Patio frontal

Dejé a Jez irse ya que de por sí me dejó ni contestar y luego de haberle respondido a la morena abrí la botella de agua para pegarle un par de tragos, a ver si me acomodaba un poco todo lo que tenía fuera de lugar por un movimiento de mierda. Como Minami se diera cuenta de que había hecho un movimiento brusco con la lesión a medio camino de sanar seguro me molía a palos ella misma, por andar tirando al traste su trabajo, la hija de puta tenía tanta mala hostia como buena mano. Esperaba que como mínimo Arata no abriera la boca, era el único canal de información de un lado al otro.

Ya de paso seguí tratando de hilar por qué la cara de la chica me sonaba y todo lo que pude pensar es que la habría visto irse con Ishikawa en algún momento, pero la verdad era que el archivo de poco o nada estaba sirviendo hoy. Igual con su respuesta concisa no tardé mucho en imaginar por dónde irían los tiros, me dio por pensar que así como se acercaba a la gente sin venir a cuento también sabía cuándo no meter las narices. Digamos que con gente como Ishikawa eso debía estar escrito en la constitución.

Volví a tomar aire espacio, con la atención en el partido y fruncí apenas el ceño al ver que al final eliminaban a Tolvaj. En fin, tampoco era que le fuese a pagar una mierda, esa clase de negocios los hacía con Arata porque sabía que con todo y su culo insoportable era un estúpido de palabra. Al imbécil parecía que le tenían una pistola en la frente todo el tiempo para que cumpliera con sus tratos, no sé.

—Altan —respondí con la misma sencillez y me tragué la gracia al ver que Wickham también se iba a la mierda. Podría haberme callado, que hablar o no me daba lo mismo, pero también era medio chusma—. ¿Conoces a Ishi hace mucho?

Podía perfectamente contestarme con monosílabos, eso era indiferente, al final igual me servía para agarrar un mínimo de información.

Me podría haber ido con Jez y eso, pero la idea de sentarme en el suelo estaba descartada sin espacio a dudas. Dicho estaba desde hace días, estaba hecho un viejo. Además así podía ojear el partido de segundo y a Anna.

Honestamente no le ponía mucho rato a Shiori en el partido, la cría empezaba con buena suerte y ya luego se iba a la mierda, cosa que podíamos extrapolar a cualquier cosa que hiciera. Igual no era que fuese a señalarlo, como tantas otras cosas, solo lo iba a dejar allí en el aire y ya. Kasun tenía varias cosas que averiguar me parecía a mí, pero sería aburrido decírselas~

Asentí con la cabeza a su murmuro, como para reafirmar, la verdad es que por mucho que quisiera renegarlo para hacerme con el imperio de mi padre, al final del día era un bicho de arte. Pertenecía a la pintura, a los lienzos, al grafito y el papel, era allí donde volcaba todo lo que sentía. Mi eterna ira, el hecho de que extrañaba horrores mi verdadero hogar y tantas otras mierdas.

Kickboxing.

Mymy~ si no sería el deporte de las personalidades abrasivas por excelencia.

—¿Y estás de relleno para el cupo mínimo del club o cómo funciona? —pregunté sin ninguna clase de filtro, en esencia porque no me interesaba filtrar un carajo—. Es decir, ni en un sueño de opio puedo imaginarte soltando un golpe.

Solté una risa liviana por la nariz al escuchar su comentario de que esperaba ver mis pinturas y me encogí de hombros.

—Algún día.

 

Al final no vi por donde seguir la conversación con Arata, él tampoco tuvo nada más que añadir, y como me venía dando bastante igual, me acabé quedando ahí porque era cómodo y tampoco tenía nada mejor que hacer. Le repartí caricias suaves ahí por donde me pillaban los dedos y seguí con la atención puesta en el partido, que igual sin el alemán de por medio había perdido algo de appealing, pero seguía siendo lo mejor para ver por la zona.

Eso fue, claro, hasta que vi que le pegaban un balonazo a Joey, eliminándolo, y mis sentidos se activaron a la velocidad de la luz. Le planté un beso en la mejilla a Arata, justo antes de soltarme del agarre que le había impuesto, y le agradecí por la compañía como una buena chica mientras me iba alejando, con la sonrisa deslumbrante. Como si no fuese plenamente consciente que me estaba yendo porque había encontrado algo más entretenido y parecía una niña pequeña en un tienda de juguetes o algo por el estilo.

Then again, era otra cosa que me daba bastante igual que se supiese.

—Jo-jo-jo-Joe~ —canturreé, una vez estuve a una distancia prudencial del chico, y prácticamente me tiré encima de él en cuanto tuve la oportunidad de hacerlo—. That was kinda sad to see~ —bromeé, haciendo un puchero de lo más exagerado.

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abrAN PASO CUZ I SAW THE OPPORTUNITY AND I COULDN'T RESIST MYSELF

 

Asentí quedo tras recibir su nombre, suponía que lograría recordarlo pero tampoco confiaba plenamente en mi neurona. Bueno, al menos no era japonés y cortito. Asumí de plano que la interacción había muerto allí, de modo que me sorprendió un poco volver a recibir su voz. Lo miré de soslayo, con la sonrisa suave de toda la vida, y regresé los ojos al partido de tercero. Vaya, habían eliminado a Joey, qué pena por él~

—Hmm, ¿dos años? Un poco menos —murmuré, tranquila—. Íbamos al mismo instituto y empezamos a hablar.

La dinámica no había tenido mucho de especial, realmente. Según recordaba, un buen día me dio por hablarle, él me recibió con la liviandad que trataba a todos y cuando quise acordar habíamos empezado a pasar tiempo juntos. Descubrimos que vivíamos en el mismo barrio, conoció a Hanabi y la niña se enamoró de él. El resto vino solo.

—Luego nos transferimos aquí juntos —agregué sin complicaciones, repasando el patio apenas de puntillas—. ¿Tú lo conociste ahora?

Estaba tan poco al corriente de sus nuevas amistades en general que ni siquiera sabía que este grandulón estaba relacionado con Hiradaira.

Me había retirado de la cancha sin mayor complicación, con las manos hundidas en los bolsillos y una liviandad absurda. Con lo poco que me importaba haber sido eliminado en un estúpido juego de la escuela, vamos. No me preocupé demasiado por buscar qué hacer o, más bien, asumí que el entretenimiento iba a venir a mí. Ni idea, sexto sentido o algo~

En cuanto oí la voz de Alisha acercándose a mí me sonreí y giré el rostro hacia ella. Tuve el tiempo justo para recibirla sin irme a la mierda o algo, tuve que sacar las manos de los bolsillos para envolverla vagamente.

—¿Hmm? Ah, bueno. —Acentué la sonrisa y me encogí de hombros, sin retirar el contacto en su cintura—. Cosas que pasan, ¿verdad? Al menos salí indemne, ¿no es un logro eso~?

 

No había dudado en ningún momento de que Joey me fuese a sentir o escuchar con el suficiente tiempo para poder recibirme sin sufrir bajas, aunque tampoco me hubiese quejado mucho si acabábamos teniendo que ir a la enfermería por una lesión repentina o algo.

Ah, ¿ya pensando en esas cosas? Si es que no tenía remedio, oye~

Recibí su respuesta con una sonrisa bastante parecida a la suya y, ni bien acabó de hablar, me separé un poquito para repasarlo con la vista. Lo hice un par de veces, repentinamente super concentrada en la tarea, y hasta me incliné hacia los lados y agaché un poco para analizarlo desde todos los ángulos que me fue posible, asintiendo con la cabeza un par de veces.

—Yes, indeed, you seem quite alright —sentencié, con cierta seriedad impostada, y me incliné para plantarle un beso fugaz en los labios—. Congrats~

Volví a sonreírle después de la escena, que surgió simple y llanamente porque me pintó, y le eché los brazos por encima de los hombros para jugar con su pelo como venía siendo costumbre, que casi parecía que mis manos estaban pegadas a su cabello o algo. En esas aproveché para echarle un vistazo a la cancha donde seguía el partido, interceptando rápidamente los tatuajes de Zeldryck, y le piqué un poco la mejilla a Joey en cuanto volví a centrarme en él, con una nueva expresión de curiosidad en el rostro.

>>Eh~ ¿Te has hecho un nuevo amigo y no me has hablado de él o cómo va la cosa? That's so selfish~

 

La dejé apartarse sin problema, regresando las manos a los bolsillos y me quedé allí, bien quietecito, mientras ella me sacaba radiografía. Gracia me hizo, en especial por lo concentrada que repentinamente se veía, pero no hice ademán de interrumpirla o soltarle la risa en la cara. Aguardé hasta que acabó su revisión, me dio el visto bueno y una sonrisa revoloteó en mis labios luego de recibir el beso. Ensanché la sonrisa, lo suficiente para agradecerle las felicitaciones sin tener que abrir la boca.

Visto estaba ya que no nos iba eso de mantener las manos quietas, y apenas Alisha me echó los brazos al cuello volví a engancharme de su cintura. No cargaba ninguna segunda intención, al menos no de momento, era lo que me resultaba natural y ya. Parpadeé con lentitud, sintiendo sus caricias, y repasé la tela de su camiseta con los pulgares.

—Puedes quitarme la liga si quieres, you know? —le sugerí, pues ¿a que no sería más cómodo acariciarlo suelto? Además ya había acabado mi partido, no tenía razones para llevarlo atado.

Noté que su atención se desviaba a la cancha e hice lo mismo por inercia, honestamente no esperé que mencionara a Kasun pero la forma en que me picó la mejilla me arrancó una risa nasal. Me la quité de encima sin mucha energía y tras hacerme con su muñeca, la arrastré hasta echarnos en el césped y ya.

—¿Amigo? Qué va —murmuré, soltando el aire al echarme bocarriba, y una sonrisa burlona danzó en mis labios. Alcé un brazo y me distraje tapando el sol con mis dedos—. Lo conocí ayer, la verdad, me ofreció hierba y pues ¿iba a rechazarlo? Me cae bien, igual. Parece medio cabrón.

Una maravilla tenían que ser mis estándares, eh, pero que me preguntaran si me importaba. Podría haberle regresado la pregunta, también, molestarla con el rubio del cual se había colgado todo el partido, pero no me dio mucho la gana.

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*nyooom*

THE WIRES GOT THE BEST OF HIM

 

Ya ni siquiera me lo cuestionaba de lo estúpidamente natural que me resultaba, pero en realidad lo nuestro tenía que ser digno de estudio o algo. Es que, venga, parecía que literalmente no podíamos pasar más de dos segundos en el mismo espacio físico sin acabar toqueteándonos, con o sin segundas intenciones. No me verían quejándome al respecto, si al fin y al cabo solo lo hacíamos porque ambos éramos personas muy físicas, pero no dejaba de ser bastante divertido.

Levanté un poco las cejas cuando escuché su propuesta, dejando salir una risa ligera después, y me encogí de hombros antes de hacerle caso, quitándole la liga con una mano y deslizándola por la misma hasta dejármela en la muñeca. No me dio mucho tiempo a nada, salvo quizás a revolverle un par de mechones a la pasada, porque justo después fue que le piqué la mejillas y para cuando me quise dar cuenta, ya me estaba arrastrando hacia el césped.

Me dejé hacer con una facilidad ridícula, obviamente, y aproveché para acomodarme mejor cuando ya nos habíamos dejado caer sobre la hierba, colocándome bocabajo en perpendicular a su posición. Lo seguí con la mirada mientras levantaba el brazo, sin disimular ni una pizca la sonrisa que se me había quedado en los labios, y no tardé ni un segundo en hacerme con una par de mechones para seguir haciendo el tonto con ellos.

—Eh, sounds nice~ —murmuré, repasando sus facciones de soslayo antes de seguir a lo mío—. Yo ayer conocí a un albino. Bueno, creo que era albino, nunca me contestó ahora que lo pienso... ¡bueno! Le di el cigarro que me estaba fumando, ¡así que tú tuviste más suerte! Lucky~

Joder, había que ver lo mucho que se me notaba cuando andaba de buen humor, ¿eh?

Paré de juguetear con su pelo durante un par de segundos, giré un poco la cabeza para verlo mejor y acabé por extender la mano para empezar a acariciarle la frente con los dedos, siguiendo después con las mismas aquí y allá sin ningún orden aparente.

>>Sigo sin encontrar mi móvil, ¿sabes? —solté un poco de la nada, haciendo un mohín con los labios—. Supongo que lo he perdido en el tren o algo, such a bullshit.

No había ningún motivo real para contarle todo lo que le estaba contando, simplemente lo hacía porque era Joey y le contaba un montón de cosas. Ya si le importaban o no me daba un poco igual, igual que no me molestaba realmente si decidía responderme algo al respecto o prefería no hacerlo.

 

Claramente no me sorprendió que me hiciera caso, y es que ¿cuándo Ali-chan había omitido cualquier clase de pedido que le hiciera~? Cerré los ojos y eché el cuello hacia atrás, lo suficiente para que pudiera quitarme la liga sin problema, y noté cómo se la dejaba en la muñeca. Luego nos echamos en el césped, seguí sus movimientos de reojo con cierto aire distraído y la escuché. Andaba con la lengua un poco floja y eso sólo podía traducirse a que andaba de buen humor. Nada extraño, igual, ella solía disfrutar de estos eventos deportivos.

—¿Un albino? —Me exprimí la neurona, intentando recordar si lo habría visto por ahí, pero las únicas personas albinas que me venían a la mente eran Jez y la niña ciega de nuestra clase, ¿Violet era?—. Así que ¿le dejaste tu cigarro? How generous, Ali-chan~

Se me coló un montón de diversión en la voz, venga. La conocía de punta a punta y si le había cedido el puto cigarro no podía ser más que para ligárselo. De ahí a que hubiera tenido éxito, pues era otra historia.

Cerré los ojos al sentir sus dedos en mi frente, sus caricias eran suaves y relajé el brazo que había mantenido alzado hasta depositarlo a un costado de mi cuerpo. Me cargué los pulmones de aire, perdiendo la sonrisa brevemente al contarme que aún no encontraba su móvil, y me quedé removiendo briznas de césped pues porque sí.

—Qué mierda, linda. —Alisha vivía tan pegada al móvil que me costaba creer que lo hubiera perdido, lo cual me llevaba a otra clase de posibilidades. Pero bueno, también era despistada y los trenes tendían a llenarse mucho—. ¿Y qué tal? Supongo te comprarás otro y así.

Vaya, no tenía idea.

Acabé por flexionar un brazo debajo de mi cabeza, cosa de llegar a ver el patio y así, y tras repasar la cancha de segundo se me ocurrió una idea, bueno, que podía pecar de ciertas cosas, ¿verdad? Sonreí, divertido, y una risa baja vibró en mi pecho.

—Ali-chan, want to have some fun? —murmuré, irguiéndome sobre uno de mis codos, y echándome encima una energía de lo más cristalina e inofensiva exclamé, a todo pulmón—: ¡Emi-chan!

La otra mano la había usado para ampliar el sonido de mi voz y no tardé en anclarla también al suelo, a la espera de captar la atención de la morena para que viniera con nosotros. ¿Por qué?

Pues porque sí.

 

Al final sí que me hizo caso a toda la verborrea que le solté por la cara, si en verdad tampoco había nada mucho más interesante que hacer salvo pseudo-cotillear un buen rato, y solté una risilla cuando dijo que si era generosa. Hombre, no había que ser un genio para pillar la diversión de su tono de voz, pero encima Joey me conocía mejor que nadie y sabía que no tenía que especificar nada para que adivinase mis intenciones con el muchacho aquel, o con quien fuese to be fair.

Podía haberle dicho que lo había visto por ahí con Sasha, pero honestamente tampoco había sido un gran intercambio el nuestro y no veía por qué seguir dándole vueltas al asunto. Además, mira si de repente le admitía que había fallado estrepitosamente ligándomelo (or did I?) y le daba más motivos a Joey para burlarse de mí o algo. No way in hell!

—I guess so, yes —le respondí a lo del móvil, encogiéndome de hombros, y justo en ese mismo instante una estupidez se me cruzó por la cabeza, haciendo que me inclinase hasta alcanzar a rozarle la oreja con los labios—. Puedo enviarte un nude cuando lo solucione, para avisarte~

Me erguí justo después y me eché encima una sonrisa inocente, recuperando el ritmo de las caricias como si nada y dirigiendo las mismas hasta su cuello, siendo que se había levantado un poco y no quería bloquearle la vista al patio. En cuanto al teléfono, también se me había ocurrido que me lo hubiesen robado o algo, que tan estúpida no era. El problema de eso residía en que estábamos en Japón e incluso en algún bar de mala muerte me habían acabado devolviendo algo que se me había olvidado, así que simplemente tuve que desecharlo casi de inmediato.

De nuevo, cuán equivocada podía llegar a estar.

Anyways, ya había dicho que Joey y yo nos conocíamos bastante bien, ¿cierto? Le leí las intenciones antes de que hablase incluso, si es que tenía escrito por toda la cara que había tenido una idea de mierda, y no me dio tiempo a responderle realmente antes de que hiciese lo que se le hubiese ocurrido. No big deal, era super obvio que iba a decir que sí, y de nuevo una sonrisa divertida me revoloteó en los labios cuando deslicé la vista hacia las canchas.

No había llegado a ver que la pobre chiquilla había pegado un respingo al escuchar el grito de Joey, seguro que lo último que se esperaba era que este se acordase de su existencia en esta situación, pero sí que vi como no se hizo en absoluto de rogar y se acercó a nuestra posición con cierta rapidez.

—Senpai, buenas tardes~ —nos saludó a ambos con una inclinación de cabeza y una sonrisa de lo más linda—. ¿También a vosotros os han eliminado rápido o aún no han empezado vuestros partidos?

Preferí no decir nada al respecto y simplemente deslicé la mirada hacia Joey, cediéndole el primer intercambio siendo que había sido su idea inicial y todo el rollo.

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IS THIS SOME KIND OF HEAVEN???

 

Sabía que lo más normal ante una anécdota como la mía sería avergonzarse, escandalizarse o, como mínimo, quedarse un poco fuera de base. Es decir, la gente tendía a evitar el conflicto y muchas veces, con tal de no incurrir en molestias mayores, disimulaban sus impresiones y dejaban a los demás a dos velas. Pero Sean lucía genuino, vaya. Genuinamente no le importaba, y no sólo eso, sino que casi parecía estar celebrándome la hazaña. La tontería me hizo pensar que este tío iba a ser bastante más interesante que la media y bueno, que nadie me culpara luego si aflojaba las resistencias en torno a él.

Necesitaba de poco a nada para hacer lo que me saliera del coño, after all.

—Right? —acordé, sedosa, y se me aflojó una risa breve—. Pero bueno, casi suena que hablas por experiencia, cielo. ¿Algo que confesar~?

Ya podía darme por satisfecha, así que dejé de acariciarle el cabello y finalmente me digné a atárselo en una media coleta. Recibí su respuesta con calma y le quité las manos de encima. Bueno, del pelo~

—That's great —concedí en voz baja, cruzando los brazos sobre la línea de sus hombros para echarle mi peso encima. Apoyé la barbilla, justo como antes, y le sonreí desde ahí—. Yo no me arrepiento de nada, ¿sabes? Siento que es energía desperdiciada. ¿De qué me serviría? En definitiva, somos lo que somos por todo lo que hemos hecho.

Partido II

El corazón se me subió un poquito a la garganta al ver que intentaban eliminar a Emi, por si llegaban a pegarle muy fuerte o se lastimaba. Por suerte no ocurrió nada de eso y bueno, no iba a mentir, me aliviaba bastante saber que no iba a tener que lanzarle un puto balón. La seguí brevemente con la mirada y luego me concentré de regreso en el partido, aunque no estaba a mi cien por cien. Seguía distraída.

Y sólo fue a peor.

Intentaron eliminar a Greeny y fallaron, pero el chico perdió el equilibrio y se fue un poco al suelo. Sentí el impulso de acercarme, ayudarlo a levantarse y eso, pero seguíamos en medio de un partido y si me seguía dispersando iba a acabar perjudicando a mi equipo. Quizá sólo fuera una dinámica tonta de escuela, pero estos juegos me gustaban e inevitablemente acababa poniéndome competitiva. De la forma que fuera, Aleck topó conmigo, que lo estaba mirando, y me extendió el balón. Parpadeé, consumiendo la distancia, y acepté la pelota con una sonrisa ligera.

—Ten más cuidado, tonto —lo regañé en voz baja, sin molestia real.

La piqué un poco, repasando a los miembros del equipo contrario, y en esas estaba cuando un grito atravesó el espacio como puto loco. No reconocí la voz, pero sí a quién llamaban e inevitablemente me giré, viendo cómo Emi iba bien pancha a reunirse con Wickham y... ¿cómo era la rubia? ¿Alisha?

Y los putos moretones.

El cabrón de Sugino.

Enderecé el cuello de regreso, con movimientos algo rígidos, y le apliqué una cuota extra de fuerza al lanzamiento. No la calculé del todo, pero sí que elegí deliberadamente al muchacho que no era Dante porque no me apetecía atacar así a una chica. Sabía que eran personas y no una maldita bolsa de boxeo, no iba a tirar a matar, pero vaya.

Sí que se sintió bien.

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uuups Kuno Vizard tu niño Clevert salió sorteado por la loca

Equipo A
1. Dante Miles
2. Catherine Whitman
3. Liza White
4. Clevert White Crimson
5. Lynn Ayala
6. Kashya Thornton

Equipo B
1. Hiroshi Koizumi
2. Oreki Tojo
3. Marie Rose La Pointe
4. Bleke Middel
5. Shiori Kurosawa
6. Anna Soria Hiradaira
7. Aleck Graham

Dado de tirador: dado de siete caras.
1. Canillas
2. Muslos
3. Estómago
4. Brazo derecho
5. Brazo izquierdo
6. Cara
7. Pecho

Dado de recibidor: dado de tres caras.
1. Te impacta de lleno y quedas fuera de juego.
2. Logras esquivarlo sin problemas.
3. Lo esquivas con dificultad y tropiezas, haciéndote algún que otro raspón.

Me había relajado tanto con la brisa que corría y las caricias de Alisha que realmente no llegué a anticiparle la jugada. Noté de soslayo que se removía y mantuve la vista pegada al cielo, sintiendo la ligera tibieza de su aliento contra mi oreja al hablar. Esbocé una sonrisa torcida, bastante suave, y giré apenas el rostro para encontrar sus ojos un segundo antes de que volviera a erguirse. Uy, no hacía falta mucho para activarme, ¿cierto?

—Alright~

Como si fuera a negar pedazo de oferta, vamos.

Sus dedos se redirigieron a mi cuello y un escalofrío breve me recorrió la espalda, sin molestarme demasiado en disimularlo. Era una zona sensible, venga, nada que hacerle~ La dejé hacer sin problema y cuando le solté la idea de mierda de turno, buscando sus ojos para adivinar su reacción, la vista se me escapó un poquito hacia abajo. Ups~

Llamé a Emi, pues. La niña dio un respingo pero no tardó en acercarse y suavicé la sonrisa, ladeando ligeramente la cabeza. Pero mira nada más, qué obediente.

—Buenas, Emi-chan~ —la saludé, risueño, y me estiré para palmear el césped junto a Alisha que, bueno, por la posición de Welsh también quedaba a mi lado—. A mí sí, Ali-chan aún no empieza. ¿Te ha dolido ese balonazo? Qué feo, atacar a una chica tan bonita~

 

Noté que me miraba de soslayo al escuchar mi pregunta, en sí asumí que no pensaba que le siguiera haciendo conversación, cosa que era normal la verdad. Aún así digamos que los dos podíamos mantener una interacción así fuese medio de manual, de forma que la chica me contestó y amplió un poco más de lo que había estimado en una primera instancia.

¿Dos años? Menos quizás.

Minami dijo que los Jackals se habían desintegrado en 2018.

Había que ver nada más como la telaraña se complejizaba, se expandía y más gente sumaba hilos, enredándose entre los viejos. Resplandecían como plata líquida, algunos tenían un tinte más amarillento, como de oro, y luego estaban los que eran de un negro tan profundo que parecían absorber toda la luz que los alcanzaba. Ishikawa de repente tenía más hilos de los que había estimado, se estiraban y se enredaban sobre sí mismos, pero a pesar de todo persistían.

Como mala hierba o el hilo rojo aquel, el del destino.

Hice un sonido, pues para que supiera que le estaba prestando atención y alcé un poco las cejas al escuchar que se habían transferido juntos y toda la cosa. En sí no me extrañaba que tuviese amistades así, el crío se daba a querer solo con respirar y más de uno podía testificar eso. Asentí con la cabeza ante su pregunta, bebiendo algo más de agua y solté el aire por la nariz.

—Hace un par de semanas si acaso, por... —Fruncí el ceño cuando volví el rostro para husmear a los de segundo y vi que Anna le había dejado el balón ir al crío del otro grupo con una fuerza de mierda. Joder, como el mocoso no esquivara se moría y esta tonta también—, la chica del cabello rosado que acaba de tirar a matar en el partido de los de segundo. Y ya sabes, Ishi es muy llevadero así que ni modo.

El enano era un soplo de aire y se juntaba con un montón de intensos del culo, eso nunca iba a entenderlo del todo.

Regresé sobre mis pasos sin mucha prisa, le eché un último vistazo a Al que al final se quedó charlando con O'Connor y seguí a lo mío, sin detenerme a mirar que Joey estaba con Alisha y Emily ni nada, pues porque había dejado a Jack y Laila esperando. En lo que me acercaba los noté hablar, no escuché nada por el ruido de la gente y tal, así que ni por asomo se me ocurrió que Laila estuviera contándole por encima al chico lo de Al y Joey, que parecían querer escupirse encima por respirar.

—Los dramas ajenos vienen a ti, así que confirmo que al final lo difícil va a ser esquivarlos —dijo Meyer y se encogió de hombros como quien no quiere la cosa—. Todo depende de con la gente que te juntes, pero igual todos aquí están tan revueltos que ya uno ni sabe por dónde le va a caer la bomba.

Ya cuando llegué había cerrado ese tema y yo volví a sentarme, reflejando la sonrisa que me había dedicado Atkinson. Me preguntó por Altan y suspiré con pesadez antes de responderle algo.

—Está bien, en lo que cabe. No es la primera ni última vez que aparece golpeado, aunque esta vez se ve que se les fue la mano. Iba bien hasta que se le ocurrió meterse a jugar quemados, al imbécil —expliqué con cierto fastidio hacia Al—. Debió dolerle más el intento por esquivar que el balonazo en sí, debería irse a casa temprano la verdad, aunque es un poco como un gato de la calle, solo sigue como si no tuviese nada y luego se lo lleva el diablo.

Yo no sabía que de por sí había una persona haciéndole de médico personal, asumí que sus padres lo habrían llevado a que se revisara si lo vieron llegar a sí, pero nunca se sabía con él. Fácilmente se habría montado el teatro para no provocar más a su madre.

 

Lo cierto es que había pensado en aprovechar que la profesora estaba demasiado atenta con los partidos para escabullirme a la enfermería y echarme una siesta, si total ya me habían eliminado y no era como si pudiese elegir un solo equipo al que animar dada la situación. No me esperé en absoluto que alguien fuese a querer mi compañía, en gran parte porque eventualmente todos acabarían jugando a los quemados y pensé que estarían atentos de ese tema, pero ese no iba a ser motivo suficiente para rechazar la oportunidad cuando se me presentó.

Y la compañía de Joey no era una que me desagradase en absoluto.

No me di cuenta de la presencia de Alisha hasta que me acerqué lo suficiente para notar su melena dorada, pero identificarla no me echó en absoluto para atrás. Bueno, para empezar sería maleducado por mi parte retirarme a medio camino, y para continuar, ella también se me hacía una chica de lo más entretenida y con la que era fácil de estar. ¡Aparte de que no era en absoluto extraño verlos juntos!

Así que me acerqué, los saludé como solía hacer y no tardé en sentarme sobre el césped en cuanto el chico me invitó a ello, eso último mientras escuchaba su respuesta a mi pregunta y la que me devolvió inmediatamente después. Para sorpresa de nadie, noté como las mejillas se me sonrojaban por su comentario final, e intenté disimularlo un poco apoyando la barbilla sobre las rodillas que había recogido contra mi pecho.

—No, estoy bien —contesté, negando un par de veces con la cabeza y una sonrisa suave—. Shio-chan es mi amiga, no intentaría hacerme daño~ ¿Pero tú estás bien, senpai? El partido de segundo me ha parecido hasta amistoso en comparación a lo que he visto del de tercero —admití, con un deje de preocupación en el tono de voz.

Atenta como estaba a la posible respuesta del chico, no me di cuenta que la rubia había vuelto a dirigir la vista hacia nuestro partido aunque sí que llegué a pillar el tono que adoptó su sonrisa cuando volví a fijarme en ella, como si hubiese visto algo que le había resultado terriblemente interesante o algo.

>>Ah, ¡y buena suerte, senpai! Ten cuidado cuando vayas a jugar, por favor~

—I will~ —me contestó, risueña, y vi como extendía una mano para hacerse con la mía y moverla un poco de lado a lado—. Pero si me dan un golpe, ¿Emi-chan me cuidaría~?

—¿E-eh? S-si es lo que quieres, sí...

—Nice~ —sentenció, sin darme espacio a mucha réplica, antes de girar el rostro hacia Joey con una especie de sonrisa victoriosa.

 

[Partido II]

No era muy avispado ni nada, eso se sabía, pero era puto culo inquieto hasta decir basta así que las pruebas físicas me emocionaban más de lo que me molestaban. Había ido a cambiarme, salí bastante rápido y fui al patio para esperar a que la profesora hiciera los equipos. Quedé con varias caras que por lo menos conocía, así que todo bien.

El balón viajó por la cancha un par de veces, eliminaron a la morena, Kurosawa casi se come el piso, lo mismo el castaño que no ubicaba de nada y luego le cedieron el balón a Hiradaira. Hombre, la chica era menuda y aún así soltó el balón con fuerza, pero peor que eso fue que, adrede o no, el tiro le cayó al otro desgraciado directo en toda la cara.

Arrugué los gestos porque me imaginé que debió doler lo suyo, noté que Shiori había dado un respingo cuando el otro se comió el balonazo y ambos nos quedamos congelados un rato, yo bastante más que ella.

—Koizumi, el balón. —La voz de Kurosawa me hizo volver a la tierra, de forma que me di cuenta que había rodado hasta quedar a mis pies.

—¡Ah, sí! —exclamé antes de levantarlo.

Me lo pensé unos segundos antes de elegir bastante al azar y lanzar el balón en dirección a la castaña que se lo había arrojado a Kurosawa hace un rato. Medí la fuerza, porque no podíamos dejar ya a dos con la cara dando pena y mi pulso no era lo que se dice de campeonato mundial.

Contenido oculto: Equipos and stuff

Nekita va a Cathy uwu

Equipo A
1. Dante Miles
2. Catherine Whitman
3. Liza White
4. Lynn Ayala
5. Kashya Thornton

Equipo B
1. Hiroshi Koizumi
2. Oreki Tojo
3. Marie Rose La Pointe
4. Bleke Middel
5. Shiori Kurosawa
6. Anna Soria Hiradaira
7. Aleck Graham

Dado de tirador: dado de siete caras.
1. Canillas
2. Muslos
3. Estómago
4. Brazo derecho
5. Brazo izquierdo
6. Cara
7. Pecho

Dado de recibidor: dado de tres caras.
1. Te impacta de lleno y quedas fuera de juego.
2. Logras esquivarlo sin problemas.
3. Lo esquivas con dificultad y tropiezas, haciéndote algún que otro raspón.

 

Si lo pensaba con detenimiento, quizá fuera hasta peligrosa la cantidad de información que manejaba. Ni idea, como para que alguien lo descubriera, me considerara un cabo suelto y todo ese rollo de las pelis. Kohaku no era de soltar la lengua por amor al arte pero al mismo tiempo podía resultar estúpidamente noble, y con la mierda que me había tragado en su presencia, bueno, acabó compartiendo unas cuantas cosas. Conocerlo a él fue lo que me empujó a recuperarme por completo, a dejar un montón de basura atrás, y alcanzamos un punto intermedio de comunicación y lealtad ciega que nos servía a ambos.

Como si me enteraba del rollo de este amargado con los chacales, me meaba de risa de la coincidencia.

Confirmó mis sospechas, señalando a Hiradaira en el partido de segundo, y detecté su cabello rosado al tiempo que ejecutaba su lanzamiento. Arrugué el ceño, viendo cómo el balón daba de lleno contra el rostro de ese pobre infeliz, y siseé un sonido en voz baja.

—Auch —solté con ligereza y miré a Altan de soslayo—. Sí, no sabía que Hiradaira también se transfería aquí cuando tomó la decisión. Y bueno, en eso tienes razón.

Kohaku tenía que ser la persona más llevadera que había conocido nunca, de esos que te dejaban vivir a tu ritmo y no exigían nada. A ver, no decía que fuera el concepto ideal de ser humano, porque con su liviandad y todo venía otro tipo de problemas. Pero lo dicho: para una persona como yo, era lo ideal.

Seguí prestándole un poco de atención al partido de segundo y solté el aire por la nariz, regresando al de tercero.

—Me gusta conocer amigos de Ko —murmuré por la misma razón que solía decir todo: porque me salía del coño—. Así que es un placer, Altan~

Emily aceptó mi oferta sin dudarlo mucho y pensé que la niña había mejorado bastante en eso de navegar entre los de tercero como si fuera su puta casa. Mantuve la sonrisa en apariencia angelical, obviando su sonrojo como un campeón, y apenas le dirigí un vistazo a Alisha antes de enfocar mi atención en Hodges. Conque Shio-chan, ¿eh?

—Ah, ¿Kurosawa? —indagué, ocultando mi diversión, y seguí jugándola de inocente—. ¿Son amigas, Emi-chan? Qué pequeñito es el mundo~

No dudaba que la preocupación en su voz fuera genuina, la verdad, y eso sólo la volvía... ¿más adorable? Sí, sí. Como una muñequita o algo. Solté una risa breve por la nariz y me erguí hasta sentarme, extendiendo los brazos para mostrarle mi estado.

—I'm fine! No tuve oportunidad real de comerme un balonazo de los jodidos, así que salí limpito~ —Deslicé la mirada hacia Alisha, divertido—. Espero que puedas decir lo mismo, preciosa.

Qué va, si yo tenía gente queriendo cerrarme a hostias sabía que Ali corría con la misma fortuna. Puede que incluso peor.

Haber desviado mi atención a la rubia me hizo captar al vuelo el tinte de su sonrisa, y en lo que se entretenía con Emily seguí el curso original de su mirada. El partido de tercero iba tranquilo, pero en el de segundo, Hiradaira había pillado el balón y... Arrugué la nariz, apretando los dientes. Joder, eso me había dolido hasta a mí. Ni el impacto sonó bonito, todo lo contrario.

De la forma que fuera, recibí la sonrisa victoriosa de Alisha y solté una risa suave, como si no acabara de presenciar a un pobre diablo comiéndose una pelota en la cara. A ver, igual no podía hacer nada al respecto, ¿verdad? Sólo seguir con la vida y ya.

—¿Ya conseguiste enfermera, Ali-chan? —bromeé, en tono suave, y le sonreí a Emily—. Igual cuídate, eh, que esta puede ponerse caprichosa a cagar. Ya te digo yo.

Contenido oculto: esto amerita rolita

Luego que por qué me pasaban las cosas, de verdad. Por qué no encajaba, por qué no hacía amigos, por qué la casa vacía, por qué las miradas llenas de miedo. Podía echarle la culpa a mis hábitos, mi idioma, mis juntas, o directamente a todos los demás. Podía redirigir el veneno con ayuda del viento y convencerme de que no me pertenecía, que me forzaban a usarlo, que era una mera víctima. Venga, podía intentarlo. Seguro era hasta divertido verme.

Y luego mataba pobres infelices de un balonazo.

No le había apuntado a la cara, puta mierda. No había sido mi intención o, claro, de eso me quería convencer. La pelota viajó y dio de lleno contra el rostro del chico este, y así como en un instante de lucidez me di cuenta que ni siquiera sabía a qué clase iba. Un completo desconocido que sin venir a cuento de nada iba y se comía mis putos problemas, la ira incesante, el incendio forestal. Bonito, eh.

Hermoso, Anna.

Se me congeló el cuerpo entero, de pies a cabeza. Vi el impacto, lo oí también, se llevó las manos al rostro y me quise morir. Tenía el dolor impreso en cada músculo, cada maldito músculo, buscó mis ojos y creí que iba a ahogarme ahí mismo.

¿Era necesaria tanta rudeza?​

Los dedos me cosquillearon, el cuerpo entero, y parpadeé, recuperando noción del espacio. Miré alrededor, noté que todos tenían su atención puesta en mí y olvidé cómo mierda se suponía que uno le enviaba aire a los pulmones. Ni siquiera pude disculparme, acompañarlo a la enfermería, actuar como una persona decente. Pasé saliva, giré sobre mis talones y me retiré de la cancha. El silbato de Yoshida sonó a mis espaldas, insistente.

—¡Hiradaira, vuelve aquí! —No respondí, no reaccioné, sólo seguí caminando—. ¡Hiradaira!

No podía obligarme a jugar, no podía forzarme a hacer una mierda, ¿y qué más daba? ¿Qué iba a hacerme? ¿Meterme una sanción? Otra, en todo caso. Me había dado miedo la beca pero resultaba que el querido Jun se encargaba de costear mi escuela, de atarnos a ellos, a los jodidos Hiradaira, así que ¿qué más daba? Al menos, perdido por perdido, me había permitido esa libertad. Podía mandarme las cagadas, ser la misma imprudente de siempre, y huir.

Y una puta mierda.

Me metí al edificio y ya, realmente no tenía un plan así que quedaba ver dónde me escondía como la puta imbécil que era. En serio, y luego tenía el jodido tupé de preguntarme por qué me quedaba sin amigos. Hasta a mí me había superado.

Acababa de reventarle la nariz a un chico.

Frente a toda la puta escuela.

Mis felicitaciones.​

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Les dejo la listita ya modificada del partido II uwu

Equipo A
1. Dante Miles
2. Catherine Whitman
3. Liza White
4. Lynn Ayala
5. Kashya Thornton

Equipo B
1. Hiroshi Koizumi
2. Oreki Tojo
3. Marie Rose La Pointe
4. Bleke Middel
5. Shiori Kurosawa
6. Aleck Graham