Ciudad Libertad

Liza White

—Pu... ¿qué?

Esperaba una respuesta concreta pero no tanto como esa. Le dirigí una mirada de circunstancias, ella se rio y especificó. Pude reconocerlo por el nombre pero aquella era la primera vez que lo tomaba. Me lo llevé a los labios, pero tan pronto como los humedecí hice una mueca al detectar el sabor del té.

Ew. Amargo.

El té no era algo que acostumbrase a tomar. Había algo extraño en tomar agua caliente con sabor a hierbas; simplemente no era para mí. Los refrescos sin embargo me daban de alguna forma el chute de energía que necesitaba para ser todo lo productiva que deseaba ser. Para cumplir mis exigencias y mis metas autoimpuestas.

Era un recurso extremista y perjudicial para mi salud, era consciente de ello. Había intentado en su momento reducir su consumo, superar aquella ligera adicción, pero no tenía caso. Mi vida como holder mandaba todo mi esfuerzo y avances a la basura.

Escuché la explicación de Mimi sujetando la taza con cuidado, antes de tomar asiento también en el sofá. Amber y Nana parecían entretenidas con el televisor, de modo que ahora era todo para nosotras. Honda se veía orgullosa de su experiencia en el tema, y parecía feliz de poder compartirle aquel gusto a alguien más. El tono de su voz, su expresión corporal. No se le veía tan cómoda a menudo.

Parecía una niña.

La realización me arrancó una sonrisa fugaz que desapareció tan pronto como me tendió aquella pasta untada en mermelada.

Alcé las cejas, dudosa... Pero decidí seguir su indicación. Le di un pequeño mordisco a la pasta y volví a beber de la taza. El amargor inicial había desaparecido considerablemente, aliviado por la propia mermelada tal y como aseguró en un primer lugar.

—Oh. No sabe mal —aseguré, sorprendida. Era una mezcla poco usual... pero ciertamente no me desagradaba. Soplé ligeramente sobre la taza y le di otro sorbo cerrando los ojos. La calidez del té se sintió reconfortante ahora que podía tolerar mejor su sabor—. Sigue siendo demasiado refinado para mi gusto... pero supongo que podría darle otra oportunidad.

Quizás ahora que tendría algo más de tiempo para relajarme podría intentar dejar un poco de lado tanta azúcar. Motivada con la idea y mi primer paso dejé la taza sobre la mesa, tomé otra de las pastas y la unté de mermelada de nuevo... solo que la proporción fue bastante mayor y no fui consciente de ello hasta que fue demasiado tarde.

Mis mejillas se tiñeron ligeramente ante la mirada de Mimi, mordisqueando la pasta en mitad de un denso silencio. ¿Qué había dicho, que no abusara...?

Ups.

>>E-Esto... —murmuré, avergonzada, y desvié la mirada hacia el televisor, cambiando rápidamente de tema—. ¡Ah, Lucas está combatiendo contra Lady Helene! ¡Mira!

 

Mimi Honda

Era gracioso honestamente. Las caras que ponía por pura inexperiencia. No podía culparla... éramos mundos completamente opuestos. Pero allí estaba, tomando té y pastas conmigo, a pesar de que era obvio que no era lo suyo.

Entretenida terminé flexionando el codo y apoyándolo sobre mi muslo y descansé mi mejilla sobre la palma de la mano mientras la miraba. Incluso sonreí.

Comparado con mi exabrupto de hace unos minutos por todo el asunto de lo sucedido en el futuro estaba relajada. Puede que incluso feliz. No apuntaría tan alto pero era parecido. Compartir pedacitos de mi mundo me... hacía feliz.

Había estado tanto, tanto tiempo sola.

Disfrutar de un té con pastas con alguien más que mis propios pensamientos después de tanto resultaba refrescante.

Mientras ella se comía la galleta yo le di otro sorbo al té. Un paladar acostumbrado como el mío no necesitaba nada como mermelada para suavizar el sabor amargo pero aún así se agradecía de vez en cuando. Así que acerqué la mano para tomar el cuchillo... y cuando quise darme cuenta lo había tomado Liz para literalmente embadurnar la pasta con una cantidad grotesca de mermelada.

La miré con horror. ¿Pero qué diablos le había dicho antes? ¡Que no abusara! Eso no era pastas con mermelada. ¡Eso era mermelada con pastas!

Notó al vuelo mi expresión porque puso cara de tonta y de no haber roto un plato en su vida y se apresuró a cambiar el tema de la conversación.

En un inicio estuve por espetarle algo pero algo—valga la redundancia—en su observación me hizo dirigir la atención al televisor.

El combate de Lucas.

Había dejado las gradas para ver cómo se sentía Liz pero estaba interesada en el desenlace de esos combates. Después de todo si resultaba que lograba el título de Campeón debía emplearme a fondo para conseguir el de Sinnoh antes que él.

—¿Quién narices es Lady Helene...?

Fuera quién fuese, lo cierto es que no era una rival a la que subestimar. Pronto me vi sumergida en el combate y en el desarrollo del mismo. Lucas tenía un estilo limpio y eficaz; no había llegado a la final solo por azar, eso seguro.

>>Me pregunto como le habrá ido en los otros combates...—y tomé el mando de la televisión para cambiar el canal a las retransmisiones. Eileen había sido la primera, lo había visto en directo. Y The Promoter era el propio Darren. El tipo de los Ecos de Gérie. Moví mi pierna de arriba a abajo concentrada en el desenlace de la batalla—. Hhm... tipo planta contra planta... no parece una batalla fácil.

>>¿Huh? ¿Ese no es un Trappencher?

Darren tenía uno. Era considerablemente más fuerte que Bagurappu porque estaba entrenado pero aún así eran la misma especie. Un Pokémon agresivo que devoraba bichos de la misma forma que White devoraba mermelada con galletas.

El Pokémon que me había regalado mi supuesto admirador secreto.

>>Aún recuerdo cuando capturé aquel Bellsprout para Mim-<<

Enarqué una ceja, suspicaz.

¿Huh?

>>¡P-para Mím, para mím mismo, s-sí! ¡Jajajaja! ¿Para quién si no? Tampoco es que tenga ninguna amiga que necesitase ningún Trappencher por encargo de nadie, ¿sabes?<<

...

Trappencher. Capturar un Bellsprout. Amiga que lo necesitase... Esa era... era yo.

Y las piezas encajaron de golpe con un ruido seco.

La sorpresa fue tal que hizo que me atragantase con el té.

—¡L-Lucas!—exclamé con dificultad, entre toses—. ¡¿Lucas es Leaftwinboy!?

Contenido oculto

LOL Mimi eres pendeja bby

 

Liza White

Permanecí rígida sobre el sofá, con la vergüenza aún impresa en el rostro (sin dejar eso sí de degustar la mermelada de pas... ¡la pasta!) a la espera de un regaño que nunca llegó. En su lugar el tema que escogí al azar y con evidente prisa pareció resultar efectivo y Mimi se enfocó en el combate de Lucas.

Relajé los hombros con un suspiro disimulado. Decidimos pasar el rato entonces observando los combates de Lucas, gracias a la opción de volver a ver aquellos que fueron previamente grabados. Su destreza y eficacia eran admirables; me enorgullecía ver que continuaba aún su paseo invicto por la Liga. No podía hacer más que darle apoyo desde el otro lado.

Al menos ahora tenía mi amuleto de la suerte.

Mientras se sucedían los combates (el de Darren resultó ser un tanto más largo) estuve trasteando entretenida en mi videomisor. Nikolah me había respondido y parecía tener bastante para contarme. Lo leí, contuve una risa y aprovechando que Mimi parecía entretenida también con la retransmisión me dispuse a responderle.

Contenido oculto: Mensajito

Vaya, cielo, se ve que has tenido un día bastante movido. He estado leyendo todo con genuino interés por saber qué sucedería a continuación, ¡parecía una novela por lo interesante que estaba!

Los torneos de pesca son muy divertidos. En mi pueblo también se organizaban muchos, ¿sabes? Participaba cada año. Como era muy pequeño todos nos conocíamos entre todos, y iempre había alguno que hacía trampas, así que no me sorprende que sucediese aquí también. Un Dragonite así, de la nada... Sospechoso.

Me alegra mucho volver a saber de Cayden y Aleck. Hace mucho que no coincidimos, pero al menos os tenéis entre vosotros. Cuidaos mucho, ¿sí? ¡Y un tercer puesto está muy bien, Niko! Barraskewda es un pokémon muy interesante, podrás darle un gran partido. No dudo de tus capacidades, eres un entrenador con mucho cariño y atención para darle a sus pokémon; no te invalides, ¿de acuerdo? Piensa que esta es otra región, hay reglas distintas y los combates no se consiguen tan fácil. Cuesta un poco adaptarse, pero lo estás haciendo bien. Sigue así.

Oh... Recuerdo esos "pescadores". Quizás sus pescas estaban orientadas a la venta y no a combates... Es la única explicación que le veo. En cualquier caso fue un día agotador, necesitas descansar. Tanto tú como tus pokémon. Espero que pases una muy buena noche, ¡y no olvides de alimentarte bien y dormir tus horas!

Yo estoy descansando en el no-camerino ahora. Mimi vino a ver como estaba, y nos estamos haciendo compañía. Estamos viendo los combates de Lucas: es el único holder que queda en pie. ¡Te iré contando sus avances!

Dulces sueños, Niko. Hasta mañana ♡

Al enviar aquel corazón tuve el deseo de borrarlo de inmediato por la vergüenza pero la voz de Mimi me distrajo a tiempo. Di un brinquito en el sillón, asustada por su repentino grito (distraída como estaba de por sí) y me volví hacia ella.

—¿¡Eh!? ¿Qué pasa...?

Pero entonces escuché sus palabras y su nuevo exabrupto cobró sentido. Del susto pasé a la incredulidad y de ahí a la condescendencia. No podía estar hablando en serio.

¿Se acababa de dar cuenta ahora?

Se me escapó una risa, no supe si producto de los nervios o de la situación en sí, y le di un par de palmaditas en la espalda mientras continuaba tosiendo.

>>Sorpresa~ —canturreé. Me alegraba que mi razonamiento hubiese sido acertado—. Lo siento, pero si te lo decía yo hubiese perdido totalmente la gracia. Tenías que haberte visto.

Probablemente me fulminase con la mirada pero me sentía demasiado relajada y cómoda en ese instante como para preocuparme.

>>Míralo por el lado bueno: al menos no era Ian.

Contenido oculto

Reual Nathan Onyrian uvu

 

Mimi Honda

¿Lucas?

Bueno, visto desde un panorama más amplio... tenía sentido. Le encantaban los Pokémon de tipo planta. Y era una persona tímida y nerviosa por lo general. ¿Pero por qué esa necesidad de esconder su identidad? ¿No podía simplemente decírmelo desde el principio? ¡Me hacía hecho un favor, no me iba a molestar!

Me erguí una vez la tos cesó tratando de recuperar la compostura. Mi garganta aún se sentía algo rasposa pero podía respirar con normalidad. Había sido el shock, nada más.

Apreté los labios.

Mierda, me había ilusionado la idea de tener un admirador secreto. Y había resultado que era Lucas Diamond, la persona menos interesada en ser admirador de nadie en todo el mundo.

Me crucé de brazos y fulminé a Liz con la mirada. Lo había sabido todo el tiempo y se lo había callado la muy maldita, porque debía de resultarle muy graciosa mi cara de total sorpresa. ¿Era divertida mi ingenuidad, White?

—No es gracioso—repliqué y con un suspiro de circunstancias me dejé caer contra el respaldo del sofá. Me alegraba que no fuese Ian, sí, pero...—. No lo entiendo. ¿Por qué sería Lucas mi admirador? Apenas nos conocemos.

Cerré los ojos. Ambos éramos entrenadores de Sinnoh pero ahí acababan nuestras similitudes.

Tampoco tenía una relación muy cercana con el resto de holders. Emily, Liza, Alpha... quizás Hubert. A Ian lo detestaba con todas mis fuerzas y Lucas... era un conocido. Apenas habíamos hablado en contadas ocasiones.

Muy contadas ocasiones.

Y sin embargo se había tomado la molestia de entrar en mi club de fans, leer mi petición y cumplirla. Tenía a Bagurappu gracias a él.

Abrí los ojos. Mi mirada se perdió en el techo. Era un gesto muy amable por su parte.

>>Imagino que no era esa su intención ilusionarme y aún así... de toda la gente, ¿Lucas? Parece un mal chiste.

¿Qué sabía de él? Que no parecía tener muchas luces. Pero era un entrenador muy hábil. Y tenía esa aura inocente, esa pureza que hoy en día solo tenían los niños. Sus fans le tenían en gran estima por lo que había podido leer en los foros.

Y me había llamado 'su amiga'.

A pesar de que apenas sabíamos nada el uno del otro.

>>Hey Liz...—giré el rostro para mirarla—. ¿Crees que esta es una excusa para que intentemos conocernos?

 

Liza White

En mis palabras realmente no hubo malicia alguna. Si bien su expresión fue divertida de ver esa no era la verdadera razón por la que se lo había ocultado. Era un tema que debían tratar ambos, que necesitaba descubrir por ella misma. Su reflexión posterior me indicó que había hecho lo correcto.

No me arrepentía de nada.

De modo que dejé que se quejase todo lo que quisiese mientras que, despreocupada, me serví otra pasta y le daba un nuevo sorbo al té.

—¿Por qué no? —respondí su primera pregunta con otra pregunta. Me encogí de hombros—. Si alguien se proclamase admirador de todos los holders ese definitivamente sería él.

Después de todo Lucas era una persona muy fácil de tratar. Me recordaba en parte a Niko. Ambos eran completamente transparentes, no había malas intenciones en ellos y tampoco necesitaban ir paso por paso para hacerse amigos de nadie. Ya se consideraban amigos de todo el mundo.

Pero quizás para Mimi aquel fuera un concepto demasiado grande.

Y es ahí donde entraba yo.

—No veo por qué no. Le haría feliz hacerse más cercano al resto de holders, ¿sabes? —Me giré hacia ella y le sonreí, suave—. No ha coincidido demasiado con el resto en sus viajes. Emily, él y yo siempre viajamos juntos, pero aún así solía avanzar por su cuenta porque las cosas así lo requerían —La televisión continuaba retransmitiendo el combate y volví mi atención a la pantalla—. A simple vista parece que solo vive por y para los combates, un tanto similar a Alpha...

Pero ese no es el caso.

Apreciaba realmente a los holders y su compañía.

>>Deberías agradecerle en persona cuando salga.

 

Lucas regresó con una flamante victoria al vestíbulo, y tras eso, los demás fueron revelando qué tal les fue en sus batallas: Colin, al parecer, tuvo su primera derrota contra The Supervisor. Cory no ganó contra Darren, pero Ragan sí logró acabar con Eileen. El propio Darren les dejó descansar un rato, lo justo para que se preparasen para el siguiente encuentro. Y, esta vez, Lucas fue el que tuvo que esperar, mientras los otros cuatro combatían.

En la sala de espera, llena de bebidas y aperitivos, un sofá y hasta una libreta para tomar notas, por si Lucas quería preparar algo, pudo descansar y desconectar brevemente. No por mucho tiempo, claro... porque pronto le llamaron de nuevo, para regresar al vestíbulo. Sus cuatro compañeros habían acabado.

—... y con esta batalla, termino —comentó Ragan. Él fue a por The Promoter, esto es, Darren—. Tsk. Dos y dos. Esa ha sido mi marca —ah, así que Ragan perdió. Perdió contra Helene y contra Darren...

—J-Jo, yo también perdí... T-The Sponsor es brutal... ¿c-cómo hicisteis para ganarle, Lucas? W-Wow...

—¡Pues yo marco un tanto para mí! ¡The Supervisor está caput, baby! —Cory celebraba su victoria, sonriendo flamantemente.

Shai había ganado una batalla, y perdió otras dos... y Cory estaba en las mismas.

—Ragan, se ve que tú y yo vamos igualados ahora mismo. Yo he ganado esta contra The Recruiter. Dos victorias, una derrota. ¿Qué pasará en la próxima, eh?

—... —Ragan le miró fijamente, tomando aire—. Pues os dejaré decidirlo, entonces. De todas formas, Lucas ya ha ganado tres veces. Tsk. Supongo que ser alto mando es todo lo que puedo hacer ahora, me tendré que contentar con eso. Pero eso sí: pelearé por ser el más alto de los cuatro.

Y, con esas, se marchó hacia la sala de espera. Las puertas, ahora, se alzaban ante Lucas, Shai, Cory y Colin. Y cada uno solo podía enfrentarse a un rival... el último del alto mando provisional.

Lucas contra The Supervisor.
Colin contra The Sponsor.
Shai contra The Promoter.
Cory contra The Recruiter.

Lucas Diamond

 

Mimi Honda

Lucas y yo éramos personas muy distintas. ¿De verdad podíamos llevarnos bien? Quizás era una pregunta catastrofista. No me parecía a ninguna de mis personas más cercanas tampoco, a pesar de tener ciertos rasgos compartidos. Seguro que si buscaba un poco encontraía algo en común con Diamond.

¿Los tipo planta? No. Me gustaban los Pokémon de tipo eléctrico y dragón. ¿Los combates? Me gustaban... pero no era una obsesión.

Desvié la mirada cuando White mencionó a Alpha. Odiaba eso de él, su obsesión con los combates. Lo odiaba porque le cegaba a todo lo demás, su visión era un túnel recto cuya meta era ganarlo todo. Pero lo que nos había llevado a estar sin hablarnos el uno con el otro ahora no se trataba de eso.

Tensa, me mordí el labio inferior.

Si nuestra relación era tan destructiva y no tenía razón de ser... ¿por qué le echaba tanto de menos?

Quizás era momento de intentar solucionar ese tema también.

—Descuida, pensaba hacerlo de todos modos—le respondí a White en mitad de un suspiro. Agradecer a mí benefactor siempre había estado en mis planes—. Si quería saber la identidad de Leaftwinboy era solo para poder agradecerle en persona.

Se hizo un breve silencio entonces opacado tan solo por el murmullo del televisor. Tal parecía que Lucas había ganado también su combate contra la tal Lady Helene y estaba muy cerca de convertirse en Campeón de Gérie. No era alguien al que subestimar, eso seguro. ¿Podría enfrentarle alguna vez?

Como fuese.

Tenía sueño y estaba cansada. Todas las emociones del día, el esfuerzo físico y emocional de los combates, el apoyo de los fans... todo. Por mucho que lo disfrutase terminaba resultando abrumador al final del día.

Y no iba a dormir en el sofá de un camerino teniendo una suite de hotel.

>>Como estás bien, creo que es momento de que me vaya. Imagino que querrás estar sola. Digo, antes le estabas escribiendo a Nikolah ¿no?—oculté la sonrisa de circunstancias tras la taza. ¿Que si me estaba burlando? Menuda pregunta ridícula. Por supuesto que lo estaba haciendo—. Tenías esa sonrisa boba en la cara.

Dejé la taza de té vacía sobre la mesa y me incorporé del sofá. Ya debía ser noche cerrada.

Así que me dirigí a la puerta del camerino. Todo el cansancio del día me cayó encima con toda su fuerza. Ni siquiera había sido consciente de todo mi agotamiento hasta ese momento. Pero si me quedaba un minuto más probablemente acabaría dormida en ese sofá.

Antes de salir, sin embargo, me volví nuevamente y le guiñé resuelta uno de mis ojos.

>>Recuérdalo, visitaremos el museo mañana.

 

Contenido oculto

Ian Lockhart

Mi sonrisa divertida no desapareció en lo más mínimo mientras escuchaba a Emily hablar, mientras se frotaba las mejillas con las manos. Y por supuesto, sólo creció más al escuchar el gritito que soltó al verse arrastrada al suelo conmigo, escondiéndose de la vergüenza entre mi cuello. Ah, no era una posición que me disgustase especialmente~.

La chica no tardó en ponerse de pie rápidamente, mirándome molesta desde arriba, aunque la vergüenza aún era palpable en su rostro. Le respondí la mirada con una burlesca, centrando mis ojos en los suyos, mientras tranquilamente me llevaba las manos a la nuca, despreocupado.

—Ah, pero ese rostro molesto tuyo era lo único que quería que me enseñaras —le respondí, mofándome. En cualquier caso, terminé poniéndome de pie y encarando a la chica con esa sonrisa lobuna que me gustaba hacer.

—En cualquier caso, tampoco quiero que te enfades mucho conmigo, con lo bien que parecíamos estárnoslo pasando, ¿no? —reí—. Si no quieres seguir dándome el tour, ¿Qué te parecería que yo te lo diese a ti? Ya sabes lo bueno que soy en ello, je.

Me tomé unos segundos para evaluar su expresión, entretenido con los gestos de Emily y su rostro en general, antes de seguir hablando.

>>Una pena que no traiga mi "equipamiento oficial para tours", así que en realidad no podría hacerlo. Y siendo honestos, aunque los jardines han estado muy bien, seguir viendo el castillo no me entusiasma demasiado. En su lugar, ¿Qué tal si te invito a comer algo dulce, me perdonarías entonces? —llevé mi mano a uno de sus mofletes, aunque me limité a picárselo con un dedo en lugar de tirar de él como hacía usualmente—. Un postre y un batido, suena bien, ¿no?

Con lo bulliciosa que era la ciudad, no debería ser complicado encontrar una cafetería dónde pudiésemos relajarnos un rato.

 

Los combates terminaron para todos, y los cinco aspirantes se reencontraron de nuevo. Shai, Cory, Lucas, Colin y Ragan habían acabado sus andanzas por la Liga, y eso definió ya los puestos que ocuparían.

Cory solo ganó un combate, contra Liam. Eso hacía que su puesto fuese el más bajo... quedando como el primer alto mando.

Shai y Ragan empataron, con dos victorias y dos derrotas. Entre ellos estaría el debate sobre el segundo y tercer puesto... y tendrían que decidirlo en una batalla, que se celebró inmediatamente. Ragan, agresivo y determinado como solía ser, no tuvo piedad con Shai y terminó ganando. De ese modo, se decidió: Shai sería el segundo alto mando y Ragan el tercer alto mando.

Colin, por su parte, logró ganar a Helene, habiendo sido derrotado únicamente por Liam. Eso le permitía quedarse con el más alto puesto del alto mando: el último de los mismos. El chico se acercó a Lucas, sonriente, y le dijo:

—Lo hemos conseguido... lo hemos conseguido, ¿eh? —repitió un par de veces, casi incrédulo—. Ya está. Ya está hecho, Lucas. No solo ha ganado un patrocinador de Paul, de... mi padre. Sino que los dos patrocinados de este hemos alcanzado los dos puestos más altos. Ya es oficial. Ya es definitivo. Ya nada va a cambiar tu posición como Campeón, ¿sabes?

>> ... y, sin embargo, ¿ves? Sigo aquí. ¿Te has dado cuenta? No desaparecí. Je. He sido tan estúpido... —zarandeó su cabeza, y volvió a mirar a Lucas, poniendo una mano en su hombro—. Hey. Enhorabuena. Te mereces la victoria. Pero dicen que te queda aún el peor de esta gente, ¿no? El Campeón, sea quien sea. Me puedo hacer una ligera idea de quién va a ser, pero... todo esto es tan distinto a la Liga que recuerdo, a la que se celebró en mi futuro, ¿sabes? Aquella que fue el declive de mi vida.

>> Mucha suerte, Lucas. Te animaré. Y cuando todo acabe, de una vez por todas... quiero hablar contigo y contarte todo. ¡Te lo prometo!

Y así, por indicación de la organización, Lucas quedó solo en la sala de espera, todos los demás marchándose a presenciar el combate ceremonial final entre Lucas y el Campeón provisional, desde la primera fila. Allí, junto a Lucas, estaban ahora los miembros de la organización: Eileen, Darren, Helene, Liam.

—Enhorabuena, Lucas —dijo sonriente Eileen, cruzada de brazos—. Has ganado... nos has derrotado a todos y cada uno de nosotros.

—¡Eres el único que lo consigue! —celebró Liam—. Eso te deja como el indiscutible campeón, ¡menudo notición!

—... pero no te emociones, pipiolo —aseveró, siempre sombría, Helene—. Aún te queda un desafío mucho mayor que el que podemos suponer cualquiera de nosotros. Te aguarda el Campeón.

—... provisional —matizó Darren—. No le quites mérito al chiquillo, duh... que pase lo que pase, el puesto es suyo. Enhorabuena, tío~.

—Hmpf —Helene miró con severidad a Lucas, pero terminó asintiendo—. Cierto es. Eso no implica, sin embargo, que pueda relajarse...

—Ciertamente no. Lucas —explicó Eileen—, aunque el puesto de Campeón sea tuyo, la recompensa final de esta Liga solo te la llevarás si logras derrotar al Campeón. Te recomiendo que te prepares a conciencia... ya te aviso que no será un combate fácil.

—Viendo tus capacidades, sin embargo, ¡no dudo que puedas ganar! —celebró Liam, siempre vivaz y jovial—. ¡Sal ahí y demuestra lo que vales!

—Te estaremos observando, ¿eh? —asintió Darren.

Y la quinta puerta se abrió ante él. La puerta al estadio donde acontecería la última batalla... de Campeón a Campeón.

 

La Liga terminó, y todos los participantes recibieron sus recompensas. Lucas salió del Estadio y, tras el baño de masas esperable, se encontró en privado con Colin.

—Hey... Campeón. Je, yo preocupado durante todo mi viaje por ganar, y resulta que no solo gana un patrocinador de Paul la Liga completa, sino que el otro queda segundo, ¿eh? Supongo que hemos cumplido, y con creces, ¿eh?

Apartó la mirada, centrándose en el horizonte por unos instantes.

—... imagino que ya es hora de que te cuente un poco por qué... no he desaparecido. Pero primero te quiero dar las gracias. Me prometiste que ganarías, y lo has hecho. Has llegado hasta el final, pese a que sabías que podía costarme... bueno, la vida, de alguna manera. Pero fíjate: sigo aquí, pese a todo. Esto confirma mis sospechas.

>> Como sabes, soy... el hijo de Paul y Sonia, y vengo del futuro. Él no lo sabe, claro. Vine aquí gracias a una máquina del tiempo que logré modificar en base a uno de los aparatos que mis padres crearon. Tuve varios intentos fallidos, pero finalmente lo logré. Y si soy sincero, no tengo ni idea de cómo volver ahora mismo... porque vine pensando que no volvería. Como te conté, mis padres siempre fueron, de alguna manera, infelices. Ambos por perder, a su manera, al amor de su vida. Y de esa unión que ambos tuvieron, una unión por apoyo emocional y no por amor, realmente, nací yo. Yo quería que la sonrisa volviese a los rostros de mis padres, y para eso, pensaba que debía, simplemente, evitar que mi padre y Gloria se separasen. Ganar esta Liga.

>> Pero en los Laboratorios, cuando pude hablar con Gloria y con mi padre... cuando los vi, lo supe. Supe que esto no es el pasado que yo conozco. Llevo mucho tiempo viendo cosas que no pasaron en el pasado que recuerdo: tú no ganaste en el pasado, claro; ni siquiera estabas aquí. La Liga no funcionó de esta manera, Zach no hizo... todo lo que hizo, y ese tal Chance y Arnie no liaron la que liaron. Tantas diferencias me preocupaban, porque no sabía qué consecuencias tendrían en el futuro. Pero ahora lo sé: es que... lo siento, de algún modo. Desde ese momento, supe que mis padres van a acabar juntos tarde o temprano, haga lo que haga. Gloria es... Gloria es así. Ella se irá, y no importa nada. Y mi padre, aunque me decía una y otra vez que debería haberse ido con ella y que la echa de menos, nunca se iría con ella. No lo haría el Paul de ahora, aunque el que yo conozco del futuro tanto lo repita. Y así funciona la vida, ¿no? Las decisiones que se toman son las que son, y... todas llevan a un destino común. A pesar de que claramente algo ha cambiado, sigo existiendo. A pesar de que mi padre podría irse con Gloria ahora, no lo va a hacer ni tiene intenciones de ello. A pesar de todo, las cosas no cambian: mi padre y Sonia seguirán estando juntos.

Sonrió.

—... sé que estarán tristes. Pero yo mismo he aprendido aquí que se puede recuperar la esperanza. Y sé que... lo he enfocado mal. Todo lo vivido con Zach... yo intenté hacer algo parecido, supongo. Y no es la solución, yo lo aprendí igual que él: la solución es dar todo el apoyo posible para superar las adversidades, no eliminarlas con un chasquido. Las cosas han cambiado, el pasado ha cambiado. Pero, sin embargo, sigo aquí. Vine tratando de buscar la manera de devolverles la alegría a mis padres, y supongo que lo he encontrado: puedo hacerlo, sin cambiar el futuro. Solo apoyándoles y ayudándoles. ¿Quién sabe? Algo dentro de mí se siente distinto... quizá... quizá incluso sí haya cambiado algo en el futuro, ¿no? Tal vez esto no logre evitar que mi padre y Gloria no se separen, pero sin duda debería haber servido para evitar que mi tío, que Lion, muera en aquel accidente, ¿eh? Eso debo haberlo conseguido, estoy seguro. Y con todo, si sigo existiendo es porque lo de mi madre con él tampoco resultó saliendo bien. Je. Supongo que lo sabré cuando logre volver. Sea cuando sea. De momento, quiero quedarme aquí un poco más... disfrutar temporalmente del puesto de Alto mando. Mola, ¿no?

Comenzó a caminar, alejándose, poco a poco.

—Adiós, Lucas. Campeón. Jefe. Nos veremos pronto.

Y se fue alejando...

Lucas sabía ya cómo funcionaba aquello. El futuro de Colin... si cambiaba, iba a hacerlo solo por la intervención de Lucas y los demás holders, porque ellos no eran de esta línea temporal originalmente. Colin, simplemente, estaba errado en su asunción de que cambiar el pasado serviría para evitar su nacimiento. Como él decía, solo volviendo al futuro podría saber qué ha cambiado y qué no, y Lucas sabía bien que podían haber cambiado cosas. La propia actitud más animada de Colin era señal de que algo había sido alterado en su pasado, y, posiblemente, poco a poco iría notando más los cambios que las circunstancias de su nacimiento generaron.

No había duda de que él y su padre eran una gota de agua, pero... si ganar la Liga iniciaba un efecto dominó que derivaba en la supervivencia de Lion, que de lo contrario acabaría muriendo, ¿por qué él y Sonia no acabaron juntos, si se querían y nunca se separaron, no como Gloria y Paul? Colin se lo dijo claramente a Lucas... que ellos dos estaban juntos, que hubiesen seguido juntos. Si se había salvado a Lion, Colin no debería existir, eso seguro.

... ¿o sí? Ahora que lo pensaba... ¿qué motivo tenían Paul y Sonia para estar juntos después de la muerte del hermano del primero? Colin dejó claro desde el principio que se apreciaban, pero que nunca hubo ese "amor" tan especial. Y que siempre echaron de menos a sus parejas "soñadas", particularmente Sonia. Que siempre lo quisieron, pero que nunca pudieron mirarle sin tristeza en los ojos.

Tristeza... porque... Colin les recordaba a Lion. Si en el futuro, Sonia y Lion seguían juntos, y aun así Colin seguía existiendo... ¿significaba eso que Colin era en realidad...?

... ah. Qué más daría. Los entresijos del destino y la ruta que siguiese la línea temporal eran difíciles de predecir, ¿verdad que sí? Lo importante... era que todo salió bien, ¿no?

Contenido oculto

Lucas Diamond Amane Yugen Hygge Lelouch

Halo. Os etiqueto aquí a todos porque os tengo que decir algo: como se ha acabado la Liga, podéis ir a Ciudad Entrerríos para hablar con Zach y ver si tiene terminados los videos incriminatorios de Chance, que es el punto de vuestra visita (?) PERO además de eso, una vez vayáis a Entrerríos, arrancaré el postgame de Gérie. Tendrá su historia, claro, pero será bastante más centrado en exploración y capturar pokémitos (también tendrá batallas, pero irá más enfocado a la exploración, no tanto a entrenar y pelear... ya lo veréis cuando empecéis, yo tengo muchas ganas uwu (?)). Así pues, desde este momento, podéis ir cualquiera de vosotros a Entrerríos y rolear que habláis con Zach en su laboratorio y de ahí yo tiro :D

 

Ian Lockhart

Reí un poco cuando su rostro se contrajo en una mueca al escucharme mencionar la palabra tour. ¿Tan malos eran? Vaya, y yo que pensaba que eran fantásticos, je. Pero al menos sirvió para aliviar el ambiente, lo que hizo que la segunda propuesta pareciese tomar por sorpresa a Emily, a juzgar por lo curiosa que fue su reacción. Tuve que contener una segunda risa al verle abrir los ojos de esa manera y levantar las cejas, aunque pronto cambió a una actitud más acertiva.

Crucé ambos brazos, respondiéndole con una sonrisa ladina a su pregunta, antes de abrir la boca.

—Eh, si quieres verlo así desde luego no seré yo quien te lo impida~ —le respondí juguetón, y pronto imité su gesto, inclinando mi rostro hacia el mismo lado que ella—. Sí, no molestaría ir en una cita contigo después de todo. Así que, ¿Qué dices, podrás soportar mi compañía un rato más? —me mofé, guiñándole el ojo.

Di un paso atrás y me sacudí cualquier rastro de tierra o césped que me hubiese quedado por acostarme en el jardín, preparándome para marcharme de allí. Claro que los gritos y vitores que comenzaron a escucharse de pronto con fuerza me descolocaron un poco. Aunque, al escuchar el nombre de "Lucas Campeón" las cosas tuvieron sentido.

—Ah, vaya, parece que ya ha acabado la liga, uh. Qué rápido pasa el tiempo cuando te diviertes —reí—. Aunque me gustaría seguir, habiendo terminado la liga creo que debería ir a hacerle una visita a Zach a ver si tiene algún avance con el tema de las grabaciones. Te debo la cita para otro momento, o —alargué el sonido de la última letra, haciéndome el interesante— si quieres acompañarme a ver al niño, quizá te compre algo por el camino.

 

Lucas Diamond

No pude evitar soltar un grito de emoción, liberando toda la tensión de la Liga. Todo había acabado al fin, y los demás finalistas se levantaron de sus gradas para acercarse a nosotros. Todos festejaron mi victoria, aplaudiendo como locos. Al igual que el resto del público. Finn, entonces, me agarró por la muñeca y la alzó al aire, para presentarme como el nuevo Campeón de Gérie.

Aún no podía creerlo. Eileen tomó el micrófono una vez más, para dar por concluido el evento. Y, por supuesto, anunciar que la segunda edición de la Liga tendría lugar pronto. Esperaba al menos tener un buen descanso hasta entonces, ¡lo necesitaba! Y, asimismo, me pidió que mirase hacia la entrada al estadio, para dar la bienvenida al último invitado.

—¡Paul! —exclamé sorprendido, al verlo entrar por la puerta. Y junto a él, venía Gloria, junto a su Zacian. ¿Qué significaba esto? Hacía mucho que no veía a mi patrocinador, y especialmente después de los eventos en el Ragnarok, me sentía más unido a Paul, de algún modo. Me alegré mucho de que estuviese allí, al igual que Paul. Especialmente, ver a esos dos tortolitos juntos... era la mejor recompensa posible.

Gloria tomó la palabra, poco tiempo después. Se presentó, aunque no hacía falta, pues era conocida por todos como la Campeona de Galar. Su mensaje fue breve, pero inesperado. Se había hecho una promesa y era que su Zacian acompañaría a aquel que derrotase a Finn, para que pudiese viajar y combatir como él deseaba. Y ese parecía ser yo, ¿eh? La entrenadora me tendió la ball en la que llevaba al pokémon, mientras este se despedía de Gloria con un amistoso golpe con la cabeza.

—Muchas gracias, Paul y Gloria, por estar aquí. Acepto con gusto cuidar de Zacian y proporcionarle el entrenamiento que necesita. ¡Además, así tendré una excusa para que nos volvamos a ver, ¿eh?! Ya tenemos algo que nos une... —"Y quizás, algo más", pensé, mirando a Paul una última vez, antes de que se marchasen.

La ceremonia terminó, y todos abandonamos el estadio. Me dirigí directamente a mi camerino para recoger mis pertenencias y abandonar el recinto definitivamente. Allí, alguien llamó a mi puerta. Era Colin, como esperaba. Le pedí que pasase, era hora de hablar.

Él... había cambiado un motón desde que lo conocí. Desde que llegó desde el futuro. Así me lo hizo saber cuando me contó su historia. Cómo utilizó la máquina de su padre para venir hasta aquí y para cambiar el futuro. Eso me sonaba de algo. Lo que probablemente Colin no sabía era que nuestra presencia era precisamente la que podía causar ese cambio que buscaba. Y así fue, en realidad: me había convertido en el Campeón, consiguiendo el objetivo de Colin. Con todo, no había desaparecido. Paul y Gloria, sin embargo... No parecía que fuesen a acabar juntos, ¿no? Al menos, eso vaticinaba el chico. Pese a todo, el accidente de Lion era algo que sí que se podía evitar, no como la cabezonería de Paul, ¿eh? Bueno, si tan solo eso era posible... Tal vez todo el esfuerzo de Colin mereció la pena, igualmente, ¿no?

Apoyé una de mis manos en su hombro, levantándome de donde estaba sentado mientras conversábamos.

—Muchas gracias por sincerarte conmigo —le dije, zarandeándolo ligeramente—. ¡Me alegro de que al final hayas acabado aprendiendo a convivir con tu pasado! Es difícil a veces, pero necesario, sin duda. Y la verdad es que... ¡se ve que has aprendido un montón de tu viaje! A fin de cuentas, eso es lo importante, ¿no? —respondí con orgullo—. Estoy seguro de que tus padres... estarán bien. Les podrá costar más o menos, pero con algo de ayuda, podrán sobrellevar sus problemas. Y si hay algo por lo que seguir adelante, ese eres tú, Colin. Tus padres estarán tremendamente orgullosos de ti.

Le di un abrazo, finalmente, cuando terminé de hablar. El chico lo recibió sin más, devolviéndome el gesto.

—Creo que es hora de que nos vayamos a descansar al fin, ¿no? ¡Pienso dormir como si no hubiese un mañana! Y cuando despierte, creo que celebraré la victoria yendo a por algo de ropa. Pienso conmemorar este viaje con un cambio de look, ¿qué te parece? —pregunté, divertido.

>>Espero que volvamos a vernos pronto, Colin. Queramos o no, tendremos que reencontrarnos para recibir a la siguiente generación de entrenadores. ¡Ya tengo ganas de conocer a los nuevos aspirantes! Y por cierto, si después de la próxima Liga aún no has encontrado como volver a tu época, y sigues interesado en hacerlo... No dudes en llamarme. Entre los dos buscaremos alguna forma de conseguirlo, ¿sí?

Le guiñé un ojo a Colin, confiado. Estaba seguro de que Celebi podría ayudarnos de necesitarlo.

Y tras la despedida... Al fin, me marché a dormir, de una vez por todas. Me lo había ganado. Nos lo habíamos ganado.

 

Lucas Diamond

Desperté al día siguiente, tras doce horas completas de sueño. Madre mía, ¡qué bien me había sentado! Sin duda lo necesitaba. Recogí mi mochila, con sus pokéball, y me vestí para salir al mundo exterior de nuevo. Hoy tenía dos objetivos: el primero, ir al centro comercial Freedom a comprar ropa nueva, ¡quería un cambio de look! Y el segundo, ir a hablar con Zach, para ver si ya tenía esas pruebas que necesitábamos.

Lo primero fue sencillo y rápido, ya que realmente solo había una tienda de ropa en la ciudad. Sin embargo, encontré un conjunto que... bueno, al menos me quedaba bien. Una gorra oscura, sustituyendo a la roja antigua, y un a camiseta y pantalón deportivo, con tintes verdes. Sí, la verdad es que me representaba bien... Y la ropa era bastante cómoda, ¡qué más podía pedir! Era un cambio bastante importante para mí.

Pagué la compra, y me marché del lugar. Ya tendría tiempo de pedir opinión sobre cómo me quedaba en otro momento. ¡A visitar a Zach!

 

Lucas Diamond

Así lo hice. Puse el despertador hasta una hora antes y salí a dar una vuelta por la región. Liberando a Flygon (y encontrándome con él por primera vez en mucho tiempo), volamos hasta Ciudad Libertad, donde se encontraba la mayor actividad para entrenadores de Gérie. Visité el centro comercial hasta que fuera la hora de regresar a Entrerríos para reunirnos con Maeve, y con eso, claro, todos los lugares de interés en él: el puesto de lotería, la farmacia, la tienda de complementes... ¡Ya se me olvidaba la variedad tan grande de cosas que había para hacer!

Algún día, traería aquí a Ichiro y a los demás, y les daría algún capricho, sin duda.

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Ups

 

Lucas Diamond

Al amanecer, me desperté antes de lo previsto, como ya había hecho la última vez. El paseo por Gérie me resultaba muy agradable, sobre todo después de pasar días escalando montañas y entrando en cuevas. Las calles eran lisas, sin elevaciones, asfaltadas, estaban cuidadas, limpias... Una diferencia abismal, que por lo menos permitía que no me olvidase de la civilización más allá de Isla Milagro.

Como siempre, decidí pasar parte de la mañana en Ciudad Libertad, para probar suerte en la lotería y para ir buscando objetos y complementes que pudiera comprarles a mis nuevos pokémon. ¡Seguro que les encantaba recibir algo del cariño de Gérie en algún momento! Aunque aún fuese pronto para ello.

 

Lucas Diamond

Como sospechaba, Pine había llegado a la conclusión de que Remoraid debía tener alguna forma de evolucionar distinta a la que conocíamos, debido a la ausencia de Mantine. ¡Eso era muy interesante! Pero... al marcharnos Ian y yo, Wyveon nos interceptó, y algo sombrío, Pine comenzó a "reñirnos" sutilmente. ¿Se había enterado de la expedición clandestina? Solo había sido una excursión al bosque, ¿por qué tanto revuelo...? A fin de cuentas, no era distinto a cuando salíamos a capturar pokémon.

E-en fin, probablemente en otro momento tendríamos que tragarnos una bronca. Pobre Bella... Regresamos después hacia ciudad Entrerríos a pasar la noche, y como siempre, me desperté al día siguiente antes de tiempo para darme un paseo por ciudad Libertad. Echaba de menos la civilización, después de tres días fuera.

 

Lucas Diamond

Antes de que acabase el día, regresamos a Entrerríos para pasar la noche, antes de que el bioma cambiase. Una vez más, nos despedíamos de la pradera, y mañana volveríamos a ver la jungla. Nos alojamos en el mismo hotel de siempre, donde ya había dejado hasta algunas pertenencias, pues tenía la habitación reservada cada tres días. Al despertar, fui a Ciudad Libertad para mi paseo rutinario por Gérie, antes de quedar con Maeve y los demás para volver a Isla Milagro.

Una semana más, allí me encontraba, probando suerte en la lotería. Con sus premios podría entrenar a mi equipo de Isla Milagro, en algún momento.

 

Mimi Honda

La expedición clandestina en la nieve no acabó bien para mí. De hecho, acabó tan mal que tuve que regresar poco después del cambio de bioma, aquejada por una de esas gripes horribles de treinta y nueve de fiebre y reposo en cama.

Al menos tuve la oportunidad de llevar a Dex a un técnico... ya sabía yo que esas temperaturas en la tundra no eran normales por mucho frío que hiciese.

Resultó ser que el navegador se había desconfigurado, al parecer por permanecer demasiado tiempo en una zona con alta actividad electromagnética. ¿Se refería a la Isla Milagro? Lo cierto es que ese no sería ni de lejos el único misterio de ese lugar. Las palabras de Bella y Lira antes de marcharme seguían rondando mi cabeza.

—... las otras veces, por lo que he oído —intervino Lira—, aparecieron pokémon con los ojos rojizos que luego os llevaron hasta las formas delta o los pokémon de las zonas que explorabais, ¿no? Solo ha habido dos excepciones a esa regla... el templo, y ahora, con la Tundra, ¿verdad? En ambos casos... no se dio ese fenómeno, si no otros distintos.

—Y-Y en ambos divisamos una figura pequeña flotante, una "piña" y una "medusa"... huh, ¿t-tendrá algo que ver? —Bella tragó saliva—. De momento... creo que es mejor que no le digamos nada a Pine, ¿vale? Ni de Dewpider... t-tampoco.

Extrañas figuras flotantes que aparecían en las zonas donde se encontraban los Pokémon delta... No era un hecho fortuito, al menos había sucedido en dos ocasiones. Y si no había dos sin tres solo podía indicar que el misterio de la isla estaba intrínsecamente relacionados con esas extrañas figuras.

Fuera como fuere, el caso es que apenas había tenido tiempo de relacionarme con Koriko, la pequeña Dewpider delta. Cuando regresé a Gérie tuve que dejar al equipo en la isla. Al menos mi equipo de Gérie estaba conmigo y se había afanado en cuidarme el tiempo que estuve enferma.

Ya estaba mucho mejor pero...

—Kokoro—le dije a la Indedee por octava vez ese día. La tipo psíquico sostenía una cuchara y un bol de sopa sonriendo maternalmente—. No soy una niña, puedo comer sola. ¡Ni siquiera tengo fiebre ya...!

... no era como si fuesen a dejar de cuidarme por eso.

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Holi, estoy viva (?)
Han sido unas semanas un poco raras pero weno. En unas horas vuelvo a la isla y me pongo al día con todo uvu7

 

Mimi Honda

Habían sido semanas que después se convirtieron en meses. Y si, había perdido la cuenta de cuánto tiempo llevaba lejos no sólo ya de la isla, si no de mis labores como holder.

Suspiré alisando de forma distraída uno de mis mechones. A diferencia del resto de mi cabello ahora mis puntas eran de color rosa. ¿Por qué las había teñido, preguntas? Ah, ¿y por qué no? Jamás había tocado mi cabello porque era un recuerdo de mi madre y de mis raíces. Era mi identidad como Honda. Que me hubiera atrevido a darle un toque diferente implicaba que estaba cortando vínculos con mi pasado… y no era una sensación desagradable.

Me sentía menos Honda y más Mimi.

Pasé la página de la revista que me encontraba leyendo en una cafetería cualquiera del centro comercial. Un nuevo número muy particular. La portada era una fotografía contrapicada de una nueva modelo en alza. Una muchacha bastante resuelta, que se veía orgullosa de poder posar. Sus ojos azules brillaban con la ilusión de un sueño cumplido. Por encima del lienzo que conformaban las luces y su ropa, destacaba algo… aquellos reflejos rosas.

—Matt debe de estar revolviéndose—me dije a mí misma y sonreí sin poder evitarlo—. Jamás pensó que pudiera lograrlo.

Tomé una galleta del plato de pastas de té y se la extendí a mi Cinccino.

>>¿Tú qué crees Mochi? ¿No salgo bien en esta foto?

Cinccino se zampó la galleta asintiendo vehemente de vez en cuando con las mejillas llenas de migas. No me estaba prestando atención. En realidad solo quería su dichoso aperitivo dulce.

Apoyé la palma de la mano en la mejilla y suspiré. Mi equipo estaba feliz por mí pero… ojalá pudiera compartir esa felicidad con alguien más.

Esa gente que de verdad me importaba.

¿Estarían bien? Quizás… esa era una pregunta innecesaria. Eran entrenadores experimentados, sabían cuidarse solos. Pero los problemas nos rodeaban constantemente y no pude evitar sentir cierta cuota de preocupación.

Justo en ese momento recibí una llamada.

—Mimiko Honda al habla, ¿dígame?

—¡Hey, Mii-chan!—cerré los ojos, tensa—. Me acabo de enterar. Quién iba a decirlo ¿no? No te lo tomes a mal, pero no te veo modelando nada.

Sentí un tic en mi ceja derecha.

—Bueno, pues para tu información no solo soy modelo si no también una estrella en Gérie. Logré llegar a las semifinales de la Liga. Algo que ni tú, como el maravilloso entrenador que alardeas ser, ha logrado nunca.

El imbécil se rió. No sé por cuánto tiempo.

—Ya. La diferencia es que yo, hermanita, no necesito irme al culo del mundo para que alguien me preste un mínimo de atención.

Aquello me jodió. Me jodió mucho. No sólo se atrevía de nuevo a llamarme ''hermanita'' a pesar de que no éramos hermanos si no que tuvo que traer a colación justo eso.

Hijo de puta.

—Matt, que te folle la taladradora de un Excadrill.

Apagué a Dex de un golpe seco. Me incorporé de la mesa en ese instante y tras pagar la cuenta de la merienda dejé atrás la cafetería.

Quizás era momento de regresar. Había dejado mis responsabilidades de lado por demasiado tiempo.

Contenido oculto: nueva imagen de Mimi

Dav, si tienes pensado iniciar la actividad de Joel y tal, puedes contar con esta pendeja. De momento no creo que vuelva a la isla.

Naiki aquí la tienes, perdona la espera u//u Feliz cumple atrasadísimo cielo <3