iniciado por Gigi Blanche, 23 Junio 2021.

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    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

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    Aguardé pacientemente y en silencio a que Arata respondiera mi pregunta, cosa para la cual se tomó su debido tiempo. La historia al final fue bastante aburrida aunque, suponía, había probabilidades bastante altas de que hubiera omitido una buena cantidad de detalles. Yo en su lugar haría lo mismo, ¿verdad? Quise hacer memoria del lugar donde Akkun solía tatuarse cuando Altan soltó la pregunta del casco y el otro se ofendió. Me reí de forma aparentemente inofensiva.

    —Lo dices como si fueras un ciudadano modelo —dije, sin maldad pero también sin filtro.

    Luego los tiros se desviaron hacia Sonnen y, así como Cayden, noté la cicatriz en su brazo al seguir el movimiento de su mano. No le di mayor importancia, de todos modos, y estaba pendiente a la espera del chismecito cuando sentí una mano hundiéndose en mi cabello. Por la dirección se trataba de Cay, asumí, y de todas formas era como si ya lo supiera. El mimo me aflojó el cuerpo y sonreí, ladeando ligeramente la cabeza para acentuar el contacto. Mantuve mi atención en Altan, de todos modos, el resto siguió fluyendo y la intervención de Cay me arrancó una risa floja.

    Así como Arata, asumí que se estaba dejando un par de detalles en la bolsa.

    —Te falta cancha —solté, en tono ligero—. Cuando yo me sentía mal desaparecí de casa y casi los hice publicarme en Missing Children. Supera eso.

    Luego Arata ató hilos y me siguió haciendo gracia la interconexión desapercibida de las cosas. ¿Cuántos nudos se nos escaparían, incluso con quienes más queríamos, sólo por la falta de información? No que fuera importante, sólo curioso. El mundo de veras era un pañuelo.

    No vi por dónde seguir escarbando chisme, así que me di por satisfecho y solté el aire por la nariz, tamborileando suavemente los dedos en mi brazo. Giré el rostro hacia Cayden, quien no había despegado su mano de mi cabello, y aguardé por sus ojos un segundo antes de inclinarme en su dirección. Apoyé la cabeza en su hombro, me acomodé y desde allí sonreí como si nada.

    —Pensé que no vendrías —murmuré, sin alzar demasiado la voz, y alcé el rostro para verlo. Una risa leve se me coló en la voz—. Ya sabes, por los bichos y eso.
     
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    Zireael

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    Zona de acampada

    —Pues claro que soy un ciudadano modelo, nunca dijimos en qué sentido —atajó el idiota, con el pecho inflado de orgullo.

    Fue lo último que añadió a la conversación previa antes de írsele encima a Altan para que soltara la sopa, en general no me parecía que Sonnen se incomodara por recibir los ojos de mucha gente, creía que solo le incomodaban ciertos ojos en específico y a veces, para su desgracia, eran los de las personas que eran medianamente cercanas a él.

    Igual supuse que no le dio el corazón para mentir, quizás por la presencia de Ko.

    Que ya que estaba, noté que el mimo le aflojó el cuerpo al niño, también que acentuó el contacto y comencé a acariciarle suavemente las raíces del pelo aunque teníamos la atención puesta en el cuervo. Cuando habló para decirle que le faltaba cancha bufé bajito, recordando el desastre de esa vez, y Arata negó con la cabeza como diciéndole que no tenía remedio.

    —No le des ideas —soltó Shimizu luego de haber usado su neurona por dos sorprendentes segundos y se permitió una risa.

    —No era competencia tampoco —dijo Altan por fin, negando con la cabeza—, pero si lo fuese claramente ganó Kohaku, nadie lo va a discutir.

    Me pareció que Sonnen había superado su momento de "trágame tierra", volvió a la neutralidad usual y volvió a escanear el espacio antes de ponerse a molestar a Arata diciéndole que le había robado comida del plato sin que se enterara. Escuché la sorpresa del idiota, pero no les seguí prestando atención porque noté que Ko giraba el rostro hacia mí, recibí su mirada y solo detuve las caricias cuando se inclinó en mi dirección para acomodarse en mi hombro. No me di cuenta, pero reflejé su sonrisa casi de inmediato y me tragué una risa al escucharlo hablar.

    —¿Pero te piensas que soy tan delicadito? —reclamé en voz baja y le saqué la lengua—. Hablé con Anna en la escuela, total que me di cuenta que venía medio mundo y me terminé de convencer para venir. Pensé que sería divertido.

    —Ya solo dile que viniste por él —dijo Arata alzando la voz de repente, luego de darle un zape a Sonnen que lo hizo dejarle ir un empujón que casi lo manda a volar de la banca.

    —¡¿Cuándo di a entender eso?! —La sangre se me subió al rostro, me di cuenta, y mantuve la vista al frente como si eso fuese a salvarme de algo—. ¡Estás torciendo lo que digo como siempre!

    —¿Lo estoy? —preguntó solo por joder, mientras volvía a sentarse correctamente—. Ko-chan, dile que si va a mentir mejor se ponga lentes oscuros, a ver si acaso no se nota tanto.
     
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    Amane

    Amane Equipo administrativo Comentarista destacado

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    [Zona de acampada]

    Afortunadamente para todos, el ambiente a nuestro alrededor se destensó prácticamente tan rápido como se había tensado en un inicio, y eso permitió que pudiese centrarme en la comida que tenía delante con mayor tranquilidad. Es decir, realmente no era como si eso me hubiese ido a afectar demasiado a la hora de comer, pero suponía que se agradecía un ambiente más relajado para ello.

    —Exactamente así —confirmé el apodo con una sonrisa ligera, dejando bastante claro con aquel gesto que aquella no era la primera vez que me referenciaban al muñeco y que el hecho no me importaba demasiado—. Aún no he encontrado a mi Barbie tamaño real, sin embargo... Mi vida no tiene mucho sentido así —añadí, tras soltar un suspiro de lo más dramático, y me llevé algo de comida a la boca mientras negaba ligeramente con la cabeza, derrotado.


    El teatro me duró bastante poco, como cabía esperar, y recuperé la sonrisa relajada una vez recibí la pregunta de Kenta, girando la cabeza para mirarlo con las cejas ligeramente alzadas antes de contestarle.

    >>¿Thor? Supongo que sí, nunca lo había pensado —murmuré de primeras, sopesando la idea con un obvio aire pensativo, y después simplemente me encogí de hombros, riendo ligeramente—. De todas formas, creo que el origen viene más bien de thorn, que significa espina.

    Después le tocó a los demás decir de donde venían y me quedé con el dato, simplemente por pura costumbre. Nada de aquella información me sorprendió demasiado, a decir verdad, y luego simplemente fui fluyendo con la conversación a medida que íbamos terminando nuestros almuerzos. Una vez pasó la hora de la comida, los profesores anunciaron que teníamos la tarde libre para explorar la zona, y aproveché para mirar a Joey que, una vez más, había acabado estando cerca de mí.

    >>¿Te apetece dar una vuelta por el lugar? Bueno, si no tienes planeado hacer otra cosa, claro~

    Alethea 2.png
    [Muelle]

    No era yo ninguna experta en analizar a los demás, principalmente porque no tenía gran interés en hacerlo, pero algo dentro de mí me hacía escuchar a Gianna con cierta cuota de curiosidad encima; no sabría decir si era una buena señal, sin embargo, porque si me llamaba la atención era por lo obviamente incómoda que parecía estar en nuestra presencia. O la presencia de cualquier persona, en general, a juzgar por la manera en la que se refirió a los compañeros de su otra escuela.

    Así y todo, seguía sin ser lo suficientemente importante como para inmiscuirme, así que simplemente permití que siguiese hablando sin pretender interrumpir demasiado. De igual manera, seguí comiendo tranquilamente mientras Jack hablaba también, y fui sonriéndole a medida que lo hacía, hasta que terminó por ofrecerse a hacernos una foto con el fondo tan bonito que teníamos disponible.

    —Por mí no hay problema —acepté, asintiendo ligeramente con la cabeza y hasta cerrando un poquito los ojos al sonreírle, y después giré la cabeza para mirar a Gianna, a la espera de su respuesta; no parecía especialmente fanática de las fotos, pero igual nos sorprendía.

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    [Muelle]

    ¿Era egoísta echarle encima a Anna toda la responsabilidad de llevar la conversación con nuestros acompañantes? Seguramente sí, egoísta y algo injusto también. Sabía que si me esforzaba, sería perfectamente capaz de mantener una conversación decente con todos los presentes, pero... bueno, claramente no era perfecta por mucho que lo intentase y preferí no hacer el esfuerzo; mucho menos cuando vi que Paz y Anna parecían tener algunas cosas en común de las que hablar.

    No me molestaba quedarme simplemente escuchando, en absoluto, y solo escuchar la carcajada divertida de Anna por mi pésimo intento de imitar su español me bastó para quedarme bastante tranquila mientras ellos hablaban. Así que me centré en terminar mi comida, me despedí de Adara con la mano en cuanto la muchacha hizo lo mismo y cogí algo de aire antes de intercalar un par de miradas entre el chico y mi amiga.

    —Annie, me gustaría hablar contigo luego... a solas, de ser posible —murmuré en voz baja, aprovechando la cercanía que obviamente habíamos compartido durante todo el almuerzo, y le dediqué una pequeña sonrisa solo para intentar asegurarle de que no tenía que ser nada malo—. Iré a llevar esto con los profesores —anuncié levantando un poco el plato entre mis manos, en aquella ocasión en voz más alta, y ensanché apenas la sonrisa a modo de despedida.
     
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    quem

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    Note como Jez dejaba el móvil a un lado en el momento que le había pregunto si no le estaba interrumpido, asentí y me senté en lugar que ella había indicado en el césped. Aun tenia el plato en la mano así que trate de sentarme de la mejor forma posible, la cosa fue que lleve mi vista hacia las mesas y en una de esas pude distinguir a Fiorella con dos chicas, estaba muy feliz por ella, ya que como era una pesimista, seguro pensó que la pasaría sola.

    Ella tenia su carácter, pero nunca lo demostraba frente a nadie, mas bien era demasiado ingenua para su propio bien. Regrese mi vista a Jez al escuchar su pregunta sobre como me había ido en la tienda y mis compañeras.

    Rei un poco.

    —Supongo que bien —murmure con un leve alzado de hombros—. Pensé que no me llevaría bien con ellas, pero por el momento no tengo problema
    ..

    Bueno era verdad, después de todo podimos hacer un gran trabajo con las tiendas así que, mientras no me provocarán ni nada por el estilo todo estaría normalito.

    —Y a ti ¿como te fue? —pregunte para después llevar mi vista hacia donde ella había dejado su movil, tenía leve curiosidad de algo—. ¿Puedo saber que estabas leyendo antes de que viniera?

    Podía parecer muy seria y sarcástica o todo lo que dijeran de mi pero, tenía prácticamente una biblioteca en mi casa así que mientras no ayudaba a mis padres con lo de las empresas, pues me la pasaba hay metida, claramente después de pasarme por el cuarto donde me ponía arreglar todo lo que fotografíaba.



     
    Última edición: 18 Marzo 2023
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    Zireael

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    Zona de acampada

    A la pobre se le dificultó un poco sentarse, pero lo logró antes de que pudiese ofrecerme a sostenerle el plato y lo dejé estar. Noté que su vista se desvió a las mesas de nuevo, a una donde estaba una muchacha pelirroja, pero pues me faltaba información para pensar cualquier cosa al respecto así que directamente no dije nada, solo regresé la atención a Adara cuando ella volvió a mirarme y su risa, aunque ligera, me hizo mirarla con cierta ternura.

    —Te había tocado con Anna también, ¿no? —pregunté aunque lo tenía bastante claro—. Ahora que se ha adaptado mejor a la escuela se nota lo sociable que es. Hace amigos fácil, es muy dulce.

    Llevaba bastantes días un poco distanciada del grupo, si era honesta, incluido el mismo Altan, pero eso no cambiaba la opinión que tenía de ninguno. Era posible que me llevara el fiasco de mi vida y siguiera recordando las cosas buenas de las personas con las que me relacionaba, lo que era tanto una ventaja como una desventaja.

    —¿A mí? Me fue bien, cielo, gracias por preguntar —respondí sin darme cuenta la manera en que me había referido a ella y alcancé el teléfono para desbloquearlo—. Ah, es un libro que salió a finales del año pasado. Cartas de Amor a los Muertos de Ava Dellaira, me llamó la atención el nombre y lo he ido leyendo por partes.

    El nombre era un poco extraño, lo reconocía, y en sí no parecía ser mucho más que el libro para adultos jóvenes estándar pero tenía algunas frases aquí y allá que cargaban cierta fuerza. Suponía que todos los libros las tenían en realidad.

    —Va de una chica a la que su profesora le deja como tarea escribirle a una carta a alguien que murió y ella comienza a hacer cartas a cantantes o otras personas que murieron jóvenes, como su hermana.
     
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    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

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    Sabía que soltar una broma del calibre era casi de mal gusto, considerando que genuinamente había preocupado a Dios y María Santísima con mis mierdas. No pretendía desacreditar sus emociones, a decir verdad, sólo pretendía quitarle peso a algo que sí, había estado cagado, pero ya había pasado. No solía atascarme en cacaos mentales de ningún tipo, esa vez había sido la excepción. De la forma que fuera, tampoco acarreó mayores reacciones y me quedé en silencio, sin ver la necesidad de justificar ni aclarar nada.

    Quizá fuera egoísta de mi parte, pero no lo hacía con malas intenciones.

    Luego me acomodé en el hombro de Cayden y observé a Haru de reojo, por un instante. No sabía si estaba comiendo más lento de lo habitual por cosas de la vida o para seguir teniendo una excusa en la cual concentrarse, y en cualquier caso no lo habría culpado. Esas personas no eran sus amigos y yo tampoco me estaba marcando el esfuerzo del año por integrarlo; no creía que me correspondiera, honestamente. Me vacié los pulmones sin prisa y sonreí, pestañeando, cuando Cay me sacó la lengua. Había tenido que alzar la vista y el sol me había enceguecido brevemente.

    No tuve tiempo de responderle. Akkun activó el multitasking y quemó a Cay con unas ganas que, de haber sabido de los conflictos entre ellos, le habría dejado ir un zape por empeorar las cosas. La declaración tan polémica me hizo alzar las cejas y sentí a Cay removerse bajo mi peso, claramente nervioso. Su rostro se había encendido como lucecitas de Navidad y volví a pestañear, divertido. Divertido pero calladito, quería decir.

    —Akkun, no digas tonterías —dije cuando mi nombre apareció en su boca, lo solté con la cara de ángel; o sea, la de cabrón—. No le alcanzarían los lentes, ¿no le viste la carita?

    Solía tensar los hilos de esa forma, suponía, porque nunca nadie se enfadaba conmigo. Quizás algún día la jugada me saliera para el culo pero vaya, tenía la manía silenciosa de tentar los límites de todo. Despegué la cabeza del hombro de Cayden, me giré hacia él y lo miré bien cerquita, como si la pobre criatura no estuviera del mismo color que su cabello.

    —¿Sí viniste por mí? —indagué en voz baja, con una mezcla de alegría e ilusión bastante genuina.


    AJSJAJSJA pobre Cay Cay, el niño quedó (y probablemente quede) KO

    also tardé en responder porque estaba esperando a ver si respondía con más pendejos en un mismo post, pero Morita aún no postea so weno
     
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    Kaisa Morinachi

    Kaisa Morinachi Crazy goat

    Tauro
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    Zona de acampada

    Calmé el culo, era algo impulsivo y ese tipo de cosas me habían traído un montón de problemas, así que ahora trataba de que no me ganara y cuando ocurría era cuanto menos frustrante. Por eso mis ojos se mantuvieron atento a las reacciones, comprendí la tención del Fujiwara solo con su suspiro, así que en parte agradecí que el desliz quedara enterrado. Cuando el albino recibió mi pregunta yo terminé enarcando una ceja, porque no le atajé la idea al principio, pero luego me explicó el significado y solté un "Oh" serio dando a entender que comprendí lo que dijo, solté una exhalación que pudo pasar por risa y sonreí algo confiado.

    —Gracias por explicarlo—. Eso sí, cuando me respondió el otro la confusión volvió a mi rostro y fruncía el ceño cuanto más me perdía. Okay, Inglaterra, al sur, pero qué cresta, tendría que buscar en google dónde quedaba y qué era, porque me costaba hacerme una imagen exacta del lugar. Diferente fue cuando Fujiwara comentó de dónde era, sonreí confiado y luego animado—. ¡Claro! Es un gran lugar para ir con tus amigos...— Y sonreí con sobriedad con un ligero toque de chispa—, o amigas.

    Que mi única amiga era Momoka y nunca la llevaría a un bar, yo creo, puede que sí a un Karaoke, pero dudo que a ella le guste aquellas salidas que se puedan mal interpretar con una cita.

    La cosa es que el tiempo continuó, terminé con mejor animo el almuerzo de dioses y parece que los extranjeros irían a juguetear por su cuenta. Miré a Fujiwara con una sonrisa amplia y cuando me acerqué coloqué con firmeza una mano sobre su hombro, la otra me la llevé con confianza a mi cintura.

    —Tenemos una apuesta que planificar— Entonces coloqué el doro de mi mano para cubrir el susurró que le brindé, mirando con desconfianzas impostadas hacia el resto de gente que estaba a los lejos—, ¿O quieres que nos regañen?— Busqué su mirada para sonreírle confiado.

    No había mejor incumplimiento que ese donde salías enjabonado.

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    Zona de acampada -> Bosque 5

    Podría preguntarme si me había equivocado al soltarle eso a Isla, pero... la verdad lo hice a conciencia. Era ese tipo de cabrona, claro que no era lo único que resaltar en mí, pero esa actitud marcaba una parte importante de mi carácter. Exponer gente, pisotear gente, no dejar que alguien estuviera sobre mí.

    Seré yo quien consiga lo que quiera o nadie me tendrá y ahora quería que esa chica... en fin. Mantuve la sonrisa en mi boca y mi única reacción fue que entorné un poco los ojos. Ahhh, ¿Habré dado en el blanco? Como fuera, Fiorella me respondió y centré mis energías y expresión ahora alegre en ella.

    —¿Ah, si? Serás mayor en mucho países, que libertad~— Alcohol, sexo, drogas, no podía juzgar a alguien solo por conocerle un día, pero algo me hacía creer que Fiorella poco y nada había probado de esas cosas, era cuanto menos curioso, ¿Estaría preparada para afrontar las cosas que un adulto enfrentaba? Y no los deberes.

    Las cosas carnales.

    En fin, que adivinaron mi edad, pero no por ello expresaría lo ofuscada que me dejó eso, así que solo mantuve la sonrisa relajada para acentuar una ligera alegría a ojos cerrados.

    —Din, din, ding~— No demoré en mirar a Fiorella con el ceño fruncido y un puchero—, pero te haz colgado de la respuesta de Isla, Fiorelilla— Sonreí luego con esa energía casi que inocente y radiante, más falsa admitir no tener celos—, así que gana Isla— La miré con la sonrisa jocosa—, felicidades~ Ya luego me buscas por tu premio, bonica —dije lo último con otra sonrisa a ojos cerrados.

    Cuando terminamos de almorzar habló una profesora, me estiré y busqué cómo escapar, que no era que me cayeran mal, pero entre sus tranquilidad y los celos que me venían arañando el interior era mejor irme a otro lado que quedarme con ese par. Les sonreí radiante.

    —Iré a lavar mis cosas y luego veré qué hacer—. Me levanté, recogí mis cosas con una mano y luego me despedí con la manita—, nos vemos~ Fue un gusto almorzar con ustedes —dije lo último sosteniendo sus miradas con una sonrisa tranquila y sobria.

    Dicho y hecho, hice lo que correspondía con el servicio, lo guardé dónde me indicaron los profesores y volví a estirar los brazos una vez me alejé. Di un suspiro y una mirada tan seria que le cortaría el rollo a cualquiera fue lo que recibió el paisaje verdoso. Me sentí por un momento fuera de lugar, en el exterior, con alegría, pájaros y un gran clima.

    Debería estar en casa o en algún bar de luces rojas, de frentón a oscuras.

    Di otro suspiro cerrando los ojos, saqué mi celular y me coloqué los audífonos. A veeer... sí, eso estaría bien. Caminé para alejarme, me metí por el bosque y admiré en un silencio serio mis alrededores mientras mi cabeza se extraviaba en recuerdos, tratando de evitar aquella... cosa que tenía dentro.

    Aquellos sentimientos que más de una vez me deprimieron.

    Fruncí el ceño cuando llegué cerca del lago... ¿Y ese chico? Cerré mi ojo, extendí mis brazos y fingí que tenía una cámara frente mi ojo abierto... sí... Sonreí filosa, era curioso y genial. Contuve esa emoción que volvió a agitar mi corazón para acercarme en sumo silencio, pero al final una sonrisa algo juguetona si o si se quedó en mi boca. A un par de pasos detrás de él me decidí a hacerme notar manos tras la espalda, cómo sí fuera una simple chica más.

    —Es un lindo paisaje, ¿no crees? —solté con calma, lo gracioso es que no miraba el paisaje, mis ojos estaban clavados en su rostro.

    Te raptaron a Numéria uwu (?) Igual tengo libre a Momoka y Margarita, por sí te interesa < 3

    Insane ven pa'ca

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    Muelle

    Comprendo, Jack sería de esos que nunca se callan, por suerte y su voz no era cargante, no sé qué hubiera echo en el caso de que tuviera un tono molesto, pero yo tirándole uno de mis servicios por la cabeza era una imagen clara. Me ocurría seguido, veía cómo reaccionaría a distintas cosas incluso sin querer hacerlo, de ahí que supiera el peligro que era aun cuando pocas veces me dejaba guiar por mis impulsos. Me dediqué a mirarle con hastío cuando sentí que habló de más, suspiré rodando lo ojos y me dediqué a comer callada. Eso sí, su segundo dialogo lo escuché con una atención seria, mis ojos se entornaron... Así que... asustadizo, curioso, a ratos olvidaba que los chicos también eran cobardes. Era un prejuicio, pero siempre me pareció antinatural ver a un chico acobardado, avergonzado era otra cosa... ¿Habré crecido en un pueblo repleto de más idiotas de los que creía? Cuando conté mis recuerdos la mirada de Jack se apagó, me miró incluso con preocupación, cosa que solo provocó que frunciera el ceño con extrañeza...

    ¿Hablé de más? ¿Me equivoqué? Solté un chasquido con la lengua, seria cuando terminé de contar mis cosas... Con suma seriedad escuché a Jack, calmé mi expresión por una seriedad más indiferente cuando empezó a contar sus propias experiencias, revolví la comida para quitarme los nervios que pudiera tener, o más bien para que no me costara prestarle atención. Era... curioso, aquello que dijo no se escuchaba, irritante... Con el ceño fruncido miré mi plato, pero una sonrisa se coló en mis labios y a boca sellada solté un "Je" bastante nasal.

    —Si que calma —dije entonces volviendo a la seriedad más que absoluta. Suerte y no alcancé a mirar su sonrisa, eso me habría brindado una expresión de asco que arruinaría el poco buen humor que conseguí, por lo que ver de reojo cómo miraba el lago en vez de su sonrisa nos libró de cualquier desagradable encuentro. Seguí comiendo con seriedad, me quedaba poco. Cuando llamó nuestra atención lo miré con seriedad, el rechazo a su propuesta fue claro en mi rastro, casi que con asco, pero no demoró en decir que no era algo obligatorio, mi rostro se calmó en una seriedad profunda... Miré de costado a Ethans, dijo que ella no tenía problemas. Dejé mi plato sobre la manta y me levanté con pulcritud, me arreglé un poco las ropas y extendí mi mano hacia Jack acercándome lo suficiente, seria.

    —Puedo sacarles la foto...— Y sonreí con confianza—, no creo que me salgan mal.

    Gracias por soportarme a esta asperger (?)

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    Muelle

    La sonrisa se esfumó apenas dijo que tenía unos dramas encima, mi preocupación fue clara, una preocupación genuina y extraña en alguien que venías a conocer desde hace poco... normalmente no me preocupaba por otros, me agotaba convivir con gente, así que solo me enfocaba en mi pequeña familia con Aiko, Huang y el señor Zhou... pero... algo en que esta chica estuviera mal me comprimió un poco el corazón. Pero lo peor había pasado, dijo, y con eso solté un suave suspiro, suspiro que trajo de regreso esa suave sonrisa, aunque le preocupación no se alejó. Miré mi plato...

    —Verás que las cosas irán mejor —musité, pero no había nerviosismo ni incertidumbre en lo que decía, sin querer lo solté con una confianza enorme, como si en verdad creyera que sí 0 sí aquello ocurriría cuando yo era el primero en poner todo en duda.

    El intercambio de la chica con Hodges me sacó una sola risa con una sonrisa resignada, tenían mucha energía, ¿no? Pero era agradable escucharlas. Luego le pregunté mi duda a la más bajita y ella no demoró en responderme la pregunta. Mi rostro quedó con un poco de seriedad, cuando comprendí qué implicaba responderle tensé los labios y mis ojos se desviaron con una cuota de inseguridad, mis manos se afianzaron al plato...

    Quería... contarlo... pero tendría que ignorar algunos detalles. Inhalé profundo, exhalé lento... Le sonreí con cierta melancolía a la chica, luego cerré los ojos y el rojo se me subió a las mejillas, avergonzado.

    —Mamá lo era —sinceré con voz calma... Abrí los ojos, me las ingenié para mantener a flote la sonrisa y que no me opacara la angustia con la que luchaba—, pero yo crecí acá, en Japón —concluí.

    Entonces la otra azabache, Makris, se despidió. La miré con una ligera sorpresa y luego le brindé una sonrisa bastante tranquila, sin rastro de una alegría excesiva o los otros sentimientos que solían abrumarme, inseguridad y angustia.

    —Que te vaya bien —despedí con simpleza. Luego de eso miré de reojo a las amigas más cercanas, un poco perdido, pero una cuota de seriedad me cubrió la mirada. Centré mi atención en la rubia, serio, más que nada para evitar mirar la confidencialidad con la que se trataban esas otras dos. Miré otra vez a Hodges cuando dijo que iría a dejar el plato—, Okay... —dije sin más mirándola más bien con calma, la vi alejarse un poco y mi rostro se preocupó otra vez, le dirigí la mirada a las otras dos que quedaron... Perfecto, la extroversión en persona, me coloqué muy nervioso y desvié la mirada con las mejillas rojas de la pura preocupación... Inhalé, exhalé y seguí comiendo, mejor.
     
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    Zireael

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    Quizás en otras condiciones o con otras personas el comentario de Ko hubiese alterado el ambiente más que relajarlo, pero casi podía poner las manos en el fuego que ninguno de los que estábamos aquí sentados teníamos derecho a reclamarle. Nadie reaccionó de forma exagerada y por rebote la cuestión solo fluyó sin más.

    De no ser porque tenía la atención dividida en no sé cuántas cosas tal vez me hubiese esforzado un poco más en incluir al segundo hijo de Drácula en la dinámica, porque era esa clase de estúpido a veces, pero Arata se encargó de chasparrearme los cables. Su batazo no estaba tan errado, porque ya la idea del campamento me gustaba, pero en sí no me había puesto a pensar a conciencia realmente que haber confirmado que Ko iba a venir tenía peso en la decisión. Es decir, me hacía ilusión, pero pues lo normal, ¿no? ¿No?

    Que hablando de Pelo de Nube, sentí sus ojos encima y se me atoró la saliva en la garganta aunque seguía con la vista al frente. Arata se tragó una risa y Sonnen estaba por volver a empujarlo pero se me quedó mirando, esperando mis reacciones; una sonrisa le bailó en los labios.

    —Haría falta una máscara completa y quizás tampoco sirva —dijo el cuervo, apoyando las manos en la banca.

    Sentí a Ko despegarse de mi hombro, me anticipé que seguiría tensando los límites de mis nervios y aún así cuando se giró me hizo reaccionar contra mi propio sentido de la contención. Volteé en su dirección medio de golpe, el cabrón estaba bien cerca, me soltó la estupidez de turno y las emociones que se le colaron en la voz me jodieron otro par de conexiones.

    Me pareció que a Altan se le aflojó una risa por la nariz, ya incapaz de seguirla disimulando, lo que me hizo dar un respingo. Pretendí responder, pero la mente se me quedó en blanco así que arrojé los ojos a cualquier lado y me enredé al brazo de Ko, de paso me acomodé en su hombro como pude para evitar el montón de ojos que tenía encima, aunque más que todo los suyos, y estiré el cuello de mi camiseta para subirlo con tal zambullir la cara dentro, porque ya iba a hacer combustión. Dios, me estaba dando hasta calor.

    —¿Y qué si fue así? —dije desde allí con la voz amortiguada por la tela y lo otro lo solté casi entre dientes, ni siquiera tuve claro si se escuchó—. You dumb cloudy baby.

    Are you five, Puppy?

    Shut up! —Me defendí, estrujando el brazo de Ko sin darme cuenta—. Ya. Puede que sí, yo qué sé, no lo pensé tanto.

    —Mariposita, ni el diablo quiere a los mentirosos~ —intervino Shimizu que se estaba jugando mucho el cuello ya y esta vez sí me quedé callado, pues porque no tenía caso seguir discutiendo con estúpidos.


    LORD SAVE HIM he is: wasted

    also no worries, as always, me imaginé que era eso owo
     
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    quem

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    Después de haberme acomodado mejor con el plato y todo, y prácticamente después de responderle a la pregunta que me hizo, sonrei un poco miestras la escuchaba hablar.

    Desvíe mi vista una vez más hacia la mesa del Fiorella, y fruncí un poco el ceño a mirar a la chica que estaba a lado de ella, si me la quedaba mirando fijamente podría decir que estaba controlandose para no explotar o que se yo. Pero si de algo estaba segura era que yo era muy buena analizando a las personas, y esa chica tenía la cara palida.

    Sin embrago deje de observarlas cuando escuché la voz de Jez y la mención de Anna.

    —Si me tocó con ella —murmure confirmado su pregunta, la cosa fue que no podía decir nada más por que no la conocía apenas y había pasado palabras con ella.


    Espere su respuesta a mi dos preguntas, la cosa fue que cuando llegaron no le tome tanta importancia, ya que más había escuchado como ella se había referido hacia mi, la mire un poco sorprendida y parpadie un poco ladeando la cabeza.

    Tal vez era la confianza ¿no?

    O tal vez no se dio cuenta de cómo me llamo, sin mayor problema lo deje pasar, y una sonrisa apareció en mis labios para alejar lo que había sentido
    .

    Suspire un poco.

    Cálmate Adara

    La cosa fue que mi atención se fue a su móvil cuando empezó a explicarme, de que se trataba lo que estaba leyendo y sonaba muy interesante para decir verdad..

    —Suena interesante —inquiri aún con mi vista en el movil—. Te gusta leer mucho ¿no?



    Isla 2.png

    [Zona de acampada]

    Mi cara se había transformado después de que salió el tema de los cumpleaños, no me gusta mi cumpleaños lo odia con todo mi ser, nunca me gustó, pero pensándolo bien ese no era aún tema con el que iba a matarme pensando, no lo haría.

    Pero como lo miraba ahora parecía que Numéria disfrutaba mucho viendo mis reacciones, alce una ceja mirandola sin ninguna intención del mundo.

    Sonrei alzando una ceja si de algo estaba segura era que, podría parecer muy tranquila pero no me gustaba que nadie investigara de mi vida y mucho menos, que vinieran a crerce más que yo.

    La cosa fue que ella miró a Fiorella cuando la chica confirmo que tenía diecisiete, y dijo que Fiorella ya sería mayor en muchos países, pero cuando menciono que libertad note que la cara de Fiorella se transformaba en una sería.

    Por su reacción suponía que esa palabra para Fiorella estaba prohibida, y claramente esa libertad yo sabía muy bien a qué se refería. Suspire y desvíe mi vista en una de las mesas, sonrei a mis adentros cuando note a Momoka con otra chica.

    Entonces cuando llego la hora de adivinarle la edad a Numéria, la cosa fue que yo había adivinado y ella dijo que la buscará para mí premio, no dije nada y solo note como se levanta y se despedía.

    —¿Todo bien? —la mire ante su pregunta

    —Si aunque lo mismo pregunto —ella me miró y después posó su mirada en el lugar por el cual Numéria se había ido.

    —Todo excelente, aún prácticamente no sea verdad y me quiera engañar a mi misma.

    —Supongo que las dos nos engañamos entonces —Fiorella río antes mis palabras.

    —Entonces a donde vamos —tenia una idea pero no sé si a ella le gustaría.

    —Te parece si me acompañas a esa mesa —la señale y ella desvío su mirada a ese lugar —Tengo que entregarle algo a unas de ellas.

    —Claro sin problema —sonrio.

    Entonces me levanté con todo y plato lo lave y se lo devolví a unas de las profesoras, note por encima que Fiorella hizo lo mismo, hicimos una pequeña reverencia y murmuramos un gracias, para seguir con nuestro camino hacia la mesa.
    Cuando llegamos a ella saque una botella de agua casi helada.

    —Hola espero que no interrumpir —mire a Momoka y después a la chica que estaba a su lado—. Venía a devolverte la botella muchísimas gracias.

    Mori uwu por aquí te dejo prácticamente a las dos niñas
     
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    Kaisa Morinachi

    Kaisa Morinachi Crazy goat

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    —Hay... cosas de las que no me gusta conversar... puede... que quiera contarte algunas de esas cosas, pero no acá —musité mirando mis manos entrelazadas sobre mi regazo, cabizbaja. Fruncí el ceño con nerviosismo, miré con desconfianza a Momoka de reojo... Sonreía con suavidad, nunca sacó la mirada de mí, seguro, se le veía relajada. Cerró los ojos, sonrió más amplio.

    —Me parece bien—. Le parecía bien, la miré un poco más directo, mis cejas se fruncieron... con ingenuidad, sin querer cerré los ojos y solté un suspiro de alivio...
    —Sí supieras lo que significa —dije tan despacio que seguro no me escuchó, lo noté en la confusión en su mirada, le brindé una sonrisa suave, algo avergonzada—, gracias, Momoka-san.
    —Jejejeje, no te preocupes, no tengo problemas con... conocerte más— Sus gestos iban desde la risa relajada, a la sonrisa sobria sin perder nunca la confianza y la alegría, siempre amena, de alguna manera... creo... que me recordaba a Lily, aunque ella era diferentes... o tal vez Lily era así con sus amigas, ¿Cómo saberlo? La sola idea de que Momoka fuera como Lily hizo que mis manos se relajaran, que no frunciera el ceño y adornó mis labios con una suave sonrisa—. ¿Dónde quieres que nos juntemos?— La miré con sorpresa... miré con cierta preocupación mis manos, volvieron a aferrarse con cierta fuerza la una con la otra...
    —Uhm...— Alcé la mirada, ceño fruncido con duda—, ¿Qué tal el parque?— Me sonrió amplio y pude relajar la tención de mi ceño, la seguí viendo con seriedad.
    —Jejeje, genial.
    —... Okay, en el parque entonces —dije con una sonrisa suave.

    Fue entonces que escuché unos pasos, mis ojos se fruncieron con desconfianza, posé las manos sobre la meza y casi que me agazapé en mi puesto, miré en sumo silencio y con desconfianza a las chicas que se nos acercaron. Momoka primero me vio a mí y por consecuencia desvió la mirada a las chicas.

    —¡Oh...! Eres tú —comentó con una sonrisa alegre juntando sus dos manos en una sola palma.

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    Miré de reojo a Nieves sin perder mi sonrisa, siempre atenta a esta chica, porque era... complicada. No era cosa de ser un genio, tuvo que dejar de asistir a la escuela, acudía a terapia y muchas veces me recibió... ¿Su abuela, madre? O tíos para entregarle las anotaciones de clases y toda esas cosas, pero tenía la confianza de que algo bueno tendría toda esa bruma que la rodeaba. Sexto sentido, intuición, ingenuidad o mera esperanza, llámenlo cómo quieran: Yo quería confiar en esta chica y quería que no abandonara sus estudios por nada del mundo. Como cuando Kenta se metió en muchos problemas, su madre aumentó su agresividad con él y tuvimos que intervenir, yo con Kenta y mis padres con su madre. La gente complicada existía, mi mamá para empezar era una mujer fría y dura, pero siempre me demostró cariño y una sabia comprensión, papá vivía ocupado y su familia no me reconocía como su hija, pero siempre intentó darme todo lo que necesitaba, sus actos, ese apoyo económico era la forma más sencilla, pero significativa, que tenía para no descuidarme. Y su sonrisa, la sonrisa de ellos, la de papá con alegría y orgullo, la de mamá... cómo si le aliviara verme... verme salir adelante y conseguir las cosas que quería.

    Algunas veces me pidieron disculpas por no estar siempre ahí para mí: Al final les respondí que siempre han estado para mí, aun con la rigidez que implicaban sus trabajos... Por eso quería tanto a Kenta, entre la soledad y la incertidumbre siempre fue esa mano amiga que logró levantarme más de una vez, más literal que metafóricamente, pero...

    Le quería tanto...
    Y aun así, nunca podría corresponderle.
    Recibí la botella de la chica con una sonrisa cordial y alegre a ojos cerrados.

    —Muchas gracias —dije calma sin perder el tono alegre, sostuve la botella sobre mi regazo y mantuve la sonrisa suave—, ¿Almorzaron? —sonreí otra vez cerrando los ojos—, ¿Qué tal estuvo?

    Nieves se mantuvo al margen, no la vi, pero solo observó un par de veces a las chicas y había terminado por cruzarse de brazos y mirar fijamente el borde de la mesa... creo que incluso cerró los ojos en un momento, porque apenas pude la miré de reojo para cerciorarme de que todo fuera... medianamente bien.

    Sorry, quem , abandonas una loca (Numéria), para meterte con otra (Margarita) ¡Pero no te preocupes! Momoka les cuida uwu (?)

     
    Última edición: 23 Marzo 2023
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  11.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

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    Kakeru.png
    [Zona de acampada]

    Cuando Kenta agregó eso de que Shinjuku era un buen lugar para ir con chicas solté una risa ligera, bajando momentáneamente la mirada. En sí se trataba de un barrio muy polifacético, pero mi juicio estaba bastante sesgado y se reducía a espectros no muy... aptos para señoritas, suponía. Algunas cuadraban, claro, Anna se desenvolvía bastante bien y la amiga de mi hermano, la Dubois mayor, también. Pero no diría que eran chicas promedio.

    —En tanto no las metas a Kabukichō, todo bien —resolví, con ligereza.

    Cuando nos acabamos la comida y los profesores nos dieron pase libre, tanto Wickham como Thornton se despidieron y los seguí brevemente con la mirada antes de regresar a Kenta. Fue inevitable buscar a los chicos en el intermedio, así fuera por un instante. Anna, Ko, Emily. ¿No podría verlos en todo el campamento? No quería ser demasiado pesimista, pero tampoco se me daba bien el optimismo.

    Con todo, a mi rostro sólo llegó una sonrisa casual. Kenta dejó caer su mano en mi hombro y la teatralidad que le agregó al asunto me acentuó la sonrisa.

    —Jamás, eso significaría que fallamos —acordé, montándome al carro, y repasé el lago con la vista—. Podríamos buscar un buen lugar. Lejos de aquí, claro. ¿Quizá la playa que nos mostraron los profesores cuando veníamos hacia aquí? Era... el bosque cinco, ¿no?


    Anna 3.png
    [Muelle]

    La reacción de Paz al regresarle la pregunta me preocupó un poquito, parecía haberlo lanzado de cabeza a un lío mental bastante lindo. No pude hacer nada, sin embargo, sólo me quedé en silencio y aguardé hasta que emitió una respuesta. No era muy avispada, jamás lo había sido, pero la forma en la que pronunció esas tres simples palabras me sentó extraño en el cuerpo. Tampoco quería arribar a conclusiones cataclísmicas, sólo fue una sensación. Su mamá era de allá, había dicho.

    Como si su mamá no estuviera aquí.

    —Oh... —murmuré, algo dubitativa con respecto a cómo proceder, y me las arreglé para renovar la sonrisa—. ¿Aquí en Tokyo?

    Supuse que era mejor cambiar de tema. Entre tanto, Emi se acercó a mí y, antes de despedirse, me dijo que quería hablar conmigo. Venga, eso no se hacía. Sonrisa tranquilizadora o no, me importaba un bledo, fruncí el ceño con una mezcla de confusión y capricho infantil y la vi irse. ¿Quería hablar? ¿De qué? ¿Había metido la pata? No, ¿no? ¡Me estaba portando bien últimamente! Bueno, a ver, Anna, calmados. Quizá no era nada malo. Quizá sólo quisiera conversar de... la escuela.

    Acabé con la vista puesta en Paz en medio de mis líos mentales, así no lo estuviera mirando realmente, y me di cuenta que nos habíamos quedado solos. Parpadeé y me acabé mi comida de un sopetón.

    —¿Con quiénes te tocó dormir? —le pregunté al chico, por sacar conversación más que otra cosa.

    Me incomodaban mucho los silencios.


    Kohaku 4.png
    [Zona de acampada]

    Que Altan se sumara al squad para joder a Cayden era una triple kill que probablemente dejaría a cualquiera en el suelo, pobre criatura. Bueno, siempre se le podía echar la culpa a Akkun por haber iniciado el fuego. Luego me llevé las flores por terminar de hacerla, el último crítico hizo a Cay Cay enredarse a mi brazo y hundir el rostro contra mi hombro. Empuñó el cuello de la camiseta para taparse el rostro, además, desvié brevemente la mirada a los otros dos y me tragué la risa. No era burlona ni de diversión, la verdad, sino de pura ternura.

    Cay habló desde adentro de su ropa, básicamente confirmando la apuesta de Arata, y luego me pareció que masculló algo más; no llegué a entenderle, sin embargo. Altan también dijo no sé qué en inglés, sentí el ligero sacudón en el brazo y eso sí me aflojó finalmente la risa.

    —Ya, ya —dije en voz alta cuando Arata acabó de hacer su último aporte, usando el brazo libre para envolver a Cay—. ¿Quieren matarlo acaso? Se terminó el tiempo.

    ¿Tiempo de qué? ¿De joder a Cayden? Suponía. Nada me daba derecho a sumarme a la fiesta y luego defenderlo, pero tampoco lo pretendía.

    Lo había envuelto con el brazo libre, utilizando parcialmente mi torso para, en cierta forma, escudarlo de los otros dos. No había mucho que pudiera hacer un mondadientes como yo, pero al menos se intentaba. Hice malabares para quitarme el sombrero de la cabeza y se lo presioné a él, jalando de las solapas para taparle el rostro.

    —No tiene nada de malo, ¿sabes? —murmuré, bajando el rostro para hablarle bajito, cerca del oído contrario, y le acaricié la espalda—. No quería molestarte tanto, ¿me perdonas?

    Era bien consciente del espectáculo que me estaba montando, como si no estuviéramos en presencia de otros tres imbéciles cotillas, pero tampoco me interesaba el detalle realmente. Jamás lo había hecho.


    Sasha 4.png
    [Zona de acampada]

    Me había ido sumamente satisfecha de la... misión que me había sacado de la manga. En serio, estaba sola y sonriendo como imbécil. Aproveché para ir a mi carpa, dejar algunas cosas y, en los intermedios, le seguí echando vistazos a la mesa de los muchachitos. Al parecer todo iba bien, estaban conversando de lo más normales y, así no pudiera oírlos, la simple escena bastaba para dejarme tranquila y contenta. ¿Las razones? Bueno, no me interesaba tapar el sol con un dedo. Mi orgullo funcionaba de formas extrañas, quizá, pero bastaba una gota de cariño genuino para tirar todo lo demás por la borda.

    Y siempre me hacía feliz ver bien a las personas que quería.

    Metí la caja de los brownies en mi mochila, la cual regresé al interior de la carpa y cerré la cremallera, mientras tarareaba una canción cualquiera. Me erguí, escaneando el espacio. Bueno, tenía un par de opciones. Quizás haría bien aprovechando el impulso para seguir tachando cosas de la to-do list, ¿cierto? Venga, había que mantenerse optimistas.

    Recorrí la zona, pues, hasta que di con Maze. Estaba sentado bajo la sombra de un árbol y verlo solo, por alguna razón, me lanzó encima los nervios que hasta el momento había esquivado exitosamente. ¿Era lo correcto? ¿Estaría enfadado conmigo? ¿Debería acercarme y hacer como si nada? Replantearse el plan a estas alturas no tenía sentido, lo sabía, y aún así me costó lo suyo frenarle al tren de pensamientos. No era exactamente por Maze, suponía, si la criatura era un cacho de pan.

    Era por los recuerdos que implicaba la conversación.

    Solté mucho aire de golpe y me acerqué, aunque la valentía no me dio para tanto y rodeé un poco el árbol, cosa de aparecer un poco... ¿de improviso? Ni idea, preferí ahorrarme la potencial pasarela. Me detuve detrás suyo y junté las manos a la espalda, inclinándome de costado. Pese a tratarse de un campamento aún no me había atado el cabello, así que se derramó hacia el césped.

    Mind if I join you? —cuestioné en voz baja, como si los nervios no me estuvieran dinamitando el estómago, y se me coló una risa de nada en la broma que solté después—. Vi un pelirrojo muy guapo y dije 'eh, ¿por qué no? Vamos a presentarnos'.
     
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  12.  
    Insane

    Insane Maestre Comentarista empedernido

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    [Bosque 5]

    En cuanto terminé de almorzar me desplacé para un sitio más tranquilo, podría decirse que los grupos que empezaron a ubicarse a mi alrededor era algo más ruidoso de lo que me gustaría. Saqué los audífonos del bolsillo, desenrredándolos sin prisa en lo que encontraba un espacio que creyera óptimo, y así fue.

    Me recosté en el tronco de uno de los frondosos árboles, conectando los auriculares, acomodandolos en mis oídos para reproducir la lista de canciones en fila, observando el agua calma del lago sin interés particular, disfrutando de la melodía en lo que el cabello naranja se deslizaba por el rabillo de mi ojo, pestañeando con parsimonia en lo que ella movía los labios. Me quité el audífono izquierdo en lo que sonreía apenas.

    —Supongo —murmuré—. ¿Cansada del bullicio?

    Porque para terminar por acá, no encontraba alguna otra razón en particular.
     
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  13.  
    Zireael

    Zireael Equipo administrativo Comentarista empedernido seventeen k. gakkouer

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    Jez 2.png

    Zona de acampada

    Puede que la conversación no fuese nada del otro mundo, pero la verdad era que tampoco me molestaba, así que cuando Adara me confirmó que le había tocado con Anna y no dijo nada más, di por finalizada esa sección de la charla. Seguí a lo mío y solo fui consciente de la forma en que la llamé cuando recibí la ligera sorpresa en sus ojos, la noté un poco tarde de todas formas, porque ya le estaba explicando lo del libro, pero la cosa me quedó dando vueltas en la cabeza.

    Su comentario me hizo volver a dejar el teléfono a un lado y asentir con la cabeza. Era una cosa bastante sencilla, la verdad, Nani me leía cuando estaba pequeña, luego tío Vic había comenzado a regalarme libros y así nos íbamos. En los libros habían otras vidas que no eran las propias y quizás, muy en el fondo, el apego que sentía por algo que parecía un objeto material venía justamente de esa certeza.

    Esa vida no era la mía.

    Podía fingir eso hasta que se acabaran las páginas.

    —Diría yo que sí —respondí con calma, recostando la cabeza contra el tronco del árbol para alzar la vista a la copa—. Suena como un pasatiempo aburridísimo, supongo, pero imaginar escenarios diferentes siempre es interesante. Es como tener películas o documentales en la cabeza.

    Volví a bajar la vista a ella, le dediqué una sonrisa de ojos cerrados y solté el aire despacio por la nariz.

    —Disculpa por cómo te llamé hace un momento, estoy acostumbrada a tratar así a la gente, pero pues con el tiempo solo se me escapa. Si me pongo muy confianzuda solo dímelo, ¿de acuerdo? Lo que menos me gustaría es incomodarte.

    Cayden 2.png
    Zona de acampada

    Si una cosa era cierta era que me había metido en la peor mesa de la historia si pretendía salvarme de ser el payaso de la fiesta, porque Arata era un imbécil, Ko se pasaba picando a la gente y Sonnen, bueno, puede que en el fondo no fuese más que un puto bully como le había dicho temprano. Igual ahora mismo no creía que ninguno de los otros dos me estuviese molestando para hacerme sentir mal, porque me daba a mí que podían dejar a cualquiera llorando si se les ocurría.

    Eso no quitaba, claro, que me estuviese muriendo de vergüenza. Escuché a Ko reírse cuando le estrujé el brazo, bufé todavía sin sacar la cara de la camiseta, y por las siluetas recortadas que permitía la luz a través de la tela me pareció ver a Arata alzando las manos en señal de rendición, no pasó lo mismo con el cuervo eso sí. Se desinfló los pulmones con aire dramático y ladeó la cabeza o algo así.

    —Pero si se muere con que le respires encima —soltó con indignación impostada—, tampoco nos llevamos tanto crédito, ¿o sí?

    —A mí no me mires, ya Ko-chan me dijo que lo dejara quieto —atajó Shimizu, zarandeando la cabeza.

    Me di cuenta el susodicho se las había arreglado para medio escudarme de los cómplices del caos y cuando quise darme cuenta me había estampado el sombrero en la cabeza, de forma que medio me cubrió el rostro ya de paso. Se estaba montando pedazo de espectáculo, pero a Ko le importaba más bien poco y yo pues estaba enfocado en no morirme. No ayudó mucho que me hablara en secretito, la verdad, pero la caricia en la espalda fue agradable.

    —Va, ¿pero la vergüenza quién me la quita? Además, la gente va a pensar mal con este show —advertí en voz baja sin una gota de molestia en el tono, todavía sin bajarme la camiseta de la cara, pero lo hice unos segundos después y tomé una bocada de aire antes de mirarlo—. La última persona que me pidió perdón me trajo comida, tienes que doblar esas apuestas.

    Lo había dicho terriblemente serio, con la sangre apenas abandonándome el rostro recién, y le dejé ir el peso en su dirección otra vez, acomodándome. Sentí los ojos del otro para encima, pero no me interesé mucho en el asunto, no luego de haber tenido que soltar la sopa.

    Maze 2.png
    Zona de acampada

    No había mucho que reportar, armamos la tienda, nos dispersamos, almorcé y busqué dónde sentarme, tan sencillo como eso. La comida había estado buena, honestamente, y me había ayudado un poco con los ánimos por corriente que sonara. A veces la vida se resumía en comer rico y no hacerse cacaos mentales, era mejor para la salud.

    Había ubicado caras aquí y allá, que Swallowtail con Sasha, que la mesita del desastre con Sonnen y Shimizu, y así hasta parar de contar. El escaneo del espacio lo hice una sola vez, eso sí, antes de dormitar un rato bajo la sombra y luego espabilarme solo para ver la vida pasar; el punto era que no había visto a Sasha acercarse a Arata ni nada. Lo que era bueno para mi estabilidad mental, para qué mentir.

    Estaba con la vista puesta al frente, con la cabeza recostada contra el tronco del árbol, y me sorprendí un poco al detectar movimiento por el rabillo del ojo. La sorpresa solo aumentó al distinguir el chispazo de vino de tino y el cabello que se precipitó hacia el suelo; no demostré que casi me había sacado un susto, en su lugar me puse en la cara una sonrisa tranquila.

    De las de toda la vida.

    Como si no llevara días comiéndome la cabeza con este rollo.

    Take a sit, dear —respondí en un murmuro—. Me halagas, claro, pero todavía tienes que presentarte me parece.


    estaba en mi episodio de disociación y ya llevaba como una hora, PUES SE ME FUE LA LUZ??? smh
     
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  14.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

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    [Zona de acampada]

    —Altan —advertí, con las cejas ligeramente alzadas, e intenté sonar lo más serio que pude—. O te vuelvo a llamar Sonnen-kun.

    ¿Se suponía que esa era la amenaza? Bueno, no tenía mejores cartas, honestamente. Tampoco me metería en terreno delicado si, al fin y al cabo, sólo estábamos bromeando. En cualquier caso esperé que bastara para mantener a ambos a raya y me aboqué a Cayden, quien me respondió. Haru también había acabado posando la atención sobre nosotros pero no dijo nada.

    —¿Mal? —Le solté una risa floja cerca de la oreja sin querer, miré alrededor sin cambiar la posición y me encogí de hombros, como pude—. Si quieres te abrazo en otra parte, a mí me da igual.

    Incluso habiendo dicho eso no lo solté. Transcurrieron algunos segundos donde le seguí acariciando la espalda hasta que por fin asomó la cara fuera de la camiseta. Me habían dado ganas de preguntarle de qué cojones podía llegar a avergonzarse precisamente conmigo, pero preferí ahorrarle el potencial disgusto. Mira si se ponía a recordar cosas y le empeoraba el cortocircuito.

    Prácticamente me amenazó con que si no le traía comida no me perdonaba, la tontería me plantó una sonrisa entre divertida y apenas burlona en el rostro, y lo recibí en mi espacio de nuevas cuentas. En cierta forma, por debajo del sombrero los ojos le habían brillado con más intensidad.

    —Pero ya sabes que no cocino... —murmuré, en un vago intento por salvarme de la condición mortal, y solté el aire por la nariz—. ¿Cuenta si lo hace oba-san?

    Apenas barajé la posibilidad fue que conecté cables y parpadeé, irguiendo el cuello. Revisé el panorama de puro instinto y fruncí el ceño. Al hablar, soné preocupado.

    —Espera, ¿hablas de la chica de recién? —No sé, tenía pinta de saber cocinar—. Al menos dime qué te dio, así sé a qué me enfrento.

    Y miré a los otros dos imbéciles; esta vez soné ya indignado.

    —¿Y por qué yo y ellos no?


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    [Zona de acampada]

    Sentí algo extraño en el cuerpo apenas sus ojos conectaron con los míos y me esmeré por ignorarlo antes que intentar definirlo. Todo en él lucía exactamente igual, sonrió con tranquilidad y me indicó que podía sentarme. Ya estaba hecho, suponía. Ya no podía retractarme. Le hice caso, me acomodé a su lado y solté el aire por la nariz, enganchando las manos tras las rodillas. Giré el rostro hacia él.

    My, ¿dónde quedaron mis modales? —seguí el teatro, y por la misma gracia carraspeé antes de proseguir—. Sasha Pierce, encantada. Tú... Oh, oh, espera, déjame adivinar. Tienes cara de David.

    Lo solté sin pensarlo ni un segundo y me reí tras oír mi propia voz, desenganchando las manos para cubrirme parcialmente el rostro con una. Puede que fuera vergüenza o la mera necesidad de sentir que debía protegerme de algo. En cualquier caso, pronto la devolví a mi regazo.

    —Creo que es la primera vez que te digo David, se sintió super raro —reconocí, la risa diluyéndose—. David, David, David. Parece que hablo de otra persona.

    Meneé la cabeza, resignada, y bajé la mirada al césped entre nosotros. Llevaba con algo atorado en la garganta, el centro del pecho y todo el maldito cuerpo desde aquel receso, sólo Dios lo sabía y creía que Maze lo merecía también. Rocé las briznas con los dedos, sin arrancar ninguna. Él había lanzado una guía en mi dirección y yo simplemente... la había dejado caer. No se sentía correcto; no ahora, que sí podía utilizarla para volver.

    —Ya que me presenté, supongo que viene la parte de la pick up line —murmuré, no soné tan firme como habría deseado y aplaqué el impulso de volver a taparme el rostro, aunque la contención verbal me falló. Mantuve la vista pegada al suelo, su mano, la pulsera—. Ese día me fui y tú... No te respondí. Probably you don't even remember, what I mean is...

    Resoplé, algo exasperada. Si le seguía dando vueltas iba a hacerme un hoyo en el cerebro o me iba a morir de vergüenza, la que ocurriera primero. Arranqué unas cuantas briznas de puro impulso y alcé a mirarlo por fin, seria. ¿Era atropellado? Definitivamente, pero ya estaba. Ya me había metido en el baile.

    —Que yo también te quiero. Eso.


    pobre niña, estaba dando tantas volteretas mentales que hasta a mí me costó UN HUEVO armar el post
     
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  15.  
    Zireael

    Zireael Equipo administrativo Comentarista empedernido seventeen k. gakkouer

    Leo
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    Cayden 2.png

    Zona de acampada

    Sonnen alzó las manos igual que Arata apenas Ko llamó a su nombre, amenazando con volver a usar su apellido. No parecía la gran cosa, pero al otro le bastó para rendirse y mandó su atención a Shimizu.

    —Te acompaño en el banco de los derrotados, imbécil —le dijo inclinándose en su dirección.

    —No me gusta este banco —soltó en voz alta, como si lo quisiera acusar con alguien, pero no siguió mucho más o yo dejé de prestarle atención.

    La risa de Ko me había quemado otro fusible, lo disimulé como pude y negué con la cabeza, quizás con algo más de velocidad de la que me hubiese gustado. Total con el teatro montado, ¿para qué me iba a bajar del escenario? Tres pares de ojos digamos que solo venían en el paquete.

    Me recibió en su espacio, respiré con cierto dramatismo cuando me recordó que no sabía cocinar y asentí con la cabeza luego de que se arrastró a la pobre oba-san a mi denuncia formal por daño emocional. Estaba por decirle algo cuando le llegó oxígeno a sus neuronas, el suficiente para conectar lo que decía con Sasha y me despegué un poco de él.

    Arata reaccionó de inmediato a la pregunta, estampó la mano en la mesa y luego me señaló. Fue bastante exagerado, para variar.

    —No te pienses que me vas a pedir un solo grano de arroz —espetó—. Cobráselo a Altan, es el forrado. Que te lleve a comer a Chūō o algo.

    —Ni que fuese una cita, hijo de puta —añadió el otro, inexpresivo que daba gusto.

    Suspiré, resignado, antes de medio encogerme de hombros y volver la atención a Kohaku.

    —Porque son un par de estúpidos —señalé como si nada antes de estirarme hacia él para poder hablarle al oído—. Sasha me dio brownies.

    ¿Y por qué el secreto? Bueno, porque me daba la gana.


    Maze 2.png

    Zona de acampada

    A mi propia manera era un maldito cobarde, ¿no? Un hijo de puta también. Por mucho que tuviese la escena de esa tarde comiéndome pedazos enormes del cerebro no había movido un dedo, aterrado ante la posibilidad de cagarla, y había pasado el fin de semana fuera de casa para neutralizar cualquier mierda que tuviese el atrevimiento de cruzarme la cabeza. Todavía recordaba las luces del recoveco en Bunkyō, el trago de tequila barato y todo lo demás.

    Mi fragmento de caos ordenado.

    Donde no había armonía que romper.

    Le había dicho al imbécil de Shimizu hace nada que la saludara por mí como si me anticipara a que no iba a acercarse. Era muy poco Mr. Amigo de Todos de mi parte esa clase de pesimismo y exageración, lo sabía, pero el miedo era una emoción caprichosa. Hacía lo que quería con cada uno de nosotros, lo había hecho con ella y luego lo hizo conmigo.

    ¿Estaba enojado?

    ¿Asustado?

    ¿Celoso?


    No tenía derecho a ninguna de todas formas.

    Como fuese, se sentó a mi lado y siguió con su teatro, se presentó, me dijo que tenía cara de David y yo me reí apenas. Se sentía raro que me llamara por mi nombre, eso también era cierto.

    —Parece que hablas con un extraño, indeed —concedí con el tono calmado de siempre, pero no añadí nada más—. Tú tienes carita de Sasha, así que todo cuadra.

    Su voz no sonó tan firme como estimé al seguir, me di cuenta, y con ello asumí que iba a soltar alguna bomba. No me dio la vida para seguirla mirando, desvié los ojos al frente y flexioné las rodillas, anclando los antebrazos en cada una, al hacerlo empecé a darle vueltas con los dedos de la mano contraria a la pulsera. Una parte de mí, la más dramática quizás, se debatió entre decirle que no hacía falta que me dijera nada si no quería o solo dejarla hablar. Al final ganó la segunda un poco por defecto.

    Alzó a mirarme, lo noté por el rabillo del ojo, y lo mismo que me anudó el pecho ese día me presionó las costillas como para recordarme que estaba cagado hasta las patas incluso si no lo demostraba. La escuché y era sencillo, corriente casi, pero oírla decir que me quería hizo que me ardieran los ojos.

    Seguí jugando con la pulsera, parpadeé un par de veces, pero como tal no reaccioné hasta segundos después y cuando lo hice no hablé. Despegué la espalda del árbol, giré en su dirección y sin siquiera pedirle permiso ni una mierda pasé los brazos bajo los suyos, enredándolos a su espalda. Me la traje un poco en banda, obvio, pero no lo medí demasiado porque directamente no lo pensé.

    I know —murmuré a la vez que la presionaba con algo de fuerza—. I just know, baby.


    My boy talked to me im sorry *c muere*
     
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  16.  
    Kaisa Morinachi

    Kaisa Morinachi Crazy goat

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    Zona de acampada -> Bosque 5

    Solté una risa suave, lejos de sonora en reacción a sus palabras mientras veía mi propio plato.

    —Todos tenemos límites —fue lo único que resolví al respecto. Como la parte que deseaba enorgullecer a Momoka y la otra que quería tener una vida despreocupada sin perderse en la sofocante rutina. Todos querían destacar, ¿No? Pero también había que descansar.

    El Fujiwara se sumó al teatro y yo no pude hacer más que sonreír con una orgullosa satisfacción, ambas cosas dedicadas a él, claro. Cuando empezó a buscar a dónde podríamos ir llevé mis manos a la cintura para observar todo el panorama. Era un buen lago y normalmente no eran mala opción para darse un chapuzón, pero no sé qué tan poco concurrido sería, podíamos probar a ir, observar y planear sí en la tarde tirando noche nos colamos en esas agua, ¡La gracia es que cuanto menos se lo esperen los profes y más suba la dificultad, mejor será! Miré con una sonrisa confiada y calma a Fujiwara, sonreí con los dientes ligera alegría.

    —Podemos empezar por ahí, sí.

    upload_2023-3-25_8-35-32.png
    Muelle

    Desvié la mirada a mi plato, juguetee con un trozo de carne al responder.
    —Ajá, crecí en Tokyo...— Miré el cielo con una nostalgia en la mirada importante, aunque la angustia que logró colarse se calmó un poco—, aunque la naturaleza siempre me ha encantado...

    Flores, la sombra, los grillos, la mera brisa del viento. Sin autos, buses, gente atareada, la monstruosa gran ciudad.

    >>¿A ti te gusta?

    Antes de que pudiera responderme eso ocurrió lo de Hodges, pillé la reacción de la teñida al vuelo, pero me abstuve de inmiscuirme, no nos conocíamos y con suerte logramos hacer buenas migas, faltaba mucho para que quisiera hacer algo tan riesgoso como meterme con gente que no me incumbe. Tomé agua, comí y cuando me quise dar cuenta la chica me volvió a preguntar algo.

    —¿Eh? —la miré confundido, por un momento me había dedicado tanto a comer y mirar el paisaje que olvidé que no estaba solo—, ¡Oh, mis compañeros! —la sorpresa fue tan ligera como mi voz, sonreí un poco e incluso reí—, jeje —todo bastante suave, como un arrollo o brisa casi imperceptible. Como esas nubes por las que me gané el apodo de Kumo. Fruncí el ceño meditativo mientras dejaba el plato entre el hueco que generaban mis piernas, con el índice topé el dedo meñique que no tenía cerrado—, eh... David...— Destensé el segundo dedo para tocar ese con mi índice, mi cara reflejaba lo mucho que me costaba hacer memoria—, Ke-Kenneth... —sonreí con suavidad, el gesto agarró mucho pudor por la vergüenza que tenía cuando voltee a ver a la chica, me rasque la nuca—, David y Kenneth —voltee a ver otro lado, aún con ese gesto sonriente y torpe, entrelacé mis manos por encima de la comida—, fueron... buenos conmigo...— Voltee a ver a mi compañera con ligera preocupación—, ¿Qué me dices tú, te tocó gente agradable?... ¡Ah! —me sorprendí solo y luego, mirando por encima de la chica, mis ojos se iluminaron tanto como la sonrisa que se ganó mi boca, cerré esos ojos y mis dientes se lucieron amplios. Aún con cualquier emoción que pudiera sentir, mi voz tiraba a monocorde y suave, calmada—, ¿Te gusta la música en español...?— Dioses, ¿Cómo era posible que aún no recordara su nombre?


    Perdón, me urgía música ambiental pa estos dos.
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    Bosque 5

    La sonrisa se amplió y mis ojos se entornaron, me erguí cómo correspondía, pues para asomarme para ver su rostro incliné un poco la espalda. Escuché su respuesta y con eso mi vista viajó hacia el lago, mi antes calmo y alegre semblante pronto se vio oscurecido por una seriedad bastante... compleja.

    ¿Mucho ruido? No, no creo que fuera eso, sonreí calma y sobria, confiada.

    —He vivido la gran ciudad y he estado en diversos lugares donde lo último que piensas conseguir es silencio...— Le miré de reojo con esa sonrisa sobria, manos tras mi espalda, miré el lago otra vez—, pero esa cantidad de gente... de repente quise irme a cualquier lado, jejejeje —solté una risa super dulce al final y me vi obligada a cubrir mi boca con el dorso de mi mano. Volví a entrelazar las manos tras mi espalda y le brindé otro tipo de sonrisa al chico, más intensa y contenta, mis mejillas se habían teñido un poco y resaltaban mis mejillas pecosas combinando con mi cabello anaranjado. Ladee la cabeza apaciguando el gesto a una sonrisa suave, calma... aunque mis ojos aún eran inquisidores, buscadores de respuestas.

    —Uhm~ —solté con un tono casi que meloso, cerré los ojos con "Alegría" y energía radiante—, ¿A ti qué te a ocurrido?

    Claro, era una chica que le gustaba mucho salir en la tarde para volver de madrugada sin dar explicaciones de por qué tenía dos condones menos, con suerte y mi actitud permitía que mi padre me preguntara otra cosa que no fuera si estaba bien, pero podía disfrutar la cosa es que igual podía disfrutar de otras maneras.

    Cuando alguien era interesante, querías conocerlo. Cuando era solo agradable, querías aprovecharlo. Cuando no era ninguno, mejor desecharlo.

    ¿Cruel? Cómo sí la vida no lo hubiera sido ya conmigo.
     
    Última edición: 25 Marzo 2023
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  17.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

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    Kohaku 4.png
    [Zona de acampada]

    Por suerte, mis argumentos tan pobres habían bastado para mantener a los otros dos a raya. Cay me permitió que la comida fuera obra de oba-san, cosa que nos permitía respirar a todos, y pensé que con esas condiciones el plan era ejecutable. Ahora que lo pensaba, la abuela estaba todo el rato ofreciéndome si quería llevarme postres para compartir con mis amigos a la escuela, quizá fuera buena idea aceptar y, ya de paso, darle algo a Emily a cambio de toda la comida que ella me había preparado.

    Cuando até cabos y me quejé de ser el único bajo fianza, Akkun reaccionó con bastante brío y me arrancó una sonrisa divertida. Intentó desviar los tiros a Altan, Altan se defendió y aproveché todo el bug para mirar a Haru por encima del hombro. Su plato ya estaba vacío pero no parecía dispuesto a... tomar una decisión, digamos. Un segundo después, noté de reojo el acercamiento de Cay y regresé mi atención a él. Me confió en secreto que habían sido brownies. Ahora que lo decía, sí que le sentía un ligero aliento a chocolate.

    —Qué rico —me quejé, casi haciendo un mohín, y suspiré dramáticamente—. Oba-san la tendrá difícil.

    No agregué más nada al respecto. Ahora que Cay había superado su breve muerte, lentamente le regresé su espacio y alcé la vista al sol. Llevábamos un buen rato con el almuerzo, ¿no?

    —¿Vamos a dejar los platos? —le pregunté a Haru, en voz baja, cuando por fin se me iluminó la neurona y pensé que el chico ya había tenido suficiente de... contacto social. Él asintió en silencio y me volví hacia el otro trío, con una sonrisa serena de las de siempre—. Bueno, nosotros nos vamos a ir yendo. Ojo con seguir jodiendo a Cay Cay, eh.

    Aquello último se lo había dicho, claro, a los dos idiotas de enfrente, apuntándoles con el cuchillito y todo. Regresé el cubierto al plato, giré el rostro hacia Cayden y reparé en mi sombrero. No dije nada, sin embargo.

    —Nos vemos luego, Cay Cay —murmuré, fue bastante suave y me estiré para dejarle un beso en la mejilla.

    Haru, por su parte, le dedicó un saludo sumamente escueto a los presentes, que en sí no podría calificar de grosero pero tampoco lanzaba manteca al techo. Recogimos nuestras cosas, pues, y fuimos donde los profesores.


    wa cerrar esta interacción por aquí cuz ya roleamos bastante con ellos y estoy empezando a agobiarme de tantas cositas abiertas jsjs sowwy

    Sasha 4.png
    [Zona de acampada]

    Suponía que el mini teatro había sido la carta de introducción obligatoria para, al menos, intentar mitigar el ¿golpe? de mi verdadera razón al buscarlo. En sí no era nada malo, quería decir, nada terrible. No planeaba confesarle que mataba el tiempo golpeando ancianitas ni que había matado a alguien, sólo... bueno, una parte de mí se esforzaba en minimizarlo. La otra, en eterna batalla, insistía en deformar mi reflejo. No sabía cuál de las dos era la racional y cuál la emocional; por ende, no tenía idea dónde poner la oreja.

    Con todo, al menos contaba con cierta voluntad de anteponerme a mis líos si conseguía justificarlo en nombre de quienes me importaban. Por eso estaba allí, de hecho. Maze, en sí mismo, era toda la razón que necesitaba.

    Él había desviado su atención a cualquier otra parte cuando se me notó que la cosa se pondría seria, y su voz hablando de la armonía resonó en mi mente de forma casi intrusiva. Pese a ello, seguí. Aún con el miedo a espantarlo, a fragmentar la paz que Maze tanto atesoraba, seguí hablando. Ya no sabía si era egoísta o abnegado de mi parte, honestamente, y tampoco había sentido en repensarlo. Con todo, creía que merecía una respuesta.

    Le solté la confesión que, a decir verdad, de novedad no tenía mucho, pero igual sentí su peso y permanecí en silencio, deseando que no fuera a aplastarlo. Él si acaso se movió, la ansiedad se arremolinó en mi estómago y, pasados unos segundos, por fin reaccionó. No tuve tiempo de procesarlo, me estaba abrazando y yo ya me había aferrado a su cuello con una firmeza casi estúpida. Ya había escondido el rostro en su cuello y ya había cerrado los ojos. El alivio fue instantáneo, se precipitó por todas partes y fue tan, tan intenso, que me desarmó el cuerpo.

    Fue al tomar aire, sin embargo, al inhalar y reconocer su aroma, que las lágrimas se me acumularon en los ojos. Lo había estado bloqueando tras metros y metros de concreto, con el empeño y la eficacia suficiente para que no me alcanzara ni una gota. Así funcionaba siempre. Lo apretujé con fuerza, no lo medí realmente, su voz había murmurado cerca de mi oído y me pregunté cómo podía vivir así, siendo tan estúpida. Por qué nunca resolvía las ausencias a tiempo.

    I missed you —confesé, mi voz salió amortiguada y no me separé ni un milímetro de él.

    ¿Cómo podía haberlo extrañado tanto, y recién ahora ser consciente de ello?


    bruh my heart

    also no sé si la memoria me falla pero creo que no usamos nunca esa canción con ellos? maybe la confundiste con Ghost on the shore JAJAJA

    Kakeru.png
    [Bosque 5]

    A Kenta le pareció bien mi idea y nos guiamos bastante bien para alcanzar el quinto bosque, sin necesidad de revisar los mapas ni nada. A decir verdad, todo estaba debidamente señalizado. Era a prueba de tontos. Durante el camino fuimos conversando de tonterías, el almuerzo de recién y la escuela en general, hasta que la luz se precipitó sobre nosotros y alcanzamos la playa que habíamos visto a la mañana.

    Sonreí, orgulloso de nuestra hazaña al haber llegado sin problemas, y me acerqué a la costa de piedras. Fue entonces que escuché unas voces y noté que ya había algunos estudiantes allí, pero no conocía a nadie y no les concedí más atención.

    —Podríamos chequear la temperatura del agua, ¿no? —barajé, mirando a Kenta—. No vaya a ser que acabemos muertos de hipotermia o algo.


    Anna 3.png
    [Muelle]

    —¡Sí! —acordé, entusiasmada, cuando me preguntó si la naturaleza me gustaba, y mi voz se permeó de emociones genuinas—. Crecí con mis papás en una casa rodante, viajábamos por todas partes y prácticamente me crié a lo salvaje. Me siento como en casa en lugares así.

    Fui capaz de contárselo con tanta naturalidad que no fui consciente precisamente de eso, y que apenas unos meses atrás seguro habría reaccionado como un animal arisco. Luego Emi se fue y Paz me nombró a sus compañeros de tienda, pero no conocía a ninguno y bueno, ahí murió el tema. El muchacho de veras parecía luchar contra sí mismo por momentos, pero así y todo conseguía responderme y, no lo sé, me sentí ¿orgullosa de él? Era algo tierno.

    —Bueno, las conociste. Adara, la morena que se fue recién, y Alisha, la rubia de allá, la que quiere broncearse —le señalé a mis compañeras de tienda junto a una risa floja y me encogí de hombros—. No diré que estoy saltando en una pata pero podría haber sido peor, supongo. ¡Y sí! Claro, es mi lengua natal y además toda mi familia tocaba música. Crecí con ella.

    Mi sonrisa se había ampliado al evocar los recuerdos y, con las piernas cruzadas, había comenzado a balancearme suavemente de lado a lado.

    —Solíamos reunirnos en fogones, donde todos tocaban algún instrumento, cantaban o bailaban, hasta que se hacía cualquier hora o el fuego se extinguía. Yo nunca fui muy buena con las manos o el oído, así que me dedicaba a bailar. —Volví a reírme—. ¿Tú tocas algo?

     
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  18.  
    Kaisa Morinachi

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    [​IMG]
    Muelle

    Había algo en la energía de esta chica que era... cuánto menos agradable. Contaba cada experiencia con su corazón y aquello era en extremo enternecedor, no pude evitar sonreírle con mucha ternura agregada mientras escuchaba sus relatos, aunque de vez en cuando soltaba un pequeño "Oh" más una afirmación de cabeza cuando algo me sorprendía, como cuando dijo que su familia tocaba musica.

    Mientras la energía que la llenó le provocó balancearse en su lugar yo apoyé una de mis manos en mi mentón para sonreírle con calma tierna mientras le prestaba toda la atención que podía permitirme. Cuando me preguntó si tocaba algo la miré con ligera sorpresa, luego sonreí con pudor y terminé por negar con a cabeza, siempre suave.

    —No, no toco ningún instrumento —mantuve la sonrisa avergonzada cuando mis ojos volvieron a caer sobre los suyos—, soy muy torpe...— Sonreí con suavidad cabizbajo, sin perder la vergüenza—, pero me gusta cantar —alcé la mirada sonriendo con timidez a ojos cerrados—, pocas veces —los abrí con un semblante más calmo sin librarme del pudor por completo—, le cantaba a Huang cuando era más pequeño como mamá me cantaba a mí.

    Ahhhh, mamá. Era un tema tabú en casa, pero igual me gustaba hablar sobre ella sin sentir una angustia en mi corazón, creo que en este momento podía intentar conseguir aquello.

    [​IMG]
    Bosque 5

    Le conté al Fujiwara que conocía a Momoka desde pequeño, que ahora trabajaba en el puerto cargando cajas más que nada, pero quería esforzarme para entrar en alguna universidad. Le conté también mis aventuras como representante en mi club de Kendo y lo mucho que me costó quedar en el Sakura.

    Cuando llegamos al lago lo primero que noté fue al par de jóvenes que estaban bajo un árbol, silbé admirado y luego le sonreí con confianza a Fujiwara.

    —¿Crees que sean pareja?— Japoneses no parecían al menos, aunque teniendo en cuenta de que seguro eran del Sakura, tampoco era de extrañar.

    Escuché las palabras del chico y me acerqué a la fuente de agua con una sonrisa confiada mientras estiraba mis omoplatos.

    >>Uhmmm —exclamé, luego sonreí—, Jajajaja, que ganas de darme un chapuzón— Di unos dos brincos sobre mi puesto para calentar—, pero sería muy pendejo de mi parte —aclaré sin perder en ningún momento las confianzas y las sonrisas.

    Dicho y hecho opté por acuclillarme frente al lago y tocar el agua.

    >>... Uhm... ¡Está tibia! —puede que no alcanzara a ver mi sonrisa, pero mi voz reflejaba bien la sonriente alegría en mis expresión.
     
    Elegir, al azar, de una lista

    De las opciones:

    • Agua fría
    • Agua tibia
    • Agua cálida

    Ha salido: Agua tibia

    Última edición: 26 Marzo 2023
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  19.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

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    [Bosque 5]

    Como era esperable, Kenta aprovechó el recorrido por el bosque para contarme un montón de cosas. Yo probablemente acabara agotado si hablaba tanto en tan poco tiempo, pero Anna era igual a este chico y Rei, en parte, también. Asumí el rol de toda la vida, escuchando e incentivándolo con las preguntas precisas. Supe, así, de su amiga, su trabajo en el puerto, algunas anécdotas en el club de Kendo y la odisea del examen de ingreso. A mí también me había costado un poco y eso que había gozado de la asistencia previa de los Shinomiya, no quería imaginar para el... grueso de la población, digamos.

    Ahora que lo pensaba, ¿cómo rayos le había hecho Anna?

    En cuanto alcanzamos el lago oí al chico silbando a mi lado y, al voltear, confirmé que estaba mirando a los chicos más allá. Recibí su sonrisa, la cual reflejé con calma y parpadeé, arrugando levemente el ceño ante la luz ambiente. ¿Que si eran pareja? Volví a mirarlos, como para confirmar mi idea inicial, y me encogí de hombros. Sólo estaban conversando, ¿de dónde había sacado la idea?

    —A saber —murmuré, liviano, y regresé la atención al lago.

    Opté por la respuesta estándar, siendo que apenas lo iba conociendo y no quería sembrar malas migas; a grandes rasgos, la vida de los desconocidos me importaba bastante poco. A Kohaku le gustaba bastante más el chismerío y a Anna ni hablar, pero yo tenía alma de anciano, suponía.

    Kenta se acercó a probar el agua y la sorpresa se me imprimió en el gesto. ¿Tibia? ¿Agua de deshielo? ¿En primavera? ¿Qué clase de brujería era esa? Me saqué las zapatillas con los calcetines a velocidad y abrí aún más los ojos al comprobar que, efectivamente, estaba tibia.

    —¿Qué diablos? —mascullé, fue más un pensamiento en voz alta y me erguí, con el agua hasta las pantorrillas. Sonreí amplio—. Bueno, da igual. Mejor para nosotros, ¿no? Al menos ya sabemos que no vamos a morirnos.

    Estos lagos solían entibiarse en la superficie y bastaba descender un metro para congelarte hasta el culo, pero en cualquier caso nos servía. Chapoteé un poco más, la sensación era agradable y combinaba bien con la calidez del sol.

    —Se está bien aquí —agregué, en voz baja, y en cierta forma soné más genuino que de costumbre—. ¿Dices que sigamos investigando la costa o ya clavamos bandera?


    Anna 3.png
    [Muelle]

    Oh, así que no tocaba instrumentos. Mi gesto denotó una ligera decepción que bastante poco duró, cambiando por completo apenas confesó que le gustaba cantar. La sonrisa me iluminó el rostro y me removí en el lugar, claramente entusiasmada.

    —¡Qué bonito! A mí también me gusta cantar, aunque no se me da muuuy bien. Jamás me subiría a un escenario, pero en el diario estoy todo el día cantando.

    Luego de eso volvió a mencionar a su mamá, también que le cantaba a su hermano pequeño, y la escena que imaginé en mi mente me resultó sumamente adorable. Le sonreí de igual forma, arrastrándome apenitas en el césped en su dirección, y bajé la voz a un murmullo tranquilo.

    —¿Qué sueles cantarle? A Huang.
     
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  20.  
    Amane

    Amane Equipo administrativo Comentarista destacado

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    Emily 3.png

    [Muelle]

    A pesar de haberme alejado del muelle para darle algo de espacio a Anna y Paz, lo cierto es que me costó mucho no echarle más de una mirada fugaz al lugar que había dejado atrás mientras me dirigía hacia la mesa de los profesores. Mi escenario ideal habría sido que Anna aprovechase para despedirse del chico y encontrarla sola cuando volviese a bajar, pudiendo así llevármela a algún sitio más privado para poder hablar de lo que quería, pero no necesité más que un par de segundos para darme cuenta de que eso realmente no iba a pasar, pues Anna era demasiado amable como para dejar a alguien colgado de esa manera.

    Suspiré, porque la verdad es que no me gustaba nada la idea de tener que interrumpirles para algo tan egoísta, pero suponía que a aquellas alturas ya no tenía otra alternativa posible. Dejé el plato junto a los demás y cogí aire con fuerza, intentando convencerme de que aquello era lo correcto a pesar de todo y de que Anna no se merecía pasar más tiempo sin tener ni idea de lo que había pasado entre Kohaku y yo en el templo, aún a riesgo de que quizás se enfadase o, por el contrario, parecer demasiado exagerada a sus ojos.

    Si tenía que ser completamente sincera, también necesitaba la opinión de una amiga sobre todo aquel tema.

    Y pensando en el rey de Roma, al girarme tras haber completado mi misión di de lleno con su melena color cielo y no pude evitar el pequeño respingo que di por la sorpresa. A su lado distinguí a Haru, y una nueva oleada de vergüenza se apoderó de mi cuerpo al recordar la escenita que precisamente Kohaku y yo nos montamos la última vez que lo vi, junto a su hermana. Carraspeé ligeramente, intentando desechar aquel recuerdo, y les dediqué mi mejor sonrisa en cuanto pude hacerlo.

    —¡Buenas tardes, chicos! —exclamé, quizás un poco más alto de lo que hubiese pretendido en un principio, y me tomé un segundo para controlar la voz antes de seguir hablando—. ¿Os lo estáis pasando bien? Lo siento, realmente tengo que irme a hacer una cosa, ¡pero a ver si nos vemos más tarde! ¡Hasta luego!

    Y así, en un abrir y cerrar de ojos, había desaparecido de su campo visual para volver al muelle por donde había venido anteriormente. Bueno, si aquello de toparme con Kohaku un segundo después de pensar en lo que quería decirle a Anna sobre él no era una señal de destino, no sabía que otra cosa podía considerarse como tal. ¡Todo eran señales del Universo! ¡Ya no podía dejarlo pasar más tiempo!

    >>E-esto, lo siento... —murmuré nada más volver al lugar donde había dejado al par—. De verdad que siento interrumpiros, pero necesito robarme a Anna un par de minutos. Por favor... —aquello último, claro, lo dije en voz bien bajita y exclusivamente para Anna, mirándola con la petición brillando en los ojos.

    Alisha 2.png
    [Bosque 5]

    Había decidido acoplarme al grupillo de turno porque no tenía muchas mejores opciones, pero incluso yo era capaz de darme cuenta de lo poco que realmente pegaba ahí dentro. No era algo que por regla general hubiese tenido en cuenta si me hubiese apetecido seguir incordiando con mi presencia, pero en un acto de bondad ciertamente impropio de mí, había decidido dejarles en paz en aquella ocasión. Era obvio que Adara seguía sin tragarme mucho, que al pobre chiquillo aquel le iba a dar un cortocircuito si alguien como yo pasaba demasiado tiempo cerca de él y Anna... bueno, digamos que la relación era complicada.

    Cuestión que me quedé bien tranquilita comiendo algo más apartada, cosa que tampoco me preocupaba demasiado teniendo en cuenta la cantidad de comida que me había puesto en el plato en primer lugar y el solecito tan rico que daba en aquel punto en específico. Una vez me quedé satisfecha, y tras haberme asegurado que Joey se iba por ahí con una persona decente y no el tipo que había pillado montándose una escenita, recogí el plato para llevarlo donde los profesores y me encerré en la tienda de campaña para cambiarme de ropa.

    Cuando salí de la misma, con el bikini puesto y una toalla colgada del brazo, me coloqué las gafas de sol y eché un vistazo rápido alrededor, antes de dirigir mis pasos hacia el boque que habíamos visitado anteriormente. Posiblemente cualquier persona que me viese pensaría que estaba tomándome aquella excursión como una visita personal a la playa más que un campamento escolar, pero, eh, ¿acaso no había hecho siempre lo que me había venido en gana? Los profesores iban a tener que agradecerme por haberme pillado un bikini medio decente y por no hacer topless, honestamente.

    Llegué a mi destino no mucho después, encontrándome con otro buen número de alumnos que parecían haber tenido una idea parecida a la mía... o a los que, más bien, simplemente les había gustado aquella zona. No tenía demasiado interés en molestar ni en ser molestada, así que simplemente solté un "hey~" tranquilo y extendí la toalla en la orilla cercana al lago, tumbándome sobre la misma inmediatamente después.

    Tenía tan buena predisposición que hasta iba a permitirles disfrutar de las vistas gratis, won't you look at that~?

    post completamente de relleno just because es ali and bc estuve buscándolo bikini cuz sabía que sería la primera en ponérselo para tomar el sol y, en fin, tenía que compartirlo con el mundo (?) so here it is y, listen, es lo más decente que la vais a ver en bikini ever (???
     
    • Fangirl Fangirl x 2
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