Imperio de Elérea Puerto de Portobelo

Void

Ugh, demasiada información para poder procesarla. Antes de que me diese cuenta, ya había olvidado la mayoría. Pero sería de mala educación hacerle volver a repetir todo...

N-No importaba, me había quedado con lo esencial, aunque parte de ello ya lo conocía. Básicamente habló sobre qué era la lluvia carmesí y cómo las murallas nos protegían de ella, al menos en parte. Me sorprendió saber que se había comprobado desde hace tiempo que no era un método perfecto. ¿Entonces por qué la gente se veía tan tranquila en primer lugar?

De verdad que no entendía nada. Fuese como fuese, aquella historia realmente no me ayudaba mucho; parecía que realmente tendría que visitar la iglesia.

Aunque antes quizá pudiese conseguir algo en el puerto.

 

El puerto era concurrido, no en vano era lo que le daba nombre a aquel pueblo, ¿no? Con múltiples barcos atracados allí y gente de un lado a otro, era curioso, porque también ahí había puestos, especialmente de pesca. Void supuso que en el mercado venderían de todo un poco, pero el pescado más fresco se pondría ahí. Lógico, por otra parte. Se sacaba el pescado justo del mar, ahí mismo, ¡evidentemente era más práctico venderlo ahí!

Se fijó Void en cómo un hombre tenía una red de pesca atada a una polea, subido en su barco, junto al muelle... y por más que tiraba de la polea, no parecía ser capaz de arreglarla: la red no subía de ninguna de las maneras, y el hombre parecía frustrado.

Hmm. Void se fijó en la polea. Era curioso, porque pese a estar bastante lejos y ser pequeña, en el cilindro de la polea podía ver que... había algo. Algo estaba encima de la polea. El hombre no lo veía, pero Void podía notar que algo raro se encontraba sobre la misma, agarrándose a ella con fuerza. Invisible, sí, pero estaba ahí. ¿Sería algún monstruo? Hmmm. El cilindro era de metal, ¿no?

>> Usar piro sobre el cilindro.
>> Usar hielo sobre el cilindro.
>> Usar electro sobre el cilindro.

 

Void

Llegué al puerto tras andar un poco, pero tal y como me había pasado antes, no tenía idea de qué hacer. Apreté los ojos, molesto, ¿Por qué tenía que ser tan complicado dar con una pista sobre lo que buscaba? ¿Por qué no podía tener algo más concreto con lo cual buscar?

Los ruidos del mar me sacaron de mis pensamientos, y entonces fue cuando noté a un hombre que llevaba una red de pesca atada a una polea a su barco, peleando por poder subirla.

—¿Tan pesada es? —hablé para mí mismo, mirándola fijamente—. No, hay algo más. No sé que es, pero sé que hay algo en ese cilindro. Tampoco era de mi incumbencia en realidad, pero ya que estaba allí...

...quizá habría que calentar un poco las cosas.

>> Usar piro sobre el cilindro.

 

Cuál fue la sorpresa de Void cuando, al lanzar el hechizo, la cuerda de la polea se prendió ligeramente, y la red de peces cayó al fondo del mar. El dueño estuvo a punto de dedicarle palabras no precisamente agradables al niño, cuando se dio cuenta de que el hechizo de este, en realidad, había impactado en una criatura... una que estaba intentando utilizar la invisibilidad, pero que no pudo seguir tras ser quemada. Al parecer se había enganchado en la polea, pero ahora, cayendo al agua tras el ataque de Void, se dirigió presta, nadando, hacia él.

Todo el puerto se quedó alarmado, mirando a la criatura.

—¡A-Ah, uno de esos monstruos marinos! —gritó un marinero detrás de él—. Niño, corre, apártate: cogeré un arpón y mataré a ese bicho, ¡tú vete!

Y se fue corriendo. Bah... ¿por qué esperar al arpón? La criatura parecía especialmente molesta con él, hasta el punto de que le escupió un chorro de agua a presión nada más verlo.


SAHAGIN
Lvl. 5
- PS: 60/60
- PM: 0/0
- Fuerza: 25
- Defensa: 10
- Poder Mágico: 40
- Terapeucidad: 0
- Espíritu: 10
- Defensa Mágica: 40
- Velocidad: 30
Ataques:
- Chorro de agua (10 daño mágico, elemento agua)


Turnos:
- Sahagin
- Void
- Sahagin
- Void

 

Void

Me encogí de hombros. Aquello no había salido tan bien como pensé, pero al menos había dado con aquella anormalidad que había llamado mi atención: una criatura invisible.

La criatura no tardó demasiado en reaccionar a mi ataque, lanzándome un chorro de agua que no hizo más que mojarme.

—Debiste haber ido cuando pudiste —le dije a la criatura—; verás, no es necesario esperar a que traigan un arpón, porque yo ya tengo el mío aquí mismo —llevé mi mano a mi espalda y tomé mi lanza—, ¡Espero que lo disfrutes!

Di un rápido salto y le di una punzada a aquella criatura.

VOID
Lvl. 2
Exp. sig. nv.: 130
PH: 5
- PS: 47/55
- PM: 47/53
- Fuerza: 26
- Defensa: 20
- Poder Mágico: 47
- Terapeucidad: 5
- Espíritu: 16
- Defensa Mágica: 42
- Velocidad: 21
Armas equipadas:
- Lanza de hierro (10 Daño físico)
Armadura equipada:
- Capucha enigmática (sin efecto)
Habilidades pasivas:
---
Habilidades y técnicas:
- Punzada [solo lanzas]: ataque potente con la lanza a un enemigo que baja su defensa ligeramente. Es muy efectivo contra enemigos animaloides. +15 Daño físico. Hace x1,5 el daño normal a los monstruos animaloides (Coste: 6 PM)
Magia negra:
-Piro: potencia mágica 30, elemento fuego (Coste: 6 PM)
-Hielo: potencia mágica 30, elemento frío (Coste: 6 PM)
-Electro: potencia mágica 30, elemento rayo (Coste: 6 PM)
-Aqua: potencia mágica 30, elemento agua (Coste: 6 PM)
-Aero: potencia mágica 30, elemento viento (Coste: 6 PM)
Inventario:
- Vara (Daño físico 1, Absorción de PM: 1%. Sin elemento)
Guiles: 80

 

El Sahagin recibió la punzada con dolor; ah, era bastante débil físicamente, ¿eh? Void había pillado bien por dónde flaqueaba. Con cierta desesperación, el monstruo volvió a escupir entonces su Chorro de agua.


SAHAGIN
Lvl. 5
- PS: 19/60
- PM: 0/0
- Fuerza: 25
- Defensa: 10
- Poder Mágico: 40
- Terapeucidad: 0
- Espíritu: 10
- Defensa Mágica: 40
- Velocidad: 30
Ataques:
- Chorro de agua (10 daño mágico, elemento agua)

 

Void

Otro chorro de agua más que sólo conseguía mojarme las ropas; comenzaba a cansarme.

—¿Sabes? Desde que se quemó la cuerda me quedé pensando, ¿Cuál habría sido la mejor manera para solucionar eso? Y creo que acabo de dar con el hechizo correcto: ¡Electro!


VOID
Lvl. 2
Exp. sig. nv.: 130
PH: 5
- PS: 39/55
- PM: 41/53
- Fuerza: 26
- Defensa: 20
- Poder Mágico: 47
- Terapeucidad: 5
- Espíritu: 16
- Defensa Mágica: 42
- Velocidad: 21
Armas equipadas:
- Lanza de hierro (10 Daño físico)
Armadura equipada:
- Capucha enigmática (sin efecto)
Habilidades pasivas:
---
Habilidades y técnicas:
- Punzada [solo lanzas]: ataque potente con la lanza a un enemigo que baja su defensa ligeramente. Es muy efectivo contra enemigos animaloides. +15 Daño físico. Hace x1,5 el daño normal a los monstruos animaloides (Coste: 6 PM)
Magia negra:
-Piro: potencia mágica 30, elemento fuego (Coste: 6 PM)
-Hielo: potencia mágica 30, elemento frío (Coste: 6 PM)
-Electro: potencia mágica 30, elemento rayo (Coste: 6 PM)
-Aqua: potencia mágica 30, elemento agua (Coste: 6 PM)
-Aero: potencia mágica 30, elemento viento (Coste: 6 PM)
Inventario:
- Vara (Daño físico 1, Absorción de PM: 1%. Sin elemento)
Guiles: 80

 

El rayo resultó tremendamente efectivo, tumbando a aquel Sahagin, que quedó tostado e inmóvil. El marinero suspiró aliviado, bajándose del barco y cogiendo el cuerpo del monstruo.

—Vaya... así que esta criatura estaba enganchada en mi polea. Se habría quedado vagando por el mar cuando la lluvia carmesí cayó... muchos monstruos acaban en el mar, después de todo. Pero no suelen salir mucho.

>> Niño, eres muy joven para tener esos poderes tan... impresionantes. Has arreglado mi polea, supongo, ¡pero toda mi pesca ha caído! Agh, en fin. Supongo que aun así, gracias. Ten, anda. Cómprate algunas chuches. ¡Y ten cuidado con esa lanza tuya, te podrías hacer daño!

+100 guiles extra

 

Void

Me encogí de hombros y me fui tras que el hombre terminase de sermonearme. Bah, al menos había conseguido algo de dinero.

Lo que estaba claro era que este lugar no era tan seguro como querían hacer parecer. Y lo que era peor, seguía sin tener ninguna pista sobre el Vacío.

Parecía que no me quedaba más opción que acudir a aquella iglesia que la señora del mercado me había comentado. Ya no me quedaba otra alternativa, así que puso los pies en marcha.

Rumbo a la iglesia.

 

Void caminó con lentitud hacia la Iglesia, observando todo a su alrededor con calma, pero siempre con ceño y algo de desconfianza. Empezaba a estar algo desesperado y cansado... sin ningún tipo de pista real sobre aquello que buscaba, sin saber absolutamente nada. Ni siquiera sabía si quería buscarlo. En su cabeza, si el vacío le arrebató a su madre, entonces encontrarlo debería servirle para lograr respuestas, ¿no? Saber por qué... le pasó todo aquello.

E incluso encontrar a su madre. Nadie le decía que no estuviese viva. Y Void... quería creer que lo estaba. Necesitaba tantas respuestas. Sobre su madre, sobre el "vacío", y... sobre sí mismo.

Entrar a la Iglesia le dio escalofríos. No recordaba haber pisado nunca una, pero... no recordaba tantas cosas. En fin, la Iglesia estaba construida alrededor de un árbol. Las raíces se extendían por todas las paredes, y el árbol sobresalía por un hueco del tejado, creciendo hacia arriba y pegado a la pared del fondo. Bancos por todas partes y un altar frente al árbol definían el resto de la Iglesia.

Había pocas personas allí. Algunas, en silencio, rezaban sentadas, y Void creyó escuchar susurros de melancolía, deseos de que algún familiar estuviese a salvo, rezos por evitar una próxima lluvia carmesí pronto. Las gentes de Ilumbra eran sencillas, parecía ser. Creían que por rezarle a un árbol cualquiera era como rezarle a Yggdrassil; que esos árboles estaban "bendecidos" por los Cinco Sagrados. Qué tonterías.

—Hola, pequeño.

La voz le sobresaltó. Era un hombre mayor, de rostro ajado y permanente sonrisa, llevando un pomposo gorro alto y una túnica blanca. Void dedujo rápidamente que debía ser el "padre". Ninguna otra persona se vestiría así.

—Pero hombre, muchacho. ¿Por qué ocultas tu rostro a ojos de los Cinco Sagrados? En la casa de los árboles no debes tener miedo de mostrarte tal y como eres. Dime, hijo, ¿te puedo ayudar en algo?

... no es que estuviese especialmente cómodo, pero todo parecía apuntar a que, si alguien podía darle algo de respuestas, lo que fuese, era ese tipo. Ya que estaba, podría aprovecharlo.

Si lograse la manera de introducir el término del "vacío" sin que se escuchase demasiado estúpido...

>> Preguntar sobre la religión de los Cinco Sagrados
>> Preguntar sobre la mitología de la lluvia carmesí
>> Preguntar sobre el origen de los humanos

 

Void

Estar allí me ponía bastante incómodo, pero no tenía más opción. Ya había agotado todas mis otras posibilidades y no había conseguido nada; sólo me quedaba creer en que aquí podría encontrar algo, tenerles, como ellos decían, "fe".

Pero no era sencillo cuando comenzaba hablando sobre mi máscara, ¡¿Por qué todo el mundo se obcecaba en que me la quitase?! Tuve que tomar algo de aire y respirar un poco para tranquilizarme antes de poder hablar.

—La lluvia carmesí se llevó a alguien a quien quería mucho, y no puedo aceptar su partida sin siquiera entender por qué se fue. No entiendo lo que es la lluvia carmesí, por qué existe o qué es lo que la causa; quizá nadie lo sepa, pero no puedo estar tranquilo hasta darle un sentido a lo que pasó aquella vez. Por eso, al menos, me gustaría saber todo lo posible sobre dicha lluvia.

>> Preguntar sobre la mitología de la lluvia carmesí

 

El padre escuchó las palabras de Void con atención, su gesto llenándose de compasión cuando escuchó sobre su pérdida. Agachándose junto a él, suspiró, y dijo:

—Siento mucho lo que te ha pasado, pequeño. Es una pena. La lluvia carmesí es verdaderamente horrible, sin duda alguna. Que niños como tú tengan que sufrir los pecados de otros es... terrible. Pero para eso existimos en estas Iglesias: para guiar a la humanidad por la senda correcta, ¿sí? Y evitar que algo tan terrible vuelva a pasar.

¿Pecados? ¿Senda correcta...?

—La lluvia carmesí, esos monstruos que caen del cielo... nadie sabe bien cómo se produce. Pero nosotros, en el Culto de los Cinco Árboles Sagrados, sabemos bien por qué se produce. Verás, pequeño, tiempo atrás, existieron unas criaturas horribles en el mundo: los demonios. Se cuenta que, pese a lucir como los humanos, eran aberrantes por dentro, llenos de odio, de ira, monstruosos. Los demonios se enfrentaban continuamente a los sagrados ángeles, buscando exterminarlos. Los ángeles... fueron creados por los Cinco Árboles Sagrados, para servir como sus emisarios. Para ayudar a moldear, poblar y construir este mundo. Pero una entidad oscura, que quería destruir a los Sagrados, el archidemonio, empezó a reproducirse, ¿sabías? A reproducirse y crear, con el objetivo de erradicar todo el trabajo hecho por los ángeles y los Sagrados, a erradicarlos a ellos mismos. Así, surgieron los demonios, los ángeles, y... las disputas entre ellos.

>> Los buenos ángeles intentaban defenderse todo lo que podían, pero sus poderes sagrados no eran rivales para aquellos destructores de los demonios, que crecían más y más en número, sin parar de crecer. Fue entonces cuando los Sagrados tuvieron que recurrir a una medida desesperada: los ángeles se sacrificaron a sí mismos, dándole todo su poder a los Sagrados, y... crearon la lluvia carmesí con su energía. Crearon una energía capaz de hacer surgir monstruos: monstruos que tenían el objetivo de derrotar a esos terribles demonios. De salvar el mundo.

El padre se levantó, poniendo una mano tiernamente sobre la cabeza de Void, con una delicada sonrisa.

—Y lo lograron. Los demonios fueron erradicados, pero los Cinco Sagrados, misericordes como eran, decidieron insuflar de vida los cuerpos inertes de los demonios, haciéndolos resurgir, esta vez como seres de luz. Esta vez, como humanos. Nosotros somos el producto purificado de lo que una vez fueron aberrantes, ruines y malvados demonios —tomó aire, suspirando con pesadez—. Pero la luz... no siempre cuaja, pequeño. Llevamos en nuestra sangre, al fin y al cabo, la oscuridad del archidemonio. Aunque los Sagrados buscaron erradicarla por completo, depende de nosotros, como seres pensantes, decidir si queremos seguir el camino de la luz o el de la oscuridad. Y cuando los humanos acabamos desprendiéndonos de la senda correcta, abrazamos nuestro más oscuro origen: volvemos a ser, en parte, demonios.

Miró al cielo entonces; o más bien, al techo de la iglesia, como si buscase mirar más allá, pero aquellas tejas se lo impidiesen.

—... la lluvia carmesí persiste por ese motivo. La voluntad de los ángeles caídos, que ya no están con nosotros sino como energía, permanece inalterable. Y mientras haya demonios en la tierra, mientras los humanos giremos hacia nuestros oscuros orígenes... seguirá cayendo. Por eso, pequeño, sé bueno, siempre. Sigue la luz. Y nunca, jamás, sigas la senda de los demonios. Si todos hacemos eso, si todos logramos poco a poco purificar nuestras almas... la lluvia carmesí parará.

... aquella historia... Void no la recordaba, si es que alguna vez la había oído. Pero entraba dentro de lo que imaginaba que podría oír. Quizá no así, quizá no con tanto detalle. Pero había escuchado cosas sobre el tema, sobre los demonios. Le habían contado al respecto... cosas algo distintas a las que el padre le dijo. Con todo, extrajo, al menos, nueva información. Sea como fuere, quizá... era el momento. No estaba seguro de si el padre le contaría algún otro cuento de hadas como aquel, pero valía la pena intentarlo. Podía intentar enlazarlo. Si el padre había oído del término, seguramente podría contarle algo, lo que fuese; cualquier cosa le valía. Quizá si lo hilaba con...

>> ¿Esa oscuridad que hay en nosotros es el "vacío"?
>> ¿Tiene algo que ver el archidemonio con el "vacío"?
>> ¿Se le llama "vacío" a la energía de los ángeles que crea la lluvia carmesí?

 

Void

Escuché con atención la historia del padre, estremeciéndome en algunas partes, al verlo hablar y gesticular como lo hacía. Aquella historia era demasiado incómoda, y cuando terminó y puso su mano sobre mi cabeza no pude evitar temblar y echarme un poco para atrás, asustado. No, no pasaba nada, tenía que calmarme.

No sabía mucho sobre la lluvia carmesí, ni tampoco sobre los demonios, pero lo que había escuchado y lo que pensaba sobre aquello difería en partes con lo que estaba contando el padre. No me lo creía del todo, pensaba que faltaba más, pero tampoco tenía pruebas de ello ni creía que el padre pudiese dármelas. Al menos era nueva información para contrastar.

Así que los ángeles eran los culpables de que mi madre me hubiese dejado, siendo ellos los creadores de la lluvia carmesí.

"Aunque el vacío nos separe" Si era el vacío el que nos separaba, y fue la lluvia carmesí la que se la llevó, entonces...

—¿Se le llama "vacío" a la energía de los ángeles que crea la lluvia carmesí? —la pregunta salió de mi boca antes de que pudiese darme cuenta. Ellos...E-Ellos se habían llevado a mi madre, ¡¿Qué derecho tenían para hacerlo?! ¿Por qué no podían hacer que dejase de llover y me regresaban a mi madre? Era todo lo que quería...

 

El padre alzó la cabeza, al tiempo en que alzaba una ceja, en señal de confusión. Se llevó la mano al mentón, pensativo.

—¿Vacío? Hmmm. Es verdad que la energía de los ángeles no... está muy definida. No sabemos exactamente cómo se materializa, ni cómo funciona, ni dónde está, ni si es visible o no, siquiera. Solo se sabe que existen, poco más. Así que no tiene un nombre claro, pero término que dices, "vacío"... no me suena demasiado, chico. En los textos sagrados se habla de la esencia del Archidemonio como una energía que flota en el ambiente y que les da fuerzas a los que siguen los pasos de la oscuridad. Pero no hay datos sobre la energía de los ángeles, me temo. Mucho menos sabemos si se llama- ¡ah! Vaya, tenemos otro visitante.

El padre agachó la cabeza, enfocando la mitada en el suelo, y Void hizo lo mismo. Ahí había un... un gato.

El mismo gato de antes, el del mercado.

—¡Meow! —maulló, sentado frente a ellos. El padre quedó algo confuso.

—Gatito, ¿qué te trae por aquí? ¿Quieres comida? —comentó, sonriente, acercando la mano para acariciarlo.

El gato olisqueó la mano con cuidado, y luego maulló de nuevo. El padre, sonriente, le dio golpecitos en la cabeza.

—Je, je, je... qué adorable criatura. Ah, bueno, joven, como te decía... no sé qué es ese vacío del que hablas, pero lo que está claro es que, a mis oídos, suena a que podría ser la misma esencia del Archidemonio, dicho según otras fuentes. Después de todo, los malvados demo- ¡auch!

El gato le había mordido entonces, bufando. El padre, algo molesto, contuvo la respiración, apartó la mano y miró con algo de ira al felino, pero decidió contenerse. Siguió con su tono habitual entonces, tranquilo y sosegado, pero indudablemente algo alterado.

—... parece que no le gusté al gatito. En fin. C-Como decía, lo importante, niño, es que recuerdes que los demonios son los causantes de la lluvia carmesí en última instancia. ¡Son el motivo por el que los monstruos...! ¡Agh!

El gato había saltado entonces a la túnica del padre, enganchándose con las uñas. Y el padre, alterado, trató de agitar la pierna para quitárselo de encima.

—¡¡Sucio gato asqueroso, hijo del Archidemonio!! —gritó, exaltado y enfadado, su rostro enrojecido—. ¡Suelta mi sagrada túnica, criatura infeliz! ¡Bola de pelo sarnosa! ¡N-No claves esas uñas sucias en mis ropas, gota carmesí!

Logró darle una patada, el gato saliendo disparado algunos centímetros. Y entonces, cuando se incorporó y miró a Void y al padre desde lejos, comenzó a maullar.

—Meow... m-meow...

Los dos miraron al gato. Lentamente... empezó a replegarse, su cuerpo llenándose de manchas negras. El cuerpo empezó a estirarse, naciendo pelaje rojo sobre su cabeza, y, poco a poco, fue alargándose más, y más... a hacerse grande, a surgir dientes afilados.

Contenido oculto

—D-D-Dientes... d-de sable... —gritó el padre, dando un par de pasos atrás—. ¡Monstruo! ¡¡Un monstruo!! ¡Niño, corre!

Pero a Void no le intimidó. Por mucho que aquel gatito ahora fuese un monstruo, no le intimidaba. Pocas cosas a estas alturas lograban hacerlo. Se sentía fuerte, mucho más fuerte de lo que un niño normal a su edad se solía sentir. Más fuerte y más capaz que muchas personas adultas. De hecho, los adultos eran idiotas, visto lo visto. Tres veces. Tres veces en las que aparecían monstruos en ese pueblo, y todas las veces tuvo que ser él el que lidiase con ellos. De verdad, ¿se podía ser más inútiles?


Dientes de Sable: Observar x2



DIENTES DE SABLE
Lvl. 5
- PS: 100/100
- PM: 40/40
- Fuerza: 40
- Defensa: 40
- Poder Mágico: 0
- Terapeucidad: 0
- Espíritu: 30
- Defensa Mágica: 20
- Velocidad: 60
Ataques:
- Observar (permanece quieto, observando los movimientos del rival. No tiene efecto)
+150 experiencia
+2 PH

Turnos:
1- Dientes de sable
2- Dientes de sable
3- Void
4- Dientes de sable

 

Void

Tal y como me temía, el padre no tenía idea tampoco de lo que era el vacío. Comenzó a sacar conjeturas, pero tampoco me valían de nada. Conjeturas podíamos sacar todos y sin nada que las respaldase, sólo me harían dar vueltas en círculos.

A mitad de la conversación apareció aquel gato que se me subió a la cabeza en el mercado; lo miré molesto y solté un bufido cuando se acercó. Sin embargo, noté una cosa curiosa. Cada vez que el padre decía algo malo sobre los demonios, el gato lo atacaba.

Ocurrió dos veces, y justo por ello, cuando comenzó aquella transformación, no me sorprendí demasiado. Me quedé en mi lugar, impasible, observando al gato tal y como él me observaba a mí.

—Piro —sin ningún otro aviso, apunté la palma de mi mano hacia el dientes de sable, arrojándole una bola de fuego como advertencia.


VOID
Lvl. 2
Exp. sig. nv.: 50
PH: 5
- PS: 55/55
- PM: 47/53
- Fuerza: 26
- Defensa: 20
- Poder Mágico: 47
- Terapeucidad: 5
- Espíritu: 16
- Defensa Mágica: 42
- Velocidad: 21
Armas equipadas:
- Lanza de hierro (10 Daño físico)
Armadura equipada:
- Capucha enigmática (sin efecto)
Habilidades pasivas:
---
Habilidades y técnicas:
- Punzada [solo lanzas]: ataque potente con la lanza a un enemigo. Es muy efectivo contra enemigos animaloides. +15 Daño físico. Hace x1,5 el daño normal a los monstruos animaloides (Coste: 6 PM)
Magia negra:
-Piro: potencia mágica 30, elemento fuego (Coste: 6 PM)
-Hielo: potencia mágica 30, elemento frío (Coste: 6 PM)
-Electro: potencia mágica 30, elemento rayo (Coste: 6 PM)
-Aqua: potencia mágica 30, elemento agua (Coste: 6 PM)
-Aero: potencia mágica 30, elemento viento (Coste: 6 PM)
Inventario:
- Vara (Daño físico 1, Absorción de PM: 1%. Sin elemento)

 

Sin embargo, antes siquiera de que la bola de fuego impactase en el Dientes de Sable, este dio un salto, evadiéndola, y rugió. Rugió, sí, pero... a Void le parecía escuchar palabras pronunciadas con esfuerzo entre sus rugidos. ¿Qué... decía?

—... va... cío...

¿V-Vacío? Antes de que se diese cuenta, el Dientes de Sable salió corriendo, y él quedó con dudas, con preguntas, con... con curiosidad. Corrió por instinto detrás de él, y, cuando salió de la iglesia, lo que vio fue al gatito. A un gatito que corría y corría, hasta salir por la puerta de la muralla. ¡M-Maldición! ¡El maldito gato, monstruo, o lo que fuese se había ido, se había marchado de Portobelo!

Void quedó quieto tras verlo marcharse. No lo entendía, pero tenía la sensación de que... de que quería que le siguiese. De que tenía algo que decirle. Pero, ¿a dónde habría ido? Agh, tendría que salir fuera de las murallas para averiguarlo. Perseguir al dichoso gato, estuviese donde estuviese.

Pero si iba a salir... mejor prepararse antes.

Tienes disponible las tiendas en este lugar. Equípate y, cuando estés listo, rolea que sales al exterior.

 

Void

Tsk, aquella bestia era mucho más ágil que el resto de monstruos a los que me había enfrentado. Esquivó mi Piro y entonces rugió. Sí, rugió, pero debajo de aquel rugido pude escuchar algo que me paralizó.

—¡¿Vacío?! ¡¿Qué sabes del vacío?! —grité desesperado, apuntando mi lanza hacia la bestia, que salió huyendo. La perseguí inmediatamente con todas mis fuerzas, pero era imposible. Aquella era una bestia que corría a cuatro patas y yo, aunque me pesase, sólo era un niño. Por más prodigio que fuese, era incapaz de igualar su velocidad. Al menos pude verle escapar por la puerta de la muralla.

N-No podía dejarle ir, no cuando parecía que al fin había encontrado pistas de los que buscaba, después de tanto tiempo si saber siquiera lo que buscaba. Además, parecía que aquella criatura estaba interesada en mí, basado en lo que había visto hasta ahora. Y... no me había atacado en la iglesia. Quizá no era un enemigo, aunque era imposible saberlo, así que mejor ir bien preparado. Después de todo saldría de nuevo fuera de las murallas.

Me dirigí al mercado una vez más y con el dinero que había juntado por las pagas por cargarme a aquellos monstruos, me compré un par de cosas.

- Sudadera negra (+5 PM, +5 Defensa) (120 guiles)
- Poción (+20 PS, ratio x0,1) (30 guiles)
- Éter (+10 PM, ratio x0,1) (80 guiles)

Me puse la sudadera negra, abrochándomela bien y cubriéndome la cabeza con su gorro, y me guardé en mi bolso de proviciones las pociones y tónicos que me había comprado.

Tras eso me dirigí a las puertas de las murallas y salí al exterior.

 

Void

Tsk, la historia no había salido tan bien como yo pensaba. Myura era más perceptiva de lo que pensaba, y encontró demasiadas fallas a mi historia. Como fuese, no pensaba mostrarle mi rostro de todos modos. Menos si seguía tratándome como solía hacerlo.

Bah, no se lo mostraría ni aunque me tratase bien.

En cualquier caso, terminamos llegando a Portabelo y tocó ponernos a buscar una posada para pasar la noche y descansar. La chica gato conocía bien el lugar, así que encontrar una no fue difícil. Además sólo me cobraron el alojamiento a mí, dado que Myura pasaba como un simple gato.

Me dejé caer sobre la cama y me tiré a descansar; mañana nos esperaba un largo día.

—Buenas noches chica gato —dije entre bostezos, antes de quedarme profundamente dormido.

...

Al día siguiente me desperté temprano y me dirigí al mercado. Había conseguido mucho dinero con la casa de monstruos del día anterior, pero estaba a punto de fundírmelo en un instante. Sin embargo, eran cosas que necesitaba.

Debía reponer mis suministros de pociones y éter, además de aquel Tónico que ayudaba a contrarrestar la mudez, maleficio que me había incomodado ya. Y unos zapatos para mejorar mi velocidad. Debía ser más rápido que mis enemigos...

...y si podía ser más rápido que Myura, aún mejor.

Tras las compras fui a despertar a la chica para ponernos en marcha hacia las grutas esas que me había contado.
------

Posada: recupera los PS y PM de todo el grupo (40 guiles)
Zapatos negros (+5 Velocidad) (120 guiles)
- Poción (+20 PS, ratio x0,1) (30 guiles)
- Éter (+10 PM, ratio x0,1) (80 guiles)
Hierba del eco (cura mudez) (50 guiles)

El dinero se quema en las manos de Void, igual que su cara (??)

 

Rigel Betelgeuse

Llegamos a Portobelo antes de lo previsto. Apenas había notado el viaje, entretenido con las preguntas de Kein y con los enemigos. Habíamos dejado la conversación en una pregunta sobre por qué me hice soldado. Hum. Una buena cuestión, desde luego.

—... digamos que empecé a ser soldado porque quería luchar contra las injusticias. Cambiar las cosas. Conseguir poder, una buena posición, todo por méritos propios. Muchos humanos son egoístas y si no eres nadie importante, no hacen nada por ti. Al contrario, te usan para sus propios fines.

>> Es algo así como mi propia lucha. Quiero cambiar nuestro sistema, en el que si no eres importante, estás a merced de los que tuvieron la suerte de serlo.

>>A todo esto, Kein —interrumpí la conversación—. Intenta no hablar mucho mientras estemos por aquí. Aún estás aprendiendo el idioma, y podrías llamar mucho la atención. Habla solo conmigo y lo imprescindible.

Tras señalar ese consejo, nos dirigimos a hablar con el Padre de la Iglesia, para preguntar por Wedge. Si había pasado alguien extraño por la ciudad, él debería saberlo.

Contenido oculto

Holi, venimos a hacer el encargo del Padre de le Iglesia :D

Also Fer, me adelanté ya y posteé, porque me di cuenta de que me había equivocado cuando puse el camino y teníamos que ir a D4, no a C5 xD Y en D4 había un nada, así que teníamos vía libre :D

 

El Padre vio entrar a Rigel, Biggs y Kein en la Iglesia con una sonrisa. Boko tuvo que quedarse en el exterior, esperando, pues no dejaban entrar a animales dentro de la Iglesia.

—Vaya, vaya, interesante grupo formáis, ¿eh? —sonriente, miró a Kein con curiosidad—. Oh. Qué ojos más bonitos tienes, muchacho. Es un azul profundo, sin duda muy hermoso.

Vaya, eso fue repentino, pero... aquel hombre pareció fascinarse con sus ojos repentinamente, ¿eh? Sea como sea, Biggs se aclaró la voz, intercediendo un poco para que Kein no hablase. Seguramente tenía miedo de espantar al hombre si escuchaba algo como "Mi tener hambre".

—Esto, hola, Padre. Nos preguntábamos si sabría usted información sobre cierta persona. Buscamos a alguien que es igual que yo —se señaló como un dedo—. ... es mi hermano gemelo. ¿Ha visto por casualidad a alguien así por la zona?

El Padre reflexionó, meditativo.

—No, jovencito, por desgracia no he visto a nadie así —agachó la cabeza, preocupado—. Pero espero que se encuentre bien. Temo que empiecen a suceder presagios horribles pronto... al Árbol Sagrado le ha sucedido algo terrible, pues se puede ver torcido en la distancia. Eso solo puede significar que el mal está acechando de nuevo. Ah, Cinco Sagrados, por favor, no caigáis... —dijo, rezando con cabeza gacha.

Luego la alzó, volviendo a sonreír de nuevo, no sin cierto esfuerzo.

—A propósito, ¿debo deducir que sois soldados? A juzgar por vuestros uniformes, intuiría tal cosa.

—Oh, ehm, nosotros... —Biggs empezó a trabarse, sin saber bien qué decir. Por suerte, el Padre siguió hablando él mismo, asumiendo que eran, en efecto, soldados. Tampoco se equivocaba, ciertamente.

—Con tan terrible tragedia como lo sucedido a Yggdrassil, temo que otra lluvia carmesí se avecine pronto; lo que ha pasado debe ser obra de la maldad humana, y los ángeles y su energía no tardarán en castigarnos de nuevo... por eso, me preocupan mis feligreses. Pasan por esta casa sagrada muchos comerciantes residentes en el pueblo, a rezar y pedirme protección para sus viajes a la capital. Tristemente, he oído noticias terribles, sin embargo: monstruos más inteligentes de lo usual atacan despiadamente a los pobres viajeros. Les saquean y matan... es terrible. Que puedan razonar hace que sean... aún más peligrosos de lo que ya es un monstruo por sí mismo. Y si otra lluvia cae, ¡qué pasará con los pobres viajeros si aumentan en número! Alguien tiene que hacer algo.

>> Por eso, jóvenes soldados: si tenéis la ocasión, ¿podríais acabar con esos seres inmundos? Si su líder apareciese y cayese, seguro que se dispersan y desorganizan. Solo con eso, ya lograríamos mucho...

Sin saber muy bien cómo, habían pasado de querer pedirles algo al Padre a que el Padre les pidiese algo a ellos. Menudo embaucador estaba hecho, ¿eh? Pero era cierto que monstruos inteligentes podrían ser sumamente peligrosos... si podían, deberían ayudar. Eliminar al jefe, ¿eh?



Encargo: "Pobres feligreses"
Objetivo: Mata a un Ogro al norte de Elérea.