En líneas generales había muchas cosas a las cuales no les dedicaba neurona. Era, quizá, todo aquello que se volvía natural o lo había sido siempre. Determinadas formas de amor entraban en esa categoría, incluso si hablar de amor para un cabrón como yo era, cuanto menos, hilarante. El asunto era que no me cuestionaba el cariño desmedido que le tenía a Matty, así como nunca había tenido reparo en amar a mamá las veinticuatro horas del día. No sabía con certeza cuándo se había convertido Ali en parte del paisaje, pero su presencia ya la daba por asumida y no me lo cuestionaba en ningún momento. No veía la necesidad. Había formas de amor que eran naturales y ya. Di un ligero respingo en cuanto sentí su pinchazo en el costado, su tono tuvo toda la intención de molestarme y, en respuesta, solté una risa nasal. La sonrisa, sin embargo, sí que se ensanchó un poco y me encogí de hombros. Podía fingir indiferencia, pero en el fondo también me gustaba pensarlo, ¿no? Quizá no que era un buen hermano, pero sí que me esforzaba por serlo. Lo hacía de veras. —¡No lo sé! —Alcé el brazo libre y lo dejé caer contra mi cuerpo, indignado. Luego busqué el móvil para mostrarle mi chat con él—. Ya debería haber salido hace rato y le había pedido que me contara no bien acabara, pero aquí estoy, ghosteado. Mi mensaje apenas llevaba quince minutos de enviado, pero por el teatro. Ya que estaba hice puchero y todo. —He's treating me badly, Ali-chan —me quejé, poniendo ojitos y todo. Igual el show duró bastante poco, porque la indignación de la chica apenas me metí con sus dotes de cocina me arrancó una risa bastante fresca. La achuché mientras se seguía quejando y aproveché que la fila había avanzado para arrastrarla conmigo. También repasé los alrededores con la vista, bastante porque sí. Una manía. —¿Eh~? ¿Aún no quemas nada? Congrats~ —Seguí molestándola con un tono suave, risueño, y me acerqué a su rostro para estamparle un beso en la mejilla. Podría haber sido cute pero, claro, en el contexto la cosa cambiaba—. I'm so proud of you, my baby girl. Y para terminar de hacerla, colé el brazo libre entre nosotros para estirarle el cachete. Si no acababa con una patada en los huevos iba a ser un milagro, pero uno que no desestimaría.
Tuve que soltar la risa nasal casi un instante después de que él lo hiciera, sin poder esconder el tinte divertido que adoptó mi expresión a su vez. Pero es que, venga, ¿a quién pretendía engañar con esa indiferencia impostada? Podía intentar colársela a cualquier otra persona, pero conmigo ese teatro no funcionaba en absoluto. Sabía lo mucho que Joey quería a su hermano y sabía lo mucho que siempre se esforzaba por demostrarlo; ni siquiera hacía falta pasar cuatro de siete días a la semana en su apartamento cómo lo hacía yo para darse cuenta. Lo dejé ser, sin embargo, porque no pensaba que hubiese necesidad de decir nada más al respecto, y decidí centrarme en sus quejas sobre Matty cuando le pregunté sobre él. Solté una risilla divertida mientras repasaba el chat de mensajes, comprobando que efectivamente Matty lo tenía ghosteado, y no me pude aguantar de picarle un par de veces la mejilla cuando hizo el puchero después. Venga, si no era super adorable cuando le daba la gana~ —Bueno, bueno, no le culpes. Quizás le salió tan bien que se fue a celebrarlo con sus amigotes —razoné, intentando echarme encima un tono medianamente serio para que mi teoría tuviese más peso y fallando estrepitosamente en el intento—. Y ya sabes lo que dicen: no news is good news~ O algo así, ¿no? La cuestión es que estaba convencida de que le había ido bien, ni idea, quizás fuese el instinto femenino. Eso y que, prácticamente adoptada en la familia como estaba, confiaba plenamente en el intelecto de Matty. ¡Él era el que iba a llevar esta familia adelante, al fin y al cabo! Claro que todo el buen humor me duró bastante poco, porque después decidió meterse con mis inexistentes capacidades de cocina y, claro, siendo Joey de quién hablábamos, la cosa no se iba a quedar en un par de bromas y ya, no. Siguió molestándome, a lo que yo simplemente resoplé un par de veces con clara molestia, y si no hubiese sido porque estaba ya en el mood de enfadarme con él, la estupidez del beso en la mejilla hubiese adquirido otro tinte mucho más... entretenido. But so bad timing, dear! So bad! Refunfuñé quejas que acabaron volviéndose incomprensibles cuando empezó a tirarme del cachete, intentando librarme por todos los medios del agarre. Para cuando lo conseguí, un buen rato después, me moví con rapidez para colar la mano en su bolsillo y sacarle la billetera, alejándome hacia delante en la fila con la misma en alto. Me llevé a un par de personas por banda, pero poco o nada me importó. >>You're a meanie! Ahora me voy a comprar un bento extra grande con tu dinero y no te voy a dar, ¡te lo prometo! —me quejé, llevándome la mano libre hacia la mejilla de la que me había tirado. Y pensar que luego la gente nos tenía miedo... si éramos unos niños~
Recibí sus toques en la mejilla, manteniendo el teatro del puppy pues porque sí. La idea de Matty festejando por ahí con sus amigos me hizo alzar las cejas, abrir la boca y volver a cerrarla, frunciendo el ceño. Bueno, tenía sentido, sí, no lo había pensado. A veces era un poco tonto. ¿Habría salido con esos... esos dos, los que solían recogerlo o dejarlo por casa? ¿Cómo era que se llamaban? Uno era extranjero como nosotros, eso seguro, y el otro japonés. —Yeah, I guess you're right —murmuré, tampoco muy convencido, pero era la mejor teoría disponible para no seguir enfurruñado. Además, Ali hablaba con conocimiento de causa. Quizá demasiado. Ahora que lo pensaba, ¿estas últimas semanas no había pasado mucho tiempo en casa? Más del usual, quería decir, que de por sí no corría inadvertido. Si ya tenía hasta una toalla propia en el baño y sudaderas mías apartadas, o sea secuestradas, para dormir. ¡Ni siquiera me dejaba usarlas! ¡Y eran mías! Que intentara liberarse del jalón de mejilla me hizo reír, de hecho seguí riéndome cuando lo logró y sólo me callé al reparar en que me había quitado la billetera del bolsillo. Palpé el mismo por inercia, claro que no estaba ahí, y solté el aire por la nariz. Bueno, ni modo. La tonta se llevó un par de pobres almas en banda y meneé la cabeza, avanzando con calma hacia su nueva posición en lo que me gritaba que era malo y todo eso. —Ya que estás, cómprate algo para beber también. —Le guiñé un ojo, tranquilo, y hundí las manos en los bolsillos en cuanto llegamos al mostrador. Recosté el hombro a un costado y le dediqué una sonrisa deslumbrante a la señora que siempre atendía ahí—. Buenos días~ Ella me robó la billetera, así que le cedo el poder de las compras.
Mi teoría sobre el paradero de Matty pareció sacar completamente de onda a Joey, logrando sacarme una carcajada de pura diversión con la cara que se le había quedado. Se quedó un rato en silencio, tras la completa sorpresa inicial, y yo me quedé mirándolo con la sonrisa aún plantada sobre los labios. Casi podía ver sus neuronas trabajando por intentar procesar aquella información, casi seguro imaginando con quién se podría haber ido el mayor, y acabé por suavizar un poquito la sonrisa cuando volvió a hablarme No parecía muy convencido de la idea, pero supuse que era lo único a lo que podía agarrarse, y a mí me valía bastante si hacía el trabajo. Sabía que no podía quitarle por completo la preocupación que seguramente sentía, si es que el tonto realmente llegaba a preocuparse mucho por la gente a la que quería, pero si al menos podía despejarle un poco la cabeza en lo que Matty le contestaba o se veían, me daba por más que satisfecha. La idea de Matty celebrando algo me hacía más gracia, eso sí, pero suponía que a él también le gustaba salir y pasárselo bien de vez en cuando, ¿o no~? Y ya Joey me había contado que tenía un par de amigos que lo solían arrastrar a tomar el aire, así que tampoco era taaaan descabellado. Still funny tho! También era plenamente consciente de que mis visitas al apartamento de los hermanos Wickham habían subido de manera bastante exponencial últimamente, y aunque esperaba que ninguno de los dos fuese a notarlo demasiado, en el fondo sabía que era imposible que pasase desapercibido. Tampoco podía evitarlo, a decir verdad, con granny fuera de casa y conociendo a Aiden como lo conocía... simplemente necesitaba la seguridad que la casa de esos dos me daba. Joey nunca me iría a preguntar nada al respecto, además, no importaba si sospechaba o tenía alguna idea de lo que me pasaba, así que no iba a negar que un poco (bastante) también me estaba aprovechando de eso para intentar no pensar en ello demasiado. Well, algo bueno tenía que tener nuestro culo evitativo, ¿o no? Sea como fuere, todas las preocupaciones de Matty o Aiden desaparecieron cuando comenzó a burlarse de mí, yo me intenté librar de sus tirones y él solo se rio con toda la escena. Y yo, por muy enfurruñada que estuviese y lo mucho que intenté que no se me escapase, también acabé por dejar escapar una risilla divertida cuando me adelanté en la fila. Realmente no importaba que en apariencia no reaccionase a mis intentos de molestarle, pues en eso se basaba un poco nuestra dinámica: nos molestábamos el uno al otro constantemente, solo porque podíamos y ya, sin esperar necesariamente una reacción en concreto. Quizás eran las únicas ocasiones en las que lo hacíamos así. —I will! —sentencié, asintiendo con la cabeza antes de finalmente acercarnos al mostrador. Si lo hizo a propósito o no, no sabría decir, pero Joey acabó tirando de sus "natural charms" para saludar a la señora que atendía la cafetería y, en consecuencia, la mujer me lanzó una mirada recriminatoria bastante difícil de disimular. Fruncí el ceño, abriendo incluso la boca un poco por la indignación, e intercalé miradas de incredulidad entre ambos antes de sacar los billetes de la cartera de Joey y dejarlos sobre la mesa. >>¡Quiero el bento más grande y caro que haya! ¡Y quiero mucho picante dentro! ¡Y una Coca-Cola bien grande, también! La mujer no tuvo más remedio que atenderme, aunque era obvio que ninguna gracia le hacía, y le dedicó una última mirada (¡con ojitos!) al muchacho antes de alejarse. Me giré para mirarlo también, pero mi rostro no tenía nada de aquellos ojitos traicioneros. >>That was so low, Joseph. A saber qué me echa ahora en la comida por tu culpa... Contenido oculto Perdona por el pedazo de tocho lmao
A ver, estábamos todos de acuerdo en que quizá, sólo quizá, debería haber metido un poco más la nariz en el asunto de Ali tomando nuestra casa prácticamente de refugio temporal. Si pretendía excusarme podía atribuirselo a que granny no estuviera, que le daba pereza cocinar o estar sola en absoluto y de ahí la invasión, pero... en el fondo sabía que no era cierto, ¿verdad? No podía decir que me moviera ya que casi nunca hacía una mierda con la información que tenía, y aún así se me activaba un olfato extraño que provenía de ninguna parte y tampoco iba en una dirección concreta. Eran... sensaciones, más que otra cosa. Lo olía en el dinero de Sasha, en la insistencia de Ali y en muchas otras cosas. Pero debía insistir, difícilmente hacía algo al respecto. Así era más fácil, ¿verdad? Mi intención no había sido darle lástima a la señora de la cafetería, realmente sólo le sonreí como me salía por default, pero no tardé nada en notar su efecto y mira, planeado o no, me salió de perlas. Disimulé la sorpresa para que todos conservaran mi imagen de mente maestra, y tuve que tragarme a su vez la gracia de ver a la dama juzgando a Ali intensamente. Dios, si ni cuando pretendía que algo me saliera bien acababa con ese resultado. —A mí deme un bento normal y una botella de agua, gracias~ En lo que la señora preparaba nuestros almuerzos, Ali me habló y murmuré un suave "¿hmm?" junto a una sonrisa estúpidamente angelical. Ah, de repente estaba en mi puta salsa y nadie iba a sacarme de ahí. —Qué pena, oye, mira si tengo que acabar comiéndolo yo porque a ti te da miedo~ Cuando la mujer regresó con las bolsas, me encargué de ambas mientras Ali pagaba y jalé de aquello que claramente las damas amaban para seguir irritando a la chica. —Muchas gracias, señora —murmuré, hecho todo un señorito—. Que tenga un muy lindo día. Por favor, si incliné la cabeza y todo. De ahí me arrastré a Alisha hacia alguna de las mesas disponibles y tuve que aguardar hasta estar fuera del campo de visión de la señora para soltar la risa que me había estado conteniendo. Fue sonora, medio me encorvé para no llamar tanto la atención y acabé echándole algo de peso encima a Ali. —Oh boy, eso me salió aún mejor de lo que planeaba. ¿Ahora la señora de la cafetería te odiará gracias a mí? C'mon, the power I hold.
Había un buen número de cosas sobre mí misma de las que me gustaba presumir, y es que al menos problemas de confidence sabía que no tenía, pero posiblemente de la cosa que más orgullosa me sentía y de la que menos hablaba era el hecho de que conocía a Joey cómo la palma de mi mano. Había detalles que se me escapaban, como a cualquier persona, pero por regla general me lo olía con bastante facilidad y, en ese mismo instante, sabía que estaba en su jodida salsa. Una vez más, no sabía con certeza si había sido a propósito o no, pero de que lo estaba disfrutando, lo estaba. Le dediqué una sonrisa completamente irónica ante la suya angelical, especialmente cuando se ofreció a comerse mi bento por si me daba miedo, e inmediatamente después me puse de puntillas para acercarme a su rostro, llevando la mano que no estaba sobre el mostrador a su uniforme y quedándome a apenas unos centímetros de sus labios. —Never~ —susurré, bajando apenas la vista, antes de dejarme caer sobre mis talones de nuevo. La señora nos entregó nuestros almuerzos después y Joey los recogió, haciendo que terminase por rodar los ojos cuando vi que seguía montado en el teatro. Bufé ligeramente mientras la mujer nos cobraba y le dediqué una última mirada de reproche antes de dejarme llevar por el chico hacia la mesas, volviendo a meterle la cartera en el bolsillo de dónde lo había sacado en el camino. ¿Quién se creía era es señora para juzgarme? ¡Tenía derecho a burlarme de él después de lo que hacíamos prácticamente todas las noches! ¡Qué sabía ella, bah! Resoplé cuando escuché la risa del muchacho una vez nos habíamos alejado lo suficiente, sin apartarme al recibir su peso después incluso si se suponía que estaba molesta con él. Acabé por no poder aguantarlo mucho más, eso sí, y solté el aire en una especie de risa ligera antes de negar un par de veces con la cabeza y cruzarme de brazos. >>No te eches tantas flores, hon, que igual no le hacía mucha gracia de antes. You know, siempre me ando colando en la fila y ligando con el chico que a veces atiende con ella... su hijo, o su sobrino, no sé —le expliqué, con cierto tono indiferente, pero acabé por volver a echarme un poco de teatro al suspirar con cierta pesadez—. Pero supongo que no has ayudado a ganarme su cariño, no... Qué pena, no le iba a quitar mérito al pobre niño, con lo emocionado que parecía estar~ Ya de paso, también habíamos llegado a la mesa que conseguimos encontrar libre y nos acomodamos en la misma, momento en el que esperé pacientemente a que me fuese tan amable de darme mi almuerzo y poder empezar a comer. Hombre, con la tontería se me había olvidado un poco, pero tenía un hambre impresionante. >>Y bueno... ¿algo más que quieras contarme antes de que te cambie for my lovely and tasty food~? Podía sentirlo, al fin y al cabo, ¿o no? Que se había enterado de algo interesante y que tenía ganas de decírmelo. Once again, let's say it was feminine instinct~
Sabía que meterme con ella por un tiempo relativamente prolongado podía, a grandes rasgos, conseguir dos resultados: tocarle los ovarios o presionarle los botones correctos. O ambas, qué va. Pareció ser el caso cuando le dediqué mi mejor sonrisa de ángel y Ali se estiró hasta casi, casi alcanzar mis labios. El movimiento me pilló ligeramente desprevenido, pese a no reflejarlo mi expresión, y bajé la vista a su boca sin ninguna clase de reparo. La sonrisa inocente, ya de paso, se oscureció por un breve, muy breve segundo. Y eso fue todo. Regresamos a la tontería en la que andábamos metidos sin escala intermedia. Cuando le eché mi peso encima tras soltar la risa ella no me quitó, de hecho se sincronizó con la gracia y alcanzamos una mesa libre sin reparar mucho en el camino; bueno, al menos yo. De milagro no me choqué a nadie. Las razones por las cuales la señora había llegado a odiarla sonaban bastante convincentes, la oí como si mi opinión al respecto fuera a importar y asentí varias veces, mi cabello rebotó un poco. —Sí, yo diría que juntaste todos los cromitos para que te eche un conjuro vudú. ¿Te imaginas? ¿Una muñequita de Ali-chan? Seguro que te gustaría tenerla y todo. —Solté una risilla, imaginando toda la situación, y me dejé caer en la silla al mismo tiempo que me golpeaba el pecho con el puño y proclamaba a viva voz—: ¡Mas no os preocupéis! ¡Estáis a salvo conmigo! Luego de montarme la escena de caballero me digné a deslizar su super bento extra grande en su dirección, aunque no sin antes amagarle un par de veces para que estirara la mano y le frustrara los planes. Volví a reírme en cuanto la comida estuvo en su poder, le alcancé la Coca también y abrí mi propio bento. La diferencia entre ambos era tan visual que dolía. Suspiré, derrotado, pero mi atención se la acabó llevando lo último que dijo. Las neuronas me conectaron y fue casi como si literalmente apagaran la luz. Mi sonrisa se estiró con una chispa de mierda, una que gritaba 'malas noticias' por doquier y la miré un poco desde abajo, risueño. —Actually, I do. Ayer iba llegando a los casilleros bien tranquilito y ¿sabes? Me topé con algo bastante curioso. Pasé por detrás de Sasha, se me dio por mirarla y ¿a que no sabes qué estaba sacando de su casillero? —Me incliné ligeramente sobre la mesa y suspendí una buena pausa para agregarle suspenso. Lo siguiente que dije fue un murmullo bajo—. Un sobre lleno de dinero~ Contenido oculto bromeando en español de España con una española, how bold can i be???
Fue una verdadera pena que tuviese que interrumpirme en la estupidez que me monté antes de que fuese a más, especialmente cuando noté su mirada bajando a mis labios y la chispa de oscuridad que se le extendió brevemente por la sonrisa. No que pretendiese mantener la compostura ni que me importase mucho montarnos el espectáculo en mitad de la cafetería (de nuevo, quería decir), pero lo cierto era que tampoco necesitaba que la señora de la cafetería nos pillase y le diese más motivos para odiarme. Aunque quizás hubiese estado bien haber marcado mi territorio~ Por otro lado, era bastante divertido ver lo poco que nos importaba llevarnos a gente por delante en casi cualquier situación, ya fuese literal o figuradamente. Lo pensé al ver cómo era el resto de alumnos los que tenían que hacer el esfuerzo por quitarse de nuestro camino para no chocarnos, siendo que Joey me estaba arrastrando sin ningún reparo y parecía darle bastante igual, y recordé que yo había sido igual cuando me adelanté en la fila apenas unos minutos antes. Vi de reojo como Joey iba asintiendo con la cabeza a mi exposición de motivos, como si le estuviese dando alguna charla de gran importancia, y no pude evitar acabar de hablar con la sonrisa divertida queriendo asomarme ya por la comisura de los labios. Y fue imposible disimularla cuando soltó lo de que me fuese a hacer vudú, soltando una risa ligera al mencionar lo de la muñequita de Ali-chan. —A mí seguro que sí, pero no me irás a negar que a ti también te gustaría tener una mini Ali-chan~ —contesté, suavizando un poco las facciones. La suavidad me duró bastante poco, eso sí, porque volví a soltar una carcajada divertida cuando le dio por hacerse el caballero que me iría a proteger de todos males, y aproveché que yo no me había sentado aún para inclinarme por encima de su hombro y darle un beso de la mejilla. >>Lucky me~ —susurré, cerca de su oído, antes de separarme. Me arrepentí prácticamente al instante, sin embargo, cuando volvió a tocarme los ovarios al jugar conmigo con el bento. Me lo quitó un par de veces de las manos cuando pensé que finalmente me lo iba a dar, haciendo que frunciese el ceño con molestia y acabase cogiéndolo con algo más de fuerza de la necesaria, dejándome caer en mi asiento con un una mueca de molestia completamente infantil. Molestia que, tenía que admitir, desapareció en cuanto distinguí la tan obvia diferencia entre nuestros bentos. Qué va, se me extendió una expresión de satisfacción por el rostro imposible de disimular. Eso fue todo, sin embargo, porque la estupidez de que no iría a compartírselo era pure bullshit, y obviamente extendí mi almuerzo hacia delante hasta que quedó entre ambos. No dije nada, asumiendo que entendería, y me quedé esperando a escuchar su relato con los palillos en la mano. Fue bastante obvio que había dado en el clavo con mi pregunta, porque su sonrisa adoptó ese tono de peligro que solo podía significar buenas noticias para nosotros, y use todas mis pobres neuronas en funcionamiento para seguirle la historia. Alcé ligeramente las cejas ante la mención de Sasha, centrándome aún más si era posible en sus palabras, y seguí el acercamiento de Joey con la mirada, acabando por soltar una risa incrédula por la revelación. >>¿Un sobre lleno de dinero? —repetí, frunciendo apenas el ceño ante la idea—. Shady~ Aunque un poco estúpido también, ¿no? No sonaba como Sasha ir a traerse un sobre lleno de dinero de su casa por cualquier motivo, así que quedaba asumir que alguien se lo había dejado y, bueno, not the safest place in my opinion. >>¿Y qué crees? ¿Le andarán pagando por alguna clase de... servicio? So nasty~
Las cosas evidentes no se negaban, eso era de imbécil y yo podía serlo, sí, pero no exactamente como se esperaría de un imbécil. ¿Tenía sentido? No, daba igual. Solté una risa liviana y me encogí de hombros, sin asumir pero tampoco negar que, de hecho, estaría bastante contento con mi muñequita de Ali-chan. Podría tenerla ahí, sobre la cama, y quedaría bastante bonita. A ver, de algo tenía que servir que ella fuera una Barbie tamaño real, ¿no? Huh, eso sonaba kinky y todo. Mi tontería caballeresca le arrancó una risa, me di por satisfecho y recibí su beso en la mejilla, otra vez, sin hacer mayor cosa. No era que lo despreciara ni me fuera indiferente, sino que se anudaba al asunto de la naturalidad de antes. Manejábamos una dinámica demasiado gastada ya, pero que a fin de cuentas nunca perdía el encanto. De proponérmelo, incluso, estaba seguro que podría predecir gran parte de sus movimientos y a la inversa lo mismo. Solté el aire por la nariz en una risa liviana cuando finalmente me digné a entregarle el bento, la forma en que lo agarró con tanto ímpetu fue hasta adorable y, otra vez, por una cuestión de completa naturalidad, ambos deslizamos nuestros almuerzos al centro. Estiré el cuello, concentrado en qué elegir, y fui agarrando un poco de cada uno. No me daba el corazón para ser egoísta y pillarme lo más apetitoso de primeras, y además ¿honestamente? Me gustaba malcriarla en ese sentido. Se veía muy cute cuando disfrutaba lo que comía. En el sentido amplio de la palabra, claro~ La primera sugerencia que arrojó Ali respecto al asunto de Sasha me hizo soltar una risilla; era, literalmente, la misma mierda que se me había ocurrido a mí. Había clavado un codo en la mesa y me encogí de hombros en lo que masticaba hasta poder hablar. —Mira tú si están usufructuando nuestro sagrado armario de enseres, que para la gracia lo tenemos tantito abandonado. —Una sonrisa de mierda se estiró por mis labios, me descubrió la dentadura y alcé la mirada a Alisha—. Pero venga, ¿Sasha haciendo algo así? Raro, cuanto menos. ¿Cuáles eran, sin embargo, las otras opciones? A ver, si nos poníamos creativos podíamos dejar las guarradas de lado y... —¿Qué nos queda? Alcohol no tiene sentido, eso lo consigue cualquiera. ¿Drogas? Quizá tenga acceso a algún medicamento, o los pille de la enfermería. ¿Algo relacionado a la escuela? Que haga proyectos o trabajos pagos, ya sabes. O también... ¿Podría vender alguna otra cosa? Alcé las cejas, habiendo recordado un detalle de la escena. —El sobre también llevaba algo escrito, no llegué a ver qué decía pero estaba en kanjis. —Me encogí de hombros—. A ver, de andar, sólo anda con ese pelirrojo de la 3-2, ¿verdad? Eso podría descartarlo.
Que Joey no respondiese nada directamente a la tontería de la muñequita, simplemente encogiéndose de hombros en su lugar, me sirvió para confirmar aún más mi teoría de que estaría, en realidad, encantado con ella. Y así fuese una estupidez enorme, la idea me resultó demasiado satisfactoria como para intentar disimularlo. ¡Seguro mi muñequita se encargaba de juzgar a las chicas que traía a su casa, hmpf! Lo demás fue bastante cotidiano, dentro de nuestra dinámica, con el beso en la mejilla que aceptó sin problema, mi actitud infantil cada vez que me molestaba y ambos bentos en el centro de la mesa para compartir. Digamos que me di cuenta de que Joey decidió no comerse las partes que más me gustaban, especialmente porque no era la primera ni seguramente sería la última vez que lo hiciese, pero no reaccioné en gran medida a pesar de que no iría a desestimar el detalle. Nunca lo hacía, a decir verdad. Extendí los palillos para coger un poco de carne después de mi comentario inicial sobre el asunto shady de Sasha, y comencé a comer mientras escuchaba las teorías de Joey. Solté una risita ligera cuando soltó del armario de enseres, casi culpable, y me encogí de hombros antes de llevar el brazo que tenía libre hacia delante, acariciándole la mejilla con los nudillos. —Cierto, quizás deberíamos volver para marcar nuestro territorio~ Pero... —hice una pausa, bajando la mano hasta alcanzar a rozar sus labios—. Espero que no tengas quejas de cómo estamos usando otras zonas para lo mismo~ Recuperé la mano no mucho después de terminar de hablar, con un último atisbo de sonrisa sedosa en mis labios, y seguí comiendo inmediatamente después, prestándole la misma atención que antes a sus palabras y prácticamente como si nada hubiese pasado. Era obvio que ambos íbamos a pensar en que fuese algo relacionado con el sexo como primera opción, aun con lo improbable que era para alguien como Sasha, pero luego Joey le echó más neuronas al asunto y yo fui sopesando las ideas a medida que las iba enumerando, frunciendo el ceño de vez en cuando, en un gesto de concentración. >>Supongo que la de los trabajos es la que más sentido tendría... aunque me cuesta verla como alguien que haría trampas de esa manera —comenté, acabando la frase con un movimiento de mano que pretendió quitarle toda credibilidad a la teoría. Además, se la pasaba amargada porque no tenía tiempo para nada, ¿o no? Así que echarse encima más trabajo no parecía una opción muy lógica, especialmente porque no creía que mereciese la pena para lo que podían pagarle por un mísero trabajo, incluso siendo un colegio de niños pijos. Y de eso sabía yo un rato, que me la pasaba ligando con los nerds de turno para que me "ayudasen" con los deberes, también. Me llevé los palillos a la comisura de los labios, mirando al techo con aire pensativo, y me di un par de golpecitos suaves con los mismo antes de volver a mirarlo. >>Well, that's not quite right. ¿Te acuerdas del rubio aquel que conociste en las mascarada, el que me había tirado en los baños una mañana? Los vi subiendo juntos a clase un día. Parecían... ¿cercanos, I guess? Supongo que Arata da más vibes de andar metido en cosas turbias... ¿Crees que tenga que ver con él? Me pregunto si me dejaría tirarle de la lengua, aunque sería difícil si ahora son partners in crime o algo~
Contenido oculto: porque zi Noté su acercamiento de reojo, no hice absolutamente nada para impedírselo y pestañeé, quizá, con mayor lentitud apenas sentí su piel contra la mía. No había nada complejo en el asunto, era tan sencillo como el confort que generaba el contacto físico para imbéciles de nuestro calibre. Al principio no la estaba mirando, pero al final solté una risa liviana y subí los ojos a los suyos; si en el recorrido aproveché para detallar otras cosas, eso no importaba~ —No complaints at all —susurré, sedoso. ¿Y de qué iba a quejarme, a ver? Ya había quedado bastante claro que me molestaba de poco a nada que me tomara la casa, la compañía no venía mal y los beneficios del paquete quedaban a la vista, ¿o no~? Otra vez, para imbéciles de mi calibre. Digamos que la mayor molestia, irónicamente, acababa siendo la presencia de Matty. Tan sólo había que imaginarlo. Podía ponerme muy creativo~ Me encogí de hombros, suponía que la opción de los proyectos pagos era la que más y menos sentido tenía. Qué complicado. Estaba masticando y alcé las cejas cuando Ali contradijo mi suposición sobre las compañías de la pelirroja. Le presté la debida atención, curioso, y la información que puso sobre la mesa fue, cuanto menos, interesante. Ya había tragado y mis labios se torcieron en una sonrisa extraña. —Wednesday boy? —murmuré, entre incrédulo y divertido, hubo algo más de fondo que no pude definir—. No shit. Si había una dupla que jamás habría imaginado era esa, vamos. ¿Qué hacía la niñita buena de Sasha con esa clase de juntas? ¿Ahora iba a resultar que los gang boys tenían un appeal tan fuerte o qué cojones? Más allá de todo, parecía ser la conexión que mejor encajaba con todo el numerito. ¿El imbécil le habría dejado el dinero en su casillero? ¿Qué motivo habría? ¿Negocios juntos? ¿En serio? —A ver, ¿desde cuándo has tenido tú problemas para jalarle de la lengua a alguien con polla? —solté sin mucho filtro y me encogí de hombros, hundiendo los palillos en mi bento—. I mean, si no te da pereza, quizá valga la pena. Sólo intenta no volver a follártelo~ Una risa baja vibró en mi pecho, dejé la comida en paz y me incliné encima de la mesa para absorber toda la atención de sus ojos azules. —Si no, ya sabes lo que pasa, ¿no~?
Tenía la absoluta certeza de que Joey no iba a rechazar el contacto físico de mi parte, ni en este ni en ningún universo posible, así que me tomé la libertad de tomarme todo el tiempo necesario para disfrutar yo también de las caricias que le estaba proporcionando. Su respuesta fue exactamente la que había esperado recibir, pero eso no evitó que una mueca de satisfacción se me extendiese por el rostro al escucharla. We knew how to have our fun, right~? Después vino la revelación de Sasha y Arata conociéndose, aunque sabiendo como era ambos seguramente podía arriesgarme a decir que eran amigos, y el apodo que Joey utilizó para referirse al chico me sacó una carcajada ligera. Me vinieron varios flashbacks de aquel miércoles tan... movido, y acabé por cruzarme de piernas mientras asentía ligeramente con la cabeza, casi indiferente. También se me hacía un par bastante curioso, aunque podía verle cierto sentido, al mismo tiempo. Es decir, Sasha era una chica muy bonita, eso no iría a negarlo nunca, y Arata definitivamente era del tipo de andar revoloteando alrededor de una muchacha guapa. El problema residía, claro, en que no me parecía a mí que la pelirroja fuese a darle mucha bola a Arata en ese sentido, lo cual hacía aun más probable que pudiesen tener alguna especie de partnership de contrabando o algo. Porque eso de ser amigos sin más... ni de coña, ¿verdad? Me quedé un par de segundos fuera de onda mientras sopesaba aquellas opciones, haciendo que la voz de Joey me sacase del ensimismamiento un poco de golpe y provocando que tardase un poquito más de lo necesario en procesar lo que me estaba diciendo. Me dio tiempo a soltar una carcajada ante la pregunte, eso sí, y ni siquiera intenté disimular la estúpida satisfacción que sentí ante sus palabras. Y es que tenía bastante razón, ¿o no? Si en algo destacaba era en saber usar mis armas de mujer~ Lo verdaderamente divertido, sin embargo, vino después. Like I said, no me dio tiempo a procesar lo suficientemente rápido y no le respondí nada consistente a la pregunta, dándole espacio a seguir hablando y obligándome a hacer un esfuerzo titánico por aguantarme la carcajada que amenazó con escaparme los labios. Me mordisqueé los mismos, claramente intentando controlarme, y ladeé ligeramente la cabeza pestañeando un par de veces con aire risueño. Fui suavizando mi expresión a medida que las ganas iniciales de reírme fueron desapareciendo y mis labios se estiraron en una sonrisa sedosa mientras lo veía acercarse, abocando toda mi atención en su figura así cómo sabía que quería que hiciese. Me quedé unos segundos largos en silencio, donde prácticamente se podía oír el ronroneo que vibró en mi pecho, y jugueteé un par de veces con los palillos en el arroz antes de hablar, impostándome una voz inocente al hacerlo. —¿Uhm? No estoy segura de acordarme bien... ¿Quizás me vendría bien un recordatorio~? —murmuré.
La verdad, mientras más lo pensaba, menos sentido tenía. Me apenaba reconocerlo pero Sasha era de las pocas chicas capaces de llevar tres años al hilo rechazándome, así que si andaba en esas con otro imbécil que se había follado a Ali dentro de la escuela apenas llegar... a ver, kinda fishy era, ¿o no? Podía comprender su amistad con el pelirrojo, ese tan flacucho que no tenía pinta de matar una mosca, ¿pero esto? Había que ver nada más, lo aburrido que estaba. Aquello que solté sin ninguna clase de filtro lo hice porque sabía que Alisha jamás iría a ofenderse por una tontería del estilo. Se rió, de hecho, su carcajada fue bastante sonora y aguardé para soltar el resto de la mierda, que ya la tenía pensada. Y bueno, para tenerla pensada tampoco la pensé muy bien, ¿eh? No fue exactamente mi intención que sonara a amenaza, de hecho no imaginé escenario posible donde la idiota no se subiera al tren, pero aún así la formulé peor de lo que habría querido. Oh, well. Me comí su satisfacción en toda la puta cara, seguí sus movimientos y algo extraño me chispeó en el cuerpo. Me respondió con un tono inocentón que daba gusto y me sonreí, echando un vistazo alrededor antes de menear la cabeza y regresar a mi espacio. Bad timing, huh? —Si quieres te muestro —resolví, tranquilo, y busqué sus ojos—. ¿No acabas de decir que quizá deberíamos volver a marcar nuestro territorio? Le quedaba poco al receso, ¿verdad? —Well, ladies first~ Como si eso me importara.
Las clases el día de hoy no fueron tan difícil como el clima, o como el tour que tuve ayer con Eris, no sé qué me esperaría todo el año en ese curso, solo sabía y esperaba que nadie se empeñara a molestarme o joderme la existencia demasiado tuve ayer, y si ella era así no me imaginaba como serian los otros. Suspire un poco antes de dirigirme a la cafetería, necesitaba tomar algo caliente, algo que bajara el frio que ahora estaba sintiendo, aunque pensándolo bien ya debería de estar acostumbrada siempre con mi padre viajábamos a lugares con el clima así, prácticamente ni entendía porque me quejaba ahora. Metí mis manos al bolsillo de mi abrigo para calentarlas un poco, cuando llegue al mostrador pedí un café al mismo tiempo que sacaba las monedas para pagarlo, no sé ni cuánto valía pero se podía quedar con el cambio a mí no me iba a faltar ese dinero, después de todo había bastantes personas en el mundo que lo necesitaba ¿no?. Le sonreí a la señora que parecía que siempre atendía allí solo murmure un “gracias” y me vire para buscar una mesa que estuviera vacía y a lo último, sonreí cuando la encontré me senté en ella al poner el café y mi móvil encima. Mire la pantalla del móvil cuando vibro seguro que era mi padre, ahora no tenía ganas de hablar con él, antes de venir había pasado algo que no me gusto para nada, agradecía mucho no tener hermanas porque estaba segura que no iba soportar estar ningún minutos más en esa casa. Pensándolo bien hoy tampoco existió el momento de encontrarme con Fiorella ni tampoco la había llamado, talvez estaba ocupada o resolviendo sus problemas y indiferencias que tenia con su familia. Resoplé al darle un sorbo al café y recostar mi cabeza en la mesa, solo esperaba no terminar durmiéndome en este lugar. Contenido oculto Nekita Holiwis uwu, por aquí te dejo a la niña <3.
Nunca había estado de lo más tranquilo dentro de una escuela, quizás porque tampoco había tenido tanta vía libre para estarse entreteniendo fuera de la escuela como quisiera y eso también ayudaba en su ánimo, vivía en su propio pequeño mundo y no le podía importar menos quedarse sin hablar demasiado con sus compañeros de clase, incluso si el repentino cambio de clima pudiera incentivar a muchos a quedarse dentro de las instalaciones para estar mas cómodos. Al sonar el timbre bajó con cierto entusiasmo que duró solo hasta que vio la gran mayoría de mesas amplias ocupadas, suspiró y no tuvo más remedio que hacer la fila para comprar algo de comer, una simple hamburguesa con una bebida y un pequeño pastelito de postre. Escaneó el área con cuidado y en el instante que vio un posible espacio tranquilo por la posición que tenía la chica, no dudó en acercarse. —Hey~ espero no interrumpirte, ¿puedo sentarme aquí?
Para ser sincera no se cuanto tiempo me la pase realmente con la cabeza recostada en la mesa, tampoco era una persona que se aburría estando sola en el mismo lugar, prefería mas bien la soledad ha que estar invadida por personas que solo estaban llenas de hipocresía, tenia bastante experiencia con casos como esos, y tan solo con eso vivido, ya no quería volver a sentirlo nunca mas en mi vida. ¿Qué puede ser peor que la persona en la que confiabas, te traicione? creo que nada. Tal vez por eso la única amiga que tuve fue Fiorella, ella era muy diferente a todas las personas que vivían en este mundo. Muy diferente. Y claro tampoco pensaba que todos sean iguales, hay algo en cada persona que lo hace distinto a los demás, solo que a veces se encuentran personas unas mas peores que otras. Estaba tan sumida en mis pensamientos que no escuche cuando alguien se acerco a mi mesa, así que solo me quedo levantar la cabeza para saber de quien se trataba, y mirarle con cierta curiosidad. Era un chico, uno que no conocía, que no había visto, y creo yo que no estaba en el mismo curso que el mío, y claro tampoco era ese tipo de gente que le gustaba averiguar quienes eran las personas que estaban a su alrededor. Escuche su pregunta, a lo que miraba con cierta curiosidad el lugar vacío frente a mi y luego volví mi atención en el y las cosas que traía en su manos ¿Quién era yo para impedir que alguien se sentara a disfrutar de sus alimentos? absolutamente nadie, me acomode bien en el asiento para señalarle con la mirada. ─No me interrumpes─ Murmure con un tono algo tranquilo, solo acomode mis cabellos un poco y le di un sorbo al café ─. Claro puedes hacerlo. Después de todo, los asientos no eran míos.
Sonrió de forma amable con la respuesta de la chica y acomodó sus cosas primero en la mesa antes de sentarse —¿Ha sido un día pesado para ti? —Preguntó con curiosidad, principalmente por verla en cierta forma descansando sobre la mesa, pero en lo personal esperaba que fuera una respuesta algo más interesante como estar cansada por alguna clase de fiesta o resaca por ubicarla también como una extranjera y también comprobar si era interesante. —Pregunto porque pareces algo cansada...quizás un poco de dulce podría ayudar. —Añadió señalando el postre que había traído, dándole entender que podía compartirlo de ser necesario.
Lo mire sonreír cuando asentí que podía sentarse, pues en mi pensaba, que si mi padre no era el dueño de lo que hubiera en este lugar, no era mío. Volví a tomar un poco de café a lo que lo miraba poner todo en la mesa, pero mi atención volvió a sus ojos al escuchar su pregunta. ─ No para nada ─.Mentí, no pensaba contarle a alguien que recién conocía de mis problemas familiares. Para ser sincera no era un libro abierto que todo el mundo abriría y sabría cómo era realmente podía tener el carácter de mil demonios pero eso no saldría con una certeza, no para nada, si alguien tenía la jodida curiosidad de conocer mi carácter pues tendría que esforzarse muchísimo. Me acomode mejor en el asiento para míralo con cierta curiosidad, y una sonrisa quiso aparecer en mis labios al escucharlo y mirar el postre que me había señalado. ─Talvez sea aburrimiento, o que se yo, pero sobre el postre estas ¿seguro?─.Indague al volver mi vista a él, y terminar de la última gota de café que me quedaba. Contenido oculto Perdón por tardar en postear uwu.
Asintió con suavidad, comenzando a preparar con los aderezos aquella hamburguesa que había comprado para matar tiempo, deshacer de su cabeza la decepción de que no tuviera nada interesante que contarle a un simple extraño pero de allí podía intentar barajear un par de cosas, podía no compartir nada desde el lado tímido, el lado reservado o el simple desinteresado donde tampoco veía necesario dar explicaciones a cualquiera solo porque si. —Entiendo, eso es mucho mejor a decir verdad —Confesó antes de dar la primera mordida a su comida sin mucho apuro, sentía que lo más interesante sería eso, su almuerzo, pero dudaba que su compañía fuera a molestarle que iniciara a comer. Cuando terminó, prosiguió —, prefiero a que una clase me aburra a que sentirla pesada y claro~ Para animarla, deslizó el contenedor hacia la mitad de la mesa. —No sería un buen almuerzo son solo café.
Tiempo después note que comenzaba a preparar su hamburguesa, movimientos que sigue sin mayor importancia para ser sincera no me gusta comer y ni soy fanática a la hamburguesa, tenia mis razones cosa que me guardaría para mi. Escuche atenta todo lo que dijo para sonreír un poco y voltear mi vista a toda la cafetería realmente se había llenado agradecía mucho, que en este lugar donde estoy sentada ahora, no estuviera tan lleno solo estábamos los dos así creo que era mucho mejor. Minutos después mis ojos regresaron en busca de los suyos. ─ A mi realmente creo que todo me aburre en esta vida, se puede decir que soy una persona algo complicada ─Curve una sonrisa algo simple, que creo que ni salió de lo mas profundo de mi. Mi vista se despejo de la suya para dirigirse al recipiente que deslizo, y luego volvió a la de el, me lo estaba compartiendo así que no podía negársela. Sonreí un poco para tomarla. ¿De cuando acá yo sonreía tanto?, ni la menor y jodida idea, pues parecía que esta de un humor un poco ¿agradable?, y si era así ni yo misma lo sabia. ─Gracias, realmente solo quería tomar café, pero no me puedo negar a un postre ─Tome un poco para saborearlo, realmente ahora que lo pienso no sabia su nombre así que creo que debería de preguntar, no se me va a caer nada por hacerlo ─.¿Puedo saber tu nombre?