Alcé apenas los hombros como a quien le da igual la cosa, buscando con la mirada alguna mesa libre que no fue difícil de hallar. Porque la rubia no podía ser tan boba como para pensar que me iría a buscar un sitio bien solo para almorzar, bueno, en realidad si solía hacerlo, pero no estaba con humor de andar paseando por toda la escuela para comer en silencio. Es decir... mi humor estaba estúpidamente en orden. Me senté, sujetando los palillos para destapar el bento. —¿No tienes amigas o qué? —murmuré en lo que llevaba el primer bocado a la boca, porque eso de almorzar con un imbécil como yo no era un plan diez si fuese sincero.
No pudo evitar reír ante su pregunta, tomándose el tiempo primero para abrir su botella de té y dar un trago, jugando de mientras con aquellas hojuelas de pescado que se movían debido al calor de la misma comida con el tenedor de su mano libre. —Pues ahora que lo mencionas, no, no tengo —Comentó con bastante naturalidad con una sonrisa en su rostro —, y tranquilo~ se que tú no lo eres tampoco, pero, el hecho de que seas como mi versión masculina hace que todo sea más ameno para mi aunque te perturbe un poco. —Tomó ahora sí la primera bolita de pulpo para iniciar a comer, realmente adoraba esa comida. >> ¿Qué tal está tu bento?
Después de despedirme de Sasha, bajé las escaleras hacia la planta baja, aunque a decir verdad no tenía ningún plan u objetivo ahora que había acabado de repartir lo que quería. Bueno, quedaba recoger el bento que le había dejado a Anna en los casilleros, para que no se fuese a poner malo, ¡pero después de eso, quería decir! Así pues, como siempre tocaba cuando no tenía planes con alguien de fuera, le iba a tocar a Kashya aguantarme durante el receso. No era en absoluto que la tuviese como un plan B porque no apreciaba su compañía o algo por el estilo, ¡todo lo contrario! Era más bien que sabía que prefería pasar el tiempo sola en la biblioteca, aunque nunca había puesto realmente quejas cuando comía con ella, y simplemente prefería no molestarla. ¡Pero también tenía que salir de vez en cuando! Así que me la arrastré hacia la cafetería en cuanto la encontré, como siempre, en la biblioteca. Me dejó hacer sin decir nada, como venía siendo costumbre, y comenzamos a comer en cuanto encontramos una mesa disponible para las dos. Por suerte, a pesar del mal tiempo, varios alumnos aprovecharon que aun no llovía para comer en el exterior y eso dejó la cafetería bastante libre. —Ah, Emily, mañana seguramente no vaya contigo por la mañana. Viene mi hermano y tenemos que venir antes a la escuela. Me quedé genuinamente paralizada al escuchar aquellas palabras y necesité un par de segundos para volver a funcionar, pestañeando repetidas veces mientras dejaba los palillos sobre el bento. Kashya no se había inmutado ni un poquito al soltarme aquella bomba y tuve que hacer un esfuerzo enorme por recuperar la voz para hablar y llamar su atención, concentrada como seguía ella estando en su comida. —¿Tienes un hermana? —obviamente, solo asintió con la cabeza sin darle más importancia—. Pero... nunca me has hablado de él. ¿Es mayor o tiene nuestra edad? —Es mayor. No te he hablado de él porque no hay mucho que contar, él se quedó con mis padres y no hablamos mucho. —¿Pero se va a quedar a vivir contigo? ¿Va a estudiar ahora en el Sakura? Siguió asintiendo con la cabeza para ambas preguntar y... no lo sé, tenía muchas preguntas al respecto, pero supuse que no me quedaba otra más que esperar y conocerlo. Sinceramente, no podía tener más curiosidad por cómo podía ser el hermano mayor de alguien como Kashya. Contenido oculto Disculpen, más relleno por aquí too (?) y bueno, las nenas se quedan aquí por si alguien quisiera caerles~
Qué coñazo de semana, de verdad. No había sido tan diferente en comparación a la rutina pero el simple hecho de tener a Frank metido en el piso las veinticuatro horas del día me drenaba la energía. Vete a saber en qué puto problema se había metido ahora que no quería asomar la nariz ni al pasillo, pero me la traía floja. Al menos tenía la decencia de no invadir demasiado los espacios comunes. El miércoles por la noche, luego de las pruebas físicas, tuve que ir al casino por unas mierdas pendientes y ya de paso le avisé al recolector que podía pasarse para clasificar y filtrar la mercadería de la semana. No eran cosas donde metiera mucho el hocico, pero ya que estaba ahí y siendo el maniático del orden que era, pues, dos más dos. Otro favor a la bolsa para el imbécil de Frank, ya que estábamos. No venía mal tener al enano en deuda. Había un montón de móviles, varios relojes y algunas joyas. Las billeteras fueron lo primero que vaciaron y el efectivo fue a parar a la caja del casino, y en esas estábamos cuando me pareció reconocer uno de los aparatos. Ni idea, no me sonaba de nada concreto, pero palpitó detrás de mis ojos y en cierta forma los hilos me molestaron en las muñecas. Detuve al gorila de turno, se lo quité de las manos y lo inspeccioné con mayor detalle. Nadie dijo nada, claro. —Limpienlo —ordené en tono plano, y una vez estuvo listo lo recibí de nuevo. Era un móvil bastante sencillo, gama media, con una funda rosa de sandías y un pequeño llavero que llevaba dos dijes atados en la punta. Repasé a los gorilas con la vista y me detuve en el recolector, que ya se veía venir la mierda y detuvo sus movimientos. —¿En qué bolsa estaba este? —Shinjuku. No me quedaba mucho espacio para darle vueltas a nada, tampoco logré resolver el misterio. Giré el móvil en mi mano un par de veces hasta que me lo guardé en el bolsillo y atendí a la llamada entrante del mío. El resto fue historia. Así que ahí estaba, comprando un refresco en la máquina expendedora para luego hacer la fila del comedor. Para la dieta básica de comida enlatada que seguía, digamos que un bento de la cafetería o algún pan relleno eran una mejora. Contenido oculto relleno que quería aventar y bueno, el pendejo queda por si alguien quiere ofc (?
Decir que me había caído encima un golpe de ansiedad cuando supe que ya habían colgado las notas de los proyectos, era decir bastante poco. Ya podía ser la nota más irrelevante de la historia que me ponía nerviosa a la hora de recibirla, especialmente en aquellos días que había estado algo más distraída del trabajo escolar por culpa de... bueno, todo lo demás. Por suerte habíamos sacado un 7 y era una nota más que aceptable; una que entraba en mi media normal, de hecho, así que estaba contenta. De nuevo, no tenía grandes planes para el receso y no veía a quien molestar con mi presencia, que encima seguro todos los mayores con los que me juntaba tenían planes mejores para un viernes como aquel, así que busqué a Kashya para comer con ella. Pensé que estaría con su hermano, a decir verdad, y que no podría pasar el tiempo conmigo, pero estuve bastante equivocada y un poco me alegré por ello. Me la llevé a la cafetería, no porque no quisiese aprovechar el sol para salir al patio, si no porque con todo el asunto de Anna me olvidé de traer una cosa del almuerzo y tendría que comprarla de ahí. No pensaba ir a encontrarme a nadie conocido, pero por algún casual del destino reconocí el azul de los ojos de Haru en la fila y me acerqué a su posición porque, mira, a veces no me podía controlar y me emocionaba mucho cuando veía a alguien que hacía mucho que no me encontraba. —¡Senpai! ¡Buenas tardes! —saludé, con la sonrisa de siempre y una inclinación ligera de cuerpo porque al menos esa educación la tenía siempre—. ¿Te importa si mi amiga y yo hacemos la fila contigo? ¡A cambio te puedo decir cuál es la mejor opción de comida aquí! Contenido oculto Belu: deja a alguien libre Gabi: is this for me?
Estaba ya esperando en la cola de la cafetería cuando noté que alguien me había detectado. Ni idea, manías de la calle, suponía. Igual era consciente de que estaba en la escuela y allí no había peligros inminentes, de modo que sólo volví el rostro en dicha dirección para topar con Hodges. Me saludó con una emoción que le pertenecía y en cierta forma me recordaba a Aya, eran como... personas llenas de luz, digamos. Aunque la niña a su lado parecía todo lo contrario. Me daba vibes de autómata o algo. Observé a la albina unos pocos segundos y luego regresé a Hodges, no le regresé el saludo ni con una décima parte de su emoción pero al menos me las arreglé para asentir y fabricar una sonrisa pequeña, de esas políticamente correctas. —¿Que quieren colarse, me dices? —repliqué, por el tono plano vete a saber si se notaba que pretendía ser una broma, pero igual di un paso al costado para que se integraran mejor a la fila—. Tomaré la oferta, de paso. Un trato justo. Contenido oculto autómata #1 conoce a autómata #2 hola, bebi uwu
Sabía perfectamente que estaba siendo un poco egoísta, que el chico estaría mucho más contento si lo dejaba en paz y no pretendía socializar demasiado con él, pero no podía evitar querer conocerlo más, ¡especialmente siendo amigo de Kohaku! Además, lo cierto era que en el fondo de mi corazón, por mucho que intentase entenderlo, no creía que hubiese una persona en el mundo que realmente disfrutase tanto estar solo todo el rato. Me di cuenta que el chico se quedó mirando un par de segundos a Kashya, la misma le sostuvo la mirada en todo momento, y luego volvió a enfocarse en mí para dedicarme una sonrisa que quedó más como un gesto de eduación, pero que desde luego había sabido apreciar como suficiente gesto de amabilidad. —Sh~ Que el resto de mortales no saben que en verdad soy una malota~ —canturreé, llevándome el dedo hacia los labios para indicarle que guardara silencio, y si bien pretendí estar algo seria, pues obviamente recuperé la sonrisa no mucho después—. ¡Muchas gracias, senpai! Kashya y yo nos acomodamos en el hueco que el chico nos proporcionó sin mayor problema, y yo no fui capaz de perder la sonrisa en ningún momento. Era una estupidez, ¿verdad? Pero ya a Kohaku le había dicho que creía haber conseguido caerle mejor y el simple detalle de que pretendiese bromear conmigo o que aceptase mi compañía me confirmaba la idea, ¡lo que me ponía muy contenta, porque Ko había dicho que era difícil ganarse su favor! >>Sugawara-senpai, ella es Thornton Kashya. Es una amiga mía y también es mi vecina —presenté a la chica, a lo que ella simplemente se inclinó en un pequeña reverencia—. ¿Cómo es que estás haciendo la fila de la cafetería? ¡Ah! Hoy le he preparado el almuerzo a una amiga pero creo que no ha venido a clases... si tu hermana no te ha traído hoy nada, ¿quizás te gustaría aceptar mi bento? Contenido oculto Haru y Kashya: (⎺ ⎽ ⎺) Emi: (ノ´ヮ´)ノ*: ・゚
A ver, un poco solitario sí que era pero tampoco tendía a rehuir innecesariamente de todo dios. En líneas generales no le daba ni medio centímetro de privilegios a los idiotas que, de una u otra forma, me colmaban la paciencia, pero ¿qué daño iba a haber en la compañía de Hodges y su amiga que no hablaba? La enana me sostuvo la mirada como si no tuviera alma en el pecho y mira, medio que ya me caía bien sólo por eso. ¿La entendía? O algo así. No era el rey de la expresividad, eso ya estaba visto, y esta niña tampoco. Además prefería a los calladitos. Mantuve la mirada en Hodges al decir lo de que en verdad era una malota y mi expresión no se inmutó, luego me agradeció y volví a asentir porque bueno, ¿qué más iba a hacer? Se la notaba contenta, por cierto. En plan, siempre la había visto así hasta ahora pero no me tragaba que viviera con la sonrisa pegada al rostro las veinticuatro horas del día; y si lo hacía, bueno, entonces alguien tenía problemas de complacencia. Nada donde fuera a meterme, sin embargo. Me presentó a su amiga, Thornton, así que volví a reparar en ella y correspondí a su saludo con otro asentimiento de cabeza. Luego atajé su pregunta y desvié la mirada a la fila, con las manos en los bolsillos. —Aya no vino, no. —Lo sopesé, la verdad, me pensé su oferta y al final deslicé la vista de regreso a ella. En su recorrido se detuvo primero en la albina—. ¿Me lo ofreces primero a mí antes que a ella? Ah, sí. Gran tacto, Haru.
Después de tantos años conociendo y prácticamente conviviendo con Kashya, un poco me había acostumbrado a este tipo de personas, aquellas que se pasaban gran parte del tiempo calladas y que parecían ser capaces de sacarte una radiografía con tan solo una mirada que te echasen encima. Al principio me intimidaba bastante más, aunque seguía siendo un poquito extraño teniendo en cuenta que se trataba de un senpai, pero al final me di cuenta que no tenía mucho sentido preocuparse porque no era algo que pudiesen evitar. Quizás si Haru me conociese más, llegaría a confirmar el pensamiento que le había cruzado la cabeza y, de paso, coincidiría con lo que Kashya pensaba de mí, que vivía demasiado preocupada por complacer siempre a los demás y que eso no era sano para nadie en realidad. Todo eso era lo que conseguía imaginarme, claro, porque lo bueno de este tipo de personas era que, aun si te sacaban la radiografía, no solían decirte nada al respecto. Y a mí me valía para seguir adelante como si nada, porque no sabía que llegaría a hacer si alguna vez me lo decían a la cara. No esperaba mayor reacción del chico a ninguno de mis comentarios, pero eso no me preocupaba demasiado, y luego me contestó que su hermana no había venido, cosa que fue más que suficiente para satisfacer mi curiosiad al respecto. Ni en broma me había esperado la pregunta que me lanzó encima después, clara muestra de ello fue la expresión de sorpresa que se plantó en mi cara al escucharlo, pero tenía la suerte de saber adaptarme con cierta rapidez cuando la situación lo requería, todo con tal de no incomodar al resto o algo por el estilo. Rápidamente suavicé mi expresión y acabé ladeando ligeramente la cabeza, con cierto aire... ¿comprensivo? Ni idea, pero quería hacerle saber que no me había molestado la pregunta a pesar de que había sido un poco ruda y a pesar de saber que, seguramente, no le preocupase mucho el hecho de que lo hubiese sido. —A Kashya le preparo el almuerzo todo los días, senpai, y ya se lo di esta mañana —expliqué, sin cambiar verdaderamente mi tono de voz con ello—. Nos lo hemos dejado arriba porque aun no sabíamos donde íbamos a comer. Así que... ¿puedes aceptármelo ahora? Mira que se va a echar a perder si no y sería una pena, porque le he puesto mucho cariño~ Contenido oculto Haru por favor, no me psicoanalizes a la niña que ya te vi (??
Claramente alguien como Hodges no iría a esperarse una respuesta del estilo, ella o casi ninguna persona que sólo pretendiera ser amable. Se podría haber enfadado o mandarme a la mierda con dos puntos más de temperamento y, bueno, no habría cambiado mucho nada. A lo sumo habría visto de intentar subsanar la situación sólo porque la niña era amiga de Kohaku y, quisiera o no, mi cerebro también funcionaba acorde a sistemas de redes. Y ya lo había dicho, tampoco era mi intención ponerme a todo Dios en contra en la puta escuela. De la forma que fuera y pese a la sorpresa que claramente sintió, no tardó nada en suavizar su expresión y lo hice, como lo hacía siempre. Repasé su semblante, lo categoricé, establecí las relaciones pertinentes y almacené la información en algún rincón de mi cabeza. ¿Conclusión? De momento ninguna, claro, si acaso inferencias aisladas. Por otro lado, no me sentía realmente cómodo aceptando su bento y esa fue la razón principal por la cual intenté desviar los tiros antes. ¿Me salió mal? Bastante, pero no demostré nada al respecto. Desvié la mirada a Thornton mientras Hodges hablaba de ella, luego regresé a la niña y respiré por la nariz, sopesando las opciones. ¿Me lo ofrecía a mí mientras ella hacía la cola de la cafetería? Tenía que estar tonta, en serio. Pero bueno, mejor mantener la paz, ¿verdad? —De acuerdo —murmuré, avanzando en la fila, y se me ocurrió que al menos podía hacer algo a cambio—. ¿Tú qué vas a comer? Como comprarle el almuerzo, por ejemplo, ya que tanto se empeñaba en cuidar de los demás antes que ella.
Pareció que la explicación que le había dado fue más que suficiente para que no pudiese rechazarme más y eso me alegró bastante. ¿Me estaba dando cuenta que quizás lo estaba incomodando con un ofrecimiento tan insistente? Quizás un poquito lo pensé, sí, el hecho de que no quería aceptar y por eso había desviado la conversación hacia otro punto. ¿Pero qué podía decir en mi defensa? Más me preocupaba saber que comía bien que le hecho de que pudiese moelstarse conmigo por ello o algo por el estilo, así que le tocaba aguantar. Me hice con la mano de Kashya antes de avanzar un poco más en la fila, por pura inercia más que otra cosa, y alcé un poquito las cejas cuando recibí la pregunta del chico después de que hubiese aceptado. Ah, nunca había especificado que hacíamos aquí y no llevaba nada en las manos, ¿verdad? Así que su pregunta tenía toda la lógica del mundo, vaya. —Traigo mi propio bento también, síp. Pasa que esta mañana me he líado con todo lo que tenía que traer y me he olvidado de meter los postres, así que quería comprar algo de aquí —expliqué, con la misma suavidad que había usado en todo momento—. Yo me compraré... ¡unos daifukus de fresa! Están muy ricos, por si los quieres probar, senpai. Y Kashya... —Taiyaki. —¡Ah! Los taiyaki también están muy ricos aquí, vaya que sí. Quizás te robe un poco~ Le piqué la mejilla al decir aquello, pero como cabía esperar, la muchacha no se inmutó ni un poquito; ni al gesto ni a las palabras. Y como me había acostumbrado, no dejé de sonreír algo divertida hasta que ya la dejé en paz, volviendo a centrarme en el mayor. Tampoco quería agobiarlo con toda mi energía y preguntas innecesarias, pero al menos esperaba haber respondido correctamente a su pregunta.
Cuando la fila avanzó noté que Hodges buscaba la mano de su amiga antes de moverse. No era información que disparara nada específico, claro, sólo mi eterna manía de observador, aunque un poco sí me recordó a Aya. La niña parecía débil e inofensiva, quizá lo fuera, pero también sabía que desde su lugar, a su manera, siempre había intentado protegerme. Qué va, ¿débil? Sólo tenía otras fortalezas. No la arrojaría a la boca del lobo y decirle que intentara sobrevivir, claro, pero cada quien se medía dentro de sus propios límites. Quizás Aya, Hodges y este tipo de personas pudieran cuidar de los suyos mucho mejor de lo que yo nunca. Al final resultó que estaban ahí para comprar unos postres. Me mantuve atento al avance de la fila, que ya faltaba poco, y asentí quedo tras recibir la información de lo que ambas querían. Técnicamente no había incluido a Thornton en mis intenciones, pero tenía las neuronas suficientes para darme cuenta que sería descortés invitar sólo a una de ellas. Parecían un paquete ahora mismo. Fue en lo que Hodges molestaba a su amiga que la espera se despejó y me adelanté, abarcando el espacio del mostrador para básicamente ser yo quien pidiera las cosas. En lo que la señora las preparaba, saqué la billetera y le dejé los pocos billetes encima del mostrador. Regresé la mierda a su lugar, agarré una bolsita con cada mano y las busqué con la vista de soslayo para que se salieran de la fila, al tiempo que yo hacía lo mismo. Ya a un costado suspendí los postres frente a ellas y esperé que extendieran las manos para dejárselos en sincronía. —Daifukus de fresa y taiyakis —anoté, en el tono plano de siempre, y posé mi vista en Hodges porque sabía que iba a querer quejarse—. Por el almuerzo. Bueno, o al menos eso estimaba, claro.
Ya a aquellas alturas no me cuestionaba nada, mucho menos aquello, pero era realmente preocupante la cantidad de personas de tercero que conocía Emily. Reconocí al chico como parte de ese curso mucho antes de que Emi le dijese senpai, y me quedé con su apellido por simple costumbre ya. También me quedé observando el intercambio entre ambos sin intervenir en ningún momento, solo aprovechando la situación para hacerme una idea de la clase de persona que era el moreno en base a ese mismo intercambio. Curioso cuanto menos, porque me pareció que su personalidad no se alejaba mucho de la mía, por lo menos en algunos puntos concretos, y me hizo preguntarme si Emily no tendría una tendencia a buscar la compañía de los que éramos así: silenciosos, analíticos y quizás algo solitarios. Descarté la idea prácticamente al momento, de todas formas, porque el historial de amistades de la chica era lo suficientemente variado como para dejar claro que aquello no era cierto. Que Emily no buscaba la compañía de nadie en concreto, si no de todo el que le fuese posible. Me olí las intenciones del muchacho en cuanto le preguntó a la morena lo que iba a comer, pero era obvio que a ella ni se le había pasado la cabeza y no era yo las de inmiscuirme, así que por supuesto que no dije nada. Acepté mi postre de manos del chico cuando llegó el momento y vi de reojo como Emily pretendía rechazarlo, para acabar aceptándolo de igual manera no mucho después. La conocía lo suficiente para imaginar el debate interno que habría tenido sobre si era mejor aceptarlo o no, antes de decidirse por lo primero. —Gracias senpai —murmuró, haciendo una reverencia bastante pronunciada—. ¡Iré entonces a por los almuerzos! ¡Esperadme aquí! Prácticamente salió corriendo hacia el exterior de la cafetería, imaginaba que un poco avergonzada tenía que sentirse por pensar que había hecho que el chico le comprase algo que no le correspondía o algo así, y yo aproveché para girar la cabeza y mirarlo. —Voy a buscar una mesa. Puedes quedarte con nosotras si quieres —le dije, con el tono neutral de siempre, justo antes de comenzar a caminar en busca de la susodicha mesa. Contenido oculto Tuve que dejar a ka-chan pero sé que no es el personaje más interesante de rolear así que bueno, como tú veas uwu si quieres seguir roleando otro rato y ya luego hago un post con emi, o si quieres dejarlas ahí y poner que emi le trajo el bento, o dejarlo aquí... en fin, que no te sientas obligada a nada, como siempre (?)
A Hodges se le hizo lío mental para aceptar lo que había comprado, más que confirmado, sin embargo logró anteponerse a eso y yo tampoco removí la mano hasta que lo consiguió, claro. Les dejé sus postres a ambas como si las anduviera cuidando o algo, regresé las manos a los bolsillos y para cuando quise acordar, Emily ya había desaparecido. Supuse que iría a buscar el famoso bento perdido y, bueno, también el suyo y el de esta niña. Reposé mi mirada en ella, aunque realmente se me dio por preguntarme quién habría sido la destinataria original del almuerzo extra. ¿Hiradaira, quizá? La amiga de Kohaku. Sentí una molestia extraña apenas hacerme su imagen mental, como si algún hilo lejano se hubiera tensado apenas lo suficiente para provocar un mínimo chirrido. Fue una cosa sutil, tanto, que podría haber calificado como delirio, así que seguí a lo mío sin concederle más importancia de la poca que tenía. Habló, entonces. La niña abrió la boca, la atendí y asentí, siguiéndola entre la gente de la cafetería. Le dejé enteramente la decisión de qué mesa pillar y una vez allí me senté, preguntándome si debería decir algo o qué coño. —¿Así que eres de segundo también? —se me ocurrió soltar, tan serio que parecía de mala hostia. Contenido oculto me quemé el cerebro jugando al child of light pero haru de niñera? my soul needed this for sleep
Le hice el ofrecimiento porque sabía que Emily lo hubiese querido hacer, y a mi en realidad me daba bastante igual, y por lo que había visto del chico hubiese dicho que las probabilidades de que aceptase estaban en un 50/50. Al final lo hizo, simplemente asintiendo con la cabeza, y me siguió por el recinto hasta que me decidí por una mesa libre. Nos sentamos en los correspondientes sitios y me dispuse a sacar el libro que siempre llevaba conmigo, porque ya estaba visto que bastante igual me daba todo lo que sucediese a mi alrededor y que, si me dejaban, me ponía a leer en los sitios más inexpicables. Sin embargo, el mayor me dirigió la palabra entonces y, claro, levanté la vista para prestarle atención. —Sí, voy a la 2-2 —contesté, con el mismo tono de siempre y sin inmutarme por su seriedad—. Y tú a tercero, asumo. No era mi intención hacer una conversación demasiado extensa, en gran medida porque tampoco sabía muy bien como hacerlo y me daba la sensación que lo mismo parecía sucederle a este chico, pero ni aunque hubiesémos querido habíamos tenido mucha oportunidad. Emily apareció como alma que lleva el diablo no mucho después de que le hubiese devuelto la pregunta a Haru y cuando se acercó a la mesa me di cuenta por su respiración que la tonta seguro había corrido para recogerlo todo rápido o algo por el estilo. Claro que no tenía ni idea de las notas que había encontrado y se había guardado en el bolsillo de la falda, ni de que esas mismas le habían hecho darse aun más prisa si es eso era posible. —¡Aquí tienes, senpai! —exclamó, con la alegría usual para intentar disimular su aspecto, extendiéndole primero el almuerzo al chico—. ¡Espero que te guste! Luego me entregó mi propio bento, se sentó a mi lado, y después de un buen rato ya se dignó a acomodarse su propia caja delante de ella. Intercaló miradas entre ambos, expectante, y fui yo la primera que decidió abrir su bento para probar la comida de su interior y darle el visto bueno, lo que le permitiría empezar a comer con algo más de tranquilidad. La conocía demasiado bien a aquella alturas. >>Ah, senpai. Vosotros también habéis tenido que entregar un proyecto, ¿no? ¿O tú no tuviste que hacerlo al final porque acababas de apuntarte? Contenido oculto Haru de NIÑERA SO CUTE I MAY DIE le tocaron buenas niñas uwu
Hombre, no era yo ningún puto pesado, creo que al menos eso se notaba de acá a Canadá. La pregunta se la solté antes de que notara el libro, caso contrario habría cerrado el pico y aguardado tranquilito a que Hodges regresara. No era de leer mucho pero vaya, con la mala hostia que me podía generar ser interrumpido haciendo cualquier mierda que, claramente, invitaba a no ser molestado, no iría a hacerle lo mismo a nadie. En fin, igual vete a saber si esta niña traía el programa instalado para enfadarse. Un poquito de curiosidad sí me daba, siendo honestos, pero por supuesto no haría nada al respecto. Ni que me correspondiera. Asumió que iba a tercero y me limité a asentir. De la forma que fuera, Hodges no tardó en aparecer. Había venido hecha una bala y me la imaginé correteando de acá para allá, hasta el segundo piso, luego los casilleros y de regreso aquí. Qué ganas, de verdad. Ya de paso, habíamos dicho que no me llevaba del todo bien con los excesos de energía, ¿verdad? Pero bueno, igual la niña en sí no me molestaba ni mucho menos, sólo era un poquito exagerada. Ni que fuera a ponerme quisquilloso cuando me estaba invitando al almuerzo. —Gracias, Hodges —murmuré, aguardando que tanto ella se sentara como que su amiga tuviera también la comida para disponerme a ello—. Gracias por la comida. Aquello lo arrastraba de mi época viviendo con los Sugawara, sólo lo dije en voz baja y con los ojos cerrados antes de probar el primer bocado. Ya sabía que Hodges cocinaba bien, así que no fue una sorpresa que estuviera rico. En lo que masticaba, recibí su pregunta y asentí. Tragué antes de contestar, claro. —No, yo no tuve que hacerlo, sólo ayudé a unos compañeros con ello. ¿A ustedes cómo les fue con eso? Qué coraje, ya que estábamos, de haberle clavado un puto 2 a un informe que claramente estaba por encima de la media. Pero vaya, ni que fuera mi problema. Contenido oculto iba a poner "de acá a la China" bUT THEN I REALIZED
Sinceramente, no había sido mi intención correr de un piso a otro para recoger los bentos como si me llevase el diablo, que era plenamente consciente de mi nula capacidad física y tampoco pretendía hacerme pasar por ese sufrimiento innecesario si podía evitarlo. Pasaba que, claro, entre la cola de la cafetería y demás, se había pasado parte del receso, y me preocupaba que no tuviésemos tiempo de comer tranquilamente. Las notas que me encontré sobre el bento del casillero de Anna me pillaron completamente desprevenida y, tampoco iba a mentir al respecto, me lanzaron encima una nueva ansiedad que en aquellos momentos me sentó como un balde de agua fría. Había pensado que darle espacio a la chica era lo correcto a hacer en esa situación, pero el hecho de que lo que se esperase de mí fuese exactamente lo contrario, que lo correcto sería ir a buscarla a su casa, me hizo cuestionarme si no estaba siendo una mala amiga y estaba tomando todas las malas decisiones. Ni siquiera le pude dar muchas vueltas al asunto, porque recordé que tenía a personas esperando por mí en la cafetería y reaccioné a tiempo para guardarme las notas en el bolsillo de la falda y seguir con mi misión. No podía permitirme estropear aquellas expectativas también, ya de paso. Logré disimular bastante bien cuando llegué, o eso quise pensar porque uno nunca sabía y menos delante de dos personas tan analíticas, pero al final la sonrisa que se me formó por el agradecimiento del chico fue lo suficientemente genuina para no tener que disimular más durante lo que durase el almuerzo. Era así de simple, al final y al cabo, un simple agradecimiento me daba combustible para el resto del día. —Ah, qué suerte, pero seguro que no te libras del que viene~ —comenté, por la pura gracia de hacerlo, mientras me dedicaba a comer también ahora que todo estaba en su sitio—. ¡Bastante bien! Mi grupo ha tenido un siete y el de Kashya un nueve~ La suertuda está con otra chica del club de lectura en su clase y les ha tocado juntas, ¡así cualquiera! Contenido oculto JAJAJAJA problemas del mundo asiático (?) Bueno, y por aquí cierro también~ muchas gracias por haber cuidado de mis dos nenas, harurin, kami-sama te lo compense uwu y, lo siempre, un placer haber roelado contigo este receso uwu
Estábamos a pura broma y chusmerío, pero apenas dijo que esperaba no fuera una chica de primero acabé echándome la misma seriedad encima al asentir porque mira, estaba un poco loca pero también tenía mis estándares, y no estaba segura de que una niña de catorce, quince años supiera qué coño hacer de su vida como para liarse con un profesor, por muy joven que fuera. Bueno, ¿y qué diferencia real había entre eso y tener dieciséis, diecisiete? Pues no sé, hombre, la cabeza te hacía un par de clicks entre esos años. Al menos por lo que veía a mi alrededor. Ya luego dijo que prefería a los de su edad y medio chasqueé la lengua, rodando los ojos. A ver, mucho filtro tampoco tenía. —Qué va, hay algunas excepciones pero la mayoría son unos putos niñatos —me quejé con soltura, agitando la mano libre—. Riri, ¿alguna vez estuviste con un tío de veintitantos? Te digo, a whole new experience~ Estaba asumiendo bastante que a la chica, en efecto, de pura ya no le quedaba mucho, pero con semejante comentario del ascensor tampoco me dejó grandes opciones. Pero bueno, que asentí a eso de ver al señor con mis propios ojos y hombre, pues claro, ya tenía dos excusas perfectas para molestar a Riri. Además, ¿no iba a la clase de Sean? ¿Y si también era la de Alek~? Solté una risa breve en cuanto me dio sus recomendaciones de la cafetería, pues recordaba lo mucho que siempre le habían gustado los dulces de pequeña y me dio ternura que no hubiese cambiado. Además, ¿no que ahora tenía una idea super clara para regalarle tonterías a la primera de cambio que me apeteciera? ¡Como estas paletas que comíamos de niñas! Ya íbamos llegando a la cafetería, así que repasé el espacio y sin soltar su brazo comenzamos a dirigirnos a la fila. Noté sin el menor esfuerzo el tono de su pregunta y esbocé una sonrisa suave, casi como si pretendiera molestarla o hacerme de rogar. Para añadirle suspenso, también, aunque no tardé nada en soltar la información. —Eh, se llama... —Arrugué el ceño, algo consternada, aunque no tardé en recomponerme—. Bueno, no recuerdo el nombre, pero le dicen Maze~ Es pelirrojo y de lo más simpático. ¿Lo conoces? Luego solté otra risa y me encogí de hombros, suspirando con una cuota extra de dramatismo. —Qué va, tuve que irme así que ni comidita casera le pude robar. Such a disappointment~ ¡Pero bueno! Aún queda mucho de año escolar, ¿o no? Lo cierto es que igual todo ha sido bastante divertido, si recibí una bienvenida de lo más cálida y todo~ Lo deje en el aire totalmente por hija de puta, si hasta lo dije con una sonrisita y todo. Contenido oculto alaverga yo ultra convencida de que te tocaba responder a ti pero cuando posteaste con ken-chan y no con riri pENSÉ PENSAMIENTOS
Giré la cabeza, un poco de golpe, para mirarla cuando chasqueó la lengua y la sorpresa que se instauró en un principio en mi rostro acabó transformándose en una verdadera carcajada divertida. Que los de nuestra edad eran unos niñatos decía, como si nosotras fuésemos las personas más maduras del mundo o algo. Y mira que no estaba diciendo que no fuese verdad, porque en realidad tenía bastante razón, pero igual no pude evitar que me hiciese gracia. —Bueno, Milly, es que a mí me acaban de presentar en sociedad, aun no he tenido oportunidad~ —canturreé, sin perder el tono de diversión en ningún momento, y acabé por echar la cabeza sobre su hombro mientras seguíamos caminando—. Pero si tú me presentas a alguien así, yo te cuento qué tal la experiencia, ¿sí? Lo había dicho en broma, porque la verdad era que ni de coña me creía que alguien de más de veinte años se fuese a fijar en mí, de ahí que con el camarero guapo de Shinjuku me bloquease y solo me quedase mirándolo como imbécil desde la barra, pero tampoco dudaba de que Abby pudiese tomárselo en serio y, bueno, no iría a negárselo si me hacía el trabajo previo. De una u otra manera, llegamos a la cafetería en ese instante y nos acercamos a la fila, aun enganchadas del brazo como si nos hubiesen pegado con cola o algo. Por suerte habíamos llegado bastante temprano, así que no había mucha gente esperando, y avanzamos a buen ritmo mientras me respondía a la pregunta que le había hecho sobre su tour. >>¿Maze? No me suena nada, nope —comenté, para después encogerme de hombros, quitándole importancia, y no tardé en centrarme en otra cosa que dijo mucho más interesante—. ¿Una bienvenida cálida? Suena a que ya te has encontrado a alguno de los salidos de turno, me pregunto a quién~ Contenido oculto JAJAJAJ no pasa nada, bebi <3 also acabo de recordar que en un fic me tomé la libertad de hacer que Ri conociese al Krait, solo de vista, y como soy weak por ese man pues no lo puedo dejar en paz (?) ALSO X2 sé que fuiste ahí con sasha hace nada pERO nunca roleé en la piscina y me hace ilu, so si quieres postear ahí diciendo que Ri la guía o algo pues uwu y si no, ya luego lo hago yo sin problema, vaya
—Hablas como si siempre estuviera haciendo cosas malas, so mean Zeldy you know im better than that~ —Se permitió reír con suavidad aunque se mantenía mirándolo de manera seria por lo que estaba implicando su comentario, en especial viniendo de él cuando ambos sabían que era más probable que el castaño se metiera en más problemas que él mismo. —Me importa mucho, se llama ser sociable, ¿no? —Esta vez su mirada se relajó para ser mas amable como su sonrisa —, claro, te acompaño de paso me compro algo yo también. —Así comenzaron a bajar los pisos hasta llegar a la cafetería, por suerte parecía estar algo más despejado en comparación a otros días. —Oh, recordé que tenía que decirte algo... iré a visitarte un día de estos, solo para que sepas.