Kiri ¡Qué puta alegría! Estaba harto ya de ese sitio, me dolía todo el cuerpo de los golpes y las municiones se me estaban agotando. Ahora podía descansar un poco, volver a ver al Oráculo para que hiciese esa cosa extraña que hacía él, removiendo nuestro éter y fortaleciéndonos. Mientras hacía lo suyo, iba organizando mis tareas pendientes. Tenía que visitar a Helga, a Einar, ¡incluso el refugio de Verghal! Allí había visto un arma que quería comprar. Por suerte, no tardaba mucho en alterar nuestro éter. Hala, a otra cosa. Abro un cúmulo de éter, cuatro grandes cúmulos de éter y un pequeño cúmulo de éter mejorado. +4600 Éter. Subir de nivel (+2 Habilidad, +1 Vitalidad, +1 Agilidad, +1 Agudeza)
Espella Ah, el templo de los dioses, nunca pensé que me alegraría tanto por volver a esta pocilga. Pero después de haber estado en Ekte, podía decir que incluso añoraba este sitio, y por supuesto, los servicios que podía ofrecerme. Matar a los Originales hizo que mi cuerpo absorbiese una enorme cantidad de éter, que ahora prácticamente rebosaba a mi alrededor por lo denso que era. Por supuesto, si fundía esta gran cantidad en mi cuerpo, no cabía duda de que me volvería mucho más fuerte. Habría que seguir haciendo negocios por aquí. >>Subir de nivel (Vigor, Aguante x2) [creo que me da]
Kashya Aparecí en el Templo no mucho después y, a decir verdad, me encontraba bastante aliviada de haberlo hecho. Era imposible negar que el combate contra los Originales no había sido duro y cansado, así que encontrarme en la seguridad del Templo era algo de lo que no iría a renegar. Me quedé unos minutos cerca del pozo, aprovechando para descansar y rellenar las botellas de pociones, antes de dirigirme hacia las personas que acostumbraba: Seyja y el Oráculo. Con esas gestiones hechas, tocaba visitar a otro par de personas también. >>Actualizar bestiario + Subir tres niveles (2 Fe, 1 Habilidad) + Recoger objetos de Nathaniel + Entregar resto de éter primigenio a Gagnar + Equiparme Marca del Creador (por las Fauces) Contenido oculto No me pongo el anillo porque me sube la inteligente y afecta a todos los escalados de hechizos y sé que es trabajo extra pero prefiero que me lo pongas tú just in case, sorry /\
Kashya se dirigió a Gagnar, y le entregó la esfera verdosa. La tomó entre sus manos, con una sonrisa. —Ah... cálido resto de éter me traes. Este es el bueno, lo noto. Es puro, verdoso, cálido, y no se adhiere a la piel como la repugnante sustancia que flota en vuestra burbuja. Me gusta. ¿Dónde es que has conseguido algo así? Ya no debe quedar mucho en tu mundo, pues antaño se consumió casi por completo, cuando dejó de reciclarse. Cuando dejó de eliminarse la impureza, se fue extendiendo la podredumbre usada, más y más. Ya mucho han jugado vuestras Diosas con su pequeño salón de juegos, me temo. Mucho han querido darle forma a sus pequeñas creaciones. >> Je. Mírate. Una pequeña entidad hecha del más sucio éter procesado, y, con todo, capaz de automoldearte y resurgir, como si fueses lo que algún día se llamó "inmortal". Ya no deben quedar muchos de esos, de los que lo eran de verdad. El verdor se extinguió. Mas tú me traes una esfera pura, cargada de éter verdadero. Debo... asumir que alguien te llevó a un lugar en el que no deberías estar. ¿A otra burbuja, quizá? Alguien como yo te ayudó, seguro. Pues los tejidos de la realidad no pueden ser alterados por quienes no podéis siquiera alterar vuestro pequeño e insignificante mundo. Se aclaró la voz, y puso sus dos manos ante él, desapareciendo el resto de éter en sus garras. —... mas no temas. Estoy aquí para ayudar a mi hermana, después de todo, ¿no? Y eso pasa por ayudarte a ti. Esta energía me permitirá seguir apoyándoos, y poco me importa el origen de la misma. Tráeme más, y te enseñaré auténticos Dones. De momento... esto es lo que puedo ofrecerte. ¡Nuevos dones de éter disponibles! Tras eso, Kashya caminó hasta donde se encontraban Natt y Mel. La segunda estaba curando poco a poco a su hermano, que se veía herido, con sangre morada surgiendo de su cuerpo y con las alas agachadas. El chico, al verla, alzó la bolsa con objetos y se la entregó. —Aquí... está... tu mercancía, chica. G-Gracias por el trato. Mel miró de reojo a Kashya mientras cogía los objetos, y luego se centró en seguir curando a Natt. —Cielos, no hables mucho, por favor. Estás demasiado magullado. ¿Eran acaso los litzels tan poderosos...? —... nah, son débiles. El problema fueron esas aberraciones azules. No contaba con que usarían... magia sagrada. —Normalmente habrías podido con ellos —susurró Mel—. Tu oscuridad debería cansarles. Pero no lo hizo. Natt, el cansancio te está debilitando. Te lo imploro, no salgas más... Recibes: - Brazalete dorado x2 - Líquido extraño x3 - Hueso curvado x4 - Urna eléctrica x2 - Cóctel litzel x4 - Bomba litzel x1 - Trozo de adamantita x8 - Trozo grande de adamantita x3 - Bebida litzel x3 - Hierba relajante x3 - Hierba de la fuerza x2 - Dardo eléctrico x5 - Dardo de plomo x10 - Cristal desintegrador x1 - Escama de dragón blanco x1 Contenido oculto En otro momento haré el Bestiario, que para eso necesito mucho rato (?)
Kashya El guardia del refugio atendió a todas mis preguntas, pues al fin y al cabo le había pagado para ello, y hubo un par de cosas interesantes de todas las que me contó. Ya sabía lo del litzel bufón, Espella y yo estábamos muy cerca de acabar la misión que no había encomendado, pero lo posibilidad de que la llave que daba acceso al ala este estuviese en los aposentos del Rey era algo que no había sopesado. Aun así, había querido entrar en aquella sala bloqueada del castillo desde que la descubrí, así que eventualmente iba a descubrirlo sí o sí. Sea como fuere, también me confirmó que la entrada a las alcantarillas se encontraba en las afueras de Verghal y, en definitiva, nos quedaba todavía mucho trabajo por hacer en la propia Edén antes de pretender buscar de nuevo a los Originales en las catacumbas de su ciudad. Le agradecí al guardia por toda la información que me dio, doné el resto de edenitas a Gina y salí del refugio para volver al pozo, teletransportándome al templo una vez más. Contenido oculto Lelouch aquí te espero uwu compro unas cositas en Helga y estoy ready to rumble
Espella Pronto aparecí de nuevo en el Templo de los dioses, en nuestra burbuja. Una burbuja que, tal parece, había sido creada por Edén en algún momento. Je, ¿Estaría muerto de verdad, o se estaría escondiendo en algún sitio el muy cobarde? De cualquier manera, no era problema mío de momento. Me dirigí con Einar para que le diese el último toque a una de las armas sagradas, y luego fui a reponer mi suministro de hierbas con Helga. Allí fue dónde me encontré con ella. —Oh, mira a quién tenemos aquí —dije, mirando a la maguita—, no esperaba encontrarnos tan pronto. Ya que estás aquí, quizá te interese algo que conseguí hace poco —revisé en mi bolsa durante unos instantes, y pronto saqué una llave dorada de ella—, después de todo ambas hemos estado antes en ese lugar, así que te podrás imaginar de dónde creo que será esta llave, ¿no es cierto? >>Ya que eres mi elegida favorita, ¿Qué te parecería ir a echar un vistazo?~ Si ya tenías otros planes, espero que entonces no te importe que te acompañe un rato en ellos. Después de ir tanto tiempo juntas me sentiría un poco solitaria yendo por mi cuenta~
Egin Estar de vuelta en el Templo era agradable si uno recordaba que segundos antes había estado en un foso lleno de huesos. También me sentía algo más contento porque había podido avanzar con mi misión. Artemisa dijo que los mismos caminos llevarían a diferentes lugares, por lo que ya estaba pensando por cuál de las puertas debería volver a entrar... Pero antes que nada, necesitaba ganar algo de poder y reponer mis hierbas de las Fuerzas que esos malditos Tiradores me habían obligado a comer. Esperaba no encontrar demasiados cuando regresase a los Campos Sagrados. Dicho y hecho, primero fui donde El Oráculo y pedí que me diera más poder. Luego de eso, fui a comprarle las hierbas a Helga, quien siempre parecía recibirme con más cariño que los demás; aunque con el tiempo estaba dejando de incomodarme aquello. Cuando terminé con estas pequeñas necesidades, volví a meterme en el Pozo y me marché del Templo, para seguir cumpliendo mi misión. Contenido oculto Suzaku-kun Uso Cúmulo de Éter (quedo con un total de 3548) + subo un nivel (+1 en Fuerza)
Zuko Observé el talismán en mi mano con cierto escepticismo. ¿Ese pequeño objeto... serviría para canalizar nuevas magias? Era curioso cuanto menos. En cualquier caso aún me quedaba éter suficiente para seguir aumentando mis fuerzas. Y esa fue mi siguiente parada. Contenido oculto Subo dos niveles: Vigor e Inteligencia. He comprado algunas magias de druidismo, para editarlas cuando puedas, sin prisa <3
Kashya Aparecí en el templo como venía siendo costumbre cada vez que acababa de explorar algo, mirando alrededor para comprobar que nada hubiese cambiado en nuestra ausencia. Al parecer, así había sido el caso, y mientras me dirigía hacia el Oráculo, me pregunté qué estarían haciendo los otros. ¿Habría vuelto Kiri a Ekte o también estaría explorando zonas de Edén para recuperarse? Sería difícil saberlo hasta que volviésemos a encontrarnos. No hice demasiado aquella vez, simplemente canalicé algo de éter para no arriesgarme a perderlo, y hablé con Seyja antes de colocarme donde el pozo para esperar a Espella. >>Actualizar bestiario + Gran cúmulo de éter x2 + Subir nivel x1 (Vigor) (me quedo con 133 de éter) Contenido oculto Suzaku-kun te etiqueto just in case uwu Lelouch, te sigo a partir de ahora (?)
Espella El esqueleto estaba todo lacerado y carcomido, con lo que parecían muestras de automutilación. Por supuesto, todo me quedó más claro cuando la chica me alargó lo que parecía el diario del esqueleto, que resultó ser el capataz. —Je, pobre diablo —solté una risa nasal al darle una ojeada al cuaderno y ver lo que ponía—, no me sorprende que terminase así, parece que está fábrica sólo está llena de incompetentes. Por supuesto, su error no había sido convertir el taller en una fábrica de armas e intentar conseguir poder, no. Ese había sido el movimiento correcto, su error fue fracasar y sentirse abrumado por la situación. Ah, los que intentan conseguir poder sin tener el carácter para manejarlo no son más que simples peones fáciles de manejar~ No había mucho más en esa fábrica, lo que terminó siendo una decepción, así que terminamos volviendo al templo. Y allí, por supuesto, volví a acercarme a la maguita. —Bueno, bueno, parece que mi ayuda ha sido bastante útil, ¿no es así?~ Al fin has conseguido conquistar ese gran obstáculo tuyo. Así que —saqué de nuevo aquella llave dorada de mi bolsa, dándole vueltas entre mis dedos— ¿estás lista para devolverme el favor? Pasé mi mano por su hombro para darle una palmada, dirigiéndome al pozo. Sabía que me seguiría, y que tanto ella como yo teníamos la misma sospecha de para qué sitio podría ser esa llave. Y vaya que tenía ganas de ver qué había allí dentro.
Espella Habiendo terminado todos mis asuntos en aquella sucia madriguera de refugiado me dirigí de nuevo al pozo más cercano y aparecí una vez más en el templo. Apreté el puño con molestia, recordando el horrible fracaso que había resultado ser la habitación del rey caído. ¡No sólo no había habido una mierda allí, sino que además había terminado siendo herida dos veces por esas sucias ratas! Tras apretar el puño hasta casi quedarse blanco recuperé en algún momento la calma, dirigiéndome con el Oráculo a entregarle aquel extraño fragmento de éter que encontré, y que nos había pedido que le lleváramos. Pero sobre todo, porque me interesaba que canalizara nuevamente mi éter. Después de eso fui a ver a Einar para entregarle aquellos planos del descerebrado; según el diario de ese capataz el sujeto era bastante capaz a la hora de diseñar armas, así que quizá alguna de ellas valiese la pena fabricarse. >>Entregar fragmento >>Entregar planos a Einar >>Uso tres pequeños cúmulos de éter, subo de nivel [Agilidad]
Kashya Templo de los Dioses Tras aceptar la mano de Ginny y pasar a formar parte de los Iluminados, así como aceptar la tabla que decidió entregarme por la ayuda que le dí, me despedí del litzel para volver a dirigirme hacia el pozo y, con ello, acabar una vez más en el Templo. No tenía mucho que hacer ahí salvo esperar a Espella, pues no tenía realmente ningún otro plan por delante, y quizás ella necesitase mi ayuda con algo más aparte de haber explorado la habitación del rey. Sin embargo, con la nueva tabla en mis manos, al menos podía aprovechar la visita para entregársela a Grimsli. Si después Espella no necesitaba mi ayuda... pues al menos podría descansar un poco antes de decidir qué hacer por mi propia cuenta. >>Entregar Tabla de milagros Litzel III a Grimsli.
Tras canalizar su éter, como de costumbre, el Oráculo miró a Espella. —Fiú. Ya está. ¿Qué esto otro que me traes, Elegida? ¿Otro fragmento divino, acaso? Lo tomó entre sus manos, mirándolo con atención, sus ojos brillando. —... qué magnífico éter divino. Es una pena que nosotros, meros mortales, no podamos consumirlo. Mas podemos usarlo para reforzar vuestros sagrados brebajes, claro. Así, lo tomó y le pidió los brebajes de éter, mezclando la energía del fragmento en la mezcla. Esta brilló, y emitió un pequeño vaho dorado. Luego se la devolvió a Espella. Era curioso, sin embargo. Aquello se suponía "éter divino", imposible de usar para los mortales. ¿Cómo podía el Oráculo mezclarlo con las pócimas y brebajes, entonces? ¿No implicaba eso manipular el éter, extraerlo y mezclarlo? ¿Y por qué podían beber ellos, que no eran "mortales", pero tampoco "divinos"? Ahí parecía haber algo que ellos no sabían, o no entendían bien... ¿de dónde salía el Oráculo, en primer lugar? Decía ser un enviado de los dioses para guiar a los Elegidos, o eso comentó en su primera visita al Templo, pero... no sabían nada más, ¿huh? Se incrementan en 1 los brebajes y pócimas de éter máximos de todos los Elegidos. *** Tras eso, Espella se dirigió a hablar con Einar, y le ofreció los planos que habían encontrado en los bolsillos de aquel trabajador al que Espella mató. Einar los leyó con interés, inclinando la cabeza a un lado en varias ocasiones, extrañado. —Pero bueno, chiquilla, ¿dónde has conseguido estos planos? Son ideas para armas de lo más... rocambolescas, cuanto menos. Muchas me recuerdan a algunas armas recientes que los varelkraft utilizan, además. Eso sí, aunque son excesivamente pomposas y extrañas, son ideas... francamente buenas y detalladas. ¿Quieres que fabrique armas en base a estos planos? Puedo hacerlo, puedo hacerlo. Sería un interesante desafío, desde luego. >> Ah, qué cosas más interesantes hay plasmadas aquí; las ideas de un chiquillo con mucho talento y ambición, pero poca experiencia en la creación de armas, estoy seguro. Cómo me gustaría conocerle. ¡Seguro que podríamos aprender cosas el uno del otro! ¡Jo, jo, jo... cof, cof! Se desbloquearán nuevos productos en la armería de Einar. Será editado más tarde.
Grimsli coleteó, sonriente, cuando vio a Kashya llegar con una tabla en sus manos. Emocionado y sonriente. —¡Ah, aah, qué maravilla, mi querida y estimadísima señorita! Veo que le trae al viejo y pobre Grimsli una tablita para entretener sus días, ¿no es así? ¡Qué bien! ¡Qué apasionantes lecciones podré yo enseñarle, sí! ¡Qué bellos milagr-! Al leerla, se detuvo. No daba crédito, una vez más, y apretó la tabla entre sus manos con rabia. La intentó camuflar como pudo, pero esta vez fue superior a sus fuerzas. Y parte de su verdadero ser se reveló, por un instante, hablando con un tono más brusco, agresivo y alto que de costumbre. —¿¡Qué clase de broma despiadada es ESTA!? ¡¡Yo, Grimsli, el gran genio y futuro Soberano de los Muertos, ultrajado y arrastrado cual lagartija de alcantarilla, sometido a las vejaciones de escoria como vosotros, que creéis que solo estoy para enseñaros tristes e inútiles milagros que hasta un estúpido varelkraft recién nacido con un cuarto de neurona podría hacer solo con chasquear sus mugrosos, huesudos y desagradables dedos!! Aquello lo dijo muy rápido, muy enfadado, iracundo. Pero se fue calmando, poco a poco, cuando pudo ver, por el rabillo del ojo, a Jeviet. El cazador le estaba mirando desde lejos, ocultando una sonrisa bajo su gorro y su gabardina, brazos cruzados. Una sonrisa complacida. Complacida... por sentir que siempre tuvo razón. Y rápidamente, Grimsli empezó a frotar sus manos con gesto adulador, y le dijo a Kashya: —Ah, mi querida amiga, ¡p-perdona! He pasado unas malas noches en este hermoso templo divino, por desgracia, y el cansancio me ha podido. ¡No quería decir todo eso, por supuesto, ¡válganme los Dioses! Con gusto aceptaré esta... magnífica... tabla llena de milagros tan magníficos como interesantes, y usaré sus contenidos para instruiros en el noble arte de invocar milagros. Luego miró a ambos lados, y, sonriendo con más adulación si cabía, le dijo en voz baja. —Oh, pero sí que me gustaría contar con su inestimable ayuda, mi buena señorita. El viejo Grimsli agradecería un enorme favor: fíjese, me consta que existe una tabla de contenido prohibido en alguna parte de la Iglesia del este, en el Camino de los fieles. Grimsli querría estudiarla, solo en pos de que no caiga en malas manos, pero... ya temo que haya caído en las manos equivocadas, estando en custodia de la Iglesia. Sé que estaba ahí, porque oí sendos rumores que apuntaban a su procedencia. Ah, me gustaría tanto poder confirmar que la tabla no haya caído en malas manos, y poder analizarla para saber si realmente su contenido es prohibido o no, y decidir actuar en consecuencia. P-Pero solo soy un pobre viejo, y el camino hasta allí está plagado de terribles varelkrafts descerebrados. >> Estimada amiga, ¿sería tan amable de guiar a este pobre viejo, acompañarlo y protegerlo, hasta llegar a la Iglesia, por favor? Estoy seguro de que alguien de noble corazón como usted haría eso por un pobre viejo... >> Aceptar >> Negarse >> Dejarlo para más tarde
Kashya Templo de los Dioses La reacción de Grimsli, si bien repentina, no fue especialmente sorprendente, y yo, por mi parte, no me inmuté demasiado por sus gritos ni sus reclamos. Suponía que solo había sido cuestión de tiempo antes de que explotase, pero era lo que había; no hubiese tenido problema en darle cualquier otra tabla si la hubiese encontrado, pero simplemente no había sido el caso. Esperé a que se relajase, simple y llanamente porque era más fácil tratar con él cuando estaba en su modo más adulador, y lo cierto es que sí logró despertar mi interés cuando comenzó a hablarme en voz baja. ¿Así que una de esas tablas prohibidas estaba en la Iglesia? Personalmente, no me importaba mucho su disputa con el otro tipo de la Iglesia que había aparecido en el Templo... o cualquier disputa, en general. Repasé al litzel con la mirada, sopesando su petición, y eché un vistazo a lo largo del Templo, hasta dar con Espella a lo lejos. Volví a centrarme en el pequeño no mucho después y asentí una vez con la cabeza, sin más. —Está bien, te acompaño. >>Aceptar. Contenido oculto No sé si tienes que hacer algún post más o algo (?) Y Juanjo, puedes interpretar la mirada como una invitación para tener una excusa a unirte, o como veas (?
Espella Mientras el Oráculo tomaba entre sus manos aquel "fragmento sagrado" y comenzaba a mezclarlo con las pociones y brebajes tuve el suficiente tiempo como para ponerme a pensar en la contradicción que había en las palabras del autoproclamado enviado de las diosas. Aquel fragmento sagrado, en principio, no podía ser aprovechado por los simples mortales, y sin embargo, el Oráculo lo mezclaba en nuestras pociones y brebajes para fortalecerlas, y luego de eso nosotros mismos las consumíamos. ¿Cómo pasaba eso exactamente? En realidad, ¿No habíamos aceptado de demasiada gana todo el asunto del templo? Habíamos terminado aquí, luego de llegar desorientados tras despertar en la extraña Senda del Pecado, y nos impusieron una misión. Por supuesto, en ningún momento he planeado cumplir aquello ni ser una simple marioneta, pero en lo referente al templo, la había convertido en mi base de operaciones demasiado rápido, pero no la había conquistado. En su lugar me había adaptado al sistema que tenían establecido, sin siquiera percatarlo. Ugh, parecía que no sólo estaba fingiendo bailar a su ritmo, sino que en parte, realmente lo estaba haciendo. Tenía que solucionar eso pronto. La gente del templo, aún así, era tremendamente útil, era sólo cuestión de hacer que ellos me sirviesen a mí completamente, y no al revés. Hablando de servir, parecía que Einar iba a poder darle un uso a aquellos planos. Luego pasaría a ver si algo de lo que había construido sería útil. Mientras seguía pensando en lo que el Oráculo y el templo ocultaban, terminé escuchando la conversación de la niña maga con aquel Litzel sibilino, que terminó por perder la calma al final. Era tan patético como me imaginaba. Aún así, estaba interesado en las artes oscuras y quería conseguir una tabla que estaba en posesión de la iglesia. Ja, así que al fin iba a hacer su movimiento. Y hablando de movimientos, La muñeca me dirigió una breve mirada, que respondí con una sonrisa que permaneció oculta bajo mi velo. Esa era una invitación a unirme, ¿Y quién era yo para rechazarla? Era la oportunidad perfecta para descubrir el entramado que formaba todo este culto a las diosas. —Tienes suerte rata de alcantarilla —le hablé al Litzel, acercándome a ambos—, acabas de conseguir dos elegidas por el precio de una.
