Mantuve las caricias vagas en torno a su brazo durante un rato más, hasta que solté una risa breve ante su comentario y regresé las manos a mi espacio. Claro que iba a broma pero bueno, igual y sería lindo almorzar con Alisha y de paso hacerle probar mis tan famosos rollitos de pescado. —Gosh, no, no podemos permitir que mueras de hambre, such a waste~ —Ensanché la sonrisa y recargué la barbilla sobre el dorso de mi muñeca, repiqueteando los dedos en mi mejilla—. Well then, quizá finalmente haya llegado el día en que tengas el honor de probar mi comida casera. Sin realmente modificar algo de mi postura, desvié la mirada hacia la puerta al identificar a un muchacho castaño ingresando al aula. No había nada particular en su expresión, aspecto o similar, no destacaba de ninguna manera excepto, quizá, por cuán pulcro lucía. La cuestión estaba en los detalles, como los gemelos de plata asomando ligeramente por los bordes del blazer, la correa metálica destellando bajo las luces fluorescentes y el corte de su uniforme, que parecía hecho a medida. Tenía buen ojo para detectar niños pijos, ¿eh? Lástima que no me sirviera de nada. Suspiré apenas, dejando el asunto estar, y regresé la mirada a Alisha. —¿Qué tal están tus rodillas y eso? ¿Se te rasparon mucho?
—Woah, I feel so spoiled~ Me eché un poco hacia atrás en la silla, extendiendo los brazos sobre el respaldo, sin perder la expresión divertida. La verdad era que entre mi abuela y Joey tenía lo de la comida casera bien cubierto, ¿pero me iba a negar a un poquito más de eso? Pues ni de coña. Seguí su mirada un poco porque no tenía nada mejor qué hacer, distinguiendo la figura de un chico entrando a clase. Ladeé ligeramente la cabeza al mirarlo, con los ojos entrecerrados. Ah, ya, ¿no era ese el tipo al que le habían pedido darle un tour a la niña bonita que había entrado nueva? Eh, no estaba nada mal ahora que me fijaba bien. Sentía unas vibes un poco raras, pero si tenía que ser completamente honesta, eso nunca me había parado a la hora de hacer estupideces. Sea como fuere, regresé la vista hacia Sasha en cuanto volvió a hablarme y solté el aire por la nariz en una especie de risilla. Me tragué la gracia que estuve a punto de soltar porque la chica parecía genuinamente preocupada y motivo no tenía para ser tan imbécil con ella, la verdad. Le eché un vistazo superficial a mis rodillas y codos, con las heridas aun al aire pero con un mejor aspecto que el día anterior. Granny había insistido en ponerme alguna tirita pero mi estúpido orgullo a veces me superaba y me había negado con bastante fuerza. Me encogí de hombros. >>I'm fine~ Estoy acostumbrada. Qué linda, Sashie, ¿preocupada por mí? A ver si en las próximas pruebas me voy a tener que hacer más daño para que vengas a cuidarme~
Repasé sus raspones a la par que ella, a medida que iba girando las articulaciones para echarles un vistazo. Se veían mejor, obvio, sólo eran raspones. No iría a morirse ni nada, pero bueno, eran un poco preguntas de educación. Uno nunca sabe, además, ¿quizá activaran alguna anécdota graciosa? Decía que estaba acostumbrada, ¿eh? —¿Y eso? ¿Infancia muy revoltosa? —atajé, repiqueteando las uñas en la madera, y solté una risa a su siguiente tontería—. C'mon, Ali, como si necesitaras una excusa para que quiera mimarte~ ¿No estoy dispuesta de por sí a evitar que mueras de hambre?
Abrí un poco los ojos al escuchar su pregunta, recuperando la compostura casi al instante mientras soltaba una risilla. Era un poco estúpido pero no acostumbraba a hablar de ese tipo de cosas, m infancia o algo así, con otras personas y mucho menos estaba acostumbrada a que me preguntasen por ello. Bueno, que en gran parte era mi culpa por ser tan evitativa y no dar espacio a ese tipo de preguntas con mis respuestas tan ambiguas pero... no sé, ¿no lo sentía así con Sasha? —Algo así, sí~ No puedo estarme quieta ahora, imagina más pequeña~ —respondí, con algo de genuina emoción colándose en mi voz—. Mi padre intentó hacerme centrar toda esa energía en entrenamientos que hacíamos juntos y así. Es muy estricto así que siempre acababa con un montón de heridas, ¡pero me lo pasaba muy bien! Aunque no conseguían su objetivo principal, porque seguía siendo un torbellino en la escuela y demás. Suspiré ligeramente, sin perder la sonrisa de mi rostro. Ya recordaba porque nunca hablaba de mi vida en Estados Unidos, y es que a pesar de todo, seguía echándolo de menos mucho más de lo que me gustaría admitir. Las vistas al lago, el tiempo que pasaba con mi padre antes de que prácticamente me repudiase, al cabrón de Aiden por encima de todo. Deseché los pensamientos de mi cabeza con rapidez, volviendo a recuperar la compostura como si nada; como siempre hacía, en definitiva. >>Ah, ¿qué puedo decir Sashie? No me canso de escuchar a una chica linda diciendo que está dispuesta a mimarme~ —seguí hablando, con la suavidad de antes—. So, ginger, Australia, right? ¿Has vuelto alguna vez? ¿Surfeabas? ¿Cómo es la vida por esos lares~?
No conocía a Alisha, la verdad, no tenía la menor idea de sus tendencias evitativas ni tampoco hubo nada que me induciera a intuírlas. Además, hablar de la familia no era algo prohibido para mí, algo que me hiciera mal o me angustiara. La historia no era perfecta, desde luego, pero los amaba a todos y eso siempre se anteponía. Oí su anécdota con mucha atención, acompañando los detalles con expresiones faciales o la sonrisa de toda la vida. Imaginé cada pequeño pasaje, desde las palabras hasta el último suspiro. Se me antojó ligeramente nostálgico y puse las neuronas en funcionamiento. —Creciste en Estados Unidos, right? —decidí arriesgar, no utilicé un tono comprensivo en exceso, era más bien una pregunta de curiosidad y ya—. ¿Qué clase de entrenamientos hacían? Suena hasta militar~ Porque en verdad no sentía lástima ni nada similar, muchas veces las personas preferían recibir una respuesta ordinaria, pero concienzuda, antes de creer que sus emociones habían quedado demasiado al descubierto. Si sabría yo de eso. Me devolvió la pregunta, claro, me lo esperaba. Me corrí el cabello de encima y asentí vagamente, jugueteando entre mis dedos con la perla de una de mis orejas. —No hemos visitado desde que nos mudamos aquí, nop, de eso ya son... cinco años. —La sonrisa se me ensanchó sin pretenderlo al navegar entre mis recuerdos—. Of course, I was your average aussie gal~ Surfeaba diario, andaba en patineta, me echaba la vida de shorts, camisetas y sneakers. Cuando la mudanza necesitábamos dinero así que tuve que venderlo casi todo, but that's it. Me encogí de hombros sin demasiada complicación, no estaba fingiendo ni nada, la verdad. Eran buenos recuerdos pero no me generaban un malestar capaz de arruinarme los ánimos. Resiliencia, I guess? —Pero bueno, igual ando con ganas de comprarme una patineta, ¿sabes? Kinda miss those times. ¡Aunque ahora tengo otras prioridades! —Enfoqué mi atención en Alisha y le sonreí—. Los vestidos son una cosa, pero ¿y las máscaras? ¿Alguna idea?
La verdad es que tenía tan asumido que todo el mundo sabía eso de mí que me siguió tomando un poco por sorpresa que la chica me preguntase. La cosa era que, muy en el fondo, sabía que no era la reina de la academia como me creía que era y ese tipo de cosas me lo acababan recordando. Whatever, seguiría comportándome como si lo fuese. Asentí un par de veces con la cabeza y me llevé la mano a la frente, en una especie de saludo militar improvisado, sin poder evitar la risilla divertida. —Well, you're not wrong. Mi padre es veterano así que ya ves~ Seguí escuchando su relato con cierta atención, apoyando la mejilla sobre la mano y una expresión risueña, imaginando todo lo que me estaba contando. Eh, qué envidia~ No es que yo pudiese quejarme porque tenía una playa a un cuarto de hora de mi casa, ¡pero no era lo mismo que vivir en una isla! Además, lo suyo era mar de verdad y esas cosas, ¡qué guay! Igual era una pena que no volviese y eso de tener que haber vendido sus pertenencias... Cosas que pasaban, I don't know. No vi por donde darle importancia si hasta a ella misma parecía n preocuparle el asunto. >>¿Las máscaras? —repetí, comenzando a jugar con un mechón de pelo entre mis dedos—. Digamos que ese kink no lo he explorado aún así que ahí sí que no tengo nada~ Supongo que habrá que comprarlas... no creo que sean muy caras, ¿no? ¿Y dónde se compran esas cosas? Oye, que mala organización, tendrían que haber facilitado alguna dirección for the supplies. Voy a poner una queja~ Pero bueno, pobrecillo, estaba tan centrado en jodernos y robarnos la idea porque él solito no era capaz de pensar algo parecido. Si es que habría que perdonarlo por pena y todo~
Reiko se anunció dentro del aula golpeando reiteradamente uno de los primeros pupitres con sus nudillos, justo encima de Alisha. Le dedicó una sonrisa felina al captar su mirada, tras interrumpir lo que conversaba con la chica pelirroja, y siguió su recorrido hasta el escritorio. No reparó en demasiados detalles, de inmediato se dio la vuelta y comenzó a escribir en la pizarra. Sus curvas saltaban a la vista dentro del apretado traje negro que llevaba puesto. ¿Alguien le habría avisado a esta señora que estaba dando clases en una preparatoria? —Para el miércoles que viene tendrán que escribir un ensayo de Biología —explicó con voz tersa, soltando luego una risilla divertida—. A ver cómo les va~ Los grupos están publicados en el tablón. Si alguno tiene dudas, ya sabe... Les confirió una mirada de soslayo, prácticamente estaba ronroneando. Sus rizos de fuego le cosquillearon en la mejilla. —Me encuentran en la sala de profesores, linduras~
Santo cielo, la profesora me daba verguenza ajena. ¿No se tenía ni una pizca de respeto? Tampoco nos respetaba a nosotros, de paso, presentándose con semejantes pintas y hablándonos como si pretendiera montarse una orgía en plena aula. Pedazo de desastre era el Sakura, ni el plantel docente podía tomarse en serio. No era de distraerme con facilidad, así que atendí a las clases y ya. Los períodos de lección eran, si se quiere, los que pasaba con mayor facilidad. No inducían a la dispersión ni a las sorpresas, cada imbécil estaba limitado a su cubículo y punto. Era una zona controlada, predecible y silenciosa. Era segura. Si había algo en lo que me lucía era la observación, así que sabía quiénes eran mis compañeras de proyecto aunque jamás hubiéramos trabado conversación. Suspiré, peinándome el cabello hacia atrás, y me colgué el maletín al hombro antes de acercarme al pupitre de Laila. La tenía algo vista, su largo cabello lila era bastante llamativo, siendo honestos, y en sí transmitía vibras tranquilas y amables. Una princesa de manual, digamos. —Hola. —Tampoco era un cabrón por deporte así que empleé un tono de voz relativamente casual, aunque no le sonriera ni nada—. Soy Shinomiya, estamos en el proyecto juntos. ¿Alguna idea o preferencia para organizarnos? Contenido oculto Hitori aloha
Seguía preocupada por el asunto de Shawn, eso no tenía remedio en realidad, no importaba qué tanto me esforzara por no darle vueltas lo cierto es que giraba en círculos todo el rato, llegando al mismo punto incluso cuando Yule me había dicho que no tenía la culpa de nada. Ni siquiera me había molestado en preguntarle cómo se sentía o algo, le había soltado la bomba y me había largado. Dios. Me las había arreglado para atender a las clases aún así, tomar apuntes y toda la cosa, porque pues no tenía mucho más con qué distraerme del desastre realmente. Estaba terminando de guardar mis cosas para levantarme y buscar algo de almorzar cuando noté que alguien se acercaba a mi pupitre, al azar la vista topé con el muchacho castaño. Mierda, ¿sabía su nombre siquiera? No me daba la maldita neurona. Respondí su saludo con una sonrisa suave a pesar de que él no lo hizo, pero bueno no me importaba realmente. Agradecí que me dijese su apellido, así que evitaba la vergüenza de tener que preguntar a pesar de que era mi compañero de clase. Él se había acercado así que asumí me tenía ubicada. —Hola, sí. —Acomodé las últimas cosas antes de incorporarme del asiento. Mi cabello siguió el movimiento de mi cuerpo como una suerte de velo—. Para el ensayo pensé tal vez en el tema de herencia o evolución, pero bueno son solo sugerencias. Supongo que podríamos hablar con Ethans para hacer un chat en grupo o algo, para organizarnos luego de la escuela o quedarnos luego de clases alguno de estos días nada más. No es un trabajo tan complejo, creo. ¿Tú tienes alguna idea? Enlacé las manos tras la espalda. Mis movimientos eran ligeros en realidad, casi cuidados. Me incorporé de mi asiento y estiré la espalda mientras caminaba hacia la puerta, con el rabillo del ojo vi el intercambio de Sonnen con la albina pero no era que me importara ni que quisiera hacer de voyeur, así que salí apenas noté la tensión que empezaba a gestarse. Una vez en el pasillo me pensé si solo pasar directo hacia la cafetería para comprarme algo, pero bueno la carne era débil, ¿no? Cambié de dirección para dirigirme a la 3-1, pues porque a dónde más si no y entré como Pedro por su casa, para caminar en dirección a Sasha con una sonrisa ya puesta en la cara. —Sash~ —La llamé a mitad de camino, sin alzar demasiado la voz—. Tus rollitos de pescado me salvaron la vida ayer. Muchas gracias. Tomé una silla vacía de vete a saber quién, la coloqué junto a su pupitre y me senté. Eché la cabeza sobre su pupitre, el cabello se esparció sobre la superficie y la miré desde allí, repasé sus facciones sin disimularlo ni nada.
Desvié la mirada un par de segundos mientras la chica se incorporaba y eso, no porque hubiera algo más interesante en la pared, sino porque no me apetecía observarla tan fijamente y ya. De cualquier forma regresé la atención cuando empezó a hablar, a sus ojos más que nada, y me encogí de hombros. —Sí, claro —acepté, estirando la mano hacia ella—. Pásame tu móvil, así te anoto mi número y me agregas al grupo. Era más que suficiente hablar con Laila, ¿verdad? Ni de coña iba a buscar a... ¿Alethea Ethans? ¿Qué clase de nombre era ese? Como fuera. Habíamos estado por cambiar de tópico hacia las máscaras con Alisha cuando la profesora apareció de repente, mandándonos a callar. Le sonreí a la rubia, un poco a modo de disculpa, y luego las clases fluyeron sin más. Recordé el tema del proyecto en cuanto sonó la campana y estuve a punto de bajar para ver los grupos asignados cuando reconocí la cabellera de Maze apareciendo por la puerta. La sonrisa se me dibujó automáticamente en el rostro y me quedé sentada, organizando un par de cosas. ¿Tres almuerzos in a row? Gran pleno. A este paso ya quedaría como tradición o algo así. Seguí sus movimientos con la vista cuando estuvo lo suficientemente cerca y ensanché un poco la sonrisa en respuesta a su saludo. Se acomodó junto a mi pupitre, se le echó encima como si nada y lo miré desde arriba, soltando una risa floja. Mejor contuve el impulso de acariciarle el cabello, aunque se veía tan suavecito y tocable. —¿Estás seguro que no me hablas sólo por mis rollitos de pescado? —bromeé, clavando el codo cerca de su cabello para acunar mi propia mejilla—. A pleasure, tho. Mi trabajo encubierto es evitar que bonitos pelirrojos mueran de hambre~ ¿Bonitos? Oh, well.
No era ningún maestro de la interacción, ¿cierto? Bueno, en realidad más bien puede que lo fuese y estuviese limitando el intercambio a lo que era meramente necesario, la cuestión del proyecto, ni más ni menos. En realidad en Alemania las cosas también solían hacerse así, ahora que lo pensaba, así que no era tan raro en realidad. Como fuese, me saqué el móvil del bolsillo de la falda y lo extendí hacia él ya desbloqueado, así nada más. No parecía tampoco que tuviese interés alguno en hablar con Ethans, así que yo tendría que hacerlo aunque no era que me molestara ni nada. —Gracias, Shinomiya. —Volví a sonreírle pues porque sí—. Apenas tenga el número de Ethans entonces me encargo de eso. Lo dejé que se anotara y bueno, ¿suponía eso sería todo? Poco sabía yo con quién demonios estaba hablando, claro. Se me escapó una risa al escucharla, fue bastante floja y tranquila porque a pesar de las intenciones que todavía tenía por detrás lo cierto es que Sasha me tranquilizaba más de lo que yo mismo parecía darme cuenta. No sabía por qué demonios tenía ese efecto ni nada, pero era el caso y digamos que era mucho decir, no porque fuese un intenso ni nada, sino porque como le había dicho a ella no era como que tuviera demasiados amigos a pesar de mi personalidad. —¿Cómo puedes insinuar semejante cosa? —pregunté fingiendo estar indignado—. Eh~ ¿Pelirrojos bonitos? Amplié un poco la sonrisa mientras me enderezaba, con cuidado de no ir a invadirle demasiado el espacio tampoco y relajé la espalda en el respaldo de la silla. Me acordé de algo de pronto y abrí un poco más los ojos. —¡Ah! ¿Irás a la fiesta esta de las invitaciones todas shady, sweetheart?
Sonreí con un poquito más de ganas al oír la risa de Maze, no lo reflexioné ni nada, de hecho no tendía a pensar demasiado ese tipo de nimiedades antes de hacerlas. En líneas generales interactuar con la gente no me ponía nerviosa ni significaba mayor problema, a menos que la otra persona fuera francamente desagradable, errática o qué sé yo, mierdas así. Maze no era ninguna de esas cosas, de hecho me caía bien y como ya había pensado una vez, mientras no se comportara como un cerdo y mantuviera las manos en su lugar, pues no biggie. —Yo lo haría —admití de inmediato, echándome cierta seriedad impostada encima—. Me usaría a mí misma por mis rollitos de pescado, porque soy una egocéntrica y sé que son riquísimos~ De hecho hoy a la mañana le comentaba a Ali sobre eso mismo. Ya que la había nombrado, eché un vistazo a mis espaldas para ver si seguía en el aula pero no estaba ahí. ¿Habría salido a comprar un zumito o similar? Como fuera, Maze se removió y detallé sus movimientos de soslayo antes de enderezar el torso hacia él. Había liberado el pupitre así que le eché algo de peso encima, desparramándome un poco a mis anchas. El cabello se derramó aquí y allá. Claro que iba a destacar lo de pelirrojos bonitos, era educado pero no estúpido. Le sostuve la mirada junto a una sonrisa juguetona y me limité a encogerme de hombros como única respuesta, cruzándome de piernas. Kinda bitchy, huh? Lanzando la piedra pero escondiendo la mano. Su realización sorpresa me hizo alzar las cejas, y recibí su pregunta con una cuota de emoción agregada que chispeó en mis ojos. Así como así había recuperado los aires infantiles que solían aparecer cuando hablaba con Maze, como si no acabara de tirarle los perros o algo. —Obvio~ —Recargué el costado del cuello en el dorso de mi mano y giré el torso sobre la mesa para verlo—. Se ve genial y andaba con ganas de desconectar un poco, es la oportunidad perfecta. Te preguntaría pero algo me dice que no desaprovecharías la ocasión ni con un tobillo doblado~ Como lo tienes, actually. —¿Te duele o algo? —agregué, echando un vistazo breve hacia abajo—. ¿Le pusiste hielo?
A Sasha no le dio tiempo a responderme o, no sé, decir algo más, porque la profesora apareció entones y llamó nuestra atención dando un par de golpecitos en la mesa que justo estaba detrás de mí. Giré el rostro para encontrarme con su sonrisa felina y, para posible sorpresa de todo el mundo, mi respuesta fue un suspiro pesado. Cierto que siempre me habían gustado los chicos mayores y todo ese rollo, pero teniendo ya una pelirroja de mi edad a disposición pues... la decisión parecía bastante obvia. El caso es que me despedí de Sasha y me dirigí a mi sitio sin muchas ganas. Oí algo de un proyecto o qué sé yo, pero desconecté mucho antes de que la profesora comenzase a explicar realmente así que a saber. Si teníamos que hacerlo en grupo... pues lo sentía por los desgraciados que le tocase conmigo, porque no pensaba mover un dedo como venía siendo costumbre. Me desperecé apenas cuando la campana sonó anunciando el comienzo del receso y me levanté de un salto de la silla. La verdad es que no tenía nada planeado pero tenía bastante sed así que al menos podría ir a comprarme un zumito y luego ya vería qué hacer. No pude evitarlo, eso sí, y acabé revolviéndole el pelo a Joey cuando pasé al lado de su escritorio, en un gesto bastante infantil. En realidad me moría por preguntarle lo que había acabado haciendo el día anterior pero lo dejé pasar por el momento, vete tú a saber por qué. Bah, podría caerle después de clases o algo, si se daba el caso. La gracia fue que, aprovechando que había salido para comprarme el jugo y todo eso, miré los grupos para el trabajo en el tablón de anuncios y casi que no pude evitar soltar una carcajada divertida, ahí en mitad del pasillo. ¿Qué pasaba con eso? ¿Acaso el destino no quería dejar que nos separásemos o algo así? Le eché una foto al grupo en concreto y se lo envié al chico junto a un mensaje que decía "poor daisy~". Y aun con la diversión impostada en mi expresión, volví al aula... no sabría decir muy bien por qué. Me hubiese ido a al enfermería a echar un rato o algo, pero... ¿qué cojones? La verdad es que estaba de buen humor~ Bebiendo del brick como estaba, me dirigí hacia el pupitre de Sasha como si ese hubiese sido mi objetivo desde el principio. Well, ¿a quién pretendía engañar? It kinda was~ No dije nada y me dejé caer sobre el regazo de Mason como si estuviese en mi puta casa, que para el caso, era mi clase así que de alguna manera me correspondía. >>Vengo a reclamar mis rollitos~ Venga, si hasta podía sonar inocente y todo.
Negué con la cabeza mientras soltaba una risa al escucharla decir que se usaría a sí misma por los rollitos de pescado, Dios es que se subía al tren con una facilidad ridícula. Cuando echó algo de peso en el pupitre observé el movimiento de su cabello al desparramarse quizás con más atención de la que planeaba, pero tampoco me interesaba disimular nada así que daba lo mismo. Solté una risa baja que fue más para disimular la suerte de ronroneo que estuvo por surgirme de la garganta al verla cruzarse de piernas, aunque regresé la atención a sus ojos en cuanto me respondió. —Tendría que romperme la pierna directamente para dejar pasar semejante oportunidad, sí —admití encogiéndome de hombros. Negué suavemente con la cabeza a su siguiente pregunta—. A la noche me puse hielo y tal, también me ayudó una crema para el dolor que había en el botiquín de casa así que ahora no me molesta tanto. Escuché pasos acercándose y giré apenas la cabeza para distinguir la silueta de Alisha con el rabillo del ojo aunque no hizo falta, porque la chica se me echó en el regazo como si nada. ¿Bueno era esta mi versión de ganarme la lotería? Le eché la mano sobre las piernas, acariciándole los muslos más por reflejo que por cualquier otra cosa, y volví la atención a Sasha al escuchar lo que decía la rubia. —De verdad que están solicitados los rollitos, vamos a tener que hacer un encargo formal y todo~
Era obvio que David no se perdería esa fiesta por nada del mundo. En sí no sabía por qué era tan obvio pero confiaba en mi instinto, digamos. Presté atención a lo que había hecho en casa por su tobillo, de repente me había puesto hasta seria y todo, y acabé asintiendo satisfecha. Bien, con esos cuidados si no andaba cometiendo locuras no pasaría a mayores. —Qué ladilla doblarse un tobillo, tho —comenté bastante al aire, observando mi propio cabello al pasarlo entre mis dedos y dejarlo caer—. Y encima en la carrera donde tenías una reputación que mantener~ Una chispa de diversión algo maliciosa se coló en mi voz al decir aquello último, y desvié la mirada más o menos al mismo tiempo que Maze. Alisha se le echó sobre el regazo, él no tardó nada en acariciarle el muslo y yo, bueno, los dejé ser, ¿qué más iba a hacer? Mejor no pensar al respecto, que si no la cabeza se me iba a recuerdos con Daute y no, gracias. God. Me desinflé los pulmones un poco de golpe y renové la sonrisa al oír la mención sobre mis rollitos. Asentí, emocionada, y le di unas palmaditas a mi bolso que estaba colgado a un lado del pupitre. —The time has come! ¿Dónde les gustaría comer? ¿Nos quedamos aquí o vamos a otra parte? ¡Ah! Igual tengo que comprar algo que tomar. Me incorporé casi de un brinco y aparentemente ya había decidido de una forma extraña que íbamos a comer ahí, pues estiré mi mano hacia Maze y moví apenas los dedos, como instándolo a que me prestara atención. —Dame y te compro un zumito, mejor que no andes subiendo y bajando muchas escaleras con el tobillo así, cielo. ¿Y de paso me ahorraba la escenita melosa? Kinda.
Contenido oculto: Vibeando The Cranes Wives con Maze como siempre y lo dejo cuz yeh Honestamente vaya día había elegido para doblarme el tobillo, es decir, no creí que para el día de la fiesta y tal me doliera pero qué pedazo de timing, había que ver. Al final Katrina era la que se había llevado la marca, junto con el muchachillo aquel que parecía de segundo. Si tuviera algo así como honor deportivo me habría importado, pero lo cierto es que había sido pura suerte o quién sabe qué más que hiciera tremenda marca a la primera carrera. —Aquí estaría bien —solté a lo de dónde podríamos comer—. Si no pues tenemos la azotea cerca, almorzar allí tiene su gracia. Respondí porque me parecía raro no hacerlo, pero me dio la sensación que la decisión ya estaba tomada teniendo en cuenta que Sasha estiró la mano hacia mí. El gesto era bastante obvio así que despegué la mano del muslo de Alisha para esculcar en mis bolsillos y alcanzarle el dinero del zumo. —I feel so spoiled~ Gracias, cariño. ¡Prometo que no nos comeremos los rollitos sin ti!
—Eh~ Nada de eso, ¡tú llevas comiéndolos dos días seguidos! ¡Y Sashie me ha prometido que me los daría! —me quejé, inflando las mejillas y todo, mirando a David con el ceño fruncido. No era del todo mentira todo el asunto, en verdad me había entrado hambre y todo, además de que podía llegar a ser muy egoísta cuando había comida de por medio. Igual no dejé que se reflejase y todo parecía más bien un reclamo infantil en plan broma, que también lo era. Por demás, no le di mayor importancia a la mano de Maze sobre mi muslo, aunque las neuronas parecieron conectarme en algún momento y una ligera sonrisa divertida me asomó en los labios, intentando disimularla al volver a llevarme el zumito a la boca. ¿No estaría un poco celosa, la pelirroja? A este paso no iba a aguantar mucho más y le iba a tener que preguntar qué rayos había pasado con su novio-no-novio, porque era bastante obvio que algo había pasado. Y ahora que lo pensaba, también podría contarle a Katrina sobre eso, teniendo en cuenta que en gran medida todo eso era su culpa, ¿no? Con lo del beso y todo eso~ La mención a la azotea me lanzó un chispazo a lo largo de la espalda, estúpida de mí, y la chica ya había salido del aula para cuando volví a centrarme en el presente así que no le pude responder nada más. De todas formas, me daba igual dónde comer y casi que parecía que se había decidido que sería ahí so whatever. Me dejé caer hacia el lado, apoyando la cabeza sobre el hombro del chico, y comencé a jugar de manera algo distraída con un par de mechones rojizos. El estúpido había prometido que no nos comeríamos los rollitos y ahora tendríamos que cumplirlo, pf. >>Oye~ —murmuré, llamando su atención, ya que tampoco necesitaba alzar mucho más la voz por la cercanía—. ¿De qué parte eres? From The States, I mean~
Alcé una ceja al escuchar el reclamo de Alisha y me tragué la risa, vamos, si hasta se veía tierna y todo. So cute~ Como fuese me había dejado hacer, obviamente, si fue ella la que se me echó encima. Sasha se fue entonces, dejándonos solos y hasta entonces me pregunté si la cosa era intencional, para evitarse el numerito que nos estábamos montando o lo que fuera, la verdad no interesaba demasiado porque me faltaban un montón de pistas. Yo llegué a Sasha cuando ya no tenía a su llaverito, Hanson había desaparecido de la faz de la tierra incluso antes de tener razón sólida para cabrearse conmigo —que era lo lógico— o con ella, así que posiblemente no lo fuese a saber hasta que alguien me dijera todo el tea. Sentí el peso de su cabeza en mi hombro, solté una risa baja y giré el rostro apenas para dejarle un beso en la cabeza. —De un pueblillo perdido de Pennsylvania —respondí en un tono parecido al suyo—. And you, darling?
Solté el aire por la nariz cuando sentí que me dejaba un beso en la cabeza, en algo así como una risa irónica. Pero venga, que iban a empezar a correr rumores de nosotros y no necesariamente los que esperaba que fuesen. —Pennsylvania —repetí, arrastrando un poco las sílabas al pronunciarlo—. Got it~ ¿Yo? Una ciudad de Illinois, pero aun no te diré cuál~ Seguía bastante entretenida con los mechones de pelo entre mis dedos, con la vista clavada en ellos mientras hablaba, pero en algún momento tras acabar levanté la cabeza un poco para mirarlo. Choqué de lleno con sus orbes verdosas y los dedos acabaron por deslizarse a lo largo de su mandíbula, en un movimiento lento y casi inconsciente. Casi. El resto de alumnos se tendrían que haber ido ya de la clase, ¿verdad? Con suerte quedaríamos nosotros dos, quizás algún pobre desgraciado torpe o algo así. En realidad no es que a mí me importase mucho eso de tener público. Me sonreí sin romper el contacto visual en ningún momento y extendí los dedos hasta apoyarlos sobre su mejilla, acortando entonces la poca distancia que nos separase para atajar sus labios. Fue un beso algo lento, como si aún estuviese tanteando el terreno o algo así, y solo me atreví a colar un poco la lengua al final, de nuevo, a modo de prueba. Ya que Sasha se había ido para evitar vernos así, ¿qué menos que aprovechar antes de que volviese? Cuando me separé lo hice por completo, bajándome de su regazo como si nada, y me subí al pupitre de la pelirroja de un salto, con una sonrisa deslumbrante sobre los labios. Me hice con el bolso que ella había señalado antes y me lo coloqué sobre el regazo, con un brillo de pura malicia en los ojos. >>¿Crees que se dará cuenta si le robo uno? Pero tienes que prometerme que no te chivarás~ ¿Sabría el pobre diablo algo de Daute? Realmente me causaba curiosidad, porque si la respuesta era negativa sería divertido, pero si era afirmativa... lo sería aún más. Contenido oculto ¿Debería dejar de rolear a Alisha con hoe anthems de fondo? Uhmm
¿Qué aún no me diría cuál? Pero bueno, demasiado misterio se estaba echando encima la chica, quién sabe con qué objetivo en sí pero bueno le podía seguir el rollo como había hecho todo el rato de por sí. Lo cierto es que su tacto en el cabello ya casi me estaba adormeciendo, aunque espabilé cuando la noté mirarme y la jodida sonrisa se me ensanchó al sentirse su mano recorriéndome la mandíbula. La dejé hacer como siempre, recibí sus labios y me acoplé al ritmo lento del beso, no fue hasta que ella deslizó la lengua antes de romper el contacto que hice lo mismo, apenas para tantear. Apenas se separó se levantó solo para volcar la atención en el bolso de Sasha, ahora sentada sobre su pupitre y la recorrí con la vista mientras yo solo me recostaba de nuevo en la silla. —I mean, posiblemente se de cuenta que algo no está como lo dejó, la pregunta es si eso te va a detener. —Enlacé las manos detrás de la nuca—. Aunque ahora que lo pienso, ¿no está tardando demasiado?