Casilleros

No era un genio académico y aún menos un amor de persona, pero al menos tenía un mínimo de decencia. De haber sido proyectos individuales, seguro lo postergaba hasta el último día y ahí me clavaba un speedrun de antología; con las cosas que me interesaban era jodidamente organizado, las que no... bueno, lo visto. Pero eso, tenía decencia. Y algo de empatía. Poquita, pero había.

Y el grandulón, con su complejo de radio y todo, me daba algo de pena.

Al final iba a ser que tenía algo con las cacatúas, siendo que Aya tampoco se callaba nunca. ¿Debería adoptar una? ¿O un loro? Seguro ponía de los pelos a Frank, punto positivo. Pero también me los iba a poner a mí, punto negativo.

Me cambié los zapatos y fui hasta la pared opuesta, para echar allí la espalda y esperar que alguno de mis compañeros apareciera. Idealmente prefería que fuera Jack, pero ya me había setteado mentalmente para cazar a cualquiera; en buena teoría, claro. Los jueves se estaba tranquilo en el trabajo, así que pude quedarme en la barra leyendo buena parte de la noche. No había dormido mucho, pero dormir era para débiles.

Sonnen había dicho que eligiéramos un tipo de arte a dedo, y eso hice. Tipeé "arte" y le di al espacio, pillando la primera sugerencia que el todopoderoso Google me dio, y espacio de vuelta. Así quedó un maravilloso y para nada interesante tema de proyecto: arte abstracto geométrico. Al menos, de las pinturas que me aparecieron de primeras hubo una que captó lo suficiente mi atención. No era ninguna locura, pero se encendió de entre las demás y decidí seguir mi instinto.

De eso se trataba el arte, ¿no? ¿No?

Así pues, me monté un documento con algo de información y medio la memoricé. Técnicamente no hacía falta, pero a mitad de camino me entusiasmé un poco con la tontería y se me encendió la vena perfeccionista. Además, si vomitaba la información como un robot era todo más fácil, ¿cierto?

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Reual Nathan Onyrian Yáahl Ikoma-kun vengo a redimir a este grupo

Así me queda ya registro, la obra que menciona Haru es Dinámica del viento, de Emilio Pettoruti

 

La caridad del año ya la había hecho con el proyecto anterior, Mason debía dar las gracias que me había pillado con el humor suficiente para escribir tres párrafos y ponerles su nombre junto al mío, así fuese por las prisas, pero no tenía intenciones de hacer lo mismo esta vez. Primero la cosa era medianamente más elaborada, segundo porque éramos cuatro jodidas cabezas.

Puede que el gigantón que tenía un torpedo en el culo marca Anna me diese algo de pena, Aoyama no era lo que se dice la más enérgica, luego Sugawara y yo estábamos más o menos en el mismo bote. No podía decirse que se la fuese a pasar de puta madre con nosotros, pero semejante grupo no era culpa de ninguno, porque era claro que o preferíamos trabajar con otras personas, trabajar solos a secas o no trabajar directamente.

No creía que ninguno de los dos me fuese a hacer demasiado caso ayer, con la tontería que había soltado con el receso al borde de terminar, pero tampoco iría a quejarme si era el caso. Digamos que me ahorraba trabajo, más o menos, si el tema lo decidían ya solo me quedaba meterme información en la cabeza y vomitarla después.

Básicamente lo que llevaba haciendo desde que entré al sistema educativo y me aburría lo suficiente para volverme un estudiante problema de cajón.

Entré a la academia sin demasiada prisa, el clima parecía haber mejorado por lo menos y eso ya era un punto a favor. Al entrar al edificio me desvié directamente a los casilleros, aunque casi en automático eché un vistazo en los de segundo antes de seguir mi camino a los de tercero para poder hacer el cambio de zapatos y todo el cuento de siempre.

Noté a Sugawara con la espalda echada contra la pared, no hacía falta ser ningún genio para dar por asumidas las intenciones de que un huraño de estos se quedara allí como si nada, así que me acerqué sin más. Puede que no fuese su primera opción, pero al menos a mí me parecía más fácil lidiar con él que con los otros dos, así que ni modo.

—Buenos días, Sugawara —saludé con el tono plano de siempre y apoyé la espalda en la pared también—. ¿Alguna idea?

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no es mucho pero es trabajo honesto

 

A Joey pareció gustarle mi idea de pasar un par de días juntos en Disneyland, lo que por supuesto me emocionó tanto que acabé tirándome encima de él en algún pasillo de camino a la cafetería y así me quedé hasta que llegamos a la misma. ¡Nos lo íbamos a pasar genial, estaba convencida de ello! And I was already craving to go! El resto del receso pasó con relativa normalidad, pues, y comimos algo tranquilamente antes de volver a subir a clases.

Para cuando llegué a casa, prácticamente toda la tensión de por la mañana había desaparecido, pero eso no significó en absoluto que se me hubiesen quitado las ganas de comer algo de tarta de manzana casera de granny, así que se lo pedí de igual manera al verla. Con todo tranquilito de nuevo, el bueno tiempo, y una reserva de mi postre favorito para poder comer en cualquier momento, tener que madrugar para venir a la academia ni siquiera se hacía taaaan tedioso.

¡Hasta me daban ganas de portarme bien con los demás, oye!

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heyo, tiro a esta niña por aquí para que parezca que hago algo, más que nada (?

 

Los días fueron transcurriendo con una normalidad absurda, lo que en gran medida suponía que era una buena noticia a pesar de resultar un poco... ¿aburrido, quizás? Apreciaba cierta tranquilidad en mis alrededores, y no pretendía ser ningún desagradecido que la desestimase cuando la tenía, pero lo cierto era que también disfrutaba de algo de aventura de vez en cuando. Y ni siquiera pretendía ser muy exigente, teniendo en cuenta que ahora pasaba gran parte del tiempo en clases, eh.

Suponía que también era mi culpa, claro, por simplemente quedarme esperando a que algo pasase en lugar de buscar activamente ese entretenimiento que cumpliese el propósito, ¿pero qué podía hacer? Siempre había sido más de observar desde fuera, y nunca había tenido demasiada complicación para que mis deseos se cumpliesen incluso sin tener que hacer mucho esfuerzo para ello.

Ah, qué problema. ¿Acaso estaba perdiendo mis encantos~?

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no sé si voy a tener demasiado tiempo para rolear, aunque igual dudo que alguien me vaya a caer (?), pero aaa quería estrenar mi cintita :<

 

—I must say, fue una muy grata sorpresa verte el otro día~

La voz de Joey sonó jodidamente aterciopelada y justo encima de mi oído. Me sonreí, cerrando la puerta de mi casillero, y giré el rostro con lentitud hasta dar con su rostro. Recién entonces el muchacho me regresó una cuota de espacio personal y acabé de virar el cuerpo, relajando la espalda sobre las taquillas.

—¿Sí? ¿Tanto me extrañabas?

—Ah, yo siempre te extraño.

Detallé sus facciones un par de segundos, regodeándome en el claro absurdo que toda esta situación representaba y que, claro está, a ninguno de los dos le preocupaba demasiado. Había amanecido de buen humor, o quizás el buen humor lo iba ganando recién ahora, pero me bastó para pillar la solapa de su chaqueta y dejarle un beso suave en los labios. ¿Por qué?

¿Necesitaba excusa, acaso?

—Invítame a salir, entonces —le respondí, afirmando los libros contra mi pecho—. Quizás acepto.

Aquello último le arrancó una risa baja y se encogió de hombros.

—Ah, no lo sé, mira si me rompes el corazón.

—Lo reparo —resolví sin demasiada complicación, despegando la espalda de los casilleros para mirarlo de soslayo—. ¿Vamos~?

—Hmm, en realidad estaba viendo si daba con alguno de mis compañeros de proyecto. —Su tono había vuelto a la normalidad y me hizo gracia la facilidad con la cual brincaba de ser un jodido casanova a... un chico normal, suponía. Detuve mi avance y volví a girar el cuerpo hacia él, recibiendo sus ojos—. ¿Ustedes ya lo acabaron?

Suspiré, no disimulé el hastío y me encogí de hombros.

—¿A quiénes buscas? —inquirí, claramente evitando su pregunta. Supuse que a Joey tampoco iba a importarle.

—A... Thornton, de la 3-3. —Tuve la sensación de que había rearmado su respuesta sobre la marcha, pero mira que iría a interesarme—. ¿Lo ubicas?

Con el nombre que acababa de soltarme.

—Pues sí —concedí, sedosa, y Joey me caló al instante. Volvió a mirarme y reflejó mi sonrisa, sólo que más divertido—. Pero no lo he visto, lamentablemente.

—Ah, qué mal. Podemos esperarlo juntos, si te apetece~

¿Casanova, chico normal y ahora casamentero? Vaya cajita de sorpresas. Me encogí de hombros, apoyándome en los casilleros, y nos quedamos charlando de cualquier mierda en lo que aguardábamos por la famosa aparición de Kenneth.

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mini ficazo para matar dos pájaros aka proyectos de un tiro Amane HI AGAIN

 

Posiblemente no hubiese momento más duro para un hermano mayor que el hecho de presenciar como su hermana pequeña acababa teniendo más vida social que él durante un fin de semana; o quizás no lo hubiese para mí, claro, teniendo en cuenta nuestro contexto. Por supuesto, solo estaba exagerando, pues Kashya solo había salido para trabajar en el proyecto y yo había disfrutado de mi propia vida social a pesar de no haber salido mucho de casa.

Ah, ¿pero qué era de la vida sin un poco de dramatismo de vez en cuando~?

La nueva semana empezó con completa normalidad, y aunque era plenamente consciente de que la fecha límite para entregar el proyecto nos estaba pisando los talones, lo cierto es que tampoco vi por donde hacer algo para solucionarlo. Por mucho que mi entorno me hubiese dado cierta facilidad por aprender y lo relativamente bien que me había ido siempre en la escuela, no negaría que podía llegar a ser lo suficientemente pasota como para no preocuparme demasiado por un proyecto escolar si los demás no venían a buscarme.

¿Qué me llevó entonces a reunirme el martes con Joey en los casilleros? Bueno, la verdad es que fue a Morgan a quien realmente identifiqué de los dos y mi intención fue acercarme a ella, con la sonrisa de caballero ya puesta sobre los labios y todo. Luego me di cuenta de que no estaba sola, claro, y aunque mi expresión no mutó en lo absoluto, si lo hicieron mis intenciones iniciales.

—Good morning~ —saludé, intercalando la mirada entre ambos—. Mis disculpas si interrumpo algo, pero pensé en quizás aprovechar y hablar un poco más del proyecto ya que nos hemos cruzado —dije aquello último hacia el muchacho, claro, sin perder la sonrisa risueña.

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HI BEAUTIFUL

en el siguiente te tiró a eunbi as well, quería primero que se encontrasen sin más /\

 

No estaba muy segura cómo habíamos llegado a hablar de mi cabello, pero estábamos allí y Joey no comprendía por qué llevaba la vida entera con el mismo color, el mismo corte. No podía más que seguir oyendo su monólogo y encogerme de hombros a cada pregunta que me hacía. No tenía una respuesta para sus dudas, al menos no una interesante. La verdad superficial, la única que me interesaba, mantenía coherencia con el resto de mi vida.

Sólo era si me apetecía o no, y ya.

Lucía un poquito frustrado, eso sí, porque se puso a inspeccionar las puntas de mi cabello y asegurarme que, de dejarlo crecer, se vería muy bonito. Casi parecía querer convencerme de hacerlo, lo cual lo volvía divertido. Joey siempre se tomaba cualquier clase de confianza conmigo y honestamente no me molestaba, así que me limité a disfrutar del aroma de su colonia hasta que retrocedió. Fue gracias a ese movimiento que conseguí ver a Kenneth, acercándose a nosotros. Ya tenía la sonrisa suave plantada en los labios, de modo que no modifiqué mi expresión al recibirlo en nuestro espacio.

Joey lo notó cuando ya estaba a su lado y también le sonrió, de forma totalmente amistosa.

—Hombre, buen día. No, no, te estaba esperando. ¿En qué momento pasó el tiempo y por qué ya es martes? Vamos a tener que rushear un poco la cuestión, ¿eh?

Permanecí en silencio, observando el intercambio, pero no me apetecía imponerme y ninguno de los dos parecía tener mucha intención de incluirme. No me molestaba, sólo era la realidad. ¿Habría preferido recibir un poquito más de atención? Posiblemente, pero ¿qué iba a hacerle? Pestañeé con calma y despegué la espalda de los casilleros de la misma forma, dispuesta a girar y subir a mi clase.

—Hey, darkie!

No tuve tiempo de nada, vaya. Estaba girando sobre mis talones y dando el primer paso fuera del círculo cuando Abigail apareció de Dios sabe dónde y se me lanzó encima. La jodida intensa casi me llevó en banda, su cabello fucsia se desparramó por todas direcciones y me achuchó como si fuéramos amigas de toda la vida.

—¡Al fin, gosh! Hemos estado intentando localizarte todo el fin de semana, ¡muy feo eso de ignorarme!

Por supuesto, los mensajes que había ghosteado eran de ella. Se había puesto a picarme la mejilla mientras seguía repitiendo "¡muy feo!" y al final logré quitármela de encima, suspirando con hastío. Había dicho que no me molestaban las confianzas de Joey, pero no era una ley universal ni mucho menos; todo lo contrario. Abigail regresó a su lugar y se acomodó el cabello de un par de manotazos, aunque su melena voló otra vez en cuanto reparó en los muchachos.

—Bueno, aquí estoy —respondí al mismo tiempo, provocando que su atención regresara a mí—. ¿Ahora es donde vuelves a secuestrarme?

—¡No hace falta! Bibi dijo que venía hacia acá, so we wait! In the meantime... —Su sonrisa se había suavizado y supe, por supuesto, que iba a girarse hacia los chicos—. ¿Quiénes son estos muchachos tan guapos que te acompañan~?

Regresé la espalda a los casilleros y volví a suspirar, esta vez no con hastío, sino quizá resignación. No me molesté en contestar, sabía que Joey iba a activar otra vez el modo casanova para encargarse del asunto con sus propias manos.

—Bueno, debería preguntar lo mismo, ¿no? —replicó, coqueto, y ejecutó una reverencia ligera—. Joey Wickham, señorita, para servirle~ Y nuestro caballero de aquí es Kenneth Thornton.

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Bibi es Eunbi, yes, por supuesto que ya le puso apodo. Also, con estas también asumí que quedaron durante el finde JAJAJA

 

El hecho de que Morgan y Joey estuviesen juntos sí que logró llamar ligeramente mi atención, aunque por el momento preferí no demostrarlo de ninguna manera visible. El comentario del muchacho logró sacarme una carcajada ligera y me encogí de hombros, con una expresión de leve derrota en el rostro. Sí que había pasado rápido el tiempo, ni modo, pero tenía la esperanza de que íbamos a poder sacar algo decente a pesar de ir a contrarreloj.

Al mismo tiempo, me di cuenta de las intenciones de Morgan de irse sin más, lo que me hizo pensar que quizás tendría que haberla saludado de manera más apropiada, incluso si teníamos algo más de compañía. Pensé en rectificar el error, pero antes de que pudiese emitir sonido alguno, alguien más apareció en escena como un torbellino y le cayó encima a Morgan, interrumpiendo... bueno, todo lo que estuviésemos haciendo hasta ese momento.

No pude evitarlo, observé el intercambio de ambas chicas con una clara chispa de diversión en los ojos, y compartí una mirada fugaz con Joey antes de notar como la atención de la muchacha en cuestión se centraba en nosotros. Suavicé de nuevo mi expresión al corresponderle, dedicándole una sonrisa amable, e hice un gesto con la cabeza a modo de saludo después de que el moreno tomase el papel de presentarnos adecuadamente.

—Encantado~ —contesté, repasando sus facciones en un gesto distraído—. Así que tú eres una de las compañeras de Morgan, ¿no? ¿No se ha portado muy bien con el proyecto, acaso? —cuestioné, recuperando algo de la diversión que había notado hasta el momento, y deslicé la vista hacia la nombrada no mucho después; la verdad, no le pegaba nada hacer equipo con una chica tan enérgica, y no era solo un presentimiento.

Antes de que cualquiera de las dos pudiese responderme, sin embargo, una nueva presencia hizo acto de aparición y, basándome en la conversación que acababa de escuchar, supuse que se trataba de... ¿Bibi? Bueno, parecía un apodo más que nada, pero definitivamente tenía que ser la tercera integrante que andaban esperando.

—¡Buenos días! Perdón, ¿lleváis mucho rato esperándome? —se dirigió primero hacia las dos chicas, aunque no mucho después se dio cuenta que nosotras también estábamos ahí y pegó un ligero respingo antes de inclinarse para presentarse—. ¡H-hola! Hwang Eun-bi, encantada. Esto... ¿sois amigos? —preguntó finalmente, intercalando miradas entre Joey, yo, la chica torbellino y Morgan, en ese orden.

Repetí su gesto, aunque solo entre las tres chicas, y simplemente sonreí con suavidad, dejando paso que alguien más contestase en mi lugar; no iba a negar que me daba algo de curiosidad. ¿Me consideraría Morgan su amigo, quizás? Qué misterio~

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madre mía, en dos segundos nos juntamos a cinco personas sos JAJAJAJ

Kenneth: 1.5 puntos
Joey:
Sasha: 0 puntos
Lyon: 0 puntos
TOTAL: 1.5 puntos

 

Bueno, pedazo de mess, ¿eh? No tenía idea cómo habíamos evolucionado de una simple charla entre dos personas a... esto. La intención inicial claramente había sido ser responsable, pero de repente me rodeaban de tantas chicas tan bonitas ¿y cómo iba a concentrarme así~? Kenneth medio parecía estar en el mismo barco que yo, aunque tapara todo debajo de su carita de niño bueno, así que era bastante gracioso.

El muchacho no llegó a responderme cuando una tía apareció como un torbellino y se lanzó encima de Morgan, cosa que... me sorprendió bastante, la verdad. No por su entrada, sino por el hecho de hacerle eso a Morgan. No sé, nunca la había visto maltratar a nadie, pero al mismo tiempo daba estas vibes de tirarte una maldición encima si la molestabas lo suficiente. Observé la escena, bastante divertido, hasta que la recién llegada reparó en nosotros y tuve mi momento de brillar.

—¡Sip! —respondió la chica, bastante enérgica, cuando Kenneth preguntó si eran compañeras de proyecto, y a lo otro soltó una risa fresca—. Ah, no sé, no sé, no me gusta andar ventilando los trapitos de- ¡Bibi!

Eso implicaba que, en efecto, Morgan no había aportado una mierda, ¿verdad? No hizo falta que completara la idea para que todos lo entendiéramos, y la tontería dibujó una sonrisa en mi rostro. La fiesta aumentaba y volví a intercambiar una mirada con Kenneth, como si pretendiera decirle "en la que nos metimos, ¿eh?". La de cabello fucsia le dio un abrazo fugaz a la famosa Bibi, mitigó sus preocupaciones y, entonces, la castaña reparó en nuestra presencia. Acepté su saludo con una sonrisa bastante encantadora pero no llegué a responderle.

—¡Ah! Soy Abby, por cierto —intervino el torbellino, estirando una mano hacia cada uno, y al aceptársela, las sacudió con bastante ímpetu—. Un gusto~ Bibi, ellos son Joey y Kenneth, amigos de Morgan.

Entre tanto, Morgan se había mantenido al margen de todo. Bueno, se notaba a mil kilómetros de distancia que la situación no le agradaba, así que era bastante predecible que pasara de nosotros. Noté su suspiro justo cuando la miré de soslayo y volvió a despegar la espalda de los casilleros.

—¿Lo hablamos mientras subimos? —le propuso a las chicas, y Abby alzó las cejas.

—¿Estás diciéndonos de trabajar, acaso?

La otra no reaccionó de ninguna forma visible, simplemente dio media vuelta y empezó a caminar. Vaya, ni siquiera se había despedido de nosotros, sí que debían irritarle, ¿eh? Con la urgencia, Abby trastabilló y nos saludó en lo que seguía a O'Connor, y así, de un momento al otro volvió la paz. Solté una risa suave y miré a Kenneth.

—Vaya, qué caótico. Bueno, ¿en qué estábamos?

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Kenneth: 1.5 puntos
Joey: 3 puntos
Sasha: 0 puntos
Lyon: 0 puntos
TOTAL: 4.5 puntos

 

Y tal como vino el caos a nuestro alrededor, desapareció en apenas unos segundos.

La muchacha no quiso responder a mi pregunta sobre el desempeño de Morgan en el proyecto, lo que resultó bastante revelador en sí mismo, y fue después de la aparición de la castaña que finalmente ella se dignó a presentarse también. El asunto de darnos la mano me hizo su gracia, aunque fue el ímpetu con el que las sacudió lo que terminó por sacarme una risilla divertida. No mucho después Morgan comenzó a alejarse y las demás la siguieron, dejándonos a los dos en los casilleros rodeados de una tranquilidad que resultó hasta ajena.

Le sonreí al chico en cuanto recibí de nuevo su atención y me dispuse a contestarle cuando, una vez más, nos vimos interrumpidos por una figura extra. No me había dado cuenta en ningún momento, pero al parecer la rubita despampanante se había comido toda la escena de hacía unos segundos y había decidido acercarse a nosotros en cuanto tuvo la oportunidad, con una expresión que parecía indicar la misma diversión que nosotros habíamos llegado a sentir.

—Always surrounded by pretty girls, huh? I might get jealous~ —canturreó, claramente dedicándole aquellas palabras a Joey, y la vi inclinarse para dejarle un beso sobre la mejilla antes de finalmente dignarse a fijarse en mí—. See ya, nerdy boy~

No pude evitar alzar ligeramente las cejas, obviamente sorprendido por el apodo que me había clavado de la nada, pero no tardé demasiado en relajar de nuevo la expresión, a tiempo para dedicarle una sonrisa suave a medida que se iba. La seguí un par de segundos con la mirada, simplemente por puro instinto, y acabé por echar un vistazo rápido a nuestro alrededor antes de poder responderle al chico.

>>El proyecto —le dije finalmente, tras haber comprobado con una leve risa que no hubiese más interrupciones potenciales en nuestra esfera—. ¿Vemos de meterle caña en el receso? Si nos centramos, creo que podremos acabarlo a tiempo.

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ali es como campanilla, si no la menciono al menos una vez en un periodo, se muere (?)

 

Mira que era buena para poner a trabajar hasta a un oso perezoso, pero esta vez las cosas se me habían ido a la mierda y para terminar de hacerla luego de haberme reunido con la única compañera que dio señales de vida y ayudarle al trío de idiotas que era el grupo de Mason había caído en el pozo de lo lindo. Ni idea de qué bicho había picado a mi padre desde hace semanas de por sí, pero había tenido que comerme los viajes a la Academia con el chófer de los Aoyama y luego, para terminar de hacerla, me habían puesto a viajar específicamente con Sho.

¿El pobre desgraciado tenía clases a esa hora siquiera? No. Se levantaba, encendía el coche, pasaba por mí e iba a dejarme, todo para luego regresar a Tokyo y atender sus mierdas de universitario a la hora que correspondiera. Debían tenerlo tan amarrado de las pelotas como a mí de las greñas y no quería decir que me cayese mal, que fuese un martirio soportarlo ni nada, solo me era indiferente.

Saber que si las cosas me salían como el culo tendría que hacer la vida con él, ese era otro tema.

La idea me había perseguido lo suficiente en los últimos días, junto a la presión de mi padre de invitar a los Aoyama a casa y no sé qué coño más, y el jodido proyecto para que acabara el resto de días en haciendo parkour entre migrañas tensionales capaces de ponerme a vomitar, ataques de pánico y todo el rollo. Me había terminado ausentando los días que restaban y para cuando encontré algo de estabilidad como para para volver a poner un pie en la Academia no quedaba tiempo para siquiera alcanzar el mínimo. Eso lo tenía tan claro que la noche anterior le había dicho a mi madre que no esperara ni una nota decente de mi parte, pues ella era la que siempre estaba pendiente.

Sho detuvo el coche frente al portón principal del Sakura, yo tomé el maletín que había dejado en el suelo a mis pies y abrí la puerta para salir. Pude haber cerrado de un portazo, lo hacía otras veces, pero también era cierto que este idiota había estado preguntando por mí los días que pasé en la mierda, así que asomé la cabeza dentro del auto y aunque no sonreí me forcé a suavizar un poco los gestos.

—Gracias, Sho. Te veo más tarde.

Ahí sí no lo dejé responderme, cerré la puerta y comencé a caminar para alcanzar el edificio. Al llegar entré sin revisar mucho el espacio, caminé hasta los casilleros y me colé por la línea de tercero como si fuese mi puta casa hasta llegar al mío, abrirlo y hacer el cambio de zapatos casi con pereza. Todavía sentía el cuerpo entumecido y la cabeza me seguía dando vueltas, pero al menos podía moverme sin amenazar con volver las tripas al revés de puro mareo.

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tenía ganas de rolear a Kat, dont mind me (? ahí queda a servicio de la comunidad

 

Qué odiosa era la lluvia, really. ¿Por qué se creía con el derecho de meterse con nuestro cabello? ¿Tenía idea lo mucho que me había costado dejarlo bonito en la mañana? ¡Y con el sueño que me cargaba! Definitivamente había sido mala idea salir en noche de semana, sí, sí, no debería haberle hecho caso a Susu. Pero bueno, regresando a la lluvia, era realmente malvada. Y no lo decía sólo por mí, a los ancianitos también les hacía doler los huesos.

Meanie, I said!

Mamá me había hecho el favor de traerme, luego de verme lloriqueando frente al espejo del baño. Abrí el paraguas (rosa y lleno de estampas, of course) para atravesar el patio frontal, conseguí llegar a los casilleros sin una gota encima y sonreí, victoriosa. En lo que alcanzaba mi casilla, me pareció reconocer la mata puntiaguda y dorada de Alek y se me encendió la neurona. ¡Cierto!

—Hey, mate! —Le estampé una mano en la espalda, imitando el acento australiano sin razón aparente, y automáticamente hice un puchero—. ¿Puedes creer esta lluvia de repente, con lo lindos que venían los días? No estaba psicológicamente preparada, ¡y mi cabello tampoco!

Y así como acababa de pasar por dos estados opuestos, agregué un tercero: sonreí de oreja a oreja, animada, y recosté un hombro sobre los casilleros.

—Anyway, ¿qué tal has estado, grumpy boy? ¿Me extrañaste~?

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Insane acá te dejo a la intensitta

 

Entré a la academia mientras bostezaba por... ¿cuarta vez consecutiva, quizás? No tenía idea, había perdido la cuenta desde hace un buen rato, to be honest. Había que ver, nada más, lo tranquilita que había estado aquellos últimos días, casi, casi como si de verdad me estuviese intentando rehabilitar de la mala vida or something like that. Pero qué va, solo me iba adaptando a mis alrededores, y el día anterior, por ejemplo, pillé sin querer a Joey y Kenneth metiéndose al club de fotografía para... seguir con el proyecto supuse, por lo que me acoplé a ellos por la cara, haciendo que también acabase volviendo a casa tarde y bastante cansada.

Estaba bien aquella tranquilidad, de todas formas, porque significaba que el desfase que se venía iba a ser de proporciones épicas~

Sea como fuere, me tomé todo el tiempo necesario para despertarme aquella mañana, y también lo hice para llegar a la academia, porque la verdad es que no me apetecía lo más mínimo ir a clase, menos con aquel tiempo que se había levantado tan caprichoso, pero era lo que había y al menos iba a tener la decencia de enseñar la cara para la entrega del trabajo, a pesar de que no había aportado absolutamente nada de valor al mismo.

—Buenos días, Lis~

Me costó bastante reconocer la voz de aquel saludo, y aun más teniendo en cuenta que aquel apodo era completamente nuevo para mí, pero tras girarme sobre mis talones y distinguir la chispa de color fucsia que tenía a mis espaldas, fue prácticamente imposible no recordar de quién se trataba: la chica bonita que nos pagó el taxi después de la mascarada y de la que Joey me contó más de un detalle de su quedada al día siguiente de la fiesta.

Le sonreí con cierto aire inocente, como si no tuviese en absoluto esa clase de información bien presente en mi cabeza, y le devolví el saludo antes de ver cómo se alejaba a su propio casillero como si nada, con un humor aparentemente muchísimo más animado que el mío.

Well, well~

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pues nada, pendeja rubia (ali) y pendeja teñida (riri) a disposición del público (?)

 

El clima no anunciaba nada bueno, la verdad fuese dicha, y aunque no estuviese lloviendo a cántaros ni nada tampoco tenía mucha pinta de mejorar, así que mejor metí un paraguas en la mochila. No se me antojaba mojarme porque sí, que lo último que me faltaba era un resfrío en estos días.

En sí los días así de oscuros me eran indiferentes, pero ahora mismo no andaba en mood más amable posible, así que no me sentaba muy bien tampoco. En cualquier caso llegué a la escuela a tiempo, crucé el patio frontal y entré al edificio en dirección a mi casillero, aunque en la línea noté la cabeza albina de Craig junto a Kasun.

Traía una lata de café a medio vaciar, así que me tomé el par de tragos que me quedaban antes de acercarme a los chicos y ya frente a ellos les dediqué una sonrisa como las de siempre. Aproveché para husmear las cosas que tenía Suiren en la mano, las impresiones, y se las quité un movimiento sutil.

—Digo yo que debería bastar con esto, de por sí no creo que ninguno de nosotros vaya a dedicarse al arte, ¿o sí? —Estiré la mano para regresarle las impresiones a cualquier de los dos que quisiera tomarlas—. Y así podemos dejar de quemarnos las pestañas por fin.

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Suiren: 1.5
Zold: 2.5
David: 0.5
TOTAL: 4.5

 

Había estado tan enfocada en quejarme que difícilmente le había prestado atención, bueno, al pobre chico en general. Obvio me recibió con cara de perro y me replicó sobre el cabello, cosa que estaba muy preocupada observándome.

—You don't, but I do! —me quejé, casi como una chiquilla.

Fue en lo que soltaba mi pelo, lo miraba y volvía a gruñirme que noté algo fundamental. Hablando de Roma, llevaba el cabello cubierto por un gorro negro; uno que, por cierto, reconocí al instante. Alcé las cejas, abrí la boca y di un par de saltitos cortos, señalando su cabeza. Fue una mezcla de sorpresa y alegría que pasó a confusión, regresó a la felicidad y me hizo reírme. En vez de señalar lo obvio, que era mío, relajé el semblante para esbozar una sonrisa suave, cruzando los brazos bajo el pecho.

—¿Hmm? No diría que es de tu estilo, pero te pega~

Si lo llevaba encima tan fresco siquiera debía recordar que era mío. Tampoco lo culpaba, yo no recordaba habérselo dado. Siendo francos, lo que más gracia me hacía de todo el asunto era que precisamente hubiera decidido usarlo. ¿Sería por la lluvia?

—Kinda fashionable, that for sure. ¿Dónde lo compraste?

¿Qué pretendía montándome el teatro? Ni idea, hombre, sólo me estaba divirtiendo.



La lluvia no me molestaba particularmente, tampoco me quitaba la mala hostia de encima. Era algo impropio de mí quedarme atorado en las cagadas por tantos días, pero mira, ¿qué putísima mierda? Aún no me lo creía, suponía que así era la vida que había elegido, ni idea, la cuestión era que aún no me lo creía. No quería creerlo. Los contratos y todo el show me la sudaban, no veía un gramo de poder en un puto pedazo de papel. Tenía las manos atadas a los caprichos de los de arriba y eso era lo más frustrante de todo.

Como siempre, tocaba sentarse en primera fila y aguantar.

Me había mojado porque imagina recordar el paraguas o comprar uno en absoluto, no era de los esenciales que se encontrarían en el piso compartido de dos imbéciles, la verdad. Entré a los casilleros sacudiéndome el agua del cabello como un perro viejo y atravesé el espacio al ritmo usual, calmado pero no precisamente liviano, que disimulaba bien las emociones pero no la esencia, suponía. Ni idea, no le daba muchas vueltas. Me puse a buscar mis cosas con movimientos algo mecánicos, me pareció notar un chispazo rojizo a mi costado y me tensé de pura costumbre. Me vacié los pulmones al confirmar que se trataba de un muchacho y seguí a lo mío. La tía esta... iba a la 3-1, ¿no? Joder, sólo me quedaba rezar por su sentido de la discreción.

No llevaba ni dos meses aquí y ya la fachada se me estaba yendo por el puto desagüe.

Un encanto.

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lo dejo ahí porque quería rolearlo cabreado y actualizado a los eventos recientes JAJAJA *c va rodando*

 

¿Qué si me preocupaba no haber aportado prácticamente nada al trabajo? En lo absoluto y es que en el anterior había sido peor, así que ni venía al caso. Igual no iba a desacreditar el intento que habíamos hecho, que al menos los dos me habían caído bien y también el esfuerzo de Katrina por tratar de salvar el barco de semejante hundimiento casi inevitable.

El comentario de Kasun sobre el proyecto me hizo asentir con la cabeza mientras él lo tomaba de regreso, luego dijo que lo entregaría y luego me di cuenta que notaba la presencia de Katrina, que ya había dejado el casillero con intenciones de irse, por rebote acercándose algo más a nuestra posición.

Akaisa se detuvo apenas notó que el chico se acercaba a ella, no cambió mucho los gestos, tensos como los tenía casi siempre, pero intercambió el peso de un pie al otro, relativamente divertida con el comentario. Enlazó las manos al frente, sujetando su propia muñeca siendo que tenía los dedos ocupados sujetando el maletín.

—¿De verdad? —preguntó, ahora sí dedicándole una sonrisa a Kasun—. Pues qué bueno que les sirviera~ Sería una lástima que un grupo de chicos guapos reprobara así nada más, ¿no?

Craig se había quedado conmigo, así que noté su movimiento al hundir las manos en los bolsillos y luego lo escuché hablarme. Su pregunta fue casi un murmuro, cualquiera asumiría que se refería a Zoldryck y ella, pero no acabó de calzarme con eso y me permití una risilla baja, echando la espalda contra la línea de casilleros. Repasé a Katrina con la vista, que seguía con la atención en Kasun, y luego miré a Suiren con el rabillo del ojo.

—¿De Kai-chan? —atajé usando el apodo tonto que le había encajado a la chica casi apenas conocerla y balanceé la lata vacía a un lado de mi cuerpo—. La conocí hace un año o algo así. Es como un general del ejército en pequeñito, quiere todo hecho cuándo y cómo ella diga... Con eso en mente, no olvides que le prometiste una compensación por ayudarnos.

Bueno, que se la debíamos los tres, pero era más divertido dejarle el marrón a Craig.

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literal me imagino a Maze soltando todas estas estupideces con la carita de no matar una mosca que tiene en la cinta y memeo akbdjaeh