Shizuoka Shizuoka

Tema en 'Prefecturas' iniciado por Amelie, 6 Septiembre 2020.

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    Ikoma-kun

    Ikoma-kun Rolero, dibujante

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    Misato Aoyama

    Escuché las palabras de Yin mientras tallaba mis ojos al ver el fulgor en el faro dedicado al valiente Kenzaburo; enterandome del infortunio de sufrir bajas entre la flota. Yin no podría partir con prontitud había quedado varado junto a sus hermanos...pero sabía que no estaba solo.

    Sonreí al ver cómo seguía aún disculpandose por no frenar a un asesino despiadado como Masaki.

    Ver a Yin era casi como ver la candidez y sencillez de un niño, a pesar de su estatus de guerrero, reflejaba muy bien sus más nobles sentimientos; deseaba no desampararlo, menos en el corto periodo de paz obtenido por la victoria.

    —Hiciste cuanto pudiste Yin... dejando de lado la dolorosa pérdida de los guerreros del mar...está puede ser una oportunidad de conocer nuestra tierra, prometo estar a tu lado el mayor tiempo posible ¿Si?

    Cuando se disculpó de nueva cuenta el recuerdo de Masaki y la cruenta batalla en la herrería, podía ver cómo la culpa le consumía como el fuego a la madera.

    —¿Sabes? Por mi parte siempre creo que tú estuviste a mi lado aquel día en Chiryu—Desate el lalago de la saya violeta,tome su mano para depositar la campanilla en la palma...aunque sin apartar mi mano— tus oraciones fueron arma cruciales para preservar la justicia y salvar mi vida.

    Entonces recordé un pequeño detalle, pequeño pero bastaría para paliar el ambiente de tristeza imperante.

    —uh ¿Es cierto que fue un regalo de tu madre?—pregunte con interés, no solo por la historia del lalago sino en escuchar algo agradable en medio del dolor— madre tenía algo como este pero...¿te importaría contarme la historia sobre el?—pregunte aún más curiosa, en Kamakura no tuvo oportunidad de relatar su historia por la urgencia de la misión.
     
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    Amelie

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    [Kirara; Riku; Shinko; Kojiro]

    Kojiro afirmó ante las palabras de Riku — Si algo se hace con moderación puede ser juzgado después como insuficiente. He escuchado que cuando uno piensa que ha ido demasiado lejos, no se ha equivocado. Nunca se debe olvidar esta regla; no quiero que calles, quiero que explotes y me hagas sentir orgulloso. Es importante que comiencen a conocer a la escuela Ganryu, tienes un peso importante sobre de ti ahora, porque un error tuyo me arrastrará en la misma corriente.dijo recompuesto mientras terminaban su recorrido por el agua para llegar a la arena, allí exprimió lo que pudo de su ropa, arrugándola considerablemente; no estaba sucia ni rota; no tenía sangre —Veo que has entregado a Kosu —dijo mientras Kirara se acercaba junto a Shinko —Ambos dejamos ir nuestro pasado.

    —¿Qué ha sido todo eso?— inquirió Kirara mientras los observaba confundida.

    Kojiro desenfundó lo que quedaba de su nodachi, tan ligera sin el peso del largo sable, sólo quedaba una punta destrozada —La despedida a una vieja amiga —dijo para voltearse nuevamente a mirar el horizonte; tomó aire con fuerza y con un grito lanzó lo que quedaba de su vieja nodachi, dejándola descansar en el mar; volvió hacia Kirara — Escuché de la técnica que usas en combate —dijo como si todo lo que acaba de suceder no hubiese pasado — Su canto no va con el tuyo— después miró a Riku —Podrían ser mis alumnos, así como lo es Riku.

    —Gracias; ahora que he visto la técnica de mi padre, deseo perfeccionarla— mencionó Kirara rechazando la oferta de Kojiro, quien inmediatamente miró a Shinko para escuchar su respuesta. Shinko también negó.

    —Su rechazo no puede ser doble; al menos permítanme, en un momento mas propicio, poder invitarlos a una ceremonia del té.

    Kirara afirmó con una sonrisa sincera.

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    [Kohaku; Rengo]

    Rengo lo observó confundido ante la pregunta, apretó sus párpados para evitar volver a tallarlos —Ya no puedo sentirla porque yo he perdido la mía —su voz era baja, nuevamente la vergüenza estaba presente —pero tú la tienes, estoy seguro porque yo la sentí. Es una energía que vive dentro de ti y es liberada para crear protecciones o incluso hacer sellos como los de Itami, aunque la tuya es distinta a la que yo tenía; mientras la mía se sentía más como una ventisca, la tuya se siente como un cálido rayo de sol — la naturalidad de su voz hablando de temas tan extraños hacían sentir que la conversación trataba de algo tan trivial como el tomar agua.

    —No quiero volver a Kamakura; pero estoy obligado a ello, porque sé que es el único sitio que me va a dar las respuestas que necesito, porque allí...—Se detuvo. Miró la máscara nuevamente, limpió las lágrimas que habían caído en ella; eran pequeños detalles que había tomado de Yuzuki, el siempre devolver todo como te lo habían prestado; por educación.—Creo que es necesario que vengas conmigo — acomodó la piel de lobo sobre sus hombros para levantarse lentamente evitando tirarla en la arena —Es importante que conozcas también esa parte de ti —sonrió nuevamente —Y para ello debes entenderte por completo, mostrarte como realmente eres —volvió la vista a la máscara, por un instante parecía que Rengo iba a dejarla caer; pero negó por debajo sonriendo, para después volver a levantar la vista y extenderle la máscara a Kohaku —Eres tú el único que decidirá; pero te ayudaré, así como Kuroki me ayudó a mi. Ahora soy más ligero gracias a un amigo que no quiso dejarme solo; tal vez ahora se me ha contagiado un poco su heroísmo de querer ayudar a quien no pide ayuda—soltó una carcajada sincera —Ahora es mi turno de ser la sanguijuela —mencionó sin contexto alguno, haciendo que sonara bastante incómodo.

    —Vamos con Yuzu— dijo señalando hacia donde se encontraban para después detenerse y observar como ella y Takano se abrazaban, sonrió mientras se mordía la lengua —O podemos esperar un poco y reírnos a distancia —miró a Kohaku, para después masajear su rostro —¿No lo dije cierto? —Rengo no era ordenado de pensamientos como Kohaku, hablaba como si las personas le leyeran la mente, explicaba muy poco y hablaba demasiado sin realmente dar mucha información —Gracias —mencionó para después apretar la piel de lobo en sus hombros, demostrando que aquello le era difícil de decir —Por hoy y por... —apretó con mas fuerza la piel de lobo, llevando su otra mano a su estómago, dónde tenía aquella cicatriz de la herida que casi lo mata, de aquel día dónde sintió el frío mas desolador de su vida —... Y por lo que hiciste por mi en Kamakura — clavó su mirada en él —No soy un asesino —negó —Bueno yo... tal vez ahora lo soy — llevó su mano a la frente empujando su cabello hacia atrás como si aquello acomodara sus ideas — Quiero decir, yo...— respiró con fuerza —... Yo no maté a Hana, sólo protegía a alguien a quien quiero —miró al suelo dejando ir el aire contenido mientras recordaba a Natsu. Sus emociones tenían muchos niveles, pero a pesar del caos, no había ningún error en ellos.

    Rengo avanzó hacia dónde Yuzuki y Takano se encontraban.

    Gigi Blanche

    Esta es la última respuesta que puedes tener antes de que cierre la noche :3 (mañana cierro noche) y continúa leyendo abajo.


    [Yuzuki; Takano]

    Dejó escapar una risa ahogada, esas que sólo resuenan levemente pero vibran el pecho —Ya no tiene sentido ocultarlo. Arruiné mi propia estrategia; pero no lo consideró como una derrota, a mi visión ha sido una victoria.— Ya sentía las miradas encima; pero retirarse ahora sería cobardía, sería negarse un momento que necesitaban, por primera vez sería egoísta y pensaría para su propio gusto.

    Rengo se acercaba a ustedes, los observaba nuevamente, aunque sus ojos se le notaban irritados. Si bien era por llanto, gran parte de eso era por haberse tallado los ojos con arena en sus manos.

    Yáahl
    Pobre Jiin jajajaja el que quería ayudarlos y no le salió.

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    [Togashi; Hideyoshi]

    Togashi y Hideyoshi compartían su dolor como, eran dignos guerreros que aceptaban las condiciones de la guerra, todas las personas de alta cuna y humildes, ricos y pobres, viejos y jóvenes, iluminados o confundidos, tienen una cosa en común: morirán algún día. Se sabe bien que todos moriremos, pero nos aferramos a un fierro ardiendo, no soltamos. Aunque sabemos que moriremos algún día, creemos que todos los demás morirán antes que nosotros y que seremos los últimos. Nos parece que la muerte está muy lejos. Es un mero juego soñado, de nada sirve pensar de este modo y descuidarse. Como quiera que la muerte esté siempre a las puertas, debemos esforzarnos y obrar con presteza. Ambos sabían eso, y por ello estaban ahora allí, conversando de alguien que tomó la decisión de matar a alguien, aunque se trataba de una misión difícil de realizar a base de avanzar directamente, no abandonó. Pudo flaquear, pudo perder la oportunidad, y fracasar. Pero así es la senda del guerrero, es una vía de presteza, y es mejor arrojarse de cabeza al desafío.

    Mientras esperaban, una mujer se acercó a Hideyoshi —Perdone la descortesía —mencionó ante Togashi para después entregarle una misiva a Hideyoshi.

    Bruno TDF John Whitelocke

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    [Misato; Yin]

    Yin sonrió al escuchar las palabras de Misato, pues nada lo podía hacer mas feliz que permanecer el mayor tiempo posible a su lado —Permíteme ser yo quien siga tus pasos; no entorpeceré tus decisiones; lo prometo — Había creado una promesa difícil de romper, pues el destino los había juntado en el camino del otro, y ese mismo destino parecía disfrutar entrelazar sus vidas de maneras inesperadas.

    "¿Sabes? Por mi parte siempre creo que tú estuviste a mi lado aquel día en Chiryu"

    La voz de Misato era tan suave que se distrajo de su movimiento, su mano ya estaba sobre la suya con el lalago como intermediario; por un momento desvió su mirada para revisar si alguien los observaba, pues aquello para él, representaba una brecha rota, una que sólo se tenía con alguien sumamente cercano. Pero no le incomodaba, estaba en paz.

    —De mis hermanos yo fui el menor; fui el último hijo que mis padres engendraron. Nací un invierno, dicen que jamás lloré, por lo que los médicos creyeron que había nacido sin vida; pero mi madre supo que estaba vivo, pues ella dice que me vio sonreír —Sonrió — Enfermé a los pocos días de nacido, era muy débil; se empezaron a crear los rumores de que posiblemente moriría, lo que demostraba que el linaje Tao comenzaba a carecer de fuerza —miró a su mano con la de Misato —Pero mi madre me amaba tanto que no me dejaría ir, así que pidió la campanilla de bronce a un monje y fue ella quien ató las monedas e hizo la borla, este sería un amuleto para protegerme del mal el cual ató a mi muñeca —Hizo una pausa, había duda en su rostro, no sabía si continuar con la historia —Una noche, mientras ella aun dormía, la campana sonó. Esto levantó a mi padre quien descubrió a uno de los médicos dándome un veneno el cual era el responsable de mi estado de salud —levantó la vista a Misato, pues sabía que ese era un tema sensible para ella — Ese hombre era aliado de un detractor político de mi padre; el cual buscaba manchar su linaje. Pero gracias a este lalago mi vida fue salvada — Dejó escapar una pequeña risa —Y la carrera política de mi padre fue en ascenso desde entonces; pues consideraron que mi fuerza había sobrepasado el veneno, por lo tanto el linaje Tao era fuerte. Pero la verdad, es que el amor de mi madre era lo verdaderamente fuerte —miraba las reacciones de Misato, preocupado por haberla alterado con la historia de los venenos —Es por eso que decidí dártelo; pues es lo más preciado que tengo.

    Kuno Vizard Esta es la última respuesta que puedes tener antes de que cierre la noche :3 (mañana cierro noche)
     
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    John Whitelocke

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    Soga no Hideyoshi 曽我秀吉

    Shizuoka


    Togashi buscó tranquilizarlo respecto de sus sueños premonitorios, aunque en un principio quedó boquiabierto cuando supo que la visión que había tenido sobre Togashi parecía cumplida. No obstante, prefirió centrarse en la charla sobre su difunto amigo.

    —Yo pienso que ustedes dos eran amigos sin saberlo. Como en un grupo donde hay dos que no hablan mucho entre sí, pero se sienten parte de algo, se entienden, y saben que lucharían codo a codo por una misma idea, por un mismo fin. Esos también son amigos, camaradas. Nos imaginé a los tres entrando a Kioto para demandar la rendición del emperador, junto a Takeda. Un sueño tonto, pero un sueño al fin. Ahora nunca podrá ser, no de esa manera.

    Una mujer se le acercó para darle una misiva. Se apartó unos pasos de Togashi, solo un poco, para leer en privado. Cuando leyó la carta se quedó tieso, duro e incrédulo. Guardó nuevamente su carta, y no lo dudó.

    —Que bueno que estás aquí, Caballo—le decía a su caballo, de nombre homónimo a su especie—, porque tenemos un viaje que hacer. Amigo—se dirigía nuevamente a Togashi—, por favor, dile de mi parte a Takeda que he de partir por algo personal. Cuanto antes sea, mejor. No olvido que soy un Minamoto por decisión, aunque un Soga de sangre. Volveré.

    Se subió a lomos de Caballo, quien empezó a agitarse, sabiendo que se venía un viaje de largo tramo. Mandó a llamar a los seis anónimos jinetes que se habían inmortalizado en la Batalla de Shizuoka, a quien les prometió que nunca los olvidaría y que serían reconocidos.

    —Si pregunta, dile que voy a la ciudad de Mito, y me llevaré a estos seis hombres que lucharon en mi escuadrón para escoltarme, será un camino duro. Espero regresar cuanto antes. Cuídate, que ya no somos desconocidos en Japón, a donde vayamos, somos Minamoto, rebeldes contra el Emperador.

    "Adiós Kenzo, lamento no estar para ver el final de tu homenaje y despedida. No me olvido de la lista de Kozaemon, no me olvido. Adiós amigo", se dijo.

    Y partió, junto a sus hombres.

    Ciudad de Mito
    Trote normal así mi caballito no se me muere. Si tengo que rolear en las prefecturas intermedias que están de paso lo haré.
    Me tomé el atrevimiento de agarrar a los 6 jinetes que eran originales de mi escuadrón y sobrevivieron ante todo, para que me acompañen como npcs, pero entiendo que no quieras hacer 6 personajes nuevos con nombre, apellido e historia, así que no sé, que queden medio así, anónimos, o yo les iré poniendo nombres y veré jaja
     
    Última edición: 31 Agosto 2021
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    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

    Piscis
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    Kohaku Ishikawa
    Costas de Shizuoka

    Noté que no era una pregunta sencilla para Rengo, el asunto de su energía espiritual, y aún así se esforzó para brindarme una respuesta. No me había aclarado mucho que digamos, no era el mejor orador del mundo, pero estaba dando lo mejor de sí y habría sido cruel de mi parte insistir. Mi única opción fue quedarme con el desconcierto de oír que yo también la poseía, fuera lo que fuera, que podía proteger y se asemejaba... a un rayo de sol.

    Girasoles.

    Las imágenes parpadearon frente a mí. El campo dorado del anciano Tomoka, el silbido de las flechas de Chiharu, el calor veraniego, el mechón de nieve y los ojos de luna de Chiasa. Su voz, llena de energía, suspendiendo un girasol junto a mi rostro. Su sonrisa.

    ¿Ves, Ko?

    Son del mismo color.

    —Iré contigo, entonces —afirmé sin dudas en mi voz, repentinamente serio, y una chispa de preocupación empañó mi semblante—. Itami me había dicho que permaneciera alejado de mi padre pero... sea lo que sea, necesito saberlo. Es mi familia, después de todo.

    La única que me queda.

    Noté la gentileza con que limpiaba sus lágrimas de la máscara y luego cómo se aferraba a la piel de lobo. Me incorporé también, sacudiéndome un poco la arena de la ropa, y me alegró que la segunda no me la devolviera. Habría sido difícil explicarlo, quizá fuera porque en ese simple gesto comprendía que me había aceptado en su espacio. Que mis palabras lo habían alcanzado y, así fuera mínimamente, habían ahuyentado a los demonios. Recibí su sonrisa, no pude más que reflejarla y recogí la máscara entre ambas manos. Allí de pie la luna lo iluminaba diferente, lucía más brillante y pensé que había cambiado. Lo conocía poco y nada, pero sentía que había recorrido un largo camino.

    Lo de la sanguijuela fue hasta anticlimático, no lo iba a negar, pero la risa que me arrancó del pecho me ayudó a relajar toda la tensión que había acumulado en el cuerpo. Me alegró también saber que Rengo y Kuroki se habían hecho amigos, como si pudiera dejarlos a ambos al cuidado del otro y permanecer tranquilo. Mi sonrisa lo reflejó todo, probablemente, y pensé que debía agradecerle pero para cuando puse mis ideas en orden, ya había empezado a caminar. Fui a su par, la brisa marina olía a sal y me detuve un poco de golpe al distinguir un par de siluetas cerca del puerto. Estaban... ¿abrazándose? ¿Eran Yuzuki y... Takano?

    La idea de Rengo de reírnos de ellos por poco me espantó, ya que me sentía terriblemente incómodo por espiar lo que, creía yo, era un momento íntimo. Regresé mi atención al muchacho de forma algo abrupta, con un leve sonrojo tiñéndome las mejillas, y apreté la máscara entre mis dedos. Sentí el impulso, el deseo de volver a colocármela, pero decidí juntar coraje y aguantar unos minutos más. Quería ver a Rengo a los ojos.

    Que él me viera a mí.

    Gracias.

    Liberé el aire despacio, regresando a mi centro, y esbocé una sonrisa tranquila. Era el tipo de sonrisa que buscaba convocar la brisa, arremolinarla a nuestro alrededor y aligerar su espíritu. Cargara el peso que cargara.

    Yo no maté a Hana.

    Lo sé.

    Puedes quedarte tranquilo, nunca dudé de ti —murmuré, en un tono estúpidamente suave, y mi sonrisa fue tan amplia que me forzó a cerrar los ojos—. Gracias a ti, por querer ayudarme y por confiar en mí.

    Avanzamos por fin en dirección a Yuzuki y Takano, había regresado la máscara a mi rostro antes de comenzar a caminar. Incliné la cabeza hacia ambos a modo de saludo y despedida, puesto que ya era tarde y probablemente nos echaran en falta en el castillo.

    —Me retiraré, nos veremos mañana si los dioses lo permiten. —Volví el rostro hacia Rengo, Chiasa se trepó a mi hombro y chilló alegre, como si también lo estuviera despidiendo. Suavicé la sonrisa antes de hablarle, indicándole la piel de lobo—. Puedes quedártela. Dices que por algo vistes de negro, pero yo creo que el blanco te sienta mejor.

    Y me marché en silencio, pero con pasos mucho más livianos, en dirección a la ciudad.


    oh shoot lo que disfruté esta interacción no tiene nombre ;; so frickin wholesome
     
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    Gigavehl

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    Kuroki Fusatada

    Takeda respondió con melancolía pero aún así no había descontrol alguno, solo tristeza por la partida de Kenzaburo... Al menos me dejaba estar a su lado, y se lo agradecía de una forma inmensa, anhelaba darle más, quería consolarlo pero era todo lo que podía hacer... y yo ignorante que de hecho, por poco Takeda ya no sería el mismo de ahora...

    —No solo soy una luz, Takeda... también quiero ser un guerrero... un hombro con el que pueda apoyarse, quiero ser alguien con quien pueda ser su confidente y ser también una pieza vital en el clan. Tras esta guerra... dudo que los Taira dejen de ir con cuidado y decidan ir con todo ya, Kenzaburo hizo mucho por mi estos últimos días y me habría gustado darle por lo menos las gracias, pero yo tampoco dejaré morir su legado, y quiero hacerlo como veo que ya lo hacía con usted. Estar a su lado y encarar cualquier obstáculo, esa es mi meta... siempre lo fue desde Nara—. Dije, aún triste pero por lo menos un poco más recuperado, mientras seguía viendo el horizonte... me había quedado callado por un momento, tal vez más extenso de lo normal, mientras en determinado punto cerré los ojos con desánimo y hasta saqué la escama que Kibo me había regalado en Nagoya para juguetear con el mismo en mi mano derecha...

    Suspiré pesadamente y volví a abrir mis ojos, para cuando lo hice, volteé detrás mío y a lo lejos pude ver a Kohaku y a Rengo caminar. Intuía que por lo que escuché momentos atrás y ahora lo que había descubierto tendría que estar con él ahora más que nunca... al menos hasta que se recuperara, no me gustaba la idea de vernos obligados a separar caminos por alguna obligación, tal vez no era el momento pero tampoco me iba a oponer si era necesario.
    Volví mi vista al horizonte, y poco después volví a hablar...
    —Maestro, Rengo actualmente se halla mal, y... me gustaría estar a su lado un poco más, creo que desearía volver a Kamakura y no quiero que vaya solo, tengo también que darle un par de cosas. Comprendo si no es lo mejor y por el momento convendría quedarme aquí, pero bueno, es una larga historia, el cual me encantaría relatarle después. Así está al tanto de todo lo que hice en mi ausencia. Si me lo permite, yo estaré agradecido—. Dije con calma y con cuidado, no es que tuviese miedo, simplemente no quería perturbar algo, Rengo era muy impulsivo y en cierta medida me incluía, de cualquier manera, si es verdad que Rengo querrá investigar lo del sello, me gustaría saber más e ir a ese archivo que me mencionó en su día antes de todo este caos. Así tal vez podría advertirle a aquel también...

    Volví a suspirar, igual no tenía ánimos de nadamas, estaba cansado por obvias razones pero no quería dejar nada a la espera de nada, solo pedía esta ultima petición y la verdad es que ya confiando que Rengo, de estar entero o al menos relativamente, es cuando podría dejarlo a su bola si es que nos llegasen a separar... tenia el tema de Kawa. Sin Mara de por medio no tenía manera de saber cómo se encontraba, mucho menos sin mis informantes ya... ahh... como quisiera volver a ver a aquella informante de Kenzaburo. De verdad me dolía que lo único que se había logrado había sido en Chiryu y aún así no habíamos logrado decir nadamas...
     
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    Zireael

    Zireael Equipo administrativo Comentarista empedernido seventeen k. gakkouer

    Leo
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    Yuzuki Minami
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    Su risa más que oírse de dejó sentir, fue una vibración, una onda como las que quedan sobre el agua cuando una gota cae del cielo y me permití una sonrisa suave. Seguía sin apartarse además, así que entre todo, la verdad es que yo también iba a considerar todo eso una victoria y ya, una de las grandes. Mi desastre había amainado, el fuego que había amenazado con apagarse bajo mis propias lágrimas había recuperado su fuerza usual y allí estaba, palpitando como un corazón, despacio pero de forma constante.

    Me pareció oír pasos, también detectar movimiento por el rabillo del ojo, así que me separé con cuidado de Takano y aunque eché un poco en falta la calidez ajena no pude disimular del todo la tranquilidad que también me brindó ver a Rengo acercándose acompañado de Kohaku. Llevaba la piel de lobo del muchacho encima, así que no había que pensarlo mucho para saber que lo habría ayudado aunque fuese un poco. Tenía los ojillos irritados, pero la verdad era que yo también así que no pasaba nada.

    El cielo no pide permiso para llover.

    Le dediqué una sonrisa a los dos en cuando Kohaku nos saludó con una inclinación de cabeza y crucé los brazos bajo el pecho en lo que se despedía, hasta Chiasa pareció hacerlo también y notarlo me hizo soltar una risa por lo bajo. Repasé el rostro de Rengo con la vista, luego a Kohaku y aunque solo lo había visto en Tsu, en medio del desastre de Hana y antes de eso cuando el pobre estaba incómodo por haber salido de los baños sin la famosa máscara, digamos que me grabé sus facciones en la memoria a la fuerza.

    El niño parecía hijo de las nubes y el sol, pero en ese momento en que supe que había ayudado a Rengo pensé que era el sol a secas. Su calma había ayudado a mi familia, la piel de lobo le había brindado calor y allí estaba Rengo, mirándonos.

    Dices que por algo vistes de negro, pero yo creo que el blanco te sienta mejor.

    Me permití otra risa suave, cosa de nada, si acaso la noté yo misma y observé al chico irse. Tardé un instante en reaccionar, por estar pensando todavía la tontería de que había hecho las veces de sol para Rengo.

    —¡Kohaku! —Lo llamé, si se detenía bien y si no también, así que solté lo que quería decir un poco al aire incluso antes de esperar alguna reacción—. Gracias por acompañar a Rengo. De verdad, te lo agradezco de corazón, Ko.

    Ni me di cuenta que le había acortado el nombre a la pobre criatura, cosa que también había hecho con Kuroki ya un par de veces. Regresé la atención a los Harima y estiré la mano hacia el menor, con la palma hacia arriba como diciéndole que la tomara. Le dediqué una de las sonrisas suaves de toda la vida, esas que él había sabido regresarme a pesar de todo.

    —Todos tenemos que descansar, ¿no te parece, mi niño? —Miré de reojo a Takano casi por reflejo—. Por la mañana puedes contarme qué harás, si gustas.
     
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    Ikoma-kun

    Ikoma-kun Rolero, dibujante

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    Misato Aoyama


    Ver a Yin buscando alguna mirada curiosa hizo darme cuenta que aquel gesto significaba que mi vinculo con Yin se reforzaba, encaminado a ser algo ¿más? Desvíe la mirada para ocultar el rubor en mis mejillas, estaba feliz de sentir aquello pero debía ir con cuidado de no incordiar a Yin...un temor infundado en cualquier caso...el también estaba en paz.

    Inicio a relatar la historia tras su amuleto, escuchaba cada palabra con interés, la historia cargaba con un gran peso emocional que me hacía sonreír.

    —¿Yin?—lo vi titubear, por alguna razón no deseaba continuar su historia pero al final siguió.


    "descubrió a uno de los médicos dándome un veneno el cual era el responsable de mi estado de salud"

    Entendí entonces la razón de sus temores, el aire dejo de entrar a mis pulmones y un sudor frío recorrió mi espalda...tal vez hasta el sonrojo en mi cara fue reemplazado con la palidez de la muerte; la imagen perturbadora de un médico envenenando a un inocente niño...trajo consigo un sentimiento de culpa...como la erudita de venenos que soy ¿Soportaría que alguien utilice mis venenos para tal barbarie?

    De hecho había ocurrido, inevitablemente mis recuerdos remontaron hasta 3 veranos atras...de entre las bajas de los bandidos eliminados con mis venenos figuraba un niño de 13, un niño captado por los disidentes con la promesa de riquezas y alimentación asegurada, aunque todo eso era solo una farsa...solo lo estimaba como pieza de sacrificio.


    Comprendí que mi expresión inquietaria a Yin pues no me fue posible de disimular, pero antes de dejarlo sumido en la culpa instintiva y sutilmente el agarre de nuestras manos dio paso a un abrazo...un abrazo con el fin de restaurar la paz perturbado por horribles memorias.

    —Descuida Yin, estoy bien no pasa nada...—respondi acurrucada en su pecho, eleve la mirada para encontrar la de Yin y sonreir—Es una linda historia la de tu amuleto, por eso ahora será uno de mis mayores tesoros.

    Me separé y continúe con mi sonrisa una digna de ser retratada como el mismo Yin dijo una vez en nuestro primer paseo.

    >>Iré a descansar Yin, tú también deberías después de esta horrible batalla, regresemos hasta el hostal, en la mañana nos veremos de nuevo ¿De acuerdo?
     
    Última edición: 1 Septiembre 2021
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    Monpoke

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    Fujiwara no Riku

    Es importante que comiencen a conocer a la escuela Ganryu, tienes un peso importante sobre de ti ahora, porque un error tuyo me arrastrará en la misma corriente.

    "Lo sé". Asentí rápido a sus palabras, unas de las que me hice idea cuando hablo de orgullo. "Mis errores no son algo que solo me conciernen a mí, ya no más, por ello voy a dar lo mejor".

    Seguimos nadando hasta llegar a la arena y de escurrir la mayor cantidad de agua de nuestras ropa, las mías ya húmedas desde que pesqué el pez.

    Veo que has entregado a Kosu. Ambos dejamos ir nuestro pasado.

    Volteó a sus palabras, viendo a Kirara y Shinko acercarse. "No es así". Sonrío al hablar hacía Kojiro mientras ellos no pueden escuchar. "Kosu, mí pasado o futuro. Se lo encargo todo".

    La despedida a una vieja amiga

    Seguido de esas palabras arrojo lo que quedó de su nodachi al mar, una despedido sin muchos sentimientos e inmediata.

    Gracias; ahora que he visto la técnica de mi padre, deseo perfeccionarla

    "Por la mañana, podremos entrenar si quieres. Será más efectivo de esa forma". Digo al escuchar a Kirara, ofreciendo un enfrentamiento entre ambos, seguro que Kirara saca más de si cuando pelea. "No creo poder ofrecer más que recibir tu ataque hasta que lo logres. Pero incluso esa experiencia me ayudara para mejorar".

    Volteo un poco hacía Kojiro, pensando en como ahora está desarmado. "El herrero Masamune debe rondar por la ciudad, podrías probar en que te forje una nueva arma". Me detengo unos segundo, pensando al mirarlo y esa arma que portaba. "... ¿Vez correcto que también porte una nodachi?". Un cambio de arma es un gran cambio, si es por seguir los pasos de su escuela, quiero escuchar su consejo.

    "Y..." Le presente una de las katanas que conseguir durante la guerra. "No se compara con lo que me has regresado, pero espero puedas aceptarla". Hablé haciendo referencia a Kosu, una deuda que debo pagar algún día.

    Dirijo los ojos hacia otra katana, Hinode, suspirando internamente. "Yo... Será mejor no lo prolongue demasiado". Digo hacía Shinko y Kirara, volteando sutilmente ha ver a Takeda, insinuando que me tomaré otros minutos.

    Asiento a ellos antes de caminar hacia Takeda, quien ahora mismo está hablando con alguien.




    Me acerque con cuidado, no queriendo interrumpir demasiado la conversación entre ambos, avanzado hacía ellos una vez terminarán de hablar.

    "Lamento llegar de imprevisto". Me disculpé, ante los dos, hablando gentil para no alterar este ambiente.

    Libero a Hinode con su saya, presentándola formalmente ante Takeda, quien es probable desconozca que está katana este en mis manos. "Estuve desarmado antes de iniciar la guerra, èl vio eso y decidió darme está katana". Le expliqué brevemente, ese pequeño intercambio que tuvimos.

    "No hablamos demasiado en ese momento, simplemente me la dio y no estaba en posición de objetar. Y tampoco es como lo haya llegado a conocer demasiado". Recordé como me reí en su cara haya en Kamakura. "Esperaba si pudieras iluminarme sobre que hacer con ella de ahora en adelante, bajo los deseos con la cual me la entregó. Si su deseo es que vuelva a èl al terminar la guerra, lo correcto sería dartela".

    Pos, lo de siempre.

    Darle la katana común a Kojiro si la acepta.

    Y darle a Hinode a Takeda si es que ve que la katana debe ir para èl.
     
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    Bruno TDF

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    Togashi
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    Togashi se quedó meditando sobre la perspectiva de Hideyoshi, la de que entre él y Kenzaburo hubo una amistad no expresada mediante las palabras o las acciones. Una camaradería silenciosa en la que ambos podían entender al otro. Tenía sentido lo que el diplomático planteaba, pues Kenzo nunca mostró molestia o incomodidad cuando estaban juntos. En su momento, durante el viaje hacia Kamakura, él había decidido esperar su llegada a la ciudad mientras cuidaba de su pupila, Mao; sólo cuando lo vio llegar sano y salvo continuó su camino en aquel entonces.

    Puede que tengas razón —dijo antes de que una mujer llegara pidiendo disculpas.

    La misma entregó una misiva a Hideyoshi, quien se apartó unos pasos de él para leer el contenido. Togashi aguardó con paciencia y respeto en la distancia impuesta por su amigo. Observó consternación en su expresión; siempre le había parecido que Hideyoshi, a diferencia suya, era bastante más expresivo. Cuando éste regreso junto a él para informarle su decisión, no se sorprendió, pues en su fuero interno imaginó que se trataba de algo que interpelaba particularmente al diplomático.

    No te preocupes, Takeda será debidamente informado —afirmó, viéndolo montado sobre Caballo— Cuídate también, amigo mío. Estaremos esperando tu regreso.



    Luego de ver a Hideyoshi partir junto con sus jinetes, Togashi se aproximó con paso lento hacia donde se encontraba Takeda, quien en ese momento conversaba con Kuroki y a quien Riku le estaba entregando algo. Por un momento pensó que darle la noticia de la partida de Hideyoshi implicaría abrumarlo en medio de su dolor, pero todo cuanto pudo hacer fue seguir avanzando en todos los sentidos, así lo requería el nuevo contexto en que se encontraban.

    Perdón por la interrupción —dijo en tono de disculpa hacia Riku, para luego saludar con una reverencia tanto a él como a Kuroki y los demás presentes—. Me alivia enormemente ver que se encuentran bien… dentro de lo que cabe —finalizó con un suspiro afligido, pero recobró la firmeza enseguida para dirigirse hacia su líder— Takeda: Hideyoshi debió partir hacia la ciudad de Mito por algo personal. Me pidió que te lo comunicara —informó—. Promete que volverá. Dijo que no olvida que es un Minamoto por decisión, aunque un Soga de sangre.
     
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    Amelie

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    [Hideyoshi; Togashi]

    Mas despedidas, esta vez fue Hideyoshi quien emprendió camino rápidamente seguido de sus seis jinetes: Yuta; Masaharu; Keitaro; Genichi; Reijiro y Shinkai.

    —Lo seguiremos siempre, mi comandante —mencionó Yuta, quien de los seis era el más experimentado en batalla. Y así el trote inició de aquellos a los que comenzaron a llamar como "Nanatsu no yama" Las siete montañas.




    [Kirara; Riku; Shinko; Kojiro]

    Kojiro negó mientras le extendía la katana a Riku —Hablaré con el herrero, aunque no creo que pueda sustituir a un arma hecha por Kyuzo —mencionó cruzándose de brazos para después verlo dirigirse hacia Takeda.




    [Takeda; Shinrin; Kuroki; Riku]

    Takeda limpió su rostro con la manga de su kimono, para después colocar su mano en el cabello de Kuroki y desordenarlo un poco —Siempre te he visto como un guerrero, jamás tendría a alguien a mi lado que fuera incapaz de proteger a alguien o a sí mismo — guardó sus manos entre las mangas de su kimono.

    —Mi carácter es juzgado por las personas con las que me rodeo; es por ello que elijo bien a mis amigos. Soy yo quien no he sido suficiente para que ustedes no se sientan en armonía completa en este clan, pero día con día aprendo a ser un mejor líder, porque sé perfectamente que clase de líder quiero ser — miró al faro, aquel que guiaba a los barcos perdidos —No he sabido nunca ganar de principio a fin; sólo he sabido no quedarme atrás en ninguna situación.

    —Rengo...—mencionó Shinrin para mirar hacia Kuroki quien jugaba con la escama — Rengo es mi hermano, he visto que su auto reclusión se ha ido por completo, ahora está aquí gracias a ti—miró a Kuroki — Has ayudado a mis hermanos y es por eso que quisiera ayudarte un poco a ti —dijo señalando la escama — Ese es el ingrediente que usé para curar a Takano del veneno de Murai; puedes venderlo a herboristas

    —¿Y aun así dudas de que eres un guerrero? —preguntó Takeda mirando al horizonte —El guerrero debe poner cuidado en todas las cosas y no gusta quedar en mal lugar en lo más mínimo. Debe cuidar sus palabras, no sólo para los demás sino también con uno mismo. Habla bien de ti, que me has enaltecido sin siquiera estar a mi lado —Se mantenía firme, guardando un momento de silencio; Takeda mostraba fortaleza a pesar de que tuviera lágrimas secando en su rostro, desvió la mirada hacia Shinrin— Mostrando indiferencia al dolor de las personas que cometen errores no se les enseña a dejar de cometerlos; sólo les enseña a ocultarlos —aquellas palabras las dijo con severidad — Rengo ya es parte de nosotros, y eres tú quien decide si seguirlo o trazar un nuevo camino para ti, confiando en sus acciones —Takeda lo miró con serenidad — Tu lealtad me pertenece, me lo has demostrado; no tengo por qué impedirte seguir tus metas sabiendo que caminas conmigo.

    Fue entonces que Riku habló ante Takeda, quien con su mirada melancólica, ya inherente en él; tomó la katana que le perteneció a Mao entre sus manos; aquello volvía como una maldición, dejó ir el aire lentamente —Yo le entregué esta katana a Kenzaburo, no era yo quien debía cargarla; pero vuelve a mi por el peso que implica haber sido el verdugo de su dueña —miró a Kuroki — Hay decisiones que quedan marcadas en el corazón de un guerrero, y siempre regresan, esta es la mía. Yo tomé la vida de Mao debido a su traición; así como Kenzaburo tomó la vida de Tenshin en Nara, y Obata la de Natsu en Iga—se giró ante Riku apretando fuertemente la katana de Mao, repasando las flores que ella misma había pintado en ella— Esta es el arma de la persona que liberó al enemigo más peligroso para los Fujiwara; si observas con buen criterio las cosas malas que pasan en el mundo, verás que no dejan de estar relacionadas a la necedad, la codicia y la ira. Si observas con buen criterio las cosas buenas, verás que no son ajenas a la sabiduría, la humanidad y el valor —extendió la katana a Riku — La humanidad que tenía mi amigo...—mencionó refiriéndose a Kenzaburo —... se elevaba a la par con su valor y sabiduría; esta arma no me pertenece; utilízala en nombre de los Fujiwara, trae paz con ella, y cuando su misión contigo haya terminado... llévala a la ciudad de Saitama, y agradece en la tumba anónima en el campo de flores blancas —su mirada era triste, aun así no la desviaba y enfrentaba la de Riku cara a cara — Llevas contigo el arma de una persona que fue compasiva, que vio bondad en un corazón frío. Creo en su filosofía, creo en la compasión, aun así dejé caer la justicia apropiada ante su crimen. Usa con justicia este filo, eso es lo que quiero que hagas con ella.

    Togashi fue el siguiente en acercarse, le traía noticias de la partida de Hideyoshi —Verte con bien es algo que me alegra de sobremanera, Togashi —mencionó antes de hablar sobre Hideyoshi —La urgencia de su avance a Mito me sorprende; pero confío en él y sus decisiones, sé que no actuará en detrimento al clan; y sobre todo espero pueda recobrar fuerza tras encontrarse con su pasado; a veces, debemos hacerlo aunque nos resulte por demás doloroso.







    El rol de Hideyoshi continúa en Mito






    [Kohaku; Rengo; Takano; Yuzuki]

    Rengo guardó silencio cuando mencionó que Itami le había recomendado mantenerse alejado de su padre; una recomendación que él había tomado por iniciativa propia ante su rechazo. Kohaku tampoco sonaba demasiado convencido al respecto, tal vez era otro detalle que los unía sin que ellos lo supieran. A veces el destino jugaba muy bien sus fichas para cruzar los caminos de personas afines.

    Entre risas siguieron su andar, era algo con lo que Rengo estaba mas acostumbrado, pues disfrutaba sonreír, aquello no era una fachada y por ello se volvía contagiosa. La risa de Kohaku lo hizo dar un aplauso al frente, como un niño que sabía que había ganado algo en un festival. Tal vez la risa seguía siendo una manera de desviarse de temas profundos; pero a veces era mas una necesidad para no terminar ahogado.

    Después ambos permanecieron agradecidos, se conocían poco; pero ambos observaban pequeños detalles que a algunos no les parecían tan importantes; ambos habían tenido muy pocas interacciones; pero fueron eventos de vulnerabilidad: ambos en la clínica en Kamakura con dolor físico; ambos en soledad en Shizuoka con dolor espiritual.

    Al llegar con Takano y Yuzuki, Kohaku y Chiasa se despidieron; Rengo llevó su mano a la cabeza, ignorando que ya no tenía el peso de la ardilla en él; era lógico, aun así, lo tomó desprevenido debido a su distracción.

    "Puedes quedártela. Dices que por algo vistes de negro, pero yo creo que el blanco te sienta mejor."

    "¿Crees?" pensaba mientras se despedía por inercia. Yuzuki dejó escapar una ligera risa para después agradecerle por lo que había hecho por él, y antes de que se fuera también alcanzó a gritar, como buen hijo de Kamakura —Y yo sé que algún día me dejarás ver tus ojos bajo el sol y no la luna — dijo sin ningún tapujo, y se siguió despidiendo con un suave movimiento de manos hasta que este estaba alejado.

    Miró a Yuzuki y sonrió; tomó su mano con delicadeza y la llevó a su mejilla mientras cerraba los ojos — Si, debemos dormir —miró a Takano y sonrió burlonamente — Te lo advierto, sus abrazos se vuelven una necesidad.

    Takano talló su rostro, después ignoró a Rengo y miró directamente a Yuzuki —Mañana... —negó —Vayan a dormir, yo tendré una noche en vela, debo obtener respuestas —Colocó suavemente su mano sobre la cabeza de Yuzuki, y la otra con brutalidad sobre la de Rengo — Debo reiniciar el tablero, inicia otra partida.





    [Misato; Yin]

    Las palabras de Misato lo tranquilizaron; pues lo que menos quería era alterarla en ya un momento fúnebre. Aun así no pudo evitar sonreír al escucharla y ver sus acciones, y cuando ella separó su mano de la suya, sujetó con fuerza el vacío —Descansar, ver con nuevos ojos el amanecer —afirmó —Nos veremos al primer rayo del sol —dijo con seguridad, sabiendo que no podría conciliar el sueño esperando que ese momento llegara.

    Así ambos se separaron, para esperar al amanecer.




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    Casa Feudal
    [Ukita; Takano; Tsubaki; Satoshi]

    Takano había pasado la noche en vela junto con Ukita, lograron convencerse de que tanto Fuji como Hashimoto eran los verdaderos y no impostores, fueron liberados y guiados por el pequeño Hayato hacia el oyaji dónde pudieron descansar un poco. Pero el interrogatorio hacia Tsubaki fue más exhaustivo; pues no le conocían y no podían asegurar su identidad, incluso por el hecho de que nadie sabía que Hiro Sugita hubiese tenido descendencia. Tsubaki estaba en la mazmorra arrodillado, sus facciones demostraban cansancio pues repetía su historia una y otra vez ante Ukita y Takano que no creían en sus palabras. Satoshi, el médico de los Arima estaba presente, al parecer listo para iniciar alguna especie de tortura mientras ordenaba sus utensilios con precisión.

    —¿Quieres conocer mi verdadera lealtad? —preguntó Tsubaki ante Takano —Dame un tanto y termino aquí mismo mi vida, prefiero la muerte a ser negado de acompañar a quien en otra vida pudo haber sido mi hermano.

    Ukita le dejó caer ante sus rodillas un arma, e incrédulo vio como la tomaba; Ukita y Takano se prepararon para atacarlo pero Tsubaki se llevó el tanto al estómago y tuvieron que detenerlo para evitar que se sacara las entrañas allí mismo. Satoshi tuvo que intervenir para que no se desangrara —¿Qué clase de idiota hace esto?

    —Uno que prefiere la muerte antes que ser considerado un enemigo —pronunció Takano al ver a Tsubaki en agonía.
     
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    Casa Feudal

    Habían despertado a un nuevo día, no se pueden evitar los pájaros de la tristeza sobrevolando por la cabeza; pero si se puede impedir que aniden en los cabellos. La tristeza seguía presente, pero la acción apremiaba, debían moverse.

    Se llevó a cabo una reunión menos formal que una audiencia en la casa feudal; varios de los aliados ya no estaban; los Azai, Kato y Hedyoshi entre otros; por desgracia, quien estaba muy presente era Nagato.

    —...Ya no son mas un clan en anonimato —continuaba Nagato de una réplica que inició desde que entró a la habitación, arruinando el desayuno de los presentes. —Ya no pueden cometer los errores de esta guerra, si no fuera por mi y Kojiro; Takeda hubiera quedado desprotegido al ataque sorpresa; los refuerzos que Takano tenía en la ciudad hubiesen llegado muy tarde, así como también los escuadrones de Togashi y Kenzaburo que los kamis tengan en su gloria —mencionó molesto —Su clan aun se mueve como hormigas bajo la lluvia....

    Takeda tomaba té con los ojos cerrados mientras dejaba que Nagato descargara su verborrea; ya había advertido a Takano que no necesitaba que lo detuviera, pues había entendido que discutir con Nagato era un desgaste innecesario; pero que su alianza era todo lo contrario.

    —Seguiremos adelante, tomando su desempeño como la saeta que nos guiará a las futuras victorias —mencionó Takeda aun con ojos cerrados y sosteniendo la taza de té con ambas manos.

    Nagato afirmó satisfecho.

    —Takeda, ya no podrás estar solo en ningún momento, tendrás una escolta personal; Tsubaki ha demostrado ser útil, también yo estaré a tu lado— mencionó Takano.

    —Iremos a Niigata, debemos entrenar allí, acompañaremos a los Asakura hacia dónde está el patriarca del clan— Hinata habló por parte de Rei y Gon quienes la acompañaban, también Ginko estaba presente, su tío Ujihisa a un lado, mirando el techo con completo aburrimiento.

    —Iré al norte; reclutaré a los Emishi—mencionó Ukita.

    —¿A esos bárbaros?— Se quejó Nagato

    Ukita clavó su mirada con enojo en Nagato; estaba harto de escucharlo hablar con prepotencia y falta de tacto; había soportado sus palabras cuando fue su prisionero, había aguantado cada insulto para su gente en el Norte — Los Emishi son mi pueblo; no respondemos a su voz porque no le pertenecemos; así que contenga su lengua, o dejaré libre mi espíritu barbárico frente a usted.

    Jinrai sonrió —Calma, calma —avanzó entre ambos mientras observaba a Kojiro, su hijo; la sonrisa se borró al ver que no portaba su nodachi —Iré a reclutar flotas, se perdieron la gran mayoría en esta batalla —observó hacia Kirara —El viejo Sumitomo Fujiwara dejó varios hombres de mar antes de morir; estoy seguro desearán ayudarlos nuevamente.

    Kirara se encontraba con Shinko y Riku, escuchó hablar a Jinrai y afirmó; conocía al famoso pirata de su clan, uno que cayó al confiarse demasiado.

    —Kato ha ido a exterminar a los traidores que abandonaron la protección de Kamakura; no sin antes revisar daños en la ciudad—mencionó Sora —me ha pedido que le deje este mensaje a nuestro señor —dijo mirando a Takeda quien ya había abierto sus ojos y afirmaba en su dirección, después Sora se dirigió a Takano —En Niigata, allí busca a Oboro —le sonrió — Yo iré a Tsu, aun tengo asuntos pendientes.

    Rengo se talló el rostro completo al escuchar que Kato estaría un tiempo en Kamakura. Junto a él estaba Yuzuki, Kohaku y Kuroki; a un lado de éste estaba su padre Satou junto a Shiori.

    El viejo Hashimoto se encontraba allí también y al escuchar las palabras de Sora decidió aventurarse —También los acompañaré a Niigata, mis conocimientos serán útiles para los Asakura.

    —Ahora que he salido de Kamakura, debo mejorar mis habilidades en herbolaria —mencionó Shinrin —Iré detrás de la leyenda de Ogen.

    —Esa mujer perteneció a uno de los clanes shinobi en Koga— mencionó Takeda preocupado por ella, dejando su taza de té a un lado—Nadie ha sabido de ella, y ahora; sin los Hattori, será más difícil encontrarla, y si llegases a hacerlo no sabemos cuan peligrosa pueda ser. No es una misión adecuada.

    Shinrin sonrió —He entrenado lo suficiente; he llegado a un límite el cual no he podido superar, es por eso que debo hacerlo, y no podrás detenerme, porque esto lo hago por ti, porque quiero protegerte, así que no cambiaré de parecer.

    —Podremos cuidar de ella—mencionó Zeng —Necesito llegar a ese puerto a hablar con algunos comerciantes conocidos —Junto a el estaba Yin y Misato.

    —Tsunayoshi —mencionó Nagato mirando a su hijo —Irás en una misión a Nara, Sanada y Chiharu te acompañarán, deben hablar con el señor de Nara para resolver los movimientos políticos de ahora en adelante. Ahora Shizuoka se levantó abiertamente en contra del Imperio, así que debemos movernos con precaución.

    Tsunayoshi afirmó convencido.

    —Hideyoshi también ha emprendido su propia misión— aclaró Takeda —sabrá mantenerse informado de nuestros movimientos — mencionó mientras observaba a Togashi quien fue quien le dió la decisión de Hideyoshi el día anterior.

    —Yo iré a Nagoya, he hablado con Masamune y hemos decidido dirigirnos a Aichi —Kojiro mencionó con seriedad sin mirar particularmente a nadie— Iré con él y su alumna al taller de Yamamoto.

    Aclararé que haré un time skip; por lo que no viajarán de prefectura en prefectura por esta única ocasión. Esto es para ayudar al movimiento de la trama sin retrasos.
    Pueden elegir a cualquiera en su misión, pero piensen bien cuales pueden ayudarles mas a sus personajes conforme a sus habilidades. Pero son libres de elegir la misión que más consideren importante.

    -Ukita: reclutamiento de Emishi (Acompañarlo a Aomori)
    -Takeda: Entrenamiento y misión diplomática (Viajar a Niigata) (Acompañantes: Clan Asakura, Tsubaki, Takano, Hashimoto)
    -Rengo: Investigación de las artes espirituales (Viajar a Kamakura) (Acompañantes: Kuroki)
    -Jinrai: Reclutamiento de flotas (Viajar a Yamagata) (Acompañantes: Jinrai; Clan Fujiwara)
    -Sora: Misión oculta (Viajar a Tsu)
    -Shinrin: Búsqueda de la leyenda de Ogen (Viajar a Wakayama) (Acompañantes: Clan Tao)
    -Hideyoshi: Invitación de su viejo maestro (Viaja a Ibaraki)
    -Tsunayoshi: Misión diplomática secreta (Viajará a Nara) (Acompañantes: Clan Tao)
    -Kojiro: Nueva nodachi (Viajará a Nagoya) (Acompañantes: Fuji y Masamune)

     
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    Kuroki Fusatada

    Takeda respondió ante mis palabras, inclusive dejé ir una sonrisa cuando me desordenó un poco el cabello, a este paso iba a ser algún gesto típico suyo ya.
    Cuando mencionó que la culpa no era de uno si no suya por no conseguir que los del clan se sientan en completa armonía... ciertamente me incomodó, es decir, al menos conmigo tampocon era así, porque si genuinamente no me hubiese sentido tan unido a los Minamoto... no habría hecho todo lo que hice para volver, tal vez desde antes hubiera hecho otra cosa.

    Fue Shinrin la siguiente en hablar y no evité voltear a verla, tal vez la depresión me había impedido notarlo y eso me apen, pero escuché con atención sus palabras.
    Sonreí entre orgulloso, alegre y a la vez un poco apenado inclusive, en eso último por la sencilla razón de que era cierto que nadie me había llamado ahí, nadie me había mandado a ayudar a Rengo y sin embargo lo hice porque sentía que no podría seguir lo que madre me enseñó... fue un asunto que casi me cuesta la vida, pero no culpé a nadie, ya que comprendía la clase de vida que tuvieron que padecer los Harima, en especial por la locura de Kato...
    —Pude ver el miedo y la tristeza desde que nos conocimos aquí... en Shizuoka, siempre hubo un algo que me llamó la atención y en Kamakura descubrí lo que era. Lo hice porque así me gusta ser, ayudar al resto aunque no gane nada a cambio—. Dije, sonriendo de forma honesta pero no evité mostrar sorpresa poco después cuando señalo la escama, al elevar mi mano para mirarla más de cerca por fin lo entendí... ahora comprendía porque se me hacía tan familiar.

    ¿Pero qué clase de objeto era este?

    Estaba por proponerle un trato cuando Riku apareció, disculpándose por si interrumpía algo, realmente no le estaba dando importancia, pero conforme transcurría la breve discusión no evité mostrar shock y nuevamente sentía una brutal apuñalada...

    Ryouma... ¿qué hacía Riku con la katana de Masuyo?

    No evité dar un par de pasos para comprobar lo que estaba viendo, inclusive mire alrededor y fue hasta entonces que genuinamente notaba la ausencia de Mao... pero escuchar las palabras de Takeda me dejaron en shock, y fue como al mirarme que se explicó y ahora todo quedaba claro...
    —¿Masuyo... traicionó... al clan..?—. Pregunté genuinamente incrédulo mientras cada palabra salía con más dolor de lo debido... las lágrimas volvieron a salir y esta vez me llevé la mano libre al corazón, simplemente no me lo podía creer, tanto que había sucedido en mi ausencia...
    >>Y justo cuando le había dedicado el nombre que me recomendó para mi arma... ay...—. Gemi... era más bien un quejido con un claro deje de dolor. Inclusive mi mano tembló, si justo le había colocado Nozomu a mi arma era porque yo le había cedido mi confianza... y nuevamente otro que se me moría sin poderle dar las gracias... maldita sea... ¿Que estaba pasando..?
    Aun así escuché a Takeda y eso me calmó un poco, por lo que solo seguí llorando en silencio y asentí...
    —Hizo lo correcto... me habría gustado conocerla más pero ya no será posible... bueno, una traición es una traición... ahora entiendo a lo que se referían los Yoshioka...—que Murai había escapado de Kamakura... la razón había sido Masuyo, simplemente ya no sabía que pensar, pero eso no impedía el dolor, me había caído como una patada en la entrepierna...
    >>Bueno...—. Suspire de forma pesada. —Ya empezaba a llevarme bien con ella, me habría gustado haberme dado cuenta, pero no me malinterprete, no le culpo de nada, Takeda. Al contrario, fue lo mejor y memorizaré a fuego sus palabras, de corazón. Así como el hecho de que ya no dudaré en si soy un guerrero o no. Solo... necesitaré procesar todo esto—. Dije realmente alicaído, terminé por rascarme a un costado de la cabeza, quería decir algo más pero ánimos ya no tenía... Togashi terminó por arribar y le sonreí de forma forzada, reverencié para corresponder a su gesto solo para enterarme que Hideyoshi ya había partido...
    —Otro que se me va... maldición, no me está alcanzando las oportunidades para al menos desearles suerte—. Suspiré, derrotado.
    >>Espero que le vaya bien, pero es un gran hombre, seguro que todo irá bien.—"y no se me muera otro que deseo conocer de corazón" pensé después de que Takeda ya había hablado, al final me despedí de los presentes, sin ánimos de nadamas... por los dioses, pero que día tan caótico...



    La mañana llegó y por lo menos el descanso estuvo presente, aunque el peso de la guerra y de las noticias aún calaban... jamás creí que volvería a estar tan deprimido como cuando aconteció lo de Nagoya antes del asunto de Kyogi. Pero aquí estaba...

    Por lo menos ahora lo que quedaba era el desayuno y una reunión casi que improvisada, papá ya estaba conmigo e inclusive Shiori, terminé por buscar a Rengo y tan pronto lo vi, me acerqué al mismo para darle un leve golpe en el hombro y lo saludé, sonriendole, aunque ahora el que estaba algo triste era yo...

    Yuzuki no tardó en aparecer, a quien saludé también y traté de mantener una actitud mayor ante Kohaku, me alegraba muchísimo verlo de nuevo y entero, hasta me preguntaba ya desde hace cuando que no habíamos hablado de nuevo.
    Los minutos pasaron y no conseguimos terminar cuando Nagato hizo aparición y me alegraba no haber estado antes para haberlo soportado más, con lo poco ya sacaba los nervios pero por fortuna todo fue ciertamente breve...

    Escuché con atención lo que varios tenían por decir y me llevé una mano a la barbilla, reflexivo, el clan y aliados volvían a separarse pero esta vez en números mayores... nuestro anonimato y rumores ya no existían... ahora estábamos en claro anuncio que los Minamoto estaban de vuelta y no íbamos a parar, así que seguramente mi presencia con el clan ya era evidente, ahora más que nunca teníamos que ir con cuidado... si se añadía que había sido comandante, pues el hecho de que el comandante fuese un niño y encima Albino con ojos azules dudaba mucho que discreto yo no iba a ser precisamente...
    Fue la noticia de Kato que me hizo gemir incómodo y hasta con dejé molesto, por lo que me rasque detrás de la cabeza a la par que Rengo se tallaba el rostro con cierto desespero.

    No evité empatizar con su sentimiento y le di un par de palmadas en su espalda...
    —Ya no vas a ir solo allí, hable con Takeda y no tiene problema con que te acompañe, así que cuenta conmigo Ren—. Dije, para sonreírle esta vez con mayor fuerza mas que nada por lo honesto que estaba siendo, y fue como por fin le devolví su famoso listón rojo.
    >>La verdad es que si me gustaría que hiciésemos algún objeto cotidiano para volverlo un especie de símbolo nuestro, admito que ha sido un detalle lindo—. Añadi refiriéndome al listón para volver mi atención a la reunión...

    Muchas cosas estaban por desarrollarse y la verdadera guerra no hacía más que comenzar, así que terminé por mirar a mi padre y le hablé...
    —¿Planeas algo? La verdad es que si que iré con mi amigo a Kamakura de nuevo, honestamente me gustaría que te quedaras y fueras con nosotros papá, pero si ves preciso tomar otro camino lo voy a respetar—. Dije para después sonreírle y no evité también mirar a Shiori de paso... me preguntaba qué opinará de todo el asunto actual...

    >>Igual si hay tiempo me gustaría pasar a la casa de armamento a ver si hay suerte para un par de asuntos... Necesito vender unas cosas—. Dije como último hacia el posible grupo, para quedarme reflexivo por un momento...

    Maldición, Kamakura me iba a pesar mucho, solo voy a andar recordando a Masuyo y seguramente llegará a un punto que me va a deprimir de nuevo...

    Holi (?)
    Nada, solo quiero saber si es posible vender todos mis Kunai y del dinero comprarme un Yoroi Personalizado, con eso seré feliz.

    Siento la depresión... la noticia le cayó fatal al niño...
     
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    Ginko Harutomo

    Quizás debas seguir el camino de la paz, si ya estuviera decidido podríamos intercambiar roles, pero aún tengo mucho que reflexionar— le dijo a Tsunayoshi pensando que si ya se hubiera inclinado por el camino del guerrero le hubiera dejado su espada de madera —Igualmente deberías probar con la medicina, si tienes suerte hasta descubres una cura para tu dolencia actual— le aconsejó y se marchó del dojo en busca de los Asakura, ahora que había terminado con sus asuntos podía pasar más tiempo con ellos.

    Al reencontrarse con sus compañeros, pudo disfrutar de una noche de paz que no pensó estar viviendo tan pronto. Cocinó una sopa de tofu para todos y cenaron con un gran espíritu de camaradería y alegría por estar reunidos y vivos, le debía eso a Kenzaburo así que levantó la copa en su nombre. Luego de fumar y conversar, su único ojo se le cerraba solo así que se fue a la cama.

    Al día siguiente acompañó a su clan, representado por Hinata, a la casa feudal. Mientras tomaba té, el joven médico escuchaba como se organizaban con las misiones todo los clanes presentes. Ellos irían hacia Niigata, acompañarían nada menos que a Takeda y sería una buena oportunidad para seguir entrenando, por lo que se sintió motivado.

    Le llamó la atención que su tío estuviera cerca de ellos —¿Qué no estabas con los Tao?— intentó sacarlo de su ensimismamiento —Y otra cosa, ¿por qué mi padre no participó de la guerra, tanto miedo tiene?— le preguntó mientras todos conversaban.

    Obviamente me voy con Takeda y los Asakura, cuando quieran, Ginko ya está listo
     
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    madarauchiha

    madarauchiha Gracias Andy!!! TWT Orientador Game Master

    Aries
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    Shiori
    La batalla había significado demasiado para todos. No me gustaba nada que aun a estas alturas siguiéramos pareciendo tan bárbaros en ese respecto. Ciertamente habían habido bajas y un dolor para todos los conocidos, sí, incluso para mí cuando creí que habían logrado acabar con Kuroki. Afortunadamente, el equipo médico hizo un trabajo excepcional al respecto y la guerra finalizó, haciendo que todos nos dirigiéramos a la casa del señor feudal, Nagato pronunció una especie de discurso sobre los últimos acontecimientos y, no pude evitar tener una sensación desagradable estando en su presencia, al fin y al cabo, la última vez que le ví, acabé en una celda con Tsunayoshi solo por tratar de hacerle entrar en razón. De todos modos, traté de estar atenta a sus palabras a ese respecto.

    Primero empezó diciendo que no se podía permitir que se cometieran nuevamente los errores que se habían llegado a cometer en esta guerra, y que ya no se trataba de un clan en el anonimato y que si no fuera por él y Kojiro hubiese quedado desprotegido, en todo momento, denotando una verdadera moléstia en sus palabras. Suspiré, tratando de enfocar mi atención en el hombre que exige ser escuchado pero, por el contrario, decide nunca escuchar, así que, en determinado momento, al ver que no iba a salir nada interesante, decidí simplemente, desconectar mi cerebro hasta que se mencionó algo de unas misiones, por lo que dirigí la mirada a Kuroki, concentrada en su misión. Honestamente, poca duda me quedaba al respecto, quería acompañarle. Tanto tiempo sin saber de él y, justo cuando logro reencontrarme, estalla una batalla que nos impidió poder hablar abiertamente al respecto.

    En determinado punto, Kuroki habló, diciendo que, de hecho iba a acompañar a alguien, que llegó a hablar con Takeda y no tenía mayores inconvenientes para poder acompañarle mientras decía algo de poder tener un símbolo representativo para ellos, lo que me hizo de nuevo, sonreírle ligeramente. Posteriormente se dirigió a su padre preguntándole si tenía algún plan, a lo que aproveché para hablar.

    — Os acompaño gustosa, si no tienes ningún inconveniente al respecto—. Contesté, con calma— Nuestro reencuentro ha sido un tanto accidentado y a penas hemos tenido tiempo para hablar adecuadamente. Por otro lado, aquí de momento no tengo nada que hacer, y no me gusta quedarme de brazos cruzados.



    He decidido acompañar a Kuroki y su pandilla :D
     
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    Bruno TDF

    Bruno TDF Usuario VIP

    Libra
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    Togashi
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    Un nuevo día los recibió con los ánimos todavía marcados por los acontecimientos de la guerra. Las ausencias de Hideyoshi, Kenzaburo y Tetsuo se hacían muy notorias en una mañana como aquella, en la que luego de bañarse tomó un desayuno en solitario. Pese a lo cual aprovechó la ocasión para poner en calma su mente, para enterrar los pensamientos de desazón que amenazaban con doblegar un poco su espíritu. No iba a ceder, no iba a permitir que algo así ocurriera, pues se lo había prometido a Kanade. Y ahora, Kenzaburo también sería motivación para permanecer fuerte.

    Los acontecimientos lo condujeron a la Casa Feudal, donde se celebró una reunión. Nagato parecía haberse recuperado de la humillación perpetrada por su parte, pues no dejaba de parlotear reprimendas varias hacia los Minamoto; incluso se había tomado el atrevimiento de mencionar su nombre para remarcar que había dejado a Takeda desprotegido, que no de haber sido por él las cosas habrían sido distintas. Togashi optó por ignorarlo, tomándose aquello como una pequeña venganza del señor de Shizuoka en su contra, como una forma de cobrarle la humillación. No le quitaba razón, no obstante, en que permanecer cerca de Takeda debía ser prioridad en las batallas venideras.

    Otra cosa era cierta: los Minamoto ya no se escondían. Por lo mismo, debían realizar con rapidez sus próximos movimientos, lo que demandaba realizar misiones en diferentes puntos de Japón. Prestó atención a los planes que había sobre la mesa y, cuando Kojiro habló y mencionó a sus acompañantes, supo a dónde debía encaminarse.

    Iré con Kojiro, Masamune y Fuji —anunció—. Para poder ofrecer al clan Minamoto y sus aliados una ayuda mayor, debo de seguir la senda del herrero, aprender y pulir al máximo todas las habilidades necesarias en el arte de la herrería. Con ellos podré hacerme más fuerte y espero poder retribuirles de igual manera.
     
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    Ikoma-kun

    Ikoma-kun Rolero, dibujante

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    Misato Aoyama

    El día había quedado atrás junto al horror de la batalla de Shizuoka, la noche en compañía de Yin brindó un alivio y calidez necesaria en medio del dolor. Un nuevo día iniciaba y la siguiente etapa de nuestra causa como clan. Tome un reconfortante baño y un sencillo plato de verduras hervidas para dirigirme junto a Yin hasta la casa feudal, allí tomó lugar una sencilla reunión para discutir los siguientes movimientos del clan; en la reunion debíamos abocarnos al hecho de que los Minamoto...habían dejado de ser un rumor, el clan imperial y Japón en su totalidad centraron su atención en Takeda y a quienes les seguimos...¿Sabrán que sobreviví a la conquista de Hiroshima? No tuve un papel destacado en la guerra pero debía considerar la posibilidad.

    Todos entonces empezaron a elegir distintas misiones en diferentes lugares, Kuroki acompañaría a su nuevo amigo hasta Kamakura y la verdad juraría verlo más afectado que el día anterior...como si una mala noticia hubiera llegado como una lluvia helada.

    Entre las misiones dos llamaron mi atención, la primera fue la de Ukita; se trataba de ir hasta la tierra de los Emishi...según cierta información en mis viajes antes de llegar a Nada, se ubicaban en la prefectura de Aomori, lugar donde mi familia se retiró.

    La segunda era sobre Shinrin, ella buscaba la ayuda de una herborista de renombre, pero con un pasado a considerar. Se trataba de una ex integrante de un clan Shinobi de Koga, buscaría allí información para mejorar sus habilidades...recordé entonces el incienso de Chiryu en mi poder, aún tenía pendiente obtener el conocimiento sobre la perfumería; aunque sea de parte de una mujer cuyas intenciones eran inciertas.

    —Acompañaré a Shinrin—intervine finalmente—en Chiryu me encontré con información sobre la perfumería, espero poder encontrar lo que busco o una pista cercana al tema.

    Mi elección estaba hecha, ahora que había sobrevivido a la guerra era momento de ampliar mi recetario por si en nuestro camino lidiaramos con oponentes como Masaki o Kato Harima en su momento, siendo derrotado por la bufotoxina. Sostenía el lalago para evocar protección, debía igualmente confiar en Shinrin y Zeng si algo no resultaba sencillo.

    Bueno como dice el post elijo la misión de Shinrin
     
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    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

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    Kohaku Ishikawa
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    El nuevo sol vino aparejado de una calma extraña, mas no desconocida. Abrí los ojos junto al trinar de las aves y de un momento al otro sentí regresar a ese bosque que abrazaba nuestra villa, allí donde caminé y caminé hasta caer exhausto. La mañana me había recibido, el suave mecer de los árboles y las suaves pinceladas de celeste claro entre el follaje. Había calma, una calma absurda, justo como ahora. Solté el aire por la nariz y corrí la vista del techo, incorporándome de la cama.

    Era lo que quedaba tras una tormenta.

    La noche anterior tanto Rengo como Yuzuki llamaron a mi nombre ya cuando me estaba retirando. Giré el rostro de regreso, absorbí sus palabras y no pude más que sonreírles. Fue una sonrisa amplia, sincera, y alcé el brazo firmemente en despedida antes de reiniciar mis pasos. Allí había agradecimiento y esperanza, cosas que siempre había deseado mantener conmigo, y que ahora, junto a los Minamoto, quizá pudiera recuperar.

    Como todo aquello que me fue negado desde un principio.

    Fuimos convocados a una reunión general, cosa que había esperado. Le sonreí a modo de saludo a quienes estuvieran cerca mío, Rengo, Yuzuki, Shiori, y con un poquito más de emoción a Kuroki, que llevaba mucho tiempo sin hablar con él. Hubo una serie de intercambios y cuando comenzamos a dispersarnos, decidiendo nuestros próximos destinos, oí a Kuroki a mi lado decidiendo acompañar a Rengo. Shiori fue por el mismo camino y le apoyé una mano en el hombro al primero, entusiasmado.

    —Volveremos a compartir destino, entonces —anoté, recordando nuestros tiempos en Nara, y una risa suave se coló entre mis palabras—. Al menos de momento, claro.

    Ya la noche anterior había hablado al respecto con Rengo, de modo que no vi necesario reiterar mi decisión de acompañarlo a Kamakura. En vez de eso, noté movimiento al otro lado de la sala y decidí apresurarme. Me despedí de los presentes con una sonrisa fugaz y sorteé a la gente hasta alcanzar a Chiharu.

    —Hola —murmuré, junto a una sonrisa cálida, y Chiasa chilló en mi hombro. La repasé brevemente con la vista, buscando algún indicio claro de heridas o malestar, y me alivió no encontrar ninguno—. ¿Qué tal estás, Chiharu? Oí que irás a Nara, ahí es donde comenzó toda mi aventura, ¿sabías? Parece que hace una eternidad de eso.


    Bajé la vista a mis manos un instante y con ellas descendió mi tono de voz, tornándose más seria.

    —Bueno, quería desearte suerte y que te mantengas a salvo.
     
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    Zireael

    Zireael Equipo administrativo Comentarista empedernido seventeen k. gakkouer

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    Yuzuki Minami
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    Que Rengo alcanzara a gritarle algo a Kohaku también antes de irse tuvo su gracia, porque al final éramos todos unos ruidosos de cuidado y me dio por pensar que eso contrastaba bastante con, bueno, la calma del muchacho de la máscara. Aún así nunca lo había visto del todo incómodo entre nosotros, excepto la vez de la máscara claro, pero en sí no había notado nada más que, no sé, le generara incomodidad notoria.

    La forma en que nos sonrió al girarse ante nuestro llamado solo me hizo suavizar más los gestos y ya de pasó alcé el brazo para despedirlo también. Era por estos niños que hacía todo, por muchachos de la edad de mis hermanas y menores.

    Al final el menor de los Harima aceptó mi mano, la tomó y la llevó a su rostro, haciendo que la sonrisa se me ensanchara un poco más. Secundó lo de que debíamos dormir y le soltó la tontería de turno a Takano, que pasó de él sin complicación y yo me tragué la risa porque ya bastante lo había molestado. De cualquier forma nos envió a descansar a nosotros, siendo que él tenía que reacomodar todo el tablero y colocó una mano en la cabeza de cada uno. Le sonreí, me despedí y me dispuse a retirarme con Rengo, tampoco tenía caso que nos desgastáramos los tres.

    El sol del nuevo día me sacudió algunas de las cosas que todavía amenazaban con darme vueltas en la cabeza, así que me levanté y me dirigí a donde nos habían convocado, quedándome cerca de Rengo y los otros tres muchachos, incluida la amiga de Tsuna. Le regresé el saludo a Kuroki, también la sonrisa a Kohaku al que se le filtró la emoción un poquito más al ver al más joven.

    Traté de pasar de los comentarios que le escuchaba a Nagato porque seguro le volvía a caer encima, cosa que ya no tenía razón de ser y suspiré con pesadez al escuchar que Kato también volvería a Kamakura, también noté a Rengo tallarse el rostro, así que estiré la mano para acariciarle suavemente la espalda.

    Por otro lado sabía que a partir de ese momento deberíamos dispersarnos de nuevo, era lo que correspondía, todos teníamos cosas que hacer, diversos temas que atender y directamente éramos ya demasiados para movernos en conjunto. Repasé el espacio con la vista, reparé en Takeda y Takano, también en Shinrin y finalmente miré a Rengo con el rabillo del ojo. Ya estaba establecido que Kuroki, Kohaku y Shiori irían a Kamakura con él.

    Puros niños, Dioses.

    Que sí, que iban a revisar papeles, pero era Kamakura.


    Una parte de mí sentía la necesidad de acompañar a Takeda, estar cerca de él por si necesitaba una sacudida o unas palabras que lo pusieran en orden, pero quería confiar en que Takano aprendería tarde o temprano a, de alguna manera, suplir eso y actuar como una extensión mía. Había demostrado ser capaz de hablar, de poner en orden ciertas sombras incluso con su brusquedad. Luego estaba la misión de Shinrin que como herborista enfocada en venenos me concernía.

    Pasaba que tampoco podía desentenderme, esa era mi maldición, y si rechazaba mi propia naturaleza algún día iba a quedarme sin nada. Detuve las caricias en la espalda de Rengo y alcancé las puntas de su cabello con la mano. Vi a Kuroki regresarle a Rengo el listón rojo, ese que yo le había dado cuando éramos pequeños e imaginé que se lo habría entregado con una intención similar a su gesto de darle a Shi a Takano o las pocas monedas que cargaba.

    Una promesa de que debía regresar.

    Su comentario me hizo pensar que podría conseguirle un listón a él también, para que lo llevara en la muñeca o lo atara a la saya de la katana, como prefiriera. No lo dije porque la conversación no era conmigo, así que solo lo dejé correr en lo que sopesaba mis opciones y veía a Kohaku sortear a la gente hasta alcanzar a la que suponía era la hermana de Tsuna.

    Me tardé lo suyo, pero al final no me quedó más que aceptar las cosas por lo que eran y tomar la función que sentía que me correspondía en ese momento.

    —Los acompañaré a Kamakura —dije por fin con voz suave, tranquila. Dejé el cabello de Rengo quieto y volví a repasar el espacio con la vista, porque si iba a irme quería despedirme de mamá, de Hayato y evidentemente de Takano y Takeda—. Prometo no estorbarles demasiado.


    ni cuando elegí carrera en la universidad tuve un dilema existencial tan fuerte como cuando me tiraron en la cara tres misiones a las que no supe diferenciar en orden de prioridades para Yuzu (? a veces odio a esta niña que quiere meter las narices eN TODO A LA VEZ

    Decisión final, pues:
    -Rengo: Investigación de las artes espirituales (Viajar a Kamakura)
     
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  19.  
    Amelie

    Amelie Game Master

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    Rengo reaccionó a las caricias de Yuzuki con una sonrisa, para después reaccionar a las palmadas en su espalda de parte de Kuroki, escuchó que los acompañaría a Kamakura y le entregó su listón rojo, lo recibió con una sonrisa, su cabello estaba descuidado desde la guerra, se había acostumbrado a aquel listón por lo que nada mas parecía acomodarle, sonrió al escucharlo —¿Algo mas además de la cicatriz?— dijo con seriedad para después negar al darse cuenta de lo incómodo que eso resultaba —¡Ya sé! No...— negó nuevamente —Ya no podría hacerte un talismán —junto las yemas de todos sus dedos mientras daba golpecitos continuos con el listón aun enredado en ellos—Tengo una idea; deja que te sorprendo cuando lleguemos a Kamakura —la verdad era que no sabía que objeto podía realizar en conjunto; en su vida sólo había tejido los talismanes, pero consideraba que sin una bendición, serían una baratija inútil.

    Después Kuroki habló hacia su padre quien lo miró y sonrió, para después observar a Rengo aun confundido —Me encantaría acompañarlos —cerró sus ojos junto a su sonrisa.




    Ginko habló con su tío, Ujihisa tardó en mirarlo, no esperaba que le dirigiera la palabra; no porque estuvieran molestos de algún modo, simplemente estaba disperso, y pensaba que su sobrino estaría ensimismado en sus pensamientos también —Estoy con los Tao; pero me senté a tu lado ¿Por qué?— levantó los hombros para después dejarlos caer —Porque quise...supongo —inclinó su espalda hacia atrás y detuvo su peso con sus brazos para volver a mirar el techo —Tu padre... siempre ha sido médico del señor de Kanagawa; supongo que se quedó porque Jiin estaba allí —sonrió —Y la verdad es que me senté a tu lado porque te iba robar opio; pero me contuve, porque soy un buen tío —dejó de sonreír, no bajó la mirada del techo —Pero la verdad más intrínseca no fue el opio; fue el verte con un sable con filo a tu cintura —bajó su mirada con velocidad, clavándola en el único ojo de su sobrino —¿Qué vas a hacer con esa katana? ¿Cortar pescado para los Asakura? —Acarició la cabeza de Ginko, no con el cuidado filial que se acostumbraba en esos casos, mas parecido a como se acaricia a un caballo —Pide a los Asakura que te enseñen a usarla, seguro hay criminales en la mazmorra de los cuales deben librarse de uno u otro modo —sonrió con malicia.




    Rengo observó a Shiori, y la saludó levantando ligeramente su mano —¿Reencuentro? ¿Conoces a Kuroki? —Rengo no había visto a Shiori con los Minamoto, por lo que le parecía extraño, incluso la miró con cierta duda —Eres muy alta— dijo parpadeando repetidamente; él permanecía en una altura baja para su edad debido a su mal estilo de vida, así que estaba impresionado con la mujer frente a él — ¿Qué comías para crecer de ese modo? —Y ahí estaba nuevamente la imprudencia de Rengo, quien no cerraba la boca porque no conocía los límites de la cortesía y sacudía su falta de morales como si fuera lo más común.




    Kojiro sonrió ante Togashi; ya habían tenido una cálida conversación en la clínica, le agradaba aquel sujeto —Iré con un completo grupo de herreros; observaré maravillado mientras trabajan, pero me mantendré alejado del fuego; soy mas aficionado del agua.

    Takano se dirigió a Togashi —Cuando volvamos a encontrarnos seré yo quien probará la fuerza de tu brazo—dijo tronando sus dedos, esperando otro combate contra Togashi, algo que comenzaba a volverse costumbre.

    —Cuida bien de Fuji, por favor— mencionó Takeda —Y cuida de ti, que esperaré los soles necesarios para que seas tú quien afile a Genji.




    Shinrin observó a Misato y sonrió; sabía perfectamente de las habilidades de Misato y se sentía emocionada en compartir caminos con ella; a su vez, los Tao las acompañarían.

    —Creo que no es necesario forzarme a una misión para permanecer a tu lado —mencionó Yin con menos formalidad.

    Ujihisa los observó, alejando la mirada de su sobrino —Siempre he querido conocer a Ogen —sonrió.

    Shinrin se levantó —Pues es momento de irnos, no perdamos mas tiempo; debemos permanecer alerta, Kiba guiará el camino.

    Takeda afirmó con preocupación —Por favor, mantengan una mente desconfiada, los venenos nos han traído tanto problemas como grandes victorias, confío en ambas fervientemente —dijo hacia Shinirin y Misato — Se que actuarán con prudencia, siempre lo han hecho —Takeda se despidió de ellas.




    Chiharu observó a Kohaku con un ligero rubor en su rostro —Estaré a salvo —dijo entrecruzando sus dedos frente a ella —No tengo mucha fuerza; pero se cuidarme a distancia —sonrió ampliamente —Salvamos el campo de girasoles de la guerra, siguen en pie, siguen viendo al sol— desvió la mirada, pues realmente no quería despedirse, Kohaku se había convertido en su amigo, uno con el que se sentía a gusto; la había inspirado y sobre todo le había dado su amistad, algo que ella atesoraba —Tú también mantente a salvo, así como los girasoles— se acercó para acariciar a Chiasa —Cuida de él por favor —le susurró a la pequeña ardilla para después alejarse —Pensaré en ti cuando llegue a Nara.




    Rengo se giró ante Yuzuki cuando ella dejó de jugar con su cabello —¿Estorbarnos? —la abrazó, algo que hizo girar los ojos de Nagato, quien ya comenzaba a detestar a ese muchacho imprudente — Jamás digas eso —se separó de ella y le extendió el listón en sus manos—¿Podrías...?

    Porfis Yaahl péiname al menso este
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    Kirara volteó hacia Riku —¿Viajarás con nosotros? ¿O tienes otro plan en mente? —preguntó —Sea cual sea el camino que tomes, te apoyaré; no necesitas pedirme permiso.




    Me falta Riku

    Pueden hacer lo que necesiten sus personajes antes de partir. Iniciaré movimientos mientras con los equipos de Shinrin y Kojiro

    -Ukita: reclutamiento de Emishi (Acompañarlo a Aomori)
    -Takeda: Entrenamiento y misión diplomática (Viajar a Niigata) (Acompañantes: Clan Asakura, Tsubaki, Takano, Hashimoto, Hayato, Ginko)
    -Rengo: Investigación de las artes espirituales (Viajar a Kamakura) (Acompañantes: Kohaku; Kuroki; Yuzuki; Shiori; Satou)
    -Jinrai: Reclutamiento de flotas (Viajar a Yamagata) (Acompañantes: Jinrai; Clan Fujiwara)
    -Sora: Misión oculta (Viajar a Tsu)
    -Shinrin: Búsqueda de la leyenda de Ogen (Viajar a Wakayama) (Acompañantes: Clan Tao; Misato)
    -Hideyoshi: Invitación de su viejo maestro (Viaja a Ibaraki)
    -Tsunayoshi: Misión diplomática secreta (Viajará a Nara) (Acompañantes: Chiharu; Sanada)
    -Kojiro: Nueva nodachi (Viajará a Nagoya) (Acompañantes: Fuji, Masamune; Togashi)

     
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    Monpoke

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    Fujiwara no Riku

    Agachó la mirada al suelo, sonriendo levemente al recibimiento de Kirara.

    "Tengo planes, si". Le aclare en voz baja, solo para ella. "Tengo que mejorar en demasiados aspectos".

    Mire hacía Shinrin, Misato a los Tao. Shinrin había propuesto un plan que llamo interés de inmediato. Yo también Queiro protegerlos de los venenos. "Necesito mejorar mis conocimientos de botica". Suspiro y niego con la cabeza. "Pero yo no he llegado a un a mí tope de lo que puedo aprender, suena a demasiado aprender de alguien tan grande, al menos primero debo reunir aquello que pueda por cuenta propia".

    "Es una búsqueda con una posiblidad de fallar, si voy...". Aprieto los dientes, recordando a dónde me llevo mis habilidades. Yo no puedo confiar en mí mismo, en mí sigilo.

    "Pero...". La miro, recorriendo por mí mente la vez que la vi envenenada. La muerte de Taiyo. "Si no aprendo se que me arrepentiré, debo intentarlo".

    "No me sentiré satisfecho con lo que aprendí ayer o hoy, quiero más. Mucho más". Lo suficiente para protegerlos, me da igual si pierdo la vida. Quiero hacerlo.

    "Por vivir y proteger, debo aprender y mejorar cada día".

    Al menos hacerlo hasta que sienta seguridad, no, eso nunca pasará. Porque aún teniendo todo el conocimiento y habilidades de Japón, se que meterè la pata igual.

    ...

    Y todo el esfuerzo habrá sido en vano...
     
    Última edición: 5 Septiembre 2021
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