Ciencia ficción La Gran Catástrofe V Dominio Aislado

Tema en 'Novelas Terminadas' iniciado por Agus estresado, 5 Marzo 2021.

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    Agus estresado

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    Título:
    La Gran Catástrofe V Dominio Aislado
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    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    36
     
    Palabras:
    5822
    Saludos a todos aquellos que les dio curiosidad y están leyendo esto. Lo que estoy publicando ahora es la quinta parte de una historia que llevo trabajando desde hace ya algo de tiempo. Lógicamente, a cualquiera que esté interesado en leer esta historia, le recomiendo empezar desde el principio, y eso es la primera parte.

    Antes de publicar el primer capítulo le quiero dar las gracias a dos usuarios que han estado leyendo LGC desde sus inicios. Resistance y Zurel . Espero que puedan leer esta parte también, y que sea de su agrado como lo fueron las otras.

    La guía de personajes y la cronología están en mi blog para que consulten los que les sea necesario.

    El día de publicación de los capítulos será los sábados, y puede que ocasionalmente, algún domingo o feriado. Dudo mucho cambiarlo considerando como están las cosas ahora con mis responsabilidades.

    Y lo que sigue son cosas que solo recomiendo leer a los que ya hayan leído las partes anteriores:

    Esta parte será muy "tranquila". Si mis cálculos no me fallan, solo 8 de los 36 capítulos que la conformarán tendrán acción. El resto de capítulos serán capítulos que no la tendrán, lo que ya la volverá una parte más relajada a comparación de las dos últimas.

    El final de esta parte (sin querer spoilear demasiado) será bastante diferente a los de las tres partes anteriores, llegando a ser muy parecido al final que aconteció en la parte I. Lo digo porque llevo 3 partes ininterrumpidas (II, III, IV) teniendo finales de un mismo estilo, y siendo el de esta muy diferente, quería adelantarlo de entrada.

    Y algo que ya anuncié en posts de la parte anterior era que los personajes de Black Meteor regresaban por fin a la historia como personajes principales. Estando el protagonismo repartido (no en un 50/50) entre ellos y Zenith.

    Habiendo dicho eso, pido disculpas por la introducción tan larga y los dejo con la historia.



    La Gran Catástrofe V Dominio Aislado

    Persiguiendo al rastreador:

    La nave de Black Meteor se encontraba en el espacio exterior. Habían partido al espacio un día después de que los suministros para su viaje fueran cargados. Una vez a bordo, el equipo de Black Meteor liderado por el subcomandante Xander, se encontraba reunido en la sala de comandos. Todos fijaron su vista en el radar que había sido instalado por Nick y el equipo de ingenieros. Según lo que les habían dicho, el radar podía detectar la ubicación de cualquier nave del Zenith que estuviera en el espacio, y hacer una aproximación bastante precisa. Ninguno de ellos era conocedor de los radares, por lo que no cuestionarían lo que este les indicara. El equipo simplemente se limitó a mirar el radar y lo que este informara.

    — Según parece, está calculando la dirección en la que está yendo la nave — Noak Jensen lo miraba atentamente — No tengo idea de cuánto tardará en decírnoslo.

    — Una vez que tengamos esa ubicación, ¿cuál es el plan subcomandante Xander? — preguntó Claire, cosa que le agradó a Xander, ya que estaba empezando a gustarle que lo llamaran así — ¿Seguiremos a Zenith hasta que aterrice? ¿Los vamos a obligar a aterrizar?

    — Lo primero es lo más prudente — consideró el subcomandante — Si ellos aterrizan, es porque detectaron un planeta habitable. Si queremos obligarlos a aterrizar, el planeta habitable debemos encontrarlos nosotros. El oxígeno que tenemos es para casos de emergencia, y no tiene caso correr el riesgo de quedarnos sin él en un planeta sin aire.

    — ¿El plan es solamente seguirlos y emboscarlos? — Paul quería saber si había escuchado bien — ¿Y cuánto tiempo podremos permanecer tras su rastro? ¿Qué tal si se nos terminan los suministros? Incluso aunque los alcancemos poco tiempo después, los suministros que ellos tengan no serán suficientes para todos nosotros. ¿No le parece mejor idea sacrificar algo de oxígeno en vez de suministros?

    — Descuida, Paul, tenemos suministros para un viaje largo. Y ellos van a tener que aterrizar algún día — Xander confiaba en que fuera así — Después de todo, ellos saben tanto de la Catástrofe como nosotros.

    — ¡Xander, el radar parece haber mostrado algo! — exclamó Natasha, que estaba mirando desde lejos.

    Tras las palabras de su compañera, el grupo puso su vista en dicho radar, y efectivamente, este estaba finalizando los cálculos y haciendo las aproximaciones finales. En no más de dos minutos, apareció en la pantalla del radar un punto que simbolizaba una nave que viajaba por el espacio, a una distancia no muy lejos de ellos. No solo eso, sino que también mostraba varias horas del trayecto recorrido.

    — Según parece, esta nave pasó cerca de varios planetas del sistema solar hace unos momentos — Noak informaba lo que veía el radar.

    — Qué raro, no recuerdo que Nick nos dijera que podía guardar un registro de su rastro — comentó Zaid, haciendo memoria por recordar algo así.

    — Quizá no sea tan preciso, o no lo haya mencionado por ser un registro muy breve de tiempo — contestó su hermana, Gina — En cualquier caso, es una función muy útil.

    — Bien, ya tenemos localizados a nuestros amigos — Xander estaba feliz por lo que veía — Así que, ahora mismo, nos dirigiremos al planeta Fientlig.

    — ¿Qué? — Casey recordó la experiencia vivida en dicho lugar, y no parecía encontrar un motivo para querer regresar allí — ¿Por qué quieres que regresemos allí?

    — No sé si ustedes se dieron cuenta, pero tenemos a cuatro soldados que no cuentan con la habilidad de lanzar energía de sus manos — Xander se refería a los cuatro nuevos reclutas de su equipo — Eso quiere decir que, en una pelea contra el Zenith, estarían en desventaja. No solo contra el Zenith. En realidad, podría ser ante cualquiera.

    — ¿Quieres que vayamos a Fientlig para que ellos puedan exponerse por segunda vez a la radiación y así sus cuerpos puedan evolucionar? — Natasha parecía entender lo que Xander quería.

    — Es exactamente lo que estoy proponiendo — contestó el subcomandante — Todos los soldados que viajan al espacio deberían poder contar con esta característica para el combate. Es el “protocolo Xander”. Una obligación que debe cumplirse.

    — ¿Fientlig no es ese planeta donde un soldado de su equipo murió? — preguntó Isac, tocando el tema de forma muy brusca.

    — Así es, Isac. En ese planeta perdimos a un compañero — contestó Claire, algo molesta por dicho comentario — Su nombre era Brandon, y no deberías preguntar cosas como esas como si se tratara de algo cotidiano.

    — ¿Acaso mentía o me equivocaba? — preguntó Isac, al que no le gustó el mini sermón de Claire — No, he dicho la verdad. La verdad no tiene por qué ser agradable, de lo contrario, no llevaría ese nombre.

    — Entiendo que hayas dicho la verdad, Isac, pero no era la forma — Gina lo reprendió por su comentario — Hay formas de decir las cosas, y la tuya no fue la indicada.

    — Dios mío, esto es increíble — Isac no sentía deseos de quedarse en ese lugar — ¿Cómo esperas derrotar al Zenith si una simple pregunta ya te pone de mal humor? — aunque respondió a Gina, esa pregunta la dirigía a todos — ¿Crees que ellos serán gentiles con nosotros?

    — Isac, estás confundiendo las cosas — Zaid saltó a defender a su hermana — Nosotros esperamos crueldad y hostilidad de parte del Zenith. Pero no esperamos tanta insensibilidad de parte de un compañero nuestro. Deberías tener en cuenta de que tu opinión nos afecta más que la del Zenith.

    — Si tú lo dices, supongo que lo puedo entender — Isac veía algo de razón en la lógica de Zaid — Pero no creo haberme equivocado con lo que dije. Entonces, ¿nuestro destino es el planeta Fientlig?

    — Nuestro primer destino sí — Xander respondió la pregunta de su soldado — El próximo, por su parte, aún es desconocido. Solo sé que iremos a donde el Zenith vaya. Pueden descansar.

    Tan pronto como dicha reunión se terminó, todos en la sala exceptuando a Xander y a Claire se quedaron. La pareja de soldados quiso aprovechar ese momento para hablar a solas. Claire se puso de pie y se acercó a su novio, quien la abrazó, y ambos quedaron cerca el uno del otro.

    — ¿Cómo te sientes con este nuevo cargo? — preguntó la chica a su novio.

    — Es algo raro ser quién da las órdenes — Xander fue sincero con ella — Me gusta, pero no me he acostumbrado del todo. Sobre todo, no después de haber estado bajo el mando del comandante Frans durante mucho tiempo.

    — Sé que te acostumbrarás, y que él se pondrá feliz de verte de nuevo cuando nos encontremos con él — Claire le daba besos en la mejilla a su novio mientras hablaba — Aunque todavía no hemos realizado una misión peligrosa, creo que estás manejando bien al equipo.

    — Eso lo juzgará él cuando vea mis avances — fue la respuesta de Xander, que acariciaba el rostro de su novia — Pero sí, estoy muy emocionado porque él me vea a cargo del equipo. Procuraré que, para cuando nos volvamos a ver, esta misión ya esté terminada.

    — ¿Crees que será difícil derrotar al Zenith? — Claire tenía curiosidad por conocer la opinión del subcomandante respecto al enemigo.

    — No, no lo será — Xander se tenía confianza — Tenemos a los mejores soldados de Black Meteor tras ellos, tenemos información valiosa que Lathan nos consiguió, y tenemos el radar para seguir sus movimientos. Sabemos todo sobre ellos, y ellos no conocen casi nada de nosotros. Ni siquiera deben sospechar que los estamos siguiendo, y cuando se den cuenta, será tarde.

    — En otras palabras, la victoria está asegurada — Claire se sentía contagiada por la confianza de su novio.

    — Tenemos los medios para asegurarla — Xander, a pesar de su confianza, se mantenía realista — El resto depende de nosotros.

    Mientras la pareja de soldados se quedó en la sala, todos los demás soldados estaban en sus habitaciones. Gina y Zaid se encontraban en la habitación del chico, mirando el espacio exterior a través de las cámaras que tenía la nave para poder ver lo que se encontrara fuera. Los hermanos de Black Meteor estaban pasando sus primeras horas en el espacio, y no querían perderse la oportunidad de ver un espectáculo como ese.

    — ¿Es hermoso, no es así? — Gina quería saber si Zaid apreciaba lo mismo que ella.

    — Lo es, realmente — Zaid estaba maravillado con la vista al enorme vacío que se veía a través de la cámara — Somos bastante afortunados de ver algo así. Piensa esto, hermana, nosotros somos parte de un porcentaje muy bajo de gente que ha podido ver esto. Me atrevería a decir que hasta un 1% es un número muy elevado.

    — Es algo por lo que agradecer, y que hace que valga la pena el tiempo invertido en el entrenamiento en la academia — Gina comprendía lo que le decía su hermano — Papá y mamá deberían ver esto. Aunque la cámara no tenga la mejor resolución de todas, es una vista que las cámaras o telescopios de la Tierra no pueden captar. Y ver los planetas de cerca cuando pasamos por ellos es majestuoso.

    — Creo que ya tengo pensado lo que quiero para cuando toda esta misión de la Catástrofe termine — comentó Zaid, sorprendiendo a Gina por sus palabras.

    — ¿Qué es lo que quieres? — Gina quería conocer lo que anhelaba su hermano.

    — Seguir explorando el universo — Zaid hablaba con mucha ilusión sobre eso — La humanidad solamente ha invertido esfuerzos en esto por culpa de la Gran Catástrofe. Pero el universo es un lugar maravilloso, y debe estar lleno de cosas interesantes por ver. A pesar de que todo termine, yo no quiero perderme nada de lo que haya allá afuera. Quiero seguir explorando.

    — Hablas como si fueras un niño… y te entiendo perfectamente — contestó su hermana — Después de todo, tal y como dices, el universo es un lugar grande. Debe haber muchas cosas por conocer allí fuera.

    — Y uno no puede evitar sentir el deseo de conocerlo — le contestó Zaid, quien quería irse a buscar algo para comer — Estoy empezando a sentir hambre, ¿quieres que te traiga algo?

    — No, yo estoy bien, pero muchas gracias — le respondió Gina.

    El soldado se retiró del lugar para poder irse a buscar algo para comer. Mientras tanto, su hermana miraba las imágenes que la cámara de la nave captaba para ella. Estaba concentrada en su asombro cuando su compañero Isac entró por la puerta.

    — ¿Qué quieres? — Gina lo vio entrar y no se sentía con ganas de hablar con él.

    — Disculparme contigo — contestó Isac, que no sonaba muy sincero en lo que decía.

    — ¿De qué te quieres disculpar? — Gina quiso ver qué era lo que su compañero quería decir.

    — De lo que dije hace unos minutos — Isac se refería a la muerte de uno de los soldados de Black Meteor — Tu hermano me hizo ver que fui un poco insensible, y creo que eso no lo puedo negar.

    — ¿No quieres disculparte por algo más? — preguntó Gina, quien no se creía el cuento que Isac le contaba.

    — ¿Acaso tengo que hacerlo? — Isac se confundió bastante con la pregunta que Gina le hizo.

    — Te haces el tonto, pero yo te descubrí varias veces intentando espiarme en la base mientras me iba a las duchas — las palabras de Gina dejaron helado a Isac, que no esperaba que su compañera estuviera consciente de eso.

    — Nunca te he espiado — Isac quiso defenderse de la acusación.

    — Isac, no seas un mentiroso — Gina se acercó a él, dejando de mirar las imágenes que tanto la estaban maravillando — Natasha también sabe de esto, es más, ella me advirtió la primera vez.

    Fue en ese momento, antes de que Isac pudiera responder a la acusación de su compañera, cuando Zaid entró por la puerta. El soldado no escuchó toda la conversación, pero pudo escuchar la última parte, cosa que para él era la más importante. Isac supo que estaría metido en un gran problema, mucho más cuando vio a Zaid con una cara tan seria entrar al cuarto.

    — Isac, ¿lo que acabo de escuchar es cierto? — Zaid no parecía contento con eso — ¿Has intentado espiar a mi hermana?

    — Lo que ella está diciendo es mentira, Zaid — Isac negaba las acusaciones en su contra — Nunca he intentado espiarla. Ni a ella, ni a ti, ni a nadie. Yo sé que a todos ustedes les encanta creer que tienen un cuerpo hermoso y envidiable, pero dejen de inflar su ego, porque yo jamás he intentado espiarlos.

    — Eres un mentiroso de mierda — contestó el soldado, sabiendo que lo que decía su compañero no era cierto.

    — ¿Para qué mierda me preguntas si estoy diciendo la verdad, si cuando te la digo no me crees? — Isac comenzó a levantar la voz, en señal de enojo con lo que estaba pasando.

    — Para ver si tienes el valor para admitirlo — Zaid contestó haciendo un esfuerzo para no golpearlo — Conozco a mi hermana, y sé que ella no mentiría en algo así. Ella no inventa cosas como esa. A diferencia de ti.

    — Entonces, está bien — Isac decidió acercarse a Zaid, en un intento de provocarlo — Lo admito, Zaid. Me gusta tu hermana. Decir que me gusta es poco. Me vuelve loco. Es por eso por lo que he intentado espiarla varias veces. ¿Qué mierda tienes pensado hacer al respecto?

    Antes de que Zaid pudiera continuar hablando, Natasha y Casey se acercaron a la sala, atraídas por el ruido tan fuerte que hacían al hablar, aunque ninguno de ellos había gritado hasta ese momento.

    — Se ve que esta habitación es la atracción turística del siglo — comentó Zaid en un tono sarcástico al ver a sus dos compañeras — ¿A qué mierda vinieron?

    — A ver de qué demonios están hablando con tanta fuerza — Natasha ya se hacía la idea de lo que estaba pasando — Si levantan tanto la voz, debe ser algo importante.

    — No, se equivocan, no es nada — Isac supo que no tenía caso quedarse más tiempo en ese lugar — Sigan con lo suyo.

    Tras decir esas palabras, el soldado se terminó yendo de la habitación de Zaid, quedando únicamente los dos hermanos junto a Natasha y Casey. Una vez que Isac se fue, Natasha confirmó que su creencia era verdadera, mientras que Casey, por su parte, seguía algo confundida.

    — ¿Qué te dijo, Gina? — preguntó Natasha, sin siquiera preguntar si su sospecha era cierta.

    — Vino a disculparse por lo que dijo hoy acerca de su compañero — respondió la chica — Aunque tendría que haberse disculpado con ustedes, y no conmigo, ya que sus palabras deberían ser más ofensivas para ustedes que para mí.

    — ¿Algo más? — Natasha sabía que Gina tuvo que lidiar con Isac por los intentos del soldado al espiarla, pero necesitaba saber si a ella le importaba lo suficiente como para contárselo.

    — Sí, le dije que se disculpara por haber intentado espiarme, y no solo no lo hizo, sino que lo negó todo — Gina dejó sorprendida a Casey con esas declaraciones.

    — Espera, ¿Isac ha intentado espiarte? — ella no podía creer que ese fuera el caso — ¿Cuándo lo hizo? ¿Y por qué no nos dijiste nada?

    — No quiero ser una molestia, además, puedo manejar a alguien como Isac — le respondió Gina, sintiéndose segura de sí misma — Con lo que le he dicho, y lo que le ha dicho Zaid, dudo que se atreva a espiarme ahora.

    — Pero ¿por qué Isac hace esas cosas? — Casey empezaba a desarrollar un pequeño rechazo hacia su compañero — Sumado también a las cosas que dice.

    — Porque ese idiota es otro Shun — Natasha recordó con desprecio a su exnovio y compañero — Eso es lo que pasa. Hay muchos tipos como él en el mundo, y lamentablemente, parece que siempre nos toca padecer a un tipo como él en el equipo.

    — ¿Quién es Shun y qué fue lo que hizo? — Zaid recordaba haber escuchado ese nombre, pero no sabía de donde, y solo podía asumir que era compañero de las chicas.

    — Cosas peores que las que ha hecho o ha intentado hacer Isac, pero parece que él está por irse por el mismo camino — Natasha quería aprovechar el momento para hablar a solas con Gina — Gina, ¿podrías venir conmigo para charlar?

    — Seguro, no veo por qué no — contestó la chica.

    Dado a que se encontraban en la habitación de Zaid, las tres chicas decidieron abandonar el lugar y dirigirse al cuarto de Natasha para poder hablar tranquilas. Casey creía que Natasha querría hablar solo con Gina, o de lo contrario, le habría pedido a ella que se quedara con las dos. No quería ser una molestia, por lo que decidió que volvería junto a Paul.

    Natasha llevó a Gina a su habitación, y ambas chicas se sentaron sobre la cama de la primera. Gina estaba segura de que la charla sería sobre lo que Isac había hecho o había intentado hacer, pero aun así quiso escuchar lo que su compañera le querría decir.

    — ¿De qué quieres hablarme? — Gina creía que recibiría algún consejo.

    — Tenemos que decirle a Xander sobre el comportamiento de Isac — le contestó Natasha, en un tono serio — Parece que no es algo grave, pero ese tipo te está acosando. Empieza con esto, y no sabemos dónde puede terminar. Yo ya viví algo parecido con un imbécil que se aprovechó de mí en el pasado.

    — ¿Se trata de ese tal Shun? — Gina sabía que era verdad, solamente preguntó para ver la reacción de Natasha al escuchar ese nombre.

    — Exactamente, Isac es un Shun en construcción — contestó su compañera — Y lo que menos quiero es volver a lidiar con alguien así, incluso aunque seas tú quien tenga que soportar eso.

    — ¿Y por qué quieres decirle a Xander sobre esto? ¿No crees que yo sea suficiente para manejarlo?

    — Si no le decimos nada, cuando pase algo serio, Xander se verá molesto porque lo mantuvimos al margen — contestó Natasha, estimando bastante a su compañero — Xander ciertamente nos entenderá cuando le digamos sobre Isac, y es mejor hacer las cosas con el conocimiento de él, ya que es quien está al mando.

    — No lo había pensado así — luego de las cosas que Natasha le había dicho, Gina tenía otra perspectiva al respecto — Y si tú ya viviste algo así antes, supongo que es sensato hacerte caso.

    — Lo hago más por ti que por otra cosa — Natasha era sincera con su compañera — Si bien, hacer que Isac se arrepienta de lo que está haciendo y que pueda llegar a cambiar es algo que también me gustaría, yo ya viví una situación como esta. Si puedo evitar que tú o alguien más la viva, tengo que hacer lo que esté a mi alcance.

    — Se ve que no has tenido una buena experiencia con esto si piensas así — Gina, a pesar de agradecer el apoyo de Natasha, se sentía mal por ella — Lamento que hayas tenido que pasar por algo grave.

    — Yo también lo lamento, y más que nada, porque se lo permití — Natasha recordaba con tristeza el día en que ella y Shun comenzaron su relación — Fui una soldado bastante lamentable en un momento, incluso creo que ni siquiera merecería ser considerada una soldado. Me da incluso vergüenza pensar en eso ahora.

    — ¿Y cómo fue que terminaste así? — Gina sabía que debía ser difícil admitir algo así, pero sentía deseos de saberlo.

    — Una vez que conozcas a alguien en particular, y puedas juzgarlo por ti misma, te contaré cómo fue que pasó — Natasha decidió posponer ese tema para después.

    — Entonces, estaré esperando a conocer a ese alguien — contestó Gina, poniéndose de pie para retirarse — Gracias por el consejo, Natasha. Iré a hablar con Xander al respecto. Pero déjame hacerlo a mí sola. Ya has hecho bastante por mí.

    — Nunca es bastante cuando se trata de ayudar a una compañera — contestó Natasha, que, a pesar de sus palabras, respetaba la voluntad de Gina por querer hacerlo ella sola.

    De esa forma, la soldado Gina Hauk decidió regresar a la sala de reuniones para poder hablar sobre dicho tema con el subcomandante Xander. Natasha, por su parte, no pudo evitar recordar tanto a Shun como a Ace con la conversación que acababa de tener con su compañera. La chica se sintió algo nostálgica cuando recordó a su anterior líder, y sonreía al pensar que la misión actual consistía en perseguirlo y encontrarlo.

    […]

    Al día siguiente, en la nave de Black Meteor, una nueva reunión se estaba llevando a cabo. El camino a Fientlig estaba fijado, y tardarían un total de seis días más, incluyendo el actual para llegar hasta allá. Xander había llamado a todo su equipo para tratar un tema particular, y por la expresión de tristeza, seriedad y enojo que mostraba su rostro, todos podían adivinar que se trataba de algo malo. Claire, que estaba junto a él en todo momento, ya sabía de qué iba a tratar la reunión, y no por eso se encontraba tranquila.

    Ver a su subcomandante con una expresión tan severa les hizo pensar a todos que se encontraban ante una situación difícil, y tenían la preocupación de que su misión estuviera en riesgo.

    — Xander, ¿qué ocurre? — Paul estaba bastante preocupado al ver a su líder con una cara como esa — ¿Pasó algo con la misión?

    — No, la misión sigue exactamente igual — al hablar, Xander parecía contener las ganas de empezar a llorar — Es solo que recibí un mensaje de Abel… Es sobre el comandante Frans… fue asesinado el día de ayer.

    Sin poder contener las lágrimas por haberse enterado de la noticia de la muerte de una de las personas más importantes e influyentes en su vida, Xander empezó a llorar tras haber comunicado esa noticia. Claire se unió a él, y Natasha, Paul y Claire comenzaban a ser invadidos por la misma tristeza. Noak, Isac, Zaid y Gina no pasaron mucho tiempo junto a él, ni tampoco llegaron a realizar una misión bajo su cargo. Pero eso no quitaba que se sintieran mal por la muerte de uno de los comandantes más importantes de Black Meteor.

    — ¿Cómo fue que murió? — Natasha se sentía bastante devastada por la noticia, ya que Frans era alguien con quien había convivido mucho tiempo como parte de su equipo.

    — Se infiltró en el Zenith para poder averiguar más sobre las jaulas gigantes que Lathan descubrió — informaba Claire, sabiendo que Xander no tendría la fuerza suficiente para poder contarlo — Y fue descubierto. El Zenith lo mató, y Abel nos dijo que no pudieron recuperar su cuerpo.

    — El comandante Frans murió en un país enemigo, realizando una misión para darnos información a nosotros, y ni siquiera podremos enterrarlo como se debe — para Xander, Frans era como un segundo padre — Esos malditos hijos de puta volvieron a matar a uno de nuestros comandantes — Xander recordó que, al igual que Frans, el comandante Morris también murió en una misión en contra del Zenith — Mataron a una persona que era muy importante para mí, para ustedes y para el país. Y no puedo aceptar eso. Se suponía que cuando nos volviéramos a ver, le mostraría a Frans todo el progreso que había logrado conseguir como subcomandante a cargo del equipo. Quería que él estuviera orgulloso de mí, y de lo que hice con el equipo que él formó. Y más que nada, tenía ganas de llegar a afrontar una misión junto a él. Con él comandando un equipo, y conmigo comandando otro. Ser igual a él, y que fuera una buena experiencia para ambos. Ahora ya no podré hacerlo.

    Durante unos cinco minutos, la sala estuvo en un llanto inevitable. Habían pasado mucho más de un año terrestre viajando junto a Frans. Él no solamente los había dirigido en varias misiones, sino que también los había preparado y entrenado para la lucha. A algunos más que a otros, pero su rol de comandante había sido cumplido de forma admirable ante la vista de todos ellos. Su muerte era un duro golpe. El saber que no lo volverían a ver más, y que tendrían que esperar a que terminara la misión para poder ir al cementerio a honrar una simple lápida sin que su cuerpo estuviera presente en ese lugar, era una noticia bastante trágica para todos ellos.

    No solo se desarrolló un sentimiento de tristeza, también empezaban a sentir una ira muy grande en contra del Zenith. A pesar de saber que era obvio que no les gustaría tener a un comandante de Black Meteor infiltrado, la noticia de su muerte, y de la no recuperación del cuerpo de Frans era sin dudas algo que molestaba y mucho.

    Xander, al ver las expresiones en el rostro de sus compañeros, supo que ellos sentían lo mismo que él, aunque fuera con una menor intensidad. Fue por eso por lo que decidió tomar una medida a seguir para la misión actual.

    — Voy a hacer un cambio a la misión, en lo que respecta al equipo del Zenith — Xander sonaba bastante furioso mientras hablaba.

    Ciertamente, esas palabras llamaron la atención de todos los presentes en la sala. Una vez que Xander se aseguró de que todos lo estaban escuchando y que prestarían total atención a sus palabras, decidió comunicarles cuál sería su idea.

    — Nuestra misión consiste en perseguir al equipo del Zenith y tomarlos a todos como rehenes para obligar a Magnus a negociar la paz con nosotros — procedía el subcomandante — La misión consiste en capturarlos con vida, y solamente matar a uno de ellos en el caso de que las cosas se compliquen más de lo previsto. Pero ya que ellos nos han quitado a alguien que es muy querido por nosotros, opino que nosotros hagamos lo mismo. Una vez que nuestros países se unan, ya no habrá oportunidades para hacer algo así, por lo tanto, esta es la última. Les provocaremos un último daño emocional antes de dar marcha adelante con el plan de unirnos a ellos. Lo que quiere decir que, cuando nos encontremos con el equipo, mataremos sin piedad a uno de ellos — lo que Xander decía era algo bastante cruel teniendo en cuenta a los soldados del Zenith, sin embargo, para él era total justicia — No solo mataremos a uno de los miembros de su equipo, nos aseguraremos también de que no puedan recuperar su cuerpo. Si vamos a ser “hermanos”, entonces corresponde que sufran lo que acabamos de sufrir hoy.

    Si bien, las palabras de Xander parecían ser un plan de venganza, todos ellos estaban de acuerdo con las mismas. Más que nada, cuando se refería al dolor que ellos estaban atravesando. La muerte del comandante Frans no solo debía afectarles a ellos, sino también a otros soldados y personas de Black Meteor. Por lo tanto, consideraban que sería un tratamiento equitativo el asesinar a alguien del equipo del Zenith, dado a que, esa muerte debería afectar a varios de ellos. Quizá, al realizar una acción como esa, Zenith y Black Meteor no iniciarían sus negociaciones por la paz de una manera muy alegre o llevadera, pero si dejaban pasar esa oportunidad, ya no podrían tomar venganza por la muerte de Frans.

    — ¿A quién de todos deberíamos asesinar? — Paul quería saber si Xander tenía a alguien en mente — Tú debes ser el más afectado por esto, Xander. La decisión es tuya.

    — No, no solo mía — contestó el subcomandante — Todos nosotros deberíamos decidir. Las opciones ya las tenemos — el soldado se acercó a una computadora, en donde tenían guardada información valiosa, entre todo eso, la lista de soldados que Lathan había obtenido para ellos — Wagner Stones, Dustin Burntforest, Michael Umcali, Gwyn Fairin, Thomas Delleo, Agustina Young, Alicia Noble, Sharyn Lloyd, y Ace Lakor. Son nueve soldados, al igual que nosotros. De esa forma, quiero que cada uno de ustedes elija a uno de ellos a quien valga la pena matar. El más elegido por mayoría, o la más elegida en caso de que sea una de las chicas, será asesinado apenas tengamos la oportunidad. Somos nueve, por lo que los votos no deberían terminar en un empate.

    — ¿Tú ya has elegido una posible víctima entre ellos? — preguntó Noak, que tenía curiosidad por conocer la opinión de su líder.

    — Exactamente, ya lo he hecho — comentó Xander a todos sus compañeros — Mi elección es Michael Umcali.

    — ¿No habíamos llegado a la conclusión de que el problema con él había sido solucionado por el Zenith? — preguntó Paul, creyendo que el motivo de su elección era por los asesinatos que Michael cometió.

    — Precisamente, estoy totalmente seguro de que el Zenith, sea lo que sea que haya sufrido Michael, tomó todas las medidas para salvarlo — argumentaba el subcomandante — Matar a Michael no solo será una pequeña venganza por lo ocurrido en el pasado. También hará que todo el esfuerzo que el Zenith invirtió en él se termine desperdiciando. Ni siquiera tendrán un cuerpo para enterrar, al igual que nosotros.

    — Yo estoy de acuerdo con eliminar a Michael — Casey se ponía de acuerdo con su compañero — En la pelea que tuvimos contra él, estuvo a punto de matarme. No me importa que no fuera él, eso es algo que no olvidaré. Y mientras él esté vivo, el recuerdo de eso seguirá presente.

    — Son dos votos para Michael — Xander informaba el conteo.

    — Son tres, yo también voto porque lo matemos a él — Claire se sumaba a Xander y a Casey.

    — ¿No podríamos debatirlo mejor? — Noak quiso evitar que las votaciones siguieran avanzando — Esto es una decisión importante tomada de forma muy rápida. Deberíamos buscar los pros y contras que nos traería asesinar a uno de ellos. Después de todo, ahora nos estamos dirigiendo al planeta Fientlig, y no los alcanzaremos antes de pasar por ahí.

    — ¿Tienes otra opción en mente, Noak? — Gina quería conocer su opinión.

    — Sí, la tengo — contestó el soldado, recordando lo mencionado por Abel y Frans hace unos días atrás — El soldado que nos traicionó y nos costó una derrota en el pasado, Ace Lakor — a pesar de que Noak no lo había conocido, el odio que sentía por Ace era bastante alto — Si no lo entiendo mal, él estuvo relacionado con la muerte del comandante Morris Grant, su padre adoptivo. Matándolo a él, vengaremos la muerte de Morris y de forma simbólica, la muerte de Frans también. Nos podremos deshacer del traidor que recibió todos los beneficios de pertenecer a nuestro país y aun así eligió traicionarnos, y de paso le quitaremos al Zenith su única fuente de información sobre nosotros. Matar a ese desgraciado de Ace Lakor es la mejor opción.

    — ¡Espera! — Natasha quería detener a su compañero — ¡Tú mismo acabas de decir que deberíamos debatirlo y decidirlo mejor! ¡¿Por qué saltas a esa conclusión tan rápido?!

    — No es mi decisión final, pero es un argumento que quiero que todos tengan en cuenta para cuando lo vayamos a decidir — Noak no se sintió feliz por las palabras de Natasha — ¿Puedes explicarme por qué demonios estás defendiendo a un traidor como él?

    — Él debe tener una razón para haberlo hecho — Natasha estaba en contra de matar a Ace.

    — Por supuesto que debe tenerla, nunca dije que no, pero no me interesa en lo más mínimo — Noak no compartía la visión de Natasha — Como el traidor que es, merece que sea asesinado. Él fue adoptado, por si lo olvidaste. Lo perdió todo, el comandante Morris le dio una nueva vida en el país, y, sin embargo, él te traicionó a ti, a él y a todo Black Meteor. Que tenga un motivo para hacerlo no implica que se lo tenga que perdonar.

    — ¿Podrías al menos esperar para tomar una decisión? — Natasha no quería seguir con esta discusión porque no veía que fuera a salir nada bueno de ella.

    — Fue mi sugerencia, pero supongo que Xander puede decidirlo, ya que es el subcomandante.

    Los dos soldados miraron a Xander, quien entendió que su equipo quería tener un tiempo para poder decidir a cuál de todos los soldados del Zenith iban a matar. A pesar de que no se opusieron a la idea, Claire y Casey no retractaron su voto a favor de matar a Michael. Xander creyó que Noak tenía la razón en lo que decía, no solo sobre el tiempo que tenían para decidir a quién matar, sino también en lo que respectaba a Ace, aunque él seguía prefiriendo la muerte de Michael en ese momento.

    — Veo que varios de ustedes coinciden en la idea de Noak de esperar para tomar una decisión — comentaba Xander, ante la vista de todos — En ese caso, tienen hasta que salgamos de Fientlig para decidir a cuál de todos los soldados de la lista que recibimos vamos a matar. Una vez que hayamos salido de ese planeta, nos reuniremos otra vez para decidir quién será nuestra víctima. En el caso de que tengamos una pelea dura en contra de las bestias que habiten dicho planeta y tengamos que recurrir a un descanso obligado, lo decidiremos todo un día después. Pero no más. No nos tomaremos más tiempo después de esa fecha. Espero que haya quedado claro.
     
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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Hola amigo, me alegra ver que LGC ha regresado con su quinta parte y ya sabías las ganas que tenía de leer de nuevo :D no quiero explayarme mucho, así que iré directo al grano.

    No esperaba que el capítulo fuese exclusivo de Black Meteor, pero me parece muy bien dado que apenas les vimos en la anterior parte. Sigo sin acostumbrarme a Xander como líder, pero apunta maneras, así que quedo a la expectativa de ver como se desarrolla en dicho papel. Lo de llevar a los nuevos a Fientlig lo veo lógico, para que evolucionen y obtengan la habilidad de la energía. Aunque llamarlo "protocolo Xander" me suena bastante egoísta y creído por parte de éste :v

    Respecto a Isac, debo decir que Natasha tiene razón y se está convirtiendo en un Shun 2.0 (quizá incluso llegue a ser un Stuart 2.0). Primero fue espiar en las duchas a Gina y ahora ir a disculparse con ella por algo que realmente no la afecta (la muerte de Brandon) solo para acto seguido negar que ha sido pillado espiándola. Me alegra que Zaid se haya enterado de ese suceso y que luego acudieran Natasha y Casey. Cuanto más gente sepa (parece que Gina irá a hablar con Xander respecto al tema) mejor para tener controlado a ese depravado. Mención especial aquí para Natasha, que sin apenas conocer a su compañera, se decide a ayudarla porque ha pasado por una situación similar en el pasado. Ella no lo pasó bien con Shun, al menos al final de su relación, por lo que me alegra verla decidida a no ser manipulada nunca más y a evitar que otros lo sean.

    Luego descubrimos que Abel ha notificado al grupo sobre la muerte del comandante Frans, algo que no esperaba que sucediese en el primer capítulo. Yo creía que tardarían más en saberlo, y hubiese estado genial que justo cuando capturan a los miembros del Zenith (si es que lo hacen) se les notificara eso y fuese ahí cuando decidiesen matar a uno de ellos. Pero tampoco me quejo. De hecho, la situación ahora empeora para los de Zenith sin apenas aparecer en el capítulo :v y es que Michael tiene 3 votos para ser el elegido, Ace por el momento solo a Noak (de seguro que alguno más) y eso coloca a ambos personajes (quizá surja otro nombre más) en la lista de "potenciales muertes" por el momento. Ojalá me equivoque, dado que ambos son de mis favoritos.

    No tengo nada más que añadir, para ser el inicio de la parte no estuvo mal. Lógicamente no esperaba acción desde el comienzo, y los inicios salvo que vengan seguidos de finales de infarto, no suelen dar una fuerte impresión. No obstante, me ha gustado ver a BM con el protagonismo y en líneas generales el capítulo me ha parecido bueno, correcto y sencillo para comenzar una quinta parte que promete.

    Estaré esperando con muchas ganas el próximo. Un saludo y hasta pronto.
     
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    Agus estresado

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    La Gran Catástrofe V Dominio Aislado
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    Ciencia Ficción
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    Bueno, es sábado, así que es momento de publicar el siguiente capítulo de esta parte V.

    Resistance agradezco tu comentario y el hecho de que te entusiasme volver a leer esta historia habiendo pasado más de 3 meses desde el final de la parte IV. Estoy seguro de que a medida que vayamos avanzando, los capítulos te irán gustando y hypeando mucho más. De hecho, al revisar este capítulo para corregirlo, me he encontrado con un par de diálogos que me han gustado mucho. Ojalá que también sean de tu agrado, pero eso lo juzgarás al leerlo.

    Y a todos aquellos lectores que encuentren esta historia en algún momento (que puede pasar, no pierdo la fe XD), también les doy las gracias por estar.

    Sin nada más que decir, dejaré el capítulo.




    Continuando la misión:

    Tras una semana de viaje desde la Tierra, la nave xaromitante de gran tamaño finalmente llegó hasta el planeta Garak, aterrizando en una zona despejada, la cual había sido preparada para dicha nave, luego de que se informara a los habitantes del planeta de su gran tamaño. Asmir, Plamo, Terrior, Lankir, Ace, Agustina y otros garaks del lugar estaban esperando a que el grupo descienda de la nave para darles la bienvenida. No tardaron mucho en hacerlo, y el equipo que había viajado hasta allí apareció. Wagner iba al frente, seguido de Thomas, Gwyn, Alicia, Michael, Sharyn, Dustin, Aurio y Wida. Los dos humanos que se habían separado del grupo para atender el asunto del satélite en el planeta no sabían por qué el comandante Zion y el general Orikrof no estaban con ellos, sensación que compartían con Lankir.

    Cuando el grupo llegó hacia ellos, comenzaron los saludos.

    — Ace, Agustina, me alegra verlos — Wagner saludaba a sus dos compañeros — Lankir, me da gusto volver a verte. Recuérdame que hablemos en la nave — tras haberlos saludado a ellos, el soldado se fijó en Plamo — Plamo, ¿cómo se encuentra tu ojo?

    Todos los recién llegados miraron atentamente al garak. Al verlo, pudieron ver que este portaba un parche en el ojo, que era del mismo color de la piel de los miembros de su especie. Plamo tenía una expresión seria en el rostro, dado a que no le agradó la forma tan directa en la que Wagner le preguntó por su ojo. Quizá para él no lo fuera, pero era importante.

    — No tenía esperanzas, pero tener que llevar este parche en la cara me avergüenza — contestó el Garak, con seriedad más que con vergüenza — Es un parche de protección, y estéticamente, lo detesto.

    — Lamento mucho eso, Plamo — Wagner entendió que fue una pregunta delicada — Quiero preguntarte algo, tú vas a seguir en el grupo, ¿verdad?

    — Wagner, ya perdí amigos, compañeros, y un ojo por esto — Plamo sonó muy convencido de lo que dijo — Más allá del trabajo, mi vida antes de la Catástrofe era tranquila y agradable. Puedes estar seguro de que no pienso descansar hasta saberlo. ¿Por qué cayeron meteoritos en mi planeta, por qué los berrod perdieron su hogar y nos atacaron, por qué tuve que perder a mis amigos, y por qué tuve que perder mi ojo? Esas son las respuestas que quiero.

    — Entonces, puedes estar tranquilo — le contestó Wida, decidiendo ser ella la que diera la noticia — El escáner ha hecho su trabajo, y ya tenemos la ubicación de la cual provienen, o provinieron, los meteoritos.

    — ¿La tienen, realmente? — Asmir, el líder de los garak preguntó con ilusión, para luego mirar a Terrior — Creía que exagerabas cuando me contabas sobre eso.

    — Yo no exagero — sonreía el líder de los xaromitantes, con un poco de soberbia — Y pronto, tú y yo podremos conocer la verdad.

    — Wagner, quiero hacerte una pregunta — Ace se acercó para hablar con él — ¿En dónde está el comandante Stones?

    — Ace, primero que nada, déjame decirte algo… — Wagner fingía seriedad, pero realmente solo quería sorprender a su compañero — Tú y yo, desde este preciso momento, estamos a cargo del equipo. Ambos somos los comandantes provisionales.

    La noticia que dijo Wagner dejó bastante sorprendidos a todos, excepto a aquellos que viajaron en la nave hasta el planeta Garak. Ace no daba crédito a lo que estaba escuchando. La noticia no la estaba esperando, y ni siquiera era capaz de imaginarla. Agustina, para no hacer un escándalo, le tomó la mano y lo miró sonriendo, cosa que él notó. Asmir y Terrior, para poner un ejemplo, decidieron empezar a aplaudir. Gesto que varios de los presentes imitaron.

    — Felicitaciones, a los dos — Asmir estaba feliz por ellos, aunque no fueran parte de su especie — Me alegra escuchar buenas noticias. Pero ¿qué pasó con el comandante Zion?

    — Se quedó en la Tierra para llevar a cabo el experimento con las criaturas, junto al general Orikrof — contestó Aurio, respondiendo en vez de Wagner — Cuando esté confirmado que todo va bien, ellos tendrán un equipo nuevo, y se nos unirán en el viaje.

    — Dos equipos explorando el espacio — Terrior se ilusionaba bastante con esa noticia — Con eso y la ubicación detectada, no hay forma de fallar.

    — Tres equipos — Asmir dijo de repente — Yo prepararé a un grupo de garaks para que ellos también exploren en la misma dirección. Una vez que hayamos terminado de construir varios satélites, serán enviados.

    — ¿Y qué hay de nosotros? — Lankir tenía curiosidad — ¿Cuándo partimos?

    — ¿Nosotros? — preguntó Thomas algo sorprendido — ¿Tú también vas a venir, Lankir?

    — Estuve entrenando — contestó el xaromitante, que esta vez no pensaba dejar que se repitiera lo que ocurrió en Emiv — Cuando me veas en acción, estarás agradecido de que esté en el equipo — la respuesta fue más con un tono de confianza que de soberbia — Pero quiero saber cuándo vamos a partir.

    — Si es posible, preferiría que los garaks nos dieran un par de suministros extra, y luego partiremos — contestó Wagner, pidiéndole un favor de forma indirecta al líder de los garak.

    — Cuenta con ello, comandante Wagner — Asmir se dirigía a él como era debido.

    — Comandante provisional, por ahora — Wagner era modesto con los halagos.

    — A cambio de eso, quiero que me hagas un favor — Asmir se dio la vuelta.

    Nadie sabía a dónde estaba mirando el líder, exceptuando a Ace, Agustina, Lankir, Plamo y Terrior. Una chica garak, que era un poco menor en estatura que Plamo, con un rostro muy parecido al suyo, y un color de piel más claro, se acercó caminando hacia donde estaba el grupo. El líder de los garak tenía el compromiso de hablar por ella.

    — Su nombre es Kila — informó Asmir a todos los presentes — Ella ha manifestado su deseo de viajar en la nave en la exploración junto a ustedes. ¿Se lo permitirían?

    — Ace… — Wagner miró a su compañero de mando.

    — Ella ya habló conmigo — contestó el soldado — Y la he visto entrenar. Creo que tiene lo necesario para entrar al grupo.

    — Por favor, comandante Wagner — Kila, la chica garak, suplicó el permiso de la última autoridad que aún no la había conocido — Yo tengo muchos deseos de ir con ustedes. Asmir y el comandante Ace me han evaluado, y lo consideran una buena opción.

    — En ese caso, voy a confiar en mi colega — Wagner le estrechó la mano a la chica — Bienvenida al equipo que va a encontrar la respuesta a la Gran Catástrofe.

    — Gracias por haberme aceptado, comandante — Kila estaba muy emocionada por las palabras recibidas — Le prometo que no se van a arrepentir.

    — Viendo que todo está casi solucionado, procederé a entregarles los suministros que pidieron — Asmir se dio la vuelta y procedió a buscar lo pedido por sus aliados, mientras que Terrior se quedó allí para despedirse de sus conocidos.

    — Apenas nos reencontramos y ya se tienen que marchar otra vez — Terrior hablaba con cariño a Aurio y Wida — Cuídense, por favor. Los tres. Regresen a salvo, porque yo, y todos los demás estamos deseosos de que todo este viaje se termine, y que puedan estar junto a nosotros.

    — El cuidado lo tendremos, Terrior, no se preocupe — Wida tranquilizaba a su líder — Estamos muy cerca de obtener lo que deseamos, es solamente un esfuerzo más.

    — Probablemente en estos días reciba la visita del general Orikrof — Aurio le recordaba que pronto vería a su amigo en el planeta — Seguro que ustedes podrán charlar un poco más.

    — Sé que ya tendremos tiempo para charlas cuando todo esto termine, y es por eso por lo que quiero que tengan cuidado.

    […]

    Cuatro horas después del aterrizaje de la nave xaromitante en el planeta Garak, ésta ya se encontraba nuevamente en órbita. La nave se había podido alejar bastante del planeta, y tras haberlo hecho, la tripulación se encontraba rumbo a las respuestas de la Gran Catástrofe, si el escáner no fallaba con su estimación y precisión. Los suministros cargados serían suficientes para que estuvieran al menos dos años explorando el espacio, dado a que habían podido almacenar una cantidad enorme usando las habitaciones desocupadas de dicha nave. Además, las conservas les permitirían durar más tiempo. Sin embargo, la idea no era estar dos años en el espacio, en lo posible.

    La primera reunión del equipo completo se llevó a cabo en una de las habitaciones más grandes de la nave, la cual sería la nueva sala de reuniones. La habitación tenía varias mesas y sillas distribuidas a su alrededor, para que los soldados pudieran sentarse con quienes quisieran para charlar. La sala de reuniones estaba a tres habitaciones de la sala de comandos, y a solamente seis metros de los dormitorios y diez del comedor. Sería el lugar perfecto para que se reunieran.

    Wagner y Ace, las dos autoridades del equipo, se encontraban de pie frente a todos sus compañeros, quienes estaban sentados en sillas, mirándolos de frente. El mayor de los dos comandantes tomó la palabra.

    — Kila, ya que es tu primer día en el equipo, y la más joven de todos nosotros, quiero que nos contestes una cosa — Wagner parecía sonar bastante serio — ¿Por qué quisiste unirte a nosotros? Quiero decir, sabiendo que Plamo es el único garak que viene en el equipo, y que tú no conoces a ninguno de nosotros, ¿por qué optaste por hacerlo?

    Ante la mirada de todos, la chica garak se puso de pie. Ella sentía algo de miedo al ser el centro de atención, y la que todos estaban observando. Sin embargo, decidió deshacerse de dicho miedo y habló con valor y con honestidad.

    — Al igual que Plamo, yo también tengo que saber varias cosas — la chica se expresó ante todos sus compañeros — La Gran Catástrofe ha traído desgracias a nuestra gente. Nos puso en guerra contra una raza que nunca debería haber salido de su planeta. Y a pesar de que ganamos, no hay certeza de que no pueda aparecer una raza igual a los berrod. Conocer las respuestas a la Catástrofe no nos protegerá de una nueva invasión, pero al menos sabremos los motivos por los que nos obligaron a luchar.

    — ¿Y por qué no se unieron más garaks? — Ace, que a pesar de haber conocido a la chica antes, no tenía información de sus motivos para unirse, también quería respuestas — Imagino que ellos también quieren respuestas.

    — Las quieren, y puede que algunos las deseen más que yo — contestó la chica, confundiendo un poco al equipo — Pero yo tengo un motivo más para estar aquí.

    — ¿Cuál es ese motivo? — Gwyn estaba esperando para ver qué era lo que respondería su nueva compañera.

    — Él — Wida señaló con su dedo a Michael directamente.

    Para todos en esa sala, excluyendo a Plamo, esa respuesta fue bastante confusa. Michael y ella todavía no habían hablado, o siquiera se habían presentado formalmente. Sin embargo, Kila no parecía que fuera retractarse con el gesto que hizo o las palabras que dijo, cosa que ciertamente le llamó la atención a Michael, más que a nadie más.

    — ¿Yo? — Michael quería asegurarse de que no fuera un error de la chica — ¿Por qué yo? Ni siquiera nos hemos conocido, Kila. Me llamo…

    — Michael Umcali — Kila lo interrumpió bruscamente, y con un tono de voz que parecía denotar cierto enojo — Tú no me conoces, pero yo a ti sí.

    — ¿De dónde lo conoces? — Alicia, que no estaba muy entusiasmada al escuchar las cosas que Kila estaba diciendo, decidió preguntar.

    — Soy la hermana de Likar — Kila sorprendió a todos en el lugar con esa declaración, aunque los xaromitantes y Sharyn no supieran de quién estaba hablando — ¿Lo recuerdas, Michael? Mi hermano, él mismo que tú mataste cuando dejaste que Orz te controlara.

    Michael quedó de piedra tras haber escuchado esas palabras. Él nunca se había parado a pensar en que Likar, el garak que había muerto a sus manos hacía ya varios meses atrás, pudiera tener una hermana, y mucho menos esperó que ella estuviera en la nave justamente para estar cerca de él. Esto le preocupó un poco, ya que creyó que lo que realmente quería Kila sería una venganza por su muerte. Michael, ante esta situación tan adversa, decidió defenderse.

    — Kila, tu hermano…

    — Murió asesinado por Orz, ya lo sé. Pero tú liberaste a Orz, y le diste el control de tu cuerpo — la chica parecía estar muy enojada con Michael, como si dicha muerte hubiera ocurrido ayer — Así que, para mí, tú eres el culpable de su muerte.

    — Lo hice para salvar a Alicia — Michael recordó ese trágico momento — Yo quería rescatarla, tu hermano no quería permitir que nos la lleváramos, y un enfrentamiento iba a ser inevitable. Por eso liberé a Orz, porque tenía experiencia en luchar contra ustedes.

    — ¿Y no se te ocurrió pensar que si Orz estaba aprisionado en una máquina era por algo grave? — Kila le hizo una pregunta que Michael no se había planteado de forma tan profunda en ese momento — Likar, Plamo y Domir los vencieron, pero tuvieron que recurrir a mantener encerrado a Orz… ¿no sacas alguna conclusión de eso?

    — ¿Qué es lo que quieres hacer al recordarme esto, Kila? — Michael no estaba contento con lo que estaba viviendo — La decisión que yo tomé no fue la mejor. Orz me engañó, escapó, y mató a varias personas que eran importantes para mí. Una de ellas era la novia de mi hermano. Por haber hecho eso, mi hermano se molestó conmigo, no volvió a hablarme como un hermano. Lo perdí sentimentalmente en el momento en el que maté a Erin — Michael dijo su nombre, a pesar de que Kila probablemente no la conocería — Y lo perdí para siempre el día que un berrod lo mató.

    — No me interesa tu familia, Michael — la respuesta de Kila era muy agresiva, y ya no se parecía en nada a la timidez que mostró cuando habló por primera vez — No me interesa quienes de tus amigos murieron asesinados por Orz, o por otros berrod, porque eso no me devolverá a mi hermano. Lo único que me interesa, eres tú.

    — ¿Vas a matar a Michael? — Lankir se puso de pie, como si se preparara para que se desencadenara una pelea.

    — No, no voy a matar a Michael, pero voy a estar vigilándolo de cerca, todo el tiempo — Kila comenzó a acercarse al humano, quien se levantó esperando una agresión — Sé que Orz puede escapar, y si lo hace, mis compañeros estarán en peligro. Es por eso por lo que estoy aquí. Si Orz llega a escapar, o si tú lo liberas de manera voluntaria, te quemaré el cráneo, y acabaré con él.

    — Sobre mi cadáver — Alicia se metió para defender a Michael — Aunque Orz escape, hay posibilidades de que los garak puedan volver a retenerlo dentro de él. No permitiré que mates a Michael a la primera oportunidad que tengas.

    — No merece la pena que gastemos más esfuerzo en retener a Orz en él — Kila respondió de forma agresiva a Alicia — Si Michael le permitió unirse a él, que pague las consecuencias.

    — Michael no va a pagar ninguna consecuencia — Alicia contestó, en un tono amenazante que no se parecía a la primera respuesta — Porque tú no te vas a quedar aquí. Wagner, Ace, creo que fue un error aceptarla en el grupo sin haberle preguntado esto primero. ¿Puedo pedirles a ambos que regresemos a Garak a dejar a Kila atrás?

    — No vamos a regresar solo por eso — Kila sabía que eso no ocurriría.

    — Sí, claro que lo vamos a hacer — Wagner contestó con firmeza — Asmir sabía de esto, y me engañó — tras decir esas palabras, el comandante provisional miró a Plamo, que no estaba manteniendo la vista en él — Plamo también sabía de esto, y me engañó. Los garak sabían de esto y me engañaron. Y no lo toleraré.

    — Espera, Wagner, acabamos de salir de Garak — Dustin quería tranquilizar a su amigo y comandante — ¿Realmente nos vas a hacer volver? Asmir te pidió que aceptaras a Kila a cambio de la gran cantidad de suministros que nos proporcionó. Si haces que ella regrese, nos quitarán varias cosas.

    — Asmir no mencionó nunca este “pequeño” pero “gran” detalle de Kila buscando venganza — Wagner hablaba con un gran enojo mientras miraba a Kila.

    — No vine a vengarme de Michael, solamente a asegurarme de que Orz no escape — Kila se defendía de las acusaciones — Si no quieres tenerme en el equipo, que no sea por una mentira.

    — ¿Una mentira? — Ace estaba de acuerdo con Wagner — Tú estás aquí por una mentira. Hablé contigo, y tú nunca mencionaste nada de esto. Te lo callaste, y ahora, estamos en el espacio. Perderemos mucho tiempo en volver a Garak. Tú nos hiciste desperdiciar el tiempo que teníamos.

    — No es necesario que desperdicien nada — Kila, a pesar de tener a las dos autoridades en contra, no retrocedía — Se están equivocando conmigo. No tengo ningún interés en matar a Michael. Si lo tuviera, hubiera tomado un rifle y lo hubiera asesinado apenas lo vi llegar.

    — Sí, claro que sí, Kila — Lankir no lo veía posible — Está claro que tenías pensado asesinar a un aliado de tu raza en tú planeta con las autoridades presentes, en lugar de tener un poco de paciencia para poder asesinarlo en esta nave, lejos de todos ellos — el sarcasmo estaba muy presente en Lankir.

    — ¿Ustedes no me están escuchando? — Kila se cansaba de que malinterpretaran sus intenciones — Vine aquí para matar a Orz, en el caso de que Michael lo llegase a liberar. No vine aquí para matar a Michael. Y sí, si hubiera querido, lo hubiera matado en mi planeta, junto a todas las autoridades y mis compañeros garak, que de seguro habrían perdido a algún ser querido por su culpa.

    — Kila, mírame bien cuando te hable — Ace, quien era un gran amigo de Michael, se le acercó a ella para mirarla de frente — No tengo muchas razones para creerte, pero tampoco tengo deseos de que tengamos que regresar a Garak a dejarte atrás. Así que, quiero que me prometas algo.

    — Si quieres que te prometa que no mataré a Michael si deja libre a Orz, te estás equivocando conmigo — Kila contestó con firmeza ante lo que dijo el comandante — Orz quedó libre y mató a mi hermano. No dejaré que vuelva a quedar libre y me mate a mí, ni a nadie más. Si no lo quieres entender, entonces devuélvanme de nuevo a Garak.

    — Maldita sea — Wagner no sentía deseos de regresar, incluso varias de sus amenazas estaban dirigidas a hacer que ella recapacite — No, Kila. No tengo deseos de dar marcha atrás, y no voy a volver. Porque no merece la pena tomarse esa molestia por una bravucona como tú. En su lugar, te vamos a dejar tirada en el primer planeta habitable que encontremos, y tú esperarás a que los garak te vengan a buscar.

    — ¡Hey, espera, eso no es justo! — Plamo, que se había mantenido callado, decidió defender a su compañera — ¡No puedes hacer eso! ¡La estarías condenando a muerte! ¡Si no la quieres en el equipo, vas a regresar a Garak!

    — No, nada de eso — Alicia también decidió plantearse ante los garak — Será una pérdida total de tiempo por alguien que no lo merece.

    — ¡Estás hablando mal de la hermana de mi amigo fallecido, y de una chica de mi especie! — Plamo contestó bruscamente — ¡No me voy a quedar callado, ni mucho menos permitir que lo hagan!

    — Plamo, tú perdiste un ojo en una pelea para rescatar a varios de los nuestros — Thomas podía ver que las cosas no saldrían bien si continuaban así — No te pongas en peligro por algo que no vale la pena. Kila no quiere llegar a un acuerdo, y se va a condenar sola, pero no te condenes tú también.

    — ¡Me da igual si me condeno o no! ¡No permitiré que la abandonen así!

    — Plamo, y todos ustedes, ya basta, por favor — Wagner se llevó las dos manos a la cabeza — No sigamos con esta discusión, que no nos va a llevar a ningún lado. Tomémonos un tiempo para calmarnos y para pensar mejor.

    — ¿Tiempo? — Alicia no estaba de acuerdo con lo que Wagner decía — Tiempo es lo que estamos perdiendo ahora mismo. Deberíamos buscar un planeta para abandonar a Kila.

    — ¡¿Qué te acabo de decir?! — Plamo se quiso acercar a Alicia para responderle.

    — ¡Plamo! — el grito de Wagner resonó en toda la sala — ¡Quieto, no te muevas! ¡No se te ocurra hacerle daño ni a Alicia ni a nadie más! — el comandante empezaba a perder el control — ¡¿Quieres lo mejor para Kila?! ¡Entonces vas a hacer lo siguiente! ¡Te vas a tomar dos días para hablar con ella y hacerla recapacitar de lo que dijo! ¡Esta no es tu nave, y no hay ningún garak aquí con autoridad! ¡Por lo tanto, la decisión es mía!

    — ¿Tuya? — Kila volvía a hablar — ¿No se supone que el puesto de comandante es compartido?

    — Y estoy totalmente de acuerdo con la decisión de Wagner — Ace contestó a la chica garak — Un momento de calma para pensar bien las cosas es lo que se necesita. Y quizá sea lo que todos necesitamos.

    — Yo sé que no lo necesito — Kila volvió a responder a la autoridad.

    — Bien por ti, entonces vas a tener más tiempo para escuchar a Plamo y aceptar que lo que dijiste fue un error — Ace sonaba muy severo con ella — Dentro de dos días, nos vamos a reunir todos aquí, y vamos a tener una conversación muy tranquila. Donde tú le pedirás disculpas a Michael por lo que le dijiste, y donde vas a prometer que ya no atentarás contra su vida, y que no vas a matarlo apenas creas que Orz se ha escapado.

    — ¿Y si me rehúso a hacerlo? — Kila quería conocer el castigo que le esperaba si no aceptaba la propuesta.

    — Te mato — Wagner amenazó a Kila con gran severidad, sorprendiendo a todos por la forma en que lo dijo — Y luego tiro tu cuerpo al espacio para que nadie más lo encuentre. Si no deseas eso, te vas a calmar. Porque no tengo la intención de tolerar estas conductas en mi equipo. Acabo de ascender a comandante provisional, y no estamos en medio de una guerra, ni siquiera de una batalla. Estamos en la misión final para encontrar las respuestas a la Gran Catástrofe, y después de haber mantenido un equipo en armonía, no voy a permitir que nadie lo eche a perder — el soldado parecía haber alcanzado un pequeño pico de estrés — Ahora todos, será mejor que se vayan a descansar. La primera reunión terminó.

    Kila fue la primera en retirarse de la sala. Ciertamente, ella estaba muy enojada con las cosas que le habían dicho. Consideraba que tenía razón. Su hermano fue víctima de Orz, y ella era la persona que menos quería ver libre a un monstruo como él. No pensó que su forma de expresar sus pensamientos haya sido la incorrecta, dado a que no tenía ninguna clase de simpatía por Michael ni por los humanos. Haber formado una alianza fue la decisión de Asmir, no de ella. Plamo, por su parte, decidió acompañarla. Sabía que las formas que ella usó no estaban bien, pero tampoco le agradó que los humanos hablaran de matar o abandonar al familiar de un amigo a quien él había querido mucho. El garak supo que estaban acorralados, ya que eran menos que los humanos, por lo que se decidió a tranquilizar a su compañera.

    Una vez los garak se fueron, los demás no tardaron en irse. Michael y Alicia fueron los primeros. Wida, Aurio, Gwyn, Thomas, Ace y Agustina fueron los siguientes. En la sala, finalmente, solo habían quedado Wagner, Dustin, Sharyn y Lankir. Una vez que ellos cuatro ya estaban solos, Wagner decidió sentarse en una silla. Tras haberlo hecho, el comandante provisional del Zenith se llevó las manos a la cabeza, acto que preocupó a Dustin y a Sharyn.

    — Wagner, ¿estás bien? — le preguntó la chica — ¿Te sientes mareado o con dolores de cabeza?

    — Estoy bien, Sharyn — Wagner apreciaba la preocupación de su compañera — Gracias por preguntarme. Es solo que no puedo creer que ya haya tenido una discusión a los gritos, a tan solo unas doce horas de tomar el mando del equipo completo. No lo puedo creer. Mi padre ha tenido siempre un equipo controlado y en armonía, y yo ya estoy sufriendo de todo lo contrario.

    — No te dejes llevar por eso, Wagner — Dustin se acercó para asegurarse de que estuviera realmente bien — No merece tu preocupación. Hiciste bien en finalizar la reunión, no iba a terminar bien.

    — Lo hice porque tuve en cuenta lo que dijiste sobre las provisiones — Wagner fue sincero con Dustin al respecto — Si llevamos a Kila al planeta Garak, ellos nos sacarán un gran número de provisiones y no podemos permitir que pase. Te agradezco por eso. Y lo tuve en cuenta, a pesar de que no lo pareciera en un principio.

    — Wagner, esta es una nave xaromitante, y tú y Ace son los comandantes a cargo — Lankir sonaba bastante serio al hablarle — Los garak, en especial esa chica recién ingresada en el equipo, no tienen absolutamente ninguna clase de autoridad ni poder para hacer amenazas. En su planeta, yo he tenido que aferrarme a obedecer sus leyes. En mi nave, ellos harán lo mismo. De lo contrario, yo mismo me encargaré de interferir.

    Las palabras de Lankir golpeaban por sorpresa a Wagner y a Dustin. Los dos soldados lo habían conocido cuando él y su grupo descendió a la Tierra, y no recordaban que él fuera tan serio, ni siquiera, aunque intentara aparentarlo. Su actitud siempre fue la de alguien tranquilo y pacífico. Pero en aquel momento, el hijo del líder de los xaromitantes se mostraba totalmente diferente. No solo en esas recientes palabras que había dicho, sino también en la discusión.

    — Lankir, ¿por qué dices cosas como esa? — Dustin no estaba entendiéndolo — Esto es algo inesperado, realmente.

    — Porque esta es la nave de mi padre — Lankir parecía tener motivos más personales que profesionales — Mi padre decidió confiársela al general Orikrof, y el general Orikrof se las confió a ustedes. No dejaré que nadie les discuta nada a ninguno de los dos. Dado a que hacerlo sería discutir las decisiones de mi padre y del general.

    — Gracias, Lankir — Wagner se levantó de su silla para estrechar la mano del xaromitante — Me alegra que alguien con una determinación así esté de mi lado. Eso es algo que alivia mis pensamientos.

    — No tienes por qué dar las gracias, Wagner, esta es mi decisión y voy a mantenerla — Lankir apreciaba las cosas que Wagner le decía, ya que, por primera vez en mucho tiempo, sentía que alguien más a parte de su padre lo estaba valorando — Cuando necesites algo, solo avísame, y yo haré lo que pueda para ayudarte.

    — Ten por seguro que lo voy a hacer, amigo — Wagner sentía una gran alegría al haberse ganado la confianza plena de Lankir — Y ya que estamos, quiero que me acompañes. Porque tengo algo que es para ti.

    Las palabras de Wagner dejaron algo sorprendido a Lankir, quien no sabía a qué podría referirse. Dustin y Sharyn supieron de qué se trataba, y fue por eso por lo que decidieron no seguirlos a ambos cuando vieron que empezaron a retirarse de la sala. Una vez que Wagner y Lankir salieron, los dos soldados quedaron a solas en la sala de reunión. Hacía menos de diez minutos el equipo estaba reunido y en armonía, y pocos minutos después estaban todos separados tras haber tenido una discusión.

    — El primer día de Wagner no ha sido fácil, y todavía está lejos de acabar — Dustin comentaba la situación.

    — Me dio tanta lástima cuando él se sentó en la silla para tomarse la cabeza — Sharyn agachó la mirada, con algo de tristeza al pensar en lo que vio — Él claramente no quería tener una discusión a los gritos en las primeras horas. No lo merecía. Los garak lo engañaron. Asmir y Plamo lo engañaron, y eso lo llevó a ponerse mal. Hizo algo que no quería ni tampoco tenía por qué hacer. Es tan injusto que se lo hayan hecho a él. Y eso me enfurece.

    — Wagner ha peleado batallas más difíciles — Dustin quiso tranquilizar a su compañera — Ha lidiado con tipos armados muy poderosos. Esto no es algo a lo que está acostumbrado, pero te aseguro que para alguien que tiene su experiencia, no es nada.

    — Pero eso no quiere decir que él tenga que estar enfrentando estas cosas solamente porque sí — Sharyn no se animaba, a pesar de lo que decía Dustin — Las peleas contra seres de otras especies son inevitables. Esta discusión se pudo haber evitado, y lo peor de todo es que él ni siquiera tuvo la culpa. Me gustaría ir a verlo, pero necesita tranquilidad.

    — Eres muy considerada y atenta con Wagner, Sharyn — Dustin la miró atentamente — Él no se ha dado cuenta de eso, pero una vez que lo haga, ten por seguro que corresponderá tus sentimientos hacia él.

    — ¿Qué dijiste? — Sharyn se sorprendió por las cosas que Dustin le dijo — Yo no estoy enamorada de él.

    — Quizá no, pero yo sé que sientes algo más que solo respeto hacia él — Dustin supo que la chica mentía, a pesar de lo que ella le decía.

    — Estoy en deuda con Wagner, Dustin — Sharyn quería cambiar el tema, pero no encontraba la forma — Él fue la persona que más cuidó de mí después de que me rescataron. Y eso hace que sienta una gratitud profunda hacia él.

    — Sharyn, yo te estuve viendo — Dustin le habló de forma directa a su compañera — No tengas vergüenza en admitirlo. Sé que te gusta Wagner, y eso está bien, porque es una persona maravillosa. No deberías estar avergonzada porque te guste alguien como él.

    Sharyn supo que no podía ni valía la pena intentar mentirle a Dustin. Él la había descubierto. Ella sentía algo por Wagner. A medida que él empezó a estar junto a ella luego del rescate del planeta Emiv, Sharyn comenzó a ver a Wagner como un pilar para ella. Y eso había hecho que despertara un sentimiento de cariño por su compañero. Creía que lo había ocultado bien, pero esas palabras de Dustin le confirmaban que se equivocaba.

    — ¿Cómo lo supiste? — Sharyn quería ver si fue un error suyo haber sido tan evidente — ¿Acaso yo fui muy obvia?

    — Me di cuenta porque estás mirando a Wagner de la misma forma en que yo lo miro — las palabras de Dustin ciertamente sorprendieron a Sharyn — A mí también me gusta Wagner. Y como dije, es una excelente persona, y no tienes por qué tener vergüenza en admitirlo.

    — ¿No se lo dijiste? — Sharyn tenía bastante curiosidad por saber más al respecto.

    — Sí, se lo dije, y no fui correspondido — Dustin hablaba de eso con una pequeña mueca en su rostro — Wagner valora mi amistad, y él también me quiere. Pero no irá más allá de eso. Sus sentimientos hacia mí terminan en considerarme su mejor amigo.

    — Y ya que lo conoces, ¿crees que él alguna vez cambie de parecer?

    — Él está muy concentrado en impresionar a su padre, Sharyn. Es el hijo de un comandante, y su padre espera que su hijo pueda volverse igual a él algún día. Imagino que ese es el deseo de Wagner. No sé si él ve más allá de eso ahora que es comandante provisional junto a Ace, ni tampoco sé si alguna vez lo verá. Pero puedo entender que él no lo haya visto hasta ahora.

    — Gracias por hablar de esto conmigo — Sharyn apreciaba a su compañero por eso — Pensé que me sentiría mal tras haber revelado esto, pero en realidad, me hace sentir bien.

    — Somos compañeros, Sharyn — Dustin le sonreía a su compañera — Y no puedo hacerte sentir mal por lo que sientes, debemos apoyarnos y no tirarnos abajo.

    La frase de Dustin ciertamente hizo que Sharyn se sintiera mejor respecto a lo que sentía por Wagner. Aunque la chica no estaba enamorada de él, había una atracción pequeña hacia su compañero que no podía negar. Viendo que eran los últimos dos de la sala, ambos decidieron irse a comer algo. Sería una forma de relajarse tras la discusión breve que acababan de afrontar.

    En una de las habitaciones, Ace se encontraba con Agustina. Ambos estaban sentados sobre una de las camas, la cual sería compartida. Ace no dejaba de mirar al suelo con las manos en la cabeza, de la misma manera que Wagner. Agustina vio eso y no le agradaba para nada verlo así.

    — Ace, ¿qué tienes? — Agustina tocó su mano.

    — No debí haber discutido con Kila — Ace no se sentía bien cuando analizaba las cosas en retrospectiva — Debí haber buscado una forma para llegar a un acuerdo. La discusión no terminó bien, y si no fuera por Wagner, pudo haber sido peor.

    — Pero no fue culpa tuya, tú no sabías nada sobre Kila — Agustina no quería que Ace se sintiera mal por algo que no era cuestión suya — Ella fue la que tomó la decisión de venir. Asmir y Plamo ocultaron su identidad y sus intenciones, y ella fue la que actuó de forma agresiva y fuera de lugar. Yo sé que no me creerás si te digo que tu acción no fue la correcta, y siendo sincera, yo también creo que pudiste haber hecho algo más, pero no te puedes culpar por eso. Nadie más de nosotros quiso intervenir para bien, y los comentarios de Kila no ayudaron.

    — Lo sé, pero yo soy el comandante provisional ahora, no un líder que solo está ahí para relevar al comandante en su ausencia, y mucho menos un soldado — Ace cargaba con lo que pasó — Es mi responsabilidad evitar cualquier tipo de conflicto. Para empezar, yo debí haber investigado más a Kila. Estuve en el mismo planeta que ella y no lo hice, y eso es una falla mía.

    — Ace, escucha, la discusión terminó y ya no estamos en el planeta Garak — Agustina estaba preocupada por él — Mírame.

    Agustina tomó las manos de Ace, y luego, el soldado levantó la vista para mirarla directamente a los ojos. Fue ahí cuando Ace se tranquilizó un poco, pero no lo suficiente. Sin embargo, Agustina no había terminado ahí.

    — Ya no estamos en la sala de reuniones ni en el planeta Garak — Ace prestó atención a Agustina mientras esta hablaba — No te pongas a pensar en lo que pudiste haber hecho y no hiciste, porque eso no cambiará. No solucionará nada, y te hará sentir mal. Piensa en lo que puedes y en lo que vas a hacer. Eso puede solucionar el problema y te hará sentir mejor. Habla conmigo, porque estoy aquí para ti. No estoy al lado tuyo solamente para admirarte o para que tú me admires a mí. Estoy aquí para hacerte compañía en todo lo que tú necesites. Yo te amo, Ace. Puede que tú lo hayas olvidado, o que le quites mérito por no haberlo visto desde afuera, pero cada vez que yo te veo, recuerdo parte a parte la forma en la que tú estuviste para mí en Fientlig, y lo mucho que yo lo necesitaba. Te necesité varias veces, y siempre estuviste. Por eso, ahora que me necesitas, aquí estoy. Hablemos y tratemos de buscar una solución para esto.

    Las palabras que ella le había dicho llegaron a conmover bastante a Ace. El comandante provisional del Zenith no encontraba palabras para agradecerle, por lo que decidió responderle a su chica dándole un beso. En el tiempo que duró, ambos estuvieron cerca el uno del otro. Una vez que terminó, Ace acarició el rostro de su novia.

    — Agustina… — Ace admiraba su belleza al mirarla a los ojos — Gracias por esto. Te amo.

    La pareja de soldados empezó a dialogar acerca del asunto entre Kila y Michael, teniendo en consideración también a Plamo. Luego de que sus mentes quedaron más calmadas, el planteo de posibles soluciones para ese problema fue mucho más sencillo.

    Lankir y Wagner, por su parte, se habían dirigido a la habitación del comandante provisional del Zenith. El xaromitante tenía mucha curiosidad por saber qué era lo que Wagner le quería dar. Una vez que llegaron, los dos entraron y Lankir cerró la puerta. En la habitación de Wagner había un pequeño cofre para guardar cosas, que probablemente habría tomado de otra de las habitaciones. El soldado lo abrió y de este sacó el cañón que el mismo Lankir había creado. El xaromitante estaba impactado al verlo de vuelta tan pronto. Luego de que se lo obsequió al general Orikrof, creyó que ya no lo vería hasta que se volvieran a encontrar. Ese pensamiento fue equivocado.

    — El general quiere devolverte esto, y confió en mí para que lo haga — Wagner se lo entregó en mano a Lankir.

    — ¿Es en serio? — Lankir no podía creer que su creación volvía a sus manos sin siquiera haber tenido que pedirla de vuelta — Gracias, Wagner. Agradezco mucho que me la hayas dado a mí, y que no hayas permitido que Aurio y Wida la tocaran.

    — No hay problema, Lankir, yo en cierta forma, entiendo cómo te sientes — Wagner se ganó la atención de su amigo — Aunque mi situación es distinta a la tuya, puedo ponerme en tu lugar. Y sé qué es lo que te mantiene intranquilo.

    — Agradezco que no lo hayas revelado a nadie más, porque nadie más parece saberlo, y me gustaría que se quedara así — Lankir supo que podía hablar de eso con Wagner.

    — Los demás lo han notado, no es tan fácil de ignorar — Wagner quería hacérselo entender sin sonar muy rudo — No quiero sonar mal, pero Wida ahora está con Aurio cuando antes estaba contigo. Y todos hemos visto tu reacción. No hemos querido meternos, o al menos sé que yo y Dustin no lo hicimos, porque eso es algo que viene desde antes de que nos conociéramos y no es nuestro lugar. Pero quiero aprovechar este momento para advertirte que debes hacer las paces con tus compañeros.

    — Pero ellos no lo merecen — Lankir sonó muy serio al decir eso — Si dices que puedes ponerte en mi lugar, sabes que no merecen una disculpa.

    — Quizá no la merezcan, pero la necesitan — Wagner decidió ser totalmente sincero con él — Ustedes tres. Entiendo el enojo por lo ocurrido en Emiv, y por lo que pasó después. Pero tienen que dejarlo atrás, mucho más ahora que vamos al lugar de origen de la Gran Catástrofe. No tenemos ni la más mínima idea de qué es lo que nos vamos a encontrar, y solamente podemos hacer teorías. Pero lo que hay esperándonos allá podría ser mil veces más peligroso que los berrod, los elimun, las bestias de Fientlig, o cualquier otra cosa que tú o yo hayamos conocido. Y si llegado el caso, tuvieras que depender de Aurio y Wida para que te salven, será mejor que hagas las paces con ellos.

    — Entiendo lo que dices, Wagner. Pero ellos me deben una disculpa a mí, no yo a ellos. Haré el intento por perdonarlos, en cuanto ellos hagan lo mismo para mí.

    — Lankir, yo no quiero y considero que no debo meterme. Esto que te lo digo lo hago por tu bien. Es una situación parecida a la que acabamos de vivir entre Kila y Michael. Quizá con menor intensidad o gravedad, pero se parecen, y tú sabes bien que sí. Hazme caso. Hablaré con ellos también, pero ten en mente lo que yo te he dicho.

    — Si tú lo dices, supongo que puedo hacer el esfuerzo — Lankir apreciaba los comentarios de Wagner, dado a que no buscaban generar conflicto ni hacerlo sentir mal, a pesar de que las cosas que estaba escuchando no eran las cosas que él hubiera querido escuchar — No será hoy, pero te prometo que lo verás. Gracias por esto que estás contándome Wagner. Recuerdo que al momento en el que todos subimos a la nave, dijiste que nosotros tendríamos una opinión cuando el comandante Zion nos volviera a ver y necesitara tomar una decisión definitiva en el asunto del comandante. Contarás con mi apoyo para eso. Ace estuvo una semana en la nave camino a Garak conmigo y no me dijo nada. Y luego, estuvimos varios días juntos en el planeta y tampoco dijo nada. En estos pocos minutos has hecho lo que él no hizo o no se atrevió a hacer en más de varios días. Para mí eso lo dice todo.

    Tras haber dicho esas palabras y recuperar el cañón, Lankir se retiró de la sala para dejar descansar a Wagner, que había tenido unas primeras horas como comandante provisional bastante agitadas debido a la discusión que se formó tan temprano entre Kila, la nueva incorporación al equipo, y Michael, un soldado cuya decisión tomada en el pasado había llevado a que Kila tuviera desconfianza en él.

    Wagner se quedó pensando en las palabras que le había dicho Lankir últimamente, sobre todo en las últimas. Para cuando llegara el momento de que su padre tomara la decisión, él ya contaba con alguien para respaldarlo.

    — Agustina ciertamente estará apoyando a Ace — reflexionó el soldado mientras empezaba a recostarse sobre su cama — Eso quiere decir que, ahora mismo, estamos iguales. Si quiero que los demás me apoyen en esto, voy a tener que convencerlos. No es necesario que Ace y yo tengamos una pelea que no demostrará nada. Nuestras acciones serán las pruebas vivientes para saber quién de los dos merece tener el puesto… Pero, lo mejor será que me olvide de eso ahora. La misión solamente acaba de reanudarse, y ya hemos tenido la primera discusión. Paso a paso, lo voy a solucionar todo.
     
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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Hola, amigo. Este segundo capítulo de la parte V ha sido sensacional. El primero me gustó, pero este me ha maravillado con sus diálogos y trama. Pasaré a comentar lo más llamativo para mí.

    Siendo un capítulo exclusivo del Zenith (cosa que me esperaba) ha sido más cargado e intenso de lo que pensaba en un inicio. El grupo se reúne de nuevo en el planeta Garak tras los capítulos finales de la parte IV y se une al grupo Kila, una garak que al principio parece tímida e introvertida pero que pronto saca sus garras. Quiero decir, antes que nada, que su personaje encaja como anillo al dedo y que abre un conflicto muy grande en el grupo, cosa que alimenta mi interés en ver que sucede en los próximos capítulos.

    Una vez todos en la nave, se revela que Kila está ahí por Michael y que es la hermana del fallecido garak Likar (una idea brillante pues es un personaje nuevo, pero con historia de trasfondo, relación con un personaje que estuvo previamente en la historia y con un motivo de peso para estar presente en la actualidad). Aquí viene para mi, la mejor parte del capítulo: la discusión entre el grupo del Zenith. Como bien se dice, estaban en armonía y todo iba bien entre ellos hasta la irrupción de la garak y el conflicto que trae consigo. Vemos que Plamo se pone del lado de ésta mientras que Lankir, Alicia e incluso Ace y Wagner se ponen del lado de Michael. Kila quiere acabar con él si Orz sale, algo lógico dado su odio hacia el berrod, pero el resto del grupo lo interpreta (con todo el sentido del mundo) como un problema serio que amenaza la estabilidad del equipo. Ciertamente, lo es. Surgen todo tipo de propuestas como dejarla de nuevo en Garak, abandonarla en un planeta habitable e incluso matarla si llega a actuar contra Michael. Te aplaudo por la introducción de este conflicto, brillante.

    Tras la disolución de la discusión vemos que ambos comandantes provisionales están algo afectados por no haber sabido controlar totalmente la situación. Se confirma que Sharyn está interesada en Wagner y Dustin parece que se hará buen amigo de ella. Lankir recibe de nuevo el cañón (me alegra que lo recupere) y tras una charla con Wagner, asegura que le apoyará en la futura y definitiva elección a ser comandante único. Lo veo lógico, pues ha tenido más trato con Wagner que con Ace. Aparte, no parece querer perdonar a Aurio y Wida (que se jodan esos traidores :v) y es lógico desde mi punto de vista. Ace y Agustina tienen una charla de la que considero que no hay nada destacable, más allá de que se muestran ese amor que se tienen.

    Finalmente, vemos que Wagner comienza en la posibilidad de ir ganándose a los miembros del equipo en el futuro, algo que no debería hacer pues la misión es primordial y luego son los hechos los que hablarán. Comprendo que lo piense, pero espero que no se obsesione con ello. Sin más que decir, nos vemos en el próximo :)
     
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    Agus estresado

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    Bueno, llegó el tiempo de publicar el tercer capítulo de esta parte. Mucho para decir no hay, más allá de agradecer a Resistance por leer y comentar el capítulo semana a semana. Sin más que decir, los dejaré con el capítulo.




    El padecimiento:

    La nave de Black Meteor acababa de despegar hacía minutos del planeta Fientlig. Para cumplir con el nuevo Protocolo Xander, los cuatro soldados del equipo debieron acudir al planeta de las bestias hostiles para poder exponer sus cuerpos a la radiación por segunda vez, y así obtener la habilidad de lanzar energía. Noak, Isac, Gina y Zaid experimentaron un ligero cansancio tras dicha exposición a la radiación, por lo tanto, al regresar a la nave, lo primero que hicieron fue dirigirse a sus habitaciones para recostarse a descansar.

    De esa forma, los únicos que quedaron despiertos eran el subcomandante y los otros cuatro soldados con más experiencia.

    — Igual que nosotros, el cansancio que experimentaron es similar — comentaba Claire, recordando los momentos después de la exposición — Debe ser un factor común en los cuerpos tras la exposición a la radiación.

    — Me pregunto qué hubiera pasado si alguno de nosotros hubiera decidido exponerse por tercera vez a la radiación — cuestionaba Paul, con mucha curiosidad en ese aspecto — ¿Ustedes qué creen? ¿Habría aumentado nuestros poderes, o nos habría quitado todo?

    — No lo sé, y no tengo muchas ganas de averiguarlo — expresó Natasha, quien consideraba que las cosas eran perfectas tal y como estaban — La primera y la segunda nos dieron mejoras inimaginables. Buscar más de lo que ya tenemos es innecesario y peligroso.

    — Un razonamiento bastante apropiado, Natasha — Xander alabó a su compañera — Dudo mucho que el ser humano esté diseñado para evolucionar aún más. Pero lo mejor es no tentar la suerte. Ahora, respecto al tema que plantee la semana pasada… — Xander hizo una pequeña pausa — Ya hemos salido de Fientlig, y nos hemos asegurado de que todos nuestros soldados puedan disparar energía. Ahora estamos igualados ante el Zenith, lo que resta es seguirlos hasta que aterricen en algún planeta y luego pondremos en marcha nuestro plan. Uno de ellos morirá, y los otros ocho soldados serán capturados para negociar. Aprovechen este tiempo para terminar de decidirse, porque una vez que nuestros pequeños angelitos despierten, llevaremos a cabo la reunión que lo decidirá. El tiempo ha sido más que suficiente.

    Tras decir esas palabras, Xander se retiró a la sala de comandos, en donde iba a esperar pacientemente la llegada de todos para iniciar la discusión. Claire decidió ir con él, lo que dejó a Natasha a solas con Paul y Casey. El trío de soldados, los últimos del escuadrón de Morris que quedaban actualmente, inició una discusión alrededor de ese tema.

    — ¿Y ustedes a quién van a elegir? — preguntó Paul, con curiosidad por conocer la opinión de sus amigas.

    — A Michael, lo he decidido desde hace mucho — contestó Casey — Solo escucho su nombre y ya se me viene a la mente el momento en el que casi nos mata en la base. Y también la forma en que mató a Shun y a Stuart. A pesar de todo, eran compañeros nuestros. Él no puede salirse con la suya luego de esto. Si él hubiera muerto, este asunto no me importaría en lo más mínimo.

    — ¿Y tú, Natasha? — Paul tenía muchas ganas de saber lo que ella creía mejor.

    — Estoy de acuerdo con Casey — ella no sonaba muy convencida — Michael realmente me dio un susto de muerte esa noche. Aunque antes de que muriera, me gustaría saberlo todo al respecto del tipo que tomó su cuerpo. Si algo como eso es posible, y ya está demostrado que sí, quiero que tomemos la mayor precaución que se pueda.

    — Supongo que yo también votaré por Michael — Paul no hablaba con mucha emoción respecto al tema — Sin embargo, si me preguntan, yo preferiría no matar a ninguno de ellos. Estaba furioso con la muerte de Frans, pero ahora que lo pienso mejor, su asesino no está en esa nave. Es posible que ninguno de ellos sepa siquiera que Frans fue asesinado. Si fuera posible, quisiera averiguar bien quién de todos los habitantes del Zenith fue quien mató al comandante, y luego que esa sea nuestra víctima. Eso se siente más correcto para mí.

    — Pero no podremos hacer eso — Casey lo veía imposible — Zenith y Black Meteor se unirán cuando capturemos a sus soldados, se supone que es el objetivo de la misión. No podemos matar a uno de los nuestros, e incluso si pudiéramos, nos costaría mucho averiguar quien fue.

    — Lathan pudo averiguar muchas cosas más complicadas, estoy seguro de que será capaz de averiguar algo así — Paul depositó su fe en el espía — Una vez lo averigüe, solo tenemos que esperar a una misión, y lo mataremos haciendo que parezca un accidente. No me parece correcto tener que matar a alguien del equipo del Zenith y que el asesino de Frans quede impune.

    — Pero piensa que Michael asesinó a varios compañeros nuestros — Natasha opinó de la situación.

    — Natasha, tú fuiste quién formuló la teoría de que Michael estaba siendo controlado por alguien más — Paul dijo algo que la dejó pensando — Tú, más que nadie en el equipo, sabe perfectamente que ese no fue Michael. Es más, me gustaría charlar con Michael para que nos cuente todo sobre ese aspecto.

    — ¿Y por qué no vas a plantearle la idea a Xander de qué no deberíamos matar a nadie en ese equipo? — preguntó Natasha, con una mirada y voz muy seria — ¿Le tienes miedo a Xander?

    — Xander está muy afectado por la muerte de Frans, y lo entiendo — argumentaba Paul — Él no dará marcha atrás con esto. No me dejará abstener mi voto. Pero ya que me has desafiado, le voy a plantear todo esto cuando llegue el momento.

    — Lo siento, Paul, pero en esta ocasión, no coincido contigo — Casey, a pesar de apoyarlo en varias cosas, no se veía interesada en el pensamiento de su compañero — Yo también quiero algo de venganza. Últimamente, siempre son ellos los que nos han estado derrotando y matando. Por una vez, aunque sea la primera, la última y la única, quiero que seamos nosotros los que les hagamos daño.

    — No te obligaré a coincidir conmigo, si no lo quieres — Paul aceptó las palabras de Casey — Pero ya que he sido desafiado, me haré cargo de mis opiniones.

    La conversación terminó de forma abrupta entre los tres, dado a que Casey y Paul se marcharon a sitios separados. Natasha creyó que ellos no tenían ganas de iniciar una discusión de pareja por una opinión dividida, y decidieron separarse antes de seguir alimentando dicha situación. Eso le hizo reflexionar sobre sus desacuerdos cuando Shun estaba con vida. La soldado creyó que debió haber intentado manejar las cosas de una mejor manera, a pesar de que su novio en ese momento era un tipo con una actitud bastante explosiva. Sin embargo, eso no quería decir que ella no tuviera la responsabilidad en lo que pasó. Tuvo la forma de evitarlo, y Paul y Casey acababan de demostrárselo. Sería algo que recordaría con el tiempo, sobre todo luego de verlo en primera persona.

    Viendo que ya no tenía con quien hablar, pero sin ganas de irse a su habitación, Natasha decidió dirigirse a la sala de comandos para poder unirse a Xander y a Claire.

    […]

    Los dos días de plazo que Wagner pidió para poder discutir la situación entre Kila y Michael se habían terminado, y había llegado el momento de que dicho conflicto terminara. El comandante provisorio hizo que Ace, con quién compartía autoridad, Michael y Kila, quienes eran los que presentaban conflicto, y Lankir, se metieran en una sala para poder hablar de forma calmada. El resto del equipo iba a esperar pacientemente afuera de la misma, sin tener idea de qué iba a ocurrir en la sala ni entre ellos.

    Aurio, Wida, Plamo, Agustina, Alicia, Gwyn y Thomas estaban de pie cerca de la puerta, mientras que Sharyn y Dustin se encontraban más atrás, aislados del resto de sus compañeros. Todos estaban algo ansiosos al no saber lo que podría estar pasando en el interior de dicha sala, pero con la certeza de que se podría llegar a desatar un enfrentamiento dependiendo de lo que llegara a ocurrir allí. Plamo, el único garak en la nave además de Kila, expresó su descontento con el asunto.

    — Debieron haberme dejado entrar — expresó el garak — Kila es de mi propia especie. Es mi compañera y la hermana de un gran amigo mío. Tendría que estar apoyándola.

    — Es lo que Wagner y Ace decidieron, Plamo, será mejor que no discutas sus órdenes — Alicia apoyaba la decisión de los dos comandantes provisionales.

    — Tuviste tiempo de hablar con ella, ahora ella tiene tiempo para demostrar que tus palabras han tenido algún efecto — Gwyn se puso del lado de Alicia — Será mejor que te quedes aquí. Y que no pierdas la confianza que ganaste.

    — No sabía que eso se pudiera perder tan fácil — Plamo contestó de forma irónica — Perdí mi ojo, compañeros, y amigos para poder ganarme su confianza. Los garak muertos no van a resucitar, y mi ojo nunca volverá. Aun así, la confianza que gané se perdió muy fácil.

    — Vamos, Plamo, que hayas perdido gente querida no te da el derecho de actuar como quieras creyendo que quedarás impune — Agustina fue quien decidió hablar esta vez — Nosotros hemos perdido a varios compañeros antes. Corrimos el riesgo de pelear en una guerra que no era nuestra para establecer una alianza con ustedes. Todos hemos aportado algo, creo que no merecemos mentiras de ningún lado.

    — Y para que sepas, nosotros nunca hemos mentido — Alicia tomó la palabra — Kila apareció de repente y empezó a amenazar a Michael. Ninguno de nosotros te amenazó jamás, ni lo hará. Tú nos ocultaste información, y los otros garaks también.

    — ¿Y qué hay de Michael? — Plamo lo quiso traer a la conversación — Todo esto empezó porque él decidió que le daría permiso a Orz para entrar en su cuerpo. Él actuó por su cuenta si no lo estoy malentendiendo, y mató a personas que estaban en su equipo. El comandante Richard y Erin.

    — No hables de ellos de esa forma — Gwyn era quién más se molestó al ver cómo traían sus nombres a la conversación — Michael actuó de forma imprudente, y lo que hizo está mal, y fue bastante reprobable. Pero lo hizo porque ustedes nos ocultaron mucha más información.

    — Información respecto a mí, a mi familia que ustedes mataron, e incluso a la guerra entre garaks y berrod — Alicia se molestó bastante con Plamo — Si ustedes hubieran sido sinceros desde el principio, nada de eso habría pasado. Todos tenemos la culpa en cierto aspecto, pero si ponemos las cosas en una balanza, se inclinará más de su lado.

    — Además, Plamo, te olvidas de un detalle — Wida decidió meterse en favor de los humanos — Michael fue la clave de nuestro éxito en la misión de Emiv. De no ser por él, probablemente todos nosotros habríamos muerto en ese planeta del infierno. Su plan y su información nos dieron la victoria. Piensa que estás vivo gracias a él, y que él merece un voto de confianza de parte tuya. En cambio, tu amiga no ha hecho nada por nosotros. Lo primero que hizo, en la oportunidad más rápida que tuvo, fue amenazar a Michael. Si me dieras a elegir a mí, preferiría a Michael sobre Kila en cualquier momento. Y si esos dos se meten en una pelea, ya todos saben a quién voy a apoyar.

    — Kila tiene las cosas bastante fáciles para no meterse en problemas — Aurio fue quien decidió hablar esta vez — Simplemente debe comportarse. Acaba de entrar al equipo. No tiene experiencia en combate fuera de su entrenamiento de la academia. Es la que más tiene que aprender sobre disciplina. Me atrevo a decir que incluso Lankir es mejor soldado que ella.

    — Hablando de Lankir, ¿por qué Wagner decidió que él podía entrar a la discusión? — la pregunta de Plamo fue dirigida a todos.

    Dicha pregunta tomó a todos por sorpresa. Al pensarlo con cuidado, ninguno de ellos encontraba una razón lógica por la cual Wagner hubiera decidido contar con su presencia en la habitación donde tendría lugar la discusión. Algunos creyeron que podría ser una especie de mediador, aunque, para esa tarea, Wagner y Ace deberían ser más que suficientes. Llegaron a pensar que querían la presencia de alguien cuya especie no formara parte del conflicto, pero eso no les ayudaba a concluir por qué Lankir habría sido elegido para estar allí dentro. Ciertamente, para todos ellos, era un gran misterio.

    Plamo, viendo que nadie contestó su pregunta, decidió hablar tras haber sacado una conclusión.

    — Seguramente fue para que la pobre Kila se viera intimidada — el garak sonaba muy molesto.

    — Créeme, Plamo, si Wagner, Ace o Michael realmente quisieran intimidar a alguien, Lankir sería la última persona que elegirían — Aurio contestó con un tono de burla hacia el garak — De hecho, creo que Lankir no podría siquiera intimidar a un pequeño gusano.

    — Y eso Kila no lo sabe — Plamo defendía a su compañera — Ella no tiene por qué saber algo como eso.

    La discusión entre ellos continuaba, y Thomas, quien no había dicho nada hasta entonces, puesto a que no sabía qué decir, decidió apartarse. No le gustaba a dónde se estaba dirigiendo, y no quería ser parte de algo así. En su lugar, prefirió dirigirse hacia donde estaban sus compañeros Dustin y Sharyn. El soldado se aproximó a ellos, que parecían estar charlando de forma más calmada y menos agresiva. Estos, al verlo acercarse, decidieron mirarlo de frente.

    — No parece que se fueran a tranquilizar — opinaba Sharyn al respecto.

    — No, espero que no empiece otro conflicto innecesario — Thomas rezaba porque así fuera.

    — Se ve que no pudiste soportarlo, y no te culpo, no es nada agradable — Dustin entendía los motivos de su compañero para alejarse — ¿Te sientes bien? — al mirarlo, lo notó un poco pálido — Parece que te hubieras enfermado.

    — Estoy bien, no tengo nada — contestó Thomas algo apenado — Es solo que esto me trajo recuerdos de mi primera misión como soldado.

    — La misión de robo de recursos — Sharyn supo de cuál misión estaba hablando — El comandante Roger nos habló de la misión. Magnus seleccionó a los nueve mejores de una promoción para dicha misión. Y tú fuiste uno de ellos.

    — Precisamente, aunque no lo demostré — Thomas se dio la vuelta para ver la discusión — Me puse a discutir con Michael durante toda la maldita misión. Era el mejor de mi academia, y no quería quedarme detrás de nadie. Ver que Michael me podía hacer competencia me hizo enojar, además, en ese momento, Gwyn tenía ojos solo para él. Ahora sé que todo lo que pasó entre mí y Michael fue un mecanismo de defensa que adopté. Me veía en la necesidad de discutir todo, y demostrar constantemente que yo era mejor que él al estar amenazado. Y eso le causó varios disgustos al comandante Richard. Él no merecía algo como esto.

    — De la misma forma en que Wagner y Ace tampoco merecen algo así — Sharyn seguía apenada por los dos — Su primera misión con un rango superior, y las primeras horas fueron un problema entre Kila y Michael.

    — Imagino que es algo común con lo que tendrán que acostumbrarse a lidiar — Dustin recordó sus primeros días en el equipo de Zion — Y honestamente, creo que es mejor que pase ahora que en el momento en el que estemos cerca del lugar de donde vino la radiación.

    — Quisiera que pudieran tener la tranquilidad que merecen — Thomas expresaba sus deseos para con ellos — Son buenos soldados y mejores personas. No merecen esto. Más que nada, porque fue algo que se pudo evitar.

    — Pero no se evitó, y ahora ellos tienen que lidiar con eso — Dustin lo aceptaba, aunque no le gustaba mucho — Confiemos en que harán lo mejor, y que esto les dará experiencia para el futuro.

    Así fue como el trío de soldados continuaba con la plática de forma calmada, mientras el resto de su grupo discutía. Al mismo tiempo, en el interior de dicha habitación, se estaba dando la discusión entre los miembros del equipo restantes.

    Kila se encontraba enfrentada a Michael, mientras que Ace se encontraba a un costado de ambos, y Wagner y Lankir se posicionaban en la posición opuesta. El humano y la garak en conflicto estaban sentados, mientras que los comandantes de Zenith y el xaromitante que estaba para hacerles compañía se mantenían de pie. La discusión se había prolongado bastante tiempo, y era el momento de que terminara.

    — Entonces, ¿te vas a tranquilizar? — preguntó Ace, con un tono amenazante que no era muy común en él en esos días.

    — Sí, he decidido que ya no voy a interferir en esto — Kila contestó ante la pregunta de uno de sus superiores — Prometo ante todos ustedes que no voy a atacar a Michael. Ya sea que Orz esté libre…

    — Cosa que no va a pasar — Michael interrumpió a la garak.

    — …O que se encuentre encerrado — Kila continuaba su promesa — Únicamente atacaré a Michael si detecto que él está siendo controlado por Orz, y si Orz me ataca tanto a mí como a Plamo. E incluso, no atacaré a muerte, y me limitaré a contenerlo. Si Orz queda libre y Michael ataca a alguien que no sea un garak, me limitaré a dar advertencias y proteger a los demás soldados, pero no saldré a pelear con él.

    — Lo bueno es que Michael nunca va a liberar a Orz — afirmó Wagner — Por lo que esa promesa es más una precaución que otra cosa.

    Michael pensó en las palabras que Wagner había dicho y no pudo evitar recordar el momento en el que tuvo cara a cara a Tzorkun en el planeta Emiv. Él y Alicia estaban en apuros, y él había decidido a que lo iba a terminar liberando si fuera necesario. Aunque no tuvo el valor para hacerlo, la idea le cruzó la mente, y eso lo hacía sentirse mal respecto a las palabras que Wagner estaba diciendo en ese momento. Sin embargo, liberar a Orz sería algo a lo que recurriría como último recurso si alguna vez se viera obligado a hacerlo.

    — Supongo que ya hemos terminado — Lankir notó que se había formado un pequeño silencio en la habitación — Me alegra que este conflicto se haya podido resolver sin tener que recurrir a la violencia, dado que, en mi opinión, no valía la pena.

    — Kila, espero que a partir de ahora podamos llevarnos bien — Michael estrechó la mano para poder saludar a su compañera — Y que eso se traslade también a nuestros compañeros.

    — Yo también espero eso, aunque no puedo garantizar nada — contestó Kila, respondiendo de forma algo grosera, pero estrechando la mano de su compañero igualmente.

    Una vez que ambos se saludaron, Michael, Ace y Kila decidieron que saldrían de la sala para poder explicar a los demás lo que había ocurrido allí mismo. Con ellos fuera, en la sala únicamente quedaron Lankir y Wagner. Estos iban a tomarse un momento para ordenar el lugar antes de retirarse. Lankir aprovechó la ocasión para poder hablar con Wagner.

    — Parece que todo salió bien, al menos el día de hoy — apreciaba el xaromitante.

    — Por fortuna para nosotros, sí — contestó el comandante provisional — No parece que Kila fuera a atacar a Michael ahora. Lo cual es un alivio. Odiaría tener que dejar a Kila y a Plamo abandonados en algún planeta solo por un capricho de Kila. Y lo peor sería tener que mentirle a Asmir después de eso.

    — Puedes estar seguro de que me encargaré de mantenerla vigilada personalmente, y que te avisaré en caso de que algo malo pase — Lankir se comprometía a dicha tarea — Y quiero preguntarte algo, ya que estamos en confianza.

    — ¿De qué se trata? — preguntó el hijo del comandante Stones.

    — ¿Por qué tu padre nombró a Ace comandante provisional junto a ti? — Lankir no lo podía entender — ¿Estuviste prestando atención a lo que él dijo en la reunión? Prácticamente, no abrió la boca más que para decir cosas sin importancia. ¿Por qué tienes que compartir el puesto con él? Claramente, eres superior, y lo estás demostrando.

    — No fui capaz de demostrarlo en la misión en Emiv — le contestó Wagner, que, a pesar de apreciar el apoyo de su amigo, no le gustaba que se cuestionara así la decisión de su padre — El hecho de que yo esté aportando más que él, según tu punto de vista, no cambia que mientras estuvimos en Emiv, no fuera capaz de distanciarme de Ace. Además, mi aporte en esa misión no fue crucial. Imagino que él evalúa las cosas de forma diferente.

    — En ese caso, no importa — Lankir no estaba muy satisfecho con esa respuesta, pero terminó por aceptarla — Cuando él nos encuentre, yo le comentaré varias de estas cosas. Para mí, tú tienes ganado el puesto de comandante, Wagner. Ace no me da la suficiente confianza, al menos no en este momento. Será un gran soldado, y todo lo que quieran decir sobre él probablemente sea verdad, pero está por debajo de ti. Y eso es un hecho innegable.

    — Agradezco tu apoyo en esto, Lankir — Wagner estaba feliz de poder demostrar su capacidad frente a su amigo — Pero es algo que tengo que demostrarle también a todos los demás.

    — Michael y Kila lo vieron también, estoy seguro — fue la respuesta de Lankir — Si prestaron atención a la reunión más allá de ellos, tienen que llegar a la misma conclusión que yo. Aunque, viendo el problema que tenían, entiendo que pueda ser difícil.

    — No los presionaré — contestó Wagner — Ellos verán lo que deban ver a su tiempo.

    […]

    En la nave de Black Meteor, una conversación importante estaba por dar inicio. Los cuatro nuevos soldados en el equipo habían despertado tras un día largo de sueño, producto de la exposición de sus cuerpos a la radiación, y era el momento en el que todos debatirían acerca de un asunto que, para el subcomandante Xander, era de gran importancia.

    — Han dormido bastante — Xander no recordaba haber descansado tanto después de que su cuerpo evolucionara por segunda vez — Pero no les voy a cuestionar nada de eso. Asumo que tiene un efecto diferente dependiendo de la persona. Que sepan que ahora mismo ya no hay nada que nos pueda obstaculizar. Actualmente, estamos siguiendo el curso de la nave del Zenith, y diría que no tardaremos mucho en alcanzarlos. Todos ya sabemos lo que va a pasar cuando nos encontremos con ellos. La cuestión más importante aquí es, ¿a quién le va a pasar?

    Luego de esas palabras, la sala quedó en un silencio sepulcral. Todos los soldados se miraron entre ellos, intentando intercambiar información a través de las miradas. Cuando Paul miró a Casey y a Natasha, supo que ellas lo estaban desafiando a plantarse frente a Xander en su decisión. Claire intercambiaba la mirada con todos sus compañeros. Gina y Zaid, al ser hermanos, habían estado hablando sobre este asunto entre ellos, y se miraban para asegurarse de seguir estando de acuerdo. Isac miró a Gina, como él tenía por costumbre, y luego cambió su vista a su subcomandante. Noak, por su parte, fue quien menos movió su vista, manteniéndola fija en Xander en todo momento. El soldado notó ese comportamiento, y se asombró en cierta medida.

    — Parece que Noak ya decidió — expresaba el subcomandante — En ese caso, tú vas a comenzar.

    — Mi decisión la tomé hace tiempo, y no la he cambiado — comentaba el mejor soldado de la última promoción — El traidor de Ace debería ser eliminado apenas tengamos la oportunidad. Fue por culpa suya que la misión de recolección de recursos fracasó, y le faltó el respeto a todo lo que Black Meteor representa. Incluso luego de que el comandante Morris le hubiera dado un hogar. Eso no puede ser olvidado ni perdonado. Mi voto va para él.

    — Maldito seas — Natasha guardó sus pensamientos para ella misma, al tiempo que agachaba la cabeza.

    — Natasha, te veo algo pensativa. Quizá deberías seguir tú — Xander invitó a la soldado a hablar del tema.

    Natasha no quería siquiera pensar en la idea de que Ace, alguien a quién ella había estado esperando ver luego de mucho tiempo, fuera a ser elegido objetivo para ser asesinado. Sabiendo que Casey elegiría a Michael, y que Claire y Xander podrían elegir algo similar, ella supo que la única manera de protegerlo, aunque fuera indirectamente, sería votando por él.

    — Voto porque Michael sea nuestro objetivo — Natasha se las arregló para sonar convencida — Pero antes de que Michael muera, me gustaría que pudiéramos sacarle toda la información posible sobre lo que aconteció hace meses. Lo quiero muerto por lo que hizo, pero mientras más información podamos obtener, más seguros vamos a estar todos.

    — Yo apoyo lo que dice Natasha — Casey se adelantó a su turno, a pesar de que Xander parecía ir eligiendo sin un orden específico — Michael es una amenaza. Aunque preferiría que fuera asesinado antes de darle la oportunidad de hacernos daño, creo que ella tiene un punto válido en lo que dice.

    — Lo tendré en cuenta para cuando se decida todo — Xander aceptó la propuesta de las chicas — Gina, Zaid… Les toca a ustedes.

    Tras esas palabras, toda la atención de la sala recaía en los hermanos de Black Meteor. Ambos habían estado debatiendo entre ellos cuál de todas sería la mejor opción, y la comunicarían sin problemas.

    — Coincidimos con lo que dijo Noak — contestó Zaid ante la cuestión de Xander — Gina y yo hemos discutido y creemos que Ace debería morir.

    — No conocimos a ese tal Michael, pero, más allá de lo que pueda haber hecho, ya fuera él el responsable o no, lo hizo por su país — Gina abordó un tema que nadie más había pensado — Aunque sea un enemigo, ha demostrado lealtad en su accionar. Y eso es algo que Ace no hizo. Así que, cada uno le agrega un voto más al traidor de Ace.

    — Esto no puede estar pasando — Natasha susurraba en voz baja al escuchar eso.

    — Claire, me gustaría escucharte a ti — Xander giró la vista a su novia.

    — Por más que lo que hayan dicho sea verdad, Michael es un peligro que conviene no tener cerca — argumentó la chica — Recuerdo la brutalidad con la que peleó, y cómo fue capaz de matar a nuestros compañeros gracias a eso. Me da escalofríos pensar en eso. Y ciertamente, prefiero dejar vivo a quién representa menos peligro, a pesar de que sea un traidor.

    — La votación está pareja, y son tres votos para Michael y tres para Ace — Xander cambió la vista hacia Isac — Es tu turno de hablar.

    — Si les soy sincero, todo este asunto, en profundidad, me parece una estupidez — Isac no tuvo miedo de dar su opinión — Me parece perfecto que matemos a alguien del Zenith, ya que no habrá oportunidad de volverlo a hacer en el futuro, pero esto de estar debatiendo y decidiendo a quién hay que matar es innecesario. Además, le está sumando a ellos más importancia de la que merecen. Cuando nos encontremos, deberíamos matar al primero que veamos, sea quien sea. Todo esto no lleva a ningún lado. ¿Me estás diciendo que, si tenemos la oportunidad de acabar con un soldado, hay que dejarlo pasar para ir a buscar a Ace o a ese Michael? No merece la pena el esfuerzo. No voto por nadie en particular, voto por matar al primero que se nos cruce. Y si esto llega a depender de mí, pueden apostar su vida a qué lo haré.

    Las cosas que Isac dijo dejaron asombrados a todos los presentes. Nadie esperaba que él pudiera tener una opinión contraria al subcomandante, incluso aunque compartía el deseo de eliminar a uno de los soldados del Zenith. Lo que él había dicho dejó pensando seriamente a varios de ellos, ya que él mismo admitió que mataría al primero que fuera a ver. Si esa persona no era ni Ace ni Michael, ellos seguirían con vida, cosa que no agradaba mucho a todos los presentes. Paul era el más asombrado de todos ellos. A pesar de que Isac despertó de una siesta bastante larga, no tuvo dudas en decir sus pensamientos frente al subcomandante. Eso lo hizo sentir como alguien patético que permitía que las dudas lo superaran, cosa que no quería aceptar. Sabiendo que era su turno de hablar, aprovecharía para hablar con la verdad.

    — Paul, eres el último — le dijo Xander, sin contarse a él mismo.

    — Yo quisiera decir algo diferente, también — comentó el soldado, sorprendiendo a todos los demás — Opino, al igual que usted, subcomandante, que alguien tiene que morir y pagar por la muerte de Frans… Pero quisiera que no fuera ninguno de los soldados que van en esa nave.

    — ¿Y eso por qué? — la respuesta de Paul tomó por sorpresa a Claire — ¿Acaso hay alguna historia entre tú y ellos que no nos hayas contado?

    — No, no es eso — Paul se defendía — El asesino del comandante Frans no va a bordo de esa nave. Matar a alguien de ahí no nos beneficiará en nada, y solo hará que nos ganemos el odio del Zenith, como si ya no lo tuviéramos. Propongo no matar a nadie del equipo al que estamos persiguiendo, y pedirle a Lathan que nos diga quién fue el asesino de nuestro comandante. Confío en que él puede hacer algo como eso, y una vez que lo haga, ese debería ser nuestro objetivo. No lo estarán esperando, puesto a que ya estaremos unidos cuando el momento llegue. Solo debemos cuidar de que parezca un accidente genuino, y así podremos vengarnos del verdadero asesino sin tener que ganarnos un resentimiento mucho mayor que el que ya existe. No me opondré a matar a uno de sus soldados si es que eso fuera a ser necesario, pero si se puede evitar, yo preferiría que lo hiciéramos. Quiero venganza tanto como tú, Xander, pero me quiero vengar de la persona correcta.

    Natasha y Casey estaban muy asombradas por la forma en que Paul se plantó ante Xander para dar su opinión. E incluso, él mencionó un nuevo asunto que no era considerado por ninguna de ellas. Noak, Gina y Zaid no estaban de acuerdo del todo con el soldado, pero admiraban su forma de pensar en las consecuencias que traería el ocasionar la muerte de un soldado del Zenith que no estuviera involucrado en la muerte de su comandante. Isac no se impresionó, e incluso llegó a pensar que se trataba de Paul mostrando debilidad ante el tener que matar a uno de los miembros del Zenith. El soldado creía que él solamente estaba intentando hacer tiempo hasta que la muerte del comandante Frans quedara en el olvido, al menos lo suficiente como para no buscar venganza.

    Claire estaba en parte de acuerdo con las cosas que Paul llevó al debate, incluso, al pensarlo mejor, preferiría que la persona que estuviera detrás de la muerte del comandante Frans pagara por su crimen. Aunque eso no quitaba el hecho de que Michael era un peligro constante para ellos, y que ella mantuviera sus deseos de verlo muerto.

    Quien más se vio afectado por las palabras de Paul fue el mismísimo Xander. Luego de lo que Paul dijo, preferiría matar al verdadero asesino de Frans. Aunque si había algo que preferiría más, sería poder asesinar tanto a un soldado del Zenith como al verdadero responsable del dolor que atravesaban. Pero cierto era que, si mataban a uno de los soldados del equipo, Zenith estaría en alerta máxima.

    — Me has dejado bastante pensativo, Paul — Xander tenía problemas para pensar en la mejor opción — Todos en realidad, pero tú has sido el que ha presentado el argumento más interesante.

    — De todas formas, hay un empate a tres votos entre Ace y Michael — Noak quiso conocer la opinión de su líder — Isac votó por el primero que se cruce en nuestro camino, lo que sería el equivalente a una novena de punto para cada soldado. Y Paul ha decidido que lo más sensato es no matar a uno de ellos. Su voto romperá el empate, subcomandante Xander.

    — ¿Qué es lo que tienes en mente? — Claire quería conocer el resultado del debate — La palabra final es tuya.

    — Ahora mismo, tengo muchas cosas en mente — Xander no dio una respuesta clara — Y creo que lo mejor será posponer esto por un tiempo más.

    — ¿Qué? — Noak se asombró de tal respuesta por parte de Xander — ¡Pero si fuiste tú quien sugirió esta votación! — dejó de referirse a él como usted para comenzar a tutearlo — ¡¿Vas a dar marcha atrás?!

    — No, no daré marcha atrás con esto — a Xander no le gustaba que Noak empezara a levantarle la voz, pero no podía enojarse con él — Tengo que reflexionar sobre un par de cosas antes de tomar mi decisión final.

    — Hay un empate a tres votos sólidos entre dos soldados — Noak parecía presionar a Xander para que tome su decisión — La respuesta tiene que salir de uno de los dos, Michael o Ace.

    — En realidad, preferiría que todos nos tomáramos un tiempo para reflexionar más sobre lo dicho por Isac y por Paul — las palabras de Xander no dejaban contento a Noak — Es posible que alguien desee cambiar su opinión al respecto con lo dicho por ellos. Yo, para ser sincero, estoy bastante indeciso. Así que extenderé el plazo para votar por un tiempo más. Todos tendrán la oportunidad de pensar si quieren cambiar su voto o no.

    — ¿Por cuánto tiempo? — Natasha quería saber exactamente de cuantos días estaban hablando — ¿Tienes algo en mente?

    — Tal y como dijo Paul, le confiaré a Lathan la misión de descubrir quién fue el asesino del comandante Frans — Xander no contestó la pregunta directamente — Él tendrá dos semanas a partir de este momento para averiguarlo. Una vez que hayan pasado dos semanas, todos nos reuniremos aquí para volver a debatir sobre esto. Incluso aunque él nos de la respuesta mañana mismo, las dos semanas serán el tiempo límite inamovible.

    Con eso dicho, el grupo supo que el asunto que tanta importancia parecía tener no se iba a resolver en el mismo día. Gracias a las sugerencias de Paul y a las palabras de Isac, Xander había puesto en duda la decisión que él había tomado. Sin embargo, eso no significaría el final. A partir de ahí, todos los miembros del equipo tendrían dos semanas para poder considerar todo lo dicho en la reunión, tomar una decisión final, e incluso intentar convencer a otros de que acepten su punto de vista.

    […]

    En la sala de entrenamiento de la nave del Zenith solamente se encontraban dos personas. Ace y Agustina mantenían una pelea cuerpo a cuerpo para entrenar. Sus otros compañeros no estaban presentes, por lo que tenían un espacio muy amplio para moverse y maniobrar en su entrenamiento. Un golpe de puño de Ace que se dirigía a su estómago fue bloqueado fácilmente por su novia. El soldado intentó atacar con una patada al costado, pero Agustina movió su brazo para bloquear el ataque de Ace con su codo, evitando así que ese golpe pudiera conectar.

    Finalizados esos dos movimientos, Ace hizo un gesto con la mano para que se detuvieran.

    — Increíble, cada vez me cuesta más conectar un golpe — Ace apreciaba la evolución que ella mostraba — Te estás haciendo cada vez más fuerte, Agustina. Me atrevería a decir que has superado a Thomas y que estás a la par con Michael — Ace tuvo en cuenta la clasificación puesta por el comandante hace tiempo.

    — Todo te lo debo a ti, Ace — Agustina le dio un beso en la mejilla a su novio — Has estado mucho tiempo entrenándome. Siempre me sentía mal de no poder alcanzarte, pero ahora creo que ya lo estoy por conseguir.

    — A pesar de mi entrenamiento, si tú no pusieras voluntad y empeño, no llegarías a ningún lado — comentó el comandante provisional del Zenith — Has aprovechado esta oportunidad para crecer como soldado, y lo has hecho de forma excepcional. El mismo entrenamiento aplicado en otro soldado podría no haber resultado igual. Y eso es algo por lo que te mereces una felicitación de mi parte — tras decir esas palabras, Ace se acercó a ella para abrazarla — Felicidades, Agustina. Tu desempeño es increíble, y nadie puede cuestionarte nada. Eres una chica fuerte, la más fuerte de este equipo, y no tengo dudas de que tú serás una comandante algún día.

    — Gracias, Ace — Agustina también abrazó a su novio — Me alegra tenerte conmigo. Eres la mejor persona que yo pude haber conocido. Estoy muy feliz por habernos conocido. Las cosas no serían iguales sin ti.

    Las palabras de la chica hicieron que Ace se sonrojara, además de hacerlo sentir querido. Aunque él sabía que su novia le tenía mucho cariño, la reafirmación que Agustina le daba era algo que apreciaba bastante. El soldado, entonces, tuvo otra idea.

    — Te propongo algo — le dijo Ace a su novia — Hace varios meses que no entrenamos con energía. Teniendo en cuenta que tenemos que comer y descansar para reponerla, no es un entrenamiento que nos podamos dar el lujo de tener siempre. Pero ahora, acabamos de empezar con esta parte de la misión, y hay suministros y tiempo de sobra. Quisiera que ambos entrenemos ese aspecto.

    — No somos los únicos que dejamos pasar ese aspecto del entrenamiento — le comentaba Agustina — Si aprovechamos este momento para entrenar, nos volveremos los mejores soldados en cuanto a lucha con energía se refiere.

    Ambos estaban de acuerdo, por lo cual decidieron que la pelea que llevarían a cabo sería liberando fragmentos de energía de su cuerpo. Ciertamente, no era un entrenamiento muy común, dado a que la energía no era muy sencilla de reponer, puesto a que necesitaba tanto de comida y de varias horas de sueño para poder recuperarse. En otro momento, cuando los recursos se fueran agotando, un entrenamiento como ese sería impensable, dado a que la energía que podían disparar desde sus manos deberían reservarla para casos de emergencia. Eso quería decir que, si había una ocasión ideal para entrenar de esa manera, debía ser en ese preciso instante.

    Ace y Agustina se pararon en direcciones opuestas de la sala de entrenamiento, preparados para iniciar una pelea. La idea que ambos tenían era disparar energía de lejos a objetivos que se movieran, para luego acercarse y tener una pelea más cercana.

    — No creo que tenga sentido un entrenamiento convencional — le decía Agustina — ¿Qué te parece si decidimos al ganador teniendo en cuenta quién tarda más en quedarse sin energía?

    — Me gusta esa idea, el primero que ya no pueda disparar pierde la pelea — Ace estaba de acuerdo — Eso quiere decir que, si alguien cae al suelo, deberá luchar para poder levantarse.

    Fue así como la pareja de soldados comenzó con el entrenamiento, decididos a seguir esas reglas para una pelea usando energía. Ace y Agustina acumulaban una cantidad moderada de energía en sus manos para luego dispararla el uno contra el otro, a medida que se iban acercando cada vez más. Cuando ambos terminaron bastante cerca el uno del otro, los fragmentos de energía se hicieron cada vez más pequeños, para así poder responder con más rapidez ante los movimientos del enemigo.

    Ace cargó un fragmento mediano en su mano, y luego disparó dicho fragmento hacia Agustina, quien se agachó con gran rapidez para evitar ser golpeada por el ataque. Acto seguido, la chica extendió ambos brazos apuntándole al cuerpo a Ace, para luego comenzar a disparar pequeñas ráfagas de energía desde sus manos. Ace, al ver esto, supo que no lo podría esquivar, por lo que se limitó a bloquear los ataques. Con ambos brazos levantados, los ataques de Agustina impactaron en ellos. A pesar de que ninguno de sus ataques impactaría en su cuerpo, la chica, sabiendo que tendría a Ace inmóvil por un tiempo, decidió seguir disparándole energía.

    Cuando Ace notó su plan, decidió avanzar mientras sus brazos ejercían la función de un escudo, bloqueando los ataques que Agustina le lanzaba. La chica no iba a desistir, por lo que se encargó de cargar más energía en sus manos para luego liberarla en dirección a Ace, que seguía acercándose. Luego de varios disparos consecutivos y de ver cómo Ace se le acercó bastante, Agustina decidió probar una nueva estrategia. La chica acumuló energía en sus manos sin soltarla, generando un mini escudo en sus manos que también serviría para aumentar la fuerza de sus golpes. Ella lanzó un golpe de puño hacia Ace, quien lo esquivó ágilmente retrocediendo un paso hacia atrás. Acto seguido, el soldado logró conectar un golpe al darle un rodillazo en el estómago a Agustina, quien emitió un leve quejido de dolor.

    Agustina reaccionó intentando disparar la energía acumulada al cuerpo de Ace. Sin embargo, el chico logró anteponer su ataque usando sus brazos como un escudo bloqueador, para luego, con un golpe usando su codo, derribar a Agustina al suelo. La chica cayó de espaldas, y tenía a Ace bastante cerca y pronto lo tendría sobre ella. Fue por eso por lo que ella, estando en el suelo, levantó los brazos y se dispuso a acumular energía para liberarla de forma brusca sobre Ace, para así ganar unos segundos para disparar. Sin embargo, eso no resultó como esperaba.

    Agustina extendió los brazos apuntando a Ace, pero al momento de intentar acumular energía, sintió un dolor bastante intenso en sus brazos, lo que la llevaron a dar un grito fuerte de dolor. Ace, desde una distancia prudente, vio eso y pensó que algo le había pasado. Agustina, quien quería seguir con el combate, volvió a extender los brazos y comenzó a acumular energía en sus manos, pero el dolor se hizo presente otra vez. Sus brazos, sus manos y su pecho empezaban a dolerle, por lo que ella lanzó un grito de dolor mucho más fuerte que el anterior al tiempo que la energía que acumuló se disparaba en varios fragmentos pequeños que salían disparados en todas las direcciones. Después de que eso ocurriera, ambos brazos de la chica cayeron al suelo, golpeándose fuerte con la superficie de este. Acto seguido, el dolor que estaba sintiendo en su cuerpo se empezó a intensificar, lo que llevó a que ella comenzara a gritar mucho más que antes, mientras que algunas lágrimas de dolor empezaban a caer de sus ojos.

    Ace miró esa escena con horror y decidió acercarse a ella para verificar que estuviera bien.

    — ¡Agustina, ¿qué pasa?! ¡¿Qué es lo que te está doliendo?! — gritó Ace bastante aterrado mientras levantaba a la chica con sus brazos.

    — ¡Ace… me duele la parte superior de mi cuerpo! — comentó la chica sufriendo un gran dolor.

    Agustina quiso cerrar los puños, pero el solo hecho de mover los dedos incrementó mucho más el dolor que estaba sintiendo. En el momento que intentó hacerlo, un pinchazo empezó a sentirse en sus manos. Todo esto no le gustaba nada a Ace, que creía que ella podría estar en peligro.

    — ¡Ven conmigo, te llevaré a la enfermería! — Ace tomó los brazos de la chica para ayudarla a levantarse.

    Sin embargo, en el momento en el que las manos de Ace envolvieron los brazos de Agustina, ella lanzó un grito de dolor mucho más fuerte, como si le estuvieran intentando destrozar los brazos. Todo este asunto dejó bastante aterrado a Ace.

    — ¡Lo siento, lo siento! — Ace se asustó bastante al ver eso — ¡Dios, ¿qué demonios está pasando?!

    El dolor de Agustina no se calmaba, y como era de esperarse, sus gritos tampoco. Ace intentaba poder levantarla para llevarla a la enfermería y recostarla en una cama, pero cada vez que tocaba una parte del cuerpo de Agustina, ella gritaba mucho más fuerte. Toda esa situación ocasionó que la chica rompiera en llanto, al no saber qué era lo que tenía exactamente, y, sobre todo, al ver que Ace la lastimaba sin intención al intentar ayudarla.

    — Agustina, ¿qué está pasando? — Ace no podía evitar dejar caer unas lágrimas al ver que solo estaba lastimándola.

    — No lo sé, Ace… no lo sé — la chica no podía dejar de llorar, a medida que el dolor se intensificaba — Ahora… me está doliendo todo el cuerpo.

    Ace ya no tenía idea de qué podía estar pasando, y tampoco sabía cómo podía ayudarla. Quería ir a pedir ayuda, pero no podía dejarla sola, y mucho menos podía cargarla con él. Fue en ese momento que, atraídos por el ruido, Alicia, Michael, Aurio y Wida entraron a la sala. Al ver a Agustina recostada en el suelo llorando y a Ace cerca de ella con una expresión de miedo, no pudieron evitar preocuparse.

    — ¡Ace, ¿qué ocurre?! — preguntó Alicia, sintiendo miedo al ver a su amiga así.

    — ¡No lo sé, estábamos entrenando y su cuerpo comenzó a dolerle de repente! — Ace intentaba explicar lo ocurrido — ¡Quiero llevarla a la enfermería, pero cuando la toco, el dolor se intensifica!

    — ¡¿En qué momento comenzó?! — Wida sentía algo de miedo en lo que estaba viendo, y sentía la necesidad de ayudar.

    — ¡Hace poco! ¡Pasó de repente! ¡Un segundo estábamos entrenando, y al otro, ella comenzó a gritar de dolor! — Ace no podía explicar lo que había pasado — ¡Necesito que me ayuden, por favor!

    — ¡Alicia, quédate con ellos! — ordenó Michael mirando a su novia — ¡Aurio, Wida y yo iremos a la enfermería! ¡Traeré una camilla para ella y ellos se quedarán a preparar la sala! ¡Hay que darle unos calmantes!

    — ¡Entendido! — Alicia decidió acceder al plan de Michael.

    — ¡Sé dónde están las cosas que necesitamos! — decía Aurio mientras se retiraba del lugar junto a Wida y Michael — ¡Prepararé todo con ayuda de Wida! ¡Entra tú primero a la enfermería y saca una camilla para poder levantarla!

    Una vez ellos tres se fueron, Alicia se acercó a la pareja de soldados para mirar a su compañera. Esta continuaba gritando de dolor en el suelo mientras las lágrimas seguían cayendo de su rostro, cubriéndolo casi por completo.

    — ¡No me deja de doler! — Agustina juntó ambos brazos a su cuerpo en un intento de confortar el dolor que sentía, cosa que no sirvió de nada — ¡¿Qué es lo que está ocurriéndome?!

    — ¡No lo sé, Agustina! ¡Pero te prometo que pronto lo vamos a descubrir! — Alicia tomó la mano de su compañera, pero luego de que ella gritara mucho más fuerte, decidió soltarla. Eso hizo que viera que el dolor que estaba sufriendo era cosa seria.

    — Y te prometo que una vez que sepamos qué es lo que tienes, haremos lo posible para que el dolor se vaya — Ace había comenzado a romper en llanto al ver a su novia en un estado tan delicado sin poder hacer nada para ayudarla — Te juro que esto no volverá a pasar, y que solucionaremos el problema para siempre. Quédate tranquila, nosotros haremos que te mejores.
     
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    Manuvalk

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    Saludos amigo. Ha sido un buen capítulo, no mejor que el segundo pero en absoluto malo. La parte V ha comenzado tranquila relativamente, pero tiene ya varios momentos de tensión que parecen estar sembrando lo que está por venir. Pasaré a comentar lo más destacado.

    El capítulo inicia con Black Meteor, quiénes ya han salido de Fientlig para que Noak, Isac, Gina y Zaik obtuvieran la segunda evolución provista por la radiación en la famosa cueva. He de decir que en este caso, has hecho bien en saltarte esta parte. Me refiero a que volver a ver un evento que ya hemos visto con Zenith y con los primeros de BM sería bastante repetitivo y se sentiría como relleno. Tras esta revelación, hay una conversación entre Paul, Casey y Natasha respecto a quiénes votarán del Zenith para que sean asesinados. No rescato nada relevante de aquí, más allá de que Natasha sigue deseando que no elijan a Ace y la pareja restante parece tener opiniones dispares. Mención especial a Paul, el cuál su argumento me gustó y le vi lógica. Espero que siga así, con personalidad.

    Después pasamos al Zenith, donde el conflicto de Kila y Michael se mantiene. Mientras estos conversan en una sala con los dos comandantes provisiones y con Lankir (se está haciendo un verdadero confidente y apoyo de Wagner, algo interesante) el resto espera fuera. Entre los demás todo son reproches, así que no entraré en ello para no repetir lo mismo que ya se ha visto en el capítulo. Parece que Kila ha sido convencida por Plamo y el resto para que cese en su hostilidad hacia Michael, aunque sinceramente, dudo que haya cambiando de parecer drásticamente.

    Volviendo a BM, retomamos una vez más la primera charla que tuvieron respecto a quién asesinar del Zenith. Me ha sorprendido que los hermanos escogieran a Ace, pero han puesto más interesante la votación con tres votos para éste y otros tres para Michael. Dos de mis favoritos :( pero bueno, entre la abstención (por así decirlo) de uno de ellos y el argumento sensacional de Paul, parece que este tema va para largo. Sinceramente, alargarlo mucho más me parece innecesario por parte de Xander, el cuál me estaba agradando como líder hasta este punto. No digo que ya no me guste, pero la decisión que ha tomado respecto a dar dos semanas más me parece algo exagerada.

    Finalmente, volvemos con el Zenith, concretamente con una buena escena entre Agustina y Ace, quiénes tienen un combate muy bueno de entrenamiento. Parece que la chica se está volviendo más fuerte, algo positivo para ella y el resto. Luego deciden enfrentarse usando la energía, algo que también les vendrá bien. Sin embargo, repentinamente le sucede algo a Agustina que siente dolor en todo el cuerpo. Cuando vi eso, supuse inmediatamente que se trataba de lo sucedido con el arma de Tzorkun, cuando ella la tomó y le dio una descarga. Ciertamente, de ser así, sería correlacionar un suceso de la parte IV con la parte V, lo cuál me entusiasma. No quiero que le pase nada a Agustina, pero tengo la sensación de que esto le va a provocar graves problemas a largo plazo.

    Sin más que decir, esperaré el próximo capítulo con las mismas ganas de siempre. Un abrazo :)
     
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    La Gran Catástrofe V Dominio Aislado
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    Ciencia Ficción
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    Saludos a todos los lectores que han estado leyendo la historia, con un saludo especial a Resistance que lo lleva haciendo desde sus inicios. Ya es sábado, así que es la hora de publicar el capítulo 4 de esta quinta parte. La semana que viene, más concretamente el sábado, no publicaré el capítulo 5. Durante la Semana Santa no estaré en casa. Dado a que no me pude ir de vacaciones por ciertos inconvenientes, y viendo que todo el asunto de la pandemia está empeorando, quiero aprovechar y marcharme ahora que tengo la oportunidad de salir y así desestresarme después de un año entero de estudio y 6 meses de trabajo.

    El quinto capítulo de la historia sería publicado entonces el día 10 de abril. Quiero aprovechar para decir que, en este y en el siguiente, las cosas se van a poner un poco más picantes al respecto. Pero eso no lo puedo juzgar yo.

    Sin más que decir, los dejo con la lectura.





    Búsqueda personal:

    Todos los tripulantes de la nave del Zenith se encontraban en la sala médica. Una vez que se dio a conocer lo ocurrido con Agustina, no hubo nadie que no quisiera estar allí para ver lo que pasaba. Ella había sido sedada para poder tranquilizar su dolor, el cual era insoportable por sus gritos. Mientras ella dormía, una máquina se encargaba de realizar su diagnóstico.

    — No lo entiendo — decía Lankir, observando atentamente la máquina que se encargaba de controlar su estado — No estoy obteniendo ningún resultado. El diagnóstico solo muestra una inflamación en todo el cuerpo, con mayor intensidad en el torso y en los brazos, pero no arroja ningún padecimiento ni enfermedad posible.

    — ¿Quiere decir que esto es algo totalmente nuevo? — preguntaba Ace, con una gran preocupación por el estado de su novia — ¿No hay registros de algo así?

    — Lamento tener que decirte que no — Lankir contestó con poco entusiasmo — Sin embargo, sus órganos se encuentran funcionando con normalidad, y no se ha detectado ninguna anomalía en la sangre. Diría que, una vez que este dolor se pase, todo debería estar solucionado.

    — Pero ¿le volverá a pasar? — Alicia también estaba preocupada por su amiga — Ace dijo que eso pasó en el entrenamiento después de lanzar energía por mucho tiempo. ¿Crees que se pueda repetir, o que fue una ocasión única?

    — No lo sé, no hay forma de asegurarse — Lankir también se estaba empezando a preocupar — Y tampoco sé si quiero someterla a la misma situación para verificarlo. No se ha detectado ningún malfuncionamiento en su cuerpo, pero tampoco tenemos información. Si volvemos a forzarla a que dispare energía, esto podría volver a pasar y podría tener consecuencias la próxima vez.

    — Deberíamos regresar a la Tierra — propuso Michael, ganándose la atención de todos — Ella no puede quedarse así. Le pasó algo grave, y necesita estudios. Mucho más si se trata de un padecimiento desconocido.

    — No digo que no esté de acuerdo, pero necesitamos esperar a que despierte — contestó Wagner, que no se mostraba muy entusiasmado con la idea — Y una vez que esté despierta, tomar esa decisión.

    — No me parece lo indicado — contestó Thomas — Cuando a nosotros nos afectó la radiación, volvimos para hacernos estudios.

    — La diferencia es que la radiación los afectó a todos ustedes, ahora se trata de una persona sola — Wagner entendía el punto de Thomas, pero no lo compartía.

    — Pero no podemos tenerla con nosotros si se encuentra en estado grave — Gwyn quería que regresaran a la Tierra para poder tratarla.

    — El asunto es que no sabemos si es algo grave, y por eso quiero esperar a qué despierte — Wagner respondió algo molesto — El diagnóstico no arroja ninguna enfermedad ni nada grave, por lo que, esto podría tratarse de una simple dolencia y nada más. Créeme, si ella estuviera enferma, yo mismo habría ido de inmediato a la sala de comandos para cambiar el curso de la nave, pero no es necesario apresurarse.

    — Si me preguntan, yo opino lo mismo que Wagner — Kila, que se había mantenido callada, sorprendió a todos con sus palabras — Se trata de algo importante, pero tomar una decisión apresurada sin esperar a que despierte no sirve de nada.

    — Bueno, no recuerdo que nadie te haya preguntado — Wida no estaba contenta con esa opinión de Kila.

    — Tampoco recuerdo que fuera necesario pedir permiso para hablar — Kila contestó algo molesta — Pensé que estábamos en un equipo.

    — Suficiente — Ace se puso de pie para detener la discusión — Ella necesita descansar, y yo mismo necesito tranquilizarme para poder cuidar de ella. Esta discusión no aclarará las cosas, y si no va a ayudar a Agustina, entonces no dejaré que empeore. Si quieren discutir, salgan de la sala médica.

    — Yo me quedaré para ayudarte, Ace — Gwyn estaba muy preocupada por ella.

    — Yo igual — Thomas apoyaba a su novia.

    — Alicia y yo también nos quedamos — Michael supuso que sería lo mejor — El resto puede irse a descansar si lo desean.

    — Iremos cambiando de turnos para cuidarla — ordenaba Wagner a todos los demás — Si no es molestia, yo seré el siguiente en venir. Sharyn, Plamo y Wida me harán compañía cuando llegue el momento.

    Dada la orden, la mayoría de los miembros del equipo se fueron de la sala médica, dejando solos a Michael, Alicia, Thomas y Gwyn para hacerle compañía a Ace en el cuidado de Agustina. Tras salir, Plamo creyó que lo mejor sería llevarse a Kila para que no pudiera meterse en algún conflicto con Wida. La pareja de xaromitantes también hizo lo mismo, dado a que no sentían deseos de discutir. Wagner respiró aliviado cuando vio eso, ya que se había salvado de tener que mediar algún otro conflicto. Dustin y Sharyn se quedaron junto a él en compañía de Lankir, para luego dirigirse a la sala de comandos a seguir hablando sobre esta situación.

    En el interior de la sala médica, los cinco soldados que quedaron, quienes eran los más cercanos a Agustina, no podían dejar de verla con una expresión de preocupación en su rostro. En un entrenamiento, y de forma bastante repentina, una de sus compañeras se descompuso de repente, y no había forma de asegurarse si lo que tenía era algo grave o simplemente un dolor pasajero. El más afectado por todo esto era Ace. El comandante provisional del Zenith se sentía bastante confundido. Él y Agustina estuvieron entrenando por varios meses y no había pasado nada como eso hasta que no se dispusieron a entrenar disparando energía. Esto provocó que el soldado hiciera una retrospectiva para intentar suponer qué fue lo que podría haberle pasado, y entonces, un momento puntual llegó a su mente.

    — Creo que ya sé que pudo haber ocurrido — Ace se ganó las miradas de todos — Michael, Alicia, ustedes estuvieron con ella en el momento en el que sufrió una descarga en el planeta Emiv. ¿Recuerdan todo lo que ocurrió en ese momento?

    — Es algo difícil recordarlo todo, dado a que pasó hace semanas y estábamos concentrados en Tzorkun más que en otra cosa — Michael intentaba hacer memoria — Pero recuerdo que ella quiso tomar su arma para matarlo, y que, unos segundos después, sufrió una descarga eléctrica que provino de su misma arma. Era bastante potente, y tiene sentido que Tzorkun le pusiera un mecanismo de defensa así si quería evitar que se usara en su contra.

    — Alicia, tú fuiste la que cuidó a Agustina hasta que la cápsula llegó hacia su posición — Gwyn recordó ese día — ¿Notaste algo raro en ella o en sus signos vitales mientras la cuidabas?

    — Sí, la estaba controlando a cada momento — Alicia respondió recordando aquel momento — Sus signos vitales bajaban, y no fue hasta que la llevamos a la sala médica que se estabilizó. Pero no recuerdo que hubiera pasado nada más.

    — Yo recuerdo que hicimos que ella disparara un poco de energía una vez que despertó — Thomas se acordó de ese detalle — Era para ver si podía hacerlo sin problemas, y así fue. Ella disparó un pequeño fragmento sin que hubiera ningún problema. Y eso fue después de despertar.

    — Estoy seguro de que a ella le pasó esto a causa de la descarga eléctrica que sufrió ese día — Ace no se mostró dubitativo al respecto — Hemos entrenado así antes, y no ocurrió jamás algo parecido. Como la energía se repone con comida y descansos, los entrenamientos con energía no son tan frecuentes, y el anterior al del día de hoy fue hecho antes de la misión a Emiv. Son evidencia suficiente para lo que está ocurriendo. Todo esto es culpa del desgraciado de Tzorkun.

    — Lo que no entiendo es por qué le ocurrió esto — Gwyn tenía sus dudas al respecto — Y me refiero a cómo se supone que es posible. Nuestros cuerpos mutaron y se volvieron más fuertes debido a la radiación. Desde la Gran Catástrofe, muchas enfermedades mortales ya no aparecieron más. Me cuesta trabajo pensar que esto pudiera haber pasado con las mejoras que hemos adquirido. Además, incluso aunque pudiera pasar, ya pasó mucho tiempo desde eso. Su cuerpo debería estar recuperado, con más razón si se supone que hoy fue la primera vez en mucho tiempo que decidieron entrenar.

    — Recuerdo que cuando pasó, le pregunté a Tzorkun cuanto tiempo teníamos para salvarla — a Michael se le venía a la mente dicho recuerdo — Él dijo que Agustina debió morir con la descarga eléctrica que sufrió. Creí que exageraba, pero si Alicia dijo que sus signos vitales bajaban cada vez más, imagino que estaba en lo correcto. Si no hubiera sido por la mutación, Agustina habría muerto al instante. De hecho, si no la hubieran podido llevar a la sala médica en ese momento, es posible que hubiera muerto. Creo que la descarga eléctrica de su arma fue bastante fuerte como para poder destruir la evolución.

    — ¿A qué te refieres con “destruir la evolución”? — Thomas no entendía ese término, y lo asustaba un poco.

    — Primero evolucionamos adquiriendo un cuerpo más resistente en todos los sentidos — explicó Michael — Luego evolucionamos por segunda vez adquiriendo la habilidad de disparar energía. Nadie en la Tierra puede disparar energía, a parte de nosotros y otros soldados más. Eso quiere decir que la segunda evolución no se puede saltear la primera, y la necesita. En resumidas cuentas, nuestros cuerpos no pueden disparar energía si no cuentan con las mejoras que vienen antes. La descarga eléctrica que Agustina sufrió fue muy fuerte, y considero que fue capaz de eliminar todo rastro de la primera evolución del cuerpo de Agustina, devolviendo su cuerpo a un estado anterior. Eso quiere decir que su cuerpo ya no cuenta con las mejoras de la primera evolución, por lo que ya no puede resistir disparos de energía frecuentes.

    — Eso suena bastante aterrador — Alicia no quería imaginarse más algo así — Pero… tiene bastante sentido.

    — ¿Quiere decir que ella ya no podrá volver a lanzar energía sin sufrir algo como esto otra vez? — Ace comenzaba a perder las esperanzas con las cosas que Michael le estaba diciendo.

    — No soy un médico o científico, ni siquiera conozco mucho sobre todo este asunto de la energía — Michael quería estar equivocado, pero no tenía ese presentimiento — Pero es bastante probable que esto que está sufriendo sea por esto que acabo de decir.

    Cuando se pensaba con atención, las palabras que Michael decía tenían bastante sentido. Si bien, ninguno de ellos llegó a imaginar la posibilidad de que las mejoras que obtuviera la radiación pudieran eliminarse o revertirse, la teoría que Michael proponía era muy probable. Pero más que eso, era aterradora y desconcertante. Luego de haber sufrido una evolución como consecuencia de la Gran Catástrofe, nadie pensó que esas mejoras podrían desvanecerse. Sin embargo, lo que estaban observando, si bien no era una certeza y no estaba confirmado, estaba hablando por sí mismo. Una cosa que podía tranquilizarlos dentro de todo era que las mejoras no eran tan fáciles de romper, pero la mera posibilidad de que algo así pudiera pasar era algo de lo que deberían cuidarse en un futuro.

    […]

    Los soldados que viajaban en la nave de Black Meteor, por su parte, se mantenían entrenando constantemente. Todos ellos estaban en la sala destinada a dicho fin. Xander y Claire entrenaban sus técnicas de combate, mientras los otros soldados, algunos en grupo y otros por su propia cuenta, se encontraban levantando pesas o realizando ejercicios para aumentar su resistencia.

    El silencio reinaba entre ellos, ya que, luego de las cosas que Paul había expuesto durante la discusión para elegir una víctima entre los soldados del Zenith a los que estaban persiguiendo, todos ellos no dejaban de pensar en dicha situación, y de lo que ocurriría en el momento en el que estuvieran cara a cara con sus enemigos. De acuerdo con su radar, la nave del Zenith les sacaba poca ventaja, pero esta era suficiente como para evitar que pudieran alcanzarlos si la nave del Zenith no se detenía. Por lo tanto, la única forma en que podrían alcanzarlos sería cuando sus enemigos realizaran una parada en algún planeta.

    Una vez el entrenamiento finalizó, todos ellos se reunieron en el centro de la sala por pedido de Xander. El subcomandante tenía ganas de comunicarles algo.

    — Le he pedido a Abel para que hable con Lathan sobre lo que discutimos — informaba Xander a los soldados — Si Abel ha considerado mi propuesta, Lathan debería estar buscando descubrir la identidad del asesino de Frans. Tiene dos semanas para encontrarla y comunicarla con nosotros, y, por lo tanto, todos ustedes tienen dos semanas para considerar su opinión. No importa si Lathan me trae la respuesta en seguida o justo en la fecha límite, el plazo de dos semanas es el máximo. Así que, no tendremos una reunión formal sobre esto hasta ese día — tras decir esas palabras, miró a todos sus soldados y podía notar el cansancio en sus rostros — Veo que todos estamos igual de cansados, así que, tienen el resto del día de hoy y todo el día de mañana para descansar.

    Una vez finalizado el anuncio, el subcomandante se retiró de la sala de entrenamiento junto a Claire. El resto del equipo permaneció en el lugar, pero ninguno de ellos exceptuando a Noak, tenía la intención de seguir entrenando.

    — Veo que tus palabras han influenciado demasiado — Casey miraba a Paul con una sonrisa — Luego de pensar por un momento, yo también creo que lo mejor sería asesinar al responsable de la muerte de Frans. No me agrada mucho la idea de dejar a Michael con vida, pero eso puede solucionarse hablando al respecto y pidiendo para que no lo pongan en nuestro mismo equipo.

    — No es por presumir, pero no puedo evitar sentir que tengo la razón — contestó Paul — No tengo interés en matar a algún soldado que no tuvo nada que ver con la muerte de Frans y dejar que su asesino siga libre. Mucho menos si esto justamente se trata de una venganza.

    — Si te soy sincero, a mí todo esto no me importa en lo más mínimo — Isac se acercó a Paul para hablarle sobre su afirmación — Si hay que matar a alguien, yo mataré a quien tenga a mi alcance en el momento. Sea quien sea. Todo este asunto del debate para elegir a una víctima se me hace una estupidez, y solamente le estamos agregando importancia a los soldados del Zenith. Entiendo que ellos no sospechan que los seguimos, pero apuesto a que ninguno de ellos debe pensar de nosotros de la misma forma en que lo estamos haciendo ahora. Los estamos sobrevalorando demasiado, y no me gusta hacer esa clase de cosas.

    — ¿Tu opinión no cambiará? — Natasha quería saber si tenía oportunidades de convencerlo de lo contrario.

    — Lo dudo muchísimo — Isac contestó de forma seca — Ahora, si me lo permiten, quisiera irme a duchar. Así podré irme a dormir y tendrán una preocupación menos cuando sea su turno de ir a las duchas.

    Al decir esas palabras, Isac miró a Gina y a Zaid. Todos los presentes en la sala no estaban contentos con ese comentario, sin embargo, se alegraban de que el soldado haya admitido la verdad y que decidiera dejar de intentar espiar a Gina mientras ella se encontraba en el baño. Aunque no parecía haberlo aceptado muy bien, y no hacía esfuerzos en demostrar lo contrario, era una preocupación menos tal y como él decía. Una vez Isac se marchó, Natasha dirigió su palabra a los hermanos.

    — ¿Qué hay de ustedes? — preguntó la chica — ¿Tienen decidido qué hacer?

    — Por mi parte, yo quiero esperar la respuesta de Lathan — contestó Zaid — Aunque duele su pérdida, no he conocido mucho tiempo al comandante Frans, pero estoy seguro de que ustedes sí. Y sé que todos preferirían ver muerto a su asesino antes que a un soldado del Zenith.

    — ¿Nadie se pone a considerar lo que ocurrirá en el caso de que sean varias personas y no solo una la que esté detrás de su muerte? — Gina mencionó algo que nadie había pensado.

    — Tienes razón, no tomé en cuenta esa posibilidad — Paul se dio cuenta que dejó pasar ese pequeño detalle.

    — Sería posible matar a una persona y hacerlo ver como un accidente, incluso podríamos provocar que “desapareciera” sin dejar rastro — explicaba la soldado — Pero si su muerte fue causada por más de una persona será un problema. En primer lugar, será difícil matar a tantas personas, y además de eso, será aún más difícil que nadie se dé cuenta de eso.

    — ¿Y si hacemos que Lathan siga investigando hasta que encuentre al culpable? — Zaid preguntó.

    — No me entendiste, no estoy diciendo que pueda haber varios sospechosos — le contestó Gina — Estoy diciendo que podrían ser varios los que asesinaron al comandante. Ya no podremos matar a una sola persona, si el asesino no es una sola persona.

    — Supongo que es verdad, pero eso no se sabrá hasta que Lathan nos lo diga — Casey quería saber lo que ella haría — ¿Qué elegirías en cada caso?

    — Si Lathan nos da el nombre de una persona sola, esa será mi decisión — contestó Gina — Si no nos da nada, o si se trata de muchas personas, mantendré mi voto en matar a Ace. Estoy de acuerdo en lo que Noak dijo al respecto.

    A Natasha no le agradaba demasiado escuchar eso, pero no podía hacer nada para convencer a Gina de lo contrario. Sin embargo, creía que tenía la oportunidad de hablar con Noak para que él cambiara su opinión. Consideró que, si podía hacer que él se retractara, Gina podría seguirlo. Lo que ella esperaba luego de varios meses y tras descubrir que Ace seguía vivo era reunirse con él. Incluso aunque fuera un traidor para ellos, ella se sentía en la necesidad de conocer dichos motivos.

    Pocos minutos después, Gina y Zaid se retiraron del lugar junto con Paul y Casey. Natasha aprovechó que estaba sola con Noak en la sala para poder hablar sobre su decisión. El soldado, como acostumbraba, se quedaba entrenando más tiempo del que era obligatorio, y Natasha no se sentía con ganas de interrumpirlo, pero prefería hacer eso a discutir sobre dicho tema en público, y no tenía idea de cuando se presentaría otra oportunidad.

    — Noak, ¿puedo hablar contigo un segundo? — le preguntó Natasha mientras el soldado realizaba levantamiento de pesas.

    — Solo déjame terminar una serie más y luego hablamos — le contestó Noak, en el medio del entrenamiento.

    El soldado continuó con su ejercitación, y Natasha no le quitaba la vista de encima. Noak realizaba el ejercicio con mucha paciencia, intentando que Natasha se cansara y se fuera, dado a que realmente no tenía deseos de cortar el entrenamiento, pero viendo que ella no parecía mostrar indicios de irse, el soldado supo que la mejor y más rápida forma para deshacerse de ella sería hablando de lo que quería.

    — Bueno, esto me servirá para descansar un poco los músculos — Noak se disponía a hablar con Natasha — ¿Qué era lo que me querías decir?

    — Es sobre la discusión sobre elegir a que soldado asesinar — Natasha no sabía por dónde empezar.

    — ¿Cuál es el problema respecto a eso? — Noak no entendía por qué ella quería hablar con él sobre ese asunto en ese momento — Conozco tus motivos y los de los demás para considerar a Michael como un peligro y el candidato perfecto a asesinar, pero yo no voy a cambiar mi opinión.

    — ¿Incluso aunque Lathan nos traiga al verdadero asesino de Frans? — Natasha pudo notar que le costaría trabajo convencer a Noak de cambiar de opinión.

    — Mira, el comandante Frans no estuvo con nosotros por mucho tiempo — Noak no tenía muchos deseos de hablar sobre eso — No hicimos ninguna misión junto a él, y a parte de una rutina de ejercicios que nos recomendó, no nos ha enseñado mucho. Yo sé que ustedes sí lo conocieron más tiempo e hicieron misiones junto a él. Pero yo no. Así que, el asunto de su muerte no me mantendrá en vela durante las noches. Y si hay que matar a uno de nuestros enemigos, prefiero que sea un traidor como lo es Ace.

    — ¿Así nada más? ¿Lo matarás apenas lo veas?

    — Sí, ¿por qué debería dejarlo vivo más tiempo? — Noak no entendía los motivos de Natasha para discutir con él — Él es un traidor, ha hecho que ustedes perdieran la misión, y gracias a eso, Zenith nos sacó mucha ventaja. Y aunque no lo pueda probar, debe haberle dado mucha de nuestra información a ellos. ¿Quieres que lo deje vivo después de eso?

    — Entiendo tus motivos, pero tú quieres matarlo a la primera de cambio — Natasha podía ver que las convicciones de Noak no serían fáciles de cambiar — Yo lo he conocido, y he vivido esa traición a primeras. Me gustaría saber sus motivos para haberlo hecho.

    — ¿Y qué importa el motivo? — Noak sentía que algo raro estaba ocurriendo — Él era un soldado de Black Meteor. Es más, el comandante Morris le dio un hogar cuando él perdió el suyo. En las escuelas nos enseñan desde el primer día que la lealtad al país es lo más importante, y alguien que tuvo una oportunidad de una vida mejor gracias a la generosidad que el país le brindó, debería haberlo entendido mejor que nadie. Aun así, él nos traicionó por el Zenith. Con todo lo que Morris, Abel y todo el país hizo por él, nos hizo de lado por nuestros peores enemigos. Gente que en el pasado se aprovechó de nuestra debilidad y nos robó varios recursos, y siempre que hubo negociaciones por la paz, nunca propuso que se devolvieran. Si tuviera que pensar en un motivo, diría que Ace nos traicionó porque creyó que Zenith contaba con más fuerza militar. Y eso, aunque sea un motivo válido, no es una justificación para abandonar al país que lo construyó. Así que, a mí me da igual su motivo. Y a ti también debería.

    — Puedo entender que a ti te de igual, de hecho, cuando se trata de una traición, a mí también me da igual — Natasha no sonó convencida de sus palabras al decir eso, y Noak se dio cuenta — Pero yo lo llegué a conocer. Y ya que tengo la oportunidad de verlo de nuevo, necesito saber por qué. Incluso aunque fuera un motivo estúpido, quiero saberlo. Ace fue una persona a la que yo llegué a querer mucho. Y no quiero que muera sin haberle dado un momento para explicarlo.

    — Eres increíble — Noak lo dijo de mala manera, cosa que no le gustó a Natasha — Ya sé qué es lo que pasa. A ti no te importan sus motivos ahora, y estoy seguro de que tampoco te importarán cuando él los revele. Tú simplemente quieres convencerme de no votar para matar a Ace porque quieres estar junto a él. Ahora que recuerdo, Casey y Paul me hablaron sobre esto. Yo no lo quería creer, porque no veía la posibilidad de que existiera alguien así, pero ahora lo estoy viendo con mis propios ojos. Te enamoraste de un traidor, y no solo no lo quieres muerto, sino que quieres que los demás nos olvidemos de él.

    — ¡Eso no es verdad! — Natasha gritó con furia al escuchar esas palabras de Noak.

    — Mírame a los ojos y dime que no lo es — Noak la desafió.

    Natasha ni siquiera intentó hacer lo que Noak le pidió. La chica sentía deseos de golpearlo, pero los reprimió porque sabía que, si lo hacía, solo le estaría dando la razón. Supo que sus intentos por convencerlo de que se olvidara de matar a Ace habían fracasado, por lo que quería evitar que eso la metieran en problemas. Al ver que ella no hizo lo que pidió, Noak supo que las cosas que él dicho eran ciertas.

    — Me das asco — Noak le habló con desprecio a Natasha — ¿Acaso no recibimos la misma educación y los mismos valores? ¿No te enseñaron que el país siempre es la primera prioridad? Honestamente, espero que no. No puedo creer que estés así… por un traidor como él. Pero supongo que cada uno tiene sus prioridades.

    — Te estás equivocando — Natasha hacía su máximo esfuerzo para no empezar una pelea con Noak — Me estás juzgando mal solo por una frase que dije.

    — Pero, aun así, no quieres que Ace muera — le contestó Noak — Dices que quieres conocer sus motivos, pero no has dicho nada de querer asesinarlo. ¿Qué harás luego de que lo encuentres y él te cuente la razón por la que nos traicionó? ¿Te vas a acostar con él?

    — ¿Por quién mierda me tomas? — Natasha se sintió bastante ofendida con ese comentario.

    — Por una soldado lamentable y decepcionante, por eso — Noak miró desafiante a su compañera.

    — No lo soy, y un deseo de no querer matar a un excompañero no debería ser la prueba de eso.

    — No te creo para nada — Noak ya no veía a Natasha de la misma forma — Pero esto tiene solución. Xander dijo que solamente mataríamos a uno de ellos. Así que, si quieres salvar a Ace, vas a tener que adelantarte a mí y asesinar a otro de los soldados del Zenith. De lo contrario, yo me encargaré de asesinar a Ace. Y no le daré tiempo a que explique sus motivos. Después de lo que me has dicho, creo que lo mejor será no hacerlo. Así que, preferiría que te marcharas, y en lo posible que no me hablaras más, al menos durante el día de hoy.

    Natasha estaba bastante molesta con las palabras de Noak, y bastante preocupada por el ultimátum que le había dado. Ella supo que, para poder salvar a Ace, debería matar a un soldado del Zenith antes que su compañero hiciera lo propio con él. Y dicha acción sería bastante difícil si no se presentaba la oportunidad. Se lamentaba bastante por el resultado de su conversación, dado a que no solo no logró hacerlo cambiar de opinión, sino que había motivado a Noak a buscar más motivos para asesinarlo. Lo peor de todo para ella eran las cosas que Gina habían dicho. Si tal y como ella mencionó, el asesinato del comandante Frans fue cometido por varias personas, Xander llegaría a su mismo razonamiento y al verse imposibilitado para matarlo, descargaría su furia sobre alguno de los soldados del Zenith.

    Ella no creía que los demás tuvieran motivos para dudar de ella por no querer matar a Ace, dado a que ella sabía que todos lo veían como un traidor, y que ninguno había tenido una relación cercana con él como ella. Pero era justamente por ese motivo que ella no quería que los demás lo mataran. Y mucho menos quería que sucediera sin permitirle la oportunidad de explicar los motivos de su traición. Natasha recordaba a Ace como un soldado bien disciplinado, y sabía que debía haber algún motivo pesado para que él traicionara así a su equipo.

    […]

    — Wagner, Agustina ya despertó — Thomas informaba sobre la situación a Wagner.

    Wagner, quien se encontraba en la sala de comandos junto a Lankir, se alegró de escuchar esa noticia, dado a que podrían discutir lo que deberían hacer.

    — Iré a la sala médica al instante — le contestó Wagner al soldado — Lankir, busca a los demás y diles que acudan de inmediato.

    — Enseguida voy — contestó el xaromitante.

    De esta manera, Wagner decidió acompañar a Thomas a la sala médica. El comandante provisional del Zenith rogaba porque Agustina presentara un buen estado de salud. No solo por ella, sino también por la misión. Tras caminar un momento, los dos llegaron y entraron a la sala. Al entrar, el hijo del comandante Stones vio a Agustina recostada sobre la cama, pero consciente, y aparentemente, en condiciones para poder hablar.

    — Agustina, ¿te encuentras bien? — Wagner sentía la obligación de preguntárselo.

    — No sé si estoy realmente bien, pero el cuerpo ya no me duele más — contestó la soldado.

    — ¿La máquina que realiza el diagnóstico ha mostrado algo más en este tiempo? — preguntó para saber si había más información al respecto.

    — Nada que no se haya mostrado antes — Michael sonó algo serio al decir esa frase — Es por eso que…

    Antes de que el soldado pudiera continuar, Kila y Plamo entraron en la sala médica. Los dos garak del equipo fueron los primeros en llegar al lugar.

    — Mejor esperemos a que estén todos aquí — Alicia tomó la mano de Michael.

    Michael aceptó lo dicho por Alicia, y todos ellos decidieron esperar a que el resto del equipo regresara. Agustina, que acababa de despertar, se sentía bastante desanimada. Sabía que, a causa de lo que le había pasado, todo el equipo debía preocuparse por ella, y llegó a creer que se podría generar una discusión sobre lo que se debería hacer alrededor suyo. Si bien, ella quería asegurarse de que su bienestar no se vería comprometido, tampoco quería que la misión sufriera algún tipo de retraso por su culpa.

    Una vez todos estuvieron en la sala, Wagner fue quien empezó a hablar.

    — Agustina, necesito que me cuentes todo — le pedía una de las figuras de autoridad del equipo — ¿Cómo te sientes ahora y cómo te sentiste en ese momento?

    — En ese momento, sentía un gran dolor en mi pecho y en mis brazos, que luego se extendió a todo mi cuerpo — comentó la chica ante la vista de todos, algo que la incomodaba bastante — Ahora que he despertado me siento bien. Siento que no me duele nada.

    — El diagnóstico estuvo un largo tiempo analizándola y no ha detectado ninguna enfermedad o padecimiento en tu cuerpo, sin embargo, tampoco tiene un nombre para lo que acabas de sufrir — Lankir se acercó para observar bien la máquina — Por lo tanto, existe la posibilidad de que lo que hayas sufrido sea una enfermedad o un padecimiento nuevo.

    — No puede ser una enfermedad si su dolor desaparece solo con un par de tranquilizantes y sedantes — contestó Plamo, sin estar de acuerdo con lo dicho por el xaromitante — Sin embargo, deberíamos esperar antes de afirmar o descartar nada.

    — ¿Por cuánto tiempo se puede esperar? — Ace no quería eso — Agustina sufrió algo que no es normal. Porque yo, y todos los que podemos lanzar energía nunca hemos sufrido algo así antes. Deberíamos regresar a la Tierra para que se le hagan estudios a Agustina, y que se intente descubrir que es lo que tiene.

    — Honestamente, Ace, te pido perdón, pero no estoy de acuerdo — fueron las palabras de Wagner — Agustina está bien ahora, y es algo que solo ha sufrido ella. No me gusta la idea de que regresemos a la Tierra por solo un miembro del equipo, cuando el diagnóstico mismo no muestra que su cuerpo se haya visto afectado.

    — Pero acaba de sufrir algo que no es normal, y si ella lo sufrió, lo podríamos sufrir todos — Michael no estaba de acuerdo con lo que Wagner había dicho.

    — Ese es el asunto, ella lo sufrió. Pero los demás no — respondió Wagner, en un tono serio — Somos un total de catorce tripulantes en esta nave. Finalmente tenemos una pista para poder hallar las respuestas que estamos buscando. No podemos retrasar la misión y regresa porque se sospecha que una sola persona de nuestro grupo puede tener problemas.

    — No estamos hablando de “puede tener problemas” — contestó Ace, algo molesto con lo que Wagner decía — Ella ya los tuvo, y si no se hace estudios, no sabremos por qué. Y los podría tener otra vez.

    — Al menos demos la vuelta hacia el planeta Garak y dejémosla allí — Alicia encontró una mejor solución — Una nave de los garak la podría llevar a la Tierra para que se haga estudios. El comandante Stones debe estar siguiendo el experimento con las bestias de Fientlig, ella podría reincorporarse más tarde estando en su equipo una vez los estudios terminen.

    — No perderíamos mucho tiempo en regresar a Garak — informaba Plamo tras la propuesta de Alicia — Aunque no sé si Asmir estará muy contento de enviar una nave a la Tierra solamente por ella.

    — Eso sería un gasto de recursos muy alto por una sola persona — Aurio, que no le gustaba mucho lo que había dicho, no pudo evitar hablar con la verdad — Lo podría entender si se tratase de varios de nosotros, pero es solo una.

    — ¡¿Y eso qué importa?! — Ace empezaba a molestarse por lo que decían — ¡Piensen en esto, si Agustina tiene algo que la condicione en las peleas, podría quedar en peligro al momento de pelear! ¡Si eso pasa, tendremos un soldado menos, y ella podría morir!

    — Ace tiene razón, Wagner — Wida comprendía los sentimientos del humano — Si esto que le pasó en un entrenamiento le hubiera pasado en una pelea, ella podría haber muerto y estaríamos hablando de una tragedia.

    — Yo entiendo lo que me están diciendo, en serio, lo entiendo — Wagner los quería convencer de que compartieran su punto de vista — Pero Agustina se encuentra bien según lo que dice el diagnóstico. Ninguno de sus órganos está en peligro, y todo su cuerpo opera con normalidad. Ella ha estado entrenando con Ace muchas veces, y esto nunca pasó. Que haya pasado una vez no es motivo de alarma, además, de que solamente pasó porque estaban gastando mucha energía.

    — ¿Qué quieres decir con eso? — Gwyn no entendía a donde quería llegar.

    — Por lo que me contaron, ocurrió en un entrenamiento donde Ace y Agustina usaban energía para pelear — Wagner veía que no podía explicar lo que pensaba — Y Agustina comenzó a sentirse mal luego de gastar mucha energía. Eso no quiere decir que no pueda usarla para pelear, solo quiere decir que tiene que limitar su uso a casos de emergencia.

    — ¿Y qué tal si no le dan la oportunidad de hacer eso en un combate, y necesita usar la energía para salvar su vida? — Gwyn contestó algo molesta por lo que decía Wagner.

    — Les informo a todos que la energía no es algo propio de nuestro cuerpo — Wagner se estaba empezando a molestar bastante — No nacimos con ella, y la obtuvimos de casualidad. Si no la hubiéramos obtenido, tendríamos que conformarnos con nuestras habilidades cuerpo a cuerpo y con las armas de fuego que trajimos. Y tal y como he dicho, la energía solamente es para casos de emergencia. Y les recuerdo que no es un arma totalmente infalible. No siempre que la usamos hemos salido victoriosos, lo que nos ayudó a ganar nuestros combates no fue contar con la energía, fueron nuestras habilidades en su uso. Si somos inteligentes, con un poco de energía basta para ganar; y si la pelea es imposible de ganar incluso con la energía, sin la energía será igual. No recuerdo un momento en que haya sido determinante.

    — Yo lo recuerdo perfectamente — Michael decidió encarar a Wagner — En nuestra primera misión en el planeta Fientlig, si no fuera por la energía, varios de nosotros habrían muerto. Tú dices esas cosas porque no estuviste ahí con nosotros. Pero la energía es determinante en las peleas.

    — ¿Y qué hubiera pasado si no hubieran obtenido la energía? — Kila podía entender a donde quería llegar Wagner.

    — Eso no importa, porque la obtuvimos — Michael creía que la garak solamente buscaba discutir con él — Y nos ha salvado la vida en más de una ocasión. Si Agustina no puede usarla, o si sufre al hacerlo, su vida está corriendo peligro de forma innecesaria.

    — Wagner, se acabó, yo creo que estoy entendiendo a dónde quieres llegar — contestó Ace, que veía que las cosas podrían pasar a mayores — Si no tuviéramos la energía, tendríamos que arreglárnoslas de otra manera, y si Agustina no la puede usar, ella estará limitada a pelear con las armas que tenía al momento de iniciar la misión. Pero eso no quita que ella ha sufrido un padecimiento extraño. Y no voy a estar tranquilo hasta que se solucione.

    — Parece que no podemos estar de acuerdo — Wagner tenía una idea de cómo resolver esto.

    — Los dos líderes están en conflicto y en desacuerdo — Kila sentía mucha curiosidad por la forma en que terminaría todo — ¿Qué es lo que se tenía pensado para casos así?

    — Nada por lo que yo recuerde, pero podríamos votar — propuso Dustin.

    — No, aquí nadie va a votar — Wagner sorprendió a todos con su dicho, para luego mirar a Agustina — Escucha, Agustina, la que ha sufrido todo esto eres tú. No tiene sentido que todos nosotros decidamos por ti. Así que, te dejo la elección en tus manos. Si prefieres que te llevemos a la Tierra para que te hagan estudios, dínoslo y llevaremos la nave directamente al planeta. Si prefieres ir a Garak y que de ahí te lleven a la Tierra, o bien prefieres quedarte en ese planeta para que te vean sus médicos, entonces te llevaremos allí. Si prefieres quedarte en la nave y no detener la misión, entonces dínoslo y continuaremos nuestro camino. Puedes estar segura de que, elijas lo que elijas, te haremos chequeos médicos periódicos para ver tu estado.

    Al momento en el que Wagner dijo eso, Agustina sintió como un enorme peso le caía encima. Lo que ella decidiera alteraría el progreso de la misión, o al menos, el tiempo de esta. Si elegía regresar a la Tierra, el tiempo que pasó desde que sus compañeros salieron del planeta se terminaría desperdiciando. Si elegía ir a Garak, se perdería menos tiempo, pero cabía la posibilidad de que los garak no se mostraran a favor de llevarla a la Tierra, y si tenía que ser estudiada en el planeta Garak, los estudios podrían no ser lo suficientemente precisos. En cambio, si elegía quedarse en la nave y no dar la vuelta, el tiempo que habían podido ganar hasta ese momento no se perdería.

    Agustina no quería ser una carga para el equipo en peleas, sin embargo, consideró que podría seguir luchando sin tener que depender de la energía, después de todo, tal y como Wagner dijo, es una adición que obtuvieron por casualidad y que no estaba planeada. Además de eso, tenía varias motivaciones para seguir adelante. En primer lugar, finalmente tenían una pista para llegar hacia la verdad, lo que quería decir que habían conseguido ganar tiempo valioso gracias a la pista obtenida. En segundo lugar, no tenían todo el tiempo del mundo para encontrar las respuestas. Si las respuestas no eran entregadas en el plazo que los demás países habían fijado, los habitantes del Zenith serían expulsados del planeta Tierra. Por más que el tiempo perdido no fuera demasiado, cada día que se perdía era un día menos para finalmente encontrar las respuestas. Si las respuestas no eran encontradas a causa del tiempo perdido en ella, Agustina tendría que vivir con el recuerdo de ser una de las causantes de que el Zenith fuera expulsado del planeta Tierra. Y, en tercer lugar, ella se sentía débil. Era la única que se encontraba en un estado que se podía considerar delicado, aunque el diagnóstico informara que se encontraba bien. Le daba un poco de pena el tener a todo el equipo preocupándose por ella, y eso la hacía sentir mucho peor respecto a su reflexión sobre los dos puntos anteriores.

    Viendo como todos la miraban, supo que todos esperaban una respuesta, y tendría que dárselas.

    — Aprecio mucho que todos me cuiden así y se preocupen por mí — Agustina sonreía mientras unas lágrimas empezaban a formarse en sus ojos al decir eso — Pero no vale la pena que detengamos la misión solamente por mí, mucho menos cuando el tiempo es tan crucial, y cuando finalmente tenemos una pista que nos puede conducir a la verdad — sus palabras sorprendían a todos — Elijo continuar. No quiero que demos la vuelta ni hacia la Tierra ni hacia Garak. Sigamos avanzando hacia las respuestas que tanto deseamos encontrar.
     
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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Hola amigo, este capítulo sigue la línea de los anteriores pero la trama avanza y hasta el momento no he sentido que se ralentice ni mucho menos. Así que te felicito por ello y pasaré a comentar lo más llamativo para mí.

    El capítulo comienza con lo ocurrido con Agustina. Ace, Gwyn, Thomas, Michael y Alicia se quedan a cuidar de ella en primera instancia, por lo que surge el debate de qué podría haber sido la causa de lo sucedido. Aquí lo más destacado es la propuesta de Michael (mención especial al hecho de que Ace adivinó algo rápido el motivo de lo ocurrido con su novia, algo que se sintió un poco abrupto pero nada que haya estropeado el momento), quién dice creer en la posibilidad de que la descarga que el arma de Tzorkun le dio a Agustina haya influido en la segunda evolución que tuvo el cuerpo de ésta al ser expuesto a la radiación de Fientlig y por ende que esté perdiendo la facultad de disparar energía. Es una teoría interesante, tiene su lógica pero debe ser sustentada por pruebas sólidas pues que Michael acierte el diagnóstico simplemente por instinto es demasiada casualidad XD. No obstante, estoy seguro de que veré como avanza el estudio.

    Tras esto saltamos a ver a Black Meteor. El grupo continúa con ese lapso de tiempo dado por Xander respecto a quién matar del Zenith para castigarles por la muerte de Frans. Lathan parece que ha sido (o será) notificado por Abel para que investigue sobre esto y el grupo ahora se divide en si tomar su propia decisión o acceder a que el espía revele algún nombre como objetivo. Sea como sea, parece que BM va a asesinar a alguien. Lo más interesante de esta larga escena es la intensa conversación que tienen Noak y Natasha, promovida por ésta para intentar hacerle cambiar de opinión. Noak tiene decidido ir a por Ace por ser un traidor hacia el país, algo que evidentemente Natasha no quiere. Sin embargo, ella comete el error de excusarse, querer desviarse del tema principal y el soldado le adivina los sentimientos (al menos así lo veo). Debo decir que Noak es algo chulesco y prepotente, pero comprendo sus razones. Natasha no da motivos con fundamento para que éste cambie de idea, lo que la delata. Ciertamente, veo que esto será un conflicto de Natasha cara al resto del grupo, porque dudo que Noak no lo grite a los cuatro vientos al resto XD. Sea como sea que acabe eso, Natasha vuelve a estar en la diana de su propio equipo, una vez más.

    Finalmente regresamos con el Zenith, con la noticia de que Agustina despertó. El grupo se reúne para evaluar que decisión tomar: regresar a la Tierra para que estudien lo sucedido con la chica, llevarla a Garak y que estos se hagan cargo o simplemente seguir el curso de la misión. Entiendo, sinceramente, las posturas de todos. Llevarla a estas alturas a la Tierra sería un retraso considerable, a Garak sería similar y seguir sería lo más sensato. Un ejército no se vuelve a casa porque se les murió un soldado en la guerra, pues es algo que sucede. Aunque evidentemente como persona ética hubiese preferido que la llevasen a un lugar donde pueda ser verdaderamente tratada, comprendo la decisión puramente "militar" de proseguir con la misión, la cuál es crucial para el país y el mundo en sí. Tras algo de tensión en la conversación, Wagner decide dar dicha decisión a la propia Agustina (algo que como amigo agradecería pero como soldado veo incorrecto). Ella opta por seguir en la misión, algo que de seguro no le gustará a Ace y que probablemente (te conozco :v) le acarreará serios problemas de salud a la chica.

    En fin, ha sido un capítulo con ciertos momentos tensos y la trama comienza a ponerse picante, como bien has dicho XD. Nos vemos a la próxima.
     
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Saludos a todos los lectores que hayan llegado hasta este post, con un especial saludo a Resistance que ha seguido la lectura de la historia desde su primer día. Llegó el momento de publicar el siguiente capítulo de LGC V. Luego de unas vacaciones pequeñas de tanto trabajo y estudio, retomo la publicación. No creo tener que volver a hacer pausas hasta estar en mayo, pero eso es algo que ya veremos cuando avancemos.

    No hay grandes noticias que dar en este momento. Así que, simplemente, me limitaré a dejarlos leer con tranquilidad.



    Algo que decir:

    Un día había pasado, y ambas naves continuaban surcando el espacio. La nave del Zenith perseguía la ubicación que el escáner les había brindado, mientras que la nave de Black Meteor perseguía a la anterior. Xander, subcomandante de Black Meteor, hizo que todo su equipo se reuniera en la sala, puesto a que tenía un anuncio muy importante que hacer. El resto del grupo no tardó mucho en llegar hasta el lugar, y cada uno se sentó en una silla alrededor de una larga mesa rectangular que habían instalado el día anterior, viendo la frecuencia con la que hacían reuniones allí últimamente.

    — ¿Qué ha ocurrido, Xander? — fue la pregunta de Isac, quien lo veía algo extraño puesto a que estaba mostrando una sonrisa — ¿Por qué sonríes de esa forma?

    — Lathan ya lo consiguió — contestó el subcomandante, mostrando felicidad en dicha expresión — Ya conocemos el nombre del asesino de Frans.

    — ¿De quién se trata? — Casey se mostró algo extrañada al ver a Xander tan feliz — Dudo que lo conozcas, ¿por qué sonríes así? Das un poco de miedo.

    — Porque tendremos una oportunidad de venganza irrepetible — les contestó Xander a todos — El asesino de Frans es un comandante del Zenith llamado Zion Stones. Resulta que tiene un hijo, Wagner Stones, y que dicho hijo se encuentra en la nave que estamos persiguiendo.

    — ¿Quieres que matemos a su hijo para vengarnos? — Natasha preguntó a pesar de ya conocer la respuesta.

    — Piensa en esto, si lo matamos, Zion perderá a un miembro valioso de su familia — fue la contestación de Xander — Ignoro esto, pero si Wagner es su único hijo, eso podría derrumbarlo por completo. Cuando ambos países estén fusionados, le dejaremos mensajes a ese tal Zion, de forma anónima por supuesto, diciéndole que lo que nos motivó a matarlo fue su asesinato a nuestro comandante. Mandaremos mensajes cada día, y cada día serán más agresivos.

    — ¿Con qué fin? — a Casey le parecía que Xander estaba llevando esto muy lejos.

    — Hasta que ese malnacido se suicide — la respuesta del subcomandante asombró a todos ellos — Así tenga que enviarle mensajes durante toda mi vida, valdrá la pena. Su hijo muere, nuestra misión para capturar al resto del equipo se hace más fácil, y luego, tenemos una forma de seguir atormentando emocionalmente al asesino de Frans. Veo ganancias por todos lados con este plan. ¿Opiniones?

    Xander esperaba ser felicitado por el plan que había tenido, o al menos, que el entusiasmo de sus soldados se elevara al considerar dicha opción. Sin embargo, no parecía tener efecto alguno en ellos. Su silencio incómodo y la expresión de sus caras revelaba todo lo que ellos pensaban, algo que Xander no parecía poder entender.

    Noak y Paul, quienes fueron los que propusieron las ideas que dieron pie a debates mayores en este tema, fueron los que tomaron la palabra.

    — Con todo respeto, Xander, pero yo ya me he marcado un objetivo — le contestó Noak, con todas las miradas fijas sobre él — Asesinar al traidor de Ace — Natasha no pudo evitar fruncir el ceño cuando dijo esas palabras — No creo que haya algo que me haga cambiar mi opinión, sin importar quien esté a bordo de esa nave. Mi mente solo tiene eso en mente.

    — Xander, creo que estás exagerando demasiado — Paul no se sentía entusiasmado con esa idea — Wagner no debe tener ni idea de la muerte de Frans. Desquitarse con un familiar suyo me parece muy exagerado. Podemos matar a ese tal Zion en el futuro, no tiene sentido hacer esto para atormentarlo por quien sabe cuánto tiempo.

    — Realmente, ¿estás siendo considerado con un miembro del equipo del Zenith? — Xander no podía creer lo que estaba escuchando — Zion merece el peor de los tratos por lo que hizo. Matarle a su hijo será un golpe mucho más duro.

    — No me puedo creer esto — Isac ya estaba harto de ese tema — ¿Qué tan importante tiene que ser esto? Cada palabra que decimos al respecto solo está aumentando la reputación del Zenith. No son la gran cosa, y ya llevamos varios días pensando y hablando sobre esto. Estoy harto de este tema y de escucharlos decir cosas sobre ellos. ¡Dejen de sobrevalorar a esos soldados de mierda! ¡Apuesto mi vida a que ellos no deben siquiera estar hablando de nosotros! ¡Y cada puto día es “Michael es esto”, “Ace es esto otro”, “Zion es aquello otro”! ¡Suficiente! — la explosión de ira de Isac tomó por sorpresa a todos los soldados, aunque algunos ya lo habían oído decir esas frases — ¡Este tema ya no solo me hartó, sino que se te fue de las manos Xander! ¡¿Te escuchaste a ti mismo?! ¡¿Realmente vas a pasar el resto de tu vida atormentando a un pobre diablo del Zenith buscando inducirlo al suicidio?! — luego de ese grito, el soldado ya se tranquilizó — Lamentable. Zenith no se merece nuestro tiempo y atención, y me estoy empezando a enfermar de ver cómo les damos eso cada santo día.

    — ¿Qué es lo que propones en su lugar? — Xander hizo un esfuerzo por no levantar la voz, puesto a que estaba bastante molesto con Isac.

    — Que ya no se vuelva a hablar de este tema en voz alta — Isac estaba muy decidido con sus palabras — Cada uno de ustedes es libre de pensar lo que quiera, pero ya no quiero seguir enfermándome con un asunto así. En el momento en el que los encontremos, que cada uno busque y mate al que quiera matar. ¿Quieren matar a Michael, a Ace, a Wagner o a ninguno? Que así sea. Pero dejemos de endiosar a esa gente.

    Las palabras de Isac dejaron callados a todos en la sala, incluyendo a Xander, que realmente estaba asombrado con lo que él había dicho. La propuesta era bastante interesante, y cuando lo veía desde el punto de vista expuesto por Isac, era cierto para él.

    — Me has convencido, Isac, felicitaciones — nadie pudo descubrir si estaba siendo sarcástico o no — Será una carrera. Cada uno de nosotros puede elegir a un soldado del Zenith para matar, y el primero en conseguirlo avisará a los demás. Son libres de matar a quien ustedes quieran, o de no matar si así lo desean. Pero recuerden que solo hay que matar a uno de ellos. Y tal como lo dijo nuestro compañero, este será el fin de la discusión de forma oficial. La reunión ha terminado.

    Con las palabras de Xander, cada uno de los soldados supo que ese tema de conversación no volvería a aparecer de manera oficial. No quitaba el hecho de que varios soldados pudieran juntarse a debatir sobre quién sería la mejor opción, pero eso ya no importaba. Había varios que ya tenían un objetivo en mente y no lo iban a cambiar en ese momento, por lo que la única opción posible si querían asesinar a dicho objetivo sería entrenar y asegurarse de que lograran ser los primeros en llegar hasta un soldado enemigo y asesinarlo.

    Al finalizar la reunión, todos se levantaron y se fueron. El más satisfecho de todos era Isac. El desprecio que tenía por los soldados del Zenith era grande, pero no creía que mereciera la pena dedicarle horas o incluso días a decidir a quién de ellos asesinar. Con sus palabras logró hacer que el subcomandante diera marcha atrás con una obsesión que había llegado a desarrollar desde que se enteró de la noticia de la muerte de su comandante. Gracias a eso, Isac iba a poder descansar tranquilo durante el resto de los días.

    Al retirarse de la sala, Noak miró a Natasha con una expresión desafiante. La chica recordó la plática que tuvieron el día anterior, y supo que su competencia “clandestina” que fue pactada el día de ayer se había convertido en una carrera oficial, y no solo en contra de él, sino en contra de todos aquellos que pudieran sentir el deseo de eliminar a un objetivo del Zenith. Natasha asintió, ante la vista de su compañero, lo que daba a entender que aceptó el desafío. Noak ya tenía una motivación extra para sus entrenamientos. Si no era el mejor y más rápido, le quitarían la oportunidad de asesinar a una persona que quería ver muerta.

    […]

    Los soldados en la nave del Zenith acababan de despertar luego de una noche de sueño. Para algunos no había sido difícil dormir después de un día tan agitado, en el que no solo tuvieron la resolución del conflicto entre Kila y Michael, sino también el padecimiento que Agustina sufrió de repente. A pesar de todo, cada uno de ellos pudo dormir bien.

    Michael y Alicia estaban preparados para irse a desayunar, pero cuando la chica estaba por atravesar la puerta, Michael la detuvo.

    — ¿Pasa algo, Michael? — preguntó Alicia a su novio.

    — Hay algo de lo que he estado pensando y de lo que quiero hablar contigo — susurraba Michael.

    — ¿Por qué hablas tan bajo? ¿Y por qué no lo podemos hablar en el salón comedor? — Alicia sentía mucha curiosidad respecto a ese tema.

    — Porque no quiero que nadie más lo escuche, en especial Wagner — los dichos de Michael sorprendían a la chica.

    — ¿Qué es lo que tienes con él? — Alicia no se sintió entusiasmada por esa elección de palabras.

    — Me equivoqué respecto a él — Michael lo decía con un tono severo — No es un buen líder cómo yo creía.

    — ¿Por qué? — Alicia no lo podía entender — Él vio que Ace y él jamás llegarían a un acuerdo, y decidió darle a decidir a Agustina. Quiso evitar que todos votáramos y que eso terminara en una decisión que a ella no la beneficiara.

    — Es justamente por eso — Michael estaba algo molesto al ver que su novia no lo había visto — La forma en la que Wagner le habló diciéndole “si tú quieres, regresaremos solo por ti” es cínica. El muy hijo de puta le metió toda la presión encima. Ella tendría que vivir con el cargo de conciencia de ser la responsable de retrasar nuestra búsqueda si aceptaba regresar. Era la única que estaba sufriendo ese problema, por lo que la responsabilidad no la podría compartir con nadie más. Cualquier retraso o problema pesaría en ella por el resto de su vida. Él no es un tonto, de hecho, fue muy inteligente al hablarle de esa forma. Le dio la elección porque supo que el planteo de su pregunta fue hecho de forma en que jamás derivaría en una negativa.

    Alicia quedó impactada por unos segundos tras escuchar dichas palabras. Lo que Michael decía era bastante cierto. Ella no lo había pensado así, pero recordó la forma en la que Wagner preguntó y las palabras que eligió Agustina al momento de contestar. Ella había expresado que no quería que la misión se retrasara solamente por su culpa, y eso confirmaba todo lo que Michael decía.

    — Es cierto lo que dices — Alicia no tuvo que tomar mucho tiempo para llegar al mismo punto de vista que Michael — Y recuerdo que, luego de que dijera eso, varios de nuestros compañeros la felicitaron por su decisión tan considerada.

    — Seguramente eso también fuera parte de su plan — Michael sentía un poco de asco al pensar en ello — La manipuló psicológicamente para que aceptara, esperando que los demás, o al menos algunos de ellos la felicitaran para que creyera que fue una decisión correcta. No quiero tener a alguien así como comandante. Wagner puede ser muy inteligente, pero su empatía es totalmente nula.

    — ¿Y Ace? — Alicia quería conocer que opinaba ella sobre su compañero.

    — Él ni siquiera se dio cuenta de lo que estaba detrás de todo esto — Michael recordó la reacción de Ace — Él le preguntó a Agustina si estaba segura, y ella le dijo que no la tratara como una chica débil. Con eso solo bastó para que Ace ya no dijera nada. Valoro a Ace como soldado, y creo que tiene la inteligencia y fuerza necesaria para ser un líder, pero el puesto de comandante le queda grande.

    — ¿Entonces quién? — Alicia no sabía a dónde quería llegar Michael con todo eso — Uno de ellos dos va a ser el elegido.

    — No si podemos hacer algo al respecto — Michael tenía en mente una propuesta — Tú o yo. A partir del día de hoy, tenemos que empezar a entrenar y a desarrollar una actitud destacable y capaz de resolver cualquier problema que pueda surgir. Si superamos a Ace y a Wagner ante la vista de todos, los demás tendrán que ver eso y apoyarnos. Porque ahora mismo no confío en nadie más que en nosotros para esto.

    — ¿Tu idea es que uno de nosotros les quite el puesto a los dos candidatos de Zion? — Alicia lo veía como una tarea muy difícil — Son muy fuertes comparados con nosotros, Michael. El entrenamiento que deberíamos hacer para superarlos es…

    — No son invencibles — Michael quiso ver si podía convencer a Alicia a base de apoyo emocional — Ellos dos tienen la ventaja de haber sido criados por un comandante, y recibir un entrenamiento más duro. Pero no son invencibles. Zion es nuestro soldado más fuerte y aun así tuvo que hacer trampa para ganar una pelea contra Sieng. Él mismo considera esa pelea una derrota. Si puede ser vencido, cualquiera puede.

    — Pero será una tarea complicada para ambos — Alicia no quería ser pesimista, pero reconocía el gran esfuerzo que sería — Podemos entrenar, pero ellos también van a hacerlo. Además, no solo se requiere fuerza para poder ser considerados mejores que ellos.

    — Nunca dije que sería sencillo, pero esto es necesario — Michael tomó las manos de su novia — Alicia, tú lo sabes. Acabas de verlo. Ni Ace ni Wagner pueden tomar este rol, al menos no ahora mismo. No me sentiré tranquilo si no hay nadie competente al mando, y si ninguna de las opciones conviene, entonces tendremos que convertirnos en opciones también.

    — Esto es algo que tengo que pensar, Michael — Alicia se veía abrumada de repente — Acabamos de despertar luego de un día largo y lleno de tensiones. Necesito unos momentos para procesar todo esto. Te apoyaré en lo que creas mejor, pero esto es algo que se debe tomar con calma.

    — Y no te quiero presionar, Alicia — el soldado supo que pudo haber sido más considerado al plantear sus pensamientos — Toma todo el tiempo que necesites, pero recuerda que, si terminas estando de acuerdo conmigo, tendremos que entrenar por un largo tiempo para superarlos en fuerza… Ahora, ¿qué te parece si vamos a desayunar?

    La pareja de soldados abandonó su habitación para poder dirigirse al comedor y poder tomar su desayuno con tranquilidad. Al llegar al lugar, vieron que todos sus compañeros que ya estaban allí se encontraban dispersos, como si ninguno quisiera pasar tiempo cerca del otro, ni siquiera para una acción tan simple como lo era el desayuno. Plamo y Kila se encontraban en un extremo de la mesa. Cerca suyo, pero algo distanciados estaban Thomas y Gwyn. Aurio y Wida incluso se encontraban en una mesa diferente, una mesa pequeña que habían traído seguramente para poder estar solos. Lankir, por su parte, estaba alejado de todos ellos. El resto del equipo no se encontraba presente.

    El haber visto eso fue algo que causó un pequeño desagrado en Alicia al darse cuenta de que el grupo, nada más al haber empezado esta nueva etapa de la misión, estaba comenzando a dividirse. El desayuno era una actividad que no duraba mucho tiempo, y sus compañeros ni siquiera estaban decididos a hacer un esfuerzo por pasar ese pequeño rato juntos. No era algo agradable a la vista, puesto a que ni siquiera pasó una semana desde que partieron del planeta Garak. Alicia sabía que cada miembro del equipo tendría una opinión diferente de las cosas, y que la discusión inicial entre Kila y Michael fue donde se empezaron a oponer. En tiempos anteriores, el grupo a duras penas tenía un solo conflicto, pero las cosas se habían intensificado en los últimos días, y fue a un ritmo muy acelerado.

    — Michael — la chica le susurró a su novio al oído para que nadie más la escuchara — Creo que tienes razón. Los soldados están en conflicto, y ni Wagner ni Ace están aquí.

    Michael decidió tomar a Alicia y darle un beso, para que ninguno de los presentes en la sala notara que estaban hablando de ese tema. Alicia fue inteligente y notó que fue por ese motivo, por lo que decidió corresponder dicha actitud. Michael aprovechó ese momento para hablar con ella

    — Puedo entender que Ace no esté, pero Wagner debería estar aquí — Michael supo que podría contar con Alicia para su propósito — Es por eso por lo que creo que debemos hacer algo.

    Sabiendo que la estrategia del beso no sería muy efectiva, tanto Michael como Alicia decidieron irse a desayunar. Viendo que Lankir estaba solo, la pareja de soldados decidió irse junto a él. El xaromitante notó su aproximación, y supo que ellos querrían hablar con él.

    — ¿Te encuentras bien? — Michael supuso que algo le pasaba — Porque parece que tuvieras la cabeza en otra parte.

    — Sí, estoy bien — Lankir apreciaba tener a alguien cerca — Solo estaba preparando mis palabras.

    — ¿Para qué? — Alicia sentía deseos de saberlo.

    — Para hablar con Aurio y Wida — las palabras del xaromitante asombraron a la pareja — Ellos me tomaron algo de desprecio, y creo que yo les he seguido el juego y he contribuido a eso. Wida y Aurio son felices juntos. La forma en la que antepusieron su felicidad a la mía y la forma en la que me trataron al decírmelo no me gustó nada, pero no puedo vivir así por siempre. Son los únicos amigos que tengo, y debo solucionar esto.

    — Eres asombroso, Lankir — Michael admiraba ese razonamiento — De hecho, conozco a muchos que no podrían aceptar algo como eso, y se rehusarían a soltarlo. Tú, en cambio, lo tomas con madurez.

    — Sigo enojado por la forma en que me traicionaron, pero mantenerme con estos sentimientos no va a cambiar nada — expresaba el xaromitante — Quizá, en un futuro, todo esto sea un mal recuerdo. Pero si no hago nada por cambiarlo, nunca dejará de ser un presente amargo. Y estoy pensando en qué cosas debería decir, y también en si debería decirlas hoy o seguir esperando.

    — Creo que deberías esperar un poco más — le sugirió Alicia a su compañero — Pero no una determinada cantidad de tiempo, sino un momento oportuno. Una vez que haya una oportunidad para poder hablar con ellos de forma calmada, deberías tomarla.

    — Aprecio su consejo, chicos, muchas gracias — si bien, Lankir no tenía muchas ganas de esperar un momento que no sabría cuando podía llegar, notaba sinceridad en las palabras de Alicia, y eso le agradaba — Me están mostrando completa honestidad, y la falta de eso fue lo que desencadenó en todo esto en primer lugar. Agradezco mucho esto. Créanme, es importante para mí.

    — Estaremos para ti siempre que quieras o necesites algo — Michael sonreía ante lo que escuchaba — No dudes nunca en hablar con nosotros.

    El desayuno prosiguió con tranquilidad. Michael y Alicia no quisieron cambiar de asiento, puesto a que no sabrían cómo lo podrían tomar sus otros compañeros. Si luego de hablar unos minutos con Lankir, pasaban a hablar con alguien más, se podría llegar a dar la idea de que buscaban entrometerse, y eso no sería agradable para nadie. El tiempo para poder hablar con los demás ya llegaría, y lo tomarían cuando pudieran. Consideraban que ya habían hecho lo suficiente por el momento.

    A medida que los soldados terminaban de desayunar, se iban levantando de las mesas y se retiraban de la sala. Algunos probablemente a entrenar, y otros posiblemente a realizar algún tipo de actividad. Al haber llegado de últimos, Alicia y Michael fueron los últimos que terminaron su comida. En el momento en el que se levantaban, veían como Sharyn, Dustin y Wagner llegaban a la sala. Ellos eran, aparte de Ace y Agustina, los únicos que no habían desayunado aún.

    Como Michael y Alicia se fueron, el trío de soldados quedó solo en la sala.

    — ¿Fueron capaces de dormir bien? — preguntó Sharyn a ambos de sus compañeros.

    — Yo no tuve problemas — contestó Wagner — Parece que tener la cabeza tan concentrada en tantas cosas el día de ayer me lo facilitó. Uno creería que tantos problemas podrían estresarte al grado de mantenerte despierto. Supongo que a mí me pasa lo contrario.

    — Yo me siento mal por no haber hecho el cambio de turno con Ace — expresó Dustin con algo de pena — Sé que él dijo que quería pasar la noche junto a Agustina, pero aun así creo que no debí dejarlo. Estoy seguro de que no habrá dormido nada en toda la noche.

    — Se lo compensaremos cuidando de ella el día de hoy — Sharyn tenía pensado que sería lo mejor — Creo que sería bueno que él pudiera descansar.

    — Eso es algo bastante agradable, Sharyn — Wagner admiraba la forma de pensar de su compañera — Pero creo que será mejor cuidarla en grupos de dos personas. Podríamos pedirle ayuda a Thomas o a Gwyn para eso.

    — Yo iré a hablar con uno de ellos, dame el primer turno a mí — Dustin quiso hacerle un favor a Sharyn — Luego, ustedes dos pueden venir a reemplazarnos.

    — Me parece bien, si Sharyn no tiene problemas con eso — Wagner quería saber qué opinaba su compañera.

    — Ninguno, yo ya había dicho que deberíamos cuidar de ella el día de hoy, y si consideras que hacerlo en grupo es lo mejor, entonces lo haremos — Sharyn supo que la idea de Dustin era que pasara tiempo junto a Wagner, aunque no fuera a solas.

    Con dicho asunto resuelto, los tres soldados continuaron tomando el desayuno con tranquilidad. Al ser los únicos tres en la sala, el ambiente estaba bastante silencioso, cosa que aprovecharon luego de las estresantes discusiones de ayer. Quien más lo disfrutó fue Wagner, que luego de pasar a una discusión con Kila y Michael, tuvo que pasar a una discusión con casi todo el equipo. Afortunadamente para él, Agustina decidió que no quería regresar ni a la Tierra ni a Garak, por lo que no perderían tiempo valioso para la exploración.

    Con el desayuno terminado, Dustin decidió que iría a la sala médica para poder decirle a Ace que fuera a descansar.

    En dicha sala se encontraban únicamente Ace y Agustina. La chica, a pesar de haber estado sedada un tiempo, no tuvo problemas para dormir en la noche. Al despertar, Ace, quien se encontraba mirándola desde una silla, sintió una gran alegría invadiéndolo.

    — Hola, amor — Ace se levantó para darle un beso en la frente.

    Agustina se alegró bastante de que él estuviera allí con ella, pero al ver su rostro, pudo ver que Ace estaba visiblemente muy cansado y que probablemente, no había dormido en toda la noche.

    — Ace, ¿no dormiste ni siquiera una hora? — la chica preguntó con sorpresa.

    — ¿Cómo podría dormirme? — Ace sonreía a pesar del cansancio — Estaba preocupado por ti. Después de lo que sufriste, no tenía pensado despegarme de ti.

    — Pero pudiste pedirle a alguien más que se quedara — Agustina apreciaba el cuidado que Ace le daba, pero no le gustó el hecho de que no se preocupó por él mismo — Mírate, estás muy cansado. No tenías que tomarte esa molestia solo por mí.

    — Agustina, las primeras horas luego de algo como esto son las más importantes — Ace agradecía la consideración de su novia — De ninguna manera me iba a mover de este lugar hasta que no despertaras. ¿Cómo te sientes?

    — Culpable, por todo lo que me estás contando.

    — Hey, no seas así. Yo te amo. Amarte no es solo estar contigo para pasar un buen rato y nada más. Quiero cuidarte y protegerte. Quiero asegurarme de que no te pueda pasar nada. Si la teoría de Michael es cierta, todo esto ocurrió a raíz de que no te pude proteger en el planeta Emiv. Tengo que pagar por ese error.

    — No cometiste ningún error, Ace — a Agustina no le gustaba escucharlo hablar así — ¿No recuerdas en la pelea contra esa raza horrible? Resulté herida, y no me soltaste. Me protegiste muy bien.

    — Pero fui capturado, y todo esto que te pasó fue porque tú intentaste lo posible para recuperarme — Ace acariciaba el rostro de su novia mientras le decía eso.

    — Pero no fue tu culpa ni tu responsabilidad — Agustina devolvía el gesto — Hay cosas que son inevitables, y no deberías de sufrir por ellas. En realidad, un chico tan maravilloso como tú no debería sufrir por nada. Ya me has cuidado toda la noche, y con eso ya lo has dicho todo.

    — No todo — Ace se acercó a ella para darle un beso — Te amo.

    Ambos se mantuvieron juntos en un beso breve hasta que alguien abrió la puerta a la sala médica. Al escuchar el ruido de la puerta abriéndose, los dos se separaron para ver de quién se trataba. Quienes entraron a la sala eran Thomas y Gwyn, quienes querían ver cómo se encontraba su compañera.

    — Agustina — Gwyn se acercó a ella para abrazarla, por lo que Ace se apartó un poco — Que alegría me da verte bien. Me asusté mucho cuando llegué aquí y te vi dormida.

    — Ya me encuentro bien, ya no es necesario que te preocupes — contestó la chica mientras tomaba la mano de su amiga.

    — No te imaginas el susto que sufrimos ambos — Thomas también se acercó a su amiga — Eres especial para nosotros. No podríamos soportar perderte.

    — Gracias, chicos — Agustina aprovechó que los tenía cerca para darle un abrazo — Ustedes dos son muy amables y tiernos conmigo. Me siento como su hermana menor.

    — No te avergüences por eso — Thomas le contestó — Todos nosotros hemos vivido muchas cosas juntos. Ya te veo tanto a ti como a Ace como mi familia.

    Los cuatro soldados conversaron un buen rato hasta que Dustin apareció en la sala médica. Su llegada ciertamente sorprendió a todos. El soldado sonrió al ver que Agustina estaba despierta y en un buen estado, pero se sorprendió bastante cuando miró a Ace.

    — Ace, no puedo creerlo, mírate — Dustin le reprochó a su compañero — Debes irte a dormir ahora. Necesitas descansar. Quedarte despierto mucho tiempo no te hará bien.

    — Puedo manejarlo, Dustin, descuida — Ace agradecía la preocupación de su compañero — Quien necesita atención es Agustina.

    — Por eso vine, Wagner quiere que ella se quede en la sala médica por un tiempo más — le respondió el soldado — Estoy seguro de que le dará el alta pronto, pero mientras tanto, yo cuidaré de ella. Thomas, ¿podrías hacerme compañía?

    — Claro, no tengo ningún problema — Thomas accedió a quedarse junto a él — Deberías hacerle caso e irte a dormir, Ace. Ahora que te veo, se nota que lo necesitas.

    — Lo haré, ya dejen de preocuparse, estoy bien — Ace lo decía en un tono de broma — Agustina — el soldado le dio un beso en la frente — Volveré dentro de un rato a verte.

    — Descuida, Ace, no me iré a ningún lado sin permiso — contestó la chica con una sonrisa — Aquí estaré.

    […]

    Dos días habían pasado. Agustina había evolucionado bastante bien, pero por órdenes de Wagner, ella permanecía en la sala médica para que se le siguieran haciendo estudios con la máquina que se encargaba de llevar a cabo los diagnósticos. No se habían presentado problemas a lo largo de esos dos días, por lo que ese iba a ser el último. La chica estaba pasando las últimas horas en la sala médica, puesto a que, una vez se terminara con el estudio actual, ella recibiría el alta.

    Wagner y Sharyn habían estado cuidándola mucho tiempo. Los dos soldados habían acudido a la sala médica durante períodos de seis horas en el tiempo que Agustina estuvo en dicho lugar. Ella apreciaba el cuidado que sus amigos le daban, e incluso llegó a apreciarlos mucho más con las conversaciones que estaban teniendo. Agustina se encontraba durmiendo, no por encontrarse bajo el efecto de algún sedante, sino por propia decisión. El estudio que se le estaba haciendo pronto iba a terminar, y si dicho estudio no mostraba nada negativo, Wagner le daría la autorización para retirarse de dicha sala.

    Debido a que eran los únicos despiertos, Wagner y Sharyn estuvieron un buen rato hablando acerca de la misión y de sus teorías de lo que podría haber ocasionado la catástrofe.

    — ¿Crees que la radiación se produjo a partir de la destrucción de un planeta con alto contenido radioactivo, y que eso disparó los meteoritos? — Wagner estaba impresionado con el razonamiento de Sharyn — Pero en ese caso, ¿cómo es posible que hubieran llegado varios a la Tierra? Si se hubieran disparado por una explosión, deberían haberse dispersado por varios rincones del universo. Y estamos a varios años luz de distancia. ¿Cómo fue que una enorme cantidad llegó a la Tierra sin haberse dispersado en el camino?

    — Pudo haberse tratado de la destrucción de un planeta muy grande — Sharyn argumentaba su teoría — No hemos visto todo el universo allí afuera, y es muy posible que existan planetas que sean de un tamaño muy superior al sol de nuestro sistema. Una explosión de un planeta tan grande podría esparcir una gran cantidad de radiación, y con ella, los meteoritos.

    — Pero como he dicho, los meteoritos tuvieron que recorrer un largo camino para llegar a la Tierra — Wagner se mantenía escéptico ante esa teoría — Incluso si un planeta más grande del sol explotara en este mismo lugar, y que todos los alrededores estuvieran cubiertos de meteoritos, sería muy difícil.

    — ¿Tú que crees Wagner? — Sharyn quería conocer la opinión de su compañero — ¿Qué fue lo que causó la Catástrofe?

    — Creo que se trata más de un quién que de un qué — el soldado hablaba con seriedad.

    — Espera, ¿estás diciendo que alguien fue el causante de esto? — Sharyn encontraba imposible eso.

    — ¿Por qué no? — Wagner estaba por exponer sus puntos — Los meteoritos llegaron a la Tierra a pesar de haberse cruzado en el camino con varios otros planetas del sistema solar. La gravedad de otros planetas usualmente desvía objetos del espacio hacia sus atmósferas, pero esta lluvia de meteoritos impactó de lleno contra la Tierra. Fue un milagro que un cuarto de la humanidad sobreviviera. Eso no pudo ser algo natural. Alguien tuvo que calcular no solo la trayectoria de los meteoritos, sino también el movimiento del resto de planetas.

    — ¿Y quién? — Sharyn quería saber lo que tenía en mente — Esos son cálculos muy complejos que requerirían de años de poder realizar. ¿Crees que alguien podría calcular eso?

    — Que nosotros no podamos no quiere decir que alguien más no pueda — Wagner apreciaba esa conversación, a pesar de no poder estar de acuerdo con su compañera.

    — Aun así, eso me parece algo muy complicado — Sharyn, a pesar de que ese no era el mejor tema de conversación de todos, estaba feliz de poder hablar con Wagner — Lo bueno es que, cuando lleguemos al lugar, no será necesario que pensemos en quién o en el qué, sino en el cómo. Dime, Wagner, ¿quieres que vaya a buscar algo para comer?

    — Sí, pero sería conveniente que lo comiéramos fuera de la sala médica — contestó el soldado, apreciando la idea de la chica — Ve, golpea la puerta cuando regreses. Yo estaré vigilando que se encuentre bien.

    — Ya regreso — comentó la chica.

    Tras decir esas palabras, Sharyn abandonó la sala médica para poder dirigirse a la sala de suministros. El comandante provisional, por su parte, mantenía su vista fija en Agustina. Sentía algo de lástima por ella, puesto a que no era la primera vez que se encontraba en ese estado, y no había pasado mucho tiempo de diferencia desde la última vez, aunque en esta ocasión se tratara de un problema menor comparado a la vez anterior en la que pudo haber perdido la vida. Mientras el soldado estaba distraído, alguien tocó a su puerta, cosa que llamó la atención, puesto a que no creía que Sharyn hubiera vuelto muy rápido. Aun así, el soldado se levantó y le fue a abrir.

    Al hacerlo, vio que quien estaba del otro lado era Alicia, y que, para variar, se encontraba sola.

    — Alicia — a Wagner le sorprendió verla — ¿Qué ocurre?

    — Tengo que decirte algo importante — contestó la chica con algo de seriedad — ¿Estás muy ocupado ahora?

    — Solamente estoy vigilando a Agustina, pero creo que puedo escuchar lo que me tengas que decir — respondió Wagner, con mucha curiosidad por saber qué era lo que ella le querría decir.

    — Antes quiero que me prometas que no te enojarás, porque entiendo que esto podría hacerte sentir mal.

    — Yo nunca me podría enojar contigo, Alicia — Wagner le sonrió a la chica — Puedes hablar con sinceridad conmigo.

    — Está bien — contestó ella — Se trata de Michael… Él… No sé cómo se supone que voy a decir esto… Él quiere quitarte a ti y a Ace el puesto de comandante.

    — ¡¿Qué?! — Wagner intentó no levantar la voz para no despertar a Agustina, pero le fue inevitable ese grito — ¿Cómo que nos quiere quitar el puesto?

    — Después de que no se tomó la decisión de regresar a la Tierra para tratar a Agustina, Michael se sintió decepcionado de ustedes dos, y ha empezado a creer que ninguno se merece el puesto de comandante. Dado a que argumenta que un comandante de verdad habría regresado ante el primer indicio de problemas.

    — ¿Cómo que un comandante de verdad? Yo mismo le di la posibilidad de elegir a Agustina, y ella fue quien decidió que no quería ir.

    — Michael sostiene que deberíamos haber regresado a pesar de lo que ella respondiera. Dijo que, al dejarle la decisión a ella, le colocaste un peso muy grande en sus hombros, de forma en que ella nunca podría decir que no.

    — Ese desgraciado de mierda… ¿y qué es lo que quiere hacer?

    — Él quiere que yo lo ayude a entrenar para que pueda volverse más fuerte. Dijo que no pararía hasta que te pudiera superar, tanto a ti como a Ace. Y que, si logra superarlos, entonces tu padre podría llegar a nombrarlo a él como comandante.

    — ¿Por qué me estás contando esto? ¿No se supone que eres la novia de Michael?

    — Lo soy, pero creo que se está equivocando en esta decisión — Alicia no sonaba muy feliz al decirlo — Lo amo, pero él no puede ser el comandante. No ahora. Pero si él quiere entrenar, no puedo decirle que no. Se supone que, como su novia, debería entrenar junto a él y fortalecerme junto a él. Así que no podré detenerlo, ni tampoco hacer que dé marcha atrás en su decisión. Lo que sí puedo hacer es advertirte a ti, para que no bajes la guardia y no permitas que te pueda superar.

    — ¿Se lo dijiste a Ace también? — Wagner quería saber si esto aplicaba únicamente para él.

    — Él ya tiene bastante con el asunto de Agustina como para que yo lo sobre cargue con mucho más — contestó Alicia, agachando un poco la cabeza — Y honestamente… yo te veo a ti más capacitado que él para ser el comandante. Me sentiría mucho más tranquila si el comandante Zion te eligiera a ti, y si fueras tú el que nos fuera a dar las órdenes.

    Esas palabras tan repentinas, pero a la vez tan amables, provocaron un leve sonrojo en Wagner. El soldado se sentía bastante atraído por Alicia, y esta era la primera vez que ella hablaba con él de esta manera. No solamente era amable con él, sino que le dijo que, aunque se tratara de un asunto relacionado con el oficio militar, lo prefería por encima de Michael. Eso provocó que varias emociones, entre ellas la felicidad, surgieran en Wagner. Desde la primera vez que la vio hasta el día de hoy, Wagner nunca había sido tan feliz al hablar con ella. Por momentos, él creía que Alicia no lo tenía en cuenta por ser la novia de Michael, pero acababa de darse cuenta de que ella realmente lo tomaba como alguien competente, y no solo eso, sino que también lo consideraba el más capacitado para el puesto más importante del equipo.

    — Muchas gracias por esto, Alicia — Wagner tuvo que luchar contra el deseo de darle un beso, pues realmente quería hacerlo — Te juro que haré lo posible para no defraudarte. No permitiré que Michael me supere. Ni hoy, ni nunca. Puedes estar segura de eso.

    — Sé que lo harás — Alicia le sonreía a Wagner — Pero, por favor, no le digas nada de esto a Michael. Él no debe saberlo.

    — No lo hará. Tenlo por seguro.

    Una vez terminada la conversación, Alicia se retiró para regresar junto a Michael. Wagner salió de la sala médica para verla marcharse. El soldado la veía casi hipnotizado, y sin darse cuenta de que Sharyn estaba acercándose a él desde atrás muy silenciosamente.

    — Alicia, no hay nadie más hermosa y perfecta que tú — dijo en voz alta mientras Alicia se alejaba cada vez más — Desearía que tú y yo pudiéramos estar juntos… desearía haberte podido conocer antes que Michael lo hiciera…

    Sharyn escuchó cada una de esas palabras y sentía como la felicidad que sintió al haber compartido una charla con Wagner, aunque ni de cerca fue una charla sentimental, se desvanecía por completo. Ella pensó que con esas conversaciones que había tenido con él, el vínculo que tenía se estaba afianzando, aunque fuera un poco, y que podría lograr que él comenzara a mirarla como algo más que una compañera. Pero las cosas que le escuchó decir sobre Alicia confirmaban que eso ni siquiera estaba cerca de pasar. Estaba claro que Wagner no pensaría jamás en ella de la forma en que ella pensaba en él, puesto a que esos pensamientos le pertenecían a alguien más.

    Cuando Alicia desapareció de la vista de los dos, Wagner se dio la vuelta para volver a entrar a la sala médica a seguir esperando a Sharyn. Se llevó una sorpresa al ver que ella había regresado, puesto a que no la escuchó llegar.

    — Gracias por traerme algo para comer, Sharyn — le decía Wagner a su compañera con una sonrisa en el rostro, producto de la charla que había tenido con Alicia — Deberíamos comer aquí para no ensuciar la sala médica de forma innecesaria.

    — Sí… claro — Sharyn le entregó una de las porciones de comida que traía consigo al tiempo que agachaba la cabeza.

    Mientras ellos continuaban con el cuidado de Agustina, Alicia regresaba a la habitación que compartía con Michael. Al entrar, el soldado se encontraba esperándola sentado sobre la cama del lugar. Alicia cerró la puerta y luego se acercó hacia Michael.

    — Ya se lo dije — decía Alicia, a lo que Michael respondió con una sonrisa en su rostro — Me aseguré de hacerle saber que lo prefería a él antes que a Ace. Así que no creo que él vaya a decírselo.

    — Bien hecho, Alicia — Michael se sentía muy feliz por las cosas que le decía su novia — Tuviste una idea espectacular. Si Wagner se pone paranoico, aunque sea un poco, le costará concentrarse para poder entrenar tranquilo. Ace ya tiene bastante con el asunto de Agustina como para preocuparlo más, y no merece algo así. Con Wagner era algo necesario.

    — Solo esperemos que esto tenga el efecto deseado — Alicia tenía un par de dudas al respecto — Hice que Wagner me prometiera que él no te diría nada. Solo esperemos que esto repercuta únicamente en su entrenamiento y que no afecte su comportamiento contigo ni con nadie más.

    — Wagner sabe que eso le costaría el puesto de comandante — Michael estaba seguro de que él se mantendría en calma — Si esa es realmente su prioridad, él no va a atacarme. A ninguno de nosotros.

    […]

    Unas dos horas después, Wagner aún permanecía junto a Sharyn en la sala médica. El último estudio que se le estaba haciendo a Agustina había terminado, y no había mostrado nada malo. La chica seguía dormida, pero como todo había salido bien, al momento en el que despertara, recibiría el alta médica.

    Desde que los dos soldados terminaron de comer, ninguno de ellos habló de nuevo con el otro. Wagner esperaba que él y Sharyn pudieran continuar con la conversación que estaban teniendo sobre el origen de la Gran Catástrofe, y como se había divertido bastante a pesar de su discrepancia con las opiniones de Sharyn, él no quería sacar otro tema que reemplazara el que ya estaban teniendo. Le parecía muy raro que la chica no dijera nada y que se mantuviera en silencio por tanto tiempo. Si bien, creyó que ella podría estar algo cansada o aburrida de eso, ya estaba preocupándose de no escucharla hablar. Al verla, Sharyn mantenía la vista fija en el suelo. No estaba mirándolo a él ni a Agustina, que se suponía era el motivo por el cual ambos estaban en dicha sala.

    — Sharyn… — Wagner temía que algo malo le pudiera pasar — ¿Te sientes bien?

    — No — Sharyn lo dijo con un tono de tristeza que alarmó a su compañero.

    — ¿Qué te pasa? — el soldado no pudo evitar sentirse preocupado por ella.

    — Me duele un poco el estómago, creo que lo que comí me cayó mal — Sharyn había mentido, puesto a que no era eso lo que la molestaba.

    — ¿Quieres que te vaya a buscar agua? — preguntó Wagner, ofreciéndose a ayudar.

    — No, estás aquí… estamos aquí para cuidar de ella, no de mí — la respuesta de Sharyn dejó algo intrigado al soldado — Así que concentrémonos en ella.

    — En ese caso, ¿por qué estás mirando el suelo? — preguntó Wagner, empezando a creer que su compañera le estaba mintiendo.

    Antes de que Sharyn pudiera responder, los dos escucharon ruidos provenientes desde el exterior de la sala médica. Eran pisadas, y se estaban dirigiendo al lugar. Los soldados supieron que alguien iba a entrar, y en efecto, así fue. Se trataba de Kila, la única chica garak del equipo. Sharyn se sintió aliviada al verla, puesto a que ya no tendría que responder la pregunta que Wagner le hizo, aunque fuera bastante simple; mientras que a Wagner se le sumaba otra preocupación, puesto a que no creía que Kila estuviera ahí para darles alguna buena noticia.

    — Wagner, ¿puedes dirigirte a la sala de comandos? — le preguntó Kila sin expresar en su tono de voz o en su rostro que algo malo pudiera estar pasando, cosa que tranquilizó un poco a Wagner.

    — Estoy cuidando de Agustina, así que, si me voy, tendrás que quedarte en mi lugar — le informó el soldado a su compañera — ¿De qué se trata?

    — No lo sé, pero Plamo me mandó a llamar para que viniera a decírtelo tanto a ti como a Ace — por las cosas que decía, el comandante provisional asumió que se trataba de algo importante — Ambos tienen que ir a la sala con él. No me dijo que es, pero conociéndolo, sé que se trata de algo urgente.

    — Muy bien, quédate con Sharyn — respondió Wagner poniéndose de pie para salir — Yo iré a buscar a Ace — antes de retirarse, el soldado miró a Sharyn — Sharyn, quédate con Kila. Si Agustina despierta, díganle que el estudio salió bien y que ya no es necesario que se siga quedando aquí.

    — Entendido — contestó la chica de una forma bastante desanimada.

    Aliviado porque la chica lo había escuchado, el hijo del comandante Stones decidió salir de la sala para ir a buscar a su compañero y luego dirigirse a la sala de comandos.
     
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    Manuvalk

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    Hola amigo, al fin ha llegado el día de la publicación tras una semana sin XD. Estaba deseando leer de nuevo, y una vez hecho, comentaré lo más destacado.

    Comenzamos con Black Meteor, donde sigue el tema principal del día allí: a quién matar del Zenith. Sin embargo, el subcomandante Xander dice haber recibido la noticia de Lathan respecto a quién es el asesino. Todos descubren que fue el comandante Stones. Aunque yo esperaba que todos se volcaran en querer matarle a él, surge la posibilidad de que el elegido sea Wagner. Incluso al final, se termina por dejar en una "carrera": el más rápido en matar al objetivo elegido habrá cumplido. Algo que me ha pillado por sorpresa pero que tiene sentido en cuanto a meter miedo a los lectores, pues puede morir cualquiera. Movimiento inteligente de tu parte; algo extraño de parte de BM.

    Volvemos con Zenith, donde la situación de Agustina y la tensión acarreada en los últimos días están dividiendo poco a poco al grupo. Sinceramente espero que no continúe esa fractura, pues tienen un enemigo tras ellos y eso puede ser problemático. Vemos que Michael le comunica a Alicia que considera que Wagner ha echado toda la presión a Agustina respecto a la decisión de regresar a casa por ella o seguir con la misión, y sinceramente comparto su punto de vista. Yo lo sentí así, como quién echa toda la presión sobre alguien para librarse de responsabilidades (aunque siendo el comandante, la tiene igual). Michael considera que ni Wagner ni siquiera Ace son dignos comandantes y líderes, por lo que le propone a su novia el trabajar para alcanzar el estatus y nivel de estos y de alguna manera, ser candidatos al puesto. Ya lo dije en su momento; veo a Michael como un comandante además de los dos ya mencionados.

    Tras esto, el capítulo avanza tranquilamente y sin mayores sobresaltos hasta que en una de las escenas, Alicia se presenta en la sala médica para contarle a Wagner lo que su novio le dijo, advirtiéndole. En ese instante odié a Alicia, me sentí traicionado y la vi fuera de personaje, como si no fuese ella. No entendía porqué hacia algo así y estaba enfadado :v pero finalmente se descubre que todo fue una artimaña de parte de la pareja (debo decirte que has sido brillante en eso) y me ha entusiasmado, aunque espero que esta lucha interna por el poder no derive en problemas para el grupo.

    Mención especial a la pobre Sharyn, que escucha a Wagner hipnotizado hablar maravillas de Alicia (también pobre Wagner, siempre ilusionado con quién no le corresponde) y lógicamente viniéndose abajo. Ojalá Sharyn pase del idiota Stones y encuentre el amor en otro sitio, porque si debe esperar a que Wagner se desinterese de Alicia... LGC durará 10 años más :v

    En fin, ha sido un gran capítulo y muero por ver como avanza el próximo. Hasta pronto.
     
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    Agus estresado

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    Título:
    La Gran Catástrofe V Dominio Aislado
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    36
     
    Palabras:
    7043
    Saludos a todos los lectores de la historia, en especial a Resistance quien sigue leyendo fielmente semana tras semana :) Como ya es sábado, es momento de publicar el nuevo capítulo de LGC V.

    Una pequeña aclaración antes. Este será el último capítulo de introducción. Dado a que en la parte anterior introduje personajes sobre el final, no he tenido mucho tiempo para desarrollarlos. Por eso mismo, me tomé la libertad de utilizar estos primeros 6 capítulos iniciales para así poder desarrollar un poco más a dichos personajes, hacerlos interactuar con los que ya estaban, y también establecer un par de conflictos en esta historia. Si se están preguntando que quiere decir el título "Dominio Aislado", pues, es algo que no saben porque la trama específica de la parte V todavía no inicia. Pero eso se acaba con este capítulo. A partir del siguiente vamos a entrar en la trama real de esta parte.

    Sin más que aclarar, dejo el capítulo.




    Preocupación existente:

    Una vez que Wagner había encontrado a Ace, ambos comandantes provisionales se dirigieron a la sala de comandos, en donde Plamo se encontraba esperándolos a ambos. Al entrar, los dos soldados vieron que el garak tenía una expresión algo seria en su rostro.

    — Plamo, ya estamos aquí — decía Ace, interesado en lo que le iba a contar su compañero — ¿Qué es lo que querías decirnos?

    — No es algo que quiero decir, es algo que quiero mostrar — decía mientras preparaba uno de los monitores de dicha sala — Vean esto.

    Invitando a los dos soldados para que se acercaran, estos avanzaron hacia él y miraron la pantalla de uno de los monitores de la sala. En la misma, pudieron observar, gracias a una de las cámaras de alta resolución que incluía la sala como una gran cantidad de meteoritos se dirigían hacia ellos, o más bien, como la nave se dirigía a cruzar camino con los meteoritos. Estos se podían ver moviéndose a una velocidad bastante moderada a través del espacio exterior, y todos eran de diferentes tamaños.

    El haber visto eso dejó bastante preocupados a los dos soldados del Zenith, puesto a que, si una gran cantidad de meteoritos avanzaba por el espacio, podría ser un indicio de una tragedia que estaría próxima a suceder.

    — No puede ser — Wagner se veía bastante asustado — ¿Quiere decir que es tarde? ¿La Gran Catástrofe se va a repetir? ¿La Tierra va a morir?

    — Escucha, Wagner, nosotros ya les contamos como fueron las cosas con la Gran Catástrofe — Plamo intentaba tranquilizarlo — Garak fue golpeado mucho antes que la Tierra, y obtuvimos esa conclusión cuando comparamos los tiempos. Estos meteoritos no se dirigen a nuestro planeta.

    — ¿Y eso qué quiere decir? — Ace se veía confundido con lo que decía — ¿Tienes una teoría?

    — Sí, la tengo — Plamo quiso tranquilizar a los dos soldados — Estuve viéndolos por un rato largo, y ninguno de estos meteoritos parece que fuera a golpear el planeta Garak. Tanto Garak como Tierra han sufrido la misma Catástrofe, con un gran tiempo de diferencia debido a la distancia que hay entre ambos planetas. Y mi teoría es que, si ninguno de estos meteoritos se está dirigiendo a Garak, tampoco se está dirigiendo a la Tierra.

    — Pero no hay forma de saberlo — Wagner no podía evitar preocuparse por eso — Garak está cerca de nuestra posición actual, pero la Tierra no. No hay manera de hacer un cálculo.

    — Es por eso por lo que los quise llamar a ustedes dos — explicó Plamo — Si bien, tengo mi teoría de que no van a golpear la Tierra, no hay forma de asegurarme al cien por ciento. Ustedes dos son la autoridad a cargo, y será decisión de ustedes si quieren avisar a la humanidad para evacuar, o si desean regresar con esta nave hacia la Tierra y ayudarlos.

    — Agradezco que nos hayas avisado apenas lo descubrieras, Plamo — Wagner se alegró de que no le hubieran mentido en algo así — Ace, ¿tú que dices?

    — Si regresamos y luego estos meteoritos no impactan contra la Tierra, habremos perdido una gran cantidad de tiempo innecesario — el soldado intentaba hacer un balance para poder elegir — Pero si no regresamos y terminan impactando, muchas personas que podríamos haber salvado habrían terminado muertas.

    — Pero ¿crees que haya probabilidad de que lleguemos a la Tierra a tiempo antes de que estos meteoritos impactaran con ella? — Wagner miraba la imagen que los mostraba — Míralos, Ace. Parece que esta vez no es como la anterior. Estos se están moviendo rápido. No tardarán más de trece horas en llegar a nuestra posición. Las naves humanas serían más rápidas, pero esta nave xaromitante quizá no pueda lograrlo a tiempo.

    — ¿Cuál es el peor caso posible? — Ace quiso saber lo que su compañero tenía en mente.

    — Si los meteoritos nos alcanzan y golpean la nave, la destruirán, y todos nosotros moriremos en el espacio al quedar sin aire — Wagner quería contemplar cada posibilidad — Si llegamos a tiempo, no hay garantía de que la evacuación pueda realizarse de forma ordenada. Es más, si la gente llegara a enterarse de una posible nueva Catástrofe, no me quiero ni imaginar el descontrol que se generaría. Incluso podríamos ser atacados por ejércitos de otros países al momento de aterrizar. Y si no llegamos a tiempo, muchas personas morirán.

    — ¿En la Tierra no cuentan con telescopios potentes para poder calcular si los meteoritos pudiesen llegar a impactar contra a su planeta? — Plamo quiso saber si había una forma de estar seguro.

    — Según lo que nos explicaron en las clases de historia en la academia, lo largo de las guerras que se produjeron mucho antes de la Catástrofe, se perdieron muchos centros de investigación — Wagner recordó las cosas que había leído en libros — Claramente quedaron algunos, pero tenían mucha menos potencia. No fueron capaces de detectar que se acercaban hasta que fue muy tarde, y como había muchas revueltas para pedir por la paz, la gente no creyó el anuncio.

    — Pero esto es diferente — Plamo no estaba interesado en esa parte de la historia — ¿Ahora mismo cuentan con telescopios potentes para poder observar desde más lejos y poder predecir si estos meteoritos van a caer en la Tierra?

    — Escuché que varios países retomaron las construcciones para esto, pero no tengo idea de si lo habrán conseguido — fueron las palabras de Ace — Aun así, deberíamos mandar un mensaje de advertencia a la Tierra. Avisarles sobre todo esto. Imagino que tendrán tiempo para realizar evacuaciones en caso de que sea necesario.

    — Si estos meteoritos se dirigen a la Tierra, entonces nuestra misión ya no tiene más sentido — Wagner se decayó un poco al pensar en eso — No habrá forma de que la Tierra sobreviva a una segunda Gran Catástrofe. Descubrir cómo ocurrió para evitar una segunda ocurrencia no tiene sentido si vuelve a pasar antes de que sea descubierta.

    — Si ese realmente es el caso, ya es tarde para eso — Ace no quería pensar más en el tema — Imagínalo, entrenar todas nuestras vidas para un propósito y no ser capaces de cumplirlo.

    — Deberían dejar de lamentarse antes de tiempo y enviar a la Tierra un mensaje de advertencia — Plamo comenzaba a desesperarse tan solo con escucharlos hablar de algo como eso — Al menos tengan algo de fe en que su planeta podría salvarse.

    — Es muy fácil decirnos eso cuando sabes que tu planeta no será arrasado — Wagner no quiso levantar la voz, puesto a que no era necesario una pelea contra su compañero, pese a la molestia que sentía por sus palabras — Pero tienes razón. Ace, prepárate, porque vamos a mandar un mensaje al Zenith. Quiero que sea un mensaje por escrito y quiero adjuntar las imágenes que captaron las cámaras, y me gustaría que me las guardaras.

    — ¿Necesitas que haga algo? — preguntó Plamo, queriendo saber si podía ser de utilidad.

    — Sí, quiero que cambies el curso de la nave para que vaya en línea recta hacia el este — Wagner ya tenía preparado un curso de acción — Ya sea que los meteoritos vayan o no a la Tierra, van a pasar por nuestra posición, y no quiero que nos encontremos en su camino cuando eso suceda.

    — Como desees.

    Con esas órdenes dadas, Plamo y Ace se pusieron a trabajar en las tareas que Wagner les había asignado mientras que el hijo del comandante Stones comenzaba con la redacción del mensaje para poder enviar al Zenith. Si se trataba de un mensaje escrito con los archivos de imagen y video que la cámara había captado, no se tardaría mucho tiempo en ser replicado a los demás países.

    Los dos comandantes provisionales se encontraban en una situación de bastante estrés y preocupación en aquel momento. La sola idea de que una segunda Gran Catástrofe podría llegar a ocurrir, y que la Tierra podría correr peligro los asustaba bastante. Mucho más si había posibilidad de que la nave xaromitante no pudiera llegar a la Tierra antes que los meteoritos. Una nave con un tamaño así podría albergar a cientos de seres humanos, lo cual significaría incrementar el número de gente que podría salvarse. Pero el pensamiento que más atormentaba a ambos soldados, y que los atormentaría aún más si resultaba ser cierto, era la creencia de que su misión dejaría de tener sentido. Su entrenamiento y sus esfuerzos para ser los mejores estuvieron dedicados a darles la oportunidad de ir al espacio, averiguar lo que causó la Gran Catástrofe y salvar a la Tierra encontrando una manera de evitarla. Si la Tierra terminaba sufriendo de una segunda Catástrofe, no se podría salvar, lo cual significaría un fracaso enorme en su misión. Lo único que podrían hacer en esa situación sería continuar explorando para descubrir la razón por la cual ocurrió lo que ocurrió, y eso sería todo lo que podrían lograr.

    Finalizadas las tareas de cada uno de ellos, Wagner procedió al envío del mensaje hacia el Zenith. El comandante provisional estaba seguro de que Magnus se encargaría de hablar con varios de los líderes de otros países del mundo para que pudieran resolver este problema.

    — Wagner, hay que reunir al resto del equipo e informarles esto — sugería Ace, cosa que Wagner aceptó — Tienen que saber lo que está por ocurrir.

    — Es cierto, encárgate de traerlos a todos aquí — más que una orden, las palabras de Wagner expresaban un deseo.

    — Los buscaré a todos y luego me dirigiré a la sala médica — informó el soldado — Me quedaré con Agustina hasta que despierte, y le contaré lo que está pasando. Tú podrás decírselo a los demás.

    — Yo te acompañaré a buscar al resto del equipo — Plamo ofreció su ayuda — Ya que he sido yo el que descubrió todo esto, supongo que me corresponde a mí informarles.

    — Gracias por habérnoslo avisado y ser discreto al respecto — Wagner apreció la forma de actuar de Plamo.

    — No hay problema — el garak tenía en mente algo que había charlado con Gwyn hace unos días atrás — Si queremos ser capaces de confiar entre nosotros, tenemos que ser honestos y cuidadosos con la información que manejamos.

    […]

    — Mira, la nave del Zenith se ha desviado — informaba Zaid contemplando el radar.

    Xander, quien estaba en la sala junto a Claire y a Gina miró el artefacto tecnológico que estaba equipado en la nave, y efectivamente, pudo notar como la nave a la que ellos habían estado persiguiendo por varios días comenzaba a cambiar su curso de dirección.

    — Se están moviendo en línea recta — notó Gina al ver el radar por su cuenta — Si cambiamos nuestra posición para ir en diagonal hacia ellos, podríamos interceptarlos o al menos acercarnos más a ellos.

    — Considero que la distancia que mantenemos actualmente es bastante prudente — le contestó Xander a la soldado — No veo necesario acercarnos más. No quiero que ellos nos detecten y se preparen para un ataque sorpresa. A esta distancia, no serán capaces de notar que estamos tras ellos. Y aunque me gusta tu idea de interceptarlos, no hay forma de abordar su nave, sin mencionar que no tenemos conocimiento de que pueda haber un planeta habitable cerca.

    — ¿Ni siquiera vas a intentar acercarte un poco más a ellos? — Gina quería saber si su idea sería completamente descartada.

    — ¿Qué acaso no escuchaste lo que yo dije? — preguntó Xander, con un tono algo despectivo — Dije que nuestra distancia actual era bastante prudente. ¿O estás sorda?

    — ¿Por qué tienes que responder así? — a Gina no le gustó esa actitud tan repentina de su líder — Yo solamente hice una propuesta.

    — Y yo te respondí con mi opinión, y tras hacerlo, me hiciste la misma pregunta una vez más — Xander no estaba entendiendo esa conducta de su soldado — No lo entiendo, Gina, eres inteligente. ¿Ha pasado algo contigo?

    — No, no ha pasado nada — al decir eso, la chica agachó su mirada.

    Zaid pudo notar que su hermana estaba mintiendo, y que realmente había ocurrido algo con ella. No entendía por qué ella no quería revelarlo, ya que no era una chica que se guardara las cosas cuando había algo que decir. No tuvo más tiempo para pensar, dado a que Xander le dio una orden.

    — Zaid, quiero que te mantengas vigilando el radar y rastreando continuamente la posición de la nave del Zenith — mencionó Xander, cosa que Zaid escuchó.

    — ¿Cuál es el plan? — preguntó el soldado.

    — En cuanto lleguemos al punto en el que el Zenith llevó a cabo el desvío, quiero que nuestra nave se mueva en la misma dirección — fue la orden del subcomandante de Black Meteor — Mantener la distancia entre ellos es lo primordial.

    — Entendido — Zaid acató la orden de su líder.

    — Gina, Claire, ustedes dos avisen al resto de esto, porque puede que haya que hacer cambio de turnos para mantener vigilado el radar — Xander no quería que se perdiera ni uno solo de los movimientos que la nave del Zenith realizaba.

    Ante las órdenes del soldado, las dos chicas salieron de la sala y fueron a avisar a todo el grupo, para que todos supieran que podrían ser llamados para mantener la vigilancia de cada movimiento que sus enemigos realizaran.

    Una vez las dos chicas se retiraron, Xander dejó pasar unos minutos y decidió salir de la sala. Zaid lo notó, y tuvo deseos de saber qué es lo que haría.

    — ¿A dónde se dirige? — preguntó Zaid, hablando con respeto a su subcomandante.

    — A descansar un poco tras el entrenamiento de hoy — comentó Xander — Yo seré el próximo en quedarse a vigilar ese radar. Por ahora, te dejo a ti a cargo de esto.

    Y de esa forma, el subcomandante de Black Meteor abandonó la sala, dejando a Zaid solo con sus pensamientos. El soldado no podía evitar pensar en la conducta reciente de su hermana. Parecía esforzarse demasiado para que Xander intentara reconocer su idea, como si estuviera intentando ganarse su aprobación o su confianza. Esa conducta era bastante rara en ella, puesto a que su hermana nunca se caracterizó por cosas como esa. Zaid se preocupaba de que hubiera podido pasar algo entre ella e Isac, y que intentara ganarse el favor de Xander para poder enfrentarse con tranquilidad al soldado. Sea lo que fuera que pasara, Zaid se decidió a ir a hablar con su hermana nada más tuviera la oportunidad. Y no necesitó esperar mucho para eso.

    Cinco minutos después de que Xander se fue, Claire regresó a la sala. La novia del subcomandante se acercó al soldado para poder hablarle en voz baja, a pesar de que se encontraban solos en el lugar.

    — Gina fue a su habitación — susurraba Claire al oído de Zaid — Deberías ir a hablar con ella. Tengo el presentimiento de que algo le pasa.

    — Pero Xander me ordenó quedarme aquí y vigilar el radar — Zaid apreciaba la consideración de su compañera, pero no quería desobedecer a su líder.

    — Descuida, él no tendrá problemas con esto — Claire tranquilizó a su compañero — Le diré que estabas cansado por entrenar, y que yo me veía en mejores condiciones para tomar tu lugar. Ve tranquilo.

    — Gracias, Claire, realmente lo aprecio — Zaid decidió ir a ver a su hermana.

    El soldado abandonó su puesto dejando a Claire para que realice su tarea, y posteriormente, procedió a dirigirse a la habitación de su hermana. Al entrar al lugar, pudo ver que ella se veía bastante preocupada, como si tuviera miedo de algo.

    — Gina, ¿qué es lo que ocurre? — Zaid sentía un nudo en el estómago al ver a su hermana en ese estado.

    La chica, que no notó que su hermano había entrado, levantó la vista y lo vio. Ella le indicó con un gesto que se acercara. Zaid avanzó y se sentó a su lado para que pudieran hablar en voz baja. El chico presentía que algo malo le había pasado.

    — Dime, ¿Isac te hizo algo? — Zaid tenía decidido enfrentarlo si ese era el caso.

    — No, no se trata de él, ni siquiera se trata de mí — Gina confundió mucho a su hermano con esas palabras — En el entrenamiento de hoy pude ver a Natasha y a Noak mirándose fijamente.

    — ¿Y eso que tiene? — Zaid no les había prestado atención a ellos, pero no le daba mucha importancia.

    — Pude ver sus expresiones, y en todo momento, eran la misma — Gina lo decía con una voz muy baja para que nadie pudiera escucharla — Los dos se miraban con mucho odio, como si quisieran matarse mutuamente. Algo que no debería pasar entre compañeros de equipo.

    — ¿Y por qué crees que sea eso? — Zaid se asombró un poco con lo que le contaba, al tiempo que intentaba hablar al mismo tono que ella — ¿Tienes una idea?

    — Creo que la tengo, pero no tengo forma de probarlo — Gina se sentía mal por eso — Es por ese motivo que quería que Xander considerara mi idea. Si lo hacía, probablemente me ganaría su confianza y podría hablar tranquilamente sobre esto. Si le digo esto a Xander directamente, él no me tomará en cuenta. Quiero decir, si yo le digo que Noak y Natasha se miran mal, y no tengo una prueba sólida del motivo por el cual lo hacen, no me tomará en cuenta. En cambio, si él confía en mí, es probable que lo haga.

    — Estás dándole muchas vueltas al asunto, Gina — Zaid no creía que esa fuera la mejor forma de actuar — Habla conmigo al respecto, y yo también haré lo posible para mantener vigilados tanto a Natasha como a Noak.

    — Como dije, no tengo pruebas de que esto sea verdad — le decía Gina a su hermano — Luego de que Natasha habló conmigo acerca del asunto de Isac, ella dijo que quería que yo conociera a alguien. Y por la forma en que lo mencionaba, ese alguien debía ser especial para ella.

    — ¿Y?

    — Creo que ese alguien es Ace Lakor.

    — ¿El soldado traidor?

    — Eso creo. Natasha tenía una expresión de odio en su mirada cuando miraba a Noak. Y él tiene como objetivo asesinar a Ace, por lo que sabemos. Si Natasha lo ve tan mal, eso quiere decir que Ace es una persona especial para Natasha. Con lo que dijo Isac, Xander decidió que teníamos la libertad de elegir asesinar a un soldado del Zenith que nosotros quisiéramos, y que solo podríamos matar a uno. Noak quiere matar a Ace, y Natasha claramente no querrá que nada malo le pase.

    — No he visto a Natasha ni a Noak mirándose mal en el entrenamiento de hoy, pero, en cualquier caso, es normal. Probablemente Natasha haya intentado convencer a Noak de que se retracte y eso podría haber hecho que se enojara. Ya sabes cómo es Noak con el asunto de la lealtad y la traición.

    — Sí, lo sé, pero eso no me deja tranquila. Ellos se miran con mucho odio, al menos en el entrenamiento de hoy lo hicieron. Sé que no van a matarse entre sí, pero me da miedo que puedan intentar herirse seriamente para sus propios intereses. Por eso quise que Xander me tuviera en cuenta. Él debería ser capaz de detener todo esto y de asegurarse de que ninguno de los dos vaya a cometer una locura. Pero sin pruebas, no puedo decirle nada.

    — Mira, antes de decir que voy a ayudarte con esto, me gustaría observar a Natasha y a Noak con mis propios ojos — expresaba Zaid — Pero ten por seguro que, si veo lo mismo que tú, me encargaré de apoyarte con esto.

    — Gracias, Zaid — Gina le dio un abrazo a su hermano para mostrarle su gratitud — Me preocupan ellos dos, y no quiero que intenten cometer alguna especie de locura.

    Una vez aclarado el asunto, Zaid se sintió más aliviado al conocer el motivo por el cual su hermana se veía preocupada. Estaba decidido a mantener vigilancia tanto sobre Natasha como sobre Noak para poder descubrir si las cosas eran realmente como su hermana lo había visto, o si se trataba de un pensamiento equivocado.

    Cuando salió de su habitación, se llevó una sorpresa poco agradable al cruzarse con Isac.

    — ¿Qué estás haciendo aquí? — Zaid preguntó con cara de pocos amigos.

    — Estoy de paso, imbécil — Isac respondió con enojo — Voy a ir a buscar algo para comer. Estoy muerto de hambre tras el entrenamiento.

    — ¿Por qué no puedes responder una pregunta de forma normal? — a Zaid no le agradó el insulto — No era necesario insultarme.

    — Vete a la mierda, Zaid — Isac parecía intentar provocarlo — Tú me hiciste una pregunta con una cara de mierda y un tono bastante agresivo. Yo te respondí como lo merecías.

    — Tengo mis motivos para verte así. Recuera que tú admitiste que…

    — Sí, maldito imbécil, lo hice. Y desde entonces, he decidido dejar de ver a tu hermana. Es la chica más sensual del equipo, pero no vale la pena que me meta en problemas solo por eso. Descuida, yo no tengo ningún interés en ti, ni en tu hermana.

    — Bueno, es difícil de creer, teniendo en cuenta de que salgo de su habitación y te encuentro cerca de la puerta.

    — Por el amor de… Eres una dulzura, niñito. Tu preocupación me conmueve. Eres un hermano muy protector. Pero lo que tienes de protector, lo tienes de estúpido. Yo solamente iba a buscarme algo para comer.

    — Sigue tu camino entonces — Zaid se lo quedó mirando fijamente.

    — ¿Acaso todos en esta nave compiten para ver quién es el que pone la peor cara de enojo? — la pregunta de Isac llamó la atención de Zaid.

    — ¿De qué hablas? ¿Quién más ha puesto una cara como esa?

    — ¿Acaso eres un puto ciego? ¿No viste a Noak y a Natasha llevando a cabo su concurso de mirarse feo el uno al otro en el entrenamiento? Abre tus malditos ojos, inútil.

    Isac se retiró del lugar para evitar que la discusión entre él y Zaid continuara. Y al retirarse, el hermano de Gina se quedó pensando seriamente. Era posible que Isac realmente estuviera espiando a su hermana en ese momento, pero ambos habían hablado con una voz muy baja al momento de discutirlo, por lo que sería imposible que su compañero los hubiera podido escuchar. Todo esto llevó a Zaid a pensar que su hermana tenía razón con lo que decía sobre sus dos compañeros. Sin embargo, él no había visto a Natasha y Noak mirarse de la forma en que su hermana e Isac lo hacían parecer. Y por lo que se podía ver, Isac no se tomaba ese asunto con mucha importancia, dado a que él mismo lo llamó un “concurso de mirarse feo”.

    Aun así, todo esto le daba algo de razón a las sospechas de Gina, por lo que Zaid decidió ir a buscar a Casey y a Paul, para poder hablar sobre dicho tema. El soldado fue a la habitación de Paul, y tocó la puerta. Estuvo esperando por más de un minuto y no recibió respuesta, lo que le indicó que debía dirigirse a la habitación de la chica si los quería encontrar. Se movió unos pasos hasta la habitación de Casey, y tocó la puerta para ver si podía entrar.

    — ¿Quién es? — preguntó Casey desde su habitación.

    — Soy Zaid, ¿tienen un minuto? — preguntó el soldado a la pareja.

    — Claire y Gina ya nos avisaron sobre la orden de Xander de mantener el radar bajo vigilancia — Paul fue el siguiente en hablar — Si pudieras dejarnos tranquilos por media hora, te lo agradeceríamos.

    Zaid entendió que ese no era un buen momento para poder hablar con ellos dos, por lo que se disculpó con ambos y se fue del lugar. Casey y Paul se sentían bastante molestos con él por eso, dado a que habían sido interrumpidos mientras estaban quitándose la ropa. La pareja se había decidido a pasar un momento íntimo tras el entrenamiento que habían tenido durante el día, y la pequeña y molesta aparición de su compañero era algo que no estaba en sus planes.

    — En serio, a veces ese chico es algo molesto — expresaba Paul, con una expresión que mostraba enojo en su rostro — ¿Acaso no tenemos derecho a un momento para nosotros?

    — Olvídate de él, Paul, ya se fue — le contestó Casey a su novio — No creo que nos vuelva a molestar hasta dentro de media hora, como le has dicho.

    — Es solo que me molesta no poder estar tranquilo contigo — expresó el soldado — Desde que ellos se unieron al grupo, no hemos tenido muchos momentos de paz para nosotros.

    — Sí, lo sé, pero él ya se fue — la chica quería motivarlo a que continuaran — Vamos, desvístete rápido y ven a la cama.

    — Creo que es lo mejor. Conociéndolo, volverá en media hora tal y como yo se lo dije.

    La pareja decidió continuar con su actividad aprovechando el tiempo antes de que su compañero regresara para volver a molestarlos. Ambos se desvistieron, y una vez terminaron, se acostaron juntos en la cama de la habitación para poder comenzar de una vez con sus relaciones sexuales.

    Zaid, por su parte, se había ido a su habitación. Imaginó que Claire iba a estar ocupada vigilando el radar, y si regresaba, probablemente ella le preguntaría lo ocurrido con Gina. Si decía que estaba solucionado, probablemente Claire lo haría quedarse en la sala a continuar con la vigilancia del radar; y si decía que el problema no se solucionó, estaría causando preocupación innecesaria.

    Natasha, en su habitación, se encontraba pensando muy seriamente acerca del cruce de miradas que había tenido con Noak. Ella pudo ver que su compañero estaba totalmente decidido a eliminar a Ace, y que debido a las palabras que Isac había dicho, ya no era necesario ganar una votación mayoritaria para eso. La chica no quería perder la oportunidad de volver a ver a Ace, y mucho menos de estar con él y hablar acerca de lo ocurrido. Luego de su separación con Shun, ella deseaba verlo más que nunca. Pudo controlar sus emociones de forma en que no afectaran su rendimiento en los entrenamientos, pero eso no quería decir que lo había olvidado o que su deseo de verlo hubiera desaparecido. Desde que se enteró gracias a Lathan que él estaba vivo, era de las pocas cosas que le importaba.

    — Si pudiera matar a otro de ellos, quien sea, o al menos asegurarme de que alguien más lo haga, él y yo tendremos la oportunidad de estar en el mismo equipo otra vez — pensaba Natasha, considerando en las opciones que se podrían presentar al momento de encontrarse con Ace — Esperé mucho tiempo para poder volver a vernos, y ese niño no me va a quitar mi oportunidad.

    Sin embargo, mientras Natasha pensaba eso en su habitación, su contrincante en la “carrera” que Isac propuso y que Xander estableció, regresaba a la sala de entrenamiento. Noak preparó el equipo de pesas para poder llevar adelante su rutina de ejercicios. Tal y como él esperaba, era el único soldado en la sala.

    — Nadie se toma en serio el entrenamiento o la misión — Noak pensaba que ese era el caso — Luego de todas las historias que hemos escuchado y que ellos han vivido — por ellos se refería a los soldados que no eran de su promoción — No pueden tomarse al Zenith a la ligera. Me sorprende que ni siquiera Xander esté aquí. Pero si él mismo está conforme con su rendimiento, supongo que no puedo hacer nada.

    Tras expresar sus pensamientos sobre sus compañeros, el soldado inició su entrenamiento. Tenía decidido entrenar tanto su fuerza como su resistencia en esa ocasión, por lo que, una vez que terminara con su ejercicio de levantamiento de pesas, comenzaría a trotar alrededor de la sala. Con un único objetivo en su mente, eliminar al soldado que en el pasado traicionó a su país.

    […]

    Ocho horas habían transcurrido desde que se envió el mensaje a la Tierra desde la nave del Zenith, y finalmente, habían obtenido la respuesta. Todos los soldados que iban a bordo de la nave, incluyendo a Agustina, quien ya se encontraba despierta y en condiciones para estar fuera de la sala médica, esperaban pacientemente a que Wagner les informara lo que había pasado. Tras haberse enterado de una posible segunda Catástrofe, los nervios brotaron en cada uno de ellos, sobre todo en los soldados que tenían familiares con vida en la Tierra. Muchos de ellos tenían decidido que, si la respuesta era positiva, y los meteoritos se dirigían a su planeta, lo primero que harían sería regresar para ayudar con la evacuación.

    Wagner abrió el mensaje que Magnus le envió desde la base del Zenith, y al leerlo, se tranquilizó bastante por la respuesta recibida.

    — Los científicos han usado sus telescopios para poder observar los meteoritos — relataba Wagner con una sonrisa de tranquilidad, que no pasó desapercibida para los demás — Y pudieron determinar que no se están dirigiendo a la Tierra. Podemos estar tranquilos.

    Una vez dichas esas palabras, la tensión que había en el ambiente, principalmente en los tripulantes humanos de la nave, desapareció. Ninguno de ellos lanzó un grito de euforia, puesto a que no era un motivo de celebración. A pesar de la alegría que sentían de que los meteoritos no se dirigían a la Tierra, el simple hecho de que estuvieran recorriendo el espacio era bastante preocupante.

    — Supongo que es un alivio — Thomas no se sentía del todo aliviado, a pesar de sus palabras — Pero eso no quiere decir que podríamos no tener mucho tiempo restante, a pesar de que no se dirijan a la Tierra. Después de tantos años, una Gran Catástrofe volvió a ocurrir. Solo que esta vez tenemos la suerte de que no la vamos a sufrir.

    — Eso es verdad — Dustin se sumaba a la preocupación que sentía su compañero — Lo que sea que haya pasado hace varios años atrás se repitió. Lo que quiere decir que la causa de la Gran Catástrofe no fue un hecho accidental, y que puede repetirse en períodos largos de tiempo. Nada garantiza que dentro de unos años más pueda volver a pasar, y que nuestra Tierra sea el objetivo cuando así suceda.

    — Y es por eso por lo que estamos realizando esta misión — Wagner, quien ahora estaba más tranquilo, quería contagiar esa sensación a los demás — Vamos a averiguar por qué sucedió. Y eso aplica para las dos. Aunque es muy probable que la causa sea la misma, yo no descarto la posibilidad de que cada una de las Catástrofes fuera causada por un detonante distinto. Piensen en esto, nos estamos dirigiendo al lugar de donde provinieron los meteoritos, y mientras lo hacemos, ha ocurrido el mismo acontecimiento. No importa si es una sola causa, o si son varias, lo importante es que todas vienen del mismo lugar.

    — Cuando lleguemos a ese lugar lo vamos a descubrir todo — expresaba Aurio, con muchos deseos de encontrar las respuestas que buscaban.

    — No solo a descubrirlo, también vamos a detenerlo — Ace estaba bastante seguro de que lo podrían conseguir.

    — Aunque hay algo que no me deja tranquilo en todo esto — expresaba Plamo, quien no pudo evitar recordar el pasado.

    — ¿De qué se trata? — preguntó Kila, algo curiosa por ver lo que su compañero tenía en mente.

    — Cuando La Gran Catástrofe nos golpeó a nosotros, los planetas en los que habitábamos terminaron gravemente dañados — explicaba el garak — Los xaromitantes y los berrod incluso terminaron perdiendo los suyos. Ahora, es posible que dentro de unos días eso mismo le pueda pasar a otra especie. Lo que quiere decir que en cualquier momento se podrían llegar a repetir situaciones como las que hemos vivido nosotros con los berrod.

    — Un motivo más por el cual deberíamos darnos prisa para encontrar las respuestas — expresaba Alicia, algo intranquila al pensar en todo lo que vivió como consecuencia de la primera Gran Catástrofe.

    — Lo bueno es que vamos directo al lugar de origen de la Catástrofe — Wida sabía que eso era una ventaja.

    — Así es, pero hay un gran problema que nos puede terminar retrasando mucho más — explicó Wagner a todos los presentes — Mientras nosotros nos dirigimos a ese lugar, una gran cantidad de meteoritos están saliendo de allí. Para evitar que choquen con nuestra nave y la hagan pedazos, vamos a tener que mantener una gran vigilancia constante e ir cambiando el curso a medida que avanzamos. Eso nos apartará de nuestro objetivo mientras esperamos que esta nueva Catástrofe termine.

    — ¿Cuál es el plan, Wagner? — preguntó Gwyn, con curiosidad por saber cómo iban a proceder.

    — Quiero que siempre, y por siempre me refiero a cada momento sin excepción, haya como mínimo dos personas en esta sala monitoreando la situación, el tiempo que sea necesario hasta que la “Réplica Catastrófica” se termine o hasta que nosotros la pasemos de largo — decía Wagner, que, sin haberse dado cuenta, había bautizado a este evento que estaba a punto de suceder — No importa que tanto haya que desviarse, lo haremos. Todo sea con el fin de evitar daños contra la nave. Una vez que ya no queden meteoritos en el camino, retomaremos el curso que estábamos siguiendo, y con suerte llegaremos al punto de origen de la Gran Catástrofe sin más demoras o problemas.

    — Thomas, Gwyn, ¿les molestaría a ustedes ser los dos primeros en quedarse en la sala a realizar el monitoreo? — preguntó Ace, viendo que Wagner era quien se estaba encargando de tomar cada decisión importante — Agustina y yo los vamos a reemplazar una vez que estén cansados, y luego de nosotros vendrán Michael y Alicia.

    — No tengo ningún problema — contestó Gwyn, aceptando la orden de su compañero.

    De esa forma, con el asunto ya resuelto, el equipo entero podía relajarse un poco gracias a la noticia de que la Réplica Catastrófica, como así la llamó Wagner, no impactaría en ninguno de sus planetas. Sin embargo, tal y como el hijo del comandante Zion lo había dicho, a pesar de que sus planetas estarían a salvo, la misión se retrasaría bastante, dado a que tendrían que pasar bastante tiempo realizando maniobras preventivas para evitar que uno de los meteoritos impactara contra la nave. A pesar de que la nave xaromitante podía separar partes del cuerpo de esta, lo ideal era mantener a salvo la gran mayoría de la misma en lo posible.

    Con tantas cosas en mente, el grupo se dispersó para retomar sus actividades normales, mientras que Thomas y Gwyn se encargarían de quedarse en la sala en el primer turno.

    […]

    Varias horas habían pasado, y con eso, terminaron siendo Ace y Agustina quienes se encontraban en la sala, manteniéndose en alerta constante y al revisar las imágenes captadas por la cámara exterior de la nave. Afortunadamente para ambos, luego del movimiento que la nave realizó al momento en el que Wagner y Ace tomaran la decisión de enviar un mensaje al Zenith, la misma se encontraba fuera del alcance de los meteoritos, por lo que podían observar en la pantalla.

    Agustina tenía la vista fija en el monitor, mientras que Ace se encontraba sentado cerca del tablero de comando con el cual podría cambiar la dirección de la nave en caso de que su chica le advirtiera sobre la presencia de meteoritos acercándose a ellos. La sala estuvo en silencio hasta que el comandante provisional decidió romperlo.

    — Ha sido así en estos días — dijo Ace.

    — ¿Qué cosa ha sido así? — Agustina sentía curiosidad por saber a qué se refería.

    — Wagner ha sido quien ha estado organizando al equipo en todo momento — contestó Ace, pensando seriamente que se estaba quedando atrás — Lo único que puedo hacer es estar de acuerdo con sus ideas, dado a que son ideas que benefician por completo al equipo. Él es mucho más rápido para pensar, para decidir y para expresarse. Creo que no ha habido ninguna decisión importante mía en todo el tiempo que ha pasado desde que iniciamos la misión.

    — Ace, yo… — Agustina tenía ganas de decirle algo para animarlo, pero no estaba segura de qué podría decir, puesto a que consideraba que Ace tenía la razón — Eres bastante capaz de hacer lo mismo, Ace — para ella eso no era lo mejor, pero era lo que se le ocurría — Tú no eres diferente a él, y yo sé que tú lo puedes demostrar. En el planeta Emiv has logrado organizarnos muy bien. Solamente tienes que pensar con el mismo criterio, pero teniendo en cuenta de que ya no somos solo nosotros dos, Thomas y Gwyn, sino que somos un equipo de catorce personas. Creo que no has tenido la oportunidad de asimilar que el equipo entero está bajo tu mando, y es eso lo que te retiene. Pero yo sé que eres capaz de lograrlo.

    — Gracias por tus palabras de apoyo, Agustina — Ace estaba muy conmovido al escucharla — Pero te estás equivocando. Yo sé bien que tengo un equipo más grande a mis espaldas, y me he preparado psicológicamente para darles órdenes a todos. Sin embargo, no puedo analizar y responder a la misma velocidad que Wagner.

    — Ace, yo te conozco, y sé que no te rendirás — Agustina empezó a sentirse mal por verlo hablar así de él mismo — Tú dijiste que querías ser comandante. Lo has querido desde que te dijeron que era una posibilidad.

    — No pienso rendirme aún, pero si Wagner me sigue superando, no me quedará más opción que aceptar que he sido vencido — le contestó Ace, algo desanimado por sus pensamientos — No tiene sentido mantener una competencia si él me sigue sacando ventaja con cada situación que ocurre.

    Antes de que la conversación pudiera continuar, Alicia y Michael entraron a la sala. Tal y como se había acordado, una vez que tanto Ace como Agustina terminaran su turno, ellos dos serían los encargados de reemplazarlos. Sin embargo, la pareja se sorprendía mucho al verlos, puesto a que faltaban varias horas para que se realizara el cambio de turno.

    Ace y Agustina vieron que Alicia tenía un objeto en sus manos, pero desde la posición en la que estaban no podían verlo muy bien, por lo que decidieron preguntar.

    — ¿Qué es esto que tienes en tus manos, Alicia? — Agustina no quería levantarse de su puesto.

    — Es algo que yo tomé prestado de ti, y que te quiero regresar — Alicia se acercó a ella.

    Agustina no entendía lo que quería decir, pero luego de que Alicia se aproximara a ella, fue que lo comprendió. Su compañera llevaba en sus manos una daga, la misma que Plamo le había dado en el planeta Emiv. Entonces lo recordó completamente. Al momento en el que ella se separó de su equipo para ir en ayuda del resto de sus compañeros, el garak le entregó la daga de Qaior para que ella tuviera algo con lo que defenderse en caso de quedarse sin energía y sin balas en su rifle.

    — Me lo diste al momento de que nos separamos para ir al planeta Fientlig — le dijo Alicia, sabiendo que ella debería ser capaz de recordarlo, mientras entregaba la daga a su compañera.

    — Así es, ya lo recuerdo — contestó Agustina sosteniendo la daga en su mano luego de que su compañera se la devolviera — La había olvidado por completo hasta ahora.

    — Alicia creyó que sería bueno que tú la tuvieras, y que comenzaras a entrenar con ella — explicó Michael — Dado a que no conocemos los riesgos que puedes correr al disparar energía, sería prudente que no la utilizaras, y que en su lugar te quedaras con esta daga para las peleas cuerpo a cuerpo.

    — Muchas gracias — Agustina sabía que sus compañeros hacían eso para que ella tuviera con qué protegerse — Yo ya me había olvidado por completo de esto.

    — Michael, Alicia, muchas gracias por esto, lo digo en serio — Ace se sentía conmovido por ese gesto — Esto demuestra que ustedes dos se preocupan bastante por Agustina. Y tengan por seguro que yo me aseguraré de ayudarla a entrenar en combate cuerpo a cuerpo con esa daga.

    — ¿Tienes experiencia con esa clase de armas? — Alicia quería conocer si Ace sería capaz de entrenarla solo o si necesitaría ayuda.

    — Tengo conocimiento, pero no experiencia — contestó Ace con total sinceridad — Pero una vez que comencemos a entrenar, estoy seguro de que yo también aprenderé bastante.

    — Si necesitan ayuda para esos entrenamientos, Alicia y yo estaremos siempre disponibles — contestó Michael apoyando una mano en el hombro de Ace y la otra en el de Agustina — Somos compañeros. No duden nunca en llamarnos.

    — Jamás lo haremos — Agustina abrazó a su compañero por unos segundos, y luego hizo lo mismo con su compañera.

    Una vez que la daga fue entregada, Michael y Alicia les dijeron a Ace y a Agustina que se retirarían a comer algo para poder estar listos para cuando llegara el momento del cambio de turno. Saludaron a sus compañeros con la promesa de regresar en un par de horas más y luego abandonaron la sala de comandos. Al salir, Michael no podía evitar pensar en lo que acababan de hacer.

    — No deberías estar recibiendo un arma, Agustina — Michael reservaba sus opiniones para sí mismo — Deberías estar siendo llevada a la Tierra para recibir atención médica. Te ruego que me perdones, a mí y a Alicia, porque esa daga es todo lo que podemos darte ahora. Pero una vez que superemos a Wagner y uno de nosotros sea nombrado comandante, lo primero que haremos será llevarte a la Tierra para que podamos asegurarnos de que estés bien, sin hacer que te sientas responsable de que la misión se retrase unos pocos días. Es una promesa. Una promesa que los dos hicimos.
     
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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Saludos amigo, como siempre es un placer continuar la lectura de esta fantástica historia ficticia. Comentaré lo más destacado, as always XD.

    El capítulo anterior acabé realmente intrigado por saber que era lo que Plamo había visto desde el puente de mando, y nada más empezar se revela que es una oleada de meteoritos que se dirigen hacia la nave. Ace y Wagner comienzan a ponerse en lo peor (lógicamente) mientras Plamo cree que no se dirigen a Garak. Sinceramente, no creía que una segunda catástrofe estuviese por suceder, porque estoy seguro que de ser así, lo habrías remarcado y hubiese sido algo más épico que un simple grupo de meteoritos. Aunque me quedo con el hecho de que si hay meteoritos, no deben andar lejos del lugar del que salen. Finalmente, optan por variar el rumbo para evitar la colisión y advertir de la noticia al grupo y obviamente al planeta Tierra.

    La siguiente escena es de Black Meteor, en la que vemos que Zaid detecta el cambio de rumbo de la nave del Zenith. Gina propone una idea y recibe una contestación bastante borde por parte de su líder (como dije, llamarle subcomandante Xander se le ha subido a la cabeza :v) por lo que se resiente, aunque luego resulta que hay algo más. Y es que tras este momento, Zaid habla con su hermana y descubre que ésta está preocupada por como se miran Natasha y Noak, aunque sin pruebas poco se puede hacer. Curiosamente por allí pasa Isac, el cuál revela también haber visto esas malas miradas. Zaid no es tonto y se percata de que probablemente ocurre algo entre estos dos. Mi opinión es que es más que evidente de que habrá conflicto entre ambos y no puedo esperar para verlo XD. Noak se dispone a entrenar y se pregunta porque los demás no lo hacen (si el idiota solo entrena con la idea de matar a Ace, vaya objetivo más pobre por mejorar :v).

    Tras esto regresamos con el Zenith, los cuáles han recibido la confirmación de Magnus de que esos meteoritos no se dirigen a la Tierra (menos mal XD). Lógicamente, permanecerán vigilantes y es por ello que harán turnos para monitorear la situación y tener el control absoluto de la nave. El detalle de que la nave xaromitante se puede dividir en compartimentos para soltar llegado el caso me hace presagiar una situación así en el futuro. Solo espero que no se lleve a nadie importante por delante algo así :( pero bueno, el capítulo termina con Ace y Agustina juntos en el puente de mando. Ace siente que no está siendo todo lo líder que puede ser y que Wagner le está comiendo terreno (también lo veo así y me cabrea, lo sabes XD) por lo que parece sentirse algo abatido. Todo eso contrasta con Michael, el cuál aparece con Alicia para entregar la daga que portaba Qaior a Agustina, su legítima y actual dueña XD. Los pensamientos finales de Michael dicen mucho y contrastan con Ace, viendo a uno de ellos ambicioso por el puesto (sin siquiera ser alguien a tener en cuenta por sus superiores) y al otro con la sensación de que está perdiendo la posibilidad de obtener ese puesto.

    Creo, sinceramente, que los tres son dignos para el puesto y no me sorprendería que les dieras un grupo para cada uno en el futuro. Aunque ahora mismo Michael me parece el más sensato. Dicho todo esto, debo añadir que el capítulo anterior me gustó más pero que comprendo que la introducción acaba ahora y próximamente entrará en acción la trama principal, lo que muero por saber. Será hasta la próxima, amigo.
     
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  13. Threadmarks: Sector misterioso
     
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    La Gran Catástrofe V Dominio Aislado
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    Ciencia Ficción
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    36
     
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    7729
    Saludos a todos los lectores que se hayan encontrado con esta historia, y un abrazo especial a Resistance por estar ahí semana a semana desde hace ya más de 3 años.

    Luego de haber superado los 6 capítulos de introducción, ya podemos ir entrando en lo que viene siendo la trama de la parte V. El título cobrará sentido dentro de poco, incluso creo que ya puede empezar a deducirse con la lectura de este capítulo. No prometo que aceleraré las cosas, ya que para mí, los capítulos que siguen mantendrán el ritmo que venimos siguiendo con los anteriores. La única diferencia es que ahora nos metemos en la trama de esta parte. Sin nada más que decir puesto a que no hay noticias importantes, los dejo con la lectura.




    Sector misterioso:

    Como consecuencia de la Réplica Catastrófica, nombre que Wagner le había dado al acontecimiento ocurrido en medio de la exploración, el grupo del Zenith se vio totalmente obligado a desviar el curso de su nave para poder mantenerla a salvo del daño de los meteoritos. Durante un mes y medio, el día a día en la nave del Zenith consistía en mantener a dos personas o más en todo momento presentes en la sala de comandos para que pudieran evadir las piedras espaciales. Así como estuvieron un mes y medio desviando la nave, se necesitó de otro mes y medio para poder retomar el curso una vez que se detectó que todos los meteoritos ya habían pasado.

    Constantemente, un soldado en el turno de guardia se encargaba de comunicarse con la Tierra para asegurarse de que ninguno de los meteoritos divisados se dirigiera a su planeta. Afortunadamente para ellos, eso no ocurrió. Debido a la presencia de meteoritos cercana al Sistema Solar, a pesar de que no fueran a parar en la Tierra, las naves estándares del Zenith no contaban con una cámara con tanto poder de visión como la de los xaromitantes, por lo que detectar la presencia de meteoritos sería complicado. Eso terminó causando que ninguna nave de su país fuera lanzada hacia el espacio, tal y como el comandante Zion Stones planeaba hacer. Durante tres meses, la actividad espacial en el Zenith fue prohibida, lo que sumaría más retrasos a la misión para el país. El tiempo se hacía cada vez más y más corto.

    Por fortuna, luego de que la Réplica ya no representase un peligro, la nave xaromitante se encontraba en su curso nuevamente. El desvío fue inevitable, junto con los tres meses de retraso, pero luego de todo ese tiempo, todo volvió a la normalidad para ellos.

    En la sala de comandos se encontraban tanto Wida como Aurio. Era la pareja de xaromitantes la encargada de monitorear la situación, dado a que Wagner y Ace consideraban que lo mejor era no relajarse tan rápido. La pareja se encontraba en silencio hasta que alguien entró por la puerta. Se trataba de Lankir. Al verlo, Aurio y Wida no pudieron evitar mostrar una mueca de desagrado en sus rostros. El hijo de Terrior los vio, y también vio esa expresión que habían puesto, pero aun así quiso hablar con ellos.

    — Hola, Aurio — saludó con educación — Hola, Wida.

    — Lankir, ¿todo se encuentra bien? — contestó Aurio, mirándolo fijamente a la cara.

    — Sí, no tienen que preocuparse por mí, aunque sé que eso no lo hacen — contestó de forma irónica el xaromitante — He venido aquí a hablar con ustedes.

    — ¿Acerca de? — Wida quería saber si Lankir iba a amenazarlos, puesto a que no se lo veía muy feliz.

    — Acerca de lo que pasó con nuestra relación — Lankir los tomó por sorpresa — Ha pasado mucho tiempo, y por culpa de la maldita Réplica Catastrófica no he podido encontrar el tiempo para hacerlo. Pero ya que estamos viviendo un momento de tranquilidad, lo voy a hacer.

    — ¿Qué es de lo que quieres hablar? — Wida retomó la palabra — Tú y yo no somos nada. Aurio y yo estamos juntos hace tiempo y así estamos bien.

    — Y yo lo sé, y al principio no lo podía aceptar — comenzó explicando Lankir — Pero ahora… ya no me duele. Ustedes dos eran, o mejor dicho son, mis amigos. Y yo reconozco que fui en parte el responsable de la muerte de Gan. No lo pude proteger, y creo que nunca me he disculpado contigo de forma sincera, Wida — sus palabras sorprendieron a ambos — Lo lamento. No entrené lo suficiente, y no fui capaz de ayudarlo. Sé que mi disculpa no lo va a traer de vuelta, pero necesito saber que entre nosotros tres no habrá ningún rencor. Quiero que seamos compañeros que puedan mirarse a la cara y no sentir furia. Quiero asegurarme de que puedo confiar en ustedes cuando estemos en el campo de batalla, y que ustedes consideren lo mismo de mí. Por favor. No puedo seguir soportando que dos personas que fueron mis amigos me vean así cada día. Quiero que me perdonen por mi falta de preparación al momento de aterrizar en el planeta Emiv.

    Dichas palabras tuvieron su impacto tanto en Aurio como en Wida. Los dos xaromitantes no esperaban recibir una disculpa así por parte de su compañero, y las palabras que él decía eran hirientes en cierto punto. Ciertamente, ellos dos siempre habían estado mirando a Lankir con un leve resentimiento, y entendieron que, por más de que consideraran que estuviera justificado, eso lo estaría lastimando bastante.

    — Aurio… — Lankir continuó antes de darles más tiempo para pensar — ¿Recuerdas que tú y yo éramos mejores amigos? Quiero volver a esos tiempos. Cuando tú y yo salíamos a divertirnos tras practicar y asistir a las clases. Porque ahora que nuestra nave va en la dirección correcta, encontraremos las respuestas a la Gran Catástrofe y una vez que nos aseguremos de que no se repetirá otra vez, podremos vivir tranquilos junto a los garak. Quiero que, para cuando llegue ese momento, nosotros tres estemos en buenos términos.

    Sus palabras conmovieron a la pareja de xaromitantes. Era cierto lo que decía, y Aurio, quien conocía a Lankir muchos años antes de que tuvieran que partir de su planeta, era él que más sentía su dolor. Tanto él como Wida le hicieron sentir que era el responsable de la muerte de Gan, para luego iniciar una relación tras la ruptura de Lankir con Wida. Habían hecho que Lankir pasara por una carga emocional muy grande en muy poco tiempo, teniendo en cuenta que él estuvo en peligro de ser asesinado en el planeta Emiv. Los dos se sentían mal al escucharlo decir esas cosas. Incluso él no les había exigido una disculpa por nada, sino que fue él quien la estaba ofreciendo.

    — Lankir, yo también quisiera que tú me perdonaras — Aurio se sentía algo arrepentido por las cosas que pasaron — A pesar de todo, tú no eres un xaromitante de naturaleza guerrera. No tuve eso en cuenta en ningún momento y solamente dije cosas negativas respecto a ti, sin tener en cuenta cómo podrían afectarte. Tus fortalezas no son las mismas que las mías, y debí tener eso en cuenta al momento de regañarte. Después de todo, el arma que tú creaste es una invención de primera que fue bastante útil. Acepto tus disculpas, y también quiero saber si podrías ser capaz de perdonarme.

    — Yo ya los he perdonado — decía Lankir acercándose a ambos — Ustedes dos tuvieron sus motivos. Los he comprendido. Sigo pensando que podrían haber elegido otra manera, pero yo los comprendo.

    — Lankir… — Wida parecía menos entusiasmada respecto a eso, pero las palabras que Lankir decía ciertamente eran palabras de bondad, sin intenciones ocultas por su parte — Lamento lo que te hice — Wida se adelantó para poder abrazarlo — Te lastimé, cuando tú ya estabas bastante lastimado por las heridas físicas y psicológicas que te causó el haber ido a la misión. Solo pensé en mis sentimientos y no en los tuyos. Y eso no fue justo. Lo lamento.

    — No hay nada que lamentar — Lankir sonreía en el abrazo que recibía — Eres nuestra única mujer con naturaleza guerrera. La decisión que tomaste fue sensata, y no te puedo criticar por ello.

    Tras un minuto, los tres xaromitantes que iban a bordo de la nave se encontraban abrazados. Lankir había logrado lo que quería. Sus dos amigos lo habían aceptado. Ya se sentía con una carga liberada de encima, dado a que no soportaba la forma en la que ellos lo miraban a diario. Con ese asunto resuelto, el hijo del líder de los xaromitantes dirigió sus palabras a sus dos compañeros.

    — Yo vendré a reemplazarlos en una hora — informaba el xaromitante — Wagner me acompañará. Una vez que regrese, ustedes podrán irse a descansar.

    — Gracias, amigo — Aurio contestó con una sonrisa — Pero antes de que te vayas, quiero que me hagas una promesa.

    — Seguro, ¿de qué se trata?

    — Promete que vas a entrenar cada día — Aurio supo que eso no le haría daño — Te fortalecerás, y eso te volverá un mejor guerrero.

    — Me he mantenido en constante entrenamiento desde que inició la misión — Lankir contestó con confianza — Cuando nos toque aterrizar te demostraré lo fuerte que me volví si nos toca pelear en algún momento.

    — Eso es algo que quiero ver — Aurio estaba muy entusiasmado con las palabras que Lankir decía.

    Una vez el asunto que tanto mantenía preocupado a Lankir ya estaba resuelto, el xaromitante decidió dejar en paz a la pareja, para que ambos pudieran estar juntos. Aurio y Wida aprovecharon el silencio una vez que su amigo se retiró para reflexionar de forma más profunda sobre lo mal que lo habían tratado. Aurio se sentía mal por haber aprovechado la muerte de Gan para convencer a Wida de que Lankir no le convenía si quería sobrevivir, y Wida pensó en lo poco sensible que fue con él al momento de cortar su relación. Lankir era una persona menos rencorosa que ellos dos, así se sentían y así lo demostró con las palabras que fue a decirles.

    — Él tiene razón en todo lo que dijo — Aurio comentó — Lo hemos tratado muy mal por mucho tiempo. Y es nuestro compañero. Nuestro amigo. No debimos ser tan duros con él.

    Wida no quería contestar con palabras, puesto a que ya se sentía bastante culpable, y suponía que Aurio también como para agregar mayor sentimentalismo al asunto.

    […]

    En la sala de entrenamiento de la nave, Agustina se encontraba practicando ataques utilizando la daga que Alicia y Michael le habían entregado hace tres meses. La chica estuvo entrenando su uso durante mucho tiempo, y era el momento de probarla en una pelea. Ace, Thomas y Gwyn se encontraban junto con la chica, los tres con sus armaduras y cascos puestos, dado a que sabían que una daga como esa era un arma con bastante filo. Agustina se acercaba a ellos realizando estocadas y ataques directos hacia sus cuerpos, teniendo el máximo cuidado de no apuntar hacia órganos vitales. La tarea de los otros tres soldados era bloquear sus ataques y luego devolverlos, para que ella pudiera practicar también su defensa con la propia daga.

    Si bien, Agustina no era una maestra en su uso, podía responder en un tiempo correcto a los ataques de sus compañeros, y los ataques que realizaba sobre ellos eran bastante rápidos y precisos a pesar de que se contenía por estar en un entrenamiento.

    Tras una sesión de una hora y media, los cuatro soldados decidieron cortar con el entrenamiento.

    — Has mejorado bastante, Agustina — Gwyn felicitaba a su compañera — Esa daga puede compensar la carencia de energía.

    — Además, a diferencia de la energía de nuestros cuerpos, esa daga puedes usarla de forma ilimitada, siempre y cuando que no la pierdas — continuó Thomas — Y por lo que yo recuerdo, su filo es capaz de romper una capa de energía — al decir eso, el soldado se miró la mano, recordando la herida que le hicieron en dicho lugar.

    — Muchas gracias por ayudarme a entrenar — Agustina sonreía a sus compañeros — Esto no sería posible sin ustedes.

    — Es todo lo que podemos hacer — Ace decidió acercarse a ella para abrazarla.

    — Solo desearía que Michael y Alicia entrenaran más tiempo con nosotros — expresaba Agustina — Desde que me dieron la daga, hasta el día de hoy, solamente han entrenado tres veces junto a nosotros.

    — Tres veces en tres meses, promedio de una vez por mes — agregó Thomas — Y la última vez fue hace más de un mes, exactamente. Me pregunto qué les pasará.

    — ¿Crees que les pase algo? — Gwyn no lo veía como algo muy importante — Yo lo veo como algo normal. Después de todo, es normal que ellos quieran estar solos. Digo, no es como si nos ignoraran por completo. Siempre cenan junto a nosotros, no es como si nos estuvieran evitando.

    — Pero antes hacían eso y además entrenaban con nosotros — Thomas explicaba su punto — Ya llevamos más de un mes sin entrenar juntos. Es como si quisieran volverse fuertes por su cuenta y mantenernos alejados.

    — Thomas, creo que estás empezando a tener algo de paranoia — Ace estaba de acuerdo en las cosas que Gwyn decía — Tal y como dices, ellos han entrenado muchas veces con nosotros en el pasado. Quizá quieran probar una nueva táctica de pelea juntos para incorporarla a los entrenamientos con nosotros, y es posible que se quieran asegurar de que son efectivas.

    — Si tú lo dices, supongo que será verdad — contestó Thomas, que creyó que eso tenía lógica — Es solo que me parece extraño viniendo de ellos. Más que nada, de Michael.

    — ¿Por qué te parece extraño de su parte? — Agustina quería saber lo que pensaba.

    — Porque él mismo nos ha dicho en el pasado que para él somos como hermanos — Thomas no olvidaría jamás ese momento — Michael y yo hemos tenido nuestra historia, y ustedes dos lo recuerdan bien — el soldado se refería a la primera misión oficial que tuvieron — El hecho de que Michael, a pesar de todo lo que vivimos, me llegara a considerar como un hermano fue algo que me dejó impactado. No es sencillo de olvidar algo así, mucho menos proveniente de él. Pero ahora, cuando se trata de entrenar, una actividad que nos ayuda a volvernos más fuertes, tanto él como Alicia se distancian de nosotros.

    — Bueno, eso tiene una solución — le contestó Gwyn — Podemos ir a hablar con ellos ahora mismo y preguntarles.

    — Preferiría no hacerlo de inmediato — a Thomas no le gustó esa idea — Si bien, tengo mis motivos, también está la probabilidad de que todo el asunto de la Réplica los haya estresado demasiado y que prefieran la soledad. Ahora, dicho problema está terminado. Quiero esperar una semana o dos y ver cómo progresa todo esto. Si las cosas no vuelven a la normalidad, está claro que hablaré con ellos.

    Aunque Agustina extrañaba entrenar con Michael y Alicia con la frecuencia con la que lo hacían antes, ella no compartía el pensamiento de Thomas de que sus dos compañeros se estuvieran aislando del grupo. Ace y Gwyn, por su parte, sabían que debía haber algún motivo lógico para el que lo hicieran, por más de que Thomas dijera la verdad. El soldado, por su parte, temía que algo estuviera pasando con sus compañeros, y que estos no fueran directos al momento de expresarse al respecto. Sin embargo, les iba a dar un poco de tiempo para ver si las cosas eran tal y como ellos lo decían.

    […]

    Tres días habían pasado, y la nave continuaba su curso hacia el punto de origen de la radiación. El equipo se encontraba bastante bien organizado, puesto a que no solo tomaban turnos para llevar a cabo las actividades de vigilancia, sino que también los entrenamientos y los momentos de convivencia estaban cronometrados.

    Tras haberse reunido para el almuerzo, Wagner y Dustin eran quienes se encargaban de la tarea de monitorear la nave desde la sala de comandos. La sala estuvo en silencio en los primeros minutos, pero dicho silencio fue roto por Wagner.

    — Dustin, ¿puedo hacerte una pregunta? — el soldado sabía que podía hacerlo, y preguntó más como muestra de educación que para pedir permiso.

    — Wagner, nos conocemos desde hace años, pregunta lo que debas preguntar sin pensarlo dos veces — dijo Dustin, confirmando lo que Wagner creía — Además, si tú eres el comandante provisional, tengo el derecho a responder lo que sea que me preguntes.

    — Eres mi amigo, antes que nada, Dustin — contestó Wagner, bastante contento de que la respuesta fuera positiva — Lo que he querido preguntarte está relacionado a Sharyn. Ella muchas veces estuvo juntándose contigo y conmigo en los primeros días de haber comenzado la misión. Pero me he dado cuenta en estos últimos días de que ya no lo hace más. La noto muy aislada y no solo de nosotros, sino de todo el grupo en general. Como si no confiara en nadie. Yo no puedo recordar haber hecho nada que pudiera hacerla sentir mal, y tampoco recuerdo que tú hayas hecho nada. ¿Tú recuerdas algo que yo no?

    — Pues, la verdad es que no recuerdo nada en particular ahora mismo — Dustin no sabía que responder ante esa pregunta — Si realmente te interesa, deberías hablar con ella.

    — Es que lo tenía pensado hacer, pero quería asegurarme de no haber hecho nada malo — contestó Wagner — Honestamente, con todas las cosas que he tenido en la cabeza, no podría recordar cada momento del día como para estar seguro al cien por ciento de que no fuera nada que hubiera dicho o hecho.

    — Al menos, lo que yo he visto, tú no hiciste nada para provocar una conducta así en ella — Dustin tenía algo de preocupación — Pero quizá sea algo que debamos preguntarle.

    — Una vez que terminemos aquí, eso es lo que iré a hacer.

    Finalizada esa breve charla, la sala volvió a quedar en silencio. Dustin tenía una posible idea de lo que podría haber pasado. Para el soldado no era sorpresa que su amigo tenía en estima a Alicia. Sabía que Sharyn sentía algo por Wagner como para decidir aislarse de él de la noche a la mañana, por lo que esa era la única explicación que le encontraba. Si bien, no podía confirmarlo al cien por ciento y tampoco lo podría preguntar, creyó que Wagner había hecho o dicho algo que fuera capaz de revelar que él sentía una ligera atracción por su compañera, y que eso habría sido cuando Sharyn estuvo cerca de él. Si ese era el caso, y era algo que veía probable, supo que Sharyn estaría un poco desanimada y que preferiría evitar estar cerca del resto del grupo.

    Lo malo era que él no sabría cómo hacerla sentir mejor en ese caso. Él pudo aceptar que Wagner no correspondería jamás sus sentimientos, pero quizá Sharyn no sería capaz de hacer lo mismo. Y si no podía, eso sería un problema muy serio.

    Los minutos avanzaban, y en cierto momento, Dustin se puso de pie para revisar una por una las máquinas de la sala de comandos. Se aseguró de verificar cuidadosamente cada una de ellas, y finalmente, llegó hasta la máquina que se encargaba de registrar los datos del escáner. Dustin notó algo muy extraño al darse cuenta de que dicha máquina no estaba mostrando absolutamente nada, cuando no debería ser así. Pensando que sería una descompostura, la reinició para poder controlarla de nuevo. A pesar de que no fuera nada, se alarmó por un momento al verla en ese estado.

    En menos de medio minuto, la máquina ya estaba funcional de nuevo, y el soldado esperaba ver los resultados del escáner en la pantalla de esta. Pero se llevó una sorpresa muy desagradable al ver que nuevamente, no se mostraba nada allí.

    — ¡Wagner, hay un problema con la máquina que controla el escáner! — Dustin gritó de desesperación.

    — ¿Cómo que hay un problema? — Wagner se acercó para observarla — ¿Qué es lo que tiene?

    — Mírala por ti mismo — Dustin le mostró lo que él estaba viendo — Está en blanco. No dice absolutamente nada.

    — No puede ser, ¿se habrá descompuesto? — Wagner comenzó a preocuparse.

    — No lo sé, pero sería mejor que llamaras a Lankir, o a Aurio o a Wida — sugirió el soldado.

    — Llamaré a los tres de ser posible — Wagner se retiró de la sala para ir a buscarlos, mientras que Dustin se quedaría para observar si la máquina volvía a funcionar.

    Como la nave era bastante grande y los xaromitantes estaban distribuidos en zonas diferentes de la misma, a Wagner le tomó diez minutos regresar junto a los xaromitantes. Tal y como era su intención, los había encontrado y traído a los tres. Apenas llegaron, los tres dieron un vistazo a la máquina, y se alarmaron peor que Dustin al ver que la máquina del escáner no estuviera mostrando nada.

    — Maldición, esto no había pasado nunca — Aurio comenzaba a maldecir lo que estaba ocurriendo — La máquina no se puede haber roto ahora que estábamos tan cerca.

    — Déjame que le dé un vistazo antes de sacar conclusiones — Lankir decidió que la revisaría por completo.

    Los cuatro presentes en la sala vieron como el xaromitante con más inteligencia de la nave se encargaba de revisar cada pieza de hardware, así como también cada componente de software dentro de la máquina. Si la falla era de hardware, sería fácil de reparar, puesto a que tenían varias piezas de reserva para esos casos. En cambio, de tratarse de una falla de software sería una complicación mucho más seria, puesto a que Lankir no había trabajado en la creación de ninguno de sus componentes. Dicha nave era el orgullo de su padre, y como tal, él fue responsable por todo lo relacionado a ella. En caso de ser una falla de ese estilo, deberían enviar un mensaje hacia Garak y esperar a que Terrior pudiera responder.

    La examinación terminó, y Lankir se veía bastante preocupado.

    — No hay fallas — comunicó Lankir, que, a pesar de ser palabras positivas, no aliviaron demasiado a los demás — El hardware y el software funcionan correctamente.

    — ¿Entonces por qué no muestra nada si funciona tan bien? — preguntó Wida, bastante confundida al respecto.

    — Si la máquina funciona correctamente, me temo que estemos lidiando con una falla de nuestro escáner — esas palabras alarmaron bastante al equipo.

    — ¿Cómo que una falla en el escáner? — preguntó Wagner, quien no daba crédito a dicha afirmación.

    — El escáner no es perfecto, como toda máquina o aparato tecnológico — explicaba Lankir — Puede presentar fallas.

    — ¿Y por qué empezó ahora? — Aurio no entendía lo que pasaba — Es una pieza de equipo muy fino, y no recibió ningún maltrato. Cuidamos la nave durante estos tres meses asegurándonos de que ningún meteorito impactara contra la misma.

    — Quisiera poder responderte, pero no puedo — Lankir estaba bastante desanimado — Quizá la muestra que se tomó en el planeta Fientlig descompuso el escáner.

    — Imposible, la radiación allí se veía igual a la que extrajimos de nuestro planeta — contestó Wida, negando esa hipótesis de su compañero — No hay absolutamente ninguna diferencia, al menos yo no la vi. Además, ¿por qué iba a romperse justo ahora?

    — No lo sé, por desgracia, pero esto puede solucionarse con facilidad — contestó el xaromitante que acababa de analizar la máquina.

    — ¿Qué significa ese “con facilidad”? — preguntó Wagner, creyendo que no sería tan fácil como Lankir creía.

    — Descartaremos la muestra obtenida en Fientlig y la reemplazaremos con una muestra distinta que podamos obtener de otro planeta — contestó el xaromitante — Antes de que me hagan preguntas, no, no voy a descartar la muestra actual de inmediato. Primero vamos a buscar planetas habitables, y una vez que encontremos muestras de la radiación en dichos planetas, tomaremos una muestra distinta. No antes.

    — Maldición, yo esperaba que ya no fuera necesario hacer más paradas en otros planetas — Wagner apretó los puños en señal de frustración — Sobre todo ahora que no contamos con el apoyo de las bestias de Fientlig. Si aterrizamos en algún planeta y nos encontramos una especie hostil, debemos arreglárnoslas por nuestra cuenta.

    — Descuida, Wagner, lo haremos bien — Dustin podía ver que su amigo se estaba comenzando a frustrar bastante — Déjame ir a comunicarle la situación al equipo. Ellos deben saberlo, y tendrán que prepararse bien si vamos a tener que aterrizar en un planeta habitable.

    — Wagner, esto es tu decisión como comandante — Lankir habló sin tener en cuenta la opinión de Ace — ¿Cómo quiere proceder?

    — Es un problema grave que quisiera solucionar lo más pronto posible — contestó el comandante provisional — Aterrizaremos en el primer planeta habitable que encontremos. Dustin, informa al equipo.

    — Sí, comandante — contestó Dustin, a pesar de que Wagner todavía no había sido ascendido a ese puesto.

    […]

    El resto del equipo no tardó en enterarse de la gravedad de la situación que estaban enfrentando. Al momento en el que lo supieron, todos ellos se alarmaron bastante. La idea de que el escáner pudiera fallar y mucho menos tres días después de haber retomado la misión tras el desvío tan extenso que tuvieron que tomar era algo inesperado. Y no solamente inesperado, sino que contraproducente. Si efectivamente había una avería con el escáner, dicha avería debería ser reparada. No representaría un problema muy grave si alguno de ellos supiera como reparar una falla como esa, pero ninguno de ellos tenía idea de dicho problema.

    Cuando se habló de la posibilidad de que fuera la muestra de la radiación tomada en Fientlig lo que podría estar fallando, todos rezaban porque ese fuera el caso, y para poder obtener una muestra de reemplazo en poco tiempo tras aterrizar en un planeta habitable. Su objetivo había cambiado, y eso era lo que perseguía el grupo.

    La guardia no les tomaría demasiado tiempo, puesto a que, a las tres horas desde que se hizo oficial ese anuncio, la nave logró divisar un planeta de un tamaño pequeño a una distancia no muy grande. En solo una hora de tiempo terrestre serían capaces de llegar hasta él y poder analizarlo para descubrir si se trataba de un mundo habitable. Wagner y Ace acudieron a la sala de comandos para hacerse cargo de llevar la nave hasta ese lugar, mientras que el resto del equipo descansaría durante la hora restante. Los dos comandantes provisionales se quedarían a solas en la sala hasta llegar a dicho lugar.

    — ¿Estás preparado para una pelea? — preguntó Ace a su compañero.

    — Ser comandante exige estar siempre preparado — le contestó Wagner — Así que, sí. Lo estoy.

    — ¿Crees que sea un planeta hostil? — Ace quería seguir hablando con él.

    — No me sorprendería, cada vez que aterrizo a un planeta siempre termino metido en una pelea — la respuesta de Wagner fue hecha en un tono muy serio — Dudo que sea la excepción.

    — Somos un total de catorce soldados, lo que quiere decir que podríamos utilizar la estrategia de dividirnos en dos equipos de siete si lo consideras correcto — sugirió Ace.

    — La última vez que lo hicimos, no salió muy bien. Quizá cuando tengamos a las bestias de Fientlig luchando para nosotros.

    — Si mal no recuerdo, usaron esa estrategia al momento de pasar al enfrentamiento final en contra de Tzorkun y sus tropas.

    — Porque teníamos a Michael para darnos actualizaciones de lo que ocurría. Ahora no sabemos a lo que nos vamos a enfrentar. Conviene quedarnos juntos.

    — Si nos quedamos juntos, y nos capturan, nos capturarán a todos — Ace supo que sus palabras tenían lógica, y quería que Wagner la viera.

    — Si la mitad del grupo termina siendo capturada, el enemigo los usará como rehenes.

    — No si nos las arreglamos para que crean que la primera mitad de nuestros soldados son todos los integrantes del equipo.

    — No nos vamos a dividir, Ace. Al menos, no por ahora. Es una zona que podría ser hostil, y está cerca del lugar del cual provino la radiación. Por todo lo que sabemos, aquí pudieron haber ocurrido tanto la Gran Catástrofe como la Réplica Catastrófica. Y puede que eso afecte en mayor medida a los que vivan en este lugar.

    A Ace no le agradó la forma en la que Wagner estaba decidiendo las cosas. A pesar de que fueran los dos los que estuvieran al mando, quien tenía la última palabra en la decisión final era siempre Wagner. Ace supo que eso se debía a su falta de resolución al momento de tomar las decisiones en los primeros días. Cada vez que su rival proponía algo, él solo se limitaba a aceptar o a quedarse callado. Su propia falta de criterio y decisión en los primeros días había debilitado su opinión a esas alturas, y sabía que, si no hacía algo para marcar la diferencia, ya no tendría importancia.

    La plática entre los dos soldados sobre cómo iba a operar el grupo fue la última que existió hasta que llegó el momento de aterrizar en dicho planeta. La hora pasó con bastante rapidez para ambos, y también para sus compañeros que habían ido a tomar un descanso. Luego del tiempo transcurrido y de la realización de un análisis a través de una sonda enviada desde la nave, el grupo ya se encontraba cerca de la órbita del planeta, y en poco tiempo entraría a su atmósfera. Los catorce soldados del equipo estaban reunidos en la sala de comandos esperando conocer el procedimiento al momento del aterrizaje.

    — ¿Nos dividiremos en dos grupos como la otra vez? — preguntó Alicia, recordando el plan utilizado al llegar al planeta Emiv.

    — No, no sabemos a lo que nos podemos enfrentar allí, y solamente hay una única cápsula en la que no vamos a poder entrar todos nosotros — contestó Wagner, respondiendo rápidamente a su compañera.

    — ¿Crees que sea conveniente llevar las mejores armas que tenemos con nosotros o solo con los rifles es suficiente? — preguntó Plamo, haciendo referencia a los guantes de calor que él y Kila poseían y al cañón de Lankir.

    — Aunque sería bueno cuidar nuestro mejor arsenal, lo mejor será no correr riesgos — Ace tomó la palabra antes que Wagner, mientras lo miraba a la cara con una mirada fría — Llevaremos las armas más fuertes con nosotros para poder defendernos en caso de tener que pelear. Pero si podemos evitar usarlas, y mejor aún, que caigan en manos del enemigo, sería lo ideal.

    — Que todo el mundo se prepare para descender — ordenó Wagner a todo el grupo — Sharyn, quédate conmigo en la sala de comandos. Aterrizaremos la nave y luego nos uniremos al resto.

    — De acuerdo — la chica contestó con bastante desgano.

    De esa manera, el equipo salió de la sala de comandos para poder dirigirse a la compuerta que les daría acceso al planeta. Mientras caminaban hacia dicho lugar, Michael y Alicia aminoraron la marcha de sus pasos, quedando al final del equipo, aprovechando ese momento para poder hablar entre ellos.

    — Wagner y Ace no parecen llevarse muy bien — susurró Alicia a Michael.

    — No, solamente están de acuerdo porque estamos a bordo de la nave — contestó Michael a su novia — Al llegar al planeta, sus opiniones se opondrán entre sí. Las miradas que ambos pusieron los delatan.

    — Aprovecharemos esa oportunidad para mantener al equipo bajo control — el soldado sonrió al escuchar las palabras de su novia — Hemos discutido muchas veces sobre la mejor forma de proceder ante situaciones inesperadas, por lo que solo tendremos que actuar como acordamos.

    — Recuerda siempre que nuestra prioridad deberá ser proteger al resto del equipo — Michael se encontraba entusiasmado por el descenso al planeta.

    — ¿De qué están hablando? — Kila los había escuchado susurrar, y no le agradó para nada la idea de que Michael, la persona que más le preocupaba, tuviera algún secreto que guardar.

    — Solamente nos estamos deseando suerte antes del aterrizaje — Michael se acercó a Alicia para cubrirla con sus brazos — No es nada de qué preocuparse.

    Kila, quien no parecía muy convencida por lo que el soldado le dijo, decidió no separarse de ellos. La garak aminoró su marcha también para ponerse cerca de ellos. Sabiendo que ella no los iba a dejar en paz, la pareja de soldados comenzó a decirse palabras de afecto para despistarla.

    Mientras tanto, en la sala de comandos, Sharyn y Wagner mantenían las cosas bajo control. El soldado notó como su compañera revisaba cada una de las máquinas de la misma manera: una vez terminaba con una, se desplazaba hacia la otra, sin levantar la vista en ningún momento, y sin intenciones de hablar con él. Fue por eso por lo que decidió ser él quien rompiera el silencio.

    — Creo que ya estás recuperada por completo — le comentó Wagner, esperando alguna respuesta de Sharyn — Ya no veo tu expresión de miedo o de angustia en tu rostro. Tenía pensado hablar contigo para que te mantuvieras cerca de mí, pero ahora me doy cuenta de que ya no es necesario.

    — ¿Quiere decir que ya no estoy obligada a quedarme a tu lado para qué me cuides? — preguntó Sharyn, sin deseos de hablar con él.

    — Ya pudiste superar el dolor de la pérdida, y estás lista para poder cuidarte por ti misma — Wagner se sentía aliviado por lograr que su compañera hablara con él — No solo eso, sino que también podrás aportar mucho más al equipo.

    — Tienes razón — Sharyn quería intentar algo — Gracias Wagner — al decir eso, la chica se acercó a él para darle un abrazo, gesto que sorprendió bastante al soldado — Todo te lo debo a ti. Tú te decidiste a cuidarme cuando yo me encontraba en un momento de fragilidad. Nadie más se mostró así conmigo antes.

    — No podía dejarte sufriendo sola si estaba dentro de mis posibilidades hacer algo por ti — Wagner no se sentía muy cómodo por el abrazo recibido — Mi responsabilidad me lo exigía.

    La chica soltó a su compañero tras haber escuchado eso. Fue ahí que se dio cuenta de que, lo que ella estuvo pensando durante varios días era verdad. Para Wagner, ella no era nada más que una responsabilidad. Nunca existió ningún interés de él más allá que ayudarla a recuperarse para poder contar con un soldado extra en el equipo. Sharyn siempre supo que Wagner se sentía culpable por la muerte de Jason, y que eso era el motivo principal para apoyarla a ella, pero la forma tan delicada en la que él la trataba, atendiéndola cada vez que lo necesitara, controlando que estuviera bien en todo momento, incluso aunque tuviera un problema pequeño le dieron la idea de que Wagner podría sentir algo por ella. Luego de lo dicho por el soldado, ella vio que ese sentimiento ni siquiera estaba cerca de existir.

    Ella debía buscar una forma de aceptar eso, y de no permitir que ninguna clase de pensamiento amargo la distrajera, puesto a que había conseguido demostrar una fortaleza psicológica mayor a comparación a la que mostró a la salida del planeta Emiv, por lo que ella ya no recibiría un trato especial de parte del resto del equipo. Su período de duelo de su antiguo grupo y de adaptación al nuevo había finalizado.

    Los dos soldados se encargaron de monitorear cada una de las máquinas de la sala de comandos, y una vez que la nave logró adentrarse en la atmósfera, los dos soldados se encargaron de buscar un lugar donde fuera probable que se pudieran encontrar muestras de la radiación, para después llevar la nave a suelo firme.

    […]

    En unos diez minutos, la nave de los xaromitantes aterrizó cerca de un cordón de montañas, situándose en frente de la más pequeña de todas ellas. Una vez la nave ya tocó tierra, el grupo entero bajó de la misma y observó con sus propios ojos el lugar en el que se encontraban.

    El cielo del planeta era bastante oscuro, alumbrado únicamente por las estrellas que se encontraban cerca del lugar. No parecía haber un satélite natural a la vista, como lo era la Luna para la Tierra, por lo que la luz de las estrellas no alumbraba demasiado el lugar. Ante esto, los soldados tuvieron que encender las linternas de sus armaduras para poder ver bien por donde pisaban.

    El suelo bajo sus pies se sentía poco sólido, como si se pudiera romper fácilmente. Al avanzar, las pisadas se hundían un poco en dicho suelo. No parecía estar húmedo ni tampoco pareciera que hubiera llovido recientemente. Sin embargo, a medida que se acercaban más a las montañas que tenían en frente, el suelo se volvía cada vez más duro. Quitando las montañas y la nave que estaba detrás suyo, no había nada más que un paisaje totalmente desierto en dicho planeta. No había plantas, ni carreteras, ni edificios a la vista. A medida que se movían, soplaba un viento no muy fuerte pero sí muy frío. A pesar de que las armaduras y los trajes estaban diseñados para poder soportar climas extremos, el frío se podía sentir muy intenso.

    — Quizá sea por eso por lo que no hay nada aquí — decía Aurio mientras el grupo se acercaba — Los habitantes del planeta, si es que existen, deben haber elegido una zona más cálida para vivir.

    — Me sorprende que este viento sea tan frío como para que podamos sentirlo a pesar de traer puestas nuestras armaduras — comentó Thomas, analizando el planeta — La humanidad no podría vivir ni mucho menos prosperar en un lugar así. Sin las armaduras, sería probable que estuviéramos sufriendo una hipotermia.

    — Me pregunto si todos los planetas de este sector tendrán las mismas características — decía Agustina.

    — A mí me gustaría saber si todo esto ya es natural en este planeta, o si fue consecuencia de la caída de meteoritos — comentó Wida.

    — Si encontramos una muestra de la radiación, no tardaremos en llegar hasta el origen de todo esto y lo descubriremos — comentó Lankir en respuesta a lo que decía su compañera.

    El grupo continuó su marcha hacia las montañas del cordón que habían visto. A medida que se acercaban podían verlas mejor, gracias a las luces de sus armaduras. Las que tenían más cerca eran bastante pequeñas en comparación con las montañas que se situaban detrás, que se iban haciendo más y más grandes conforme se alejaban.

    — ¿Buscamos una entrada a una cueva? — preguntó Michael, creyendo que Wagner y Ace elegirían proceder como las veces anteriores.

    — Ese es el plan — contestó Wagner.

    Al llegar a la primera montaña del lugar, el grupo revisó atentamente en la búsqueda de un hueco que pudiera dar entrada hacia el interior. Desafortunadamente, no logaron encontrar ninguno cerca, por lo que tuvieron que avanzar hacia la siguiente. Repitieron el procedimiento seis veces más, hasta que lograron encontrar lo que buscaban en la séptima montaña. Esta era una bastante alta, y de forma rectangular muy irregular. Pese a todo eso, en la base de esta, situada en el lado derecho, casi al borde de cruzarse con la octava montaña, se veía un hueco en el que podrían entrar. Era lo suficientemente alto como para que entraran veinticinco personas una al lado de la otra sin ninguna clase de problemas, lo que significaba que el grupo no tendría problemas al momento de ingresar.

    — Lo mejor será que vayamos todos formando una línea recta y entremos al mismo tiempo — sugirió Plamo al resto del equipo — Caminando juntos con una distancia máxima de seis pasos uno del otro.

    — Estoy de acuerdo con esa idea — contestó Wagner, quien tenía pensado lo mismo — Iré primero. Ace, quiero que tú seas el sexto en entrar. El resto de los soldados puede entrar en el orden en que crean conveniente.

    De esta forma, fue Wagner quien se atrevió a ser el primero en poner sus pies en el interior de esa caverna. Sharyn sorprendió a todos siendo la segunda, entrando poco después de Wagner. Dustin, Michael y Alicia fueron los siguientes, en ese mismo orden. Tal y como Wagner lo quería, Ace fue el sexto y Agustina le siguió. Los dos garaks y los tres xaromitantes entraron después, dejando a Gwyn y Thomas como los últimos en entrar.

    El equipo completo caminaba hacia el frente, con Wagner y Thomas, los soldados que iban en los extremos, observando atentamente las paredes, mientras que el resto mantenía la vista al frente. Ocasionalmente, Lankir, Plamo y Agustina miraban hacia atrás por precaución, pero solo por escasos segundos. Las paredes de la caverna estaban llenas de grietas, pero estas se veían poco profundas, lo que les daba la idea de que podrían soportar un par de colisiones de energía o impactos de bala. El techo, por su parte, estaba totalmente limpio de grietas, pero no así de agujeros ni de estalactitas. Y el suelo era igual de sólido del que rodeaba la zona montañosa.

    En un momento, el grupo logró divisar un resplandor a medida que ellos avanzaban. Esto les dio la idea de que en el interior de ese lugar habitaba una especie, y no una cualquiera, sino una con conocimiento suficiente como para poder o construir artefactos luminosos capaces de dar su luz a la caverna, o bien de poder encender una fogata.

    — Todos saquen sus armas — ordenó Wagner nada más lo observó.

    La voz del soldado no hizo ninguna clase de eco en la cueva, lo que quería decir que quien sea que estuviera viviendo allí dentro no los habría escuchado. El equipo tomó sus rifles, preparándose para lo que podría ser un enfrentamiento con una especie hostil. A medida que se acercaban, la luz se hacía más intensa, pero la temperatura no aumentaba, lo que quería decir que se trataba de luces artificiales, dado a que un fuego debería levantar algo más de calor, e incluso dejar un rastro de humo. Al adentrarse más, pudieron observar que el camino se curvaba, y el resplandor se veía mucho más intenso desde atrás.

    — Sean quienes sean, al salir de la curva los veremos — decía Lankir a todo el grupo — Y ellos nos verán a nosotros.

    — Hay dos opciones — contestó Gwyn sabiendo que iban a encontrarse con ellos dentro de nada — O vamos despacio y en silencio, o vamos rápido y hacemos mucho escándalo.

    — Sugiero ir en silencio — Ace consideró que sería la mejor opción para ese caso — Si corremos, haremos ruido, y les haríamos saber que estamos aquí.

    — No tengo ninguna objeción con ir despacio — Wagner apoyó el plan de Ace — Sigamos moviéndonos de la misma forma en que lo estábamos haciendo hasta ahora. Y no digan ninguna palabra más hasta estar frente a frente con todos ellos.

    Decidida la aproximación a tomar, el grupo continuó su camino por el interior de la caverna. Al dar unos tres pasos, fueron capaces de escuchar varias voces hablando en un tono muy bajo. No se podía distinguir que era lo que decían, pero sí pudieron notar que eran bastantes, y varias de ellas hablando al mismo tiempo. El menor número de individuos que se pudieron imaginar que encontrarían era un total de diez, y al momento de que superaran la curva de la cueva, lo descubrirían.

    El grupo continuó caminando en su ritmo tranquilo hasta que finalmente todos lograron llegar hasta donde querían. Superaron la curva de la caverna, y una imagen se hizo presente para ellos. En el interior de dicha zona pudieron ver cómo un total de treinta seres de una especie que no habían visto antes se encontraban dispersos a lo largo del lugar. Todos ellos tenían características muy similares, contando con un pelaje gris, musculatura escasa y una estatura bastante baja, llegando el más alto de los que podían observar a medir un metro con treinta centímetros de altura. El resplandor que veían provenía de luces pequeñas que se encontraban sujetadas a la pared rocosa de la cueva, y todos los seres que se encontraban allí dentro tenían lo que parecía ser un recipiente de forma redonda, algunos lo tenían vacío y otros lo tenían lleno de un líquido de color azul.

    Los humanos, garaks y xaromitantes estuvieron observándolos durante unos quince segundos, hasta que su presencia fue advertida por uno de ellos.

    — ¡Papá, intrusos! — gritó uno de los más pequeños en tamaño al ver al equipo del Zenith en la entrada de la cueva.

    Dicho grito alarmó al grupo de recién llegados al planeta, pero mucho más alarmó al resto de los que vivían allí dentro. El caos se desató entre ellos y la gran mayoría se alejó lo más posible de la entrada de la cual habían aparecido los soldados. Solamente tres de los miembros de dicha especie presentes allí se acercaron corriendo hacia ellos. De forma inmediata, todos los soldados levantaron sus armas, aunque pronto notaron que los tres que se les estaban acercando iban desarmados.

    Cuando los soldados los apuntaron con sus armas, la carrera de dichos seres se terminó, y los tres se detuvieron en el mismo lugar para luego levantar las manos. Uno de ellos, él de menor estatura de los tres, dio un par de pasos hacia el grupo, sin bajar las manos mientras el resto de dicha especie lo observaba.

    — ¡Papá, no te acerques más! — gritó uno de los dos que estaba tras él.

    De repente, el individuo que se les acercó se puso de rodillas ante la mirada confusa de todo el equipo del Zenith, quienes no entendían lo que estaba ocurriendo. Fue entonces que dicho sujeto comenzó a hablar.

    — ¡Por favor, no se lleven nada! — aparentemente, dicho sujeto, el padre de los que estaban allí, creía que el grupo había acudido para robarles — ¡Tuvimos que trabajar mucho para poder tener lo que tenemos ahora! ¡Les suplico que no nos lo quiten! ¡Nos moriremos de hambre si lo hacen!

    — ¿Qué es lo que tienen? — sin presentarse, Michael decidió hablar con él.

    — ¡Solo tenemos comida y herramientas de trabajo, nada más! — se podía notar que estaba muy agitado — ¡Pero te pido que no se lleven nada! ¡Por favor! ¡Si nos quitan la comida nos moriremos de hambre! ¡Y si nos quitan las herramientas ya no podremos trabajar más! ¡Y si no trabajamos, nos matará!

    Dichas palabras tomaron por sorpresa al resto del grupo, dado a que el ser que se habían encontrado parecía tener mucho miedo al pronunciar esas últimas palabras. Ante la curiosidad por saber a quién se referían, decidieron hacerle la pregunta.

    — ¿A qué te refieres? — Gwyn preguntó en nombre del equipo — ¿Quién los matará?

    — Allecreod — contestó el sujeto que se encontraba de rodillas en el suelo, revelando un nombre nuevo y desconocido para el resto del grupo — Si ustedes nos roban las herramientas que nos entregó para que trabajemos para él, nos asesinará a todos… — tras esas palabras, hizo una pausa para mirar directamente a Gwyn, puesto que ella fue quien hizo la pregunta — Y eso los incluye a ustedes también.
     
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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Saludos amigo. Tras los primeros capítulos de introducción a la trama, según tus palabras ésta comienza a partir del capítulo para el cuál comento. Y debo decir que así lo parece, pero bueno, iré paso a paso.

    El comienzo del capítulo nos deja claro que han pasado unos tres meses desde el anterior, entre mes y medio variando el rumbo por la Réplica Catastrófica y otro mes y medio para retomar el camino inicial, una vez superado el bache. No esperaba un salto temporal a estas alturas, aunque fuese breve, pero en absoluto lo critico sino que más bien lo veo lógico. Tras esto, vemos a los tres principales xaromitantes reunirse en lo que es el puente de mando de la nave. Lankir aparece para, después de tanto tiempo, disculparse con Aurio y Wida por todo lo ocurrido (aunque a mi modo de ver, debían ser ellos quiénes se disculparan primero con él XD). La pareja (a la cuál bien sabes que no tengo ningún aprecio, sino todo lo contrario) acepta las disculpas de Lankir y le ofrecen las suyas (al menos hicieron algo bien). Finalmente, el trío de xaromitantes termina bien entre ellos, algo positivo para ellos mismos y para todo el grupo.

    Luego vemos que Agustina ha estados esos meses entrenando con la daga que le robaron a Qaior, junto a Ace, Thomas y Gwyn. Por lo que se dice, parece que la chica ha mejorado en sus habilidades con el arma blanca y no parece haber sufrido ningún otro ataque como el que tuvo previamente, algo que me alegra. Los cuatro compañeros se preguntan el porqué de que Michael y Alicia ya apenas entrenen con ellos (el lector lo sabe y lo comprende, pues están urdiendo un plan por su cuenta para tomar el liderazgo del grupo). Parece que el más intrigado con esto es Thomas, el cuál esperará dos semanas para decidirse a preguntar a sus compañeros.

    Tras esto, vemos a Wagner y Dustin en el puente de mando. El comandante provisional le pregunta a su amigo por Sharyn, la cuál se ha distanciado de él en estos últimos días. Dustin dice no saber nada pero realmente es consciente de lo que sucede. Wagner tiene decidido hablar con ella cuando de pronto, su amigo le informa de que el escáner no funciona. Rápidamente el propio Wagner trae a los tres xaromitantes para que evaluen el problema, el cuál parece ser la muestra de la radiación que obtuvieron en Fientlig (yo creo que simplemente es el sector en el que están, que está jodido :v). Esto les lleva a la conclusión de tener que buscar un planeta para, de nuevo, obtener una muestra de la radiación. Sinceramente pensé que todo esto les tomaría más tiempo, pero al final terminan encontrando un mundo al que visitar para obtener dicha muestra.

    A la hora de elaborar un plan por si hay problemas, vemos por primera vez de manera seria un choque de ideas entre los dos comandantes provisionales, algo que se había hecho esperar pero que era más que evidente. En la reunión con el equipo para contarles como será el proceder en el planeta, Michael y Alicia parecen percatarse de esto y prosiguen con su plan, aunque este podría haberse jodido si Kila les escucha claramente. Me encanta como estas pequeñas subtramas entre personajes influyen en la trama principal, confluyen entre ellas y además avanzan todas a una. Sin lugar a dudas, éste capítulo marca la línea de salida de todo lo que está por venir, más cuando el grupo pisa dicho planeta, entre en una cueva (todo algo apresurado e inesperado para mi) y se encuentren con una nueva especie inteligente que al parecer, está esclavizada por un ser llamado Allecreod (me costará recordar este nombre XD).

    Muero de ganas por saber quién es éste ser y quiénes son esa raza tan temerosa de perder sus cosas. Lo único que me fastidia es que me da la sensación de que esta trama que acaba de surgir ralentizará más aún la llegada de las respuestas a la catástrofe, algo que esperaba ver (o al menos tener una buena pincelada) en esta parte. Aunque no pierdo la esperanza, y veremos que tiene que ver esta nueva especie con la misión del Zenith. Ahora bien, cuando Black Meteor descienda a ese planeta (que de seguro lo hará) la cosa se pondrá muy tensa.

    Nos vemos en la próxima. Un abrazo.
     
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
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    La Gran Catástrofe V Dominio Aislado
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    Saludos a todos aquellos lectores que se hayan topado con esta historia, con un especial saludo a Resistance que ha estado leyendo la historia desde sus inicios, a quien agradezco siempre por estar semana a semana pendiente de los nuevos capítulos.

    Siendo sábado, es momento de publicar el capítulo de la semana. Espero que sea disfrutable para todos los que lo lean. No tengo noticias importantes que decir. Así que solamente les deseo que disfruten de la lectura lo más que se pueda. Un saludo a todos.






    Perdido y encontrado:

    Las palabras que dicho ser había dicho despertaron un gran interés en todo el equipo del Zenith. El individuo que tenían al frente mencionó el nombre de un ser totalmente desconocido para ellos, pero supieron que no podría tratarse de nada bueno, teniendo en cuenta la forma en la que lo habían mencionado. Varios de ellos creyeron que podrían estar en una situación muy similar a la que vivieron cuando se encontraron con Tzorkun.

    Gwyn, que fue la que hizo la pregunta, tomó la palabra nuevamente para dirigirse a dicho ser.

    — ¿Quién ese ese tal Allecreod? —preguntó — ¿Y por qué le tienen tanto miedo?

    — ¿No conocen a Allecreod? — respondió con una pregunta el ser que habló ante ellos.

    — Papá, es obvio que no lo conocen — contestó uno de los que estaba detrás suyo, su hijo por la forma en que se refería a él — Nadie que lo conociera vendría a su dominio por voluntad propia.

    — ¿Podrías dejar de desviar el tema? — Thomas se molestó bastante con aquellos seres — Te acabamos de preguntar quién es Allecreod.

    Sabiendo que estaban en presencia de individuos que no tenían idea de quien era, los tres hombres de dicha especie, el padre y dos de sus hijos se miraron fijamente con un rostro de preocupación. Uno de los hijos que estaba con él tomó la palabra al ver que el silencio había durado mucho tiempo y que sus visitantes no iban a estar contentos sin respuestas.

    — Digámosles lo que quieren saber — sugirió el hijo — Si han venido a robarnos, se arrepentirán una vez que sepan quién es Allecreod.

    La idea era bastante buena para el padre, por lo que decidió que seguiría el consejo de uno de sus hijos. El equipo del Zenith miró a los tres sujetos esperando una respuesta. Algunos, al mirar a sus alrededores, notaron que había otros seres cerca de ellos, de una estatura más baja. Ellos no se acercaron hasta la entrada, sino que, en su lugar, se alejaron. Sus rostros reflejaban un gran miedo en todos ellos, y no era para menos, dado a que la aparición del Zenith fue bastante repentina, y no se presentaron de la mejor forma posible.

    — Allecreod es… — el equipo entero fijó su mirada en dicho hombre — Es la máxima autoridad en este planeta. Es un ser muy poderoso, muy inteligente y que cuenta con una tecnología sin igual. Él nos proporciona las herramientas para trabajar, y los alimentos que nos da como pago por el trabajo que hacemos para él.

    — ¿Qué clase de trabajo realizan? — Alicia sentía curiosidad por saber qué beneficios obtenía Allecreod de todos ellos.

    — Extracción de minerales y metales — respondió uno de los hijos de ese hombre — Con las herramientas que él nos proporciona, conseguimos extraer todo lo que se encuentre en el interior de estas montañas. En breves períodos de tiempo, Allecreod viene aquí y se lleva todo lo que recolectamos para él. A cambio, nos da raciones de comida para mantener la fuerza de trabajo y seguir viviendo.

    — ¿En dónde viven? — preguntó Wagner con deseos de saberlo — No me digan que viven en este mismo lugar.

    — Es tal y como lo dices — respondió el padre — Este lugar es nuestra zona de trabajo, al mismo tiempo que es nuestro hogar.

    — Varios de ellos te llamaron “papá” — recordó Aurio — ¿Todos ellos son tus hijos?

    — Son demasiados como para que sean solamente hijos tuyos — añadió Wida a la pregunta que hizo su pareja.

    — Todo lo que ustedes dicen es correcto — el padre de los que estaban allí se asombraba de la inteligencia y capacidad de deducción de los visitantes — No todos ellos son mis hijos e hijas. Solo algunos de ellos lo son. Tengo más hijos e hijas, pero no viven aquí conmigo — al decir esas palabras, el hombre se decayó un poco, al mismo tiempo que agachó la mirada.

    Viendo ese gesto y la forma en la que el tono de voz de aquel hombre había disminuido, el grupo supo que él no eligió separarse de sus hijos de forma voluntaria, y supusieron que Allecreod sería el responsable de todo aquello.

    — Fue a causa de Allecreod — el hombre continuó sin que nadie se lo pidiera, pero de una forma muy desganada — Las cosas fueron así desde que nací. Cuando era niño, me separaron de mis padres junto a algunos de mis hermanos y me enviaron a vivir con otra familia en las mismas condiciones. Tuve mi descendencia con una de las mujeres que estaban en ese lugar. Afortunadamente, ella no se encontraba viva en el momento en el que Allecreod nos hizo lo mismo. Eso la habría destrozado… — se tomó una pausa para poder seguir, mientras se sujetaba el estómago, en clara señal de frustración y molestia — Varios de mis hijos e hijas fueron separados de mí y de sus hermanos y hermanas, al mismo tiempo que recibí a hijos e hijas de otras familias que sufren de lo mismo. Nos obligan a seguir reproduciéndonos en masa para que la mano de obra de Allecreod no se agote. Es algo lógico teniendo en cuenta que nuestro período de vida es bastante corto, comparado al suyo.

    — ¿Cuántos años tienes? — Plamo sentía mucho interés al escuchar esa parte, dado a que le recordaba un aspecto característico de los berrod.

    — No sé lo que significa la palabra “año” — reveló aquel hombre — Mi edad es de treinta y cinco ciclos, recién cumplidos. El más longevo de nosotros solamente llegó a vivir treinta y siete ciclos por lo que tengo entendido, así que no me queda mucho tiempo.

    — ¿Tienes idea de cuantos ciclos tiene ese tal Allecreod? — la respuesta le despertó aún más interés a Plamo.

    — No tengo idea, porque solamente lo vemos únicamente cuando viene a darnos la comida a cambio de nuestro trabajo. Nunca he podido calcular bien su edad, pero mi padre me contó que hay como mínimo unas cuatro generaciones anteriores a la mía que han vivido sus vidas trabajando para Allecreod.

    Sin saber que tan largo o corto sería un ciclo para dicha especie en comparación a lo que sería un año para ellos, las palabras de aquel hombre indicaban que dicho sujeto al que tanto miedo le tenían era un ser bastante longevo, suponiendo que un año terrestre fuera el equivalente a un ciclo en dicho planeta.

    Las cosas que observaban en esa pequeña caverna coincidían con el relato que el hombre le decía. Ellos claramente vivían en el interior de dicho lugar, puesto a que la montaña era de un tamaño enorme, y la cueva debería de seguir extendiéndose mucho más hacia el interior. No parecían tener ninguna clase de armamento a su disposición, puesto a que, de lo contrario, el grupo del Zenith no habría tenido la entrada a la cueva muy sencilla. Si bien, las herramientas de las que tanto hablaban no estaban a la vista, ellos los vieron comer reunidos, probablemente aprovechando un breve momento de tranquilidad antes de que Allecreod los obligara a continuar con su trabajo, o peor aún, que los separara de sus familiares cercanos.

    Lo que sí los dejaba algo intrigados era el hecho de que, a pesar de ser bastantes en su especie, no se defendían de Allecreod. Según el relato del hombre, Allecreod contaba con tecnología muy superior, pero ellos eran una raza aparentemente muy numerosa.

    — ¿Jamás han intentado defenderse de él? — fue la pregunta de Wagner.

    — Él tiene tecnología muy avanzada, y nosotros no tenemos nada más que estas simples herramientas que él nos da — comentó uno de los hijos de aquel hombre, sabiendo que su padre se sentía mal por tener que contarles todo eso en el intento de convencerlos de que se marcharan sin que les robara nada.

    — Pero son bastantes, deberían poder hacerle frente — Kila supuso que sería a causa del miedo — Has dicho tener muchos hijos, y cada uno de estos hijos tendrá una descendencia igual de numerosa que la tuya. De esa forma, deben ser bastantes en su especie. ¿Nunca han intentado reunirse y planear una defensa?

    — Allecreod no es un tonto, nos tiene distribuidos a lo largo del planeta manteniéndonos muy lejos unos de otros — comentó nuevamente el padre — El clima aquí afuera es muy frío, y nuestra piel no es capaz de resistir por mucho tiempo en el frío. Él no nos ha brindado nada para poder sobrevivir en el frío. Ahorró en ese detalle al hacernos vivir en el interior de las montañas. Aunque quisiéramos, nunca podríamos reunirnos con nuestros familiares u compañeros.

    — Si el clima es tan frío y la distancia es tan grande, Allecreod debe desplazarse en vehículos desde su base principal — para Lankir, había algo fuera de lugar en esa parte del relato — ¿Jamás han intentado apropiarse de esos vehículos e intentar llegar hasta su base? Alguien como él debe tener una base en algún punto del planeta.

    — Eso que dices es imposible — decía con un rostro bastante serio — Allecreod no se desplaza con vehículos, y tampoco vive en este planeta.

    — ¿No nos habías dicho que él era la máxima autoridad en este planeta? — Ace se molestó un poco con eso, dado a que lo consideraba información muy importante para quedar oculta.

    — Dije que él era la máxima autoridad en este planeta, y eso no es mentira, porque todos aquí estamos obligados a trabajar para él — contestó el padre, con cierto enojo ante el tono en el que Ace le habló — Y él tiene tecnología muy avanzada. No sé cómo se llama esa estructura que vuela a una altura que supera a la montaña más alta. Pero eso le permite venir a nuestro planeta desde el suyo, y viceversa. Con las armas que tiene, nunca seríamos capaces de tomar posesión de dicha estructura.

    — ¿Y no piensan hacer nada al respecto? — Alicia creía que tendrían sus razones para no intentarlo, pero ante sus ojos, su actitud era la de unos cobardes — ¿Van a permanecer así hasta que Allecreod muera?

    — No, eso no está en los planes de Allecreod — comentó aquel hombre, agachando la mirada, puesto a que sabía que lo estaban tratando como un ser sin agallas — Él les ha dicho a nuestros antepasados que una vez que terminemos de extraer todos los recursos de este planeta, él usará sus estructuras y nos llevará a vivir a su planeta junto a los suyos, en donde podremos llevar la vida que nosotros deseemos, siempre y cuando continuemos trabajando para él… Sin embargo, esa es una promesa a la que yo no creo tener la suerte de estar vivo para verla cumplirse. Me quedan solamente dos ciclos de vida, y según las palabras que nos ha dicho, este planeta aún tiene muchos recursos por explotar y extraer. Es por eso por lo que nos obliga a tener tantos hijos. Según él, mientras más mano de obra haya, más rápido agotaremos los recursos de este lugar. Si bien, él está conforme con que cada uno de nosotros tenga solo cinco hijos, nos ha sugerido que tengamos muchos más. De esa forma, el proceso se acelerará. Tuve muchos hijos porque quería que todos colaboraran en esto, y que así la promesa que Allecreod hizo se cumpla, para que todos ellos sean libres de pasar por el tormento que yo pasé. Desafortunadamente, las cosas no resultaron así. Espero lo mejor para la generación que vendrá después.

    — ¿Qué te hace creer que Allecreod mantendrá su promesa y que no se deshará de ustedes en cuanto este planeta se quede sin recursos? — Michael mantenía escepticismo en esa parte del supuesto plan.

    — Allecreod podrá ser un bastardo, pero él no desperdiciaría nunca mano de obra como la nuestra. Si no le sirviéramos, él nos habría asesinado hace mucho tiempo, y hubiera traído a seres de otros lugares a trabajar aquí en nuestro lugar.

    — ¿A qué te refieres con seres de otros lugares? — dichas palabras llamaron la atención de Gwyn.

    — Si bien, nunca los hemos visto personalmente, Allecreod nos ha mostrado imágenes de seres de otros planetas realizando otra clase de trabajos — fue uno de los hijos el que habló en esta ocasión — Diferentes especies, esa es la forma en que se refiere a ellos. Si no le somos de utilidad, nos matará y nos reemplazará. La promesa de una vida mejor es mucho mejor que una amenaza.

    No podían evitar sentir una ligera sensación de miedo al escuchar que Allecreod tenía más de un planeta bajo su poder. El simple hecho de que tuviera uno ya lo convertía en un asunto serio, pero si tenía más, quería decir que su poder era mucho más del que podían imaginar. Y si tenía los recursos necesarios como para poder viajar de un planeta a otro, e incluso brindarles herramientas de trabajo y comida a sus habitantes, claramente contaba con un poder para ser tomado en cuenta.

    — Yo siempre creí que los conquistadores espaciales eran exclusivos de la ficción — Wagner recordaba varios libros y películas que trataban esa temática — Pero Allecreod es un conquistador espacial. Quién sabe cuántos planetas tendrá bajo su poder.

    — Es preocupante, demasiado — pensó Plamo, que no podía evitar comparar a dicho ser con las experiencias que había vivido — Es totalmente diferente a Reinor o a Tzorkun. Reinor no contaba con la fuerza suficiente para conquistar un planeta, y Tzorkun no tenía ni el interés ni la forma para poder abandonar su planeta. Pero Allecreod sí tiene todo eso.

    — Me sorprende que haya alguien que sea capaz de hacer algo como eso — Dustin no dejaba de asombrarse — Conquistar un planeta no es sencillo, no solo por el simple hecho de tener que pelear batallas contra sus habitantes, sino también por los recursos invertidos en el proceso. Pero él no solo conquistó un planeta. Debe tener recursos y armas de sobra, y deben ser de una calidad superior para permitirle avanzar tanto.

    La pequeña conversación que se había comenzado a formar fue interrumpida cuando el padre de varios de los habitantes de la caverna se acercó al grupo junto a sus dos hijos. Estos ya habían dicho todo lo que debían decir acerca de Allecreod, y querían asegurarse de que los visitantes que se adentraron en su planeta no les causarían problemas.

    — Veo que Allecreod es una preocupación para ustedes — decía el padre de los habitantes del lugar — Y créanme que no les he mentido ni he exagerado. Allecreod tiene la tecnología suficiente como para poder perseguirlos y encontrarlos si ustedes se roban las herramientas o la comida que nos dejó. Por eso quiero pedirles que se vayan de aquí, ahora que ya saben todo que querían saber. Por favor, no nos metan a nosotros ni a ustedes mismos en problemas.

    — Aún no nos iremos — Wagner se puso firme al respecto — Pueden estar tranquilos. No hemos venido a robarles nada de lo que tienen. No necesitamos meternos en un conflicto absurdo por recursos que no necesitamos.

    — Si no vinieron para robarnos, ¿por qué están aquí? — uno de los hijos de aquel hombre lo deseaba saber.

    El grupo del Zenith se decidió a responderles la pregunta. Su motivo para visitar ese planeta no era más que obtener muestras de la radiación, y creyeron que los habitantes de dicho planeta sabrían mejor que nadie en donde podrían encontrar una muestra así. El prometerles que se marcharían sin hacerles ninguna clase de daño a cambio de que les dieran indicios de un lugar en el cual podrían encontrar lo que buscaban sería la forma perfecta para acabar rápidamente con todo ese asunto.

    — Nosotros somos exploradores — contestó Lankir a la pregunta que le hicieron — Viajeros… Venimos desde un planeta muy lejano — se refería a Xarom, puesto a que la Tierra no estaba muy lejos y Garak tampoco — Porque estamos investigando un suceso que ocurrió hace mucho tiempo, y que nos obligó a huir de nuestro planeta.

    — Puede que no conozcan ese suceso por el mismo nombre que nosotros, pero estoy seguro de que lo reconocerán al momento en el que se los diga — Wagner retomó las palabras de su compañero — Nosotros lo llamamos “La Gran Catástrofe”.

    — ¿La Gran Catástrofe? — preguntó el padre, algo confundido, pues era un nombre que no había escuchado nunca.

    — Así bautizamos a la caída de meteoritos que arrasó nuestros planetas — contestó Wagner, ante la pregunta de esos seres — En caso de que no sepan de qué hablamos, los meteoritos son piedras que proceden del espacio y que suelen estrellarse contra los planetas, o con algún cuerpo con gravedad propia. Hace más de diecisiete años, nuestro planeta fue arrasado por varios meteoritos, que luego esparcieron una radiación extraña a la atmósfera. Queremos encontrar el punto de origen de la radiación, y para eso, necesitamos una muestra que pueda ser extraída. Si ustedes nos pudieran decir en dónde hay más probabilidades de encontrar meteoritos que hayan caído en este lugar, nosotros iremos a dicho lugar y luego abandonaremos el planeta.

    Ante el pedido de Wagner, los tres seres de dicha especie se miraron bastante extrañados, y dichas miradas no pasaron desapercibidas para el equipo del Zenith. El padre y sus hijos estuvieron más de un minuto mirándose sin poder entender nada de lo que sus visitantes les habían dicho, y decidieron hacérselo saber.

    — ¿Dices que en sus planetas han caído piedras espaciales y que dichas piedras liberaron radiación a su atmósfera? — preguntó uno de los hijos de aquel hombre.

    — Así es — contestó Alicia, en un tono amable para intentar persuadir a la familia de que su única intención era obtener una muestra de dicha radiación — Estamos siguiendo el rastro de la radiación, y con una muestra de esta, seremos capaces de detectar el origen de la Gran Catástrofe. ¿Ustedes son capaces de recordar los lugares en donde cayeron los meteoritos cuando golpearon este planeta?

    — Eso es imposible — el padre de familia los miró bastante asustado de lo que iba a decir, puesto a que tenía miedo de su reacción — Porque esa Gran Catástrofe no ocurrió aquí.

    Dichas palabras dejaron totalmente impactados a los catorce visitantes que se habían aventurado al interior de la cueva. Lo que aquel hombre decía no podía ser verdad, puesto a que hace pocos meses habían sido testigos de la Réplica Catastrófica. El planeta en el que se encontraban en ese momento estaba en la ruta de los meteoritos que detectó el escáner por primera vez, y ellos mismos vieron con sus propios ojos como una gran cantidad de meteoritos se aproximaron hacia su nave mientras se dirigían a dicho planeta.

    — ¿A qué te refieres con eso que acabas de decir? — Wida no se puso muy contenta, puesto a que se trataba de una mentira, al menos para ella.

    — Les aseguro que yo no les estoy mintiendo — el hombre temía lo que le podría pasar por responder de esa forma — Eso que ustedes mencionan… las piedras espaciales, meteoritos como los llaman, cayendo en nuestro planeta y liberando una radiación desconocida en nuestra atmósfera, fue un evento que no sucedió... En toda mi vida, nunca he visto ni una sola piedra espacial caer en este planeta. No sé de dónde vengan ustedes, ni cuánto tiempo han estado viajando y recorriendo el universo. Pero al menos aquí, la Gran Catástrofe no ocurrió jamás.

    […]

    Mientras la nave del Zenith se encontraba en dicho planeta, la nave de Black Meteor continuaba su avance en el espacio. Durante tres meses, su nave estuvo desviándose varias veces de su posición para así poder seguir de cerca a sus objetivos. La razón por la cual estaban llevando a cabo todo ese movimiento les era desconocida, hasta que recibieron un comunicado de la Tierra, en el cual se informaba que el grupo del Zenith al que estaban siguiendo, había descubierto meteoritos moviéndose por el espacio en su exploración.

    Dado a que las cámaras que estaban equipadas en su nave no eran muy potentes, nunca fueron capaces de ver ninguno de estos meteoritos, pero ese detalle explicaba a la perfección el hecho de que la nave del Zenith cambiara constantemente de rumbo y se desviara de la trayectoria. Seguirlos habría sido imposible de no haber contado con el radar que los ingenieros habían creado e instalado en su nave. Gracias a dicho artefacto, no perdieron el rastro del Zenith en todo el tiempo transcurrido.

    Paul se encontraba con Casey en la sala de comandos, observando el radar de forma constante para poder notar si algo cambiaba.

    — Han sido meses bastante aburridos — le decía Casey, acercándose a él.

    — Afortunadamente, nos tenemos el uno al otro — Paul le dio un abrazo a su novia y ambos se mantuvieron unidos tras ese gesto — Sin ti, no sé cómo sería capaz de superar este aburrimiento.

    — Era tan distinto cuando explorábamos el universo en busca de respuestas — Casey recordó los meses anteriores — Ahora que estamos persiguiendo al Zenith, ya no estamos explorando. Nunca creí que recorrer el universo pudiera ser tan aburrido.

    — Hay muchas cosas que ver, y nosotros estamos persiguiendo a esos imbéciles — Paul comprendía a donde quería llegar su novia — Creo que deberíamos haber evitado el ataque que realizamos a su base. Magnus ya iba a aceptar la paz, y sin nuestro ataque, probablemente lo habríamos logrado. Ahora, por esa imprudencia, tenemos que estar aquí… sin explorar nada, y sin descubrir nada.

    — Muchos de nosotros queríamos ese ataque, debimos haber pensado un poco mejor y habernos negado a realizarlo — contestó Casey, con algo de tristeza — Quizá así habríamos alcanzado la paz. Y no hubiéramos perdido a varios compañeros.

    — Ahora ya no podemos hacer nada — Paul también se lamentaba — Nuestra única opción para la paz es la extorsión. Magnus ya no escuchará otra vez a Abel sin una amenaza de por medio.

    — No es como si le hubiéramos dejado mucha opción — Casey se separó de Paul tras decir eso.

    El chico se sorprendió de ver cómo su novia se acercaba a la puerta de la sala de comandos. Y su sorpresa fue mayor cuando ella abrió la puerta para ver si había alguien cerca de la entrada o parado en el pasillo. Luego de verificar que no había nadie allí, la chica cerró la puerta y se volvió a acercar a su novio. Este, confundido por eso, decidió preguntarle al respecto.

    — ¿Por qué hiciste eso? — Paul estaba intrigado.

    — Voy a decir algo que puede resultar polémico, y solo confío en ti para que lo escuches — la respuesta de Casey alarmó un poco a Paul — Creo que, una vez que todo este asunto se termine, y cuando nuestros países hayan llegado a la paz, deberíamos intentar persuadir a la gente para que acepten a Magnus por encima de Abel.

    — ¿Estás hablando de hacer una campaña a favor de Magnus? — Paul no quiso levantar la voz para no ser escuchado.

    — Piensa, Paul. Abel no fue sensato al mandarnos a atacar una base del Zenith. La paz era posible, y Magnus estaba dispuesto a negociar. Después de todo, las ofertas de paz siempre las mandó él. El ataque que realizamos les costó la vida a varios soldados, y por eso, Magnus decidió que ya no volvería a realizar ninguna especie de tratado. No digo que Abel sea un mal líder, pero creo que Magnus es… una persona más racional.

    — Comprendo lo que dices, pero Abel respeta el orgullo del país. Zenith, en el pasado, nos robó varios recursos a través de las guerras. Tú y yo no estábamos vivos cuando eso pasó, pero Abel sí. Él vio como el país era humillado por ellos, y creo que eso lo llevó a decidir lo que hizo.

    — ¿Y valió la pena? A causa de unos recursos, perdimos a varios compañeros, el Zenith perdió a varios soldados y perdimos la oportunidad de llegar a la paz por medios pacíficos. Por esos recursos y el deseo de Abel de recuperarlos junto con el orgullo del país, es que estamos aquí. Dime, el plan es atacar al equipo del Zenith, capturarlos, matar a uno de ellos y luego extorsionar a Magnus… Eso suena bien para Black Meteor en teoría, pero en la práctica, eso involucra una pelea de nosotros contra ellos. Nos han ganado muchas veces en el pasado, y ahora, con todo lo que pasó, probablemente intenten matarnos. Nosotros no podemos matarlos a ellos, pero ellos no nos verán de la misma forma.

    Paul quedó en completo silencio al escuchar esas palabras provenientes de Casey. Lo que ella decía era cierto, se mirara por donde se mirara. Hasta el momento, él no tuvo en cuenta el peligro que representaba la misión, más allá de la pelea contra el Zenith. Sin embargo, el tener que capturarlos sin matarlos sería una gran desventaja para ellos. Solo tenían permitido matar a uno de ellos, puesto a que necesitaban con vida a varios soldados para poder obligar a Magnus a negociar. Una vez muriera uno en su equipo, ellos tendrían prohibido seguir luchando en un intento de matar. Sus enemigos no lo verían así, e incluso podrían enfurecerse mucho más con la muerte de uno de los suyos. Fue entonces que Paul logró contemplar el gran peligro que suponía la misión que estaba realizando, y las razones por la cual era la única opción que tenían.

    — Tienes razón, Casey — Paul miró la puerta, esperando que nadie quisiera entrar a la sala en ese momento — Todo esto fue a causa de Abel. Deberíamos haber pensado en las consecuencias de lo que pasaría si fallábamos. Teniendo a varios soldados de nuestro lado, y al comandante Frans, nunca creíamos que podríamos fallar. Aun así, ocurrió. Y ahora…

    — Ahora estamos comprometidos con el peligro — contestó Casey, alegre de ver que Paul entendió su visión — No digo que Abel sea un mal líder del todo, ya que de él fue la idea de infiltrar a Lathan en el país enemigo. De él fue la idea el instalar un radar para seguir al Zenith, y de él fue la idea de aprovechar toda la información posible para tener ventaja. Pero el ataque que realizamos hace meses fue totalmente innecesario. No nos daba ningún beneficio teniendo éxito, y nos perjudicó bastante en el fracaso. Es por eso por lo que creo que deberíamos asegurarnos de que Magnus sea aceptado como líder. No odio a Abel, pero creo que nuestras vidas como soldados estarían más seguras con Magnus tomando decisiones.

    — Eso es algo que deberíamos hablar con el resto del equipo.

    — Pero no ahora. Debemos esperar a que todo esto termine y que la paz se realice. Imagina que llegáramos a fallar la misión y quedamos por nuestra cuenta. Estos comentarios no nos harán nada bien frente a Abel.

    — Será prudente esperar — contestó Paul, sabiendo que su novia volvía a tener razón — Eres bastante inteligente, Casey. Te admiro por eso.

    La chica sonreía al escuchar esas palabras de parte de su novio. Ambos continuaron con su trabajo de mantener vigilado el radar que les revelaba la información de la posición de la nave del Zenith a medida que avanzaban.

    Mientras ellos se encontraban en su puesto, Natasha recibió la visita de Gina y Zaid en su habitación. La chica se extrañó un poco al ver a los hermanos acudiendo a ella en ese momento. A pesar de todo, no iba a dejarlos esperando afuera, por lo que los hizo pasar.

    — ¿Hay algo de lo que quieran hablarme? — preguntó la chica esperando conocer las razones por las que recibía la visita — Sé que sí hay algo. A lo que voy es, ¿se trata de algo importante?

    — Hemos estado observándote por mucho tiempo, Natasha — Gina contestó.

    — ¿Por qué razón? No soy una reina de belleza, exactamente.

    — Es por algo que hemos visto — Zaid tomó la palabra — Tú y Noak se miran con desprecio en los entrenamientos.

    — Eso que dices es mentira.

    — No lo es — le respondió Gina — Tú y él se miraban con mucho odio antes. Yo lo vi, y Zaid e Isac también lo notaron. No lo debes esconder más. En un momento, creíamos que sería algo temporal. Pero continúa pasando.

    — ¿Y qué es lo que quieren de mí?

    — Que nos digas los motivos — Zaid creía que su conversación iría bien encaminada — Tenemos ideas, pero nunca llegamos a nada concreto — el soldado mentía, puesto a que él y Gina sí conocían los motivos — Una vez que sepamos de qué se trata, buscaremos la forma de resolverlo. Isac nos ayudará.

    — ¿Qué hay de los demás? — Natasha tenía curiosidad por el hecho de que dejaran afuera a Xander, Claire, Casey y Paul.

    — Ellos fueron tus compañeros por mucho tiempo — contestó Gina, ante la mirada de Natasha — En cambio, ninguno de nosotros tres ha sido compañero de Noak — la chica incluía a Isac en el asunto — Lo conocimos el mismo día que tú lo hiciste. No tenemos preferencia por ninguno de los dos, y eso es importante. Buscaremos resolver el conflicto de la forma más neutral posible.

    — ¿Qué es lo que les preocupa exactamente? — preguntó Natasha — No voy a matar a Noak durante la misión. Puede que no me agrade, pero si no maté a Shun luego de que él me maltratara, no le haré nada a Noak.

    — ¿Y qué pasará si Noak asesina a Ace? — Gina supo que debía ser más directa en la conversación.

    — ¿Cómo…

    — Recuerdo que tú dijiste que querías que conociera a alguien. Si fuera alguien de Black Meteor me lo podrías haber presentado en cualquier momento. Y que mires tan mal a Noak luego de que se decidiera a ir por Ace no es casualidad. Él es especial para ti. Y yo sé que debe ser difícil convivir con alguien que tiene un odio profundo por alguien a quien tú valoras. Por eso quiero que respondas con sinceridad qué es lo que harás si Noak llega a matar a Ace.

    — Me estuve entrenando mucho. Noak no será capaz de hacerlo.

    — ¿Y sí lo logra? Por más entrenamiento que hayas tenido, al aterrizar para combatir, la situación será desconocida — Zaid pensaba en las posibilidades — Imagina que se hayan separado y que nos encontremos con Ace aislado del resto. Noak intentará matarlo.

    — Si ese es el caso, yo protegeré a Ace — Natasha quería evitar esa clase de preguntas en conversación.

    — ¿Y si no puedes? — Gina supo que a Natasha no le gustaría que ella hablara así de la misión — Natasha, pueden pasar muchas cosas cuando aterricemos. Hay miles de posibilidades. Ahora mismo, solo me interesa una. ¿Qué harás si Noak mata a Ace?

    — Eso no se lo perdonaré jamás — Natasha lo dijo en un tono muy serio — No lo voy a matar, pero si él llega a matar a Ace, lo haré sufrir.

    — Eso era lo que queríamos saber — Zaid estaba satisfecho de ver que estaban avanzando con el asunto — Ahora, debemos hablar sobre…

    — No — Natasha respondió de forma cortante — Yo no tengo absolutamente nada que hablar con él. Pueden estar seguros de que haré lo que pueda para evitar que Noak mate a Ace. Si quieren que no le pase nada malo a Noak, asegúrense de que no lo mate. Estuve deseando mucho tiempo volver a verlo, sin tener una idea de si está vivo o no. Lathan me confirmó que él está vivo, lo que quiere decir que no lo voy a perder. Si ustedes lo hubieran conocido y hubieran llegado a formar un vínculo con él, lo entenderían. Pero no lo entienden. Noak tampoco lo entiende, y no tiene deseos de hacerlo, y lo sé porque yo ya intenté hacerlo entrar en razón. Si a él no le interesa, entonces a mí tampoco. Salgan de mi habitación y piensen en lo que les he dicho.

    La chica se acercó a la puerta y la abrió de par en par, para luego mirar con una cara de pocos amigos a sus dos compañeros. Gina y Zaid se desilusionaron por esto, ya que creían que tendrían la oportunidad de que sus compañeros pudieran solucionar dicho conflicto entre ellos. Al menos de parte de Natasha, no había forma de que fuera posible. La situación se volvió muy amarga e incómoda, por lo que decidieron salir de dicha habitación y dejar a Natasha tranquila.

    Una vez que ellos se retiraron, decidieron ir a la habitación de Noak. En el interior de esta, el soldado se encontraba hablando junto a Isac, sobre un tema muy parecido al que el trío de soldados había discutido.

    — Ya te he dicho que me dejes en paz — Noak empujó a Isac hasta acorralarlo contra la pared — ¿Cuántas veces te tengo que decir que lo que tú tengas que decirme no me importa? Siempre estás molestándome, Isac. Es como si quisieras distraerme de mi entrenamiento. Supéralo de una vez. Te vencí, y soy mejor soldado. Y si no lo puedes superar, entonces entrena y cambia las cosas. Pero deja de distraerme con estupideces. Esta será mi última advertencia. La próxima vez que me interrumpas, no te dejaré salir ileso.

    — Esto no se trata de mí, ni de ser el mejor soldado del equipo — Isac detestaba que Noak le echara esas cosas en la cara — Se trata de un problema que hay que resolver. Tú y Natasha son parte del mismo equipo, y la forma en la que se miran hace parecer que se odiaran a muerte. Eso es algo que no se puede permitir.

    — No te creo nada, pedazo de escoria — Noak decidió soltar a Isac — Y para que sepas, no odio a Natasha. Al que odio es a su noviecito. Ace Lakor, o Ace Grant o Ace como mierda sea que se llame… es un traidor. Y lo quiero muerto. Puedo entender y hasta tolerar que tú prefieras muerto al primero que se te cruce, o que los demás prefieran muerto a Michael si tanto miedo les causa. Pero lo que no toleraré jamás es que Natasha esté enamorada a un traidor. Ella merece ser expulsada del equipo hasta que sea capaz de recapacitar sobre todo esto, pero como no fui capaz de darme cuenta antes de todo esto, ya es tarde. La única solución es asesinar a ese traidor para que se olvide de él de una buena vez. Mataremos dos pájaros de un tiro.

    — ¿Y qué harás si Natasha se te adelanta y logra matar a otro soldado antes de que tú puedas matar a Ace? — Isac recordó las preguntas que habían pactado hacer antes de ir a hablar con Noak y Natasha.

    — Si ese es el caso, cuando lleguemos a la Tierra pediré a Abel que haga algo al respecto — la respuesta de Noak no dejó tranquilo del todo a Isac — Claro que nada garantiza que Ace pueda sobrevivir hasta que lleguemos a la Tierra.

    — ¿Qué planeas exactamente? — Isac supo qué hacía bien en no tomar como válida la respuesta de su compañero.

    — A ti no te importa, a Natasha no le importa, y francamente, a nadie más le importa — Noak se rehusó a responder — Ya me harté de toda esta situación. Sal de mi cuarto, y déjame descansar tranquilo. Y en lo posible, no me hables más sobre cosas sin sentido. Ya me estás haciendo perder la paciencia.

    Sabiendo que no tenía forma de lidiar con Noak, ni a través de las palabras o por medio de peleas, Isac decidió salir de su habitación para evitarse problemas. Una vez fuera, decidió ir a contarle de todo esto a Gina y Zaid. Dado a que los hermanos estaban saliendo de la habitación de Natasha y se dirigían hacia la de Noak, no tardaron en encontrarse. Con tan solo verse las caras supieron que las cosas no habían resultado bien para nadie, y eso los desanimó bastante.

    — Noak no escuchó, ¿verdad? — preguntó Zaid, aunque ya se imaginaba la respuesta.

    — Me escuchó, pero no le gustó lo que dije — respondió Isac algo preocupado — ¿Qué hay de Natasha?

    — Podríamos decir lo mismo — Gina supo que las cosas serían muy difíciles — Pero gracias por haber intentado algo, Isac.

    — No lo menciones — la única razón por la que el soldado accedió a eso fue para poder cambiar la imagen que había dado a su compañera — Noak y Natasha se están estresando demasiado por algo que no vale la pena. Si eso les provoca la muerte, el Zenith habrá matado de forma indirecta a dos de los mejores soldados que tenemos. Eso me dejaría más furioso que nunca si llegase a pasar — supo que sus compañeros creerían esa excusa.

    Gina y Zaid se sentían impresionados por el progreso de Isac. Si bien, no se olvidarían muy fácilmente de las cosas que él había intentado hacer en los primeros días, el soldado estaba mostrando un cambio de actitud para con ellos. Sus ideales parecían seguir siendo iguales, pero con el tiempo lo vieron como una persona más abierta y respetuosa que antes. Era innegable para ellos que él estaba intentando cambiar, aunque ninguno pudo encontrar el motivo que lo podría haber llevado a querer hacerlo.

    Antes de que pudieran cambiar de tema, los soldados escucharon pasos acercándose hacia ellos. Claire no tardó en aparecer ante su vista, y parecía tener algo importante que decir.

    — Chicos, que bueno que los encuentro juntos — comentó la soldado — Casey y Paul dicen que tienen algo que mostrarnos. Xander quiere que todos vayamos a la sala de comandos, sin excepción.

    — Enseguida iremos — Gina creyó que podría ser importante — ¿Avisaste al resto?

    — Solo me falta avisarle a Noak — contestó Claire — Ustedes adelántense, yo le avisaré.

    Sabiendo que Casey y Paul no los llamarían a todos en caso de que no fuera algo serio, el trío de soldados decidió acercarse a la sala de comandos. Al llegar, vieron que Natasha y Xander ya se encontraban en dicho lugar, y que solo faltaban por llegar Claire y Noak. Casey y Paul estaban de pie junto a Xander mientras que Natasha estaba sentada. Los soldados que recién habían entrado decidieron tomar asiento. Con un gesto, Isac les indicó que lo mejor sería que él se sentara junto a Natasha y que Gina y Zaid deberían sentarse a su lado, de forma en que Noak y ella no quedaran sentados en asientos contiguos. Así lo hicieron, y los tres se acomodaron.

    Una vez que Claire y Noak llegaron a la sala, los dos también tomaron asiento.

    — Muy bien, ya estamos todos reunidos — les decía Xander a sus compañeros — Pueden empezar cuando quieran.

    La pareja de soldados no sabía cómo poder explicar lo que tenían que decir, y fue por eso por lo que encendieron uno de los monitores de la sala, para posteriormente, conectar tanto sus dispositivos móviles de comunicación como la computadora que mantiene funcionando el radar.

    — Quiero que todos ustedes vean este video — comentó Paul, mientras configuraba su dispositivo para que reprodujera un video que tenía en el mismo.

    Fue así como en la imagen del monitor se mostró algo que les llamó la atención a todos. Se trataba de una grabación hecha con su propio dispositivo. En ella se podía ver como en el radar aparecía una nave, la cual, el resto del equipo entendía que se trataba de la del Zenith, y posteriormente observaron cómo, de forma brusca y sin previo aviso, la nave desapareció del radar. Esto asombró bastante a los soldados del equipo.

    — ¿Qué sucedió? — preguntó Zaid algo asombrado — ¿El radar falló?

    — No, no fue una falla del radar — comentó Paul, antes de que hicieran más preguntas — Adelantaré el video unos minutos más. Casey y yo estuvimos revisando el radar para asegurarnos de que funcione bien, y nuestro plan era avisarle a Nick si algo fallaba, pero luego de la revisión, notamos que no tiene fallas.

    — ¿Y cuál es el problema entonces? — Xander esperaba que lo revelaran rápido.

    — No es un problema, pero sí es algo serio — comentó Casey.

    — Observen esta imagen atentamente — Paul había terminado de adelantar el video.

    Todos los soldados pusieron su atención en la pantalla, y vieron cómo en el radar apareció de la nada una nave, la cual se movía en la dirección contraria a la del Zenith, para luego dar un desvío de su curso, cambiándolo hacia la misma posición a la que la nave del Zenith se había movido cuando debían evadir los meteoritos. Su nave desapareció del radar, y luego de unos minutos, volvió a aparecer en el mismo.

    — Han cambiado su curso de nuevo, pero ahora no solo se desviaron, sino que también retrocedieron — comentó Paul ante la vista de todos — Eso quiere decir que es probable que se hayan encontrado con algo peligroso y hayan tenido que volver atrás.

    — Lo que queremos es evitar correr cualquier clase de riesgo posible, y para eso, queríamos avisarles a todos que hemos cambiado el curso de la nave — continuaba Casey — Pero eso no es todo. Estuvimos observando la nave en el radar cuando apareció tras haber desaparecido previamente, y según los cálculos de la máquina, se mueve más lento que antes.

    — ¿Quiere decir que la nave del Zenith ya no avanza tan rápido como al principio? — preguntó Xander, creyendo que eso significaría que no tardarían en alcanzarlos.

    — Eso mismo — le respondió Paul — Algo tuvo que haber pasado. No es coincidencia que hayan desaparecido del radar y que, tras haber reaparecido, su nave se mueva con más lentitud.

    — Puede que hayan tenido un problema bastante serio — Xander intentaba analizar la situación — Tal vez se hayan encontrado con una amenaza muy fuerte y habrán tenido que huir. Si ese es el caso… — Xander no podía evitar sonreír al pensar en eso — Intentemos acercarnos lo más que podamos hacia su nave, y pongamos atención a todo lo que hagan. Ellos estuvieron un largo tiempo desviando su curso, pero nunca retrocedieron. Si lo hicieron ahora, es posible que su nave haya sufrido una avería importante. Si ese es el caso, eso quiere decir que podrían estar dirigiéndose a algún planeta para poder pedir un rescate antes de que su nave se desplome en medio del espacio exterior.

    — Quieres que los sigamos hasta que aterricen en algún planeta, ¿verdad? — Paul ya se imaginaba lo que Xander iba a decir.

    — Por supuesto que quiero eso — contestó el subcomandante de Black Meteor con un gran entusiasmo — Se vieron obligados a retroceder por primera vez desde que los estamos siguiendo, y su nave avanza mucho más lento que antes. Algo les pasó, estoy seguro de eso. Y en algún momento van a tener que aterrizar. Es nuestra oportunidad para acortar la distancia y acercarnos a ellos lo más que podamos. Apenas ellos aterricen, nosotros los atacaremos — el soldado entonces se acercó a sus compañeros — Casey, Paul, vayan a descansar. Y todos ustedes también. Yo mantendré vigilada la nave del Zenith a partir de ahora. Si ellos aterrizan, los despertaré y los prepararé a todos para el aterrizaje.
     
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    Manuvalk

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    Hola, amigo. Este ha sido un gran capítulo, sin lugar a dudas, me ha gustado muchísimo. Por fin sabemos 100% a qué hace alusión el título de ésta parte V.

    El capítulo comenzó, como suponía, con el encuentro entre el grupo del Zenith y los nuevos alienigenas esclavizados. Me ha sorprendido mucho que Allecreod los tenga sometidos durante varias generaciones, además de tener control sobre otras especies y planetas. Sin duda, Allecreod no es Tzorkun; es mucho más peligroso. Esto me hace plantearme la posibilidad de que sea una verdadera amenaza para la humanidad, los garak y los xaromitantes. Porque si Allecreod ya esclavizó a distintas especies y mundos para obtener recursos, ¿quién dice que no hagan lo mismo con Garak y la Tierra? Temo que vaya a haber una guerra interestelar, pero sería muy épico, sobre todo por ver a humanos (sobre todo Zenith y BM juntos), garaks y xaromitantes pelear contra un imperio como el que posee Allecreod. Aún es pronto para hacer conjeturas, pero después de un inicio algo suave, esta parte me ha enganchado. Ahora, la intriga que tengo es mayor por saber más sobre este nuevo y potencial enemigo. Lo único que lamento es que esto pueda atrasar el conocer las respuestas a la catástrofe.

    Tras esto, Black Meteor está de regreso en un capítulo. La trama de éste grupo se ha dividido en varias partes dentro de su espacio en el capítulo, pero para nada ha desagradado sino más bien lo contrario. Primero, ver que Casey (a quién no tenía por alguien tan sensata) le propone a Paul que llegado el momento opten por dar galones a Magnus por encima de Abel, me ha sorprendido bastante. Veo completa lógica en sus palabras pues solo hay que ver las decisiones que han tomado ambos líderes y a quién le ha ido mejor, pero no deja de sorprender que dos viejos enemigos del Zenith asuman que su país se ha equivocado. Sin duda, cuando este tema salga ante el grupo, generará tensión.

    Luego vemos a Gina y Zaid ir a la habitación de Natasha para aclarar más aún la mala vibra que tiene ésta con Noak. Al parecer, Isac (que parece estar cambiando pero es de esas personas que lo hace solo para quedar bien) también hace lo propio yendo a la habitación de Noak. Ninguno ha conseguido su propósito y tanto Natasha como Noak están decididos a seguir adelante en sus respectivas facetas: ella va a defender a Ace por encima de todo y él hará todo lo posible para acabar con Ace. Un dilema para el resto del grupo, el cuál seguro se verá involucrado cada vez más. Quiero destacar dos cosas: la primera, la forma en la que Natasha habla de su ex líder de grupo. Se nota el aprecio que le tiene, el sentimiento que nunca se perdió y las ganas que tiene de recuperar eso. Por otro lado, veo a Noak más violento que antes, llegando a tomar a Isac por el cuello. No sé que pensar de Noak, parece que se está desviando del objetivo principal, que es capturar al grupo del Zenith y finalmente ambos países unirse bajo la paz. Para ser un soldado muy patriota que odia a los traidores, está dejando su patriotismo de la misión principal solo para cegarse en un objetivo muy secundario. Idiota :v

    Finalmente, Paul y Casey reúnen al grupo para mostrarles las variaciones de rumbo que ha hecho la nave del Zenith, las cuáles desconocían. Está claro que tras el descenso de estos al planeta propiedad de Allecread, los de Black Meteor les seguirán. Creo que al final todos van a acabar metidos en un buen lío y no puedo esperar por ver que pasará en los próximos capítulos.

    Nos vemos pronto, un saludo.
     
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  17. Threadmarks: Un lugar inalcanzable
     
    Agus estresado

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    La Gran Catástrofe V Dominio Aislado
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    Ciencia Ficción
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    Saludos. Siendo sábado, llegó el momento de publicar el capítulo correspondiente a la historia en esta semana. Nuevamente, no hay noticias importantes que decir. Este capítulo será un poco (solo un poco XD) más corto que los últimos que he estado publicando recientemente.

    Una vez más, como cada semana, doy las gracias a todos los que hayan llegado hasta esta parte de la historia, con una dedicatoria especial a Resistance que semana a semana sigue esta historia con tantos ánimos como las primeras historias originales que he publicado, incluida esta desde el propio año 2017.

    Mi deseo es, como siempre, que el capítulo sea disfrutable.





    Un lugar inalcanzable:

    — ¿Cuál es la emergencia ahora, Xander? — preguntó Claire a su novio, mientras él miraba atentamente la pantalla de uno de los equipos de la nave.

    — Volvió a pasar — decía el subcomandante Xander — La nave del Zenith desapareció nuevamente de los radares.

    Todo el equipo de Black Meteor, reunido en la sala por petición de su subcomandante, escuchó esa noticia y se impresionó demasiado por lo ocurrido. Solamente habían pasado unas horas desde que la nave del Zenith reapareció en el radar, y antes de que transcurriera un día, ya habían vuelto a desaparecer. Esto era bastante misterioso para el grupo.

    — Supongo que el radar es bastante defectuoso — comentó Noak, algo molesto por la noticia — ¿Qué es lo que vamos a hacer ahora?

    — Estamos bastante cerca de la posición en la que su nave desapareció, así que vamos a acercarnos y ver qué ocurre — contestó Xander a sus soldados — Calculo que nos tomará una sola hora más poder alcanzar dicho lugar, por lo que quiero que se preparen. Puede que estemos a punto de cruzarnos con ellos.

    — Si ese es el caso, entonces iré a preparar mi armadura y mi rifle — contestó Noak, poniéndose de pie para retirarse de la sala — Avísame en cuanto estemos en dicho lugar. Puede que luego de prepararlo todo vaya a comer algo.

    Así como se retiró el soldado, el resto del equipo, exceptuando a Claire, se fue de la sala de comandos. La chica se quedaría para hacerle compañía a su novio. Al acercarse a él, notó que no dejaba de mirar la pantalla y el equipo que controlaba el radar. El instrumento para detectar naves en el espacio podía, además de dar la posición de la nave, mostrar un historial de los últimos movimientos.

    — ¿Xander? — Claire lo veía muy pensativo — ¿Qué ocurre?

    — Quiero analizar sus movimientos desde que aparecieron hasta que se esfumaron — contestó Xander a su novia — No se ven indicios de que hayan realizado una maniobra misteriosa.

    — ¿Por qué crees que eso sea importante? — Claire sentía curiosidad por saberlo.

    — Si lo hicieron, puede que tuvieran que esquivar algún objeto que se les hubiera acercado a ellos — respondió Xander — Lo que quiere decir que podríamos encontrarnos con algo de ese estilo al llegar allá.

    Claire estaba bastante impresionada con el razonamiento de su novio. Ese aspecto era algo que no había tomado en cuenta. Xander se quedó mirando la pantalla durante unos minutos más, y él mismo se dio cuenta de que su hipótesis era errónea. La nave del Zenith no realizó ningún movimiento fuera de lo común, o al menos, ninguno que fuera sospechoso. Simplemente desapareció de repente.

    — A pesar del malfuncionamiento del radar, estamos muy cerca de ellos — Claire sabía lo que eso significaba — Quiere decir que, una vez que los alcancemos, vamos a tener que pelear.

    — Me ayudarás, ¿verdad? — preguntó Xander, esperando una respuesta afirmativa de parte de su novia.

    — ¿Ayudarte a qué? — le respondió Claire, sin saber a qué se refería.

    — A eliminar a Wagner — contestó el soldado — El hijo del asesino del comandante Frans. No podemos matar a más de uno de ellos, y si hay que elegir, preferiría que fuera alguien cercano al responsable. No solamente es alguien cercano, se trata de su propio hijo. Matarlo lo destrozará. Vivirá con ese dolor por el resto de su vida. Y eso me tranquilizará.

    — Pero Wagner es… Xander, estás demasiado obsesionado con esto — Claire se sorprendía por la forma tan insistente de su novio al hablar de eso — Podría ser peligroso.

    — ¿Peligroso en qué sentido? — Xander no supo de qué hablaba.

    — Es el hijo de un comandante, y uno de los mejores que tiene el Zenith — explicó Claire esperando que Xander recapacitara sobre su idea — Eso quiere decir que ese chico habrá crecido con una formación de otro nivel.

    — Ace también es hijo de un comandante, y yo lo supero — rebatió Xander ante dicha afirmación.

    — Eso puede ser verdad, pero Ace fue adoptado por Morris — le contestó su novia — Wagner debe ser un hijo biológico de seguro, y eso quiere decir que puede tener un entrenamiento superior al de Ace y al tuyo.

    — Nadie puede superarme, Claire — contestó el soldado, con algo de molestia por las palabras de su novia — Tuve las mejores notas de mi promoción y el propio comandante Frans me eligió para ser su pupilo. Me he mantenido en entrenamiento constante, y un soldado del Zenith no me puede superar.

    — Yo solamente tengo miedo de que esto resulte mal, Xander — Claire le manifestó su preocupación — ¿Qué tal si Wagner es demasiado fuerte para ti? Sé que confías en tus habilidades, pero a él no lo conoces y no tienes idea de cómo se formó ni qué experiencias vivió. ¿Y qué tal si lo consigues y eso desata la furia de ese tal Zion? En algún momento, cuando pasen los años, tú y yo vamos a tener una familia tal y como lo hemos planeado. ¿Qué tal si ese tipo nos persigue por el resto de su vida y termina matando a nuestros hijos? Si matamos a su hijo ahora, él claramente querrá vengarse.

    — Él no tiene derecho a vengarse, él mató a Frans, y nosotros mataremos a Wagner. El círculo de venganza termina con él.

    — No es así como funciona, Xander. Incluso si así funcionara, ¿crees que él olvidará la muerte de su hijo solo porque tú le digas eso?

    — Claire, te hice una pregunta que debías responder con un sí o con un no — el tono de Xander fue bastante frío — No tenías que venir a darme un sermón al respecto de esto. Contesta la maldita pregunta que te hice. ¿Me ayudarás a matar a Wagner? No puede ser muy difícil, solo tienes dos opciones.

    La chica se sorprendió bastante por la forma en la que su novio le había respondido. Ella no era capaz de recordar un momento en el pasado en el cual Xander le hubiera hablado de esa forma. Era la primera vez que algo así ocurría, y era bastante extraño, dado a que Xander siempre se vio abierto a opiniones, y mucho más cuando provenían de parte de ella. En ese mismo momento, no solo no quería escucharla, sino que no parecía apreciar su opinión al respecto. El miedo que Claire tenía se estaba haciendo realidad, y su novio se había obsesionado con la venganza de su comandante. Ella creyó que sería normal, puesto a que ambos apreciaban a Frans como un segundo padre, y su muerte los afectó bastante. Sin embargo, creyó que lo olvidaría con el pasar de los días, o que al menos, su obsesión por matar no sería tan grande al punto de no querer escucharla.

    Claire estaba sintiendo escalofríos por su cuerpo, puesto a que creía que estaba hablando con alguien diferente. La conducta de Xander era tan distinta que no parecía él. Sin embargo, antes de que pudiera seguir con sus pensamientos, pudo sentir la presión en la mirada del subcomandante. Le había hecho una pregunta, y estaba esperando la respuesta. A pesar de que lo amaba mucho, la chica tuvo que ser honesta con él. A su opinión, atacar a Wagner sería muy peligroso, no solo por ser el hijo de un comandante, sino por la respuesta que su padre podría tener una vez que descubriera la verdad, porque lo que estaban por hacer era algo que no se podría mantener en secreto.

    — No — Claire se sentía muy mal al responderle así — Lo siento, Xander, pero este no eres tú. Tú siempre estás abierto a recibir opiniones, y siempre eliges la opción más sensata. Pero esto que quieres hacer es bastante peligroso, y no creo que debas hacerlo.

    — No cambiaré de opinión — Xander se molestó bastante con ella — Si tanto te preocupo, entonces ayúdame a acabar con él.

    Claire se sintió peor tras escuchar eso. No solo dio una respuesta que hubiera preferido no dar, sino que Xander se lo tomó bastante mal. Por su parte, el chico sentía una frustración inmensa. El asesinato de Wagner era lo que tanto había esperado desde que se descubrió la identidad del culpable, y su propia novia le había dicho que no lo quería ayudar a eliminarlo.

    — ¿No me piensas ayudar? — Xander se veía muy furioso.

    — No, Xander. No te ayudaré. Creo que lo mejor será que matemos a otro soldado. Alguien que no tenga nada que ver con esto, y que sepamos que podemos manejar.

    Dicho eso, la chica salió de la sala. No tenía ganas de seguir hablando con él. No le estaba haciendo bien esa discusión, y no era necesario seguir complicando las cosas. Xander la vio con una gran furia, mientras presionaba los puños intentando contener las ganas de golpear algo. Supo que, sin el apoyo de Claire, necesitaría buscar ayuda en otros de sus compañeros.

    El subcomandante estaba al tanto del odio que Noak tenía por Ace, y supo que él no le iba a brindar apoyo en un pedido así. También recordó que Isac expresó que acabaría con la vida del primer soldado que tuviera en frente, por lo que, la única forma de asegurarse su cooperación sería encontrándose primero con Wagner, aunque eso era un pensamiento muy optimista. Con Claire, Isac y Noak fuera, ya supo a quienes tendría que acudir.

    El soldado de Black Meteor abandonó la sala y lo primero que hizo fue ir a buscar a Isac para que tomara su puesto en la sala de comandos. Al entrar a la habitación del soldado, pudo ver que él estaba manteniendo una reunión con Gina y con Zaid, y lo vio como una oportunidad perfecta.

    — Xander, ¿qué pasa? — preguntó Zaid al verlo allí.

    — Isac, tengo algo que hablar con los hermanos Hauk — Xander sonaba muy formal — ¿Podrías hacerte cargo de la nave por un momento?

    — ¿Solo lo tienes que hablar con ellos? — le preguntó el soldado.

    — Así es, es algo que tiene que ver con ellos dos — el soldado no quería hablar de eso en frente de él — La sala de comandos está vacía, así que quisiera pedirte que te encargaras.

    — De acuerdo, como ordenes — contestó Isac retirándose de la habitación.

    Una vez el soldado se fue, Xander esperó unos segundos, y se asomó por la puerta para verificar que no estuviera cerca para escuchar la conversación. Miró en ambas direcciones y pudo ver que no se encontraba allí, lo que quería decir que estaría a salvo al hablar con ellos.

    — ¿Ocurre algo malo? — Gina estaba algo nerviosa, ya que Xander no era alguien que solía pedir charlas de forma tan brusca.

    — Solamente quiero mantenerlos al tanto de algo y estar seguro de una cosa — informó Xander, pensando en la mejor forma de decir eso — Como bien saben, pronto alcanzaremos al Zenith, si es que los cálculos que hicieron las computadoras son correctos. Está prohibido matar a dos soldados de su grupo, y quisiera saber si podrían ayudarme a encargarme de Wagner Stones.

    — ¿El hijo del comandante Zion? — preguntó Zaid, sabiendo que se refería a él, haciendo la pregunta para ver qué era lo que su subcomandante quería con él.

    — Precisamente, él es a quien yo quiero matar — Xander no quería repetir lo que ya había dicho antes — Ustedes conocen mis motivos. Quiero saber si los comparten y si me van a ayudar.

    Gina y Zaid se quedaron mirando fijamente cuando su superior les pidió una respuesta. El hecho de que llegara de forma tan repentina para preguntarles eso los puso algo nerviosos, puesto a que sabían que Xander querría un sí como respuesta. A pesar de todo, ellos no estaban muy entusiasmados con la idea de ir tras el hijo de un comandante.

    — No, Xander, lo sentimos mucho — Gina tenía miedo de la forma en que pudiera reaccionar — Pero se trata del hijo de un comandante del Zenith. Y no creemos que tengamos la fuerza para enfrentarlo. Si no nos queda opción, lo enfrentaremos, pero es un reto que nos supera. Él es un soldado experimentado, y nosotros estamos en nuestra primera misión. Cualquier otro soldado es un reto, pero él es un desafío imposible y fuera de alcance.

    — Supongo que no podré convencerlos de cambiar de opinión — Xander se sentía decepcionado por la cobardía del equipo, aunque podía llegar a entender algo de lo que decían Gina y Zaid — Discúlpenme por haberlos molestado.

    Tras decir esas palabras, el subcomandante se retiró de la habitación de Isac, para luego dirigirse a la habitación de Casey. Sus pasos fueron rápidos, y al no ser una nave de gran tamaño, no tardó mucho en llegar. El soldado estaba por tocar la puerta cuando escuchó a Casey hablando con Paul.

    — Me alegra que compartas mi punto de vista — podía escuchar la voz de Paul desde afuera — Por eso me gusta mucho hablar contigo. Siempre estás dispuesta a escuchar las cosas que tengo que decir. Por más que extrañe a nuestros antiguos compañeros, sé que ellos no estarían interesados en lo que tengo que decir.

    — Creo que tienes razón en esto que has dicho, Paul — respondió Casey — Sé reconocer cuando alguien tiene la razón, y en este caso, tú la tienes. Por más miedo que Michael me cause, y por más desprecio que tenga en contra de los miembros del equipo del Zenith, no participaré en la muerte de ninguno de ellos. La muerte de Frans será vengada, pero nos vengaremos de su asesino, no de uno de los soldados del equipo al que estamos persiguiendo. Además, si podemos mantenerlos con vida a todos, habrá más rehenes para incluir en la negociación.

    Tras haber escuchado esas palabras, Xander se alejó del lugar, puesto a que sabía que sus compañeros no iban a acceder a ayudarlo con su objetivo de asesinar a Wagner. Le parecía increíble que solamente él creyera que la muerte del hijo del asesino de Frans era la única forma de vengarse de él de forma efectiva. Pero así estaban las cosas.

    — Claire, Gina y Zaid tienen miedo de enfrentarlo — pensaba Xander mientras se alejaba de allí — Noak e Isac tienen otras ideas en mente. Casey y Paul no quieren matar a ninguno de ellos… solamente me queda Natasha.

    El soldado acudió a su habitación y tocó la puerta. Sabía que ella estaría sola en ese momento, puesto a que Noak estaría preparándose y Claire de seguro estaría en su habitación. Natasha le dijo que podía pasar, y así lo hizo. El subcomandante entró a su habitación. La chica se encontraba sentada sobre su cama, y al ver a su subcomandante entrar, se puso de pie, creyendo que necesitaría hablar de un asunto urgente.

    — Natasha, necesito hacerte una pregunta — Xander sonaba desanimado, producto de todas las respuestas que recibió antes de dirigirse a ella.

    — ¿De qué se trata? — preguntó la chica, algo confundida e intrigada por el tono en que Wagner lo preguntó.

    — Pronto nos cruzaremos al equipo del Zenith… y eso quiere decir que los vamos a enfrentar. Quiero saber si tú me ayudarás en mi objetivo. Quiero asesinar a Wagner. Pero ninguno de los otros me quiere brindar su ayuda. Quería saber si podré contar contigo para esto. Su muerte sería la forma correcta de vengar a nuestro comandante. Su padre fue quien lo asesinó. Necesitamos causar un daño enorme a ese hijo de puta, y Wagner es el camino correcto para eso.

    Natasha lo miró fijamente, sorprendida de que él siguiera con esa idea en mente, creyendo que, al ser su subcomandante, sería el que más calmado estaría con el asunto de seleccionar una víctima entre los soldados enemigos. Sin embargo, las ideas del subcomandante coincidían con las suyas. Ella no quería matar a Ace. Aceptaría a cualquier otro soldado antes que él, y supo que tendría más probabilidades de matarlo si contaba con la ayuda del soldado más fuerte del equipo.

    — Cuenta conmigo — Natasha respondió con una sonrisa en su rostro — Iré contigo en todo momento y te ayudaré a acabar con él… — tras decir eso, hizo una pausa para luego reafirmar sus dichos — Wagner morirá.

    Xander sintió como la felicidad lo invadía al saber que alguien dentro del equipo tenía pensado cooperar con él en la misión. El soldado extendió su mano, esperando que su compañera la estrechara en forma de acuerdo.

    — Que así sea entonces — Xander esperaba que ella devolviera el gesto — Tú y yo mataremos a Wagner.

    Natasha supo que su cooperación con Xander sería la forma más segura y quizá la más efectiva para poder eliminar a uno de los enemigos. Decidió estrechar su mano y hacerle saber que podría contar con su ayuda para la misión.

    — Lo conseguiremos — Natasha finalmente fijó su objetivo.

    Xander se alegró bastante de saber que Natasha lo apoyaría en su propósito. Una vez que el acuerdo estaba preparado, él salió de la habitación dejando a la chica sola. De sus ocho soldados, solamente ella accedió a seguir con su plan, cosa que lo dejó pensando por un breve momento.

    — Es una chica muy hermosa — eran los pensamientos de Xander sobre su compañera — No le da miedo el enfrentarse a Wagner, y ha escuchado y compartido mis ideas… Desearía que Claire y todos los demás fueran parecidos a ti, Natasha.

    Solamente había logrado conseguir un único aliado para su propósito, pero consideró que eso sería mucho mejor que tener que luchar contra el Zenith y perseguir su objetivo por su cuenta.

    […]

    La hora de tiempo que había fijado el subcomandante había pasado, y todos los soldados de Black Meteor se encontraban reunidos en la sala de comandos. De acuerdo con los cálculos realizados más de una vez, su nave logró superar el punto en el que la nave que estaban persiguiendo había desaparecido del radar. Las cámaras del exterior de la nave podían captar la imagen de un planeta a lo lejos, el cual se vio reflejado en el monitor de la computadora central.

    — La nave desapareció del escáner, y no tan lejos del punto en el que se encontraba al hacerlo hay un planeta — Casey creía saber lo que ocurría — Según lo que hemos descubierto, cuando la nave reapareció en el escáner, su velocidad había disminuido. Probablemente hayan sufrido una avería, y se hayan dirigido a este planeta para poder aterrizar y repararla.

    — Tiene mucho sentido, dado a que este planeta está muy cerca — contestó Zaid — Dirigirse a él era la opción más sensata de todas.

    — ¿Creen que su nave desapareció del radar a causa de que hayan perdido su equipo? — preguntaba Gina, creyendo que, de ser así, el equipo del Zenith tendría problemas.

    — Si su nave quedó inmóvil, la fuerza de gravedad de este planeta los habrá arrastrado y pudieron haberse estrellado — Paul pensaba con pesimismo respecto a eso.

    — Dudo mucho que eso haya podido pasar — contestó Natasha, manteniendo el optimismo — Sus naves y las nuestras no pueden ser muy diferentes. Y si ellos tienen más recursos que nosotros, es probable que hayan podido desarrollar un sistema de aterrizaje de emergencia para estos casos. Ellos están vivos, lo sé. Por más de que su nave haya quedado inutilizable, ellos no morirán a causa de esto.

    — Me gusta ese optimismo — Xander sentía una buena vibra refrescante de las palabras que decía su compañera — El Zenith es un país al que no se debe subestimar. Estoy seguro de que todos ellos estarán vivos. Aunque, con todo lo que hayan tenido que pasar, estoy seguro de que tendrán bastantes problemas en un planeta desconocido.

    — Y esa es la oportunidad perfecta para atacarlos de una buena vez — Isac supo que la pelea se acercaba — ¿Cuánto falta para llegar hasta ese planeta?

    — A juzgar por lo que muestra la imagen, diría que no más de media hora — Noak se emocionaba al pensar en que pronto sus naves iban a aterrizar.

    Y los cálculos del soldado no estaban equivocados. En tan solo veinte minutos, la nave de Black Meteor logró acercarse a la atmósfera del planeta que se mostró en las imágenes. En solo cinco minutos podrían entrar en la misma y el aterrizaje no les demoraría más de dos minutos de tiempo. Lo que les podría costar trabajo sería encontrar un lugar despejado para que su nave pudiera detenerse, pero esa sería la preocupación para cuando llegaran al planeta.

    El tiempo transcurrió, y la nave de Black Meteor ya se había adentrado en la atmósfera del planeta. La nave avanzaba recorriendo el cielo del planeta, que se mostraba de un color anaranjado, mientras un bosque de árboles gigantescos se les abría paso. Dichos árboles tenían una altura y un grosor que superaban por mucho a un simple bosque común del planeta Tierra. Las hojas de dichos árboles eran de un color amarillento, y algunas presentaban un color rojo.

    El bosque se encontraba por debajo de ellos tenía los árboles demasiado pegados uno al otro como para poder aterrizar, pero a medida que avanzaban, podían ver que la distancia se hacía cada vez más grande. Viendo eso, el grupo de Black Meteor sabía que pronto deberían encontrar un sitio para aterrizar. Una sorpresa que se llevaron fue que, tras recorrer medio kilómetro en su nave, los árboles que veían en dicho bosque cambiaron de tamaño. De árboles de un tamaño gigante, el grupo pasó a ver unos de un tamaño mediano, al punto de que se hicieron mucho más pequeños que los árboles de un bosque común de la Tierra. No solo su altura, sino también el grosor de los troncos se había visto reducido.

    — Que extraño, no hay ningún campo abierto que separe a los árboles grandes de los pequeños — dijo Claire al mirar las imágenes captadas por la cámara — La altura simplemente disminuye.

    — No es algo que me importe, en realidad — contestó Xander de forma cortante — Concéntrate en buscar un lugar para que la nave aterrice.

    Claire no se sintió muy contenta con la forma en que su novio le había respondido, pero supo que eso se debía al hecho de que no estuvo de acuerdo con él en su plan de perseguir y asesinar a Wagner. Quiso creer que se le iba a pasar, pero luego de que demostrara que su obsesión por la muerte del hijo del asesino de Frans no saliera de su mente, ya no sabía que pensar. Sus pensamientos fueron detenidos cuando Zaid habló.

    — ¡Aquí! — exclamó el soldado señalando una zona — La nave puede entrar en ese terreno vacío.

    — Eso es verdad, buen hallazgo, Zaid — contestó Xander, feliz y entusiasmado de que el momento de aterrizar había llegado — Todos prepárense, porque voy a aterrizar.

    […]

    Cuatro minutos después, la nave de Black Meteor ya se encontraba en tierra firme. Nuevamente, aunque para Gina, Zaid, Isac y Noak era la primera vez omitiendo el planeta Fientlig, el equipo de Black Meteor aterrizó en un planeta desconocido. La compuerta de entrada se abrió, y el equipo de Black Meteor tuvo el paso libre para poder tocar el suelo del planeta.

    — Aquí estamos — decía Xander a sus compañeros — Para nosotros, este es el tercer planeta que visitamos. Para ustedes, es el segundo — se refería a los reclutas al hablar de esa forma.

    La zona que Zaid había divisado para el aterrizaje era una zona que estaba totalmente despejada, pero rodeada por árboles. El espacio interior que había era lo suficientemente grande como para que tres naves del tamaño de la nave de Black Meteor pudieran aterrizar allí dentro, y aun así sobraría un poco de espacio de unos quince metros de largo. Sin embargo, no era una preocupación que debieran atender en aquel momento.

    — Estas armaduras son más resistentes que las primeras que portamos — informó Xander a su equipo — Al menos, eso es lo que Abel nos dijo mientras estábamos esperando por nuestra siguiente misión cuando todavía nos encontrábamos el planeta Tierra. Pero no por eso podemos confiarnos. Puede que estas armaduras estén hechas para soportar disparos de nuestras armas, pero eso no tiene por qué aplicar a los seres de este mundo. Así que avanzaremos con mucho cuidado.

    — ¿Qué pasará si nos tenemos que separar? — preguntó Gina.

    — ¿Cómo sabremos siquiera a donde tenemos que ir? — quería saber Noak — No hemos visto ningún indicio de la presencia de la nave del Zenith cerca de este lugar. Podrían estar en cualquier parte.

    — Y es precisamente por eso que quiero que marchemos hacia el frente — contestó Xander a la pregunta de su soldado — Marcharemos unos cuantos kilómetros al frente, intentando buscarlos. Por la vista que tiene el cielo, puede que anochezca pronto, así que, cuando veamos que nos estamos quedando sin luz, vamos a regresar a la nave y descansaremos hasta el día siguiente.

    — Imagino que el grupo se dividirá en dos — asumió Natasha — Uno hacia el este y el otro al oeste.

    — Eres bastante inteligente, Natasha — Xander alabó a su compañera — Lo que dices es verdad. Formaremos dos grupos. Uno de cuatro y otro de cinco. Pero eso será un asunto para discutir mañana. No perdamos más horas de luz y comencemos la búsqueda.

    Dicho y hecho, el grupo comenzó el avance por el planeta misterioso al que habían llegado. Sus características eran bastante similares a las del planeta Tierra. La gravedad que sentían al caminar era solamente un poco más pesada a la que se sentía en su planeta natal, sin presentar ninguna dificultad para caminar. El aire que se respiraba en dicho planeta era bastante agradable, además de ser puro, mucho más que el de su planeta. La temperatura era bastante cálida, y no debieron activar sus armaduras para poder mantener sus temperaturas corporales a un nivel seguro.

    — Es un lugar hermoso, ¿no lo crees? — preguntaba Gina a su hermano mientras ambos caminaban juntos.

    — Se nota que no está muy poblado — contestó Zaid a la pregunta de su hermana — Es realmente bello y agradable. Si no logramos encontrar las respuestas a la Catástrofe, nos expulsarán de la Tierra. Si eso llega a ocurrir, al menos ya tenemos un destino al cual podríamos acudir.

    — No digas cosas como esa — decía Paul a quién no le gustaba que se hablara de forma tan relajada sobre un asunto serio — No vamos a ser expulsados de la Tierra. Hallaremos al grupo del Zenith, nos uniremos a ellos, y juntos llevaremos a casa las respuestas que buscamos.

    — Lamento mucho haber hablado así, Paul — contestó Zaid disculpándose con su compañero — Es solo que, si se da el caso de que no sea posible hacerlo, habrá que pensar en alguna alternativa. Y este planeta es una alternativa muy buena.

    — Lo sé, solo que no me gusta que tengan tanto pesimismo — contestó el soldado — Todavía nos quedan más de dos años. Y puede que a partir de la siguiente semana ya estemos unidos al Zenith. Con nuestra fuerza combinada, las respuestas no se harán esperar.

    Tras esas palabras, el grupo continuó el avance en silencio mientras mantenían la mirada atenta hacia los alrededores. A medida que avanzaban, los árboles se iban distanciando cada vez más uno de los otros, al punto de que el lugar para poder avanzar y maniobrar era cada vez mayor. Al ver a sus alrededores, podían observar que algunos de estos árboles tenían sus raíces salidas de la Tierra. No eran una cantidad muy grande, pero sería peligroso por si tuvieran que correr en ese lugar.

    — Si algo llega a ocurrir y tuviéramos que salir corriendo, tengan cuidado de a dónde ponen el pie — advertía Xander mientras señalaba las raíces.

    El grupo asintió, apreciando el consejo recibido de parte del subcomandante, para luego continuar con su marcha silenciosa. En las zonas donde no había muchos árboles, el grupo podía apreciar el color del cielo. No había ninguna nube en el mismo, y el color anaranjado del mismo era bastante intenso. Desde que lo vieron desde la nave no cambió mucho, cosa que tranquilizó a los soldados, puesto a que sabían que no se quedarían sin luz por unos cuantos minutos.

    El avance duró veinte minutos hasta que fue interrumpido por un sonido leve y una vibración pequeña en el suelo. Por la intensidad de ambos, fueron capaces de reconocer que el origen de ambos fenómenos estaba teniendo lugar en una zona alejada del lugar en el que se encontraban. Fue entonces que todos vieron como una nave de un tamaño grande muy parecida a la suya comenzaba a elevarse hacia el cielo a medida que ascendía. El haber visto eso los preocupó bastante, dado a que creyeron que se trataba de la nave del Zenith, y que estaba por abandonar el planeta.

    — ¡No puede ser! — Xander levantó el pie para dar un pisotón fuerte al suelo — ¡Maldita sea, estábamos muy cerca!

    A la vista de todos, la nave continuó elevándose para después impulsarse con una gran fuerza que le permitiría salir de la atmósfera del planeta. Fue impresionante para todos ellos el ver cómo, en tan solo un minuto, la nave desapareció de su vista.

    — ¡¿Cómo demonios se han ido tan rápido de aquí?! — preguntaba Noak bastante frustrado luego de perder la nave de vista — ¡¿No se suponía que habían descendido a este planeta por una avería?! ¡¿Cómo mierda lo solucionaron tan rápido?!

    — ¡No tengo ni la más mínima idea, pero eso ya no importa! — contestó Xander dándose la vuelta — ¡Se nos escaparon esta vez, pero si logramos volver rápido a la nave, seremos capaces de alcanzarlos en poco tiempo! ¡Regresemos antes de que nos sigan sacando ventaja!

    Con un gran coraje en su interior por haber perdido la oportunidad de alcanzarlos, el grupo de Black Meteor empezó una carrera de regreso a su nave. No se habían desviado prácticamente ni siquiera unos diez metros en ninguna dirección, por lo que solamente debían recorrer el mismo trayecto y podrían regresar rápidamente hacia su nave.

    — ¡Los malditos del Zenith siempre encuentran la forma de escaparse de nosotros! — Natasha recordaba la misión de recursos y el ataque a la base que realizaron — ¡¿Cómo mierda lo logran?! ¡No importa lo que hagamos, nunca los podemos alcanzar!

    — ¡Los alcanzaremos, Natasha! — Xander quiso tranquilizar a su compañera — ¡Tú no te preocupes, no tardaremos mucho en regresar a la nave!

    A gran velocidad, los soldados de Black Meteor continuaban corriendo a través del bosque. De no haber prestado atención en el camino de ida, se habrían terminado tropezando con varias de las ramas sueltas que se encontraban en el lugar. Al conocer en donde se encontraban, solamente debían saltarlas para así ponerse a salvo. Llegar hasta donde pudieron les costó unos veinte minutos de caminata, pero al correr a la velocidad que llevaban, no tardarían lo mismo en llegar hasta allá.

    — Hay que dar las gracias de que hayan despegado tan rápido, así no tendremos que recorrer un largo camino hacia nuestra nave — Claire quería ver el lado positivo de las cosas.

    — ¡Si hubieran despegado más tarde, es probable que los hubiéramos podido alcanzar! — Isac se molestó mucho con lo dicho por su compañera — ¡Sé que intentas ser positiva con la situación, pero eso no cambiará las cosas!

    Definitivamente, esa respuesta no le agradó para nada a Claire. La chica había vivido un mal día entre las cosas que Xander le había dicho en la nave y entre lo que su compañero le estaba recriminando en ese momento. Pero tenía razón en una cosa. El camino hacia la nave no fue muy duradero. Sabiendo que estaban por llegar, Xander decidió apresurarse y ponerse a la cabeza del equipo, mientras el resto lo seguía de atrás.

    Sin embargo, al momento en el que estaban acercándose al lugar en el cual habían dejado la nave, Xander se detuvo de forma brusca, y le ordenó lo mismo a su equipo.

    — Deténganse, alto — dijo mientras hacía un gesto con la mano, sin levantar la voz — ¡Alto! — su grito fue muy suave, pero sus compañeros lo escucharon.

    Creyendo que algo malo pasaba, todos desaceleraron hasta perder velocidad y poder detenerse junto a él.

    — ¿Qué está ocurriendo? — Gina estaba algo nerviosa por la forma tan rara en que Xander los detuvo.

    — No podremos subir a la nave — comentó el subcomandante — Está rodeada. Tengan cuidado cuando observen, cúbranse detrás de los árboles.

    Haciendo caso a su líder, los soldados del grupo de Black Meteor se cubrieron con los troncos de los árboles, para luego asomarse en silencio para observar la zona donde habían aterrizado. Al hacerlo, fueron capaces de ver un total de catorce criaturas rodeando la nave. Algunas caminaban alrededor de la misma, mientras que otras simplemente estaban inmóviles, gruñéndole a la misma, como si se tratara de un ser misterioso.

    Los soldados estaban alejados de las criaturas, pero pudieron ver que su pelaje era de un color rojo intenso. Todas ellas eran cuadrúpedas, y no pareciera que tuvieran la capacidad de levantarse para caminar de formar erguida. El tamaño que tenían se asemejaba al de un tigre de los que había en la Tierra, con la excepción de que estos parecían tener una musculatura mayor en las piernas y una altura más grande. Las que gruñían a la nave lo hacían con una voz muy fuerte.

    Había algunas que caminaban alrededor de la nave, pero ninguna se retiraba del lugar. Las catorce criaturas que llegaron hasta la nave se mantenían allí. Esto dejó preocupado al grupo, puesto a que no tenían tiempo que perder si querían alcanzar la nave que acababa de despegar, pero no se atrevían a enfrentar a todas esas bestias. No las conocían, no tenían ideas de las habilidades que podrían tener, y eran superiores en número. Todos estos factores desalentaban y asustaban al grupo.

    — ¿Cómo fue que llegaron aquí? — Zaid no entendía por qué se habían acercado.

    — El ruido que hizo la nave al aterrizar debió haberlas atraído — contestó Natasha, creyendo que eso sería lo más lógico.

    — Xander, ¿qué crees que debamos hacer? — preguntó Paul, algo intrigado por la situación — No parece que se fueran a ir pronto de aquí.

    — Eventualmente lo harán — contestó Xander a su compañero — No sabemos cómo pelean, y no tenemos los números parejos como para poder enfrentarlas. Si fueran nueve o menos, ya estaríamos disparando, pero nos superan en número. Además, solo estamos viendo desde un lugar, puede que del otro lado haya más, o incluso en los alrededores.

    — ¿Qué sugieres? — preguntó Gina, sin saber cómo proceder.

    — Debemos retirarnos de este lugar — contestó Xander, sabiendo que era lo más seguro.

    — ¿Por qué? — preguntó Noak, consciente de que eso los iba a retrasar bastante.

    — Porque no sabemos de dónde vinieron, ni tampoco a qué dirección vayan a moverse cuando decidan abandonar el lugar — le respondió Xander — Así que lo mejor será alejarnos de aquí hasta que pase una hora y se aburran de estar aquí.

    — ¿Y a dónde vamos a ir? — Isac quería saber si Xander tenía algo en mente.

    — A la dirección a la que nos estábamos dirigiendo antes de que la nave del Zenith despegara — contestó el subcomandante — Hemos estado muchos minutos moviéndonos por ese lugar, y no hemos visto ni escuchado criaturas cerca. Si no se han acercado antes, ya no van a hacerlo, así que es la opción más segura. Empecemos a movernos antes de que alguna nos pueda detectar.

    Frustrados y asustados por no poder acceder a su nave, el equipo de Black Meteor se retiró lentamente de aquel lugar. La situación que estaban viviendo les parecía totalmente absurda e incluso, les hacía querer maldecir con todas sus fuerzas. Su objetivo se les había escapado, y un grupo de criaturas autóctonas del planeta al que acababan de llegar los habían dejado sin acceso a su nave.

    De haber tardado más tiempo en llegar a ese planeta, lo más probable era que hubieran visto la nave despegar, y podrían seguirla con la vista sin tener que depender del escáner. Y de haber llegado unos minutos más temprano, probablemente habrían logrado alcanzarla antes de que despegara, lo que les habría permitido enfrentarse con los tripulantes de dicha nave.

    Pero las cosas no salieron como esperaban, y lo único que podían hacer en ese momento era retroceder y esperar. Deberían sacrificar mucho tiempo, y la nave que había despegado hacía algunos unos minutos les quitaría mucha más ventaja. Pero preferían desperdiciar tiempo esperando a que la situación fuera más segura que arriesgarse a entrar a una pelea en la que no tendrían ninguna especie de ventaja.

    — Planeta desconocido, zona desconocida, criaturas desconocidas, y desventaja numérica contra las mismas — susurraba Zaid a su hermana, que iba caminando a paso lento delante de él — Xander tomó la decisión correcta. Es un buen líder, y con él a cargo estaremos seguros — el soldado depositó su confianza en el subcomandante a cargo del equipo.
     
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    Manuvalk

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    Hola amigo, me alegra estar aquí un fin de semana más, leyendo la continuación de LGC. Ha sido un buen capítulo, y exclusivo de Black Meteor, algo que no suele ocurrir con frecuencia. Pasaré a comentar lo más destacado.

    Ya lo dije anteriormente, pero lo diré otra vez ahora: Xander no me gusta. Aunque como líder está siendo neutro (no tengo quejas ni reproches hacia él) su actitud en éste capítulo con su novia Claire es ridícula e infantil. El tipo está obsesionado con matar a Wagner para así joder a Zion por el asesinato de Frans. No digo que su idea sea mala, pues sería un golpe mortal para el comandante Stones, pero el hecho de estar más centrado en eso que en la propia misión en sí me parece reprochable (vaya, al final si tengo reproche para él XD). Además, Claire le ha expuesto los contras de esa decisión de ir por Wagner (aunque tampoco entiendo que, solo por ser hijo de comandante, ya parezca invencible :v) y Xander simplemente se limita a buscar apoyos. Si confiara en su propio potencial tanto como dice, no buscaría a nadie para enfrentarse a Wagner. Finalmente, Natasha es la única que en unírsele por motivos personales (para que así no maten a Ace) y aunque no me agrada, no puedo evitar pensar que será épico ver un Wagner vs Xander y Natasha. Quizá hasta Ace se meta, o bien para defender a Wagner (como compañero suyo que es) o bien para defender a Natasha (menudo reencuentro sería). Además, Xander vs Ace tampoco estaría nada mal. En fin, parece que tendré que esperar para todo eso.

    La nave de BM debe aterrizar para seguir los últimos movimientos de la nave del Zenith. Parece que han aterrizado en el mismo planeta, por lo que confío en que tarde o temprano se encuentren. No tengo mucho más que añadir del capítulo, excepto tres cosas más. La primera, me ha gustado mucho como has descrito los bosques y el paraje del planeta, narrativamente hablando, me lo puedo imaginar perfectamente y se ve hermoso XD. Felicitaciones por eso, aunque siempre estás fino con la narrativa, no me sorprende que seas tan bueno. Lo segundo, aunque creo que esa nave que sale del planeta no es el Zenith sino más bien Allecreod, no estoy totalmente seguro. Y espero que no sea el Zenith quién se ha ido XD. Y tercero y último, más allá de esos trabajadores en las cuevas, al parecer hay una nueva especie en ese planeta, más animal y salvaje, pero especie al fin y al cabo. Parecen tigres según describes y me pregunto que habilidades tendrán.

    Eso es todo por mi parte, estaré expectante para el próximo capítulo. Sigue así. Un abrazo :)
     
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    Agus estresado

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    La Gran Catástrofe V Dominio Aislado
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    Bueno, saludos a todos los que hayan llegado a este post y hayan estado leyendo la historia. Con una dedicatoria especial a Resistance que siempre lee esta historia semana a semana.

    Esta vez no voy a publicar el sábado por motivos personales, pero siendo que ya hubo una semana en la que no publiqué por una ausencia mía, no quiero que se repita, al menos tan pronto. Por lo tanto, el capítulo se está publicando hoy. Hay una noticia para dar, así que intentaré ser breve. A partir de la semana siguiente y durante unas 5 semanas, esta parte de la historia (pero no la historia misma) entrará en pausa para dar paso a algo más. Algo que se entenderá mejor en la semana siguiente.

    También quiero aclarar algo. Este capítulo es bastante largo, y pude haberlo dividido en dos, como suelo hacer. Pero consideré que dividiéndolo me quedaban dos capítulos menos impactantes de lo que sería este capítulo entero. Por eso mismo, elegí que se quedara entero, convirtiéndose así en el capítulo más largo en ser publicado hasta el momento. Pero no por eso el más largo de los que tengo. De hecho, hay dos capítulos futuros que superan a este en longitud XD.

    Como el capítulo es bastante largo, no quiero decir más, y solamente los dejaré con la lectura. Ojalá la disfruten.





    Medidas provisorias:

    El comandante Zion se encontraba en un complejo militar, en el cual se veía pasar mucha gente por todas las direcciones. Algunos de ellos eran militares con una edad muy avanzada, pudiéndose notar en sus rostros y en sus cabellos el paso del tiempo. Otros, por su parte, eran trabajadores que no estaban relacionados a la milicia. Zion se encontraba junto al general Orikrof, el único xaromitante que se quedó junto a él en la Tierra. Ambos se encontraban cerca de la entrada, viendo como la gente entraba y salía.

    — No me acostumbro — decía Orikrof mientras tomaba café, algo que Zion le había dado.

    — ¿El café no te ha terminado de gustar? — le contestó Zion, con un tono ligero de burla.

    — No hablo del café, hablo de ser el único xaromitante en este planeta, o país ya que me encuentro en el Zenith — respondió Orikrof, que continuaba bebiendo el café — El café está delicioso.

    — Bueno, eso terminará hoy — comentó Zion — Magnus nos enviará a cuatro soldados más. Tú, yo y ellos nos llevaremos a las bestias que logramos adiestrar hacia el planeta Fientlig. Allí capturaremos más ejemplares y usaremos la máquina para poder reclutarlos.

    — El proyecto funcionó mejor de lo esperado — le contestó el general Orikrof — A diferencia de lo que dicen los informes, las bestias no requieren de una dosis muy grande de esa sustancia extraña para poder ser reclutados. Y su efecto dura muchísimo más.

    — Debe ser porque son bestias sin capacidad de razonar — Zion daba su punto de vista — Meros depredadores. En el planeta Emiv, solamente había cuatro especies, y todas eran bastante inteligentes. Imagino que no pudo probar sus máquinas en una especie así.

    — ¿Qué crees que haya pasado en ese planeta ahora que Tzorkun y los demás están muertos? — Orikrof tenía mucha curiosidad por conocer la opinión de su colega — ¿Crees que alguna de esas razas será capaz de ganar la guerra?

    — No tengo ni la más mínima idea, no llegué a conocer a todas las especies. Es difícil adivinar o suponer algo con tan poca información.

    La charla terminó en el momento en el que Zion se levantó para ir a buscar algo para comer. Orikrof, por su parte, se quedó en el mismo lugar en el que se encontraba. Miró con sus ojos como Zion se mezclaba entre toda la gente que entraba y salía del lugar, y como desaparecía de su vista. Había pasado varios meses en la Tierra, conviviendo junto a varios de los científicos y militares asociados al proyecto que fue idea suya. A pesar de todo, Zion era la única persona que le dirigía la palabra sin terminar en una conversación incómoda. El xaromitante deseaba salir del planeta para volver a ver a los suyos. Llevaba meses sin verlos, y deseaba saber si se encontrarían en buen estado.

    Zion no tardó en volver. El comandante regresó junto a su compañero con cuatro panes blancos pequeños, siendo dos para cada uno. Le entregó los dos a Orikrof, y luego comenzó a comer.

    — Zion, es decir, comandante Stones — se retractó su compañero — ¿Crees que Magnus haya tomado la decisión correcta al enviar solamente a cuatro soldados? Tú y yo somos experimentados, pero ellos cuatro, si no me equivoco, son novatos. Eso quiere decir que nosotros dos somos los únicos con experiencia, no solo en misiones militares, sino también en el espacio. No podemos contar a las tres bestias que tenemos en la ecuación.

    — Yo no viajé al espacio hasta hace más de dos años — contestó el comandante Zion — Tenía experiencia militar, pero el espacio era un terreno nuevo para mí. Para mis soldados también lo fue. A pesar de que hemos pasado por varias tragedias, muchos de ellos han vivido. Tú también lo has logrado.

    — Pero sigo creyendo que cuatro soldados son muy pocos — contestó Orikrof — ¿Magnus no dispone de más gente para enviar?

    — Por desgracia, no — Zion miró a varios colegas en el complejo — Todos estos soldados que ves aquí eran soldados mucho antes que yo. Lucharon en guerras entre humanos hace mucho tiempo, y todos ellos van a retirarse. Ya no tienen la destreza de antes. Magnus los convertirá en instructores para las nuevas generaciones, pero más allá de eso, no serán útiles en la guerra. Hemos perdido a varios soldados, y no es que todos los padres y madres del país nos quieran enviar a sus hijos. Algunos respetan sus deseos de unirse, mientras que otros lo impiden a cualquier costo. Además, el país no puede quedarse sin profesionales. Tengo entendido que algunos veteranos de aquí van a cambiar su profesión. Tristemente, no hay muchos soldados para unirse a la misión. Después de lo que Abel hizo el año pasado en una base fronteriza, Magnus ha decidido que el país no puede quedar desprotegido. Yo insistí en que nos diera a nueve soldados, y dejara al resto para defender el país. Pero él ve los números y dice que cuatro es mucho más de lo que puede enviar.

    — Habrá que conformarse con eso — Orikrof no quedó muy satisfecho con esa respuesta.

    — Magnus también se comunicó con Asmir para que nos prestara más soldados garak a la misión — contestó el soldado, intentando tranquilizarlo — Después de todo, ellos son más y su planeta no está dividido por conflictos. Aún estamos esperando por la respuesta de Asmir, pero él seguro cooperará.

    La conversación fue interrumpida repentinamente cuando un vehículo llegó a la base militar. Zion y Orikrof creyeron que se trataría de los soldados nuevos que estaban llegando, o al menos de uno de ellos. Ambos terminaron deprisa de comer los panes que el comandante había conseguido y se dirigieron a la entrada para recibir a quien hubiera llegado. Al acercarse vieron a un chico joven, con el cabello castaño y estatura de aproximadamente un metro setenta bajar del vehículo. Cuando el joven se alejó, el vehículo marchó. Zion y el general xaromitante salieron de la base a su encuentro. El soldado tenía una musculatura poco destacable. Llevaba puesta ropa casual, conformada por un pantalón de jean oscuro y una camisa azul con negro.

    — Saludos, recluta — al ver que era alguien joven, Zion supo que era uno de los soldados asignados a su nuevo equipo — Yo soy el comandante Zion Stones — tras decir estas palabras, se paró firme y recto — Seré el oficial al que debes obedecer en la misión.

    El chico, al verlo, decidió guardar silencio hasta que él terminara de hablar. Una vez finalizó, se paró de la misma forma que su comandante y realizó su saludo.

    — Comandante Zion, mi nombre es… — se puso algo nervioso cuando vio al general Orikrof y notó su piel de color azul.

    — Es un aliado, no tenga miedo — Zion supo que haberlo visto podía ser impresionante — Llámeme comandante Stones, y comience de nuevo su presentación.

    — Comandante Stones, mi nombre es Rayko Young — contestó el soldado sin miedo, pero igualmente impresionado — Me destaqué desde tres años seguidos en práctica de tiro. Nadie puede superarme cuando se trata de disparar desde lejos.

    — Que extraño, es la primera vez que alguien se presenta tan bién — el comandante Zion Stones sentía algo familiar respecto a él.

    — ¿No reconoce mi apellido? — le preguntó Rayko con respeto — Agustina Young es mi prima. Ella estuvo en su unidad. Una vez me habló de la forma tan estricta en que usted se dio a conocer.

    — No lo he olvidado, pero tengo muchas cosas en la cabeza en estos días — Zion creyó que ese chico sería el hijo de uno de los científicos que participó en el proyecto — Bienvenido a mi unidad, Rayko Young.

    El soldado se inclinó con una reverencia ante el comandante. Una vez el saludo terminó, dirigió su vista al xaromitante al lado de su nuevo comandante.

    — Mi nombre es Orikrof — le contestó el general — Soy un xaromitante. Mientras el resto de mi gente se fue al planeta Garak, yo me quedé aquí. Tuve que tomar responsabilidad por un proyecto que se iba a realizar.

    — Es un gusto conocerlo — Rayko fue respetuoso con él — No creí que conocería a un alien tan pronto.

    — ¿Alien? — Orikrof no entendía ese concepto.

    — Es un término que se usa para referirse a cualquiera que no sea de la Tierra — contestó Zion, que nunca llamó a su compañero de esa forma.

    Antes de que los tres pudieran seguir con la conversación, un vehículo nuevo llegó al lugar. Los tres supieron que debían ser más reclutas, y efectivamente, lo eran. Dos chicas bajaron del vehículo. Una de ellas tenía el cabello de color rojo, y una estatura de un metro sesenta y cinco, y llevaba vestido un pantalón gris y una camisa roja. La otra tenía el cabello oscuro, una estatura de un metro sesenta y tres, y llevaba puesto el mismo pantalón. Portaba una remera de manga corta de color azul, con una letra Z en el medio.

    — Saludos a ambas, nuevas reclutas — Zion tomó la palabra de nuevo — Mi nombre es Zion Stones y yo seré su comandante. El xaromitante a mi lado se llama Orikrof, y es un general. Y el soldado junto a nosotros es Rayko Young. Quiero que ambas se presenten.

    — Hola, comandante — contestó una de ellas, la de cabello rojo — Mi nombre es Melody Lang.

    — Mi nombre es Dana Siran — respondió la chica de cabellos morenos sin saludar formalmente al comandante.

    — Esperaba más de ese saludo, ambas fueron una decepción — respondió Zion de forma severa, asustando un poco a las dos chicas — Cuando se presentan, deben decir cuál es su especialidad. Eso es lo que define a un soldado. Preferiría que me llamaran… — mientras Zion hablaba, otro vehículo acababa de llegar — Luego seguiré hablando.

    Del nuevo vehículo bajó un soldado de la misma altura que Rayko, con un cabello negro y mechones azules. A diferencia de Rayko, él se veía más fornido, y portaba un uniforme militar totalmente oscuro, tanto en pantalón como en camisa. Todos se lo quedaron mirando y el soldado se acercó hasta el grupo.

    — Saludos, recluta — Zion se veía muy serio — Soy Zion Stones, y desde este momento, seré tu comandante. El xaromitante al lado mío se llama Orikrof. Los otros tres jóvenes que están aquí serán tus compañeros. Luego te presentarás con ellos oficialmente.

    El soldado, sabiendo que el comandante esperaba una presentación decente de él por la forma tan seria en la que hablaba, decidió buscar las palabras correctas para llamar su atención.

    — Comandante Zion Stones — creyó que diciendo su nombre y apellido era la mejor forma de hacerlo — Mi nombre es Kai Wolf. Sin ánimos de presumir, soy el soldado con mejor promedio de mi promoción, por lo que me han contado. Es un honor formar parte de su equipo.

    — Preferiría que me llamaras comandante Stones — informó el comandante a su nuevo soldado — Tu presentación no estuvo mal, pero deberías haber dicho en qué te destacas.

    — Me destaco en todo, comandante Stones — contestó Kai con aires de arrogancia — Soy el mejor de mi escuela en cualquier actividad. Si quiere, puedo listarle todas las actividades que se realizan en la academia.

    — No es necesario — Zion se impresionaba con dicho soldado, puesto a que era la primera vez que veía a uno solo siendo el mejor en toda actividad académica — Ahora que ya están todos, les informaré a los cuatro de qué tratará nuestra misión. Junto al general Orikrof iremos al planeta Fientlig, en donde tendremos una pequeña misión.

    — Nuestra misión consiste en capturar a varias bestias que habitan ese planeta, y utilizar una máquina que tomamos en un planeta conocido como Emiv — Orikrof sentía que debía hablar con ellos para mostrarse más abierto — Esa máquina nos permite tomar el control de las criaturas que habitan allí, y obligarlos a que sigan nuestras órdenes. Tenemos tres criaturas a nuestra disposición, y la idea es conseguir más.

    — ¿Solo nosotros seis? — preguntó Melody, algo asustada por imaginarse en esa situación.

    — No, descuida Lang — le contestó el comandante — Una raza aliada conocida como los garak va a acompañarnos. Estamos esperando la confirmación, y luego partiremos hacia el planeta Fientlig. La misión no comenzará hasta que todos estemos allí. Ustedes ya me han conocido a mí y al general, y tendrán tiempo para conocernos mejor en el trayecto hacia el planeta hostil. Por lo tanto, quisiera que aprovecharan estos momentos para conocerse entre ustedes.

    — ¿Cuándo recibiremos la confirmación? — preguntó Rayko, con curiosidad para saber cuándo iban a partir.

    — Puede ser en cualquier momento, todo depende de los garak — respondió el comandante Stones — Pero en el momento en el que la recibamos, vamos a partir. La nave ya se encuentra lista. La confirmación es lo único que nos detiene. El general y yo permaneceremos aquí, ustedes pueden ir a buscar algo de comer o de beber a la base. Tienen mi permiso.

    De esa manera, los cuatro reclutas que se unirían al equipo de Zion decidieron entrar en la base para poder charlar entre ellos y aprovechar ese tiempo para conocerse mejor.

    […]

    De forma silenciosa, el equipo de Black Meteor caminaba por el bosque del nuevo planeta en el que se encontraban. Las criaturas extrañas que se habían dirigido y quedado cerca de la nave impedían al grupo abandonar el planeta. La frustración en todos ellos, sobre todo en Xander, era bastante notable. Luego de ver cómo la nave que estaban siguiendo despegó, se dieron cuenta de que habían perdido su oportunidad para poder alcanzarla en poco tiempo. Cada minuto que desperdiciaban en ese planeta era un minuto que la nave se alejaba cada vez más.

    A pesar de todo, la preocupación más grande para ellos en ese momento no era la nave, sino las criaturas. Algunos soldados empezaron a pensar de forma pesimista en la posibilidad de que las criaturas no se fueran de la nave, y que varias de ellas se fueran sumando a medida que pasara el tiempo.

    — Subcomandante — susurró Casey con la precaución de no levantar la voz — ¿Qué pasará si las criaturas no se apartan del lugar?

    — Tienen que comer para vivir — contestó Xander en voz baja — En algún momento se alejarán. Y si no lo hacen, el estar un largo período de tiempo los dejará sin energía para pelear. De una forma u otra, no nos quedaremos mucho tiempo aquí. Ahora lo importante es alejarnos hasta un punto seguro.

    Los soldados se impresionaron con el razonamiento de Xander, dado a que no habían pensado en esa posibilidad. Con el miedo que sentían, era algo complicado. Gina, Zaid, Paul, Casey y Claire solamente tenían en mente a las criaturas. Natasha, Isac y Noak también se mostraban asustados, pero eran capaces de concentrar sus mentes en cómo iban a continuar la misión una vez abandonaran dicho planeta.

    A paso lento pero silencioso, el grupo de Black Meteor continuó caminando durante media hora por el bosque del planeta. El cielo se estaba empezando a tornar más oscuro, lo que quería decir que la noche no tardaría en llegar. Al no haber estado antes allí, no sabían si la ausencia de luz provocaría un descenso de temperatura, como tampoco si ocasionaría que las criaturas que tenían rodeada su nave se volverían más salvajes o pasarían a ser tranquilas.

    — Si no encontramos un refugio rápido, pasaremos la noche en este horrible bosque — se quejaba Noak, muy furioso y con una ligera preocupación que iba creciendo.

    — En ese caso, buscaremos la forma de subir a los árboles e intentaremos descansar allí — advertía Xander mirando al cielo — La luz cada vez es menor y los árboles se están empezando a juntar más. Todos enciendan sus linternas.

    Dicho y hecho, todo el equipo encendió sus linternas para poder ver mejor en la oscuridad que pronto se cerniría sobre ellos. Gracias a algunas mejoras hechas en las armaduras por parte del equipo de ingeniería y desarrollo, la luz era más intensa, hecha para permitirle a los soldados divisar mejor los alrededores.

    — ¿Por qué no usamos lentes de visión nocturna en lugar de simples linternas? — Isac quería saber la razón para tener que moverse así.

    — Cuando disparamos balas de calor con nuestros rifles, se crean destellos que dificultan la visión con lentes de visión nocturna — contestó Natasha a la pregunta de su compañero — Recuerdo haber leído eso en un artículo científico.

    — ¿Y por qué no los tenemos de todas formas? — Noak no veía mucha lógica en eso — Podríamos tener ambas. Los lentes cuando intentamos movernos con sigilo y las linternas al pelear.

    — Supongo que eso es algo para informar cuando regresemos — contestó Zaid creyendo que Noak tenía razón con lo que decía.

    — Sigan avanzando en silencio, o sino ese regreso no existirá — ordenó Paul con algo de preocupación — Ya hemos hecho demasiado ruido, y estas linternas son un puto faro.

    Paul descubriría que sus palabras estaban más acertadas de lo que él creía. Diez segundos después de que el grupo quedó en silencio, se pudo escuchar, cerca de su zona, un crujido en el suelo, y luego de ese crujido, lo próximo que se escuchó fue una rama quebrándose con fuerza. El grupo detuvo en seco su avance y la mayoría apuntó con sus rifles en la dirección de la que provino el ruido. No podían ver nada en un principio, por lo que Gina se adelantó para ver un poco mejor en la zona. Zaid le hacía gestos para que retrocediera, puesto a que tenía prohibido decir palabra alguna si quería sobrevivir. Su hermana no lo vio, pero lo que sí pudo ver fue a una de las criaturas que los habían obligado a apartarse de su nave.

    Cuando se asomó para observar por detrás de un árbol, vio como una de las bestias se encontraba mirándolos inmóvil, intentando pasar desapercibido ante ellos. Una vez que la bestia sintió la luz de las linternas en su rostro, supo que lo habían descubierto, y cortó con el sigilo que había mantenido hasta el momento con un rugido leve, similar al de un león de la Tierra, pero con menos fuerza.

    — ¡Mierda! — Gina retrocedió al verlo.

    — ¡Nos vio, corran! — gritó Xander, sabiendo que el peligro ya no era un supuesto sino una realidad — ¡Muévanse hacia una zona despejada, será más fácil dispararles allí!

    Los nueve soldados de Black Meteor presentes en el planeta comenzaron a correr para escapar de la criatura, que pronto inició a perseguirlos mientras lanzaba gruñidos de poca intensidad y de corta duración. Sabiendo que podrían ser alcanzados pronto, todos los soldados tenían sus dedos cerca del gatillo de sus rifles. La criatura los perseguía a paso veloz con sus cuatro patas, ante la mirada de pánico del grupo entero de Black Meteor.

    — ¡Paul, disparémosle ahora! — gritó Xander a su compañero.

    El soldado se limitó a asentir ante la orden de su comandante y ambos soldados aceleraron el paso para adelantarse a sus compañeros. Xander se movió un poco hacia la derecha mientras que Paul se movió a la izquierda, dejando así un pasillo para que sus compañeros pudieran pasar tras ellos. Los dos se dieron vuelta y apuntaron sus rifles en contra de la criatura. La criatura fue acribillada a tiros tanto en la cabeza como en el cuerpo. La gran cantidad de tiros recibidos le terminó por quitar la vida, provocando que cayera muerta. Un enorme charco de sangre se formó alrededor de esta una vez su cuerpo tocó el suelo. La sangre brotaba de cada órgano y salía de los agujeros ocasionados por las heridas de bala provocadas.

    Xander y Paul retomaron el camino y volvieron junto con su grupo, poniéndose el subcomandante a la cabeza. Casey sonreía al ver que su novio se encontraba bien, pero esa sensación no duró mucho.

    Más rugidos y gruñidos se empezaron a escuchar en los alrededores, y afortunadamente, ninguno provenía del frente. Natasha miró a ambos lados y pudo ver un total de cinco bestias corriendo a la par del grupo. La más cercana se encontraba a cinco metros, y sería muy difícil dispararle entre los árboles.

    — ¡Tres a la izquierda y dos a la derecha! — informaba la soldado tras haber revisado bien a ambos lados.

    — ¡Deberíamos eliminarlas antes de que alguna aparezca al frente y nos encierre! — gritó Zaid como sugerencia.

    — ¡Buena idea! — contestó Xander, creyendo que la suerte pronto se les terminaría si seguían tentándola de esa forma — ¡Cinco soldados apuntarán a la izquierda y cuatro a la derecha! ¡Intenten no sobre calentar sus rifles!

    Natasha, Claire, Casey, Paul e Isac apuntaron hacia la izquierda, mientras que Xander, Zaid, Gina y Noak se encargarían de apuntar a la derecha. Los nueve soldados abrieron fuego en contra de sus enemigos, sin embargo, ninguno de sus disparos en ráfaga fue capaz de acertar a ningún objetivo. El miedo de ser perseguidos, la poca visión de las linternas, los árboles que los rodeaban, y el avanzar corriendo eran demasiados factores afectando el rendimiento de todos ellos para que un disparo fuera limpio.

    Viendo que ninguno de sus disparos fue efectivo, decidieron dejar de desperdiciar el calor de sus rifles y simplemente concentrarse en seguir adelante. Una de las bestias que los iba siguiendo desde la derecha comenzó a acercarse cada vez más, para luego realizar una maniobra bastante audaz. En frente suyo se podía ver un árbol con un tronco bastante grueso, por lo que decidió aprovecharse de él. Como si estuviera dotado con inteligencia y conocimiento de sus alrededores, la criatura se movió rápidamente y saltó hacia dicho tronco. Los soldados no pudieron verlas en un principio, pero supieron que la bestia que enfrentaban tenía unas garras bastante grandes y afiladas, puesto a que logró mantenerse en posición horizontal sobre el tronco. Cuando el grupo pasó cerca de ella, la bestia saltó.

    — ¡Noak, cuidado, va por ti! — gritó Gina bastante preocupada.

    Tal y como la chica señaló, el objetivo de esa criatura era el joven soldado de Black Meteor. Este, sabiendo que no podría hacer otra cosa, decidió comenzar a acumular una gran cantidad de energía en su mano. Cuando la bestia estuvo cerca de él, el soldado lanzó un puñetazo a su cabeza, al mismo tiempo que liberó la energía acumulada con ese golpe. La criatura fue empujada a un metro del soldado cuando recibió ese golpe en la cabeza. Zaid, que se encontraba detrás de Noak, decidió eliminarla sin dejar de correr. Antes de que la criatura se pusiera de pie, el soldado dio un salto y le golpeó el cuello y la cabeza con sus dos rodillas. Tras escuchar un crujido, supo que la había asesinado, por lo que se incorporó para luego seguir corriendo.

    — ¿Lo mataste? — preguntó Noak, viendo como su compañero se ponía a su lado.

    — Le rompí el cuello — contestó Zaid con una gran seguridad en lo que había hecho — Es imposible que se levante.

    Sin embargo, para sorpresa del soldado, la criatura no había muerto con ese golpe. En solo cuatro segundos ya se encontraba de pie, y no le costó nada lanzarse a correr en contra del grupo. Zaid escuchó un gruñido que venía desde atrás suyo, y junto con Noak giró la cabeza para ver de qué se trataba. La sorpresa que se llevó al ver a la criatura viva y corriendo detrás suyo después de que él mismo escuchara como le había roto un hueso, creyendo que se trataba del cuello, lo aterró bastante.

    — ¡¿Cómo es posible?! — Zaid no le encontraba explicación — ¡Yo la maté!

    — ¡Zaid, sigue corriendo! — le gritó Casey a su compañero, para que se mantuviera lejos del peligro.

    El soldado sentía una gran frustración mezclada con pánico al ver que la criatura a la que creyó haber asesinado se encontraba con vida. Dicha bestia, como un predador salvaje y furioso, lanzó un rugido bastante fuerte antes de su próximo movimiento. Finalizado el sonido, aceleró su paso y dio un salto hacia el frente, impulsándose con sus patas traseras, apuntando a las piernas de Zaid. Con sus patas delanteras, le dio un fuerte golpe en el tobillo al soldado de Black Meteor, que gritó aterrado mientras perdía el equilibrio y caía al suelo a merced de la criatura.

    — ¡Zaid! — Gina se volteó rápidamente al ver que su hermano había caído.

    — ¡Deténganse! — ordenó Xander al resto del grupo — ¡Ayuden a Zaid!

    La bestia se abalanzó sobre él con la boca abierta. El soldado intentó cargar energía y liberarla al mismo tiempo que le asestaba el puño en la cabeza a la criatura. Desafortunadamente, no logró acumular suficiente energía al momento del ataque. Zaid le pudo dar un puñetazo en la cabeza a su atacante, pero no fue suficiente para apartarlo de encima, o de siquiera mover su cabeza por más de cinco centímetros. Luego del ataque recibido, la criatura abrió su boca lo más grande que pudo y clavó sus afilados dientes en la muñeca de Zaid, que empezó a gritar de dolor. Solamente dos segundos después, la bestia hizo una gran presión con su mandíbula y le arrancó la mano al soldado de Black Meteor, quien lanzó un grito mucho mayor al primero, mientras la sangre brotaba de la zona en donde antes se encontraba la mano.

    — ¡Zaid, no! — Gina abrió fuego contra la criatura para poder asesinarla antes de que dañara más a su hermano.

    La balacera que desencadenó Gina sobre la bestia de gran tamaño fue suficiente para poder aniquilarla. La gran mayoría de disparos le dieron en la cabeza, provocando que su cerebro quedara destruido y que la criatura que le arrancó la mano a su hermano cayera al suelo.

    — ¡Tengo que ayudarlo! — gritó Gina mientras acudía a su dirección.

    — ¡Cúbrannos, iré con ella! — ordenó Xander, que quería verificar el estado de Zaid.

    Por todo el escándalo ocurrido, y la obligación del grupo de detenerse, las otras cuatro bestias que los estaban siguiendo lograron alcanzarlos, y al hacerlo, salieron de la cobertura de los árboles para estar frente a frente a sus presas. Natasha, Claire, Casey, Paul, Noak e Isac comenzaron a dispararles con sus rifles, mientras que Xander y Gina corrían hacia Zaid.

    El chico continuaba gritando de dolor cuando su hermana llegó hacia él.

    — ¡Aquí estoy, Zaid! — dijo la chica, tomándolo del brazo y levantándolo en un intento de detener su sangre de seguir cayendo.

    — ¡Gina! — Zaid dejó salir un grito ensordecedor, puesto a que aún podía sentir la mordida que le clavó la criatura a la que enfrentó.

    — ¡Descuida, estarás bien! — le contestó la chica a su hermano menor — ¡Te ayudaremos a ponerte bien!

    — ¡Tenemos que hacer un torniquete en su brazo para que no pierda más sangre! — Xander se impresionó bastante al ver el corte que la criatura le había hecho a su soldado — ¡De lo contrario, se va a desmayar!

    — ¡¿Con qué se supone que lo vamos a hacer?! — gritó Gina muy desesperada al saber que su hermano podría quedar inconsciente si no lo trataban rápido.

    — ¡No lo sé, no lo sé! — Xander se vio un poco alterado al recibir esa respuesta de la chica.

    — ¡Zaid está sufriendo, piensa en algo!

    — ¡Mantenlo estable mientras yo busco algo! — le contestó Xander, de forma imperativa.

    — ¡Cuidado, Gina! — Zaid veía a dos criaturas acercarse hacia ellos.

    Con el ruido de los disparos ocasionados por el resto del equipo, sumado a los gritos de ambos soldados, Gina y Xander no pudieron notar que dos criaturas se acercaban a ellos por la espalda. Para cuando se dieron cuenta, ya las tenían muy cerca. Estas dieron un salto hacia el frente y lograron derribar a ambos soldados.

    — ¡Gina! — gritó Zaid al ver que su hermana fue derribada.

    La criatura que derribó a Xander intentó morderle la cabeza para poder arrebatarle su vida, pero el soldado logró anticiparse a eso. Cuando estaba por recibir el mordisco, dirigió sus dos puños al cuello de la criatura, logrando detener en seco su ataque. La criatura lanzó un grito ahogado al recibir ambos puñetazos, aunque no recibió un daño muy grave. Xander lo notó, y sujetó el cuello de su agresor con las dos manos, para luego soltar su mano derecha, acumular energía en su puño y darle un golpe fuerte mientras liberaba toda la energía que acumuló. Con ese golpe, la criatura cayó al lado suyo. Acto seguido, el soldado tomó su rifle y le dio un culatazo a la cabeza mientras la criatura intentaba levantarse del suelo. El golpe no fue tan fuerte, pero al estar en el suelo, derribarla no le costó trabajo. Una vez finalizado su movimiento, el soldado apuntó a su cabeza y abrió fuego, desencadenando una lluvia de balas que le agujerearon el cráneo, acabando así con la vida de dicha criatura.

    Gina no tuvo la misma suerte. Cuando la criatura la derribó, su rifle cayó a varios metros de donde se encontraba. Su agresor le lanzó una mordida intentando asesinarla. Temiendo perder la mano como su hermano, la chica le dio un codazo a su atacante. La bestia clavó sus dientes en el metal de la armadura que rodeaba el codo de Gina, y comenzó a hacer una presión enorme sobre la misma, al punto de lograr destrozar el metal con esos dientes afilados que tenía. Debajo de la armadura se encontraba puesto un traje de protección, pero el metal destruido y los dientes del espécimen salvaje lograron llegar hasta la piel del codo de Gina, causando que ella gritara de dolor y de miedo al ver cómo podría terminar siendo asesinada.

    Zaid se puso de pie con dificultad, y al ver a su hermana en peligro, decidió defenderla. Con la mano que le quedaba intacta, acumuló energía. Se acercó a la bestia que estaba sobre su hermana para darle una patada en la cabeza, seguida de un fuerte puñetazo en la cabeza al tiempo que liberó la energía calórica acumulada. La sangre que había perdido, y que continuaba perdiendo dado a que su herida seguía abierta, comenzaban a debilitar cada vez más al soldado. Los dos golpes que le dio no fueron capaces de derribar al suelo a su agresor, que sintió una gran furia tras ser atacado de esa forma por Zaid. El animal centró su vista en él, se dio la vuelta, quitándose de encima de Gina y para luego dar un salto hacia su hermano. Con sus patas delanteras lo derribó al suelo de un golpe en el pecho, para luego encimarse contra el soldado. Este no pudo reaccionar a tiempo, y la criatura salvaje de ese planeta clavó sus dientes afilados alrededor de su cuello, chocando con el metal de su armadura.

    Zaid creía que su armadura resistiría, pero el pánico lo invadió por completo al escuchar como el metal que rodeaba su cuello estaba siendo destrozado por la mandíbula implacable de la bestia. En solo dos segundos, el animal salvaje ejerció una presión bestial sobre la armadura del soldado y logró atravesar no solo el metal sino también su piel y sus huesos. Las venas que pasaban por el cuello de Zaid fueron destrozadas, y entonces, la bestia realizó un tirón con su cabeza, arrancándole todo lo que protegía el cuello del soldado.

    Gina y Xander lograron ponerse de pie, y al ver a Zaid tirado en el piso, ambos reaccionaron rápido tomando sus armas y fusilando por la espalda a la criatura, que se encontraba mascando algo, triturándolo en miles de pedazos con su mandíbula. Una vez lo habían asesinado, ambos se acercaron a Zaid.

    — ¡Hermano! — gritó Gina corriendo para ponerse a su lado.

    Fue ahí que Gina sentía como un escalofrío recorría su cuerpo cuando lo vio.

    — ¡Oh, no, no… Zaid! — la chica gritó horrorizada al verlo tirado en el suelo.

    Su hermano tenía el cuello totalmente destrozado luego de la mordida que recibió. Una gran herida abierta de la cual se desprendía demasiada sangre mostraba la carne que se encontraba dentro de su cuello. El soldado se mantuvo con vida durante unos segundos, sufriendo por el daño recibido, mientras miraba el cielo nocturno de aquel planeta, lo que sería lo último que vería.

    — ¡Zaid, mírame! ¡Zaid! ¡Zaid! — gritó Gina, intentando hacer que su hermano la mirara.

    — No… — Xander sintió como su cuerpo comenzó a temblar al verlo tirado así.

    Mientras su hermana seguía gritándole, Zaid respiró por última vez. Su cuerpo tembló de forma brusca en el suelo, para luego pasar a quedarse totalmente inmóvil. Gina veía como su hermano ya no se movía ni reaccionaba a lo que decía. La sangre seguía brotando del cuello de este, cosa que mantenía aterrada a la chica. Ella no tardó en darse cuenta de lo que había pasado.

    — ¡No… Zaid, no me dejes! ¡No te mueras! — Gina gritaba mientras las lágrimas comenzaban a fluir de sus ojos — ¡Mamá nos está esperando en casa! ¡Por favor, no le hagas esto a mamá! ¡No nos hagas esto! ¡Zaid!

    — Gina… — Xander tocó el hombro de su compañera sin saber cómo hablarle.

    — ¡No, no digas nada! — Gina le gritó de forma agresiva — ¡Has algo para ayudarlo! ¡Él no puede morir así!

    — Lo lamento, Gina… en verdad — Xander comprendía el sufrimiento de su compañera.

    — ¡No, cállate! ¡Él no puede morir así! ¡No aquí! ¡Busca algo para ayudarlo!

    El resto de los soldados de Black Meteor, quienes habían logrado contener a las bestias acabando a las cuatro, se acercó a ambos. Su reacción fue la misma que la que tuvo Xander. Cuando vieron el cuerpo de Zaid sin vida, todos sintieron como sus cuerpos se estremecían de la impresión y la tristeza.

    — Zaid — Claire sentía una gran impresión al verlo allí tirado — Dios… Gina.

    Antes de que alguien más pudiera decir algo, detrás de ellos se escucharon gruñidos y rugidos mucho más intensos que los que oyeron antes. Claramente, los disparos y los gritos producidos en el enfrentamiento llamaron la atención de más criaturas del interior del bosque. Estas habían detectado la presencia del grupo, y estaba claro que se dirigirían hacia ellos.

    — Gina, tenemos que irnos rápido de aquí — le dijo Casey a su compañera — Yo sé que debe ser muy doloroso lo que estás pasando. Pero hay que correr. Parece que ahora nos atacarán muchas más bestias que antes.

    — ¡No, no puedo irme! — Gina contestó muy furiosa con su compañera — ¡No puedo dejarlo aquí! ¡Si lo encuentran, lo van a devorar por completo! ¡Tengo que llevármelo de vuelta a la Tierra! ¡Tiene que ser enterrado en su país, para que su madre pueda despedirse de él!

    — ¡No hay tiempo, Gina! — Xander intentó levantarla a la fuerza — ¡Si no nos movemos, nos matarán a todos! ¡Zaid no querría que esas bestias te mataran!

    — ¡Él tampoco querría que abandonáramos su cuerpo! — Gina se resistía al agarre de Xander — ¡Suéltame!

    Xander forcejeaba con ella para intentar hacer que se moviera, pero no tenía éxito. El soldado tenía pensado ser más agresivo para apartarla de allí, pero entonces recibió la ayuda de Natasha. Su compañera se acercó y tomó a la chica de un brazo, mientras que Xander la tomó del otro. Entre los dos, lograron levantarla, a pesar de que ella quería seguir resistiéndose.

    — ¡Déjenme ir, no voy a dejarlo aquí! — decía Gina entre sollozos y lágrimas — ¡Él no merece esto! ¡Él no tenía que morir!

    — Él te salvó la vida — le dijo Natasha a su compañera — Sé que no te gusta escuchar esto, pero es la verdad. Zaid murió para poder salvarte. Si no nos vamos ahora, su muerte será en vano.

    — Aun así, no lo puedo abandonar — Gina se rehusaba a dejarlo atrás — Lo van a devorar si no lo sacamos de aquí. ¡Tengo que llevar su cuerpo de vuelta a la Tierra!

    — Lo lamento, Gina, pero no tenemos tiempo — le contestó Xander a su compañera mientras él y Natasha la arrastraban lejos del lugar — ¡Tenemos que huir ahora! ¡El rugido delata que aún están lejos! ¡Hay que sacarles toda la ventaja posible que se pueda!

    — ¡No, déjenme! ¡Si no puedo llevarme su cuerpo, quiero quedarme junto a él! — Gina se resistía inútilmente mientras sus dos compañeros la sacaban del lugar.

    Claire, Isac, Noak, Casey y Paul miraban la escena con mucha tristeza. Los cinco supieron que no debía ser fácil para ella el haber perdido a su hermano. Ellos se habían hecho muy buenos amigos de Zaid, y su muerte era algo para lo que no estaban preparados. Sin duda alguna, era un duro golpe. Si ellos lo sentían así, no podían imaginarse el dolor tan profundo por el que estaría pasando Gina. Ella les contó que solo era unos minutos mayor que Zaid, lo que quería decir que habían crecido juntos. En las primeras horas que transcurrieron en aquel planeta, su hermano que siempre estuvo al lado suyo, había sido arrancado de sus manos.

    Dado a que Natasha y Xander tenían sus manos ocupadas con Gina, los otros cinco soldados decidieron custodiar al grupo, apuntando sus armas en todas las direcciones posibles.

    Pasaron diez minutos desde que el grupo de Black Meteor abandonó la zona en la que tuvo lugar la pelea. Unas catorce criaturas llegaron hasta el lugar, y cuando encontraron el cadáver de Zaid junto a otros cinco cadáveres más de miembros de su propia especie, decidieron que saciarían su hambre devorando sus cuerpos. Fue así como se distribuyeron entre todos los seis cuerpos sin vida que yacían frente a ellos. Dado a que Zaid tenía puesta su armadura, las bestias se veían obligadas a masticar con más fuerza para poder triturar el metal y alcanzar su carne.

    […]

    Una vez que escucharon de primera mano de aquellos seres que nunca había ocurrido ni la Gran Catástrofe ni la Réplica Catastrófica en el planeta en el que se encontraban, la confusión invadió a cada uno de los miembros del equipo del Zenith. Les resultaba increíble todo aquello que les estaban contando, no solo porque el escáner señaló que la Gran Catástrofe venía de la dirección en la que estaban avanzando, sino también porque, en el medio del viaje, sucedió la Réplica Catastrófica, un evento que presenciaron con sus propios ojos.

    Ninguno de ellos parecía haberles creído algo de eso a esos seres, y el padre de gran parte de los niños que se encontraban en el interior de dicha caverna comenzó a preocuparse de que eso le trajera problemas.

    — Contéstame algo — Gwyn quería asegurarse de una cosa — ¿Allecreod les prohíbe hablar sobre ese suceso?

    — No, Allecreod jamás nos ha mencionado nada sobre algo así — el hombre empezó a sentir miedo de a dónde podría dirigirse la conversación — Te juro que es la verdad. En este planeta nunca he visto caer jamás un meteorito. En todos mis ciclos de vida, jamás ha pasado.

    — El caso es que no se trata solo de la Catástrofe original — mencionó Ace — Hace unos meses, mientras nos dirigíamos hacia aquí, hemos visto como una gran cantidad de meteoritos se movía por el espacio. No lo consideramos una segunda Gran Catástrofe porque no ocurrió en nuestro planeta, pero sabemos que se trata del mismo suceso. Y no es mentira, esos meteoritos se cruzaron en nuestro camino mientras la nave se dirigía hacia este lugar. ¿Puedes explicarme cómo es posible que eso no haya sucedido aquí?

    — Eso es algo que no podemos explicar, pero sí hay una forma de que nos puedan creer cuando les decimos esto — uno de los hijos de aquel hombre habló con ellos — Este planeta es importante para Allecreod por todos los recursos que posee. Piensa bien en esto. Si hace meses, algunas de esas piedras espaciales que ustedes vieron hubieran caído en nuestro planeta, ¿no deberían haberlo dejado arrasado como sus planetas?

    — Supongo que eso es cierto — contestó Thomas ante la pregunta de aquel individuo.

    — ¿Cuánto tiempo les tomó la reconstrucción en su mundo? — preguntó esperando una respuesta sincera.

    — Varios años, y hubo muchas zonas que no se reconstruyeron y quedaron abandonadas — contestó Dustin.

    — En ese caso, si hace meses hubiéramos sufrido una Gran Catástrofe, nuestro planeta debería haber quedado en ruinas. Varios miembros de nuestra especie habrían muerto, y Allecreod habría perdido varios de los lugares de los cuales extraía los recursos. Él nunca dejaría ir los recursos de nuestro planeta tan fácilmente. Si ese acontecimiento hubiera sucedido, él habría traído a muchas personas y de seguro nosotros estaríamos junto a él intentando rescatar lo más posible de aquí.

    Por las cosas que les habían contado hasta el momento, esa conducta en un ser como Allecreod sonaba muy lógica para ellos. Y ciertamente, era una verdad innegable. La Tierra, Xarom y Garak fueron arrasados por la Gran Catástrofe. Otros planetas como Fientlig y Emiv también la habían sufrido, y esto lo habían confirmado en persona.

    — Eso que ustedes dicen es verdad — Wagner se preocupó bastante de lo que estaba escuchando — Incluso con tecnología superior, ningún planeta debería ser capaz de recuperarse tan rápido de un evento como este.

    — Pero eso no explica cómo es que los meteoritos no llegaron a arrasar jamás este planeta — Sharyn dejó salir la intriga que sentía — Sobre todo porque estamos seguros de que ha llegado a ocurrir dos veces al menos.

    — Eso es algo que nosotros no podremos responderles — el padre de familia de algunos de los presentes quería que sus visitantes se fueran — No tiene sentido que se sigan quedando aquí. No hay respuesta para esa pregunta en específico, y como ustedes ya vieron que ese evento no ocurrió aquí, no conseguirán esa muestra extraña que buscaban. Lo que más deseo es que ustedes se vayan sin quitarnos nada para que Allecreod no nos castigue, sobre todo a los más pequeños. Si esa Gran Catástrofe hubiera ocurrido aquí, incluso aunque no supiera en dónde poder encontrar meteoritos con muestras de radiación, me hubiera unido a ustedes para buscarlos. Pero no hay ninguno aquí, porque jamás tuvo lugar algo así. Ahora, por favor, les suplico por todo lo que más quieran, váyanse. Lamento no poder ayudarles más, y que tengan que irse con las manos vacías, pero no tenemos nada para darles a ustedes.

    Todos llegaron a considerar que era una total pérdida de tiempo quedarse allí. Si bien, tenían varias cosas que discutir, y estaban conscientes de que ninguno de los habitantes de la caverna los quería allí dentro, lo cierto era que salir de la cueva hacia el exterior del planeta era exponerse al frío. No querían abandonar el planeta hasta no discutir más a fondo las respuestas que acababan de encontrar. Fue por eso por lo que el grupo decidió salir de ese lugar, pero quedarse dentro de la cueva.

    — Lamento mucho haberlos interrumpido y asustado así — Wagner se disculpó con todos los presentes — Solamente estábamos buscando respuestas que necesitamos con urgencia, a pesar del enorme tiempo transcurrido desde que nuestro planeta sufrió la Gran Catástrofe. No nos volverán a ver. Se los garantizo.

    Con un gesto hecho con su mano, el comandante provisional indicó a los suyos que debían retirarse del lugar. Poco a poco, los catorce miembros del equipo del Zenith, entre los cuales había dos garaks y tres xaromitantes abandonaron la cueva, ante la mirada de aquel hombre y de todos los otros seres que vivían junto a él. Algunos los miraban con odio, y otros con miedo de que puedan regresar. Lo cierto era que todos ellos compartían el alivio de que los habían dejado solos.

    — Tuvimos suerte — dijo uno de sus hijos — Ellos podrían haber intentado robarnos nuestras cosas después de que les dijéramos eso.

    — El que no lo hayan hecho demuestra que le tienen miedo a Allecreod — le respondió su padre — Eso los hace inteligentes.

    — ¿Deberíamos hablar con él para que nos brinde armamento para poder defendernos? — preguntó otro de sus hijos — Ellos son los primeros desconocidos en entrar a este lugar. Así como vinieron ellos, pueden venir muchos más.

    — La próxima vez que lo veamos, le pediré una charla para contarle sobre esto — le respondió el padre — Sé que Allecreod sería capaz de perseguirlos, encontrarlos y matarlos para recuperar cualquier cosa que ellos pudieran robar; pero creo que él preferiría tener que ahorrarse la molestia si tuviera la oportunidad de elegir.

    — Lo malo es que ninguno de nosotros sabe cómo utilizar ninguna de sus armas — le decía uno de sus hijos — Si él nos entrega algún equipo tecnológico para pelear, tendrá que enseñarnos a usarlo.

    Mientras ellos tres hablaban, algunos de los chicos más pequeños que habían estado escuchando la conversación a la distancia se aproximaron a ellos. Algunos abrazaban a su padre, mientras que otros hacían lo mismo con los dos hijos mayores de aquel ser.

    — ¿Ya se fueron? — preguntó uno de los niños más pequeños, con algo de miedo de que regresen.

    — Sí, cariño, ya se fueron — contestó su padre, alzándolo en sus brazos para poder contenerlo — Y no van a regresar.

    […]

    El grupo detuvo su avance cerca de la entrada de la caverna. El aire frío del planeta a veces cambiaba de dirección y se podía sentir como brisas ligeras entraban a la misma cueva. El equipo hubiera preferido no tener que haberse alejado mucho, pero consideraron que mientras más lejos estuvieran de aquel lugar, más difícil sería que aquellos individuos los escucharan. De pronto, el viento comenzó a soplar con más fuerza, siendo más ruidoso y frío para ellos.

    — Supongo que ya no nos pueden escuchar — comentó Lankir mientras juntaba sus brazos en un intento de calentar su cuerpo — Así que ya podremos hablar tranquilos.

    — Una vez que el viento aminore un poco, volveremos a la nave — informaba Wagner a todos los demás — Mientras tanto, tenemos algo muy serio que discutir.

    — ¿Qué tan peligroso creen que sea este tipo llamado Allecreod? — preguntó Plamo, algo nervioso tras todo lo escuchado — Para mí es una amenaza para tener en cuenta. Muy peligrosa.

    — Estoy de acuerdo con Plamo — comentó Kila, recordando los eventos de la lucha entre garaks y berrods — Si Reinor y su gente hubieran llegado a este lugar en lugar de a nuestro planeta, no habrían durado ni un solo mes. Ellos querían eliminarnos para quedarse con el planeta entero para ellos, pero sé que muy en el fondo ellos eran conscientes de que no podrían conquistar nuestro planeta, por más que lo intentaran.

    — Mientras este tipo llamado Allecreod tiene varios planetas bajo su control — decía Thomas con un tono poco alentador — ¿Qué tanta fuerza tendrá a su favor?

    — Demasiada, el conquistar planetas no es algo sencillo — Aurio se asombraba de que eso fuera algo posible — Vean la situación de ustedes — se refería a los humanos — No hay ningún país capaz de tomar el dominio del mundo. Lo mismo ocurría en el planeta Emiv. Varias razas con diferencias tan grandes que no podían unirse para luchar juntos… con un poder lo suficientemente grande como para no perder ante nadie, pero no tanto como para poder ejercer un dominio absoluto. Allecreod no saldría a conquistar planetas si todos los miembros de su especie no estuvieran bajo su mando.

    — Lo que más me preocupa de todo esto es el hecho de que estos planetas parecieran haberse salvado de la destrucción — Sharyn se veía muy intrigada al respecto — Ni la Gran Catástrofe ni la Réplica Catastrófica tuvieron lugar en este planeta. Y ambas han pasado por este punto. ¿Cómo es posible que no hayan impactado en este lugar?

    — ¿Recuerdas lo que hemos hablado en la nave hace meses? — le preguntó Wagner, despertando la curiosidad en todos — Cuando tú y yo estábamos en la sala médica cuidando de Agustina.

    — ¿Cómo podría olvidarlo? — preguntó Sharyn de forma retórica, recordando que ambos habían dicho sus teorías acerca del origen del acontecimiento, pero también recordando unas palabras que Wagner había dicho.

    — Quiero que todos me respondan esto con sinceridad — les contaba Wagner a todos los demás soldados en su equipo — ¿Qué tan probable creen que Allecreod sea quién esté detrás de lo que causa todo lo relacionado a la Catástrofe?

    En el momento en el que lo escucharon, algunos de ellos creyeron que se trataba de una idea totalmente disparatada, dado a que no podían terminar de creer que alguien, y mucho menos una sola persona estuviera detrás de algo tan grande. No por nada, la humanidad bautizó ese acontecimiento como la Gran Catástrofe. Los demás miembros del equipo le hicieron saber a Wagner lo que opinaban al respecto.

    — No te ofendas, Wagner, pero creo que eso es absolutamente imposible — contestó Agustina a la teoría del soldado — No creo que exista nadie en el universo capaz de hacer algo como esto. Es un evento a gran escala, y sería muy difícil de controlar.

    — Pero no fue a causa del azar — Wagner sabía que sería difícil convencerlos de que pensaran de la misma forma que él — Algo como esto no puede haber salido de la nada. Tiene que haber sido provocado, y estoy seguro de que hay alguien en persona involucrado en esto.

    — ¿Y crees que ese alguien es Allecreod? — Michael no veía posible lo que su compañero consideraba — Suponiendo que él tiene la tecnología y el intelecto para manejar algo así, ¿con qué fin crees que lo haría?

    — ¿Qué tal si sus planes para conquistar planetas no han acabado? — incluso para Wagner eso era difícil de procesar, dado a que él mismo creía hasta hace unos momentos que la idea de un ser que pudiera conquistar planetas solo podría ser posible en una historia ficticia — Esta gente ha dicho que Allecreod los esclavizó, y que los obliga a trabajar para él. Sé que esto es difícil de creer, hasta para mí lo es, pero ¿y si este tipo provocó la Gran Catástrofe para asolar planetas habitables para que así sean más sencillos de conquistar?

    — ¿Dices que toda la destrucción que se originó fue para diezmar a todos los planetas que la sufran para que así este tipo pueda dominarlos sin problema? — Alicia quería saber si había comprendido la idea de su compañero.

    — Pero eso no tiene sentido — contestó Wida, recordando tristemente su planeta — Xarom fue totalmente arrasado. Si no hubiéramos escapado, habríamos muerto con el planeta. Si el plan de Allecreod era eliminarnos para tomar el planeta, ¿por qué eliminar a toda la especie o incluso el planeta mismo? Los meteoritos que cayeron allí acabaron con toda la vida ahí, y no deben quedar plantas capaces de brindar oxígeno. Salvo que el oxígeno no le haga falta para vivir, él acaba de eliminar su oportunidad para poder ir y obtener los recursos.

    — No solo fue Xarom, los berrod sufrieron de lo mismo — contestó Plamo para agregar a lo dicho por su compañera — ¿Por qué destruirlos por completo?

    — Suponiendo que tu teoría sea cierta, puedo entender un aspecto de esta — le decía Thomas a Wagner, apoyando parte de lo que decía — Si él causó la Gran Catástrofe, tiene lógica que estos planetas no la hayan sufrido. Si él los conquistó, no necesitaba destruirlos. Pero tengo que estar de acuerdo con lo que Plamo y Wida dijeron. Si él buscaba debilitar otros planetas para conquistarlos, arrasarlos por completo fue el peor resultado posible.

    — Quizá haya calculado mal la fuerza a enviar a cada planeta — Wagner supo que nadie se pondría de acuerdo con él al decir eso.

    — Lo siento, Wagner — Sharyn quería apoyarlo en su teoría, pero no encontraba la forma — Pero tal y como lo dije antes. Creo que te estás equivocando. Esto es mucho para que alguien esté detrás de todo esto.

    Wagner agachó la mirada algo desanimado al ver que no fue capaz de alinear a los demás bajo su línea de pensamiento. El más cercano a pensar como él era Thomas, y no se puso del todo de acuerdo. Para él, su teoría era posible, y no era algo que él quisiera descartar. Pero a final de cuentas, después de todos los argumentos escuchados, creía que era más posible que estuviera equivocado.

    Sin embargo, eso no terminaba de aclarar la situación. Descartada la idea que uno de los comandantes provisionales había tenido, el misterio continuaba existiendo. Los otros miembros del grupo buscaban alguna explicación para lo que habían visto en este lugar, pero no encontraban ninguna.

    — Es un gran problema — Lankir se mostraba preocupado — No solo el misterio detrás de la Gran Catástrofe se amplió mucho más que antes, sino que también tenemos nuevos problemas. No hay muestras de la radiación en este planeta, lo que quiere decir que no podremos hacer pruebas para ver si el escáner está averiado o no. Y sumado a eso, estamos dentro del territorio de un tipo con la fuerza necesaria para conquistar planetas.

    — Deberíamos preguntarles si saben en qué dirección se encuentra el planeta de Allecreod — sugería Dustin al resto del grupo.

    — No creo que lo sepan — Gwyn se veía algo desalentada — De saberlo, nos habrían dado algún indicio. Aunque sea, para intentar intimidarnos.

    — Tiene como mínimo dos planetas bajo su mando — Wida repasaba la situación — Si bien nos dijeron que habían visto imágenes de otras especies bajo su control, no tienen pruebas. Aun así, este planeta y el suyo propio cuentan como dos planetas diferentes.

    — Por más que no tengan pruebas, yo les creo eso — contestó Ace — Lo que nos deja muy complicados. Si seguimos avanzando, en el camino podríamos encontrarnos con muchos planetas habitables que podrían estar bajo el dominio de Allecreod. Peor todavía, podríamos terminar cayendo en su planeta o incluso toparnos con él si llegamos a coincidir con su llegada a uno de ellos.

    — ¿Cómo vamos a saber en dónde acaba todo su dominio? — Alicia se refería de esa forma al sector bajo el poder de Allecreod.

    — No lo sabremos — contestó Sharyn de forma muy fría — Solo nos queda avanzar bastante hasta creer que hemos salido de su límite, y luego continuar la búsqueda y rezar porque así sea.

    — Entonces, ¿eso lo arregla todo? — preguntó Lankir a todo el grupo — ¿Continuaremos la misión de inmediato?

    — Yo tengo una idea — Wagner sabía que no le gustaría mucho al equipo.

    — ¿Cuál es tu idea exactamente? — Michael quería asegurarse de que la idea de Wagner no los pondría en peligro.

    — Ya que todos hemos llegado a la conclusión de que la Gran Catástrofe no fue causada ni provocada por Allecreod… — Wagner lo decía con molestia, recalcando más que otra cosa el hecho de que su idea no fue apoyada por nadie — Yo digo que intentemos establecer contacto con él, y ver qué clase de información nos puede dar.

    A nadie se le había pasado por la mente una idea como esa. Lo que su compañero sugería era, a su punto de vista, una locura completa. Después de todo lo que habían escuchado sobre Allecreod, cualquiera podría llegar a la conclusión de que era un sujeto peligroso con el cual convenía no meterse. Lo que Wagner sugería era un encuentro con él. Incluso todos consideraban que un intento de espionaje en su contra para obtener respuestas sería muy peligroso, pero lo que proponía el hijo del comandante Zion iba mucho más allá de eso. El entablar contacto con él era una idea que no llamaba a nadie a participar en ella.

    — ¡Es una locura completa! — Michael estaba totalmente en contra de su idea — ¡¿Recuerdas cómo reaccionó Tzorkun cuando tuvo intrusos en su planeta?! ¡Él quería asegurarse de que nadie que viniera desde afuera pudiera perturbar la paz que había construido! ¡Allecreod podría ser igual o incluso peor que él! ¡Eso no lo sé, pero lo que sí sé es que es mucho más peligroso!

    — Wagner, es algo demasiado arriesgado, ¿no te parece? — Dustin casi siempre mostraba su apoyo ante lo que decía su amigo, pero esta vez no se veía animado a hacerlo.

    — No puedo estar a favor de algo así, Wagner — Ace le hizo saber que él estaba en contra de su idea — Lo siento, pero no te dejaré tomar esta decisión.

    — Al menos escuchen el resto de mi plan — contestó Wagner, bastante molesto por ver que ninguna idea que proponía era tomada en cuenta por ellos — No pienso aproximarme directamente a él como si fuéramos amigos para hacerle preguntas. Y tampoco tengo la intención de que seamos nosotros solos los que manejemos esto. Avisaremos a todos en casa sobre lo que acabamos de descubrir. Mi padre dijo que nos alcanzaría en cuanto Magnus le diera nuevos soldados para formar un equipo. Y podemos contar con Asmir para que nos envíe refuerzos. Sin mencionar también las bestias de Fientlig… — se tomó una pausa antes de continuar, y al hacerlo, notó que algunos estaban entendiendo su idea por la cara que ponían — Allecreod cuenta con tecnología muy avanzada, por lo que podemos saber. Si ese es el caso, él tiene que saber algo sobre la Gran Catástrofe, mucho más si él no la causó y si esta pasó por su dominio. Hablaremos con él, le diremos que no queremos tener nada que ver en su plan, y también le haremos saber que hay un ejército en camino para ayudarnos si se atreve a hacernos algo. Si él no quiere involucrarse en una guerra innecesaria, nos dará toda la información de la que disponga y no nos enfrentará. Yo sé que lo pueden tomar como una locura, pero veo mejor acercarnos a él con una propuesta bien pensada antes que arriesgarnos a caer en uno de sus planetas mientras exploramos el universo. ¿Ustedes que dicen?

    Después de haber escuchado sus palabras, el grupo ya comprendía mejor a dónde quería llegar el hijo del comandante Stones. Ellos se presentarían ante Allecreod y le harían saber desde el primer momento sus intenciones, los motivos de su viaje y su llegada a su dominio, además de hacerle saber la amenaza que podría terminar enfrentando si se atrevía a hacerles daño. Tal y como el soldado lo decía, era un conflicto totalmente innecesario que dicho ser podría evitar con mucha facilidad. De estar en su lugar, ninguno de ellos intentaría responder de esa manera si podía evitar una lucha.

    Pero lo que más tranquilizó a todos los soldados era el hecho de que no llevarían a cabo ese plan estando solos, sino que contarían con la colaboración de los garak, el propio comandante Zion y un nuevo equipo de soldados, el general Orikrof y las bestias del planeta Fientlig. Era una fuerza considerable, y tenían los números para poder intimidar a cualquiera.

    — Incluso podríamos mentir y asegurarle a Allecreod que nuestro ejército es mucho más numeroso de lo que él se podría imaginar — respondió Lankir, creyendo que la idea de Wagner podría ser beneficiosa — Después de todo, la idea del general Orikrof era poder reclutar a las bestias para que nadie pudiera intimidarnos como lo hicieron los habitantes del planeta Emiv.

    — Tiene mucha más lógica visto así — comentó Ace — Pero yo sigo teniendo mis miedos al respecto, Wagner — el otro comandante provisional del Zenith se puso firme en lo que estaba por decir — Esto podría salir mal si una sola parte de tu plan no sale como lo has previsto. Es por eso por lo que tenemos que avisar tanto al Zenith, como al planeta Garak. Tenemos que asegurar que el comandante Zion, y un gran número de soldados del ejército garak van a venir a respaldarnos. Porque Allecreod parece ser una amenaza que lo requiere totalmente. Si el comandante Zion tiene un inconveniente, o si Asmir se rehúsa a ofrecer soldados para esta misión, no permitiré que el plan siga avanzando.

    — No te preocupes, Ace, yo sugerí el plan pensando en todos estos detalles — Wagner tranquilizaba a su compañero — Si no puedo hacer que salga como espero, yo mismo le pondré fin.

    — Entonces, ¿regresaremos a la nave y enviaremos un mensaje a casa contándoles del plan? — preguntó Alicia, queriendo saber cómo iban a proceder.

    — Así es, y, de hecho, me gustaría que algunos de ustedes tomaran la nave y se retiraran de este lugar — las palabras de Wagner tomaron por sorpresa al equipo — Incluso aunque podamos contar con el apoyo de todos, los refuerzos van a tardarse su tiempo en llegar. Allecreod llegará a nosotros antes que ellos, así que, como medida de prevención, quisiera que nos dividiéramos en dos grupos. De esa forma, mantendremos la nave, la cual es la única que contiene el escáner que nos puede llevar hasta el punto de origen de la Gran Catástrofe, fuera de su alcance.

    Igual que en la vez anterior, las palabras de Wagner eran muy acertadas. Incluso él que había propuesto la idea de un acercamiento amistoso pero precavido hacia Allecreod, había pensado en la posibilidad de que este se rehusara a cooperar con ellos, o incluso en el mejor de los casos donde quisiera cooperar, pero no de forma gratuita. Mantener la nave lejos de él era la única forma que el soldado y cualquier otro miembro de su equipo encontraban para poder protegerla. Además, al hacer eso, sumarían más soldados a los refuerzos que iban a luchar en el caso de que Allecreod resultara no mostrarse abierto a ayudarlos.

    Lo único que faltaba en el momento era enviar el mensaje tanto a Asmir como a Magnus, para que estuvieran al tanto de la situación y pudieran enviar apoyo para la misión. Una vez el viento aminoró un poco, Wagner le pidió a Ace, a Lankir y a Thomas que lo acompañaran hacia la nave para poder enviar el mensaje. A pesar de que había disminuido, el viento no había dejado de soplar, por lo que el frío podía sentirse en sus pieles. Para no exponer a todo el equipo al frío de forma innecesaria, solamente cuatro soldados irían hacia la nave, puesto que el envío del mensaje era algo sencillo.

    Para no quedarse en el exterior por mucho tiempo, y sabiendo que la nave no estaba muy alejada, los cuatro soldados decidieron irse corriendo hacia la nave. Al llegar, los cuatro entraron y se dirigieron hacia la sala de comandos, en donde enviarían el mensaje. No les tomó mucho tiempo llegar hasta ella, puesto que enviar un mensaje era algo realmente simple.

    — Thomas, Lankir, ¿pueden encargarse ustedes del mensaje? — les pidió Wagner mientras el grupo se desplazaba por los pasillos de la nave.

    — Por supuesto — contestó Thomas, sin mostrar objeción alguna ante la petición.

    — ¿Por qué me hiciste venir a mí? — Ace se sorprendía de que Wagner lo hubiera llevado si no lo necesitaba para eso.

    — Quiero que hablemos de algo, solo nosotros — le comentó Wagner.

    Mientras Thomas y Lankir se encargarían de enviar dicho mensaje, Ace y Wagner salieron de la sala de comandos para poder hablar en privado. Ace ciertamente tenía mucha curiosidad para conocer el tema del cual quería hablar su compañero. Supuso que debía ser importante para hacerlo acudir hacia la propia sala de comandos.

    — ¿Qué era lo que querías decirme? — preguntó Ace, con un tono serio para que Wagner no diera vueltas al asunto.

    — Yo propuse la idea de dividir al equipo en dos grupos — respondió el hijo del comandante Zion — Uno de esos grupos se llevará la nave, y el otro se quedará aquí para poder hablar con Allecreod cuando decida aparecer. Como yo tuve esta idea, debo hacerme responsable de lo que pueda resultar de ella. Así que yo me quedaré para conocer a este tipo en persona. Te confiaré la seguridad de la nave a ti. Como comandante provisional, esta nave también es tu responsabilidad, y deberás encargarte de protegerla.

    — Entiendo perfectamente — Ace sabía que Wagner debía confiar mucho en él para dejarle la nave antes que a los propios xaromitantes — Puedes contar con que la nave estará segura mientras esté bajo mi cuidado. ¿Cuántos soldados quieres que me lleve?

    Pero antes de que Wagner pudiera responderle, los dos soldados fueron interrumpidos cuando Thomas salió de la sala de comandos para hablar con ellos.

    — Wagner, Ace, tenemos un problema — la cara de Thomas expresaba una gran preocupación — Vengan por favor.

    Creyendo que algo grave podría suceder, ambas figuras de autoridad ingresaron a la sala de comandos, y vieron que Lankir se encontraba sentado frente a una de las máquinas intentando entablar la comunicación con Garak y el Zenith.

    — ¿Qué ocurre? — Wagner sabía que eran malas noticias cuando vio a Lankir, pero esperaba que no fuera algo muy problemático.

    — Es el sistema de comunicación de la nave — contestó Lankir empezando a alterarse mientras presionaba las teclas necesarias para poder mandar una señal — Lo he estado intentando, pero no puedo comunicarme con nadie. He enviado el mensaje, pero el sistema me muestra un mensaje de error. Es como si el mensaje hubiera sido interceptado.

    Tras escuchar esas palabras, Wagner se tomó la cabeza de forma inmediata. Ace y Thomas se miraron bastante asustados al creer en la posibilidad de que el mensaje que usarían para comunicarse con sus aliados no pudiera llegar a su destino por haber sido interceptado.

    […]

    Lejos del planeta en el cual se encontraba Zenith, una nave de un tamaño ligeramente superior a la de Black Meteor se encontraba recorriendo el espacio exterior. Dicha nave estaba cubierta en el exterior de un revestimiento metálico de color gris. En el interior de dicha nave, en cambio, las paredes eran de un color blanco y totalmente inmaculado.

    Su interior estaba formado por una gran cantidad de habitaciones, algunas de uso individual, contando con una cama cada una y un espacio pequeño, pero que permitiría moverse cómodamente a las personas que vivieran en ellas. Además de esas habitaciones pequeñas, había otras de gran tamaño, las cuales eran de uso general, dado a que se podían ver muebles, sillas, y mesas distribuidas en todas ellas. En dichas habitaciones no había nadie, sino que todos los tripulantes de la nave se encontraban en las habitaciones individuales.

    Había una sala extra en el interior de esa nave, una sala en la cual se veían una gran cantidad de máquinas clavadas al suelo. Cada máquina contaba con una pantalla táctil para poder operarlas. Las máquinas se encontraban a la izquierda. En el lado derecho había un tablero de control ocupando toda la pared, con una cantidad de botones bastante numerosa. Algunos emitían luz mientras que otros no lo hacían. En la pared enfrentada a la puerta de entrada a la sala había un total de trece monitores. Uno de ellos, el más grande de todos, se encontraba apagado, mientras que los doce restantes, que eran de un tamaño más pequeño, mostraban en su imagen el interior de las habitaciones individuales, donde se podía ver en cada una a un individuo descansando sobre la cama.

    Parado en frente de los monitores, había un ser de un metro noventa de altura. Este llevaba puesta una armadura de metal negra con detalles grises en el torso y los brazos, la cual cubría todo su cuerpo desde la planta de los pies hasta el cuello, dejando ver solamente la cabeza de aquel sujeto. Su piel era de un color gris bastante pálido, sus ojos eran de un color azul oscuro, acercándose bastante al color negro. Su nariz era bastante pequeña comparada con la de un humano normal, su cabello era corto y de un color negro, y su boca era de un tamaño similar al de un ser humano, con una forma casi idéntica, con la única diferencia de que sus labios eran de un color negro.

    Aquel ser observaba por las cámaras a todos los que se encontraban en el interior de la nave, viendo como algunos dormían mientras que otros intentaban conciliar el sueño. Por su parte, él no se movía. Más allá de respirar o parpadear, no realizaba acción alguna.

    Detrás de él, en un sillón individual de tamaño mediano, se encontraba durmiendo alguien con sus mismas características, con la diferencia de que su cabello era blanco en lugar de ser negro, y su altura sería de, a lo sumo, un metro con setenta centímetros. En un momento, el ser que se encontraba de pie mirando los monitores se acercó a él y colocó su mano sobre su cabeza para poder realizar una caricia con un afecto familiar muy notable. Al hacerlo, sonreía mientras miraba tiernamente como su acompañante de la sala dormía.

    El momento fue interrumpido cuando el tablero de control empezó a sonar. Su semblante se tornó serio, y decidió acercarse a él. Presionó dos botones en el tablero de control, y luego se acercó al monitor apagado de la sala. Se quitó la parte de la armadura que cubría la palma de su mano como si se tratara de un guante metálico y luego colocó la palma de su mano en el monitor de mayor tamaño. Este se encendió un segundo después, y del otro lado se pudo ver a otro ser con un aspecto bastante similar al suyo, solamente que este no contaba con cabello en la cabeza, y su piel era más blanca.

    — Allecreod, que bueno que hayas respondido tan rápido — dijo el ser que se apareció en la pantalla — Tenemos un problema. ¿En dónde estás?

    — No tardaré más de dos horas en llegar hasta Ryfier — contestó el ser que respondía al nombre de Allecreod — ¿Qué fue lo que sucedió, Cadain?

    — Nuestras máquinas captaron una señal misteriosa hace unos pocos minutos — contestó Cadain a la pregunta de Allecreod — No sabemos qué fue lo que la causó, pero sí sabemos en dónde está. Pudimos confirmar que proviene del planeta Nokadro. Tenemos un intruso en el interior del Dominio. ¿Qué es lo que quieres hacer?

    — Avísale a Raumod para que prepare a sus mejores luchadores — contestó Allecreod algo serio tras escuchar la noticia recibida, tomando su decisión de manera instantánea — Acudiremos al planeta Nokadro y lo investigaremos a fondo. Asegúrate de que no tarde mucho, porque vamos a partir apenas yo regrese al planeta.
     
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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Saludos amigo, como bien sabes, no pude comentar el capítulo en su momento debido al problema con el certificado de caducidad de la página. Finalmente se ha solucionado y aquí estoy para darte una breve opinión del capítulo.

    Para mí, ha sido un muy buen capítulo, lleno de momentos calmados pero con acción.

    Después de un tiempo sin saber nada de Zion y Orikrof, el capítulo comienza con ellos y nos muestra que van a partir como una nueva expedición al espacio. Como es lógico, aparecen nuevos personajes que de seguro aportarán algo fresco a la historia. Los que más me llaman la atención son Rayko y Kai. El primero por ser familia de Agustina y el segundo porque al parecer, como ocurrió con las apariciones de Xander y Wagner en su momento, se da a entender que es el mejor. No quiero decir que los otros personajes presentados no me interesen, pero estos dos son los que más me intrigan a conocerles. Espero que vuelvan a parecer pronto, a ser posible, ya en acción.

    Luego de esto, pasamos a ver al grupo de Black Meteor. Tras abandonar su nave debido a que estaba rodeada de misteriosos animales salvajes, deciden adentrarse en el bosque y buscar un lugar en el que pasar un tiempo hasta regresar. Sinceramente, no esperaba que poco después fuese a haber un enfrentamiento contra estas "bestias", pero me ha gustado que así fuera. Hacía mucho tiempo que no veía a BM en acción y debo admitir que he quedado satisfecho con lo visto. Como temía en el momento en el que comenzó la pelea, murió alguien, y ese alguien fue Zaid. Era un personaje que acababa de aparecer en esta parte como aquel que dice, aún no llegó a hacer nada remarcable y no destacaba por su personalidad, más allá de ser un tipo agradable, sensato y simpático. Es precisamente por esto último que su muerte me dio lástima. Además, ver a Gina desolada (y también sabiendo que al grupo le pasará factura) fue realmente duro.

    Después de, a mi modo de ver, el momento cumbre del capítulo, llega cierta calma con el grupo del Zenith. Estos terminan de hablar con los seres que viven en las cuevas (bastante antipáticos, por cierto) el grupo decide dividirse: un grupo se irá con la nave y el otro permanecerá en dicho planeta a la espera de que Allecreod llegue. Debo admitir que el plan de Wagner es muy arriesgado y no me gusta, pues presentarse ante un dictador galáctico con buenas intenciones no significa que él las vaya a tener contigo. Sin embargo, acuerdan hacer esto. Ace, Wagner y Thomas se dirigen a la nave para enviar un mensaje al Zenith y contarles lo sucedido, cuando descubren que sus comunicaciones han sido interceptadas. Esto me impactó, y debo admitir que me emocionó porque implica que Allecreod va a llegar tarde o temprano.

    Finalmente, como si mis plegarias fuesen oídas XD, apareció Allecreod. Lo vemos en el interior de su nave, al parecer con alguien familiar para él. De pronto, llega una comunicación de alguno de sus lugartenientes (imagino) llamado Cadain. Han detectado al grupo del Zenith (o quizá al de BM) y se dirigen al planeta para investigar. El capítulo acaba así y yo acabé deseando ver el encuentro entre el dictador y los grupos. Sin lugar a dudas, la parte se pone cada vez más interesante.

    Nos vemos en la próxima, amigo.
     
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