Capítulo I

Rash Colds

—Si usted viene de allí, maestro Zer; ¡que buen momento para conocer sus raíces! soy un fiel creyente en que un animal puede conocerse desde su pasado. Nunca estuve en Silvercity pero siempre oí maravillas. ¿Hace cuanto no está en su ciudad, maestro Zer?

El puerto le parecía inmenso, como casi todos los sitios que visitaba. Pero el bullicio del lugar le trajo cierta calma mental, era escuchar la mano de obra de la ciudad, cientos de animales que vivían el día a día por una paga mengual. Y ahí estaban ellos, los distintos; los curiosos y buscadores de aventuras. Pero no pudo darle más rienda suelta a sus pensamientos, la voz del conejo al informales que no había barcos hacia Silvercity lo distrajo. Parpadeó con sorpresa y se quedó mirando al animalito.

—El barco de Roger, ¿cómo podemos encontrarlo? Necesitamos unos billetes y queríamos reservar unos cuantos para otros animales que aún no se encuentran con nosotros.

 

Contenido oculto: Castilla

Vite Horiazana

Les seguí con calma, a la dupla esa; más bien me adelanté a ellos, nunca muy lejos, que me cuidaran las espaldas ahora que ellos eran más viejos y tal. Di vueltas por acá y por allá en cuanto llegamos al puerto; siempre mirando por sobre mi hombro cada cuatro pasos para no perder de vista a mis amigos. Vaya, que era inmenso el lugar, nada parecido al tranquilo y anciano puerto de mi isla. Me daba bastante nostalgia, y eso es que ni siquiera había pasado ni la mitad de una estación. Me acerqué a los dos en cuanto noté que harían un intercambio de información; me mantuve a dos metros de distancia, frunciendo algo el ceño mientras procesaba lo dicho por aquel conejo. Roger, Humbletown; eso necesitábamos, de seguro y todo salía mucho más barato que esa embarcación ocurrida en una estimación de una semana.

Dirigí mis pasos en buscad del tal Roger; para preguntarle sobre su embarcación; No le conocía, pero por descarte hablé con aquel que más pintas me deba de Humbleriano.
—¡Buenas noches, señor! —exclamé con suavidad, ojos cerrados y orejas erguidas, manos guardadas en los bolsillos; listo para acuchillar a cualquier intento de ladrón. Miré con ambivalente calma al conejo, siguiendo de inmediato con mi petición—; ¿es usted Roger, quien se dirige a Humbletown?

Contenido oculto

¿Se pueden usar tiradas de salvación, o esas se reservan para eventos aislados y específicos? Me puedes responder en mi perfil uwu <3

 

( Gigavehl Mori rapuma )

Puerto de Everfall​

Antes que el obrero les respondiera, Vite salió guiado por su olfato, tras el rastro de un fuerte olor a tabaco.
-Probablemente lo encuentren en el muelle cuatro- les dijo el conejo a los otros dos, señalando un muelle cercano, mientras veían que Horiazana se dirigía hacia el mismo lugar.

El olor que guiaba a vite era humo y ese humo terminaba en un conejo que fumaba como una chimenea. Es Roger, tal y como el paladín lo describió y además con un periquito en el hombro.

​

-Arrrr!- hace como un pirata -Así es- dice, pero ves que el que habla es el loro, aunque el que te mira como si se dirigiera a ti es Roger -Así es cretino, Roger mala lengua para escupirte- te responde el pajarraco. Roger lo mira enojado y entonces el pájaro compone la garganta y corrige.

-Así es marino, Roger mala lengua para servirte-

Esto es muy común, suelen haber encantamientos que vinculan a alguien que tiene alguna discapacidad con un ave para que sea sus ojos o su voz. En este caso a Roger le tuvieron que amputar la lengua por un cáncer y no puede hablar. Igual sigue fumando como un descosido.

 

Rash Colds

El rano inhaló con fuerza el aire a tabaco y a muelle; decía que los olores de las ciudades le traerían recuerdos en un futuro. Pero a su pesar tosió con violencia, no estaba acostumbrado al tabaco. Una vez recompuesto, miró asombrado al capitán del barco y a su compañero que hablaba por él. El clérigo escuchó con tranquilidad las palabras acertadas del mago y sonrió al final, intentando colar una preguntar más.

—Señor capitán, ¿desde cuándo el encantamiento le une con el loro? Nunca había visto algo así y me parece algo sumamente eficaz. Enhorabuena.

 

Lanre

Avanzó mientras le indicaba a Dellen que lo acompañara, daba brincos de emoción mientras se acercaba a la herrería, observó que el ratón también estaba allí, lo observó —Nuestras espadas están listas; ahora podremos cambatir al unísono, demostrando el gran artífice que es Matilda— miró a la elfo, aun no se acostumbraba que todos se sorprendieran con su existencia, el siempre se había visto en el reflejo del agua, para él aquello era cotidiano, no era distinto a los demás — ¡Enalteceremos su forja!—mencionó emocionado mientras sostenía su espada, ahora ligeramente mas pesada, aquello lo hizo sonreír, pues sus alas se harían cada vez más fuertes. Tal vez, así algún día podría volar grandes distancias sin fatigarse.

"Como un dragón... si, seguro" pensaba mientras observaba su espada para después guardarla con delicadeza; mostrando respeto ante la mano que la mejoró —Agradezco mucho su trabajo —mencionó a Matilda —después buscó a Aramil —Y sus historias y sabiduría.

Después se giró ante Dellen y Otto —Creo que es tiempo de ir al puerto; ¡no querremos llegar tarde a nuestra primera aventura!

 

Otto

"Yo uso el arco de arma principal". Me tome la leve molestia de corregir al pato por su comentario de compañerismo. "No compartiremos los mismos puestos, pero te aseguro cuidaré tu espalda si vas a vanguardia". Después de todo, estaré detrás de él o del rano. Serán mis escudos.

"Agradezco sus servicios". Le asientó satisfecho a la herrera. Regreso la espada a su lugar y me voy retirando de la herrería

"Si, es hora de moverse e iniciar este viaje. Si llegaron primero, veré si puedo rastrear a los otros hacia nuestro objetivo".

 

Vite Horiazana

—Uuugh—. No demoré en quejarme, frunciendo mi ceño con asco y tapando mi nariz y boca compara y orejas, haciendo lo posible para que las últimas noe cubrieran la visión. Mis aliados no demoraron en llegar, los observé de reojo mientras analizaba el panorama.

Pero vamos, Zer; ¿qué es eso de contar tus intenciones de buenas a primeras? ¡Vaya fe debía tenerse para ser tan...! Confiado, no iba a decirle estúpido. Sacudí mi cabeza con rapidez, despejándome del mal olor y las ideas extrañas. Después encaré al conejo, con una mirada de absoluta seriedad, frunciendo con demasía el ceño y aún cubriendóme el hocico y nariz con una pata.

—¡No debería fumar, se va a morir como lo siga haciendo! —solté sin vacilar, para luego cruzarme de brazos, orejas alzadas y aguantando el olor como pudiera— ¡6 de cada 10 conejos agricultures vivían menos y producían peor sus cosechas solo por no mesurar sus vicios—. Miré con la misma seriedad al loro, para luego volver a enfrentar la mirada del sabio y seguramente experto conejo. Apunté al animal avisaría sin ningún pudor—, ¿desea dejarlo solo, sin su compañía?— Y me puse las patas en la cadera— ¡Eso sería cruel!

Y tras eso di un suspiro pesado, cabizbajo, cuando volví a encararlo con seriedad, también volví a cruzarme de brazos.
—Pero bueno, ya sabrá usted que prefiere; yo necesito llegar a Humbletown antes de dos días, sí pasan tres días y no he zarpado hacia allá..

Me callé, una mirada de seriedad absoluta, pasando el dedo de mi pata en una línea horizontal frente a mi cuello.
>>No tengo tiempo que perder; pídame lo que desea, negociemos el asunto: Dígame tres cosas que desee obtener, a cambio de llevarnos lo antes posible a ese pueblo olvidado en el mar; eligiere una de ellas.

Y me volví a llevar las manos a la cadera, parado con rectitud, lejos de vacilar y sosteniendo la mirada de aquel exhausto capitán.
—No soy ningún holgazán y me gusta cumplir mi palabra—. Y le brindé una sonrisa tan ladina como desafiante—; así que, independiente de cuánto me demore, pienso hacerle honor a su nombre cumpliendo mi parte del inminente trato.

 

( Gigavehl Mori rapuma )
Roger

-Ahh, hace veinte años ya que Chimuelo es mi compañero de viajes y aventuras, pero hace cinco que estamos vinculados a raíz de la amputación de mi lengua- le respondió al clérigo para luego continuar con el conejo -Joven conejo, tu estás en la flor de la vida, pero a mí ya me queda poco, de hecho la mitad de mí ya se murió, sólo deseo disfrutar los días que me quedan haciéndome a la mar con mi pipa y mi compañero al que tampoco le queda mucho, ambos estamos cansinos y no creo que lleguemos a darnos cuenta el uno de la falta del otro que ya estaremos formando parte de mi tripulación fantasma- al decir esto se hizo ligeramente a un lado y pudieron ver su viejo barco que izaba solo las velas por un momento mientras las figuras de algunos fantasmitas dejaban verse ahí flotando y trabajando en la cubierta.
Luego de esto respondió la pregunta más concreta que la había formulado el mago, pero así también intentaría responder a todos, pues su único deseo justo ahora era poder seguir fumando su tabaco preferido -El viaje a Humbletown cuesta 50 monedas por pasajero- mientras les dijo esto miró la pipa haciendo un gesto con la cara y suspirando porque se estaba quedando sin tabaco -Pero miren, puedo llevarlos gratis si hacen algo por mí, ¿a ver qué les parece esto? Con este bloqueo no están abasteciendo de tabaco a Everfall, solo podría conseguirlo en Yellowbridge o Shallowater, si consiguen llegar hasta alguno de esos pueblos y traerme un poco los llevaré a Humbletown sin costo alguno, de ida y de vuelta... Lo que sea por tabaco...- El pueblo de Yellowbridge está tomado por cultistas de la sombra y por Shallowater está pasando una caravana de geckos, deberán elegir una de las dos opciones para llevar a cabo la misión que les encarga Roger, que sin embargo les agrega -Si van hacia Shallowater conozco un atajo-

( Amelie madarauchiha Monpoke )

La espada parlante​

-¡Apuesto a que sí!- le respondió Matilda, ya más despabilada, ante la promesa del pato de enaltecer su forja -Me gusta tu espíritu de aventura, exótico guerrero, mucha suerte en tu cruzada- y la espada parlanchina que no podía estar sin tener la última palabra también les deseó suerte -Gracias a ti, joven pato, por prestar tu oído ¡Que los dioses los acompañen en la aventura!-

Hecho esto, se pusieron en marcha, encabezados por Otto, hacia el puerto. Allí no tuvieron muchos problemas en reconocer a sus compañeros que se encontraban conversando con este peculiar conejo que hablaba a través de un loro. Se sumaron al grupo llegando a escuchar toda la propuesta que les hacía con respecto al tabaco.

 

Dellen
Tras escuchar con detenimiento no pude sinó soltar un enorme suspiro disimulado de desaprobación tratando de cerciorar que nadie me hubiese visto. Era curioso como algo tan absurdo como una adicción al tabaco llegara a estos extremos. Pero bueno, era gratis.

Me encogí de hombros para mirar alrededor al resto de compañeros y, aunque me habría resultado más cómodo haberme quedado con los que ya tenía confianza, fui dirigiéndome a Zer con calma para mirarle directamente...Esa mirada fría, curiosamente me resultaba extrañamente similar a la mía mientras sacaba un trozo de papel y me puse a escribir de forma discreta.

— Ignoro que opines de esta misión, en parte me parece una pérdida de tiempo absoluta, de no ser porque nos ahorramos el costo, pasaría de perder mi tiempo—. Se lo entregué a Zer mientras miraba al conejo y al loro— Sobre la travesía, ¿Pariremos ipso facto cuando traigamos la mercancía?—. Pregunté educadamente al loro.

 

Lanre

Escuchó lo que sucedía pero estaba mas ocupado mirando su espada plateada, miró a Otto apenado por haber confundido su especialidad —Seré un gran escudo, siempre procuraré que nada pase de mi, protegerlos para que ustedes ataquen a distancia. Con esta espada sé que lo lograré, seguro que si — las armas le resultaban muy fascinantes, por lo que el tema del tabaco parecía ser algo extraño —¿Tabaco?—preguntó con inocencia para mirar al conejo con pata de palo, Roger. Ya no tenía monedas, se las había gastado todas, eso le recordó el encargo hecho por Vite, así que se acercó al conejo.

—Mira, te traje flechas; no recuerdo cuanto me han costado, así que no te preocupes por pagarlas —se las entregó con alegría; para después voltearse hacia Roger —Estimado señor—inició colocando sus alas en su cintura redondeada —Aldeanos desaparecen cada día, el viajar para conseguirle tabaco retrasará nuestra misión, y eso hará que mas aldeanos desaparezcan. Sé perfectamente que no es de su incumbencia, y creo que el tabaco para usted es de suma importancia, no quiero parecer grosero al pensar que nuestra misión debe pasar por encima de sus ambiciones y deseos.

Observó la pipa —Podría prometerle por mi honor de pato que cuando la misión termine; buscaré la manera de hacerle llegar su tabaco, siempre que no cause problemas a mas personas; pues desconozco la legalidad de la compra y venta de ese producto —mencionó masajeando la parte baja de su pico. Trataba de convencer a Roger; pero estaba muy confiado con su nueva espada plateada si debían dirigirse a Shallowater.

 

Roger

-¡Oh, pero si es un pato!- exclamó al notar a Lanre, interrumpiendo por un momento la respuesta que estaba por darle a Dellen ante sus dudas -Cuanto hace que mi ojo no veía a uno de los tuyos.. vivo, quiero decir, pues en mi tripulación tengo a un pato fantasma. Sería imposible no confiar en la palabra de alguien de tu linaje sagrado, pero tendrás que entenderme, no puedo hacerme a la mar sin tabaco. Además no les tomará más de dos días estar de vuelta aquí y yo los estaré esperando dispuesto a levar anclas en cuanto los vea venir- respondió también de esta manera ante las dudas que previamente le había presentado el gato.

 

Dellen
Eso igual me pilló desprevenido ¡¿DOS DÍAS?! bien, si que es cierto que eso me ayudaría a estrechar lazos antes de la misión que se nos fue encomendada, sin embargo...Me parecía poca recompensa en comparación al tiempo que me harían perder.

Asentí con la cabeza para suspirar.

— Dos días... ¿Crees que merezca la pena un viaje tan largo para que un drogadicto nos fíe un viaje? ¿Será alguien de fiar—. Le volví a susurrar a Zer disimuladamente— No lo sé, es algo demasiado descarado, jé, de ser por mí lo mataría y le robaría el barco....

No sé de donde saqué esas confianzas, más, la similitud que tenía con él, sumado a su reacción previa, me hizo pensar por un instante que él era de los míos, o como mínimo se lo tomaría a broma.

 

Vite Horiazana

Contenido oculto: Toxic

Era claro que los pasos a mi alrededor no pasarían desapercibidos; no era solo escuchar sus patas resonar contra el suelo, era sentir los cambios de la brisa a través de mis largas orejas. No demoré en apenas girar el rostro en dirección de ambos felinos, solo lo suficiente para alcanzar a verles de reojos, sin cambiar nada más de mi solida posición. Lo escudriñe entornando los ojos, notando como el gato que recién llegaba le entregaba un papel a Zer

Ehhh, ¿y esas desconfianzas? Acto seguido volví a posar mi seria mirada sobre el conejo que nos hablaba, ¿cuál era su nombre? ¡Ah, si! Roger. Terminé por brindarle una sonrisa amable, ladeando la cabeza con algo de ternura.
—Vaya, estoy sorprendido —sinceré con voz calma, para luego sonreírle de amplio a ojos cerrados, brazos cruzados desde que me empezó a incomodar el intercambio secreto entre los gatos: odiaba la hipocrecia, ocultar información entraba en el saco; pero no era tan idiota para mostrar frente a un desconocido como Roger que éramos un grupo con demasiados novatos, como con demasiados soberbios, o eso me empezaban a dejar en claro los otros. Aún sonriente, exclamé de inmediato tras decir lo anterior—; ¡me alegra que pueda seguir con su amigo hasta en otra...

Y abrí los ojos, con una sonrisa endeble y clara confusión en el rostro.
>>otra vida?— Mi expresión denotaba toda mi confusión, ya sin rastro de sonrisa, con la cabeza cada vez más ladeada—, ¿se podría considerar otra vida? —pregunté con calma al veterano marinero.

Luego dijo lo de los pueblos, a lo que yo alcé mis orejas y lo miré con eceptisismo, sorprendido. Luego no demoré en doblar ambas, cabizbajo y con una mano en mi mentón.
—Hmmm... "Puente Amarillo" y "Agua poco profunda" —murmuré mis pensamientos en mi lengua paterna, o bueno; lengua poco común, para luego alzar la cabeza, mirando con seriedad a todos por igual. A pesar de que me alegraba ver al pato, antes que nada exclamé—: Yellowbridge suena más peligroso que Shallowater; pero esta última será un gran problema sí queremos pasar desapercibidos—. Cuando terminé de hablar, ya me encontraba con las manos en las caderas, alzando la cabeza con firmeza y encarando a todos mis compañeros por igual; viajé con velocidad, pero precisión, hasta terminar por dar con la cara del pato... ¿Cuál era su nombre? Bueno, whatever.


La cosa es que a él lo miré impresionado, y no demoré en fruncir el ceño con compasión cuando empezó a hablar; mis orejas cayeron cubriendo mi espalda y me contuve de soltar un "Owww" solo por respeto a su carácter de guerrero, o al menso aventurero. En cambio, sonreí amplio ladeando la cabeza mientras agarraba las flechas, ¡pero sí esa criatura era un amor! No como los jodidos gatos sinuosos.
—Jejeje, muchas gracias, amigo —solté absteniéndome de despeinarle las plumas de la cabeza, ¡y por suerte estaba ocupado con las flechas, porque de no ser así, más difícil habría sido contenerme! Lo seguí con la mirada, esfumando la sonrisa, curioso; fruncí el ceño con severidad cuando noté su posición.

Cerré mi hocico, observándolo tanto a él como al conejo, desde la espalda: "Cuidado con lo que le respondas, alimaña" Siendo un compañero conejo, demás que entendía las miradas significativas. Parecía buena gente, así que seguro no se molestaba tampoco... Ohhh, dioses... ¿Es que los otros no eran capaz de verlo? ¡Es pato era una ternura! Me acerqué con una sonrisa socarrona, pero los ojos entornados con perspicacia.

"Sé perfectamente que no es de su incumbencia, y creo que el tabaco para usted es de suma importancia, no quiero parecer grosero al pensar que nuestra misión debe pasar por encima de sus ambiciones y deseos." Me tomé algunas confianzas, pues apoyé uno de mis brazos sobre los pequeños hombros que tenía el pato, "recargándome en él", pero la verdad es que todo el peso de mi cuerpo se lo llevaba mi pierna izquierda; a pesar de estar inclinado y con el otro pie apoyado en punta, mi equilibrio era digno de admirar. No implicaba ningún peso para Lanre, digamos que solo ejercitaba mi pierna izquierda~

Le sonreí con confianza al conejo, altivo, intercalando miradas entre el patito y el veterano... Dioses, como me cargaban los murmurllos de los otros dos atrás, ¿no se podían callar de una buenas vez? Estúpidos.

—¡Me parece bien, compañero conejo! —exclamé parándome de nuevo en mis dos patas, con firmeza al lado de Lanre; con el mentón un poco alzado, la mirada entornada y la sonrisa amplia al hablar, cruzándome de brazos con tranquilidad: La mezcla de mamá y papá—; Pero tengo una sola queja...

Me acerqué a él, apoyé mi pata en el hombro vacío, mirándolo con perspicacia, nunca perdiendo mi sonrisa apacible.
>>Nuestro viaje vale menos que una ida y vuelta a Humbletown; El tabaco será barato o caro, nuestros servicios no.

Me separé de él, manteniendo al distancia de menos de un metro; dándole la espalda a Lanre, impidiendo que Roger lo viera a él de momento: Pues quién estaba negociando era yo.
—Así que... estimado capitán —proseguí calmo y monocorde, ladeando la cabeza con mi sonrisa que pecaba de seductora, cuando solo era pura parafernalia y seriedad afable—; ¿qué más tiene para ofrecernos? Pues en dos días podríamos tomar un barco mucho mejor y, aparte, conseguir tabaco para nosotros mismos.

¡Vamos, amigo! Demuestra quién manda.

Contenido oculto: Perdón XD I need it

Contenido oculto: The real theme

 

Lanre

Las palabras de Roger le parecían apropiadas y no pudo mantener una expresión seria cuando escuchó de su compañero, un pato fantasma, uno de los suyos pero no corpóreo.

Escuchó las palabras del conejo y se sorprendió, caminó con pasos pequeños por su corta altura para pararse junto a Vite, jalando su manga para que este se agachara y así poder susurrarle para que sólo este escuchara —Creo que el pago por nuestros servicios es el viaje —mencionó tan ingenuo como era posible, seguramente Vite planeaba sacar algo mas de aquello; pero para Lanre era un servicio por otro, y eso era lo justo. Y su inocencia lo hizo pensar que Vite no entendía el concepto del trueque.

Se separó de Vite y sonrió —Perdone mi mala educación al susurrar frente a compañeros como ustedes; la verdad es que estoy muy apenado, cuando acepté esta misión me dieron las cincuenta monedas pero las gasté de inmediato —su vergüenza era genuina —No sé mucho de economía, crecí en un lugar donde la naturaleza te daba todo —comenzó a reír —Y a decir verdad no me gusta el tintineo de las monedas en mi ropa.

 

Vite Horiazana

Miré de reojo al pato, sin perder la sonrisa socarrona, amplia y deductiva. Incliné mi espalda alta todo lo necesario para que pudiera susurrárme con comodidad, sin quitarle la mirada de encima a Roger: siempre apacible y sonriendo con confianza, entornándo la vista jugoso ante sus palabras.

Vaya cosita:
Lo harían pebre de ir solo.
​

Luego habló ante todos, con fuerza: yo llevé mis manos a la cadera, estoico y aún sonriente, mirándolo con el orgullo del hermano mayor que era, y el respeto que le tendría a cualquiera de mis hermanos o hermanas mayores.

—¡Jajaja! —solté genuino y sonoro, cerrando los ojos y abriendo demasiado la boca. Le di dos palmaditas al pato en la espalda, suaves y reconfortantes, mientras miraba al dúo de gatos con mi sonrisa amplia y mi mirada entornada: Retadores—; aprendan de él, gatos: O me veré en la obligación de creer...

Miré más allá de mi propia espalda, por sobre mi hombro, observando a la nada al musitar lo último.
>>Que se traen cosas turbias entre manos —dije a base del miedo, pero ninguna parte de mi vaciló, tan solo me subió un poco el pulso y ya está.

>>Jijiji —reí a ojos cerrados, llevándome las manos tras la cabeza: Exclamé sin abrir mis ojos—, ¡no me gusta ser pre-juicioso, pero sí no lo soy, terminaré muerto sin haber hecho todo lo que deseo!— Luego les sostuve la mirada a ambos por igual, con una sonrisa desafiante y mirada retadora—, apenas comencé mi viaje, y ustedes no son ni cerca mi objetivo final.

Luego me volteé hacia Roger, con la actitud confiada y apacible con la que cargaba la mayoría de las veces. Ladee la cabeza, solo con mi mano izquierda en la cintura.
—Ey, marino Roger: ¿Qué hay en Shallowater?— Entorné la mirada, sonriendo aún más amplio; con aún más peligro—. No podemos trabajar para usted sin información~ Podemos desfalleer con el tabaco en nuestra patas, y nuestras cabezas en nuestros pies~

En mi familia no criaban idiotas.​

 

Otto

Inocencia, hipocresía, trueques y demás. Este conejo, y en menor medidas los otros, no se contienen en ir por como les de la gana.

"No necesariamente debemos ir juntos en la búsqueda del Tabaco". Comenté de a poco aprovechando el actual silencio. "Este encargo de Roger no se relaciona a la misión que aceptamos, es una secundaria. Lo que quieren que vayan por Tabaco y los que no que se quede esperando durante dos o más días, al finalizar nos reunimos para partir hacía el destino de nuestra misión principal". Claro, eso sería decir que estaríamos haciendo un trabajo para aquel que no hizo nada salga beneficiado ¿Y què? Prefiero dejar la molestia que aguantarla durante la búsqueda del Tabaco.

Me fui moviendo de lugar, cambiando a contraviento para evitar el humo del tabaco. Es un suicidio si cargo ese olor mientras hago el papel de explorador.

Prefiero guardar silencio al decir eso, recibir ataque verbal injustificado no está entre mis adiciones actuales.

Si ya me lo veo, diciendo chorredas de idioteces por decir un simple hola de una manera que le ofende.